Sobre The Doors
Sobre The Doors
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Filo
Federico Nietzsche
Algunas de sus frases como: "Lo que no te mata te hace más fuerte" se repiten una y otra
vez; otras como "El eterno retorno de lo mismo", " la muerte de Dios", "el superhombre" o
"voluntad de poder" son conceptos que revolotean ya libremente en nuestro entorno.
Federico Nietzsche, el pensador más crítico y demoledor de la historia, es su creador.
Fue por casualidad, tendría unos doce o trece años cuando compré un casete pensando que
escucharía la canción American Woman (de Guess Who ) pero lo que encontré fue a The Doors. El
casete en cuestión era el “Greates Hits of The Doors”; la canción confundida fue L.A Woman.
De esa grabación, la primera canción que escuché fue Hello I love you: una pieza sencilla de dos
acordes; un bajo ostinato, panorámico, profundo y a la vez suave ; un órgano que narraba una
historia propia como de un videojuego; una batería sencilla, pero con un ligero toque melódico;
una guitarra penetrante distorsionada que se convertía en una espiral corrosiva que penetraba
hasta lo más profundo del pensamiento; y una voz que repetía algunos versos casi infantiles, sin
embargo erótica, cortejante, que poco a poco se iba tornando intensa hasta terminar frenética
en un orgasmo.
Mi segunda adquisición de música de esa banda fue “Alive she cried” un disco con canciones
grabadas en vivo. Al escucharlo entendí que, más que de cantante, le voz de The Doors era de
poeta. Mi afición por su música aumentò. Comprè los discos The Doors, Morrison hotel, L. A.
Woman… Y luego alguien me prestó un libro sobre ésta banda; recuerdo que un día, revisaba ese
libro, que tenía varias fotografías, y que al ver a las imágenes Jim Morrison, una intempestiva
visiòn me llegó: Jim Morrison era esencialmente una mujer, y eso me desagradó. No era que
tuviera algo en contra de las mujeres o que al momento de ver esas imágenes estuviera bajo los
efectos de marihuana. No, era que había algo de chocante, de inhumano, en la imagen andrógina
del Rey Lagarto. Mi visión fue tan desagradable que me alejé de su música por algunos años.
Pero como todo suele tener un ciclo, luego de escuchar otras músicas (de otros géneros, de otras
latitudes), de leer poesía y filosofía, regresé a ellos. Les escuchè con más atención. The Doors me
sonaron como una banda que hace no una música sencilla ni simple, sino una música bien
estructurada rítmica, lirica y armónicamente que parece sencilla y simple. Manzarek, Kriegger y
Densmore son muy eficientes en sus instrumentos, y Jim Morrison con su voz, sus poemas, su
imagen y su sensibilidad cataliza y convierte esa eficacia en arte.
The Doors son imprescindibles para entender no sólo al rock, sino al arte del siglo XX, ese de los
medios masivos de comunicación, de ellos se han hecho infinidad de productos, antologías, libros,
documentales, películas…. Uno muy recientemente es “The Doors R-evolution”, un documento
audiovisual que muestra la evolución musical de la banda. despuès de contemplarlo me brotaron
algunas ideas: que la banda primero se adaptó a la mercadotecnia musical y después, poco a
poco, se fue develando un monstruo (para el sistema mercantil) que todo artista oculta: Su propia
cosmovisión; que de una música esencialmente para comercializar, pasaron a la esencia de la
música: comunicar.
Infiero que la obra de The Doors contiene un mundo, amalgama de sonidos, con un carácter
único: unas piezas nos remiten al pasado, a las tribus pre inglesas (Sobre todo en The Soft
Parade); otras, nos instalan en el canto a la libertad de la esclavitud negra: al blues y al jazz
(Morrison Hotel, L. A. Woman); otros más nos mandan a la industria del pop rock (The Doors,
Strange days, Waintingo for the Sun ) disfrazados de instrumentos de entretenimiento en un
mundo que, de tanta comodidad, se aburre.
Jim Morrison por sus actuaciones, sus poemas, su imagen, sus escándalos es el más conocido de
The Doors, pero quizás no hubiera sido conocido, si no es por ellos. Manzarek, Kriegger,
Densmore comprendieron bien el carácter y las necesidades de Morrison y lo respaldaron. Se
adaptaron perfectamente al “inocente” juego de Morrison: poetizar. Se unieron a él como si
hubieran sido creados, por un destino no confirmado, para copular música y poesía.
Jim jugaba a poetizar: “Soy el rey lagarto, puedo hacer cualquier cosa” y entonces se transformaba
de un cantante tímido que cerraba los ojos al cantar en un cantante desmesurado en su
actuación. Es notable como a medida que Morrison se transformaba, la banda se transformaba y
el velo mercantil que al principio les cubría hiba desapareciendo, Morrison y the Doors se
mostraban plenos de facultades, pero también de excesos. Jim se instaló en una libertad
desenfrenada, quizás con dos objetivos en mente: quebrantar al sistema; develar el estado de
esclavitud, el control suave, y la libertad ilusoria que el sistema (gringo) proporciona a sus
ciudadanos. En Miami grita al público: “Todos ustedes son un montón de jodidos idiotas. Dejan
que les digan lo que tienen que hacer. Dejan que los la gente a su alrededor los empuje… Todos
son un montón de esclavos… No estoy hablando de no revolución… No hay reglas…¡Quiero ver a
todos de pie y bailando! ¡Quiero verlos bailando en la calle este verano! Quiero verlos
divirtiéndose. Quiero verlos correr por ahí. Quiero verlos pintando la ciudad. Quiero verlos
haciendo ruido. Quiero verlos gritar. Quiero ver diversión. ¡¡¡Quiero ver su
diversión...!!!...Cualquier cosa que quieras hacer hazla, hazla… ." Pero el sistema no le perdonó esa
afrenta, no le perdonó que estuviera corrompiendo a la juventud y si bien no lo ejecuto, como los
atenienses a Sócrates, si le impuso limites y fue llevado a juicio, y declarado culpable, por
“obsenidades y escándalo público”.
Entiendo que las almas no tienen sexo. Detrás de la belleza física del poeta Morrison, muy
redituable comercialmente, había un alma que luchaba intensamente por salir de ese cuerpo. El
alma de Jim crecía, pero su cuerpo se desmoronaba; el alma emergía, pero el cuerpo se hundía.
Quizás esa es la razón de sus excesos. EL alma quiebra al cuerpo y sale, cruza al otro lado. Y así la
historia de James Douglas Morrison termina justo como el principio, con la primera canción de su
primer álbum: ” Made The Scene/ Week To Week/ Day To Day/ Hour To Hour/ The Gate Is
Straight/ Deep And Wide/ Break On Through To The Other Side.”
The Doors con su obra muestran una práctica de la existencia; la existencia que es esencialmente
poesía y música; música que es esencialmente diálogo (¿qué es de la música sin el silencio?);
diálogo: Hablar con la obra y que la obra hable; escuchar y ser escuchados.
Los artistas, y especialmente los poetas son seres como de otra dimensión: desprenden su piel
hasta quedar expuestos, desprotegidos y se desmoronan en el ser absoluto (Luz) o en la Nada
(oscuridad), que son lo mismo: Presencia ausente. Eso sucede con Jim Morrison y The Doors.