Red 5G y 4G
Red 5G y 4G
Red 5G y 4G
5G SIM
La red inalámbrica de la próxima (5ta) generación abordará la evolución más allá del internet
móvil, y alcanzará al Internet de las Cosas masivo en el 2019 y 2020. La evolución más notable
en comparación con las redes 4G y 4.5G (LTE avanzado) actuales es que, aparte del aumento en
la velocidad de los datos, los nuevos casos de uso del Internet de las Cosas y de la comunicación
requerirán nuevos tipos de desempeño mejorado; como la “latencia baja”, que brinda una
interacción en tiempo real a los servicios que utilizan la nube, lo que resulta clave, por ejemplo,
para los vehículos autónomos. Además, el bajo consumo de energía permitirá que los objetos
conectados funcionen durante meses o años sin la necesidad de intervención humana.
A diferencia de los servicios actuales del Internet de las Cosas que sacrifican rendimiento para
sacar el máximo provecho a las tecnologías inalámbricas existentes (3G, 4G, Wi-Fi, Bluetooth,
Zigbee, etc.), las redes 5G estarán diseñadas para alcanzar el nivel de rendimiento que necesita
el Internet de las Cosas masivo. Esto hará posible que se perciba un mundo completamente
ubicuo y conectado.
Una tasa de datos de hasta 10Gbps - > de 10 a 100 veces mejor que las redes 4G y 4.5G
Latencia de 1 milisegundo
Una banda ancha 1000 veces más rápida por unidad de área
Hasta 100 dispositivos más conectados por unidad de área (en comparación con las
redes 4G LTE)
Disponibilidad del 99.999%
Cobertura del 100%
Reducción del 90% en el consumo de energía de la red
Hasta 10 diez años de duración de la batería en los dispositivos IoT (Internet de las
Cosas) de baja potencia
Cada red inalámbrica de nueva generación ha venido con nuevos casos de uso. La 5G no hará
ninguna excepción y se centrará en el Internet de las Cosas (IoT) y aplicaciones de
comunicaciones críticas. En términos de agenda, podemos mencionar los siguientes casos de
uso:
Las redes 5G amplían los servicios inalámbricos de banda ancha más allá de Internet móvil a IoT
y segmentos de comunicaciones críticos.
Las redes 4.5G (LTE avanzada) duplicaron las velocidades de datos de 4G.
Las redes 4G trajeron todos los servicios de IP (voz y datos), una experiencia rápida de internet
de banda ancha, con arquitecturas y protocolos de redes unificadas.
Las redes 3.5G trajeron una verdadera experiencia de Internet móvil ubicua, desatando el éxito
de los ecosistemas de aplicaciones móviles.
Las redes 3G trajeron una mejor experiencia de Internet móvil pero con un éxito limitado para
desatar la adopción masiva de servicios de datos.
Las redes 2.5G y 2.75G trajeron una leve mejora a los servicios de datos, respectivamente, con
GPRS y EDGE.
Las redes 2G trajeron servicios de telefonía celular digital y servicios de datos básicos (SMS,
navegación WAP por Internet), así como servicios de roaming a través de redes.
Algunas aplicaciones clave, como los autos que conducen por sí mismos (autónomos), requieren
una latencia muy agresiva (tiempo de respuesta rápido) mientras que no requieren velocidades
de datos rápidas.
Por el contrario, los servicios de base de nube empresarial con análisis de datos masivos
requerirán mejoras de velocidad más que mejoras de latencia.
El UIT-R lanzó “IMT para 2020 y más allá” en 2012, preparando el escenario para 5G.
Ericsson y TeliaSonera planean que el servicio comercial esté disponible en Estocolmo y Tallin
para fines de 2018.
El objetivo de Japón es lanzar 5G para los Juegos Olímpicos de verano de Tokio 2020.
5G sigue siendo una tecnología de banda ancha móvil y es una red de redes. La experiencia y el
conocimiento de MNO en la construcción y operación de redes será clave para el éxito de 5G.
Además de proporcionar servicios de red, los operadores de redes móviles podrán desarrollar y
operar nuevos servicios de IoT.
Por el lado del ahorro de costos, se planea que las redes 5G sean capaces de soportar redes
virtuales como las redes de bajo rendimiento y bajo rendimiento (LPLT) para IoT de bajo costo.
A diferencia de hoy, donde las redes LORA satisfacen esa necesidad, de forma separada de 4G.
Las redes 4G de hoy en día utilizan la aplicación USIM para llevar a cabo una autenticación
robusta mutua entre el usuario y su dispositivo conectado y las redes. La entidad que aloja la
aplicación USIM puede ser una tarjeta SIM extraíble o un chip UICC integrado. Esta autenticación
robusta mutua es crucial para habilitar servicios de confianza. Las soluciones de seguridad de
hoy en día son una mezcla de seguridad en la periferia (dispositivo) y seguridad en el núcleo
(red). En el futuro, pueden coexistir varios marcos de seguridad y es probable que las redes 5G
vuelvan a utilizar las soluciones existentes que hoy en día se utilizan para las redes 4G y para la
nube (SE, HSM, certificación, aprovisionamiento OTA y KMS).
Para los consumidores, la tecnología 5G no implica solo un Internet móvil más rápido, sino, sobre
todo, una conectividad a Internet en muchos más objetos que los que se ven hoy en día, en
2016. Los vehículos y los hogares son dos ejemplos de la gran revolución del IoT que se avecina,
con el apoyo de las redes 5G.
Samsung y otros OEM de Android planean introducir los primeros teléfonos inteligentes 5G en
2019.
La tecnología inalámbrica Wi-Fi es una tecnología de "red de área local", limitada en el alcance
de su funcionamiento y muy limitada en velocidad, así como en latencia. Muchos de los servicios
del IoT están exigiendo mayor ubicuidad, mayor movilidad, mayor rendimiento en cuanto a la
velocidad, y mayor respuesta en cuanto al tiempo. Realmente la tecnología 5G va a desatar un
verdadero ecosistema del IoT.
https://www.gemalto.com/latam/telecom/inspiracion/5g
https://www.muyinteresante.es/tecnologia/articulo/que-podremos-hacer-con-la-tecnologia-
5g-761487761901
https://www.gemalto.com/latam/telecom/inspiracion/5g
https://www.muyinteresante.es/tecnologia/articulo/que-podremos-hacer-con-la-tecnologia-
5g-761487761901
Los aspectos relativos a la ciberseguridad de redes y sistemas son esenciales para asegurar el
desarrollo de la economía mundial.
Esta conectividad es un factor de competitividad clave para la economía al igual que lo han sido
en el pasado otras infraestructuras no digitales como las de energía o las de transporte.
La propia Unión Europea (UE) lo ha entendido así y, por eso, ha incluido entre sus metas el
despliegue adecuado, rápido y fiable de las redes de comunicación 5G.
Según sus planes, en 2020 todos los países miembros deberán disponer de, al menos, una ciudad
principal con 5G disponible comercialmente y en 2025 el despliegue deberá ser total.
Las inversiones que requiere esta nueva red suponen, según la Comisión Europea, 910.000
millones de euros (algo más de US$1 billón) adicionales al PIB de la Unión y la creación de 1,3
millones de puestos de trabajo. Sin este esfuerzo inversor no se logrará un mercado único digital
y Europa quedaría por detrás de EE.UU. y China en la carrera por el dominio tecnológico mundial.
Esa velocidad y fiabilidad de la conexión va a ser, como afirma el Plan Nacional 5G aprobado por
el gobierno de España en 2018, una pieza clave en la transformación digital de la sociedad y la
economía, ya que el pleno desarrollo del internet de las cosas, la conducción autónoma, la
impresión 3D, la industria 4.0, la telemedicina, el uso masivo del big data, la robótica avanzada
o la realidad virtual, entre otras realidades, se soportará sobre la base del 5G.
Se espera que el despliegue alcance su madurez tecnológica y comercial a partir de 2020 y que
su impacto mejore la productividad, la eficiencia y la eficacia de empresas y administraciones
públicas logrando un efecto de impulso económico transversal sobre el conjunto de la economía.
La tecnología 5G ya es una realidad en partes de EE.UU. y Corea del Sur: ¿cuándo llegará
a América Latina?
El modelo elegido en la mayoría de los países para su implementación consiste en permitir que
los operadores lleguen a acuerdos voluntarios entre ellos para la distribución, colocación y uso
compartido de las costosas infraestructuras, casi siempre sobre la base de un operador
dominante que permite utilizar sus recursos a los demás operadores.
Es necesaria una gran inversión que deberá ser costeada por las empresas privadas de
telecomunicaciones que asuman ese reto.
Y ello porque es necesario desplegar infraestructura adicional a la ya desplegada con el 4G: más
fibra e instalar miles de small cells cada centenar de metros para cubrir todo el territorio.
Además, las administraciones públicas deberán asegurar una correcta gestión del espectro
radioeléctrico, que es de dominio público, con el objeto de liberar ancho de banda.
Pero lo que está en juego es algo más que una correcta utilización de las oportunidades que
ofrece la tecnología. También lo está la preponderancia tecnológica.
Así lo han entendido en los últimos años Estados Unidos y China, ambos metidos de lleno en una
carrera para lograr la supremacía tecnológica: la prevalencia de las tecnologías y sistemas otorga
a aquel que logra esa posición una ventaja competitiva indudable a la hora de poder imponer
sus intereses geopolíticos, económicos, comerciales o incluso culturales.
Las administraciones públicas deberán asegurar una correcta gestión del espectro
radioeléctrico, que es de dominio público, con el objeto de liberar ancho de banda.
No es de extrañar que esa disputa se haya agudizado en el último año porque es mucho lo que
está en juego. Forma parte del conflicto abierto más amplio e importante relativo a los
microchips, que son críticos para todos los sistemas, aunque especialmente relevantes para la
industria de seguridad y defensa.
En el ámbito del despliegue de las redes 5G va a tener una especial relevancia la fabricación de
las small cells, que van a ser parte importante de la arquitectura del sistema.
Son cinco los fabricantes principales de estos elementos: Nokia, Ericsson, Samsung, Huawei y
ZTE, las dos últimas empresas chinas. Esa es la razón por la que la utilización de tecnología de
estas dos compañías ha producido enfrentamientos entre EE.UU. y China.
Ya en 2012, la Comisión de Inteligencia del Congreso de los Estados Unidos avisó que tanto ZTE
como Huawei podrían ser una amenaza para la seguridad nacional.
Estas disputas geopolíticas se refieren sobre todo a la posibilidad de que fabricantes chinos
introduzcan en sus productos dispositivos que permitan el envío de información de forma
encubierta o que, sencillamente, puedan escapar al control del operador de esos equipos
poniendo en peligro la seguridad, integridad o confidencialidad de los sistemas.
La seguridad nacional también está implicada para el resto de países y no solo para esas
superpotencias, ya que la dependencia tecnológica o la opción por unos u otros sistemas pueden
ser opciones estratégicas que condicionen su futuro desarrollo.
Una manifestación de esa preocupación sería, por ejemplo, la prohibición por parte del gobierno
de Nueva Zelanda dirigida a un operador de redes de telecomunicaciones, Spark, sobre la
utilización de sistemas de Huawei para el despliegue de su red 5G.
El Ejecutivo neozelandés sigue así los pasos de Australia y Estados Unidos, que ya impiden que
el equipamiento de ese fabricante se integre en sus redes de comunicaciones.
Estados Unidos considera a ZTE y a Huawei como una amenaza para la seguridad nacional.
Recientemente, Alemania se ha unido a este veto a la tecnología china para el despliegue de las
redes 5G alegando razones de ciberseguridad. Por ello, China afirma que Estados Unidos están
presionando a sus aliados para que tomen partido en esta nueva guerra tecnológica.
Los aspectos relativos a la ciberseguridad de redes y sistemas son esenciales para asegurar el
desarrollo de la economía mundial.
En su informe sobre riesgos globales, el Foro Económico Mundial de Davos de 2019 señaló los
ciberataques como la amenaza más probable solo por detrás de los eventos climatológicos
extremos, de los desastres naturales y el robo masivo de datos.
No obstante, lo que no parece serio es restringir las libertades económicas que amparan el libre
comercio mundial sin motivos sólidos, fundados y no apriorísticamente determinados por
categorías completas de empresas según la nacionalidad.
Existen serias sospechas sobre el cumplimiento de las normativas sobre privacidad o propiedad
industrial de algunos fabricantes, así como el temor con base en hechos constatados, de que esa
tecnología disponga de puertas traseras.
Dado que cabe la sospecha de que algunas de esas prevenciones sean reforzadas por razones
comerciales o económicas, no se puede por menos que insistir en la necesidad de que los
Estados estén presentes a la hora de determinar cuáles son los estándares y los requisitos a
cumplir a la hora de asegurar ese nivel adecuado de ciberseguridad.
Han de estar libres de toda sospecha tras el correspondiente examen, análisis y certificación por
autoridades públicas competentes en la materia. La tecnología que se va a emplear por las
empresas a la hora de desplegar esas redes 5G, venga de donde venga, debe ser fiable en la ida
de lo posible.
Moret, V (17 de junio 2019). Cómo la expansión de la tecnología 5G está provocando una batalla
geopolítica. Mundo. Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/noticias-48663470
DIFERENCIAS, VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA TECNOLOGÍA 5G Y 4G
Funcionamiento
Una de las primeras diferencias que nos encontramos entre el 5G y el 4G es el funcionamiento.
Ya que la nueva red móvil, hace uso de radiofrecuencias únicas de 5G. De este modo, logra algo
que la anterior generación no consigue alcanzar. El espectro radioeléctrico es algo que se divide
en bandas, cada tiene unas características únicas a medida se aumenta a frecuencias más
elevadas.
En el caso de las redes 4G, se hace uso de unas frecuencias por debajo de los 6 GHz. Por el
contrario, con la nueva tecnología, se hará uso de unas frecuencias extremadamente elevadas,
que podrían ir de un rango de entre 30 GHz a 300 GHz en algunos casos. La elevas frecuencias
pueden tener muchas ventajas. Especialmente porque dan soporte a una gran capacidad de
datos a gran velocidad.
Esto ayuda a que estén menos saturadas de datos. De modo que sería posible usarlas para
aumentar la demanda de ancho de banda. También se pueden configurar con otras señales
inalámbricas sin causar alguna interferencia. Por lo que es notablemente diferente a las torres
4G, que disparan datos en todas las direcciones. Esto es algo que provoca desperdicio de
energía.
Además, hay que mencionar que el 5G hace uso de longitudes de onda más cortas. Esto ayuda
a que las antenas puedan ser más pequeñas que las actuales. Algo que ayudaría a que se pueda
dar soporte a más de 1.000 dispositivos por metro que los que el 4G ofrece. Además, permite
de esta manera enviar datos a mayor velocidad, a una mayor cantidad de usuarios.
Otra de las grandes diferencias entre las dos es que las redes 5G van poder entender con mayor
facilidad el tipo de datos que se están solicitando. De esta manera, va a poder cambiar a un
modo con menor potencia cuando no esté en uso. Y cambiarían de nuevo a un modo de mayor
potencia cuando se lleve alguna actividad a cabo en la que se requiere una mayor cantidad.
¿Es cierto que los móviles 5G van a ser mucho más caros?
Velocidad
Otra de las grandes diferencias hace referencia a la velocidad. El ancho de banda se refiere a la
cantidad de datos que se mueven en una red en dicho momento. Por lo que en condiciones
ideales, un dispositivo puede experimentar velocidades máximas. Pero, que dicha situación ideal
ocurra es algo poco habitual.
Por eso, si nos centramos en la velocidad, el 5G es 20 veces más rápido que el 4G. Significa que
en el tiempo que se descarga una pieza de datos con 4G (pensad en algún archivo, como una
película o un vídeo), se podría haber descargado el mismo archivo 20 veces usando una red 5G.
Así que la diferencia en ambos casos es notable.
El 5G nos deja con una velocidad máxima de descarga de 20 Gb/s, mientras que la de su
antecesora es de 1 Gb/s. Aunque estas velocidades van a variar en función del momento, ya que
hacen referencia a un dispositivo que no se mueve. En el momento en el que el dispositivo se
mueve, como cuando vas en un medio de transporte, van a cambiar. Además, no hay una
velocidad normal que se puede mencionar. Ya que hay muchos factores que tienen influencia
en la misma. Y pueden cambiar en función de cada situación.
Además, no es posible comparar aún. Porque el 5G no ha llegado de forma oficial. Una vez se
implemente, entonces será posible comparar estas velocidades. Hasta entonces, es una
comparativa sobre el papel. Aunque algunas de sus mejoras ya son conocidas, como os
contamos.
Funciones
No se espera que haya cambios de importancia en las funciones que los usuarios podemos hacer.
Podremos llevar a cabo las mismas acciones que con el 4G, solo que en este caso llegan algunas
mejoras. Como os hemos mencionado, la velocidad es el principal cambio, con un notable
incremento. Nos permitirá que páginas web carguen más rápido, que los vídeos carguen más
rápido o tengamos menos problemas a la hora de hacer una llamada en Skype.
https://elandroidelibre.elespanol.com/2018/12/diferencias-5g-4g.html