No Tengas en Poco La Palabra de Dios
No Tengas en Poco La Palabra de Dios
No Tengas en Poco La Palabra de Dios
Gen 25:19 Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac,
Gen 25:20 y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-
aram, hermana de Labán arameo.
Gen 25:21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer.
Gen 25:22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová;
Gen 25:23 y le respondió Jehová:
Dos naciones hay en tu seno,
Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas;
El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo,
Y el mayor servirá al menor.
Gen 25:24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.
Gen 25:25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú.
Gen 25:26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob.
Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.
Gen 25:27 Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón
quieto, que habitaba en tiendas.
Gen 25:28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.
Gen 25:29 Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado,
Gen 25:30 dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto
fue llamado su nombre Edom.
Gen 25:31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura.
Gen 25:32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?
Gen 25:33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.
Gen 25:34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se
fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.
“Introducción”
Bueno en este estudio , vamos a ver el castigo y las trágicas consecuencias que
sufrieron tres personajes del antiguo testamento, y veremos como esto les ocurrió
por no saber valorar las bendiciones que Dios les había dado y sobre todo porque
estos personajes desobedecieron los mandamientos y los tuvieron como poca cosa.
Por ejemplo:
La biblia Nos dice como de ser nuestra relación con Dios y con el prójimo.
Nos dice como debemos utilizar el dinero y también nos habla de muchos temas más como la
manera de vestir, la manera de hablar y aun la manera orar.
Desafortunadamente muchos han despreciado las instrucciones que ofrece este libro y
en sus soberbia han decido vivir sus vida como a ellos mejor les parece, creyendo
que encontraran la felicidad sin necesidad de acercarse a Dios, pero por eso,
después de un tiempo vemos que la vida de estas personas que pretendieron vivir
sin reglas termina de una manera trágica y desastrosa.
La buena noticia es que la biblia no está perdida sino que está al alcance de todos y
lo único que tenemos que hacer es abrirla y empezar a leerla para saber lo que
tenemos que hacer.
Así es que si queremos que nos vaya bien en nuestra vida es necesario poner nuestros
ojos en esta brújula espiritual que nos muestra el camino que debemos de seguir y
una vez que hayamos aprendido lo que tenemos que hacer, debemos llevarlo a
practica para que no seamos desviados por las corrientes del mundo.
Ahora, otra cosa que tiene la biblia, es que ella no solapa a las personas y esto
quiere decir que la Biblia no encubre ni tapa el pecado de los hombres sino por el
contrario lo saca a la luz y lo pone al descubierto, para que todos aquellos que
queramos aprender, seamos advertidos de lo que puede pasar cuando nos olvidamos
de Dios.
“Ejemplos para nosotros”
Por eso Dios en su sabiduría infinita ha dejado ejemplos en su palabra que nos
muestran los pecados de los antiguos, con el propósito de que nosotros no
cometamos los mismo errores que ellos cometieron.
El primer ejemplo que hemos tomado hoy, es el caso de Esaú quien fue el hijo
primogénito del patriarca Isaac y el hermano gemelo de Jacob.
Este personaje cometió el error de preferir las cosas de esta vida en lugar de las
promesas de Dios y después lo lamento grandemente.
En los versículos del 29 al 34 de este pasaje, vemos que un día habiendo ya crecido,
Esaú llego cansado de su labor en el campo , mientras que su hermano gemelo
Jacob cocinaba un guiso rojo que al parecer era de aspecto agradable.
Esaú al ver esta sopa de color rojizo le pidió a su hermano Jacob que le diera de ella,
pero su astuto hermano gemelo, aprovechando su cansancio y su deseo por comer,
le propuso un trueque en el que él le daría de su sabroso guiso rojo a cambio del
derecho que solo le correspondía al primer varón nacido de una familia, el cual
era conocido como el derecho de la primogenitura.
Y así fue como vociferando estas palabras y con desdén menosprecio este beneficio
que una persona sensata jamás habría despreciado.
Ahora, la primogenitura era algo muy especial y de mucho valor en aquella época,
ya que el derecho de primogenitura significaba recibir una doble porción de la
herencia patrimonial que como ya mencione solo le correspondía al primogénito,
y que es de donde procede el término primogenitura.
“Un privilegio mayor”
Con lo cual vemos que el primogénito tenia un privilegio mayor que el de sus
hermanos ya que el recibía el doble de la herencia, mientras que los demás hijos,
solo se tenían que contentar con una sola porción.
“Sucesión de la Autoridad”
Pero sobre todo, la primogenitura tenía que ver con la sucesión en la autoridad
familiar, y esto quiere decir que el primogénito no solo recibía el doble de la herencia
sino que también tenía derecho de ocupar el puesto de su Padre cuando este
estuviera ausente o cuando este muriera.
Así vemos, que esto, a lo que renunció el joven e insensato Esaú, no era cualquier
cosa como el insinuaba.
Y como veremos a continuación al menospreciar la primogenitura , Esaú no solo
perdió parte de la herencia y el derecho a la autoridad familiar, sino que sin
saberlo, por esa decisión que tomó, también perdió la bendición Paterna, la cual al
mismo tiempo es figura de la bendición del Padre celestial.
Gen 27:1 Aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú
su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él respondió: Heme aquí.
Gen 27:2 Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte.
Gen 27:3 Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo y tráeme caza;
Gen 27:4 y hazme un guisado como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que yo te bendiga antes que
muera.
Gen 27:5 Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para buscar la
caza que había de traer.
Gen 27:6 Entonces Rebeca habló a Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído a tu padre que hablaba con
Esaú tu hermano, diciendo:
Gen 27:7 Tráeme caza y hazme un guisado, para que coma, y te bendiga en presencia de Jehová antes que yo
muera.
Gen 27:8 Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando.
Gen 27:9 Ve ahora al ganado, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré de ellos viandas para
tu padre, como a él le gusta;
Gen 27:10 y tú las llevarás a tu padre, y comerá, para que él te bendiga antes de su muerte.
Gen 27:11 Y Jacob dijo a Rebeca su madre: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño.
Gen 27:12 Quizá me palpará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición.
Gen 27:13 Y su madre respondió: Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz y vé y
tráemelos.
Gen 27:14 Entonces él fue y los tomó, y los trajo a su madre; y su madre hizo guisados, como a su padre le
gustaba.
Gen 27:15 Y tomó Rebeca los vestidos de Esaú su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a
Jacob su hijo menor;
Gen 27:16 y cubrió sus manos y la parte de su cuello donde no tenía vello, con las pieles de los cabritos;
Gen 27:17 y entregó los guisados y el pan que había preparado, en manos de Jacob su hijo.
Gen 27:18 Entonces éste fue a su padre y dijo: Padre mío. E Isaac respondió: Heme aquí; ¿quién eres, hijo
mío?
Gen 27:19 Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y
siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas.
Gen 27:20 Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió:
Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí.
Gen 27:21 E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no.
Gen 27:22 Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las
manos, las manos de Esaú.
Gen 27:23 Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo.
Gen 27:24 Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy.
Gen 27:25 Dijo también: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga; y Jacob se la
acercó, e Isaac comió; le trajo también vino, y bebió.
Gen 27:26 Y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo mío.
Gen 27:27 Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo:
Mira, el olor de mi hijo,
Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;
Gen 27:28 Dios, pues, te dé del rocío del cielo,
Y de las grosuras de la tierra,
Y abundancia de trigo y de mosto.
Gen 27:29 Sírvante pueblos,
Y naciones se inclinen a ti;
Sé señor de tus hermanos,
Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre.
Malditos los que te maldijeren,
Y benditos los que te bendijeren.
Gen 27:30 Y aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de
delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano volvió de cazar.
Gen 27:31 E hizo él también guisados, y trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la
caza de su hijo, para que me bendiga.
Gen 27:32 Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él le dijo: Yo soy tu hijo, tu
primogénito, Esaú.
Gen 27:33 Y se estremeció Isaac grandemente, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y
me dio, y comí de todo antes que tú vinieses? Yo le bendije, y será bendito.
Gen 27:34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga
exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío.
Gen 27:35 Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición.
Gen 27:36 Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces:
se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado
bendición para mí?
Gen 27:37 Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por
siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo
mío?
Gen 27:38 Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío?
Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.
“Esaú lo perdía todo”
Así vemos como Esaú lo perdía todo por seguir sus impulsos fuera de la voluntad de
Dios, y es que sus pasiones desordenadas y sus malas decisiones ocasionaron que
todos los planes que se tenían para él, se vinieran abajo y tristemente esto lo
condujo a quedar excluido del pueblo de Dios y por consecuencia también de la
tierra prometida.
Ahora, en sentido Espiritual, esta historia de Esaú tiene una aplicación práctica
para nuestra vida, y es que esta historia nos enseña que debemos tener cuidado con
nuestros deseos y con las decisiones que tomamos ya que una sola decisión mal
tomada puede cambiar completamente el rumbo de nuestra vida y llevarnos por
caminos de muerte y perdición.
Asi que aquí, en sentido espiritual, Esaú representa al viejo hombres que viene
siendo nuestra naturaleza carnal y humana, la cual como hemos estado viendo en
varios estudios es débil y se deja llevar fácilmente por los deseos y las atracciones de
esta vida, por eso vemos que Esaú al ver aquel guisado apetitoso no pudo resistirse
y fue dominado por su deseo hasta que lo llevo a cabo.
Ahora , a mi me parece muy interesante que a partir de que Esaú comió de aquel
guisado, se le cambio el nombre por el de Edom, y es que literalmente el nombre
Edom significa Rojo lo cual hace alusión al guiso rojo por el que cambio su
primogenitura, pero además, color rojo también hace alusión la arcilla o barro rojo
que representa a lo que es de la tierra, es decir lo Terrenal, así que, esto nos
comprueba que Esaú representa nuestra naturaleza terrenal.
Pues estos personajes siempre terminaban persiguiendo al hijo menor, que es figura
y representación del hombre Espiritual, así que, con esta explicación podemos
entender mejor porque que Caín mato su hermano Abel, porque Ismael se burlaba
de Isaac y porque ahora Esaú empezaría a perseguir a su hermano Jacob,
simbolizando con esto la batalla que siempre va existir entre la naturaleza espiritual
y la naturaleza carnal.
“El potaje Rojo”
Por otra parte, en sentido espiritual, El potaje rojo, representa los placeres y los
intereses de este mundo que se pueden resumir en los deseos de obtener Fama,
Poder, y Riquezas.
Y como les mencionaba hace un momento aquí el color rojo simboliza lo terrenal, de
manera que este plato de lentejas también representa los deseos pecaminosos a los
que nos enfrentamos cada día, como los son el adulterio, la fornicación, la
glotonería, la avaricia, las borracheras, los hurtos y las demás obras de la carne que
nos sumergen el fango de la inmundicia y nos alejan de la voluntad de Dios.
Y como podemos entender, al igual que el guiso rojo, estos placeres ,mumdanos
tienen buen aspecto y son agradables a los sentidos pero en realidad al final
producen amargura y frustración como lo fue en la vida de Esaú.
Por eso, El apóstol Juan también nos advirtió de estos placeres llamándoles los
deseos de los ojos y la vanidad de la vida.
Así que todos aquellos que hemos creído en Cristo somos parte de los primogénitos de
Israel y ahora por la gracia de nuestro señor Jesucristo nosotros también tenemos
derecho a la doble porción de las bendiciones de Dios.
Veamos como a los creyentes se nos llama primogénitos en: (Hebreos 12:22-25)
Heb 12:22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la
compañía de muchos millares de ángeles,
Heb 12:23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a
los espíritus de los justos hechos perfectos,
Heb 12:24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.
Heb 12:25 Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los
amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.
“Perdió la Salvación”
Entonces con esto nos queda claro que la primogenitura simboliza la salvación, así
que en base a esto, podemos decir con seguridad que Esaú no solo perdió parte de
la herencia y la bendición material, sino que también término perdiendo la salvación
de su alma.
Esta es la trágica historia de Esaú que menosprecio las riquezas de Dios y las cambio
por las vanidades de la vida y así como Esaú quedo excluido de la congregación
de los justos, muchos otros, también quedaran excluidos y terminaran perdiéndose ,
al cambiar la salvación que Dios les ofrece, por un simple plato de lentejas.
Por ejemplo para judas sus lentejas fueron treinta monedas de plata, para el joven
rico fueron sus posesiones y las lentejas de nuestra ex hermana Leticia fueron un
carro y una casa.
Este hombre fue escogido por la humildad y sencillez que mostro en un principio y
mientras el anduvo en el camino del bien, Dios lo prosperaba y le daba la victoria de
sus enemigos, pero su decadencia comenzó el día en que decidió hacer su voluntad en
oposición a la voluntad de Dios, lo cual más tarde lo llevo a perder su Reinado y
también su vida.
Veamos la razón de su caída en: 1Sam 15:1-28
1Sa 15:1 Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora,
pues, está atento a las palabras de Jehová.
1Sa 15:2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el
camino cuando subía de Egipto.
1Sa 15:3 Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres,
mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.
1Sa 15:4 Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista en Telaim, doscientos mil de a pie, y diez mil
hombres de Judá.
1Sa 15:5 Y viniendo Saúl a la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle.
1Sa 15:6 Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos y salid de entre los de Amalec, para que no os destruya
juntamente con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a todos los hijos de Israel, cuando subían
de Egipto. Y se apartaron los ceneos de entre los hijos de Amalec.
1Sa 15:7 Y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está al oriente de Egipto.
1Sa 15:8 Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada.
1Sa 15:9 Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales
engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y
despreciable destruyeron.
1Sa 15:10 Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo:
1Sa 15:11 Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis
palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche.
1Sa 15:12 Madrugó luego Samuel para ir a encontrar a Saúl por la mañana; y fue dado aviso a Samuel,
diciendo: Saúl ha venido a Carmel, y he aquí se levantó un monumento, y dio la vuelta, y pasó adelante y
descendió a Gilgal.
1Sa 15:13 Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de
Jehová.
1Sa 15:14 Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis
oídos?
1Sa 15:15 Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las
vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo destruimos.
1Sa 15:16 Entonces dijo Samuel a Saúl: Déjame declararte lo que Jehová me ha dicho esta noche. Y él le
respondió: Di.
1Sa 15:17 Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de
Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel?
1Sa 15:18 Y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta
que los acabes.
1Sa 15:19 ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los
ojos de Jehová?
1Sa 15:20 Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová
me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas.
1Sa 15:21 Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a
Jehová tu Dios en Gilgal.
1Sa 15:22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a
las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la
grosura de los carneros.
1Sa 15:23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por
cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.
1Sa 15:24 Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus
palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado,
1Sa 15:25 y vuelve conmigo para que adore a Jehová.
1Sa 15:26 Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová
te ha desechado para que no seas rey sobre Israel.
1Sa 15:27 Y volviéndose Samuel para irse, él se asió de la punta de su manto, y éste se rasgó.
1Sa 15:28 Entonces Samuel le dijo: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo
tuyo mejor que tú.
“La orden de Destruir”
En este pasaje vemos que Dios había le había ordenado a Saúl exterminar a la nación
pecadora de Amalec, la cual era una descendiente de Esaú, esta nación había
atacado por la espalda al pueblo de Israel en su travesía rumbo a la tierra
prometida, así que ahora en su justicia Dios les traía el pago de su traición y
ordenaba su completa destrucción.
“Saúl desobedeció”
Sin embargo vemos que Saúl menosprecio la palabra de Dios y desobedeció dejando
vivos a los animales y al rey de Amalec, acción que provoco que Dios lo desechara
para siempre quitándole el Reino.
Después de esto Dios escogió al joven David para que fuera ungido como el rey de
Israel, pero Saúl llenándose de celos contra David paso el resto de sus días
intentando matarlo, hasta que Dios lo entrego en manos de los filisteos que lo
acorralaron y lo llevaron al suicidio.
Así fue el triste final del Rey Saúl que termino perdiendo su salvación y murió
amargado y sin arrepentimiento.
Este hombre al que me refiero es el rey David que siendo tan tolo un muchacho
derroto a un gigante porque su fe y confianza descansaban en Dios.
“El desliz de David”
En sus inicios el rey David se destaco por hacer voluntad de Dios de tal manera que
Dios se agradaba en él y lo prosperaba en todos su sus caminos, pero un mal día este
gran hombre de Dios se descuido y cometió adulterio con la mujer de uno de sus
hombres de guerra.
Esta mujer llamada Betsabe había quedado embarazada, así que el Rey tratando
de ocultar su pecado mando traer a su marido para que estuviesen juntos y así el
marido pensara que el niño era de él.
“Abandónenlo en la batalla”
De esta manera vemos que David no solo se había convertido en adultero sino que
ahora también era un asesino traicionero, por lo cual Dios que ve todas lo confronto
con su pecado y trajo maldición a su vida.
2Sa 12:1 Jehová envió a Natán a David; y viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno
rico, y el otro pobre.
2Sa 12:2 El rico tenía numerosas ovejas y vacas;
2Sa 12:3 pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había
crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en
su seno; y la tenía como a una hija.
2Sa 12:4 Y vino uno de camino al hombre rico; y éste no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar
para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para
aquel que había venido a él.
2Sa 12:5 Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive
Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte.
2Sa 12:6 Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia.
2Sa 12:7 Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí
por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl,
2Sa 12:8 y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de
Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más.
2Sa 12:9 ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo
delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste
con la espada de los hijos de Amón.
2Sa 12:10 Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me
menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer.
2Sa 12:11 Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus
mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol.
2Sa 12:12 Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.
2Sa 12:13 Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha
remitido tu pecado; no morirás.
2Sa 12:14 Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido
ciertamente morirá.
Pero hoy lo que quiero resaltar de este pasaje es que aunque Dios le perdono la
vida a David por el arrepentimiento que mostro, las consecuencias del pecado
quedaron con él y trajeron problemas para él y para su descendencia.
Ya que por su pecado 4 de sus hijos murieron y dos de ellos se rebelaron contra el
intentando matarlo.
Así que, esto nos enseña que nadie se escapa de la justicia de Dios sino que tarde
temprano le llegara el pago de su maldad.
Porque si aun el rey David se descuido y cayo de su firmeza cuanto mas nosotros
caeremos si nos olvidamos de leer la palabra de Dios.
Así vemos que hay bendiciones y maldiciones de parte de Dios y está en cada uno de
nosotros decidir que es lo que queremos para nuestra vida.
Lev 26:1 No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra
piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy Jehová vuestro Dios.
Lev 26:2 Guardad mis días de reposo, y tened en reverencia mi santuario. Yo Jehová.
Lev 26:3 Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra,
Lev 26:4 yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su
fruto.
Lev 26:5 Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis vuestro
pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra.
Lev 26:6 Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra
las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país.
Lev 26:7 Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada delante de vosotros.
Lev 26:8 Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros
enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros.
Lev 26:9 Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con
vosotros.
Lev 26:10 Comeréis lo añejo de mucho tiempo, y pondréis fuera lo añejo para guardar lo nuevo.
Lev 26:11 Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará;
Lev 26:12 y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo.
Lev 26:13 Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y
rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido.
Entonces con esto nos queda claro que cuando nosotros nos alejamos Dios y nos
olvidamos de sus mandamientos , el también se aleja de nosotros trayendo
calamidad tras calamidad y si aun con esto no nos volvemos de nuestro malos
caminos entonces llegara el momento en el que él nos abandonara para siempre y
aunque que clamemos ya no nos responderá.
Acompañe a proverbios 1 Donde Dios tiene un juicio para los obstinados que no
quieren ori la voz de Dios.
“Conclusión”
Entonces concluyendo con nuestro estudio, vamos a recapitular las dos lecciones
que aprendimos hoy.
Así es que si somos pacientes y mantenemos nuestra confianza en Dios, las cosas
que necesitamos vendrán como una consecuencia.
Por otro lado también debemos valorar las bendiciones que gozamos actualmente
reconociendo que es Dios quien nos las ha dado, no vaya ser que Dios después nos
las quite por malagradecidos y por la soberbia de pensar que fue nuestro poder lo
que las consiguió.
“Seamos agradecidos”
Así que en lugar de andarnos quejando por lo que no tenemos seamos agradecidos
con lo que Dios no ha dado.
Por ejemplo si tenemos una familia, démosle gracias a Dios y valorémosla por
que hay muchos que no la tienen.
Si tenemos una casa o rentamos una casa demos gracias a Dios por ello
porque muchos duermen en las calles.
Así que seamos agradecidos en todo y honremos a Dios, porque Dios honra a los que
le honran y es bondadoso con los que le Aman.
Esto quiere decir que no debemos hacer a un lado la instrucciones que se nos dan en
este libro, porque si rechazamos estas enseñanzas pensando que son un libro
cualquiera, terminaremos destrozando nuestras vidas como lo hicieron el Rey Saúl,
Salomón, Elvis Presley, Michael Jackson y todos aquellos que trataron de vivir sin
Dios.
Y sobre todo recordemos que si guardamos lo que está escrito en este libro, Dios
traerá bendición a nuestra vida pero si desobedecemos entonces la maldición vendrá
sobre nosotros y sobre nuestra descendencia.
Heb 12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de
amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
Heb 12:16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su
primogenitura.
Heb 12:17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo
oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.