Novena de Santa Rosa de Lima
Novena de Santa Rosa de Lima
Novena de Santa Rosa de Lima
Así como Santa Rosa sembró el suave aroma de Cristo y su Evangelio con sacrificios y
oraciones, una caridad exquisita para con los pobres y una apasionada vocación por la misión,
también nosotros “….Recobremos y acrecentemos el fervor, «la dulce y confortadora alegría de
evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas… Y ojalá el mundo actual –que
busca a veces con angustia, a veces con esperanza– pueda así recibir la Buena Nueva, no a
través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de
ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí
mismos, la alegría de Cristo…” (EV 10)
Santa Rosa ayudanos anunciar la alegría del Evangelio que brota del encuentro
personal con Jesús (Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Nos ponemos de pie y pedimos a Santa Rosa de Lima las gracias que necesitamos. (En
silencio)
Santa Rosa así como era el deseo de tu joven corazón, anunciar el Evangelio por
pueblos y ciudades, ayudanos a renovar nuestro espíritu misioneros para que todos
conozcan a Cristo (Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Nos ponemos de pie y pedimos a Santa Rosa de Lima las gracias que necesitamos. (En
silencio)
Nos ponemos de pie y pedimos a Santa Rosa de Lima las gracias que necesitamos.
(En silencio)
Nos ponemos de pie y pedimos a Santa Rosa de Lima las gracias que necesitamos. (En
silencio)
Nos ponemos de pie y pedimos a Santa Rosa de Lima las gracias que necesitamos. (En
silencio)
Nos ponemos de pie y pedimos a Santa Rosa de Lima las gracias que necesitamos. (En
silencio)
Santa Rosa, enseñanos a ser dóciles al Espíritu Santo y a ofrecer nuestros dones y
carismas al servicio de la misión en nuestras comunidades y en nuestra Diocesis
(Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Nos ponemos de pie y pedimos a Santa Rosa de Lima las gracias que necesitamos. (En
silencio)
“...Para ser evangelizadores de alma también hace falta desarrollar el gusto espiritual de
estar cerca de la vida de la gente, hasta el punto de descubrir que eso es fuente de un gozo
superior. La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, una pasión por su
pueblo…” (EV 268)
“…Hay que reconocerse a sí mismo como marcado a fuego por esa misión de iluminar,
bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar. Allí aparece la enfermera de alma, el docente de
alma, el político de alma, esos que han decidido a fondo ser con los demás y para los
demás. Pero si uno separa la tarea por una parte y la propia privacidad por otra, todo se
vuelve gris y estará permanentemente buscando reconocimientos o defendiendo sus propias
necesidades. Dejará de ser pueblo…”(EV 273)
Santa Rosa, que seamos evangelizadores fortalecidos por el encuentro personal con
Jesús en la Eucaristía, en su Palabra, en la oración y que renovemos el gozo de ser
pueblo de Dios (Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Nos ponemos de pie y pedimos a Santa Rosa de Lima las gracias que necesitamos. (En
silencio)
“Con el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre está María. Ella reunía a los discípulos
para invocarlo (Hch 1,14), y así hizo posible la explosión misionera que se produjo en
Pentecostés. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de
comprender el espíritu de la nueva evangelización ( EV 284)
Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que
miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño…
Le rogamos que con su oración maternal nos ayude para que la Iglesia llegue a ser una casa
para muchos, una madre para todos los pueblos, y haga posible el nacimiento de un mundo
nuevo (EV 288)
Santa Rosa que, como vos, amemos entrañablemente a La Virgen Madre y también
sea María para nosotros modelo de servicio, entrega y escucha de la Palabra
(Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Nos ponemos de pie y pedimos a Santa Rosa de Lima las gracias que necesitamos. (En
silencio)