Lo Eterno Humano y El Infinito

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Lo

Eterno Humano y el Infinito


Por

Alexandre Buvat Irazábal




UNO
La Cúpula: Vida programada, humanos funcionales

Alejo Benedicto Williams Podowsky Hernández. Ese es mi nombre


completo, dijo Alejo, mientras la identificación por pupilas y emisión de ondas
beta del cerebro, confirmaban su identidad y nivel de estado.
Las luces LED titilaron. Un leve ruido después, en pantalla salió la imagen
amable y se oyó la voz suave pero que inspiraba respeto: Soy el Gran
Coordinador Supremo. Hipiao Cogitum Freeman Surestland, o GCS 400.01
según el código de registro cupular. Alejo recibió con respetuoso agrado la
deferencia y distinción de que se dirigiera a él utilizando el protocolo de
especial amabilidad con los selectos. Su voz casi sin eco o tono que da la
descarga de cromo cobalto y litio ionizados que a Alejo le resultaba tan
irritante, dijo:
—Bienvenido Alejo, eres el componente humano genético real SNRs
110.730— 684—xpn Has sido seleccionado para la misión de exploración
espacial personal de la próxima semana. Tu petición y las indagatorias sobre
tus antecedentes genéticos, información acumulada en tu organismo y mente,
así como los estudios y pruebas sobre tus propuestas de rutas, equipos e
instrumental, han pasado con éxito y muy bien calificadas. Sobre todo, los
diseños de rutas y equipamiento, cuyo altísimo puntaje, compensó algunas
fallas en lo concerniente a historial genético.
—Irás solo, sin ningún humano real de los elegidos por los comités
coordinadores fundados por los padres originarios. Tu nave, la que tú mismo
diseñaste para tu investigación y el necesario confort, te está esperando. Se
construyó con base a tu diseño, se probó en simulador de 150 espacios
cósmicos variables, hemos reconocido tu genio, pues la nave superó todas las
pruebas y para premiar tu ingenio, se te ha dado la mujer robot YMADE –xp
triple propósito multi variable que en tu habitáculo ya está instalada. Esa será
la que te acompañe en tu exploración. Practica con ella estos días. Al
momento de tu partida desde nuestra cúpula marciana, en la sede central de
robótica, una vez recibidas tus observaciones adiciones o supresiones y otras
sugerencias, la reconstruiremos y estará en tu nave.
Alejo sonrió y dijo para sus adentros, al menos le pondré los cuerpos,
rostros y algo de los atributos que más me gustaron en mis juveniles primeros
años en tiempo terrícola de pasantía y en los dos que llevo en tiempo mío
presente real de explorador fundador del espacio dentro de esta cúpula, que
aún no he llegado a conocer suficiente de lo tan grande que es, ja ja, y se frotó
las manos, diciéndose ¡viajaré en condición cuántica de movimiento y con un
robot que me servirá de apoyo!
—Muchas gracias, Gran Coordinador Supremo.
—Es un placer ayudarte. Confiamos en tu éxito. Su imagen se apagó,
junto con las luces y el leve zumbido.
El robot era perfecto, cada vez más Alejo se asombraba y entusiasmaba. La
piel ese material perfeccionado que ya muy atrás fue inventado en un país que
se llamó Japón antes del gran desastre, podía cambiarse de textura y color con
solo manejar el botón p1 y conectarlo a su pensamiento o deseo. Pero si quería
bloquear la transmisión de pensamientos para hacer más interesante y retador
todo, aplicaba el comando b3 y podía, por ejemplo, jugar ajedrez contra su
súper inteligente mujer robot, o tener largas conversaciones sobre algunos
temas que le atraían como las teorías de unos magos o psicólogos que así los
llamaban en la Tierra entonces, que explicaban el comportamiento humano.
Alejo se interesaba en saber cómo había sido el proceso de selección de
él y los 8 millones de seleccionados por los padres fundadores que habitaban
la cúpula marciana, mientras en la Tierra, en algunos puntos sobresalientes de
las aguas y ruinas, vivían unos 300 millones de esas deformaciones de la raza
humana, que cuando sucedió el gran desastre, eran unos 20.000 millones que
casi se comían unos a otros, debiendo los más aptos y sabios, aislarse, tener
mecanismos especiales de protección, de comunicación entre ellos y sus
maravillosos laboratorios y centros de estudio. De modo que unos 400 años
antes que ocurriera el previsto gran desastre, se empezó la selección de
humanos reales y como padres fundadores se trasladaron a la gran cúpula
marciana, ya dotada de agua, aire respirable, alimentación, y para algunos
como él, transportación cuántica que te permitía estar en varios momentos
energéticos y sitios a la vez sin importar velocidad espacio o tiempo.
En esa cúpula, como corresponde a un espacio cerrado, con muy
controladas posibilidades de expansión y con un medio exterior hostil, había
gestación programada y cópula controlada, salvo si se hacía con los robots
especiales que cada quien, hombre o mujer, ordenaba, y a los que se podía
cambiar, devolver o intercambiar. No era necesaria ni moneda ni valoración de
cambio, ni acumulación de riquezas, ni eso que se conoció en la Tierra como
mercado de capitales, bolsas de valores, genios financieros, o diferenciación
según el dinero o riqueza. Cada quien tenía lo que era necesario, establecido
con base a un sistema de clasificación de rangos en unidades de utilidad
cupular. Por supuesto había libertad de movimientos y una vez decidido lo que
te era necesario para tu óptimo quehacer funcional eso te pertenecía, así como
quedaban a tu arbitrio, sin necesidad de decisiones centrales, la adquisición o
el cambio o intercambio de accesorios y programas complementarios, como
robots para sexo, robots multifunción, paseos a los jardines, vista del cosmos,
y servicios de curas o reparaciones, vehículos y facilidades de traslado
holográfico hasta 5D+ esas de volumen y formas reales y atractivas, dominio
de temas y habilidades materiales reales, con imagen densa palpable y
capacidad de razonamiento integrada. También se tenía la libre participación
en deportes y ejercicios, en espectáculos, en foros y en clubes de los aceptados
por los comités programadores. Nadie conocía que era odiar, tener instintos
asesinos, apostar, especular o estafar, pues sus programas cerebrales lo
suprimían al menor impulso, si acaso existiera alguna pequeña falla en la
programación neuro informativa celular que se hacía en la genética y ADN
antes del nacimiento.
Desde los inicios de las primeras selecciones se puso énfasis en estudio de
los mapas y árboles genéticos, el análisis de compatibilidades interactivas, la
información acumulada y capacidad de recepción y transmisión de los nervios
y células, así como su composición atómica proteica y la capacidad óptima de
asimilación integral de los nutrientes que se tendrían tanto en síntesis de
laboratorio como de aplicaciones a la naturaleza interior que dispondría la
cúpula. Fueron luego del siglo XXII DC largos años del tiempo terrícola de
entonces, con el mayor secreto que era posible, en esa monumental tarea.
Contribuyó en gran medida a mantener el secreto el que luego de tanta
información entre real y verdadera, en un mundo convulsionado que crecía en
cientos de millones de habitantes en cada generación los habitantes comunes
ocupados en sobrevivir y mantener propiedades y los medios materiales cada
vez más escasos, ya ni se ocupaban o casi ni les importaba, o no creían en esas
noticias.
Así cuando estuvo construida la primera parte de la que hoy es la gran
cúpula, los primeros 10.000 padres fundadores, fueron progresivamente
trasladados en su forma física real en las naves y con los ya muy adelantados
medios de entonces. Completaron las áreas controladas de cultivos y cría de
animales, las bacterias, medios salinos o ácidos necesarios, instalaron las
estaciones centrales y las accesorias de evaluación de funciones, aptitudes y
potencial actitudinal de todos lo que ya estaban y de los que irían llegando por
miles durante los siguientes trescientos años antes de que ocurriera el ya
determinado como inevitable gran desastre de las hambrunas, guerras
nucleares, inundaciones tormentas y terremotos, heladas terribles que
abarcaban sitios donde el los miles de años anteriores no nevaba, cambios de
temperatura con calores poco soportables, abruptos cambios en el eje de
rotación del planeta Tierra. Todo lo que devino de guerras entre países cuyos
políticos y sus masas no cultas y científicos de nivel inferior manejaron y
provocaron, como aderezo a la generación de los cambios en el planeta.


DOS
La maravillosa YMADE

YMADE—xp, era fantástica, y su compañera ideal para su largo viaje a lo


desconocido en busca de nuevos planetas o asteroides, tanto para fundar o
instalar la civilización que permitiera vivir y crecer a mayor escala a los
humanos sobrevivientes a los padres fundadores, como para determinar
posibilidades de agua, vida, minerales, que pudieran ser aprovechables.
Alejo practicó lo más que pudo durante los días previos a su partida. La fue
probando morena, negra, rubia, delgada, redondeada, con voz suave y
profunda de contralo, o ronquita, pero de mujer, las ideó sabia, científica de
última generación o común y conocedora de intimidades personales o
familiares y de historia de personas, parecida a aquellas damas que reseñaban
las crónicas de la Tierra de los siglos anteriores al gran desastre.
Calculaban las trayectorias, resolvían problemas de física y era capaz de
reproducir para las sensaciones de Alejo, sonidos del espacio, y música, que
era lo más cuidado de lo que había sobrevivido de toda la vieja civilización
humana. Por supuesto YMADE no tenía sensibilidad ni sentimientos. Eso lo
daba por seguro Alejo.
Alejo ya llevaba pocos años de viaje en tiempo terrícola AD y DD (antes y
después del gran desastre) que se usaba ahora para medir grandes lapsos
intermedios o siglos, donde en la convención AD, se incluían los usados en la
antigua convención de origen de la dominante civilización occidental AC y
DC.
En tiempo establecido en la gran cúpula, llevaba unos meses y en su
tiempo presente, apenas unas horas, durante las cuales no se despegó de los
instrumentos, controles y revisión de su fantástica nave. YMADE estaba sola,
inmóvil, percibiendo apenas en el botón sema abierto de la captación de
pensamientos, los cálculos y abstracción de Alejo.
Pulsó el nivel bajo del acelerador cuántico y ya habían recorrido durante
unas horas de su tiempo presente real o unos 10 años del tiempo en la Tierra.
El tiempo real en cualquier sitio era su tiempo, con acaso variaciones
infinitesimales. La nave ya viajaría sola en las rutas programadas que había
“discutido” con YMADE esa mujer robot de lo que antes se denominó
inteligencia artificial, que había aportado datos y criterios que derivaron en
ajustes del rumbo. Alejo se sentía cada vez más acompañado y admirado del
robot hembra, que para estos cálculos sólo actuaba como máquina, aunque por
un instante la imaginó como la científica rubia, cuando ella percibió levemente
su pensamiento. Claro, se dijo al percatarse, el pulsor p1 había sido rozado y
había quedado abierto levemente y el robot reaccionó.
—Qué gran sensibilidad tiene, pensó.

TRES
Empiezo a comprender la evolución de la antigua Tierra.

Alejo, cómodamente instalado, leía en proyección holográfica uno de esos


textos que contenía el almacén de memoria que él había diseñado para la
nave. Tenía ante sí ese libro “Poesías y poetas de todos los tiempos”,
recordaba por lo que habían removido, algo muy lejos en su profundidad en
una leve electricidad en sus informaciones genéticas guardadas, poemas de
Whitman, de Boudelaire, de Neruda, de Benedetti, de Cadenas, Machado,
García Lorca, Blanco, Valery, Proud, Rubén Darío, Keats, Bashú, Milton,
Bridges, Blake, o de Juana Ibarboruru y de muchos otros de todas las épocas y
países de la antigua conformación del planeta.
De William Blake un poeta de aquella isla que se llamaba Inglaterra en
época tan distante en tiempos de la Tierra, como el año 1797 DC, anotó unas
partes de un verso, traducidas al lenguaje que ahora usaba:
¡Tú, ángel rubio de la noche
Ahora mientras el sol descansa en las montañas, enciende
tu brillante tea de amor!
¡Ponte la radiante corona
Y sonríe a nuestro lecho nocturno!
La Ibarburu, una mujer de un país que se llamó Uruguay, y del que, luego
del gran desastre sólo quedó un mínimo trozo mezclado con otros trocitos de
unos llamados Brasil y Argentina escribió casi dos siglos terrestres después de
Blake. De ella, había copiado:
Desnuda como el puro impudor
de una fruta, una estrella o una flor
De todas esas cosas
Que no tienen virginidad
Sexos sin celajes
Y a quienes nadie osará
Fabricarles
ropajes
Desnuda Y toda abierta
De par en par
Por el ansia de amar
Alejo leyó a YMADE esos versos, que la robot, almacenó y empezó a
procesar.
Captó el pensamiento de él, ¿qué es tea si no es la infusión de la planta que
usan en la cúpula?, ¿qué es eso de amor que una infusión enciende? ¿qué es un
ángel?, si es rubio debe ser humano, pensó. ¿qué es el amor? ¿qué es pudor o
impudor que tienen las estrellas, las frutas o las flores, tres cosas tan
diferentes? ¿La mujer se abre por el ansia de amar?
También la robot captó el pensamiento de Alejo ¿por qué esto me produce
una sensación que nunca antes en la cúpula había sentido?
Y cuando pensaba sobre el poema de la uruguaya, se dijo, —y la robot lo
captó— ¿por qué siento una inicial erección en mi pene, pero distinta, más
desde adentro, a las que ya estaba acostumbrado en la cúpula marciana?
Alejo creyó percibir en la robot una leve vibración, unas señales de alarma
empezaron a encender, pero no lo hicieron del todo, apagándose en seguida,
pero sin que él conscientemente lo ordenara ni pulsara ningún punto , la
mujer robot comenzó el proceso de convertirse en lo más parecido a una
hembra terrícola, de esas destinadas a los seleccionados humanos
descendientes de los antiguos padres y destinados a padres fundadores de
nuevas expansiones: Se fue cubriendo de la piel morena muy clara y con pelo
castaño, y adoptó un delicioso cuerpo. Así estuvo por un breve momento de
su tiempo real, hasta que Alejo quiso quitarse esos pensamientos y
sensaciones. No era momento de desatender los controles de la nave, que
debían ser revisados de rutina, así como calibrar el control de percepciones del
robot, que evidentemente había reaccionado sin su consentimiento verbal o
pensado a conciencia. Tengo que ajustar los controles para que esto no pase,
pensó.

CUATRO
¿Dios, poemas, parábolas, amor, erotismo...?

El viaje transcurría ya a lo máximo de velocidad y potencia cuántica de


ubicuidad tiempo - espacio sin que aún los diferentes sensores de la nave, ni
los mini artefactos exploradores lanzados, trajeran algo de espacial interés, o
no descrito por las miles de exploraciones anteriores tanto las hechas desde la
Tierra, como las que habían partido desde el campo anexo de la cúpula en
Marte. Eso permitió que él y su mujer robot, compartieran y revisaran otras
cosas diferentes a la navegación y la rutina de control de la nave.
De las revisiones y reflexiones tanto las hechas en solitario como las
compartidas con la robot inteligente, Alejo había escrito en su cuaderno
holográfico especial de memorias personales del viaje:
Dios es algo que los humanos denominan a lo más complejo, lo que
más ignoran y a la fuerza que los mueve, decide sus vidas y sus muertes, su
suerte. Además, es un ente, incluso con figura humana en muchas religiones,
que se designa como creador del Universo. Es un concepto que aún hoy en los
pocos 300 millones de sobrevivientes en la Tierra, se mantiene, después de
más de 15.000 años y de unos 450 años posteriores al gran desastre, que, pese
a las explicaciones y demostraciones de los estudiosos y científicos, es
considerado el causante, pero, además, es el o lo único que los puede salvar a
todos, aunque cada individuo, tenga su propio concepto de ese Dios.
Ángel o ángeles y vírgenes, son denominaciones que una iglesia, la
católica, pero que otras incluso más antiguas asimilaban con otros nombres,
para designar creaturas que andan con Dios o sus hijos y madres, para proteger
y hacer bien. Se figuraban como niños hermosos, o seres con alas, para figurar
o explicar que “volaban”, lo que ya para nosotros es conocido de apariciones
cuánticas materializadas o visibles por instantes. En los humanos de la actual
Tierra es un concepto tan viejo como Dios. Protegen, son corte o emisarios de
lo divino.
Pudiera suceder que si yo en este viaje, descubro un planeta o asteroide
con condiciones para vivir nuestra raza, y se me asigna una mujer no robot
para la cópula y la gestación, me consideren, pasado el tiempo, como un hijo
de Dios y creador de una tribu, o ángel protector, según sea que el astro está
habitado por unos seres inferiores o esté vacío de ellos, solo con plantas y
animales.
Amor. Para nosotros en la cúpula esa palabra era conocida sólo entre
quienes por curiosidad de nuevos u olvidados términos las hallaban en los
copos de memoria. Pero me resulta asombroso que aún se use en la Tierra, y
nosotros en la cúpula, pese a nuestra herencia genética y bancos de semen
selectos de humanos de alta composición, no la usemos, ni la comprendamos.
Es algo que parece haberse perdido o seguramente eliminado desde los inicios,
por los primeros grandes coordinadores. En todas las poesías. escritos de
teatro, aventuras, poder, en todas las religiones, en la música, algo relacionado
con eso que se llama amor en la Tierra está presente. Ellos lo diferencian,
poniéndole adjetivos o suponiéndole atributos que los propios humanos de
antes y ahora establecen y entienden cuando se les habla de eso.
Amor apasionado, tierno, a Dios, amor como una condición universal de
convivencia, amor a la paz, amor a la guerra, matar por amor, amor a la
naturaleza, amor morboso, amor al dinero y al poder. Ahora empiezo a
entender mejor los poemas las guerras y las conductas humanas, que pese a
hablar de amor o de Dios o de paz, o de naturaleza, suelen hacer lo contrario.
O sea, bajo una misma denominación el humano terrícola podía incluir dos
conceptos antagónicos como amor a la paz y a la guerra, o hasta hacer la
guerra para alcanzar la paz.
La erección que empecé a sentir con el poema, ¿habrá sido una llamada de
mis genes originarios, del renacer en mi información el concepto de amor
asociado al deseo carnal que solo me satisfacía con robots programables tipo II
y que ahora que tengo una superior, retoña?
Ja ja ja, la palabra tea, que pensé era una infusión pues así la llamaban los
sabios superiores y así se quedó, resultó que era una lámpara, o asta encendida
con llamas duraderas, que los humanos usaban para alumbrarse.
También tengo una idea de lo que es pudor e impudor, aunque lo que sí es
muy cierto es que los humanos en la Tierra usaban mucho parábolas o
figuraciones gramaticales para expresarse. Tal tipo de comunicación en ese
ambiente rígido, matemático, absolutamente explícito y de algoritmos que
tenemos en la cúpula, ha de hecho desaparecido.
Este viaje de exploración está resultando un descubrimiento de nueva vida
dentro de mí y casi parece un viaje al pasado muy antiguo de mis ancestros y
de la humanidad, de la que ahora nosotros pretendemos ser sus mejores
exponentes.
Que importante es, al menos en mi caso, estar aislado en un área y nave
que uno mismo ha diseñado, que permite percibir algo del infinito, la grandeza
creadora que en miles de millones de años luz, de explosiones y formaciones
de soles, galaxias, planetas, estrellas, fuerzas y las mezclas adecuadas de calor,
líquidos y elementos, ha podido generar la formación de vidas inteligentes en
este cosmos del que somos una infinitésima minúscula parte. ¡Cuánto deseo
encontrar otra civilización en este viaje forzosamente limitado a unos pocos,
creo que será bastante menos de cincuenta años luz de potencial cuántico, o de
unos muy pocos de tiempo cósmico “normal” desde la plataforma cupular solo
dentro de nuestra vía láctea!


CINCO
¡Que delicia de robot!

La programó rubia científica. Su piel fue blanca, algo musculosa, de


huesos largos, carnes duras, senos pequeños, caderas no muy anchas, un culo
redondo y poco prominente, ojos azulados, boca fina y labio inferior carnoso.
Había pulsado el b3 a propósito para que ella no descubriera sus
pensamientos. Pero dejó que escuchara, procesara y respondiera con voz.
Hablaron de los exoplanetas más cercanos, aquellos que desde el siglo XXI de
la Tierra, se han venido explorando a través del tiempo y aprovechando
algunos de sus espacios para generar vida primaria y agua, que debían, si
podían, explorar al regreso de su largo periplo, para contrastar los análisis de
gases que expulsaban sus polos.
La observaba con delicia, —esa mujer debería ser para pasar largos días o
una vida—pensó. Ella sirvió bebida para él y un líquido inocuo para sus
delicados componentes para ella. Bailaron o algo parecido a lo que ustedes
lectores conocen como baile. Los besos eran muy pero muy superiores a los de
todas las otras robots que había probado en la cúpula; el sexo oral lo llevó a
cimas de placer. En el acto, él se decía, muévete, ojalá pudieras decirme cosas,
gemir, voltearte, exhibirte, proponer. Pero era sólo un robot, semi programado,
o sea no a todo lo que YMADE podía dar y además no podía escuchar ni
adivinar sus pensamientos. Tuvo un enganche con las lecturas y palabras
leídas del pasado genético humano, y ya cerca del orgasmo, dijo eres divina,
sigue así mi amor.

SEIS
¿A qué nos llevan los padres fundadores?

Alejo prosiguió leyendo, o si no leía asimilaba mentalmente lo contenido


en la memoria que había establecido en la nave para su uso en el largo viaje.
Además de su interés por la evolución de la física, química, biología, la
historia desde la antigüedad hasta lo más cercano al gran desastre, la política,
la economía y la degradación del medio ambiente, mantenía su interés por
aquellos psicólogos o psiquiatras que exploraban el comportamiento humano.
De ellos saltaba a escritores de diversos géneros literarios, a autores de teatro y
a unos de otra calificación en un grupo, del que se decía eran grandes
pensadores muy influyentes durante muchas épocas, que se denominaban
Filósofos. Para su sorpresa incluso en tales filósofos hubo algunas mujeres, lo
que contrastaba con la función reproductora o la de investigación científica
cerradas en laboratorios que tenían en la cúpula.
En su mente venía tomando con insistencia y fuerza la certeza de que él
había sido seleccionado para llegar a ocupar un sitial en el consejo superior
coordinador de los herederos de los padres fundadores. O en alguno de los
consejos especiales.
Se convencía cada vez más que los integrantes de esos consejos
superiores, sobre todo los de selección genética y compatibilidades
funcionales, habían tanto estudiado como algunos quizás experimentado y por
ello sabían – y le temían— al significado de Amor, a las evoluciones del
pensamiento, comportamiento y enfermedades mentales de los humanos, a los
estudios de la Verdad, Dios, el ser, la nada, el origen del Cosmos o Universo, a
la avidez de riqueza y de poder, a los odios raciales y religiosos, a los
conceptos de patria, libertad, justicia. En fin, todo eso que no solo se contenía
en lo escrito, sino que se representaba en arquitectura, pintura escultura y
música y en las declaraciones y arreglos y traiciones de y entre grandes
caudillos, presidentes, emperadores, y políticos, a lo largo de toda la historia
del humano hasta el momento del gran desastre.
Qué gigantesco esfuerzo deben haber hecho los padres fundadores—pensó
— para una primera selección luego de tantas entrevistas y análisis de obras,
capacidades cognitivas, físicas, funcionales, ADN, y relaciones de varias
mezclas genéticas y de capacidades de captación y emisión intercelulares y de
los cerebros, de los cientos de miles que dieron lugar a la primera selección de
10.000 viajeros que progresivamente fueron construyendo, desarrollando y
poblando la primera fase de la cúpula.
Le costaba imaginar cuanto conocimiento acumulado había en el grupo
coordinador de 100 grandes sabios y sus correspondientes sucesores o
sustitutos, además de los componentes de los otros comités de coordinación
especiales de calificación de aspirantes, o de análisis y avance de astronomía,
ciencia y tecnología aplicada, que trabajaron durante los primeros 400 años en
tiempo de la Tierra, ¡Cuanto desarrollo científico y tecnológico se incorporó
en ello durante ese largo período terráqueo ¡ —exclamó —pensando en voz
alta.
Empezaba a comprender que la cúpula era un núcleo cerrado de habitantes
donde lo primordial era la extensión en el tiempo de la raza humana, pero con
una esencia “purificada”, en los que los mejores sólo se dedicaban a ciencia y
técnica de cualquier rama fundamental, y los demás a funciones necesarias de
apoyo y servicios. No podía permitirse que surgiera en ese núcleo pequeño,
que ya se saturaba con 8 millones de ocupantes, el amor como sentimiento, las
envidias, aspiraciones más allá de la función asignada, sino que por capacidad
y eficiencia ser llamados a niveles más altos. Tampoco podía existir el
comercio, la especulación, las diferencias de clase como manejo de envidias y
odios, la riqueza de unos y la pobreza de otros. Todo debía marchar con seres
programados, siendo cada programa mental funcional el límite personal
efectivo de plena libertad y goce de los sitios y disfrutes establecidos.
No obstante, una frase de uno de los magos o psicólogos, llamado Carl
Jung, no se le quitaba de la mente, “Todo humano civilizado, por alto que sea
su desarrollo consciente sigue siendo un arcaico en lo más profundo de su
psique”.
¿Cuánto de esos arcaísmos tendré en mis genes aún? –pensó— ¿Será
posible que no tenga nada de eso que llaman amor, sensibilidad a la poesía? ¿
por qué en la cúpula los padres fundadores y todos lo que los han sucedido,
permiten la música y los diversos sonidos que generan muy diversas
vibraciones entre nosotros, los elegidos en el nivel uno y dos, y han
programado los cerebros de los pertenecientes a los otros niveles para una
menor sensibilidad y gama de vibraciones?¿Me estará pasando eso cuando he
venido sintiendo erecciones más desde muy dentro de mí, cuando leí aquel
poema o cuando estuve con la robot hembra científica que pensé y que fue tan
delicioso y distinto al solo instinto primario que hasta ahora había satisfecho
con robots hembras del nivel dos?.

SIETE
Dos súper memorias y perceptoras científicas y dos Hembras completas
en un solo Robot

Quiso tener interlocutores para sus pensamientos derivados de tantas


lecturas. De modo que se le ocurrió dejar abierto el pulsor b3 de captación de
pensamientos y análisis y percepción de sensaciones. Darle al maravilloso
robot mujer YMADE dos formas humanas y características diferentes de
capacidad de procesamiento y análisis contrastado, según fueran una hacia la
física y otra hacia la química y biología de las reacciones intercelulares y de
almacenamiento de memoria.
Pensó también y luego de un leve lapso de duda, decidió que además de
esos temas profundos que podría plantear, no estaría mal algo como de
humano de antes, música, el amor, el poseer más, el baile, el sexo, el sentido
de dominio. Para ello, le debió dar acceso a su banco de memoria sobre esos
temas, que él aún no había podido leer o asimilar. El robot YMADE xp, tenía
una capacidad de procesamiento 20 veces superior a la de él.
Estuvo mirando, rozaba y se detenía, volvía una y otra vez indeciso entre
un raro deseo interior y una posible violación de normas no escritas, y no
definitivamente insertadas en los programas e informaciones de sus átomos
celulares, pues si no ni remotamente hubiera surgido ese deseo. Al fin se
decidió, pulsaría el control S9 que, aunque estaba diseñado para el caso de
tener que descender como humanos reales en un planeta o satélite u otra nave,
lo usaría en esta especial ocasión. Ese control les daba flexibilidad de
movimientos y diseño idéntico en su estructura, pero sin funciones, de sus
sitios defecatorios líquidos y sólidos y los reproductivos. Serían virtualmente
dos mujeres reales diferentes, aunque sin sentimientos y a las que se podía
hacer desaparecer esas características especiales quedando sólo como la
YMADE xp inicial y borrar la memoria cuando fuese necesario.
Sé que estoy haciendo algo un poco fuera de las normas generales y los
deseos de los Consejos Superiores de la Cúpula—pensó— Con razón me
habían advertido en mi evaluación que tuve no alta calificación o fallas en mi
historial genético, se dijo, esbozando una sonrisa. Pero también se confió en
mí y se me dio libertad de acción, pues de no haber sido así, no se me hubiera
asignado esta maravilla de mujer robot, ni permitido poner en la memoria de la
nave tanta información usualmente no permitida sino a seres complejos
reestructurados de desarrollo controlado de genes humanos originarios.
Ya en épocas tan lejanas como los primeros 25 años terrestres del siglo
XXI DC bastante antes del gran desastre, en aquel continente que se llamó
América, en su parte norte, en un país que se denominaba Estados Unidos de
América, se habían probado los prototipos rudimentarios de “humanoides”—
que denominación degradante, se dijo—. Estos podían captar y simular
algunas expresiones, razonar tópicos elementales, fijar la mirada, o sea ojos
simulados con movimientos pero que no veían nada, oír y contestar con voz
muy metálica que se aproximaba a lo humano. De modo que la mujer robot
YMADE con que contaba de compañía, era algo que nosotros en este tiempo
en que me lees no podríamos imaginar, si no se los estuviese contando.
— ¿Adónde estamos ahora? —preguntó Alejo a la rubia robot física. Ella
luego de un brevísimo y casi inaudible zumbido, respondió con voz que Alejo,
fue modulando desde dura, seca y áspera –parece esas que llamaban nazis,
pensó— hasta una suave, elegante y precisa voz y respuestas.
—Estamos, dijo la grata voz, a 20 años luz en potencial cuántico de
ubicuidad y a 5 en la tradicional medida en uso de astronomía de la cúpula
marciana, aún muy lejos del halo, disco y bulbo y de la espiral más próxima
de la vía láctea. Pero desde el visor telescópico de la nave ya se podrán ver
ampliando la imagen a partir de 10.000 veces, hasta llegar a más, para
detalles y mediciones.
— ¿Qué perciben tus sensores conectados al exterior de la nave, que pueda
servirnos de orientación en nuestra búsqueda?
De nuevo, luego de casi inaudible zumbido, la grata voz, respondió: Hay
nubes con polvo cósmico y a unos dos millones de kilómetros, leves
emanaciones de gases en torno a un planeta no conocido. También
meteoritos metalizados de velocidades y tamaños variables, que la nave
puede sortear sin problemas.
Siguió preguntando temas relacionados con la física del espacio cósmico y
recibiendo respuestas excelentes con esa voz empalagosa.
Hasta que no pudo más.
Alejo la miró de frente, tomó sus manos. La robot inició una suave
vibración y sus ojos sostuvieron la mirada, pero sin ese mirar precisamente de
robot ordinario sino de lo avanzado que había sido programada, capaz de
adivinar pensamientos y percibir sensaciones.
—Eres muy linda—dijo— quisieras que sintieras algo de lo que estoy
sintiendo. Te deseo como mujer, no como instrumento, — prosiguió—
acercando su boca a los labios de ella rozándolos suavemente y
humedeciéndolos. Ella, captando sus pensamientos y sensaciones, atinó a
responder:
—Hay algo falso, sientes realmente deseo de sexo, pero se percibe
curiosidad, como prueba de ensayo.
Alejo quedó perplejo. Pero instantes después y viendo esa maravillosa
mujer que había creado, la besó la acarició con tierna vehemencia y la poseyó
de todas las formas que pudieron surgir, llegando a palpar y probar cierta
deliciosa humedad.
Lo más excitante y lo más intrigante que pensó luego, fue lo delicioso que
sintió y, por otra parte, que percibió que ella estaba sintiendo algo placentero.
— ¿o serán las ganas, la necesidad de que así fuese?, — se dijo.

OCHO
Los sueños del viajero

YMADE, había regresado a su forma original de mujer robot y actuaba


como tal. Auxiliando en la revisión y procesamiento de los millones de datos
obtenidos durante la jornada por la nave, sus sensores y los mini componentes
de exploración externa de poli función y ubicuidad sensitiva química— física.
Alejo revisaba el recorrido, fijando con alta precisión el mapa en el que, en
términos astronómicos, era el minúsculo trozo de espacio cósmico revisado
hasta ese momento; contrastando los resultados que entre la procesadora ultra
rápida y los datos que suministraba YMADE, le permitían ir preparando las
variaciones para las próximas áreas a explorar, así como el reporte que debía
enviar a la cúpula en Marte. Claro que en la cúpula cuando recibieran la
comunicación, ya él su nave y su maravillosa robot, estarían aún un poco más
lejos, algo como unos millones de Kilómetros o unos pocos minutos luz, según
fuese el recorrido y con base a la constante de año luz, que, en términos de la
astronomía en tiempo de la Tierra, es de 10 millones de Kms, a la velocidad de
la luz, recorrido en un año. En el tiempo real de Alejo, eran pocos minutos.
Debo apurarme—se dijo con una mueca casi sonrisa— pues al regreso a la
cúpula, en tiempo de Marte tendré unos 60 o más años, me quedarían unos 80
años más de vida útil, según era la esperanza de vida media lograda en la
cúpula y debo estar apto para aspirar a ser elegido, o a sustituir a uno de los
grandes coordinadores de algún Consejo o del Gran Consejo superior.
Terminados los cálculos y reportes, se hizo la revisión del espacio cósmico
que circundaba, sin detectar nada peligroso ni anormal. Alejo pidió
mentalmente a YMADE que le sirviera un trago y transmitiera esa muy vieja
música terrestre de cuando allí hubo ese tipo de climas, titulado en su
momento y así quedó para la posteridad “las cuatro estaciones,” de un
compositor conocido desde la Tierra por el nombre de Antonio Vivaldi. La
nave se llenó de armonías y contrastes sonoros.
El trago hizo un efecto relajante.
Programó la robot en función vigilante frente al gran ventanal de material
transparente, de pie ante los botones de alarma y protección de la nave.
Preparó la conversión de su silla de mando y trabajo en cama ajustada
ergonómicamente. Puso la nave en modo estable, como balanceándose en el
espacio, parecido al viaje quieto orbital de la muy antigua estación espacial de
los siglos XX y XXI. En instantes Alejo dormía.
—Mami, mami, decía alegre el niño corriendo a caer en brazos amorosos
de una mujer, humana, pero muy diferente a las mujeres que se veían en la
cúpula. Era hermosa sin ser bella, dulce, alta, algo robusta, vestía una falda
larga, una blusa rosa y usaba una pañoleta en la cabeza, que apenas dejaba
salir unos cabellos castaños claros, largos y suaves. Metros más allá, un
hombre con unos raros pantalones azules de una tela fuerte y una cobertura de
tela gris ceñida al cuerpo con unos letreros que, en el sueño, Alejo supo que
eran escritos en polaco, aunque él no sabía que significaban. Un cálido
sentimiento, una acelerada palpitación de su corazón, una alegría que nunca
había sentido en su vida actual lo invadió. Luego, ya adolescente, se vio en
una gran sala con muchos libros, una rara máquina con un teclado con letras.
Había algo escrito en una hoja que era papel, eso que había leído en los libros
de proyección holográfica, que usaban en la Tierra para escribir desde mucho
antes del gran desastre. Supo que era español el lenguaje. Una mujer, también
distinta a las de la cúpula, llevaba una bata ligera, que permitía que se
asomaran los senos y las muy hermosas piernas. Le pareció muy bella,
también lo invadió un calor con un fuego tierno que le lamía suavemente las
entrañas. Ella manipuló unos extraños discos negros en un aparato que estaba
dentro de un mueble de un material que, en el sueño, supo que se llamaba
madera, los discos negros los colocó en una torrecilla con un brazo mecánico y
al caer, otro brazo con una aguja en su cabezal se puso sobre el disco.
Un brinco leve en la cama comando, lo sintió YMADE, cuando Alejo oyó
una extraña música y palmas y se sobresaltó al empezar a oír aquello que se
producía al poner la aguja sobre ese disco negro que giraba. La mujer se
acercó moviendo cadenciosamente sus caderas, su pelo negro destellaba al
recibir algunos rayos de luz, movía con especial gracia sus manos batiendo
acompasada las palmas, mirándolo con ojos de promesas deliciosas. Ven,
amor. Esposa mía, dijo en el sueño. Un pequeño instrumento sobre un
escritorio indicaba 1961.
YMADE estuvo a punto de pulsar señales de alarma, pues no estaba en su
programación en modo vigilancia, nada parecido a aquello de que un humano
superior reconstruido y programado, aunque con ciertos grados mayores de
libertad, hablara en sueños, moviera los labios como si quisiera besar,
abrazara, murmurara, sonriera, ni menos aún que se le viera esa prominencia
entre las piernas de su malla ligera espacial, salvo cuando a ellas, la robot, los
humanos las programaran para el sexo.
En medio de pensamientos brumosos, Alejo recordaba lo soñado, ¡había
retrocedido más de 800 y 700 años en tiempo de la Tierra antes del gran
desastre! Fue algo anormal—se dijo— y el leve temblor y frío le recorrió la
espalda. Nunca a él ni a nadie que conociera en la cúpula que le hubiera
contado confidencias, le había sucedido algo semejante. Los humanos allá si
acaso, y muy rara vez, soñamos. Cuando lo hacemos es referido a alguna
responsabilidad pendiente a alguna innovación técnica que estemos
desarrollando.
Luego de preparar una infusión estimulante, las píldoras equilibradoras de
energía que el robot mezcló y dosificó una vez que le midió su nivel, y poner
todo en la mesa holográfica 5D+ que se guardaba en la nave para su uso según
fuese necesario, la robot YMADE, a la que ya el modo vigilancia se le iba
reduciendo poco a poco hasta que el humano capitán estuviese plenamente al
mando, se acercó para servirle. La voz ordinaria característica de robot,
todavía con un leve eco metálico, dijo: Advertencia, la dosis de píldora es
mayor y con unos componentes especiales. La medición señaló desgastes de
emociones como cuando se tienen encuentro con otros seres diferentes o se
descubren planetas.
— ¡Esto si es la mujer robot multi función poli variable y triple propósito!
¡Qué maravilla de robot tengo!, exclamó en medio de una sonrisa de
satisfacción.

NUEVE
La información de los siglos abruma y me reta

Revisó muy someramente los mapas de ruta y los controles, todo estaba
normal. Pulsó los controles de la maravillosa mujer robot para que no leyera
su pensamiento, ni captara sensaciones, la programó de nuevo en modo
vigilancia y se sentó a evocar, a tratar de entender el largo y extraño sueño, a
meditar sobre su significado en contraste con su actualidad, fuese como
explorador espacial tipo I selecto, o fuese en cuanto al modo de hacer vida en
el hábitat de la cúpula.
Rato después “escribía”, en lenguaje mental transmitido a un espacio
protegido de memoria en sus notas de reflexiones privadas del viaje:
—Definitivamente es cierto lo de ciertas fallas en mi análisis de
restructuración de memorias e informaciones en mi carga genética y mis
células cerebrales, que me advirtió el Gran Coordinador Supremo, y creo que
están más allá del límite del margen de tolerancia que es aceptado entre los
humanos nivel I de la cúpula. Debo cuidarme de no evidenciar mis
sensaciones, sentimientos, percepciones. De expresar nada con algún indicio
de humano de las viejas eras de la Tierra pues podría llevarme a ser sometido a
otra evaluación.
—En viaje mental o sueño o como se llame, fui a unos siete u ocho siglos,
de la Tierra en tiempos DC, a otros tantos en tiempo AD, antes del gran
desastre. Es algo inaudito, y tendré que investigar si en este lugar del cosmos
existen condiciones energéticas especiales que induzcan esos viajes, o si es
algo que mis memorias genéticas hayan sido estimuladas por las inquietudes
sobre las sensaciones y sentimientos que he venido experimentado por lecturas
que he venido haciendo de poemas, textos de todo tipo e imágenes de los
procesos sufridos en la Tierra antes del gran desastre.
—Pude detectar, o creí haberlo hecho en el sueño, los viejos orígenes de
mis apellidos, uno polaco y otro español. Curioso que esos con los que me
identifico ahora en la cúpula marciana, sean los mismos de tanto tiempo atrás,
pero parece que los sueños permiten transposiciones de tiempos y lugares.
Como si realmente el espacio tiempo cósmico permitiera que parte tuya
estuviese a muchos años atrás, y otra forma tuya a la vez se moviera en este
tiempo presente. ¿Será nuestro cerebro u otro elemento, quizás eso que antes
llamaban alma o espíritu, capaz de realizar esos comportamientos cuánticos de
nuestros neutrinos o partes atómicas?
—Pude entender, además es que lo sentí y lo recuerdo vivamente, el amor
de madre, la familia, y la alegría de un niño que fui. Todo tan distinto de lo
que se practica ahora en la cúpula, donde uno no conoce a la humana
reproductora, que fecundó un semen, pre programados y pre seleccionados
ambos padres en la súper máquina seleccionadora. Donde la niñez pasa muy
rápido en juegos con otros niños sin que sintamos diferencias de niveles,
aceptando como naturales las funciones y tareas que corresponden a cada
nivel, donde a diario se nos va moldeando, evaluando nuestra evolución según
habilidades y destrezas, y metiéndonos en los límites programados esperados
según los cálculos de la gran máquina central. Esa enorme presencia en toda la
cúpula, que, para el caso, es la que, antes de que nazcamos, procesa
potenciales genéticos de los generados entre un humano y la hembra
procreadora que fue asignada al padre biológico seleccionado, salvo cuando la
hembra es fecundada por inoculación de semen guardado de antiguos humanos
que tuvieron ADN especiales para ciertas funciones.
—Vi la fecha, 1961, ¡Tantos siglos antes del gran desastre! Era yo en el
sueño quien sentía ese deseo, esa emoción, ese placer tan profundo del amor
hacia una mujer a la que le decía esposa. Algo que tampoco conocemos en la
cúpula, que copulamos con otra humana sólo para generar otros humanos
clasificados por tipos I, II o III según su función y previsible destino, donde
cada quien vive solo en su habitáculo, aunque pueda recibir otros como
nosotros, así como las figuras holográficas 5D de dimensiones palpables y
comportamientos reales cual humanos, sean hombres o mujeres científicas, en
los casos de discusiones y refinamientos científicos o técnicos. Relaciones con
semejantes, vacías de afecto, vacías de lo que pudiera parecerse a lo que estoy
empezando a entender que se comprende dentro del concepto que encierra la
palabra Amor.
—Al casi pasar la vida sumergidos entre las ciencias y técnicas, al solo
poder rescatar desde la nube en el exterior, en los campos de memoria de
algunas naves como la mía y las de otros anteriores padres fundadores o
miembros de los Grandes Consejos, todo lo anteriormente bueno o malo según
se convenga por esos miembros, al someterte a vivir en espacio cerrado solo
con algo de la antigua naturaleza vegetal biológica básica y un poco, casi una
muestra de la más compleja, que antes existió en la Tierra, al vivir esa
pretendida extensión de sobrevivencia del humano en tales condiciones,
parece que se está logrando o pretendiendo lograr la separación del individuo
del Universo. Pero es que somos parte del Universo y, por tanto, al vivir así
estamos condenados a algo muy cerca de la nada.
—Los padres fundadores han creado algo como parecido a las antiguas
religiones que contribuyeron al gran desastre. Mantener dogmas, Fe en lo que
se dice es dictado por lo superior. Creo que, en breves lecturas recientes, leí
de un importante pensador del siglo XX DC de la Tierra, llamado Alan Watts
una afirmación estremecedora por su gran fuerza. Decía que la religión es
matar el intelecto y que la verdadera Fe, es hacia lo desconocido hacia la
curiosidad, hacia la fuerza del individuo para conocer e integrarse con el
Universo.
—Por otra parte, doy razón a los padres fundadores. Mantener a cada
individuo relativamente aislado, con sus contactos grupales o con otros, pre
programados, todos con conceptos y sentimientos y sensaciones bien sea
eliminados totalmente, o bien, en muy selectos casos, apenas mantenidos en
las memorias o información de células, y átomos de ellas. Así se permite una
coexistencia sin deseos de poder, sin rivalidades, sin odios, sin pasión, sin
amor. Una agrupación social eficiente cercana al óptimo funcional.
— Parecería que los padres fundadores cuando estudiaban y
experimentaban en su propia vida las formas de evolución, antagonismos, y
tensiones de las sociedades terrícolas donde les tocó vivir, se hubieran basado
en una sentencia de aquel gran mago o psicólogo, que yo he leído
recientemente C. Jung, que dice algo parecido a una sociedad humana muy
grande, aunque sea formada por seres excepcionales, es equivalente en
inteligencia y moral a un animal salvaje torpe incontrolable. Lo que, por lo
demás, se demostraba en la historia de los anteriores 15000 años de la Tierra.
De modo que, eliminando religiones, creencias, doctrinas, tabúes, sentimientos
y ansias de dominio sobre el entorno natural o humano, de los individuos y sus
organizaciones políticas, manteniendo sólo una fe en la ciencia y en la técnica
y una conducta homogénea sin sentimientos derivados del amplio concepto de
Amor, se podría vivir y perdurar sin lo contradictorio y pugnaz de lo
acontecido en la Tierra.

DIEZ
Trabajos y diversión terminan en pasión

Comenzó a imaginar al robot YMADE, como la mujer que había soñado


como esposa en el año terrícola 1961. Con ella, en tanto robot inteligente con
extraordinaria capacidad y rapidez de procesamiento, dialogaría sobre el
espacio cósmico inmediato, es decir unos cuantos cientos de millones de
kilómetros, y sus hallazgos químicos o físico químicos que indicaran señales
de vida, o de elementos aprovechables para la vida tanto en nuevas colonias
que pudieran desarrollarse, como para la mejor y más larga sobrevivencia en
la cúpula.
YMADE fue transformada en una mujer levemente más pequeña que él,
rostro de pómulos no muy salientes, nariz perfilada, aunque de ventanas algo
más anchas que las de la anterior científica física que tanto le atrajo. Piel
morena clara casi blanca como algunas mediterráneas o latinas. Para crear su
piel y rostro, además del recuerdo del sueño, Alejo rememoró aquellas muy
bellas mujeres que había visto en imágenes de un país que se llamó Venezuela,
y del que quedaban algunas partes altas, ahora rocosas y desoladas y otras que
fueron llamadas el macizo guayanés unas impactantes moles llamadas Tepuy
por los indígenas, que datan de millones de años de antigüedad, casi testigos
de la evolución del planeta, sobrevivientes a varios grandes cambios.
El robot hembra de pie con leve sonrisa frente a él era una impactante
belleza humana ante cualquiera que no supiese que era en realidad un robot,
muy especial, pero robot. Cabellos hasta los hombros, negros y brillantes.
Caderas algo más anchas, nalgas más grandes pero redondas y duras. Piernas y
brazos torneados no musculosos, aunque si fuertes. Boca carnosa no gruesa;
unos grandes ojos marrones oscuros de mirada intensa. Manos largas gráciles
y risa franca que iluminaba su rostro. Así imagino a la mujer y con esos
caracteres y atributos quedó el robot. A ella se conectó toda la información del
módulo de la nave y los sensores externos. Alejo dejó en función todos los
sensores del robot capaces de percibir sensaciones y pensamientos. Como iban
a trabajar, la vistió con pantalones no muy ceñidos y la cota con su
identificación.
Luego de las revisiones de rigor a todos los módulos y controles internos y
externos de la nave, los interconectó al control comando único portátil que
tendría consigo. Y fue a sentarse frente a frente con la cambiada YMADE.
Hablaron sobre la Vía Láctea, como había perdurado esa denominación
entre los humanos de la cúpula, esa galaxia donde se ubicaba nuestro sistema
planetario, con nuestro sol pequeña estrella joven, una de las más de
doscientas mil millones de estrellas de la galaxia , que a su vez era una entre
las 50.000 millones de galaxias detectadas Comentaron jocosamente el
sentido que los antiguos humanos daban a la vía láctea, los Vikingos la
llamaban Váhala, o el último destino de las almas de los muertos, los Aztecas
Mixcoalt, o serpiente dios de luz, y los peregrinos y españoles el Camino de
Santiago pues en esa vía, se veía la poca parte de la galaxia visible desde la
Tierra de entonces.
YMADE, en el transcurso de la relación de trabajo, gracias sus sensores y
la enorme velocidad y capacidad de procesamiento, sugirió un muy leve giro
para pasar entre el mar de meteoritos, detectó vientos cósmicos, presencia de
gases plenos de hidrógeno molecular o ionizado, extrajeron en prueba
hidrógeno y lo procesaron con otros componentes, determinó la composición
del polvo cósmico, donde abundaba el litio, y se establecieron las coordenadas
espaciales de tres o cuatro planetas enanos con presencia de agua y metales,
en mejor proporción que el ya conocido Ceres.
Alejo se sentía cada vez más atrapado por todo lo que se avanzaba en su
misión, pero no era solo ese progreso, sino como “ella” el robot hecho mujer,
se expresaba, su gracia, su voz, el ritmo de sus manos, la sinuosidad de sus
movimientos. Mentalmente le transmitió el deseo de música; ella sacó desde la
memoria de la nave, algunas de las que los humanos llamaban clásicas, de
enorme belleza, para un disfrute mezcla de racional y sensitivo, en las que
creyó detectar lógica y topología matemática a la vez que poesía y emociones.
Y otras que penetraban más las glándulas, y estimulaban otro tipo de
sensaciones y sentimientos, música que denominaban los terrícolas de antes,
baladas, boleros. Todas o casi todas sólo en melodías, aunque hubo casos de
letras cantadas, que Alejo no pudo comprender, pues hablaban de corazones
rotos, amor de otro, vida de mi vida, besos de fuego, frases indescifrables para
un habitante de la cúpula.
Ya satisfecha toda la actividad de revisiones de data, cálculos y
operaciones de la nave y sus equipos, dejándose embriagar (¿esa sería acaso
una palabra adecuada para un “cupulense” ?, pero aceptémosla) Alejo la miró,
ya no como el capitán, sino con ojos de evocación de su extraño sueño.
Mentalmente transmitió su visión del sueño y el uniforme de trabajo
desapareció. Vistió la bata semi transparente que la mujer de su sueño llevaba.
Ella, con todos sus sensores abiertos (salvo los de funciones técnicas, que ya
Alejo había cerrado, claro está) percibió la mirada y captó pensamientos y
sensaciones. No podía captar sentimiento, no era posible en su programación
de diseño.
Sin embargo, una vibración algo más fuerte que la iniciada antes por la
mujer robot física. estremeció el bello cuerpo de ella. Tomó sus manos, la
acercó, y musitó, si supieras el sueño que tuve, si pudieras decirme que es
sentir amor, acercándola hacia él hasta rozar los labios entreabiertos. La
acarició dentro de un estado de ensoñación y conexión con un remoto pasado.
El suave negro pelo, los ojos intensos donde vio o creyó percibir aquella
mirada de promesa que captó en el sueño, las suaves redondeces de una carne
ansiosa, el juego de sus manos hábiles lo fueron llevando a una relación de
una intensidad sexual y un calor y sentimiento interior que nunca había
sentido, diferente a lo antes vivido con la otra forma rubia, también deliciosa y
ambas tan pero tan diferentes a todo lo que antes había tenido en la cúpula.

ONCE
El Largo viaje: millones de años vistos en mi tiempo real

Mientras el robot hembra, ya vuelto a su presencia original YMADE xp,


controlaba y se ocupaba de la grabación del espacio cósmico circundante, la
data sobre los análisis espectrográficos físicos y químicos, de la corrección o
verificación posicional de astros, planetas, satélites, en fin, de la rutina de
navegación, Alejo se dedicó a su otra búsqueda: la del reclamo interior a
entender lo humano antes del gran desastre y cómo él podía, una vez
comprendido, asimilarlo y mantenerlo bajo control para su estancia vital
última en la cúpula.
Con poco esfuerzo dado su gran entrenamiento, llegó al estado de
elevación alfa verde y así interrelacionó con la masa de información e
imágenes de la memoria que él había podido almacenar en la nave antes de
partir. Recorrió en breve tiempo real, cientos de miles de imágenes e
información de las cosas bellas, sucesos, lo dramático en las eras y
civilizaciones, los fenómenos telúricos, geológicos, planetarios, todo lo que
aquel excepcional planeta del sistema solar de la inmensa vía láctea, a la vez
tan minúscula en el Universo, había pasado hasta llegar al gran desastre.
Separó y guardó para análisis y más detalle, algunos tramos, hechos,
explicaciones, escritos, creaciones y decisiones de antiguos humanos, así
como de los de carácter geo espacial tanto del comportamiento cósmico
geológico en si, como de los generados o impulsados por el acontecer humano.
Programó tiempo terrícola, ese en el que los humanos más acuciosos
observadores, grandes sacerdotes, sabios de la historia, fueron estableciendo
luego de medir las variaciones de su satélite luna y sus rotaciones hasta ya
convenir en denominarlos días, meses, años.
Alejo captó, ”viajando” desde millones de años atrás, el nacimiento de
vida, el magma ardiente, el proceso de enfriamiento, la formación de placas
tectónicas, sin lo cual no hubiera existido el planeta y que es una clave para
analizar la posibilidad de vida en otros, el mar que quedó efervescente muy
caliente bajo ellas y el frío y diluyente salino que estuvo en la superficie, los
cometas, la separación de la luna luego del gran impacto, los cambios del
planeta cada vez que el sistema solar avanzaba ciclos de unos 15.000 o 25.000
´años en la larga vuelta de millones de años de acercamiento hacia el centro
de la galaxia, las explosiones volcánicas, las grandes civilizaciones que
muchos miles de años atrás se instalaron en la Tierra venidas desde otras de
la misma vía láctea y del sistema solar.
Captó los dramáticos cambios de eje de rotación de la Tierra, las
consecuentes abruptas variaciones climáticas y geológicas, glaciaciones y
separaciones de gigantescas masas continentales, por lo cual desaparecieron
esas civilizaciones y muchas formas de vida.
Mucho tiempo después se observó el surgimiento progresivo de nueva vida
animal, vegetal y humana en los continentes y espacios geográficos, que
millones de años después, ya desde finales del siglo XVII hasta antes del gran
desastre se conocieron como Asia, América, Sur Asia, África, América,
Australia y otros, y dentro de ellos, cientos de países o naciones. En tales
continentes y países, captó y registró, a lo largo de todo ese recorrido los
cambios en las religiones, filosofías, creencias, imperios, reinados y
repúblicas, el dominio de unos sobre otros de a veces cientos de años, su
caída, sus conflictos.
Le resultó muy notorio el comportamiento del humano en los procesos
civilizatorios en los que se observaban, constantes en el tiempo, algunos
rasgos del hacer social, de reaccionar sea como individuos o en sociedades,
esos que los que se llamaban antropólogos, en la antigua Tierra hasta poco
antes del gran desastre, definían como universales de la cultura. Rasgos de
carácter, ansias de dominio y propiedad de espacios con su naturaleza vidas
animales vegetales y humanas, de creación y de amor, unión, procreación, y
odios o rechazos en defensa de su territorio o identidad, como animales, solos,
en grupos llamados familias, o en manadas.
Alejo volaba entre tantos datos en una vorágine de captación y
almacenamiento que procesaba, tomando las tendencias o factores que
pensaba eran los más determinantes, condicionantes e interactuantes en
aquellos movimientos pendulares de caos, orden resultante y vuelta a otro
caos.
Muy largos períodos en los que quienes habitaban espacios más o menos
grandes, definían como los límites de su mundo y de la observación al cielo
establecían ciclos de lluvia, de sequía, épocas de siembra y de cosecha, mitos
y conceptos de dioses, mayores y menores, que fueron descritos como
serpientes y dragones, Saturno Plutón, diosas fecundadoras e integradoras
,Venus, Hera, Afrodita, Visnú, gigantescos dioses con forma humana, barbas
y largas túnicas, rayos, naves espaciales, descritas como dioses —aves o
carros de fuego que destruían o creaban pueblos.
En esos largos lapsos se formaron tribus, civilizaciones, culturas
primitivas, que progresivamente fueron expandiéndose hasta formar reinos o
imperios. Las más avanzadas y que influyeron en mayor medida en la
evolución de los continentes, se desarrollaron en lo que se conoció como el
medio Oriente, otras en Asia, en lo que sería Japón y parte de China y Malasia
y otras en centro y Sur América, denominadas así por los geógrafos e
historiadores en los últimos cientos de siglos hasta los últimos años antes del
gran desastre.
Pudo observar en la historia humana como las organizaciones y avances de
ciencias, comercio, creencias, fueron pasando de ritmos muy lentos a
aceleraciones medias, hasta alcanzar ritmos de tiempo de 20,40,100,500 veces
más rápidos que los siglos desde las formaciones tribales y las civilizaciones
que los humanos terrícolas antes del gran desastre llamaba antiguas, hasta las
más actuales.
En tiempo real y con la altísima capacidad de percepción y acumulación
para contraste y análisis, Alejo captó o “visitó” imperios en China y Japón,
Sumerios, Semitas, Babilonia, Egipto, Siria, Persia, Grecia, Imperio romano,
Mayas, Aztecas, así como los descubrimientos de otros espacios del planeta,
por los navegantes occidentales y los vikingos.
Percibió y procesaba en centésimas de segundos formación de etnias,
culturas y reinos, sus diferenciaciones con límites cambiantes en Europa, la
edad media, el renacimiento, los reinados, las influencias del cristianismo, sus
mutaciones e iglesias, la gran influencia musulmana y su posterior caída, las
ocupaciones europeas en América del Norte y del Sur, las llamadas guerras
mundiales, cuando ya Europa era el eje del dominio occidental, el surgimiento
de nuevos estados y alianzas, el gran Albión y Estados Unidos, el imperio
otomano y su desintegración, el cristianismo, islamismo, judaísmo, hinduismo,
budismo y tantos ismos, con tensiones entre ellos y poseedores, cada uno, de
la “única” verdad, el comunismo, el capitalismo, con sus revoluciones
industriales y del conocimiento, los vertiginosos avances de la ciencia y
técnica, las guerras, las primitivas exploraciones al espacio desde el siglo XX
hasta el XXII
Todo ese cúmulo de hechos culturales, mas sus personajes y
circunstancias, los captó Alejo desde una especie de ponerse él desde el cielo
cual un “Dios del espacio” en estado alfa verde a observar la Tierra en una
revisión de miles y miles y más miles de años.
Así, llegó hasta el siglo XXIII que ya se convino en llamar AD, o antes del
gran desastre. Percibió las confrontaciones entre imperios o grandes
potencias, el reparto de dominio, la gigantesca masa de pobladores gran parte
de los cuales deambulaban disputando agua y alimentos, la contaminación
carbónica y de radiación nuclear, derivada de guerras y de las formas de
producir, que incluían los procesamientos de humanos muertos o no aptos
para ser eficientes, de los que se extraían proteínas y nutrientes en píldoras
destinadas al consumo de los mejores, o élites dirigentes de la política, de las
armas, la religión o la ciencia.
Captó, con horror las múltiples guerras locales y con armas avanzadas
“convencionales” más las dos confrontaciones con armas nucleares. Y, como
al final, otro gran giro del ciclo periódico intermedio de unos 25.000 años del
sistema solar, ocasionó un nuevo abrupto cambio del eje de rotación de la
Tierra con la desaparición de polos, grandes movimientos de las placas
tectónicas, terremotos, nuevos y poderosos volcanes , oscurecimiento del
cielo, falta de luz y por tanto carencia de fotosíntesis vegetal, hambrunas y
destrucción de casi todo el planeta, con pequeños espacios donde hubo vida y
capacidad de subsistencia, que permitieron, ya cuando Alejo hizo pasantía real
en la Tierra por breve tiempo, la existencia de 300 millones de “nuevos
terrícolas”, de los 20.000 millones que antes hubo .
Muy bien— se dijo— mientras iba bajando del nivel alfa verde a su estado
normal, a los habitantes de la Tierra les esperan otros 25000 años, más o
menos, en los que no se deberán cometer los mismos errores. Nosotros y
quienes nos sucedan tanto los habitantes de cúpulas en Marte, como en otros
planetas sitios o formas en el espacio, procuraremos ayudar, organizar para la
sobrevivencia de la raza humana y de este planeta que aún está vivo y en
evolución geológica dentro del sistema solar.

DOCE
La herencia genética pugna por salir

Ya con el cúmulo de imágenes, hechos y datos en una primera


sistematización de análisis, Alejo “escribió” en sus anotaciones del viaje:
—Salvo los cuerpos celestes que aún mantienen formas gaseosas y muy
elevadas temperaturas, o los que ya se han enfriado metalizado y con núcleo
sólido, hay otros como la Tierra o parecidos, donde puede haber vida, e
incluso civilizaciones más avanzadas que ya han creado núcleos. Es posible
que nosotros seamos de algún modo descendientes de ellos. Por las
dimensiones del cosmos, estos planetas o sistemas con sus soles deben estar en
la que nosotros estamos: la vía láctea. Aún faltan miles de desarrollos y viajes
espaciales para que nosotros humanos, podamos encontrar algunos de esos
planetas habitados. Hasta puede ser que alguno de nuestro sistema, como el
mismo Marte, haya tenido esas vidas, millones de años antes y sean aquellos
los que crearon ciudades y centros que permanecieron escondidos por siglos,
después de haberse destruido en un muy anterior ciclo de cambios solares que
afectaron a la Tierra.
—Los procesos civilizatorios en la historia de la Tierra, parecen
caracterizarse por un pendular y cambiante ciclo de auge y muerte y de lugares
donde se producen. El mundo conocido por los habitantes en las diferentes
etapas evolutivas se limitaba al territorio que ocupaban y al cielo que
observaban desde el. Esto definía los límites de su vida y creencias y
organización, aunque hubo pueblos o tribus o etnias forzadamente nómadas
que, o bien se aislaban de los pueblos donde las recibían, o bien fueron
conocidas por atacar o lograr destruir y generar cambios en la cultura y en los
poderosos.
—Tales pueblos fueron guiados por grandes conductores; sus arribos,
estabilizaciones, caídas, expulsiones, nuevos andares por otros rumbos luego
se fueron escribiendo como historias fabulosas de ser enviados de Dios o lo
superior para lograr la Tierra prometida y desde allí dominar grandes
territorios y a otros pueblos. Ese tipo de peregrinaje de “elegidos” los hubo,
entre otros, en los que se conocieron como Asiria, Palestina, Judea, y parte de
Japón.
—Hubo de pasar un lento proceso de muchos siglos en los cuales hubo
guerras, fusiones de civilizaciones, muerte de algunas, nacimiento de otras,
difusión de conceptos, desarrollo de instrumentos y teorías de investigación y
explicación. Hasta llegar a los niveles de conocimiento y prospección de los
grandes sabios y de nuestros padres fundadores, tanto sobre lo conocido y lo
esperable del planeta, como el interés por el Cosmos, el origen del Universo y
los viajes de exploración espacial.
—Lo que fue Medio Oriente Sumer, Egipto, Judea, Palestina, y en ellos
sitios como Babilonia, Ur, Alejandría, y más al este, China y Japón como
fueron así llamadas, eran los centros de cultura y dominio cuando Europa, sus
hordas y grupos o tribus, apenas empezaban a asentarse en poblados y a crear
religiones, dioses y sus modos de control. Y América y Oceanía andaban aún
en fases más primitivas. Con la excepción de unas muy anteriores como las
que algunos vivieron en sueños y llamaron Atlántida que desapareció por
causa de los ciclos cósmicos telúricos que afectaron al planeta, todas vivieron
esos movimientos de auge y caída. Europa con la América y otros espacios
conquistados por sus países pasaron a dominar, y controlaron y explotaron los
recursos de inmensas áreas, hasta que luego hubo el resurgir de Asia, India, el
medio Oriente, y América, pero entre grandes disputas mientras Europa
entraba en largo proceso de desajustes y emigración de sus habitantes hacia
otras zonas, donde aportaron conocimientos y cambios en el genoma ancestral.
—De todas esas mezclas, provinieron nuestros padres fundadores y los
miles que hemos sido seleccionados y programados por ellos y sus fabulosos
avances de ciencia y tecnología.
—Desde las etapas más primitivas hasta antes del gran desastre, e incluso
ahora también, empiezan a percibirse entre los pocos 300 millones de
humanos sobrevivientes que ocupan los pocos espacios habitables que quedan
en el planeta Tierra, algunos elementos basales o determinantes, otros
elementos condicionantes y de ambos, diversas manifestaciones en distintas
etapas de los procesos civilizatorios.
En esta primera revisión que hago de todo lo visto, concluyo:
—Siempre hubo un grupo, casta o élite dirigente y una masa generalmente
sometida. Aunque a veces hubo rebeliones o revoluciones nunca se sale del
límite de cumplir, unas mejor que otras, las funciones que la élite establece
para los cambios y el régimen de la sociedad donde actúa.
—La relación Religión-Poder, ha sido fundamental para el sometimiento y
control social. Las religiones y lo mágico simbólico de ellas, han estado
siempre presentes en los grupos humanos. Han sido instrumentos de control
social, de cohesión o sentido de pertenencia de ciertos grupos a conceptos
como creerse pueblos elegidos de Dios, o los preferidos y bendecidos por ese
Dios o lo superior del más allá si dan su vida. Tales concepciones sirvieron de
sustento tanto a algunos sobrevivir por siglos, aislados, no integrados
plenamente al resto de la sociedad. como los primeros cristianos, los guetos
judíos, y a otros comportarse como los kamikazes japoneses o los islamistas
radicales.
—Las civilizaciones o sociedades humanas más exitosas y dominantes,
con desarrollo filosófico, científico y técnico fueron aquellas con mayoría o
alta proporción de población que leían, escribían con alfabeto propio, o sabían
calcular, como los sumerios en la antigüedad, y desde unos pocos milenios, los
judíos y los cristianos disidentes de la edad media, el renacimiento y la
emigración a América. Notorios fueron los casos de los cristianos disidentes,
protestantes, luteranos, calvinistas, anglicanos, entre otros, cuyos feligreses y
familias se obligaban a leer la Biblia e interpretarla, o los judíos que desde los
años mil en Europa o donde estuviesen en su gran dispersión por el mundo lo
hacían con la Torá y el Talmud, dominaban una lengua y sus más inteligentes
y preparados componentes asesoraban a los poderosos o ellos mismos eran
productores, artesanos, comerciantes, estudiosos, prestamistas, o
investigadores del cuerpo humano y la naturaleza, en tanto que los católicos
apostólicos romanos o eslavos eran sometidos a una cierta ignorancia o
analfabetismo. A recibir el mandato de Dios las normas de vida, fidelidad.
obediencia y sentido del bien y el mal en sus expresiones y obras a través de
organizaciones y jerarquías, Papas o Popes, Cardenales curas o monjes.
—En el primer caso se favoreció un tipo de sociedad más de libertad
individual, sentido de propiedad, universalización de conceptos y su discusión
y las racionalidades creativas, gérmenes facilitadores de las que se llamaron
democracias occidentales, desarrollo de las revoluciones industriales, el
capitalismo, y las explosiones financieras. También en esas culturas se
marcaron más las diferenciaciones humanas mediante valoración de lo que
logras poseer y crear, hasta devenir a lo que prevaleció en la gran potencia
hegemónica por bastante tiempo que fue Estados Unidos, con esas
clasificaciones de Winner, Losser, y mass media, y de ensalzar al hábil que
logró fortuna y menospreciar al perdedor, aunque fuese un sabio sin fortuna.
Aunque con el tiempo los winners y los gobernantes, entendieron que sin
sabios, científicos y creadores, no podrían dominar y les dieron comodidades
de vida, estudio, bibliotecas, universidades y laboratorios e institutos, hasta
que posteriormente esos investigadores, creadores de teorías y de tecnologías
fueron los grandes winners o súper millonarios, combinados con lo que se
llamó mercadeo, y creación de necesidades, competencia y rivalidades de
superioridad y envidias en las mass media de miles de millones de los demás
humanos consumidores y usuarios de las ilusiones de seguridad y riqueza de
las inversiones financieras, donde cotizaban las empresas antiguas y las
nuevas tecnológicas.
—En el segundo caso, se favoreció el dominio social mediante el
encumbramiento de grandes señores, fieles o aliados con otros poderosos, con
un cemento unificador: El poder de la religión y lo mágico religioso y la
iglesia sobre masas miserables, sobre la validación o no de los avances
científicos y técnicos, dando lugar a la larga presencia de un viejo concepto
de dominio territorial y mercantilismo, servidumbre y regímenes centrales
imperiales, o dictatoriales, donde al pobre no se le llamaría losser sino
desfavorecido por la providencia divina, sometido a dar muestras de fe,
resignación, y adulación a los señores y a los representantes del poder y de su
Dios, quienes mantenían a sus pueblos con dádivas y caridad, y a la vez
desarrollaban grandes palacios y obras simbólicas de su poder y del disfrute de
sus iguales de clase.
Con asombro y lo que podía parecerse o lo que podría entenderse como
tristeza en un humano de los que habitaban la cúpula marciana, Alejo escribió:
¡Aún en épocas tan avanzadas como los siglos XX y XXI DC o AD, que para
el caso es lo mismo, se observaban comportamientos así, aunque con variantes
políticas! En algunos países asiáticos, en algunos emiratos o dictaduras con
base musulmana, o en algunos de América del Sur y otros más cercanos a
Europa, con fuertes gobiernos, semejantes a disimuladas dictaduras y al
centralismo de los países que se decían comunistas, término este que
conocemos solo algunos, como yo, que podemos percibir esta retrospectiva.
Curiosamente, — se dijo luego de breve revisión— en el segundo caso, de
los dominios nobles elegidos y los religiosos, se favoreció más la poesía, la
música, el pensamiento esotérico, el romanticismo, la seducción, las artes y la
importancia de lo femenino. Y en el primer caso, la matemática, botánica, la
ciencia y el sentido práctico utilitario, lo masculino, lo laborioso. Aunque
siempre en los dos casos estuvo la esencia de los griegos, los romanos o los
más antiguos sumerios, semitas, egipcios, fenicios, salvo en los llamados
bárbaros, sajones, los celtas o pueblos y navegantes nórdicos, muy lejos de
esas influencias en sus estadios primitivos.
Los otros elementos siempre presentes en la evolución de las sociedades
humanas fueron lo militar y sus armas, sometimiento por la fuerza, dictaduras
e imperios integrados por pueblos derrotados; el héroe o decidido gran
conductor fuese rey, emperador, presidente o general. Conquistador. Y el
ansia de dominio
Con el pasar del tiempo, escribió por último, esos grandes determinantes
de lo humano dieron lugar, tanto a doctrinas, dominios de ciertos países con
hegemonía, ciclos largos y cortos de crecimiento y rupturas económicas ,
tensiones y guerras, como a la síntesis de intelectos, sentimientos,
conocimientos e información acumulados en el éter y los componentes
celulares y en la genética, que nuestros padres fundadores fueron analizando y
clasificando, hasta formar los iniciales y sucesivos habitantes de la gran cúpula
y establecer los criterios y normas de su organización y funcionamiento.

TRECE
El shock de mis apellidos y mis orígenes étnicos

Cuando vi,—prosiguió Alejo al escribir sus conclusiones y visiones— que


Joseph Stalin, uno tenido como prócer en la que se llamó con las siglas
URSS, ordenó la matanza de 22.000 polacos, mis ancestros polacos
removieron todos mis componentes físicos., con cierta irrupción de cambios
en las reacciones de sentimientos y sensaciones. Antes me había pasado algo
parecido, cuando vi en lo que se conocía como península ibérica y luego se
denominó España, sumida en guerras, persecuciones, torturas de lo conocido
como inquisición contra gentes que me resultaban en mi memoria genética
como familiares pese a que aún no usaban el apellido Hernández. Adversé la
violencia, las matanzas y las torturas en nombre de Dios, de doctrinas y del
poder, ya no como algo aprendido e insertado en mis genes en la cúpula, sino
como algo que nacía más profundo, dentro de mí.
Percibí lo horripilante y asqueroso de cárceles, prisioneros, torturas, en
todas las épocas y culturas. Percibí la avidez por riquezas, el creer en culturas
y razas superiores, el increíble dominio de “iluminados”, “destinados”,
“expresiones puras de sus pueblos”, enviados y mensajeros de Dios, como sea
que se llamara ese Dios, para adormecer a poblaciones enteras y llevarlas a la
ruina y muerte.
Capté las diferentes fases de auge y caída de países e imperios, las
hambrunas coexistiendo con lo suntuoso, las riquezas personales perdidas en
golpes de bolsas, caídas de mercado, crisis económicas. Las venganzas y
trampas, las envidias por posesión y apariencia, el sentido lúdico de tantos
humanos. El dominio de seres para servir a los poderosos, labrar sus tierras y
construir sus palacios o fabricar sus productos, mediante la esclavitud, la
servidumbre, la explotación.
No obstante, todas esas presencias de elementos y características de
comportamiento, el humano que habitó la Tierra, fue capaz de crear ciencia,
tecnología que ahora nos permite estar en la cúpula.
El humano habitante de esta cúpula, ahora prolonga la vida hasta tener una
esperanza de vida de más de 140 años, (en caso de excepción para los
especiales coordinadores muy necesarios, es hasta 170) límites en los que, aun
estando hábiles y fuertes, deben entregarse para su conversión en alimento
para otros seres y aprovechamiento de todos sus componentes, previa
extracción de los añadidos físicos energéticos y los depósitos de información
importante. Se pudo lograr en la cúpula que el humano hiciera esa entrega
final, sin ansias de más vida o poder, lo que, en la Tierra, debía hacerse por la
fuerza en la mayoría de los casos y más aún cuando creció la miseria la falta
de oportunidades de lograr modos de vida, que generaba antropófaguismo en
ciertas zonas, y la captura de los considerados no útiles en transportes masivos
para llevarlos a los centros de conversión en alimentos de los dirigentes.
Se pudo lograr gracias a las intensas investigaciones controles y
mecanismos transmisores— receptores, que los habitantes de la cúpula, no
supiéramos de odios, de guerras, de deseos de muerte, no sintiéramos
necesidad de poder o eso que llamaban riquezas, o valor monetario. Se logró
eliminar el impulso de atracción o rechazos moralistas entre sexos los que en
la Tierra se llamaban homosexualismo, lesbianismo, homofobias,
transgéneros, que en muchos casos eran deformaciones hormonales, pero que
también eran formas de amor. Algo muy alejado de la sola función de
reproducción como se establece en la cúpula. Tantas cosas del
comportamiento humano estudiadas por psicólogos, psiquiatras, y científicos
sociales, que ahora en la cúpula ni se mencionan.
Ya en la cúpula se han programado las mentes para no tener ni concepto ni
deseo de guerras, armas, destrucción o apoderamientos de otras civilizaciones.
Lo que pude captar en mi viajé en esas visiones fue horroroso. Lo absurdo de
matarse entre naciones del mismo planeta y destruírlo. Por eso en la cúpula no
hay sino núcleos funcionales y nadie discute dentro de ellos o en el conjunto
de habitantes si hay uno superior o si otro tiene lo que uno necesita, para
eliminarlo o dominarlo. Lo que, si se entiende y sabe, es que, en ciclos de unos
25000 años, los planetas del sistema solar, y en particular la Tierra, sufren
transformaciones. Para ello los habitantes de la cúpula buscamos y
encontraremos sitios y formas de vivir los mejores humanos y expandir
nuestra civilización.

CATORCE
El humano programado es un ser incompleto

Vi en los recorridos de miles y miles de años, en todas las formaciones


sociales, como eran de tiernas, protectoras y amorosas las relaciones de
madres e hijos y como a las madres les dolían sus hijos y los hijos de otras
madres, muertos enloquecidos o discapacitados por matanzas en guerras o
por violencias, odios venganzas. No sólo en las madres sino en los padres lo
que capté de sentimiento de amor y defensa, fue algo que me hizo pensar que
esa calidad de amor o sentimiento del humano, no debió bloquearse en los
habitantes de la cúpula.
Percibí que el ansia de conocer, explorar, explicarse—como hago yo ahora,
se dijo—es algo inmanente en el humano “superior”. Pero que integradas esas
ansias con normas de control llamadas religiones y normas e instituciones y
mecanismos de poder, ambiciones y riqueza, al final, arroja tanto beneficios a
la evolución humana, como las bases para las crisis guerras, y su propia
destrucción. Sin embargo, si se trata de secar, anular o programar en los
individuos ese sentido de reto y superación, como se hace en la cúpula,
estaremos condenados, a estancarnos o, en el mejor de los casos a una
evolución, aunque sin confrontaciones conflictivas, lenta y pobre como esos
ríos ya viejos, casi sin agua que ni llegan al mar o a otros ríos mayores, como
tantos que vi en la Tierra antes del gran desastre.
Pienso que los padres fundadores han exagerado en el control que se nos
inserta a todos los que habitamos en la cúpula con variantes según sea la
función de cada uno. A la vez —se dijo— es curioso que se me haya
permitido este viaje y percibir y analizar tantas cosas. Puede ser que los que
los actuales coordinadores me han seleccionado junto con algunos otros, con
la intención de ir cambiando algo del modo de vida allá.
Lo que sentí en el sueño, de amor entre hijos y padres, la familia, el amor
haca lo que llamé esposa, lo que vi o percibí en el viaje a la historia del planeta
Tierra, de tantos tipos de enamoramiento. La creación de arte, la música, la
poesía, hace al humano un ser excepcional. ¿Por qué a los padres fundadores,
se les ocurrió anular de nuestras mentes y apetencias todas esas cosas? No
puedo entender por qué, no se nos permite una pareja, el ser padres, tener lo
que allá se conoce como amigos, relaciones de intimidad, amar.
Somos capaces de crear robots y darle, o realmente en este caso darme, la
posibilidad de que adopten leyendo nuestro deseo todas las características de
mujer que queramos, aunque no es una potestad general y en mi caso
dispongo de una excepcional, que yo mismo he contribuido a diseñar y darle
funciones de inteligencia, capacidad de almacenamiento y análisis de
informaciones, de percepción de mis sensaciones y— pensó con un leve gesto
de amargura— ojalá puedan llegar a captar y vibrar con sentimientos.
Incluso en los animales, se forman grupos, manadas con familias, la
hembra cuida a sus cachorros, hay jefes con capacidad de competir, proteger,
dirigir con astucia y adaptación a medios hostiles. El humano en todas las
civilizaciones y épocas que vi, requiere guías y ama la competencia entre
grupos, equipos, naciones como actor o como espectador o ente pasivo con
funciones definidas, aunque por ellas también debe competir. Sin ese sentido
de competencia, gran parte de su creatividad se perdería. En la cúpula, está
muy bien que se haya podido sacar o controlar de la memoria genética de los
habitantes el odio, la rabia el deseo de eliminar al competidor, el ansia de
enriquecerse a costa de la destrucción del otro. Pero el sentido tan estimulante
de competir y sentirse más útil o apreciado y de dar a si y a su sociedad lo
mejor también se ha eliminado. Solo la coordinación superior y la gran
máquina, asigna funciones, talentos, capacidades y destrezas que se van
programando en cada individuo seleccionado. Prácticamente hacen de
nosotros lo mismo, y hasta menos, que un robot.
Necesito amor de hijos, sexo enamorado de una mujer amada y no de una
sólo destinada a reproducir, sin la potestad de dar amor y calor a sus hijos, ni
que al padre se le permita amarlos y hacerlos crecer. Necesito competir y
retarme a mí mismo, crear, que haya muchos que creen arte, belleza,
innovaciones y perfeccionamientos. Necesitamos el buen sentido de la
competencia
Uuuff— soltó esa forma de expresión que salió de sus ancestros de
humano antiguo. He comprendido bien el por qué nuestros padres fundadores
han diseñado así el comportamiento, organización y funciones de la cúpula y
sus habitantes. Pero ya capto que, de ese modo, solo se logrará una vida de
humanos con la mayor parte de sus mejores bases esenciales castradas.
Sociedad eficiente, pero con muy lento progreso, aunque, eso sí, muy estable y
rutinaria.
Si al regreso, me incorporan en alguna posición de selección y
programación genética e informativa celular, o donde sea que me ubique,
propiciaré una revolución en la cúpula, sin duda.
Eso ya empieza a atormentarme, pues tanto podría generar cambios
positivos, como una alteración de programas y del óptimo de eficiencia
funcional estable actual, de no previsibles consecuencias.

QUINCE
Las terribles dudas de un revolucionario sensato

Durante el resto de su viaje exploratorio, Alejo fue enviando los


mensajes que en la cúpula recibirían años después. Sobre el que bautizó con el
nombre dado a su robot, YMADE, planeta enano encontrado con grandes
posibilidades de ser habitado pues hay mejores condiciones de vida humana
que en los otros hasta ese momento explorados, las composiciones de los
vientos solares el polvo cósmico encontrado, las correcciones al mapa cósmico
usado en la cúpula. Realmente—se dijo con gesto de orgullo—una
exploración exitosa.
Con sus dos mujeres en las que a voluntad transformaba al maravilloso
robot, interactuó, en conversaciones científicas, en lo más parecido posible al
humor y risas que un robot por inteligente que fuese pudiese generar, en el
disfrute de tragos que ellas aprendieron a preparar, en comidas idealizadas de
aspecto y texturas palpables, en holografías 5D y aromas que él les transmitía
en pensamiento. Con ambas disfrutó de lo más parecido al pleno placer sexual,
aunque quien sentía algo de lo que captó en la Tierra como amor era él.
No obstante, fue percibiendo en cada una de las mujeres en las que
transformaba al robot, una especial reacción casi como si empezaran a tener
sentimientos y cómo en cada aparición cada una trataba de hacerlo mejor que
antes, de adivinar sentimientos, deseos. Casi— pensó— podría decirse que
tiene celos, siendo siempre el mismo robot inicial, como si un humano sintiese
celos y necesidad de superar a su propia sombra y el estímulo de superarse de
competir contra lo negativo de sí.
Cada vez más y más intensamente y causándole más y mayor aprehensión,
se apoderaba de él, el temor de poder generar irreparables daños inmediatos en
la cúpula, si regresaba. Los cambios— se decía— son tan necesarios, son lo
esencial hermoso del humano, que los fundadores han eliminado o
adormecido, en procura de una vida sin sobresaltos en la cúpula, para que no
pase lo de la Tierra.
Tantos siglos de selección de pobladores germinales, de ciencia y
tecnología aplicadas, tantos grandes sabios y maquinas excepcionales creadas
para lograr la sobrevivencia humana en la cúpula marciana. ¿Y llegaré yo a
generar una revolución, aunque me parezca tan necesaria?
Alejo se dedicó a la rutina de su viaje, a los informes, a programar a
YMADE—xp sólo en función de apoyo y control de navegación. Se fue
sumiendo en reflexiones y en el cómo decidir el modo de actuar a su regreso.

DIECISEIS
Dos siglos y medio después. Alejo vive

El Coordinador Supremo 600—01 o sea el que ocupaba el ciclo 600 de


entre doscientos a trescientos cuarenta años después de aquella despedida a
Alejo que hizo Hipiao, quien era el 400.01, terminaba una apresurada lectura
en holografía.
Mientras acariciaba la cabeza de su hijo, le comentaba a su mujer lo
delicioso que había logrado preparar con los ingredientes de las zonas de
cultivo y los nuevos energéticos sintéticos.
— Me los llevo, él va a su práctica de ese juego que copiamos parecido al
que jugaban en la Tierra que llamaban fútbol y que me apasiona, por su
inteligente, hábil arte y competencia. La hija ya exhibía un bello desarrollo
como mujer. El coordinador supremo la miró con aprobación amorosa,
mientras decía. A ella la dejo en el habitáculo de su amada amiga en la zona
de selección especial de estudios de nuevos diseños de naves, quien la
acompañará a sus clases de canto, para lo que demostró capacidades genéticas
ancestrales
Se preparaba a salir a sus actividades. Tendría contactos con los habitantes
de satélites especiales y las naves que reproducían la adecuada composición
atómica de los elementos planetarios transformables en agua y gases
generadores de vida y minerales útiles. Esa sección donde vivía era de los
humanos especiales, coordinadores y los de mayor y mejor mezcla genética.
Integrante, pero aislada del libre tráfico dentro de la ya gigantesca cúpula que
albergaba más de 9 millones de habitantes, tanto humanos de los niveles II III
y IV como robots, y las áreas de producción de alimentos y equipos, todo
dentro de una eficiencia calculada y ajustada permanentemente para el óptimo
funcional en la gran máquina del salón de Coordinadores.
Por cierto, dijo sonriéndole a su bonita esposa.
— ¿Recuerdas los mensajes recibidos desde el espacio remitidos por la
nave extraviada que comandaba aquel discutido aspirante a los consejos
coordinadores de hace 250 años, Alejo Podowsky?
— Encontraron la nave posada en el planeta enano que él denominó
YMADE. Adentro estaba su cadáver abrazado a su robot. Es curioso, algunas
de las cosas que él informa, narra y recomienda, nos han servido de mucho. Lo
que compartimos ahora, querida esposa, tiene mucho de lo que se encontró en
su escrito y en la narración que te dejo para que leas y me comentes, hecha,
claro, con elementos de ficción, que creo te gustarán y nos servirán para el
futuro.

FIN

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