La Autobiografía
La Autobiografía
La Autobiografía
¿Qué implica?
El Educador es el profesional que está llamado a tener la mayor y mejor formación,
ser educador presupone una gran responsabilidad social, que consiste en ser guía y
orientador de las generaciones futuras. La misión no se agota en transferir a esas
generaciones el legado cultural pasado y presente de la sociedad, la misión va más allá y
consiste en brindarle a cada estudiante y/o participante, las herramientas para que se
descubra así mismo como ser biológico, psicológico y social, para desarrollar normas de
convivencia, para ser un transformador y re-creador de su realidad social, en definitiva
facilitarle los insumos y condiciones necesarias para que construya su propio proyecto de
vida.
La vida es dinámica, es transformación y evolución, por tanto el educador debe estar
comprometido con el cambio, analizar el pasado y el presente para encontrar el camino de
un futuro mejor. Debe ser una persona investigadora, crítica, y transformadora de su
realidad personal y social. Por tanto la transformación debe empezar desde nosotros
mismos. “La auto-educación como contenido del hecho andragógico, es el proceso
mediante el cual, el ser humano consciente de sus posibilidades de realización, libremente,
selecciona, elige, asume el compromiso, con responsabilidad, lealtad y sinceridad de su
propia formación y realización personal.” Brandt (1998:48) En este sentido elaborar una
autobiografía implica una profunda reflexión para aclarar, discernir, y visualizar valores
que nos permitan crecer como individuos y como educadores. Se requiere de un gran valor
para verse a la cara tal cual es y concienciar aquello que enaltece y aquello que limita. Es
estar dispuesto a asumir un proceso de transformación crítica de la propia persona. Colocar
sobre la mesa las virtudes y defectos no es cosa fácil, más difícil aun es socializarlo, no
todos están dispuestos a hacerlo, cuesta reconocer los errores, por eso la autobiografía se
nos hace incomoda, difícil.
La vida se nos da como un regalo y a pesar de que existan condiciones adversas, es nuestra
responsabilidad hacer de ella algo digno, enaltecedor. Ser exitoso o no en el sentido
humano es una opción de vida, nadie puede hacerlo por nosotros. Por tanto re-
descubrirnos y decidirnos a cambiar, a aprender es el primer reto que nos exige este modelo
educativo.
Concebir la Autobiografía como un instrumento curricular nos exige una
concepción distinta del hecho educativo, implica empezar a desmontar la manera
tradicional de aprender, que va desde los conceptos y teorías para llegar a la práctica, para
aprender a partir de una conciencia de lo que se es como persona, desde la acción y la
práctica transformadora, los principios, los fundamentos teóricos y las competencias
necesarias para la profesionalización.
Toda historia de vida termina siendo una legitimación de la propia vida, una justificación
de las decisiones tomadas y de las no tomadas. Al narrar la vida hacia atrás, la persona
puede llegar a descubrir la racionalidad escondida u oculta de su historia. Se suele producir
así un proceso elaborado de reconstrucción de la realidad social (Ibid.).
La autobiografía no solo nos habla del individuo, también nos habla del marco
social que ha servido de telón de fondo donde se han desarrollado sus acciones, es decir,
nos habla de los contextos, los momentos históricos, de situaciones políticas, sociales,
culturales y económicas vivenciadas a lo largo de su vida. “Una auto/biografía contiene,
pues, elementos biográficos y colectivos. Aun cuando sean externos, tienen una
recuperación sobre la persona. Son documentos de una época, de una situación social, de un
grupo o clase social y de un género determinado. Es la vida de muchas vidas. Puede
interesar el contenido literario, lingüístico, cultural, personal, intelectual, grupal y social”
(Ibid.)
Como individuos somos producto de fuerzas internas y externas, lo genético y lo
social. Transformamos y somos transformados. Al narrar las etapas de nuestra vida,
podemos describir y analizar que ocurría en nuestra familia, en nuestro país y en el mundo
en ese momento y viceversa. La autobiografía es pues una reconstrucción histórica de
nuestra vida. Podemos entonces utilizar herramientas, técnicas, estrategias y fuentes para
esa reconstrucción tales como: la conversación o entrevista a nuestros familiares cercanos
que nos hablen de nuestros periodos de infancia y adolescencia, acudir a nuestro viejo
álbum de fotografías, utilizar la investigación bibliográfica, hemerográfica, para ubicar los
principales eventos sociales, políticos, económicos, científicos, sucedidos en el contexto
local, nacional e internacional, que hayan sido relevantes en nuestro proceso de vida.
Para su elaboración se puede partir o conjugar desde varios elementos referenciales:
1) Las etapas evolutivas del individuo.
a) Niñez. b) Adolescencia. c) Adultez.
2) Los contextos vivenciales:
a) Familiar, comunidad. b) Escuela, universidad. c) Laboral, social.
3) Los espacios temporales
Momentos históricos, eventos mundiales y/o nacionales que han ocurrido durante nuestro
período de vida.
a) Políticos. b) Económicos. c) Sociales