Este documento discute si las palabras de Jesús sobre la resurrección y el matrimonio en Lucas 20:34-36 se refieren a la resurrección terrestre o celestial. Aunque originalmente se pensó que Jesús se refería a la resurrección terrestre, el documento plantea que es posible que en realidad estuviera hablando de la resurrección celestial. No da una conclusión definitiva, sino que enfatiza que debemos esperar a estar en el nuevo mundo para conocer completamente cómo funcionará la vida allí.
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Este documento discute si las palabras de Jesús sobre la resurrección y el matrimonio en Lucas 20:34-36 se refieren a la resurrección terrestre o celestial. Aunque originalmente se pensó que Jesús se refería a la resurrección terrestre, el documento plantea que es posible que en realidad estuviera hablando de la resurrección celestial. No da una conclusión definitiva, sino que enfatiza que debemos esperar a estar en el nuevo mundo para conocer completamente cómo funcionará la vida allí.
Este documento discute si las palabras de Jesús sobre la resurrección y el matrimonio en Lucas 20:34-36 se refieren a la resurrección terrestre o celestial. Aunque originalmente se pensó que Jesús se refería a la resurrección terrestre, el documento plantea que es posible que en realidad estuviera hablando de la resurrección celestial. No da una conclusión definitiva, sino que enfatiza que debemos esperar a estar en el nuevo mundo para conocer completamente cómo funcionará la vida allí.
Este documento discute si las palabras de Jesús sobre la resurrección y el matrimonio en Lucas 20:34-36 se refieren a la resurrección terrestre o celestial. Aunque originalmente se pensó que Jesús se refería a la resurrección terrestre, el documento plantea que es posible que en realidad estuviera hablando de la resurrección celestial. No da una conclusión definitiva, sino que enfatiza que debemos esperar a estar en el nuevo mundo para conocer completamente cómo funcionará la vida allí.
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Los resucitados “ni se casan ni se dan en matrimonio”.
Nota al orador: Explique al auditorio a entender que no hay una respuesta
absoluta sobre este tema en la actualidad, sin embargo lo importante es saber que Jehová satisfará todos nuestras necesidades en el paraíso.
¿Se estaba refiriendo a la resurrección terrestre? (2 min)
Los que han perdido a su amado cónyuge y quizás anhelan volver a estar casados con esa persona cuando resucite en el nuevo mundo. ¿Hay razones para esperar que los resucitados puedan casarse? Sencillamente, no lo sabemos. Nuestras publicaciones han señalado que quienes volvieran a la vida en la Tierra no se casarían Luc. 20:34-36).* Aunque no podemos ser dogmáticos ¿Es posible que Jesús se refiriera a la resurrección celestial? (2min) Veamos primero en qué circunstancias las pronunció lea Lucas 20:27- 33). Los saduceos, no creían en la resurrección y el matrimonio de cuñado.* Él les respondió (Luc. 20:34-36 ¿Por qué han dicho nuestras publicaciones que es probable que Jesús se refiriera a la resurrección terrestre? La Atalaya del 1 de junio de 1987, páginas 30 y 31 El primero era que, puesto que los saduceos sin duda pensarían en una resurrección terrestre, Jesús se debió referir a ella al contestarles. El segundo era que Jesús terminó su respuesta hablando de Abrahán, Isaac y Jacob, fieles patriarcas que resucitarán aquí en la Tierra (Luc. 20:37, 38). Sin embargo, es posible que Jesús estuviera pensando en la resurrección celestial. ¿Qué razones tenemos para llegar a esa conclusión? Analicemos dos frases claves. “Los que han sido considerados dignos de ganar [...] la resurrección de entre los muertos.”A los ungidos fieles “se les [considera] dignos del reino de Dios” (2 Tes. 1:5, 11). Han sido declarados justos, dignos de vivir para siempre, sobre la base del rescate.. En cambio, entre quienes resucitarán en la Tierra habrá “injustos” (Hech. 24:15). ¿Podría decirse que a estos “se les [considera] dignos” de resucitar? Jesús no dijo: “Ya no morirán”, sino: “Tampoco pueden ya morir”. Los ungidos reciben inmortalidad, es decir, vida indestructible y sin fin (1 Cor. 15:53, 54 En vista de lo anterior, ¿a qué conclusión llegamos?, lo que dijo sería aplicable a los que resucitan para vivir en el cielo: que no se casan, que no pueden morir y que en algunos aspectos son como los ángeles, criaturas que viven en la región espiritual. Sin embargo, esta conclusión hace surgir varias preguntas. En primer lugar, ¿por qué se referiría Jesús a la resurrección celestial al responder a los saduceos, que probablemente pensaban en una resurrección terrestre? Pues bien, Jesús no siempre respondió a sus enemigos según lo que ellos pensaban Puede que Jesús no viera necesario contestarles aquella pregunta a los saduceos, quienes eran hipócritas y ni siquiera creían en la resurrección o en los ángeles (Prov. 23:9; Mat. 7:6; Hech. 23:8). Más bien, tal vez quisiera revelar verdades sobre la resurrección celestial a sus discípulos, quienes eran sinceros y un día iban a recibir esa resurrección. En segundo lugar, ¿por qué acabaría Jesús su explicación haciendo referencia a Abrahán, Isaac y Jacob, los cuales serán resucitados en la Tierra? (Lea Mateo 22:31, 32.)Observemos que Jesús inició su comentario sobre esos patriarcas con las palabras “respecto a la resurrección de los muertos”. Con esa frase tal vez quiso marcar un cambio de pensamiento para pasar a hablar de la resurrección terrestre. Luego, como sabía que los saduceos aceptaban los escritos de Moisés, utilizó las palabras que Jehová le dirigió a Moisés en la zarza ardiente como prueba adicional de que la resurrección terrestre es parte del propósito divino y se cumplirá sin falta (Éx. 3:1-6). En tercer lugar, si las palabras de Jesús sobre la resurrección y el matrimonio solo se cumplen en la resurrección celestial, ¿significa eso que quienes resuciten en la Tierra podrán casarse? La Palabra de Dios no da una respuesta directa a esta pregunta. Y es que si Jesús en verdad no hablaba de la resurrección terrestre, entonces sus palabras tampoco aclaran si podrán casarse o no quienes resuciten en la Tierra. Mientras tanto, sabemos que la Biblia sí dice claramente que la muerte rompe los lazos matrimoniales. Por lo tanto, un viudo o una viuda no debe sentirse culpable si decide volver a casarse. Esa es una decisión personal, y no se debe criticar a nadie por buscar la afectuosa compañía de un cónyuge (Rom. 7:2, 3; 1 Cor. 7:39). Es lógico que nos preguntemos muchas cosas sobre la vida en el nuevo mundo, pero no debemos andar haciendo suposiciones. Tendremos que esperar a estar allí para conocer las respuestas. Ahora bien, de esto sí podemos estar seguros: los seres humanos fieles serán felices, pues Jehová satisfará todas sus necesidades y deseos del mejor modo