Ciudades - Sensibles Al Cambiio Climatico PDF
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autorización por escrito del editor.
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distribuida en los sitios de internet:
www.pincc.unam.mx y www.giandelgado.net
Hecho en México.
E-ISBN: 978-607-30-1071-9
Índice
• Ciudades Sensibles al Cambio Climático
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Gian Carlo Delgado Ramos
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• Capítulo 6. Infraestructura verde en barrios
caminables: estrategias de adaptación al cambio
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climático para ciudades en tierras áridas
Adriana A. Zúñiga-Terán
III. Agua, energía, uso de suelo, nexos urbanos y sinergias en
ciudades sensibles al cambio climático
• Capítulo 7. El nexo entre el agua y la energía en
ciudades costeras de la región semiárida de California
y Baja California 215
Gabriela Muñoz Meléndez, Sonya Ziaja y Guido
Franco
• Capítulo 8. La transformación de la infraestructura
de agua ante el cambio climático: los casos de Los
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Ángeles y la Ciudad de México
Gian Carlo Delgado Ramos e Hilda Blanco
IV. Temas transversales en la agenda de transición–
transformación urbana: financiamiento, género y educación
• Capítulo 9. Financiamiento verde para ciudades:
opciones actuales y futuros retos 323
Antonina Ivanova
• Capítulo 10. Género, cambio climático y ciudades:
estudio de caso sobre las políticas públicas con
349
perspectiva de género en la Ciudad de México
Ana De Luca Zuria and Miriam Gay-Antaki
• Capítulo 11. Educación sobre el cambio climático:
análisis de las medidas educativas en los Planes de
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Acción Climática de los municipios urbanos en México
Verónica Vázquez Zentella
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También, como resultado del cambio climático, el nivel medio del mar se
ha elevado 19 centímetros desde 1901, la cobertura de hielo en el Ártico
y Groenlandia ha perdido masa en todas las estaciones del año de manera
sucesiva y los glaciares del hemisferio norte han disminuido (IPCC, 2014).
El suceso más reciente de pérdida de masa de hielo fue el desprendimiento en
la Antártida de un iceberg de 5,800 km2 y alrededor de un billón de toneladas
de la sección de hielo Larsen-C en julio de 2017. Este es el tercer evento de
calado similar en los últimos años.
Por lo antes dicho y, considerando que el riesgo de cambios abruptos o
irreversibles aumenta conforme lo hace la magnitud del calentamiento del
planeta (IPCC, 2014), las negociaciones internacionales del clima han fijado
como meta un incremento en la temperatura no mayor a 2º C en relación al
periodo de 1861-1880, lo que requiere que las emisiones de CO2 acumuladas
desde 1870 no sobrepasen las 2,900 gigatoneladas (Gt) de CO2.
Cumplir la meta de los 2º C establecida en el Acuerdo de París (UNFCCC,
2015) no significa estar exentos de impactos indeseados dado que éstos
continuarán inclusive por siglos, aun cuando las emisiones antropogénicas de
GEI se detengan. Lo que entonces se intenta con tal acuerdo es minimizar los
efectos adversos, de ahí que se hable incluso de “perseguir” esfuerzos para
limitar el aumento de la temperatura por arriba de 1.5º C por encima de niveles
preindustriales (UNFCCC, 2015). Las acciones necesarias son urgentes pues
los efectos calculados podrían ser mucho más profundos que lo previamente
estimado, aún más cuando, por un lado, el propio acuerdo es insuficiente
dado que se basa en contribuciones nacionales voluntarias que, de cumplirse
a cabalidad, llevarían a un aumento en la temperatura más allá de los 2º C
(Delgado, 2016) y, por el otro, en tanto que EUA, el segundo emisor de GEI
del planeta después de China, ha planteado ya su salida del Acuerdo de París.
Reconociendo que el cambio climático es una preocupación compartida, tal
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1 Mientras las ciudades latinoamericanas se constituyeron a lo largo de dos siglos, las europeas
lo hicieron en un siglo y medio, las de Estados Unidos (EUA) en alrededor de un siglo, las de
China en poco más de medio siglo.
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3 Me refiero a la expresión usada por Kellyanne Conway, asesora del actual presidente de
EUA, cuando justificaba la afirmación de que la toma de posesión había tenido el mayor número
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de audiencia en la historia de ese país, ello de cara a fotografías que claramente mostraban lo
contrario al contrastar la toma de posesión del gobierno predecesor en 2009. La preocupación de
diversos científicos organizados no es menor, no sólo ante el discurso político relacionado a la
ciencia (dígase, en asuntos ambientales y climáticos), sino de cara, por un lado, a nombramientos
cuestionables en cargos claves como lo son la Agencia de Protección Ambiental, y por el otro,
al potencial recorte del presupuesto en ciencia y tecnología, acompañado de un importante
incremento en el gasto militar. Lo anterior se ha expresado en diversos medios de comunicación,
tanto en revistas como Science y Nature, así como en la conformación de la coalición 314 Action
(www.314action.org). Lo que no es un “hecho alternativo” es la desregulación ambiental que ha
empujado en sus primeros meses la administración Trump (Davenport, 2017).
4 Cabe subrayar, a propósito de las apuestas por capturar y almacenar el carbono, que se trata
como lo ha expuesto el CEO de Murray Energy, la empresa de carbón más grande de EUA, de
una fantasía en tanto que no es práctico ni económicamente viable (Romm, 2017). Tal lectura
se da días después de que el gobierno federal de EUA recortara el presupuesto a la investigación
en ese ámbito y poco después del cierre del proyecto puntero en el rubro, la planta de Kemper
de la Southern Company en el estado de Mississippi que, después de 7,500 millones de dólares
invertidos, decidió dejar de lado el uso de carbón para convertirla a gas (Ibid).
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5 La estimación supone que todas las ciudades con una población mayor a 100 mil habitantes
ejecuten todas las acciones propuestas en el informe del C40 (C40, 2016). El informe propone
410 acciones posibles en 62 programas que cubren cinco sectores: energía, edificios, transporte,
residuos y planeación urbana.
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Contextualizando el libro
Centramos nuestra mirada en México, incluyendo lecturas comparativas
de carácter binacional, México-EUA. México es considerado vulnerable
pues 15% de su territorio, 68% de su población y 71% de su PIB están
expuestos a los efectos adversos del cambio climático. De un total de 2,457
municipios, se estima que 824, donde residen 61 millones de habitantes, están
expuestos a inundaciones; 283 municipios con 4 millones de habitantes, a
deslizamientos; 1,292 municipios con 54 millones de habitantes, a sequías
agrícolas; 584 municipios con 29 millones de habitantes, a reducciones en la
precipitación; 545 municipios con 27 millones de habitantes, a decrementos
en la productividad agrícola asociados a cambios en la temperatura; 1,020
municipios con 43 millones de habitantes, a ondas de calor; y 475 municipios
con 15 millones de habitantes, a la transmisión de vectores infecciosos, en
particular de enfermedades tropicales.
Lo anterior responde a una diversidad de causas. El país está expuesto a
eventos climáticos extremos en ambas costas, la del Pacífico y la del Atlántico
(incluyendo los fenómenos del Niño y la Niña); su economía, considerada en
desarrollo, es débil y en buena medida informal, lo que deriva en que casi la
mitad de su población viva en pobreza o pobreza extrema y sea, por tanto,
aún más vulnerable que el resto. Además, dado que el país está altamente
urbanizado con casi 80% de la población viviendo en ciudades, el grueso de
ésa es dependiente de flujos locales, regionales e internacionales de energía y
materiales, tales como alimentos que se importan, sean del campo mexicano o
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6 De 1991 al 2011, las importaciones de maíz pasaron de 1.4 millones a 9.4 millones de
toneladas, de las cuales 8.4 millones provenían de EUA y la cifra ha ido en aumento desde
entonces. En el mismo periodo, para el caso de frijoles secos, la importación pasó de 30
mil toneladas a 106 mil toneladas, de las cuales 96 mil provenían de EUA. El aumento en
la dependencia alimentaria, medida en términos de la proporción del abastecimiento foráneo
versus el doméstico, con respecto al consumo total, pasó de 8.4% en 1991 a 33.3% en 2011 para
el caso del maíz, y de cero a 36.5% para el caso del frijol (con base en FAOSTAT).
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y resilientes.
Briones y Lucatello, a partir de dar cuenta de las tendencias generales de
urbanización en América Latina y en la Ciudad de México, revisan las causas
de fondo y las tensiones existentes entre la permanente transformación de las
metrópolis globales y la generación de riesgos de desastres, ello a partir de
cuestionarse si, hoy por hoy, se cuenta con las capacidades para hacer frente
a fenómenos hidrometeorológicos y geológicos de gran magnitud. El caso
de la Ciudad de México es analizado a partir de revisar la naturaleza de la
producción de espacio, es decir de los procesos de urbanización formales e
informales y sus implicaciones, así como desde un entendimiento del caso
como “ciudad en riesgo permanente” que, no obstante, podría apostar por
esquemas de mayor resiliencia y sustentabilidad.
En un tenor similar, Escandón revisa el mismo caso de estudio, el de la Ciudad
de México, haciendo énfasis en la necesidad de realizar un análisis sistémico
e interdisciplinar, sobre la relación entre cambio climático, cooperación
internacional y políticas urbanas locales, para así lograr una mejor construcción
del problema y de sus posibles soluciones. Para ello, el autor se centra en
la cuestión del ordenamiento territorial como vía para reducir las causas del
cambio climático y los impactos de transformación ambiental en curso, lo cual
hace a través de estudiar el suelo de conservación como un ente híbrido, esto
es, un ente con una dimensión material y dimensiones de representación en
las que diversos actores intervienen en su propia producción. En su análisis,
al sugerir que en la actual política climática, en particular el Programa de
Acción Climática de la Ciudad de México 2014-2020, existe una “ignorancia
asimétrica” que generaliza contextos que son muy dinámicos desde un punto
de vista ambiental, social, cultural y económico, Escandón apuesta en cambio
por una gobernanza híbrida.
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En una segunda parte, las contribuciones versan sobre los vínculos entre
adaptación y gestión del agua desde una mirada integral, identificando retos
y oportunidades en la gobernanza urbana que no sólo desbordan lo sectorial,
sino que impactan lo urbano en un sentido amplio al generar sinergias o co-
beneficios en cuestiones que van desde la salud urbana, hasta la planeación del
uso del suelo, el diseño del espacio construido y la expansión de los espacios
verdes.
En este sentido, Jiménez et al develan con argumentos técnicos y una lectura
multidisciplinaria, cómo la Ciudad de México puede ser afectada por el
cambio climático a partir de cambios experimentados en la calidad del agua.
Al advertir que el Plan de Acción Climática de la Ciudad de México debería
ampliar sus objetivos relacionados con el tema del agua para también incluir la
cuestión de los riesgos asociados a la calidad del líquido (además del control de
fugas, la conservación, y el desarrollo de infraestructura), las autoras analizan
tres cuestiones: (1) el impacto de eventos hidrometeorológicos extremos en
la calidad del agua, en este caso del acuífero de Xochimilco; (2) el efecto
del aumento de las temperaturas en la capacidad de descontaminación de
fuentes de agua, para lo cual se enfocan en el caso del Río Magdalena; y (3) la
evaluación de la vulnerabilidad de la población a enfermedades transmitidas
por el agua en un contexto climático, y la relación de la calidad del agua con
enfermedades diarreicas agudas. Como resultado, el trabajo da cuenta de los
principales retos y potenciales medidas de adaptación y mitigación para los
diferentes casos de estudio y principales actores involucrados, así como las
limitaciones o lagunas de información que dificultan la valoración y la toma
de decisiones.
Por su parte, Ruíz hace un análisis de la adaptación al cambio climático y la
gestión del agua urbana en un panorama de abundancia natural hídrica, como es
el caso del Estado de Chiapas. Al criticar las visiones tecnocráticas y apolíticas
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En una tercera parte, las dos contribuciones que la componen revisan los
múltiples factores que tornan a las ciudades sensibles al acceso, gestión,
consumo y desecho de energía y materiales en un contexto de cambio
climático. En particular los trabajos se centran en el agua, la energía, el uso
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El conjunto de trabajos que aquí se presenta busca abonar la cada vez más
necesaria reflexión sobre la transición-transformación urbana. Como se dijo,
no se trata de una revisión exhaustiva, pero sí de una contribución colectiva de
parte de académicos y asesores expertos operando dentro y fuera de espacios
de toma de decisiones, tanto de gobierno como de otra índole. Esperamos que
esta entrega sea de utilidad para la coproducción de imaginarios, la planeación
y la acción que habiliten espacios urbanos más sustentables, resilientes, justos
y equitativos.
Como colectivo esperamos seguir contribuyendo de esta y otras formas,
buscando una continuidad en nuestra reflexión y análisis acerca de las
implicaciones del cambio climático y la erosión ecológica, en especial a
escala urbana.
Referencias
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Delgado Ramos
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Delgado Ramos, G.C. 2015-B. “Complejidad e interdisciplina en las nuevas
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I. Ciudades sensibles a riesgos asociados
al cambio climático
Capítulo 1
Introducción
De conformidad con el informe del Panel Intergubernamental de Cambio
Climático (IPCC, 2013), el calentamiento en el sistema climático es inequívoco,
y éste se ha exacerbado desde la década de los años 50 debido al incremento
antropogénico en las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI)1,
lo que ha provocado, entre otros efectos, el calentamiento de la atmósfera y el
océano, la disminución de los volúmenes de nieve y hielo y la elevación del
nivel del mar. Por tanto, el cambio climático, entendido como un cambio de
clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la
composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural
del clima observada durante periodos de tiempo comparables, constituye una
amenaza para los ecosistemas, la sociedad y el desarrollo de las actividades
económicas (Peña y Neyra, 1998). Esto coloca a la gestión integral de riesgos
como un aspecto central en las ciudades, cuya expansión es impulsada por la
modernización capitalista que disputa más espacios para su consolidación, en
muchos casos, ajena a consideraciones climáticas.
Así, tenemos que los desarrollos inmobiliarios formalmente establecidos al
amparo de la gobernanza neoliberal orientada por la lógica de la mercancía
1 Los principales gases de efecto invernadero son: bióxido de carbono (CO2), óxido nitroso
(N2O), metano (CH4), ozono (O3) y clorofluorocarbonos (CFC), componentes gaseosos de la
atmósfera que absorben y reemiten radiación infrarroja.
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Una aproximación a la gestión integral de riesgos asociados al cambio climático en las ciudades
con los riesgos y tensiones que la ciudad enfrenta”. De igual forma, sostiene: En la Ciudad de
México (CDMX), la mayor expansión urbana se ha registrado en el Suelo de Conservación,
ejerciendo presión sobre los servicios ambientales que éste provee. En este contexto, la SEDUVI
colabora con la SEDEMA para integrar políticas de protección del Suelo de Conservación y sus
servicios ambientales en el nuevo Programa General de Desarrollo Urbano de la CDMX, con
el fin de homologarlas con las del ordenamiento ecológico; sin embargo, el POEL data del año
2000 y el atlas referido es inexistente (SEDEMA, 2016).
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Conclusiones
La situación de vulnerabilidad de México ante el cambio climático exige
trabajar en su reducción, de manera que no puede dejarse a un listado enorme
de instrumentos jurídicos desarticulados; por el contrario, es necesaria una
voluntad política orientada a la gestión integral de riesgos para elaborar e
implementar los instrumentos de planeación urbana a partir de los contenidos
del ordenamiento ecológico del territorio, como estrategia de adaptación al
cambio climático.
La identificación y reducción de la vulnerabilidad climática corresponde a
todos los niveles de gobierno, pero de manera ineludible al ámbito local,
por lo que resulta impostergable que los municipios ejerzan sus facultades
implicadas en la construcción de ciudades seguras, sustentables y resilientes
ante el cambio climático, lo cual exige articular la ordenación territorial y con
la protección del ambiente.
El gobierno mexicano debe reevaluar su papel y responsabilidad por el
creciente riesgo de eventos climáticos extremos en las ciudades. Esta situación
implica una deconstrucción de su actual papel de agente de negocios, basado
en la lógica del mercado, que ha permitido el desarrollo y la expansión de
las ciudades en respuesta a los flujos de capital. De esta manera, el Estado
ha descuidado su papel decisivo en la planificación sostenible del territorio,
mediante la falta de expedición, implementación y verificación de los
instrumentos jurídicos necesarios para que todas las personas puedan ejercer
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Una aproximación a la gestión integral de riesgos asociados al cambio climático en las ciudades
Referencias
Adger, W.N. 2006. “Vulnerability”. Global Environmental Change. 16(3):
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Anglés Hernández, M. 2015. “Pobreza y desarrollo sostenible, alguna
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por entidades federativas. Consejo Nacional de Evaluación de la Política
de Desarrollo Social. México.
CPEUM. 2015. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
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Capítulo 2
Introducción
La temporada de lluvias de 2017 provocó importantes inundaciones en la Ciudad
de México, dejando en evidencia la vulnerabilidad de la ciudad. Por otra parte,
los daños y muertes que provocó el sismo del 19 de septiembre dejaron claro
que la prevención de riesgos de desastres en la ciudad tiene que ser revisada y
que las normativas y técnicas de construcción son insuficientes. En el caso de
riesgo de inundaciones, pese a la construcción de infraestructura de mitigación
como el Sistema de Drenaje Profundo integrado por el Túnel Emisor Central, el
Gran Canal de Desagüe y los túneles Emisor Poniente y Oriente, la ciudad sigue
siendo vulnerable a inundaciones debido a factores como la limitada capacidad
de infiltración pluvial por el exceso de suelos impermeables, los cambios en
los patrones de caída de lluvia que implica el cambio climático y que proyecta
lluvias torrenciales de mayor intensidad y en menor tiempo.
No debemos olvidar que la ciudad fue construida sobre una zona lacustre,
volcánica y sísmica donde se han presentado numerosos desastres desde la
época colonial hasta finales del siglo XX. No obstante, y pese a su peligrosidad,
la Ciudad de México sigue siendo un polo de atracción económica que deriva
en un crecimiento constante; para 2010 la tasa de crecimiento de la Zona
Metropolitana de la Ciudad de México estaba en alrededor del 3% anual (Baker,
2012).
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1 El Buen Vivir es una alternativa para la idea del desarrollo. Es un concepto de bienestar
colectivo que surge, por un lado del discurso postcolonial, crítico al desarrollo y, por otro lado,
de las cosmovisiones de los pueblos originarios andinos. El Buen Vivir (o Vivir Bien) es una
visión ética de una vida digna, siempre vinculada al contexto, cuyo valor fundamental es el
respeto por la vida y la naturaleza.
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a partir de ese gran desastre, así como de los avances técnicos que permiten
realizar importantes estructuras a prueba de sismos, es preciso preguntarse si
esos progresos no ofrecen una falsa sensación de seguridad que tiene como
resultado no abrir a discusión el tipo de ciudad que seguimos produciendo.
En ese sentido la memoria resulta fundamental en la toma de decisiones de largo
plazo: ¿la escala temporal en la que se presentan grandes terremotos favorece
el olvido? o ¿estamos frente a una omisión selectiva de “olvidos y recuerdos”
que permiten justificar el tipo de urbanización que seguimos produciendo?2 ¿A
qué lógicas responde la tendencia de seguir construyendo pese a que, desde
hace varias décadas, alcanzamos la clasificación de megaciudad?
Siguiendo las reflexiones que Lefebvre (1980) y Harvey (1991) hacen sobre la
manera en la que los capitales se desplazan de un espacio a otro con la finalidad
de sostener un modelo que beneficia a los detractores de esos capitales, la
urbanización de la Ciudad de México parece ser un ejemplo del impacto del
segundo circuito de circulación de plus-valor, y que responde a una dinámica
de inversiones de capital y construcción de la ciudad que desplazan un primer
circuito que surge de la actividad industrial. De igual forma, la construcción
del espacio urbano responde a la tensión entre las políticas y prácticas de
planificación territorial y las presiones de capitales (representados en este
caso por inmobiliarias y desarrollos comerciales) que una vez que agotan un
espacio económico, requieren de nuevos espacios activos. Como ejemplo está
el caso de la zona de Santa Fe que poco a poco ha sido desplazada hacia el
Corredor Reforma por la insostenibilidad en sus vías de acceso; las fronteras
sociales que ha creado entre el antiguo pueblo y la zona de corporativos es una
2 Baez-Ullberg (2015: 16) llama “lógica de omisión” a los patrones de “olvidos y recuerdos”
en relación a los desastres y que terminan por favorecer determinadas decisiones en la gestión
del riesgo.
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Conclusiones
Un estudio llevado a cabo por el ODI y el PNUD (2014) sugiere que los países
con los mejores sistemas de gestión del riesgo cuentan con altos niveles de
desarrollo humano, estabilidad política y democracia. A escala urbana, cabe
preguntarse si las políticas de gestión de riesgo que ha adoptado la Ciudad de
México en las décadas posteriores al temblor de 1985 han llevado a construir
un espacio verdaderamente más resiliente y un entorno más seguro para sus
habitantes. Los daños por el terremoto del 19 de septiembre de 2017 sugieren
que la magnitud de los desastres depende de la intensidad de la amenaza, y
que la normativas y estrategias de prevención de riesgos y desastres superan la
capacidad de gestión de la ciudad. Esto se explica en parte por la producción
del espacio urbano en la Ciudad de México y las tendencias relacionadas con
su propia inercia económica, donde cohabitan la informalidad y la formalidad;
donde se concretan grandes oportunidades de desarrollo, pero se desperdician
oportunidades para que sea aplicado de forma más igualitaria. Este esquema
de desarrollo genera lo que llamamos tensiones entre el crecimiento y la
generación de riesgos. El resultado es un desarrollo urbano, explicado en
un contexto de análisis latinoamericano, que produce una ciudad desigual y
fragmentada, en la cual se terminan por generar áreas vulnerables, en contraste
con desarrollos habitacionales y financieros de gran escala que responden a un
modelo económico más que a una planificación urbana integral de largo plazo.
Los asentamientos informales y zonas menos favorecidas de la ciudad no son
la única muestra de la vulnerabilidad social: los desarrollos formales, aunque
pasan por una serie de controles y peritajes también pueden generar territorios
de riesgo que en el largo plazo generan una serie de presiones sobre el entorno
dada la alta demanda de insumos que requieren y sus consecuencias colaterales
en el espacio urbano colindante. Por otra parte, dejar la reducción de riesgos de
desastres en manos de los avances de la tecnología (construcción antisísmica
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Referencias
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Building Resilience for a Changing World. The World Bank. Washington,
D.C., EUA.
Bello, O., Ortiz, L., y Samaniego, J. 2014. La estimación de los efectos de
74
Crecimiento y configuración de riesgos
75
Briones y Lucatello
76
Crecimiento y configuración de riesgos
77
Capítulo 3
Introducción
Pese a que el debate ambiental iniciado en Río en 1992 ya contenía el tema de
cambio climático, la cuestión de las transformaciones ambientales conectadas
a la dinámica urbana es mucho más reciente, motivada por el acercamiento de
los plazos establecidos por el Protocolo de Kioto (Ricci, 2016).
De acuerdo con la Convención Marco, el cambio climático se refiere a los
cambios atribuibles directa o indirectamente a la actividad antrópica que alteran
la composición de la atmósfera mundial y que influyen en la variabilidad natural
del clima observada durante períodos comparables. Por otra parte, el Grupo de
Trabajo II del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus
siglas en inglés) usa el término de cambio climático en referencia a cualquier
cambio en el clima a través del tiempo, como resultado de la variabilidad
natural y la actividad antrópica (IPCC, 2014: 45). Desde esta perspectiva, el
cambio climático que se observa en la actualidad es el resultado combinado
de los procesos que generan los cambios en la concentración de gases de
efecto invernadero (GEI) por aumento de quema de combustibles fósiles y
presencia de aerosoles en la atmósfera, la radiación solar y las características
de la superficie terrestre (suelo y cobertura del suelo).
El análisis sistémico de la relación entre cambio climático, cooperación
internacional y políticas urbanas locales, constituye un desafío de difícil
resolución si no se comienzan a ver de forma integrada tanto las perspectivas
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Escandón Calderón
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Cambio climático, expansión urbana y conservación en la periferia
81
Escandón Calderón
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Cambio climático, expansión urbana y conservación en la periferia
83
Escandón Calderón
Cultura política
Desde la segunda mitad de la década de 1980, en América Latina algunos
sectores intelectuales y círculos de opinión empezaron a utilizar ampliamente
la noción de “cultura política”. Como “cultura política” se ha abordado un
conjunto de fenómenos, temas y problemas bastante amplio y heterogéneo.
Historiadores de la cultura, antropólogos y psicólogos sociales han empezado
a interesarse en estos años por un conjunto de fenómenos, que también tienen
que ver con la cultura política: los “imaginarios” y las “mentalidades”,
84
Cambio climático, expansión urbana y conservación en la periferia
85
Escandón Calderón
Gobernanza
Lo primero que se puede mencionar sobre el PACCM es que asume una
descripción de gobernanza2 normativa (la dimensión de lo que “debería
ser”, según el Banco Mundial, 1992 y 2015), asumiendo que los procesos de
coordinación y cooperación entre los distintos actores interesados se dan sin
ningún tipo de conflicto, omitiendo las relaciones de poder entre ellos y en las
distintas escalas en las que los actores interactúan.
Desde el punto de vista conceptual, la gobernanza es definida como “gobierno
relacional” o “gobierno interactivo” (Kooiman, 2004), lo que significa que el
acto de gobernar es compartido, descentralizado, fragmentado y se resuelve
en la cooperación entre actores públicos, privados y sociales a través de
lo que se ha denominado redes o comunidades de política (Natera, 2005;
Aguilar, 2005; Geddes, 2005).
Siguiendo la reflexión de Paz (2015), a México, como a muchos otros países,
el concepto hizo su arribo en su dimensión normativa a través de las reformas
de ajuste estructural de las últimas dos décadas del siglo XX impulsadas
por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que estuvieron
enfocadas a estabilizar la economía y superar la crisis fiscal, así como también
a insertar al país en la globalización económica y financiera.
El Banco Mundial definió una serie de indicadores de buena gobernanza: 1)
voz y rendición de cuentas; 2) estabilidad política y ausencia de conflictos; 3)
eficiencia gubernamental; 4) calidad regulatoria; 5) cumplimiento de la ley,
86
Cambio climático, expansión urbana y conservación en la periferia
87
Escandón Calderón
88
Cambio climático, expansión urbana y conservación en la periferia
Lo que dicen los actores: visiones actuales del SC, reflejo de una
realidad más compleja3
Para los ejidatarios y comuneros, la expansión urbana en el SC tiene las
siguientes causas: falta de planeación y vigilancia por parte de las autoridades
gubernamentales, promoción de asentamientos humanos irregulares por
parte de diputados y políticos, llegada de avecindados con migración de
gente de otros estados, así como el desdoblamiento natural de los ejidos y
comunidades propio de la dinámica demográfica de los pueblos originarios
del SC (Escandón, 2014).
Sobre la falta de planeación y vigilancia por parte de las autoridades, los
ejidatarios y comuneros perciben cambios en el ejercicio de actividades en
las diversas administraciones que se van turnando en el poder y manifiestan
cierto escepticismo respecto de las acciones gubernamentales, restándoles
credibilidad a las autoridades. La violación a las normas de ocupación del
suelo es un tema que los ejidatarios y comuneros indican como una de las
principales deficiencias de las instancias gubernamentales con atribuciones
en el SC, en cuanto a labores de vigilancia. Culpan tanto a los gobiernos de
las delegaciones como al Gobierno de la Ciudad de México, de que dichas
violaciones se reproducen incluso con su consentimiento, lo cual inhibe a los
comuneros y ejidatarios a levantar denuncias correspondientes por violación
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Escandón Calderón
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Cambio climático, expansión urbana y conservación en la periferia
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Escandón Calderón
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Cambio climático, expansión urbana y conservación en la periferia
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Escandón Calderón
En relación con el eje 4 del PACCM (2014), que menciona Manejo sostenible
de los recursos naturales y conservación de la biodiversidad, se considera
que también es una enunciación simplista, y para argumentarlo se menciona
lo siguiente. En cuanto a las políticas y programas gubernamentales, los
comuneros las visualizan como programas para el campo insuficientes,
mal diseñados e inefectivos, políticas poco relacionadas con dinámicas y
necesidades comunitarias que terminan siendo excluyentes, políticas de
conservación que restringen actividades agrícolas, e ineficiencia de programas
de supervisión y vigilancia por parte de los funcionarios (Escandón, 2014).
Sobre la idea de programas mal diseñados e inefectivos, uno que se menciona
de manera recurrente es el programa de reforestación, siendo criticado porque
mucha de la labor de las autoridades se da de manera parcial y con mucha
ineficiencia, a decir de los comuneros y ejidatarios.
El programa de reforestación de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad
de México (SEDEMA) tiene similitud con el Programa Nacional Forestal de
la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), en cuanto a los montos de dinero
asignados. Si se toman en cuenta las reglas de operación en los componentes
de restauración forestal y reconversión productiva, así como el componente de
servicios ambientales, se observa que los montos máximos por hectárea son
de $14,800 pesos. Si se los compara con los precios relacionados con la venta
de lotes para urbanización ($300-$400 pesos/m2 mencionados por uno de los
funcionarios, o $2,000 pesos/m2 mencionados por uno de los comuneros), para
competir con la especulación inmobiliaria se necesitarían montos mínimos
del orden de los 3 millones de pesos por hectárea para desincentivar la venta
clandestina e ilegal de terrenos (Escandón, 2014).
En opinión de los funcionarios, las políticas y programas gubernamentales
de conservación están mal diseñados y aplicados, además de que se verifica
una falta de recursos económicos y humanos, instrumentos legales atrasados
94
Cambio climático, expansión urbana y conservación en la periferia
95
Escandón Calderón
Discusión y conclusiones
Para iniciar la discusión retomemos la pregunta: en la formulación de los
ejes 2 y 4 del PACCM, ¿qué culturas están confrontadas políticamente? Se
puede decir que, en la concepción, el diseño y los mecanismos potenciales
de implementación y ejecución del PACCM, se confrontan por exclusión,
la cultura global enmarcada en gobernanza normativa y cuya problemática
ambiental se relaciona con la mitigación de GEI y, más específicamente, con
la contención de la mancha urbana, contra la cultura de pueblos originarios
cuyo conflicto principal a resolver es salir de las condiciones de pobreza y
marginación en las que viven. Algunos autores atribuyen la ineficiencia de
la planificación a enfoques interpretativos inadecuados (Ricci, 2016). Esto
incluye la persistencia, en el ámbito regulador, de enfoques impregnados
por la “ignorancia asimétrica” y de la posición hegemónica y dominante
de la producción científica occidental, que a menudo asume o produce
estrategias de universalización y prácticas de exclusión de la producción del
conocimiento (Ricci, 2016). Esto es evidente en el PACCM, donde el grupo
académico coordinador de dicho documento es el Centro Mario Molina
que, como poseedores de los saberes “eruditos”, ni siquiera consideran a los
saberes locales, ignorando y omitiendo que gran parte de las estrategias que
han permitido hasta ahora la conservación del territorio en el SC y que son
96
Cambio climático, expansión urbana y conservación en la periferia
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Escandón Calderón
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Cambio climático, expansión urbana y conservación en la periferia
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Escandón Calderón
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Cambio climático, expansión urbana y conservación en la periferia
101
Escandón Calderón
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Cambio climático, expansión urbana y conservación en la periferia
103
II. Adaptación y gestión integral
en ciudades sensibles al cambio
climático: retos y oportunidades en la
gobernanza urbana
Capítulo 4
Introducción
El cambio climático afectará la calidad del agua. A pesar de ello, los estudios
para proyectar sus impactos son aún escasos en la literatura (IPCC, 2014), lo que
limita las posibilidades para que los gobiernos disminuyan la vulnerabilidad
de su población mediante acciones efectivas. Un ejemplo es el Programa de
Acción Climática para la Ciudad de México 2014-2020 (Velasco et al, 2014).
Este programa propone para el tema del agua: (a) el control de fugas en la
red de suministro para la Ciudad de México; (b) la conservación del agua en
edificios públicos; y, (c) el desarrollo de infraestructura para preservar el agua
sólo en el área de conservación. Ello a pesar de que el Programa de Acción
señala que la Ciudad de México es altamente vulnerable al cambio climático
por diversos aspectos relacionados con el agua. Autores como Escolero et
al (2009) y Soto et al (2009), entre otros, han hecho notar la necesidad de
expandir la visión del gobierno para promover medidas de adaptación que
incluyan de manera más global los aspectos hídricos, en particular el tema de
la calidad del agua.
Por otra parte, es importante destacar que los estudios de impacto por el
cambio climático en al agua deben ser realizados a nivel local, no sólo porque
los efectos son muy variados y complejos, sino también porque dependen de
107
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
El primer estudio de caso se seleccionó para ilustrar cómo la calidad del agua
de la principal fuente de suministro de la Ciudad de México, que es el acuífero,
es deteriorada por lluvias intensas. El segundo porque, de acuerdo con la
literatura, el incremento de la temperatura atmosférica y del agua a causa del
cambio climático disminuye la capacidad natural de autodepuración de los
ríos (IPCC, 2014), lo que puede ser crítico para un río urbano que se emplea
como fuente de abastecimiento. El tercer estudio fue realizado para conocer
la relación del cambio climático con la calidad del agua y las enfermedades
diarreicas usando la información y metodologías disponibles, pero ello no se
pudo realizar, por lo que se optó por evaluar la vulnerabilidad de la población.
108
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
109
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
110
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
111
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
2000
Acuífero principal
1800
Tppc
1600
112
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
Metodología
Datos empleados
La información sobre la precipitación pluvial proviene de cinco estaciones
climatológicas reportadas en la metabase CLICOM (DGCOH, 2007). Se
analizaron datos de calidad de agua de 79 sitios de monitoreo para el periodo
1980-2007 (SACM, 2008). Se encontró que sólo se contaba con suficientes
datos para reflejar los cambios en la calidad del agua con la precisión y
significancia requerida para este trabajo para la conductividad y los sólidos
disueltos (SDT) en veintitrés de los pozos. Trece de estos pozos están en la
parte este del acuífero y diez en la oeste. Desafortunadamente, los datos sobre
coliformes fecales, que constituyen un parámetro relevante para reflejar la
contaminación fecal, fueron insuficientes para realizar correlaciones directas,
por lo que se estableció una correlación indirecta entre este parámetro y los
previamente mencionados.
113
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
(Ecuación 1)
114
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
(Ecuación 3)
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Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
(Ecuación 4)
(Ecuación 5)
Resultados
Características del acuífero
El acuífero tiene una vulnerabilidad muy diferente al este que al oeste. Por
ello, los datos se analizaron por separado para cada una de estas zonas. En la
zona este, la vulnerabilidad es alta porque el acuífero no está confinado, hay
una gran extracción de agua que induce la infiltración del acuitardo superior,
el nivel piezométrico es alto y el espesor del suelo es delgado (menor a 1 m).
En contraste, en la zona oeste, la vulnerabilidad es baja pues el acuífero es
semiconfinado, está cubierto por capas consolidadas y el nivel piezométrico
es de 20 m.
En la zona este, la conductividad promedio fue de 568 µS/cm, los SDT de
425 mg/L y el 10% de las muestras estuvieron contaminadas con coliformes
fecales. En la zona oeste, la conductividad resultó de 533 µS/cm, los SDT de
116
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
117
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
118
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
119
Tabla 2. Conductividad y SDT en función de la precipitación pluvial mensual acumulada
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
120
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
121
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
de los ríos de montaña, es uno de los impactos que se proyectan por el cambio
climático (IPCC, 2014). Ello se debe al decremento en la concentración de
oxígeno disuelto en el agua conforme aumenta su temperatura. Para degradar
la contaminación orgánica, los microorganismos necesitan oxígeno disuelto y,
puesto que la solubilidad decrece con la temperatura, hay menor cantidad de
oxígeno disponible para este proceso en condiciones de cambio climático. En
la Ciudad de México, la estación de calor coincide con la estación de lluvias;
las lluvias generan un mayor arrastre de contaminantes a los ríos por medio de
la escorrentía, generando así una mayor demanda de depuración. El siguiente
estudio de caso explora el impacto del cambio climático en la capacidad de
autodepuración de uno de los pocos ríos de la ciudad de México que corren a
cielo abierto y que están limpios. El río se ubica en la zona de montaña.
122
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
Metodología
Características de la depuración
El análisis se realizó empleando la teoría de autodepuración (figura 4), de
123
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
acuerdo con la cual el oxígeno disuelto del agua es consumido a lo largo del
río por microrganismos para biodegradar la contaminación orgánica mediante
un proceso de respiración biológica.
124
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
donde,
D: déficit de oxígeno disuelto o contenido de oxígeno disuelto en el río
para un volumen de control dado en condiciones estacionarias y flujo
pistón, mg/L
Do: déficit del oxígeno inicial de saturación en el agua, mg/L
Lo: concentración inicial de materia carbonada medida como DBO, mg/L
Lb: concentración inicial de DBO proveniente de fuentes difusas de
contaminación, mg/L
No: demanda inicial de oxigenación por el contenido de nitrógeno en la
materia orgánica medida como DBO, mg/L
S: demanda de oxígeno por los sedimentos, mg/L
P: producción fotosintética de oxígeno, mg/s
R: sumideros y fuentes de oxígeno por la respiración y fotosíntesis de las
plantas acuáticas [macrófitas y fitoplancton (algas) y plantas bénticas
adheridas] (Lin, 2001), mg/s
ka: tasa de re-aereación, s-1
kb: tasa de remoción de la DBO proveniente de fuentes difusas, s-1
kd: tasa de re-aereación de la DBOc, s-1
kn: tasa de remoción de la DBOn, s-1
u: velocidad promedio del río, m/s
x: distancia, m
La inspección en campo del sitio de estudio mostró que la ecuación 6 podía ser
simplificada al eliminar los términos para la oxidación del nitrógeno (puesto
que la concentración de este gas es baja), la respiración de los sedimentos
(toda vez que el lecho del río es rocoso) y el de la biodegradación de la
contaminación que proviene de fuentes difusas (ya que son bajas en el tramo
del estudio). El suministro adicional de oxígeno por plantas acuáticas fue
también descartado, dado que hay poca vegetación dentro del río y se carece
de datos sobre la actividad fotosintética. Se obtuvo así la ecuación 7. Además,
para respetar las condiciones del modelo referente al flujo pistón, el río se
dividió en dos tramos (figura 4).
125
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
k d Lo
D = Doe − k a x / u +
ka − k d
(e −kd x / u
)
−e − k a x / u (Ecuación 7)
donde, para el primer tramo las tasas de biodegradación (kd) y de reaeración (ka)
a 20° C fueron de 225 d-1 y 1.5 d-1 para el primer tramo y de 0.671 d-1 y 0.69 d-1
para el segundo (Peavy et al, 1985). Para ajustar los valores de las tasas a las
diferentes temperaturas ambientales se usó la ecuación de Arrhenius (Metcalf
y Eddy, 2003) con un factor de corrección θd= 1.056 para kd y de θa=1.024
para ka (Schnoor, 1996). La velocidad del río se estimó a partir del caudal,
la sección transversal y la profundidad, usando datos obtenidos durante la
campaña de medición.
En total se realizaron cuatro campañas de monitoreo cubriendo la época de
lluvias y de sequías durante 2010 y 2011, considerando nueve puntos de
monitoreo. Para calibrar el modelo de Streeter y Phelps, se tomaron datos
de la concentración de oxígeno disuelto (OD), la demanda bioquímica de
oxígeno (DBO), nitrógeno total (NT) y nitrógeno amoniacal (N-NH3+). Para
los análisis, se emplearon los métodos del AWWA, APHA, WEF (2012), en
general. Se usó el detector HACH Sension 156 para medir el oxígeno disuelto,
y el detector 10031 HACH para el nitrógeno. Todos los análisis se realizaron
por duplicado, con excepción de los de la DBO, los cuales se hicieron por
triplicado. Además, se recogieron datos de la temperatura atmosférica y del
agua a lo largo del río, encontrando que hay un incremento de la temperatura
de 6.5° C por cada kilómetro menor de elevación del río, lo que concuerda con
la literatura (Figueruelo y Davila, 2004).
Escenario Base
Se construyó la línea base (sin cambio climático) para el 2020 y el 2050
a partir de datos históricos y experimentales. Para ello se usaron bases de
126
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
127
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
Resultados
Un resumen de los resultados del estudio en campo sobre la calidad del agua, el
caudal (Q), la velocidad (v) y la profundidad del agua en el río (Y) se muestran
en la tabla 3; éstos fueron los datos empleados para calibrar el modelo. Se
encontró que, durante la época de lluvias, el flujo del río se puede incrementar
hasta en tres veces el flujo promedio.
128
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
129
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
130
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
Tabla 4. Contenido inicial de oxígeno disuelto en el río en mg/L para el 2020 con
el modelo ECHAM
131
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
1 23 13 -29 61 26 29 21 12 14 13 61 39 17 21
2 -30 64 83 52 52 85 75 61 36 31 52 24 61 75
3 22 -17 43 32 22 21 20 10 44 40 32 63 9 20
4 73 37 57 53 70 89 70 58 58 59 53 7 61 70
5 69 42 90 80 81 90 66 63 60 62 80 60 59 66
6 -57 -59 -54 -44 -55 -52 -57 -60 -54 -59 -44 12 -59 -57
7 -42 -43 -35 -33 -34 -31 -32 -25 -15 -15 -33 62 -12 -32
8 -57 -51 -51 -54 -47 -45 -50 -56 -53 -23 -54 60 -36 -50
9 -61 -61 -58 -60 -53 -51 -56 -60 -68 -66 -60 -55 -42 -56
10 96 75 88 43 86 94 95 32 29 35 43 -3 37 95
11 44 84 47 30 50 49 96 10 -11 1 30 -31 33 96
12 -8 74 -10 -6 17 5 7 53 51 62 -6 -47 59 7
Promedio 6 13 14 13 18 24 21 8 8 12 13 16 16 21
132
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
La figura 6 muestra que, para todas las condiciones con cambio climático,
la concentración total de materia orgánica que entra a la potabilizadora se
mantiene por debajo de la carga tolerable de 345 kg DBO/d (30 mg/L de
DBO). Ello ocurre incluso para valores de DBO a la entrada elevados. Los
resultados para las épocas de sequía y de lluvias, son consistentes con los
valores observados durante la campaña de monitoreo 2010 y 2011. Se encontró
una concentración promedio de 48 kg DBO/d como carga de entrada durante
la época sequía, por lo que las condiciones de operación de la potabilizadora
son mejores que en la época de lluvias, donde la carga que entra es de 227 kg
DBO/d. Para los escenarios 2020 y 2050 las cargas estimadas para la estación
seca son de 89 y 110 kg DBO/d, respectivamente, representando un incremento
de 1.8 y 2.3%, en cada caso, en relación con los valores de referencia. Para
la época de lluvias, la carga promedio estimada fue de 394 y 296 kg DBO/d,
respectivamente, por lo que el aumento es de 1.7 y 1.3% en relación con el
valor medio (kg/d de DBO). Más aún, para el 2050 cuando la precipitación
aumenta, la carga entrante a la potabilizadora está aún por debajo del valor
del 2010.
133
Figura 6. Carga orgánica mensual entrando a la potabilizadora medida como DBO empleando los
modelos ECHAM y HADCM para las proyecciones al 2020 y 2050.
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
134
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
135
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
136
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
137
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
Antecedentes
En la Ciudad de México, las diarreas agudas son la sexta causa de morbilidad en
niños. Las diarreas se asocian con la carencia de servicios de agua y la pobreza,
y tienen un patrón estacional, siendo más frecuentes en la época de calor y de
lluvias. La precipitación pluvial intensa es causa del arrastre de patógenos y
parásitos a las fuentes de agua, constituyendo un riesgo (Hammond y Pryce,
2007). En la Ciudad de México, las diarreas agudas (EDA) incrementan
15% en la estación de calor y de lluvias (GDF, 2009). Las EDAs provocan
pérdidas económicas cuando se pierden días de trabajo, se incurre en gastos
médicos o hay menor derrama económica en sitios turísticos, en restaurantes
y en otras actividades donde impactan. Para la gente pobre, el costo es aún
mayor ya que un día sin trabajo representa un día sin ingresos económicos.
Los costos únicamente por consultas médicas y hospitalizaciones ascienden
a 35 USD/evento-enfermedad (Chacón y Leal, 2006). La diferente afectación
por los efectos de cambio climático en la población se mide por medio de la
evaluación de la vulnerabilidad. La vulnerabilidad es una condición sistémica
multifactorial, multisectorial, multitemporal y multiescala (IPCC, 2007 y
2012).
138
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
O E
Azcapotzalco Gustavo A.
Madero S
Estado de México
oc
Venustiano
tém
Miguel Carranza
uh
Hidalgo
a
Cu
Iztacalco
Benito
Juárez
Cuajimalpa Álvaro
de Morelos Obregón
Iztapalapa
Coyoacán
Tláhuac
Magdalena
Xochimilco
Contreras
Tlalpan
Milpa
Alta
0 5 10 20
Kilómetros
Morelos
139
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
Metodología
La mayor parte de la información usada provino del Sistema de Aguas de la
Ciudad de México (SACM, 2008) con excepción de los datos sobre salud que
se obtuvieron del Ministerio correspondiente. Las bases de datos de la calidad
del agua contienen 15 parámetros; de éstos, siete (pH, sólidos disueltos totales
SDT, dureza total, coliformes totales CT, coliformes fecales CF, turbiedad y
cloro libre residual) fueron seleccionados para el estudio por su relevancia.
Puesto que las bases de datos de salud sólo cubrían el periodo 1995-2008, se
usó este mismo periodo para seleccionar los datos de calidad de agua en 202
pozos. Diez enfermedades catalogadas por el 10th International Classification
of Diseases (CVE-CIE10, WHO) fueron elegidas para el estudio, mismas
que fueron reagrupadas en seis categorías: (a) fiebre tifoidea (A01.0); (b)
giardiasis (A07.1); (c) hepatitis aguda A (B15); (d) infecciones intestinales
y enfermedades causadas por otros tipos de organismos no identificados
(A04, A08, A09); (e) paratifoidea y salmonelosis (A01.1, A01.4, A02); y (f)
shigelosis (A03).
140
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
Casas
Población Habitación
% conectadas al drenaje
Población total
Superficie
de agua
km2
Delegación
Milpa Alta 228,4 130,582 12.5 46.3 69.7 98.4 82.6 96.3
141
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
142
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
(Ecuación 8)
143
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
(Ecuación 9)
El peso wj para cada indicador j se estimó con la ecuación 10, de acuerdo con
Iyengar y Sudarshan (1982), donde i = 1,…,6 representa las delegaciones; k es
el indicador en evaluación (j = 1,…,k); y vari(Xij) es la varianza del conjunto
de los valores Xij para el indicador j estandarizado para cada delegación i
estudiada.
(Ecuación 10)
Además, se supuso que la suma de todos los pesos asignados debía cumplir
con la ecuación 11, usando c como el parámetro de estandarización estimado
con la ecuación 12.
(Ecuación 11)
(Ecuación 12)
(Ecuación 13)
144
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
El valor obtenido para la vulnerabilidad (IVi) se clasificó como: (a) muy baja
(0 ≤ IVi < 20º percentil); (b) bajo (20 ≤ IVi < 40º percentil); (c) moderado (40
≤ IVi < 60º percentil); (d) alto (60 ≤ IVi < 80º percentil); y e) muy alto (80 ≤ IVi
< 100º percentil). Cada categoría para el índice de vulnerabilidad estimado se
determinó usando una función de distribución probabilística beta.
Resultados
Clima, calidad de agua y enfermedades
La tabla 8 muestra los valores obtenidos para los promedios diarios de
temperatura atmosférica y precipitación pluvial por delegación. La figura 9
muestra los valores máximos obtenidos para siete de los parámetros de calidad
del agua en el periodo 1995-2008 en la delegación Xochimilco, como ejemplo;
para comparación se muestran entre paréntesis los valores que establece la
norma de calidad del agua.
En los datos se observa que, en las seis delegaciones, los parámetros que con
mayor frecuencia violaron la norma de agua potable fueron la turbiedad y
coliformes fecales, y ello casi siempre en la época de lluvias. Los coliformes
se encontraron en el agua incluso cuando ésta contenía cloro residual, lo que
se explica por una contaminación reciente y el insuficiente tiempo de contacto
entre las bacterias y el cloro. Sólo para la delegación Xochimilco se encontraron
coliformes fecales también en la época de sequía. Esta delegación se localiza
en la zona de recarga del acuífero, en donde también hay carencia de drenaje
y se usan fosas sépticas como medio de saneamiento. Cifuentes et al, (2002)
y Torres (1999) relacionaron la presencia de enfermedades diarreicas hídricas
con la presencia de patógenos resistentes al cloro en esta misma delegación.
145
Figura 9. Xochimilco, valores máximos mensuales para el periodo 1995-2008,
para los parámetros de calidad de agua estudiados
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
146
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
Las enfermedades más frecuentes en las seis delegaciones fueron las del grupo
de infecciones intestinales, las cuales se observan en particular durante la época
de lluvias. Á. Obregón, M. Hidalgo y Xochimilco fueron las delegaciones
con mayor número de diarreas, en tanto que Cuajimalpa, M. Contreras y
Milpa Alta fueron las delegaciones con menos. Por ello, no se encontró una
clara relación entre el nivel de ingreso de una delegación y la presencia de
enfermedades diarreicas.
147
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
Tabla 9. Parámetros para las relaciones lineales estimadas para la calidad del
agua y las condiciones promedio diarias de precipitación, 1995-2008.
Delegación pH SDT DT CT CF Turbiedad Cl
148
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
Tabla 10. Parámetros para las relaciones lineales entre las enfermedades por
diarrea aguda (EDA) y la calidad de agua
Fiebre tifoidea
-.0038 -0.0472 -0.0616 -0.0617 -0.0748 -0.0424
A. Obregon
(0.9671) (0.6140) (0.5616) (0.6367) (0.6508) (0.8033)
0.1513 -0.0802 -0.0840 0.1118 -0.0229 -0.0817 Sr
Cuajimalpa
(0.3098) (0.6521) (0.5875) (0.5100) (0.9007) (0.7111)
-0.0247 -0.1039 0.1152 0.4156 0.5749 Sr Sr
M. Contreras
(0.8634) (0.4922) (0.4305) (0.0486) (0.0315)
-0.1476 (0) -0.1418 0.1752 -0.0853 -0.0733 -0.2356
M. Hidalgo
(0.1492) (0.1753) (0.1177) (0.5602) (0.7218) (0.2677)
0.1244 -0.2601 0.0595 -0.0859 0.2055 -0.1227 -0.1078
Milpa Alta
(0.5203) (0.2549) (0.7775) (0.6699) (0.3588) (0.4124) (0.6804)
0.0782 -0.0635 -0.0693 0.0102 (0) 0.3721 -0.1316
Xochimilco
(0.4739) (0.5685) (0.5263) (0.9283) (0.0007) (0.2506)
Giardiasis
0.3576 0.4173 0.0097 -0.1287 -0.1696 -0.2632
A. Obregon
(0.0001) (0.0000) (0) (0.9275) (0.3230) (0.3020) (0.1156)
-0.3559 0.1536 -0.2229 0.1109 -0.1629 0.0027 Sr
Cuajimalpa
(0.0036) (0.2868) (0.0816) (0.5074) (0.3729) (0.9901)
-0.2069 -0.2369 -0.1779 0.2944 0.3268 -0.2099 -0.2524
M. Contreras
(0.0981) (0.0845) (0.1630) (0.1079) (0.1482) (0.5125) (0.4286)
-0.0581 -0.0379 -0.0023 -0.0176 0.4076 -0.1074 -0.1763
M. Hidalgo
(0.5716) (0.7258) (0.9826) (0.8763) (0.0036) (0.6015) (0.4099)
-0.1565 0.0511 -0.1158 0.2370 0.0172 -0.1609 -0.3923
Milpa Alta
(0.2449) (0.7300) (0.4091) (0.1408) (0.9321) (0.5374) (0.1194)
0.1444 0.0787 -0.1071 -0.2007 -0.0664 -0.1309 -0.0965
Xochimilco
(0.1672) (0.4607) (0.3068) (0.0608) (0.5415) (0.2294) (0.3704)
Hepatitis aguda A
-0.0542 -0.0952 -0.0931 -0.0874 -0.0368 -0.2243 -0.0072
A. Obregon
(0.5633) (0.3178) (0.3225) (0.4102) (0.7782) (0.1698) (0.9661)
-0.1214 -0.0987 -0.0989 -0.2327 -0.1999 0.1033 Sr
Cuajimalpa
(0.3394) (0.4952) (0.4484) (0.1658) (0.2809) (0.6473)
0.1783 0.1968 0.1100 -0.0574 -0.0536 0.2447
M. Contreras
(0.1552) (0.1222) (0.5557) (0.8047) (0.8686) (0.4434)
149
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
150
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
Datos e información
A pesar de que la información para la precipitación pluvial y la temperatura
era suficiente para realizar el estudio correspondiente a la calidad de agua,
para el caso de las enfermedades diarreicas no lo fue. Para la calidad de agua,
la frecuencia de monitoreo es muy baja pero también irregular. Sólo para el pH
se contó con un número significativo de datos y para el periodo 1955-2008;
mientras que, para los otros parámetros, los datos fueron pocos y solo abarcan
el periodo 2000-2010. La principal fuente de incertidumbre de los resultados
se atribuye, por tanto, a la carencia de datos. La falta de información no puede
ser explicada por el nivel económico de la ciudad. Éste junto con el valor
estratégico del agua para la ciudad y la capacidad institucional de la misma,
son razones suficientes para contar con más información. En la mayoría de
los casos se dispuso de un máximo de tres datos por año por parámetro y
delegación. Para el contenido de cloro residual libre, que es un parámetro
fundamental para proteger la salud humana, se dispuso de cinco datos por día
por cada 100,000 habitantes, para toda una delegación y como lo establece
la norma de monitoreo mexicana (NOM-179-SSA1-1998). Dicha norma
señala que, para ciudades como la de México, es suficiente con una muestra
diaria simple por cada 50 mil habitantes para parámetros físico-químicos, y
una por cada 250 mil habitantes para los microbiológicos. A pesar de ello,
los datos son insuficientes para aplicar las metodologías convencionales para
151
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
estudios de cambio climático, además de que los datos son recabados con
una frecuencia errática (su mayoría para la época de lluvias). La falta de
datos y la incongruencia entre la frecuencia de monitoreo de los parámetros,
pero también de los sectores (agua y salud), son una fuente importante de
incertidumbre. Además, para cambio climático es tan importante monitorear
la época de lluvias como la de sequías.
Mas preocupante aún, es que la información referente a las enfermedades
diarreicas se encontró dispersa en un gran número de reportes, los cuales
clasifican cada uno de manera diferente las enfermedades. Un segundo
problema con los datos de salud fue su disponibilidad, exclusivamente para
el periodo 1995-2008, lo que simplemente es insuficiente para el análisis de
cambio climático.
Vulnerabilidad
Como era de esperarse, los índices de vulnerabilidad estimados (IVi) (tabla 11)
dependen de los datos obtenidos, pero también del peso dado a cada uno de los
indicadores. En los resultados se observa que la vulnerabilidad de la población
depende en 24.4% de su exposición al riesgo, 37.8% de su sensibilidad y 37.9%
de su capacidad de adaptación. Esto indica que el riesgo se puede disminuir
significativamente simplemente reduciendo la sensibilidad e incrementado
la capacidad de adaptación de la población. Se observa además que, con el
tiempo, el indicador de exposición aumenta entre 1995 y 2005, para disminuir
a partir de 2010. También, con el tiempo, la sensibilidad tiende a disminuir al
contrario de la capacidad de adaptación (resultados no mostrados). Además,
los indicadores que caracterizan a la población (inseguridad alimentaria,
falta de acceso a servicios de salud, sensibilidad y analfabetismo, capacidad
de adaptación) resultaron ser los que más determinan la vulnerabilidad. En
cuanto al clima, únicamente la precipitación pluvial mostró ser relevante para
152
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
Milpa Alta 64.7 Milpa Alta 66.4 Xochimilco 63.7 Milpa Alta 60.7
153
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
Medidas de adaptación
A partir de los resultados se recomendaron las siguientes medidas de
adaptación:
• Fuera del sector hídrico:
- Mejorar el acceso a los servicios de salud.
- Combatir el analfabetismo.
154
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
recabar datos para el clima que para la calidad de agua. Es también necesario
reflexionar sobre la congruencia entre los diferentes tipos de monitoreo, tanto
por época del año como entre sectores.
La frecuencia y forma de monitoreo de la calidad de agua en la Ciudad de
México resultó inapropiada para realizar un análisis de los impactos por
cambio climático. Ello preocupa ya que incluso cuando el gobierno decidiera
hoy en día iniciar un monitoreo diferente, se requerirían 30 años para contar
con la información necesaria. Retrasar cualquier procedimiento para un mejor
monitoreo retrasará igualmente cualquier tipo de análisis en el futuro.
A pesar de la falta de datos de la calidad de agua, el análisis de la vulnerabilidad
de la población permite orientar las políticas para proteger a los habitantes de
enfermedades hídricas y los problemas asociados con la calidad de agua.
Este estudio es de particular interés para México ya que, a pesar de que la
Ciudad de México cuenta con mucha más información que el resto del país,
ésta resultó insuficiente e inapropiada para analizar el impacto de cambio
climático.
155
Jiménez Cisneros, Navarro González y Montes
Referencias
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por las enfermedades hidrotransmisibles en el Estado de Morelos, México.
156
Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
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Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
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Riesgos en la calidad del agua por el cambio climático
161
Capítulo 5
1 El término Antropoceno fue acuñado en el año 2000, por el químico y premio Nobel
holandés Paul Crutzen y su colega Eugene Stoermer, quienes plantearon la emergencia de una
nueva era geológica, el Antropoceno, en la que la civilización humana es el motor fundamental
de cambio de las dinámicas climáticas y geológicas del planeta. Es decir, la humanidad se ha
convertido en una fuerza geológica que está modificando la biosfera a escala global (Moore,
2016).
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Adaptación al cambio climático y gestión del agua urbana
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Adaptación al cambio climático y gestión del agua urbana
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Adaptación al cambio climático y gestión del agua urbana
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Estado, el mercado y la sociedad civil” (Castro, 2005), que oculta las relaciones
asimétricas de poder y dominio de aquellos actores con capacidad de manipular
el mercado para sus fines e intereses privados.
En Latinoamérica, y al calor de las políticas neoliberales, la gestión hídrica
se ajusta y adapta, en gran medida, a los principios de la política neoliberal;
véase tabla 1.
170
Adaptación al cambio climático y gestión del agua urbana
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Adaptación al cambio climático y gestión del agua urbana
173
Ruiz de Oña Plaza
Castro (2015) señala que el foco principal de una gestión hídrica urbana
debe centrarse en destacar el vínculo entre las desigualdades e injusticias
en el acceso al agua y saneamiento y los procesos de democratización y
ciudadanización. El mismo vínculo bien podría retomarse en relación a la
interacción entre adaptación y gestión hídrica urbana.
3 Las urbes de Chiapas cuentan con la peculiaridad de que tuvieron un despegue posterior
–entre 1970 y1980– que en otras regiones mexicanas y latinoamericanas. Esto nos permite
observar los efectos recientes de un proceso de urbanización acelerada, que en otros lugares
está alcanzando ya su límite expansivo. Chiapas sigue siendo un estado eminentemente rural,
a pesar de que las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) establecen
una proporción de habitantes urbanos y rurales de aproximadamente el 50% en cada sector. Sin
embargo, el historiador Juan Pedro Viqueira (2009) habla de ciudades “ruralizadas” en Chiapas,
sin opciones de vida digna para gran parte de la población expulsada del agro y cuyo rasgo más
notorio es la enorme disparidad en la distribución de bienes, servicios e ingresos, junto con la
intensificación de conflictos socioambientales.
174
Adaptación al cambio climático y gestión del agua urbana
175
Ruiz de Oña Plaza
176
Adaptación al cambio climático y gestión del agua urbana
4 En junio del año 2013, la Junta de Gobierno del SMAPA aprobó la iniciativa de decreto para
la convocatoria a licitación pública para la celebración de un contrato de Asociación Público-
Privada a un plazo de veinticinco años, consistente en la prestación de servicios de potabilización,
producción, distribución y comercialización de agua potable y servicio de alcantarillado. La
SMAPA se declaraba en quiebra con una deuda de 130 millones de pesos, alegando escasez
de recursos, en medio de acusaciones por gestión fraudulenta (http://aguaparatodos.org.mx/
observatorio-ciudadano-aguas-smapa-con-el-agua-en-tuxtla).
177
Ruiz de Oña Plaza
5 Históricamente, la ciudad se configuró como un mosaico de barrios con una marcada dualidad
(españoles controlando la ciudad en el centro y una periferia indígena-mestiza), insertada en un
territorio netamente indígena. Estos barrios, que inicialmente no eran adyacentes entre sí ni con
el centro, con apenas 12 calles y 18 manzanas, entre los siglos XVI-XIX, crecieron de manera
centrípeta y fueron conurbándose, conectándose con el centro y constituyendo un modelo
de expansión urbana atípico y contrario al centrífugo. San Cristóbal, por 450 años, creció
intramuros, sin ampliar el círculo urbano (Paniagua, 2010; Audry, 2008: 62). Este modelo de
crecimiento permitió la conservación de extensos territorios naturales y cinturones verdes.
178
Adaptación al cambio climático y gestión del agua urbana
Gestión deficiente
• Despilfarro y fugas en muchos puntos de la
del Servicio de
red que no se atienden por falta de personal
Agua Potable y de campo
Alcantarillado • Impago del recibo de agua por parte del
Municipal 60% de los abonados
(SAPAM) • Alta tasa de tomas ilegales, especialmente
en predios que han sido invadidos
GESTIÓN HÍDRICA • Escasez de personal y falta de autonomía
Presencia financiera (la SAPAM tiene un embargo
de sistemas de 148 millones de pesos por impago de la
comunitarios de factura de electricidad)
gestión del agua
(Sistema Chupaltic) • Problemáticas internas relacionadas con la
confianza, abuso de autoridad, corrupción
independientes
y problemas de autogestión
de la gestión
municipal
179
Ruiz de Oña Plaza
6 Ver por ejemplo noticia del periódico digital El Universal, en su sección Red Política, del 26 de mayo
de 2014, por Fredy Martín (2014). Otro caso reciente es el relativo al asesinato en San Juan Chamula
del presidente municipal y 6 personas más el 23 de julio del 2016. Como medida de presión para que
se liberara a los detenidos, comunidades del municipio indígena donde se ubican los manantiales que
abastecen de agua a los barrios san cristobalenses de La Garita y Cuxtitali amenazaron con cortar las
tuberías que distribuyen el agua mediante un sistema de gestión independiente al de la municipalidad
(entrevista con Rafael Miranda, vecino de La Garita, 2 de octubre, 2016; asamblea comunitaria del
Sistema de Agua Potable del Barrio de La Garita, 2 de octubre, 2016)
180
Adaptación al cambio climático y gestión del agua urbana
Fuente: elaboración propia a partir de entrevista con funcionario del SMAPA, trabajo de campo
en reuniones barriales de gestión comunitaria del agua del sistema Chupaltic, y a partir de
sistematización de noticias en prensa local, Diario Mirada Sur y Cuarto Poder, en el periodo de
enero 2015-diciembre 2015).
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Adaptación al cambio climático y gestión del agua urbana
7 Con base en observaciones en las ciudades de Tapachula, Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de
las Casas en los periodos de trabajo de campo 2013-2015 del proyecto Sistemas de Gobernanza
Ambiental del PROIMMSE-IIA-UNAM.
8 Las obras de construcción de la planta generaron protestas por parte de los vecinos de las
colonias aledañas, que alegaron, en primer lugar, no haber sido consultados, irregularidad de la
obra al no contar con los permisos exigidos por la ley y posibles afectaciones futuras derivadas
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Adaptación al cambio climático y gestión del agua urbana
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Referencias
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Adaptación al cambio climático y gestión del agua urbana
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Ruiz de Oña Plaza
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190
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Capítulo 6
Introducción
En este capítulo se exploran los desafíos para las ciudades localizadas en
tierras áridas, particularmente en lo que respecta a la seguridad hídrica en
condiciones de cambio climático. Uno de los impactos del cambio climático
que afecta a las ciudades son los eventos de tormenta severa y las subsecuentes
inundaciones que, se pronostica, van a aumentar en intensidad y frecuencia.
Debido a que las inundaciones pueden dañar la infraestructura urbana y la
propiedad privada, algunas ciudades han invertido en infraestructura gris lo
que, combinado con un aumento en las superficies impermeables (por ejemplo,
pavimentos de concreto y asfalto), ha resultado en ecosistemas degradados,
riesgos para la salud e, irónicamente, un aumento de las inundaciones. En
este capítulo, la infraestructura verde se introduce como una alternativa a la
infraestructura gris para la gestión de aguas pluviales, en tanto que reduce el
daño a los sistemas sociales y ecológicos. La infraestructura verde también
puede considerarse una estrategia de adaptación al cambio climático que tiene
el potencial de aumentar la seguridad hídrica en las ciudades en tierras secas.
Sin embargo, el uso humano del espacio verde juega un papel importante
para maximizar el vínculo entre los sistemas sociales y ecológicos que
puede resultar en mejores oportunidades para preservar el espacio verde y la
sostenibilidad. Los barrios o colonias en las que se puede caminar tienen el
193
Zúñiga Terán
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Infraestructura verde en barrios caminables
195
Zúñiga Terán
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Infraestructura verde en barrios caminables
lejos de la ciudad tan pronto como fuera posible para evitar las inundaciones
(Pennino et al, 2016). La infraestructura gris incluye drenajes pluviales,
alcantarillas y sistemas combinados de alcantarillado, que consisten en una
sola tubería que recolecta tanto escurrimiento de aguas pluviales como aguas
residuales municipales e industriales (Subramanian, 2017; Pennino et al, 2016;
Levy et al, 2014). A menudo, las ciudades de los países desarrollados tienen
que cumplir con leyes que requieren tratar el agua de los sistemas combinados
de alcantarillado antes de que llegue a los ríos, arroyos o lagos (Levy et al,
2014).
La ciudad de Los Ángeles es un ejemplo interesante. Los Ángeles sufrió una
grave inundación en 1914 con daños materiales extensos. Como resultado,
el estado de California implementó obras de infraestructura gris; cubrieron
el río Los Ángeles con concreto y construyeron un sistema de drenaje. Este
complejo sistema fue diseñado para desalojar rápidamente las aguas pluviales
de la ciudad y reducir las inundaciones. Y lo ha hecho con éxito, pero ha creado
otros problemas (Subramanian, 2017). Se ha descubierto que la infraestructura
gris combinada con un aumento en las superficies impermeables causa erosión
de los canales de agua, degradando los ecosistemas, contaminando el agua y
ocasionando más inundaciones (Pennino et al, 2016). Esta situación es común
en otras ciudades. Los sistemas combinados de alcantarillado a menudo se
desbordan durante eventos de tormenta severa, resultando en aguas residuales
combinadas con aguas pluviales vertiéndose en las calles y cuerpos de agua
y causando un grave peligro para la salud (Subramanian, 2017). En 2008, el
Consejo de Investigación de Recursos Naturales y Santa Mónica Baykeeper
demandaron al Distrito de Control de Inundaciones del Condado de Los
Ángeles por descargar aguas contaminadas en el río (Ibid).
Algunas ciudades en tierras áridas de los países en desarrollo no cuentan con
infraestructura de aguas pluviales. Debido a la baja frecuencia de lluvias, las
197
Zúñiga Terán
Infraestructura verde
La infraestructura verde puede utilizarse para manejar eficazmente las aguas
pluviales en las ciudades (Xu et al, 2016). Se define como “una serie de
productos, tecnologías y prácticas que utilizan sistemas naturales –o sistemas
de ingeniería que imitan procesos naturales– para mejorar la calidad ambiental
general y proporcionar servicios de utilidad” (Levy et al, 2014: 2393).
La infraestructura verde también se conoce como desarrollo de bajo impacto,
gestión de aguas pluviales de control de fuentes, diseño de sitios ambientales,
gestión distribuida de aguas pluviales (Bhaskar et al, 2016), sistema de drenaje
198
Infraestructura verde en barrios caminables
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200
Infraestructura verde en barrios caminables
201
Zúñiga Terán
202
Infraestructura verde en barrios caminables
contar con vegetación que enfríe las comunidades y (4) mejorar la estética.3
Parte de esta iniciativa incluye un programa de veredas de infraestructura
verde destinado a mitigar las escorrentías de las aguas pluviales y reducir la
temperatura del aire (Tayouga y Gagne, 2016).
Scottsdale, Arizona, también está apostando por la infraestructura verde para
el manejo de aguas pluviales. Sus 45 años de historia de la gestión urbana del
agua incluyen la construcción de una infraestructura lineal de tuberías (1955-
1980), la implementación de canales de ingeniería abierta (1975-2000) y la
infraestructura verde a través de canales naturales (1970-1995) (Parr et al,
2016).
Esta tendencia de transición de infraestructura gris hacia infraestructura verde,
también es evidente a escala regional. La región fronteriza entre Estados Unidos
y México está colaborando en proyectos de infraestructura verde en diversas
locaciones. La Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza (COCEF)– una
institución binacional que opera bajo un acuerdo paralelo al Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN)– está apoyando la difusión de los
resultados de la investigación y la implementación de infraestructura verde, al
capacitar a los diferentes actores en ciudades fronterizas.4
3 Green Infrastructure. LA Storm water – LA’s Watershed Protection Program, en: www.
lastormwater.org/green-la/green-infrastructure/
4 Border Green Infrastructure Forum III Materials. Arteaga, Coahuila, 21 y 22 de septiembre
de 2016. Border Environmental Cooperation Commission. En línea: www.becc.org/page/
border-green-infrastructure-forum-iii-materials
203
Zúñiga Terán
204
Infraestructura verde en barrios caminables
5 El uso de los espacios verdes también aumenta el contacto con la naturaleza en las ciudades,
y esto está relacionado con un mayor nivel de apoyo a la conservación de la biodiversidad,
dentro y fuera de las ciudades (Zúñiga-Terán, 2015; Bryant, 2006).
205
Zúñiga Terán
Conclusión
El diseño de barrios caminables con acceso al espacio verde tiene el potencial
de aumentar el uso humano del mismo. En consecuencia, más usuarios
maximizan el entrelazamiento de los sistemas sociales y ecológicos, lo que
puede resultar en la preservación del espacio verde y en beneficios relacionados
con el bienestar. Cuando esos espacios se diseñan como infraestructura verde
para manejar la escorrentía in situ, el impacto negativo de la urbanización
206
Infraestructura verde en barrios caminables
Agradecimientos
Para este trabajo se recibió apoyo de la Red Internacional de Seguridad en el
Agua, financiada por Lloyd’s Register Foundation (LRF), una fundación sin
fines de lucro del Reino Unido que ayuda a proteger la vida y la propiedad
apoyando la educación relacionada con la ingeniería, el compromiso público y
la aplicación de la investigación. También se contó con el apoyo del Instituto
Interamericano para la Investigación del Cambio Global (IAI), en el marco del
proyecto SGP-CRA005, con el apoyo de la Fundación Nacional de Ciencias
(NSF), Grant No. GEO-1138881, y del proyecto de investigación CNR3056,
apoyado por el NSF, Grant Nº GEO-1128040.
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210
Infraestructura verde en barrios caminables
211
III. Agua, energía, uso de suelo, nexos
urbanos y sinergias en ciudades sensibles
al cambio climático
Capítulo 7
Introducción
En el estudio de los complejos problemas ambientales se ha recurrido al
aislamiento y subdivisión de un fenómeno dado en múltiples sistemas
disociados, ello con el fin de operar, caracterizar y evaluar tales problemas
y, en teoría, proponer soluciones. Sin embargo, durante la abstracción de la
complejidad ambiental es común que se olvide vincular el conocimiento a la
realidad y es en esa diferencia, entre lo real y lo simbólico, que se concentran
procesos de interacción cruciales. Por ejemplo, este es el caso del vínculo
que existe entre los sistemas de agua y de energía; si bien su importancia por
separado ha sido reconocida como motor de vida y desarrollo, sus interacciones
han sido tradicionalmente ignoradas.
Desatender los vínculos entre sistemas no sería motivo de preocupación si
éstos no tuvieran una relevancia latente y transversal en ámbitos sociales,
económicos, ambientales, políticos y físicos. Por ejemplo, el vínculo existente
entre el agua y la energía es clave para el desarrollo urbano pues se ha reportado
que entre 30% y 40% de la energía demandada por los municipios se destina
a la operación de plantas de potabilización de agua y de tratamiento de aguas
residuales. Tal demanda probablemente se incrementará 20% durante el
transcurso de los siguientes 15 años debido al crecimiento poblacional y a las
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1 De acuerdo al informe de junio de 2016 de la Comisión Estatal del Agua de Baja California,
se identifica que la mayor demanda de energía en el servicio de agua en Baja California se da
para transferir el vital líquido en el Acueducto Río Colorado-Tijuana, esto sin considerar otras
maneras informales de suministro tales como pipas de agua. Una caracterización del contenido
energético del agua transferida en este acueducto está fuera del alcance de este capítulo.
220
El nexo entre el agua y la energía en ciudades costeras
En México, las plantas termoeléctricas ocupan el tercer lugar de los usuarios que
más agua extraen. Para 2014, el sector demandaba 11.37 millones de m3 por día
(m3/día) (3.0 mil millones de galones por día). Ese volumen –del cual 89% fue
agua dulce –representó solamente 4.9% del uso consuntivo del país. Como en el
caso de los EUA, dicha cantidad fue baja comparada con la usada para irrigación,
la actividad preponderante en el sector agrícola en donde se consumió 76.7%
del total de agua. El segundo usuario más importante con 14% (29 millones de
m3/día o 3.18 mil millones de galones por día) de agua consumida, fue el sector
público que incluye a los usuarios domésticos y públicos urbanos (Conagua,
2015). El uso urbano de agua en México se distribuye de la siguiente manera:
71% para usuarios domésticos, 12% para la industria, 15% para usuarios
comerciales y 2% asignado a los servicios públicos (IMTA, 2002).
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III. Petróleo
En Baja California no existen refinerías petroquímicas, por lo que no se
procesan productos derivados del petróleo. Ello no ha sido un obstáculo para
que los productos refinados de petróleo sean altamente consumidos en el
Estado, por el contrario, ésos se importan desde el sur de México por buque-
tanque y se reparten mediante una red de distribución estatal que se compone
de ductos y vehículos de transporte de combustibles. El sector transporte es
el principal usuario de gasolina; combustible que alcanzó una demanda de
75% del total suministrado al Estado. Los asentamientos costeros de Tijuana,
228
El nexo entre el agua y la energía en ciudades costeras
Rosarito y Ensenada consumieron cerca del 60% del total de gasolina y diésel
suministrados a Baja California durante 2008.
En 2017, producto de los nuevos arreglos traídos por la Reforma Energética,
Petróleos Mexicanos (Pemex) cesó de ser el único proveedor de productos
derivados de petróleo, por lo que a partir de ese año otras empresas tanto
nacionales como extranjeras podrán comercializar combustibles –en particular
gasolina y diésel– en Baja California.
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El nexo entre el agua y la energía en ciudades costeras
viejas y su sustitución por centrales que usan gas natural. Dicho cambio ha
sido posible debido al fácil acceso a gas natural barato y al aumento de la
eficiencia en plantas de ciclo combinado que queman gas natural. El mandato
californiano podría haber tenido impacto en esta transición, pero se desconoce
su magnitud.
Cabe advertir que, debido a las altas e inesperadas tasas de emisión de metano
en sistemas de gas natural, los beneficios climáticos de dicho combustible se
ven mermados en comparación con otros combustibles fósiles (Álvarez et al,
2012). La magnitud del nivel de emisión de metano ha sido objeto de disputas
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Muñoz Meléndez, Ziaja y Franco
232
El nexo entre el agua y la energía en ciudades costeras
transfiere gas natural desde el Oeste de Canadá, y otra interestatal que conecta
el sur de California con las líneas de abastecimiento en el norte (www.eia.gov/
pub/oil_gas/natural_gas/analysis_publications/ngpipeline/ngpipelines_map.
html).
El gas natural es el combustible fósil dominante que se consume en todos los
sectores en California con excepción del transporte, el cual está dominado
por productos refinados de petróleo tales como gasolina. La transición al
gas natural en los sectores doméstico, industrial y comercial se ha dado por
múltiples factores, incluidas consideraciones sobre la calidad del aire. Las
emisiones de óxido de nitrógeno (NOx), material particulado (PM), óxidos de
azufre y monóxido de carbono tienden a ser mucho menores en unidades que
usan gas natural, en comparación con aquellas infraestructuras que queman
combustibles fósiles.
III. Petróleo
Los combustibles derivados de petróleo dominan el sector transporte debido
a su alto contenido energético por unidad de volumen. En el sur de California
hay varias refinerías que suministran al mercado local pero también se
importan derivados del oeste de EUA. Como en el caso del gas natural, la
mayor cantidad de petróleo crudo que es refinado en California es importado de
otras regiones, incluyendo el exterior. Por ejemplo, en 2015 las importaciones
de crudo en orden descendente provinieron de Arabia Saudita, Ecuador,
Colombia, Kuwait, Iraq, Brasil, Angola, Canadá y otras regiones del mundo.2
2 Véase: www.energy.ca.gov/almanac/petroleum_data/statistics/2015_foreign_crude_sources.
html
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El nexo entre el agua y la energía en ciudades costeras
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Muñoz Meléndez, Ziaja y Franco
al mar.
Ahora bien, cabe preguntarse por el estado de los acuíferos existentes en esta
región de estrés hídrico. Al respecto, en diciembre de 2010 se reportó que
siete acuíferos se encontraban sobreexplotados, de los cuales tres exhibían
muestras de intrusión salina. Desgraciadamente, no se registraba ninguna
medida para su estabilización.
En relación con los usuarios del agua, de los 3,004.4 Mm3 de agua dulce
asignados en 2012, 2,556.6 Mm3 se destinaron a la agricultura, 170.3 Mm3
al servicio público y 82.3 Mm3 a la industria (excluyendo la generación de
electricidad) (Conagua, 2013-A). Como puede observarse, las actividades
agrícolas son a las que se les destina la mayor cantidad de agua, sin embargo,
el sector no es exactamente eficiente en su manejo. Se ha calculado que
las pérdidas podrían alcanzar hasta 500 Mm3 anuales (Departamento de
Estadísticas Agrícolas de la Comisión Nacional del Agua- Distrito de Riego
14-Río Colorado). El desperdicio de agua es sin duda un factor adicional al
ya existente grado de presión sobre el recurso hídrico (o la cantidad de agua
disponible que puede ser extraída) y que en Baja California alcanza un grado
de “fuerte” (< 40%).
Dado que la región es tendiente a la escasez hídrica, es lógico esperar que
se hayan tomado medidas para enfrentar la baja disponibilidad de agua. En
Baja California la medida adoptada ha sido el desarrollo de infraestructura, en
particular la construcción de represas, que al momento ofrecen una capacidad
total de 127.40 Mm3. Se suman también 12 acueductos, siendo el más
importante el del “Río Colorado-Tijuana” que se extiende a lo largo de 135.5
km, con una capacidad de 5,333 litros por minuto, mismo que transfiere agua a
la zona costera, en especial a la ciudad de Tijuana –la más poblada del Estado–
la cual recibe a través de dicha infraestructura más del 80% de su suministro.
Por otro lado, en Baja California el uso de fuentes adicionales de agua se
236
El nexo entre el agua y la energía en ciudades costeras
centra en el uso de agua reciclada, que asciende a 30% a nivel estatal. Sin
embargo, el porcentaje varía regionalmente: mientras el uso de aguas tratadas
es de cerca del 80% en el Valle de Mexicali, las ciudades costeras de Ensenada,
Tijuana y Rosarito no usan más allá del 10% de las aguas residuales tratadas
(GobBC, 2016). La desalinización aún no opera de manera regular en el área,
aunque en 2016 comenzó la construcción de una planta desalinizadora de 4.4
m3/s en Rosarito.
3 Los ríos atmosféricos son regiones relativamente angostas en la atmósfera que son
responsables del grueso del transporte horizontal del vapor de agua fuera de los trópicos.
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principales fuentes de NOx son las maquinarias de equipo pesado todo terreno
(CEC, 2015-B).
II. Agua
En Baja California, de acuerdo al Inventario nacional de plantas municipales
de tratamiento de agua y aguas residuales en operación (Conagua, 2011),
hay 31 plantas de tratamiento de agua, la mayoría de filtración directa. Para el
año 2012, la cobertura del servicio urbano de agua potable alcanzaba 95.6%
(3,069,818 habitantes) (Conagua, 2013-B). Por otro lado, se contaba con 36
plantas de tratamiento de agua residual usando en su mayoría el tratamiento
de lodos activados (Conagua, 2011). La cobertura del alcantarillado sanitario
alcanzó 83% a nivel estatal, aunque varió en la zona costera de 58% en
Ensenada, a 89% en Tijuana-Rosarito. Para la primera mitad del año 2016
se habían generado 83,783,483 m3 de agua residuales a nivel estatal, de los
cuales 58% tuvieron lugar en la zona costera.
Las emisiones GEI originadas en las plantas de tratamiento de aguas residuales
y sus lagunas de lodos activados consistieron primordialmente en metano. El
volumen de ese contaminante se incrementó 43%, siendo de 2.7 Gg en 1990 y
de 4.7 Gg en 2005. Para 2014, tales emisiones alcanzaban 5.3 Gg, cantidad que
representó un aumento de 49% en comparación a los niveles encontrados en
1990 (Muñoz y Vázquez, 2012). En términos de CO2 equivalente, el volumen
generado en las plantas de tratamiento fue de 57.2 Gg en 1990 a 112.0 Gg en
2010 (Ibid).
243
Muñoz Meléndez, Ziaja y Franco
discutirán las emisiones GEI por el uso de energía en el sector del agua, y
como se hizo en el caso mexicano, se discuten las emisiones GEI directamente
asociadas con las plantas de tratamiento de aguas residuales. Las emisiones
de metano originadas en tales infraestructuras han pasado de 2,470 Gg en el
2000 a 2,410 Gg de CO2 equivalente en 2013 (ARB, 2015). Se trata de una
modesta reducción producto de la implementación de programas para reducir
las emisiones de metano, tales como el uso de digestores o el aprovechamiento
para producir electricidad y/o calefacción.
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El nexo entre el agua y la energía en ciudades costeras
California indican que los impactos podrían ser altos para sistemas humanos
y naturales. En relación al sector energético, se ha reportado que las centrales
termoeléctricas en la zona costera que abastecen a Tijuana y Ensenada tienen
una vulnerabilidad muy alta (Sánchez y Martínez, 2004). Por su parte se
reconoce que la infraestructura hídrica de Baja California se encuentra en la
actualidad al límite de su capacidad por lo que, de continuar las tendencias
actuales de crecimiento poblacional en las zonas costeras, aunado a una
disminución de los caudales del Río Colorado que se ha pronosticado con
base en los modelos de cambio climático global, se generarán importantes
impactos en la distribución del agua, esto es, se gestará una redistribución
de los recursos debido a que se tendrá que reducir el uso de agua por parte
de la agricultura para poder abastecer las necesidades de la población
(PEACCBC, 2012).
4 Véase: www.wrcc.dri.edu/monitor/cal-mon/frames_version.html
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contribuye con menos del 1% del NOx total en California. Esto aunado a la
necesidad de reducir drásticamente las emisiones GEI, podría significar que
la electrificación masiva (CARB, 2012) sea perfile como una estrategia de
reducción de emisiones de NOx.
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confiable para suministrar agua dulce; sin embargo, los potenciales impactos
ambientales deben ser considerados, en particular la disposición de salmuera
y la generación de emisiones GEI –esto es, suponiendo que no se usen fuentes
de energía renovable– (Nava, 2009). Estos impactos deben ser urgentemente
analizados en las ciudades costeras de Ensenada y Rosarito que es donde se
está dando la construcción de plantas desalinizadoras. En ese sentido, existe la
necesidad de desarrollar análisis integrales sobre los impactos de la salmuera
en las actividades turísticas que hoy por hoy constituyen la fuente económica
más importante de dichos sitios. Se ha especulado que la desalinización en
México podría dar paso a un mercado de agua binacional (http://otaywater.gov/
about-otay/water-information/desalination/rosarito-desalination). Al respecto,
debe decirse que no hay experiencia de comercio, ni existen regulaciones en
esa área.
En relación con la intensidad energética, es recomendable diseñar programas
de ahorro energético con mecanismos específicos, obligatorios y con
metas alcanzables dirigidos a los diferentes usuarios, mismos que podrían
implementarse en etapas; una primera con un objetivo de reducción del 15%
a corto plazo mediante prácticas de ahorro in situ, y otra más ambiciosa con
objetivos de hasta 30% a mediano plazo que podrían alcanzarse mediante
estrategias de aumento de eficiencia energética en el bombeo de agua,
alumbrado público y la implementación de programas de mantenimiento.
Conclusiones
Aunque en diferentes países, California y Baja California comparten recursos
hídricos bajo presión, situación que podría agravarse bajo condiciones de
cambio climático. Además, el desarrollo acelerado en la región, conlleva
actividades que son altamente demandantes de energía y agua. En la zona se
comparte infraestructura de energía y se intercambia y comercia electricidad
253
Muñoz Meléndez, Ziaja y Franco
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Capítulo 8
Introducción
Las ciudades son altamente dependientes de las cuencas vecinas, sea para
el aprovisionamiento de agua fresca o la descarga de aguas residuales. Este
moderno ciclo hidro-social (Lynton y Budds, 2014)1, es un esquema bien
establecido en un gran número de asentamientos urbanos del planeta y, por lo
general, no está libre de contradicciones y controversias.
En un principio, la expansión de la infraestructura urbana hidráulica se enfocó
en canalizar o entubar los flujos de agua, esencialmente por razones sanitarias.
Con la expansión del espacio construido y el crecimiento poblacional,
particularmente desde la segunda mitad del siglo XX, tal aproximación
ha resultado en la pérdida y agotamiento de fuentes locales por lo que,
consecuentemente, el aprovisionamiento de agua se ha tornado un asunto cada
vez más importante y energéticamente intensivo, ello en tanto que las fuentes
de agua están cada vez más lejanas o profundas y porque la contaminación del
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Delgado-Ramos y Blanco
2 De 1950 al día de hoy, se verifican 313 conflictos de agua alrededor del mundo, de los cuales
71% han sucedido sólo en el siglo XXI.
3 La resolución precisa que, en ese entonces, aproximadamente 884 millones de personas
carecían de acceso al agua potable y que más de 2.6 mil millones no tenían acceso a saneamiento
básico (www.un.org/es/comun/docs/?symbol=A/RES/64/292&lang=E).
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diversas funciones del agua, por un lado, las vitales y de salud humana, para la
producción de alimentos, y la generación de energía, pero por el otro, también
de aquellas ecosistémicas, es decir, las que se vinculan al agua como soporte
de los hábitats y como medio para transportar nutrientes y disolver materiales
degradados (Neto, 2016).
En tanto noción reflexiva, en la práctica la gobernanza del agua parte desde
diversos valores y toma cuerpo de diferentes maneras (Schulz et al, 2017),
desde aquellas denominadas normativas, que no logran del todo despegarse
de nociones de mercado y medidas jerárquicas de interacción del Estado, los
‘expertos’ y la sociedad, hasta las de carácter analítico, que más bien abogan
por la construcción de capacidades y condiciones para el empuje de procesos
plurales, deliberativos, y participativos en torno a un bien común.
En este trabajo abogamos por una noción analítica, es decir, una lectura de
la gobernanza del agua sociopolíticamente situada, pero no ideologizada;
una gobernanza que reconoce tanto los aspectos biofísicos, tecnológicos,
técnicos, ecológicos, legales, económico-administrativos y socioculturales
(incluyendo cuestiones de género), como las relaciones de poder que modelan
los imaginarios de escenarios futuros (in)deseados. Y es que, en efecto, es
importante dar cuenta de las relaciones de poder y los intereses presentes ya que
“…refuerzan las configuraciones sistémicas existentes; las configuraciones de
poder a través de diversas escalas (institucionales, espaciales); la agencia de
los actores a la vanguardia de la promoción de acciones para la transición, y la
participación y deliberación en los procesos de transformación” (Olsson et al,
2014: 9, citado en Patterson et al, 2016).
Es por ello que nuestro entendimiento de gobernanza coincide en gran
medida con el de Patterson et al (2016) quienes la describen como un proceso
intencional de transformación, inevitablemente de carácter político, “…que
implica cambios profundos, relacionales, e incluso cognitivos que habilitan
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Los Angeles-
ZO
FO
RIVERSIDE-
LOS ANGELES-LONG Long Beach
RN
NA
SANTA OXNARD- SAN BERNARDINO-
BARBARA THOUSAND BEACH-ANAHEIM ONTARIO
IA
OAKS- LOS ANGELES-LONG Victorville
VENTURA BEACH-SANTA ANA
Los Angeles-Long Los Angeles- RIVERSIDE-
VENTURA (pt) SAN BERNARDINO-
Beach-Glendale
1
2 Camarillo Burbank 4
LOS ANGELES (pt) Long Beach-Riverside ONTARIO
3 5 Arcadia San Bernardino
Santa Los Redlands
Monica Angeles Monterey Ontario
Park 8 Riverside
Gardena
6 7 9 Corona
VENTURA OXNARD- Torrance 10
(pt) RIVERSIDE
THOUSAND 11 Tustin Anaheim- LA PAZ
OAKS-VENTURA Santa Ana-
Fountain Valley 12 Irvine Irvine
ORANGE
Costa Mesa Temecula
LOS
ANGELES SAN IMPERIAL
VENTURA (pt) (pts) DIEGO
YUMA
KEY
1 San Buenaventura 7 Long Beach
(Ventura) 8 Chino
2 Oxnard Pacific
9 Anaheim Ocean
3 Thousand Oaks
4 Glendale
10 Orange MEXICO
11 Santa Ana
5 Pasadena 12 Newport Beach
6 Carson
LEGEND
Los Angeles-Long Beach 2012 Combined Statistical Area
LOS ANGELES-LONG 2012 Metropolitan Statistical Area
BEACH-ANAHEIM
(none) 2012 Micropolitan Statistical Area
Anaheim- 2012 Metropolitan Divisions 0 20 40 60 80 Kilometers
Santa Ana-Irvine
Irvine 2012 Principal City
Los Angeles- 0 20 40 60 80 Miles
Long Beach-Riverside 2007 Combined Statistical Area
OXNARD-THOUSAND 2007 Metropolitan Statistical Area
OAKS-VENTURA
(none) 2007 Micropolitan Statistical Area 2012 Combined Statistical Area (CSA) and Metropolitan/Micropolitan
CALIFORNIA State or Statistical Equivalent Statistical Area (CBSA) boundaries and names are as of February 2013.
INYO County or Statistical Equivalent 2007 Combined Statistical Areas (CSA) and Metropolitan/Micropolitan
Statistical Areas (CBSA) are as of December 2006. All other boundaries
and names are as of January 2012.
U.S. DEPARTMENT OF COMMERCE Economics and Statistics Administration U.S. Census Bureau 2012 Economic Census
Fuente: U.S. Department of Commerce, 2012
273
Delgado-Ramos y Blanco
B. Ciudad de México
La Zona Metropolitana del Valle de México o de la Ciudad de México,
es el asentamiento más grande de dicho país, colocándose entre los diez
asentamientos más grandes del mundo en términos de su población. Su
expansión ha sido muy dinámica, empezando en la década de 1950 en la
ciudad central, y progresivamente moviéndose hacia la periferia. La Ciudad
de México creció de 3 millones de habitantes y una superficie construida de
229.89 km2, a unos 8.8 millones de habitantes y una superficie construida de
612.06 k2 en 2010 (Delgado, De Luca y Vázquez, 2015). La zona metropolitana
(incluyendo las 16 delegaciones de la Ciudad de México, los 59 municipios del
Estado de México y los 21 municipios de Hidalgo que integran el conurbado)
274
La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
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Delgado-Ramos y Blanco
276
La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
proyecto del MWD que desde 1941 transporta agua desde el río Colorado a
las ciudades miembro. Para cubrir la creciente demanda de agua en el sur de
California, en 1960, el MWD acordó con el Estado de California la obtención
de nuevas fuentes de agua, ahora desde el Proyecto Estatal de Agua (SWP, por
sus siglas en inglés) vía el Acueducto de California que es propiedad y está bajo
el manejo del Departamento de Recursos Hídricos del Estado de California.
Las entregas de agua importada desde el norte de California comenzaron así
en 1972. El MWD cuenta pues con dos fuentes principales de agua importada,
la del río Colorado vía el CRA, y las del norte de California del SWP vía el
Acueducto de California.
De 2006 a 2015, el MWD abasteció entre 50 y 60% del agua municipal,
industrial y agrícola usada en su área de servicio (MWDSC, 2016). El resto del
abastecimiento de agua provino de fuentes subterráneas, fuentes superficiales
locales, del reciclaje y reúso de agua, y de los acueductos de la ciudad de Los
Ángeles procedentes de la cuenca de Owens/Mono al este de la Sierra Nevada
y de muchas otras fuentes. En total, la zona metropolitana de Los Ángeles
consume cerca de 782 millones de m3 al año.
De las 26 agencias de agua que componen el Distrito Metropolitano de Agua,
14 ciudades y un distrito municipal de agua son revendedores del agua que
compran directamente al MWD, misma que venden a unidades residenciales
y comerciales; 12 Distritos Municipales de Agua –típicamente distritos
especiales enfocados al abastecimiento de agua– y una Autoridad de Condado
compran agua al por mayor al MWD y la venden a empresas expendedoras.
Las expendedoras son propietarios de las redes de distribución de agua, de
los derechos de agua subterránea, de bombas, medidores, etcétera. En el área
de servicio de la MWD hay un total de 215 revendedores: 85 ciudades como
la ciudad de Los Ángeles, 57 distritos especiales como el distrito especial de
Cucamonga Valley, 33 empresas de servicios públicos propiedad de inversores
277
Delgado-Ramos y Blanco
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La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
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Delgado-Ramos y Blanco
Los datos disponibles del consumo anual de agua más reciente de la Ciudad
corresponden al periodo 2010-2015 (véase tabla 1). Se trata de un quinquenio
que experimentó la peor sequía registrada en la historia de California; de ahí
que los datos promedio del consumo total sean asimismo de entre los más
bajos.
En marzo de 2013, la Ciudad de Los Ángeles reportó un consumo per cápita
de agua de 77 galones ó 291 litros por día. Este monto se redujo a 63 galones
o 238.5 litros diarios per cápita, para marzo de 2016, más o menos un año
después de que el Gobernador Brown demandara una reducción obligatoria
del 25% en el consumo urbano de agua durante la ya histórica sequía (el
mandato fue aprobado el 1o de abril de 2015) (CA State Water Resources
Control Board, 2016).
El sector residencial es el consumidor más grande de agua de la Ciudad,
seguido por el comercial (véase figura 3). Debe advertirse que el uso de agua
no facturada, que incluye el consumo autorizado sin factura como el de los
bomberos y las fugas de agua, se encuentra en niveles bajos (5.6%) cuando se
compara con el de otras ciudades.
280
La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
Agua de lluvia
10.4 m3 /s
Distrito
Metropolitano Residencial-unifamiliar: 8.1 m3/s
de Agua
MWD
12.2 m 3/s
Acueducto
de los Angeles
LAA Departamento
6.3 m 3/s
de Agua y
Energía de
Los Angeles
Comercio: 3.7 m3/s
Agua Reciclada
embotellada 0.5 m 3/s
Gobierno: 1.7 m3/s
0.016 m /s
Agua tratada
Industria: 3
0.7 m /s (Sitema de Tratamiento
de Efluentes Hyperion)
2.54 m3/s
281
Delgado-Ramos y Blanco
5 La cifra incluye las fugas de agua y aquella usada por los bomberos, la evaporada, robada y
las pérdidas no contabilizadas.
282
La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
B. Ciudad de México
La Zona Metropolitana del Valle de México, es como en el caso de el Gran
Los Ángeles (y, de hecho, de todo el sur de California), altamente dependiente
de otras cuencas para el aprovisionamiento de agua y para la descarga de
aguas residuales. La región hidropolitana (Perló y González, 2009) de la
Ciudad de México –y su zona metropolitana– interconecta cuatro cuencas
que naturalmente no tienen relación: la del Valle de México, el Alto Lerma,
Cutzamala y Tula. Véase figura 4. Para lograrlo, una extensa infraestructura ha
sido construida, primero, para drenar el lago que se encontraba en el corazón
del Valle de México y sobre el cual se construyó la ciudad precolombina, para
luego realizar una serie de intervenciones subsecuentes, desde la construcción
del Canal Real de Huehuetoca en 1607 y el de Nochistongo en 1789, hasta el
primer (1905) y segundo (1954) Túnel de Tequixquiac, el Sistema de Drenaje
Profundo (1975), y el más reciente Túnel Profundo Emisor Poniente (2010).
283
Delgado-Ramos y Blanco
284
La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
Hoy día, como se muestra en la figura 5, más de 600 pozos extraen agua
del acuífero del Valle de México, abasteciendo cerca del 75% de la demanda
total de agua de la zona metropolitana, la cual se estima en 81 m3/s o unos
2,554.4 hm3/año; los restantes flujos de agua se importan del Sistema Lerma-
Cutzamala (15m3/s y 5m3/s, respectivamente). La principal fuente de agua, el
acuífero del Valle de México, está sobreexplotada, registrando ya un metro de
caída por año en el nivel estático del agua debido a un déficit en la recarga de
28 m3/s (Delgado, 2015).
A lo dicho, se suma una importación de agua embotellada en el orden de 2.07
hm3/año que es consumida por el 76.9% de la población que no recibe o cree
no recibir agua de buena o suficiente calidad.
La frecuencia y calidad del servicio es desigual, así como también lo son los
patrones de consumo. El consumo promedio de agua asciende a 318 litros
per cápita/día. No obstante, las delegaciones con los consumos más altos
llegan a registrar rangos de entre 400 y 525 litros per cápita/día (delegación
Cuajimalpa), mientras que la de más bajo consumo verifica un consumo de
177 litros per cápita/día (delegación Tláhuac).
El grueso de los flujos de salida o de aguas residuales, que rondan los 57
m3/s, no son tratados (la capacidad instalada de la Ciudad de México es de
apenas 6.7m3/s y la de la zona metropolitana de 5.1 m3/s) (Ibid). El grueso
de aguas residuales y de lluvia son canalizadas a la cuenca del Valle de Tula
(Tula-Moctezuma-Río Panuco) vía un mismo sistema de drenaje profundo, el
Gran Canal (que opera a sólo 30% de su capacidad debido a subsidencias del
suelo), y el todavía en construcción Emisor Oriente. Cerca de 60% de esos
flujos de salida podrán ser tratados por la planta de Atotonilco una vez que
esté completamente operativa. Con una capacidad de tratamiento de 35 m3/s,
se espera que entre completamente en operaciones durante la segunda mitad
del 2018, cuando la construcción del Emisor Oriente culmine. Casi todo el año
285
Delgado-Ramos y Blanco
consumo residencial
básico
(~30 m 3/s)
comercial
Lerma consumo
3
(~5 m /s) SACMEX
potabilización: suntuario
Cutzamala -instalada: 5.1 m 3/s
(~17 m 3/s) sector gobierno
3
(~15 m /s)
-cuadal: 3.7 m3/s suntuario
CAEM
potabilización:
-instalada: 0.8 m3 /s
-cuadal: 0.68 m 3/s
agua
embotellada industria
3
+ autoabasteciminento
(~4.5 m /s)
(~0.16 m 3/s) Reciclada
agricultura tratamiento
(~37 m 3/s)
3
(~12.5 m 3/s) -instalada: ~12 m /s
-caudal: ~6.5 m 3/s
(~19 m3 /s)
aguas negras
fugas (~17.5 m3/s) para agricultura
(principalmente
SISTEMA DE DRENAJE PROFUNDO Y EMISORES DE AGUA (~20 m3 /s) Cuenca de Tula)
(~5.5 m 3/s)
acuífero
(~59 m 3/s) Descarga a la Cuenca
y manantiales del Río Moctezuma
(~2 m 3/s)
286
La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
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Delgado-Ramos y Blanco
288
La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
también entre los impactos climáticos esperados que amenazan a Los Ángeles.
De igual modo lo son las lluvias torrenciales que bien podrían sobrepasar la
capacidad de los sistemas de drenaje y tratamiento, así como el aumento en
el nivel del mar que puede acrecentar la salinidad de los acuíferos costeros
y potencialmente amenazar las instalaciones costeras de tratamiento de agua.
Por lo antes dicho, no es menor que la infraestructura hidráulica en EUA ya
se encuentre en mal estado y con financiamiento insuficiente. La Asociación
Americana de Ingenieros Civiles (ASCE, por sus siglas en inglés) ha evaluado
desde 1998 la condición de la infraestructura de dicho país mediante una boleta
de calificaciones. Evalúa las condiciones de la infraestructura con base en ocho
criterios: capacidad, condición, financiamiento, necesidades futuras, operación
y mantenimiento, seguridad pública, resiliencia, e innovación. En su informe
más reciente (2017) otorga una calificación general a la infraestructura de EUA
de D+ (mala, en riesgo) e identifica que será necesaria una inversión de 4.59
mil millones de dólares entre 2016 y 2025 para dejarla en buen estado (ASCE,
2017). La incapacidad de cerrar tal brecha de inversión podría significar una
pérdida de 3.9 billones de dólares en el PIB nacional, 7 billones de dólares
en disminuciones de ventas en el sector privado y 2.5 millones de empleos
perdidos (Ibid).
La evaluación de la infraestructura hidráulica es aún más negativa. Las represas,
canales, diques e infraestructura de agua potable obtuvieron una evaluación de
D’s (deficiente) y la infraestructura de aguas residuales D+.6 La edad promedio
de las más de 90 mil represas en EUA es de 56 años; en 2016 cerca de 15,500
represas ya se consideraban un riesgo de potencial alto, mientras que 2,170
entraban en la categoría de potencial riesgo por deficiencia. Una edad similar
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La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
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La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
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7 La inversión total en infraestructura de agua en 2014 y 2015 alcanzó los 35.1 billones
de pesos al año (CONAGUA, 2006). En 2017, el presupuesto autorizado de PROAGUA para
el abastecimiento de agua potable fue de 9 mil millones mientras que en 2016 el presupuesto
conjunto de PROAGUA y PROTAR, este último para el tratamiento de aguas residuales, fue de
12.45 mil millones de pesos. Cabe notar que el grueso de la inversión federal en infraestructura
hidráulica ha sido capturado por un puñado de mega-proyectos como el que dota infraestructura
hidráulica al nuevo aeropuerto de la Ciudad de México y que sumó en 2016 y 2017 un presupuesto
de 6,350 millones de pesos (el aeropuerto no entrará en operaciones hasta finales de 2020, en el
mejor de los casos). Otra mega obra que ha devorado los recursos es la de Túnel Emisor Oriente
cuyo costo total es, hasta ahora, de más de 40 mil millones de pesos, cuatro veces el costo
original. A ese caso se suman la planta de tratamiento de Atotonilco con una inversión de 9,564
millones de pesos y la tercera línea del Sistema Cutzamala con un gasto de 5,209 millones
de pesos. Además de diversos proyectos de inversión federal aún en estudio, que apuntan a
incrementar la oferta de agua en la Zona Metropolitana del Valle de México (Túnel Río de la
Compañía II; Macrocircuito; Acueducto del Poniente; pozos Tula-Mezquital; pozos Tecolutla-
Necaxa; etapa IV del Sistema Cutzamala), se agregan otras obras en diversas localidades del
país, entre las que destacan la edificación de las represas El Zapotillo y El Purgatorio, ambas en
Jalisco (www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/229161/Estrat_gicos_-_Junio_-_2017.pdf).
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La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
295
Delgado-Ramos y Blanco
2013).
Asimismo, las fugas de agua son un problema mayor: actualmente más de una
tercera parte (35% a 40%) de la oferta total de agua se pierde a lo largo del
sistema debido a la subsidencia del suelo y a lo obsoleto de la infraestructura
(la ciudad ya acumula una subsidencia del suelo de 1930 al 2007 de más de
9 metros en ciertas áreas). Debido a tales proyecciones, la Ciudad de México
requerirá de una inversión de 4,500 millones de pesos en los próximos 60
años. Esa inversión incluye el reemplazo de más de 3,100 km de tubería para
el 2020 (AGU, 2014).
Nótese que, a pesar de la reducción del volumen de las precipitaciones, la
lluvia intensa ya es un fenómeno que causa inundaciones en colonias, tanto
pobres como adineradas, aunque ciertamente, en los últimos 30 años el grueso
de los 180 eventos registrados ha afectado esencialmente zonas populares.
El número de habitantes vulnerables a inundaciones y a otros eventos
hidrometeorológicos extremos ha sido estimado para el caso de la Ciudad de
México en 5.6 millones (SEDEMA, 2014). Es decir, el grueso de su población
es vulnerable.
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La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
8 El servicio de agua ha sido parcialmente privatizado desde 1993. Las tarifas se fijan por las
autoridades locales, la cual también recolecta los ingresos (la facturación la hacen las empresas
concesionadas). El sistema es operado por cuatro grupos empresariales: Proactiva Media
Ambiente, S.A. de C.V. (ICA/Veolia-FCC); Industria del Agua de la Ciudad de México, S.A.
de C.V. (Peñoles/Suez); Tecnología y Servicios del Agua (Peñoles/Suez); y Agua de México,
S.A. de C.V.
301
Delgado-Ramos y Blanco
9 La Propuesta 13, de 1978, una iniciativa popular que modificó la Constitución de California,
restringió el impuesto a la propiedad al 1% del valor de mercado de bienes raíces. La Proposición
218, de 1996, estableció el voto mayoritario para aprobar cualquier nuevo impuesto, tarifa
(incluyendo la del agua) o aumentos a nivel local. La propuesta 218 también estipula que
los impuestos cobrados a los propietarios no deben exceder los costos de proveer el servicio
(CA Legislative Analyst’s Office, 1996). Las tarifas escalonadas de agua son pues legalmente
cuestionadas por la Propuesta 218 (Cadelago, 2015).
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La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
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La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
10 Las ‘autoridades con poder común’ son entidades que faculta la Ley de algunos Estados
de EUA para que dos o más autoridades públicas, no necesariamente ubicadas en la misma
locación, puedan unirse en el ejercicio del poder que les es común a todas ellas.
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La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
apta pueda cubrir las necesidades actuales y futuras es esencial fijar los
siguientes objetivos clave: una gestión del agua más coordinada e integral
(incluyendo cuestiones como la planeación del uso de suelo), la implementación
de tecnologías y de otras soluciones alternativas novedosas, el uso eficiente
de los recursos hídricos, y atender la necesidad de inversión en infraestructura
y de construcción de capacidades locales. Estos objetivos demandan la
incorporación a fondo del derecho humano al agua y saneamiento para todos,
comenzando por las comunidades e individuos más desfavorecidos, todo al
mismo tiempo que se incorpora la función ecosistémica del agua, ya antes
mencionada.
California ha sido el primer Estado de EUA en reconocer el agua como un
derecho humano (AB 685, 2012). Durante el punto más álgido de la reciente
e histórica sequía en el Estado, cientos, si no es que miles de viviendas
experimentaron recortes en el abastecimiento de agua. El Estado de California
reconoció que actualmente 300 sistemas de agua potable, localizados en
comunidades desfavorecidas y atendiendo a cerca de 200 mil personas,
no son capaces de proveer agua potable apta para beber (California Water
Boards, 2017). La sequía amplificó dicho problema. Un estudio (Feinstein et
al, 2017: 22) sobre la sequía y sus impactos en comunidades desfavorecidas
en California, encontró que ⅔ de los 149 sistemas públicos de agua que
reportaron impactos relacionados a la sequía, los cuales afectaron a 480 mil
personas (la mayoría en el Valle Central), prestaban servicio a comunidades
económicamente desfavorecidas. Asimismo, de los 4 mil hogares que no
recibían servicio de parte de los sistemas públicos de agua y que reportaron
desabasto de agua durante la sequía, se ubicaban desproporcionadamente en
comunidades desfavorecidas.
En febrero de 2016, el Consejo Estatal de Agua aprobó un acuerdo para
considerar el derecho humano al agua como una prioridad, haciendo un
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Delgado-Ramos y Blanco
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La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
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Delgado-Ramos y Blanco
Reflexiones finales
El abastecimiento y el saneamiento de agua en un contexto de cambio
climático, especialmente en regiones megalopolitanas como la Ciudad de
México y Los Ángeles, requerirá crecientemente de una gobernanza híbrida,
es decir, aquella que logra una genuina integración del proceso de diseño y
ejecución de las políticas públicas (lo que difiere de políticas de gobierno); esto
es, una integración de cuestiones relativas a aspectos institucionales, relaciones
de poder presentes y mecanismos e instrumentos necesarios para lograr los
resultados deseados (Schulz et al, 2017). Tal integración se asume de carácter
multidireccional: de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, y horizontalmente,
es decir, entre los diferentes instrumentos o mecanismos de planeación y toma
de decisiones que buscan atender la complejidad de la problemática del agua.
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La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
Agradecimientos
Parte de este capítulo es producto de la investigación sabática de Delgado
sobre “Retos y oportunidades para la transformación sustentable y resiliente
de asentamientos urbanos”, auspiciada por el programa PASPA de la Dirección
General de Apoyo al Personal Académico de la Universidad Nacional
313
Delgado-Ramos y Blanco
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La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
317
Delgado-Ramos y Blanco
318
La transformación de la infraestructura de agua ante el cambio climático
319
Delgado-Ramos y Blanco
320
IV. Temas transversales en la agenda
de transición–transformación urbana:
financiamiento, género y educación
Capítulo 9
Antonina Ivanova
Introducción
El mundo en 2050 tendrá más de 9 mil millones de personas, de las cuales,
tres cuartas partes vivirán en ciudades. Las necesidades serán crecientes, tanto
de vivienda, educación y empleo, como de agua y energía y otros servicios
indispensables como el transporte, las comunicaciones y el procesamiento de
desechos. En dicho tenor, no es menor que la tasa de urbanización en los
países en desarrollo pueda alcanzar 50% en la próxima década (Z/Yen Group
Ltd y WWF, 2015).
Este capítulo explora las fuentes de financiamiento que podrían ser
implementadas con apoyo nacional, internacional, y los esquemas de
financiamiento locales o de instituciones financieras privadas. Se presentan las
principales opciones para financiar el desarrollo de las ciudades, analizando las
posibilidades para su mejora, un contexto en el que es importante mencionar
que no todos los problemas existentes se pueden resolver mediante la ingeniería
financiera puesto que hay muchas barreras regulatorias y especificidades
regionales que hay que tomar en cuenta.
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para el año 2030 tales necesidades sumarán 57 mil millones de dólares, aunque
la OCDE estima una cifra de 82 mil millones de dólares para el período 2009-
2030 (incluyendo la generación de energía e infraestructura relacionada; EIB,
2013-A).
Históricamente los gobiernos han sido los principales financiadores para el
desarrollo de infraestructura. Sin embargo, después de la crisis financiera de
2008, el financiamiento público de infraestructura y servicios relacionados ha
mostrado un descenso. Después de la crisis de la deuda, también los gobiernos
de los países miembros de la OCDE han disminuido su financiamiento de
infraestructura a cerca de 3% de su PIB, en comparación con el 4% de los
años ochentas, y con el 5% de los años setentas (EIB, 2013-A). En Europa, el
financiamiento público de infraestructura ha descendido, de cerca de 5% en los
años setenta a sólo 2.5% después del año 2000 (EIB, 2013-A).
En el sector privado los bancos han proporcionado de manera tradicional
financiamiento a largo plazo para proyectos de infraestructura, mismo que
actualmente representa 300 mil millones de dólares al año (Standard & Poor’s,
2014). Sin embargo, su capacidad para otorgar financiamiento se ha afectado
con la crisis y por las nuevas regulaciones, como Basilea III. Por lo tanto, si
se consideran las futuras proyecciones del PIB y la falta de infraestructura, y
asumiendo que el financiamiento gubernamental mantendrá los mismos niveles,
Standard & Poor’s (2014) estima un déficit anual de al menos 500 mil millones
de dólares para financiar la infraestructura global. Esta falta de recursos se
convierte en una de las mayores preocupaciones políticas y refuerza la necesidad
de involucrar más al sector privado.
Por otro lado, en el sector financiero están apareciendo nuevos organismos
como proveedores de financiamiento a largo plazo, tales como los fondos de
pensiones, las aseguradoras y los fondos soberanos, todos ellos conocidos como
inversionistas institucionales. Con más de 70 mil millones de dólares en activos
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entre las pérdidas cubiertas por seguros privados y las pérdidas económicas
totales, su capacidad para seguir haciéndolo se ve limitada por el deterioro de
las finanzas públicas.
Por otra parte, la imprevisibilidad de tales eventos y la magnitud de las pérdidas
están socavando la “asegurabilidad” de la infraestructura y los activos urbanos
(CCFLA, 2015). Las ciudades y las aseguradoras tienen mucho que ganar
si trabajan juntas para fortalecer la seguridad urbana a través de una mejor
capacidad de recuperación (ClimateWise, 2013).
Ciudades inteligentes
El financiamiento de ciudades inteligentes requiere soluciones para asegurar el
desarrollo urbano con eficiencia energética. Las redes eléctricas, los edificios
energéticamente eficientes, los sistemas de suministro de energía, el transporte
y las actitudes de los ciudadanos pueden llevar a considerables ahorros de
energía y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
La planeación estratégica, los departamentos municipales y los procesos de
suministro deberían ser respaldados por mecanismos financieros innovadores
para nivelar la inversión privada necesaria en la transformación del uso de
energía a gran escala.
Durante las siguientes décadas los costos de energía continuarán fluctuando y
las ciudades tendrán el reto de elevar su crecimiento económico, reportando
al mismo tiempo una disminución en las emisiones de GEI. En tales
condiciones, aumentarán las posibilidades para el sector público de fomentar
la inversión en tecnologías inteligentes, en servicios y bienes de bajo carbono
y ambientalmente amigables. Entre éstos cuentan las redes inteligentes y el
acceso de banda ancha, los sistemas de recarga de vehículos eléctricos, la
instalación de sistemas de calefacción, la generación de energía eléctrica in
situ y otras iniciativas de adaptación y mitigación. Este sector tiene un claro
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Préstamos
Presentación y análisis
La práctica y el éxito de utilizar préstamos por los gobiernos locales de áreas
metropolitanas varía mucho entre uno y otro caso. Los gobiernos locales
en Sudáfrica, por ejemplo, usan préstamos de los bancos gubernamentales
y de intermediarios financieros privados. La práctica de endeudamiento de
los gobiernos locales metropolitanos y el éxito en el financiamiento de la
deuda varía ampliamente entre los grandes gobiernos urbanos. Los gobiernos
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a las inversiones de APPs. Para el sector público existe el riesgo de que los
servicios prestados no sean lo que quiere la sociedad. También existe el riesgo
de que el socio privado cometa un error y el sector público tenga que asumir
la obligación en su totalidad.
Qué tan exitosos son tales arreglos, desde la perspectiva de cualquiera de las
partes, depende mucho de los detalles de los acuerdos contractuales y cómo
se comparten los riesgos.
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Financiamiento verde para ciudades
Ayuda internacional
Presentación y análisis
Muchos donantes están involucrados en la prestación de ayuda. El Banco
Mundial es el más grande, seguido por Japón y luego por los bancos regionales
de desarrollo. Sin embargo, en las últimas décadas, el flujo de ayuda a las zonas
urbanas se ha estancado y es inferior al necesario para la inversión urbana, ello
a pesar de las insistencias para un mayor apoyo de expertos urbanos dentro y
fuera de las agencias de ayuda. La ayuda en las zonas urbanas se ha limitado
a proyectos particulares, tales como carreteras o de saneamiento, sin abordar
cuestiones más generales, transversales o de gestión que podrían reforzar la
sostenibilidad de las intervenciones que existen. Las necesidades de inversión
urbana de África, en particular, han sido descuidadas por los donantes. De
manera más general, la aplicación de estrategias urbanas de los donantes ha
quedado muy por debajo de los objetivos fijados.
Esta escasez de determinada ayuda urbana se produjo a pesar del hecho de
que las evaluaciones muestran que este tipo de inversiones, en promedio,
tienden a ser más exitosos en términos de su impacto sobre el desarrollo de
sectores adicionales. La situación ha empeorado debido a que la participación
de los donantes a nivel de país y ciudad, en general, ha carecido de una
perspectiva estratégica a largo plazo y, por lo tanto, se ha realizado de manera
fragmentada y sin coordinación, en lugar de ser sistemática y continua para
hacer las intervenciones exitosas. Una limitación clave para la sostenibilidad
y la ampliación de los programas apoyados por donantes ha sido la falta de
capacidad financiera local para dar continuidad a la iniciativa financiada,
una vez que cese el apoyo de los donantes. Esto puede atribuirse a la falta
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Financiamiento verde para ciudades
Conclusiones
La teoría dominante de la gobernabilidad metropolitana y las finanzas
proporciona directrices útiles para las políticas públicas, pero no formula
muchas reglas firmes sobre la mejor manera de gobernar y manejar las finanzas.
Más bien, los marcos de las opciones políticas se establecen en términos de un
conjunto de ventajas y desventajas que implica importantes costos y beneficios.
Entre estas ventajas y desventajas están: la centralización o descentralización
vertical (dependencia del gobierno central); la consolidación o fragmentación
horizontal (entre ciudades y gobiernos locales); la efectividad de recaudación
de ingresos; la eficiencia o la equidad en la generación de ingresos locales; el
control central a través de subvenciones categóricas o el control local a través
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348
Capítulo 10
Introducción
El cambio climático es una amenaza inminente cuyas consecuencias serán,
y han sido, diferenciadas, teniendo mayor impacto en países en desarrollo y
en aquellos grupos más desfavorecidos, como son los pobres, los indígenas
y las mujeres. A nivel local, la magnitud de la inequidad entre privilegiados
y pobres es como aquella que se observa entre los países desarrollados y
aquéllos en desarrollo. En este contexto, las desigualdades tienen que ver
principalmente con el acceso a los recursos económicos, a la educación, a
la participación política y a los trabajos remunerados. Las mujeres, por su
posición social, debido a las dinámicas desiguales de poder, se encuentran en
desventaja para acceder a estos recursos en comparación con los hombres.
La literatura sobre género y medio ambiente señala que las mujeres han sido
las más desfavorecidas en este sentido (Neumayer y Plümper, 2007). Sin
embargo, cabe mencionar que el cambio climático no ha afectado ni afectará
a todas las mujeres por igual. Otros factores como son la edad, la clase, la
raza y la etnia, son igualmente importantes para entender a profundidad las
consecuencias del cambio climático en una sociedad. Consecuentemente, las
políticas públicas ante el cambio climático deben considerar esta complejidad
y procurar que no continúen relegando a la población más vulnerable.
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Género, cambio climático y ciudades
Consideraciones teórico-metodológicas
Este capítulo pretende analizar la situación de las políticas públicas ambientales
en México con perspectiva de género, tanto la forma en la que se encuentran
contempladas en la legislación y en sus diferentes instrumentos, como en la
puesta en marcha en la Ciudad de México, específicamente el programa Mujer
de Huerto. Para ello, se emplearon herramientas cualitativas de investigación
social, principalmente la búsqueda en sitios oficiales, noticias de periódicos
y una entrevista semiestructurada a un funcionario de la Secretaría de Medio
Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA).
En la base teórica de esta investigación se sitúan varios conceptos desde el
feminismo crítico, como el de género, interseccionalidad y vulnerabilidad,
que son claves para poder estudiar los programas ambientales con perspectiva
de género ejecutándose actualmente. Una perspectiva crítica en la definición
de estos conceptos nos permite evaluar la forma en la que éstos han sido
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eventos afectarán mucho más a las comunidades pobres porque cuentan con
menor acceso a servicios básicos, como el abastecimiento de agua. Sumado
a la alta densidad, llegarán a sufrir una mayor incidencia de enfermedades,
muchas de éstas relacionadas con la variabilidad climática; mientras que sus
salarios bajos e inestables no les proveerán alternativas viables para mejorar
sus condiciones de vida.
Datos de 2010 señalan que 77.8% de la población mexicana vive en zonas
urbanas, y este proceso de creciente urbanización va en aumento. En 2012, de
las 53.3 millones de personas en pobreza en México, 68.6% ó 36.6 millones
de personas vivían en zonas urbanas (INEGI, 2010). La mayor incidencia de
pobreza de la ciudad se relaciona con un menor nivel educativo, mayor tamaño
de la familia y mayor presencia de mujeres como jefas de familia (Ibid). Las
zonas más pobres en la Ciudad de México también son las más vulnerables
ante los cambios del clima, ya que, a diferencia de las áreas con mejor nivel
socioeconómico, no cuentan con recursos monetarios, acceso a información
preventiva o la movilidad necesaria para afrontar los impactos climáticos.
Como hemos señalado previamente, debido a su posición socioeconómica,
estos eventos afectan más a las mujeres. Por eso es importante que las políticas
públicas para reducir los riesgos ante cambio climático, ocurran en un primer
momento en las zonas más vulnerables de la ciudad.
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Género, cambio climático y ciudades
mujeres sufren limitaciones en su movilidad, que se vive tanto por los altos
niveles de violencia de género en el transporte público, como por falta de
recursos monetarios para acceder a ellos. La violencia a la que están expuestas
las mujeres es una limitante que obstruye su movilidad física, incrementando
su vulnerabilidad ante el cambio climático. Por consiguiente, promover la
independencia económica de la mujer para abatir la violencia de género,
tendría que ser el rubro prioritario de toda política que busca contrarrestar
desigualdades.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones en los
Hogares (INEGI, 2011), en la Ciudad de México la violencia de género en
el ámbito público tiene un porcentaje mucho más alto que la media nacional
(18% más que a nivel nacional). En lo que se refiere al abuso sexual, la Ciudad
de México es la entidad que tiene el mayor porcentaje de mujeres agredidas
con 60 de cada 100 mujeres. Sin embargo, también se viven tasas altas de
violencia en el ámbito privado que vulneran a las mujeres. El 49% de las
mujeres casadas o unidas de 15 años en adelante, han sido víctimas de algún
acto de violencia por parte de su pareja a lo largo de su relación, porcentaje
mayor a la media nacional (44.9%).
Las viviendas con jefatura femenina tienen menor seguridad alimentaria y
seguridad social, y son dependientes de alguien para tener acceso a servicios
de salud (CONEVAL, 2014). Si bien, la Ciudad de México está dentro de las
cinco entidades con menor porcentaje de hogares con inseguridad alimentaria,
6 de cada 10 hogares se clasificaron en alguna categoría de inseguridad
alimentaria, y al menos uno de cada diez hogares reportó haber padecido
hambre en los tres meses previos a la encuesta.
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(2015). En esa investigación, los autores dan cuenta de los ejemplos de políticas
climáticas con perspectiva de género que están en marcha actualmente,
concluyendo que, si bien ha habido un avance significativo en la incorporación
de la perspectiva de género, las políticas todavía son limitadas en la medida
en que no se hace frente a los efectos del cambio climático exclusivos que
sufren las mujeres, y no se dirigen a las causas subyacentes que generan la
desigualdad entre los sexos.
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mayores niveles de pobreza (Sánchez et al, 2011; FAO, 2007). Además, como
se vio anteriormente, el estado de nutrición para los habitantes de la Ciudad
de México es crítico, tanto para mujeres como hombres. En ese sentido, el
programa ha sido muy exitoso para atender algunas condicionantes de la
vulnerabilidad, pues quienes han participado han logrado cosechar plantas
medicinales, frutas, hortalizas y hacer sus propias compostas.
Cabe aclarar que, como el nombre lo dice, el programa va dirigido a las
mujeres, por lo que no se está atendiendo la problemática en el tema de
la responsabilidad que se les asigna a las mujeres en el cuidado del hogar.
De esta manera, además de las múltiples responsabilidades que tienen las
mujeres, se vuelve otra responsabilidad más la del cuidado del huerto y la
producción de los alimentos en el hogar, preparación de remedios medicinales
para quienes están enfermos, entre otras. Si se incorporará al hombre dentro
de este programa se repartirían responsabilidades, empezando a desquebrajar
los tradicionales roles de género.
Desde una perspectiva de género vemos un claro peligro de aprovecharse
del rol reproductivo de la mujer cuando su trabajo de cuidado subsidia lo
que tendría que proveer el estado (Nagar et al, 2002). Además, al estar
enfocado solamente en mujeres se esencializa el rol que se le ha asignado
históricamente a la mujer como cuidadora nata y como la responsable de
la alimentación familiar, y al hacerlo ocultamos otros problemas visibles y
perdemos oportunidades de hacer cambios significativos.
Conclusiones y recomendaciones
En esta sección esbozamos una serie de recomendaciones que podrían ser
de utilidad para las futuras generaciones del programa Mujer de Huerto, u
otros programas ambientales relacionados que integren una perspectiva de
género. De igual manera, nuestras recomendaciones versan de una forma más
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Género, cambio climático y ciudades
369
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370
Capítulo 11
Educación sobre el cambio climático: análisis de las
medidas educativas en los Planes de Acción Climática de
los municipios urbanos en México
371
Vázquez Zentella
372
Educación sobre el cambio climático
conciencia del riesgo, la cual inicia con la percepción y continúa con las
evaluaciones de la capacidad de respuesta a la amenaza y comprensión de las
consecuencias de sus acciones. Así también, la Educación sobre el Cambio
Climático trae co-beneficios a nivel comunitario, como es la reducción de la
mortalidad infantil como efecto evidente de la educación femenina, y también
abre oportunidades de interacción social con miembros más educados.
No obstante, y de manera paradójica, en los contextos urbanos, a menudo son
las personas con mayor escolaridad quienes llevan un estilo de vida intensivo
en carbono, al generar la mayor cantidad de residuos y emisiones de gases de
efecto invernadero (GEI) (Vaughter, 2016).
Sin embargo, así como los habitantes de los asentamientos urbanos6
son los principales contribuyentes de emisiones directas e indirectas de
GEI7 y, por ende, los mayores generadores de la problemática del clima,
también son agentes clave para afrontar dicha problemática en tanto que
desempeñan un papel estratégico para darle solución.
Por ello, es necesario destacar que, aunque se reconoce cada vez más el papel
que tiene la escolarización8 en la comprensión de la problemática ambiental
6 En México, a partir del Censo Nacional de 2010, se considera como asentamientos urbanos
a aquéllos con más de 15 mil habitantes; antes de esto, se consideraba como población urbana
a los habitantes de núcleos con más de 2,500 habitantes (INEGI, 1996).
7 Los asentamientos urbanos contribuyen entre 67% y 76% de las emisiones globales de GEI
por uso de energía (Seto et al, 2014).
8 El enfoque contemporáneo principal de la educación para abordar los desafíos ambientales
es a través de la educación formal. La escolarización ayuda a los estudiantes a comprender
un problema ambiental determinado, sus consecuencias y los tipos de acción precisos para
abordarlo. Con una alfabetización ambiental y ecológica mejorada, los estudiantes están más
inclinados a cambiar el comportamiento que afecta a los problemas ambientales. Por esto, el
conocimiento acerca del medio ambiente se está incorporando cada vez más en los planes
de estudio de la enseñanza escolar formal. De esta suerte, el análisis de 78 planes de estudio
nacionales de diversos países muestra que 55% de ellos emplea el término “ecología” y 47% la
expresión “educación ambiental” (UNESCO, 2016-B).
373
Vázquez Zentella
9 Los rubros que se atienden en los Planes de Acción Climática Municipales son: Salud,
Edificios, Energía, Agua, Prevención de Desastres, Transporte, Residuos, Planeación Espacial,
Regulación e Investigación, Programas Sociales y Otros.
10 Los Planes de Acción Climática revisados corresponden a municipios urbanos con
poblaciones mayores a 500,000 habitantes (Delgado, De Luca y Vázquez, 2015).
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Educación sobre el cambio climático
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Energía
mediante sus recibos.
Reforestación/
21. Inauguración de la “Casa de la Tierra” (espacio para
conservación de
eventos y difusión).
suelos
22. Diseño de un programa de educación ambiental no
Otros
formal.
23. Campaña de educación vial y de respeto al peatón.
24. Campañas de prevención en lugares vulnerables a los
efectos del cambio climático.
Desastres 25. Incremento de la cultura de la protección civil para
prevenir desastres y evitar incendios forestales.
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energética.
Energía
95. Campañas de concientización para reducir el
consumo energético mediante ecotips.
96. Campañas de concientización pública sobre cambio
Otros climático y desarrollo sustentable, incluyendo personal
de instituciones públicas.
97. Promoción de compras verdes.
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Educación sobre el cambio climático
civil.
Desastres
106. Cultura de prevención.
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11 En el Anexo 3 del libro Adaptación y mitigación urbana del cambio climático en México
(Delgado, De Luca y Vázquez, 2015) se da cuenta de todas las medidas de adaptación y
mitigación propuestas en los 21 Planes de Acción Climática Municipales que se revisan en
dicha obra.
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13 Éste es el caso de las medidas 2, 10, 15, 16, 32, 52, 66, 70, 87, 90 y 111 que se presentan
en la tabla 1.
386
Educación sobre el cambio climático
14 Por ejemplo, el acceso al agua y a la energía tiene una influencia positiva en la educación.
En Ghana, la reducción del tiempo dedicado a acarrear agua aumentó la asistencia a la escuela
de niñas y mujeres adolescentes, especialmente en las zonas rurales. En el Perú rural, el aumento
del porcentaje de hogares con acceso a electricidad propició el aumento en el tiempo de estudio
de los niños (UNESCO, 2016-A).
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Educación sobre el cambio climático
Conclusiones
La educación sobre el cambio climático exige la necesidad de adquirir nuevos
conocimientos y habilidades con miras a movilizar acciones responsables
y realizar cambios conductuales significativos en los patrones actuales de
producción y consumo, a fin de reducir los efectos adversos del cambio
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Vázquez Zentella
Referencias
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Paris, Francia.
UN Institute for Training and Research-UNITAR. 2013. Resource Guide
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Vázquez Zentella
392
Sobre los autores
Hilda J. Blanco
Maestra y doctora en Planeación Urbana y Regional de la Universidad de
California. Fue profesora en el Departamento de Asuntos Urbanos del Hunter
College (1988-96), de la Universidad de Washington (1996-2009), donde
dirigió el Departamento de Planeación y Diseño Urbano (2000-2007) y
de donde es actualmente profesora emérita. De 2010 a 2016 fue profesora
investigadora de la University of Southern California, donde actualmente
dirige el Proyecto del Centro para Ciudades Sustentables. Es editora de Norte
América del Journal of Environmental Planning and Management e integrante
del consejo editorial de Progress in Planning y del Journal of Emergency
Management.
393
clima, la reducción de los riesgos de desastres, el estudio de la vulnerabilidad
social y las políticas públicas sobre el cambio climático.
394
Sociales por la UNAM. Actualmente es coordinador ejecutivo de proyectos
en el Programa de Investigación en Cambio Climático-UNAM y profesor de
asignatura en la Facultad de Ciencias-UNAM en el Seminario de Biología I
(Ecología Política). Del 2000 a la fecha se ha desempeñado como asesor de
proyectos y campañas y consultor independiente en temas de medio ambiente y
cambio climático en asentamientos humanos, tanto en instancias de gobierno,
como en organizaciones ambientalistas.
Guido Franco
Es el líder en investigación sobre cambio climático y medio ambiente en la
Comisión de Energía de California. Ha sido uno de los principales responsables
en la producción de tres estudios para el Gobernador sobre cambio climático
en California en la última década. Ha publicado en Science y Climatic Change
y otras revistas científicas. Fue miembro de un grupo de asesores del gobierno
federal (de EUA) que produjo la Evaluación Nacional sobre Cambio Climático
en 2014. Actualmente participa en la Evaluación de California, así como en la
Nacional de 2018.
Miriam Gay-Antaki
Profesora Visitante en Colorado College dentro del Programa de Estudios
del Suroeste, donde imparte clases de Ecología Política y Sociedad y Medio
Ambiente. Su trabajo se centra en las relaciones socioambientales, basándose
en los marcos de la ecología política feminista y la geografía feminista.
Antonina Ivanova
Profesora-investigadora y directora del Centro de Estudios APEC de la
Univesidad Autónoma de Baja California Sur. Integrante del Sistema
Nacional de Investigadores del CONACYT, Nivel II. Desde 2002 es miembro
395
del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), donde de 2008
a 2015 fue vicepresidenta del Grupo de Trabajo III sobre “Mitigación”.
Doctora en Economía por la UNAM (con mención honorífica), con estudios
de posdoctorado en el Departamento de Estudios de la Paz de la Universidad
de Bradford, Reino Unido. Es autora o editora de 23 libros y más de 200
artículos en revistas arbitradas.
Simone Lucatello
Investigador del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora
(CONACYT) en la Ciudad de México. Egresado con Maestría de la London
School of Economics and Political Science (LSE) del Reino Unido en
Relaciones Internacionales (MSc) y doctor en Análisis y Gobernanza del
Desarrollo Sustentable por la Universidad Internacional de Venecia, Italia
(PhD). Es investigador asociado del Programa de Investigación en cambio
climático (PINCC) de la UNAM y de varios programas de investigación
mexicanos e internacionales, y participa en redes académicas sobre temas de
cooperación internacional, seguridad, y desarrollo sustentable.
Raquel Montes Rojas
Doctora en Agua y Cambio Climático. Actualmente es la responsable de este
tema en el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático de México.
396
Gabriela Muñoz-Meléndez
Es profesora de Energía, Cambio Climático y Calidad del Aire en El Colegio
de la Frontera Norte desde 2008. Estudió Ingeniería Química y tiene doctorado
en Ciencias Ambientales por el Colegio Imperial de Londres. Ha publicado
en Environmental Science and Technology, Journal of Cleaner Production y
Journal of Borderland Studies. Desde septiembre de 2016, se encuentra en su
sabático en la Universidad de Stanford, investigando el nexo entre el agua y
la energía.
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co-autora del libro Adaptación y Mitigación Urbana del Cambio Climático en
México (CEIICH-PINCC, UNAM, 2015).
Sonya Ziaja
Abogada por la Universidad de California en Hastings (2009). Está por
completar su Doctorado en Geografía en la Universidad de Arizona, con una
investigación sobre la interrelación entre ciencia y legislación en la gobernanza
del agua y la energía.
Adriana A. Zúñiga-Terán
Es investigadora en el Centro Udall para Estudios en Política Pública y
catedrática en la Universidad de Arizona. Estudió arquitectura en el Tecnológico
de Monterrey y trabajó como arquitecta por varios años en México. Cuenta
con dos títulos de posgrado de la Universidad de Arizona: una maestría en
Arquitectura y un doctorado en Ciencias y Recursos de Tierras Áridas con un
grado menor en Cambio Global. Su área de especialización es la seguridad
hídrica en las ciudades de tierras áridas.
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Esta obra se terminó de realizar en el mes de septiembre de 2018
Programa de investigación en Cambio Climático
Universidad Nacional Autónoma de México
Circuito de la Investigación Científica s/n
Edificio de Programas Universitarios de la UNAM, Planta Alta
Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510.
Ciudad de México, México.