Baterias Prismáticas
Baterias Prismáticas
Baterias Prismáticas
FACULTAD DE MECÁNICA
ESCUELA DE INGENIERÍA AUTOMOTRIZ
ELECTRICIDAD AUTOMOTRÍZ I
DATOS INFORMATIVOS
RIOBAMBA – ECUADOR
Las baterías son el elemento fundamental en los autos híbridos y eléctricos. En ellas está la
clave de su correcto funcionamiento y viabilidad, ya que, para impulsar un vehículo mediante
electricidad es necesario poder generar o transportar enormes cantidades de energía eléctrica
dentro del propio vehículo.
Una batería es un conjunto de celdas, en cada una de las cuales tiene lugar una reacción
química reversible en la que se produce un intercambio de iones y electrones entre sus dos
polos. En la “dirección de descarga”, se produce una corriente eléctrica que es capaz de
mover el motor eléctrico que impulsa el coche, mientras que en la “dirección de recarga”
iones y electrones vuelven a su situación original a partir de un aporte de energía externo.
Las celdas de la batería son su parte esencial, de forma que la mayoría de los esfuerzos
investigadores se encuentran actualmente dirigidos a mejorar este elemento clave. Las
mencionadas celdas pueden adoptar diversas formas: prismática, cilíndrica o de plancha,
aportando diferentes ventajas e inconvenientes en cuanto a densidad energética, disipación
del calor y aprovechamiento del espacio, que las convierten en más o menos adecuadas para
los diferentes usos (Hernández, 2007).
2. BATERÍAS DE ION-LITIO
Las baterías de Ion-Litio constituyen una amplia familia de opciones químicas diversas que
sólo comparten entre sí el Litio como elemento fundamental
Su voltaje, densidad energética, potencia específica, carga utilizable, eficiencia de recarga y
ciclo de vida son muy superiores a las de sus dos rivales, al tiempo que su índice de descarga
es mucho menor.
Como inconveniente, cabe señalar su menor robustez ante variaciones de voltaje, que obliga
a incorporar costosos sistemas de gestión de las baterías para su protección y correcto
funcionamiento. De ello y de su propia composición química se deriva un coste de
producción también mayor que sus rivales (Hernández, 2007).
Hernández (2007) señala que, las diferentes baterías de Ion-Litio tienen en común entre sí la
utilización, en general, de un ánodo de Litio-Carbono y difieren entre sí en el óxido de litio
que utilizan en el cátodo.
En la industria del coche eléctrico, estas baterías parten con una posición ventajosa frente al
resto de tecnologías, lo cual supone un factor destacable ya que está previsto un importante
desarrollo tecnológico a corto y medio plazo en esta industria. Sin embargo, estas baterías
presentan la necesidad de tener empaquetamiento especial y un circuito interno de protección
ante sobrecargas, lo cual hace que se eleve el coste de inversión (Hernández, 2007).
Cada química da lugar a un diferente conjunto de características técnicas y, por tanto, aunque
hablamos constantemente de baterías de Ion-Litio como si fueran una única cosa, estamos
utilizando probablemente una denominación demasiado genérica y que abarca muchas
posibilidades, entre las que se encontrarían las siguientes ya desarrolladas con la tecnología
actual:
Baterías de Litio-Cobalto
Estas son las más extendidas para dispositivos móviles como teléfonos u ordenadores
portátiles, pero son difícilmente utilizables en coches porque sólo soportan 500 ciclos de
recarga.
Baterías de Litio-Hierro-Fosfato
Son las más seguras, por tener la mayor estabilidad térmica y química. Su densidad
energética está en la zona baja, pero se pueden considerar un salto adelante en seguridad y
también en durabilidad, con hasta 2.000 ciclos de recarga. Son también las más baratas, junto
con las de cobalto, pero estas sí se pueden emplear en automoción para mover híbridos y
eléctricos puros sin riesgos.
Baterías de Litio-Manganeso
También son más estables térmicamente que las de cobalto y soportan un mayor voltaje, pero
se encuentran de nuevo con una inferior densidad energética. El manganeso no es
contaminante.
Baterías de Litio-Níquel-Cobalto-Manganeso
Excelente compromiso entre muy buen rendimiento y coste razonable, se empiezan a utilizar
en coches eléctricos masivamente. Soportan 1.500 ciclos y voltajes de los más altos.
Baterías de Litio-Titanio
Son las más duraderas, pues aguantan hasta 12.000 ciclos de recarga (unas 10 veces más que
cualquiera de las otras) pero su densidad energética actual es baja y su coste, muy elevado.
Las baterías necesarias para mover un coche están sometidas a un nivel de exigencia brutal.
Por un lado, deben ser capaces de contener una elevada carga con la menor masa
posible (densidad energética) para poder competir con la gasolina en la medida de lo posible
y salvando las enormes distancias que existen entre ambas formas de almacenamiento
energético. Por otro lado, deben soportar rangos de temperatura muy amplios, posibles
accidentes y miles de ciclos de recarga.
Las celdas prismáticas son más versátiles. Con pequeños cambios en sus dimensiones
exteriores, pueden configurarse específicamente para una máxima potencia de salida,
máxima energía o una combinación de ambos, haciéndolos ideales para un vehículo híbrido.
El criterio clave es el espesor del recubrimiento de los electrodos, cuanto más delgados son,
mayor es la superficie de contacto entre el electrolito y el material activo; La transferencia
de carga elevada resultante asegura una densidad de rendimiento correspondiente. Por el
contrario, los espesores de recubrimiento elevados para los electrodos producen una alta
densidad de energía.
En los últimos tres años Audi ha logrado aumentar la capacidad actual de las células
prismáticas en un 50 por ciento, de 25 amperios por célula a 37 Ah. La densidad de energía
ha aumentado en un grado similar. Las células de la bolsa alcanzan ahora hasta 550 vatios
hora por litro de volumen, y Audi espera que alcancen alrededor de 750 Wh / l para 2025.
(Audi, 2015)
El paso más inmediato es la recarga de corriente continua con 150 kW de potencia. Con esta
tecnología, un auto sería capaz de cargar su gran batería de 95 kWh de capacidad hasta un
80 por ciento en menos de media hora, suficiente para una autonomía de unos 400 kilómetros.
Una carga completa, que permite más de 500 kilómetros, tardaría alrededor de 50 minutos.
6. EFECTO “AUTO-DESCARGA”
Hernández (2007) detalla que, cuando no se utilizan las baterías puesto que, a pesar de que
no se emplean, la energía almacenada en su interior irá disminuyendo progresivamente con
el paso del tiempo de forma espontánea.
7. EFECTO MEMORIA
Consiste en un fenómeno que reduce la capacidad de la batería con cargas incompletas. Se
produce cuando se realiza la carga de una batería sin llegar a haber sido descargada del todo,
lo que genera la creación de una especie de cristales en el interior que va a debilitar los
electrodos y hace que la batería pierda parte de su capacidad real (Hernández, 2007).
BIBLIOGRAFÍA