El Paisaje Kárstico
El Paisaje Kárstico
El Paisaje Kárstico
Si ya sabemos que en zonas de calizas podemos encontrar cavidades, tendremos ahora que familiarizarnos
con el paisaje donde estas se encuentran. Las características de nuestro medio implica que la mayor parte de
las cavidades las vamos a encontrar en terreno calizo, y sobre él nos centraremos.
La rama de la geología que estudia las cavernas se denomina Karstología porque en un principio este nombre
se utilizó para explicar las características morfológicas de una región que se llama Karst situada entre
Eslovenia y Croacia. Desde entonces llamamos karst al paisaje calizo donde el agua se esconde rápidamente
entre las grietas.
.- Sistemas Kársticos Tropicales: Si bien no tenemos lugares tropicales en nuestro país, no podemos dejar
de mencionar estos espacios. Su característica fundamental son la profusión de vegetación y su alto grado de
pluviosidad, por lo que la erosión química y mecánica van parejas no pudiéndose establecer ninguna
preponderancia.
.- Sistemas Kársticos Costeros: Ubicados junto al mar, compaginan también la erosión mecánica y la
química pudiendo llegar a presentar numerosas concreciones.
Hay dos cosas esenciales que nos ayudan a reconocer un paisaje kárstico: presenta numerosas depresiones
cerradas de distintos tamaños; y no presenta manantiales ni otros afloramientos superficiales de agua, ni
siquiera en zonas muy lluviosas. En cuanto que cae el agua de la lluvia, esta se filtra por las grietas hasta
llegar a grandes conductos que hacen posible que el agua sea drenada hasta el fondo de los valles, donde
vuelve a emerger en forma de surgencias. Esto ocurre debido a que la roca caliza es bastante soluble.
Además, deben ser los suficientemente puras como para no arrastrar otros materiales que colmaten las
grietas por donde se filtra el agua; y por último, deben ser lo bastante sólidas como para que no se desplomen
los techos.
Estas tres condiciones sólo se cumplen con los mármoles, la caliza y las dolomías. En los terrenos donde se
dan estos tipos de roca, la superficie presenta formas peculiares que forman el paisaje kárstico, de la cuales
las más importantes son:
Lapiaces: Son desiertos de piedra desnudos, agrietados, con canaladuras y cantos vivos producidos por la
corrosión química provocada al contacto de la roca con el agua de lluvia, el hielo y la nieve.
Simas: Conductos verticales que en ocasiones pueden ser espectaculares por sus dimensiones. Se pueden
formar por hundimiento de la bóveda de algún techo, disolución exagerada en el fondo de una dolina, o
erosión y corrosión en sumideros activos.
Dolinas: Son depresiones circulares en el suelo provocadas por el hundimiento del terreno debido al colapso
de una antigua cavidad o por infiltración de agua en algunos puntos concretos.
Uvalas: La coalescencia de varias dolinas resultan formas compuestas de planta alveolar llamadas uvalas.
Poljé: Es una extensa depresión cerrada, de fondo plano, de dimensiones kilométricas, dominada por
vertientes escarpadas. La notable planitud del poljé se debe a la acumulación en el fondo de la arcilla de
descalcificación. Dentro de un poljé encontramos formas cársticas menores: dolinas y lapiaces. También
encontramos grandes cerros residuales, de pendientes acusadas, llamados hums (o cuetos). La existencia de
poljés está relacionada con los grandes accidentes tectónicos y la organización de la red hidrográfica. Los
poljés, por sus propias dimensiones, necesitan organizar la escorrentía. Al ser una depresión cerrada la
evacuación del agua se realiza a través de pozos llamados ponors o sumideros. El ponor comunica el poljé
con el exterior, a través de una red subterránea. Dependiendo de la capacidad del ponor, y el aporte de agua,
los poljés pueden inundarse, formando lagos temporales, lo que favorece la existencia de un fondo plano.