Nietzsche Vitalismo
Nietzsche Vitalismo
Nietzsche Vitalismo
FRIEDRICH NIETZSCHE
(Röcken, 15 Octubre de 1844 - Weimar, 25 Agosto de 1900)
CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA .
Estamos en la Europa del siglo XIX, que históricamente la podemos caracterizar
como la de los nacionalismos. Destacar sobre todos, por la influencia en el siglo XX,
a Alemania e Italia.
Paralelamente a esta actitud, hay que resaltar dos corrientes filosóficas que
también denuncian a los elementos racionales y científicos: vitalismo e historicismo.
Bajo estos conceptos, comprendemos pensadores, como Nietzsche, Dilthey,
Bergson y Ortega, cuya reflexión gira en torno a la vida. La vida en un sentido
biológico y biográfico. La vida como existencia tiene una naturaleza temporal e
histórica. Pero Niezsche reclamará un uso crítico de la historia. La realizaciones
individuales y colectivas tienen un marco histórico. Ambos afirman que para
entender la vida, el artista también está dotado de una capacidad especial. Esto lo
desarrollará más tarde Nietzsche con otra gran metáfora: el superhombre. El artista
que más influyó fue Wagner. En su primera época, vio la renovación cultural de
Alemania en la figura de Wagner.
● 1881 "Aurora"
● 1888 "El caso Wagner" (Todas las obras escritas en 1888 fueron publicadas con
posterioridad a su enajenación mental).
CONTEXTUALIZACIÓN FILOSÓFICA .
La gran fuente de la filosofía nietzscheana la constituye la relectura del pensamiento
griego, y en especial de los autores trágicos, en los que Nietzsche constata la
contraposición entre el ideal apolíneo (la racionalidad normativa) y el ideal dionisiaco
(el impulso perturbador del orden normativo, que desea el retorno al uno primordial
-lo originario- de donde procede todo ordenamiento racional). Nietzsche constata
que ese «pathos trágico», que se encuentra aún presente en la filosofía de Heráclito
de Éfeso (pensador que Nietzsche respetó durante toda su vida) la filosofía
occidental lo abandonó muy pronto: concretamente con la obra del gran «traidor»:
Sócrates, quien decididamente optó por el ideal apolíneo, en detrimento del
dionisiaco.
El vitalismo surge, por otro lado, influenciado por el auge que en el siglo XIX
tomó la Biología con nombres tan importantes como Lamarck, Darwin, Mendel,
Pasteur, etc. con nuevas teorías sobre la vida y su evolución. Desde la biología,
ciencia emergente en el XIX frente al predominio absoluto de la física en el siglo
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA | NIETZSCHE 4 .
CRÍTICA DE LA METAFÍSICA .
El error fundamental de toda la metafísica desde Sócrates está en la invención
de un mundo racional y la desvalorización de lo opuesto a ese mundo racional, el
que se ofrece a los sentidos, el mundo del devenir.
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA | NIETZSCHE 5 .
ideas más enfermizas inventadas por la cultura occidental: con ella el sujeto sufre y
se aniquila a partir, sin embargo, de algo ficticio; no existe ningún Dios al que
tengamos que rendir cuentas por nuestra conducta, sin embargo el cristiano se
siente culpable ante los ojos de Dios, se siente observado, cuestionado, valorado
por un Dios inexistente, del que incluso espera un castigo; situación paradójica por
cuanto este Dios y los propios valores morales son una creación de él mismo.
huérfanos de Dios, aquellos que, con la muerte de Dios y lo que éste representa (el
trasmundo), han perdido toda realidad y toda referencia, pues los valores que sobre
ese Dios se sustentaban ya no valen (ya no tienen valor).
3. Nihilismo como punto de inflexión hacia una nueva perspectiva del ser y
del ser humano; es el momento de la nueva valoración sobre la vida, de la
transvaloración (la gran "aurora"). Se abren, así, las puertas de una nueva
ontología y una nueva antropología.
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA | NIETZSCHE 11 .
es la moral del héroe, del guerrero, del glorifica lo que hace soportable la vida
que no teme el dolor ni el sufrimiento a los pobres, los enfermos y débiles
de espíritu, la concordia
humanos
En Así habló Zaratustra nos explica Nietzsche mediante un discurso, "De las
tres metamorfosis", el tránsito del ser humano al superhombre. Lo que en este texto
se nos narra es la transformación del camello en león y la de éste en niño. El
camello simboliza a los que se contentan con obedecer ciegamente, a los débiles
incapaces de crear valores, a aquellos que están sometidos, de manera resignada y
voluntaria, al mandamiento de tú debes (en definitiva, al cristianismo y, en general, a
cualquier moral de índole idealista). El león es el gran negador, el nihilista que niega
todos los valores tradicionales. El león es quien se rebela contra la moral idealista,
con su base trascendente (su mundo inteligible) y se crea su propia libertad. Pero se
trata de una libertad negativa, una libertad que dice no (no a Dios, no a los valores
antiguos, no a la trascendencia...). El león contrapone al tú debes, que domina al
camello, su soberano yo quiero. Pero la libertad del león que dice no no es lo último.
La libertad negativa (libertad de) no es aún la libertad para (para crear una nueva
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA | NIETZSCHE 13 .
Frente al "tú debes" del camello y el "yo quiero" del león, el niño proclama un
inocente "yo soy". El niño no se avergüenza ya de sus instintos vitales. Al contrario,
es a partir de ellos desde donde va a crear la nueva tabla de valores, valores
afirmativos (que dicen "sí" a la vida y al mundo).
La prueba del eterno retorno es una prueba para el querer, para la
capacidad de afirmación. Nietzsche quiere hacer de la tierra, de este mundo (el
único), el último criterio. No hay más mundo que éste ni más vida que ésta, que se
repite eternamente. Pero no son las acciones lo que vuelven, sino todo lo que hay o
ha habido, todo lo que implican y lo que las ha motivado. El querer entonces se
encuentra con una dificultad para aceptar el mundo, la tierra, tal cual son, con todos
sus elementos placenteros y dolorosos.
Esta aceptación, esta afirmación del mundo, de la propia vida, del sentido de
la tierra, es lo que da sentido a todo el pensamiento de Nietzsche y a su crítica a la
cultura occidental. Esta afirmación de una voluntad que da sentido a lo que hay por
medio de su decisión: yo lo quise así. Esta afirmación que no admite subterfugios
ni limitaciones y que implica la superación del resentimiento y de los
planteamientos trasmundanos, que implica una fuerza exuberante, que, en pocas
palabras, define al superhombre y lo distingue del humano occidental, ligado aún a
la cultura de la crisis.
ANÁLISIS DE TEXTOS 1 .
Historia de un error
5. El “mundo verdadero” — una Idea que ya no sirve para nada, que ya ni siquiera obliga, —
una Idea que se ha vuelto inútil, superflua, por consiguiente una Idea refutada:
¡eliminémosla! (Día claro; desayuno; retorno del bon sens [buen sentido] y de la jovialidad;
rubor avergonzado de Platón; ruido endiablado de todos los espíritus libres.)
ANÁLISIS DE TEXTOS 2 .
Crítica del nihilismo. 1. (…) El nihilismo como estado psicológico tiene todavía una tercera y
última forma. Dadas estas dos visiones, que con el devenir no se debe conseguir nada y
que bajo todo el devenir no impera ninguna gran unidad en la que al individuo le sea lícito
sumergirse por completo como en un elemento de supremo valor: entonces no queda más
escapatoria que condenar todo este mundo del devenir como engaño e inventar un mundo
que se encuentre más allá de este mismo como mundo verdadero. Pero tan pronto como el
ser humano consigue averiguar que este mundo está construido a partir exclusivamente de
necesidades psicológicas y que él no tiene en absoluto ningún derecho de llevar a cabo
tales construcciones, surge entonces la última forma del nihilismo, que en sí encierra la
increencia en un mundo metafísico, —, pues esa forma se prohíbe toda especie de
subterfugios que conduzcan a transmundos y a falsas divinidades ― pero no se soporta
este mundo que ya no se quiere negar…
En resumen: las categorías de “fin”, “unidad”, “ser”, con las que nosotros hemos
añadido un valor al mundo, nosotros mismos las retiramos de nuevo — y entonces el
mundo parece carente de valor…
ANÁLISIS DE TEXTOS 3 .
341. El peso más pesado.— Qué pasaría si un día o una noche se introdujera a hurtadillas
un demonio en tu más solitaria soledad para decirte: “Esta vida, tal como la vives ahora y la
has vivido, tendrás que vivirla no sólo una, sino innumerables veces más; y sin que nada
nuevo acontezca, una vida en la que cada dolor y cada placer, cada pensamiento, cada
suspiro, todo lo indeciblemente pequeño y grande de tu vida habrá de volver a ti, y todo en
el mismo orden y la misma sucesión — como igualmente esta araña y este claro de luna
entre los árboles, e igualmente este momento, incluido yo mismo. Al eterno reloj de arena
de la existencia se le dará la vuelta una y otra vez — ¡y tú con él, minúsculo polvo en el
polvo!”. ¿No te arrojarías entonces al suelo, rechinando los dientes, y maldiciendo al
demonio que te hablara en estos términos? ¿O acaso ya has vivido alguna vez un instante
tan terrible en que le responderías: “¡Tú eres un Dios y jamás he escuchado nada más
divino!”? Si aquel pensamiento llegara a apoderarse de ti, tal como eres, te transformaría y
tal vez te aplastaría; la pregunta decisiva respecto a todo y en cada caso particular sería
ésta: “¿Quieres repetir esto una vez más e innumerables veces más?” ¡Esto gravitaría sobre
tu acción como el peso más pesado! Pero también: ¡qué feliz tendrías que ser contigo
mismo y con la vida, para no desear nada más que esta última y eterna confirmación y
sanción!
F. NIETZSCHE; La ciencia jovial («La gaya scienza»), trad. de G. Cano, Barcelona, RBA,
2014, Libro IV, § 341, pp. 530-531