Marín y Hall, Capítulo 1
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ESTE CAPÍTULO
El propósito de este capítulo es señalar las características propias de la lectura que se requiere en
los estudios superiores. En efecto, la finalidad de adquirir conocimientos cada vez más
complejos, hace que se necesite una lectura diferente de la que se practica en otras situaciones
que no son las de estudio. Por otra parte, los textos que se utilizan en los niveles terciarios o
universitarios tienen ciertas particularidades que muchas veces los hacen de difícil comprensión.
El propósito de este capítulo es, entonces, que los estudiantes perciban que hay diferentes modos
de leer y además que, en los estudios superiores, los textos pueden presentar diversas
dificultades. Con este objetivo, en los capítulos siguientes se proponen estrategias y los
correspondientes trabajos prácticos.
Preguntas de descubrimiento
FREUD Y EL PSICOANÁLISIS
Sigmund Freud, un médico vienés que vivió entre 1856 y 1939, no sólo influyó de un modo
determinante en la formación de la psicología moderna; fue una de las principales figuras
intelectuales del siglo XX. El impacto de sus ideas se ha dejado sentir en el arte, la literatura y la
filosofía y, obviamente, en las ciencias sociales humanas. Freud no fue simplemente un estudioso
del comportamiento humano, sino que se implicó en el tratamiento de pacientes neuróticos. El
psicoanálisis, la técnica terapéutica que creó, consiste en que los pacientes hablen libremente
acerca de sus vidas, particularmente sobre aquello que recuerden de sus más tempranas
experiencias. Freud creía que lo que gobierna gran parte de nuestro comportamiento es el
inconsciente, y que el modo de enfrentarnos a nuestras ansiedades en la más temprana edad
persiste en la madurez. La mayoría de estas experiencias de la primera infancia se pierden en
nuestra memoria consciente, aunque son la base sobre la que se establece nuestra autoconciencia.
A.A.VV., Sociología. Material de cátedra., Buenos Aires, p. 91
a) Ahora vuelva a leer el mismo fragmento para responder estas preguntas. Recuerde que es
necesario que escriba todas sus repuestas en un cuaderno de notas o en una carpeta, porque más
adelante le pediremos que revise algunas de ellas:
b) Probablemente tendrá que leer nuevamente el mismo fragmento para responder: según la
teoría psicoanalítica, ¿qué tipo de experiencias deberá relatar un paciente neurótico durante su
tratamiento?
c) ¿Cuáles de las respuestas anteriores le requirió más de una lectura y mayor reflexión?
2. Ahora lea este otro texto. Más abajo hay algunas preguntas para contestar por escrito:
a) Suponga que un taxista o un conductor de coche particular necesita saber los lugares y
horarios en los que la circulación estará limitada. Subraye los segmentos de la nota periodística
que serían importantes para él.
b) Ahora póngase en el lugar de un estudiante que debe preparar un informe sobre los
movimientos piqueteros en la Argentina. Lea nuevamente la noticia y subraye las partes que le
servirían al estudiante para conocer los reclamos de cada movimiento piquetero y el nombre de
sus dirigentes.
c) Revise sus respuestas a las consignas a) y b) ¿Cuál es la que le exigió mayor elaboración y
mayor número de lecturas? ¿Qué conclusión puede extraer?
Como habrán podido observar por lo que han venido trabajando en páginas anteriores, no
siempre se lee con la misma finalidad. Por ejemplo, para entretenerse se pueden leer novelas o
historietas, y con esa misma intención se pueden leer artículos de revistas en las salas de espera.
También se lee con otras finalidades: cuando se busca una información determinada se lee para
buscar datos y ese modo de leer recibe el nombre de lectura extractiva. En cambio, cuando se
analiza y estudia un tema se hace una lectura que se llama reflexiva. Una y otra son diferentes,
requieren diferente duración, y diferente calidad y grados de atención.
La lectura extractiva, que se hace con la finalidad de recoger información, puede aplicarse a
toda clase de textos y en distintas situaciones. Con la finalidad de extraer datos se pueden leer:
un cartel indicador, un artículo periodístico o un capítulo de un libro. Es un tipo de lectura muy
habitual que suele utilizarse en situaciones de estudio, profesionales o laborales, y en general en
la vida cotidiana.
Ahora bien, en los estudios superiores, donde se utilizan los textos de estudio también
llamados académicos, la finalidad de la lectura no es solamente extraer datos, sino que es
necesario hacer una lectura reflexiva y crítica. Este tipo de lectura es la que se hace con la
finalidad de adquirir conocimientos, analizar problemas, formar juicios críticos. De modo que se
lee con más atención y dando más importancia a las ideas y conceptos que a la extracción de
datos.
Las diferentes maneras de leer, entonces, darán como resultado que quienes las realicen registren
diferentes puntos en un mismo texto.
De acuerdo con esto, para responder las consignas 1, 2, y 3, de este capítulo, ustedes han
realizado distintos tipos de lectura en un mismo texto. Por ejemplo, para responder a la consigna
2.a, leyeron el texto con la finalidad de extraer datos. Pero, para responder a la consigna 2.b, han
debido realizar, en el mismo texto, una lectura reflexiva y crítica. Y esta es la lectura que se
requiere cuando se cursan estudios universitarios y terciarios.[1]
Esa lectura se caracteriza porque:
Esta clase de textos tiene ciertas particularidades, diferentes de otros textos que circulan en la
sociedad. En el siguiente apartado se describen algunas de sus características.
4. Los dos fragmentos que siguen tratan una temática semejante, sin embargo pertenecen a textos
de distinto tipo. Léalos y conteste luego las preguntas que lo ayudarán a encontrar las
diferencias.
Fragmento A
Hasta el año 1856 no se habían encontrado registros fósiles humanos, pero en esos años se
produjo el hallazgo del Hombre de Neandertal (Alemania), justo en medio de un clima de debate
de las ideas darwinianas donde cualquier insinuación de que existiera una procedencia animal
para el hombre resultaba explosiva. En 1868 se realizaron en Francia los hallazgos de cráneos y
esqueletos del Hombre de CroMagnon que fueron aceptados sin mayores problemas como
humanos porque sus rasgos (cráneos redondeados y rasgos faciales se podían homologar a los del
hombre moderno). En las prime- ras décadas del siglo XX las publicaciones científicas muestran
la coexistencia de dos ideas diferentes en torno de los orígenes del hombre: para algunos el
animal pasaba ser hombre a partir de la existencia de un cerebro más grande, para otros, el motor
causal del advenimiento de la humanidad comenzaba con la marcha bípeda.
Primero el cerebro
Esta ha sido la explicación que más amplia difusión ha alcanzado y se deriva de las ideas
iluministas del siglo XVIII, en las que el hombre, el Homo Sapiens de Linneo, se diferenciaba
del animal por su capacidad pensante, por el uso de la razón. Una evidencia de esto debía ser la
existencia del cráneo grande. […]
Junto a la anterior circulaba otra idea en la que se consideraba a la locomoción bípeda como
antecesora de la presencia de un cerebro más grande. Ya Darwin había señalado las ventajas del
bipedismo considerando que dejaba liberadas las manos para el uso de palos y piedras con los
cuales los hombres se defendían de las hostilidades de otros animales y congéneres. Según
algunos autores, estas ideas de las ventajas defensivas del uso de armas tienen su correlato con el
contexto sociohistórico en el cual se estaban produciendo crecientes hostilidades entre las
potencias que desembocarían luego en la Primera Guerra Mundial.
Tapia, A., Pinotti, L. et. al, “El comienzo del comportamiento cultural”, en Lischetti, Mirtha
(comp.), Antropología, Buenos Aires, Eudeba, 2004, pág. 314.
Fragmento B
Eran tiempos en los que no se conocía la guía telefónica… En primer lugar, porque aún no se
había inventado el teléfono, y ni siquiera el papel y la tinta para imprimirla. Y porque, además,
los hombres carecían de nombre y apellido. Se llamarían entre ellos, tal vez, de forma
sumamente completa: “Aquel-Que-Habita-Detrás-De-La-Piedra Roja” o “La-Que-Camina-Con-
Pasos-Muy-Largos”. Fue un período que duró largo tiempo y en el que lenta y penosamente, el
hombre se desprendió del mono del que había surgido para volverse más humano.
Esta era se suele llamar el Paleolítico o Antigua Edad de Piedra. Comienza muy imprecisa-
mente hace más de un millón de años y se extiende hasta unos 10.000 años antes de nuestra era.
Los historiadores suelen dividir el Paleolítico en tres grandes etapas: Paleolítico Inferior -que
llega hasta hace unos 100.000 años-; el Paleolítico medio-que se extiende hasta hace unos 40.000
años- y, finalmente el Paleolítico Superior. Nuestra historia comienza probablemente en estos
últimos años. En su transcurso se habitan las cuevas y también las primeras cabañas, se enciende
el fuego de diversas maneras, se visten toscas ropas de piel cosida y se pescan o se cazan
animales con armas de piedra sílex, de hueso o de asta.
De este período son también las primeras embarcaciones y los primitivos ídolos. Asimismo es
por aquellos largos años que el hombre forma sus grupos, sus sociedades, al irse creando entre
ellos lazos que diferenciaran perfectamente tales agrupamientos de los rebaños de manadas de
otros animales. Y es también durante ese tiempo cuando el hombre primitivo dirige su mirada
hacia arriba, hacia el inmenso cielo, maravillado ante él, temeroso ante la grandeza de lo
desconocido.
Averbuj, Eduardo, “El hombre prehistórico: la mirada asombrada”, en Con el cielo en el bolsillo,
México, de la Torre, 1990, p. 19
a) Uno de los textos que usted acaba de leer tiene características que no son propias de los textos
de estudios superiores. ¿Cuál le parece que es? ¿Por qué?
Un rasgo de los textos está en relación con las personas que los escriben y a su vez con las
personas a quienes están dirigidos, es decir quienes los producen y quienes los reciben. Los
textos que se usan en los estudios universitarios, en general, pueden ser textos destinados a
estudiantes o bien especialistas. Del mismo modo, los autores también alternan: pueden ser
docentes de una disciplina, en general, o pueden ser científicos especializados en un aspecto
particular de esa disciplina. Estos dos factores, quiénes los escriben y para quiénes están escritos,
determinan que haya varias clases de textos que se leen en los estudios superiores.
Cuando estudian, ustedes pueden encontrarse con estas diferentes clases de textos, y esto
significa que al leerlos hallarán mayores o menores obstáculos y dificultades.
Los manuales o libros universitarios. Han sido preparados específicamente para los alumnos de
ese nivel y sus autores son investigadores o docentes universitarios. Son obras que tratan de una
disciplina en general, por ejemplo, Manual de Derecho del Trabajo o Introducción al
conocimiento de la Sociedad y el Estado. Los autores de estos textos suelen tener en cuenta que
sus lectores tal vez sean poco conocedores de la materia, por lo tanto están escritos de tal modo
que suelen ofrecer menos dificultades que los del grupo que sigue.
Por otra parte, hay temas científicos que se publican en artículos periodísticos y aunque traten de
un tema de ciencia, no se consideran textos científicos o de estudio. Están escritos para el público
en general y se llaman textos de divulgación masiva.[2] Se trata de artículos que se publican en
las secciones de ciencia de algunos diarios y revistas pero, aunque traten temas científicos, no lo
hacen científicamente, sino de una manera periodística, porque se espera que puedan ser
comprendidos por cualquier lector, aunque no tenga conocimientos especializados. Como por
ejemplo este fragmento:
[…] Cuando el 16 de septiembre de 1835 el bergantín inglés “Beagle” llegó a las costas de las
islas Galápagos, los pájaros no lo advirtieron. Y, hundidos en su rutina arbórea, se dejaron
observar, describir, dibujar, medir y contabilizar durante cinco semanas por Charles Darwin, el
joven científico de la expedición. Fueron esos pinzones los que hicieron pensar al naturalista,
durante su posterior viaje alrededor del mundo, que los seres vivos cambian. Que se modifican.
Y no permanecen iguales a lo largo del tiempo.
Ciento cuarenta años después de que Darwin formulara su famosa teoría explicativa de la
evolución de las especies, los estudios genéticos le dan la razón. Y otra vez, los pinzones
(chiquitos como un gorrión) aportaron las pruebas. Estudios de ADN mediante, los biólogos
modernos acaban de comprobarlo […].
“Ciencia: Las grandes ideas. Los genes le dieron la razón a Darwin”, en Clarín, 3-8-99.
5. Vuelva a leer sus respuestas a la consigna 4. ¿Cambiaría algo? ¿Qué mantendría igual?
6. A continuación le presentamos tres fragmentos con el mismo tema. Según lo que acaba de
leer, ¿cuál correspondería a un texto de divulgación masiva? ¿Cuál pertenecería a un manual
universitario y cuál a un texto destinado a especialistas? Para fundamentar su respuesta incluya
ejemplos tomados de los textos.
Fragmento A
Chartier, A. M. y Hébrard, J., Discursos sobre la lectura, Gedisa, Barcelona, 1994, p. 338.
Fragmento B
En los últimos 12 meses el 52 por ciento de los que están en condiciones de hacerlo no leyó un
libro. Entre quienes dijeron haber leído en el mismo lapso, la mayoría leyó, en promedio, cuatro
libros. Los datos de la encuesta sobre consumos culturales de la Argentina, que publicamos hoy
en la sección Sociedad, indican también que la lectura crece con la edad y abarca a los sectores
sociales más pudientes.
El hábito de la lectura en productos con soporte de papel hace tiempo que está en declinación y
se verifica cada vez más dramáticamente entre los jóvenes. Hay muchos factores que confluyen
en este preocupante fenómeno. En nuestro país comienza a consolidarse una tendencia dramática
en la que la lectura de libros se está convirtiendo cada vez más en una actividad de adultos y en
un hecho casi suntuario, una verdadera ironía. Hay quienes sostienen que no es cierto que los
jóvenes lean menos sino que están abandonando los soportes habituales.
La relación venerable con los libros es un hábito que toda sociedad debe y tiene que defender.
Marin, M., Lingüística y enseñanza de la lengua, Buenos Aires, Aique, 2004, p. 227.
Los contenidos
Los textos de estudio se refieren a entidades empíricas y observables, por ejemplo: la anatomía
animal, la síntesis clorofílica, un acontecimiento histórico o las conductas humanas ante
determinadas situaciones. Muy frecuentemente, sin embargo, los textos de estudio universitario
no están centrados tanto en esas entidades empíricas, sino en conceptos teóricos. Estos son,
básicamente, ideas, reflexiones, análisis, que están referidos a una entidad empírica y observable.
Observemos el siguiente fragmento, que habla de la “generación del 80”. El texto comienza
narrando hechos y situaciones históricas (que son entidades empíricas y observables, por
ejemplo: guerras, conflictos, estados políticos) y luego habla del debate acerca de la existencia o
no de otra entidad (la generación del 80), y para explicarla se utiliza el concepto teórico de
generación.
En el año 1880, el país estaba listo para insertarse a pleno en la división internacional del trabajo.
En esa época se solucionaron problemas que durante años habían generado guerras y conflictos.
[….] Los hombres que se abocaron a la tarea de “modernizar” el país fueron los integrantes de la
llamada generación del 80, designación que abarca a quienes actuaron en los puestos de
conducción en aquel momento.
Mucho se ha debatido acerca de la existencia o no de una llamada generación del 80. Los que la
consideraron como tal se basaron en el concepto de Ortega y Gasset, quien consideraba como
rasgo fundamental de una generación […].
El léxico o vocabulario
Cuando se lee para estudiar, se necesita una comprensión profunda y muchas veces esa
comprensión no se logra totalmente porque se desconocen términos -el léxico o vocabulario- que
se utilizan en el texto. En los textos de estudio hay términos cotidianos usados en otros sentidos,
también hay términos específicos de cada disciplina. Esto produce una gran densidad léxica y
conceptual. Esa densidad es una dificultad real y es necesario resolverla, aunque conocer el
léxico no es suficiente para solucionar todos los problemas de comprensión.
En el siguiente fragmento, hemos destacado algunos términos (tal vez ustedes encuentren otros)
que ejemplifican lo que acabamos de mencionar:
Como todo consumidor de los medios sabe, las comunicaciones de masas son una realidad
integrada por muchos aspectos distintos: reglamentaciones legislativas escurridizas, por lo que se
refiere a la ordenación jurídica del sistema televisivo; intrincadas operaciones financieras en
torno a la propiedad de algunos medios; episodios clamorosos sobre la no realización de un
programa considerado «incómodo»; crisis, fracasos y triunfos de las diversas estructuras
productivas cinematográficas; recurrentes polémicas sobre los efectos nocivos que los media
ejercerían sobre los niños; entusiasmo y alarma ante las nuevas tecnologías y los escenarios
prefigurados por las mismas. La lista podría ser más […] Todo esto, evidentemente, se refleja en
la forma de estudiar un objeto tan proteiforme: […] la larga tradición de análisis ha multiplicado
hipótesis y enfoques. De ello ha resultado un conjunto de conocimientos, métodos y puntos de
vista tan heterogéneo y disforme, que hace no sólo difícil sino tal vez insensato cualquier intento
de ofrecer una síntesis satisfactoria y exhaustiva.
En el Capítulo 3 de este libro, se desarrollan algunas estrategias para ayudar a resolver las
dificultades léxicas.
De la misma forma que Cassirer puede afirmar que el hombre es el único animal que se
domestica a sí mismo, podemos decir que el hombre es a la vez efecto y causa de la cultura, el
hombre es creador de cultura y al mismo tiempo un producto de ella. Es por esto que se puede
sostener que la noción de ser humano está íntimamente ligada a la cultura; que no es posible
concebirla fuera de ella. Cultura y ser humano son dos términos indisociables, como las dos
caras de una misma moneda.
Scaglia, H., Psicología. Conceptos preliminares, Buenos Aires, Eudeba, 2004, p. 23.
Más adelante, en los capítulos 4, 5 y 6 de este libro, retomamos y desarrollamos con más
amplitud este mismo tema.
Como ya ha sido señalado en este capítulo, la lectura extractiva es la que presta más atención a
los datos que a los conceptos, más atención a los ejemplos que a las definiciones, más atención a
los conceptos que a las relaciones teóricas entre ellos.
Los textos que se leen en el nivel superior, -y las actividades que se realizan en esos niveles- ade-
más, requieren una lectura reflexiva y crítica. No tener en cuenta esto provoca muchos malos
entendidos y confusiones entre los estudiantes cuando deben hacer sus trabajos y exámenes.
Le recordamos que a partir de aquí las consignas se refieren a todo lo que usted ya leyó en este
capítulo. Sin embargo, para responder las preguntas, tal vez necesite volver atrás y releer algo.
No dude en hacerlo.
7. Lea los siguientes fragmentos. ¿Cuál es un texto de divulgación y cuál un texto de estudio?
¿Por qué?
Fragmento A
El síndrome de la niña buena combina la fuerte necesidad de ser querida con un profundo miedo
a provocar el enfado o el rechazo de los demás. De una manera u otra, todas estamos afectadas
por este síndrome. Cuando se manifiesta de forma leve, resulta incluso agradable: ¿a quién no le
gusta trabajar con alguien que está dispuesto a cooperar y a llevarse bien con todo el mundo?
Pero cuando esta característica es llevada al extremo, se convierte en una complacencia
incondicional que puede minar la capacidad de defender los propios intereses, limitando e
inmovilizando a la persona. El síndrome de la niña buena puede llevarte a ser explotada y
engañada tanto por tus jefes como por tus compañeros.
“El síndrome de la niña buena”, en Revista Psicología Práctica, n° 62, junio 2004.
Fragmento B
8. Uno solo de los fragmentos siguientes tiene características de los textos que se usan en los
estudios superiores, ¿cuál le parece que es? Para fundamentar su respuesta sería conveniente que
agregara algunos ejemplos tomados del texto.
Fragmento A
El principio de la entropía surgió con el trabajo de un francés: Sadi Carnot. Hijo de un ministro
de Napoleón, nació en París en 1796 y murió de cólera a los 36 años. A pesar de haber muerto
joven, el legado que dejó a la termodinámica es muy importante. Carnot se dedicó por varios
años a estudiar cómo podían construirse máquinas movidas por vapor, lo que lo llevó a formular
uno de los principios más importantes de la naturaleza (que en su momento no fue entendido del
todo). De hecho a pesar de que Carnot realizó su trabajo antes que Thomson y Joule, este
principio fue enunciado posteriormente como la segunda ley de la termodinámica. Dejémonos de
misterios y vayamos al grano: al estudiar la eficiencia de las máquinas de vapor, Carnot se dio
cuenta de que no todo el calor generado por combustión en las máquinas era convertido en
trabajo, es decir, ninguna máquina de vapor es cien por ciento eficiente. Pero ya hemos dicho
antes que la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Si esto es cierto, ¿qué pasa con
el calor que no es convertido en trabajo, adonde va a dar?
Vilar Compte, Ramón, Catálisis: la magia de la química, UNAM, México, 2000, p.19.
Fragmento B
Franz Boas fue la figura en torno a la cual se aglutinó la producción antropológica norte-
americana entre finales del siglo pasado y principios de éste, en el marco de una corriente que a
la postre dio en llamarse Particularismo Histórico, la cual dominó el panorama antropológico de
los Estados Unidos a lo largo de los primeros cincuenta años de este siglo. Si bien identificar a
toda una escuela de pensamiento con la figura de su principal autor es peligroso, pues puede
caerse en simplificaciones que distorsionen la compleja realidad de las corrientes intelectuales,
en este caso se puede afirmar que la influencia de Boas sobre la antropología norteamericana fue
decisiva.
El quehacer del científico social no consiste en una mera aplicación de métodos y técnicas de
recolección de datos, sino que está íntimamente relacionado con la teoría, en tanto que la práctica
científica permite contrastar teorías, y esa contrastación puede llevar a una reformulación de las
mismas. En ese sentido, hay una producción permanente de teoría, pero a su vez, son las teorías
las que brindan el marco referencial, el modelo conceptual de donde el investigador obtiene las
categorías de análisis que utilizará.
10. Lea los fragmentos siguientes y marque las partes del texto que se refieren a los hechos y las
que se refieren a los conceptos abstractos.
Historia social e ideologías de las sociedades
Es evidente que la historia de las sociedades debe fundarse en un análisis de las estructuras
materiales. La organización de los grupos, de las comunidades familiares o de vecindad, de las
asociaciones, de las bandas, de las compañías, de las sectas, de la índole y el vigor de los lazos
que los han reunido, la situación de los individuos en esta red de relaciones, su posición en el
seno de una jerarquía compleja de estratos superpuestos; la distribución de poderes entre ellos no
puede ponerse claramente de manifiesto sin que se reúnan previamente todos los indicios que
permiten reconstituir los componentes del espacio que los hombres han ocupado, ordenado y
explotado, percibir el sentido de los diversos movimientos que determinaron la evolución del
poblamiento, definir el nivel de las técnicas de producción y comunicación, entender de qué
manera se encontraban repartidas las tareas, las riquezas y los beneficios y cómo se utilizaron los
excedentes. De hecho, el amplio desarrollo de la investigación histórica durante los últimos tres
decenios en los campos de la economía, la demografía y, más recientemente, la ecología, ha
estimulado los primeros progresos de la historia social. No obstante, es no menos evidente que la
prosecución de estos progresos depende de la elaboración de nuevos cuestionarios, de una
relectura de los documentos y de la explotación de nuevas fuentes, del reconocimiento y de la
prospección de nuevos campos de investigación. En efecto, para comprender la ordenación
de las sociedades humanas y para discernir las fuerzas que las hacen evolucionar, importa
prestar atención a los fenómenos mentales, cuya intervención es incontestablemente tan
determinante como la de los fenómenos económicos y demográficos.
La oligarquía, que había gobernado sin sobresaltos la mayor parte de este período, se encontró
con movimientos que cada vez con más fuerza, desde distintos ámbitos y con diferentes métodos,
cuestionaban la base misma de su legitimidad. Esta presión llevó al nuevo presidente a plantear
una reforma electoral.
Fracasados los intentos de la élite gobernante para hacer entrar a Irigoyen en la puja política
antes de la reforma electoral, se decidió que había llegado la hora de que participaran más
sectores de una parte del poder político. Se pensó que con esta medida no sólo se lograría
desgastar el potencial revolucionario de la opositora UCR, sino que también se marginaría a
sectores más peligrosos, como el de los obreros, que, al ser mayoritariamente extranjeros,
igualmente quedaban excluidos del voto.
El reformista Sáenz Peña -cuya muerte en 1914 llevó a Victorino de la Plaza a la primera
magistratura- propuso una ley electoral (1912) que otorgaba el voto secreto y obligatorio como
mecanismo de auto preservación de los sectores dominantes, los que, por otra parte, no preveían
el triunfo radical.
Irigoyen a su vez, se vio presionado por su partido para concurrir a elecciones una vez
sancionada la ley. A su pesar, dio el visto bueno a la participación de la UCR en las elecciones
provinciales de Santa Fe, que le dieron el triunfo a sus candidatos.
La reticencia del caudillo bonaerense se debía a que no estaban dadas todas las condiciones para
un limpio proceso eleccionario, el cual necesitaba imperiosamente la intervención federal para
descartar los manejos de las oligarquías provinciales.
Para las elecciones nacionales, en 1916, Irigoyen trató nuevamente de evitar la concurrencia a las
urnas, pero fue inútil; su negativa a aceptar la postulación como candidato a la presidencia que la
Convención Nacional del partido le imponía también fue desechada. Con la célebre frase “hagan
de mí lo que quieran”, el caudillo aceptó finalmente el pedido general. En abril de 1916, la UCR
triunfaba en su primera elección presidencial, pero Irigoyen accedía a la primera magistratura
con un Senado opositor -sólo había cuatro radicales- y una Cámara de Diputados en la que,
recién en 1918, tendría la mayoría. Belenky, S., “El orden conservador”, en Introducción al
Conocimiento de la Sociedad y el Estado.
La generación del 80
En el año 1880, el país estaba listo para insertarse a pleno en la división internacional del
trabajo[3]. En esa época se solucionaron problemas que durante años habían generado guerras y
conflictos. Federalizada Buenos Aires, nacionalizada la Aduana y derrotado el indio, nada
impedía ya la consolidación de un régimen político oligárquico[4] liberal que iba a gobernar la
Argentina por más de tres décadas.
Los hombres que se abocaron a la tarea de “modernizar” el país fueron los integrantes de la
llamada generación del 80, designación que abarca a quienes actuaron en los puestos de
conducción en aquel momento.
Mucho se ha debatido acerca de la existencia o no de una llamada generación del 80. Los que la
consideraron como tal se basaron en el concepto de Ortega y Gasset, quien consideraba como
rasgo fundamental de una generación -unidad del devenir histórico- el tener una cultura propia
con una proyección definida; cada generación tenía una vigencia de quince años,
superponiéndose al comienzo y al final con las otras generaciones.
11. Dos estudiantes leyeron el texto de Belenky sobre las presidencias de Roque Sáenz Peña y
Victorino de la Plaza, que figura en la consigna anterior, y tomaron notas. ¿Cuál de estas dos
anotaciones le parece a usted que corresponde a una lectura que sólo extrae los datos y cuál
correspondería a una lectura que toma en cuenta las ideas del texto y no solo los datos? Explique
el porqué de su respuesta.
Estudiante A
Hipólito Irigoyen era el líder de la UCR, que denunciaba el fraude y la corrupción política de la
oligarquía.
Irigoyen defendía la Constitución y quería que el sufragio fuera limpio y amplio. La oligarquía
aceptó ampliar la cantidad de gente que podía votar, porque pensó que:
Saenz Peña, entonces, propuso una ley electoral, en 1912, que declaraba que el voto fuera secreto
y obligatorio.
Consecuencias:
Estudiante B
En 1912, Saénz Peña propuso una ley electoral para que la gente votara en secreto y
obligatoriamente.
Saénz Peña falleció en 1914 y lo sucedió Victorino de la Plaza. Irigoyen ganó las elecciones
provinciales de Santa Fe.
En abril de 1916, Irigoyen trató otra vez de que la gente no votara. Después dijo “hagan de mí lo
que quieran” y logró ser presidente.
En el Senado había cuatro radicales.
12. ¿Por qué cree usted que, en este caso, extraer los datos históricos del texto no es suficiente?
¿Qué es lo que el estudiante B no agregó a esos datos? ¿Por qué era importante hacerlo?