Derecho Comercial General Parcial

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DERECHO COMERCIAL GENERAL.

UBICACIÓN DEL DERECHO COMERCIAL.


En el plano general del Derecho localizamos al Derecho Comercial en una de las subdivisiones del Derecho Privado, por eso se dice que el Derecho
Mercantil es la continuación del Derecho Privado, el cual estudia en toda su extensión las relaciones jurídico patrimoniales de las personas entre sí y las
regula a través del Derecho Civil y el Derecho Comercial. El Derecho Civil estudia las relaciones jurídico patrimoniales entre personas naturales y jurídicas
no comerciantes. A su vez el Derecho Comercial estudia las relaciones jurídico patrimoniales entre personas comerciantes, en otras palabras, estudia las
relaciones comerciales.
El Derecho Comercial vincula principios que gobiernan el Derecho Privado y adopta normas del Código Civil para resolver cuestiones comerciales.
Ej.: Arts. 12 y 822 C.Co.
Existen discusiones frente a la iniciativa de unificar las relaciones de Derecho Civil y Comercial en un solo estatuto, eliminando las dos vertientes del
Derecho Privado, estas tendencias han dado resultados distintos. Unas legislaciones aceptan la dualidad de Códigos y otras unifican y aceptan la existencia
de un solo código para el Derecho Civil y Comercial; tal es el caso de Inglaterra, Estados Unidos, Rusia, Suiza, Polonia, etc. Otros países aceptan códigos
diversificados como Francia, España, Portugal, Alemania y la mayoría de países suramericanos, aclarando que entre los países que aceptan esta
legislación, unos países aceptan el Código Mercantil con criterio objetivo, otros con criterio subjetivo, y uno con criterio eclético (mixto).
Entre los países que aceptan el criterio objetivo predomina el acto de comercio por encima de la persona comerciante, así lo sea o no.
Ej.: Código de Comercio Francés.
En cambio, el código con criterio subjetivo como el código alemán, hablan de un Derecho profesional, porque la persona comerciante está por encima del
acto de comercio. En los códigos mixtos se combinan estos criterios, tal como ocurre en los países latinoamericanos incluida Colombia.

CONCEPTO DE DERECHO COMERCIAL.


Aceptando los criterios objetivo y subjetivo, la doctrina define al Derecho Comercial como una rama del Derecho Privado que regula los actos de comercio,
la organización de las empresas, la actividad del comerciante individual y colectivo y los negocios que recaen sobre cosas mercantiles.
Hoy el Derecho Comercial se lo concibe bajo la estructura empresarial, se toma al comerciante como empresario, y es el Art. 25 C.Co. el que define
empresa como una persona natural o jurídica que por medio de sí o de otro ejercita una actividad económica dirigida a la producción, transformación,
administración, mediación de bienes o prestación de servicios.
La palabra comercio se puede aplicar individualmente o a un número de comerciantes adscritos a un sitio.
Igualmente, el comercio se refiere a varias operaciones, no solo a la compraventa, está el comercio bancario, de bolsa de valores, de seguros, comercio
exterior, comercio marítimo, en fin; refleja una industria que consiste en comprar o vender, cambiar para obtener una utilidad (Arts. 25, 98 y 515 C.Co.).

EL COMERCIO Y LA ECONOMÍA.
Desde el punto de vista de la economía el comercio es una actividad económica. La economía estudia la producción, distribución y consumo de la riqueza.
A su vez la economía política no consiste solo en producir, busca que la riqueza circule con facilidad para satisfacer a la comunidad. El comercio saca las
cosas de la producción y por medio del cambio las pone al alcance del consumidor.
Existe un intermediario que obtiene las cosas de la producción y las coloca al alcance del consumidor a través el cambio. Ese intermediario es el
comerciante, quien ofrece una actividad de trabajo, cambia para comprar y vender obteniendo una utilidad utilizando el sistema de la economía política que
busca la circulación de la riqueza.

EL COMERCIO EN EL LENGUAJE JURÍDICO.


Se ha dicho que el comercio es una industria intermedia, una secuencia de la división del trabajo o la transformación de las riquezas por el hombre en sus
diversas facetas. El consumidor está en incapacidad de colocarse en contacto con el productor, necesita de un intermediario y éste es el comerciante, quien
debe actuar acatando ciertas reglas establecidas por el Estado. Desde ahí nace el comercio desde el punto de vista jurídico. En otras palabras, el comercio
es una industria intermedia entre productores y consumidores, y así regular esta industria para que cumpla con sus verdaderos fines.
En conclusión, la actividad mercantil debe estar sometida a normas y reglas trazadas por el Estado.

HISTORIA DE LA LEGISLACIÓN COMERCIAL.


El Derecho Comercial se edifica dentro de un proceso histórico evolutivo y no se puede confundir la historia del comercio con la historia de la legislación
comercial por ser un simple aparte de la historia del comercio, y a través del tiempo evoluciona a través de las siguientes etapas:
· Tiempos primitivos
· Edad media
· Edad moderna
· Tiempos de la codificación.

TIEMPOS PRIMITIVOS:
Cuando el hombre era nómada y llevaban una vida rudimentaria, obtenía sus productos de lo que le ofrecía la naturaleza, no existía la moneda ni el crédito
ni el cambio, no existía entonces un Derecho Mercantil, pues no existía comercio.
Cuando el hombre se vuelve sedentario, se agrupan en concentraciones sociales, en tribus y se celebra el cambio a través del trueque y nace una vida
comercial rudimentaria, regidos por la costumbre comercial.
En el periodo neolítico, el hombre se agrupa en tribus y se hace sedentario, y en el paleolítico aparecen la apetencia humana de aquellas cosas que
carecen y producen los demás, pero su ignorancia le impide el conocimiento de la actividad comercial, y es la fuerza y la violencia la manera de adquirirlas.
Marco Polo, viajero del siglo XIII, dijo haber visto funcionar en la ciudad de Kanfú (China) tribunales de comercio y decía que de tiempos remotos conocían
el papel moneda y la letra de cambio. A su vez el Código de Manú, libro sagrado de la India (siglos XIII y XII a.C.) regulaba el préstamo a la gruesa ventura,
que era un contrato de comercio de carácter aleatorio de transporte marítimo de mercancías, y si el buque se hundía, los comerciantes estaban obligados a
tirar su mercancía al mar sin retribución alguna del transportador o dueño del buque.
El comercio en Asiria y Babilonia tuvo gran importancia. Babilonia es llamada la ciudad de los mercaderes por el profeta Ezequiel en la Biblia, y se dice que
en tiempos remotos existían bancos y sociedades mercantiles, conocieron el contrato de préstamo, créditos nominativos y al portador, la letra de cambio y
crearon el sistema de pesos y medidas que el mundo heredó.
El pueblo judío ejerció el comercio bancario, y la Biblia aconseja a los judíos depositar sus talentos en los bancos, pues estos los devolverán doblados, y los
judíos hasta el momento eran dueños de la banca mundial.

EL COMERCIO EN GRECIA:
Esparta y Atenas ejercieron la navegación y el comercio marítimo formando un vasto imperio comercial, estas ciudades son ejemplo de comunidades
perfectamente organizadas con estructura rígida manteniendo la idea del poder y la diferencia de clases, pueblos esencialmente guerreros protegidos por el
dios de la guerra.
En Grecia ejerció el comercio en forma oscura el pueblo de los Metecos, que era una comunidad que vivía en una especie de servidumbre y antes de ellos
lo ejercían el pueblo de los Periecos que eran esclavos, existían jueces de comercio que resolvían las intrigas comerciales bajo principios de equidad y
buena fe. Ejercieron el comercio bancario bajo la protección del dios Apolo. Los comerciantes acudían al templo de Delfos y depositaban sus talentos al
sacerdote y los libros que llevaban constituían plena prueba del depósito.
En la ciudad de Rhodas (Grecia) se escribieron las leyes Rhodias, que fueron las primeras normas legislativas que rigieron en la edad antigua, basadas en
principios de equidad y buena fe que regulaban el comercio marítimo y estas normas comerciales de carácter legislativo fueron incorporadas en el Derecho
Romano en el Digesto y textualmente señala: “Si yo tengo el mando del mundo ya los mares que imperen las leyes Rhodias por su justicia y equidad y en
cuanto no se opongan al Derecho Romano” (Digesto Libro XIV Título II).

EL COMERCIO EN ROMA:
Los romanos no legislaron en materia comercial, fueron los padres del Derecho Civil, miraban con desprecio las actividades mercantiles, el ciudadano que
poseía el IUS GENTIUM o el IUS CIVILE no ejercían el comercio, era una actividad de segunda clase que la ejercían los libertos, los esclavos y los
extranjeros.
El Derecho Romano copia las Leyes Rhodias y las incorpora al Digesto para regular asuntos mercantiles.

EL DERECHO COMERCIAL EN LA EDAD MEDIA:


Durante este periodo el Derecho Comercial bajo la codificación de la costumbre, es decir consuetudinario en la edad antigua y costumbrista en la Edad
Media, y rigen las siguientes costumbres mercantiles:
Las Reglas de Olerón: Son sentencias de la magistratura francesa escritas sobre pergaminos arrollados denominados rolos o rollos y así también se
llamaban los contratos de tripulación de los buques escritos en un libro especial denominado el rol de la nave, de allí jurídicamente su nombre. Se trata
jurídicamente, resumido en sentencias de 57 artículos que regulan el comercio del mar.
El Consulado del Mar: Es un cuerpo de leyes y costumbres marítimas más importantes que las Reglas de Olerón. Se consideraron como la ley universal del
comercio marítimo, y las actuales legislaciones de Inglaterra, Francia y España se fundamentan en el Consulado del Mar, que se publican por vez primera
en Barcelona en 1494. Consisten en una colección de doctrinas divididas en 252 capítulos, constituyendo el principal monumento al Derecho Comercial
Moderno.
Las Ordenanzas de Wisby: Son un conjunto de costumbres comerciales que regulan el Derecho del Mar, recogidas en el siglo XII y publicadas en 1505 sin
ningún carácter legislativo.

EL DERECHO COMERCIAL EN LA EDAD MODERNA:


Comienza en el siglo XV con la toma de Constantinopla por los turcos, la toma de Granada por los Reyes de Castilla, el Descubrimiento de América por
Cristóbal Colón y el Nuevo Camino de Oriente por Vasco de Gama en 1497 y surgen las siguientes instituciones comerciales:
El Gallardete del Mar: En la ciudad de Ruens (Francia) surgen una serie de recopilaciones alusivas al comercio del mar en el siglo XVI y hablan del seguro
marítimo, del rol de la nave y de las obligaciones y derechos de los navegantes, costumbres que posteriormente contribuyeron a la redacción del Código de
Comercio de Napoleón.
Ordenanzas de San Sebastián de Bilbao: Expedidas por la Universidad o casa de la Contratación de la ciudad de San Sebastián de Bilbao (España),
aparecieron en el año de 1500 y es el primer cuerpo legislativo mercantil del Derecho Español, habla del comercio marítimo y terrestre y rigen en España
hasta 1829, fecha en la cual se escribió el primer Código de Comercio de España, escrito por el famoso Pedro Sáenz de Andino. Obligó a los comerciantes
a llevar libros de contabilidad, las sociedades debían constituirse por documento solemne (escritura pública y registro comercial) y declaró la solidaridad de
las partes en la letra de cambio.
PERIODO DE LA CODIFICACIÓN:
Se escribió el primer Código de Comercio del mundo con fundamento al Derecho Positivo y eminentemente legislativo, llamado el Código de Comercio de
Napoleón de 1807, fecha memorable para la historia de la legislación comercial universal. Es sin duda el padre de todos los otros códigos mercantiles que
le precedieron. Es que la mayor parte de códigos europeos están fundamentados en el código de Napoleón de 1807, a pesar de que Napoleón lo impuso en
sus conquistas.
Este código tiene características trascendentales. Dejó de ser el código de los comerciantes y creó el estatuto de los actos de comercio, esto es creó el acto
de comercio objetivo e igualmente señaló qué actos no son comerciales. Consta de 648 artículos dividido en cuatro libros: del comercio en general, del
comercio marítimo, de la quiebra y de la jurisdicción comercial. Posteriormente España escribió su primer Código de Comercio en 1829, obra del famoso
Pedro Sáenz de Andino, el que sirvió de base para la redacción del código de Chile y varios países de América del Sur entre ellos Colombia.

HISTORIA DEL COMERCIO EN LA REPÚBLICA DE COLOMBIA

Colombia fue conquistada por el Imperio Español y debe tenerse en cuenta entonces los periodos de la Conquista, la Colonia y los primeros años de vida
independiente, presentándose los siguientes periodos:
1. VIGENCIA DE LAS LEYES ESPAÑOLAS: Cuando estábamos dominados por España, en Colombia se aplicaron el Libro de las Siete Partidas, la
Recopilación de las Leyes de Indias, las Ordenanzas de San Sebastián de Bilbao y la Novísima Recopilación de Castilla. Todas estas leyes españolas
rigieron en Colombia hasta el año de 1853, fecha de expedición de nuestro primer Código de Comercio. Durante la vigencia de las leyes españolas España
se reservó para sí el comercio de sus colonias e inspeccionaba y vigilaba los buques que zarpaban a estas tierras, y para ello creó la Casa de Contratación
de Sevilla, que era lo mismo que un registro de mercancías que entraban y salían de sus colonias, pues a todo extranjero España le prohibió ejercer el
comercio en sus colonias, como también viajar a estas tierras.
2. PERIODO DE LAS LEYES NACIONALES O INTERMEDIO: A raíz de la independencia colombiana se expide la Constitución de 1821 que declara en
vigencia las leyes que hasta la fecha han regido en todas las materias que no se opongan a la Constitución ni a las leyes que expidiere el Congreso, se
consagró que rijan las leyes existentes o de la metrópoli siempre que no se opongan a la Constitución o a la Ley vigente nuestra. Aparece también el
Código de Procedimiento Civil el 13 de mayo de 1825 que estableció la jerarquía que debía observarse en la aplicación de las leyes dando prelación a la
Constitución y a la Ley que expida el Congreso y a falta de norma nacional se aplicarían las pragmáticas, decretos y ordenanzas del Gobierno Español.
3. PERIODO DE LA CODIFICACIÓN: Consistió en darse a la tarea de obtener una legislación propia para los independientes de España, lo que no fue
fácil. Ya se dijo que se expidió la Constitución de 1821, se expidió el primer Código de Comercio de 1° de junio de 1853 que reprodujo todo el articulado del
Código Español de Pedro Sáenz de Andino de 1829 y se derogan las Ordenanzas de Bilbao y todas las disposiciones sustantivas sobre comercio que hasta
la fecha han regido. En 1858 Colombia crea una nueva Constitución Política y creó los Estados Federativos, dejando en libertad a cada ciudad o Estado
para expedir su propia legislación, con excepción de la marítima y el comercio exterior que era de competencia del Gobierno General. Posteriormente
aparece la Constitución de 1886, que permite volver a la República unitaria, se eliminan los Estados Federativos de la Unión para convertirlos en
departamentos, intendencias y comisarías. Finalmente tenemos la Constitución de 1991, la que crea la Acción de Tutela y las acciones de grupo por
violación a derechos fundamentales y otorga a Colombia la libertad de cultos entre otras modificaciones.

FUENTES DEL DERECHO COMERCIAL.

LEY COMERCIAL:
La legislación comercial (la norma escrita) constituye la primera y la más importante fuente del Derecho Mercantil. Es la fuente por excelencia, la fuente
relevante que crea el Derecho Comercial. La ley proviene de un acto de voluntad político y siempre es una manifestación reflexiva del Derecho. El Art. 4
C.C. define la ley como declaración de la voluntad soberana manifestada en la forma prevenida en la Constitución Nacional. El carácter general de la ley es
mandar, prohibir, permitir o castigar.
La definición de ley que formula el Código Civil no se ajusta a los nuevos criterios de nuestra actual Constitución Nacional de 1991 y tan evidente es lo
anterior que al respecto el Consejo de Estado ha señalado: “la voluntad soberana es primaria, incondicionada y autónoma, se manifiesta libremente y
excluye toda posibilidad de sometimiento a un poder superior (la Constitución). La ley está sujeta a la Constitución que es el ordenamiento supremo y
fuente prístina de la legitimidad. En la ley la voluntad no es soberana, puesto que es susceptible de anularse total o parcialmente a petición de cualquier
ciudadano por vía de acción y cualquier juez de la República puede dejar de aplicarla en los casos particulares cuando estime que es contraria a los
preceptos constitucionales. Por eso la ley es un mandato secundario, subordinado, derivado y dependiente”.
La ley comercial es regla obligatoria dictada por el legislador para regular los asuntos de comercio y la profesión de comerciante. El Art. 1° C.Co. Dice que
“los comerciantes y los asuntos mercantiles se regirán por las disposiciones de la ley comercial, y los casos no regulados expresamente en ella serán
decididos por analogía de sus normas”. A su vez el Art 2° C.Co afirma que “en las cuestiones comerciales que no pudieren regularse conforme a la regla
anterior, se aplicarán las disposiciones de la legislación civil”. De lo anterior se concluye que la ley comercial debe aplicarse en forma preferente y exclusiva
para resolver asuntos de comercio y en los casos no previstos la analogía.
La analogía es un procedimiento lógico de interpretación que se basa en el carácter general y abstracto de toda norma legal y ante la ausencia de
disposiciones que regulen una situación determinada se aplicarán las que regulen casos semejantes. Otra aplicación de la analogía es el Art. 5 de la Ley
153 de 1887 vigente a la fecha que dice “cuando no haya ley exactamente aplicable al caso controvertido, se aplicarán las leyes que regulen casos o
materias semejantes, y en su defecto la doctrina constitucional y las reglas generales del Derecho”, disposición que se aplica con fundamento al Art. 822
C.Co.
El Art. 37 C.C. le señala al juez como deber decidir, aunque no halla ley exactamente aplicable al caso concreto o aquella sea oscura o incompleta para lo
cual aplicará las leyes que regulen situaciones semejantes y en su defecto la doctrina constitucional, las costumbres y las reglas generales de Derecho
Sustancial y Procesal.

CLASES DE NORMAS COMERCIALES:


Tomando en cuenta el carácter intrínseco de la normatividad mercantil se distinguen dos clases de normas: imperativas y dispositivas.
1. Normas imperativas: Estas por su carácter son de orden público en su triple dimensión: seguridad del Estado, moralidad de la comunidad y
protección a terceros. Son reglas que limitan el principio de la autonomía de la voluntad contractual. Son normas de obligatorio cumplimiento so pena de
nulidad de lo actuado y no admiten aplicación analógica porque se expresan en textos claros e inequívocos.
Ej.: Todas las normas de procedimiento, las que regulan los deberes del comerciante, los que fijan su capacidad comercial, etc.
2. Normas dispositivas: Tienen un carácter reglamentario y pueden ser dispositivas por vía principal y dispositivas que proveen por vía supletiva. Las
primeras tienen un carácter particular, proveen a cuestiones ajenas a la voluntad contractual como las normas comerciales que se refieren al
funcionamiento de ciertas instituciones comerciales que de modo directo o indirecto participan en las actividades económicas como las Cámaras de
Comercio, las Superintendencias, el Registro Comercial, Etc., y las segundas que proveen por vía subsidiaria o supletiva son aquellas que suplen el silencio
contractual, colman los vacíos que dejan los contratos. Estas normas dispositivas subsidiarias cobran valor jurídico en ausencia de disposiciones
contractuales que los contratantes hayan dejado en sus contratos.
Ejs.: El Art. 150 C.Co. Cuando no se partan utilidades, el Art 196 C.Co. En la administración de sociedades.
NORMAS CIVILES QUE INVOCA EL CÓDIGO DE COMERCIO.
Las normas de Derecho Civil que invoca el Código de Comercio representan el contenido de las normas en blanco. Esto es, dichas normas no son
comerciales, pero se aplican para resolver asuntos mercantiles.
En varias disposiciones el Código de Comercio invoca normas del Derecho Civil y rigen no porque sean normas comerciales destinadas a regir el comercio
sino porque son normas del Derecho Común llamadas a regir las especiales del comercio. Estas normas deben aplicarse en primer lugar porque se las
consideran normas imperativas que el Código de Comercio las invoca para los fines que expresamente las llama a regir. En este caso el Derecho Comercial
acredita las normas del Derecho Civil una función integradora para resolver vacíos o lagunas jurídicas en Derecho Comercial.
Hay muchas disposiciones que el Código de Comercio las invoca, por ejemplo:
a) El Art. 12 C.Co. Señala: “toda persona que según las leyes comunes tenga capacidad para contratar y obligarse, es hábil para ejercer el comercio; las
que con arreglo a esas mismas leyes sean incapaces, son inhábiles para ejecutar actos comerciales”.
b) El Art. 127 C.Co. se refiere al aporte de bienes muebles determinados por su género y cantidad. En este caso la obligación del aportante se rige por
las normas civiles sobre las obligaciones de género.
c) Art. 322 C.Co. hace referencia al retiro o renuncia de un socio en las sociedades de personas, y en este caso se aplicarán las disposiciones del
Código Civil.
Igualmente encontramos los Arts. 900, 1223, 1282, 1438 par.2°, 1447 C.Co entre otros. Finalmente debe aclararse que las normas de remisión que hace el
Código de Comercio al Código Civil no puede ser confundida con el ordenamiento del Art. 2° C.Co. que admite recurrir al Código Civil cuando no hay reglas
conforme al Art. 1° C.Co. En el caso que hoy nos ocupa el Código Mercantil cumple una función de integración a las lagunas jurídicas dejadas por el
legislador en materia mercantil.

LA COSTUMBRE COMERCIAL.
El Art. 3° C.Co. Declara: “La costumbre mercantil tendrá la misma autoridad que la ley comercial, siempre que no la contraríe manifiesta o tácitamente y que
los hechos constitutivos de la misma sean públicos, uniformes y reiterados en el lugar donde hayan de cumplirse las prestaciones o surgido las relaciones
que deban regularse por ella”. La norma anterior acepta la aplicación de la costumbre comercial a falta del Código de Comercio o norma escrita, la que
tendrá la misma autoridad que la ley. En estos casos la costumbre comercial suple a la ley, pero de ninguna manera la sustituye.
En la antigüedad el Derecho Comercial vivió bajo la codificación de la costumbre, de allí su característica de ser un Derecho Consuetudinario. Nuestro
Código de Comercio no define la costumbre comercial, en todo caso es lo mismo que el uso y estos vocablos son sinónimos. El uso es la manera cómo se
revela la costumbre y los usos repetidos con efectos jurídico-patrimoniales constituyen Derecho a falta de legislación positiva.
En el Libro de las Siete Partidas de Don Alfonso El Sabio encontramos la definición de la costumbre como el derecho o fuero que no se ha escrito pero que
lo han usado los hombres durante largo tiempo para los casos y razones que ellos consideraron útil. La costumbre es regla o norma de conducta que nace
espontáneamente en la vida del comercio para resolver conflictos que se suscitaron cuya aplicación se extendió a los casos que tengan la misma analogía,
toda vez que la costumbre es una conducta repetida. Es que al señalar la historia del Derecho Comercial nos damos cuenta que por muchos siglos éste
vivió bajo el influjo de la costumbre en razón a que no había Derecho Comercial escrito sino hábitos repetidos con distintas proyecciones sociales que
posteriormente fueron la base para formar el Derecho Escrito.

REQUISITOS PARA QUE LA COSTUMBRE TENGA LA MISMA AUTORIDAD DE LA LEY.


Para que ésta tenga la misma autoridad que la ley comercial es preciso que se cumplan dos requisitos: En el orden interno la costumbre a su vez debe
cumplir dos modalidades: ser necesaria y debe ser buena. Es necesaria la costumbre cuando exista un conflicto e intereses patrimoniales en materia
mercantil y no exista norma comercial que regule ese conflicto. Respecto de la bondad de la costumbre (que debe ser buena) hace referencia de que ésta
deba estar de acuerdo con la tradición jurídica, que no se trate de prácticas opuestas que afecten el orden público y la moral cristiana, por eso la doctrina
afirma que son costumbres ilegales aquellas que contraríen el orden jurídico. El Art. 13 de la Ley 153 de 1887 vigente a la fecha y sustituyó como condición
general que la costumbre esté de acuerdo con la moral cristiana y textualmente señala: “La costumbre, siendo general y conforme con la moral cristiana,
constituye derecho, a falta de legislación positiva”.
En el orden externo la costumbre debe cumplir con los requisitos que menciona el Art. 3° C.Co. y estos son:
1. No debe contrariar ni manifiesta o tácitamente las normas del Código de Comercio de carácter imperativo y dispositivas por vía principal, pues una de
las funciones que cumple la costumbre es de complementar la ley y no de sustituirla, suple los vacíos cuando no exista norma escrita. El normativismo
jurídico mercantil acoge como fuente directa y principal a la ley comercial y confiere a la costumbre una autoridad supletiva.
2. Debe ser espontánea porque es de regla de conducta, nace espontáneamente en la vida del comercio y esto la distingue de la ley porque la ley es
regla preparada y convenida por el legislador, en cambio la costumbre nace espontáneamente.
3. Los usos deben ser reiterados, esto es repetidos de manera constante, excluye el ejercicio esporádico y sin tradición jurídica.
4. Los usos deben ser uniformes, esto es que no son reglas para aplicarlas a un solo caso, deben servir para resolver todos los casos que se presenten
con relaciones análogas, la costumbre debe ser regla de común aceptación, fruto de una experiencia colectiva, en otros términos, debe ser social, por lo
menos en la región donde se aplica.
5. La costumbre debe ser pública porque debe ser conocida por todos por ser reglas aceptadas por un núcleo social quienes deben dar fe de esos usos
que se aplican como reglas de conducta.

DIFERENTES CLASES DE COSTUMBRES.


Según la doctrina la costumbre se clasifica teniendo en cuenta la función que la norma escrita le señala y de esta referencia surgen las costumbres
normativas y las interpretativas o convencionales.
1. Costumbres normativas: Tienen pleno valor general porque cumplen con los requisitos del Art. 3° C.Co. y rigen por la convicción de que son
obligatorias independientemente de la voluntad de los contratantes y sus características son:
a. Rigen, aunque los contratantes no las hayan invocado en sus convenciones.
b. Se aplican cuando no existe norma jurídica para resolver determinado conflicto, se convierten en reglas jurídicas que suplen la voluntad contractual,
aunque los contratantes ignoren su existencia.
c. Si el juzgador las conoce debe aplicarlas de oficio. Esta clase de costumbres están señaladas expresamente en el Código de Comercio entre otros en
los siguientes artículos: 640, 827, 835, 842, 871, 909, 911, 923, 933, 971, 977, 1002, 1016, 1170, 1172, 1217, 1249, 1259, 1264, 1267, 1291, 1341, 1377,
etc.
2. Costumbres interpretativas o convencionales: Sirven para aclarar las estipulaciones contractuales, interpretan el contrato y sirven para colmar las
lagunas o vacíos contractuales para concretar el sentido de las palabras o frases técnicas. Auxilian en entendimiento de las cláusulas dudosas o explican la
intención de las partes respecto de las modalidades o ejecución del negocio y estas solo existen cuando han sido invocadas por los contratantes en sus
acuerdos de voluntades y su alcance es el de interpretar el contrato.

SEGÚN SU CONTENIDO LAS COSTUMBRES SE CLASIFICAN.


Según la ley SECUDUN LEGEM, más allá de la ley PRAETER LEGEM y contra la ley CONTRA LEGEM:
a) Según la ley: Es la misma costumbre normativa que se practica sin contrariar los principios sustanciales de la ley. Es la costumbre que sirve para
suplir la ley o complementarla, integra las normas legales de la legislación comercial.
b) Costumbres más allá de la ley: También se las conoce con el nombre de costumbres extralegales, prevén lo no previsto en la ley, enmienda los
errores y deficiencias de la norma escrita, surge con profundidad en ausencia de textos legales (Art. 7° Ley 256 de 1996 que regula los actos y competencia
desleal).
c) La costumbre contra la ley: Tiene como objetivo derogar la ley. Su aplicación es en contra de la ley, por ello es una costumbre inadmisible toda vez
que uno de los requisitos para aplicar la costumbre es que esta no se oponga a la norma escrita. Por eso el Art. 8° C.C. señala: la costumbre en ningún
caso tiene fuerza en contra de la ley y no podrá alegarse el desuso para su inobservancia. Al respecto deben consultarse los siguientes criterios
jurisprudenciales sobre costumbres ilegales:
CORTE CONSTITUCIONAL: Sentencia C-224 de 1994 M.P. Jorge Arango Mejía
CONSEJO DE ESTADO SECCIÓN TERCERA: SENTENCIA 14330 M.P. Ricardo Hoyos Duque.

SEGÚN SU EXTENSIÓN LA COSTUMBRE SE CLASIFICA.


a) Costumbres locales: Se llaman también costumbres regionales. Surgen en un lugar geográfico determinado del territorio colombiano y se aplican de
manera especial y prioritaria; en defecto de costumbre local o cuando esta no la haya se tendrá en cuenta la general del país, siempre que reúnan los
requisitos exigidos en el Art. 3° C.Co. las costumbres locales son recopiladas por las Cámaras de Comercio (Art. 86 núm. 5° C.Co. que señalan que son
funciones de estas entidades entre otras recopilar las costumbres mercantiles de los lugares correspondientes a su jurisdicción y certificar sobre su
existencia).
b) Costumbres nacionales: Son las observadas en todo o en gran parte del territorio nacional. Estas se aplican en forma secundaria y a falta de
costumbre local, siempre que se reúnan los requisitos del Art 3° C.Co. No implica igualmente que su observancia se extienda a toda la nación, pues el
término país o territorio nacional es sinónimo de región, provincia o territorio. Por tanto, es nacional la costumbre que se observe en la Región Andina, en la
Región Caribe o en la Región Pacífica y esta clase de costumbre es recopilada por la Confederación de Cámaras de Comercio (Art. 96 C.Co.).
c) Costumbre internacional: Se forma por actos idénticos y sucesivos acatados por el comercio internacional tales como las reglas de uso uniforme o las
reglas de INCOTERMS recopiladas por las Cámaras de Comercio Internacional (Art. 7° C.Co.).
d) Costumbre extranjera: Es la que se constituye y se practica en otro país.

FUNCIONES QUE CUMPLE LA COSTUMBRE COMERCIAL.


Las costumbres comerciales autorizadas por la ley cumplen con las siguientes funciones:
1. Interpretan la norma legal (costumbre interpretativa): Es la costumbre que menciona el Art. 5° C.Co. cuando precisa el sentido de las palabras o
frases técnicas de las actividades comerciales, indaga la intención de las partes y por ello también interpreta el contrato.
2. Integra las disposiciones normativas: Son costumbres integradoras de la ley, es la misma ley la que invoca y eleva a categoría de preceptos las
costumbres de esta naturaleza. La ley determina estos casos concretamente para completar el contenido de las disposiciones legales.
Ej.: Art. 640, 827, 842, 871, 909, 912, etc. C.Co.
3. Colma las lagunas de la ley: Existen costumbres que suplen los vacíos que deja la ley, cuando a falta de norma expresa o aplicable por analogía de
sus disposiciones o convenios contractuales surgen como reglas de conducta las costumbres del lugar donde han nacido las relaciones o han de cumplirse
las prestaciones pactadas y este es quizás una de las funciones más importantes que cumple la costumbre.

PRUEBA DE LA COSTUMBRE COMERCIAL.


Se ha caracterizado a la costumbre con una serie de hechos materiales que nacen o brotan en un lugar determinado para regular relaciones mercantiles, de
lo cual se deduce para que el juez la aplique en los conflictos sometidos a su jurisdicción, las partes deberán probar todos esos hechos materiales frutos de
la costumbre porque el juez aplica la norma costumbrista que ha sido probada, si no se prueba el juez no podrá aplicarla.
Algunos tratadistas como el profesor italiano Cesare Vivante sostienen que la costumbre es fuente del Derecho primario, y si es fuente directa del Derecho
no necesita prueba porque el derecho no se prueba, se invoca, y en Colombia la ignorancia de la ley no sirve de excusa (Art. 9° C.C.).
Ante la tesis anterior existe doctrina contraria cual es de que la costumbre está compuesta o formada por una serie de hechos materiales que deben estar
demostrados en un estrado judicial y el juez aplica el Derecho costumbrista probado.
En el Derecho Ingles donde la obligación es consuetudinaria, exige para que la costumbre sea comúnmente aceptada, esto es para que se convierta en
regla de conducta debe ser probada, debe demostrarse que esos hábitos repetidos son ciertos, continuos, que rigen desde tiempos remotos y que tienen
margen de razonabilidad, vale decir que son aplicables al caso concreto que se invoca.
En Colombia la costumbre debe probarse, no hay libertad de prueba para su demostración, son los Códigos de Procedimiento Civil y de Comercio los que
señalan las pruebas para ello. Los Arts. 189 y 190 C.P.C. señalan los medios de probar la costumbre. El Art. 189 C.P.C. dice que “Los usos y costumbres
aplicables conforme a la ley sustancial, deberán acreditarse con documentos auténticos o con un conjunto de testimonios”. El Art. 190 C.P.C. señala que
“La costumbre mercantil nacional invocada por alguna de las partes, podrá probarse también por cualquiera de los medios siguientes:
1. Copia auténtica de dos decisiones judiciales, definitivas que aseveren su existencia.
2. Certificación de la cámara de comercio correspondiente al lugar donde rija”.
A su vez el Art. 6° C.Co. señala que “La costumbre mercantil se probará como lo dispone el Código de Procedimiento Civil. Sin embargo, cuando se
pretenda probar con testigos, éstos deberán ser por lo menos, cinco comerciantes idóneos inscritos en el registro mercantil, que den cuenta razonada de
los hechos y de los requisitos exigidos a los mismos en el artículo 3º; y cuando se aduzcan como prueba dos decisiones judiciales definitivas, se requerirá
que éstas hayan sido proferidas dentro de los cinco años anteriores al diferendo”.
El Código de Comercio sigue las disposiciones que señala el Código de Procedimiento Civil para probar la costumbre, sin embargo, introduce las siguientes
precisiones:
1. La costumbre local o regional se prueba mediante certificado expedido por la Cámara de Comercio de la jurisdicción donde se invoque la costumbre,
porque una de las funciones de estas entidades es certificar y recopilar costumbres comerciales del lugar de su jurisdicción (Arts. 86 ord. 5° y 96 C.Co.).
2. Si se pretende probar con dos decisiones judiciales, éstas deben ser definitivas, que den cuenta de su existencia proferidas dentro de los cinco años
contados desde la fecha en que se suscitó la diferencia en que se pretenda aplicar la costumbre.
3. Y si es con testimonios, éstos deben ser cinco testigos que tengan la calidad de comerciantes inscritos, testigos que deben ser idóneos y sus
declaraciones deben ser responsivas, completas y exactas respecto de los hechos que se pretenden probar.
En conclusión, los medios probatorios anteriores son taxativos, no hay otros medios de prueba para demostrar la costumbre comercial. En Colombia frente
a estos hechos no hay libertad probatoria.

PRUEBA DE LA COSTUMBRE INTERNACIONAL Y EXTRANJERA.


El Art 7° C.Co. señala cómo se prueba la costumbre comercial y dice con certificación autenticada como lo previene el Código de Procedimiento Civil de
una entidad internacional idónea que dé fe de la existencia de esa costumbre, y con copia autenticada conforme al Código de Procedimiento Civil de la
Sentencia o laudo arbitral que dé fe de esa costumbre.
La costumbre extranjera, de acuerdo al Art. 8° C.Co. SE ACREDITA POR CERTIFICACIÓN del respectivo cónsul colombiano o en su defecto del de una
nación amiga. En conclusión, la costumbre extranjera se prueba:
1. Con certificación del cónsul colombiano en el respectivo país.
2. A falta de cónsul, con la certificación del cónsul de una nación amiga de la República de Colombia que tenga relaciones diplomáticas y consulares.
Ahora bien, si no hay entidad idónea ni Cámara de Comercio en dicho lugar, se recurrirá a dos abogados que cumplirán con las siguientes condiciones:
1. Que estén en ejercicio
2. Que esté domiciliado en el lugar donde rige la costumbre
3. De reconocida honorabilidad
4. Ser especialista en Derecho Comercial

ESTIPULACIONES CONTRACTUALES.
El contrato es otra fuente directa del Código de Comercio, desde luego después de la ley, lo define el Art. 864 C.Co. “El contrato es un acuerdo de dos o
más partes para constituir, regular o extinguir entre ellas una relación jurídica patrimonial”. A su vez el Art. 1602 C.C. declara que “todo contrato legalmente
celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales”. Finalmente, el Art 4° C.Co
señala: “Las estipulaciones de los contratos válidamente celebrados preferirán a las normas legales supletivas y a las costumbres mercantiles”.
En el Derecho Mercantil muchos contratos están intervenidos por el Estado desde que nacen hasta que extinguen, tal es el caso del contrato de
arrendamiento de locales comerciales, de transporte en todas sus modalidades, de sociedad, de seguro, de Leasing comercial, de Factoring, etc. La fuerza
obligatoria de los contratos radica en el postulado del Art. 1602 C.C. La ley considera a los contratantes como legisladores particulares, reformando o
derogando las leyes dispositivas o supletivas, voluntad contractual que no puede estar en contra de las disposiciones imperativas del Código de Comercio y
del Código Civil, tampoco de las dispositivas de carácter principal pues carecen de fuerza obligatoria frente a ellas.

FUENTES IMPROPIAS DEL DERECHO COMERCIAL.


Jurídicamente no son consideradas verdaderas fuentes, más la doctrina las ha calificado como fuentes indirectas toda vez que el legislador y los
particulares son los que se aprovechan de ellas para crear las fuentes directas y también son utilizadas por el legislador para proferir sus fallos y crear su
propia doctrina. Las fuentes impropias son la jurisprudencia comercial, la doctrina de los autores o Derecho Científico y las leyes extranjeras.

LA JURISPRUDENCIA COMERCIAL:
En el periodo antiguo fue la jurisprudencia de los tribunales de comercio los que crearon la doctrina para resolver conflictos comerciales. Allí encontramos a
los Rules de Olerón, el Consulado el Mar y las Ordenanzas de Wisby, entre otras que no son otra cosa sino sentencias dictadas por los magistrados
pronunciadas en conflictos comerciales para resolver asuntos de comercio.
Hoy los tribunales del país realmente no crean normas comerciales, sino que aplican la norma imperativa comercial y en función de esa aplicación crean la
doctrina o la jurisprudencia. El Art. 4° de la Ley 169 de 1896 vigente a la fecha declara: “tres decisiones uniformes dadas por la Corte Suprema de Justicia
como tribunal de casación sobre un mismo punto de Derecho constituyen doctrina probable y los jueces podrán aplicarla en casos análogos, lo cual no
obsta para que varíe la Corte la doctrina en caso de que juzgue erróneas las decisiones anteriores”. Las decisiones jurisprudenciales de la Corte Suprema
de Justicia no son obligatorias su aplicación, son potestativas por el juzgador acatarlas y aun en cualquier tiempo la propia Corte podría abrogarlas.
Las sentencias judiciales de acuerdo al Art. 17 C.C. solo tienen fuerza obligatoria respecto de las causas en que fueron pronunciadas, es por tanto
prohibido a los jueces proveer en los negocios de su competencia por vía de disposición general o reglamentaria.

EL DERECHO CIENTÍFICO:
Se constituye con la doctrina de los autores, libros y textos que ha contribuido a la sistematización de las reglas consuetudinarias y al desarrollo del
Derecho Comercial. Es la opinión dada por los tratadistas en los diferentes temas de Derecho a través de textos y libros que le han servido al legislador
para dictar sus fallos, crear leyes y dilucidar los diferentes problemas jurídicos que se le presentan.
LEY EXTRANJERA:
Es la tercera y última fuente impropia del Derecho Comercial que tiene el carácter de ser cosmopolita, uniforme, progresista e internacional, es que la propia
Comisión Redactora del Código de Comercio para redactar nuestra actual legislación mercantil se fundamentó en la legislación extranjera. Disposiciones de
otros países que han sido adaptadas a nuestra idiosincrasia creando figuras comerciales que han sido aceptadas por la Comunidad Internacional, de allí la
razón para que averigüemos el contenido de la ley extranjera para interpretar nuestras propias disposiciones, pues la Comunidad Internacional ha aceptado
figuras como en los negocios a distancia, la compraventa, el transporte, los seguros, créditos, títulos valores, etc.
JERARQUÍA DE APLICACIÓN DE LAS NORMAS COMERCIALES.
Resumiendo lo estudiado en relación a las fuentes del Derecho Comercial podemos determinar así el orden jerárquico de la aplicación de la norma:
1. Normas imperativas del Código de Comercio, normas del Código Civil que invoca expresamente el Código de Comercio, normas dispositivas
principales del Código de Comercio.
2. Las estipulaciones contractuales o convencionales creadas conforme a las normas imperativas señaladas.
3. Las normas dispositivas por vía supletiva señaladas en el Código de Comercio.
4. La analogía
5. Las costumbres comerciales en el siguiente orden: local, nacional, internacional y extranjera.
6. Disposiciones del Código Civil que invoca el Art 2° C.Co.

DE LOS ACTOS DE COMERCIO.


A partir del Código de Napoleón de 1807 el criterio mercantil varió sustancialmente, cambió de derecho tradicional o subjetivo y se convirtió en derecho
objetivo, por eso el acto de comercio es el elemento fundamental del Derecho Comercial con tanta relevancia que a través de éste se explica a la persona
comerciante o empresaria. Nuestro Código de Comercio no consagra una definición o concepto de acto de comercio, se limita a señalar qué actividades
son comerciales y cuales no (Art. 20 y 23 C.Co.).
Igualmente, nuestro actual Código de Comercio realiza estas enunciaciones en los artículos antes citados por vía de ejemplo, ello quiere decir que estos
listados no son taxativos, son simplemente declarativos y no limitativos, ello quiere decir que por criterio analógico se pueden incluir como comerciales o no
comerciales otros actos distintos de los allí señalados, pues si hubiera hecho una relación taxativa carecería de importancia el acto de comercio.
Hoy el acto de comercio está referido a una actividad económica como lo dice el profesor Tulio Ascarelli: “el acto de comercio es equivalente a negocio
como resultante de uno o varios negocios jurídicos económicos y quien realiza esa pluralidad de negocios de manera ordinaria, habitual y profesional con
actos coordinados, repetidos, en serie y sistemáticos adquiere en Colombia la Condición de comerciante excluyendo ocasional o esporádico (Art. 11 C.Co.).

DE LOS ACTOS DE COMERCIO Y LOS ACTOS CIVILES.


El tratadista italiano Alfredo Rocco ha buscado señalar las fronteras divisorias del acto de comercio y del acto civil, más dada su complejidad y dificultad en
definirlo no es tarea fácil encontrar esa línea divisoria, es que el acto de comercio se encuentra en distintos factores como el de la especulación, comprar
para vender, comprar para arrendar, arrendar para subarrendar. Otras veces el acto de comercio está unido al factor empresarial como la producción de
bienes, empresas de transportes, prestación de servicios, construcción de obras, etc. Otras veces está referido a la naturaleza intrínseca de la actividad
como las operaciones bancarias y de títulos valores, otras veces lo encontramos introducidos en el acto como la constitución de sociedades comerciales.
En conclusión, esta distinción del acto de comercio con el civil produce las siguientes consecuencias prácticas:
1. A los actos mercantiles se les aplican normas de Derecho Comercial, a las civiles normas del Derecho Común.
2. Si el acto de comercio se realiza en forma ordinaria, habitual, coordinada y de manera profesional imprime a quien lo realiza la calificación de
comerciante.
3. Si el negocio es mixto, es decir de naturaleza comercial y civil al mismo tiempo para una u otra parte, se regirá por las normas del Derecho Comercial
dada la relevancia e importancia del acto de comercio (Art. 22 C.Co).
4. Los actos coordinados, operaciones en serie y estables constituyen la empresa mercantil que hoy remplaza la vetusta expresión “actos de comercio”.

TEORÍAS PARA EXPLICAR EL ACTO DE COMERCIO.


La doctrina comercial ha ideado varias teorías para explicar el acto comercial sin que hasta ahora haya sido posible obtener una solución al problema, pues
ninguna teoría lo explica satisfactoriamente. Veamos las más importantes:
a) Teoría de la Especulación: Nace con el Código de Comercio de Napoleón de 1807 y dedujo que el acto de comercio se resuelve en una sola línea
económica: la teoría de la especulación, quien compra para vender, quien vende para comprar, quien compra para arrendar, quien arrenda para
subarrendar, derivando de estas operaciones una ganancia como retribución a su intermediación entre productor y consumidor; este fue el acto tradicional
del comerciante que adquiere las cosas del productor y a través del cambio las coloca al alcance del consumidor. Esta teoría se critica porque reduce al
acto de comercio a una sola línea o producción, compraventa y/o arrendamiento, dejando por fuera gran cantidad de actos jurídicos que por su naturaleza
son mercantiles como el transporte, las operaciones de banca, de sociedades, seguros, títulos valores, cuyas características comerciales son innegables.
b) Teoría de la Circulación de la Riqueza: Fundamenta el comercio en la circulación de la riqueza, productos, dinero o títulos valores. Todo acto o
profesión que se interponga en el movimiento de la riqueza o circulación de la misma es un acto clásico de comercio. En conclusión, todo movimiento
económico que produce circulación de la riqueza es un acto típico mercantil. Esta teoría es criticada por ser muy amplia y general, pues hay actividades que
producen circulación de la riqueza en el campo económico y no son comerciales, como la sucesión por causa de muerte, los legados, la donación, la
apropiación ilícita, etc.
c) Teoría de la Circulación por el Cambio: Esta es una teoría intermedia o eclética, se trata de combinar las dos anteriores bajo el lineamiento que el
acto mercantil se origina y produce circulación de riqueza por la acción de interposición de las leyes de la oferta y la demanda y así obtener el cambio. Esta
teoría tiene un valor de cambio, utiliza solo bienes o medios para conseguir otros, abandonando aquellos que solamente tienen poder de uso, pues el
comercio se basa en bienes o cosas que tengan valor de cambio o de uso y este es el fin u objetivo del comercio, lo que permite distinguir el acto civil del
comercial. Esta es la teoría más aceptada, es que el acto de comercio no puede prescindir de las operaciones de intermediación y circulación de bienes.
Por ello existen compras para el propio consumo, compras en la industria civil, compras directas a los productores que de acuerdo al Art. 23 C.Co. estos
actos no son comerciales. Por lo tanto, no existe unificación de criterios para formular una noción doctrinaria inobjetable del acto mercantil.

CLASIFICACIÓN DE LOS ACTOS DE COMERCIO.


En la redacción de nuestro actual Código de Comercio no hubo un criterio jurídico dominante para clasificar los actos de comercio, a lo anterior se añade la
dificultad doctrinal de encontrar una definición completa que lo explique. Por eso el jurista italiano Alfredo Rocco utilizando el criterio histórico ha clasificado
los actos mercantiles tomando en cuenta al sujeto que lo realiza y el acto intrínsecamente mercantil clasificándolos en actos de comercio subjetivos y
objetivos y el jurista León Bolaffio los denomina accesorios que comprenden actos de comercio formales y actos de comercio mixtos.
a) Actos de Comercio Subjetivos: La ley le atribuye la mercantilidad al acto por ser ejecutados por profesionales del comercio (personas comerciantes).
Se los llama también contratos relativamente comerciales porque su mercantilidad depende de la intención de quien lo realiza. Esta denominación no es
aconsejable a pesar de ser exacta, si se tiene en cuenta que la mercantilidad depende de un elemento eminentemente subjetivo, se toma al acto de
comercio tradicional resultando mercantil si es ejecutado por comerciantes. Estos actos también son llamados accesorios o por conexión porque la
mercantilidad la derivan de la relación con la empresa comercial a la que acceden (Art. 21 C.Co.).
b) Actos de Comercio Objetivos, Absolutos o Constitutivos: Son mercantiles atendiendo a su naturaleza independientemente y sin condición alguna a la
persona que lo realiza, son comerciales aunque no fueren realizados por comerciantes, también se llaman contratos absolutamente comerciales porque su
mercantilidad no deriva de un elemento intencional, son mercantiles cualquiera que sea la intención de los contratantes y están señalados en su mayoría en
el Art.20 C.Co. y esta clase de actos son constitutivos de la calidad de comerciante, esto es quien lo realice de manera ordinaria, habitual y profesional
adquiere la condición de comerciante. El acto objetivo se apoya en una ficción de la ley que lo señala como actos mercantiles cualquiera que sea en
realidad su propósito, pertenezcan o no al campo comercial.
c) Actos de Comercio Formales: Este es el acto objetivo de comercio que se caracteriza por la forma en que los comerciantes les hayan dado en sus
convenciones, en este caso estaríamos hablando del giro y otorgamiento de títulos valores como la letra de cambio, el pagaré, el cheque, la carta de porte,
el conocimiento de embarque, etc.
d) Actos Mixtos: En la práctica comercial un acto puede ser comercial para una parte y civil para la otra, a esto se le llama actos mixtos y se presentan
cuando en un mismo acto contractual confluyen actos civiles y mercantiles al mismo tiempo para las partes o a una de ellas, en este caso predomina el
criterio mercantil y el acto o contrato celebrado en virtud del principio de su conexión pertenece al campo comercial (Art. 22 C.Co).

ACTOS DE COMERCIO QUE ENUMERA EL ART. 20 C.Co.


La citada norma presenta 19 numerales sobre distintos actos mercantiles. Esta enumeración es enunciativa por vía de ejemplo, no es taxativa, así lo señala
el Art. 24 C.Co. las enumeraciones contenidas en los Arts. 20 y 23 C.Co. son declarativas y no limitativas como también lo evidencia el Art. 21 de la misma
obra que expresa que se tendrán como mercantiles todos los actos de los comerciantes relacionados con actividades o empresas de comercio y los
ejecutados por cualquier persona para asegurar el cumplimiento de obligaciones comerciales.
Por ser enunciativa esta enumeración cabe la aplicación o extensión analógica, esto es pueden enlistarse otras actividades como mercantiles distintas de
las allí señaladas, por eso el Art. 24 C.Co. señala que los jueces podrán resolver los casos ocurrentes por analogía de las normas. Finalmente, la doctrina
ha señalado que el Art. 20 C.Co agrupa asuntos mercantiles de distinta naturaleza, actos de comercio formales, subjetivos, objetivos, mixtos, etc. aclarando
que el alcance que se le da al acto de comercio la dogmática moderna lo emplea como negocio jurídico.

ART. 20 C.Co. NUM. 1°, 2° Y 3°:


Señala como comerciales en su numeral 1° la adquisición de bienes a título oneroso con destino a enajenarlos en igual forma, y la enajenación de los
mismos. Esta comercialidad que enuncia es meramente relativa porque la mercantilidad del acto depende de la adquisición de cualquier clase de bienes a
título oneroso con la intención de volver a enajenarlos, es decir especular con los bienes que adquiere a título oneroso excluyendo las adquisiciones a título
gratuito, incluye toda clase de bienes muebles, inmuebles, dinero, divisas, vehículos, semovientes, etc. A su vez el núm. 2° habla de La adquisición a título
oneroso de bienes muebles con destino a arrendarlos; el arrendamiento de los mismos; el arrendamiento de toda clase de bienes para subarrendarlos, y el
subarrendamiento de los mismos, todo ello con el fin de obtener un lucro o ganancia, mercantilidad que es relativa porque ésta depende de la intención del
adquiriente, si compra para arrendar o arrienda para subarrendar, aunque posteriormente no lo haga el acto es comercial teniendo en cuenta esa intención.
Finalmente el numeral 3° señala El recibo de dinero en mutuo a interés, con garantía o sin ella, para darlo en préstamo, y los préstamos subsiguientes, así
como dar habitualmente dinero en mutuo a interés, este numeral no se refiere a los préstamos u operaciones bancarias o financieras, se refiere a negocios
relativamente comerciales de personas que entregan dinero en calidad de mutuo a interés haciendo del agio su ocupación u oficio, es quien recibe dinero
en calidad de mutuo a interés con la intención de volverlo a prestar así no lo haga, el sólo acto de interés lo hace comercial, es que el interés es uno de los
requisitos de la naturaleza del mutuo comercial, el interés es el precio que se paga por el uso del capital que es objeto del contrato de mutuo. Finalmente,
de acuerdo a las normas del Derecho financiero las que fijan las tasas de interés son de orden público, son normas de carácter imperativo que doblegan el
principio de la autonomía de la voluntad, pues si se pactan intereses superiores a los establecidos por la ley el deudor puede pedir la rebaja de ese interés
excesivo, denunciar por usura y el acreedor pierde o es condenado a devolver los intereses pagados en exceso.

NUMERAL 4° ART. 20 C.Co.:


La adquisición o enajenación, a título oneroso, de establecimientos de comercio, y la prenda, arrendamiento, administración y demás operaciones análogas
relacionadas con los mismos. El Art. 515 C.Co. define qué es establecimiento de comercio y se entiende por éste un conjunto de bienes organizados por el
empresario para realizar o cumplir con los fines de la empresa. De la anterior definición se colige que el establecimiento de comercio es carente de
personalidad jurídica, esto es carece de personería jurídica, pero con categoría y autonomía propias. Forman parte de un establecimiento de comercio los
siguientes elementos:
a) La enseña o nombre comercial y las marcas de los productos y servicios.
b) Los derechos del empresario sobre las invenciones y creaciones industriales o artísticas que se utilicen en las actividades del establecimiento.
c) Las mercancías en almacén o en proceso de elaboración, los créditos y demás valores similares.
d) El mobiliario y las instalaciones.
e) Los contratos de arrendamiento en caso de enajenación del local y las indemnizaciones que conforme a la ley tenga el arrendatario.
f) El derecho de impedir la desviación de la clientela y la protección de la fama comercial.
g) Los derechos y obligaciones comerciales derivadas de la actividad propia del establecimiento, siempre que no provengan de contrato celebrado
exclusivamente en consideración al titular de dicho establecimiento.
Bajo la denominación de establecimientos de comercio quedan comprendidos los almacenes, fábricas, bares, sucursales de sociedades comerciales,
agencias de sociedades, los martillos y bolsas de valores, hoteles, restaurantes, bancos, establecimientos de crédito, etc. aclarando que todas las
operaciones que se realicen sobre éstos tienen la calidad de comerciales, carece de importancia qué persona lo celebra son actos de comercio objetivos
absolutos.
El Art. 13 C.Co. presume legalmente que quien tiene un establecimiento de comercio abierto al público ejerce la actividad mercantil y se presume la calidad
de comerciante, presunción de orden legal que admite prueba en contrario.
A su vez el Art. 30 C.Co. ordena matricular en el registro comercial de la Cámara de Comercio dentro del mes siguiente a su apertura al establecimiento
mercantil y en esta petición de matrícula se indicará el nombre o enseña comercial del establecimiento, dirección, patrimonio, persona que lo administra,
etc. y a partir de su matrícula existe la presunción de que su propietario es la persona inscrita y todo acto que modifique o afecte el establecimiento de
comercio ha de inscribirse en el registro mercantil y su omisión produce el efecto de inoponibilidad que señala el Art. 901 C.Co.
Igualmente, el Art. 533 C.Co. establece que el establecimiento mercantil puede ser objeto de contrato de arrendamiento, usufructo, anticresis, prenda y
cualquier limitación o modificación a la propiedad debe celebrarse por documento escrito privado o público con el reconocimiento de las firmas de los
otorgantes, so pena de no generar efectos jurídicos entre las partes más si frente a terceros. Finalmente, la venta o enajenación de un establecimiento de
comercio se entiende realizada en bloque como unidad económica explotable, no se necesita detallar en el documento los bienes o elementos que lo
integran, a menos que el vendedor se reserve para sí un elemento del establecimiento caso en el cual debe expresarse taxativamente.

ACTIVIDADES QUE NO SON MERCANTILES.


El Art. 23 C.Co. señala una serie de actos que no son mercantiles, enumeración enunciativa y no taxativa, cabe la aplicación analógica y por vía de ejemplo
pueden incluirse otras actividades distintas de las allí señaladas y estas son:
1. La adquisición de bienes con destino al consumo doméstico o al uso propio del adquiriente y la enajenación de los mismos o de los sobrantes. En
esta clase de actos hay ausencia evidente de lucro, no se adquieren bienes para obtener utilidad, se tiene en cuenta la intención del adquiriente para su
propio consumo, aunque posteriormente los venda o venda sus sobrantes.
2. La adquisición de bienes para producir obras artísticas y la enajenación de estas por su autor. Todos los elementos que adquiera el artífice para la
ejecución de obras artísticas como lienzos, pinturas, pinceles, marcos, tales actos no son comerciales, aunque el artista al adquirir esos insumos tenga la
intención de venderlos, igualmente la obra terminada vendida por su autor tampoco es un acto comercial, situación diferente lo es la galería de arte que
como intermediaria lo adquiere para revenderla, este es un típico acto clásico de comercio mixto.
3. Las adquisiciones hechas por los funcionarios para fines de servicio público, cuando se adquiere bienes para dotar oficinas, adquirir elementos de
trabajo necesarios para el normal desarrollo de estas oficinas la ley presume que en estos actos no existe ánimo de lucro y el acto es civil.
4. Las ventas que directamente realicen los agricultores o ganaderos de los frutos de sus cosechas o ganados en su estado natural, sólo lo serán si a
través de la transformación de sus productos se lo haga a través de una empresa, la transformación artesanal no es comercial, venta de flores, apicultura,
avicultura, etc.
5. La prestación de servicios inherentes a profesiones liberales, la actividad profesional de un médico, abogado, arquitecto, ingeniero, odontólogo, etc.
no constituyen actos mercantiles cuando abren una oficina y ejercen personal y directamente su profesión, si estos profesionales se asocian en empresas o
sociedades es la persona jurídica la prestadora del servicio, en tal caso dicha actividad tiene el carácter de comercial (Núm. 14 Art. 20 C.Co.) pues toda
actividad económica o de servicios que se preste a través de una empresa es comercial pero la ley alude que el ejercicio de esa actividad profesional
directa no es comercial pues es obtenida en un centro universitario o altas escuelas, en este caso si las personas se asocian a través de una sociedad
comercial el acto es mercantil.

SUJETOS DEL COMERCIO.


El Libro I del Código de Comercio estudia a la persona natural comerciante y el Libro II a la persona jurídica comerciante (sociedades comerciales). La
calificación de comerciante la ley la otorga a una persona cuando de manera ordinaria, habitual y profesional ejecuta actos de comercio y esta calidad le
otorga derechos y le impone obligaciones o deberes que como profesional del comercio debe cumplir.
El comerciante es de dos clases: comerciante individual o persona natural y comerciante social refiriéndose a las personas jurídicas o sociedades
comerciales. El Art. 10 C.Co. define al sujeto empresarial, refiere a la persona que profesionalmente ejerza alguna de las actividades que la ley considera
mercantiles como los actos de comercio, término que emplea el Código de Comercio, el que tiene la equivalencia del negocio jurídico comercial aclarando
que quien ejecute ocasionalmente el comercio no es comerciante, sin embargo, los actos que realiza son mercantiles. Finalmente, la definición de
comerciante que trae el Código de Comercio es de una estructura tradicional, hoy al comerciante se lo identifica como el empresario, término que
corresponde a la nueva evolución del comercio.

IDENTIFICACIÓN DEL EMPRESARIO O COMERCIANTE INDIVIDUAL.


Tres elementos exigen la norma comercial para que un sujeto adquiera la condición de comerciante o empresario:
1. Ejercicio ordinario, habitual o profesional de actos de comercio: No basta el ejercicio reiterado, éste además debe ser profesional, es decir atribuir al
sujeto alguna condición de vida en la sociedad, ello indica que la persona debe hacer de su actividad su profesión u oficio. La palabra profesión en el
Derecho Comercial indica el hábito de aspirar a un propósito de especulación, por ello para que una persona natural adquiera la condición de comerciante
es necesario que ejerza el comercio de manera ordinaria, habitual, haciendo de esa actividad una profesión.
En el régimen europeo solamente es comerciante la persona que está matriculada e inscrita en el registro comercial. En Colombia la ley obliga al
comerciante a inscribirse en el registro mercantil, ese es un deber u obligación que debe cumplir, pero tal matrícula por sí sola no atribuye al sujeto la
calidad de comerciante, debe ejercer el comercio materialmente de manera ordinaria.
Sin embargo, el Art. 13 C.Co. señala que quien se halle inscrito en el registro mercantil se presume legalmente que es comerciante, presunción de orden
legal que admite prueba en contrario. En conclusión, el registro comercial en Colombia tiene por objeto dar publicidad a la calidad de comerciante más por
sí solo no confiere esa calidad.
2. Vinculación del sujeto a actividades comerciales o empresas mercantiles: Hace referencia a la dedicación estable y ordinaria a actividades o negocios
comerciales con el ánimo de derivar de esa actividad un lucro o ganancia y frente a ello esta actividad debe realizarse en forma habitual, reiterada,
constante, ejecutando actos objetivos de comercio porque los actos subjetivos de comercio tienen la calidad de comerciales si sólo son realizados por el
comerciante o empresario.
3. Dedicación a la actividad comercial en nombre propio: Es otro elemento para adquirir la calidad de comerciante y esta actividad puede realizarse en
nombre propio o por cuenta ajena. Al respecto el profesor Cesare Vivante señala: “es indiferente que quien ejerza el comercio lo haga personalmente o por
medio de un representante, puede hacerlo por su propia cuenta o por cuenta ajena, lo que se requiere en el ejercicio del comercio es que use su nombre,
que se asuma en su propio nombre y frente a terceros los derechos y obligaciones derivados del negocio”, así lo autoriza el Art. 10 inc. 2° C.Co. cuando
afirma: “La calidad de comerciante se adquiere aunque la actividad mercantil se ejerza por medio de apoderado o interpuesta persona”.

PERSONAS ASIMILADAS A COMERCIANTES.


Hemos dicho que esta calificación nace del ejercicio material, así lo señala la normatividad comercial, sin embargo la doctrina sin la observancia de estos
principios sostiene que hay una excepción que sin el ejercicio material la persona adquiere la calidad de comerciante, es el caso de los socios colectivos en
la sociedad colectiva y en la en comandita simple y por acciones respecto del socio gestor quienes adquieren la calidad de comerciantes por el solo hecho
de ser socios de estas sociedades toda vez que responden solidaria e ilimitadamente de las obligaciones contraídas por la sociedad respondiendo con sus
bienes presentes y futuros y la ley los considera administradores natos o naturales de la sociedad y por ello los asimila a empresarios o comerciantes aun
sin ejercer el comercio. Hoy en Colombia cuando una sociedad entra en una cesación de pagos y se produce la liquidación de la sociedad los socios son
responsables del pasivo faltante, sin embargo, esta figura es discutida por la doctrina pues unos autores la aceptan y otros la niegan. Anteriormente esto si
era factible porque cuando la sociedad entraba en quiebra también lo hacían los socios con su patrimonio respondiendo los socios con su propio patrimonio
por el total de las obligaciones contraídas por la sociedad, hoy sólo responden por el faltante.

PRESUNCIONES QUE SUPONEN LA CALIDAD DE COMERCIANTE.


El Art. 13 C.Co. para facilitar la prueba de la condición de comerciante ha consagrado tres presunciones todas ellas de orden legal que admiten prueba en
contrario y que presumen legalmente que una persona es comerciante:
1. Cuando la persona se halla inscrita en el registro comercial: La ley obliga al comerciante a inscribirse en el registro mercantil y la matrícula otorga
publicidad, más este acto no es constitutivo por sí solo de la calidad de comerciante o empresario, esta calidad nace del ejercicio ordinario, habitual y
profesional de actos de comercio.
2. Cuando la persona abre al público un establecimiento de comercio: Basta esta demostración para presumir que dicha persona tiene la calidad de
comerciante así no esté inscrito en el registro mercantil.
3. Cuando la persona se anuncia al público como comerciante por cualquier medio: La publicidad comercial demostrada hace presumir que esa persona
es comerciante, todas presunciones legales que admiten prueba en contrario.

CAPACIDAD LABORAL PARA EJERCER EL COMERCIO EN COLOMBIA.


Los actos jurídicos comerciales son contratos mercantiles que para ejecutarlos se necesita de capacidad legal, así lo señala el Art. 1502 C.C. y a su vez lo
ratifica el Art. 12 C.Co. Toda persona que según las leyes comunes tenga capacidad para obligar y contratarse es hábil para ejercer el comercio y las que
con arreglo a esas mismas leyes sean incapaces son inhábiles para ejecutar actos comerciales. En conclusión, la capacidad legal prevista en el Código
Civil es la misma exigida para ejercer el comercio con las excepciones legales en materia mercantil, la capacidad es la aptitud legal de una persona para
obligarse por sí misma y sin el ministerio o la autorización de otra. Por ello toda persona se presume capaz excepto aquellas personas que la ley declare
incapaces. Son absolutamente incapaces de acuerdo al Art. 1504 C.C. los dementes, los impúberes y los sordomudos que no pueden darse a entender por
cualquier medio.

En materia comercial la ley ha hecho excepciones sobre todo a menores de edad para que puedan contratar directa o por representante y participe así de la
actividad de comercio, tal es el caso del mayor de 14 años comerciante que tiene su propio peculio profesional, este sujeto se puede obligar directamente
hasta por el monto de su propio peculio, igualmente los menores de edad pueden ser socios de sociedades comerciales donde no se comprometa su
responsabilidad de manera solidaria e ilimitada y la capacidad jurídica comprende capacidad de goce y de ejercicio, la de goce la tiene toda persona por el
hecho de serlo, la de ejercicio en cambio es la aptitud legal de la persona para hacer valer sus derechos por sí misma y sin la autorización de otra.

PÉRDIDA DE LA CALIDAD DE COMERCIANTE.


La regla general es que ésta se adquiere por el ejercicio material y se pierde si deja de ejecutar esos actos.
La Ley señala hechos internos y externos para perder esa calidad como la muerte del comerciante, la incapacidad sobreviniente, hecho externo que le
impide ejercer el comercio y aun los hechos internos como la declaratoria de liquidación judicial del comerciante (Ley 1116 de 2006) o la sanción de
inhabilidad impuesta por el juez. Sin embargo, el Art. 17 C.Co. ha señalado que la calificación de comerciante se puede perder por incapacidad o
inhabilidad en el ejercicio del comercio en los siguientes casos:
1. Interdicción del comerciante por prodigalidad o demencia (incapacidad).
2. Declaración judicial de liquidación del comerciante.
3. Cuando el comerciante tome posesión de un cargo público que tenga relación con su actividad comercial.
4. Por sentencia judicial que le prohíbe el ejercicio del comercio.
5. Por disolución y liquidación de la persona jurídica comercial.
6. Muerte del comerciante.
7. Terminación o retiro de la actividad mercantil.

DEBERES QUE DEBE CUMPLIR EL COMERCIANTE O EMPRESARIO.


Toda persona comerciante debe cumplir unas obligaciones que el código establece con el objeto de que dicho ejercicio sea honesto, claro, no perjudique a
terceros y este revestido de publicidad, el artículo 19 del código de comercio consagra las siguientes obligaciones y deberes:
1. Matricularse en el registro mercantil.
2. Inscribir en el registro mercantil todos los actos, libros o documentos respecto de los cuales la ley exija esa formalidad.
3. Llevar contabilidad regular de sus negocios conforme a sus prescripciones legales.
4. Conservar con arreglo a la ley la correspondencia comercial y demás documentos relacionados con su actividad.
5. Abstenerse de ejecutar actos de competencia desleal.

MATRICULA COMERCIAL.
El registro mercantil se cumple ante la cámara de comercio del domicilio del comerciante y tiene por objeto hacer publica esa actividad comercial con el
propósito de que terceros y el público en general tengan conocimiento de acerca de que personas están dedicadas al comercio y no solo publicita la
persona comercial, también a los documentos y libros que debe llevar el comerciante así lo señala el artículo 27 del código de comercio el registro tendrá
por objeto llevar la matrícula de los comerciantes y de los establecimientos de comercio así como la inscripción de todos los actos, libros y documentos
respecto de los cuales la ley exige esa formalidad.
El código español de Sáenz de Andino de 1829 otorgó al registro el de conferir a la persona matriculada la calidad de comerciante, en otros términos, la
matrícula mercantil era constitutiva por sí sola de la calidad de comerciante. Nuestro registro comercial se aparta de este criterio, por sí solo no confiere al
sujeto inscrito la calidad de comerciante, otorga es publicidad mercantil, para ser comerciante en Colombia se necesita el ejercicio ordinario, habitual y
profesional de actos de comercio. En Colombia el sólo registro es una presunción legal que admite prueba en contrario para demostrar la calidad de
comerciante, la Ley 28 de 1931 creó la matrícula comercial para el comerciante, auxiliares de comercio, sociedades comerciales, etc., y en esa misma ley
se creó las Cámaras de Comercio. El registro del comerciante y de sus actos hace oponible a terceros los mismos, es decir les otorga publicidad mercantil,
por eso el registro es público, cualquier persona tiene acceso a él, puede obtener y revisar libros ante la Cámara de Comercio, obtener copias de
documentos, hacer registros mercantiles, de actos, documentos o establecimientos de comercio, así lo señala el Art. 26 C.Co.

FUNCIONES QUE CUMPLE EL REGISTRO COMERCIAL.

1. FUNCIÓN DE PUBLICIDAD O INFORMATIVA:


La señala el Art. 26 inc. 2° C.Co. El registro mercantil será público, cualquier persona tendrá acceso a los libros y archivos que llevaren la Cámaras de
Comercio y podrá tomar anotaciones y tomar copias de los mismos, y todas las constancias registradas ante el Registro de la Cámara de Comercio están
destinadas a informar al público en general y por eso cualquier persona tiene acceso a ellos.

2. FUNCIÓN DECLARATIVA:
La señala el Art. 29 núm. 4° C.Co. La inscripción podrá solicitarse en cualquier tiempo si la ley no fija un término especial para ello, pero los actos y
documentos sujetos a registro no producirán efectos respecto de terceros sino a partir de la fecha de su inscripción. Significa lo anterior que determinados
actos registrados y celebrados por el comerciante hace que sean oponibles a terceros de buena fe, en cambio los no registrados son inoponibles frente a
terceros.

3. FUNCIÓN CONSTITUTIVA:
EL acto jurídico tendrá eficacia una vez registrado en la Cámara de Comercio, es que en ciertos casos el registro cumple una función netamente sustantiva
como requisito formal necesario para la validez del acto jurídico, tal es el caso de la constitución o reforma de sociedades comerciales, en este caso la
escritura de constitución societaria debe registrarse ante la Cámara de Comercio del domicilio de la sociedad, si no se hace el contrato de sociedad será
irregular y este acto no producirá efectos frente a terceros de buena fe y tal omisión hace que los socios respondan solidaria e ilimitadamente con sus
bienes presentes y futuros de las obligaciones que adquiera la sociedad como persona jurídica(Art. 112 C.Co).

4. FUNCIÓN SANATORIA:
En ciertos casos el registro comercial sanea las deficiencias formales de que estaba afectado el acto jurídico, esto es hecho en debida forma el registro
comercial de una escritura societaria no podrá impugnarse el contrato de sociedad por vicios de forma pues éstos se entienden saneados con el acto de
registro, sólo podrá hacerse por defectos de fondo, así lo prevén los Art. 104 y 115 C.Co. Lo anterior permite concluir que en algunos casos el registro
comercial purga los defectos formales del contrato. Igualmente, el registro sustituye al documento perdido o destruido, basta para reponerlo la expedición
del certificado de Cámara de Comercio donde aparezca el texto original del documento perdido y así éste es legalmente sustituido y tendrá el mismo valor
probatorio de su original, así lo señala el Art. 44 C.Co.

5. FUNCIÓN DE AUTENTICIDAD:
La prevé el Art. 252 núm. 2° C.P.C. cuando dispone que un documento privado es auténtico entre otros casos si fuere inscrito en el registro público a
petición de quien lo firmó, explica entonces que al registro deben presentarse los actos o documentos con las firmas previamente autenticadas por el
funcionario competente y si éste es llevado personalmente por el mismo suscribiente ante el registro mercantil se cumple con una función de autenticidad
del acto o documento registrado.

6. FUNCIÓN PREVENTIVA DE LA COMPETENCIA DESLEAL:


El Art. 35 C.Co. prohíbe a las Cámaras de Comercio matricular a un comerciante o establecimiento de comercio con el mismo nombre de otro ya inscrito
mientras el primero no haya sido cancelado por quien solicitó el registro o autoridad competente. Si se presenta el caso de homonimia de nombre de
personas o establecimientos de comercio podrá hacerse la inscripción siempre y cuando que con el nombre que se inscribe se use algún distintivo para
evitar la confusión y actos de competencia desleal.

LIBROS DE REGISTRO QUE DEBEN LLEVAR LAS CÁMARAS DE COMERCIO.


La Superintendencia de Industria y Comercio ha señalado el número de libros que deben llevar las cámaras de comercio para que cumplan sus funciones y
ha señalado doce libros (Res. No. 0535 de 8 de noviembre de 1971):
1. De las capitulaciones matrimoniales y liquidación de sociedades conyugales: Cuando los cónyuges o cualquiera de ellos sea comerciante y celebran
capitulaciones matrimoniales se anotará en este libro copia de la escritura pública que contengan las capitulaciones matrimoniales celebradas y también se
anota copia de la providencia judicial mediante la cual se liquida la sociedad conyugal cuando los cónyuges o cualquiera de ellos es comerciante. Si existen
bienes inmuebles en ambos casos deberá registrarse también ante la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos.
2. De las incapacidades e inhabilidades comerciales: En este libro se anotan decisiones judiciales que han declarado la interdicción judicial a los
comerciantes, las sentencias condenatorias a los comerciantes por los delitos que se refiere el Art. 16 C.Co. y las actas de posesión de cargos públicos de
los comerciantes que los inhabiliten en el ejercicio del comercio.
3. De la quiebra: Esta figura desapareció en Colombia con la Ley 1116 de 2006 y hoy se ha establecido para los comerciantes que entran en cesación de
pagos el régimen de insolvencia empresarial y los procesos de liquidación judicial. En este libro se inscriben las providencias que declaren la apertura de
esta clase de procesos como también la sentencia definitiva que lo resuelva y estos procesos los conoce la Superintendencia de Sociedades y los jueces
civiles del circuito en los lugares donde no haya Superintendencia de Sociedades como por ejemplo el Departamento de Nariño.
4. De las autorizaciones, habilitaciones para menores de edad y revocaciones: Es la resolución de la Superintendencia de Industria y Comercio la que
señala los casos de registro y en especial cuando se trata de menores adultos comerciantes con patrimonio propio quienes se pueden obligar de manera
directa hasta por el monto de su propio peculio.
5. De la administración de los bienes del comerciante: Se inscriben los poderes generales contenidos en escritura pública que otorga el comerciante
para la administración de sus bienes.
6. De la administración o propiedad de los establecimientos de comercio: Se inscriben todos los actos de transferencia o modificación de la propiedad
de los establecimientos comerciales.
7. De los libros mercantiles: Se registran los libros principales de contabilidad del comerciante persona natural o jurídica como también de los libros
auxiliares.
8. De los embargos y demandas civiles: Se registran las medidas cautelares proferidas en procesos judiciales en contra de los comerciantes.
9. De las sociedades comerciales: Se registran los actos de constitución societarias, reformas, adiciones, disolución y liquidación, igualmente el
nombramiento o revocación de gerentes o representantes legales, revisores fiscales y liquidadores.
10. De la reserva de dominio.
11. De la prenda.
12. De la agencia comercial: En estos libros se registran los contratos de reserva de dominio, prenda y agencia comercial como su cancelación o
levantamiento, pues recordemos que a esta clase de contratos el Código de Comercio les exige registro mercantil.

SANCIONES POR INCUMPLIMIENTO A LAS FORMAS DEL REGISTRO.


Si el comerciante no se matricula en el registro comercial y omite el acto de matrícula mercantil de su domicilio, por ese hecho no pierde la calidad de
comerciante, pero matricularse es un deber u obligación que debe cumplir y su negativa le acarrea sanciones pecuniarias impuestas por la
Superintendencia de Industria y Comercio hasta de 17 S.M.L.M.V. por cada mes que omita su matrícula (Decreto 2153 de 1992), además el comerciante no
inscrito no es parte integrante de la Cámara de comercio y por consiguiente no podrá ni elegir ni ser elegido a los directivos de dicha entidad pues no tiene
el carácter de afiliado así ejerza el comercio materialmente (Arts. 78 y 92 C.Co). Finalmente, el comerciante no podrá registrar los libros contables que es
otra obligación del comerciante y en caso de proceso judicial los libros no registrados no tienen ningún valor probatorio.

OMISIÓN DEL REGISTRO DE LAS PERSONAS JURÍDICAS.


Las sanciones son las siguientes:
1. El Art. 112 C.Co. establece que mientras las sociedades no sean registradas en la Cámara de Comercio del domicilio de la sociedad, el contrato será
inoponible a terceros, aunque se haya consumado la entrega de aportes a los socios.
2. El Art. 116 C.Co. señala que la falta de registro mercantil de las sociedades trae como consecuencia que el gerente o representante legal no puede
iniciar operaciones en cumplimiento de su objeto y si hay aporte de inmuebles la escritura de constitución de la sociedad también deberá registrarse ante la
Oficina de Registro de Instrumentos Públicos para que opere la tradición a favor de la sociedad, y si los administradores inician actividades sin el registro
serán responsables solidariamente ante socios y terceros de las operaciones que ejecute la sociedad.
3. Igualmente todos los actos que se dicten en procesos de insolvencia o liquidación judicial deberán registrarse ante la Cámara de Comercio para que
produzcan efectos ante terceros (Art. 119 inc. Final C.Co.).
4. Los liquidadores de sociedades para que puedan ejercer su actividad deben registrar su nombramiento ante la Cámara de Comercio, caso contrario
no pueden ejercer su cargo ni tienen la facultad para liquidar la sociedad.
Finalmente, el Art. 29 C.Co. afirma que los actos y documentos sujetos a registro no producirán efectos respecto de terceros sino a partir de la fecha de su
inscripción y a su vez el Art. 901 C.Co. señala que será inoponible a terceros el negocio jurídico celebrado sin cumplir los requisitos de publicidad que la ley
exige.

CONSERVAR LA CORRESPONDENCIA COMERCIAL.


Es otro de los deberes del comerciante, y la doctrina dice que esta obligación nace del deber de llevar libros de comercio y la correspondencia comercial
sirve de medio de prueba para dar fe de los contratos celebrados por el comerciante y además de lo anterior testifica los asientos contables depositados en
los registros mercantiles (Art. 28 Decreto 1798 de 1990), es que la mayoría de los contratos comerciales son consensuales, los formales son la excepción,
de allí el papel probatorio que juega la correspondencia mercantil para probar la celebración de esos contratos consensuales.
La correspondencia puede ser activa y pasiva, activa la que el comerciante envía en sus negocios, pasiva la que recibe de sus clientes o proveedores y
ambos tipos de correspondencia debe conservarla (Art. 54 C.Co. y Art. 31 del Decreto 1798 de 1990).
El comerciante deberá dejar copia fiel de la correspondencia que dirija en relación con sus negocios, así mismo conservará la correspondencia que reciba
en relación con sus actividades comerciales y para la reproducción de copias podrá usar cualquier medio técnico. El Decreto 2527 de 1959 y nuestro actual
Código de Procedimiento Civil establecen el procedimiento técnico de reproducción y conservación de correspondencia comercial.
DEBER DE LLEVAR CONTABILIDAD COMERCIAL.
Este es otro de los deberes que nace de la calificación de comerciante. La contabilidad nace desde tiempos muy remotos, por ejemplo, los Incas de Perú
llevaban la contabilidad en cintas enrolladas llamadas Keytos y a varios colores, en Atenas y Egipto llevaban las cuentas en forma de ábacos en dos
colores: blanco que significaba haber y negro que significaba debe. En Roma sobre todo para los banqueros existía la obligación de llevar libros donde se
anotaban las operaciones diarias.
La contabilidad es un conjunto de normas utilizadas por el empresario para registrar la totalidad de las operaciones diarias y le permite al comerciante en un
momento dado apreciar sus situación económica y financiera. El comercio se funda en el crédito y la buena fe, por eso obliga al empresario a estar al día en
el cumplimiento de sus negocios y al corriente de sus operaciones mercantiles y son los libros de contabilidad los que le suministran esta clase de
información. Los libros contables constituyen la verdadera historia del comercio y le permite conocer su estado de resultados en cualquier momento para
determinar si su situación es de superávit o déficit (pérdidas o ganancias).

SISTEMAS DE LLEVAR LIBROS DE COMERCIO.


Las legislaciones universalmente han identificado tres sistemas con relación a llevar libros de comercio: sistema liberal, restringido y mixto. El sistema liberal
es el dominante en las legislaciones más prósperas como Inglaterra, Estados Unidos, Japón, etc., aquí la ley le impone al empresario la obligación de llevar
libros contables pero la ley no le dice cuántos ni de qué clase, deja en libertad al empresario de llevar los libros que crea conducente según la naturaleza
del negocio. El sistema restringido es adoptado por España, Francia e Italia; la ley le obliga al empresario a llevar contabilidad y le dice cuántos y qué clase
de libros debe llevar. Finalmente tenemos el sistema mixto o combinado utilizado en los países Latinoamericanos, la ley le dice el número de libros
principales que debe llevar y deja en libertad al comerciante de llevar otros libros auxiliares que considere conveniente de acuerdo a la calidad del negocio.
Colombia adquiere el sistema mixto y el Art. 49 C.Co. señala que para todos los efectos legales cuando se haga referencia a libros de comercio se
entenderán por tales los que determine la ley como obligatorios y los auxiliares necesarios para el completo entendimiento de aquellos, se inscriben los
libros principales mas no los auxiliares pues los primeros son obligatorios, los segundos facultativos.

CONDICIONES QUE DEBEN CUMPLIR LOS LIBROS.


El Art. 11 del Decreto Reglamentario 1795 de 1990 permite al empresario o comerciante adoptar cualquiera de los sistemas tradicionales de contabilidad,
bien sea por libros o por sistema magnético. En todo caso la contabilidad debe cumplir con los siguientes requisitos:
1. Los asientos de contabilidad deben registrar por sistema de partida doble existiendo una columna de debe y otra de haber, lo que permite un análisis
crítico para fijar metas y resultados de la empresa.
2. La contabilidad debe ser centralizada lo que permite conocer el estado general de los negocios no solamente los presentes sino todos los que
influyan en el patrimonio del empresario.
3. La contabilidad debe revelar la historia fidedigna de los negocios del empresario permitiéndole llevar libros principales y auxiliares.
4. Los libros pueden ser compactos o formarse en hojas removibles enumeradas y en serie cronológica.
5. Las anotaciones contables deben hacerse cronológicamente con los soportes que respaldan tales asientos contables.
6. La contabilidad debe llevarse en idioma español y en el domicilio del comerciante (Art. 50 C.Co.). Esta norma es severamente criticada pues el
comerciante extranjero que se radica en Colombia estaría ajeno a saber lo que se expresa en los libros y si omite esta obligación sus libros carecerían de
eficacia probatoria.
Los libros contables pueden ser utilizados como prueba en cualquier clase de proceso, pero deben cumplir con los siguientes requisitos:
1. Deben estar registrados en la Cámara de Comercio del domicilio del comerciante aclarando que los libros auxiliares no necesitan de registro, solo los
principales, el libro puede estar empastado o en hojas sueltas formándose series continuas de tarjetas para que sean archivadas en orden cronológico.
2. En los libros no deben dejarse espacios en blanco, no deben haber interlineaciones, raspaduras o correcciones, no se pueden arrancar hojas o
alterar su orden, cualquier error se salvará con otro asiento contable en la fecha que se advierta, quien no cumpla estas ritualidades incurrirá en sanciones
pecuniarias impuestas por la Superintendencia de Industria y Comercio sin perjuicio de las acciones penales (Arts. 57 y 58 C.Co., Decreto Reglamentario
1798 de 1998 Art. 18 y Decretos 2195 y 3012 de 1992).

RESERVA DE LOS LIBROS MERCANTILES.


Nuestra actual Constitución Nacional consagra como derecho fundamental que las cartas y papeles privados no pueden ser interceptados ni registrados
sino por orden de autoridad competente, por ello la reserva de los libros contables representan una garantía para los comerciantes, es una regla de carácter
imperativo y sólo pueden hacer excepciones en los casos previstos por la ley. Estos libros no podrán ser examinados sino por sus propietarios o personas
autorizadas para ello mediante orden judicial, así lo señala el Art. 22 del Decreto Reglamentario 1798 de 1990, el derecho a la reserva no restringe ni es
aplicable a funcionarios que cumplan funciones de inspección y vigilancia o auditorías con la obligación de guardar la reserva (Art. 62 C.Co.).

CASOS ESPECIALES DE EXHIBICIÓN.


Las excepciones al principio de reserva de libros comerciales son taxativas y las señala el Art. 63 C.Co. y estas son:
1. Para efectos de tasación de impuestos a fin de verificar la exactitud de las declaraciones de renta o la existencia de hechos gravables declarados o
no.
2. Todos los establecimientos de crédito están obligados a exhibir libros a las autoridades como son bancos y entidades financieras, el Gobierno como
autoridad suprema administrativa puede ejercer inspección y vigilancia sobre ellos, no significa esto que pueda cambiar las políticas de administración, al
respecto son autónomos (Art. 559 C.C.).
3. Para la investigación de delitos penales conforme al Código de Procedimiento Penal.
4. En los procesos civiles conforme a las reglas del Código de Procedimiento Civil y tiene por objeto buscar pruebas para poder desatar el litigio. El Art.
68 C.Co. les concede a los libros contables pleno valor probatorio en las causas mercantiles y entre comerciantes.

En conclusión, la exhibición de libros de comercio es una excepción al principio de reserva y esta exhibición puede ser parcial o general, la parcial se hace
para fines probatorios a los asientos contables determinados objeto de litigio y el juez hará constar los hechos y piezas contables verificadas, también la
exhibición podrá ser general y estos casos son taxativos y el comerciante está obligado sin reserva alguna a aportar todos sus asientos contables y libros
en los siguientes casos:
1. En los procesos de insolvencia y liquidación judicial (Ley 1116 de 2006)
2. Liquidación de sucesiones
3. Liquidación de comunidades
4. Liquidación de sociedades comerciales
5. Liquidación de sociedades cuando cualquiera de los cónyuges sea comerciante (Decreto 1798 de 1990 Art. 27).

SANCIÓN A LA NEGATIVA DE EXHIBIR LIBROS.


1. Si es para efecto de impuestos podrá ordenarse inspección tributaria para determinar la exactitud de la declaración y si el comerciante no presenta
libros exigidos por la administración de impuestos no podrá invocarlos posteriormente como prueba a su favor y tal hecho se tendrá como indicio en su
contra.
2. Si los establecimientos de crédito se niegan a exhibir libros podrá cancelársele su autorización para funcionar con sanciones pecuniarias sucesivas.
3. Para casos penales es viable el allanamiento.
4. En los procesos civiles se busca es obtener pruebas y se presentan dos situaciones:
a. Si el comerciante se niega a presentar libros o los oculta una vez decretada su exhibición, se tendrán como probados en su contra tales hechos si
son admisibles de prueba de confesión.
b. Si un comerciante solicita exhibición de libros se entiende que pone a disposición del juez los propios, estas obligaciones son recíprocas, quien solicita
está obligado a exhibir los propios.

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