4 Crímenes 4 Poderes
4 Crímenes 4 Poderes
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Esa pequeña historia paralela que corre al lado del caso de la hermana
del sacerdote en la novela, es la de un minero de apellido Sánchez quien es
reportado muerto por dos de sus compañeros de nacionalidad brasilera. En la
versión que dan los hombres a la PTJ, Sánchez muere de un sincope mientras
dragaba piedras del fondo del río Caroní embutido en uno de aquellos pesados
trajes de buzo con escafandra; la viuda del minero-buzo denuncia que los
brasileros asesinaron a su esposo para quedarse con la totalidad de las
ganancias.
Las pesquisas
Mientras escuchaba la cinta una y otra vez, Mármol León repreguntaba por
qué demonios, aquellos peculiares secuestradores pedían tan risible suma.
Mármol León ordenó retirar todo el patrullaje de la zona donde iba a ser
retirado el maletín para propiciar que las cosas siguieran por buen cauce y sin
nuevos tropiezos. Mientras sus hombres tomaban café, desplegó un plano de
la ciudad sobre una de las mesas. Trazó un círculo en un punto del este para
establecer el perímetro de acción de los delincuentes. Todo se había
desarrollado entre el Mirador, El Rosal, Altamira, La Castellana y Los Palos
Grandes. León se volvió a su compañero para decirle:
– Estos tipos no salen del este, Molina Gásperi. Parecen moverse solo en el
terreno que conocen.
– Así es, sabemos que no es hampa común ni guerrilla, y por la forma
chambona en que han manejado el pago del rescate es indudable que tampoco
es hampa organizada. Estos tipos no son profesionales. Tal vez sea un grupo
de “niños bien” con alguna deuda por drogas, la cantidad que pidieron nos lo
dice.
Un detective que sorbía un café recalentado terció en la conversación – Sí es
como dice Molina entonces tienen que ser conocidos de la familia; la
desesperación los llevó a cometer el secuestro en un medio que conocen, con
una familia que conocen.
Mármol León que coincidía con todo lo dicho ordenó activar la brigada contra
drogas para allanar y detener a los distribuidores y consumidores conocidos de
la zona este. Alguien debía saber quién debía esos 150.000 bolívares.
Al ver que habían pasado más de 24 horas sin tener noticias de su hijo luego
de pagar el rescate, la familia Vegas Pérez decidió consignar la denuncia de
manera oficial en la sede central de la PTJ. Los detectives que ya manejaban
la información de manera confidencial procedieron a tomarla. Para la tarde
habían organizado una conferencia de prensa en la oficina del doctor Juan
Andrés Vegas Pacheco, tío del niño, quien iba a hacer el anuncio a los medios
de comunicación en torno al caso.
A esa misma hora llegaban a Caracas datos más exactos del cadáver
encontrado en Maitana, ya se había hecho un examen detallado y se sabía que
se trataba de un adolescente, que la data de muerte pasaba de 6 días y que los
zapatos que calzaba eran de fabricación estadounidense. Los detectives de
Caracas comenzaron a cotejar aquellos datos con los de las personas
desaparecidas o secuestradas que estaban en sus archivos.
Los esposos Vegas Pérez, sus otros hijos y demás familiares no creían
las noticias que recibían sobre la horrible tragedia. A la quinta Algarrobo
comenzaron a llegar numerosas personas amigas para manifestar sus
condolencias. Varios miembros de la familia viajaron ayer mismo a la ciudad
de Los Teques a fin de reconocer en la morgue del hospital policlínico el
cadáver del pequeño Carlos Vicente.
A estas alturas era difícil ocultar lo que en las calles era vox populi. Las
autoridades comenzaron a dar los primeros datos de las personas que hasta los
momentos habían sido detenidas e interrogadas: José Luis “Caramelo”
Branger, Diego Baptista Zuloaga, Javier Paredes, Gonzalo “Fafa” Capecci, el
hermano de la víctima Federico Vegas Pérezy un muchacho que usaba
muletas pues le habían amputado una pierna, este joven se llamaba Omar
Cano y lo conocían como “El Chino”. Era él el que llevaba la mayor parte de
la acusación ya que la PTJ había encontrado indicios que lo inculpaban como
autor material del homicidio.