Oraciones de Bendiciones
Oraciones de Bendiciones
Oraciones de Bendiciones
Acto Penitencial
Exorcismo de la sal.
Te exorcizo criatura sal, por Dios + vivo, por Dios + verdadero, por Dios +
santo; por Dios, que dio a su profeta Eliseo la orden de echarte en el agua para
sanar la esterilidad, para que seas sal bendita para el bien de los creyentes, y
que seas salud de cuerpo y alma para todos los que te consuman. Que escapen
y se alejen del lugar donde estés derramada toda presencia, malicia y engaño
de la astucia diabólica, todo espíritu impuro conjurado por aquel que vendrá a
juzgar los vivos, los muertos y el mundo por el fuego. Amén.
Oremos. Dios Padre Nuestro que por el bien del género humano has
establecido sobre la sustancia de las aguas grandes signos, escucha
favorablemente nuestras súplicas y llena de la virtud de tu Bendición este
elemento preparado para diversas purificaciones. Que tu criatura, sirviendo a
tus misterios, reciba la eficacia de la gracia divina para expulsar los demonios y
arrojar de si las enfermedades. Que todo lo que se rocíe con ella, en las casas y
en las tierras de tus fieles esté libre de toda mancha y libre de daño. Que no
resida el espíritu portador de la peste, que no corrompa el aire, que se alejen
todas las astucias del enemigo escondido y si hay algo que ataque la
integridad o el reposo de los habitantes, que este algo, sea puesto en fuga por
la aspersión de este agua, para que la salubridad obtenida por la invocación a
tu Santo Nombre sea defendida contra todo ataque. Por Nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por
los siglos de los siglos. Amén.
Aquí se pondrá por tres veces la sal en el agua, haciendo tres señales de la
cruz. Que sea mezclada la sal y el agua igualmente:
Oremos. Dios Padre Nuestro, fuente de fuerza invencible, Rey a quién nadie
excede en su imperio, triunfante siempre magnífico, que reprimes las
violencias del poder adverso, que vences la crueldad del enemigo rabioso, que
sometes con poder la maldad del enemigo, humildes y temblorosos, Señor, te
suplicamos y te pedimos: dígnate mirar estas criaturas agua y sal, en tu
benevolencia purifícalas, santifícalas por el rocío de tu piedad, para que por la
invocación de tu Nombre, en cualquier lugar que sean esparcidos, todo ataque
del enemigo sea rechazado. Que sea arrojado lejos el terror de la serpiente
venenosa, y cuando imploramos tu misericordia, que la presencia del Espíritu
Santo se digne manifestarse por todas partes. Por Nuestro Señor Jesucristo tu
Hijo que vive y reina contigo en unión del Espíritu Santo por los siglos de los
siglos. Amén.
Bendición del aceite
Señor Dios Padre Nuestro, desde el alto del cielo, dígnate enviar tu Espíritu
Santo Consolador sobre este aceite de oliva que te has dignado producir a
partir del árbol verde para la refección del espíritu y del cuerpo. Que por tu
santa + bendición sea protección del espíritu y del cuerpo para todos aquellos
que serán ungidos con el aceite perfumado del remedio celeste, que haga
desaparecer todo dolor, toda debilidad, toda enfermedad espiritual y física. Y si
algún mal causado por los espíritus malignos se apega a ellos, que salgan por
el toque o la absorción de este aceite santificado. Que no se deje ningún lugar
a los espíritus malignos, ninguna facultad de actuar a fuerzas fugitivas,
ninguna licencia a los que tienden trampas de un mal secreto. Por Nuestro
Señor Jesucristo tu Hijo que vive y reina contigo en unión del Espíritu Santo por
los siglos de los siglos. Amén.
Señor Jesucristo, Hijo del Dios Vivo, te pedimos que bendigas + estos cirios. Tú
que los has dado al género humano para rechazar las tinieblas, derrama sobre
ellos, por la virtud de tu Santa + Cruz, la bendición celestial. Sí, que por el
signo de tu Santa + Cruz, esta bendición haga que en cualquier lugar donde
estos cirios sean encendidos o puestos sean expulsados los príncipes de las
tinieblas, que tiemblen de espanto y huyan despavoridos con sus fanatismos
lejos de estos lugares y que no sigan pretendiendo molestar ni atormentar a
quienes te sirven. Tú el Todopoderoso que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
Dios Padre Nuestro que santificas todo por medio de tu Palabra, derrama tu
bendición + sobre esta criatura (designar el objeto a bendecir) y haz que todos
los que la usen con reconocimiento de tu ley y tu voluntad, reciban de Ti, por la
invocación de Tu Santo Nombre, la salud del cuerpo y la seguridad del alma.
Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
Señor Dios Padre Nuestro, que eres infinitamente bueno e infinitamente santo,
Tú que has rescatado el mundo por la Preciosísima Sangre de Tu Divino Hijo
Jesús derramada en la Cruz, dígnate + bendecir y + purificar este/a (…) Te
pedimos humildemente que liberes este (objeto) de todo poder, vínculo,
maldad o infestación de espíritus diabólicos. Dígnate preservar siempre a tus
hijos para que puedan alabarte y testimoniarte en la alegría y serenidad. Por
Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición de un vehículo
Bendición de Medicamentos
Dios Altísimo, Padre Nuestro que velas sobre las cimas, sobre los llanos como
sobre los abismos, Tú que estás en cada criatura, dígnate santificar + y
bendecir + este medicamento. Derrama sobre él tu bendición para que toda
influencia diabólica sea expulsada y aniquilada de las criaturas que lo tomen.
Por tu virtud santísima, tu bendición sobreabundante y por el signo de la Santa
+ Cruz. Que por el mérito de la Pasión y de la Cruz + de tu Hijo, por el que nos
has dado la vida, este remedio reciba tal virtud que pueda expulsar y desviar
de tu servidor que lo tome todos los espíritus impuros, toda magia, todo rito,
lazo, suerte y maleficio y le haga llegar a la curación completa. Por Nuestro
Señor Jesucristo tu Hijo que vive y reina contigo en unión del Espíritu Santo por
los siglos de los siglos. Amén.
Señor Jesucristo, Salvador del género humano, santifica + por tu poder estos
escapularios que por tu Amor y por el amor de Nuestra Señora del Monte
Carmelo, tus servidores y servidoras llevarán devotamente. Que por la
intercesión de la misma Virgen María, tu Madre sean preservados contra el
espíritu del mal y perseveren hasta la muerte en tu Gracia. Tú que vives y
reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.
Recibid este escapulario bendito y rogad a la Santísima Virgen obtener que por
sus méritos, lo llevéis sin mancha, que os defienda en toda adversidad y os
acompañe hasta la vida eterna. Amén.