Los Dos Testigos (Apocalipsis)
Los Dos Testigos (Apocalipsis)
Los Dos Testigos (Apocalipsis)
Introducción: Los profetas de Israel fueron hombres que Dios levantó en determinado
tiempo y circunstancias. El término “profeta” deriva del griego “profetes” que significa
“hablar en nombre de otro”. Toda aquella persona que habla en nombre de Dios, es
técnicamente un profeta.
En 1 Cro. 16:22 Dios consideró a la nación de Israel, como ungidos y profetas de Dios
“No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas.”
El ministerio profético fue muy respetado desde los tiempos del Antiguo Testamento. Para
la época de Samuel ya existían gremios de profetas ambulantes y para el contexto de
Elías y Eliseo, se comenzaron las primeras escuelas proféticas: “Eliseo volvió a Gilgal
cuando había una grande hambre en la tierra. Y los hijos de los profetas estaban con él,
por lo que dijo a su criado: Pon una olla grande, y haz potaje para los hijos de los
profetas.” (2 Reyes 4:38)
Durante la Gran Tribulación, Dios levantará a dos varones judíos con un ministerio
profético muy parecido al de los santos varones del Antiguo Testamento. Es interesante
que durante la presente época, el ministerio profético al estilo del que aparece en el
Antiguo y Nuevo Testamento, no está vigente. Hoy en día nadie puede autodeclararse
“profeta de Dios para el mundo”.
Sin embargo durante la época de la gran tribulación, Dios obrará como en el Antiguo
Testamento con Israel (recuérdese que esto se debe a que estos siete años son la
semana septuagésima de Daniel) y por lo tanto, el trato de Dios con su pueblo será muy
particular.
Hoy veremos cómo se desarrolla el ministerio profético de los dos testigos durante la
gran tribulación:
I. Su ministerio:
a) Su tiempo de labor:
“3 Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días,
vestidos de cilicio.
- 1260 días corresponde correctamente a tres años y medio. Al parecer, siendo que
nos encontramos a la mitad de la gran tribulación, al parecer el ministerio de los dos
testigos empieza al inicio de la gran tribulación y acaba a la mitad de este periodo.
- Dios a través de los dos testigos estará llamando al arrepentimiento al mundo
pecador.
c) Su vestimenta: Cilicio que era usual entre los profetas cuando hablaban de juicio
(Jer. 4:8 “Por esto vestíos de cilicio, endechad y aullad; porque la ira de Jehová no
se ha apartado de nosotros.”)
d) Su símbolo:
“4 Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante
del Dios de la tierra.”
- Son los dos olivos: Han sido ungidos por Dios para su misión particular en la tierra.
Esto nos recuerda a Josué y Zorobabel, dos varones a los que Dios escogió
durante la época de Esdras para guiar al pueblo. Zac. 4:2-6 “2 Y me dijo: ¿Qué
ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelabro todo de oro, con un depósito
encima, y sus siete lámparas encima del candelabro, y siete tubos para las
lámparas que están encima de él; 3 Y junto a él dos olivos, el uno a la derecha del
depósito, y el otro a su izquierda. 4 Proseguí y hablé, diciendo a aquel ángel que
hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío? 5 Y el ángel que hablaba conmigo
respondió y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, señor mío. 6 Entonces
respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice:
No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los
ejércitos.”
- Son los dos candeleros: En la visión de Zacarías sólo hay un candelabro, y esto
demuestra que las visiones son distintas, aunque muy relacionadas en el fondo.
Estos dos testigos son la luz del evangelio que iluminará el mundo durante la gran
tribulación. Esto nos recuerda el mensaje de Jesús a sus discípulos cuando les dijo:
Vosotros sois la luz del mundo.
e) Su protección:
“5 Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus
enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera.”
- Muchos santos profetas de Dios tuvieron que sufrir martirios y terribles muertes. En
Heb. 11:35-38 “35 Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas
otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor
resurrección. 36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto
prisiones y cárceles. 37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos
a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de
cabras, pobres, angustiados, maltratados; 38 de los cuales el mundo no era digno;
errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la
tierra.”
f) Su poder:
“6 Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su
profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la
tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.”
- Dios otorga a sus siervos los profetas de un poder sobrenatural para realizar obras
fantásticas.
- Los juicios que los dos testigos realizan en el mundo nos recuerdan el ministerio
profético de Elías y de Moisés respectivamente.
II. Su identidad:
a) Enoc y Elías:
- Sólo ellos dos no murieron de todos los hombres: Heb. 9:27 “Y de la manera que
está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el
juicio”.
- No podría ser Moisés porque la Biblia dice que él murió: Dt. 34:5 “Y murió allí
Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová.”
- Los dos testigos morirán, si fuera Moisés uno de los dos, entonces moriría dos
veces. Si fueran Elías y Enoc, morirían una sola vez.
- Elías debería venir antes del advenimiento del Mesías: Mal. 4:5 “He aquí, yo os
envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.”
b) Moisés y Elías:
- Moisés y Elías tienen una estrecha relación con el pueblo de Israel, sus profecías y
obras maravillaron a los israelitas. Enoc vivió en una época en el que Israel no
existía como nación.
- Los juicios que realizarán los dos testigos durante la gran tribulación son los
mismos que los realizados por Moisés y Elías durante sus ministerios.
- El hecho de que Enoc y Elías no hayan muerto no es causal para que Dios los
envíe nuevamente a la tierra para que mueran en manos del Anticristo.
- El hecho de que los juicios mencionados tengan relación con los ministerios
proféticos de Moisés y Elías, no son razón para que sean realmente estos dos
profetas los que vengan durante la gran tribulación.
- “la bestia que sube del abismo”= Primera referencia al Anticristo como “la bestia”.
b) El lugar de su muerte:
“Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual
se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado.” (v. 8)
- “la grande ciudad” No es una referencia a Jerusalén, sino a Babilonia en Irak (Ap.
14:8 “Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad,
porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación.”
Ap. 17:18 “Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la
tierra.” Ap. 16:19 “Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las
naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle
el cáliz del vino del ardor de su ira.”)
- Símbolos de Babilonia:
1. Sodoma: Maldad
2. Egipto: Opresión
3. Jerusalén: Persecución
c) Su desprecio mundial:
“9 Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres
días y medio, y no permitirán que sean sepultados. 10 Y los moradores de la tierra
se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros;
porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra.”
- “No serán sepultados”: Una gran ofensa para los pueblos orientales.
- “Se enviarán regalos”: Como dice John F. Walvoord “se celebrará una gran navidad
satánica”.
d) Su gloriosa resurrección:
“11 Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por
Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. 12
Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en
una nube; y sus enemigos los vieron.”
- “espíritu de vida enviado por Dios”: Dios es dador y autor de la vida misma. Por eso
no debemos temer lo que nos pueda hacer el hombre.