Reptiles Venenosos de America PDF
Reptiles Venenosos de America PDF
Reptiles Venenosos de America PDF
SERPIENTES
Corrección de Estilo
Juan Pablo Sánchez Rojas
Diseño y diagramación
Aura L. Pachón
Diseño de portada
Aura L. Pachón
Fotografía
William Lamar
Ángeles Márquez/Grupo Viperidae
Germán Chávez
Jason Penney
Camila González R.
Mauro Teixeira Jr.
© DERECHOS RESERVADOS
Daniel Pineda 2013
Bilineata Publishing
Bogotá, Colombia
ISBN 978-958-8839-11-0
Daniel Pineda
4
REPTILES VENENOSOS
Contenido
PRÓLOGO..................................................................... 7
SERPIENTES................................................................. 9
Anatomía y fisiología . ............................................. 15
Locomoción de las serpientes................................... 21
Dentadura ............................................................. 23
Aparato venenoso y veneno....................................... 27
Clasificación.......................................................... 31
Víboras de América (subfamilia Crotalinae)................ 39
Serpientes mocasín (género Agkistrodon)......................45
Víboras saltadoras de foseta (género Atropoides) ����������49
Víboras de palma (género Bothriechis)...........................51
Víboras de foseta (género Bothrocophias)......................53
Víboras del bosque(género Bothriopsis).........................55
5
CONTENIDO
Cabezas de lanza (género Bothrops).............................. 59
Víboras de la montaña (género Cerrophidion)............... 65
Cascabeles (género Crotalus)........................................ 67
Verrugosa (género Lachesis)......................................... 77
Víboras de cuernos (género Ophryacus)........................ 81
Víboras de hocico (género Porthidium)......................... 83
Cascabeles (género Sistrurus)....................................... 87
Corales (géneros Micrurus, Leptomicrurus
y Micruroides)............................................................... 91
Serpiente de Mar (Pelamis platurus).......................101
Corales (géneros Micrurus, Leptomicrurus
y Micruroides)............................................................... 91
Serpiente de mar (Pelamis platurus)............................ 101
¿Cómo y cuándo ocurren los accidentes?................ 103
Accidentalidad...................................................... 105
Efectos en la salud............................................... 106
6
Primeros auxilios.................................................. 109
REPTILES VENENOSOS
LAGARTOS................................................................ 117
Introducción......................................................... 119
Comportamiento del Monstruo
de Gila y el Lagarto Perlado. ................................ 121
PRÓLOGO
PRÓLOGO
E
ste libro presenta una guía avanzada sobre las especies vene-
nosas de serpientes y lagartos que se encuentran a lo largo del
continente americano. Están mencionadas el total de las espe-
cies descritas en esta región así como su ubicación geográfica,
convirtiéndose en un excelente texto de consulta tanto para bió-
logos y médicos como para cualquier otro profesional relacionado
con el tema.
Mediante un lenguaje sencillo describe temas críticos como,
lo que se debe hacer en caso de un accidente con alguna de estas
especies, estrategias de prevención y un listado de los principales
sueros antiofídicos.
Esta publicación hace parte de la colección Animales venenosos
de América, la cual está compuesta adicionalmente por los títulos:
8
Además, nuestra editorial ha publicado otros títulos que le
REPTILES VENENOSOS
Bilineata Publishing
SERPIENTES
SERPIENTES
11
SERPIENTES
S
in duda alguna, las serpientes son los animales que le producen
a las personas los sentimientos más variados, como fascinación
y repulsión o admiración y terror. Por una parte, estos reptiles
generan en muchas personas reacciones como miedo, desagrado
o desprecio, simplemente por arrastrarse. Sumado a esto, cultural-
mente se las ha asociado con el pecado y el mal: pareciera que el
relato bíblico del Génesis arrojara una maldición sobre un animal
que, si bien puede representar riesgo para el hombre en ciertas
circunstancias, es fundamental en el equilibrio de la naturaleza y,
además, un voraz depredador de plagas como los roedores, que
pueden llegar a ser un mayor problema en la producción agrícola
y por la transmisión de enfermedades.
Por otra parte, es curioso ver la fascinación que pueden pro-
vocar las serpientes en muchas personas. Los niños, por ejemplo,
se ven particularmente atraídos por estos animales, debido al mis-
terio que encierran, a la manera en que se arrastran y a la gran
variedad de especies existentes y sus variados colores, como la
Coral que exhibe triadas de color rojo, negro y amarillo. Asimis-
mo, los adultos disfrutan conociendo la variedad de especies y las
historias asombrosas alrededor de las serpientes venenosas en
los programas de divulgación científica que a diario se ven en la
12
televisión por cable y satelital. Hoy en día las serpientes veneno-
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
ha dado origen a un problema de salud: los accidentes con espe-
cies venenosas mantenidas en cautiverio. Adquirir una serpiente
venenosa por internet es cada vez más sencillo, lo que genera un
nuevo problema de salud, especialmente cuando estas son origi-
narias de otros lugares, como la Mamba, pues es bastante difícil
obtener antiveneno para contrarrestar los efectos de sus ataques
en cualquier país de América.
Finalmente, es importante detallar dos beneficios que las ser-
pientes tienen para el hombre. El primero es su papel dentro del
equilibrio de las especies. Si los hombres exterminan a las ser-
pientes, las especies que derivan su alimentación de estas se ex-
tinguirán, como algunas aves de rapiña; además, la población de
los animales que son sus presas aumentará. ¿Qué ocurriría, por
ejemplo, con los ratones, si no existiesen las serpientes? Segura-
mente su número y su poder destructor serían mucho mayores. De
hecho, en la India, hace muchos años, se presentó una epidemia
de peste (recordemos que los ratones son trasmisores de la peste)
y las únicas regiones del país que no se afectaron por esta grave
epidemia, que mató a millones de personas, fueron aquellas en
las que las serpientes eran consideradas como animales sagrados,
pues la población de roedores estuvo controlada por estas, evi-
tando que la enfermedad se difundiera.
El segundo beneficio son los compuestos químicos que se
obtienen de su veneno y que tienen un gran potencial farmaco-
lógico. Un sencillo ejemplo de esto es el captopril, droga usada
en millones de personas para el tratamiento de la hipertensión,
que fue desarrollado a partir del veneno de la serpiente Jararaca
(Bothrops jararaca). Además del captopril, se han desarrollado
medicamentos para el manejo del infarto agudo del miocardio, y
14
actualmente se estudian medicamentos para el tratamiento del
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
Anatomía y fisiología
S
i bien las características externas de las serpientes son muy
particulares, sus órganos y sistemas internos son similares, en
funcionamiento y ubicación, a los de muchos reptiles, e inclu-
sive a los de otros vertebrados por ejemplo, el sistema nervioso, y
los aparatos circulatorio, respiratorio, digestivo, genital y urinario.
Sin embargo, las serpientes tienen algunas características in-
ternas particulares, como el Órgano de Jacobson y, en algunas
especies, el aparato venenoso.
El aparato circulatorio de los ofidios consta de un corazón
alargado con tres cavidades (dos aurículas y un ventrículo), que
late entre 20 y 70 veces por minuto, y un sistema linfático con
corazones en la región cloacal. El aparato respiratorio está con-
formado por un solo pulmón en la mayoría de los casos (el pul-
món izquierdo suele estar atrofiado o ausente) y se inicia con la
tráquea, que está ubicada estratégicamente, en la parte anterior
del piso de la boca, para permitirle a la serpiente respirar mientras
digiere a su presa. En algunas serpientes, especialmente en las
16
REPTILES VENENOSOS
Figura 1.1.
Serpiente taya x (B. asper). Esta serpiente
venenosa es una de las principales causantes
de accidentes en Centro y Sur América.
17
víboras, el aire que entra por la tráquea hace vibrar la epiglotis
SERPIENTES
generando un sonido particular, similar a un silbido.
Por su parte, el sistema nervioso, dividido en central y peri-
férico, consta de un cerebro con dos hemisferios, dos bulbos ol-
fatorios, un cerebelo que varía de tamaño dependiendo de las
especies y su estilo de vida, y la medula espinal, ubicada a lo largo
del canal vertebral. El aparato digestivo de las serpientes, caracte-
rístico de un animal carnívoro, está conformado por un intestino
corto, que en la mayoría de los casos mide casi lo mismo que la
longitud de su cuerpo, a diferencia de los mamíferos, que puede
alcanzar de 4 a 20 veces su tamaño (como el de la vaca). El tubo
digestivo se compone de esófago, estómago e intestino, y finaliza
en una cloaca. Al igual que los mamíferos, posee hígado, páncreas
y vesícula biliar.
El aparato genital de los machos está constituido por dos
testículos alargados y un par de órganos copuladores denomina-
dos hemipenes (que salen al exterior de la cloaca en el momento
de la copulación), mientras que las hembras poseen dos ovarios
alargados y hemiclítoris análogos. El aparato urinario de las ser-
pientes se encuentra ubicado en las proximidades de los órganos
genitales, y está constituido por dos riñones alargados y dos uré-
teres que conducen la orina hasta la cloaca, en donde se mezcla
con las heces.
19
SERPIENTES
Locomoción
P
or ser ápodas (sin patas), las serpientes tienen unas condicio-
nes especiales para su desplazamiento. Su movimiento, produ-
cido por la interacción de los músculos, la columna vertebral,
las costillas y la piel, se diferencia del de otros vertebrados por
no apoyarse en áreas específicas. La propulsión es producida por
la fuerza que realiza el animal sobre las irregularidades de la su-
perficie en que se desplaza y por una onda de flexión que va de
adelante hacia atrás.
En su desplazamiento, la columna vertebral y las costillas son
su eje principal. Por una parte, las vértebras, que pueden ser hasta
300 (o más en las especies más alargadas), se encuentran firme-
mente unidas. Además, estas tienen un escaso límite de movimien-
to entre una y otra (entre los 10 y 20 grados), que en suma logra
una flexión marcada, manifiesta cuando la serpiente se enrolla o
está en posición de ataque. Por otra parte, las costillas, unidas por
músculos, participan en la contracción y movimiento en serie que
da el desplazamiento.
20
Estas especies utilizan el borde posterior
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
En acordeón
En el movimiento en acordeón la
serpiente se repliega y se estira de
forma armónica con todo su cuer-
po, de manera que mientras una
parte se está alargando, la otra se
está encogiendo.
Reptación lateral
La serpiente se desplaza en un sentido diagonal.
El rastro que deja este desplazamiento en las su-
perficies hace pensar que la serpiente ha dado
saltos, puesto que se inicia con el levantamiento
de la cabeza y de parte de su cuerpo para lanzarse
hacia delante, mientras apoya solo una parte de
su cuerpo. El Crótalo Cornudo (C. cerastes) es una
de las serpientes que realizan este movimiento.
SERPIENTES
Dentadura
L
a dentadura de las serpientes constituye una de las partes
primordiales en el entendimiento de estos animales. Las espe-
cies venenosas tienen características especiales, que merece
la pena señalar.
Sus dientes, sujetados directamente a la mandíbula, son afila-
dos y largos, y tienen un encorvamiento hacia atrás que les permi-
te sujetar fuertemente a su presa y evitar que esta pueda liberarse
haciendo tracción hacia atrás. En la parte superior poseen dos ar-
cos dentales, uno externo y otro interno, mientras que en el maxi-
lar inferior solo tienen un arco. En su proceso evolutivo, algunas
especies han desarrollado unos dientes que conducen el veneno
desde sus glándulas hasta las víctimas. De acuerdo con su ubica-
ción, estos dientes han dado origen a una clasificación especial,
en 4 categorías: aglifas, opistoglifas, proteroglifas y solenoglifas
(véase la figura 1.3).
24
REPTILES VENENOSOS
Las aglifas son aquellas que ca- Las serpientes opistoglifas poseen
recen de dichos dientes especia- uno o varios dientes que sobresa-
les. Estas serpientes generalmente len a ambos lados de su mandíbula
capturan e ingieren a su presa viva, superior, en su parte posterior, con
y las de mayor tamaño, como las un canal que facilita el paso del ve-
boas y la Anaconda, atrapan a su neno. En su mayoría, este tipo de
presa y la matan por asfixia me- serpientes no representa un riesgo
diante constricción. Este grupo de para el hombre; aunque en algunas
serpientes, al que pertenece la gran partes de Suramérica se han repor-
mayoría de especies, no represen- tado lesiones locales y alteraciones
ta riesgo alguno para el hombre; a en la coagulación de la sangre en
excepción de las especies que, por víctimas de mordeduras ocasiona-
su tamaño, podrían llegar a sujetar das por especies como la Phylodr-
a una persona, como la Anaconda yas olfersii y la Phylodryas patago-
(que habita en la selva amazónica) nensis (ver “Culebras venenosas”).
y la Pitón (que se encuentra en Áfri-
ca y Asia).
25
SERPIENTES
Otro de los grupos de serpientes Finalmente, las solenoglifas se ca-
con aparato venenoso es el de las racterizan por tener un par de col-
proteroglifas. Este grupo se ca- millos largos y retráctiles en la parte
racteriza por tener dos colmillos anterior de la mandíbula superior,
delanteros, uno a cada lado, con que alcanzan a formar un ángulo
un conducto que trasporta el vene- de 90 grados en el momento de la
no. En este grupo de serpientes se mordedura. Cuando la boca perma-
encuentran los elápidos, cuyas re- nece cerrada están doblados contra
presentantes en el continente ame- el maxilar superior. El canalículo de
ricano son la Coral y la Serpiente estos colmillos permanece cerrado
de Mar. A este grupo de serpien- y se abre en la parte final del col-
tes pertenecen especies venenosas millo. En algunas especies de gran
bastante conocidas, como la Mam- tamaño, como el Verrugoso (Lache-
ba y la Cobra, ambas ausentes en sis muta), los colmillos pueden al-
los hábitats de América, y presentes canzar una longitud de 3 o más cm.
en Asia y Oceanía.
27
SERPIENTES
Aparato venenoso y veneno
E
l aparato de venenoso de las serpientes está compuesto por
dos glándulas (que se asemejan a las glándulas parótidas del
hombre), los conductos que llevan el veneno hacia los colmillos
y los colmillos inoculadores, que, dependiendo de la especie, pue-
den ubicarse en la parte anterior o posterior (véase la figura 1.4).
Esta estructura del aparato venenoso ha dado lugar a las varia-
ciones más sofisticadas; por ejemplo, la Cobra Escupidora puede
llegar a lanzar su veneno a los ojos de una víctima que está ubi-
cada incluso a 2 m de distancia. En las víboras este aparato está
conformado por dos colmillos plegables, que en el momento del
ataque pueden llegar a formar un ángulo de 90° con su mandíbu-
la y lograr así una penetración profunda en la víctima.
Estos colmillos tienen un conducto interior por donde fluye el ve-
neno, que es introducido en la víctima de la misma forma en que
lo haría una aguja hipodérmica. Por su parte, las serpientes corales
y sus parientes, las serpientes de mar, poseen un par de colmillos
pequeños con un conducto por donde fluye el veneno.
El veneno producido en las glándulas de estas serpientes es
expulsado al exterior mediante la contracción del músculo que las
28
rodea. Esta rápida y efectiva salida del veneno,
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
Figura 1.4.
Esquema del aparato
venenoso de una
serpiente Cascabel.
Conductor venenosos
Glándula venenosa
Veneno
30
gre, la trasmisión de los impulsos nerviosos y la integridad de las
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
Clasificación
Clasificar las serpientes en grupos es fundamental para entender
muchas de sus características y, así, poder saber cuáles son las
que realmente representan peligro para el hombre. Las serpientes
se podrían clasificar de muchas formas, pero aquí se presentarán
tres formas: clasificación taxonómica, clasificación por su denta-
dura y clasificación de acuerdo con el riesgo para el hombre (en
serpientes venenosas y no venenosas). En esta última clasificación
se basarán las otras dos.
La clasificación taxonómica de las serpientes, así como la de
cualquier otro ser vivo, es una forma científica para ubicarlas en
un proceso evolutivo y permite identificar características impor-
tantes; en este caso, su riesgo. Dentro de esta clasificación, se dice
que existen 18 familias de serpientes en el mundo y alrededor
de 2700 especies, repartidas en 420 géneros, y derivadas de un
mismo antepasado. Como se observa en el cuadro 1, cada una de
ellas tiene diferentes características.
Cuadro 1. Familias de serpientes del Nuevo Mundo.
SERPIENTES
Culebras Aglifas No venenosa
Falsa Coral
Boas, Anaconda
Aglifas No venenosa
Pitón Americano
Serpientes de madera
Corales y Proteroglifas
Serpiente de Mar
Venenosa
Víboras, Cascabeles, Solenoglifas
Taya x, Pudridora, * Algunas especies de esta familia
Mocasín pueden ocasionar accidentes con
envenenamiento (ver recuadro).
35
SERPIENTES
Culebras venenosas
H
ablar de culebras venenosas puede ser confuso e inadecuado,
especialmente porque del grupo de serpientes que conforma
esta familia (alrededor de 1700 especies) tan solo unas pocas
especies poseen un veneno que puede ocasionar lesiones locales,
sistémicas y, ocasionalmente, la muerte. Entre la cantidad de es-
pecies clasificadas, en cerca de 290 géneros, es posible encontrar
una gran variedad de colores y tamaños, así como una distribución
en diferentes ambientes. Algunas especies no alcanzan a medir 50
cm, mientras que otras pueden llegar a medir 3 m.
Aunque las culebras pueden llegar a morder, y muchas de
ellas a inocular veneno (producido en las glándulas de Duvernoy),
son principalmente algunas especies opistoglifas las que ocasio-
nan los envenenamientos más severos. Dentro de la familia Co-
lubridae hay más de 30 géneros en América (desde Canadá has-
ta Argentina, incluyendo algunas islas del Caribe) que han sido
relacionados con accidentes ocasionados por envenenamiento.
Particularmente 4 especies han sido relacionadas con accidentes
fatales (ninguno claramente documentado); estas especies son:
36
Serpiente Cabeza Negra o Falsa Coral (Phalotris lemniscatus).
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
lia han sido causantes de un importante número de fallecimien-
tos documentados; algunas de ellas son: la serpiente Yamakagashi
(Rhabdophis tigrinus) y la serpientes Ular o Cuello Rojo (Rhabdo-
phis subminiatus) en Asia, y la serpiente Boomslang (Dispholidus
typus), la serpiente Ivissi (Thelotornis kirtlandii) y la serpiente Twig
(Thelotornis capensis) en África.
Figura 1.5.
Serpiente Lora
(Phylodrias olfersii).
no, como las Mambas (Dendroaspis sp.), las Cobras (Naja sp.),
las Corales (Micrurus sp.), y las famosas serpientes australianas,
como la Serpiente Tigre (Notechis sp.), el Taipán (Oxyuranus sp.)
y la Víbora de la Muerte (Acanthophis sp.), cuya mordedura pue-
de llegar al 50% de mortalidad.
Las víboras son ofidios caracterizados por tener un cuerpo
generalmente corto y robusto. Sus peculiaridades les han mere-
cido la distinción como las serpientes más desarrolladas. Estas
características especiales son: un aparato venenoso sofisticado,
con colmillos largos y retráctiles, sus fosas termorreceptoras y su
adaptación a condiciones extremas de frío y calor. Esta familia
de serpientes está conformada por cuatro subfamilias, de las que
solo la subfamilia Crotalinae está presente en América.
Mientras que las Víboras en América han sido reconocidas por
ocasionar un gran número de accidentes, las serpientes Corales y
de Mar (ambas Elápidos) han llamado siempre la atención por sus
vistosos colores y por los escasos accidentes que han ocasionado;
aunque, lamentablemente, muchos de esos accidentes han sido
fatales, por la rápida acción del veneno y por la escasez de trata-
miento o la dificultad para conseguirlo.
A continuación, se hace una descripción de los géneros de
estos dos grupos de serpientes, incluyendo un listado de las espe-
cies descritas para el continente. Este listado y su clasificación se
han elaborado con base en lo descrito por Jonhatan A. Campbell
y William W. Lamar, los autores de mayor reconocimiento en el
tema y los responsables de la publicación más completa de espe-
cies de reptiles venenosos de América.
39
SERPIENTES
Víboras de América
(subfamilia Crotalinae)
T
odas las víboras de América están clasificadas dentro de la sub-
familia Crotalinae, que también se encuentra en Asia. En el Nue-
vo Continente habitan 12 de los 19 géneros de esta subfamilia.
Son conocidas como Víboras de Foseta por ser las únicas especies
de la familia Viperidae que poseen una fosa termorreceptora (véase
la figura 1.6). Este órgano sensitivo, ubicado entre sus ojos y fosas
nasales, les permite captar la radiación infrarroja, o mejor, el calor
que emiten sus presas de sangre caliente, lo que les facilita identifi-
carlas en la oscuridad o en la maleza. También les permite detectar
cambios de temperatura de 0.2° C a 0.5 m de distancia. En las zo-
nas rurales se les conoce como “Cuatro Narices”.
Además de estas características, las serpientes Víboras de
América poseen algunas características propias, que las diferen-
cian de las demás serpientes de América. Una de estas caracterís-
ticas es su pupila elíptica, típica de las especies nocturnas, que, en
el caso de las víboras, está presente inclusive en las especies de
hábito diurno, que son una inmensa minoría. Otra de sus carac-
terísticas externas son las múltiples escamas que tiene sobre su
40
cabeza y su cola corta. Este conjunto de características (fosa ter-
REPTILES VENENOSOS
Múltiples escamas
sobre su cabeza
Pupila elíptica
Fosa
termoreceptora
Figura 1.6.
Características de las
serpientes víboras de América.
41
terrestres de la selva húmeda, como la Terciopelo (B. asper), que
SERPIENTES
tiene tonalidades café oscuro. Por otra parte, están las especies
que, además de homocromía, presentan homotipia; por ejemplo,
la Víbora Cornuda (C. cerastes), que exhibe imágenes y colores
de arena en su piel, lo que la hace difícilmente identificable por
los habitantes de su entorno. Por el contrario, la serpiente Víbora
de Pestaña de color amarillo u oropel (B. schlegelii) habita en la
selva húmeda de Centroamérica y Colombia, y resalta claramente
en su hábitat rodeado de verde. Para algunos este color tiene un
significado de advertencia (como en otros animales venenosos),
mientras que para otros es una estrategia para atraer aves, que
a la postre serán sus víctimas, pues confunden su color amarillo
brillante con el color de las flores (véase la figura 1.7).
El camuflaje y el aparato venenoso son mecanismos de de-
fensa de las víboras; sin embargo, la función principal de su apara-
to venenoso es la de obtener alimento. Estos ofidios se alimentan
principalmente de pequeños mamíferos y, en estadios jóvenes, de
insectos. Sus presas pueden ser tan grandes como la tercera parte
de su cuerpo, lo que análogamente significaría que una persona
de 70 kg ingiriera un plato de 24 kg en una sola comida.
El proceso de ingestión en las víboras se realiza con la presa
muerta o paralizada por los efectos de su veneno. Generalmente,
inicia primero con la ingestión de la cabeza de la presa y puede
tomar varias horas, hasta que el contenido llegue al estómago,
en donde se da la mayor parte del proceso de digestión. El pro-
ceso digestivo de los ofidios está directamente relacionado con
su temperatura corporal; este alcanza su mayor efectividad a los
30° C, temperatura que se puede alcanzar generalmente con su
exposición al sol.
Figura 1.7.
42 Víbora de pestaña
(B. schlegelii)
REPTILES VENENOSOS
43
Esta familia de serpientes ha logrado una amplia distribución
SERPIENTES
en el territorio americano adaptándose a condiciones extremas de
frío, calor y altitud. La mayor densidad y variedad de víboras está
en los bosques lluviosos y húmedos, donde encuentran las con-
diciones más favorables en el entorno, como temperatura estable
y cercana a los 28° C, humedad, y abundante disponibilidad de
alimento. Su densidad y variedad disminuye a medida que se aleja
de la línea ecuatorial (la serpiente Cabeza de Lanza de la Pata-
gonia, B. ammodytoides (figura 1.6), es la especie más cercana
a los polos). De igual forma, son escasas las especies venenosas
que sobrepasan los 2000 msnm. Algunas de estas son la Víbora
de Tierra Fría en Colombia, que se encuentra a 2500 msnm, y la
serpiente Cascabel Hocico de Puerco (C. triseriatus), que se en-
cuentra por encima de los 4000 msnm, ostentando el record de
altitud de todas las serpientes de América.
Particularmente en las zonas semidesérticas y desérticas de
América, las víboras han logrado una amplia distribución, princi-
palmente en Estados Unidos y México. Especies como el Crótalo
Cornudo (Crotalus cerastes) se han adaptado a condiciones ex-
tremas en el desierto; otras especies, como la Boca de Algodón (A.
piscivorus) (figura 1.8), se han adaptado a una vida semiacuática;
mientras que especies como la serpiente Lora (B. bilineata) de la
región amazónica y la Víbora de Palma (Bothriechis sp.) de Cen-
troamérica y Colombia se han adaptado a vivir en los árboles.
Algo particular en el comportamiento de este tipo de víboras
es que son agresivas, lo que las hace aun más peligrosas que las
especies de otras subfamilias o familias. Esto explica que algunas
víctimas lleguen a los centros de salud con más de una morde-
dura. Pero así como tienen este tipo de comportamiento, tam-
bién tienen otros que evitan muchos accidentes; por ejemplo, las
44
Cascabeles emiten su sonido característico para evitar encuentros
REPTILES VENENOSOS
Figura 1.8.
Mocasín de Agua
(A. piscivorus)
45
SERPIENTES
Serpientes mocasín
(género Agkistrodon)
E
stas serpientes están distribuidas en Norteamérica y Centroa-
mérica, desde zonas pantanosas hasta áreas rocosas. Aunque
son principalmente terrestres, tienen también hábitos acuáticos;
particularmente, la Boca de Algodón (A. piscivorus) es semiacuáti-
ca. También es posible encontrarlas nadando en el mar muy cerca
de la costa. Aunque la mayoría de las veces permanecen en tierra
buscando alimento, en ocasiones es posible encontrar a las ser-
pientes Cabeza de Cobre (A. contortix) trepando a los árboles. Las
serpientes del género Agkistrodon son principalmente nocturnas
y, en los días fríos, es posible encontrarlas exponiéndose al sol. La
Mocasín, que está ubicada más al norte, tiene un comportamiento
particular: en el verano permanece activa y es nocturna, mientras
que en las épocas frías se oculta y solo sale para exponerse al sol
en los días templados o calientes. En las regiones ubicadas más
al norte puede llegar a permanecer hasta 6 meses hibernando,
mientras que en las áreas que se ubican más al sur su inactividad
se reduce solo a 3 ó 4 meses.
46
Mientras que el Cantíl (A. bilineatus), es de naturaleza irrita-
REPTILES VENENOSOS
Figura 1.9.
Cabeza de Cobre
(A. contortix)
47
Aunque sus accidentes son peligrosos, en muy pocas ocasio-
SERPIENTES
nes alcanzan a ser fatales. Se alimentan de pequeños vertebrados
como aves, roedores y murciélagos, así como de insectos, ciem-
piés, salamandras, lagartijas, ranas y peces (estos dos últimos son
parte fundamental de la dieta de la serpiente Boca de Algodón). A
su vez, son parte de la dieta de otras serpientes (Culebras, Corales
y Mocasines), tortugas, caimanes y águilas, entre otros.
Copperhead, Mocasín,
Este y centro de Estados Unidos. Noreste
A. contortrix Cabeza de Cobre, Mocasín de Cabeza
de México y sureste de Canadá
Cobriza, Congo
SERPIENTES
Víboras saltadoras de foseta
(género Atropoides)
L
as Víboras Saltadoras son serpientes robustas de cola corta, no
prensil, y alcanzan hasta 1 m de longitud. Están distribuidas en
los bosques lluviosos de México y Centroamérica. Algunas están
localizadas en altiplanos y otras, como las Timbo (A. mexicanus
y A. picadoi), y la Víbora Sorda (A. nummifer), generalmente se
encuentran sobre los 1000 msnm.
Estas serpientes, principalmente terrestres, anteriormente es-
taban clasificadas dentro del género Porthidium. Las Víboras Sal-
tadoras pueden ser de hábito diurno o nocturno y algunas espe-
cies, como la Víbora Sorda, pueden ser vistas exponiéndose al sol
en las primeras horas de la mañana. Se caracterizan por mantener
su boca abierta cuando se sienten amenazadas y por infligir mor-
deduras sostenidas en sus presas y en sus víctimas.
En su estado adulto se alimentan de pequeños mamíferos y
lagartijas, mientras que en sus estadios jóvenes tienen como dieta
principalmente a grillos y saltamontes. A su vez, son víctimas de
halcones y de otras serpientes.
50
Cuadro 3. Especies, nombres comunes y
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
Víboras de palma (género Bothriechis )
L
as Víboras de Palma son serpientes pequeñas (miden regu-
larmente entre 60 y 80 cm), aunque algunas, como las Cantil
verde (B. aurifer y B. bicolor) y la Toboba (B. lateralis), pueden
sobrepasar el metro de longitud. Son de cola prensil y cabeza re-
lativamente grande. Viven en los árboles. Aunque la mayoría son
de colores verdes, otras, como la Flecha (B. schlegelii), (véase la
figura 1.7), y la Bocaraca (B. supraciliaris), exhiben una variada
gama de coloraciones: desde el amarillo hasta colores marrón,
combinados muchas veces con tonalidades de verdes y azules.
La única especie que ha sido vista más sobre el suelo que en los
árboles es la Bocaraca.
Estas víboras, que se caracterizan por tener ligeramente ele-
vado su hocico, se encuentran distribuidas principalmente en las
zonas montañosas de Centroamérica y en la región norte de Sura-
mérica. Las especies que viven por debajo de los 1000 msnm son
de hábito nocturno, mientras que las que están sobre los 1500
msnm son de hábito diurno; por su parte, las especies que están
en medio de estas dos altitudes pueden estar activas durante el
día y la noche.
52
Sus accidentes no son usualmente fatales y, la mayoría de las
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
Víboras de foseta
(género Bothrocophias )
E
stas serpientes, anteriormente clasificadas dentro del género
Bothrops, se encuentran distribuidas en el noroeste de Sura-
mérica, en zonas bajas de la selva húmeda. Generalmente al-
canzan más de 1 m de largo, a excepción de la Equis Sapa (B.
hyoprora) (véase la figura 1.11), que alcanza algo más de 80 cm.
Son de colores cafés y anaranjado (Taya del Cauca), y tienen
su hocico levantado. Son de hábito terrestre y generalmente se
encuentran en lugares cercanos a fuentes de agua. Cuando son
molestadas, hacen vibrar su cola. Se alimentan de ranas, lagarti-
jas, pájaros y pequeños roedores.
54
Cuadro 5. Especies, nombres comunes y
REPTILES VENENOSOS
Figura 1.11.
Equis Sapa (B. hyoprora). Foto
cortesía de William Lamar.
55
SERPIENTES
Víboras del bosque
(género Bothriopsis )
E
stas serpientes están distribuidas en el norte de Suramérica (re-
gión amazónica y los Andes). Son delgadas y generalmente mi-
den menos de 1 m de largo. Viven en los bosques y todas son, en
mayor o menor grado, arborícolas. Algunas especies, como la Tigra
Mariposa (B. medusa), la Rabo de Ratón (B. taeniata) y la Jer-
gón (B. oligolepis), pueden encontrarse en altitudes hasta de 2000
msnm. Por otra parte, la serpiente Lora (B. bilineata), (véase la figu-
ra 1.12), está distribuida en tierras bajas y es frecuente encontrarlas
en los árboles de las regiones inundadas en la selva amazónica.
Estas serpientes, que por lo general tienen tonalidades verdes
en su cuerpo, se alimentan de ranas, lagartijas, pequeños pájaros
y roedores. Algunas de las especies de este género estuvieron in-
cluidas anteriormente en el género Bothrops.
Figura 1.12.
56
Serpiente Lora (B. bilineata).
Foto cortesía de Germán Chávez.
REPTILES VENENOSOS
57
SERPIENTES
58
Cuadro 6. Especies, nombres comunes y
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
Cabezas de lanza
(género Bothrops)
L
as Cabezas de Lanza, llamadas así por la forma triangular de
su cabeza, están distribuidas en los bosques lluviosos, sabanas,
laderas y plantaciones de Centro y Suramérica. Es posible ha-
llarlas también en los ríos y riachuelos, e inclusive en zonas desér-
ticas como el desierto de Atacama (B. pictus). Aunque la mayoría
viven en zonas por debajo de los 1500 msnm, algunas pueden
encontrarse sobre los 2500 o inclusive los 3000 msnm, como la
Dormilona (B. andianus), que se ha visto a 3300 msnm.
Generalmente miden menos de 1 m de largo, aunque algunas
alcanzan hasta los 2.5 m. Son de hábito terrestre, aunque es posi-
ble encontrarlas en los árboles, principalmente a las especies que
son insulares y juveniles. En su mayoría, son de hábitos nocturnos.
Dentro de este género, uno de los tres géneros con más espe-
cies de serpientes en América, se han descrito 4 especies insulares
endémicas: la Cabeza Lanza de Oro (B. insularis), (véase la figura
1.13), ubicada en la isla de Quemada Grande en Brasil; la Cola
de Ratón (B. caribbaeus), que habita en la isla de Santa Lucía de
60
las Antillas; la Jararaca Alcatraces (B. alcatraz), ubicada en la isla
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
Figura 1.13.
Cabeza Lanza de Oro
(B. insularis).
Figura 1.14.
Talla Equis
(B. atrox).
Figura 1.15.
Jararacusu
(B. neuwiedi).
62
REPTILES VENENOSOS
Figura 1.16.
Talla Equis (B. asper).
Foto cortesía de William Lamar.
63
des en Suramérica y Centroamérica. Esto las convierte en el grupo
SERPIENTES
venenoso que más accidentes causa en el continente. Las tres prin-
cipales especies relacionadas con accidentes fatales son: la Tercio-
pelo (B. asper), la Talla Equis (B. atrox) y la Jararaca (B. jararaca).
Cuadro 7. Especies, nombres comunes y
localización de las serpientes del género Bothrops.
SERPIENTES
Víboras de la montaña
( género Cerrophidion)
E
stas serpientes de hábito diurno son poco conocidas. Miden
entre 50 y 75 cm, y están distribuidas en zonas montañosas de
México y Centroamérica. Habitan en zonas pequeñas y solo la
Toboba de Altura (C. godmani), tiene una distribución amplia. Es
posible encontrarlas sobre los 3000 msnm.
Contrario a lo que ocurre con la mayoría de las víboras, estos
ofidios salen a buscar su alimento: principalmente artrópodos, la-
gartijas, anfibios, pequeños pájaros y roedores. Anteriormente, es-
tas serpientes estuvieron agrupadas en el género Porthidium. Los
accidentes con estas especies han sido escasamente reportados y
no hay fallecimientos registrados.
66
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
Cascabeles ( género Crotalus )
E
stas serpientes están distribuidas en todo el continente ame-
ricano, con especial concentración en el norte del continente
y escasas especies presentes en Sur y Centro América (véase
figura 1.16). Se han adaptado a diferentes hábitats, como la
selva tropical, laderas de montaña, praderas, y zonas rocosas,
semidesérticas y desérticas. Se pueden encontrar desde el nivel
del mar hasta alturas cercanas a los 4500 msnm. Aunque son
especies principalmente terrestres, es posible encontrar algunas
de ellas subidas en los árboles. En este caso, cabe anotar que la
Cascabel del Bosque (C. horridus) (véase la figura 1.17) es la es-
pecie más arborícola de este género; aun así, es poco frecuente
verla en los árboles.
Las Cascabeles son generalmente de hábito diurno en las
épocas frías del año y nocturno en los meses más calientes. Cuan-
to más caliente sea la temperatura ambiente, más se concentra
su actividad en la media noche; mientras que cuanto más fría sea
esta, más se concentra su actividad en el medio día. Durante los
periodos fríos generalmente permanecen en cuevas; cuando se
exponen al sol lo hacen por periodos cortos, pues estar solo unos
Figura 1.17.
Figura 1.17.
Figura 1.20. Cascabel del Bosque
(C. horridus).
Foto cortesía Grupo
Viperidae/Ángeles Márquez.
Figura 1.18.
Cascabel Diamond Back del este
(C. adamanteus).
En la foto el profesor William Lamar.
Foto cortesía de William Lamar.
Figura 1.19.
Cascabel (C. oreganus).
Figura 1.20.
Cascabel (C. polystictus).
Foto cortesía Grupo Viperidae/
Ángeles Márquez.
Figura 1.21.
Cascabel (C. scutulatus salvini).
Foto cortesía Grupo Viperidae/
Ángeles Márquez.
Figura 1.22.
Cascabel (C. ravus).
Foto cortesía Grupo Viperidae/
Ángeles Márquez.
Figura 1.23.
Cascabel (C. simus).
Foto cortesía Grupo Viperidae/
Ángeles Márquez.
Figura 1.24.
Cascabel (C. tortugensis).
Foto cortesía Grupo Viperidae/
Ángeles Márquez.
Figura 1.25.
Cascabel (C. triseriatus).
Foto cortesía Grupo Viperidae/
Ángeles Márquez.
Figura 1.22. Figura 1.23.
SERPIENTES
Figura 1.16.
Cascabel Suramericana
(C. durissus terrificus).
74
Cuadro 9. Especies, nombres comunes y localización de las
REPTILES VENENOSOS
C. durissus Cascabel, Caiguara, Amaru, Palla Desde Colombia hasta el norte de Argentina
SERPIENTES
Especies Nombres comunes Localización
SERPIENTES
Verrugosa
( género Lachesis )
E
stas serpientes ostentan el record de longitud dentro de
las víboras que miden alrededor de 3 m (véasen las figura
1.26, 1.27 y 1.28). Están distribuidas en Centro y Suramérica,
en selvas húmedas y en regiones montañosas hasta los 1200
msnm. Son de hábito nocturno y generalmente usan los árboles
caídos como refugio.
Estas víboras se alimentan de roedores, ardillas y marsupiales.
Se reproducen por medio de huevos, a diferencia de las otras es-
pecies de la familia Viperidae. Son poco agresivas. Su mordedura
es de alto riesgo por la cantidad de veneno que pueden inocular
y por la poca efectividad de los antivenenos para neutralizar sus
toxinas.
78
REPTILES VENENOSOS
Figura 1.25.
79
SERPIENTES
Figura 1.26.
Figura 1.27.
Figura 1.25.
Verrugosa
(L. muta rhombeata).
Foto cortesía William Lamar.
Figura 1.26.
Verrugosa (L. melanocephala).
Foto cortesía William Lamar.
Figura 1.27.
Verrugosa
(L. muta stenophrys).
Foto cortesía William Lamar.
81
SERPIENTES
Víboras de cuernos ( género Ophryacus )
E
stas serpientes están distribuidas en los bosques de la región
sur y centro de México. Pueden alcanzar hasta los 70 cm de
largo. Su nombre está asociado con las escamas que tienen
sobre sus ojos y que forman un cuerno. Se alimentan de lagartijas
y roedores. Los efectos de su veneno no han sido suficientemente
estudiados.
SERPIENTES
Víboras de hocico ( género Porthidium)
E
stas víboras solo alcanzan algo más de 70 cm de longitud. Ge-
neralmente son nocturnas, pero es posible encontrar algunas
especies activas en las primeras horas de la mañana. Aunque
son terrestres, es posible encontrarlas, en contados casos, subidas
en árboles. Están distribuidas en Centroamérica y el norte de Sur-
américa, en las selvas húmedas y secas tropicales, generalmente
por debajo de los 1000 msnm.
Algunas especies de este género tienen la punta de su ho-
cico levantada, de donde han recibido su nombre. Una de ellas
es la Cabeza de Candado (P. nasutum), (véase la figura 1.28). Se
alimentan de ranas, lagartijas, otras serpientes, roedores y pája-
ros pequeños. En sus estadios juveniles se alimentan también de
invertebrados. A su vez, son presa de los halcones. Algunas de las
especies antes ubicadas en este género han sido clasificadas en
otros géneros de la misma subfamilia.
84
Cuadro 12. Especies, nombres comunes y
REPTILES VENENOSOS
Belice y México
P. yucatanicum Chac-Can, Víbora
(Península de Yucatán)
Figura 1.28.
Toboba Chinga
(P. ophryomegas). 85
SERPIENTES
87
SERPIENTES
Cascabeles ( género Sistrurus )
E
stas serpientes están distribuidas en regiones pantanosas, bos-
ques de pinos y praderas, desde Canadá hasta México. Miden
entre 50 y 80 cm en su estado adulto. Sus colmillos alcanzan
solo 0.5 cm de longitud.
Al habitar en Norteamérica, la Massasauga (S. catenatus)
puede tener comportamientos variados dependiendo de las es-
taciones. Las serpientes que están localizadas en la región norte
permanecen en hibernación durante las estaciones frías, salen en
marzo o abril y regresan en octubre o noviembre. Por otra parte,
las que se encuentran en áreas donde hay cambios de temperatura
menos marcados, como la Massasauga y la Cascabel Pigmy (S. mi-
liarius), (véase la figura 1.29), permanecen activas durante la no-
che, en las temporadas calurosas, y durante el día, en la época fría.
Estas pequeñas Cascabeles se alimentan de ciempiés, arañas,
lagartijas, ratones, ranas, musarañas, pájaros y serpientes, entre
otros, y son presa de serpientes Corales, Índigo y Corredoras, así
como de mofetas, halcones, perros y gatos.
A pesar de que se conocen pocos casos registrados de muerte
por Massasauga (S. catenatus), su veneno es considerado como
88
uno de los más tóxicos dentro del grupo de las víboras. La mor-
REPTILES VENENOSOS
Figura 2.29.
Cascabel Gris
(S. catenatus).
89
SERPIENTES
Serpientes corales y de mar
( familia Elapidae )
L
a familia Elapidae está conformada por tres subfamilias (al-
gunos autores reconocen hasta cinco subfamilias), dos de las
cuales tienen representantes en América. La primera de ellas
es la subfamilia Elapinae. Esta subfamilia cuenta con unas 225
especies, de las cuales 3 géneros de serpientes habitan en el Nue-
vo Continente: las Corales. Estas serpientes se clasifican en 67
especies de Micrurus, 4 especies de Leptomicrurus y 1 especie de
Micruroides. La otra subfamilia presente en América es la Hydro-
phiinae (serpientes de mar), que tiene un solo representante en el
continente: la Pelamis platurus. Al igual que otras Serpientes de
Mar, la Pelamis ha sido clasificada por algunos autores dentro de
una sola familia.
91
SERPIENTES
Corales
( géneros Micrurus, Leptomicrurus y Micruroides )
L
os vistosos colores de las serpientes Corales facilitan su recor-
dación y su diferenciación de las muchas especies de colores
oscuros y tonos marrones, como también de las vistosas, de
colores verdes y amarillos. Están distribuidas desde el sur de los
Estados Unidos hasta Argentina. Sus hábitats son diversos: des-
de las selvas lluviosas hasta los desiertos, y desde el nivel del
mar hasta altitudes superiores a los 2000 msnm, como la Coral
Boliviana (M. serrranus), que puede encontrarse hasta los 2150
msnm. Su actividad está relacionada con su ubicación geográfica
y los cambios climáticos. Durante las temporadas frías están gene-
ralmente activas en las mañanas y al final de las tardes. En las re-
giones donde la temperatura del año tiene muy poca fluctuación
es posible encontrar algunas especies activas durante el día, todo
el año; mientras que otras se encuentran activas durante la noche.
En cuanto a su modo de reproducción, son ovíparas.
Aunque son principalmente terrestres, no es raro encontrar-
las nadando o subidas en los árboles. Algunas de ellas, como la
M. surinamensis (véase la figura 1.30) y la M. lemniscatus (véa-
92
se la figura 1.31), son semiacuáticas. Estas serpientes, también
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
el amarillo (desde colores crema hasta blanco) y el negro. Gene-
ralmente estas tres tonalidades forman las diferentes presentacio-
nes de las Corales. Sin embargo, es posible encontrar algunas de
ellas con solo 2 tonalidades, como la M. albicinctus, la M. mar-
garitiferus y la M. annellatus, que exhiben el negro y tonalidades
blancas; o como la M. ruatanus y la M. annellatus, que exhiben
el negro y tonalidades rojas (o naranjas). También es posible en-
contrar especies que tienen el dorso de color negro con anillos ro-
jos en la cola y en la cabeza, y en su región ventral, anillos negros
y blancos, como la Coral Espalda-negra (L. collaris).
Las serpientes Corales utilizan colores vistosos para adver-
tir sobre el riesgo que pueden correr sus agresores al atacarlas.
Estas serpientes usan sus colores vistosos como advertencia. De
esta forma, los animales aprenden a asociar este tipo de colores
Figura 1.31.
Coral (M. lemniscatus).
Foto cortesía William Lamar.
Figura 1.32.
Coral (M. filiformis).
Foto cortesía William Lamar.
REPTILES VENENOSOS
94
95
SERPIENTES
Figura 1.33.
Coral (M. surinamensis).
Foto cortesía Mauro Teixeira.
Figura 1.34.
Coral (M. langsdorffi).
Foto cortesía William Lamar.
Figura 1.35.
Serpiente Coral Anillada (Micrurus
annellatus). Esta serpiente está
distribuida en el sur de Colombia, en el
este de Ecuador, y en el centro y este
de Perú y Bolivia. Mide alrededor de
cincuenta centímetros. Puede tener tres
colores o solo dos de ellos (rojo y negro
o blanco y negro), como la serpiente de
la primera foto, cuyos anillos blancos no
están claramente visibles. Foto cortesía
de Germán Chávez.
96
con reacciones desagradables o con la letalidad de quien los po-
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
de los géneros Micrurus, Leptomicrorus y Micruroides.
(véase figura 1.32 y 1.33)
Especies Localizaciones
Especies Localizaciones
SERPIENTES
Especies Localizaciones
SERPIENTES
Serpiente de Mar ( Pelamis platurus )
L
a Serpiente Marina de América (Pelamis platurus) es la única
de su tipo en el continente. Se encuentra en la costa Pacífica,
desde el norte de Chile hasta el sur de California, donde se ha
encontrado en la bahía de los Ángeles. Vive en los golfos y bahías,
a una distancia entre 1 y 20 km de la playa.
Esta serpiente, de boca pequeña y dentadura proteroglifa
(colmillo pequeño en la parte delantera), se caracteriza por tener
colores negro grisáceo, en la parte dorsal, y amarillos, en la parte
ventral, y una cola aplanada que le permite movilizarse fácilmente
bajo el agua (véase la figura 1.34). La máxima longitud que alcan-
za es de 113 cm. En cuanto a sus mecanismos de reproducción,
son vivíparas.
La Serpiente de Mar (Pelamis platurus) es otro brillante
ejemplo de camuflaje mediante el color de su piel. En este caso,
su color negro dorsal la hace poco visible desde arriba y el color
amarillo de su vientre la hace confundirse con el cielo cuando se
mira desde abajo.
102
Esta serpiente se alimenta durante el día; en las noches per-
REPTILES VENENOSOS
Figura 1.34.
Serpiente de Mar (Pelamis platurus).
Foto cortesía Camila González.
103
SERPIENTES
¿Cómo y cuándo ocurren los accidentes?
C
uando pensamos en las múltiples historias que escuchamos
sobre accidentes relacionados con serpientes venenosas, nos
queda la duda de por qué, y cómo, la serpiente agredió a su víc-
tima, y, a su vez, cómo esta podría haber evitado dicha situación.
Que una serpiente muerda al hombre es, sin lugar a dudas,
un hecho accidental y defensivo, pues en ningún caso él es una
fuente alimenticia para ellas, y la única razón para que desperdi-
cie el veneno, que necesita en la ingestión de sus presas, es que
lo utilice como mecanismo de defensa. Partiendo de este hecho,
tiene poca validez pensar que las serpientes están buscando al
hombre para morderlo o para atacarlo.
Generalmente, los accidentes ocurren cuando las personas
están cerca de una serpiente y esta las percibe como un elemento
agresor, bien sea por sus movimientos, bien sea por su cercanía
(véase el cuadro 15). Debido al hábito vespertino y nocturno de
las serpientes Víboras, el riesgo de accidente se hace mayor hacia
el final de la tarde, cuando el hombre y el reptil comparten horas
de actividad.
104
Cuadro 15. Relatos reales de accidentes con serpientes.
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
víctimas por un lapso corto de tiempo.
Accidentalidad
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, se estima
que cada año ocurren en el mundo alrededor de 5 400 000 mor-
deduras de serpientes en personas; de estas mordeduras, 2 682
500 producen envenenamiento y 125 345 son mortales. Mientras
en Latinoamérica, por cada 150 000 accidentes con envenena-
miento mueren 5000 personas al año, en los Estados Unidos y
Canadá, se presentan 6500 envenenamientos y fallecen solo 15
personas cada año.
En los Estados Unidos se presentan alrededor de 45000 mor-
deduras de serpiente al año. Su incidencia es de 0.3 por cada
10000 habitantes y cada año fallecen entre 9 y 14 personas. Por
su parte, en México, primer país del mundo en variedad de repti-
les, se presentan 27480 accidentes al año. Para el norte del con-
tinente la mayoría de los accidentes es ocasionado por serpientes
Cascabel, hecho que se produce por la abundancia de estas espe-
cies en la región.
En Centroamérica la frecuencia de los accidentes no se ha
calculado en todos los países. En Costa Rica se calculan unos 20
accidentes por cada 100 000 habitantes al año, lo que significa
que ocurren entre 600 y 700 casos al año.
En Suramérica la frecuencia de los accidentes ofídicos no ha
sido suficientemente calculada en todas las regiones; sin embar-
go, es uno de los principales problemas de salud en las regiones
rurales, especialmente en las áreas donde se realizan actividades
106
agrícolas y de explotación mineral. La región con mayor porcenta-
REPTILES VENENOSOS
Efectos en la salud
Los efectos en la salud ocasionados por accidentes con serpientes
pueden ser desde locales leves, como inflamación o sangrado en
la mordedura, hasta parálisis respiratoria y muerte. La variedad de
efectos en la salud tiene que ver con la variedad de especies que
viven en el continente. Para la comprensión de los lectores, estos
107
efectos se han clasificado en 4 grandes grupos: efectos en el parte
SERPIENTES
del cuerpo mordida, efectos en la coagulación de la sangre, efec-
tos en el sistema nervioso y otros efectos.
Los efectos locales de las mordeduras de serpiente son pro-
ducidos particularmente por las serpientes Víboras y Cascabeles.
Este efecto ocasiona una inflamación bastante marcada en el si-
tio de la mordedura, dolor intenso y muerte del tejido, lo que
puede llegar a ocasionar lesiones irreversibles, como la pérdida
del miembro afectado. Este último efecto es ocasionado por las
enzimas presentes en el veneno, que alteran las proteínas de las
células musculares, de los vasos sanguíneos y de la piel, lo que
favorece la aparición de infecciones graves y gangrena.
Los efectos sobre la coagulación de la sangre también son
producidos por las serpientes Víboras y Cascabeles. Por acción de
sus toxinas, el veneno de estas serpientes produce cambios en la
sangre de la víctima que ocasionan la formación de trombos y la
incoagulabilidad de la sangre. Este efecto, unido a algunos daños
en las paredes de los vasos sanguíneos, produce en las víctimas
un sangrado incontrolable por la coagulación, que, como en la
mayoría de los casos, puede ser local, o puede ocurrir en cualquier
parte del organismo. Lo más frecuente es que este sangrado sea
por la nariz y por las encías; menos frecuente es que se dé en las
vías urinarias (lo que se manifiesta en que la orina se tiña de san-
gre) y en las digestivas (lo que se manifiesta en que las personas
tengan vómito con sangre). También se registran casos de ruptu-
ras de vasos sanguíneos del cerebro y los pulmones.
El efecto neurológico es producido casi exclusivamente por
las serpientes Corales y por la Serpiente de Mar; también lo pro-
ducen unas pocas especies de Cascabeles, como la serpiente Cas-
108
cabel Suramericana (Crotalus durissus spp) y la Cascabel Mojave
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
que una misma serpiente tiene en sus primeras etapas de vida un
veneno con mayor potencial de ocasionar hemorragias que el que
inocula en su estado adulto.
Finalmente, es importante anotar que los efectos en la salud
están, en la mayoría de los casos, relacionados con el tiempo de
atención médica: cuanto más tiempo se requiera para la atención,
mayor es el efecto del veneno. También es importante aclarar que
si bien los efectos neurológicos aparecen rápido, algunos efectos
locales pueden tardar bastante tiempo en aparecer, lo que le da
a la víctima un tiempo de atención médica de hasta un día; pero
esto no ocurre con los accidentes producidos por Corales, en los
que la persona puede fallecer por parálisis respiratoria en el lapso
de unas horas.
Primeros auxilios
Debido al amplio desconocimiento de los primeros auxilios que se
deben dar en el accidente ofídico, durante mucho tiempo, en las
regiones rurales y en algunas áreas urbanas de América, se han
cometido errores tan graves que incluso han favorecido el des-
acierto en el pronóstico de las víctimas. No es fácil de entender por
qué hoy en día, con la llegada de los más sofisticados sistemas de
información y a unos pocos años de la meta fallida de salud para
todos (cuyo cumplimiento se había proyectado en el año 2000),
se tratan las mordeduras con choques eléctricos, ingestión de hi-
drocarburos, aplicación de pólvora en el sitio de la mordedura, por
no hablar de otras prácticas que por sí solas pueden ocasionarle
una lesión grave o una intoxicación a cualquier persona.
110
Si bien los primeros auxilios están enfocados en un grupo sis-
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
debe trasladar a la víctima en camilla.
10. Trasladar a la víctima al centro de salud más cercano y, si
tiene un medio de comunicación con este, asegurarse de que
se dispone de antiveneno. Existe el riesgo de que algunas ins-
tituciones de salud, por su ubicación geográfica, no tengan
disponible antiveneno.
11. Si se tiene como mascota una serpiente venenosa, asegurarse
de contar con una institución que garantice la disponibilidad
de antiveneno para la mordedura de la serpiente.
12. Nunca aplicar antiveneno como medida de primeros auxilios,
sin una supervisión médica. El uso del antiveneno puede des-
encadenar una reacción alérgica, que puede llevar a la perso-
na a la muerte.
Manejo médico
El tratamiento médico de las mordeduras venenosas está basado
en el uso del antiveneno específico para la serpiente causante. A
pesar de que existen diferentes medicamentos que pueden con-
trolar algunos síntomas, como los usados para mitigar el dolor,
no se ha encontrado una droga que evite las lesiones y efectos
directos del veneno. Particularmente, en la mordedura de algunas
serpientes Corales se ha encontrado un medicamento que contro-
la parte del efecto; sin embargo, no se considera como una opción
que reemplace el antiveneno.
El antiveneno, disponible actualmente en las diferentes regio-
nes de América, se ha desarrollado a partir del suero de caballos
112
que han sido inoculados con veneno de serpientes1 . Este antive-
REPTILES VENENOSOS
SERPIENTES
Cuadro 16. Principales antivenenos de América.
Instituto Suramérica y
Antilaquético Verrugoso (Lachesis Muta)
Butantán Centroamérica
Víboras
Antibothrópico Suramérica
(Bothrops Sp)
Antibothrópico Víboras (Bothrops Sp) y Suramérica y
laquético Verrugoso (Lachesis Muta) Centroamérica
Anticoral Corales (Micrurus Sp) Centro y Suramérica
Antigargantilla Coral (Micrurus Mipartitus) Centro y Suramérica
Instituto
Clodomiro Picado Víboras y Cascabeles
Polivalente* Centro y Suramérica
(Crotalus Sp)
Víboras (Agkistrodom Sp,
Crotalus Sp, Lachesis Sp,
Polivalente Bothrops Sp, Sistrurus Sp y Norteamérica
Laboratorios Trimeresurus Sp) y Cascabeles
Wyeth (Crotalus Sp)
Anticoral Coral (Micrurus Fulvius) Norteamérica
Víboras (Agkistrodom Sp,
Polivalente Bothrops Sp, Porthidium Sp) Norte y Centroamérica
y Cascabeles (Crotalus Sp)
Laboratorios Norteamérica y
BIOCLON Monovalente Víboras (Bothrops Sp)
Centroamérica
Polivalente Crotalus Cascabeles (Crotalus Sp) Norteamérica
SERPIENTES
ducirlos en arbustos u otras plantas, especialmente en regio-
nes donde hay serpientes arborícolas. El 27% de los accidentes
ocurren en los brazos y antebrazos.
• Tener suma precaución cuando se transita por trochas, para no
pisar o acercarse a una serpiente venenosa. Evitar, en lo posi-
ble, salirse de senderos demarcados donde no se puede ver el
lugar que se está pisando. Tener cuidado particularmente con
los troncos caídos, que son refugio frecuente de serpientes.
• Preservar las aves de rapiña, que son depredadores naturales
de las serpientes.
• Mantener aves de corral en los alrededores de las viviendas. Se
ha visto que este tipo de aves ahuyenta a las serpientes.
• Evitar acampar cerca de las márgenes de los ríos y de las plan-
taciones, ya que estas son hábitats frecuentes de serpientes
venenosas.
• Educar a la comunidad (especialmente a los niños) sobre la di-
ferenciación entre las serpientes venenosas y las que no lo son.
Explicar claramente el alto riesgo que aquellas pueden repre-
sentar si no se tratan con las debidas precauciones.
• No molestar, ni intentar capturar a las serpientes, pues muchos
accidentes ocurren en estas situaciones. La manipulación de una
serpiente venenosa muerta también puede representar riesgos.
LAGARTOS
REPTILES VENENOSOS
119
LAGARTOS
Introducción
H
ablar de lagartos venenosos puede resultar extraño, especial-
mente para quienes han nacido o vivido la mayor parte de su
vida en Suramérica, donde este tipo de animales son com-
pletamente inofensivos y no representan riesgo alguno para las
personas. Sin embargo, es bien conocido por los habitantes de
Norte América (Estados Unidos y México) que existen dos espe-
cies de lagartos con aparato venenoso que están presentes en
zonas definidas de su territorio. Incluso, en algunas regiones de
México lagartos que no tienen estructuras venenosas son consi-
derados peligrosos.
Una de las especies venenosas es el Lagarto de Cuentas o La-
garto Perlado (Heloderma horridum) (Figura 1), que se encuentra
en México y Guatemala. La otra especie venenosa es el Monstruo
de Gila (Heloderma suspectum), (Figura 2) que habita en el norte
de México y en los estados de Nevada, Utah, California, Nuevo
México y Arizona. Su presencia es bastante común a lo largo del
río Gila, del que derivó su nombre.
REPTILES VENENOSOS
121
LAGARTOS
Comportamiento del Monstruo
de Gila y el Lagarto Perlado
D
urante el invierno el Monstruo de Gila permanece en hiberna-
ción. Con la primavera empieza su periodo de actividad; durante
esta época permanece la mayoría del tiempo escondido en zonas
rocosas y madrigueras. Este lagarto es un animal diurno durante la
primavera y el otoño, y nocturno o crepuscular en el verano. Por su
parte, el Lagarto Perlado, por estar en una zona donde no hay es-
taciones propiamente dichas, tiene una actividad un poco diferente
al Monstruo de Gila. Su mayor actividad se da entre los meses de
abril y noviembre, y, a lo largo del día, durante las primeras horas
de la mañana y al finalizar la tarde, hasta las 8 de la noche. En la
temporada de lluvias es más activo durante la noche.
En ambas especies, machos y hembras, indistinguibles unos
de los otros a simple vista, se encuentran para el apareamiento,
que dura entre 30 y 60 minutos. Unos meses después las hembras
colocan los huevos (entre 4 y 6 huevos del tamaño de un huevo
de gallina), que permanecen en incubación de 4 (en cautiverio) a
10 meses (en su hábitat natural).
122
Estos lagartos, que habitualmente permanecen solitarios, uti-
REPTILES VENENOSOS
Figura 1.
Escorpión o
Lagarto Perlado
123
LAGARTOS
Aparato venenoso y veneno
E
l aparato venenoso de estos reptiles es poco sofisticado y, a di-
ferencia del de las serpientes, está conformado por una glán-
dula productora de veneno ubicada en la parte anterior del
maxilar inferior y un conducto que lleva el veneno a la cavidad
bucal. Estos lagartos poseen un grupo de ocho a diez dientes en
su mandíbula. Cada uno de los dientes tiene un surco en su parte
interna y otro en su parte externa, por donde fluye el veneno, que
se mezcla con la saliva en el momento en que mantiene a la presa
atrapada en su boca. Sus dientes miden entre 1 y 5 mm, y mien-
tras más atrás se encuentren, más grandes son, de modo que los
anteriores son los más pequeños.
El veneno producido por estos robustos lagartos de Nortea-
mérica es una mezcla de proteínas y compuestos químicos que al-
teran las funciones neurológicas y de coagulación de sus víctimas.
La toxina que produce los principales efectos por la mordedura
de este lagarto es la gilatoxina. Un lagarto adulto puede llegar
a producir 1.25 ml de veneno, lo que sería suficiente para matar
a una persona. Sin embargo, en circunstancias normales estos la-
gartos no alcanzan a inocular dicha cantidad de veneno.
124
REPTILES VENENOSOS
Figura 2.
Monstruo de Gila
125
LAGARTOS
Clasificación
E
l Monstruo de Gila llega a medir hasta 40 cm, mientras el La-
garto de Cuentas alcanza un tamaño de 70 cm. Ambos lagartos
tienen un cuello corto y una cabeza aplanada y triangular. Su piel
está cubierta de gruesas escamas de color negro y amarillo, rosa
o, en ocasiones, ligeramente anaranjado. Estos colores varían de
acuerdo con las subespecies y el estado de madurez del lagarto.
El Monstruo de Gila se caracteriza por tener 4 ó 5 bandas
amarillas en su cola robusta y corta. Por su parte, el Escorpión
(como también se le conoce al Lagarto de Cuentas) tiene una cola
larga que puede llegar a representar el 65% de su longitud. Adi-
cionalmente, este lagarto se diferencia del Monstruo de Gila por
su cabeza cubierta de escamas negras, pues la de aquel exhibe
una combinación de escamas negras y amarillas (también rosadas
o naranjas).
Estos dos lagartos venenosos son las únicas especies vivien-
tes que pertenecen a la familia Helodermatidae y varias subespe-
cies pertenecen, a su vez, a cada una de ellas, como se muestra
en el cuadro 1.
126
El hábitat principal del Monstruo de Gila son los desiertos,
REPTILES VENENOSOS
LAGARTOS
quedar incrustados algunos de sus dientes en la persona agredida.
A pesar de poseer un aparato venenoso y un veneno con
potencial para causarle la muerte a una persona, estos lagartos
ocasionan muy pocos accidentes y los que ocurren, generalmente,
son ocasionados por personas que provocan a los animales o los
manipulan sin precaución. Las víctimas de accidentes en los últi-
mos años han sido personas que los mantenían en cautiverio. Los
estudios de casos de personas mordidas por el Monstruo de Gila
muestran un índice de mortalidad de 21% a 29%.
Efectos en la salud
Inmediatamente después de la mordedura, las víctimas presentan
un intenso dolor, que puede incrementarse en la primera hora,
permanecer hasta por 12 horas y extenderse a lo largo de la ex-
tremidad afectada. Adicionalmente, los pacientes presentan infla-
mación en el sitio de la mordedura y pueden manifestar vértigo,
vómito, náuseas, sudor y debilidad.
A pesar de que en las últimas décadas no se han registrado
accidentes de muerte, sí se han reportado envenenamientos gra-
ves, con trastornos en la coagulación, lesión renal e infarto agudo
del miocardio.
Primeros auxilios
Los primeros auxilios que se deben suministrar a una persona que
ha sido mordida por un lagarto venenoso son: la limpieza de la
128
herida y la inmovilización de la extremidad afectada. Con respecto
REPTILES VENENOSOS
LAGARTOS
El manejo médico de los pacientes mordidos por un lagarto vene-
noso se debe enfocar en tomar las medidas de soporte relaciona-
das con la sintomatología presentada: suministrar analgésicos y
líquidos endovenosos, y brindar el tratamiento necesario para las
alteraciones que se puedan presentar, como los trastornos de la
coagulación o el infarto agudo del miocardio.
Actualmente no hay un antiveneno específico para este tipo
de mordeduras y no se ha encontrado ningún beneficio en el uso
de antivenenos para mordeduras de serpientes, por lo que el tra-
tamiento se enfoca solo en las medidas antes enunciadas y en el
control estricto de los signos vitales. Como en cualquier otro caso
de mordedura de animales, es importante tomar las medidas pre-
ventivas necesarias para evitar el tétanos.
Los pacientes que acuden a un hospital para recibir trata-
miento, cualquiera que sea la gravedad de sus lesiones, deben
permanecer en observación, mientras se descarta cualquier tipo
de riesgo para su salud.
Prevención
Las medidas preventivas frente a un animal que tiene un compor-
tamiento pasivo y que solo ataca cuando se siente amenazado o
es molestado son simples: no acercarse demasiado al animal, no
agredirlo ni tratar de capturarlo. En caso de que esto último sea
necesario es importante usar unos guantes suficientemente grue-
sos que no puedan ser atravesados por la mordedura.
130
Evitar introducir las manos desprotegidas en sitios rocosos
REPTILES VENENOSOS
Referencias bibliográficas
bia). 1996-1997. Enviado para publicación.
Pineda, D. Accidentes por animales venenosos. Instituto Nacional de Salud: Bogotá. 2002.
Pinho FMO, Pereira ID. Ofidismo. Rev Ass Med Brasil 2001;47:24-9.
Praba-Egge AD, Cone SW, Araim O, Freire I, Paida G, Escalante J, Carrera F, Chavez M, Merrell
RC. Snakebites in the rainforests of Ecuador. World J Surg. 2003 Feb;27(2):234-40.k,m ,
Ribeiro LA, Albuquerque MJ, Pires de Campo VAF, Katz G, Takaoka NY, Lebrao ML, et al.
Obitos por serpentes peçonhentas no estado de Sao Paulo: avaliaçao de 43 casos, 1988/93. Rev
Assoc Med Bras 1998;44:---.
Ribeiro LA, De Campos VA, Albuquerque MJ, Takaoka NY. Acidente ofídico no estado de Sao
Paulo. Rev Assoc Med Bras 1993;39(1):4-7.
Ribeiro LA, Jorge MT, Iversson LB. Epidemiologia do acidente por serpentes peçonhentas :
estudo de casos atendidos em1988. Rev Saúde Pública 1995;29:380-8.
Ribeiro LA, Jorge MT. Acidente por serpentes do genero Bothrops: Serie de 3.139 casos. Rev
Soc Bras Med Trop 1997;30:475-80.
Ribeiro LA. Epidemiology of ophidic accidents. Mem Inst Butantan 1990;52(supl.):15-6.
Roze JA. New World coral snakes (Elapidae): a taxonomic and biological summary. Mem Inst
Butantan 1982;46:305-38.
Santos CF, Alves N. Tratamento das complicaçoes dos acidentes por animais peçonhentos.
En: Barraviera B. Venenos: aspectos clínicos e terapeuticos dos acidentes por animais peçonhentos.
1ª ed Rio de Janeiro: EPUB; 1999.p. 345-60.
Sasa M, Vazquez S. Snakebite envenomation in Costa Rica: a revision of incidence in the
decade 1990-2000. Toxicon. 2003;41:19-22.
Schvartsman S. Plantas e animais peçonhentos. 2da ed. Sao Paulo: Sarvier; 1992.
Silva J. Accidentes humanos por las serpientes de los géneros Bothrops y Lachesis. Mem Inst
Butantan 1980/81;44/45:403-23.
Silveira PV, Nishioka SA. South American rattlesnake bite in a Brazilian teaching hospital.
Clinical and epidemiological study of 87 cases, with analysis of factors predictive of renal failure.
Trans R Soc Trop Med Hyg 1992;86:562-4.
Solórzano A. A case of human bite by the pelagic sea snake, Pelamis platurus (serpentes:
Hydrophiidae). Rev Biol Trop 1995;43:321-2.
Stocker KF. Composition of snake venoms. In: Stocker KF. Medical use of snake venom prote-
ins. Boca Raton: CRC Press; 1990.p.34-50.
Stocker KF. Medical use of snake venom proteins. Boca Raton: CRC Press; 1990.
Tu AT, Miller RA. Biochemical studies of the sea snake neurotoxins. Mem Inst Butantan
1989;51:177-93.
134
Valledor de Lozoya, A. Envenenamientos por Animales: animales venenosos y urticantes del
REPTILES VENENOSOS
Lagartos Venenosos
Campbell JA, Lamar WW. The venomous reptiles of the Western hemisphere. Ithaca: Cornell
University; 2004.
Cantrell FL. Envenomation by the Mexican beaded lizard: a case report. J Toxicol Clin Toxicol.
2003;41(3):241-4.
Ernst, C. Venomous Reptiles of North America. Smithsonian Institution Press: Washington.
1992.
Foster S, Caras R. Venomous Animals & Poisonous Plants. 1994, Pag. 244.
Hooker KR, Caravati EM, Hartsell SC. Gila monster envenomation. Ann Emerg Med. 1994
Oct;24(4):731-5.
Mebs D. Venomous and poisonous animals: a handbook for biologists, toxicologists and
toxinologists, physicians and pharmacists. CRC Press. 2002.
Meier J, White J. Handbook of Clinical Toxicology of Animal Venoms and Poisons. CRC Press.
1995.
Preston CA. Hypotension, myocardial infarction, and coagulopathy following gila monster
bite. J Emerg Med. 1989 Jan-Feb;7(1):37-40.
Roller JA. Gila monster bite: a case report. Clin Toxicol. 1977;10(4):423-7.
Streiffer RH.Postgrad Med. 1986 Feb 1;79(2):297-9, 302. Bite of the venomous lizard, the
Gila monster.
Strimple PD, Tomassoni AJ, Otten EJ, Bahner D. Report on envenomation by a Gila monster
(Heloderma suspectum) with a discussion of venom apparatus, clinical findings, and treatment.
Wilderness Environ Med. 1997 May;8(2):111-6.
Valledor de Lozoya, A. Envenenamientos por Animales: animales venenosos y urticantes del
mundo. Ed Diaz de Santos, S.A.: Madrid. 1994.
www.bilineata.com