La Parabola Del Buen Samaritano
La Parabola Del Buen Samaritano
La Parabola Del Buen Samaritano
Lc.10:25
Lc.10:26-28
Es por ello que Jesús le pregunta acerca de la ley ya que ellos podían
responder por ser conocedores del tema en cuestión.
Lc.10:29
Lc.10:30
Jericó:
Lc.10:31-33
Sacerdote: Judío
Lc.10:35
DE JERUSALÉN A JERICÓ
Un viajero saliendo desde Jerusalén por este camino debía dar la vuelta por el
monte de los Olivos. Una mirada hacia atrás desde este punto hubiera sido
premiada con el paisaje de la explanada del templo como despedida. El camino
entonces bordeaba de paso a Betania y procedía a través de una pendiente
escarpada. En un punto, aproximadamente a 20 kilómetros de Jerusalén y a 8
kilómetros de Jericó, el viajero llegaba a un pasaje que estaba casi a 855 pies
(260 m) sobre el nivel del mar y 1685 pies (513 m) por encima de Jericó. Con
toda probabilidad la carretera romana pasaba por aquí, ya que es la ruta más
corta entre las dos ciudades. El nombre del paso en árabe es tal'ed-damm, que
significa subida de sangre. El árabe se corresponde con el hebreo que significa
la cuesta de Adumim (Jos 15:7 y 18:17). Adumim significa objetos rojos, que
probablemente en este caso se refería a la roca roja del lugar. El historiador
cristiano Eusebio (260–-340 d.C.) sostuvo que allí había un castillo y Jerónimo,
patriarca de la iglesia (347–420 d.C.), registró que su nombre era Maledomni y
argumentó que era equivalente a la terminología griega que significaba Cuesta
del rojo. Explicó que el nombre se debía a la sangre que con frecuencia vertían
los bandidos en este lugar. Jerónimo también sostuvo que un castillo o posada
se encontraba en el sitio y que fue construido estratégicamente para ayudar a
los viajeros. Incluso concluyó que era muy probable que el viajero de la
parábola de Jesús hubiera sido atacado en este lugar. Esto se mantuvo así en
la tradición a pesar de que Eusebio, quien escribió antes que Jerónimo, no
conectó la ubicación con el incidente de la parábola.