Cuentogrr GD

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 9

U Un cuento ¡grrr!

Graciela Bialet y Juan Gedovius

e la O bra
e r c a d
Ac

Acerca de este cuento


Un nene alcanza varios libros de una repisa y quiere que
alguien se los lea. Afanosamente, va de un lado al otro en
su casa, pidiéndolo a sus familiares: la abuela, la mamá,
el papá, los hermanos… pero todos están demasiado
ocupados y ninguno tiene tiempo para dedicarle al
niño y a los cuentos. Pero esto no es obstáculo para
la imaginación del pequeño; en su recorrido, va reu-
niendo diversos objetos, que en su mente generan
historias tan divertidas y emocionantes como las
que contienen los cuentos. Los breves textos, con-
sistentes básicamente en interjecciones y onoma-
topeyas, se complementan armoniosamente con
las juguetonas ilustraciones, abriendo la puerta a la
imaginación y creatividad de cada lector para gene-
rar sus propios significados.

1
el A utor
Datos d

Sobre la autora y el ilustrador


Graciela Bialet nació en 1955 en Córdoba, Argentina. Es profe-
sora de Enseñanza Primaria, Comunicadora Social, Licencia-
da en Educación y tiene un Máster en Literatura Infantil y
Lectura. Trabajó como docente por varios años, coordinó
talleres literarios y fue la creadora y coordinadora del
programa “Volver a Leer” del Ministerio de Coordina-
ción de Córdoba, que recibió el premio Pregonero Ins-
titucional 2007. Como escritora ha abordado tanto
la literatura como la pedagogía; tiene más de 25
obras publicadas y ha recibido múltiples distincio-
nes y premios.

Juan Gedovius nació en 1974, en la ciudad de


México. Su formación es autodidacta y se dedica
a la ilustración, fundamentalmente en el ámbi-
to de la literatura infantil y juvenil, tanto de sus
propios libros como de otros autores. Además
ilustra murales, revistas, portadas discográficas,
manuales y folletos entre muchas otras cosas. Ha
participado en innumerables exposiciones en su
país y en el extranjero y ha sido galardonado con
importantes reconocimientos como el Primer Lu-
gar en el Catálogo de Ilustradores de Publicaciones
Infantiles y Juveniles de Conaculta en 2003.
s d e la Obra
In t e r é
Interés del libro

Un cuento ¡grrr! aborda de manera amena y simpática el tema de la imaginación


infantil, que se manifiesta en este caso a través de todo lo que el pequeño pro-
tagonista de la historia crea en su mente a partir de las portadas de los libros y
los elementos que encuentra en el ambiente que lo rodea. Por otro lado, se toca
asimismo el tema de la convivencia familiar y cómo muchas veces los adultos al
estar ocupados no pueden atender las solicitudes de los niños en el preciso mo-
mento en que ellos lo quieren. Los breves textos y las coloridas ilustraciones serán
también muy atractivos para los lectores; las onomatopeyas, interjecciones y la
inclusión de una historia paralela con los personajes de las cucarachas se pres-
tan para una lectura juguetona y muy participativa, y las imágenes por su parte,
permitirán observar la gran cantidad de detalles que incluyó el ilustrador y que
brindan la oportunidad de encontrar múltiples historias en el libro.

Un cuento ¡grrr! Graciela Bialet y Juan Gedovius


3
P royectos Taller de Lectores

U n cuento ¡grrr!

Las onomatopeyas y las interjecciones


¿Y esto qué significa?
Enseñe a los pequeños que a lo largo del cuento la autora utiliza diversas onomatopeyas, es
decir, palabras que imitan sonidos, así como interjecciones, palabras que por sí solas expresan
estados de ánimo, impresiones, órdenes. Vaya escribiéndolas en el pizarrón y pida que las
lean, dándoles la entonación adecuada y explicando luego si se trata de una interjección o
una onomatopeya. Por ejemplo, “¡grrr!”. ¿Es una onomatopeya o una interjección? ¿Qué en-
tonación le darían a esta palabra? ¿Qué significado tiene? ¿Cambia el significado si le dan otra
entonación? Siga con “¡Rrrrrrrrrrrr!”, que en este caso es la onomatopeya del ruido que hace
el taladro. Haga lo mismo con varias palabras, permitiendo que los niños reflexionen sobre su
uso, ser el medio de expresión de los pequeños que aún no adquieren el lenguaje hablado y la
importancia de la entonación que se les da.

Los sonidos a nuestro alrededor


Motive a los niños a inventar sus propias onomatopeyas. Pídales que se fijen en cómo se oyen
algunos sonidos, por ejemplo, si cierra la puerta, golpea sobre una mesa, camina pisando fuer-
te, etcétera. Invítelos a crear las palabras que imiten a esos sonidos o ruidos. Se-
guramente se divertirán tratando de encontrar las consonantes y
las vocales que mejor los representan. Si ya están en el proce-
so de adquisición de la lecto-escritura, puede escribir las
onomatopeyas que inventen en el pizarrón para que
luego las copien en sus cuadernos y hagan un dibujo
al lado de cada una, que ilustre qué representa ese
sonido. Si sus alumnos se encuentran en las etapas
preliminares de la lectura invítelos a revisar diferen-
tes cuentos infantiles, cómics y caricaturas en los cua-
les deberán identificar las onomatopeyas e interjecciones.

Un cuento ¡grrr! 4 Graciela Bialet y Juan Gedovius


Concierto de interjecciones
Esta actividad se llevará a cabo mejor en un espacio abierto, para que los niños puedan pre-
parar sus participaciones. Organice a los alumnos en grupos de tres y propóngales divertirse
haciendo un concierto de interjecciones. Asigne una interjección a cada grupo y pídales que
escojan la tonada de una canción para que la canten pero usando solamente la interjección
que les tocó. Otra opción es que ensayen todos la misma canción cantando toda la letra, y
después cada equipo cante un fragmento utilizando la interjección que le correspondió.

Libros y más libros


Mis libros favoritos
Comente con los pequeños la manera en que inicia el cuento, con el protagonista tomando
sus libros y poniéndolos en su carrito. Entre todos esos, elige uno que es el que pide a todos
en su casa que le lean, ¿lograron identificar cuál era? Si no se percataron de que es Caperucita
Roja, pídales que vuelvan a observar las ilustraciones con atención. Invítelos a platicar a sus
compañeros cuáles son sus libros favoritos, los que siempre piden a sus familiares que les
lean. Puede pedirles que al día siguiente lleven su libro para mostrárselos a los demás.

Caperucita Roja
Este es uno de los cuentos infantiles más conocidos y hay muchas ver-
siones disponibles en el mercado. Le sugerimos conseguir dos o tres
versiones distintas para compartirlas con los niños y realizar con ellos
una actividad de análisis de los textos y las ilustraciones. No tiene
que ser una actividad compleja, sino al nivel de los alumnos, para
que se percaten de las diferencias en las narraciones y también en
las ilustraciones. Pida que se fijen si todas dicen lo mismo, si empiezan
igual, si terminan igual, si aparecen los mismos personajes, etcétera. Co-
menten también las ilustraciones. Las preguntas dependerán de las diferencias
y similitudes entre las versiones que consiga. Al final pueden hacer una votación para elegir
la versión que le haya gustado más al grupo.
Invite a sus alumnos a representar teatralmente el cuento de Caperucita Roja. Favorezca
que los niños de ofrezcan voluntariamente a desempeñar los personajes de Caperucita, su
mamá, el lobo feroz, la abuelita y el leñador. Pídales que traigan de casa vestuario para cada
personaje, asígneles los parlamentos, propicie los ensayos e invite a los padres de familia el
día en que se presente esta obra. Sería, sin duda, un evento que favorecerá la integración del
grupo en una actividad conjunta, que favorecerá la identificación de talentos, propiciará la
retención de los parlamentos, la capacidad de comprensión lectora, de expresión verbal y
actoral. ¡A divertirse!

Un cuento ¡grrr! 5 Graciela Bialet y Juan Gedovius


La biblioteca
Platique con los niños qué es una biblioteca y los tipos de bibliotecas que hay. Conversen
luego sobre los dos tipos básicos de libros: los que cuentan historias (literarios) y los que nos
hablan de cosas reales que podemos aprender o hacer (informativos). Si cuentan con biblio-
teca en el salón, invítelos a que cada uno elija un libro literario y un libro informativo. En caso
contrario, pueden ir a la biblioteca escolar y realizar el mismo ejercicio. Es importante que
desde pequeños empiecen a conocer las diferencias entre los tipos de libros que existen. Si no
tienen biblioteca en la escuela, puede organizar una visita a la biblioteca pública más cercana
o bien una sesión en la que usted consiga suficientes libros para que los niños puedan realizar
la actividad.

Un cuento ¡grrr! 6 Graciela Bialet y Juan Gedovius


Actividades
A inventar Invite a los niños a reflexionar sobre la forma en que está narrado el cuen-
cuentos to. Propóngales inventar otra versión del cuento, ahora utilizando más pa-
labras para contar lo que sucede. Pueden empezar por ponerle nombres
a los personajes que aparecen. Luego, página a página, irán contando lo
que pasa en la historia. Si ya saben escribir, pueden ir anotando en el pi-
zarrón la historia grupal, no muy extensa, para que luego la copien en sus
cuadernos. Otra opción es que cuenten la historia desde distintos puntos
de vista, por ejemplo, del papá, de la mamá, incluso de la cucaracha que
acompaña al niño a lo largo de todo el cuento.

Mi cara dice… Los rostros de los personajes son muy expresivos, si los observan con
atención, es posible identificar la emoción que estaban sintiendo. Haga
el ejercicio con los niños, vayan mirando las caras y diciendo qué reflejan.
Luego invítelos a que ellos mismos traten de expresar con sus gestos las
emociones; vaya diciéndoles lo que deben manifestar: tristeza, alegría,
espanto, enojo, indiferencia, dolor, frustración, soledad, etcétera. Final-
mente, pueden dibujar círculos en una hoja blanca y con líneas trazar las
bocas y las cejas para que expresen las diferentes emociones.

Las tareas Pida a los pequeños que recuerden qué estaban haciendo las demás per-
del hogar sonas que les impedía contarle el cuento que quería el protagonista. Pla-
tiquen acerca de la paciencia y de que es importante colaborar con las
tareas de la casa. Tal vez si el niño le hubiera ayudado a su abuela o a su
mamá, habrían dispuesto de tiempo para contarle el cuento. Pregúnte-
les: ¿ellos qué hacen para ayudar en su casa? Vaya haciendo un listado
en el pizarrón con lo que mencionen los chicos, luego pueden identificar
las tareas más comunes en las que colaboran todos y aquellas en las que
pueden ayudar para sorprender a sus familiares.

Un cuento ¡grrr! Graciela Bialet y Juan Gedovius


7
Lo que me Al niño del cuento le gustaba leer cuentos con su familia. ¿Qué les gusta
gusta hacer hacer a sus alumnos? Platique con ellos sobre la convivencia familiar:
con mi familia ¿qué hacen en los días libres?, ¿en las tardes?, ¿en las vacaciones? Pídales
que en una hoja dibujen a los miembros de su familia y les pongan sus
nombres. Luego puede solicitarles que anoten o dibujen junto a cada
persona lo que les gusta hacer con ella, por ejemplo, tal vez jugar a la
pelota, ver la televisión, pasear en el parque, andar en bicicleta, jugar
videojuegos, etcétera. Para hacer la actividad más interesante, puede
pedirles que elijan un objeto que represente esa actividad para dibujar-
lo junto al personaje, por ejemplo, si juegan futbol pueden dibujar un
balón, si es leer un libro pueden dibujar este objeto, si les gusta cocinar
pueden dibujar un pastel, etcétera.

Sentimientos Tomi se siente muy frustrado por la falta de disposición de su familia para
difíciles leerle el cuento que pide. Solo expresa su enojo con las interjecciones ¡Grrr!
y ¡Bah!, pero hay otro sentimiento difícil de expresar: el efecto de la indife-
rencia de los otros. Este cuento muestra cómo en la vida cotidiana los niños
no pueden obtener las cosas que piden al momento ya que los adultos no
pueden responder al estar ocupados con sus responsabilidades y activida-
des. Aproveche la oportunidad que abre este libro para investigar con sus
alumnos si han vivido situaciones parecidas. Permita que describan al resto
del grupo 2 o 3 experiencias y que hablen sobre qué hicieron cuando no
recibieron lo esperado. Estimule en ellos a desarrollar la tolerancia a la frus-
tración e invítelos, como lo hace este cuento, a aprovechar esos momentos
de soledad para que los cuentos cobren vida propia y sucedan otras histo-
rias. Así ellos aceptarán como opción jugar solos y hacer uso de la fantasía
e imaginación para armar sus propios cuentos y juegos.

Un cuento ¡grrr! Graciela Bialet y Juan Gedovius


8
N otas

Un cuento ¡grrr! Graciela Bialet y Juan Gedovius


9

También podría gustarte