Gracia y Reino
Gracia y Reino
Gracia y Reino
Y
REINO
El Tabito, Chile.
2012
GINO IAFRANCESCO V.
[1]
“Haya alimento en Mi Casa”.
(Malaquías 3:10b).
Transcripción:
Yanet Martínez y equipo chileno de transcripción.
Revisada por el autor.
Rebusco ortográfico de la revisión: Beatriz Durán.
Edición Autoral.
Clasifíquese:
Exégesis Bíblica.
(Salmo 119:130).
[2]
Gracia y Reino 1
INTRODUCCIÓN Panorámica
HACIA GRACIA Y REINO
Inicio.-
Hoy, para comenzar con la ayuda del Señor, es-
taremos viendo una panorámica que nos ubique,
que nos coloque dentro de ese consejo de Dios, para
luego, Dios mediante, en las restantes oportunida-
des, descender de la panorámica a puntos que con-
sideramos por la gracia de Dios claves. Entonces,
hoy vamos a ver una panorámica para ubicarnos
desde lo alto y después vamos descendiendo a los
puntos claves.
La sabiduría oculta.-
Para que tomemos un versículo de inicio les rue-
go que vayamos a 1ª a los Corintios 2. Vamos a leer
los versículos 6, 7 y 8: “Sin embargo, hablamos sa-
biduría entre los que han alcanzado madurez; y sa-
biduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este
siglo que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios
en misterio, La sabiduría oculta…”; aquí no es la del
ocultismo, sino la que Dios oculta de los que no han
nacido de nuevo. Solo los que nacen del Espíritu, del
agua y del Espíritu, pueden ver el Reino. Entonces
este “oculta”, no quiere decir el ocultismo, sino la
mano de Dios que oculta de los que están afuera las
cosas. “Hablamos sabiduría en misterio, la sabiduría
oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para
nuestra...”, o sea de la Iglesia, para nuestra gloria,
[3]
para gloria de la Iglesia, la gloria que me diste - dice
el Señor Jesús - yo le he dado a la Iglesia; y parte de
esa gloria es la sabiduría de Dios. ¿Ustedes recuer-
dan aquel pasaje de Santiago donde habla que hay
dos clases de sabidurías, una que viene de lo alto,
que es pacífica, llena de misericordia, de buenos
frutos, y la otra que es animal y diabólica, llena de
contención? No nos interesa ésa, sino la que viene
de lo alto. Entonces dice: “…la cual Dios predestinó
antes de los siglos para nuestra gloria, la que ningu-
no de los príncipes de este siglo conoció…”, y vamos
a subrayar esto un poco, “…porque si la hubieran
conocido nunca habrían crucificado al Señor de
gloria.” Noten qué curioso, hay algo que los prínci-
pes de este siglo, las personas que están en eminen-
cia en el mundo, tienen, pero que no les sirvió para
vivir lo principal; rechazaron al mismo Señor de la
gloria, rechazaron a Dios, no captaron el verdadero
corazón y el verdadero ápice de la sabiduría divina.
En Proverbios cap. 8, se nos dice que la Sabiduría
Divina es Cristo; Cristo es quien manifiesta la sa-
biduría de Dios, y en Efesios el Espíritu Santo por
Pablo nos dice que el propósito de Dios era también
manifestar la Sabiduría Divina a los principados y
potestades por medio de la Iglesia; y a los hermanos
que no recuerdan ese verso les recomiendo leérselo,
porque es muy importante que lo tengan presente,
junto con este que acabamos de leer aquí, el 7 de 1ª
a los Corintios 2.
Sabiduría de la Iglesia.-
Avance y Progreso
Oración.-
[27]
poderoso y grande y nosotros podamos caminar
bajo Tus alas y ser guardados en Ti aun de nosotros
mismos. Para Ti guárdanos, Señor, de nosotros
mismos y del maligno, y resérvanos para Ti, para
Tu reino y el reino de Tu hijo. En el nombre del
Señor Jesús, bendice Tu palabra y bendice a cada
uno de los que estamos aquí; que podamos estar
en el Espíritu, no mirando el mundo natural, sino
abiertos, con los ojos abiertos, el corazón abierto
a Ti en espíritu. Queremos servirte en el espíritu,
permanecer en el espíritu, en nuestros espíritus, en
el espíritu de Tu amada Iglesia aquí y en cualquier
parte, en el precioso nombre del Señor Jesús; Amén.
Un Espíritu y un Cuerpo.-
A bautizadores y bautizados.-
Dolores de parto.-
Fluctuaciones.-
La escalera de Betel.-
Entonces, ahora vamos a ver otro aspecto de este
avanzar; ya nos damos cuenta de que hay que avan-
zar en el conocimiento de Cristo, de la fe de Cristo
y del conocimiento de Cristo; hay que avanzar, hay
que llegar. Entonces ahora vamos a pasar a otro
aspecto de esta continuidad, solo para que aquella
panorámica que vimos esta mañana se vaya hacien-
do más definida y vayamos ya bajando más de las
nubes, poco a poco para poner los pies en la tierra.
Porque eso es lo que hace Dios, el Hijo del hombre
vino a buscar lo que estaba perdido ¿verdad? En Be-
tel hay una escalera por donde se comunica el cielo
con la tierra, ángeles suben y descienden, llevando
lo nuestro en esas peticiones, nuestras súplicas al
Señor y trayéndonos la luz del Señor a nosotros,
la respuesta, las revelaciones; todo lo que necesita-
mos del cielo baja por esa escalera que es el Señor
Jesús. Ese sueño que tuvo Jacob se compara con
aquella vez que Jesús conversó con sus discípulos
allá en el inicio del Evangelio de Juan; nos acorda-
mos cuando Natanael Bartolomé, que es el mismo,
Bartolomé es el mismo Natanael, hijo de Tolomeo,
Natanael Bartolomé estaba orando allá debajo de
Cristo en nosotros.-
Colaboradores de Dios.-
Ahora hay otra cosa más, una tercera más, pero
que descansa en las otras dos; lo que Él hace en
nosotros descansa en lo que el Hijo hizo por no-
sotros. Tenemos que ver que las cosas comienzan
en Él; que el fundamento es Él; y que Él está en la
base de lo que pueda hacer en nosotros. Lo que Él
Oración final.-
Oración.-
Querido Padre Celestial, delante de quien hemos
venido y fuimos traídos. Fuimos traídos por Ti, Se-
ñor, en el Señor Jesucristo; en ese nombre Señor, lo
adoramos porque vino de Ti, porque en Él te cono-
cemos, porque como tú, oh Padre, tienes vida en Ti
mismo, le has dado al Hijo el tener vida en Sí mis-
mo; y Tú le dices al Hijo en Tu Palabra: “Tu, trono oh
Dios”. Tú has dado trono a tu Hijo junto a Ti, Señor.
En ese Nombre nos reunimos con alegría, nos reu-
nimos con esperanza, nos reunimos con confianza,
porque no podemos mirar a otro lugar si no a Tu
amor y a Tu misericordia, a Tu gracia y a Tu fideli-
dad, en la muerte del Señor Jesús, en la sangre del
Señor Jesús, en Su Cruz. Gracias, Señor, por estar
con nosotros en la base de Tu amor eterno, y en la
base de Tu fidelidad, la base del Nombre y la San-
gre de Tu precioso Hijo. Nos alegramos poder es-
tar, Señor, sentados contigo a tus pies; tanto el que
habla ahora en este momento, Señor, como todos
nuestros hermanos, somos uno a tus pies; Tú eres
el Centro y eres el Amo; cúbrenos contigo y escón-
denos en Tu Gracia, en Tus manos; escóndenos en
tus heridas, Señor. Te rogamos que tu Espíritu sea
con cada uno de los que estamos aquí, que nada de
nuestro hombre exterior pueda prevalecer sino el
mover tuyo en nuestro espíritu; que Tú nos atrai-
gas a Ti de tal manera, Señor, que estemos atentos
[57]
a Ti en cada detalle tuyo. Señor, sé con tu pueblo,
sé con nuestros espíritus, como Tú dijiste, Señor,
que te olvidarías de nuestros pecados, los lanzarías
al mar del olvido y pondrías tu propio Espíritu en
nosotros, y por tu propio Espíritu nos harías an-
dar; andar en tus caminos, en tus estatutos, en tus
mandamientos; es decir Señor, en tu persona, en
tu Espíritu. Tu Palabra, Señor, sea abierta desde el
cielo directamente a cada uno, conforme a este Pac-
to Nuevo; que cada uno de los que vamos mirando,
Señor, tu Palabra, ella nos vaya abriendo tu cora-
zón y tu voluntad perfecta, y tu socorro suficiente y
oportuno, para conducirnos a la gloria como dice tu
Palabra, que quieres llevar muchos hijos a la gloria.
Somos una parte de esos hijos, Señor, que anhe-
lamos ser conducidos por Ti, en tu poder y en tu
gracia. A ninguna otra cosa miramos sino a Ti, en el
Santo Nombre del Señor Jesús. Amén.
Entrada.-
Hoy tenemos que retomar algo que ya está men-
cionado, pero para irlo profundizando, para ir en-
trando con más detalles. Recuerden que dijimos al
principio que estaríamos primero dando una espe-
cie de introducción panorámica, para luego ir des-
cendiendo poco a poco a los puntos claves. Enton-
ces hoy vamos a mirar inicialmente unos versos de
la Biblia.
El Evangelio de Cristo.-
Entonces hay una segunda expresión en la
Biblia que es la del Evangelio de Cristo, así como
hay la del glorioso Evangelio del Dios bendito, o
- Vamos a ver si
es lo mismo que dice Jesús; vamos a Mateo 24. En
Final.-
Entonces esta reunión, este tercer capítulo, era
para tomar conciencia de estos múltiples aspectos
del Evangelio que a todos lo necesitamos. Todo, todo
el consejo de Dios. No hemos entrado plenamen-
te en el Evangelio, solo estamos en el índice, o sea
en la expansión de la panorámica. Primero fue una
“panorámica de introducción”, segundo “avance y
progreso”, y ahora “Aspectos del Evangelio”. Vamos
a orar hermanos.
Paradojas
Retrospectiva.-
Solamente para recordar, estamos sobre el tema
general de GRACIA Y REINO, dos palabras perfecta-
mente complementarias; y estamos viendo algunos
capítulos. En el primer capítulo vimos una intro-
ducción panorámica que después continuamos con
un tema de avance y progreso, ¿recuerdan? de la
comunión del Espíritu, de la comunión, de la uni-
dad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, de
la obra que Dios hace por nosotros primeramente, y
entonces va haciendo en nosotros, porque también
Él quiere de todo corazón hacer con nosotros y que
nosotros hagamos con Él colaborando con ello.
[97]
esos distintos aspectos del Evangelio, más adelante
veremos lo que hay que introducir.
Dolores de parto.-
Epignosis.-
Paradojas [99]
podemos estar más cerca del Señor, y en la me-
dida en que se sube en la epignosis, en el pleno
conocimiento de la verdad, vamos comprendiendo
mejor las cosas. Esa raíz “epi” es una raíz del griego
que quiere decir sobre o encima; es como si fuera
la punta de la pirámide. En algunos de los Nuevos
Testamentos Bíblicos Griegos, o libros que tratan
de gramática griega, a veces pintan una pirámide,
y en la parte de arriba le ponen “epi”, y en la parte
de abajo le ponen “hipo”. En la flecha que entra en
la pirámide le ponen “eis”, en la flecha que sale de
la pirámide le ponen “ek”, de “eklesía” “de o desde”;
“eis” hacia, “epi” sobre, “hipo” bajo.
Querubines guardianes.-
Paradojas [101]
había que poner los pies en la tierra para la cara
de hombre; y así el trono estaba en el medio, en
el equilibrio de todas las cosas. Entonces así tam-
bién en la Palabra de Dios hay cosas a la derecha,
pero que no son contradictorias con las que están a
la izquierda y viceversa; se necesita verlas desde el
punto de confluencia, de equilibrio y complemento;
y por eso algunas cosas aparentan ser contradicto-
rias, por eso se han creado algunos conflictos en la
historia de la Iglesia por causa de nuestro enten-
dimiento humano limitado. Pero el Espíritu Santo,
como lo vimos en esa reunión de “Avance y Progre-
so”, el Espíritu Santo va conduciendo a la Iglesia
desde la unidad del Espíritu hacia la unidad de la fe
y del conocimiento del Hijo de Dios. Entonces hoy,
para poder seguir avanzando en estas relaciones de
Gracia y Reino, necesitamos por lo menos uno que
otro ejemplo de esas Paradojas que hacen parecer
como que la Palabra se contradijera; aquí dice de
una manera, y aquí dice de otra; y ¿cuál de las dos
será? Estos dicen que ésta, otro grupo dice que esta
otra, pero las dos palabras son una sola en el fondo
cuando se ve completo; las dos son inspiradas por
el Espíritu Santo, y las dos se tienen que recibir, y
esperar que el Señor nos muestre donde confluyen.
Entonces vamos a empezar con uno de esos ejem-
plos en Romanos, a un pasaje clásico. La epístola a
los Romanos es realmente preciosa; y cada vez que
se ha profundizado en ella en la presencia del Se-
ñor, ha hecho que la Iglesia avance, avance porque
éste es el Evangelio de Dios acerca del Hijo de Dios.
Paradojas [103]
El primer trabajo del Espíritu en el Atrio. En
el Atrio estaba aquel Lavacro hecho con los espejos
de las mujeres de Israel, que representa ese traba-
jo convictivo del Espíritu Santo para introducirnos
apenas al Atrio. Estábamos en el mundo y nos in-
troduce el Espíritu Santo al Atrio, haciéndonos re-
conocer que somos pecadores, convenciéndonos de
pecado, de justicia y juicio; y por eso los tres prime-
ros capítulos de este libro de Romanos que estamos
Leyendo son precisamente el Lavacro; y ahí cuando
leemos esos tres primeros capítulos quedamos des-
nudos nosotros mismos, sin excusa; no hay excusa;
y llegamos a ese capítulo 3: “no hay justo, ni uno…”
¡terrible! Esos tres primeros capítulos de Romanos
cumplen la función del Lavacro, porque éste es el
Evangelio de Dios; en el Tabernáculo Dios nos trae
desde afuera y nos va reconciliando y nos introduce
al Atrio; y en el Atrio nos lleva a reconocer nues-
tro propio pecado, nuestra necesidad del Hijo; y por
eso Dios dio la Ley, porque nosotros pensamos que
somos tan buenos y que vamos a cumplir la Ley;
descubrimos ¿pero qué pasa? todo me sale torci-
do, todo me sale mal; y ahí empezamos a descubrir
que somos unos pecadores, y por eso recordábamos
que la Ley estaba entreverada con los sacrificios de
ellos, porque los sacrificios son figura del sacrificio
único de Cristo, que es tan rico que necesita ser re-
presentado por muchos sacrificios; pero todos esos
sacrificios representan aspectos del único y sufi-
ciente sacrificio de Cristo.
Paradojas [105]
en ese Altar de bronce se ofrecían todas esas clases
de sacrificios que son figuras del único sacrificio y
sus profundidades; y ahí estamos en el capítulo 3.
La segunda parte, que es tan preciosa, y que es ne-
cesario algún día comerlo así como comemos pollo,
bien comidito, porque nada de la Palabra de Dios es
para comerlo rápido, sino que hay que comerlo des-
pacio, masticando, saboreando, porque así es que
nos alimenta mejor. No hay razón para correr, hay
que disfrutar cada parte hasta entenderla y poderla
digerir mejor. Avanzar en otro asunto de la Pascua;
hay que comerla apresuradamente, porque no pode-
mos dejar para mañana la urgencia de la salvación,
porque el mañana no está en nuestras manos. Pero
respecto al escudriñar, hay que hacerlo con mucho
cuidado. Ahí en los capítulos 3 y 4 empezamos a
ver los distintos aspectos de la muerte de Cristo; y
el sacrificio por las transgresiones que se menciona
ya en el capítulo 4. Pero llegamos a la mitad del 5, y
de pronto la Palabra empieza a enfatizar el pecado,
y no los pecados. Hasta el capítulo 4 habla de las
transgresiones, de pecados en plural; pero ya desde
la mitad del 5 el asunto se vuelve más general; aho-
ra se habla del pecado en singular, de la naturaleza
pecaminosa heredada de Adán. De ahí, del capítulo
5 se empieza a hablar de Adán y de Cristo, y de lo
que heredamos en Adán.
Paradojas [107]
sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido
bautizados en su muerte?”. Cuando Él cargó con
nosotros, nos llevó con Él a la tumba; y no está
hablando de algo futuro, está hablando de algo
ya acontecido; Dios nos cargó en Cristo, nos
puso en Cristo, esto es un hecho divino que Dios
hizo. El Hijo de Dios, el Verbo de Dios que estaba
con Dios, por medio de quien y para quien hizo
todas las cosas, tuvo que despojarse, humillarse
y asumir la naturaleza humana. Vamos a decir
que el Señor Jesús que es divino, pero antes
no se había encarnado, cuando vino Él tomó
nuestra naturaleza, la naturaleza humana y se
la puso; Él se hizo hombre en todo semejante a
nosotros, tentado en todo pero sin pecado. El
diablo también quiso meter el pecado en la carne
del Señor y lo tentó por todas partes, porque
Adán, que recibió la naturaleza humana antes
de la caída, no era malo, era neutral, todavía no
había comido del Árbol de la Vida, pero podía
comer. El hombre fue creado para vivir por Dios
comiendo de la vida divina del Árbol de la Vida;
pero Adán, cuando fue creado, todavía no comía
del Árbol de la Vida, aunque estaba en el medio
del paraíso, podía hacerlo, Dios no lo obligaba,
pero le dijo: “de todos los árboles puedes comer
excepto del de la ciencia del bien y del mal”. ¿De
cuál cree usted que Dios quería que el Hombre
comiera? Del que puso en el centro, que era el
Árbol de la Vida; pero entonces Adán vendió
la naturaleza humana que él había recibido
neutral; la vendió al poder del pecado. Cuando
el hombre escogió darle las espaldas a Dios y
vivir por sí mismo, hizo lo que hizo el diablo; el
Paradojas [109]
bien que quiere; incluso, sí es un hijo de Dios, pero
si no anda en el Espíritu sino que anda solo en su
naturalidad, aunque un hijo de Dios haya recibido
a Cristo, aunque haya nacido de nuevo en espíritu,
su carne no ha mejorado ningún ápice. Entonces
tenemos que entender eso, no nos vamos a enga-
ñar, no vamos a pensar que ahora que recibimos al
Señor nuestra carne mejoró un poquito; no, no me-
joró nada, la carne sigue siendo igual de perversa;
por eso primero nuestro espíritu debe de nacer de
nuevo para heredar algo distinto de Adán, porque
en Adán nacimos vendidos al poder del pecado, el
pecado siempre triunfará sobre Adán si Adán está
solito. Por eso no tan solo fue necesario perdonar
a Adán, sino también regenerarlo, darle algo nuevo
del Cielo; no se puede dejar al hombre en sus pro-
pias fuerzas, porque nunca podrá hacer nada de
valor ante Dios. Entonces hay que perdonarlo, pero
también regenerarlo; o si no, sigue igual; tiene que
ser perdonado todos los días, todas las semanas,
los siglos y los milenios. Entonces Dios no sola-
mente permitió que Su Hijo muriera; Su Hijo tuvo
que morir para terminar con Adán. Todo lo de Adán
lo asumió como propio; y Él luchó en la carne, y
Él sí, como dice la Escritura, condenó al pecado en
la carne, Él no cedió lo que Adán cedió. Entonces
después que Él murió, sin tener por qué morir Él
por sí mismo, entonces Su muerte fue expiatoria.
Entonces Él, cuando se negó al pecado, se negó a la
carne, se negó al mundo, se negó a Satanás; enton-
ces Él en su carne venció al pecado; por eso Él dijo:
“el pan que yo daré es mi carne la cual yo daré por
la vida del mundo” (Jn. 6:51). Cuando comemos de
Adán morimos; cuando comemos de Cristo vivimos,
Paradojas [111]
que no es que Él cambie ahora nuestra carne, no es
que cuando nos bautizamos nuestra carne dejó de
ser peligrosa. El santito, el niñito, es el más peligro-
so del mundo; y no vayan a confiar en el hermano
Gino para nada, y tampoco en usted, que es igual
de peligroso. Solo podemos confiar en la gracia de
Dios, en el Señor Jesús. En Adán heredamos la
condición pecaminosa, pero ahora vino el Espíritu
Santo; en nuestra carne está Adán, pero en el Es-
píritu está Cristo. Todo lo que Cristo consiguió está
en el Espíritu; entonces Dios es alguien más pode-
roso que la carne; nos dio el Espíritu para luchar
contra la carne; así que si andamos en la carne, por
más religiosos que seamos, no vamos a ganar nada;
estamos engordando al peligroso; es lo que here-
damos gratis, la condición caída; con solo nacer de
papá y mamá ya nacimos pecadores.
Paradojas [113]
debemos saber, nuestra humanidad fue crucificada
con Cristo, Cristo es el último Adán. No eres tú quien
se va a crucificar a sí mismo; y ahí está nuestro
problema; como hay una lucha entre el Espíritu y la
carne, la carne misma quiere ayudar, y ella trata de
crucificarse a sí misma. La crucifixión de nuestro yo,
de nuestro viejo hombre, se dio en Cristo y existe en
el Espíritu; tú no tienes que agregarlo, sino que Él
fue agregado a ti. Tú en Cristo ya fuiste crucificado,
y al haber resucitado, eso lo hace efectivo el Espíritu
que tú recibes por la fe. No es algo que tú tienes
que hacer en un sentido, es algo que Dios hizo en
Cristo y que el Espíritu te lo participa. Porque el
Espíritu toma todo lo que Dios hizo en Cristo, y a
Cristo mismo, y a Dios mismo, el Padre en el Hijo,
y el Padre y el Hijo por el Espíritu, con todo lo que
Cristo hizo, nos es dado en el Espíritu de Cristo
¿ustedes creen?. 6:4 “Porque somos sepultados
juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin
de que como Cristo resucitó de los muertos por la
gloria del Padre, así también nosotros andemos en
vida nueva”. Andar en vida nueva no quiere decir,
-bueno, yo antes fumaba pero ahora trato de no
fumar tanto; ahora fumo 38 y antes 45-. Eso no es
andar en vida nueva, esa es la vida vieja tratando
de manejar el problema del cigarro. Pero la nueva
vida es Cristo en ti, Cristo no tiene problemas con el
cigarrillo, el Espíritu Santo no tiene problemas con
el cigarrillo, y ahora Dios te dio el Espíritu Santo
para que te de toda la victoria de Cristo; y no la
tienes porque hagas esfuerzo sino porque el Señor
venció, Él es el que peleó, Él es el que conquistó
el botín; ahora el Espíritu Santo viene y nos da el
botín gratis; el botín es gratis. No somos nosotros
Paradojas [115]
y es el Espíritu Santo y ellos son un don y Dios nos
dio a Su Hijo y nos dio el don del Espíritu Santo, y
el Espíritu Santo es el victorioso. No estamos con-
tando con nada que hay en nosotros mismos, pero
sí estamos contando con el Señor Jesús; así que
cuando hay problemas, solo miramos hacia arriba
al Señor Jesús ¿y que decimos? Señor Jesús…, Se-
ñor Jesús…
Considerarse.-
“9Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los
muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea
más de él. 10Porque en cuanto murió, al pecado mu-
rió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios
vive. 11Así también vosotros”, vosotros, no un 50%,
ni 30, ni siquiera un 99%, sino un 100%; “11Así
también vosotros consideraos muertos al pecado”
uno dice; ¿pero cómo con esta carne tan torcida?;
esa es la fe, es en Cristo, Dios lo trasladó de la carne
a Cristo, usted estaba en Adán y Dios terminó con
Adán, y ahora Cristo resucitó, y lo puso Dios den-
tro de usted con Su Espíritu. Entonces en Cristo
no se mire a sí mismo, no mire lo de Adán, mire lo
que heredó en Cristo por el Espíritu; “consideraos
muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cris-
to Jesús”. Algunos dicen: es que no siento nada;
¿y quién dijo que tenía que sentir algo? Si no tiene
que creer más en Dios, porque los sentimientos son
cosa nuestra, es estar en nuestra naturalidad; pero
la fe acepta estar en Cristo y Cristo está en ti; es por
la fe. “11Así también vosotros consideraos muertos al
pecado, pero vivos para Dios en Cristo”, no en Adán,
sino en el Espíritu de Cristo.
Paradojas [117]
Presentarse.-
En Cristo estamos resucitados ¿sí o no? ¿Tú estás
resucitado? ¿Sí? Amén, yo también, tú también, los
que estamos en Cristo: “consideraos vivos para
Dios en Cristo”. Entonces ya el verbo pasó de “sa-
ber” a “considerarse”; y ahora viene el tercer verbo
y dice “12No reine, pues, el pecado”; y ahí empezó ya
algo del reino: “No reine, pues, el pecado en vuestro
cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus con-
cupiscencias”. Él es así, pero dice así “13ni tampoco
presentéis vuestros miembros al pecado” sino que
retente escondido en Cristo; no presentéis vuestros
cuerpos al pecado “como instrumentos de iniquidad,
sino presentaos vosotros mismos a Dios como vi-
vos de entre los muertos, y vuestros miembros a
Dios como instrumentos de justicia. 14Porque el pe-
cado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis
bajo la Ley”; o sea exigiéndole a la carne a hacer
algo como para merecer, un retiro más, un rosario,
una peregrinación a Jerusalén, una cláusula, un
método; no estamos bajo la Ley, no estamos bajo
obligación ninguna; estamos bajo la gracia; Dios no
espera nada del hombre en su naturalidad, nada
de lo nuestro le sirve, más nos amó y nos dio a Su
Hijo y nos dio Su Espíritu y estamos bajo la Gracia
confiando en Él, contando con Él, nada nuestro es.
Paradojas [119]
“Fe” tiene que mirar a la “Palabra” que es el Señor,
el Verbo de Dios; el Señor hizo esto por nosotros
y Él nos abre el camino y la puerta; Él es cada
paso del camino, el Alfa del Camino y la Omega.
Entonces la “Fe” cree lo que el Señor es y lo que Él
hizo, lo que Él nos dio y lo que somos en Él. La Fe
lo va mirando a Él, y la “Experiencia” va detrás de
la “Fe”. La Fe no puede mirar a su experiencia, no
mirar para atrás, porque se cae la Experiencia; la
Fe tiene que mirar al Señor, y la Fe sigue la Palabra,
y la Experiencia sigue la Fe. Jesucristo dijo: “así
que cuando pidamos algo al Señor en su nombre,
creamos que ya lo hemos recibido y entonces vendrá”
(Jn. 16:23); ese “entonces vendrá” es la Experiencia;
pero la Experiencia le sigue a la Fe. Debemos creer
que El Señor nos dio lo que le pedimos en nombre
de Su Hijo; “Señor, yo quiero esto, por eso te lo
pido”; entonces Jesús dice: “cuando pidáis creed
que lo recibisteis y os vendrá”. A veces nosotros
somos incrédulos cuando pedimos y decimos ¿pero
Señor yo te pido y te pido y tú no me das? No es
que Él no nos da, es que no recibimos, por la Fe.
Nosotros queremos creer en nuestra Experiencia,
queremos mirar para atrás a ver si sentimos, a
ver si nos salieron alas de ángeles, si nos salió la
coronita, y todavía vemos cachos y cola y todas esas
cosas; entonces nos vamos a caer del muro, ¿por
qué? porque usted todavía está buscando las cosas
en usted mismo; pero Dios ya se las dio en Cristo y
están en el Espíritu; usted ya tiene el Espíritu, pero
se está mirando a sí mismo y no está confiando ni
recibiendo del Espíritu, ¿me entienden, hermanos?
Paradojas [121]
y nos mandó a Su Espíritu, y ese Espíritu ya tiene
ese hecho; nosotros hemos creído y nos hemos
hecho uno con Su Espíritu y Su Espíritu en noso-
tros; en el Espíritu esto es un hecho. Si usted cree
en el hecho de que Dios lo crucificó con Cristo y
lo resucitó con Él, lo ascendió con Él, y lo subió
con Él, y usted cree, su fe sigue la Palabra y anda
en el Espíritu; entonces la experiencia vendrá; y
así, de esa manera, harás morir en tu experien-
cia todas esas cosas, esa cola larga de cosas que
aparecen ahí; pero si tú tratas de esconder la cola
para acá, y hacer teatro, y dices: ¿pero qué hago
con esta cola?.
Paradojas [123]
desfachatez, porque estaba en la fe, fue limpiado,
fue perdonado, renovado, regenerado; otro Pedro.
Él no está pensando en sí mismo, sino en Cristo,
no en sí mismo; él está en la fe y en el Espíritu.
Entonces Judas Iscariote no se atrevió; hasta se
arrepintió, pero en vez de creer se ahorcó; que
terrible es no creer, que cueva maldita es esa, estar
ahí y ahorcarse ¿no es terrible?, pero Pedro creyó.
Entonces ahí ves una paradoja: “está muerto” dice
atrás, y “haced morir” dice después. Cuando dice
“haced morir” no es que no esté muerto, porque está
escrito que nuestro viejo hombre fue crucificado y
que todos los que hemos sido bautizados ya hemos
sido bautizados en Cristo en su muerte; ese es el
hecho divino y eso es lo que la Fe debe creer. La
Fe camina detrás de la Palabra, Dios hizo esto y es
mío en Cristo; no lo busques en tu experiencia en
tu carne; créelo en el Espíritu, mantente en esa fe,
en esa confianza en Cristo, no te dejes atormentar
por Satanás, tú ya fuiste sepultado, enterrado, y ya
naciste de nuevo y estás en Cristo por la fe, nunca
por nada que tú eres, nunca por nada que tú haces,
sino por lo que Cristo es y el Espíritu tiene y Dios
te dio y tú lo recibiste y es tuyo por la fe; y de esa
manera en tu experiencia, que viene detrás de la
fe, haces morir toda esa cola perversa que está ahí;
ve que dice ahí fornicaciones, enojos, blasfemias,
todas esas cosas que están terminadas en Cristo,
no te tienes que ocupar tú de ellas, sino el Señor,
y entonces en la práctica y en la experiencia esas
cosas van muriendo porque en la raíz ya murieron.
En la raíz ya murieron cuando Cristo murió y tú
moriste con Él; cuando creíste y fuiste bautizado,
fuiste sepultado con Él, resucitado con Él, y ahora
Paradojas [125]
saber, cómo hablan el mismo Evangelio Pedro y
Juan: “sabemos que tenemos las peticiones que le
hayamos hecho”. Esa es la fe. La fe no es pedirle y
experimentar y hasta que no experimente no creo;
eso es incredulidad. Algunos dicen: pero yo le he
pedido a Dios y no me contesta; ¿cómo que no me
contesta?, ¿qué dice Jesús?: “creed que lo recibisteis
y os vendrá”. La experiencia viene después, pero
primero debemos creer que Dios nos ha oído y que
la respuesta ya fue mandada; es decir, pedimos y
salimos agradecidos: gracias, Señor, porque nos
oíste y podemos confiar plenamente en Ti; eso es
la fe. Es recibir de antemano por la fe lo pedido y
entonces vendrá la experiencia, y en la experiencia
haremos morir y recibiremos lo que hemos recibido
por fe; lo recibiremos en la experiencia, pero primero
hay que recibirlo, no tan solo pedirlo; no solo decir,
Señor, yo te pido y te pido y Tú no me das; entonces
¿qué estamos diciendo cuando decimos no me
das?, ¿cómo que no me das si ya te di?; pero no
lo experimento; ¡ah!, esa es otra cosa. ¿Recuerdan
cuando Daniel le pidió a Dios? y dice el ángel: “desde
el primer día que dispusisteis tu corazón a humillarte
y a entender en la presencia de tu Dios, desde ese
día fueron oídas tus palabras y a causa de tus
palabras yo he venido” (Dan. 10:12). ¿Cuándo Dios
le mandó la respuesta?, desde el primer día, pero un
ángel caído se le opuso a éste otros veintiún días,
pero la respuesta ya había sido enviada. Entonces
Satanás se opone a que nos llegue lo que Dios ya
envío, y así somos probados; pero ¿qué hizo Daniel?
colaboró, continuó creyendo, continuó orando
aunque se sentía afligido, una lucha espiritual que
no entendía, pero se mantuvo en la fe, y el ángel
Paradojas [127]
ya tenéis vida eterna, “todo lugar donde pongáis la
planta de vuestros pies”. Eso es echar mano de la
vida eterna, eso es tomar posesión de lo que nos
fue dado. Parece que hay una contradicción; dice
que ya tenemos vida eterna, y por otra parte dice
que echemos mano de la vida eterna; y en otro
versículo dice que tendremos vida eterna. Entonces
al fin ¿tenemos?, o ¿tendremos?, ¿o hay que echar
mano? Las tres cosas son verdaderas. Ya tenemos
porque nos fue dado; pero como ya nos fue dado
hay que experimentarlo cada día, hay que cobrar el
chequecito, y lo del cheque está en nuestra cuenta.
Todo lo que el Señor consiguió ya está a nuestra
cuenta, pero se me presenta este problema; entonces
¿qué tengo que hacer?: girar un cheque contra mi
cuenta. Ese girar el cheque es cada vez poner el
pie, es tomar posesión. Las dos cosas son válidas,
son al mismo tiempo, ya tenemos vida eterna, pero
tenemos que aplicarlo en este caso, y en este otro,
y cada día en cada desafío tenemos que acordarnos
que la cuenta está a nuestro favor en el banco y que
tenemos que firmar y punto. Creer cada vez, creer
cada vez, creer cada vez, sacar del banco cada vez y
aplicar cada vez.
Paradojas [129]
[130]
Gracia y Reino 5
SALVACIÓN Y GALARDÓN
Oración.-
[131]
por medio de la gracia de tu Espíritu, Señor. Gracias
porque podemos descansar en Ti e inclinarnos ante
Ti y esperar de Ti, en el precioso nombre del Señor
Jesús. Amén.
Ensamble.-
Con la ayuda del Señor vamos a ensamblar otra
pieza, y vamos a ir al capítulo 3 de la primera epís-
tola que el apóstol Pablo escribió a los Corintios;
hoy vamos a ver un aspecto también inicial y pano-
rámico, pero sobre el cual, ensamblando con lo que
ya vimos, y lo que Dios mediante veremos, ésta irá
quedando cada vez más clara. Hoy necesitamos de
la Palabra de Dios, algunas diferencias claras, aun-
que relacionadas; son diferentes cosas, que a veces
en la historia de la Iglesia las hemos mezclado, y a
veces las hemos confundido, y por esa razón a veces
quedamos patinando en las cosas; y si las leemos
despacio y viendo sus relaciones con otros pasa-
jes, entonces estas cosas van a diferenciarse. Hay
cosas que tienen que diferenciarse, por ejemplo: el
espíritu del alma; a veces ha sido confundido en la
historia de la Iglesia, y por eso es necesario diferen-
ciar también otras cosas en este asunto de Gracia y
Reino que es lo que estamos tratando.
Sinergismo.-
Entonces volvamos ahí, porque era necesaria
esta digresión para aprovechar bien el concepto de
colaboración, y después incluso tendremos que ver
otras cositas, pero vamos poco a poco. Entonces se-
guimos ahí en primera a los Corintios en el capítulo
3. “Porque nosotros somos colaboradores de Dios”,
palabra valiosa, palabra en la que hay que insis-
tir. Hoy en día voy a decir esto, que son cuestiones
teológicas, pero es necesario que los hermanos las
sepan; los que ya lo saben, pues, amén; y los que
son más nuevitos necesitan saberlo. Existe al inte-
rior de la historia de la teología una discusión en-
tre, vamos a decir, dos escuelas; una escuela que
se llama monergismo, y otra escuela que se llama
sinergismo. Monergismo viene de dos raíces grie-
gas: “mono” que no es el macaquito, sino que signi-
Soberanía y Carácter.-
Fíjese, el Señor es Todopoderoso y también el
Señor es Soberano; no podemos negar que Él sea
soberano. No había nada, pues Él hizo todo, y Él es
el Todopoderoso, y Él es el dueño de todo; pero el
todo-poder de Dios está moderado por el carácter
de Dios; por eso decimos ¿qué tal que Dios hubiera
sido el diablo? ¡Terrible!, ¡crear creaturas solo para
torturar y destruirlas! Gracias a Dios que Dios
no es el diablo; el diablo es una creatura que se
enloqueció; pero Dios es el verdadero Dios. Dios es
Delegación y Colaboración.-
Entonces Dios empieza a delegar autoridad a
algunos, ahí a la derecha, algunos en el sur; y de
ahí comienza a subir por una escalera en forma
de caracol; es como decir vuelve y juega, vuelve
y juega, vuelve y juega, y así va subiendo de la
primera cámara que tiene cinco codos de ancho a la
segunda que tiene seis, más ancho, y después sube
a la tercera que tiene siete, ahora sí tiene la plenitud
confiada, pero empieza desde abajo y empieza dando
Fundamento y Sobreedificación.-
Galardones.-
Este con su mina produjo diez minas, así que
por eso ahora le voy a confiar diez ciudades; antes
le confió una mina, pero ahora le dio diez ciuda-
des, diez ciudades; en lo poco fue fiel aquí entre
la primera y la segunda venidas, sobre mucho le
pondré en el Milenio; incluso aquí mismo ya le va
dando cada vez más en la medida en que confía en
el Señor; la persona se va haciendo administrador
confiable para el Señor, por eso debemos decirle al
Señor: “Señor, yo en mi mismo no sirvo para admi-
nistrar nada, pero quiero que tú me hagas un ad-
ministrador confiable”; y de pronto te deja una ca-
ñita, y no te imaginas que todos los ángeles te están
mirando para ver qué haces con eso. Una señora
usaba el libro de Apocalipsis como papel higiénico,
Pérdidas.-
SOMBRA DE CRISTO
Oración.-
En Colosenses 2.-
[173]
de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de
venir; pero el cuerpo es de Cristo.” Es un pasaje
precioso en esta carta en la cual Pablo tiene que
luchar principalmente con las dos fuerzas, por una
parte la de los judaizantes, que querían hacer al
pueblo cristiano convertirse en judíos y entrar en
todos los ritos y estatutos que ellos tenían, algunos
provenientes de la palabra de Dios y otros de sus
propias tradiciones, como lo denuncia el Señor
Jesús; y el otro bando que estaba por el otro lado,
por el otro extremo, pero que también era peligroso,
era el gnosticismo insipiente, de una serie de
ángeles intermediarios arcontes, y Pablo empieza a
llevar a las personas directamente a Cristo. En este
pasaje, más adelante, si ustedes lo ven hasta aquí,
en el verso 16 y 17 que leímos, él está golpeando
a los judaizantes, y en los siguientes versos
especialmente el 18 y el 19, incluido lo demás, el
golpea el gnosticismo.
Oración final.-
Oración.-
Oremos al Señor:
[215]
abiertos al soplo y la enseñanza de Tu Santo Espí-
ritu. Señor, espanta todo otro espíritu que quiera
acercarse, y reina entre nosotros, en el Señor Je-
sús. Con confianza, Señor, abriremos Tu Palabra
procurando entenderte y estar atentos a Ti en nues-
tro espíritu; que Tú nos puedas hablar por Tu Pa-
labra, y que nosotros podamos, Señor, entenderla
bien. Aumenta nuestra luz, nuestro nivel de vida en
el Espíritu, en el nombre del Señor Jesús. Amén.
De Eternidad a Eternidad.-
Entonces vamos a hacer un seguimiento en la Pa-
labra de Dios; quizá no lo podamos hacer del todo,
porque es muy amplia la Palabra, pero por lo me-
nos de los principales puntos donde el Señor habla
del Reino, para ver a qué se refiere. Entonces antes
de empezar a leer algunas cosas, yo quisiera recor-
dar que hay lugares en la Biblia, por ejemplo en
Daniel, por ejemplo en los Salmos, donde se habla
del Reino eterno y también sempiterno, que son dos
palabras sinónimas: sempiterno es para siempre ja-
más, o sea, es el Reino eterno de Dios; Dios reina de
eternidad a eternidad; ese es un primer aspecto del
Reino: Dios reina de eternidad a eternidad. Así que
cuando nosotros hablamos del Reino de Dios, nos
estamos refiriendo primeramente a ese Reino eter-
no o sempiterno donde dice la Escritura: Dios reina
de eternidad a eternidad; no hay ningún momento,
ningún paréntesis donde Dios no reine, como he-
mos cantado ahora, “Jesucristo siempre reinará”;
y estamos hablando ya del Hijo de Dios encarnado,
Variaciones claves.-
Entonces por eso podemos decir que el Reino de
Dios es de eternidad a eternidad; pero ahora yo qui-
siera que en unos minutos alcancemos a ver tres
versos. Vamos a comparar unas palabras del Señor
Jesús; acuérdense, toda la Biblia es inspirada por
Dios. Para entender estas variaciones en las citas
tenemos que tener en cuenta lo siguiente: Digamos
que un predicador, cuando predica sobre un tema,
a veces el Espíritu Santo le indica que lo predique
acá, y que lo predique allá, y también acullá; como
dice Pablo: “así enseño en todas partes y por todas
las Iglesias”; o sea que seguramente él tenía que
SALVACIÓN TRIPARTITA
Oración.-
[257]
esperamos confiadamente en Ti; contamos contigo
en el precioso nombre del Señor Jesucristo. Amén.
El Tribunal de Cristo.-
Hoy vamos a entonces a dar continuidad; todo
lo que estamos viendo es en continuidad, todo está
relacionado. Vamos a empezar por Romanos en el
capítulo 14 a mirar una expresión que gracias a
Dios en estos tiempos el Espíritu Santo ha estado
enfatizando, especialmente desde nuestro hermano
Robert Govett, que fue uno de los que comenzó a
rever estas cosas, que ya Pablo y los demás apósto-
les después del Señor Jesús, por el Espíritu Santo,
habían estado introduciendo, pero que a veces en la
historia de la Iglesia, por períodos se pierden ciertas
verdades, pero cuando llega el momento necesario,
el Espíritu Santo las vuelve a desenterrar y las vuel-
ve a desempolvar y las vuelve a poner delante de
nosotros. Porque se necesitan todas las verdades de
la Biblia, que forman una sola cuando ellas están
en relación unas con otras.
La vida biológica.-
Y a la vida del cuerpo se le llama en la Biblia:
“bios”. ¿Recuerdan a aquella viuda que tenía unas
moneditas, que eran su sustento?, la palabra dice
su “bios”; o sea nosotros tenemos que alimentar-
nos para poder subsistir, y lo que ella tenía para su
sustento, era el sustento de su vida biológica; su
bios fue lo que ella ofrendó al Señor; los otros ofren-
daban lo que les sobraba; en cantidad era mucho
más, pero en significado era menos porque ellos no
estaban dando su sustento, sino lo que les había
sobrado, en cambio aquella viuda estaba dando su
Lavamiento de la regeneración.-
PARUSIA, RESURRECCIÓN,
Milenio Y JUICIO
Tribunal de Cristo.-
[289]
Aquí, como en Romanos 14, vuelve a hacer men-
ción del tribunal de Cristo; y rápidamente quiero
recordarles que esa palabra proviene de la palabra
bema en el griego, que significa un tipo de tribunal
familiar, cuando la familia se reunía para ver qué
había hecho la familia, por el nombre, por el ape-
llido de la familia y aquellos que habían honrado el
apellido eran honrados en la familia y aquellos que
habían deshonrado el apellido de la familia, eran
reprendidos en familia, pero era una cuestión de
familia. No se está tratando de juzgar si la persona
es salva o no es salva, este es el tribunal de los sal-
vos, tiene que ser salvo para poder pasar por este
Tribunal, o sino no va a resucitar todavía. Vamos a
ver que hay un tiempo para la resurrección de los
muertos, que aparece en la 1a. Corintios, que es
interesante que lo veamos. 1a. Corintios 15:20-23.
Acuérdense también al tener en cuenta este pasaje,
que cuando vimos lo relativo a la sombra de Cristo
que vimos en Colosenses, en aquellas cuestiones de
comidas, bebidas, sábados y fiestas, ten en cuenta
que en esos días de fiestas, los siete días de fiesta
escogidos por Dios en el ciclo litúrgico anual de Is-
rael, todas las siete son sombra de Cristo. La Pas-
cua es sombra de Cristo en un aspecto, Su muer-
te, derramamiento de Su sangre por nosotros; los
Panes sin Levadura también representan a Cristo,
Jesús tomó ese Pan y dijo “este es mi cuerpo”, pero
ahora es como alimento. La parte de la Pascua es el
aspecto Jurídico de la muerte de Cristo, y la parte
de los Panes es el aspecto orgánico. Él murió por
nosotros, pero también hace algo en nosotros: Él
nos sustenta; no solo se derramó la sangre, sino
que también había que comer del cordero con esos
Primicias.-
Pero juntamente con esas dos fiestas, venía una
tercera, porque formaban un grupo estas tres. La
Pascua, Los Ázimos o Panes sin Levadura y las Pri-
micias; luego las otras tres finales también forma-
ban otro grupo: Las Trompetas, Yom Kippur o Día
de la expiación, Sucot o Las Cabañas. Entonces
como en el Candelero usted veía que había tres bra-
zos a un lado y tres brazos al otro lado y en el centro
aquella caña central que sostenía al Candelero, el
ministerio terrenal de Cristo y el ministerio Celes-
tial de Cristo, entonces ustedes pueden ver que en
un lado estaba Pascua, Ázimos, Primicias. Enton-
ces ya con las Primicias resucita en la tierra, apare-
ce en la tierra, establece cosas en la tierra, pero se
va para el Cielo y derrama el Espíritu Santo, y esta
es la número cuatro, ahí en el medio. Luego van
las otras tres fiestas: Trompetas, donde el Señor es
anunciado, la Cabeza de la Iglesia que rige todo;
luego viene Yom Kipur, el día de la Expiación; pero
si Él ya había muerto ¿por qué expiación?, porque
esa expiación hay que aplicarla desde la ascensión,
porque el Señor asciende y presenta la sangre en
el Propiciatorio que está en el lugar Santísimo en
el Cielo y desde ahí es el abogado y mediador e in-
tercesor a favor de Su pueblo y también para con
Nuevo grano.-
“16Hasta el día siguiente del séptimo día (Domingo)
de reposo contaréis cincuenta días (Pentecostés)
entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová”.
¿Y cuál es el nuevo grano?: es el fruto del grano
plantado que es el Señor, el Señor es el grano de
trigo y nosotros somos la gavilla de trigo, ese es el
nuevo grano, el pueblo de Dios es el nuevo grano.
Pero resulta que en el pueblo de Dios, una parte
viene de los Judíos de Israel y otra parte viene de
ese otro pueblo que el Señor le había dicho a Israel
mismo: “Israel tú me provocaste a celos, yo te voy
a provocar también a celos con otro pueblo que no
es pueblo” y tomó un pueblo de entre los gentiles y
desde ahora en la Cruz ya no hay Judíos ni Gentiles.
Antes pensaban los Judíos que eran ellos solos,
pero ahora les tocó aguantarse a los Gentiles; y dice:
“ninguna diferencia hizo entre ellos y vosotros”, les
dio el Espíritu Santo a ellos en la casa de Cornelio
igual que a nosotros en Jerusalén; y dice: no hay
diferencia, porque en la Cruz ya no hay más Judíos
ni Gentiles. Entonces mire lo que dice acá, por eso
el Señor toma dos panes del nuevo grano. Dios
dejó la puerta abierta en Jope y todos los gentiles
que van a peregrinar a Israel entran por Tel Aviv,
que es Jope y ahí está el aeropuerto internacional
donde todo el mundo entra por Jope; y en el tiempo
de Salomón la madera de los gentiles que venía a
PESO DE GLORIA
2a. Corintios.-
Vamos a leer de la segunda epístola de Pablo a
los Corintios, el capítulo 4. En el verso 6 hablé que
el Dios que mandó “que de las tinieblas resplande-
ciese la luz”, el Dios único, ese “que resplandeció en
nuestros corazones para iluminación del conocimien-
to de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”, no es
cualquier cosa la que habla aquí; es realmente para
seres humanos llenos de debilidades; es por eso
que Él dice “pero”, como para calmarnos un poqui-
to la exaltación y ponernos con los pies en la reali-
dad. Tenemos gloria, pero también somos un vaso
de barro; tenemos este tesoro de Dios iluminando
nuestros corazones, y la gloria de Dios iluminan-
do en la faz de Jesucristo, y Jesucristo formándose
en vasos de barro; Tenemos este tesoro en vasos de
barro; o sea que en los hijos de Dios hay estas dos
cosas. Esto es bueno saberlo, ya que muchas ve-
ces algunos hermanos no saben que nuestra carne
no mejoró nada cuando recibimos al Señor; que lo
que recibimos fue al Señor para luchar con nuestra
carne, su Espíritu para fortalecernos en el comba-
te contra nosotros mismos; pero nosotros mismos
somos un vaso de barro. Entonces a veces un her-
mano que es un verdadero hermano, un verdadero
hijo de Dios, que no conoce lo que dice la Escritura,
de pronto encuentra una debilidad en sí mismo y se
cuestiona si acaso es o no hijo de Dios, si realmente
[335]
se convirtió; es porque descubre que es un vaso de
barro y que en su carne mora el pecado; y si esta-
mos en nosotros mismos, le damos lugar al pecado.
Si estamos en Cristo y en el Espíritu somos victorio-
sos sobre la carne. Esto es bueno recordar para que
sepamos que en nosotros mismos está todo mal,
pero el Señor vino a salvar lo que se había perdido, y
estando muertos nos dio vida, nos limpió con Su san-
gre, nos limpia de toda maldad, nos da Su Espíritu;
pero pone Su Espíritu para combatir con la carne
que no mejoró; solo lo será el día de la resurrección
y de la transformación de nuestros cuerpos; ahí sí
ya estaremos libres de este cuerpo de humillación;
así lo llama Pablo en filipenses; recibiremos un cuer-
po semejante al de la gloria Suya.
Torta no volteada.-
Dios se propuso llevar muchos hijos a la gloria y
por lo tanto Él tiene que darnos peso de gloria; y la
manera en que Él nos da peso de gloria, es a través
de los problemas que pasamos; por eso Él lo per-
mite, tenemos que entender a Dios y lo que Él está
haciendo. Fíjese en la frase “un cada vez más exce-
lente”, ¿qué es “cada vez”? cada vez es un proble-
ma, cada vez es un desafío, cada vez puede ser una
dificultad; no sabemos por qué lado nos venga el
desafío; depende de dónde estemos crudos. Vamos
a ver lo que dice Oseas capítulo 7 verso 8 “Efraín
se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín fue
torta no volteada”; esta es una palabra del Espíritu
de Dios que la utiliza para revelarnos cosas. La ex-
presión “torta no volteada” alude a cuando alguien
está haciendo una torta; primero hay que tener la
flor de harina y eso es de una molienda; entonces
quebrar la cáscara externa del hombre exterior que
Indolencia tratada.-
Vamos a Jeremías capítulo 48 desde el verso
10:“10Maldito el que hiciere indolentemente la obra
de Jehová, y maldito el que detuviere de la sangre su
espada”. O sea que la espada tiene que llegar hasta
la sangre, es decir, poner el punto sobre la i, porque
a veces nosotros hacemos lo que hizo Saúl, le per-
donó la vida a Agag; tenía que haber terminado con
todo, sin embargo no lo hizo. Entonces a Dios no
le gusta ni que nos pasemos de la raya ni que nos
Cuerpos de Gloria.-
Entonces tenemos dos testigos de la Palabra
que compartimos; ahora volvemos a 2a. Corintios
4 y dice: “porque esta leve tribulación momentánea
produce...”; no huyamos de la leve tribulación
momentánea, ya sea de la quebrada de la cáscara,
ya sea de la amasada con aceite, ya sea de la
horneada, ya sea de la pinchada, o la de cambio de
puesto dentro del horno; no huyamos porque así
nos demoramos más; dispongámonos en las manos
del Señor. Entonces dice: “esta leve tribulación
momentánea produce en nosotros un cada vez más
excelente y eterno peso de gloria”. Note que cada
una de estas tribulaciones o molestias es para un
cada vez mayor peso de gloria; y aquí entonces
tenemos que ir a otro pasaje que está en 1a.Corintios
15: “35Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los
muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? 36Necio, lo que
tú siembras no se vivifica, si no muere antes. (Nótese
que aquí habla que la muerte es la que le da lugar
al paso de la nueva vida) 37Y lo que siembras no es
el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya
sea de trigo o de otro grano; (A veces siembras dolor,
ESTADIOS DE LA GEHENA
Palabra Seria.-
La parte de la Palabra que vamos a estar conside-
rando hoy, es una palabra bastante seria; creo que
es una palabra de las más serias que habló el Señor
Jesús. Y vamos a constatar que las habló el Señor
Jesús; pero no es la única palabra; es una palabra
que es uno de los capítulos del Evangelio de Dios y
que debe ser colocada dentro de todas las demás, y
las demás deben de estar presentes, aunque no las
estemos también hablando.
[357]
entonces pueden producirse desequilibrios; por eso
desde el principio estuvimos procurando ver de ma-
nera panorámica y ver el aspecto del Evangelio de
la Gracia y también del Reino, que no es otro tema.
Y la última que tocó es la que hoy vamos a tocar
nosotros. No estoy haciendo necesariamente una
repetición, pero tampoco puedo dejar de predicar la
palabra de Dios, la que es, y que el Espíritu Santo
colocó en mi corazón: dejar esto también para el
final, pero es palabra de Dios; ustedes van a ver si
lo es; es su responsabilidad examinar estas cosas
y no comérselas crudas ni enteras, sino probarlas
con la Biblia. Pero como yo sé que algunas cosas
dejan preguntas, por eso apelo a las otras cosas que
se han enseñado, y no solo hoy, y no solo en este
retiro, sino también en los anteriores.
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