Agua en La Cultura Azteca y Maya - Lizeth
Agua en La Cultura Azteca y Maya - Lizeth
Agua en La Cultura Azteca y Maya - Lizeth
PUCALLPA – PERÚ
2019
INTRODUCCIÓN
CULTURA AZTECA
Los mexicas, más conocidos por aztecas, fueron una de las grandes civilizaciones de
Mesoamérica. Asentados en la Cuenca de México, dominaron un amplio territorio desde su
desaparecida capital, Tenochtitlán. Construida sobre una isla, que se ubicaba en el actual Zócalo
de Ciudad de México, esta ciudad ejemplifica uno de los aspectos menos conocidos del pueblo
azteca: su ingeniería hidráulica. ( Anabel Villalonga Gordaliza, Proyecto Arqueológico Ventilla
2007, Teotihuacan-México)
Los aztecas fueron extraordinarios ingenieros hidráulicos y civiles; prueba de ello fue haber levantado en
el agua a Tenochtitlan, sobre una plataforma tipo isla, totalmente artificial, que prácticamente flotaba. Para
llegar a Tenochtitlan desde tierra firme ellos inventaron pasos elevados de hasta 14 m de ancho ya que no
contaban con barcos. Los pasos también contaban con puentes que se abrían y conectaban a la ciudad
se caracterizaron por el alcance que tuvo en el control de los volúmenes del agua de los lagos, representada
por obras como el retorno de las aguas al Lago de Texcoco; el desvío de ríos como el de San Juan
Teotihuacan, y el Cuautitlan, cuyo rumbo se cambió muchas veces para evitar inundaciones en la parte
noroeste de la ciudad.
Por una escases de alimentos utilizaron una técnica la cual consistía en ganar terrenos al lago con rellenos
de limo y varas a esto se le llamo chinampas, estas producían maíz y porotos y otras diversidades de
cultivos.
La fertilidad de estos islotes artificiales se encontraba asegurada ya que podían absorber el agua a través
del piso poroso que tenían.
Usaron las trajineras, las cuales eran canoas que se usaban al costado de cada chinampa, estas tenían la
finalidad de transportar los productos que en ellas se cultivaban.
La cuenca de México Como ya se ha mencionado, la capital de los aztecas se asentó sobre el valle
de México, caracterizado por ser una cuenca cerrada en cuyo fondo aparecieron un complejo de
lagos, lagunas y pantanos procedentes de precipitaciones pluviales, de ríos permanentes o
semipermanentes y de manantiales. Hacia el año 1500, la cuenca de México estaba integrada por
un sistema compuesto por cinco subcuencas, que llegaron a ocupar entre 800 y 1.000 kilómetros
cuadrados. Estas subcuencas, que tomaron prestado el nombre de la población vecina más
importante (Chalco, Xochimilco, Texcoco, Xaltocan y México), estaban a una altura aproximada
de 2.240 metros sobre el nivel del mar y funcionaron como un sistema de vasos comunicantes. El
lago de Texcoco, de una extensión aproximada de 600 kilómetros cuadrados, era el más bajo de
todos y donde confluían todos los demás.
Frente a unos inconvenientes geográficos o climáticos como la abrupta topografía, la irregularidad
de las lluvias o el mismo sistema lacustre, se idearon unas soluciones para posibilitar la aparición
y el desarrollo de la agricultura de riego y el hábitat en la cuenca de México. Los mexicas
solucionaron la abrupta topografía del lugar moldeando y dominando un sistema de
aterrazamiento de cerros y laderas. Las lluvias, de carácter irregular e impredecible en ocasiones,
se aprovecharon y canalizaron mediante sistemas naturales (manantiales, arroyos, ríos) o
mediante sistemas artificiales que captaban y retenían el agua de lluvia para desviarla a los campos
de cultivo. Finalmente, el sistema lacustre, constituido por partes de lagos de agua dulce y otras
partes saladas, supuso un gran reto, sobre todo en Tenochtitlán Ubicada en la zona occidental del
lago de Texcoco y proclive a las inundaciones de agua salada, en su capital los mexicas idearon
y construyeron un sistema para contener las invasiones de agua salada. Una vez controladas estas
invasiones, aprovecharon para construir en el lago un original sistema de cultivo: las chinampas,
también llamados “jardines flotantes” (aunque no flotaban) o “sementeras” y “camellones” según
aparecen citadas en las fuentes coloniales o virreinales (Rojas, T.: 1983). Canales y acequias
rodeaban estas chinampas, evitando que quedaran secas o que se inundaran, lo que
proporcionaron, a la vez, la solución perfecta al transporte con canoas, ya que éstas circulaban en
medio de las chinampas y se desplazaban hasta tierra firme. Todo este sistema coordinado
contribuyó a la integración económica de la cuenca con los valles circundantes.
A lo largo del tiempo se fueron incrementando y perfeccionando las obras hidráulicas, casi
siempre motivadas por algún desastre climático. Después del noveno año de reinado de
Moctezuma el Viejo (1440-1469) se inundó la ciudad de Tenochtitlán. En 1449 el tlatoani
Nezahualcóyotl dirigió la construcción de un dique-calzada, también llamado albarradón, que no
sólo fue el remedio para la fuerte inundación, sino que, a su vez, subdividió en dos el lago de
Texcoco. El albarradón se hizo: “…de madera y piedra. El muro tenía más de 4 brazas de ancho
y más de 3 leguas de largo; las piedras tuvieron que ser traídas de 3 y 4 leguas de distancia”
(Palerm, A.; Wolf, E.: 1972, 87). Para su edificación se contó con el trabajo organizado no sólo
de gente de Tenochtitlán, sino también de otros lugares como Texcoco o Tenayuca La
construcción de este dique permitió aislar la parte occidental del lago y dio como resultado la
creación del lago de México, menos salobre gracias a la construcción del dique y también a las
aportaciones de los ríos y manantiales dulces de la zona. Además de cumplir con su función
primordial, protegió a los asentamientos de las aguas del lago, concretamente de las inundaciones,
y permitió el desarrollo de una tecnología agrícola muy importante. De esta forma, la ciudad de
Tenochtitlán, ubicada en el centro del lago de México, pudo desarrollar el sistema de las
chinampas, pues con esta técnica consiguieron no sólo aumentar el área de tierra firme para dar
cabida a la población, sino también para abastecerla con los recursos agrícolas.
Fue el mismo tlatoani Nezahualcóyotl quien también mandó 80 construir un nuevo acueducto
para proveer de agua dulce a Tenochtitlán, empresa seguida por su sucesor Ahuízotl (1486-1502),
que después de una fuerte inundación en 1499 al este de la isla de México mandó construir el
segundo dique o albarradón. Este mismo gobernante, prolífico en cuanto a la construcción de
elementos hidráulicos, mandó edificar otro acueducto, esta vez de cal y piedra, que contó de nuevo
con el esfuerzo y la dirección organizada de muchos ciudadanos de Texcoco, Azcapotzalco,
Coyoacan y Xochimilco.
CULTURA MAYA
Las prácticas de silvicultura y manejo del agua de los antiguos mayas de Tikal fueron de gran
interés para la investigación y descubrimiento de las tecnologías aplicadas en el desarrollo del
mismo.
Al establecerse los mayas en el lugar modificaron el paisaje y transformaron esta depresión y
cauce natural en el reservorio con su complejo sistema de canales visible hoy en día. Por el
fechamiento proporcionado por la columna de sedimentos tomada al centro de la aguada, sabemos
que tuvo modificaciones y fue objeto de manipulación humana hasta el periodo Postclásico (Lentz
et al. 2010: 137-138). Tanto la estratigrafía de los pozos como la columna de sedimentos tomada
del centro de la aguada indican que este reservorio tuvo modificaciones y fue objeto de
manipulación humana desde el Preclásico Tardío hasta el Postclásico Temprano.
los mayas ejercieran mayor control sobre estos flujos de agua (Scarborough y Burnside 2010). El
segmento del profundo canal excavado en el oriente de la aguada (Op1I) indica que la recolección
y distribución del agua eran de extrema importancia. Se puede especular que la escala
monumental de este canal, si lo extrapolamos hacia la pendiente del lado de la zona de captación
de agua, podría reflejar este evento climático del Formativo Tardío, es decir la necesidad hacia
finales de este periodo de controlar un régimen pluvial menos abundante en relación con el gran
volumen de agua para el que fue diseñado Las dimensiones de este gran canal sugieren que, para
el momento de su construcción, la cantidad de agua era mucho mayor y de allí la necesidad de
obras hidráulicas de gran envergadura.
Estos reservorios forman parte de una serie de tres tanques que descienden desde el extremo oeste
hacia el este, iniciando con el Reservorio del Templo (el tanque más elevado de Tikal) hasta el
Reservorio Escondido que termina en la Calzada Méndez, al este. Todo parece indicar que esta
serie de tanques se encuentra en una hondonada o barranco natural que drenaba el agua de la
elevación en donde se situó la parte central de Tikal. Aunque el Reservorio del Palacio fue
ampliado, en parte, al servir de cantera para obtener material de construcción, resulta aparente
que en el barranco natural construyeron una especie de diques en tres lugares antes de dejar fluir
el agua hacia el este en dirección a un gran tanque situado en el margen del Bajo, el Reservorio
Tikal (Scarborough y Gallopin 1991).
En cuanto al manejo y control hidráulico se puede decir:
1) la presencia de manantiales o nacimientos de agua que permitieron el establecimiento en el
promontorio en donde se encuentra Tikal, confiriéndole además una connotación altamente
simbólica y ritual al asentamiento;
2) la identificación de lo que podría considerarse la represa más extensa identificada hasta el
momento en el área maya, y
3) una explicación plausible acerca de cómo se liberaba el agua a través de dicha represa;
4) la construcción y el uso de un sistema para dividir el agua de un depósito y retener el agua en
una parte del reservorio mientras la otra parte se drena o se limpia (cofferdam), permitiendo
limpiar los tanques para evitar el azolvamiento y la excesiva sedimentación sin vaciarlos por
completo;
5) el empleo de elementos para filtrar el agua, como “cajas de arena,” que permitirían que los
escurrimientos de las plazas, patios y espacios abiertos pasarán filtrándose a través de ellos antes
de incorporarse a los reservorios para mantener su contenido potable —e.g., el tanque superior
del Reservorio del Templo—, tecnología hasta el presente desconocida en los sistemas hidráulicos
prehispánicos, pero lógica si se tiene en cuenta los contaminantes que afectan a los ambientes
tropicales;
6) la construcción de “estaciones de cambio,” que permitirían la captación de agua dentro del
reservorio en la época de lluvias y su posterior liberación durante la época seca, y
7) la exposición de segmentos de canales muy bien definidos y de uno en particular que por ahora
es el más profundo que se conoce —el canal en el noreste de la Aguada Corriental—. Sus
dimensiones dan una idea del gran volumen de agua que se manejaba en las aguadas y reservorios
de Tikal. Los mayas modificaron el paisaje y adaptaron la topografía natural de acuerdo con sus
necesidades, siendo un ejemplo la Aguada Corriental en donde aprovecharon una depresión
natural para crear un depósito y retener un gran volumen de agua. Cuenta con canales de ingreso
y egreso y controles de paso, lo que demuestra que esta aguada no sólo servía para almacenar el
líquido sino también para redistribuirlo hacia otros depósitos. Esta labor de ingeniera tan
sofisticada atestigua que los mayas alcanzaron un elevado conocimiento en cuanto al manejo del
agua. La historia constructiva del Reservorio del Palacio indica que una hondonada o barranca
natural fue ampliada, quizás porque sirvió de cantera en algún momento de su historia
constructiva, y posteriormente se empleó como reservorio de agua. Lo más probable es que la
serie de tanques en la parte central contaba con diques para controlar el paso del agua entre un
depósito y el otro. No se encontraron las exclusas propiamente, pero todo parece indicar que ésta
fue la manera en que el agua pasaba entre los reservorios. La estratigrafía encontrada al fondo del
depósito nos indica que hubo periodos de fuertes corrientes de agua alternando con periodos de
agua en reposo. El Reservorio del Templo fue excavado deliberadamente por los antiguos mayas.
Existe un camino o dique entre éste y el Reservorio del Palacio, pero su historia constructiva no
está bien definida por el momento. El tanque superior funcionaba como filtro para purificar el
agua antes de pasar a los demás reservorios. Los pozos que se excavaron revelaron filtraciones o
actividad de un manantial
CONCLUSIONES
Tikal que cuenta con una gran estructura piramidal (5C-54) que formaba parte de un
Complejo de Conmemoración Astronómica, mejor conocido como del tipo del “Grupo E” de
Uaxactún. De confirmarse la existencia de un antiguo manantial en alguno de los reservorios, se
podría argumentar que la presencia de dicha fuente de agua influyó en la selección de este lugar
para construir la ciudad. Esto tendría gran repercusión simbólica y agregaría un significado más
al emplazamiento. La evidencia sugiere que después de su asentamiento en la parte alta de Tikal,
durante el Preclásico Medio y Tardío (800 a.C.-150 d.C.), los mayas modificaron el paisaje de su
entorno para asegurar su abastecimiento de agua aprovechando el relieve topográfico natural y
optimizar así los recursos hídricos. Crearon una amplia red de canales y reservorios que les
garantizaran el abastecimiento del líquido durante todo el año. Construyeron sofisticados sistemas
con elementos para captación, almacenamiento, filtración, conducción y distribución del agua.
BIBLIOGRAFÍA
Díaz del Castillo, B. La historia verdadera de la Conquista de la Nueva España. México: Editores
Mexicanos Unidos, 1992, 2ª ed.
Durán, D. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de Tierra Firme. Tomo I. México:
Cien de Cien, 1995.
Beach, Timothy, Sheryl Luzzadder-Beach, Nicholas P. Dunning y Duncan Cook 2008 Human
and Natural Impacts on Fluvial and Karst Systems in the Maya Lowlands. Geomorphology 101(1-
2): 301-331.
Carr, Robert F. y James E. Hazard 1961 Tikal Report No. 11: Map of the Ruins of Tikal, El
Peten, Guatemala. Museum Monographs, University Museum, University of Pennsylvania,
Philadelphia.
Lentz, David L. 2009 Notas de campo, Temporada 2009. Ms., Archivo del Proyecto “Prácticas
de Silvicultura y manejo del agua por los antiguos mayas de Tikal.”
Lentz, David L. y Brian Hockaday 2009 Tikal Timbers and Temples: Ancient Maya Agroforestry
and the End of Time. Journal of Archaeological Science 36: 1342-1353.
Lentz, David L., Liwy Grazioso Sierra, Vernon L. Scarborough, Nicholas P. Dunning y T. Patrick
Culbert
2010 Prácticas de silvicultura y manejo de aguas de los antiguos mayas de Tikal. En XXIII
Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2009, editado por Bárbara Arroyo,
Adriana Linares Palma, Lorena Paiz Aragón y Ana Lucía Arroyave, vol. 1, pp. 133-146.
Ministerio de Cultura y Deportes, Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Instituto de
Antropología e Historia, Asociación Tikal, Guatemala.