Plantacion de Iglesias Covocacional
Plantacion de Iglesias Covocacional
Plantacion de Iglesias Covocacional
DE IGLESIAS
COVOCACIONAL
ALINEANDO SU LLAMADO
EN EL MERCADO LABORAL
Y LA MISIÓN DE DIOS
P R E F A C I O P O R H U G H H A LT E R
© 2018 por Brad Brisco
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¿Podría ser que Él nos diría algo similar hoy?
La mayoría de las buenas innovaciones surgen de un momento
de descontento. Hasta que hay un alto nivel de insatisfacción con
el estatus quo, no hay una fuerte razón para probar algo nuevo o
considerar un paradigma alternativo.
Lo mismo ocurre con el dinero y la misión. Hace menos de 100
años muchos líderes de la iglesia han estado disfrutando de una ben-
dición que hoy, por lo menos a veces, puede sentirse más como una
maldición. Hemos podido recibir un salario para hacer el trabajo
de misión.
Antes de este siglo, el evangelio se expandió a través de los bar-
rios y redes donde la mayoría de las personas trabajaban en empleos
normales, ya sea en el campo o en el mercado laboral. Al mismo
tiempo, tomaron el liderazgo sobre movimientos crecientes de dis-
cípulos e iglesia, principalmente pequeños.
Hoy una nueva generación de liderazgo y, subsecuentemente,
una nueva forma de iglesia, está emergiendo que podría ser la última
esperanza para el futuro de la iglesia en América del Norte. No digo
esto a la ligera. Habiendo pasado los últimos 25 años trabajando
con innumerables denominaciones, viajando más de 2 millones de
millas aéreas y siendo testigo de líderes valientes de odres nuevos,
puedo decirte que el dinero y la misión no tienen que tener por más
tiempo la misma relación que alguna vez tuvieron.
Una marea de jóvenes líderes ahora elige aprovechar todas las
facetas de la vida en una misión enfocada de Dios. Ellos rechazan la
idea de que el financiamiento bivocacional significa que eres pésimo
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en ambos, liderazgo de iglesia y una vocación del mercado laboral.
Ellos en cambio creen que pueden, y en la mayoría de los contex-
tos misioneros deben de tener más de una vocación para mantener
ambos, su supervivencia y modelar una forma de iglesia que activa a
todo el pueblo de Dios.
Es por eso por lo que estoy muy agradecido que Brad haya toma-
do un término que yo he usado con frecuencia y llamado “Bivo” y
que el apropiadamente innovó el concepto bajo el nombre “Covo”.
En la plantación de iglesia Covocacional, Brad hace un trabajo
magistral ayudándonos a repensar la vocación y cómo debe alin-
earse con la misión de Dios. Pero, también ofrece una hermosa
variedad de opciones para que cada hombre y mujer piense y actúe
como un misionero independientemente del llamando que Dios les
ha dado.
Espero que este recurso esté al frente de la línea para aquellos
que desean hacer el Reino tangible a través de su llamado al merca-
do laboral, iniciativas de negocios y la ética de trabajo consolidada.
– Hugh Halter
Autor de BiVO, El Reino Tangible (Flesh, The Tangible
Kingdom) y propietario de El Post Common, una iniciativa
de negocio y plantación de iglesia en Alton, Ill.
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INTRODUCTION
“Si quiere construir un barco, no convoque a la gente a
comprar madera, preparar las herramientas, distribuir los
trabajos y organizar el trabajo, en su lugar enseñe a las per-
sonas el anhelo de un océano ancho e ilimitado”
– Antoine de Saint-Exupéry
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manera en que entendemos la misión de Dios en el mundo y cómo
la iglesia es creada para participar en ella.
Los corazones y las mentes de las personas en las congregaciones
locales deben ser capturados por una forma revolucionaria de pens-
amiento sobre cómo vivir la vida cristiana. Esto simplemente no
sucederá si no comienzan el viaje con profunda meditación teológi-
ca reflexiva. Antes de que nosotros preguntemos qué debemos hacer,
primero debemos preguntar por qué. ¿Por qué el paisaje religioso en
América del Norte parece estar cambiando tan rápidamente? ¿Por
qué las estrategias y los modelos para el crecimiento de la iglesia “no
funcionan” como solían hacerlo? Más importante aún, ¿por qué
tenemos que reconsiderar la naturaleza y esencia de la iglesia? ¿Por
qué la iglesia en América del norte necesita repensar la misión? ¿Por
qué tenemos que cambiar la forma en que vivimos nuestras vidas,
individual y colectivamente, como el cuerpo de Jesús? Responder
a preguntas como estas deberían llevarnos a pensar tanto teológica-
mente como misionológicamente Como resultado, comenzaremos
a pensar y comportarnos como un misionero. Pero, hoy el campo
misionero no está en una tierra lejana; está en nuestro propio patio
trasero.
Comenzar con la reflexión teológica es la mejor manera de en-
tender completamente las prácticas en las que deberíamos involu-
crarnos. En otras palabras, esto debe ser un proceso teológico y no
simplemente un proceso pragmático. Sin una reflexión seria sobre
la naturaleza misionera de la iglesia, no comprenderíamos por com-
pleto el hecho de que todos somos misioneros enviados a un con-
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texto local. Sin pensar bien en la encarnación de Jesús, no compren-
deremos por completo la postura crucial de humildad y sacrificio.
Y sin considerar seriamente la doctrina de la missio Dei, no recon-
oceremos la importancia del descubrimiento y discernimiento a lo
largo de nuestro compromiso misionero. Sin embargo, en la prim-
era sección de este libro sólo tendremos el espacio para tratar con
un par de estos fundamentos teológicos. Para una discusión más
a fondo vea el e-book titulado Repensar: 9 Cambios de paradigma
para activar la iglesia.
La segunda, tercera y cuarta sección del libro están tituladas:
Pensamiento del Reino, Compromiso misional y Comunidad bíbli-
ca. Cada una de estas secciones está en un orden muy útil. Nuestra
cristología (Pensamiento del Reino) debería determinar nuestra mi-
sionología (Compromiso misional), que a su vez debería determinar
nuestra eclesiología (Comunidad bíblica). Cuando tenemos estos
tres conceptos en el orden equivocado, a menudo permitimos que
nuestra idea de la iglesia gobierne nuestro sentido de propósito y
misión. iglesias que tienen equivocada esta formulación básica a
menudo pasan demasiado tiempo discutiendo (o argumentando)
sobre las formas de adoración, la estructura de la iglesia y los tipos
de programas y fallan en reconocer que nuestra eclesiología fluye
más naturalmente de un profundo sentido de misión. Jesús de-
termina nuestro propósito y misión en el mundo (discipulado), y
mientras lo seguimos en esa misión debemos descubrir diferentes
expresiones de ser la iglesia.
El diagrama de Venn a continuación, ilustra cómo estos tres
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conceptos trabajan juntos. Además, enfatiza la idea de que cuan-
do la iglesia vive las implicaciones de hacer discípulos en cada uno
de los tres círculos, el fruto natural, representado por el “punto
óptimo” del diagrama, será el hacer discípulos.
FORMACIÓN DE DISCÍPULOS
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FORMACIÓN DE DISCÍPULOS
Y PENSAMIENTO DEL
REINO (CRISTOLOGÍA)
El hacer discípulos es ante todo acerca de la centralidad de Jesús.
Esencialmente, implica la tarea de toda la vida de convertirse más y
más como Jesús al encarnar Su mensaje, así como Sus prácticas. No
sólo Jesús fue el modelo perfecto de un hacedor de discípulos—
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toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos
a todos perfectos en él”.
– Colosenses 1:28
FORMACIÓN DE DISCÍPULOS
Y COMPROMISO MISIONAL
(MISIONOLOGÍA)
Al hacer esto, hemos descuidado el mandato bíblico de ir y
“hacer discípulos”. En otras palabras, hemos reducido el mensaje del
evangelio para mostrar justicia acerca de nosotros.
Ahora no queremos descuidar cuestiones de moralidad per-
sonal; ciertamente, el discipulado implica luchar por la santidad y
la madurez en nuestras propias vidas personales, pero eso es sólo
la mitad del panorama. La otra mitad es nuestra responsabilidad
dada por Dios al mundo que nos rodea. ¿Cómo podemos ser
discipulados en los caminos de Jesús sin participar de la misión de
Jesús? Él dio instrucciones a los discípulos y luego les enseñó a ellos
una vez que habían intentado sus directrices. Jesús estaba enseñan-
do a los discípulos en medio de un ritmo constante de acción mis-
ional-reflexión. La iglesia debe hacer lo mismo. Nuestro proceso de
hacer discípulos no puede estar vacío de compromiso misional.
Al activarse cada miembro para involucrarse en la misión de
Dios, debemos crear oportunidades para que ellos reflexionen sobre
su participación misional. Algunas veces esto puede simplemente
significar que necesitemos “tiempo de inactividad” para reflexionar
sobre nuestras actividades. Es posible que tengamos que pedirle a
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Dios para afirmar nuestra participación o para pedir claridad en la
dirección. Pero, también significará forjar tiempo para reflexionar
con otros en nuestra comunidad de fe. Necesitamos escuchar lo que
otros están viendo y percibiendo acerca de las actividades de Dios
y escuchar las historias de cómo otros se están involucrando en la
misión de Dios.
Sin embargo, no sólo debemos reflexionar sobre lo que Dios
está haciendo “allá afuera” en nuestro contexto misional, sino que
tenemos que reflexionar sobre lo que Dios está haciendo “aquí ad-
entro”—dentro de nosotros. Necesitamos preguntarnos, ¿cómo
Dios está moldeando y formando nuestros corazones a medida que
participamos en Su misión?
Este es un componente crucial del discipulado. A medida que
nos involucramos en la misión de Dios, el Espíritu puede transfor-
mar nuestros corazones. Pero, esta transformación también ocurre
cuando cada uno de nosotros compartimos (aprendizaje) lo que
Dios está haciendo dentro de nosotros en medio de nuestro com-
promiso misional. ¿Qué está Dios revelándome? ¿Cómo me está
llamando a su misión en nuevas maneras? ¿Qué estoy aprendiendo
sobre mí?
FORMACIÓN DE DISCÍPULOS
Y COMUNIDAD BÍBLICA
(ECLESIOLOGÍA)
El compromiso misional se realiza mejor como una actividad
comunitaria. Como se mencionó en el párrafo anterior, el ritmo
de acción-reflexión sucede mejor en comunidad. No podemos ser
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aprendices en aislamiento. Nuevamente, nuestra relación con Jesús
es central para todo. Jesús es el maestro, el plan de estudios y el aula.
Sin embargo, como seres sociales y relacionales, fuimos creados para
vivir la vida en Jesús en comunidad con otros creyentes.
La interacción crucial de estos tres aspectos del ambiente en la
formación de discípulos (Pensamiento del Reino, Compromiso mi-
sional y Comunidad bíblica) determinará si somos verdaderamente
obedientes al mandamiento de hacer discípulos. El proceso de
hacer discípulos genuinos determina la efectividad de la iglesia en
occidente. Si fallamos en estimular un movimiento de auténticos
seguidores de Jesús que están comprometidos en sus propósitos
redentores y por el contrario se enfocan en convertir a otros, y es-
tos terminan siendo asistentes consumistas de iglesia que necesitan
constante “alimentación”, nunca veremos ocurrir un movimiento.
Ahora, después de haber enfatizado cómo los tres círculos se rel-
acionan con el crucial tema de la formación de discípulos, termine-
mos con una breve descripción de cómo está organizado el resto del
libro.
Los cuatro capítulos que componen la sección “Pensamiento del
Reino” ayudarán a recapturar una cristología robusta que incluye
no sólo aspectos de la persona y el trabajo de Jesús, sino también las
formas de Jesús. La persona de Jesús se encuentra en el epicentro de
lo que somos y lo que hacemos. Él debe dar forma a todo.
Los ocho capítulos que componen la sección de el “Compro-
miso misional” comenzarán a mover a las personas hacia los pasos
de acción prácticos para que comprendan mejor y se involucren en
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un contexto particular. A medida que examinamos los caminos de
Jesús en la sección anterior (Cristología), esta sección informará
los propósitos del pueblo de Dios—la iglesia (Misionología). Cada
capítulo se basa en el capítulo anterior creando un impulso contin-
uo para equipar y liberar a las personas en su campo de misión local.
Estos capítulos ayudarán a las personas a pensar y actuar como un
misionero donde viven, trabajan y juegan, mientras siguen a Jesús
en su misión.
Un aspecto crucial para ser más como Jesús y seguirlo a Él en la
misión, implica la cuarta sección del libro, que trata con el concep-
to de comunidad bíblica. Los capítulos en esta sección ayudarán a
recapturar a la iglesia como una familia en misión. Si no tenemos
cuidado, la comunidad puede volverse insular. Puede convertirse
demasiado sobre aquellos en el grupo en lugar de los que están
afuera. En su turno se convierte más sobre la seguridad y comodi-
dad en lugar de ser un agente de la misión redentora de Dios. La
conclusión es que somos creados para estar en comunidad. Esta-
mos diseñados para estar en comunidad con Dios y con los demás.
Pero, también debemos entender que la comunidad nunca puede
realizarse completamente separada de la misión.
Como comunidad bíblica, debemos ser ambos, un anticipo y
un instrumento del Reino. Somos un anticipo del Reino cuando la
forma en que vivimos le da al mundo que observa una imagen del
Reino que está por venir. Somos un instrumento del Reino a medi-
da que participamos en la misión de Dios. Como comunidad, nos
esforzamos por descubrir lo que Dios está haciendo en la vida de
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las personas que nos rodean, y luego discernir cómo Él quiere que
participemos de Sus propósitos redentores. Debemos ver a la iglesia
como un instrumento, creado por Dios, para ser enviada al mundo
para participar de lo que Él ya está haciendo.
La última sección del libro se titula “Vida sostenible”. Los
capítulos en esta sección se desarrollan específicamente con un líder
de plantación de iglesia en mente. Discutiremos las luchas únicas
asociadas al involucrarse en la misión y ministerio bivocacional-
mente. Queremos hacer todo lo posible para asegurarnos de que
mientras usted está plantando iglesia, también prospera en su vida
familiar y vocación. Entonces, ¡que comience el viaje!
ACCIÓN
1. Lea esta cita de Jürgen Moltmann tomada del libro Jesucristo
para el mundo de hoy:
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Reino? ¿Qué acerca de las áreas de compromiso misional y co-
munidad bíblica?
REFLEXIÓN
1. Qué pensamientos tiene usted acerca de la cita de Molt-
mann? ¿Cómo ha experimentado un entendimiento más
profundo de Jesús a través de la práctica de la vida?
2. ¿Qué reflexiones usted tiene sobre la imagen del ambiente
de hacer discípulos? ¿Es una manera útil de pensar sobre los
aspectos claves de quiénes somos y qué hacemos como igle-
sia?
3. ¿Le gusta el concepto del aprendizaje para ayudar a definir
el discipulado? ¿Cómo podría crear un proceso de apren-
dizaje en su iglesia plantada?
4. ¿Tiene usted un plan para discipular a las personas en su
iglesia a que vivan en misión? Comience a pensar cómo se
verá crear un proceso para mover a las personas del pens-
amiento del Reino, a un compromiso misional, a la comu-
nidad bíblica.
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SECCIÓN UNO
REPENSAR
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CAPÍTULO UNO
REPENSAR
LA PLANTACIÓN
DE IGLESIAS
BIVOCACIONALES
Los creyentes participan en el sacerdocio de Cristo no dentro
de las paredes de la iglesia, pero sí en los negocios diarios
del mundo.
– Lesslie Newbigin
REPENSAR
En los últimos años ha habido un interés creciente en la plant-
ación de iglesia. Como resultado de la disminución de la asistencia y
el cierre de muchas iglesias existentes, cada denominación principal
está enfocando más recursos para comenzar nuevas congregaciones.
En años recientes también hemos visto la creación de múltiples re-
des de plantación de iglesia que enfatizan la plantación de iglesias a
través de líneas denominacionales.
En medio de esta proliferación de plantación de iglesia, una de las
tendencias más significativas es el comienzo de nuevas iglesias por lí-
deres bivocacionales. Históricamente, la frase pastor bivocacional ha
sido utilizada para referirse a un líder que sirvió a una iglesia que no
fue capaz de compensar al pastor con un salario de tiempo completo.
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Por lo tanto, el pastor trabajaría un segundo o tercer trabajo
para complementar lo que la iglesia podría proveer. En muchos
casos, esto fue por necesidad en lugar de preferencia. A menudo el
lenguaje del “hacedor de tiendas” (el apóstol Pablo describió el ofi-
cio en Hechos 18) se ha utilizado para definir este tipo de plantador
de iglesia.
Sin embargo, hoy hay un nuevo movimiento entre líderes bivo-
cacionales. Más plantadores de iglesias eligen plantar bivocacional-
mente. Están tomando esta decisión con la convicción de que plan-
tar iglesias bivocacionales en realidad proporciona una forma más
deseable de plantar una nueva iglesia, y no sobre la base de fondos
limitados. En otras palabras, se está convirtiendo en una primera
opción, no en un último recurso.
Si bien es cierto que hay un lugar para ambos enfoques, iglesias
bivocacionales y plantaciones totalmente financiadas, hay algunos
beneficios para la plantación como un líder bivocacional. Consid-
eremos tres grandes ventajas.
COMPROMISO MISIONAL
La plantación como un líder bivocacional tiene beneficios sig-
nificativos en el sentido de que el plantador tiene más oportuni-
dades para conectarse relacionalmente con las personas en la co-
munidad. El empleo fuera de la iglesia les da acceso a un campo de
misión que no está disponible para un pastor que es empleado a
tiempo completo por una iglesia local. Muchos pastores tradiciona-
les se encuentran a ellos mismos trabajando dentro de una burbuja
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de la iglesia, gastando la mayor parte de su tiempo hablando con las
personas de la iglesia sobre cosas de la iglesia.
Incluso cuando un pastor totalmente financiado hace el esfuer-
zo de involucrarse con personas en su comunidad, a menudo le re-
sulta difícil relacionarse plenamente.
Hasta que una persona realmente se encarne en el contexto lo-
cal, no puede empezar a comprender los valores e intereses de las
personas. Es difícil realmente amar y servir a las personas a las que
Dios nos ha enviado, desde la distancia. Algunas personas se han
referido a esto como “mercado misionero” porque la mayoría de las
relaciones desarrolladas son el resultado de las conexiones vocacio-
nales del plantador. Su trabajo en el mercado no es obstáculo de lo
que Dios está haciendo; en realidad es una ventaja para participar
en la misión de Dios. Desafortunadamente, muchos cristianos no
ven la vocación de esta manera.
Para ilustrar por qué tenemos que repensar la vocación, déjeme
hacerle una pregunta. Piense en lo que hizo ayer. Sólo toma un par
de minutos para pensar en su día. Ahora responda esta pregunta:
¿Qué porcentaje de lo que hizo ayer fue espiritual, y qué porcen-
taje fue secular? Déjeme hacerle una pregunta de seguimiento. ¿El
vender seguros, administrar una cafetería, conducir para Uber, en-
señar en una escuela pública o servir mesas en el restaurante local
son importantes para Dios?
El objetivo de hacer estas preguntas es ilustrar que repensar la
vocación debe comenzar considerando esta división sagrada y sec-
ular, o lo que algunas personas llaman el problema del dualismo.
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El dualismo, en pocas palabras, está dividiendo erróneamente algo
que no debería dividirse. El pensamiento greco-romano era que el
mundo está dividido en dos dominios que compiten: lo sagrado (es-
piritual) y lo secular (material). Tal cosmovisión tiende a suponer
que lo espiritual es el Reino superior, y el mundo secular o material,
carece de significado profundo.
El dualismo conduce a múltiples divisiones en el pensamiento;
incluyendo la división entre el clero (espiritual) y los laicos (secu-
lares), la iglesia (espiritual) y el mundo (secular), y entre las llamadas
prácticas religiosas (estudio bíblico, oración, adoración) y las llama-
das prácticas seculares (trabajo, juego, comida).
Esta forma de dualismo sucede a menudo, y en realidad se con-
vierte perjudicial para nuestra comprensión del ministerio bivoca-
cional, y en nuestra comprensión de vocación. La palabra vocación
proviene del latín vocatio, que significa, un llamado o convocatoria.
Normalmente, se usa para referirse a un llamado u ocupación a la
cual una persona es atraída o es particularmente adecuada para tal.
El problema del dualismo laboral se remonta al cuarto siglo cuando
Agustín fragmentó la forma en que las personas vivían cuando él
hablaba de la vida contemplativa y la vida activa. Para Agustín, la
vida contemplativa fue dada a las cosas sagradas y era visto como un
llamado superior, mientras que la vida activa se le dio a las cosas y era
considerada como un llamado inferior. Este tipo de pensamiento
ayudó a crear una visión distorsionada del trabajo que continúa en
la actualidad.
Por ejemplo, las palabras trabajo cristiano a tiempo completo o
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ministerio a tiempo completo se utilizan comúnmente para describ-
ir a aquellos cuyos llamados vocacionales es ser un pastor, misionero
o empleado de la iglesia. Sin embargo, una comprensión adecuada
y bíblica es que todos los cristianos están llamados a un ministerio a
tiempo completo, haciendo un buen trabajo para la gloria de Dios,
independientemente de su vocación específica. Si Dios reina sobre
todas las cosas (y Él lo hace), entonces todas las cosas son sagradas.
Pero, con demasiada frecuencia la gente sale de sus hogares el lunes
por la mañana y de alguna manera piensan que dejan a Dios atrás.
En cambio, la iglesia necesita ayudar a las personas a reconocer que
independientemente de lo que Dios les haya llamado a hacer, están
contribuyendo y participando en la misión redentora de Dios.
El punto es que plantar una iglesia como líder bivocacional ayu-
da a disminuir esta división sagrada y secular. Una congregación
ve al plantador de iglesia modelando la realidad de que todas las
vocaciones son sagradas. Independientemente de lo que Dios ha
llamado a la persona a hacer, es un llamado sagrado. Como resulta-
do, los beneficios de estar en el mercado de trabajo se multiplican
exponencialmente ya que cada miembro reconoce cómo encaja su
vocación en la misión de Dios.
Además, la división sagrada-secular nos obliga a replant-
ear cómo pensar en el ministerio bivocacional. De hecho, sólo el
término bivocacional puede convertirse en una barrera para ver el
ministerio desde una perspectiva bíblica. Invoca el pensamiento de
dos vocaciones separadas y distintas. Nos fragmentamos (o bifurca-
mos) viendo poca, si alguna, intercalación entre lo qué un líder hace
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para ganarse la vida y un ministerio a tiempo completo.
Para ayudar a superar esta desconexión, a menudo usaré el
término covocación. El prefijo co es la forma reducida del latín com
que significa “juntos” o “en común”. Palabras en inglés como cofun-
dador, copiloto, coautor o compañero son ejemplos de palabras que
denotan colaboración e igualdad. La covocación encarna la realidad
de que, si una persona está llamada a ser un dentista, un maestro o
un plomero, y al mismo tiempo es llamado a empezar una iglesia,
los diferentes llamamientos no son aislados el uno del otro, en su
lugar están realmente interconectados y en igualdad. El lenguaje de
covocación impulsa contra la tentación para compartimentar difer-
entes aspectos de nuestras vidas. Cuando empezamos a comprender
que cada llamado es un aspecto legítimo y necesario de la misión de
Dios, pueden potencializarse juntos para Sus propósitos.
Sin embargo, hay una pequeña distinción que puede hacerse en-
tre un plantador de iglesia bivocacional y covocacional. Un planta-
dor “bivo” es alguien que tiene un trabajo en el mercado (el hacedor
de tiendas mencionado anteriormente) eso se ve como algo tem-
poral. La esperanza del plantador es que la iglesia plantada even-
tualmente estará posicionada para proveer el apoyo financiero para
que el plantador deje su trabajo bivo y enfocarse a tiempo completo
en la iglesia. Un plantador “covo”, por otro lado, es aquel que tiene
un llamamiento claro y definido en el mercado laboral y que nunca
pretende dejar. Ellos saben que Dios los ha llamado a ser maestros,
mecánicos o doctores y desean incorporar ese llamado en el plan
para comenzar una nueva iglesia.
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Otro beneficio misional del ministerio bivocacional es que tra-
bajando en una ocupación en la comunidad construye credibilidad
con aquellos dentro y fuera de la iglesia. En un contexto postcris-
tiano, donde las personas son escépticas de la iglesia, es importante
para los no cristianos ver que los líderes de la iglesia tienen trabajos
como todos los demás. En un momento en que el cristianismo no
tiene la mejor reputación, esto puede proporcionar una “credibili-
dad-popular” significativa con aquellos que están fuera de la iglesia.
Es importante entender que este nuevo género de plantación
covo es dirigido misionológicamente. Los plantadores necesitan
verse a sí mismos más como misioneros que plantan iglesia, que
como pastores que empiezan servicios de adoración. En otras pa-
labras, plantar la iglesia empieza al involucrarse en comportamien-
tos misioneros. El plantador debe permitir que su misionología in-
forme a su eclesiología, no al revés. Al vivir como un misionero en
un contexto local, nacen nuevas comunidades de fe fuera del com-
promiso misional.
ESTABILIDAD FINANCIERA
Un segundo beneficio importante de la plantación de iglesias
covocacionales se relaciona con la estabilidad financiera que pro-
porciona en al menos tres áreas diferentes.
EL PLANTADOR DE IGLESIA
Cuando el apoyo financiero primario proviene de una fuente
de mercado laboral en lugar de la plantación de la iglesia, por lo
general, hay menos tensión financiera en una familia. Esto es espe-
27
cialmente cierto cuando el plantador está empleado a tiempo com-
pleto en una vocación que proporciona beneficios como seguro,
vacaciones y retiro.
LA NUEVA IGLESIA
Una iglesia liderada por líderes covocacionales generalmente
tienen una base sólida. Sin la necesidad de proporcionar salarios y
beneficios a tiempo completo, la iglesia puede poner más de sus re-
cursos financieros en la misión y ministerio.
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convertirse en autosostenible antes que se agoten los fondos. La de-
safortunada realidad es que un plantador a menudo se ve obligado
a atraer donantes financieros en lugar de involucrarse en el quebran-
tamiento de su comunidad. La plantación de iglesia Covocacional,
por otro lado, proporciona un modelo financiero más viable que
permite al plantador mantener un claro enfoque en la misión.
LIDERAZGO COMPARTIDO
La plantación de iglesia covocacional crea oportunidades para
líderes en la congregación de usar sus talentos dados por Dios para
crear una cultura de participación en lugar de una de espectadores.
Más miembros de la iglesia por necesidad se involucran en la misión
de la iglesia. El liderazgo covocacional ayuda a disminuir la división
del clero-laico. Si el liderazgo pastoral está reservado sólo para los
“profesionales” entonces muchos líderes dotados perderán opor-
tunidades de perseguir lo que Dios los ha llamado a hacer.
Es importante entender que la plantación de iglesia bivo y covo
no se trata simplemente de tener dos o más trabajos; se trata real-
mente del alineamiento de una vida. Se trata de combinar nuestra
vocación para apoyar a nuestras familias y a nosotros mismos con
nuestro llamado para vivir una vida comprometida con la misión
de Dios. Estamos llamados a ser un pueblo misionero enviado al
mundo para participar en los propósitos redentores de Dios. La
plantación de nuevas comunidades como líderes bivocacionales o
covocacionales del Reino es uno de los medios vitales y urgentes
para lograr esa tarea.
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Creo que hay dos estrategias principales para cambiar la conv-
ersación en torno a esta nueva generación de plantadores de iglesia.
Primero, necesitamos para impulsar los beneficios de la plant-
ación de iglesia bivo y covo, como se delínean en este capítulo. Pero,
también debemos promover a los plantadores bivo y covo. Necesi-
tamos celebrar las historias de los líderes que han descubierto cómo
aprovechar su vocación en el mercado de trabajo junto con su lla-
mado a plantar una nueva iglesia. Los plantadores bivo y covo, inde-
pendientemente del tamaño de su iglesia, necesitan convertirse en
los nuevos héroes de la plantación de iglesia.
Segundo, creo en ver un movimiento de plantación de iglesia
a lo largo todos los ámbitos de la vida y los contextos geográficos,
tenemos que crear capacitación y recursos que estén especialmente
diseñados para los desafíos únicos de la plantación bivo/covo. Estos
recursos deben proporcionar una nueva visión para comenzar una
iglesia desde un punto de vista misionológico, con perspectiva de
base. Espero que este libro sea un primer paso en esa dirección.
Si ya está plantando una iglesia como plantador bivo/covo, en-
tonces mi oración es que sea motivado al leer este libro y que más
que nunca comprenda que lo que está haciendo no sólo es un enfo-
que legítimo de plantación de iglesia, sino absolutamente necesario.
Por otro lado, si recién está empezando a pensar en la plant-
ación de iglesia bivo/covo, entonces mi oración por usted es que su
imaginación para la plantación de iglesia sea abierta de par en par.
Oro que pueda ver las increíbles posibilidades de comenzar un nue-
vo trabajo a través de su vocación, en su vecindario o tal vez en algún
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otro espacio social en su comunidad. Oro que pueda ver, quizás por
primera vez, que Dios realmente quiere aprovechar su talento en el
mercado laboral para los propósitos de Su Reino.
ACCIÓN
1. Articule la diferencia entre un plantador de iglesia bivoca-
cional y covocacional.
1. En sus propias palabras, comparta los beneficios de la plant-
ación de iglesia bivo/covo.
REFLEXIÓN
1. ¿Por qué es importante repensar la plantación de iglesia
bivocacionales? ¿Le parece útil el lenguaje de covocacional?
¿Por qué?
2. ¿Puede usted describir lo que se entiende por división sagra-
da-secular? ¿Dónde más puede ver esta división actuando
en la cultura cristiana?
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CAPÍTULO DOS
REPENSAR
LA IGLESIA Y
LA MISIÓN
Los analfabetos del siglo 21 no serán los que no puedan
leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desap-
render y volver a aprender.
– Alvin Toffler
REPENSAR
Cuando se produce un cambio en la forma en que las personas
se comportan, a menudo necesitamos comenzar con preguntas de
“por qué” antes de considerar los problemas prácticos de el “cómo”.
En el libro Empiece con por qué (Start with Why), el autor Simon
Sinek sostiene que hay dos formas principales de influenciar el com-
portamiento humano: usted puede manipularlo o inspirarlo. Mien-
tras la manipulación no siempre es negativa, por ejemplo, cuando
un comerciante baja el precio de un producto para motivar una
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compra, desafortunadamente a menudo implica el uso del miedo
o la presión de los compañeros para influir en el comportamiento.
Adicionalmente, el cambio que se manipula, generalmente es de
corta duración.
El cambio inspirador, por otro lado, implica la consideración de
problemas más profundos. Necesitamos hacer preguntas profundas
sobre “por qué”. ¿Por qué percibimos las cosas de una manera par-
ticular? ¿Por qué nos comportamos de cierta manera? ¿Cuáles son
las motivaciones o los factores inherentes que fortalecen nuestros
comportamientos?
Tratando con problemas similares de cambio, el autor Ron-
ald Heifetz, en su libro Liderazgo sin respuestas fáciles (Leadership
Without Easy Answers), hace una distinción entre el cambio orga-
nizacional y el cambio cultural. Él argumenta que el cambio organi-
zacional típicamente implica reestructuración de algún tipo, junto
con el uso de nuevos programas, procesos y técnicas. El cambio cul-
tural, sin embargo, mira cómo crear una nueva cultura o entorno,
que a su vez requerirá un conjunto completamente nuevo de ha-
bilidades y capacidades. Conectando los temas de estos dos libros
juntos, podemos decir que el cambio cultural se trata de comenzar
con el por qué, mientras el cambio organizacional se trata más de
los problemas prácticos de cómo.
Esta conversación sobre el cambio es importante en un libro so-
bre plantación de iglesia porque la respuesta a la crisis de la iglesia
en América del Norte no se encontrará realizando cambios organi-
zativos. No podemos conformarnos con ajustes menores en nuestra
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eclesiología o cómo hacemos iglesia. En cambio, el problema está
mucho más arraigado. Debemos buscar hacer cambios culturales.
Debemos estar preparados para hacer preguntas del porqué. Los
problemas profundos son principalmente espirituales, teológicos y
misionológicos. Para plantar iglesia que hagan discípulos-encarna-
dos y en misión con mentalidad de reproducción, tomará un pro-
fundo cambio cultural en la forma en que pensamos acerca de la
misión de Dios y la naturaleza de la iglesia, así como también cómo
se involucra la iglesia en esa misión en contextos locales.
Debemos cambiar nuestra actitud de “nunca lo hemos hecho de
esa manera” a “lo que sea necesario”.
Otra manera de enmarcar la discusión es usar el lenguaje de
paradigma. La palabra paradigma se usa comúnmente para referirse
a percepción, suposición o marco de referencia. En el más general
sentido, es simplemente la forma en que vemos el mundo, en térmi-
nos de percepción, comprensión e interpretación.
Todas las organizaciones, incluyendo a la iglesia, se basan en
paradigmas o suposiciones. Esto no es lo mismo que las creencias
de la iglesia o sistemas teológicos. Más bien, el paradigma determi-
na cómo piensa una organización y, por lo tanto, actúa. Los para-
digmas explican y luego guían el comportamiento. Si tratamos de
reestructurar una organización, pero dejamos los paradigmas orig-
inales en su lugar, nada cambiará dentro de la organización. Por lo
tanto, para que el cambio real tome lugar, necesitamos experimen-
tar un cambio de paradigma o, en la mayoría de los casos, múltiples
cambios de paradigma.
34
Un cambio de paradigma ocurre cuando hay un cambio funda-
mental en una suposición fundamental. Es un cambio de una forma
de pensar a otra. Hay una transformación, o una especie de meta-
morfosis que toma lugar. Ahora en el contexto de nuestra comp-
rensión de Iglesia, misión y plantación de iglesia, hay al menos dos
razones por las que necesitamos experimentar este tipo de cambio
de paradigma genuino.
En primer lugar, aquellos que han sido “indoctrinados por la ig-
lesia” por un largo tiempo típicamente tienen algunas suposiciones
profundamente arraigadas sobre la iglesia y la misión que podrían
ya no ser apropiadas en un contexto posterior a la cristiandad. A
menudo estas suposiciones deben ser impugnadas, o al menos in-
vestigadas, para garantizar que sigan siendo correctas.
En segundo lugar, el cambio cultural y, en última instancia, el
cambio organizacional, no durará si no está arraigado en el pens-
amiento de cambio de paradigma. Sin restablecer ciertas bases
teológicas que nos ayudan a “desaprender” y volver a aprender”
(haciendo referencia a la cita de Alvin Toffler al principio de este
capítulo), naturalmente nos avocamos por hacer ajustes modestos
en la forma en que operamos, en lugar de seccionar a los problemas
más profundos de por qué. También, creo que estos fundamentos
teológicos proporcionan una base más sólida y motivación para un
cambio real.
Una última reflexión sobre la importancia del pensamiento
paradigmático. Un adagio que habla de la importancia de consid-
erar el cambio en una organización va así: estamos perfectamente
35
diseñados para lograr lo que estamos logrando actualmente. Lea
esto de nuevo. Estamos perfectamente diseñados para lograr lo
que estamos logrando actualmente. Si hacemos una aplicación de
esta declaración a la iglesia de hoy, una pregunta que deberíamos
hacer sería: ¿estamos satisfechos con lo que estamos logrando ac-
tualmente? En otras palabras, ¿estamos contentos o satisfechos con
el impacto que la iglesia está teniendo hoy? Si somos totalmente
honestos, la respuesta parecería ser un rotundo “¡No!”.
El hecho es que, independientemente de qué marcador una per-
sona observe para juzgar la salud de la iglesia en América del Norte,
cada indicador tiene la tendencia en la dirección equivocada. Si
estamos perfectamente diseñados para lograr lo que la iglesia está
logrando actualmente, entonces no deberíamos preguntar ¿si hay
un problema en la forma en que estamos diseñados? O al menos
preguntar ¿si hay un problema en la forma en que entendemos la
naturaleza de la iglesia y su lugar en la misión de Dios? ¿Necesita-
mos reconsiderar la forma en que pensamos sobre la plantación de
iglesia? ¿Hay factores de diseño que necesitamos replantearnos para
lograr los resultados que deseamos?
Las estrategias y técnicas que se ajustan a épocas anteriores de
la historia de la iglesia, parecen no funcionar más. Lo que necesi-
tamos ahora es un nuevo conjunto de herramientas. Necesitamos
una nueva visión de la realidad un nuevo paradigma—un cambio
fundamental en nuestro pensamiento que conduce a un cambio
fundamental en nuestro comportamiento, especialmente en lo que
se refiere a nuestro entendimiento de la iglesia y la misión.
36
LA NATURALEZA MISIONERA DE DIOS
El primer cambio en el pensamiento que debe tener lugar se
relaciona con nuestro entendimiento de la naturaleza misionera de
Dios y la iglesia. Cuando pensamos en los atributos de Dios, con
mayor frecuencia pensamos en las características como la santidad,
la soberanía, la sabiduría, la justicia, el amor, etc. Rara vez pensamos
en la naturaleza misionera de Dios. Pero, las escrituras enseñan que
Dios es un Dios misionero—un Dios que envía.
La naturaleza misionera de Dios se enmarca en dos formas
principales. La primera involucra la gran narración de las escritu-
ras. Cuando consideramos la gran historia, o meta-narrativa de las
Escrituras, descubrimos que se trata de los propósitos redentores de
Dios. Todas las grandes secciones de las Escrituras, todas las grandes
historias de la Biblia y todas las grandes doctrinas de la fe bíblica, se
unifican alrededor del gran plan y propósito de Dios para toda la
creación. La misión es el tema central que describe la actividad de
Dios a lo largo de la historia para restaurar la creación.
Una segunda forma de reconocer la naturaleza misionera de
Dios es examinar el “lenguaje de envío” utilizado en toda la Biblia.
Desde el envío de Dios de Abraham en Génesis 12, hasta el
envío de su ángel en Apocalipsis 22, hay literalmente cientos de
ejemplos de lenguaje de envío que describen a Dios como un Dios
que-envía misioneros.
En el Antiguo Testamento, Dios se presenta como el Señor so-
berano que envía para completar su misión. El verbo hebreo shelach
(enviar), se encuentra casi 800 veces en el Antiguo Testamento. Si
37
bien se usa con mayor frecuencia en una variedad de dichos no
teológicos y frases, se usa más de 200 veces con Dios como sujeto
del verbo. En otras palabras, es Dios quien se encarga, y es Dios qui-
en envía.
Tal vez la ilustración más dramática de envío en el Antiguo Tes-
tamento se encuentra en Isaías 6. En este pasaje, echamos un vistazo
de la naturaleza de envío de Dios en su plenitud trinitaria:
38
Jesús aplica este pasaje a su propio ministerio en Lucas 4: 18-
19 cuando Él dice ser el cumplimiento humano de Isaías 61: 1-2.
Se vuelve, en cierto sentido, lo más parecido a una declaración de
misión personal para Jesús
Además, en los libros proféticos, es interesante observar que el
Antiguo Testamento termina con Dios prometiendo, a través de
las palabras del profeta Malaquías, en enviar un mensajero especial
como el precursor del Mesías: “Enviaré mi mensajero” (Malaquías
3: 1). Luego, el Nuevo Testamento comienza con la llegada de ese
mensajero en persona de Juan el Bautista, descrita en los Evangelios
como un hombre enviado por Dios (Juan 1: 6).
En el Nuevo Testamento, el idioma de envío se encuentra no
sólo en los Evangelios, sino también a lo largo del libro de Hechos
y cada una de las epístolas. La colección más completa de lenguaje
de envío, sin embargo, se encuentra en el Evangelio de Juan, donde
las palabras enviar o enviado se utilizan casi 60 veces. La mayoría de
los usos se refieren al título de Dios como “el que envía” y de Jesús
como el “que es enviado”.
El Evangelio de Juan, vemos a Dios el Padre enviando al Hijo.
Dios el Padre e Hijo enviando el Espíritu. Y Dios el Padre, el Hijo y
el Espíritu enviando a la iglesia. En el pasaje climático final de envío
en el Evangelio de Juan, Jesús deja claro que Él no sólo es enviado
por el Padre, pero que ahora Él es el enviador, al enviar a los discípulos:
“ Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes”, (Juan 20:21).
Con esta frase, Jesús está haciendo mucho más que dibujar un
vago paralelo entre su misión y la nuestra. Deliberada y precisa-
39
mente, Él está haciendo de su misión el modelo para nosotros.
Nuestro entendimiento de la misión de la iglesia debe fluir de nuestro
entendimiento de la misión de Jesús como se revela en los Evangelios.
LA NATURALEZA MISIONERA
DE LA IGLESIA
Pero, ¿por qué importa que reconozcamos la misión de Dios
como la gran narrativa de las Escrituras? ¿Por qué es importante ver
el idioma del “envío” “en todos los libros de la Biblia? Aquí está el
por qué. La naturaleza y esencia de la Iglesia tiene sus raíces en la
naturaleza misionera de Dios. En otras palabras, si Dios es un Dios
misionero (¡y Él lo es!), entonces nosotros, como su pueblo, somos
misioneros. Por lo tanto, la Iglesia no sólo envía misioneros; la Igle-
sia es el misionero.
Individual y colectivamente como el cuerpo de Cristo, somos
una Iglesia misionera enviada. Deberíamos enviar a la gente de la
iglesia entre las personas del mundo en lugar de tratar de atraer a
la gente del mundo entre las personas de la iglesia. Pero, un gran
problema en la vida de la iglesia en América del Norte es que la
gran mayoría de las personas en la iglesia de hoy no piensan de su
congregación de una manera misionera para el envío. En cambio,
la mayoría de las personas hoy entienden la iglesia de dos maneras
prominentes.
PERSPECTIVA DE LA REFORMA
La primera visión es lo que algunos llaman la perspectiva de
“Reforma”. El punto con esta comprensión de la iglesia es que los
2
40
protestantes han heredado una visión particular de la Iglesia de los
reformadores, que enfatiza la predicación correcta de la palabra, la
administración correcta de las ordenanzas y el ejercicio apropiado
de la disciplina de la iglesia. Históricamente, estas tres actividades
han sido denominadas “marcas” de la Iglesia.
Mientras que cada una de las tres marcas son aspectos impor-
tantes de la vida de la iglesia, esta perspectiva nos ha dejado con una
comprensión de la iglesia como un lugar donde ciertas cosas suceden.
En otras palabras, una persona va a la iglesia para escuchar la en-
señanza de la Biblia correctamente, para participar en la cena del
Señor y el bautismo y, en algunos casos, experimentar la disciplina
de la iglesia. Una vez más, todas buenas cosas, pero ¿es esta la mane-
ra en que queremos definir la iglesia? ¿Un lugar donde ciertas cosas
suceden, el entendimiento habla a la esencia real y la naturaleza de
la iglesia?
VISIÓN CONTEMPORÁNEA
La segunda perspectiva es una pequeña variación de la defin-
ición de la Reforma. Esta visión contemporánea es quizás la forma
más frecuente que las personas en América entienden a la iglesia de
hoy—que es un proveedor de bienes y servicios. Desde esta perspec-
tiva, los miembros son vistos como clientes para quienes se produ-
cen bienes y servicios religiosos. Los feligreses esperan que la iglesia
brinde una amplia gama de servicios, como música grandiosa de
adoración, predicación, programas para niños, grupos pequeños,
seminarios para padres, etc.
Uno de los principales problemas con estos puntos de vista de la
41
definición de la Iglesia es que la iglesia es vista como una institución
que existe para el beneficio de sus miembros.
La visión alternativa de la Iglesia es verla como un pueblo lla-
mado y enviado por Dios a participar en Su misión redentora para
el mundo. La naturaleza de la iglesia—arraigada en la naturaleza
misma de Dios—es misionera. En lugar de vernos principalmente a
nosotros mismos como un cuerpo que envía, debemos vernos a no-
sotros mismos como un cuerpo que es enviado. Por supuesto, la Ig-
lesia todavía se reúne, pero la diferencia es que no simplemente nos
reunirnos para nuestro propio bien, sino para el bien de los demás,
o mejor aún, para el bien de la misión de Dios. Nos reunimos como
un cuerpo colectivo de seguidores de Jesús a ser equipados a través
de la oración, la alabanza y el estudio para luego ser enviados al
mundo. La iglesia es un pueblo que se reúne y se extiende. La mis-
ionera Lesslie Newbigin lo expresó de esta manera:
42
quien tiene la misión de enderezar las cosas en un mundo roto—
redimirlo y restaurarlo a lo que Él siempre ha querido.
Por lo tanto, la misión no es invención, responsabilidad o el
programa de la iglesia. En cambio, fluye directamente del carácter y
propósitos de un Dios misionero. En palabras del misionólogo su-
dafricano David Bosch, “No es la Iglesia la que desarrolla la misión;
es la missio Dei la que constituye a la Iglesia”. O dicho de una manera
ligeramente diferente, “No se trata entonces de que Dios tiene una
misión para su Iglesia en el mundo, sino de que Dios tiene una Igle-
sia para su misión en el mundo”.3
43
plemente como un programa o una actividad entre muchas otras
funciones igualmente importantes de la iglesia. Por lo tanto, el pro-
grama de misiones es visto en conjunto con el de adoración, grupos
pequeños, ministerios de hombres y mujeres, ministerio de jóvenes
y niños, etc.
Sin embargo, cuando la iglesia comienza a definirse como un
agente de la misión de Dios, comenzará a organizar cada actividad
de la iglesia alrededor de la missio Dei. La misión como principio
organizador significa que la misión va mucho más allá de ser cierto
tipo de actividad o programa opcional para nuestras iglesias. En re-
alidad, es el eje organizador de la iglesia. La vida de la iglesia gira en
torno a ella. Esto no es para decir que no hacemos culto congrega-
cional, desarrollo comunitario, y hacemos discípulos, pero estos son
catalizados y organizados alrededor de la función de la misión.
44
que Dios está haciendo en un lugar particular podemos luego pre-
guntamos cómo Él quiere que participemos. Una teología de missio
Dei debería desafiar al plantador de iglesias a pensar menos como
un pastor que está comenzando un servicio de adoración dominical
y más como un misionero plantador de iglesia que ha sido enviado
a un entorno local.
Una forma práctica de enmarcar este tipo de participación en
la misión de Dios es considerar las “tres des” del compromiso misional.
DESCUBRIR
Si es verdaderamente la misión de Dios y no la nuestra, entonc-
es primero debemos descubrir cómo Dios está trabajando. El prim-
er paso para descubrir lo que Dios está haciendo es a través de la
escucha individual y colectivamente. Debemos de cultivar nuestra
habilidad para escuchar bien en tres frentes; al Espíritu, a la comu-
nidad local y entre nosotros. Es simplemente imposible, precisar
el movimiento de Dios sin sacar un tiempo fundamental para es-
cuchar Su voz por medio de la oración y las Escrituras, así como
las voces de aquellos a quienes deseamos servir. Si el primer paso es
descubrir, entonces la primera pregunta tiene que ser, “¿Qué está
haciendo Dios en este lugar?”.
DISCERNIR
Además de escuchar, participar en la misión de Dios implicará
la difícil tarea del discernimiento. No sólo necesitaremos discernir
lo que Dios ya está haciendo, pero tendremos que hacernos la sigui-
45
ente pregunta, “A la luz de mis (nuestros) dones y recursos, ¿cómo
Dios quiere que participe de lo que Él está haciendo? El hecho es
que no podemos hacerlo todo, lo cual es cierto tanto para los segui-
dores individuales de Jesús, como para las congregaciones locales.
¡Pero, también es cierto que Dios nos ha capacitado a todos para
hacer algo! El punto en el discernimiento es el determinar dónde y
cómo participar en la misión de Dios.
INFORME
A través del proceso de compromiso con la misión de Dios,
debemos crear oportunidades para reflexionar sobre nuestra par-
ticipación misional. Algunas veces esto puede simplemente signifi-
car que necesitamos un tiempo de descanso para reflexionar sobre
nuestras actividades. Quizás necesitemos pedirle a Dios que afirme
nuestro compromiso, o para pedir claridad en la dirección. Pero,
también significará sacar tiempo para reflexionar con otros en nues-
tra comunidad de fe. Necesitamos escuchar lo que otros están vi-
endo y percibiendo acerca de las actividades de Dios y escuchar las
historias de cómo otros se están involucrando en la misión de Dios.
Es importante para nosotros estar en una posición de ofrecer ret-
roalimentación en lo que estamos percibiendo.
Las “tres des” ayudan a poner el énfasis en el contexto de que
Dios nos ha enviado y en cómo Dios ya había estado trabajando en
ese lugar mucho antes de que llegáramos.
46
ACCIÓN
1. Identifique al menos dos grupos de personas o ubicaciones
geográficas en su ciudad o barrio donde Dios está mirando
para enviar a alguien.
2. Haga una lista de las áreas en su vida que pueden necesi-
tar cambios para que seas capaz de decir, “Aquí estoy ¡en-
víame!”. ¿Cuál es el primer paso que tomará para superar
cada obstáculo?
3. Identifique al menos dos grupos étnicos o ubicaciones
geográficas en su ciudad a la cual Dios está buscando enviar
su iglesia plantada.
4. Enumere las áreas en la vida de su iglesia que pueden necesi-
tar cambios para que la iglesia pueda decir “Aquí estamos.
¡Envíanos!”. ¿Cuál es el primer paso que su iglesia podría
tomar para superar cada obstáculo?
5. List areas in the life of your church that may need to change
for the church to be able to say “Here are we. Send us!”
What is the first step your church might take to overcome
each hindrance?
REFLEXIÓN
1. ¿Qué reflexiones tiene sobre la naturaleza misionera de
Dios?
2. ¿Cómo influye este capítulo en su forma de pensar acerca
de su propia vida?
47
3. ¿Qué pensamientos tiene sobre los diferentes puntos de vis-
ta de la iglesia? ¿Cuál de las visiones describe su perspectiva
de la iglesia de la mejor manera? ¿Qué acerca de su equipo
de plantación de iglesia?
4. ¿Puede dar ejemplos de cómo usted o su iglesia hacen mis-
iones de “carga frontal?”.
48
SECCIÓN DOS
PENSAMIENTO
DEL REINO
(CRISTOLOGÍA)
49
CAPÍTULO TRES
RECALIBRANDO
DE NUEVO
HACIA JESÚS
Toda la vida de Jesús debe ser entendida como determinante
para la vida de la Iglesia.
– Stanley Hauerwas
– Harold Wells
– Dietrich Ritschl
REPENSAR
Como se dijo en la introducción, nuestra cristología (Pens-
amiento del Reino) debería determinar nuestra misionología
(Compromiso misional), que a su vez debería determinar nuestra
eclesiología (Comunidad bíblica). Cuando conseguimos estos tres
50
conceptos en el orden incorrecto, a menudo permitimos que nues-
tra idea de la iglesia gobierne nuestro sentido de propósito y misión.
Como resultado, pasamos demasiado tiempo discutiendo sobre
las formas de adoración, estructura de la iglesia y tipos de programas
y fallamos en reconocer que nuestra eclesiología fluye más natural-
mente de un profundo sentido de misión. Jesús determina nuestro
propósito y misión en el mundo, y luego nuestra misión de seguirlo
debería llevarnos a descubrir diferentes enfoques de ser iglesia. En
pocas palabras—¡debemos comenzar con Jesús!
Sin embargo, no sólo debemos empezar con Jesús (cristología),
individualmente y como el cuerpo de Cristo, pero debemos recal-
ibrar de regreso a Jesús regularmente. El discipulado en su núcleo
básico se está convirtiendo más y más como Jesús y está experi-
mentando Su vida tal como es vivida a través de nosotros. El acto de
hacer discípulos yace en el centro de nuestra tarea como la Iglesia.
En su corazón, el cristianismo es un movimiento de Jesús, uno que
busca encarnar consistentemente la vida, las enseñanzas y la misión
de su fundador. En su simplicidad absoluta, el cristianismo en todo
es acerca de Jesús. Por lo tanto, debemos regresar constantemente
a Jesús. ¿Cómo Él vivió? ¿Qué hizo Él? ¿Cuáles fueron sus princi-
pales enseñanzas y ritmos de la vida? ¿Con quién pasó tiempo Él?
Todo esto significa que esa recuperación de la centralidad de Jesús
(cristología) es la clave para la renovación de la iglesia, ya que define
quiénes somos y qué hacemos.
Pero hablando en términos prácticos, ¿qué significa recalibrar
de regreso a Jesús? ¿Cómo podemos ser formados una vez más
51
por todos los aspectos de la vida de Jesús? Al menos parte de la re-
spuesta radica en la necesidad de cultivar una cristología robusta.
CULTIVANDO UNA
CRISTOLOGÍA ROBUSTA
La palabra cristología proviene de dos palabras griegas que sig-
nifican Cristo y estudio. Cuando se combinan, la palabra significa
el estudio de Cristo. Típicamente, la palabra cristología se usa para
referirse al estudio de la persona y el trabajo de Jesús. En otras pal-
abras, ¿quién era Jesús y qué hizo Él— particularmente en la cruz?
Sin embargo, cuando se usa la palabra robusta para describir una
cierta visión de cristología, estoy simplemente abogando por un ex-
amen más completo de la persona, trabajo y caminos de Jesús. Es
decir, ¿qué aspectos de la vida de Jesús hemos perdido, o a veces
minimizado? Si Jesús es el Alfa y la Omega (Apocalipsis 1: 8; 21: 6;
22:13) y el autor y el consumador de nuestra fe (Hebreos 12: 2), en-
tonces debemos asegurarnos de tener una visión amplia del evento
completo de Jesús.
A continuación, una imagen para ilustrar una visión comple-
ta de cristología. Notarás la centralidad de la cruz en medio de la
imagen. No podemos minimizar el trabajo expiatorio de Jesús en
la cruz. Sin embargo, hay otros aspectos de la vida de Jesús que
tienen profundas implicaciones en el desarrollo de nuestra mision-
ología (Compromiso misional) y nuestra eclesiología (Comuni-
dad bíblica). Si bien las limitaciones de este capítulo no permitirán
desempaquetar cada aspecto de la imagen, consideremos un par de
elementos claves.
52
Uno de los aspectos más profundos de la cristología que a menu-
do es degradado, es la encarnación de Jesús. La falta de atención en
este aspecto de la vida de Jesús ha afectado la forma en que pensam-
os de la misionología. La encarnación de Jesús debe informar nues-
tra postura hacia nuestro contexto. Debería moldear la forma en
qué pensamos y hacemos la misión.
La palabra encarnación proviene de una palabra en latin que lit-
eralmente significa en la carne. Se refiere al acto por el cual Dios se
hizo carne en forma humana y entró en nuestro mundo para traer
la reconciliación entre Él mismo y la humanidad. La encarnación es
la participación misional suprema de Dios en la creación (Juan 3:
16-17).4 Cuando Dios entró en nuestro mundo en y a través de la
persona de Jesús, Él vino a vivir entre nosotros (eskenosen—literal-
mente, “establece una carpa”): “La Palabra se hizo carne y sangre, y
se mudó al vecindario” (Juan 1:14, El Mensaje).
La encarnación no sólo cualifica los actos de Dios en el mun-
53
do, sino que debe también evaluar los nuestros. Si la manera central
de Dios para alcanzar al mundo fue encarnarse en Jesús, entonc-
es nuestra forma de alcanzar al mundo también debe ser la encar-
nación. Actualmente, es importante reconocer que la encarnación
de Jesús fue un evento especial e irrepetible.
Además, al entrar en el mundo de los demás, ciertamente no
podemos tomar la identidad de otra persona de la forma totalmente
integrada en que lo hizo Jesús. Pero, podemos hacer una distinción
entre la encarnación con “E” mayúscula y la misión de la encar-
nación.
Cuando consideramos seriamente la encarnación como parte
de una sólida cristología, comenzamos a permitir que influya sig-
nificativamente la manera cómo vivimos. Comenzamos a entender
que en la encarnación de Jesús Dios reveló algo acerca de sí mis-
mo—que está con y para la creación. Lea esa oración de nuevo. En
la encarnación de Jesús, nosotros aprendemos que Dios está con y
para la creación.
Y ahora, como el Jesús resucitado (resurrección y ascensión) en-
vía a Su Espíritu (Pentecostés) para empoderar a la iglesia, debemos
estar con y para el mundo. La encarnación nos ilustra que Dios, a
través de Cristo, es nuestro abogado. Y ahora debemos ser defen-
sores del mundo. Somos defensores del pecador. Lamentablemente,
cuando no permitimos que la encarnación de Jesús informe nuestra
postura hacia la cultura, terminamos siendo un adversario para el
otro en lugar de un defensor.
Otro aspecto de una cristología sólida implica la vida y enseñan-
54
za de Jesús, o los caminos de Jesús. Hay importantes implicaciones
misionales en la forma en que Jesús hizo vida con los demás. No-
sotros, también, a menudo olvidamos la naturaleza radical de las rel-
aciones de Jesús. Personas internas religiosas lo desafiaron no por su
doctrina sino por aquellos a quienes les extendió la amable y amoro-
sa hospitalidad de Dios. Como será discutido en capítulos futuros,
como seguidores de Jesús estamos llamados a cruzar los límites de
la sociedad, comer como Jesús comió, ser un pueblo de apertura y
aceptación, de gratitud y generosidad.5
55
sonalmente y como iglesia, por los caminos de Jesús? Entre otras
cosas, significará tomar los Evangelios seriamente como los textos
primarios que nos definen como personas de Jesús. Significará ac-
tuar como Jesús en relación con personas fuera de la fe. Signifi-
cará hacer preguntas inquisitivas (ver la sección de reflexión) que
desafían nuestra frecuente visión limitada de cristología. A su vez,
descubriremos que la solución principal a nuestra visión a veces ina-
decuada de la misionología y la eclesiología es más de Jesús.
En el libro ReJesús: Un Mesías Salvaje para una iglesia Misional,
(ReJesus: A Wild Messiah for a Missional Church) los autores ofre-
cen una metáfora apropiada para recalibrar a Jesús.
56
to, todas las ráfagas de energía renovada sólo nos empujarán
más hacia espacio.7
ACCIÓN
1. Estudia los Evangelios. Lee y vuelve a leer los cuatro Evange-
lios. Desarrolle un hábito de marinar su mente y alma en los
Evangelios. Tal vez establezca un ritmo comunitario donde
todos leen el mismo Evangelio en el mismo período de ti-
empo. O asigne un Evangelio por mes que todos puedan
leer juntos. Considere explorar las parábolas que Jesús
contó y trate de integrar las verdades en la vida cotidiana.
Explore lo que dijo Jesús sobre ciertos temas como el Rei-
no de Dios, la oración, el dinero o posesiones.
2. Lee acerca de Jesús. Elige un libro escrito sobre Jesús que
todos los que forman parte de su equipo de plantación de
iglesia o comunidad misional puedan leer juntos.
3. Tómese unos minutos para examinar la “Cristología ro-
busta” de la imagen. Al considerar cada aspecto de la
imagen, escriba abajo cómo podrían influir en la for-
ma en que piensa y participa de la misión de Dios.
57
REFLEXIÓN
Responda las siguientes preguntas usted mismo; luego haga es-
tas mismas preguntas a aquellos en su equipo de plantación o
comunidad misional:
1. ¿Qué papel continuo desempeña Jesús en la configuración
del contenido y cultura de la Iglesia?
2. ¿Cómo está informada y moldeada la religión cristiana por
el Jesús que nos encontramos en los Evangelios?
3. ¿Cómo evalúa la consistencia o inconsistencia entre la vida
y el ejemplo de Jesús y la forma actual del cristianismo?
4. ¿Cómo puedes volver a recalibrar a Jesús? ¿Cómo puede esa
recalibración renovar su discipulado, comunidad cristiana y
la misión continua de la Iglesia?
58
C A P Í T U L O C UAT R O
EL EVANGELIO
DEL REINO
Busca primero el Reino de Dios.
– Jesus
– Jeff Christopherson
REPENSAR
En los últimos años, ha habido un enfoque significativo en el
evangelio y la idea del ministerio “centrado en el evangelio”. Este
cambio ha sido una necesaria recalibración de regreso al texto bí-
blico y nuestra comprensión de la persona y el trabajo de Jesús. Sin
embargo, necesitamos asegurarnos de que haya claridad en lo que
significa cuando alguien usa la palabra evangelio. Cuando hablamos
del evangelio, ¿estamos hablando en una manera que sea consistente
con la historia de Jesús y el mensaje de la iglesia primitiva?
En el prólogo del excelente libro de Scot McKnight, El Evange-
lio del Rey Jesús (King Jesus Gospel), N.T. Wright dice:
59
Para muchas personas, “el evangelio” se ha reducido a una
declaración sobre la muerte de Jesús ... y a una oración con
la cual las personas lo aceptan. Eso importa, la forma de las
hélices de un helicóptero importa. No podrá despegar sin el-
las. Pero, las hélices por sí solas no hacen un helicóptero. Y
una teoría microcósmica de la expiación y la fe, por sí mis-
mas, no conforman “el evangelio”.8
60
Tercero, en las epístolas, el término evangelio adquiere un matiz
de comprensión. Se convirtió en el evangelio acerca de Jesús. En el
corazón de este evangelio estaba el anuncio de quién era Jesús y qué
había logrado en su vida. Había un contenido definido para el evan-
gelio. El apóstol Pablo declara en 1 Corintios:
61
más que un conjunto de doctrinas. Es una persona. La afirmación
central de la iglesia primitiva fue que Jesús era el Mesías. Jesús fue
el Rey. Jesús era el Señor. El evangelio para la iglesia primitiva era
contar toda la historia de Jesús. Ellos vieron el evangelismo como
el anuncio de un evento, la descripción de un evento que trae sal-
vación en la historia. Ellos estaban más preocupados por anunciar
el evento de Jesús que las descripciones detalladas de creencia doctrinal.
En el libro El Reino Primero (Kingdom First), el autor Jeff
Christopherson nos desafía a hacer una clara distinción:
62
inconfundible a lo largo de los Evangelios: “El Reino de los cielos es
así”, “El Reino de los cielos está dentro de ti”, “El Reino de Dios se
ha acercado”, “hasta que venga el Reino de Dios”, “debo predicar el
Reino de Dios”.
Para comprender completamente la historia de Jesús, debemos
ver cómo su muerte y resurrección se relacionan con la agenda de
su Reino tal como se presenta en los Evangelios. Simplemente, no
podemos entender uno sin el otro. Pero, ¿cómo debemos entender
la forma en que Jesús habló del Reino? Un buen lugar para comen-
zar es entender que la palabra Reino es una combinación de dos pa-
labras: rey y dominio. Se refiere a la realidad del dominio del rey,
incluyendo sus leyes, códigos y directrices. Los ciudadanos en un
Reino deben acatar los decretos de su rey y darle su lealtad total. Y
no deben seguir ni obedecer a ningún gobernante rival que trataría
de quitar cualquier autoridad del rey reinante. Hacer eso sería tra-
10
63
de Su expiación y Su victoria eterna en todas las manifesta-
ciones de nuestro mundo quebrantado (según Col.1: 19-20).
Mientras vivimos ahora la tensión de que no veremos por
completo la plenitud de la paz de Cristo hasta el nuevo cielo y
la nueva tierra, hay una promesa de paz donde actualmente
abunda la tristeza. Este es el evangelio del Reino ...
64
de Dios, y no el nuestro, entramos al Reino; no podemos hacerlo ni
podemos construirlo.
Además, la única entrada a Su Reino es la obediencia al trabajo,
las palabras y los caminos de Jesús. Él es el camino. Si esperamos
experimentar la paz de Dios, nos comprometemos a convertirnos
en pacificadores. Si nosotros deseamos heredar la tierra, dejemos de
luchar por ella. Nos comprometemos a mansedumbre en lugar de
usar el poder. Si queremos vivir en el Reino de la misericordia de
Dios, nos convertimos en practicantes de misericordia en nuestras
actitudes y acciones.
65
en que vemos a Jesús haciendo Su trabajo influye en la manera en
que hacemos nuestro trabajo.
Además, el lenguaje de recibir el Reino o Reino de Dios debería
ayudar a dar forma a nuestra visión del discipulado personal. La
vida cotidiana se vuelve una disciplina de preguntar cómo podemos
movernos más directamente al Reino de Dios ¿Cómo podemos vi-
vir más obedientemente a Su reinado? ¿Cómo podemos acogerlo y
recibirlo en la estructura de nuestras vidas? ¿Y cómo reconocemos
y participamos mejor en la actividad de su Reino?
Por último, una perspectiva del Reino de Dios ofrece marco
mayor de bienvenida para el evangelismo. El misionólogo Lois Bar-
rett comparte cómo una comprensión del Reino de Dios debería
influir la postura de la Iglesia hacia los que están fuera de la Iglesia:
66
cuentran en la persona de Jesús. Y el mensaje de las buenas nuevas
que Jesús proclamó es que el Reino de Dios, el gobierno soberano
de Dios, está irrumpiendo en el mundo presente. Además, el trabajo
y los caminos de Jesús (Su encarnación, muerte, resurrección, ascen-
sión y don del Espíritu) están diseñados no para sacarnos de esta
tierra sino para hacernos agentes de la transformación de esta tierra.
Dios ya no quería rescatar a los humanos de la creación de lo
que quería rescatar a Israel de los gentiles. “Él quería rescatar a Israel
para que Israel fuera una luz para los gentiles, y quería rescatar a los
humanos para que los humanos pudieran ser sus mayordomos de
rescate sobre la creación”. Lo cual, por supuesto, sólo se lleva a cabo
13
ACCIÓN
1. Articule en sus propias palabras el significado de la palabra
evangelio. ¿Cómo definiría el Reino?
REFLEXIÓN
1. ¿Cómo ha desafiado este capítulo su visión del evangelio?
¿Qué hay del Reino de Dios?
2. ¿Cómo el contraste en el lenguaje de “expandir” y “con-
struir” para “entrar” y “recibir” cambia su punto de vista del
Reino? ¿Cuáles son algunas implicaciones personales de eso
cambio?
67
CAPÍTULO CINCO
LA AGENDA
DEL REINO
– Lesslie Newbigin
– N. T. Wright
– Brian Zahnd
REPENSAR
En el último capítulo, discutimos cómo era el Reino de Dios
central a las enseñanzas de Jesús. Proclamando las buenas nuevas del
Reino fue su mensaje y misión principal.
68
El mensaje del Reino es las buenas nuevas porque se trata del
Reino activo de Dios durante el curso de la historia para lograr sus
propósitos en el mundo a través de Jesús. En el más simple de los
términos, el Reino de Dios es como el mundo se ve cuando el Rey Jesús
se sale con la suya. ¿Pero cómo encaja la iglesia en el concepto del
Reino? ¿Qué papel juega la Iglesia en la agenda del Reino de Jesús?
Desafortunadamente, en América del Norte, el cristianismo
es visto (por ambos, aquellos dentro como fuera de la Iglesia) en
gran medida como una práctica de iglesia centralizada; es una or-
ganización religiosa que existe para los cristianos. Esta “perspectiva
prevaleciente en demasiadas congregaciones es una visión errónea
de la naturaleza y el papel de la Iglesia en la misión de Dios. No sólo
no es bíblico, sino que también socava, distorsiona, y desacredita la
agenda del Reino de Dios”.14
Como se dijo anteriormente, la Iglesia no puede crear o con-
struir el Reino, pero puede atestiguarlo. Este testimonio sucede en
palabras y hechos, en los milagros, en la transformación de las vidas
de las personas, en la presencia del Espíritu Santo y en la recreación
radical de la humanidad. El testimonio de una congregación local
sobre el gobierno del Rey es en sí mismo parte del contenido del
Reino de Dios que se proclama. El Reino llega a medida que se da a
conocer a Jesús. Las congregaciones locales participan en la llegada
del Reino a medida que viven sus vidas como comunidades bíblicas
compuestas de discípulos del Rey. Ellos se convierten en sucursales
del Reino.15
Simplemente no podemos comprender completamente el alca-
69
nce y la profundidad de la misión de la congregación a menos que la
veamos en relación con el Reino de Dios en el mundo.
La Iglesia debe abrazar e incorporar una nueva narrativa que
esté motivada por la misión de Dios y las preocupaciones del Reino
en lugar de los problemas de la Iglesia.
En el libro El Reino Viene (Kingdom Come), el autor Reggie Mc-
Neal comparte una ilustración que ayuda a clarificar la distinción
entre Reino e Iglesia.
70
Reino. Pero, la Iglesia no es un sustituto del Reino.
Entonces, ¿qué papel juega la Iglesia en la agenda del Reino?
¿Qué significa para la Iglesia abrazar las preocupaciones del Reino?
¿Cómo podemos entender mejor como se vería tener congrega-
ciones locales participando en el Reino venidero?
La misionóloga Lesslie Newbigin, quien fue una misionera
británica en India, proporciona una forma útil de pensar acerca de
la relación de la Iglesia al Reino cuando afirma que la iglesia vive
como una señal, una primicia e instrumento del Reino de Dios. La 17
LA IGLESIA COMO
SEÑAL DEL REINO
El propósito de una señal es marcar el camino a algo que aún no
está completamente visible—señalando a las personas a una reali-
dad que está a la vuelta de la esquina. La Iglesia se describe como el
signo de la sabiduría de Dios en Efesios: “El fin de todo esto es que
la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora,
por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones
celestiales”, (3:10, NVI). Nuestra forma de vida en común como Ig-
lesia debería llevar a las personas al futuro con Dios.
71
LA IGLESIA COMO
ANTICIPO DEL REINO
La Iglesia sirve como un anticipo cuando las personas saborean
el futuro con Dios en el presente. La Iglesia es un anticipo cuando
demuestra cómo es la vida cuando los hombres y las mujeres viven
bajo el dominio y el reinado de Dios. La Iglesia muestra al mundo
lo que significa encarnar el perdón y vivir en armonía y amor el uno
con el otro. De este modo, la iglesia se convierte en un anticipo tan-
gible, aunque no perfecto, del Reino que está por venir. “La Iglesia
debería ser un aperitivo tangible del futuro de Dios”. 18
72
concluimos que el mundo venidero será un lugar de justicia
completa y perfecta, se deduce que la misión de la iglesia es
crear anticipos de la justicia venidera.
LA IGLESIA COMO
INSTRUMENTO DEL REINO
Como se indica en la ilustración del aeropuerto, la iglesia no es
el destino final. En cambio, las iglesias locales son instrumentos de
algo mayor que ellas mismos. Ellas son herramientas del Reino de
Dios. Nosotros en la Iglesia a menudo asumimos erróneamente que
73
la actividad principal de Dios está en la Iglesia, en lugar de reconoc-
er que la principal actividad de Dios está en el mundo, y la Iglesia
es el instrumento de Dios enviado al mundo para participar en la
misión de redención de su Reino. Es interesante notar que ser un in-
strumento del Reino representa un papel activo. En otras palabras,
estamos descubriendo activamente formas de unirse a la agenda del
Reino. Estamos constantemente buscando formas de participar en
la misión de Dios. Por esta razón, Pablo puede dirigirse a los cristia-
nos como “colaboradores del Reino de Dios” (Colosenses 4:11) y
considerar que están “sufriendo” por el Reino de Dios (2 Tesaloni-
censes 1: 5).
También es bueno reconocer que somos instrumentos en am-
bos palabras y obras. En palabras, somos mensajeros del Reino.
Nosotros proclamamos las buenas nuevas del gobierno de Dios y
su reinado en Cristo. Pero, como mensajeros, también traemos esas
palabras a la vida de maneras tangibles. Anunciaremos (anuncian-
do, adorando, evangelismo), y nosotros demostraremos (justicia,
amor, reconciliación) que reinan.
Al considerar la importancia de la demostración, es útil que se
nos recuerde que en las Escrituras hay más de 2.000 pasajes que ex-
presan el corazón de Dios para los vulnerables y débiles. No sólo
estos textos nos muestran que Dios se preocupa por las personas en
su angustia, pero Él espera que nosotros—como Su cuerpo— ten-
gamos la misma preocupación.
Por ejemplo, Deuteronomio 10:18 dice: “Él defiende la causa
del huérfano y de la viuda, y muestra su amor por el extranjero,
74
proveyéndole ropa y alimentos”. En Zacarías 7: 9-10, leemos,
“Juzguen con verdadera justicia; muestren amor y compasión… No
opriman a las viudas ni a los huérfanos, ni a los extranjeros ni a los
pobres”. Además, el Salmo 68: 5 dice que Dios es “Padre de los huér-
fanos, y defensor de las viudas”. A lo largo del Antiguo Testamento,
vemos estas enseñanzas una y otra vez.
El Nuevo Testamento continúa con esta misma historia de
ejemplos entre el pueblo de Dios y los llamados del Señor para in-
volucrarse en los problemas de justicia. Aproximadamente un tercio
de los pasajes de los cuatro evangelios registran los actos de justicia
y misericordia de Jesús. En el libro de Hechos, vemos a la iglesia
cuidando las necesidades físicas de otros miembros: “pues no había
ningún necesitado en la comunidad. Quienes poseían casas o ter-
renos los vendían, llevaban el dinero de las ventas y lo entregaban
a los apóstoles para que se distribuyera a cada uno según su necesi-
dad” (Hechos 4: 34-35). En 2 Corintios 9: 7-15, Pablo nos enseña
que somos bendecidos para que abundemos en buenas obras, repar-
tiendo regalos a los pobres y provocando rectitud que perdure para
siempre. Ilustrado en numerosos pasajes del Nuevo Testamento, la
iglesia está llamada a demostrar paz y alivio a un mundo quebranta-
do. (Véase Mateo 5: 3; 6: 2-3; 19:21; 25: 34-40; Marcos 12: 42-43;
14: 7; Lucas 4:18; 12:33; 14: 13-14; 19:22; Hechos 9:36; 10:31;
24:17; Romanos 15:26; 1 Corintios 13: 3; Gálatas 2:10; 1 Timoteo
5: 3-4; 5:16; Santiago 1:27; 2: 1-6).
75
CONCLUSIÓN
El lenguaje del Reino a menudo evoca imágenes de poderosos
imperios, poderosos ejércitos y familias nobles. Pero, esa no es la
imagen que Jesús presentó del Reino de Dios.
76
Luego, en Lucas 13, Jesús pasa a la ilustración de la levadura.
La acción de la levadura (fermentación) es invisible, pero su efecto
es omnipresente, transformando radicalmente todo lo que entra en
contacto. Jesús nos está enseñando a ver el significado de lo insig-
nificante.
El Reino de Dios se revela, a través de ambos, anuncio y dem-
ostración, cuando los hombres y las mujeres comunes viven como
ciudadanos del Rey en cada barrio y lugar público que componen
una ciudad. Es raramente dramático o milagroso, pero es imparable.
ACCIÓN
1. Mantenga un diario día a día por al menos una semana.
Tenga en cuenta “los avistamientos de Dios” y “los impulsos
del Espíritu” donde Dios le está instando a participar en la
agenda de su Reino. Después de unos días, evalué lo que ha
escrito para ver si ha surgido algún patrón. ¿Qué ha visto
nuevo? ¿Cómo está siendo animado a involucrarse?
REFLEXIÓN
1. ¿Está más centrado en la iglesia o centrado en el Reino?
¿Qué acerca de su plantación de iglesia? ¿Cómo puede ayu-
dar a establecer una cultura más centrada en el Reino en su
plantación de iglesia?
2. ¿Cómo la analogía del aeropuerto le ha hecho pensar de
manera diferente sobre la iglesia?
3. ¿Cómo funciona el lenguaje de signos, anticipo e instru-
mento de Newbigin influencia la forma en que piensa sobre
77
la iglesia y su relación con el Reino de Dios?
4. ¿Cómo podría ayudar a su plantación de iglesia a represen-
tar el reinado de como un signo, anticipo e instrumento del
Reino?
78
CAPÍTULO SEIS
JESÚS
ESPIRITUALIDAD
La espiritualidad y la misión pertenecen juntas
inseparablemente, como respirando y exhalando.
– Barry Jones
– Michael Frost
– Deb Hirsch
REPENSAR
Un énfasis principal de la conversación de la Iglesia misional
es la naturaleza de enviado de nuestro llamado como el cuerpo de
Cristo—ir a la cultura con el evangelio, proclamando y demostran-
do las buenas nuevas del Reino. En un capítulo anterior, discutimos
cómo la Iglesia es enviada, gente misionera, lo que significa que a
menudo necesitaremos ir donde están las personas. En la siguiente
79
sección principal del libro, hablaremos sobre varios compor-
tamientos misioneros específicos que dependen al ir a los lugares
donde vivimos, trabajamos y jugamos.
Sin embargo, es fundamental no perder de vista la verdad de
que no podemos salir bajo nuestra propia fuerza, entendimiento o
poder. Para confiar simplemente sobre la razón humana o el talento
es invitar a problemas a lo largo del camino de la misión. Si bien
ciertamente queremos alentar a la Iglesia a participar en la misión
de Dios y hacer discípulos mientras “vamos” (Mateo 28:19, Mar-
cos 16:15), no debemos olvidar el mandamiento de Jesús de “espe-
rar”(Lucas 24:49). El poder del Espíritu Santo es esencial para que
no vayamos con nuestra propia fuerza e intelecto.
El profesor Paul Jensen escribe sobre el tipo de enfermedad que
puede desarrollarse cuando establecemos un ritmo de vida que está
desequilibrado. Cuando exageramos al ir al punto de que perdemos
la capacidad de escuchar al Espíritu, los efectos pueden ser destruc-
tivos. Jensen argumenta que la eliminación del tiempo y el espacio
para escuchar al Espíritu deja a la Iglesia sin poder:
80
impotente ante su ritmo adictivo y necesita de Dios para liber-
arla de los patrones de enfermedad. Necesita tratamiento.21
ESPIRITUALIDAD Y MISIÓN
Raramente prestamos mucha atención al ritmo de nuestra
respiración a menos que algo lo interrumpa. Pero, el ritmo constan-
te de respirar y la exhalación no cesa desde el momento de nuestro
nacimiento hasta el último aliento que tomamos en la muerte. El
promedio adulto toma entre 12 y 18 respiraciones por minuto, lo
que significa que el ritmo de inhalación y la exhalación ocurre más
81
de 20,000 veces todos los días. El ritmo de nuestra respiración es, en
cierto sentido, el ritmo de la vida.
En un excelente libro titulado Habitar: La Vida con Dios para
el Mundo (Dwell: Life with God for the World), el autor Barry Jones
habla de este ritmo como una forma de entender espiritualidad y
misión:
No leemos los Evangelios por mucho tiempo sin ver a Jesús gui-
ando a Sus discípulos en oportunidades por el bien de la formación
interna. A menudo los invitaba a unirse a Él en salidas especiales.
A veces, estaba en una de sus casas o en la cima de una montaña, en
una habitación superior, en un jardín, en un bote, en zona costera o
un paseo por un campo de trigo. Jesús parecía seguir un hábito de
disciplina autoimpuesto que con frecuencia lo alejó de las multi-
tudes y del ministerio hacia la soledad, el descanso y la oración, am-
bos, sólo y en la pequeña compañía de Sus doce discípulos. Estos 23
82
períodos de misión, o exhalación, que incluían la predicación, la
sanidad, echar fuera demonios y realizar otros milagros.
El punto es que hay una correlación crítica y directa entre es-
piritualidad interior (tiempo a solas con el Padre) y nuestra misión.
No vamos a entender completamente dónde y cómo involúcranos
como también tener el poder de participar si no tenemos mucho
tiempo a solas con el Padre escuchando en oración, leyendo las Es-
crituras, adorando, en silencio y participando en otras disciplinas
espirituales clásicas.
¡Simplemente no podemos ir en nuestro propio poder!
A continuación, se muestra una muestra breve y reveladora de
la correlación entre los frecuentes retiros de Jesús de las masas y su
poder en la misión en palabra y obra. Su comunión con el Padre
y el Espíritu, en soledad o con otros, alimentaron su compromiso
ministerial.24
Retirada Empoderamiento
Marcos 1: 11-13 Marcos 1: 13-34
Retiros al desierto y es Comienza el ministerio
tentado. público. Proclama el evangelio.
Solo Llama a sus discípulos, sana
a las personas y echa fuera
demonios.
83
Marcos 3:13-19 Marcos 3:2-5:43
Sube a la montaña con Enseña. Calma la tormenta.
los doce. Echa fuera demonios.
En communidad Múltiples sanidades.
84
Retirada Empoderamiento
85
Hechos 4:23-30 Hechos 4:31-35
Los creyentes se reúnen en Creyentes llenos del Espíritu.
oración Palabra proclamada con
En comunidad valentía.
Los creyentes experimentan la
unidad.
Posesiones compartidas.
Ninguno necesitado.
Atmósfera de gracia se
desarrolla.
86
Hechos 13:1-3 Hechos 13:2-5
Los líderes de la iglesia de El Espíritu Santo da
Antioquía Adoran, ayunan, instrucciones.
oran. Bernabé y Saulo enviados en el
In Community poder del espíritu.
El evangelio proclamado en
sinagogas Judías.
El evangelio proclamado por
toda la región.
ESPIRITUALIDAD, SANTIDAD
Y COMPROMISO
Hay otro aspecto de la inhalación y exhalación en los ritmos de
espiritualidad y misión que deberían abordarse. A menudo cuando
pensamos en la idea de espiritualidad, la comparamos con el con-
cepto de santidad. Históricamente, la espiritualidad estaba en el
dominio de un tipo de misticismo que buscaba a Dios aparte de
un compromiso real con el mundo. Muchos escritores espirituales
cristianos influyentes desarrollaron sus ideas y escribieron sus libros
sobre la espiritualidad de los monasterios o de las iglesias que iden-
tificaron su tarea principal como pastoral en lugar de misional o de
hacer discípulos. Hoy, esto ha llevado a la perspectiva de muchos
que se puede definir como santidad por negación o santidad por
evasión. En otras palabras, se trata de una fe definida más por lo
que no debemos hacer, sino por lo que deberíamos. Pero, esto sim-
plemente no es la manera de Jesús. La espiritualidad cristiana en el
camino de Jesús debe ser una espiritualidad con y para el mundo.
Sólo piensen por un momento en el ministerio de Jesús. Él vivió
87
un tipo de santidad que hizo que los “pecadores” se unieran a Él.
Personas que no eran como Jesús. Su marca de santidad no disuadió
a los pecadores de querer acercarse y ser personales con Él. Los Evan-
gelios están llenos de historias de pecadores, los quebrantados y los
marginados que intentaban estar cerca de Él. Jesús era diferente. Él
no era como los otros líderes religiosos de su tiempo.
Piensa en la historia de la mujer con el problema del flujo de
sangre (Marcos 5: 25-30). Ella sabía, como todos los demás, que su
condición particular requería una separación estricta de la comu-
nidad y que los “santos” debían evitar todo contacto con personas
como ella. Y todavía este hombre sagrado emanaba algo que la hizo
extender la mano y tocarlo. Ella no estaba asustada ni repelida por
la forma de santidad de Jesús porque su santidad era invitante, se-
ductora y atractiva.26
La santidad de Jesús fue convincente. Los Evangelios dan una
imagen clara y cristalina de cómo los desechados sociales anhela-
ban estar alrededor de Jesús. Leprosos, prostitutas, recaudadores de
impuestos, adúlteros, soldados romanos, samaritanos, gentiles—la
lista sigue y sigue. Tal vez, aún más sorprendente que los pecadores
querían estar cerca de Jesús era que Jesús quería estar cerca de los
pecadores Esto, por supuesto, fue todo el propósito de la misión de
Jesús, para salvar a los “pecadores” (Lucas 19:10), y como resultado,
Él practicó proximidad activa con ellos. Jesús, el Santo, a menudo
fue fuera de su camino para conectarse o ser visto con aquellos a
quienes otros “santos” del día nunca hubieran imaginado estar. La
santidad de Jesús es redentora, misional, abrazadora santidad de la
gente que no se separa del mundo, sino que libera.27
88
ACCIÓN
1. Al menos cuatro veces esta semana, aparte de 15 a 20 minu-
tos para simplemente escuchar la voz del Señor. No hable,
sólo escuche. No haga nada, sólo abrácese para escuchar Su
voz. Asegúrese de encontrar un lugar donde pueda estar
solo sin distracciones.
2. Tome nota de lo que el Señor está compartiendo con usted.
¿Le ha revelado Él algo sobre el compromiso? ¿Hay aspec-
tos de quebrantamiento en su contexto que necesita ver?
¿Cómo podría Él estar preparándolo para involucrarse en
ese quebrantamiento?
REFLEXIÓN
1. ¿Es más una persona que espera o se mueve? Si tienes difi-
cultad para la espera, ¿ve la importancia de la inhalación?
2. Si tiene dificultades para esperar, ¿qué hará para comenzar
a hacer tiempo y
3. espacio para respirar?
4. ¿Qué le llama la atención sobre los ritmos de retiro y empod-
eramiento del Evangelio de Marcos y el libro de los Hechos?
¿Cómo cambia esto la forma de ver ambos aspectos de este
ritmo?
5. ¿Qué pensamientos tiene sobre la diferencia entre una san-
tidad por negación versus santidad por compromiso?
89
SECTION THREE
COMPROMISO
MISIONAL
(MISSIOLOGY)
90
CAPÍTULO SIETE
LUGAR,
ORACIÓN Y LA
PERSONA DE PAZ
Entre los judíos me volví judío, a fin de ganarlos a ellos. Entre
los que viven bajo la ley me volví como los que están someti-
dos a ella (aunque yo mismo no vivo bajo la ley), a fin de ganar
a estos. 21 Entre los que no tienen la ley me volví como los que
están sin ley (aunque no estoy libre de la ley de Dios, sino
comprometido con la ley de Cristo), a fin de ganar a los que
están sin ley. 22 Entre los débiles me hice débil, a fin de ganar a
los débiles. Me hice todo para todos, a fin de salvar a algunos
por todos los medios posibles.
REPENSAR
A medida que avanzamos en una nueva sección del libro, el ob-
jetivo es ayudarte pensar misionológicamente. Misionología es una
gran palabra que simplemente significa el estudio de misiones que
91
busca identificar los temas y los motivos en las Escrituras que mandan
al pueblo de Dios a comprometerse con el mundo. Estos temas, entre
otros, incluyen la missio Dei (la misión de Dios), la encarnación y
el Reino de Dios, temas que fueron abordados en los capítulos 2 y
3. Sin embargo, también describen el compromiso de la iglesia con
la justicia social, el discipulado y el evangelismo. La conclusión es
que la misionología busca definir los propósitos de la iglesia a la luz
de la voluntad de Dios para el mundo. Este es realmente el princi-
pal tema de este libro—repensar los propósitos de su plantación de
iglesia a la luz de la voluntad de Dios para redimir y restaurar un
mundo roto.
Al considerar el compromiso misional, debemos comenzar con
la importancia de entender el contexto o lo que algunas personas se
refirieren como contextualización. En los términos más simples, el
contextualizar significa poner algo en contexto.
En el pasaje anterior de 1 Corintios, Pablo sugiere una postura
misional sobre sí mismo hacia diferentes culturas y personas. Él hace
esto para construir puentes relacionales y tener una mejor oportuni-
dad para comunicar claramente el evangelio. Él está tratando de co-
locar el evangelio en contexto en diferentes escenarios. Podríamos
llamar a esto vivir una vida contextual. Compilado de las palabras
de Pablo en este pasaje, podemos desarrollar una definición más
completa al afirmar que la contextualización involucra comprender
una cultura particular y adaptar la comunicación del evangelio a las
formas y expresiones de esa cultura para que los obstáculos al evangelio
puedan ser superados.28
92
Históricamente, la práctica de la contextualización ha sido en
gran parte el trabajo de las misiones transculturales. Los misioner-
os enviados a tierras extranjeras tuvieron que pasar un tiempo y es-
fuerzo significativo para comprender las culturas locales y discernir
cómo contextualizar mejor el evangelio en contextos particulares.
Sin embargo, la cultura norteamericana ha experimentado un cam-
bio sustancial. Similar a los misioneros que fueron enviados al exte-
rior, ahora estamos viviendo en un contexto misionero que requiere
contextualización.
93
El proceso de aprendizaje contextual mencionado en la cita an-
terior a veces se conoce como exégesis de la comunidad. Hacer exé-
gesis de una comunidad es el proceso de desenterrar e interpretar
aspectos dentro de un contexto que no son fácilmente observables
en la superficie. A través de este proceso de exégesis a una comuni-
dad local, un plantador de iglesia puede asegurar una comprensión
adecuada de un contexto particular.
94
escucha sin filtro, sin prejuicios o presunción. (3) Implementación:
a la luz de lo que se aprende, ¿qué pasos probables debe tomar un
plantador de iglesias?
Ahora examinemos el contenido de cada una de estas cuatro
áreas de exégesis de la comunidad y sugiramos posibles preguntas
para cada uno de los tres puntos de descubrimiento.
SOCIAL
Las estructuras sociales de una comunidad ayudan a aclarar
cómo se forman las relaciones, así como quién está o no está conect-
ado en la comunidad. Se puede obtener una mayor comprensión
preguntando:
95
CONVERSACIÓN (¿QUÉ ESCUCHO?)
• Hable con los guardianes o agentes de poder en la
comunidad. Haga preguntas relacionadas con la salud de
las relaciones en la comunidad, así como su percepción de
lo que está yendo bien en la comunidad y lo que podría
mejorarse. Haga preguntas específicas sobre problemas
sociales y qué tan efectivamente están siendo abordados.
• Haga preguntas a las personas sobre su comunidad:
¿Quién vive en esta comunidad o vecindario? ¿Hay focos
de personas de origen étnico en su comunidad? Si es así,
¿dónde ellos viven?
• Escuche atentamente lo que se dice a los empleados,
meseros y en conversaciones generales en la comunidad.
Intenta determinar los estilos de vida y cosmovisiones con
los que las personas operan.
• Qué culturas e instituciones significativas son parte de la
trama de sus vidas? ¿Nota usted alguna construcción nueva
en la comunidad?
• ¿Cómo las personas perciben las “cosas nuevas” iniciándose
en su área?
96
ECONÓMICO
Una vez que haya adquirido una comprensión introductoria del
clima social de la comunidad, usted está listo para comprender el am-
biente financiero que gobierna el comportamiento de las personas.
La estructura económica de una comunidad es importante porque
puede darles a las personas una sensación de estabilidad o inestab-
ilidad, crecimiento o declive. La comprensión de la economía del
área también puede ayudar a determinar lo que qué la comunidad
generalmente valora. Las personas invierten su tiempo y dinero en
lo que consideran importante. Por lo tanto, examinando las impli-
caciones económicas del contexto es mucho más complejo que la
información demográfica sobre los ingresos medios y los niveles de
educación; necesita llegar a los valores. Aquí hay algunas maneras
de descubrir el latido del corazón económico de una comunidad:
FÍSICO
Después de haber revuelto la superficie de la comprensión de lo
98
social y las realidades económicas de nuestro contexto propuesto,
sería sabio después obtener una apreciación más profunda de la
distribución física de la comunidad. Al tratar de determinar la ubi-
cación de dónde comenzar una nueva iglesia, se vuelve importante
notar los límites de cualquier área geográfica que puedan impedir
un nuevo trabajo. También, ¿qué que dice el paisaje acerca del lugar
y la gente?
99
• Pregunte a las instalaciones recreativas sobre la distancia
que sus miembros viajan en orden de poder participar.
• Pregunte a las personas si saben de un lugar para comer y
vea si están familiarizados con el área
• Otra pregunta puede ser: “¿Hay algún lugar que
recomendarías que evite mientras estoy en su ciudad? ¿Por
qué es eso?”
• Pregunte, “¿Cuál es el trayecto más largo que haría
semanalmente si fuera algo a lo usted quisiera asistir?”
• Pregunte: “¿Hay alguna dirección que no desea conducir
para llegar a algún lugar? ¿Por qué es eso?”
ESPIRITUAL
La cuarta y última área de investigación contextual es la del
clima espiritual de la comunidad. Si bien todos los aspectos de un
proceso exegético están diseñados para determinar la actividad de
Dios, este tiene un enfoque específico. Usted está estudiando la co-
munidad para aprender cómo la gente ha estado involucrada espiri-
tualmente en el pasado y cómo eso está afectando la realidad actual.
100
OBSERVACIÓN (¿QUÉ VEO?)
• ¿Las iglesias que ha descubierto están creciendo,
manteniéndose o declinando?
• ¿Cuántas iglesia son evangelísticas en sus propósitos
y planes?
• ¿Cuáles son los lugares “espirituales” en la comunidad,
además de iglesias (mezquitas, templos, salas de lectura de
ciencia cristiana, etc.)?
• ¿La comunidad está dando apoyo a causas caritativas?
• ¿Hay alguna escuela cristiana en el área?
• ¿Hay alguna organización cristiana sin fines de lucro,
paraeclesiástica o social? ¿en el área?
• ¿Hay personas probables de paz en la comunidad?
101
• Pregunte a los residentes: ¿”Dónde están los lugares de
vida, esperanza y belleza en la comunidad”? Si pudiera
hacer una petición espiritual, ¿qué sería? ¿De qué manera
siente la presencia de Dios donde vive?
ORACIÓN
Otro aspecto importante de contextualizar el evangelio en una
comunidad local implica el poder de la oración. Pasajes que ayudan
102
a recordarnos la importancia de la oración con respecto a nuestros
contextos incluyen a Jeremías 29 y Mateo 9. En Jeremías, Dios in-
struye al profeta para que, “busquen el bienestar de la ciudad adonde
los he deportado, y pidan al Señor por ella” (Jeremías 29:7, NVI).
Debemos orar por el bienestar—el Shalom—de nuestras ciudades.
Debemos orar que la ciudad se desarrolle y prospere.
En Mateo 9, Jesús ordena a los discípulos, "La cosecha es
abundante, pero son pocos los obreros—les dijo a sus discípulos—
Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su
campo." (Mateo 9: 37-38, NVI). Jesús nos desafía a orar para que los
discípulos sean enviados a la cosecha.
Orar por lo que Dios está haciendo en nuestras ciudades es una
forma crucial de participar en la misión de Dios. Como un planta-
dor de iglesia llamado a un lugar o grupo de personas en particular,
debe interceder en nombre de su ciudad. A continuación hay una
lista de oraciones que sirve de guía por orar por su contexto. Si es
necesario, modifique el énfasis de cada oración. La idea es tener un
enfoque específico cada día para orar por su contexto.
103
Lunes—Ore Isaías 61:1-3 y Lucas 4:18-19 para su ciudad.
Pídale al Señor que lo ayude a ver a los pobres, a los quebrantados
de corazón, a los cautivos, a los ciegos y a los oprimidos en su comu-
nidad y cómo alcanzarlos mejor con el evangelio.
104
Viernes—Ore por los vecinos. Cree una lista de vecinos que vi-
ven en las casas inmediatas de en frente, detrás y al lado de su casa.
Ya sea que viva en un complejo de apartamentos, un hogar famil-
iar o un entorno rural, haga una lista de vecinos. Ore para que el
Espíritu golpee sus corazones y que cree oportunidades para que
comience a cultivar relaciones.
PERSONA DE PAZ
Un lugar donde vemos la idea de la persona de paz en acción es
en Lucas 10: 1-12, que es la historia de Jesús enviando a los 72. En
su servicio de comisión se dirigió a ellos, Él les instruye que busquen
a una persona de paz en cada comunidad:
105
visitar varias familias hasta que encontraran un “hombre de
paz”. Luego debían concentrase en su amistad en ese hogar.
ACCIÓN
1. Trabaje a lo largo de cada paso del proceso “cómo hacer ex-
égesis a una comunidad nueva”, luego encuentre a alguien
para compartir sus descubrimientos.
2. Describa su plan de oración para orar por su contexto
específico.
106
REFLEXIÓN
1. ¿Por qué es importante considerar la contextualización
cuando plantamos una iglesia?
2. ¿Cuáles son dos o tres descubrimientos más importantes en
su ejercicio de exégesis de la comunidad? ¿Qué fue sorpren-
dente?
3. Explique la idea de una persona de paz. ¿Cómo reconoce a
una persona de paz, y por qué es importante? ¿Cómo puede
su comunidad en el viaje misional-encarnacional unirse a las
personas de la paz en su red de relaciones?
107
CAPÍTULO OCHO
EL ESPÍRITU EN
LA MISIÓN
Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Es-
píritu Santo dijo: “Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para
el trabajo al que los he llamado”.
– Hechos 13:2
– Michael Frost
REPENSAR
Como se dijo en un capítulo anterior, la Iglesia es una entidad
misionera. La Iglesia no sólo envía misioneros; la Iglesia es el mis-
ionero. Individual y colectivamente como el cuerpo de Cristo, so-
mos una Iglesia misionera. Sin embargo, lo que no consideramos
hasta este capítulo es el aspecto crucial que el Espíritu Santo juega
en esta agenda misionera. La vida con Dios y para el mundo debe
ser vivida en la presencia y el poder del Espíritu, la tercera persona
del trino Dios. Pero, lamentablemente muchos cristianos de hoy
son funcionales “binitarios” en lugar de verdaderos trinitarios en
108
su comprensión y relación con Dios. Dios el Padre que obtenemos
(más o menos). Jesús el Hijo que obtenemos (quizás mejor). Pero,
¿el Espíritu Santo? Muchos de nosotros no estamos tan seguros.34
Cuando se trata del tema de la misión, debemos reconocer al
Espíritu como el director de toda la empresa misionera. Vamos a
considerar tres roles que el Espíritu Santo desempeña en la activi-
dad misionera de la Iglesia:
109
Como discutimos en el capítulo sobre la espiritualidad de Jesús,
es importante para nosotros entender que llegar a ser como Jesús no
significa simplemente volverse santo de la manera estrecha en que
este término a menudo es entendido.
No se trata sólo de pureza moral o ser incontaminado por el
mundo. En cambio, llegar a ser como Jesús significa aprender cada
vez más a imitar Su vida encarnada (más sobre esto en el capítu-
lo 14). Si queremos llegar a ser como Jesús, necesitamos una visión
clara de cómo Él era. Jesús fue el Encarnado que habitó entre no-
sotros para cumplir la misión de Dios. Si queremos llegar a ser como
Él, entonces nosotros también debemos aprender lo que signifi-
ca vivir una vida misional por el poder del Espíritu en los lugares
donde vivimos, trabajamos y jugamos.
EL ESPÍRITU DA TESTIMONIO
DEL EVANGELIO DE JESÚS
Otro aspecto a veces pasado por alto del trabajo del Espíritu San-
to es esa convicción independientemente que la identidad de Jesús
es provocada por el poder persuasivo del Espíritu. En el discurso de
despedida del Evangelio de Juan, Jesús les dice a sus seguidores que
cuando venga el Espíritu, “Él testificará acerca de mí” (Juan 15:26).
En otro lugar en el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo insiste en
que “nadie puede decir: ‘Jesús es el Señor’, excepto por el Espíritu
Santo “(1 Corintios 12: 3). Estos versículos muestran la convicción
del Nuevo Testamento de que la aceptación de la verdad de Jesús y
Sus buenas nuevas vienen como resultado de la obra del Espíritu
110
dando testimonio. Como discutiremos más en lecciones futuras,
esto nos recuerda que nuestro trabajo es proclamar fielmente la his-
toria de Jesús y demostrar Su ética del Reino, al dejar que el Espíritu
traiga la convicción.
lo ha dicho bien,
111
A pesar de lo que pueda pensar de alguna emoción en la
generación anterior acerca de nuevas experiencias espiri-
tuales, Dios no les da a las personas el Espíritu Santo para
que puedan disfrutar el equivalente espiritual de un día en
Disneyland. Por supuesto, si estás abatido y sombrío, el vien-
to fresco del Espíritu de Dios puede y a menudo te da una
nueva perspectiva de todo, y sobre todo otorga un sentido
de la presencia de Dios, amor, consuelo, e incluso alegría.
Pero, el objetivo del Espíritu es habilitar a aquellos que siguen
a Jesús para llevar a todo el mundo la noticia de que Él es
Señor, que ha ganado la victoria sobre las fuerzas del mal,
que un nuevo mundo se ha abierto, y que debemos ayudar a
que este suceda.36
112
espiritualidad interna del discipulado cuando dice: “Así, todos no-
sotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo
la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza [de Jesús]
con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu” (v.
18).
Cuando captamos pasajes como este junto con aquellos que
hablan acerca del Espíritu de Cristo dentro de nosotros (por ejem-
plo, Romanos 8), podemos decir que, si no nos dirigimos hacia una
imagen de Jesús auténtica y por lo tanto comprometidos en el dis-
cipulado, entonces hay algo profundamente mal con nuestra espir-
itualidad. Si el Espíritu Santo está genuinamente trabajando, habrá
muchas personas “Jesusy” alrededor—personas que se preocupan
por las cosas que a Jesús le importan y personas con un corazón para
los perdidos, los vulnerables, los rechazados y marginados. Donde
está el Espíritu, habrá discípulos parecidos a Jesús.
113
adversa al riesgo. Tememos temor de entrar en una misión “arries-
gada” de Jesús porque fallamos en darnos cuenta de que el Espíritu
ya está trabajando en ese lugar.
3. HABRÁ DESCUBRIMIENTO
Y DISCERNIMIENTO.
Dos aspectos principales de participar en la misión de Dios im-
plican descubrir lo que está haciendo en los contextos y las personas
que nos rodean y discerniendo cómo Él quiere que participemos
en su misión. Las dos palabras “D” de descubrir y discernir, ambas
implican el empoderamiento del Espíritu. Para descubrir lo que
Dios está haciendo, tenemos que convertirnos en grandes oyentes.
No sólo nosotros debemos escuchar a las personas que nos rodean,
pero tenemos que escuchar atentamente las impresiones del Espíri-
tu con respecto a nuestros contextos. ¿Qué es lo que el Espíritu está
tratando de mostrarnos? ¿Dónde está el Espíritu guiando? Pero,
además de escuchar bien para descubrir lo que Dios está haciendo,
tenemos que escuchar, individual y colectivamente, para discernir
cómo Dios quiere que participemos en lo que Él está haciendo. El
descubrimiento y el discernimiento son principalmente actividades
del Espíritu.
4. HABRÁ LIBERACIÓN Y
TRANSFORMACIÓN
114
los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los
oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor". (Lucas 4:
17-19, NVI).
ACCIÓN
1. Elimine las distracciones. Encuentre formas de evitar distrac-
ciones en los sentidos del tacto, la vista, el olfato, el gusto
o el sonido. Música, ruido a la distancia, el tic de un reloj,
voces de personas, la suave brisa del viento e incluso las pa-
labras escritas de otros en libros inspiradores—cada uno
puede ser una distracción y nos pide que escuchemos lo que
nuestros oídos u otros sentidos están detectando. Cuanto
más silenciosa es la habitación o el entorno, más conducente
es el escuchar del Espíritu Santo.39
115
2. Pasar al menos un período de la semana escuchando por
la voz del Espíritu. Mantenga un diario con los avisos del
Espíritu por lo menos una semana. Al final de ese tiempo,
evalúe lo que ha escrito para ver si ha surgido algún patrón.
REFLEXIÓN
1. Reflexione sobre cada uno de los tres roles del Espíritu
mencionados en este capítulo. ¿Cómo ve reflejado cada
uno de estos roles en su propia vida? ¿Qué hay de la vida de
su iglesia plantada? ¿Qué podría hacer para enfatizar cada
uno de estos roles en su iglesia?
• El Espíritu nos transforma a la imagen de Jesús.
• El Espíritu lleva testimonio del Evangelio de Jesús.
• El Espíritu nos empodera para la misión de Jesús.
116
CAPÍTULO NUEVE
INVOLUCRAR A
LOS PRIMEROS
LUGARES
Reconstruirán las ruinas antiguas, reforzarán los cimientos
antiguos, y los llamarán: “Reparadores de muros caídos”,
“Reconstructores de casas en ruinas”.
– Martín Lutero
REPENSAR
En el libro El Gran Lugar Bueno (The Great Good Place), el
sociólogo Ray Oldenburg, acuña el idioma del primer, segundo y
tercer lugar. Para Oldenburg, nuestro primer lugar es donde vivi-
mos, nuestro segundo lugar es donde trabajamos (o el mercado en
general) y nuestro tercer lugar es un escenario de territorio común
o “lugar de reunión”. Cuando se refiere a estos lugares diferentes,
simplemente podemos hablar de ellos como los lugares donde vivi-
mos, trabajamos y jugamos. Es importante reconocer que Dios nos
ha posicionado en cada uno de estos lugares para un propósito mi-
sional.
117
Sin embargo, antes de examinar cada uno de estos lugares espe-
cíficos desde una perspectiva de compromiso misional, considere-
mos la importancia del lugar en general.
Esto es necesario porque dentro de muchos círculos cristianos
hemos aceptado una visión distorsionada del lugar terrenal, que
afecta negativamente la forma en que pensamos acerca de los lug-
ares en los que vivimos. Hay un himno de hace varias décadas titu-
lado Este Mundo no es Mi hogar (This World is Not
My Home). El estribillo popular enfatiza que nuestro tiempo en
este la tierra es solo temporal.
118
Jesús, pasaremos la eternidad en el cielo
Pero, ¿qué pasaría si, sin perder nada de la realidad de nuestra
existencia eterna, comenzamos a apreciar el hecho de que este mun-
do es nuestro hogar? ¿Qué pasaría si viéramos este lugar—nuestro
vecindario, nuestra ciudad, nuestro mundo—como un lugar de
importancia eterna? ¿Cómo podemos cuidar de nuestro entorno
de manera diferente si viéramos lugares terrenales como parte de
la nueva creación? ¿Qué pasa si dejamos de intentar escapar de
este mundo y en cambio, se nos recuerda que Dios nos ha dado el
cuidado de toda la creación, incluyendo los lugares que habitamos
y aquellos que los habitan con nosotros?
La Biblia explica que la creación actual está gimiendo con do-
lores de parto, esperando ansiosamente el día en que dará a luz a
lo nuevo (Romanos 8:22). La resurrección de Jesús es un presagio
de futuros eventos. Lo corruptible se volverá incorruptible. Lo vie-
jo será transformado en lo nuevo. La nueva creación no será total-
mente nueva, pero al igual que el cuerpo resucitado de Jesús, se for-
mará a partir de lo antigo.
41
119
lucrarnos completamente con ciertas partes del mundo creado. Al
separar los mundos de lo sagrado y lo secular, lo físico y espiritual,
hemos llegado a creer que conducir a través ciudad para asistir a una
iglesia (lugar sagrado) en otro barrio podemos expresar fielmente
nuestro llamado a seguir a Jesús. Ni siquiera vemos cómo nos he-
42
120
porciona poca motivación para ensuciarnos las manos en esta vida.
No hay necesidad real de interactuar con otros—de saber quiénes
son, sus luchas y cómo podemos ser ministros de reconciliación.
Si nosotros estamos simplemente peregrinos de otra tierra pasan-
do por esta, es muy fácil descuidar nuestro entorno inmediato. Esa
ciertamente no fue la manera como Jesús vio este mundo. A pesar
de que tenía un destino definido, y sabía a dónde iba, no trató este
mundo como si simplemente estuviera de paso.
Ahora volvamos a la discusión sobre los lugares específicos
donde vivimos, trabajamos y jugamos. Al considerar nuestro “prim-
er lugar”—nuestra casa—hay al menos dos temas principales para
examinar: la vecindad (este capítulo) y hospitalidad (capítulo 12).
La mayoría de nosotros vemos nuestros barrios y ciudades un
poco más que de donde vivimos. Esperamos sólo lo mejor. Espera-
mos por una comunidad segura, pacífica, libre de crímenes con bue-
nas escuelas, parques, oportunidades de empleo, y lugares de arte y
entretenimiento.
Philip Langdon, autor de Un Mejor Lugar para Vivir (A Bet-
ter Place to Live), lamenta este desafío mientras reflexiona sobre sus
frecuentes paseos en bicicleta a través de un barrio cerca de su pro-
pia casa suburbana:
121
es sólo una colección de individuos desconectados.44
122
EL AMOR COMIENZA CON
EL CONOCIMIENTO
123
res de otras personas a su alrededor. Complete la información para
cada uno de los puntos en cada cuadro:
124
BUSCANDO EL BIENESTAR
DE MI CIUDAD
Cuando tomamos decisiones conscientes y comprometidas—a
diario—el conocer a nuestros vecinos y buscar lo mejor para nues-
tros vecindarios y ciudades, la vida florece no sólo para nosotros,
sino también para aquellos cuyas vidas tocamos. No importa cómo
nos acerquemos, incluso si parece un acto pequeño para nosotros,
nuestras acciones acumulativas se vuelven proporcionalmente sig-
nificativas.
Hay un pasaje fascinante en el Antiguo Testamento que pro-
porciona una imagen de lo que parece ser vivir con presencia encar-
nacional. De hecho, da instrucciones prácticas para profundizar en
los lugares donde vivimos. Es especialmente útil cuando los cristia-
nos sienten que están viviendo en un mundo que es hostil hacia sus
creencias, o quizás cuando nos encontramos viviendo en un lugar
que realmente no se siente como en casa.
En el libro profético de Jeremías, leemos cómo la nación de
Israel había abandonado la Ley de Dios y, como resultado, se en-
contraron relegados en cautiverio y exiliados lejos de su tierra natal
de Jerusalén. Dios había enviado el imperio babilónico para disci-
plinar a su pueblo. Como fueron reubicados en una tierra extran-
jera e idólatra, comenzaron a escuchar que su tiempo allí sería corto.
Los falsos profetas estaban diciéndole a la nación de Israel que Dios
pronto los liberaría y que asentarse en esas tierra nueva y extraña
era absurdo. La Palabra de Dios a través del profeta Jeremías a los
exiliados era bastante diferente.
125
Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel, a todos
los que he deportado de Jerusalén a Babilonia: Construyan
casas y habítenlas; planten huertos y coman de su fruto. Cá-
sense, y tengan hijos e hijas; y casen a sus hijos e hijas,
para que a su vez ellos les den nietos. Multiplíquense allá, y
no disminuyan. Además, busquen el bienestar de la ciudad
adonde los he deportado, y pidan al Señor por ella, porque
el bienestar de ustedes depende del bienestar de la ciudad.
126
Las instrucciones de Jeremías eran más contradictorias que al
principio podría parecer. Jeremías les dice a los judíos en el exilio
que “busquen el bienestar” de sus captores, que por las mismas per-
sonas que destruyeron su tierra natal porque el bienestar de los exil-
iados y los captores estaban entrelazados. Si los propósitos de Dios
con Israel se estaban cumpliendo realmente a través de su cautive-
rio, entonces mientras los exiliados perseguían el shalom del hogar
de sus captores— Babilonia—Dios proveería Shalom para aquellos
en el exilio.
47
127
mos niños. Buscamos el bienestar de nuestra ciudad. Mucho más
a menudo que nunca, los caminos de Jesús son de hechos locales y
ordinarios.48
¿DÓNDE EMPEZAR?
¿Por dónde empezamos en el arte de los vecinos? El punto de
partida se encuentra en la palabra propiedad. Debe apropiarse de
la posibilidad en su vecindario. Tomar posesión y actuar en conse-
cuencia. En el libro clásico La Búsqueda de Dios (The Pursuit of
God), A. W. Tozer dice:
128
crisis actual, preocupación o simplemente situación de vida normal
que conocemos, mantiene las caras de nuestros vecinos y sus vidas
en nuestros corazones y constantemente en el trono de Dios. Sólo
imagine el poder de la oración en una ciudad cuando el pueblo de
Dios ora por sus vecinos de manera constante. Apodérese de la ob-
servación de Tozer y “haga algo al respecto”.
ACCIÓN
1. Como pueblo misionero de Dios—los enviados—es esta-
blecido sobre nosotros el hacer constantemente preguntas
misioneras. Algunas preguntas que debería preguntarse
sobre su vecindario:
• ¿Cómo viviría un misionero en mi calle?
• ¿Qué notará él o ella que hace falta aquí?
• ¿Quiénes son los pobres, marginados y lastimados en mi
vecindario?
• ¿Qué buenas noticias serían para mis vecinos aquí,
ahora mismo?
• ¿De qué manera mi vecindario sería diferente si el Reino
de Dios sea aquí como está en el cielo?
129
por los vecinos que conoces por nombre y aquellos que
sólo conoce por descripción. Ore por aquellos que nunca
ha conocido. Ore para su vecindario como un todo que se
convierta en un lugar que experimente la paz y las bendi-
ciones del Señor y la revelación del evangelio del Reino de
los cielos.
REFLEXIÓN
1. ¿Cómo le desafió la cuadrícula del vecindario de este capítu-
lo? ¿Cuántos vecinos alrededor de su casa conoce por nom-
bre? ¿Cuáles son sus planes para conocer más vecinos?
2. ¿Qué tan en serio ha considerado su calle y barrio ser su
campo de misión?
3. ¿De qué maneras puede usted y su plantación de iglesia
comenzar a buscar el bienestar de su ciudad?
130
CAPÍTULO DIEZ
INVOLUCRAR A
LOS SEGUNDOS
LUGARES
Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el
Señor y no como para nadie en este mundo,24 conscientes
de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes
sirven a Cristo el Señor.
- Colosenses 3: 23-24, El apóstol Pablo
REPENSAR
En el capítulo anterior, usted fue introducido al lenguaje de
primero, segundo y tercer lugar. Un primer lugar es donde vivimos,
un segundo lugar es donde trabajamos, y un tercer lugar es un es-
cenario de terreno común o “lugar de reunión”. En este capítulo,
131
nos centraremos en los segundos lugares, que son típicamente las
configuraciones en las que pasamos la segunda mayor cantidad de
horas por día. En cuanto a vivir una postura misional, hay dos con-
sideraciones claves para el concepto de segundos lugares.
ASUNTOS LABORALES
Primero, es importante que los cristianos en la iglesia entien-
dan bien de la relación entre su fe y el trabajo. El lenguaje de la “vo-
cación” se ha convertido en un objetivo útil a través del cual se ve la
vida cristiana y el trabajo en relación con la actividad de Dios en el
mundo.
La idea de repensar la vocación debe comenzar por consider-
ar esta división entre lo sagrado/secular, o lo que algunas personas
llaman el problema de dualismo. El dualismo, en pocas palabras,
está dividiendo erróneamente algo que no debería ser dividido. El
pensamiento greco-romano era que el mundo está dividido en dos
dominios que compiten: lo sagrado (espiritual) y lo secular (mate-
rial). Esta visión de mundo tiende a asumir que lo espiritual es una
realidad superior, y lo secular, o el mundo material, carece de un
significado profundo. El dualismo conduce a múltiples divisiones
en el pensamiento; incluyendo la división entre el clero (espiritual)
y los laicos (seculares), la Iglesia (espiritual) y el mundo (secular),
y entre las llamadas prácticas religiosas (estudio bíblico, oración,
adoración) y las llamadas prácticas seculares (trabajo, arte, comida).
Esta forma de dualismo sucede a menudo en nuestra com-
presión de la vocación. La palabra vocación proviene del latín vo-
132
catio, que significa llamado o citación. Normalmente, se usa para
referirse a un llamado u ocupación para la cual una persona se siente
atraída o para los cuales son particularmente adecuados. El prob-
lema del dualismo laboral se remonta al siglo IV cuando Agustín
fragmentó la manera en que la gente vivía cuando él hablaba de la
vida contemplativa y la vida activa. Para Agustín, la vida contem-
plativa fue dada para las cosas sagradas y era vista como un llamado
superior, mientras que a la vida activa se le dio a las cosas seculares y
era considerada como un llamado inferior.
Sin embargo, durante la Reforma Protestante en el siglo XVI,
Martín Lutero rechazó esta división entre vocaciones sagradas y sec-
ulares. El amplió el concepto de vocación desde la perspectiva de la
Iglesia, muy estrecha, y enfocada en el sacerdocio, monjas o monjes,
al describir la vida y el trabajo de todos los cristianos en respuesta al
llamado de Dios. Lutero argumentó que independientemente de la
vocación a la que Dios llamó a alguien, esta era sagrada porque fue
Dios quien hizo el llamado. Por lo tanto, se puede decir que la doc-
trina del “sacerdocio de todos los creyentes” no hace que todos sean
obreros en la iglesia; más bien, convirtió todo tipo de trabajo en una
vocación sagrada”.50 En conclusión—¡todo el trabajo importa!
Pero, desafortunadamente, muchos cristianos todavía ven su
trabajo como nada más que un mal necesario. No entienden cómo
su vida cotidiana ordinaria es parte de la misión de Dios. En el
libro La Misión del Pueblo de Dios (The Mission of God’s People),
Christopher Wright habla sobre cómo esta visión distorsionada de
la vocación a veces hace que sea difícil para las personas ver que lo
133
que hacen fuera de la iglesia es igualmente importante como lo que
podrían hacer dentro de la iglesia.
134
está enraizado en la palabra hebrea Avodah, que en inglés se traduce
como cultivar.
En el Antiguo Testamento, la palabra Avodah se traduce en vari-
os caminos diferentes. En algunos casos, se representa como traba-
jo, servicio o artesanía. Pero otras veces, se traduce como adoración.
Avodah se usa para describir el duro trabajo del pueblo del pacto de
Dios que hacían ladrillos como esclavos en Egipto (Éxodo 1:14),
los artistas que construyeron el tabernáculo (Éxodo 35:24) y la
fina artesanía de los trabajadores del lino (1 Crónicas 4:21).
Avodah también aparece en el contexto de Salomon dedicando
el templo. Salomón emplea esta palabra cuando instruye a los sac-
erdotes y levitas con respecto a su servicio en la dirección del culto
corporativo y alabanza al único Dios verdadero (2 Crónicas 8:14).
Tom Nelson, en su libro El Trabajo Importa (Work Matters), resume
esta importante conexión entre trabajo y adoración cuando escribe:
135
Sin embargo, con demasiada frecuencia pensamos en la
adoración como algo que hacemos el domingo y en el trabajo como
algo que hacemos el lunes. Esta dicotomía claramente no es lo que
Dios diseñó ni lo que Él desea para nuestras vidas. Dios diseñó el
trabajo para tener una dimensión tanto vertical como horizontal.
Trabajamos para la gloria de Dios (vertical) y para el adelanto de su
misión y el bien común (horizontal).
136
actos extraordinarios que tienen que hacer. El encontrarlo en
la vocación lo trae, literalmente, a la tierra, nos hace ver qué
tan cerca Él está de nosotros y transformar la vida cotidiana.53
137
alidad comenzaremos a ver nuestro lugar de trabajo como un lugar
de discipulado.
Dallas Willard, quien enseñó filosofía en la Universidad del Sur
de California (USC) comparte estas palabras con respecto a la im-
portancia del lugar de trabajo y cómo ha sido utilizado por Dios
para formarlo espiritualmente.
138
no en lo que hacemos el Domingo, pero cómo trabajamos el lunes.55
ACCIÓN
Ore estas dos oraciones sobre las personas en su comunidad mi-
sional o grupo central y sobre los lugares de trabajo que representan.
Proporcione estas oraciones para que otros oren consistentemente
sobre sus propios contextos.
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
Dios del cielo y de la tierra, le pedimos que venga su Reino, su
voluntad sea hecha en la tierra como en el cielo. Enséñanos a ver
nuestras vocaciones y ocupaciones como entrelazadas a su trabajo
en el mundo esta semana. Por las madres en el hogar que cuidan a
los niños, por aquellos cuyo trabajo forma nuestra vida común en
esta ciudad, la nación y el mundo, por aquellos que sirven al merca-
do laboral de ideas y comercio, por aquellos cuyos dones creativos
nos nutren a todos, por aquellos cuyos llamados han sido llevados
a la academia, por aquellos que anhelan el empleo que satisfaga sus
almas y te sirven, por cada uno oramos, pidiéndole por su gran mi-
sericordia. Danos ojos para ver que nuestro trabajo es sagrado a para
usted, oh Señor, así como nuestro culto de hoy es santo para usted.
En el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.
UNA ORACIÓN POR EL
LUGAR DE TRABAJO
Padre Celestial, en su divina y misericordiosa providencia usted
me ubicó actualmente en mi lugar de trabajo. Es el deseo de mi cora-
zón que usted sea glorificado en y a través de mi trabajo hoy. Per-
139
míteme hacer mi trabajo bien, y que mi mente se renueve mientras
medito sobre las verdades de Su palabra. Acércame a ti Señor Jesús,
deja que mi lugar de trabajo sea un lugar de discipulado donde estoy
aprendiendo de ti mientras trabajo. Mientras camino en el poder
del Espíritu Santo, que las cualidades del carácter de la semejanza de
Cristo sean cada vez más evidentes en mi vida. Señor, utiliza mi vida
y mi trabajo para promover sus propósitos redentores en el mundo
y para mejorar el bien común. Amen.56
REFLEXIÓN
1. ¿Cómo podría hacer su trabajo como un acto de rendir
honra y alabanza a Dios?
140
CAPÍTULO ONCE
INVOLUCRAR A
LOS TERCEROS
LUGARES
Las grandes civilizaciones, tal como las grandes ciudades,
comparten una característica común. Evolucionar dentro de
sí mismas es crucial para su crecimiento y refinamiento y son
lugares de reunión públicos informales y distintivos.
- Ray Oldenburg
- Eugene Peterson
REPENSAR
Fue en el libro, El Gran Lugar Bueno (The Great Good Place),
que el autor Ray Oldenburg introdujo el idioma del primer, segun-
do y tercer lugar. Después de discutir el primer y segundo lugar en
los dos capítulos anteriores, es hora de dirigir nuestra atención al
concepto de terceros lugares. Un buen lugar para comenzar es con
el subtítulo del libro de Oldenburg: Cafés, cafeterías, centros comu-
nitarios, salones de belleza, tiendas generales, barras, lugares de en-
cuentro y cómo estos te ayudan a pasar el día. En el sentido más bási-
co, un tercer lugar es un entorno público que alberga regularmente,
reuniones voluntarias e informales de personas. Es un lugar para
141
relajarse, un lugar que la gente disfruta visitar. Los terceros lugares
brindan la oportunidad de conocer y darse a conocer.
Pero, ¿cómo vamos a entender las distinciones de los terceros lu-
gares? ¿Cómo diferenciaría entre estos dignos lugres de encuentro
y otros lugares de reunión en una ciudad? ¿Y qué función juegan en
el florecimiento de una comunidad local?
Para comenzar, consideremos ocho características que Olden-
burg identifica como esencial en la composición de los terceros lu-
gares típicos:
TIERRA NEUTRAL
Las personas son libres de ir y venir cuando lo deseen. Ninguna
persona es requerida para ser el anfitrión. Todos se sienten como en
casa. No hay requisitos de tiempo o se necesitan invitaciones. Gran
parte del tiempo vivido en los primeros lugares (hogar) y los segun-
dos lugares (trabajo) están estructurados, pero no en terceros lugares.
142
LA CONVERSACIÓN ES LA
ACTIVIDAD PRINCIPAL
Nada indica más claramente un tercer lugar que una conver-
sación animada, estimulante, colorida y atractiva. A diferencia de
las configuraciones corporativas, donde la posición a menudo de-
termina quién puede hablar, cuándo y durante cuánto tiempo, los
terceros lugares proporcionan el entorno para que cada voz sea es-
cuchada.
ACCESIBLE Y SERVICIAL
Los mejores terceros lugares son aquellos a los que se puede ir en
casi cualquier hora del día o de la noche con la seguridad de que los
conocidos estarán ahí. Tienden a estar convenientemente ubicados,
a menudo a cortas distancias del hogar de la persona.
HAY REGULARES
Lo que atrae a los visitantes regulares a un tercer lugar no es
tanto el establecimiento en sí mismo, pero los clientes compañeros.
Los regulares le dan al tercer lugar carácter y atracción. Los regu-
lares establecen el tono de hospitalidad. Y aunque es fácil reconocer
quiénes son los habituales, a diferencia de otros lugares, los recién
llegados son bienvenidos al grupo.
PERFIL BAJO
Como estructura física, los terceros lugares suelen ser simples y
poco impresionantes en apariencia. Por lo general no se anuncian.
En la mayoría de los casos, están ubicados en edificios más antiguos,
en parte porque los lugares nuevos tienden a surgir en los princi-
143
pales lugares de venta minorista y vienen con las expectativas del
tráfico de clientes en gran volumen. Esto va en contra de la necesi-
dad esencial de quedarse. De "pasar el rato", que gente comparta una
conversación y la vida el uno con el otro.
EL ESTADO DE ÁNIMO
ES CONTAGIOSO
Con la comida, la bebida, los juegos y la conversación presentes,
el estado de ánimo es ligero y afable. La alegría y la aceptación anulan
la ansiedad y la alienación. El estado de ánimo anima a las personas
a quedarse más tiempo y a volver repetidamente.
144
Cuando un regular particular irrumpía por la puerta de entrada del
bar, todos gritaban su nombre al unánimes: "¡Norma!" el eslogan
del programa era "donde todos saben su nombre".
Si está familiarizado con el programa, puede reflejar fácilmente
cada una de las características de Oldenburg y ver cómo el bar de
deportes sirvió como ejemplo de excelencia de tercer lugar. No
había nada de lujoso al respecto. Todos eran bienvenidos. Hubo
obviamente asistentes regulares. Las conversaciones siempre fueron
enérgicas. Y una hermosa imagen de cómo el bar actuó como nive-
lador, independientemente de su estatus o vocación, se demostró
todas las semanas mientras el psiquiatra compartía una cerveza y
bromeaba con el cartero.
145
nuestro entendimiento de terceros lugares para considerar estos
lugares atípicos.
Los terceros lugares atípicos son muchos. Pueden incluir la
biblioteca, el gimnasio, la lavandería, el mercado de agricultores,
el jardín comunitario, el parque, la tienda de comestibles, el centro
comercial, el centro de deporte y cualquier otro lugar que usted y
otros frecuentan regularmente.
PRIMERO: IDENTIFICAR
Y ENCARNAR
Los terceros lugares ofrecen una oportunidad única para per-
sonas con mentalidad misionera para hacer una vida en estrecha
proximidad con los demás. Pero, para conectar con las personas
en estos lugares comunes, tenemos que identificar primero donde
están estos en nuestra comunidad ¿Dónde se reúnen las personas
para pasar tiempo con los demás? ¿Dónde están las cafeterías, cafés,
pubs y otros lugares de reunión? En algunos entornos, estos lugares
serán obvios. Sin embargo, en otros vecindarios es posible que deba
trabajar para identificar estos lugares de reunión.
Una vez identificados, debemos buscar formas de entrar en ellos
(encarnar) estos lugares. Como se discutió en el capítulo 3, la pres-
encia encarnada involucra entrelazar nuestras vidas en un contexto
local. Con el tiempo nos esforzamos de ser un visitante ocasional
para convertirnos en uno de los clientes regulares. Este asunto de la
frecuencia es una ventaja principal de la construcción de relaciones
en terceros lugares. Su vecino probablemente no aprecie que toque
en su puerta todos los días para saludar y cultivar una relación. De
146
hecho, lo más probable es que sea considerado como algún tipo de
acosador. Pero, si frecuentas un tercer lugar todos los días, eres con-
ocido como un buen cliente.
La encarnación en un lugar, sin embargo, implicará algo más
que simple frecuencia. También, necesitaremos escuchar para des-
cubrir dónde Dios está trabajando. Cuando escuchamos, oímos los
sonidos, sintonizamos con ellos y los consideramos. La palabra en
inglés escuchar (listen) proviene de dos palabras anglosajonas, una
que significa audición y otra que significa espera en suspenso.
Por lo menos parte de nuestro tiempo invertido en lugares pú-
blicos debe darse hacia la escucha con una actitud de espera en sus-
penso. ¿Qué es lo que vamos a escuchar del Señor? ¿Qué es lo que
vamos a escuchar de quienes nos rodean?
Cada vez que frecuenta una cafetería, trate de ser sensible a sus
alrededores. Cosas simples como conocer a los baristas, observar
a los clientes habituales y escuchar las conversaciones que se están
llevando a cabo son todas maneras importantes de introducirse en
el entorno. Es realmente el arte de notarlo. Tenemos que detener-
nos, minimizar las distracciones y ser conscientes de lo que sucede
a nuestro alrededor.
Es posible que deba dejar de pensar acerca de su tercer lugar
como su segunda oficina, pero en cambio piense en ella más como
su sala de estancia. Recuerde, que los terceros lugares son espacios
compartidos. Incluso si está trabajando en su tercer lugar favorito,
trate de eliminar las barreras que puedan evitar que las personas se
le acerquen y entablen una conversación. En otras palabras, quítese
147
sus auriculares. No hay nada que diga "no me molestes" más fuerte
que alguien con auriculares.
SEGUNDO: SEA UN
CREADOR DE LUGARES
Además de identificar los terceros lugares que ya existen en
nuestras comunidades, también necesitaremos crear entornos de
terceros lugares donde los entornos de reunión informal pueden no
existir. Necesitamos convertirnos fabricantes de lugares.
El lenguaje de la creación de lugares se originó en la década
de 1960, cuando el activista Jane Jacobs, autora de La Muerte y la
Vida de las Grandes Ciudades Americanas (The Death and Life of
Great American Cities), introdujo ideas pioneras sobre el diseño de
ciudades para las personas, no sólo autos y centros comerciales. Su
trabajo se centró en la importancia social y cultural de los barrios
animados y lugares públicos acogedores. Mientras que el concepto
de crear lugares es mucho más amplio que nuestra discusión actual
sobre terceros lugares, proporciona ayuda del lenguaje cuando se
considera tomar un espacio ordinario y convertirlo en un lugar
significativo.
Ser un creador de lugares es simplemente crear puntos dulces en
los que las personas se puede conectar. El lugar realmente importa.
Si deseamos ver nuestras comunidades una vez más prosperar, ten-
dremos que reconocer la importancia de los terceros lugares y des-
cubrir cómo ambos encarnan en aquellos que ya existen y aprenden
a convertir espacios comunes en lugares relacionalmente vibrantes. 58
148
ACCIÓN
1. Considere los diferentes tipos de terceros lugares en su co-
munidad. ¿Dónde están los terceros lugares típicos? Haga
una lista, incluyendo el nombre y la ubicación de cada uno.
Ahora haga lo mismo con los lugares atípicos. Piense fuera
de la caja. En su comunidad, ¿dónde están los lugares que
frecuentas que podrían servir como un tercer lugar atípico?
¿Tienda de comestibles? ¿Gimnasio? ¿Biblioteca? ¿Mercado
de agricultores?
2. Escriba lo que hará para estar más en sintonía con cada uno
de estos lugares. ¿Cómo va a estar más consciente de su
entorno cuando ingresas a estos terceros lugares? ¿De qué
maneras será más intencional para involucrarse a estos lug-
ares por el bien del otro?
149
REFLEXIÓN
1. Reflexione sobre la cita de Oldenburg al principio de este
capítulo: " Las grandes civilizaciones, tal como las grandes
ciudades, comparten una característica común. Evolucionar
dentro de sí mismas es crucial para su crecimiento y
refinamiento y son lugares de reunión públicos informales
y distintivos”.
150
CAPÍTULO DOCE
HOSPITALIDAD
BÍBLICA
Si hay algún concepto que valga la pena restaurar a su pro-
fundidad original y potencial evocador, es el concepto de
hospitalidad.
- Henri Nouwen
- Brad Brisco
REPENSAR
¿Qué es lo primero que viene a la mente cuando escuchas la pa-
labra hospitalidad? Para la mayoría de las personas, surgen imágenes
de entretenimiento alrededor de comidas o al invitar amigos a nues-
tras casas para pasar una noche de diversión y juegos. Ahora seamos
151
claros. No hay nada de malo en compartir una comida con amigos
y familia. La hospitalidad genuina y bíblica, sin embargo, es mucho
más que el entretenimiento.
Una simple distinción entre la hospitalidad bíblica y el entreten-
imiento es que el último pone la atención en el anfitrión. Al hacerlo,
puede convertirse en un problema de orgullo. Como anfitriones,
estamos preocupados más por lo que otros pensarán sobre nuestro
hogar. Nos preguntamos, ¿cómo nuestro hogar nos reflejará? Hay
un deseo de impresionar a nuestros invitados. Queremos que ellos
nos acepten y les guste el lugar donde vivimos. Nos preocupamos
por hacer que todo luzca bien. Si nuestra casa no está perfectamente
limpia y decorada, ¿cómo podemos entretener a los invitados? Este
tipo de hospitalidad puede convertirse fácilmente más acerca de las
apariencias que de las personas.
Con la hospitalidad bíblica, el enfoque no está en nosotros
como anfitriones. En lugar de ello, está en nuestros invitados. Nues-
tra preocupación no está en la apariencia de nuestro hogar, pero en
las necesidades e inquietudes de los invitados a nuestros hogares.
¿Qué tenemos que aprender de nuestros invitados? ¿Qué tienen
ellos para compartir? ¿Qué necesidades traen nuestros huéspedes
con ellos que nosotros podamos abordar? ¿Qué promesas traen con
ellos que nosotros necesitemos recibir? ¿Qué acerca de celebrar a
nuestros invitados durante nuestro tiempo juntos? Pronto, descu-
brimos que la distinción entre anfitrión y el invitado demuestra ser
artificial. Nuestras diferencias se evaporan en un sentido mutuo de
inclusión.59
152
Las Escrituras dan mayor claridad sobre el concepto de hospi-
talidad, como en su importancia crucial. La Biblia mantiene la hos-
pitalidad—especialmente hacia los desconocidos, en alta estima.
Las leyes que prescriben la santidad en el libro de Levítico incluyen
una referencia a la hospitalidad:
153
Y le contestarán los justos: “Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de
beber? ¿Cuándo te vimos como forastero y te dimos
alojamiento, o necesitado de ropa y te vestimos? ¿Cuándo te
vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos?”.
154
Así que el obispo debe ser intachable, esposo de una sola
mujer, moderado, sensato, respetable, hospitalario, capaz de
enseñar.
155
El filósofo judío Emmanuel Levinas dijo que lo único que real-
mente convierte a las personas a un nivel profundo es ver "la cara del
otro". Acoger y empatizar con el otro conduce a la transformación
completa de la persona. Este intercambio está preparado para trans-
formar a ambas personas—el “vidente” y el visto. En cierto sentido,
62
156
florecemos como seres humanos cuando no pertenecemos a ningún
lugar, y ningún lugar se preocupa por nosotros. Cuando no tene-
mos sentido de relación con personas o lugares, no tenemos sentido
de responsabilidad a las personas o al lugar. Somos creados como
seres sociales y relacionales que están hechos para la comunidad. La
hospitalidad, cuando se entiende y se persigue correctamente, tiene
el poder de romper los lazos de aislamiento y exclusión.
La exclusión no es el camino de Jesús. Pero, si la hospitalidad
está claramente presentada en las Escrituras, y si nos da la capacidad
de superar la separación relacional que prevalece hoy en día, entonc-
es ¿por qué continuamos excluyendo a otros? ¿Cuándo perdimos
la capacidad de dar y recibir hospitalidad? ¿Por qué prácticamente
ha desaparecido de la vida de la iglesia? Las razones son indudable-
mente complejas, pero los dos mayores enemigos de la hospitalidad
parecen ser el miedo y la falta de margen. Concluyamos este capítulo
considerando cómo el miedo se ha convertido en una barrera para
ser radicalmente hospitalarios, y vamos a examinar el tema del mar-
gen más completamente en el capítulo 21.
XENOFOBIA
En agudo contraste con la palabra griega philoxenia, que signifi-
ca amor de extraño, es posible que haya escuchado una palabra más
popular; xenofobia. Que es el miedo o incluso el odio del extraño o
extranjero. Mientras, ciertamente hay una expresión clínica de xe-
nofobia, hay un nivel del miedo al extraño que desafortunadamente
ha sido condicionado en nosotros todo el tiempo.
157
Los autores de Hospitalidad Radical: El camino del amor de
Benedicto (Radical Hospitality: Benedict's Way of Love) hablan so-
bre el efecto dañino que el miedo tiene sobre nuestra capacidad de
dar la bienvenida al desconocido:
158
cultural comprensible, el resultado negativo en términos de
nuestra espiritualidad es que la familia se ha convertido efec-
tivamente en un ídolo pernicioso. ... La cultura una vez más
ha superado nuestra responsabilidad social. En tal situación,
la hospitalidad misional se ve como una amenaza, no como
una oportunidad para extender el Reino; entonces un ídolo
(una esfera de la vida disociada de las demandas de Dios)
nace ...
ACCIÓN
1. Identifique a los "extraños" en su vecindario. Haga una lista
de aquellos que necesitan hospitalidad.
2. Enumere tres cosas que necesita cambiar para permitirle
hacer de la hospitalidad una forma de vida. Desarrolle un
159
plan para tomar medidas hacia ser más hospitalario con los
desconocidos. ¿Quién es el primero extraño al que dará la
bienvenida?
Ore. Comience a orar para que Dios le dé nuevos ojos para ver
a aquellos que son no deseados, no amados y descuidados, que Él le
dé la valentía para hacer lo que sea necesario para vivir la esencia de
la hospitalidad bíblica y amar al extraño.
ACCIONES OPCIONALES
160
como en su vecindario, ¿quién será alentado por su oferta de
la hospitalidad? Para aquellos en su iglesia, invítelos a unirse
a usted para almorzar después del servicio. Para aquellos
que viven cerca, invítelos a que se unan a usted para almor-
zar o una comida al aire libre. Algunas veces el estar afuera
es menos amenazante.
3. Identifique padres solteros en su vecindario que necesiten
cuidado de niños los fines de semana. Cuide de alguien que
se está recuperando de una cirugía. Proporcione cuidado
tutelar de niños a corto o largo plazo. Hable con los centros
locales de crisis de embarazo sobre el uso de su hogar para
madres solteras
4. Sea un "hogar lejos del hogar" para estudiantes universitari-
os o aquellos sirviendo en el ejército que viven lejos de casa.
5. La hospitalidad no siempre se trata de invitar a las personas
"adentro". Proporcione hospitalidad en un asilo de ancianos
local.
REFLEXIÓN
1. ¿Dónde tiene espacio en su casa y en su vida que podría ser
abierto a otros? ¿Tiene espacio en su corazón para amar y
servir a alguien que es no deseado, no amado y descuidado?
¿Tiene espacio en su hogar para dar la bienvenida alguien,
incluso temporalmente?
2. ¿Quién en su vecindario, su lugar de trabajo o en los lugares
para pasar el tiempo está viviendo una vida relacional empo-
161
brecida? ¿Cómo puede convertir a un extraño en un amigo
esta semana?
3. Además de dar la bienvenida a las personas a nuestros
hogares, ¿en qué otros ambientes podríamos ser más
hospitalarios?
4. Reflexione sobre la cita al principio de este capítulo de Brad
Brisco. ¿Cómo teme a veces al extraño? ¿Cómo afecta ese
miedo a su familia? ¿Cómo afecta a su iglesia?
5. ¿Qué tensiones tiene de la cita de Deb Hirsch? ¿Resuena
con la forma en que vive? ¿Qué pasos podría tomar para
superar el deseo de seguridad? En ¿De qué manera esto se
aplica a su iglesia?
162
CAPÍTULO TRECE
DISCIPULADO
MISIONAL
A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con
toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos
a todos perfectos en él.
- Colosenses 1:28
- Reggie McNeal
- Alan Hirsch
REPENSAR
Como muchos aspectos de la vida cristiana—Iglesia, misión,
evangelismo e incluso el evangelio, hemos reducido el concepto de
discipulado.
163
En la mayoría de los entornos de la Iglesia, el discipulado es vis-
to como una actividad para creyentes. Muchas personas piensan en
el evangelismo como algo que haces con personas perdidas, mien-
tras que el discipulado es para aquellos que ya tomaron la decisión
de seguir a Cristo.
Como resultado, el discipulado se ha limitado en gran parte
a cuestiones relacionadas a nuestra propia moralidad personal y
resuelto en el contexto de las cuatro paredes de la iglesia. Cierta-
mente, no queremos descuidar cuestiones de moralidad person-
al. Perseguir la santidad y la madurez en nuestras propias vidas es
extremadamente importante, pero sólo es la mitad del panorama.
La otra mitad es nuestra responsabilidad dada por Dios al mundo
que nos rodea. Al reducir el discipulado para ser sólo acerca de no-
sotros, hemos severamente descuidado nuestro mandato bíblico de
ir y "hacer discípulos". Por lo tanto, tenemos que repensar el dis-
66
REPLANTEANDO EL DISCIPULADO
Y EVANGELISMO
Deje de lado sus entendimientos normales de evangelismo (re-
cuerde cambios de paradigma), y reexaminemos la relación entre
evangelismo y discipulado, usando la Gran Comisión como nuestra
guía.
164
Todos estaríamos de acuerdo en que, si usted es un discípulo,
entonces usted está llamado a ser un hacedor de discípulos, lo que
debería significar es que haremos discípulos de las personas en cual-
quier lugar y en todas partes. Jesús dice claramente que debemos
hacer discípulos "a medida que avanzamos" (Mateo 28:19).
El discipulado no es simplemente algo que hacemos con los
creyentes después de la conversión, en su lugar se trata de todo el
discipulado, incluso antes de la conversión y el discipulado y, si Dios
hace lo suyo, el discipulado posterior a la conversión. Sabemos que
la conversión es el trabajo del Espíritu; nuestra parte es ser forma-
dores de discípulos que dediquen tiempo significativo y compro-
miso para formar a quien quiera continuar el viaje con nosotros. En
otras palabras, cada vez que guiamos a las personas a la persona, el
trabajo y las formas de Jesús, están siendo discipulados, lo sepan o no.
Ahora el evangelismo indudablemente todavía tiene lugar,
pero sucede dentro del contexto del discipulado más que al revés.
Necesitamos poner el evangelismo de vuelta donde realmente per-
tenece, como parte de la gran comisión dada a la iglesia para hacer
discípulos de las naciones. Examinaremos el tema del evangelismo
más completamente en el siguiente capítulo.
Al reconsiderar el discipulado de esta manera, considere-
mos cómo Jesús discipuló a sus seguidores en los Evangelios. Los
académicos continúan debatiendo la pregunta sobre cuándo los dis-
cípulos realmente "nacieron de nuevo". Algunos dicen que en Juan
20:22, donde Jesús sopló su Espíritu sobre ellos, y otros dicen fue en
realidad en Pentecostés (Hechos 2). De todos modos, nadie diría
que tuvo lugar antes de eso. Entonces, incluso "los Doce" (y "los
165
Setenta") fueron lo que usted podría considerar como "discípulos
de preconversión".
¡Además, la práctica estándar en la Iglesia en sus primeros tres
siglos fue que la gente tenía que demostrar su fidelidad a Jesús en el
discipulado antes de que se les permitiera formar parte de la iglesia!
Este fue el propósito original de los catecismos. En otras palabras,
el discipulado comenzaba mucho antes de que una persona se con-
virtiera.
En movimientos que cambian el mundo, el discipulado es un
ethos—una forma de vida—no sólo un extra opcional para los cris-
tianos más dedicados.67
Replanteando el evangelismo alrededor del discipulado de esta
manera también crea un mejor espacio para las relaciones auténticas
a largo plazo con distintas personas en nuestras vidas. Deberíamos
tener múltiples y diferentes tipos de relaciones de discipulado. Ten-
dremos relaciones de discipulado previas a la conversión en las que
guiaremos a las personas hacia Jesús, al compartir, tanto en palabras
como en hechos, por qué orientamos nuestras vidas alrededor de la
persona de Jesús. Al mismo tiempo, también deberíamos tener rela-
ciones posteriores a la conversión donde estamos haciendo vida con
otras personas, creciendo juntos hacia la madurez en Cristo.
166
discutir la diferencia entre los grupos de personas y cómo se orga-
nizan, algunos usan el lenguaje de "conjunto limitado" y "conjunto
centrado". Aquí está la diferencia básica:
El conjunto limitado (o algunas veces llamado "conjunto cer-
rado") describe un sistema relacional que tiene límites claramente
definidos, pero no un acuerdo completo sobre un conjunto de ideas
en el centro. Es, por lo tanto, difícil en los bordes y suave en el cen-
tro. La existencia de los límites, sin embargo, deja en claro quién
está "adentro" y quién está "fuera".
El conjunto centrado, por otro lado, está abierto. En muchos
sentidos, un conjunto centrado es exactamente lo contrario de los
limitados. Ellos tienen ideas y visiones muy claras en el centro, pero
no tienen fronteras reales que las personas tiene que cruzar para
unirse. Las organizaciones centradas son duras en el centro y suaves
en los bordes. Son más como una invitación abierta para unirse so-
bre la base de los valores.
El misionólogo Paul Hiebert aplicó esta forma de pensar sobre
cómo las personas se reúnen como la iglesia.
Él argumentó que cuando entendemos a la iglesia como una or-
ganización de “conjunto limitado" desarrollamos bordes o límites
duros. En el caso de la Iglesia, eso generalmente significa que nos
enfocamos en características externas, como la creencia en una
declaración doctrinal definida o adherencia a ciertos comporta-
mientos morales, como el lenguaje o un código de vestimenta, o
ambos. Por lo tanto, la creencia y el comportamiento de una persona
determina si él o ella llega a pertenecer. Visto de esta manera, es fá-
cil ver que la mayoría de las instituciones establecidas, incluidos los
167
sistemas denominacionales, son conjuntos limitados.
Hiebert luego discute el concepto de la Iglesia como un conjun-
to centrado. Desde esta perspectiva, los cristianos se definen prin-
cipalmente a sí mismos como seguidores del Cristo bíblico, con Él
como el centro definitorio de sus vidas. Hiebert señala que, si bien
todavía hay una clara separación entre cristianos y no cristianos, el
énfasis, sin embargo, sería alentar a las personas a seguir a Cristo, en
lugar de excluir a otros por el bien de preservar la pureza del con-
junto.
Una especie de conclusión sería que los grupos de conjun-
to limitado se organizan en torno a un conjunto compartido de
creencias y valores que se utilizan como "límites" para determinar
quién está adentro y quién está fuera del grupo. Una perspectiva
de conjunto limitado es en muchos sentidos sobre un destino. Un
enfoque de conjunto centrado, por otro lado, se trata más de una
dirección. Se define por relación y dirección relativa a un centro.
Aquellos moviéndose hacia el centro se consideran parte del con-
junto, mientras que aquellos que se están alejando del centro no
lo son.
POZOS Y CERCAS
Una forma más práctica de entender la discusión de los conjuntos
limitados versus los centrados, es con la metáfora de los pozos y cer-
cas. En el libro El Moldeo de Las Cosas por Venir (The Shaping of
Things to Come), los autores (ambos de Australia) discuten la idea
de la teoría de conjuntos sociales al ilustrarlo con una práctica en la
agricultura.
168
En algunas comunidades agrícolas, los agricultores podrían
construir cercas alrededor de sus propiedades para man-
tener su ganado y el ganado de las granjas vecinas fuera.
Este es un conjunto limitado. Pero, en las comunidades ru-
rales donde las granjas o ranchos cubren un área geográfica
enorme, cercar la propiedad está fuera de cuestionamiento.
En nuestra casa de Australia, los ranchos son tan vastos que
las cercas son superfluas. En estas condiciones, un agricul-
tor tiene que perforar un agujero y crear un pozo, un valioso
suministro de agua en el campo. Se supone que el gana-
do, aunque se extravíen, nunca vagarán demasiado lejos del
pozo, para que no mueran. Este es un conjunto centrado
Mientras haya un suministro de agua limpia, el ganado per-
manecerá cerca.
169
Y cuando alguien se acerca al centro, el comportamiento se
vuelve más parecido a Cristo. Por lo tanto, los miembros centrales
de la iglesia exhibirán las características del estilo de vida radical de
Cristo (amor, generosidad, sanidad, hospitalidad, perdón, miseri-
cordia, paz y más), y aquellos que acaban de comenzar el viaje hacia
Cristo (y cuyas vidas quizás no muestren tales rasgos) todavía son
vistos como "pertenecientes". El pertenecer es un valor clave. El cre-
cimiento hacia el centro del conjunto es el mismo que el proceso de
discipulado.69
APORTES Y RESULTADOS (O
FIDELIDAD Y FRUCTIVIDAD)
Pero, hablando en términos prácticos, ¿cómo se ve este viaje ha-
cia el centro? ¿Qué tipo de actividades están involucradas en ser más
y más como Jesús? Una forma útil de pensar sobre los comporta-
mientos de discipulado es considerar los aportes y resultados.
Los aportes son aquellas actividades o hábitos que adoptamos
hoy cuando deseamos un cambio particular en el futuro. Por ejem-
plo, cuando tenemos el objetivo de perder peso, un aporte puede
ser el contar las calorías o hacer ejercicio a diario. Hacemos ejerci-
cio (aporte) para que podamos perder peso o sentirnos mejor físi-
camente (resultado). Nos involucramos en ciertas actividades de
aporte para ver algún tipo de resultado en el futuro. Los dos están
inequívocamente relacionados. Las metas de aporte son las cosas
que puedes hacer hoy que producirán los resultados que deseas
mañana (metas de resultado).
170
En el libro No Balas de Plata (No Silver Bullets), el autor Daniel
Im argumenta que la mayoría de las iglesias usan metas de aporte,
como asistencia y ofrendas, al medir si alguien es un discípulo mad-
uro. Porque los resultados a menudo son difíciles de medir, (más
sobre el tema de medición en el capítulo 19) la Iglesia se limita sim-
plemente en contar con qué frecuencia los miembros asisten a los
programas de la iglesia y cuánto dinero dieron. Sin embargo, contar
la asistencia y el dar, claramente no son una forma adecuada de sa-
ber si alguien está siendo más como Jesús.
Para señalar que la Iglesia necesita enfocarse igualmente en me-
tas de aporte, Im presenta los resultados de un estudio importante
realizado por LifeWay Research que examinó el estado del discipu-
lado en la iglesia de hoy. El estudio incluyó entrevistas con 28 exper-
tos en discipulado, una encuesta de 1.000 pastores protestantes, así
como 4.000 personas laicas en toda América del Norte.
Uno de los aspectos más interesantes revelados en la investi-
gación fue la existencia de ciertas conductas que constantemente
aparecían en las vidas de los discípulos en proceso de madurez. Es-
tos hábitos incluían comportamientos como un compromiso con-
sistente con la Biblia, el servicio a otros, el compartir de Cristo, el
ejercicio de la fe, la obediencia a Dios y el desarrollo de relaciones.
La investigación mostró que cuando las personas se involucraban
regularmente en estas actividades, eventualmente exhibieron los
atributos de un discípulo maduro. En otras palabras, la fidelidad a
estas conductas (aportes) los llevo a una fidelidad de ser más como
Jesús (resultado).
171
Los resultados del estudio LifeWay encajan bien con el panora-
ma y el ambiente de hacer discípulos compartido en la introduc-
ción. Cuando considera ciertos aportes para hacer discípulos en su
iglesia piense en ellos a la luz del diagrama de Venn. ¿Pregunte qué
metas de aporte deberían ser una parte de su plantación de iglesia
que ayudaría a las personas a desarrollar el pensamiento del Rei-
no? ¿Qué aportes están relacionados con el compromiso misional?
¿Qué acerca de la comunidad bíblica?
La investigación es clara, al menos en nuestra forma de hac-
er discípulos los aportes deben incluir la lectura consistente de la
Biblia. Por lo tanto, descubrir la mejor manera para que su iglesia
participe en la lectura de las Escrituras. ¿Tal vez incluye planes in-
dividuales de lectura de la Biblia? ¿Diferentes tipos de grupos de
estudios bíblicos? ¿Lectura de las Escrituras en todas las reuniones
de culto? O todo lo anterior. El punto es que tiene que discernir la
mejor manera de incorporar la lectura de la Biblia (resultado) en su
iglesia.
Sin embargo, a la luz de la investigación, también deberíamos
preguntarnos qué objetivos de aporte pueden lograr que las per-
sonas sirvan a los demás. ¿Cómo pueden las personas en su iglesia
ejercer mejor su fe al involucrarse en la misión "riesgosa" de Dios?
¿Cómo pueden desarrollar relaciones más profundas, que incluyan,
tanto relaciones previas a la conversión y posteriores a ella? ¿Cómo
pueden ellos salir de su zona de comodidad y llevar a un mundo
roto hacia la persona, el trabajo y los caminos de Jesús? Si quere-
mos que las personas exhiban la evidencia de la madurez en Cristo
172
(amor, generosidad radical, hospitalidad, perdón, misericordia,
paz y más) debemos ayudarlos a involucrarse en conductas con-
sistentes de discipulado.
Recuerde qué metas de aporte son las cosas que puede hacer hoy
que producirán los resultados que deseas mañana.
ACCIÓN
1. Comience a discipular a un no creyente todavía. Trate el en-
foque sugerido en este capítulo de simplemente comenzar a
invertir en la vida de sus vecinos y/o compañeros de trabajo.
Trate de verlos como discípulos de Jesús que aún no se han
encontrado con Jesús, y vea su tarea de discipularlos para
lleguen a ser más como Jesús.
REFLEXIÓN
1. Cuando piensa en hacer un discípulo, ¿en quién usted pien-
sa de primero? ¿En el grupo de hombres y mujeres poten-
ciales en su iglesia que ya han creído o alguien fuera de la fe?
173
C A P Í T U L O C AT O R C E
ENCARNACIÓN
EVANGELÍSTICA
La misión es más que y diferente del reclutamiento de nues-
tra marca de religión; está alertando a las personas sobre el
reinado universal de Dios a través de Cristo
- David Bosch
- Michael Frost
- N. T. Wright
174
REPENSAR
¿QUÉ ES EVANGELISMO?
Ahora que hemos lidiado con el replanteamiento del discipu-
lado, cambiemos nuestra atención al tema relacionado de evange-
lismo. Como se indicó en el capítulo 2,la missio Dei es mucho más
grande que simplemente evangelismo. Ciertamente, el evangelismo
es uno de los aspectos de nuestro compromiso con la misión de
Dios, pero no el único. Como dice la cita anterior de David Bosch,
"La misión es más que y diferente del reclutar nuestra marca de re-
ligión; es alertar a las personas sobre el reinado universal de Dios a
través de Cristo." Alertamos con palabras y hechos. Ilustramos con
ambos proclamación y demostración. Debemos ver el evangelismo
en este contexto más amplio.
Habiendo dicho esto, debemos tener cuidado de no asum-
ir que una acción sin explicación (demostración) es evangelística.
Como se usa en el Nuevo Testamento, el término evangelismo de-
scribe un anuncio verbal. Es una actividad declarativa. Las palabras
son requeridas.
Pero, parte del problema con el evangelismo es que muchos
cristianos sienten que necesitan dar todo el evangelio en una con-
versación breve. Una de las principales razones para esto es que
muchos cristianos están en la posición única de "evangelizar" a ex-
traños, porque la mayoría de sus amigos son cristianos. Cuando el
único "evangelismo" que hacemos es con extraños en aviones o en
la parada del autobús, sentimos una presión comprensible en tratar
175
de cubrir todas las bases, porque esta podría ser la única oportuni-
dad que nosotros (o ellos) tendrían. "Evangelizar amigos y vecinos,
gradualmente, relacionalmente, durante un tiempo prolongado,
significa que la amplitud y la belleza del evangelio puede expresarse
lentamente sin la urgencia de oferta temprana." 70
En el libro Camino a lo Misional (Road to Missional), el profe-
sor de evangelismo Michael Frost pinta una imagen de lo que debe
verse el evangelismo relacional genuino,
176
en cambio, es el fruto de un encuentro inmediato con Jesús. Por lo
tanto, el evangelismo, en gran parte, se trata de fomentar y cultivar
oportunidades para que una persona pueda conocer a Jesús No se
trata de persuadir a las personas para que acepten ciertas verdades,
pero se trata de conocer a Jesús en persona y en tiempo real. Al final,
el evangelismo es todo sobre Jesús.
¿EVANGELISTA O EVANGELÍSTICO?
Al considerar el tema del evangelismo, es útil hacer una dis-
tinción entre el "don del evangelismo" y ser "evangelístico.” Al con-
trario de la idea falsa de que todo creyente debería ser un evangelis-
ta, el apóstol Pablo parece asumir un doble enfoque cuando se trata
del ministerio de evangelismo. Primero, el afirma que el don del
evangelista (curiosamente, no el don del evangelismo, pero donde
el evangelista es así mismo el regalo, especialmente en el contexto de
Efesios 4). Y segundo, escribe como si todos los creyentes deben ser
evangelísticos en su orientación general.
Pablo claramente se coloca en la primera categoría, viendo su
ministerio como un evangelista. Pero, él no parece creer que todos
los cristianos llevan la misma responsabilidad por este tipo de proc-
lamación valiente al cual él fue llamado. Note su descripción de este
doble enfoque en su carta a los Colosenses:
177
Compórtense sabiamente con los que no creen en Cris-
to, aprovechando al máximo cada momento oportuno. Que
su conversación sea siempre amena y de buen gusto. Así
sabrán cómo responder a cada uno.
178
cuando éste escribe en un pasaje bien conocido en 1 Pedro:
179
do Romano, fueron las personas más increíblemente diferentes que
alguien haya visto alguna vez.74
ENCARNACIÓN
En el capítulo 2, discutimos el repensar la misión desde una per-
spectiva de encarnación. Compartí que la encarnación es la máxi-
ma participación misional de Dios en la creación (Juan 3: 16-17).
Cuando Dios entró en nuestro mundo en y a través de la persona de
Jesús, Él vino a vivir entre nosotros (eskenosen—literalmente, "esta-
blece una carpa"): "La Palabra se hizo carne y sangre, y se mudó al
vecindario" (Juan 1:14, El Mensaje).
180
Si la forma central de Dios para alcanzar su mundo fue encar-
narse en Jesús, entonces nuestra manera de alcanzar al mundo tam-
bién debe ser de encarnación. Ahora, es importante reconocer que
la encarnación de Jesús fue un evento especial e irrepetible. Además,
cuando entramos en el mundo de los demás, ciertamente no po-
demos tomar la identidad de otra persona de la forma totalmente
integrada en que lo hizo Jesús. Pero, si hacemos la distinción entre
la encarnación con “E” mayúscula y el ministerio de encarnación.
Pero si hacemos la distinción apropiada entre la encarnación con un
capital "Yo" y misión de encarnación, entonces podemos decir que
la encarnación debe informar nuestra postura hacia nuestro contex-
to. Hay dos palabras, ambas comenzando con la letra p, que ayudan
a dar claridad a el concepto de misión encarnacional en contexto.
La primera palabra es proximidad. La misión de encarnación
debe implicar vivir en proximidad con otros. No podemos
amar y servir a aquellos a quienes Dios nos ha enviado desde
la distancia. Así como Jesús se hizo carne y sangre y se mudó
al vecindario, debemos hacer lo mismo. Esto puede requerir
movernos geográficamente para estar más cerca de aquellos a
quienes Dios nos ha enviado. Por lo menos, exigirá crear tiem-
po y espacio para ser un participante directo y activo en las vi-
das de las personas que estamos buscando alcanzar.
El concepto de presencia, la segunda palabra, va más allá de la
mera proximidad a la identificación y rendirse. Jesús se identificó
y abogó por aquellos a quienes Él fue llamado. Como el pasaje de
Filipenses con claridad lo expone, Él se humilló a Sí mismo. Literal-
181
mente, se despojó a sí mismo por el bien de los demás. Esta realización
sugiere un enfoque de encarnación que nos llama a la identificación
relacional con n uestros vecinos que lo guiará a actos tangibles de
amor y sacrificio.
Es útil reconocer que las palabras de Jesús en Juan 20:21,
“Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes,” se usan
con mayor frecuencia para enfatizar el envío de los discípulos, y
posteriormente el de la iglesia. Pero, no debemos descuidar la pri-
mera mitad del pasaje. Jesús dice, “Como el Padre me envió a mí”.
La palabra traducida como (o en algunas traducciones igual que)
significa gustar o de manera similar. En otras palabras, necesitamos
ser enviados como Jesús fue enviado. ¿A quién, y de qué manera fue
enviado Jesús? Lo enviaron a la bajeza de la sociedad. Él estaba con
y para los recaudadores de impuestos, los oprimidos, los pobres y
los enfermos. Nuevamente, tomando a Jesús como nuestro ejemplo,
estamos llamados a hacer lo mismo.
Los Evangelios nos dicen que Jesús fue amigo de los pecadores.
Escuchaste—un amigo. ¿Qué constituye un amigo? Cuando otra
persona te invita a conocer a sus amigos, estás adentro. La Biblia está
llena de ejemplos de personas que invitaban a Jesús a conocer y pas-
ar tiempo con sus amigos. Había un sentido de santidad caprichosa
en Jesús que atraía a la gente a Él. Alguien dijo una vez que las perso-
nas que no eran como Jesús, les agradaba Jesús. Como seguidores de
Jesús, ¿no debería eso ser también cierto de nosotros? ¿Ves por qué,
en la mayoría de los casos, el evangelismo debe comenzar siendo
informado por la encarnación? Necesitamos estar muy cerca de las
182
personas. Necesitamos estar en proximidad cercana con las perso-
nas. Necesitamos hacer vida con las personas.
REPUTACIÓN
Uno de los resultados de realmente hacer la vida en proximi-
dad cercana con las personas es desarrollar una buena reputación.
La misión evangelística es más efectiva cuando vivimos vidas gen-
erosas, hospitalarias, dirigidas por el Espíritu y semejantes a Cristo
como misioneros a nuestros propios vecindarios. Esto es, por su-
puesto, también verdadero en nuestros lugares de trabajo, así como
en cualquiera de los espacios sociales que habitamos. Realmente en
cualquier lugar en que nos encontremos alrededor de personas, ten-
emos la oportunidad de mostrar una nueva forma de ser humano
Tenemos oportunidades para extender el amor, la gracia, la miseri-
cordia, la hospitalidad y la generosidad de Jesús.
Sin embargo, esto no solo es cierto para nosotros individual-
mente; también es verdad corporativamente o como una comuni-
dad misional o iglesia plantada. La misionóloga Lesslie Newbigin es
conocida por decir que "la única hermenéutica del evangelio es una
congregación de hombres y mujeres que creen y viven de acuerdo
con ello". En otras palabras, cuando una comunidad de fe realmente
75
vive los caminos del Rey Jesús, la gente lo notará. Comenzarán a ver
de primera mano que la forma en que viven los seguidores genuinos
de Jesús es hermosa, intrigante y vivificante.
Pero desafortunadamente en la mayoría de los casos, el cristian-
ismo en América del Norte no siempre tiene la mejor reputación.
183
La gente no ha tenido la oportunidad de observar de cerca cómo
vive un verdadero seguidor de Jesús. En cambio, una persona puede
haber visto un ejemplo pobre de un cristiano en la televisión, o
quizás trabajan con alguien que dice ser un cristiano, pero no vive
los caminos de Jesús, entonces tienen una percepción negativa del
cristianismo.
Piense en ello de esta manera. La encarnación de Jesús es en
última instancia sobre representar y revelar el verdadero Dios a las
personas. Entonces, para nosotros ser posicionados para represen-
tar al Jesús real ante las personas y desarrollar una buena reputación,
necesitamos estar con las personas. Necesitamos encarnar en los lu-
gares que Dios nos ha enviado y mostrar a las personas con nuestras
vidas lo que realmente significa seguir a Jesús.
CONVERSACIÓN
El punto con la palabra conversación es que cuando hacemos
vida con las personas y en realidad desarrollamos una buena reputa-
ción, tendremos conversaciones valiosas. Otros buscarán la verdad
en nuestras vidas. El autor Hugh Halter argumenta que Jesús tuvo
oportunidades para conversaciones por la manera en que Él trataba
a las personas.
184
necesitas condenar a una persona antes de que esa persona
cambiará—y es por eso que Él lo dijo y que Él lo hizo, no
he venido al mundo para condenar, sino para salvar (Juan
3:17). Y Él hizo exactamente eso. La gente a su alrededor no
se sentía condenada, y respondieron a su verdad. Él estaba
repleto, baldes rebosantes, destilando gracia y verdad al mis-
mo tiempo.76
185
Desafortunadamente, muchos cristianos no tienen la oportuni-
dad de compartir esta historia más amplia de Jesús simplemente
porque no tenemos amigos que no sean cristianos. Por lo tanto,
cuando se nos ofrece la oportunidad para "compartir el evangelio",
tenemos que confiar en una especie de informe artificial, reducido
de la obra de Jesús. En otros casos, tenemos que crear formas para
"girar" las conversaciones a una dirección espiritual, porque no esta-
mos haciendo vida con personas inconversas. Si estuviéramos, hab-
ría oportunidades frecuentes para hablar sobre el Rey que seguimos
y compartiríamos la historia de cómo cambió nuestra perspectiva,
no sólo sobre la muerte sino sobre la vida en el aquí y ahora.
Necesitamos estar preparados para compartir de forma muy
natural, conversaciones relacionales de lo que significa seguir al Rey
Jesús. Seguirlo a través de su obra redentora en la cruz. Seguirlo en
una cruciforme vida moldeada de discipulado. Y seguirlo en las
buenas noticias de que, a través de Cristo, el inquebrantable Reino
de los cielos está a la mano.
CONFRONTACIÓN
Si hemos hecho el trabajo de la encarnación, la reputación y la con-
versación, tendremos la oportunidad de compartir las buenas noti-
cias sobre Reino y su Rey. Y necesitamos estar preparados para que
el evangelio (con el trabajo del Espíritu) confronte. Confrontará
el pecado de una persona. Confrontará la visión de mundo de una
persona. Confrontará sus actitudes y suposiciones acerca de ellos
mismos y de otros. El evangelio del Reino es tan contracultural para
los caminos del mundo que confrontará las sensibilidades de una
186
persona en todos los niveles. En la mayoría casos, esto no sucederá
de la noche a la mañana. Pero si estamos en relaciones genuinas con
las personas, habrá oportunidades para tener conversaciones hon-
estas sobre el Reino de Dios a través de Cristo. En última instan-
cia, el objetivo de la confrontación es ayudar a las personas a tomar
responsabilidad por su pecado y dejar que Dios reine sobre cada
aspecto de sus vidas.
TRANSFORMACIÓN
Cuando el Espíritu hace Su trabajo, el resultado final es la trans-
formación. Observe que se usa la palabra transformación, no con-
versión. Ahora la conversión es un punto de partida, pero la trans-
formación es el corazón completo de la encarnación. Jesús vino a
cambiarlo todo en nosotros. “El que afirma que permanece en él
debe vivir como él vivió" (1 Juan 2: 6, NVI). El apóstol Pablo com-
partió con los Gálatas que estaba en angustia hasta que "Cristo se
formase" en ellos (Gálatas 4:19). Este es un llamado mucho más allá
de la conversión. Es el llamado a la transformación.
Sin embargo, también es importante reconocer que Dios nos
diseñó a nosotros para ser transformados principalmente en comu-
nidad. Aunque todos somos personas individuales y podemos rela-
cionarnos con Dios sin otros, no estamos diseñados para crecer por
nosotros mismos. La transformación real es una actividad comunal.
187
DOS PENSAMIENTOS FINALES
EN EVANGELISMO
Hay dos temas adicionales para considerar brevemente antes de
concluir este capítulo. Primero, todo el marco de evangelismo en-
carnacional debe ser bañado en la oración. Necesitamos estar oran-
do a lo largo de cada una de las cinco fases mencionadas anterior-
mente. Particularmente, deberíamos estar orando por relaciones
más profundas con aquellos que no conocen Jesús.
Debemos orar para que Dios nos dé la oportunidad de encar-
narnos en nuestro contexto, vivir vidas cuestionables "como Jesús"
frente a un mundo que muere, y tener conversaciones que cambien
la vida.
En segundo lugar, mientras que la forma más efectiva de evan-
gelismo se lleva a cabo a través de relaciones genuinas, debemos
reconocer que hay momentos en que el Espíritu nos impulsa a com-
partir con otros cuando el tiempo que tenemos podría ser limitado.
En esos casos, necesitamos estar preparados para explicar el evange-
lio en una versión resumida. Una herramienta diseñada para hacer
justamente esto se llama "3 Círculos." Para más información busque
"3 círculos" en www.namb.net
ACCIÓN
1. Repase el doble enfoque sugerido en este capítulo: (1) iden-
tificar, equipar y movilizar a los evangelistas dotados, y (2)
inspirar todos los creyentes a vivir "vidas cuestionables".
Crear un plan de cómo hará las dos tareas en su plantación
de iglesia.
188
REFLEXIÓN
1. ¿Cómo ha desafiado o confirmado este capítulo su visión
del evangelismo?
2. ¿Cuáles son sus pensamientos sobre la visión de Frost del
doble enfoque en la evangelización en Colosenses 4? ¿Cuál
de los dos mejor describe cómo usted está dotado?
3. ¿Cuál es su evaluación general del marco de evangelismo
encarnado? Trabaje alrededor de cada una de las cinco pal-
abras y comparta cómo puede ayudar a aquellos en su plant-
ación de iglesia a cultivar una postura de cada una de ellas.
189
SECTION FOUR:
BIBLICAL
COMMUNITY
(ECCLESIOLOGY)
190
CAPÍTULO QUINCE
FLUJO
MISIONERO
Si fallamos en comprometernos bien y vivir como Cristo viviría
entre nuestros vecinos y amigos, fallamos como misioneros y
la cultura no ve la belleza visible de la iglesia enviada.
- Hugh Halter
- Jean Vanier
- Tim Chester
REPENSAR
Con este capítulo, comenzamos una nueva sección en el libro
acerca de la comunidad bíblica. Un aspecto crucial en ser más como
Jesús y seguirlo a Él en la misión, implica el concepto de comunidad
bíblica. El adjetivo, bíblica se usa aquí para diferenciar esta forma
de comunidad de lo que piensa la mayoría de las personas cuando
escuchan la palabra.
En el idioma inglés, tendemos a usar la palabra para referirnos
a personas con intereses comunes o un sistema de creencias com-
191
partido. En español, la palabra para community es comunidad, que
habla al amor o preocupación que una persona tiene por otra.
En el Nuevo Testamento, la palabra griega para comunidad es
koinonia, que a menudo se traduce como compañerismo o asocia-
ción. Quizás el ejemplo más conocido de comunidad bíblica en las
Escrituras se encuentra en Hechos 2:
192
amor con Dios y los unos con los otros. Nada es más esencial para el
florecimiento humano.
La naturaleza corporativa del cristianismo se ilustra por un re-
currente, pero que a menudo se pasa por alto, la palabra en la en-
señanza del apóstol Pablo: allelon— que significa los unos a otros o
el uno al otro. El punto es que la fe cristiana no es un asunto individ-
ual; todo debe ser hecho con y para el otro.
Dentro de la comunidad de aquellos que viven "en Cristo" por el
poder del Espíritu Santo, las personas deben ser "miembros los unos
con otros" (Romanos 12: 5), "edificarse unos a otros" (1 Tesaloni-
censes 5:11), "Amarse unos a otros con afecto mutuo" (Romanos
12:10), "capaces para instruirse unos a otros "(Romanos 15:14),"ser
esclavos los unos con los otros"(Gálatas 5:13) y "vivir en armonía
los unos con el otros" (Romanos 12:16). El aspecto relacional de
la comunidad bíblica es dónde y cómo el amor, la alegría, la paz,
la paciencia, la amabilidad, la bondad, la fidelidad, la gentileza y el
autodominio se viven como creyentes "llevando las cargas los unos
con los otros”.78
Sin embargo, hay más en la historia de la comunidad. Mientras
nosotros sin duda, estamos llamados a dedicarnos a los unos con los
otros en la familia de Dios, como comunidad, somos creados para
mucho más. Somos una familia, pero debemos ser una familia en
misión. Una comunidad de amor genuino, enraizado en el Reino
redentor de Dios nunca puede ser una empresa interna, porque tal
amor es contagioso y desbordante. Nosotros debemos darnos cuen-
ta de que vivimos en comunidad con otros por el bien del otro, o
193
mejor aún, por el bien de la misión de Dios.
La narración bíblica es la historia de la misión de Dios para
restaurar la comunidad, tanto con Él y con los demás.Si no tene-
mos cuidado, la comunidad puede volverse insular. Puede conver-
tirse demasiado sobre aquellos en el grupo en lugar de los que están
afuera. A su vez, se trata más de seguridad y comodidad que de ser
un agente de la misión redentora de Dios.
Observe en el pasaje de Hechos que dice que los seguidores de
Jesús tenían "favor con todas las personas". Las personas, que se dedi-
caron a los unos con los otros, también vivieron vidas de gran amor
y generosidad hacia el desconocido que ganaron la buena voluntad
o favor con aquellos que no eran parte del compañerismo. Y como
resultado, el texto dice que las personas se salvaron y se agregaron a
la comunidad día a día.
La teóloga Lesslie Newbigin dijo que una comunidad de crey-
entes es la única hermenéutica del evangelio. Una hermenéutica es
un método de interpretación. En otras palabras, las personas sólo
pueden entender completamente lo que el evangelio realmente
significa cuando una comunidad de creyentes realmente vive el
mensaje.
Newbigin también dijo que la iglesia, o comunidad bíblica,
tiene que ser a la vez un anticipo e instrumento del Reino. Somos
un anticipo del Reino cuando la manera en que vivimos da al mun-
do que observa una imagen del Reino venidero.
Somos un instrumento del Reino a medida que participamos
en la misión. Como comunidad, nos esforzamos por descubrir lo
194
que Dios está haciendo en las vidas de las personas que nos rodean y
luego discernir cómo Él quiere que participemos en sus propósitos
redentores. Debemos ver a la Iglesia como un instrumento, creado
por Dios, para ser enviado al mundo a participar en lo que Él ya está
haciendo.
La conclusión es que fuimos creados para la comunidad. Esta-
mos diseñados para estar en comunidad con Dios y con los demás.
Pero, también debemos entender que la comunidad nunca puede
ser plenamente realizada aparte de la misión. Como comunidad
bíblica, somos ambos, un pueblo de Dios llamado y enviado.
FLUJO MISIONERO
Si bien es crucial estar unidos en una comunidad bíblica genu-
ina con otros creyentes, la postura predeterminada de muchos cris-
tianos es, que ya sea para comenzar con la comunidad (iglesia), o
como se mencionó anteriormente, para permitir que la comunidad
se vuelva enfocada hacia adentro y se sirva a sí misma. Esto es, al
menos en parte, el por qué este libro está estructurado en el orden
del Pensamiento del Reino, Compromiso Misional y luego la Comu-
nidad Bíblica. Mi esperanza es que al replantear el orden en el que
pensamos la misión, nos permitirá repensar el proceso de plant-
ación de iglesia.
En el contexto norteamericano, poscristiano en el que ahora
vivimos, no podemos plantar iglesia simplemente comenzando con
una reunión de adoración un domingo por la mañana. Quizás hubo
un día en que pudimos construir un sitio web genial, alquilar un
195
espacio para reuniones, enviar volantes, poner pancartas e "iniciar"
una iglesia al empezar un servicio dominical. Pero, esos días se han
ido, al menos en la mayoría de los contextos de América del Norte.
¿Cuál es la alternativa? Debemos comenzar con la actividad
misionera. En lugar de comenzar con la "iglesia" y tratar de llegar
al discipulado y la misión, debemos comenzar con el discipulado
y la misión y el trabajo hacia la iglesia. Esto es lo que significa la
frase flujo misionero. Es una forma simple de pensar de diferente
manera sobre el flujo o la dirección al comenzar una nueva iglesia,
especialmente a la luz de una postura bivo o covocacional. Necesi-
tamos un nuevo marco de referencia, una nueva forma de pensar
acerca de la plantación que no comienza con el domingo.
Tómese un momento y examine el gráfico del flujo misionero a
continuación.79
196
"Estructurando la congregación". Consideremos cada uno de estos
tres círculos individualmente.
INVOLUCRANDO EL CONTEXTO
Este tipo de flujo misionero comienza desde cero. Demasiado
a menudo los plantadores de iglesias comienzan con cristianos de
otra iglesia o reúnen a los creyentes desconectados de los alrede-
dores de una ciudad. Esto podría estar bien intencionado y podría
ser mejor que nada en absoluto, pero en la mayoría de los casos, esto
es simplemente comenzar una iglesia con una iglesia. Esto no es lo
que estamos hablando con el flujo misionero.
La primera fase de cualquier misión debe incluir la contextual-
ización. Esto comienza con una comprensión de la configuración
local para que pueda mejor involucrar a las personas relacional-
mente. Como se establece en el capítulo 7, implica, lugar, oración y
personas de paz.
La primera fase de cualquier misión debe incluir la contextu-
alización. Esto comienza con una comprensión de la configura-
ción local, para que usted pueda involucrar a las personas relacio-
nalmente. Como se establece en el capítulo 7, implica el lugar, la
oración y personas de paz.
Además de entender el contexto, debemos recordar que somos
un pueblo misionero enviado. Más específicamente, esto significa
que necesitamos que nos recuerden que ya hemos sido enviados.
En otras palabras, ya hemos sido enviados a nuestros vecindarios.
Hemos sido enviados a nuestros lugares de trabajo. Y hemos sido
197
enviados a los espacios sociales que habitamos cada día. No tene-
mos que esperar, preguntándonos a donde Dios podría enviarnos.
En cambio, ya vivimos, trabajamos y jugamos en estos lugares con
un propósito—el propósito de la misión de Dios.
Una vez que reconocemos que hemos sido enviados a los lugares
en que estamos ya haciendo vida, hay dos actividades misioneras ge-
nerales que debemos vivir. Necesitamos encarnar y participar.
ENCARNAR
Debemos permitir que la encarnación de Jesús informe nuestra
postura hacia nuestro contexto. Juan 1:14 en la paráfrasis del men-
saje dice: "La Palabra se hizo carne y sangre, y se mudó al vecindario".
Cuando Jesús vive en nosotros y por medio de nosotros, nos muda-
mos a los barrios y redes a las cuales Dios nos ha enviado. Echamos
raíces. Nos quedamos. Nos encarnamos en el entorno local. Nues-
tro compromiso contextual debe involucrar la encarnación en los
lugares locales.
PARTICIPAR
Una vez que encarnamos en nuestro contexto, entonces comen-
zamos la tarea de participar en lo que Dios ya está haciendo, no-
sotros participamos en la missio Dei. Recuerde que missio Dei sig-
nifica la misión de Dios. El punto es, que se trata todo de la misión
de Dios. Por lo tanto, necesitamos descubrir lo qué Dios ya está
haciendo y luego discernir cómo Él quiere que nos unamos a Él. La
participación en la misión de Dios implicará convertirse en grandes
observadores y fantásticos oyentes. Escuchamos al Señor en oración,
198
y escuchamos a la comunidad a la que estamos intentando alcanzar.
Necesitamos estar a tono con ambos.
Los capítulos en la sección anterior sobre compromiso mision-
al trataban sobre involucrar el contexto. Examinamos múltiples
comportamientos misioneros que incluyen la oración, alcance de
vecindarios, lugares de trabajo, terceros lugares, hospitalidad, discip-
ulado misional, evangelismo encarnado, etc. Aquí es donde deben
comenzar sus esfuerzos de plantar iglesia. Identifique los lugares y
las personas a quienes Dios le envió. Encárnese en esos lugares. Ore
y escuche lo que Dios está haciendo. Discierne cómo Él quiere que
participe al empezar a entender, relacionarse y conectarse con las
personas. Para repetir una declaración anterior; en lugar de comen-
zar con la iglesia y tratar de llegar al discipulado y misión, debe
comenzar con el discipulado y la misión y trabajar para la iglesia.
CULTIVANDO LA COMUNIDAD
El segundo círculo en la imagen se titula cultivando la comu-
nidad. La palabra habla de la idea de nutrir. Cuando cultivamos la
tierra, la preparamos para la siembra. No tenemos poder para hacer
que los cultivos crezcan, pero podemos nutrir ciertas condiciones
que aumentarán la probabilidad de crecimiento. Cultivar a la co-
munidad es similar en muchas maneras. No podemos hacer que la
comunidad suceda, pero podemos crear oportunidades y entornos
en los que la comunidad pueda florecer.
Usamos la palabra comunidad para hacer una distinción de la
palabra más habitual, iglesia. Con la frase cultivando la comunidad,
199
queremos que piense en crear tiempo y espacio para que las per-
sonas se conecten relacionalmente con usted, pero también entre
ellos. La clave es que este espacio no se vea como iglesia, sino como
un lugar donde las relaciones se desarrollan. La frase misionera para
esto es momento social.
Ahora examine el gráfico de Flujo misionero, actualizado a
continuación. Usted notará que hay dos frases y flechas adicionales.
Empecemos con la idea del momento social.
MOMENTO SOCIAL
Ya hemos declarado la importancia de comenzar con el discipu-
lado y la misión cuando se planta una nueva iglesia en un contexto
misionero. Usted debe comenzar haciendo conexiones individuales
y relacionales con personas. El lenguaje del momento social habla
de la necesidad de crear espacios alternativos para cristianos y no
cristianos para conectarse, vivir juntos y construir equidad relacio-
200
nal (o impulso) antes de que consideren asistir a un programa o ac-
tividad de la iglesia.
El punto es que a menos que cree un ambiente consistente,
de reunión—entre involucrar el contexto y la estructuración de la
congregación—que las personas puedan ser invitadas y ser parte de
ella, usted experimentará el momento social en su compromiso mi-
sionero.
Aquí hay otra manera de pensar sobre eso. La mayoría de los
plantadores de iglesia son bastante buenos en involucrar el contex-
to. Trabajan para conocer a sus vecinos. Son intencionales acerca
de hacer conexiones en las tiendas de café o en el gimnasio. Prestan
cuidadosa atención en sus lugares de trabajo para las oportunidades
de hacer amigos con compañeros de trabajo. Sin embargo, si no hay
un "encuentro" continuo, algo informal, para que el plantador invite
a las personas, entonces sólo tendrán buenas conexiones que nunca
se moverán más allá de ser conocidos.
Y para muchos plantadores de iglesias, después de hacer esas
conexiones con nuevas personas, no tienen una visión clara de qué
hacer luego relacionalmente. Con demasiada frecuencia, la única
solución para el siguiente paso es comenzar un servicio de adoración
dominical por las mañanas, para tener una actividad de iglesia a la
que puedan invitar a nuevas personas.
Ahora, ciertamente no hay nada de malo en invitar a las perso-
nas a un servicio de iglesia, pero en un contexto misionero, usted
debe considerar un tipo de paso relacional intermediario o inter-
medio. La necesidad de que sea un tipo de espacio relacional regular
201
al que pueda fácilmente y, naturalmente, invitar a las personas. Sin
un espacio tan consistente para dar la bienvenida a las personas que
ha conocido mientras se ocupa de su contexto, nunca desarrollará
un momento social. En cambio, simplemente tendrá un montón de
conexiones relacionales que nunca se mueven más allá de conocer el
uno al otro por su nombre.
Pero, ¿cómo se ven esos espacios relacionales? Encuentre algo
que usted ya está haciendo, o al menos que le gusta hacer, y desar-
rolle un ritmo mediante el cual pueda invitar fácilmente a alguien a
unirse a usted. Por ejemplo, tal vez usted puede hacer una fogata en
su patio trasero todos los sábados por la noche. O quizás sea el prim-
er sábado por la noche de cada mes. Tal vez una noche de juegos que
haga una vez a la semana o una vez al mes en su hogar. El compar-
tir comidas siempre es una gran idea. Usted podría programar una
comida con platillos compartidos en su vecindario una vez al mes.
El punto es que cuando usted tenga ese evento relacional continuo
que está planeado consistentemente, es natural decirle a alguien con
quien se está conectando en su trabajo o en su vecindario, "Oye,
el primer sábado por la noche de cada mes tenemos un grupo de
amigos para asar perros calientes y malvaviscos alrededor de la foga-
ta. Sabes que siempre serías bienvenido a unirte a nosotros".
Crear tiempo y espacio para desarrollar el momento social pre-
sentará muchas oportunidades para el discipulado previo a la con-
versión y el evangelismo encarnacional. Pero, también proporcio-
nará una oportunidad necesaria para los cristianos y no cristianos
en comenzar el proceso de cultivar la comunidad dentro de un
vecindario o red.
202
En el excelente libro La iglesia total (Total Church), los autores
destacan la importancia de que los no cristianos tengan la oportuni-
dad de pertenecer antes de hacer un compromiso para creer.
MOMENTO ESPIRITUAL
Ahora, regresemos a la imagen del flujo misionero. La segunda
frase, con la flecha que sale del círculo cultivando la comunidad, son
las palabras momento espiritual. Similar a la idea previa de desarrol-
lar momento social, una vez más necesita pensar en crear tiempo y
espacio, pero en este caso es proporcionar oportunidades para que
las personas crezcan espiritualmente.
Puede ser tan simple como reunirse para orar los unos por los
otros. O para leer los Evangelios juntos. O tal vez para discutir qué
escritura tiene algo que decir a los eventos actuales. El punto es, si
estás realmente haciendo vida con los no cristianos y desarrollando
momento social, habrá quienes deseen conversaciones más profun-
203
das y significativas.
Nuevamente, debería ser natural y fácil decirle a alguien que
"tiene un grupo de amigos que se reúnen una vez por semana para
orar por cada otro y hablar de cosas espirituales".
Si está empezando con y conectándose exclusivamente con no
cristianos, este grupo que proporciona momento espiritual podría
ser algo nuevo. En otras palabras, podría formarse directamente
fuera del tiempo y el espacio que creó para desarrollar el momento
social. Sin embargo, si tiene un grupo de cristianos que son parte de
su equipo de plantación de iglesia, este grupo de momento espiri-
tual puede en realidad ser una comunidad misional (discutida en el
próximo capítulo) a la cual invita a esa persona.
Pero independientemente de la composición de ese grupo, la
idea que queremos que usted empiece a procesar de esta lección es
que debemos crear tiempos y espacios alternativos para cultivar rel-
aciones genuinas. Vivimos en un mundo donde el escepticismo ha-
cia la iglesia está aumentando. En algunos contextos, los no cristia-
nos son incluso hostiles hacia la iglesia. En la mayoría de los casos,
la única forma de combatir sus actitudes negativas hacia la iglesia
es mostrarles de primera mano cómo un seguidor de Jesús, lleno de
gracia, amoroso y compasivo luce—y mucho mejor si pueden ver
y experimentar una comunidad de personas "Jesusy". El resultado
final es que estamos creando un espacio para que las personas ex-
perimenten una comunidad genuina semejante a Cristo. Queremos
darles la oportunidad pertenecer antes de que estén listos para creer.
204
ESTRUCTURANDO LA
CONGREGACIÓN
Ahora pasemos al círculo final en el gráfico de flujo misionero,
que es estructurando la congregación.
El punto del último círculo es que, si usted es un plantador de
iglesia, llegará un momento en que comenzará a formar o estructu-
rar una congregación. Habrá asuntos particulares de la iglesia que
deberá considerar. Necesitará abordar temas de gobierno, ritmos de
reunión, administración, presupuestos, personal, etc.
Sin embargo, permítanme recordarles una vez más, estamos
hablando en este capítulo sobre la importancia de pensar como
un misionero. La plantación de iglesia es la tarea de la misión y la
comunidad. O para replantear esa última oración con el lenguaje
de nuestra imagen Flujo misionero: Estructurar una congregación
(plantación de iglesia) es el funcionamiento de involucrar el con-
texto (misión) y cultivar la comunidad. La plantación de iglesia es
el punto donde la misión y la comunidad se cruzan. La Iglesia es la
estrategia de la misión de Dios. En el corazón del plan de Dios para
bendecir a las naciones está el pueblo de Dios. La Iglesia está forma-
da por la misión y está formada para la misión.
ACCIÓN
1. Involucrando el contexto: Repase el gráfico de flujo mis-
ionero. Enumere al menos cuatro comportamientos mis-
ioneros de involucrando el contexto que jugarán un papel
importante en la vida de su plantación de iglesia. ¿Cuál de
estas prácticas misioneras modelará para la iglesia?
205
2. Cultivando la comunidad: Identifique al menos dos formas
en las que usted creará tiempo y espacio para desarrollar el
impulso social. Además, articule sus planes para desarrollar
el momento espiritual.
REFLEXIÓN
1. ¿Qué tan importante cree que es repensar la plantación de
iglesia? ¿Cómo es útil para usted el concepto de flujo mis-
ionero para repensar la plantación?
206
cree que son las mayores barreras para cultivar la comuni-
dad? ¿Cómo abordará esas barreras?
207
CAPÍTULO DIECISÉIS
INICIANDO
COMUNIDADES
MISIONALES
Ser la Iglesia es ser una comunidad de aprendizaje que bus-
ca en unión a la fe conocer a Jesús, para crecer juntos en el
amor por Jesús y alinear nuestras vidas, la misión y la forma
de estar en el mundo para la venida del Reino de Cristo.
- Gordon T. Smith
- Lois Barrett
- Brad Brisco
208
REPENSAR
En el capítulo anterior, la idea de las comunidades misionales
como un lugar para fomentar momento espiritual fue introducido.
Ahora consideremos las características claves de las comunidades
misionales, así como las mejores prácticas sobre cómo liderar y mul-
tiplicar estas comunidades.
209
mó a los discípulos a unirse a Él en la misión ("Sígueme”), y
mientras estaban en la misión con Él, Él los entrenó para for-
mar discípulos ("Los haré pescadores de hombres"). En otras
palabras, Jesús les enseñó los conceptos básicos de hacer
discípulos mientras estaban en la misión haciendo discípulos.
Ellos pudieron observar todo lo que Jesús dijo e hizo. ... Es-
cucharon, observaron y aprendieron en las cosas cotidianas
de la vida. Después de un tiempo, los invitó a compartir algo
del trabajo que Él estaba haciendo. Claro, se equivocaron
mucho, pero Él estaba allí para ayudar, corregir, limpiar—en-
trenarlos—mientras estaban en su misión. Estaban en una
residencia para hacer discípulos con Jesús.81
210
¿QUÉ ES UNA COMUNIDAD
MISIONAL?
Definición: Una comunidad misional es un grupo de segui-
dores de Jesús comprometido, del tamaño de una familia nuclear
(12–25), empoderado por el Espíritu para participar en la misión
de redención de Dios en un lugar particular, vecindario y/o red.
Hay siete frases claves en esta definición que queremos describir
con más detalle.
• Grupo comprometido. Se dedican los unos a los otros y a la
misión de la comunidad.
• Los seguidores de Jesús. Son discípulos maduros que están
siguiendo el liderazgo de Jesús.
• Familia nuclear. El grupo es lo suficientemente pequeño
como para cuidarse, pero lo suficientemente grande como
para atreverse.
• Empoderado por el Espíritu. Son formados y enviados por el
Espíritu.
• Participar en la misión de Dios. La missio Dei es el principio
organizador de todo lo que hacen.
• De redención. Ellos se involucrarán en la proclamación del
evangelio y demostración.
• Vecindario o red. Están incrustados en un vecindario o red
de relaciones como una expresión de encarnación de la Ig-
lesia.
211
Esperemos que esta definición ofrezca un marco de referencia
para diferenciar una comunidad misional de un grupo pequeño
tradicional, pero en el al mismo tiempo proporcionar suficiente flex-
ibilidad para no ser demasiado rígido. Es importante a medida que
define cómo se ve una comunidad misional en su contexto para que
usted no sea demasiado prescriptivo. En otras palabras, permita que
cada comunidad misional sea única a su contexto y misión. Todas
las comunidades misionales no serán (y no deberían) parecerse. La
misión es la madre de la eclesiología adaptativa, lo que significa que
si comenzamos con la misión de Dios (misiología), habrá muchos
feroces y maravillosas expresiones de la Iglesia (eclesiología).
PRÁCTICAS COMUNITARIAS
MISIONALES
Si bien debe tener cuidado de no ser demasiado prescriptivo so-
bre cómo una comunidad luce, hay ritmos o prácticas intencionales
que ayudan a formar comunidades misionales sanas. Tres patrones
significantes modelados en la vida de Jesús proporcionan un marco
de referencia para los diferentes aspectos de una vida comunitaria
misional. Aunque diferentes palabras se pueden usar para articular
cada uno de los tres patrones, todos ellos se refrieren a las dimen-
siones de la vida "hacia arriba" con el Padre, la dimensión “interior”
de la vida con el cuerpo de Cristo y la dimensión “exterior” de com-
prometerse con la misión de Dios. Examinemos cada una de estas
más completamente.
212
ARRIBA (COMUNIÓN: TIEMPO ENFOCADO
EN EL PADRE, HIJO Y ESPÍRITU)
Es importante desarrollar oportunidades donde una comu-
nidad misional se situé en lugares donde pueda escuchar a Dios
hablar. El componente de “arriba” debe incluir oración, escuchar la
voz de Dios, adoración y lectura de las Escrituras.
Cuando examinamos la vida de Jesús, lo vemos pasar el tiempo
con el padre. Muchas veces, leemos acerca de Jesús orando. Él habló
con el padre. Escuchó al Padre. Se involucraba regularmente en cul-
to y alabanza, personalmente y en reuniones en la sinagoga y el tem-
plo. Pero, es importante reconocer que este aspecto de comunión
de la vida comunitaria no es meramente una reunión. Es aprender
a aprender a vivir en la vida de Dios a lo largo de nuestra vida ordi-
naria. Reunirnos a comulgar y adorar a Dios ciertamente nos ayuda
a vivir en Dios a lo largo del día y la semana, pero la comunión y la
adoración van más allá de una simple reunión. Es un modo de vida;
un ritmo de vida.82
Crecer una comunidad misional hacia arriba.
• Comprometerse con un plan común de lectura
de la Biblia.
• Comprometerse con un ritmo de oración común.
• Publicar las necesidades de oración de la comunidad
en privado. Página de Facebook.
• Comprometerse a orar los salmos juntos a diario.
• Organice una noche de adoración y oración con el
enfoque de cuidar el uno del otro.
213
• Asistan a una conferencia o seminario juntos que abor-
de su relación con Dios.
• Identifique tres cosas en su comunidad que parecen
imposibles de cambiar para lo mejor y comprométase
como comunidad misional para orar por ellos hasta
que algo comience a moverse.
• Invite a todos a leer un libro sobre la oración, invo-
lucrando al Espíritu Santo u otro tema en su tiempo
libre. Albergue una reunión para discutir lo que estás
aprendiendo.
EN (COMUNIDAD: TIEMPO
ENFOCADO EN AQUELLOS QUE
ESTÁN DENTRO DEL CUERPO)
Jesús pasó un tiempo muy intencional con un pequeño grupo.
Él invirtió en un número limitado de personas para que tuvieran
un mayor impacto y, al mismo tiempo, les mostró un modelo para
impactar al mundo. Literalmente hicieron vida juntos.
Entonces vemos que la iglesia primitiva tenía todo en común—
la palabra griega koinōnia se refiere a una vida común juntos. Aquel-
los que habían compartido mucho con aquellos que no tenían su-
ficiente. Ellos oraron juntos, partieron el pan y trabajaron juntos.
Ellos no eran simplemente como la familia; eran familia.
El crecimiento de una comunidad misional interior:
• Tenga tiempos consistentes para compartir comidas
juntos.
214
• Recoja ofrendas para aquellos que tienen
necesidades financieras.
• Haga un viaje para acampar juntos.
• ¡Vaya a una película familiar con todos los niños!
• Vaya a un retiro espiritual por un día o dos.
• Cree oportunidades para que las personas prueben
nuevos pasatiempos con otros miembros
de la comunidad.
• Descubra formas para que su comunidad misional
sirva a otra comunidad.
• Envié a las mujeres u hombres en viajes especiales que
incluyan ambos géneros juntos.
• Tenga una cita de pareja donde los adolescentes cuiden
a los niños. Mientras las parejas salen a cenar y
al cine juntos.
215
los seguidores de Jesús haciendo las mismas cosas que observaron a
Jesús hacer.
El componente "externo" (o co-misión) se enfoca en el hecho
que una comunidad misional es el cuerpo de Cristo. La comuni-
dad ha sido dotada y capacitada por el Espíritu para comprometerse
plenamente con la misión. Una comunidad misional debe ser las
manos y los pies de Jesús en el vecindario o red local donde Dios los
ha enviado a ser pacificadores, reconciliadores, activistas, adminis-
tradores de la creación y anunciantes del gobierno y del Reino de
Dios por medio de Cristo. Mientras que habrán momentos en que
Dios le llama a participar en su misión individualmente, la realidad
es que la misión se hace mejor como una comunidad. El punto es
que una comunidad misional es una comunidad en misión.
Creciendo una comunidad misional externa:
• Realice caminatas regulares de oración. Las caminatas
de oración son también grandes maneras de incluir a
los niños.
• Organice comidas al aire libre de barrio/red, días de
campos, juegos al aire, fiestas deportivas y noches de cine.
• Póngase en contacto con aquellos que comparten un
pasatiempo en común.
• Participe en actividades locales de la ciudad—desfiles,
festivales, etc.
• Repace los capítulos 7–14 para los comportamientos
misioneros prácticos.
216
ACCIÓN
1. Revisar la definición de una comunidad misional desde este
capítulo. Intente memorizar el lenguaje.
2. Discuta con su equipo central y/o comunidad misional
la definición.
REFLEXIÓN
1. ¿Cuáles son las diferencias entre un grupo pequeño tradi-
cional y una comunidad misional? ¿Cuál diría usted que es
el principio organizador de cada uno?
2. Comunión: ¿Qué práctica necesita para involucrarse que le
ayudará a acercarse más a Dios? ¿Qué práctica necesita ser
incorporada a la vida de su comunidad misional para hacer
lo mismo?
3. Comunidad: ¿Qué práctica necesita para involucrarte con
ellos que les ayudará a acercarse como comunidad? ¿Qué
práctica necesita ser incorporada a la vida de su comunidad
misional para hacer lo mismo?
4. Co-misión: ¿Qué práctica necesita para participar en ello
que le ayudará a comprometerse mejor la misión de Dios?
¿Qué práctica necesita ser incorporada a la vida de su comu-
nidad misiona para hacer lo mismo?
217
CAPÍTULO DIECISIETE
APEST:
ACTIVANDO
A TODA LA
GENTE DE DIOS
En el sentido bíblico, todos los cristianos son sacerdotes y
clérigos, y este es un punto de partida crucial si queremos
volver a descubrir el verdadero concepto del ministerio y lid-
erazgo dentro de la Iglesia.
- David Watson
- Howard Snyder
REPENSAR
En el primer capítulo, presenté un adagio que habla de la im-
portancia de considerar el cambio en una organización. Esta frase
va así: "estamos perfectamente diseñados para lograr lo que estamos
logrando actualmente". Si hacemos la aplicación de esta declaración
a la iglesia de hoy, una de las preguntas que podríamos plantear-
nos sería: ¿Estamos satisfechos con lo que estamos logrando actual-
mente? En otras palabras, ¿estamos contentos o complacidos con
218
el impacto que la Iglesia está teniendo hoy? Si somos totalmente
honestos, la respuesta parece ser un rotundo no.
El hecho es, que independientemente del marcador que una
persona esté observando para juzgar la salud de la iglesia en Améri-
ca del Norte, en cada indicador la tendencia está en la dirección
equivocada. Si estamos perfectamente diseñados para lograr lo que
la iglesia está actualmente logrando, ¿entonces no deberíamos de
preguntar si hay un problema en la forma en que estamos diseña-
dos? ¿O al menos cuestionar si hay un problema en la forma en
que entendemos la naturaleza de la iglesia y su lugar en la misión
de Dios? ¿Necesitamos reconsiderar la manera en la que pensamos
sobre la plantación de iglesia? ¿Hay factores de "diseño" que necesi-
tamos replantear para lograr los resultados que deseamos?
Parte de la solución se encuentra en repensar la naturaleza de
la iglesia, misión, discipulado, evangelismo y vocación, junto con
varios otros aspectos de la vida de la Iglesia. En este capítulo, quiero
sugerir que también hay un problema de organización que necesita
ser abordado y que se relaciona con en cómo usted forma su equipo
de plantación de iglesias y cómo activar a cada miembro de la iglesia.
DIVISIÓN DE CLERO-LAICOS
Antes de abordar una forma específica de mirar los dones y fun-
ciones del cuerpo de Cristo, consideremos una visión general del
liderazgo que en muchos sentidos ha evitado que la iglesia se dé
cuenta plenamente de su llamado. Eso se conoce como la división
clero-laicos.
219
La palabra laicado proviene de una palabra griega (laos) que sig-
nifica "personas." Hoy solemos usar el término relacionado laico en
distinción de la palabra profesional. Un laico es alguien en una disci-
plina particular que se ve como un novato—alguien que incursiona
en un área determinada, pero no opera con un alto nivel de habili-
dad o experiencia. El profesional, por otro lado, es el experto. Él es
el que está en el saber. Ella tiene la experiencia para operar a un alto
nivel. Si bien puede haber un lugar para esta división en el mundo
de los negocios o el área de los deportes, no hay ninguna base bíblica
para tal distinción en la iglesia. Eugene Peterson articula su desdén
por ese lenguaje cuando afirma,
220
En el libro clásico, La Comunidad del Rey (The Community of the
King), el autor Howard Snyder habla sobre este tema.
Efesios 4 nos dice que cuando todos los miembros (laos = pueb-
lo de Dios) trabajan juntos adecuadamente, el cuerpo crece hasta la
madurez, a la estatura de la plenitud de Cristo (4:15). Tal madurez
no es posible si sólo el 10 por ciento del cuerpo ejerce su llamado.
La plenitud se encontrará cuando el otro 90 por ciento activa sus
dones.
Por lo tanto, en las iglesias misioneras, la efectividad de los líde-
221
res no se mide por lo que hacen o no se completa, sino por cómo el
pueblo de Dios está equipado, habilitado, organizado e inspirado
para participar en la misión de Dios en el mundo.
Cuando miramos la iglesia primitiva (y cualquier otro movi-
miento de Jesús a lo largo de la historia), vemos que cada miembro
del cuerpo de Cristo es considerado como un agente significativo
del Rey y se anima para encontrar su lugar en el despliegue del mov-
imiento. En otras palabras, en la Iglesia que Jesús construyó, todos
pueden participar. De hecho, ¡Todos deben participar!
LA IMPORTANCIA DE APEST
Ahora que hemos presentado el caso para activar a todo el pueb-
lo de Dios, pasémonos a una forma específica de lograr la tarea. Par-
te de solución de disminuir la división entre el clero y los laicos y
ayudar a los laos a involucrarse en la misión y el ministerio implica
ampliar nuestro concepto de ministerio. Necesitamos ir más allá
del ministerio enmarcado simplemente por el modelo tradicional
de pastor y maestro de la iglesia a una comprensión quíntuple de los
dones ministeriales como se describe en Efesios 4: 1-16. Este mar-
co quíntuple, o topología, es a menudo conocido como APEST:
Apóstol, Profeta, Evangelista, Pastor y Maestro. La S y T vienen de
las palabras en inglés; Pastor/Shepherd y Maestro/Teacher). Ex-
pandiendo nuestra aplicación del pasaje de Efesios 4 no disminuye
los papeles irreemplazables que desempeñan los pastores y los mae-
stros en la vida de la Iglesia, pero hace, o debería, expandir nuestra
visión del ministerio y ayudar a la iglesia a comprometerse con la
misión de Dios más plenamente.
222
Comencemos examinando el pasaje de Efesios 4. Pero, antes de
leer el texto, considere un aspecto raramente discutido en este pas-
aje. En la gran mayoría de los casos, hemos leído este pasaje como
un texto de liderazgo. En otras palabras, normalmente entendemos
los dones que se mencionan como líderes dados a la Iglesia con el
propósito de equipar al resto del pueblo de Dios. Sin embargo, uno
de los más revolucionarios aspectos de Efesios 4 es que no es un
texto de liderazgo—es un texto sobre el ministerio de la Iglesia. En
lugar de un texto de liderazgo, es el texto del cuerpo de Cristo. Pab-
lo está estableciendo que los dones dados a la Iglesia en realidad son
dados a los laos—a todo el pueblo de Dios.
Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego
que vivan de una manera digna del llamamiento que han reci-
bido, siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos
con otros en amor. Esfuércense por mantener la unidad del
Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y
un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola
esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un
solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio
de todos y en todos.
223
po de Cristo. De este modo, todos llegaremos a la unidad de
la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad
perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo.
224
ministerio de la iglesia está inequívocamente establecido al menos
en forma quíntuple. Esta manera quíntuple encuentra su expresión
86
225
1 Corintios 12 y Romanos 12. Una distinción útil es el observar que
cada uno de los dones enumerados es precedido por una palabra
particular que nos ayuda a comprender cada lista única.
La palabra clave en 1 Corintios 12 es manifestación. Esta lista
de los dones, dados por el Espíritu, manifiestan el poder del Espíritu
mediante la entrega de dones como el de sanidad, hablar en lenguas,
fe y milagros. La palabra clave en Romanos 12 es praxis (práctica),
porque estos son talentos orientados a la acción. La palabra clave
en la lista de Efesios 4 es llamado (4: 1), porque estos son talentos
en las personas, o podríamos usar la palabra talentos vocacionales.
Recuerde, vocación significa llamado. Los dones en 1 Corintios 12
y Romanos 12 son dones dados a nosotros personalmente, mientras
que en Efesios 4 las personas mismas son el talento. "Encontramos
nuestro llamado en la tipología quíntuple, y los otros talentos son
dados a nosotros por Dios para habilitarnos a hacer realidad nuestra
vocación".87
RESUMEN DE APEST
Para ganar una mejor comprensión de cada uno de los dones/
funciones mencionados en Efesios 4, aquí está un breve resumen.88
EL APÓSTOL
"Uno que es enviado y extiende"
226
desarrollar y proteger el "sentir de envío" misionero de la Iglesia. Esta
cualidad de enviado le da a la vida de apóstol una influencia catalítica,
a menudo desempeñando el papel de emprendedor a la vanguardia
de nuevas experiencias. Ellos son los arquitectos culturales que se
preocupan por la extensión general del cristianismo como un todo
a través de la cultura y la sociedad. Como tal, ellos son a menudo
atraídos por cuestiones relacionadas con el diseño, los sistemas y los
aspectos generales de las estructuras organizacionales. Sobre todo,
tienen un enfoque misional (enviado) en su ministerio.
EL PROFETA
"Uno que cuestiona y reforma"
227
EL EVANGELISTA
"Uno que recluta y reúne"
EL PASTOR
"Uno que protege y provee"
228
EL MAESTRO
"Uno que entiende y explica"
TOTALMENTE FUNCIONANDO
COMO EL CUERPO DE CRISTO
Habiendo dado algo de definición a los diversos ministerios de
APEST, ahora podemos ver el poder espiritual al ser estos traídos
en conjunto a la Iglesia. Sería difícil observar cómo una iglesia po-
dría progresar, sin un ministerio quíntuple de APEST.
De hecho, inevitablemente un serio mal funcionamiento ocur-
rirá cuando una forma de ministerio se vuelva dominante. Esto es
porque una forma no puede representar posiblemente todo el min-
isterio de Cristo en el mundo. Por ejemplo, cuando una forma de
liderazgo de APEST se desconecta de los demás, tenderá a dominar
la cultura y tendrá un efecto negativo a largo plazo. El tipo de líder
único de iglesia está en mayor riesgo en este sentido, pero podem-
os recordar organizaciones que demostraron la verdad de esto. Por
ejemplo:
A/PEST: Si el líder apostólico dicta, la iglesia tenderá a ser
229
dura, dictatorial, con mucha presión para el cambio y desarrollo,
y a su paso dejará a muchas personas heridas. No es sostenible sim-
plemente.
P/AEST: Si el líder profético domina, la organización será uni-
dimensional (siempre remontándose atrás en uno o dos asuntos),
será probablemente facciosa y sectaria, tendrá un ambiente "súper
espiritual," o, algo paradójicamente, tenderá a ser demasiado activ-
ista para ser sostenible o demasiada perfeccionista para ser útil. Esta
no es una forma de organización viable.
E/APST: Cuando un líder evangelista domina, la organización
tendrá una obsesión con el crecimiento numérico, creará una de-
pendencia en el liderazgo carismático y tenderá a carecer de ampli-
tud y profundidad teológica. Este tipo de organización no empod-
erará a muchas personas.
S/APET: Cuando el liderazgo pastoral monopoliza, la iglesia
u otra organización tenderá a ser reacia al riesgo, codependiente
y necesitada y excesivamente carente de una disidencia saludable
y, por lo tanto, de creatividad. Tal organización carecerá de inno-
vación y no podrá transferir su mensaje principal y tareas de una
generación a otra.
T/APES: Cuando los maestros y los teólogos dominan, la ig-
lesia será ideológica, controladora y algo moralista. Racionalista,
gnosticismo cristiano obsesionado con la doctrina (la idea de que
somos salvos por lo que sabemos) tenderá a reemplazar la confianza
en el Espíritu Santo. Este tipo de organización se basará exclusiva-
mente en la ideología.
230
Una iglesia que es capaz de reunir, motivar y capturar los dones
de un equipo funcional pleno, tendrá éxito en lo que sea que busque
alcanzar.
Cada una de las vocaciones de APEST agrega un ingrediente
necesario a la capacidad general misional y a la madurez de la iglesia.
Además, es crucial entender que cada vocación necesita ser orienta-
da y moldeada por otros a fin de anclar a la Iglesia en la plenitud de
la naturaleza de Cristo y Su misión.
231
• Los profetas tienden a ser visionarios, pero en un sentido
muy diferente, a menudo tienen un gran interés en cuestio-
nes de justicia, responsabilidad ambiental o las artes creati-
vas. ¿Hay tal gente fuera de la Iglesia? Por supuesto.
• Los evangelistas están particularmente dotados para entusi-
asmar a otros sobre lo que representan, ofreciendo la impor-
tancia de su trabajo, compañía o producto fuera del grupo
mismo. Estos son fáciles de detectar. Estados Unidos está
lleno de ellos.
• Los pastores son aquellos con una preocupación especial
para ver y afirmar lo que es humano dentro de las estructu-
ras. Ellos podrían no ser las personas más apropiadas para
estructurar normas para abordar el abuso de drogas, pero si
no son parte de la entrega de tales normas, los adictos están
en problemas. ¿Hay personas que crean comunidad y traen
sanidad a otros en el mundo no cristiano? En efecto.
• Los maestros son aquellos que son formadores eficaces e in-
spiradores de aprendizaje. Son filósofos, pensadores y per-
sonas que entienden las ideas y cómo ellos dan forman a la
vida humana. ¿Tales no cristianos existen? Obvio.
Ver APEST sociológicamente nos permite, al menos en cierto
sentido, desmitificar el lenguaje de quíntuple. Cuando lo vemos de
esta manera, podemos ver cuán profundamente arraigados están en
la creación, pero también cuán poderosos estos roles son realmente.
Cualquier equipo de liderazgo saludable en cualquier contexto
(corporativo, sin fines de lucro o cualquier otra cosa) se beneficia-
232
rían de semejante complejo de influencias. También, nos da una
idea de por qué tener sólo dos de los tipos en la mezcla conduce a
disfunciones. Por último, es muy útil porque nos ayuda a apreciar el
mero poder de movimiento de la redención ganada en y a través de
Jesucristo. Las personas que están naturalmente inclinadas a uno o
los otros tipos de APEST son redimidos, apartados, enfocados y le-
gitimados en la iglesia. De hecho, ellos son los regalos de ascensión
de Cristo (Efesios 4: 8-10).90
ACCIÓN
1. Para comprender mejor sus propios dones con respecto
a APEST, haga la evaluación del perfil personal. Puedes
encontrar esa prueba aquí: http://5qcentral.com/tests
REFLEXIÓN
1. ¿Cuál de los cinco roles de ministerio APEST es más fácil
para que se asocie con Jesús? ¿Cuál es el más difícil de
asociarse con Él?
233
2. ¿Qué cree que podría pasar si las personas de su ciudad
vislumbran una iglesia que representa todo el espectro del
ministerio de Cristo contenido en APEST? ¿Cómo cree
que su percepción de Cristo y su iglesia cambiaría? ¿Qué
verían ellos? ¿Habría un sentido de asombro? ¿Qué les
impactaría más?
234
CAPÍTULO DIECIOCHO
MOVIMIENTO Y
MULTIPLICACIÓN
El movimiento ocurre cuando se hacen discípulos compro-
metidos con misión—que viven en el mundo por el bien del
mundo, en el camino de Cristo—se vuelve viral.
- J.R. Woodward
- Alan Hirsch
REPENSAR
En una publicación de blog sobre movimientos de plantación de
iglesia, Ed Stetzer desafió a sus lectores a comparar los embarazos
de elefantes y conejos.
235
En ese punto, la cría comenzará su transición a alimentos só-
lidos, mientras continúa amamantando hasta la edad de tres
años. Este ciclo completo no comenzará nuevamente para la
madre hasta su cría esté completamente destetado. Y para
la cría, tomará 15 años antes de que él o ella comience su
propia vida reproductiva.
Compare eso con los elefantes. Al final del primer año, hay
sólo uno, ya que la cría todavía está en la madre. A fin de
año dos, ahora hay dos elefantes: la madre y la cría. Al final
del tercer año, todavía hay dos. Si el elefante hembra se im-
pregna después de destetar a su cría al final del tercer año,
entonces no sería hasta el quinto año que el número de los
elefantes salta a un número astronómicamente alto—tres.
236
of churches that birth 1,000 each in their lifetime, then we
need to “breed like rabbits.”2
EL MOVIMIENTO ES
UNA MENTALIDAD
Quizás, lo primero que se debe decir sobre la plantación de igle-
sia y los movimientos, es que debe ser una mentalidad. Necesitamos
tener un tipo de mentalidad de conejo que no sólo cambiará la for-
ma en que pensamos de la Iglesia, la misión y la multiplicación, pero
comenzará a darle forma a la manera en que funcionamos como la
iglesia. En lugar de un modelo alternativo de hacer iglesia, es un
completo cambio de paradigma. en la forma en que pensamos.
El dicho de Albert Einstein es correcto cuando lo aplicamos a
la iglesia en América del Norte: no podemos resolver los problemas
de la iglesia usando el mismo tipo de pensamiento que usamos
cuando creamos esos problemas en primer lugar. En otras palabras,
no podemos seguir pensando y haciendo lo que ya hemos hecho y
esperar resultados diferentes. Debemos detalladamente re-imaginar
cómo entendemos y vivimos la vida de la iglesia si deseamos ver-
daderamente ver un movimiento.
Haga que sea una disciplina pensar en movimientos, no insti-
237
tuciones. Si se identifica como un movimiento, y lo toma en serio,
eventualmente empiece a actuar como uno.
LA COMPOSICIÓN DE
UN MOVIMIENTO
¿Cuáles son las características tangibles de iglesia multiplicado-
ras que están intentando vivir la ética de un movimiento? Aquí hay
cuatro aspectos que ayudan a conformar una cultura de movimiento.
238
ya está haciendo. Como resultado, la iglesia no sólo enviará mi-
sioneros, sino que verán a su iglesia como el misionero.
3. LIDERAZGO ADAPTABLE Y
ESTRUCTURAS ADAPTABLES
Un movimiento de Iglesia tiene el tipo de liderazgo que sabe
cómo mover una iglesia y mantenerla en movimiento. Como se dis-
cutió en el último capítulo en APEST, este tipo de liderazgo pone
de relieve la importancia apostólica y roles proféticos. La persona
profética tenderá a llamar al estado quo en cuestión, mientras que el
apostólico lidera con una visión positiva. de lo que puede ser.
Lo que el cristianismo occidental necesita desesperadamente
239
ahora es un liderazgo adaptable—personas de liderazgo que pueden
ayudar a la transición de la iglesia a otro modo ágil de la iglesia. Tales
líderes no necesariamente tienen que ser innovadores altamente
creativos, pero deben ser personas quién pueden mover a la Iglesia
a modos adaptativos—personas que pueden crear las condiciones
para el cambio y la innovación.
Los desafíos adaptativos incluyen el tipo de trabajo más típico
de plantación de iglesia. Cosas como cultivar, crecer y reproducir
comunidades saludables, el trabajo de reconciliación racial en un
determinado barrio y desarrollo de liderazgo de cristianos jóvenes,
son todos retos adaptativos. Estos tipos de desafíos rara vez se logran
con un enfoque lineal, paso a paso. Aunque ellos podrían incluir
algunos componentes técnicos dentro de ellos, el mayor desafío de
adaptación sólo se resuelve mediante un proceso emprendido por
un grupo de personas que tienen diversos roles.
En las iglesias centradas en el movimiento, la eficacia de los lí-
deres no se mide por lo que hacen o no logran, sino por cómo el
pueblo de Dios está equipado, capacitado, organizado e inspirado
para participar en la misión de Dios en el mundo. La Iglesia hoy
necesita líderes que pueden modelar un tipo de espiritualidad que
no rechaza a los rebeldes y a los toman riesgos en la Iglesia, pero en
cambio escucha, discierne y valida su perspectiva necesaria y luego
los libera en su vocación.
Además, en una iglesia de movimiento, el liderazgo y la estruc-
tura están orientados a hacer discípulos. En la composición de un
movimiento, el discipulado es el motor de todo. Sin éste, la Iglesia
no se alejará de su vocación central.
240
El movimiento ocurre cuando se hacen discípulos compro-
metidos con misión—que viven en el mundo por el bien del
mundo, en el camino de Cristo—se vuelve viral. El movimien-
to se trata de desarrollar estructuras y sistemas que catapul-
tan a las personas a la misión, donde se reproducen grupos
de discipulado, comunidades misionales, iglesias y redes de
iglesia es una parte natural de su ADN. Es el efecto dominó:
lanzando una roca en un estanque crea una ondulación y
luego otra y otra, hasta que las ondulaciones cubren el es-
tanque entero.93
241
Por ejemplo, si el héroe de su iglesia es un brillante erudito o
predicador, entonces todos reciben el mensaje de que se trata de
sabiduría y predicación que son los más apreciados. Si, por otro
lado, el héroe de la iglesia es el plantador de iglesia o pionero que
está liderando el cargo para comenzar nuevas cosas para impactar a
la sociedad, entonces las personas reciben el mensaje de que la en-
carnación misional es muy valorada. Lo mismo es cierto para de-
fensores de la reconciliación racial, la justicia, etc. Los héroes que
admiramos son los ejemplos vivientes de lo que estamos buscando
lograr. No subestimes la importancia de los héroes cotidianos—son
encarnaciones del cambio.95
ACCIÓN
1. Repase cada una de las cuatro características "La com-
posición del movimiento" Identifique al menos una cosa de
cada una de las ideas del movimiento que puede hacer para
implementar el movimiento pensando en su plantación de
iglesia.
REFLEXIÓN
1. ¿Qué significa tener una mentalidad de movimiento?
242
CAPÍTULO DIECINUEVE
CREANDO
NUEVAS
TARJETAS DE
PUNTUACIÓN
La medición es fabulosa. A menos que estés ocupado midi-
endo lo que es fácil de medir en comparación con lo que es
importante
- Seth Godin
243
que la iglesia está teniendo en los vecindarios individuales o en la
ciudad? ¡La respuesta tiene que ser un NO rotundo! No hay ab-
solutamente ninguna correlación entre el número de personas que
vienen para un evento y la diferencia que esas personas están haci-
endo en donde viven. Lo mismo es cierto con la cantidad de dinero
que las personas dan a la iglesia y cuán grandes son los edificios de
una iglesia. La razón por la que contamos esas tres cosas es porque
son fáciles de contar. Pero, nosotros debemos ser desafiados a no
contar lo que es fácil, sino a medir lo que es importante.
CONTANDO (CUANTITATIVO)
Y MIDIENDO (CUALITATIVO)
Si bien a menudo usamos el lenguaje de "contar" y "medir" indis-
tintamente, en realidad hay una diferencia entre los dos. Es impor-
tante hacer la distinción porque la Iglesia ha estado en gran medida
en el negocio del conteo, lo que ha influido negativamente la mane-
ra en que pensamos acerca de la naturaleza de la Iglesia y limitamos
nuestro impacto en el mundo. Necesitamos movernos a medir más
y contar menos. Hagamos la distinción de esta manera:
Contar es prestar atención a los números. Al contar, la pregunta
que debe responder es: "¿cuántas?". Es cuantitativo. Conversaciones
acerca de "¿cuántas?" son las conversaciones más frecuentes sobre
los recursos, pero también pueden ser sobre las actividades. Conv-
ersaciones sobre recursos, en un tiempo de recursos limitados, son
comúnmente conversaciones acerca de la suficiencia, "¿tenemos su-
ficiente?", o "¿cómo podemos obtener más?". Los ejemplos pueden
incluir finanzas o personas. Hacemos preguntas como, "¿tenemos
244
suficiente dinero para esa misión?", o "¿tenemos suficientes volun-
tarios para ese ministerio?". Una pregunta cuantitativa acerca de las
actividades podría ser, "¿cuántos estudios bíblicos fueron llevados a
cabo?".96
Medir es prestar atención al cambio. Cuando medimos, la pre-
gunta no es acerca de "¿cuántos?" sino acerca de "¿hasta dónde?". Las
conversaciones acerca de ¿hasta dónde?" son frecuentemente sobre
el cambio que se puede medir durante un tiempo en particular,
como en "¿qué tan lejos llegamos el año pasado?". Medir es sobre el
cambio cualitativo. ¿Ha cambiado la calidad de algo con el tiempo?
En otras palabras, ¿algo ha mejorado o empeorado desde la última
vez que medimos?
Por supuesto, existe la necesidad de contar y medir. En todas
las organizaciones complejas se necesitan múltiples herramientas.
Sin embargo, como todas las herramientas, la herramienta correcta
debe ser elegida para el trabajo en cuestión. Entonces, ¿qué tipo de
cosas deberíamos contar? ¿Y qué deberíamos medir?
Dudamos en ser demasiado prescriptivos para dar sugerencias
acerca de lo que su iglesia plantada podría contar y medir, porque
los contextos son diferentes. Pero, vamos a sugerir algunas posibili-
dades que tal vez abran su imaginación a las métricas que se ajusten
a su comunidad más específicamente.
CONTANDO
A la luz del hecho de que la Iglesia es una entidad misionera—
somos los enviados, un pueblo misionero de Dios—una de las cosas
que deberíamos contar son los comportamientos misioneros. De-
245
bería preguntar y contar cosas como: ¿Cuántos vecinos he llegado
a conocer por nombre en el último mes? ¿Cuántos compañeros de
trabajo he llegado a conocer en un nivel más profundo? ¿Cuán-
tas conversaciones significativas tuve en mi tercer lugar favorito?
¿Cuántas personas he tenido en mi casa en este mes pasado? ¿Cuán-
tas comidas he compartido con personas ajenas a mi familia de la
iglesia esta semana? ¿Cuántas veces esta semana he sido intenciona-
lmente una bendición para alguien?
No sólo contar las cosas correctas nos da una mejor indicación
del compromiso de una iglesia en la comunidad, y en última instan-
cia, su impacto, pero también ilustra a la congregación lo que es im-
portante. La realidad es que lo que se mide se hace y lo que se mide
se repite.
En el libro El Renacimiento Misional: Cambiando El Sistema
de Puntuación para la iglesia (Missional Renaissance: Changing the
Scorecard for the Church), el autor Reggie McNeal sugiere desarr-
ollar nuevos sistemas de puntuación alrededor de seis recursos de
la iglesia: oración, personas, tiempo, finanzas, instalaciones y tec-
nología. Aquí hay algunas ideas de preguntas en cada una de esas
categorías que ayudarán a mover a la iglesia a pensar fuera de sus
paredes.
ORACIÓN
• Número de personas específicas por la que se ora tanto
dentro como por fuera de la iglesia.
• Número de personas por las que los miembros de la iglesia
oran durante la semana.
246
• Número de reuniones de oración realizadas fuera de la
propiedad de la iglesia.
• Número de líderes comunitarios adoptados por los que se
oraron cada semana.
• Número de caminatas de oración tomadas en la comuni-
dad /vecindarios.
• Número de tarjetas de oración recibidas de las cajas de
oración comunitarias.
• Tiempo dedicado a la oración en las reuniones del personal
para las necesidades de la comunidad
• Número de veces por semana en que se ora por/sobre los
maestros de escuela.
PERSONAS
• Número de personas involucradas en la planificación
financiera.
• Número de personas creciendo en donaciones financieras a
las causas del Reino.
• Número de personas involucradas en formación
espiritual diaria.
• Número de personas que persiguen una agenda de apren-
dizaje intencional.
• Número de personas que reportan un incremento en sus
amistades a lo largo del tiempo.
• Número de personas enviadas a los parques de casas
247
rodantes, apartamentos, centros de jubilación.
• Número de ministerios comunitarios adoptados por gru-
pos de iglesia /clases.
• Número de personas que sirven a otras personas
en algún ámbito.
• Número de personas que sirven como mentores.
• Número de personas que practican la estrategia de bendi-
ción intencional.
TIEMPO Y CALENDARIO
• Cantidad de tiempo dedicado a orientar a las personas
involucradas en servicio comunitario.
• Tiempo dedicado a la mentoría de personas en la comuni-
dad más allá de la iglesia.
• Número de horas que las personas usaron en ministerio
directo a las necesidades de la comunidad.
• Cantidad de tiempo dedicado a reuniones celebrando las
historias de participación en la comunidad.
• Horas dedicadas cada semana construyendo relaciones en
terceros lugares.
• Número de horas cada semana que los miembros abrieron
sus hogares a otros.
• Horas cada semana dedicadas a apoyar/ministrar
a padres solteros.
• Cantidad de tiempo que el personal pasa desarrollando
248
relaciones con líderes comunitarios.
• Hours each week spent supporting/ministering
to single parents
• Amount of time staff spends developing relationships
with community leaders
FINANZAS
• Número de personas que reportan un retiro de deuda
personal.
• Número de personas que aumentan en su generosidad de
dar a través de obras de caridad.
• Número de personas que reportan haber desarrollado un
presupuesto persona.
• Porcentaje del presupuesto de la iglesia que se mueve hacia
un enfoque externo de ministerio.
• Reducción de la deuda de la iglesia para liberar dólares para
la inversión en las personas.
• Cantidad de dinero invertido en desarrollo
microeconómico.
INSTALACIONES
• Número de escuelas que usan las instalaciones de la iglesia
para sus actividades.
• Número de organizaciones comunitarias que usan las
instalaciones de la iglesia (Big Brothers, Boy Scouts, AA,
otras iglesias).
249
• Espacio dedicado a áreas amigables de conversación
TECNOLOGÍA
• Número de entrevistas de podcast con líderes
comunitarios.
• Espacio en el sitio web de la iglesia dedicado a eventos
comunitarios e involucramiento.
• Número de webinars (seminarios web online) para educar
a las personas sobre oportunidades misionales.
• Número de gráficos o videos que cuentan las historias de
las participaciones misionales de los miembros.
250
MEDICIÓN
Si bien, todas las sugerencias enumeradas anteriormente sin
duda pueden ayudar a una iglesia a empezar a moverse en la direc-
ción correcta, estas preguntas siguen siendo actividades. Se trata
más de los aportes que de los resultados. Vamos a repetirlo. Se trata
más de los aportes que de los resultados. Desafortunadamente, la
mayoría de las veces en el mundo de la iglesia sin fines de lucro, nos
detenemos sólo en los aportes.
¿Qué queremos decir con una medición que se basa en
resultados? Primero, se trata principalmente de cambios. Si
podemos describir el cambio que deseamos ver o hacer, entonces
también podemos tener conversaciones acerca de si nos estamos
moviendo hacia ese cambio a lo largo del tiempo. La medición no
se relaciona tanto con lo que es, sino más bien con lo que podría ser.
Se trata más sobre las posibilidades.
En segundo lugar, las mejores preguntas asociadas con la
medición, son tanto sobre el cambio como sobre el tiempo. Por
ejemplo, podríamos preguntar: "¿Cómo han cambiado en la escuela
primaria los puntajes de las pruebas en los últimos seis meses donde
la iglesia proveyó tutores?
En el contexto de la iglesia, la medición se trata de determinar
cambio transformacional (discipulado) tanto en las personas como
en los barrios donde vivimos. Pregúntese: "¿Qué cambios le gustaría
ver en las vidas de las personas, pero también en la vida de su comu-
nidad?". Eso es un resultado.
Pero luego hágase la pregunta de seguimiento, "¿qué se necesita
251
para llegar hasta ese punto?". Luego empiece a hacer las preguntas
de medición hacia ese cambio. "¿Cómo sabremos si estamos avan-
zando en la dirección correcta?". "¿Qué vamos a medir para deter-
minar el cambio transformacional?". La medición es definitivamente
más difícil que el conteo, pero en casi todos los casos, es esencial si
hablamos en serio sobre cómo hacer la diferencia.
ACCIÓN
1. Articule con sus propias palabras la diferencia entre conteo y
medición.
2. Cree su propio sistema de puntuación que refleje la necesi-
dad de ambos, conteo y medición. Cree su propia lista o eli-
ja algunos de esta lección que se ajusten a su contexto.
REFLEXIÓN
1. ¿Cuáles son sus reflexiones sobre la sugerencia de que el
típico conteo de edificios, presupuestos y personas son un
indicador pobre de la efectividad de una iglesia? ¿Es eso una
evaluación justa?
2. ¿Qué cosas cuenta y/o mide actualmente en su iglesia?
Después de interactuar con este capítulo, ¿está reconsid-
erando cómo mantiene la puntuación?
3. ¿Cuál de las preguntas de la oración, personas, tiempo, fi-
nanzas, instalaciones y la lista de tecnología sobresale para
usted? ¿Cuál sería una buena opción para su iglesia? ¿Qué
otras preguntas vienen a su mente en cada una de estas cat-
egorías?
252
SECCIÓN CINCO
VIDA
SOSTENIBLE
253
CAPITULO VEINTE
APTITUDES COVO
El que es sabio, por lo tanto, verá su vida más como una res-
erva que como un canal. El canal simultáneamente derrama
lo que recibe; la reserva retiene el agua hasta que se llena,
luego descarga el desbordamiento sin pérdida a sí misma ...
Hoy hay muchos en la iglesia, que actúan como canales, por
tanto, las reservas son poco frecuentes ... Ellos quieren verter
antes de que sean llenados, están más dispuestos a hablar
que a escuchar, impacientes por enseñar lo que no han com-
prendido, y llenos de presunciones de gobernar a los demás
mientras no saben cómo gobernarse a sí mismos.
- Bernard de Clairvaux
- Alan Fadling
- Daniel Goleman
254
REPENSAR
Para presentar esta última sección del libro titulada Vida
sostenible, quiero presentarle una manera de enmarcar su aptitud
para bivo o plantación de iglesias covocacionales. En el libro BiVO:
Un día moderno guía para los santos bi-vocacionales (BiVO: A Mod-
ern-Day Guide for Bi-Vocational Saints), el autor Hugh Halter com-
parte seis "Destrezas" que él cree que un plantador debe considerar
antes de decidir plantar de forma bivocacional. Utiliza el término
destreza porque comunica. una aptitud creciente—no la perfec-
ción. Simplemente significa que usted está desarrollando la habili-
dad para algo específico. A continuación, hay un Breve descripción
de cada una de las destrezas.98
DESTREZA PERSONAL
La capacidad de dominar la vida propia. Esta categoría evalúa la
propiedad personal, motivación, disciplina, salud física, optimismo,
fortaleza, ética del trabajo, la capacidad de realizar múltiples tareas
y la disciplina para planificar y programar el tiempo. En esencia, la
habilidad personal de uno es la capacidad de manejarse a sí mismo.
DESTREZA FAMILIAR
Esto evalúa la participación del cónyuge, la cohesión del cón-
yuge, la fuerza del matrimonio y la profundidad emocional de la
relación padre-hijo. Esencialmente, La habilidad de la familia es la
fuerza y la estabilidad de su familia. para moverse en la misión juntos.
255
DESTREZA RELACIONAL
Esta habilidad evalúa la aptitud de la encarnación, la credibilidad
popular con las personas, la simpatía, la capacidad de atraer a las
personas, la energía para los humanos, las redes, la capacidad en co-
munidad y la capacidad de liderar a la comunidad. Esencialmente,
esta habilidad es sobre si las personas querrán seguirlo o no, y estar
con usted, y si usted podrá o no dar ese nivel de tiempo relacional a
las personas.
DESTREZA ESPIRITUAL
Esto evalúa su estabilidad espiritual—si está claro en su identidad
en Cristo, su nivel de orgullo y humildad, su capacidad de escuchar
y seguir la voz de Dios, y su habilidad para caminar por fe. Esencial-
mente, la habilidad espiritual consiste en caminar verdaderamente
con Dios y dejar que Él guie cada hora/cada día.
DESTREZA FINANCIERA
Esto evalúa el nivel de desesperación versus estabilidad con el dine-
ro, autocontrol, vivir de acuerdo con el presupuesto, la generosidad
y la capacidad para manejar el estrés juntos como pareja. Esto tam-
bién evalúa con qué tiene usted que trabajar o lo que Dios le ha dado
para administrar—su verdadera realidad monetaria y potencial, así
como sus activos que pueden ser utilizados para los propósitos del
reino, tales como casa, patio, espacio de oficina en su negocio, otras
cosas, etc. Esencialmente, esta destreza es sobre qué tan bien posi-
cionado está usted para vivir bivocacionalmente.
256
DESTINO DE LA DESTREZA
Esto evalúa la claridad y la creatividad en sus habilidades espe-
cíficas, dones y talentos espirituales que Dios puede usar. Incluye
su posición en la red del vecindario o negocio, cómo liderar mejor,
así como su estilo de personalidad. Esencialmente, esta destreza es
acerca de cómo Dios le usará en el mundo.
Después de dar una breve descripción de algunas de las de-
strezas especiales que son necesarias para gestionar con éxito una
vida de bivo o covo, pasemos a discutir tres aptitudes claves con
mayor detalle.
APTITUD BIVO/COVO:
ADMINISTRACIÓN PERSONAL
Quizás uno de los temas más significativos a la hora de admin-
istrar nosotros mismos es el tema del tiempo. A continuación, una
simple, pero útil, forma de organizar su semana basado en la ilus-
tración donde llena una jarra primero con rocas grandes, luego ro-
cas de tamaño mediano y finalmente deja que Dios llene todas las
grietas y hendiduras.
257
Dios nos guiará y nos bendecirá, pero la verdad de las Escrituras y
la enseñanza del Shabat es que Dios bendice y favorece a los que se
aseguran de descansar y permanecer primero y luego dejan que Dios
construya la influencia de su trabajo. Su bienestar físico, estabilidad
mental y cuidado general del alma son los pozos profundos de las
buenas noticias que le da a las personas, por lo que tiene sentido que
priorice este aspecto de la vida.99
Lea las dos citas al comienzo de esta lección de Bernard de
Clairvaux y Alan Fadling. ¿Es usted más una reserva o un canal? ¿Se
encuentra con ganas de "verter" antes de ser ¿llenado? ¿Se consider-
aría un líder apresurado? Debemos reconocer que todo comienza
ahí. Tener tiempo para todos los demás aspectos importantes de la
vida, el ministerio y la misión tienen que fluir de nuestro tiempo
con el Padre.
Tiempo en familia: mientras que su tiempo de Sabbat puede in-
cluir esto, asegúrese que también programa tiempo familiar como
una "gran roca". Esto puede involucrar tiempo cuidando a los niños,
actividades escolares atléticas y extracurriculares, juegos, obras te-
atrales, etc. También, ponga en su calendario tiempo de familia por
las noches y citas con su pareja
Vacaciones: incluso si algunas de sus vacaciones son "staycations"
(quedarse en casa), allí debe programar tiempos extensos como
"grandes rocas" donde usted completamente se desconecta de los
ritmos normales de trabajo.
258
tiempo a sus mejores líderes. Si ellos lo hacen bien, todo su movi-
miento lo hará bien.
Tiempo con las personas perdidas: su compromiso de tiempo
siguiente debe estar con los que no conocen a Cristo. Si la plant-
ación de iglesias es verdaderamente sobre el impacto a los perdidos
y la transformación de su comunidad, entonces, como seguidores de
Jesús, necesitamos ser los defensores de las personas perdidas. Esto
significa que vamos a usar tiempos de café, comidas, horas de entre-
namiento, etc., en relaciones de discipulado antes de la conversión.
259
APTITUD BIVO/COVO:
ADMINISTRACIÓN RELACIONAL
Gran parte de la capacitación de liderazgo y los seminarios de
hoy se centran en desarrollar habilidades de administración. El
ministerio, sin embargo, no se trata de tareas. El ministerio es sobre
las personas. La Gran Comisión se centra en hacer discípulos, y para
eso un líder debe hacer de los seres humanos su libro de texto. Una
de las aptitudes bivocacionales claves es la capacidad para adminis-
trar las relaciones. Es crucial para el éxito porque gran parte de lo
que hacemos tiene un componente relacional.
260
entendimiento de EQ.
• Romanos 12:15 Nos urge a “Alégrense con los que están
alegres; lloren con los que lloran”. (NVI)
• Santiago 1:19 Nos instruye a ser ‘todos deben estar listos
para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse”.
(NVI)
• 1 Tesalonicenses 5:11 nos dice “Por eso, anímense y ed-
ifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo”. (NVI)
261
mente maltratados en algún nivel, es crucial que sepa cómo relacio-
narse expertamente.
262
que seamos lentos para hablar, nos está instando a que mordamos
nuestra lenguas y tiempo para procesar. Proverbios nos dice que "un
insensato habla todo lo que hay en su corazón", (Proverbios 29:11).
Si no aprende a controlar sus propias acciones y su lengua, las per-
sonas que le rodean eventualmente pensarán que usted es un insen-
sato. Además, cuando no se controla a usted mismo como líder, no
puede esperar que otros a su alrededor hagan lo mismo.
La motivación es el tercer componente de EQ y ayudará al líder
a catalogar el por qué está ministrando en primer lugar. Este com-
ponente actúa como un timón y las velas en un barco. Ayuda a en-
focarnos en el "por qué" de lo que estamos haciendo.
La empatía es la capacidad de ponerse en las situaciones de los
demás, incluyendo aquellos que pueden estar en desacuerdo o inc-
luso oponerse a usted. Jesús claramente modeló empatía. A menu-
do se adentró en el corazón de la cuestión y abordó el estímulo del
comportamiento, más que el síntoma. La mujer del pozo probable-
mente había sido abandonada por cinco hombres, y Jesús le habla
de un pozo de amor que nunca la abandonará. En lugar de dirigirse
a sus comentarios sobre la adoración, Él se centró en el anhelo más
profundo de su corazón. Para hacer eso Jesús tenía que convertirse
en un buen oyente, y el Evangelio de Juan modela a Jesús siendo un
excelente conversador. Para desarrollar empatía, usted debe apren-
der a escuchar a las personas con atención y hacer que comprendan
su enfoque principal.
Las habilidades sociales son las reglas básicas de participación
en nuestros entornos sociales. Desarrollar estas habilidades es cru-
263
cial para construir relaciones. Gran parte de lo que se considera una
habilidad social es de sentido común y puede llegar a cuando los
otros cuatro elementos de la inteligencia emocional son desarrol-
lados. El problema es que el sentido común no siempre es común.
MODELANDO INTELIGENCIA
EMOCIONAL
Aprender a reírnos de nosotros mismos y no tomarnos tan en
serio es un paso masivo para comenzar a abordar los problemas
reales que tenemos. Es en realidad, el primer paso de la inteligencia
emocional—ser consciente de sí mismo. Si no podemos ser hones-
tos con nosotros mismos, entonces no podemos ser honestos con
Dios. Si no podemos ser honestos con Dios, entonces nos converti-
mos en actores o hipócritas (literalmente "caras falsas"). La máscara
sólo durará por un tiempo en la esfera del ministerio público. Tratar
con las personas eventualmente mostrará quiénes somos realmente,
y si no hemos abordado nuestros propios sentimientos, no estare-
mos en ninguna forma listos para ayudar a otras personas a lidiar
con los suyos propios y desarrollarse más a la imagen de Jesús.
Jesús fue el modelo de la inteligencia emocional. Él no reprimió
Su ira, pero modeló autocontrol. Incluso en la limpieza del templo,
Jesús modeló la ira controlada. No voló en una rabia ciega como
algunos han sugerido. En cambio, la Escritura nos dice que pasó un
tiempo analizando la situación en silencio antes de tomar acción.
Durante ese tiempo, lo más probable es que estuviera ordenando
sus emociones y orando a Su Padre en el cielo.
Él no reprimió las emociones negativas, sino que claramente
264
modeló cómo actuar con una ira controlada y temperamental.
Cuando Lázaro murió, lloró. A la sombra de la cruz, tenía miedo.
Se desesperó hasta la muerte. Anhelaba comer la última cena con
ellos. Experimentó frustración al preguntar: "Ah, generación in-
crédula! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con
ustedes? ", (Marcos 9:19, NVI). Él se agotó, drenado y gastado, cay-
endo en la proa de los momentos del barco después de ministrar.
Jesús no pretendió ser algo que Él no era. Tampoco ningún minis-
tro hasta que busque cómo modelar lo que Él era.
Debido a que usted estará ocupado como un plantador de ig-
lesias covocacional, es importante detenerse y reflexionar regular-
mente. Esto será difícil, ya que sentirás el tirón desde múltiples di-
recciones. Sin embargo, para vivir una vida saludable, socialmente
consciente, tendrá que ser capaz de tallar el margen que permite
reflejar tiempo y espacio.
CÓMO MEJORAR SU EQ
La buena noticia es que la inteligencia emocional se puede
aprender y desarrollar. Además de trabajar en sus habilidades en las
cinco áreas anteriores, use estas estrategias:
• Observe cómo reacciona ante las personas. ¿Se apresura a
juzgar antes de conocer todos los hechos? ¿Hace estereo-
tipos? Observe honestamente en cómo piensa e interactúa
con otras personas. Trate de ponerse en su lugar, y ser más
abierto y aceptando sus perspectivas y necesidades.
265
La humildad puede ser una cualidad maravillosa, y no sig-
nifica que sea tímido o que no tenga confianza en sí mismo.
Cuando practicas la humildad, dices que sabes qué lo hi-
ciste, y puedes estar calladamente tranquilo al respecto. De
a otros la oportunidad de brillar—enfóquese en ellos y no se
preocupe demasiado por obtener elogios para usted mismo.
• ¿Escucho bien?
266
ed se molesta cuando hay un retraso o algo no sucede cómo
usted quiere? ¿Culpa a los demás o se enoja con ellos, inc-
luso cuando no es su culpa? La capacidad de mantener la
calma y el control en situaciones difíciles es altamente valo-
rada—en el mundo de los negocios y fuera de él. Mantenga
sus emociones bajo control cuando las cosas salen mal.
APTITUD BIVO/COVO:
ADMINISTRACIÓN FINANCIERA
Como plantador bivo/covo será importante descubrir un mer-
cado de trabajo que es beneficioso en al menos una de las tres áreas;
dinero, tiempo y el capital relacional. En otras palabras, como bivo
o covocacional líder, es mejor elegir un trabajo fuera de la iglesia
que ya sea que proporcione una base financiera sólida que le de lib-
ertad para centrarse en la plantación de una iglesia, o un trabajo que
regularmente le dé tiempo extra o tener un segundo llamado que le
ofrezca excelentes conexiones relacionales. El mejor escenario sería
267
una vocación de mercado que ofrece todos los tres. El punto es que
un plantador bivo necesitará discernir cómo un trabajo particular
encaja en una o más de cada una de esas categorías.
Ahora bien, si una persona está considerando iniciar una iglesia
como un plantador covocacional, asegurar un salario adicional de
apoyo no será una preocupación adicional. En su lugar, un plan-
tador de iglesia de covo tendrá que poder impartir una visión para
los beneficios del ministerio covocacional y reclutar a otros líderes
que son llamados al mercado para formar un equipo completo de
plantación que funcione.
Finalmente, es importante entender que la plantación de ig-
lesia bivo o covo no se trata de tener dos o más trabajos; se trata
realmente de alinear una vida. Se trata de fusionar un llamado para
apoyar a sus familias y a ustedes mismos con un llamado a vivir una
vida comprometida en la misión de Dios.
ACCIÓN
1. Revise las seis destrezas. ¿En cuál de los seis necesita enfo-
car la atención? ¿Quién puede ayudarle en esa destreza?
2. Haga su propia lista roca. ¿Su lista difiere de la que se com-
partió en este capítulo? Si es así, ¿de qué manera?
3. Reserve un tiempo diario para el culto familiar entre usted
y su cónyuge. Asegúrese de que uno de ustedes esté leyen-
do y orando con sus hijos.
4. Con su coach, discuta sus expectativas de qué límites
mantendrán juntos. Comparta estas discusiones sobre los
límites con su cónyuge.
268
REFLEXIÓN
1. En sus propias palabras, ¿cómo definirías la inteligencia
emocional?
2. ¿Cuál de los cinco elementos de EQ mencionados en esta
lección cree que necesita mejorar más? ¿Cuál debería ser el
segundo elemento para trabajar? ¿Quién le puede ayudar a
crecer en esas áreas?
3. ¿Cómo respondió a las nueve preguntas en la sección de
este capítulo titulado haga una autoevaluación?
4. ¿Cuál es su vocación elegida? Reflexione sobre las razones
por las que ha elegido un llamado específico.
5. ¿Cuál de las tres áreas maximizará su trabajo? ¿Qué áreas
podría estar sacrificando?
269
CAPÍTULO VEINTIUNO
IMPORTANCIA
DEL MARGEN
Los investigadores están totalmente de acuerdo en dos prin-
cipios básicos: primero, que el hombre tiene capacidad lim-
itada; y segundo, que sobrecargar el sistema conduce a una
grave ruptura del rendimiento.
- Alvin Toffler
- Carl Honore
- Richard Swenson
REPENSAR
Una de las mayores barreras para participar en comportamien-
tos misioneros es la ausencia de tiempo—o lo que algunos llaman
falta de margen. En el libro Margen: Restauración Emocional, Físi-
ca, Financiera (Margin: Restoring Emotional, Physical, Financial),
270
y Reservas de Tiempo para Vidas Sobrecargadas (Time Reserves to
Overloaded Lives), el autor Richard Swenson proporciona una ex-
celente metáfora para las vidas sobrecargadas. Él hace las pregun-
tas: ¿Qué tan ridículo sería si las páginas de un libro no tuvieran
margen? Y, ¿cuál sería su opinión de un editor que intenta llenar la
impresión de arriba a abajo y de lado a lado para que cada espacio en
blanco sea llenado? El resultado sería estéticamente desagradable y
caótico—como muchas de nuestras vidas.
El margen es el espacio entre nuestra carga y nuestros límites,
entre vitalidad y fatiga. Es lo contrario de la sobrecarga y, por tanto,
el remedio para esa condición problemática.102
271
cia los demás no puede ser añadida a vidas ya sobrecargadas.
Sin margen, somos incapaces de una espontaneidad relacional
en nuestro vecindario. Sin margen, no estamos interesados en opor-
tunidades para servir a nuestros vecinos. Sin margen, no podemos
incluso pensar en planificar el tiempo para pasar con los demás. El
margen crea protección. Nos da espacio para respirar, libertad para
actuar y tiempo para adaptarnos. Sólo así podremos alimentar ver-
daderamente nuestras relaciones. Sólo así estaremos disponibles e
interrumpibles para los fines de Dios.104
Pero, ¿qué podemos hacer para crear margen? ¿Cómo podemos
repensar nuestras actividades diarias para que haya tiempo para que
florezcan las relaciones?105
ALINEACIÓN
Cuando las personas son desafiadas por primera vez con la ex-
hortación de participar en actividades misioneras como amar al
prójimo o descubrir maneras para ser más hospitalarios, a menu-
do hay una nube de ansiedad. ¿Cómo se espera que una persona
supuestamente agregue más actividades a una semana ya ocupada?
Parte de la respuesta es pensar en la alineación en lugar de adición.
En otras palabras, en lugar de insistir en agregar más actividades
relacionales a un horario apretado, tenemos que considerar cómo
alinear los ritmos de nuestras vidas con los ritmos de los demás.
Quizá el mejor ejemplo de alineación tenga que ver con com-
partir comidas. La mayoría de las personas comen 21 comidas a la
semana. ¿Cómo se vería alinear dos o tres de esas comidas de tal
272
manera que coma con otros? ¿Tal vez el desayuno o el almuerzo?
O, quizás, una vez a la semana invitar a alguien en el vecindario para
cenar. En muchos casos, le resultará especialmente fácil invitar a las
personas para el postre después de la cena. De cualquier manera,
busque actividades que ya está haciendo y simplemente pide a otros
que se unan a usted.
AUDITORÍA
Un segundo paso que muchos de nosotros debemos tomar es,
realizar una auditoría de margen de nuestro tiempo. El margen no
es algo que simplemente sucede. Usted debe planificar para ello. En
una cultura que aplaude la ambición y la actividad perpetua, ust-
ed en realidad tendrá que luchar por ello. Es raro ver una vida pro-
gramada menos del 100 por ciento. Pero si queremos vivir conect-
ados relacionalmente, vidas hospitalarias con espacio disponible
para invitar a otros, debemos aprender a planificar nuestras vidas a
menos de la capacidad total.
Tenemos que echar un vistazo serio a nuestros horarios para ex-
aminar cómo luce una semana promedio. En el libro Trampas del
Tiempo (Time Traps), el autor Tom Duncan, defiende la necesidad
de un presupuesto del tiempo. La idea es similar a un presupuesto fi-
nanciero; la única diferencia es que planea cómo invertirá su tiempo
en lugar del dinero. Mapearlo. Tal como lo haría con sus finanzas,
identificaría donde pasa su tiempo. ¿Está usted sobrecargado? ¿Su
agenda provoca ansiedad? ¿Hay margen dónde se podrían cultivar
nuevas relaciones?
273
Tal vez simplemente necesita permiso para detenerse. Tal vez
usted necesita escuchar que está bien decir no. Decir que no, no
es sólo una buena idea—ahora se ha convertido en una necesidad
matemática. Sin esta palabra de dos letras, recuperar el margen es
imposible. Si hay 15 cosas buenas para hacer hoy y sólo puede hacer
10 de ellas, tendrá que decir no cinco veces.
"No", dice la autora Anne Lamott, "es una oración completa". 106
274
podían acomodar a una persona herida en el camino. Simplemente,
no había tiempo de sobra antes de su próximo deber religioso. La
falta de margen no sólo puede evitar que nos detengamos, puede
evitar que nos demos cuenta de lo que realmente está sucediendo
en las vidas de quienes nos rodean.
ACCIÓN
1. Haga una lista de las áreas de su vida donde sabe actual-
mente que no tiene margen. Pregunte a un miembro de la
familia o a un amigo cercano por su opinión sobre la lista.
2. Haga lista secundaria de pasos prácticos que puede comen-
zar para crear margen en cada una de las áreas identificadas
en la primera lista.
3. Considere ambas listas en la vida de su iglesia. ¿Está la igle-
sia también experimentando una falta de margen?
REFLEXIÓN
1. ¿Qué tan grave es la falta de margen en su vida? ¿En las
áreas de tiempo? ¿Salud emocional? ¿Salud física? ¿Las rel-
aciones? ¿Misión?
2. ¿Cómo puede empezar a introducir el lenguaje del margen
en la plantación de su iglesia, para que haya un lenguaje
común en este tema importante?
275
CAPITULO VEINTIDÓS
IDENTIFICANDO
A LOS LÍDERES
MISIONEROS
El liderazgo bíblico siempre significa un proceso de ser
liderado.
- Martin Buber
- Mike Pilavachi
REPENSAR
Que las iglesias misioneras emerjan a través de la vida y el min-
isterio del pueblo de Dios, la formación de líderes de todo tipo y en
todos los niveles no es una opción. El patrón del Nuevo Testamen-
to es claro. Cada líder de iglesia debe realizar tareas acompañadas
de otro cristiano que a su vez está siendo equipado (aprendiz) para
convertirse en un líder. Solo cuando todo el pueblo de Dios desar-
rolle junto sus dones, liderazgo y ministerios, pueden emerger igle-
sias misionales. Nosotros nunca experimentaremos un movimiento
genuino de plantación de iglesia si continuamos levantando líderes
276
institucionales en lugar de multiplicar líderes misionales.
La capacitación de un líder institucional otorga una importan-
cia especial a las habilidades relacionadas con la administración de
la complejidad, tanto estructural como organizativa. Los líderes in-
stitucionales suelen estar capacitados para desarrollar y administrar
elementos de la programación de la iglesia—en otras palabras, los
programas y actividades dentro de las paredes de la iglesia. La ca-
pacidad de "leer" e involucrar la cultura fuera de los límites de la
iglesia es generalmente un tercer nivel de preocupación en el me-
jor de los casos. Los dones de la administración son lo primero, y
la selección de programas. y las habilidades de mantenimiento son
los segundos. Una de las consecuencias desafortunadas de este tipo
de liderazgo institucional es que permite un nivel de anonimato y
distancia de otros miembros del cuerpo de la iglesia, que hace que la
demostración de un líder de los caminos de Jesús sea menos visible.
El liderazgo misional cambia todos estos elementos. La clave de
la formación de comunidades misionales es su liderazgo. El espíritu
faculta a la iglesia para la misión a través de los dones de las personas.
En el nuevo contexto donde las relaciones se valoran más que
instituciones, el carácter del líder y la capacidad relacional son cen-
trales. En lugar de la capacidad de administrar la complejidad, la ca-
pacidad de administrar las múltiples redes de relaciones es crucial.
En lugar del anonimato, el carácter y el llamado del plantador de
iglesias es conocido. Ellos plantan una iglesia de quiénes son y su
amor por un lugar específico o personas, en lugar de credenciales o
programación atractiva. El líder misional debe centrarse en mod-
277
elar, movilizar y multiplicar, todo en un nivel relacional. La orga-
nización surgirá cuando el plantador de iglesias reúna varias redes
relacionales, pero este desarrollo orgánico de la iglesia naturalmente
se resistirá a las formas de instituciones tradicionales.
Entonces, ¿cómo podemos identificar a un líder misional,
distinguiendo a esa persona del líder que se necesita para la iglesia
institucional?
NUEVE CARACTERÍSTICAS DE
LOS LÍDERES MISIONALES 109
1. ENTIENDEN LA IMPORTANCIA DE
SEGUIR Y LIDERAR COMO JESÚS
Cuando examinamos la enseñanza de Jesús, somos confronta-
dos con el énfasis que Él puso en la obediencia como la base para
discernir un verdadero discípulo (Juan 14:21 es solo un ejemplo
de este tema generalizado). Un líder misional mostrará un fuerte
compromiso con el seguimiento y obediencia de los caminos de
Jesús. No sólo empezamos con Jesús (Pensamiento del Reino), sino
que debemos recalibrar constantemente a Jesús. La Cristología no
sólo es el factor más importante para dar forma a nuestra misión en
el mundo, pero también debe dar forma a la manera en que discipu-
lamos y lideramos a otros. Las palabras de Jesús sobre el liderazgo de
servicio son fundamentales para la manera cómo un líder misional
se comporta para entrar e influir un contexto dirigido por las rela-
ciones (Marcos 10: 41-45). El carácter del líder es revelado cuando
este sirve a otros, tanto creyentes como no creyentes.
278
Otro aspecto de liderar como Jesús, es la toma de riesgos de fe.
Jesús no tuvo miedo de ofender a los altos y poderosos cuando Él
estaba seguro de que Dios estaba guiando; Él tomó las fuerzas ele-
mentales de la naturaleza y los poderes demoníacos bajo la misma
seguridad. Sus palabras en Juan 5: 18-20 dejan claro que en cada
una de las circunstancias donde Él actuó, fue con fe que su Padre
estuvo allí trabajando antes que Él.
2. NO ASUMEN UN AMBIENTE
AMIGABLE EN EL CUAL LLEVAR A
CABO LA VIDA DE LA IGLESIA
Los líderes misionales han llegado a aceptar el fin de la cris-
tiandad. Se dan cuenta de que la iglesia se coloca una vez más en el
contexto misionero. No asumen ni esperan un ambiente amigable
en el cual llevar a cabo la vida de iglesia. Acoplado con un enfo-
que encarnacional de ministerio, no tienen miedo de enfrentar el
escepticismo inicial o incluso el antagonismo, pero agresivamente,
entran en el contexto como sirvientes. Con el tiempo, ganan el re-
speto y la confianza de las personas en las redes que entran a través
de una preocupación genuina, integridad y la voluntad de poner los
intereses de los demás por encima de los suyos.
Un segundo aspecto del ambiente es la cultura. El líder mis-
ional no le teme a un ministerio multicultural. Diferentes visiones
de mundo proporcionan nuevas oportunidades de apologética y el
potencial de ganar personas para Cristo que, a su vez, impactará su
país de origen. Un líder misional construye comunidades de fe for-
madas por conversos de diversos orígenes y permite que la cultura
279
de la iglesia refleje el sabor original de todas estas fuentes culturales.
Si las diferencias son demasiado grandes, el líder misional comien-
za comunidades adicionales orgánicamente de fe para mantener la
difusión del evangelio.
3. TRABAJAN OPORTUNISTAMENTE
MÁS QUE RUTINARIAMENTE
Los líderes misionales en el nuevo contexto esperan encontrar a
Dios trabajando en las más improbables de las circunstancias y entre
las personas menos aparentemente receptivas. Debido a la expecta-
tiva de que Dios ya está trabajando, inician conversaciones, actos de
servicio y ofrendas de oración, y palabras de testimonio dondequi-
era que se encuentren. Una estrategia primaria es buscar por nuevas
redes, encarnar en ellas, orar y servir hasta que Dios les muestre a
la persona de paz que ayudará a difundir el evangelio por toda la
red. La oportunidad de entrar en una nueva red de relaciones puede
llegar inesperadamente, aunque el líder también trabaja intencio-
nalmente. Sin embargo, un líder misional está siempre dispuesto a
seguir una cita divina.
280
zado, han servido el propósito de Dios por un tiempo, y luego pasa-
ron fuera de la escena. Un líder misional es cauteloso de los enredos
con edificios y organizaciones formales. Aunque a menudo es una
herramienta útil, deben ser sostenidas con la mano abierta, listos
para el día cuando Dios decida quitar esa herramienta y darnos
otra. Un líder misional trabaja en contextos donde la cultura hace
que el poseer un edificio y el desarrollar una gran organización sea
problemático; puede ocurrir, pero a menudo mucho más lento que
en días anteriores. Por esta razón, aprenden a no depender de las
estructuras que atan grandes sumas de dinero y crean límites sobre
lo expansivo que puede volverse un ministerio. Usar los recursos sin
atarse a ellos es una disciplina espiritual. Marca al líder misional.
281
6. DISCIPULAN CON UNA PERSPECTIVA
HACIA EL EQUIPAMIENTO Y
ACTIVANDO LA MISIÓN, NO
SIRVIENDO A LA ORGANIZACIÓN
Una característica típica de la iglesia institucional es que a
medida que envejece, un porcentaje cada vez mayor de sus traba-
jadores y líderes se despliegan para servir a los miembros existentes
y mantener a la organización. Cuanto más "exitosa" es la iglesia, más
grande crece, más compleja se vuelve y cuanto mayor es la presión
de desplegar trabajadores para mantenerla. Sin una visión misional
clara, una iglesia puede fácilmente terminar invirtiendo casi todos
sus trabajadores y líderes hacia el interior, dejando a ninguno para
alcanzar al contexto circundante.
Un líder misional mantiene un duro compromiso de levantar
líderes para el movimiento del Reino, no para el mantenimiento.
En las iglesias misionales, la efectividad de los líderes no se mide
por lo que hacen o no logran, pero por la forma en que el pueblo de
Dios es equipado, inspirado y activado para participar en la misión
de Dios en el mundo.
Esto implica un cierto prejuicio hacia la limitación del tamaño
para controlar la complejidad. Un líder misional abraza esto como
una oportunidad para plantar otras comunidades misionales envi-
ando líderes y trabajadores a los campos de cosecha. Esto no implica
que todas las iglesias grandes no sean misionales, pero sí sugiere que
el tamaño no es un criterio importante en la toma de decisiones. Si
el Señor otorga una gran membresía a una iglesia misional, tomarán
esa bendición y planearán cómo convertir más trabajadores en los
campos de cosecha.
282
El compromiso de enviar obreros en la cosecha también tiene
un amplio alcance. A medida que los obreros maduran de conversos
a discípulos a líderes, el líder misional trabaja para hacerlos coincid-
ir con su campo apropiado. Algunos mantendrán la iglesia local,
otros extenderán esa iglesia a través del evangelismo local, algunos
cruzarán culturas para evangelizar y plantar o algunos formarán
equipos para ministrar en lugares distantes. Cada uno forma un
componente de una visión misional.
283
santo está constantemente trabajando en los corazones de los no
creyentes dirigiéndolos hacia Él. Una iglesia misional busca con-
tinuamente descubrir y entrar en redes adicionales de relaciones a
través de las cuales el evangelio puede propagarse naturalmente.
Los líderes con una perspectiva centrada en el Reino hablarán
sobre una gama más amplia de problemas del Reino. Abordan los
grandes problemas sociales, trabajan para abordar temas relacio-
nados con la calidad de vida, como la atención médica, la alfabet-
ización, creación de empleo, pobreza institucional y generacional,
racismo y el medio ambiente.
284
reconocerán la necesidad de liderar con los demás.
DESCUBRIENDO NUEVOS
LÍDERES MISIONALES
La gran mayoría de los líderes misionales necesarios para un
verdadero movimiento de plantación bivo/covo no provendrá de
285
seminarios y escuelas bíblicas. Los líderes serán levantados para
participar en la misión de Dios a medida que la iglesia ayuda a
desmantela tanto la brecha entre clérigos y laicos como la brecha
sacro-secular respecto a la vocación. A medida que cambiamos la
conversación. sobre la esencia de la iglesia y la naturaleza misionera
de cada creyente, comenzaremos a ver más y más personas activadas
para la plantación de iglesia. El mejor lugar para descubrir a estos
nuevos líderes. Estará en las comunidades misionales e iglesia que
están comenzando. Al hablar sobre la iglesia en China, Alan Hirsch
comparte cómo su mentalidad multiplicadora puede resumirse en
la frase simple: “Cada creyente es un plantador de iglesias y cada
iglesia una iglesia plantadora de iglesias".
286
ACCIÓN
1. Haga dos listas. Crea una lista de nombres de líderes que
están ya comprometidos en su plantación de iglesia. Haga
una segunda lista de líderes potenciales.
2. Trabaje a través de cada una de las nueve características
mencionadas en esta lección y pregúntese cuál de los líderes
actuales y los líderes potenciales exhiben estas cualidades.
REFLEXIÓN
1. Al reflexionar sobre las dos listas, pregúntese qué puede
hacer para cultivar las nueve características en los líderes
identificados.
2. ¿Cómo puede descubrir nuevos líderes misionales en su
contexto? ¿Hay líderes potenciales que necesita estar for-
mando?
3. Además de utilizar este entrenamiento, ¿qué más puede
hacer para formar nuevos líderes? ¿Cómo puedes seguir en-
trenando líderes que han sido liberados?
287
LECTURA
SUGERIDA
BIVO/COVO PLANTACIÓN
DE IGLESIAS
• BiVO by Hugh Halter
• The Tangible Kingdom by Hugh Halter and Matt Smay
• The Wholehearted Church Planter by Linda Bergquist
and Allan Karr
• Kingdom First by Jeff Christopherson
CAMBIOS DE PARADIGMA
Y MOVIMIENTO
• The Church as Movement by J.R. Woodward and Dan
White Jr.
• Creating a Missional Culture by J.R. Woodward
• Missional Renaissance by Reggie McNeal
• The King Jesus Gospel by Scot McKnight
• Slow Church by Christopher Smith and John Pattison
• The Forgotten Ways by Alan Hirsch
• The Shaping of Things to Come by Michael Frost
and Alan Hirsch
288
• The Permanent Revolution by Alan Hirsch
and Tim Catchim
• The Road to Missional by Michael Frost
• ReJesus by Michael Frost and Alan Hirsch
• The Missional Quest by Brad Brisco and Lance Ford
• Apostolic Church Planting by J.D. Payne
• ReThink by Brad Brisco
• 5Q by Alan Hirsch
COMPROMISO MISIONAL
ENCARNACIONAL
• Faithful Presence by David Fitch
• The Abundant Community by Peter Block
and John McKnight
• Road to Reconciliation by Brenda Salter McNeil
• A Meal with Jesus by Tim Chester
• Surprise the World by Michael Frost
• Making Room by Christine Pohl
• Disunity in Christ by Christena Cleveland
• Loving the City by Tim Keller
• Generous Justice by Tim Keller
• Next Door as It Is In Heaven by Lance Ford
and Brad Brisco
• FLESH by Hugh Halter
289
SOBRE EL AUTOR
Brad es actualmente el director de plantación de iglesia bivoca-
cionales para la Junta de Misiones de América del Norte (NAMB).
Él tiene un doctorado en el área de eclesiología misional; su tesis
doctoral fue sobre asistir a las congregaciones existentes en la tran-
sición a una dirección misional. Brad es el coautor de Fundamentos
Misionales (Missional Essentials), una guía de 12-semanas de estu-
dios de grupos pequeños, La Búsqueda Misional: Convirtiéndose en
una iglesia a Largo Plazo (The Missional Quest: Becoming a Church
of the Long Run), y La Puerta del Lado Como es En el Cielo (Next
Door as It Is in Heaven), y el libro electrónico Repensar (ReThink). Él
y su esposa tienen tres niños y han sido padres sustitutos a más de
50 otros niños. Regularmente el hace blogs en missionalchurchnet-
work.com
RECONOCIMIENTOS
Gracias a mi familia; Mischele, Joshua, Caleb y Chloe, por su
continua paciencia con mis viajes, exposiciones y entrenamiento
para desarrollar el contenido que compone este libro.
Gracias a mis compañeros de ministerio y miembros del equi-
po en la Junta de Misiones de América del Norte y Send Network.
Gracias a todos ustedes que ayudaron con contenido, ediciones,
diseño y mercadeo. Este fue definitivamente un esfuerzo de equi-
po. Un agradecimiento especial a Jeff Christopherson por tener la
visión de crear un rol que se centró en los recursos plantación de
iglesia bivo/covo.
290
Gracias al equipo de Forge America, incluyendo a Alan y Deb
Hirsch, Hugh Halter, Lance Ford y Ryan y Laura Hairston. Le doy
las gracias a cada uno de ustedes por la contribución que han hecho
en la forma en que veo a Jesús, la misión y la Iglesia.
Finalmente, gracias a todos los plantadores de iglesia bivo/covo
que están modelando no sólo el futuro de la plantación de iglesias
en América del Norte, pero el presente. En mi libro, ustedes son los
héroes de la iglesia plantando al mundo.
291
NOTAS FINALES
1. Jürgen Moltmann, Jesus Christ For Today’s World (Minneapolis,
MN: Fortress Press, 1994), 47.
8. Scot McKnight, The King Jesus Gospel: The Original Good News
Revisited, Kindle Edition (Zondervan), p. 14.
12. Lois Barrett, Missional Church: A Vision for the Sending of the
292
Church in North America, The Gospel and Our Culture Series
(GOCS), Kindle Edition (Eerdmans Publishing Company), pp.96-97.
14. Reggie McNeal, Kingdom Come: Why We Must Give Up Our Ob-
session with Fixing the Church—and What We Should Do Instead,
Kindle Edition (Tyndale Momentum), p. 64.
20. Jeff Christopherson and Mac Lake, Kingdom First, Kindle Edition
(B&H Publishing Group), Kindle Location 344-349.
22. Barry D. Jones, Dwell: Life with God for the World, Kindle Edi-
tion (InterVarsity Press, 2014), p. 12.
23. Lance Ford and Brad Brisco, The Missional Quest: Becoming
a Church of the Long Run, Kindle Edition (InterVarsity Press,
2013), p. 61.
25. Ibid., 6.
293
27. Ibid.
29. Jeff Christopherson and Mac Lake, Kingdom First, Kindle Edition
(B&H Publishing Group), Kindle Locations 1625-1633.
30. Barry Whitworth leads the multiplying churches team at the Bap-
tist Resource Network of Pennsylvania/South Jersey. Barry has
extensively researched North American church multiplication and
is developing a growing network of church multiplication centers.
See Multiplying Church Network: http://www.pennjerseycp.com.
32. Michael Frost and Alan Hirsch, The Shaping of Things to Come:
Innovation and Mission for the 21st-Century Church, Kindle Edi-
tion (Baker Publishing Group, 2013), p. 88.
33. J.R. Woodward and Dan White Jr., The Church as Movement:
Starting and Sustaining Missional-Incarnational Communities,
Kindle Edition (InterVarsity Press, 2016), p. 201.
34. Barry D. Jones, Dwell: Life with God for the World, Kindle Edi-
tion (InterVarsity Press, 2014), pp. 67-78.
38. Ibid.
39. Michael Frost, Surprise the World: The Five Habits of Highly
Missional People, Kindle Edition (NavPress, 2015), pp. 62-63.
294
40. J.R. Baxter Jr., Stamps-Baxter Music and Printing Co. (1946).
41. Joe Purdue, “Sci-Fi Theology: Just Passin’ Through,” Red Let-
ter Christians, October 28, 2011, www.redletterchristians.org/
sci-fi-theology
45. Lance Ford and Brad Brisco, The Missional Quest: Becoming a
Church of the Long Run [Kindle Edition] (InterVarsity Press), p. 89.
46. Jay Pathak and Dave Runyon, The Art of Neighboring: Building
Genuine Relationships Right Outside Your Door (Grand Rapids:
Baker, 2012), p. 38.
47. Brad Brisco and Lance Ford (2013-09-26), The Missional Quest:
Becoming a Church of the Long Run [Kindle Edition] (InterVarsi-
ty Press), p. 4.
48. Brad Brisco and Lance Ford, Next Door as It Is in Heaven (Colo-
rado Springs: NavPress, 2016).
49. A. W. Tozer, The Pursuit of God (Camp Hill, Penn.: Christian Pub-
lications, 1982), 66-67.
50. Gene Edward Veith Jr., God at Work (Wheaton, Ill.: Crossway,
2002), p. 19.
295
53. Veith Jr., God at Work (Wheaton, IL: Crossway, 2002), p. 24.
57. Ray Oldenburg, The Great Good Place (New York: Paragon
House, 1989), 22–42.
59. Brad Brisco and Lance Ford, Next Door as It Is in Heaven (Colora-
do Springs: NavPress, 2016).
60. James Davison Hunter, To Change the World: The Irony, Tragedy,
and Possibility of Christianity in the Late Modern World (New
York: Oxford University Press, 2010), 245.
65. Brad Brisco and Lance Ford. Missional Essentials (Kansas City:
Mo.: House Studio, 2012).
296
68. Michael Frost and Alan Hirsch, The Shaping of Things to Come:
Innovation and Mission for the 21st-Century Church, Kindle Edi-
tion (Baker Publishing Group, 2013), pp. 68-69.
69. Ibid.
71. Ibid.
72. Michael Frost, Surprise the World: The Five Habits of Highly
Missional People, Kindle Edition (NavPress, 2015), p. 4.
73. Ibid.
74. Ibid.
77. Jeff Christopherson and Mac Lake, Kingdom First, Kindle Edi-
tion (B&H Publishing Group), Kindle Location 2791-2798.
78. Lois Barrett, Missional Church: A Vision for the Sending of the
Church in North America, The Gospel and Our Culture Series
(GOCS) (Eerdmans Publishing Company), p. 149.
79. Adapted from Hugh Halter and Matt Smay, AND: The Gathered
and Scattered Church, Kindle Edition (Zondervan), p. 54.
80. Tim Chester and Steve Timmis, Total Church: A Radical Re-
shaping Around Gospel and Community (Re: Lit Books), Kindle
Edition (Crossway), p. 59.
82. J.R. Woodward and Dan White Jr., The Church as Movement:
Starting and Sustaining Missional-Incarnational Communities,
297
Kindle Edition (InterVarsity Press), pp.145-146.
86. Hay algunos que argumentarían que los dones de pastor y los de
maestros son uno porque solo hay un artículo (el) usados para
las dos funciones. Yo argumentaría que encontramos en muchos
casos estos “son”. De hecho, son dos funciones diferentes en el
cuerpo. En otras palabras, hay muchos que están dotados para
pastorear, pero no para enseñar, y otros que son grandes maestros,
pero no dotados para pastorear. Sin embargo, incluso si este pasa-
je habla a un ministerio cuádruple, eso sería mucho más deseable
que el doble ministerio en el que la iglesia normalmente opera.
87. J.R. Woodward and Dan White Jr., The Church as Movement:
Starting and Sustaining Missional-Incarnational Communities,
Kindle Edition (InterVarsity Press, 2016), pp. 42-43.
90. Ibid.
298
92. Timothy Keller, Center Church: Serving a Movement: Doing Bal-
anced, Gospel-Centered Ministry in Your City (Zondervan, 2012),
p. 459.
93. J.R. Woodward and Dan White Jr., The Church as Movement:
Starting and Sustaining Missional-Incarnational Communities,
Kindle Edition (InterVarsity Press), p. 23.
95. Alan Hirsch and Dave Ferguson, On the Verge: A Journey into the
Apostolic Future of the Church (Zondervan, 2011), p. 32.
96. Gil Rendle. Doing the Math of Mission: Fruits, Faithfulness and
Metrics (Rowman & Littlefield Publishers, 2004).
97. Ibid.
99. Ibid.
100. https://www.mindtools.com/pages/article/newLDR_45.htm
101. https://www.mindtools.com/pages/article/newCDV_59.htm
105. This section is adapted from a portion of chapter six from Next
Door as It Is in Heaven by Brad Brisco and Lance Ford (Nav-
Press, Colorado Springs, 2016).
299
107. John Ortberg, The Life You’ve Always Wanted (Grand Rapids,
Mich.: Zondervan, 1997), 81.
109. The nine characteristics in this chapter were adapted from, Daniel
J. Morgan, “Developing Missional Leadership.” Developing a
Regional Church Planting Strategy Conference, Louisville. 11
Jan. 2007. Web. 5 Mar. 2008. Microsoft Word file.
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