Nahuas Huasteca PDF

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9 789707 530089

ISBN 970753008-1

En algunas poblaciones, las mujeres mayores conservan el uso de blusas ricamente bordadas
en punto de cruz sobre manta con motivos de flores de su entorno.
Fotógrafa Julieta Valle, 1994. Acervo personal.
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COORDINACIÓN ACADÉMICA
Enrique Serrano Carreto
Lilia Cruz-González Espinosa

CONSULTORÍA EN DEMOGRAFÍA
Constanza Rodríguez Hernández

SISTEMA DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA


Verónica Gámez Montes
José Alberto Salas Serrato
Laura Virginia García Vidales

SERVICIOS DE INFORMACIÓN Y CÓMPUTO


Eduardo Bello Jiménez
Patricia Moreno Hernández
María de Lourdes Ayala
Blanca Ramírez Martínez

NOTA SOBRE EL AUTOR


Julieta Valle Esquivel es etnohistoriadora y maestra en Antropología Social. Profesora-investigadora de la Escuela Nacional
de Antropología e Historia.

Fotografía 1a de forros y portada: Los sones constituyen un componente crucial de las ceremonias nahuas.
Zongolica, Veracruz.
Fotógrafo Víctor Luna, 1987. Fototeca Nacho López, CDI.

Fotografía página 5: Detalle de la fotografía en pág. 10.

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NAHUAS DE LA
HUASTECA
JULIETA VALLE ESQUIVEL

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CDI
972.004
C65
NAHUAS
HUAST.
Valle Esquivel, Julieta
Nahuas de la Huasteca / Julieta Valle Esquivel. – México : CDI : PNUD, 2003.
31 p. : maps. retrs., tabs. – (Pueblos indígenas del México contemporáneo)
Incluye bibliografía
ISBN 970-753-008-1

1. INDIOS DE SAN LUIS POTOSÍ – NAHUAS 2. INDIOS DE HIDALGO –


NAHUAS 3. INDIOS DE VERACRUZ – NAHUAS 4. NAHUAS (DE LA HUASTECA)
– HISTORIA 5. NAHUAS (DE LA HUASTECA) – ECONOMÍA 6. 4. NAHUAS (DE
LA HUASTECA) – RELIGIÓN Y MITOLOGÍA 7. NAHUAS (DE LA HUASTECA) –
RITOS Y CEREMONIAS 8. NAHUAS DE LA HUASTECA – ORGANIZACIÓN
SOCIAL 9. NAHUAS (DE LA HUSTECA) - EDUCACIÓN 10. NAHUAS (DE LA
HUSTECA) - DEMOGRAFÍA I. t. II. Ser.

D.R. © 2003 Julieta Valle Esquivel

Primera edición, 2003

D.R. © 2003 Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas


Av. Revolución 1279, Colonia Tlacopac, Delegación Álvaro Obregón,
C.P. 01010, México, D.F.

D.R. © 2003 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo


Av. Presidente Mazarik 29, Colonia Chapultepec Morales, Delegación Miguel Hidalgo,
C.P. 11570, México, D.F.

ISBN 970-753-008-1 / Nahuas de la Huasteca

ISBN 970-753-006-5 / Pueblos Indígenas del México Contemporáneo

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Queda prohibida la reproducción parcial o total del contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autorización
del titular, en términos de la Ley Federal del Derecho de Autor, y en su caso de los tratados internacionales aplicables. La
persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones legales correspondientes.

Impreso y hecho en México

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NAHUAS DE LA HUASTECA

NAHUAS DE LA
HUASTECA

SOMOS LO QUE SOMOS 5


SE DICE QUE LOS NAHUAS SON EL GRUPO INDÍGENA MÁS NUMEROSO DE
MÉXICO, además del más extensamente distribuido en términos territo-
riales. Esta idea es cierta si consideramos como grupo a los hablantes de
una misma lengua: el náhuatl, sin duda, el idioma vernáculo más hablado
en nuestro país. Pero la misma afirmación es absolutamente incorrecta si
admitimos que un grupo étnico no es lo mismo que un grupo lingüístico.
Desde este punto de vista, hay muchos grupos diferentes en México que
hablan variantes diversas de una misma lengua: el náhuatl, y que, además,
practican formas de vida diferentes dentro de una misma matriz cultural.
Aquí hablaremos de aquellos que habitan en la Huasteca.
Los nahuas constituyen el grupo indígena mayoritario en la porción sur
de la región Huasteca. Ocupan, con diversos grados de densidad y presen-
cia relativa, más de 50 municipios de los estados de San Luis Potosí, Hidalgo
y Veracruz, y desde la época prehispánica comparten su territorio con los
otomíes, tepehuas y totonacos, hacia el sur, y con los teenek o huastecos
hacia el norte. La relación de los nahuas con todos ellos es muy estrecha,

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Desde la época prehispánica comparten su territorio con los


otomíes, tepehuas y totonacos, hacia el sur, y con los teenek o
huastecos hacia el norte.

y no es raro encontrar individuos que ha- región. Estos son rasgos que —junto con la
blen, además del náhuatl, alguna o varias extendida práctica del uso de topónimos
de las otras lenguas indígenas propias de la referidos a particiones del espacio comuni-
región. Aunque menos frecuente, también tario— unifican a los nahuas de esta parte
llega a darse el caso de localidades en las del país, aunque es preciso considerar que
cuales residen familias de diferente origen en otros aspectos, incluida la lengua, en-
étnico y que, sin embargo, comparten mul- contramos grandes diferencias: en la Huas-
titud de rasgos culturales. Por otro lado, ca- teca se hablan por lo menos dos dialectos
be mencionar la importante presencia de del náhuatl, identificados no sólo por los
emigrantes nahuas de la Huasteca en los propios hablantes sino incluso por los lin-
6 tres municipios urbanos más sureños del güistas. Gracias a los estudios especializa-
estado de Tamaulipas, quienes conviven dos que involucran técnicas complejas de
ahí con otros indígenas oriundos del mis- análisis, sabemos que estas variantes son
mo vecindario interétnico, así como —en producto de diferentes momentos de pe-
menor medida— de otros lugares de Méxi- netración de los hablantes del náhuatl en
co (véase cuadro en la p. 31). la Huasteca.
Los nahuas de la Huasteca se denomi- Todo parece indicar, de acuerdo con
nan a sí mismos macehuale o macehual- diferentes evidencias, que la primera in-
mej, nombre que resalta su condición de cursión se dio en el periodo Epiclásico
subordinados frente a los mestizos —a (hacia el año 800 d.C.), mientras que la
quienes llaman coyomej o coyotes—, segunda fue resultado de la expansión az-
mientras que a su lengua la denominan teca, hacia el 1400 de nuestra era. Pode-
méxcatl, una forma abreviada de “mexi- mos decir, entonces, que los nahuas ha-
cano”. Saben y afirman que su idioma —y blantes de una y otra etapa llegaron a esta
no el español— es el verdadero mexicano, región en momentos tardíos de la historia
pero ello no obsta para que también lo de- prehispánica. Esto implica que ocuparon
nominen náhuatl en muchos lugares de la territorios en los cuales ya habitaban otros

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grupos, hablantes de otras lenguas, con


culturas desarrolladas. Por lo tanto, estos
recién llegados, al margen de que hayan
llegado como conquistadores o hayan do-
minado militarmente a los otros, debieron
adaptarse a las formas de vida de quienes
los precedieron. Esto es fundamental para
comprender la especificidad de los nahuas
contemporáneos de esta región.

UN VECINDARIO COMPLEJO
Como ya dijimos, los nahuas conviven con
varios grupos, los cuales es muy probable
que ya ocuparan diferentes porciones de la
región cuando llegaron aquéllos. Sin entrar
en demasiados detalles, los especialistas
han concluido que el territorio teenek (o 7
huasteco, de acuerdo con el nombre que
los nahuas impusieron a sus ocupantes) se
Aspecto de la vegetación en Zontecomatlán, Veracruz.
extendía mucho más al sur de lo que po-
Fotógrafa Julieta Valle, 1993.
demos constatar hoy día. Respecto de los Acervo personal.
tepehuas, se piensa que son un grupo con
gran antigüedad en la región, que fue con- rante varios siglos, del mismo modo que
quistado alternativamente por los otomíes después lo hicieron con los españoles has-
y los nahuas. Los totonacos, por su parte, ta bien entrado el régimen colonial.
también sufrieron el dominio náhuatl, pero Así las cosas, cobra sentido la gran di-
este hecho no será discutido aquí, puesto versidad cultural que existe entre los na-
que su escenario es un territorio distinto: huas de la Huasteca: los del norte compar-
el Totonacapan, ubicado en la colindan- ten multitud de elementos con los teenek,
cia sur de la Huasteca. De los otomíes, mientras que los del sur a veces casi se
primeros conquistadores de la porción me- confunden con los otomíes y tepehuas.
ridional de la región de nuestro interés, sa- No obstante, es claro que todos comparten
bemos que resistieron el avance nahua du- rasgos con los nahuas de otras regiones del

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otro tipo de actividades, como lo es el im-


Difícilmente todos los nahuas de la portantísimo renglón del cultivo del chile
Huasteca se consideran a sí mismos y su procesamiento, a través de técnicas de
como un solo grupo. ahumado y secado de origen prehispánico,
para la obtención del chilpoctli, altamen-
te apreciado en la época de los aztecas y
país. Este mosaico cultural se vuelve más hasta nuestros días.
complejo cuando observamos que difícil- Dados los procesos históricos que ca-
mente todos los nahuas de la Huasteca se racterizan a la región desde el periodo colo-
consideran a sí mismos como un solo gru- nial, la cría de ganado vacuno y el comer-
po. Únicamente en algunas partes —espe- cio de productos procesados, sobre todo
cialmente en Hidalgo y más recientemen- los derivados de la caña de azúcar, son
te en el sur de San Luis Potosí— comienza también actividades relevantes. La agricul-
a desarrollarse una identidad amplia, basa- tura comercial, en particular de cítricos,
da sobre todo en las recientes experiencias goza de gran importancia, aunque cabe
de la lucha por la tierra y la formación de mencionar que el vínculo de los nahuas
8 organizaciones políticas definidas a partir con esta rama de la producción es sobre
de la etnicidad. Pero este es un fenómeno todo en calidad de peones, en virtud de
nuevo y localizado: en realidad no estamos que el grueso de las tierras dedicadas al
hablando de un solo grupo sino de varios cultivo de la naranja y otros frutos se en-
de ellos, incluso desde el propio punto de cuentra en manos mestizas.
vista de los indígenas. Sin embargo, es po- Respecto de la emigración, hasta hace
sible encontrar algunos elementos en co- pocas décadas operaba sólo mediante re-
mún. A lo largo de estas páginas trataremos des internas: en los nahuas de la Huasteca
de destacar tales elementos sin minimizar no existe una honda tradición de emigrar a
las diferencias, que a veces son apabullan- las ciudades o al extranjero para emplear-
tes, como también veremos. se por un salario. Sin embargo, desde me-
diados del siglo XX esta estrategia econó-
SOMOS CAMPESINOS, Y ADEMÁS... mica empezó a convertirse en un hecho
Los nahuas de la Huasteca, como buena común entre sus jóvenes, quienes se al-
parte de los indígenas mexicanos, basan su quilan sobre todo en el servicio doméstico
economía en la agricultura milpera, lo cual y la industria de la construcción en luga-
no obsta para que también lleven a cabo res como la ciudad de México, Tampico y

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Monterrey. Otros destinos, determinados


por actividades distintas de las menciona-
das, son las minas de Pachuca, las agroem-
presas de la zona de irrigación de San Luis
Potosí y varios puntos de Estados Unidos.
Cabe señalar que los efectos del fenómeno
de la emigración —entre los cuales quizás
el más notable sea el decaimiento en al-
gunos lugares de la (hasta muy reciente-
mente) altísima proporción de matrimonios
endogámicos— ya se expresan hoy en di-
versos terrenos de la vida social de los na- Entre las mercancías que producen los nahuas, destaca el
huas de la Huasteca y en su cultura. piloncillo o chanaca.
Fotógrafa Julieta Valle, 2000.
Por otro lado, las actividades con pro- Acervo personal.
fundo arraigo histórico, como la alfarería
o el bordado de prendas de algodón, poco jetos de barro en Huejutla, Hidalgo, y de
a poco van perdiendo terreno, dado el in- labores de punto de cruz en la mayor parte 9
greso masivo de enseres y mercancías rea- de los municipios de las colindancias de
lizados con nuevos materiales y la escasez Hidalgo y Veracruz. Otra actividad digna
creciente de las materias primas necesarias de mencionarse es la elaboración de pilon-
para la producción artesanal. Sin embar- cillo como principal derivado de la caña
go, podemos mencionar la vigencia de la en el sur de San Luis Potosí, cuyo destino
manufactura de una gran variedad de ob- comercial más importante es la industria
tequilera del estado de Jalisco. Finalmente,
no podemos pasar por alto el hecho de que
Desde mediados del siglo xx la una parte de la subsistencia de las comuni-
dades nahuas de la Huasteca aún depende
migración empezó a convertirse en
de la caza, la pesca y la recolección.
un hecho común entre sus jóvenes,
quienes se alquilan sobre todo en el HAY OTRAS DIFERENCIAS
servicio doméstico y la industria de A pesar de ciertas regularidades que lla-
la construcción. man la atención a primera vista, la socie-
dad nahua de la Huasteca no es homogé-

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nea: ni todo mundo se dedica a lo mismo sobre sus vecinos teenek, dedicados fun-
en todas partes, ni todos se benefician de damentalmente al procesamiento de las fi-
igual modo de la producción y el comer- bras del zapupe y de la palma para la ela-
cio. En algunas partes, como la zona chile- boración de sombreros, morrales y otros
ra de la frontera de Veracruz e Hidalgo, los objetos utilitarios y de ornato. Finalmente,
mecanismos de acaparamiento del produc- la Huasteca, como el resto de las regiones
to son impresionantes; en ellos juegan un indígenas de nuestro país, no está exenta
papel crucial los nahuas pudientes, quie- de relaciones desiguales —marcadas por
nes son considerados como coyomej por el racismo— entre los mestizos, que se di-
sus vecinos y parientes. En otros lugares, cen “gente de razón”, y los indígenas en su
en cambio, como en las inmediaciones de conjunto, a quienes se les aplica adjetivos
Tantoyuca, Veracruz, lo que se observa es infamantes y cargados de prejuicios, como
un predominio económico de los nahuas “compadritos” o “cuitoles” (que equivale a
niños o menores de edad). Pero, al mismo
tiempo, no está de más señalar que en el
complejo sistema interétnico regional es
10 frecuente que los nahuas ocupen un lugar
intermedio entre los mestizos y el resto de
los indígenas.
Otras diferencias internas pueden ver-
se, además de lo ya señalado, cuando po-
nemos atención en la ubicación espacial
de las poblaciones nahuas de la Huasteca.
No podemos “medir con la misma vara” a
las comunidades que se ubican en las par-
tes más altas de la sierra, profundamente
marcadas a partir del siglo XVI por el in-
greso de cultivos y especies animales eu-
ropeas —como los árboles frutales, el trigo
En los grandes mercados, como el de Huejutla, y el ganado lanar— y aquellas que ocupan
Hidalgo, se hacen patentes las desigualdades las cañadas y las llanuras. En las cañadas
sociales entre indígenas y mestizos.
se ha mantenido de manera sorprendente
Fotógrafa Julieta Valle, 2002.
Acervo personal. el complejo productivo característico de

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En el complejo sistema interétnico regional, es frecuente que los


nahuas ocupen un lugar intermedio entre los mestizos y el resto
de los indígenas.

Mesoamérica, basado en el maíz; en la lla- Luis Potosí, no así en Veracruz. Sin embar-
nura, desde muy tempranamente, se intro- go, el cambio en el paisaje a raíz de la in-
dujo el ganado, el cual desplazó —muchas vasión de pastos desde inicios del sigo XX
veces con violencia— a las personas y a la y la explotación petrolera en lo que se lla-
agricultura. De ahí que las comunidades mó La Faja de Oro (que comprendía desde
indias de esta región, que se formaron a las inmediaciones de Chicontepec hasta la
partir de la disolución del régimen de las costa del Golfo), difícilmente tendrá vuel-
haciendas (durante el segundo y tercer ter- ta de hoja: el daño ecológico y la invia-
cio del siglo XX), con frecuencia realicen, bilidad de la agricultura milpera en varias
además de sus actividades de subsistencia, partes del territorio nahua de la Huasteca
otras ligadas a la ganadería, como la pro- son hechos contundentes. No obstante, la 11
ducción de quesos y cecinas. En la sierra, cultura tradicional de estos indígenas se si-
por su parte, un cultivo que llegó duran- gue definiendo a partir del maíz.
te el siglo XIX ocupa el lugar preeminente
en términos económicos: el café. Esta gran
variedad productiva —así como las des-
igualdades sociales y económicas mencio-
nadas— se hacen visibles en los grandes
mercados regionales: Tantoyuca, Huejutla,
Tamazunchale, Chicontepec.
El dominio español suprimió la presen-
cia de los indígenas en casi toda la llanura
costera durante varios siglos, sustituyéndo-
los por esclavos de origen africano y reses.
Sin embargo, los hechos históricos recien- La contaminación derivada de la actividad
petrolera es severa en numerosos municipios.
tes han permitido que este fenómeno se re-
Fotógrafa Julieta Valle, 1994.
vierta parcialmente en Hidalgo y en San Acervo personal.

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EL MAÍZ NO ES SÓLO UN ALIMENTO te el gran granero, hasta que los dioses se


Las fuentes del siglo XVI nos informan de la enojaron con ellos y decidieron terminar
extraordinaria riqueza que caracterizaba a con esa situación. El más poderoso de ellos
esta región. Algunos cronistas detallan que —según la tradición teenek, el dios Trueno
los habitantes de aquellos tiempos logra- Mayor— golpeó el cerro y lo resquebrajó
ban obtener hasta tres cosechas de grano en cuatro partes, que hoy en día se relacio-
cada año. Hoy las cosas han cambiado, nan con sendos rumbos de la región Huas-
pero en buena parte de las comunidades teca. El maíz que se encontraba dentro fue
de las cañadas y la bocasierra se mantie- incendiado, razón por la que existen distin-
nen dos ciclos agrícolas al año: el de xo- tas tonalidades de semillas: blancas, las que
palmil, o de temporal, y el de tonalmil, o no fueron tocadas por el fuego; amarillas,
de secas. Las implicaciones de estos ci- las que apenas entraron en contacto con las
clos en la cultura nahua de la Huasteca llamas, y rojas y negras, las que ardieron y
son enormes. se quemaron. Este cataclismo terminó con
La mayoría de las culturas indígenas una era y dio lugar a otra en la que los
de la cuenca del Golfo de México —co- hombres padecen pobreza y penurias, pero
12 mo las del resto de Mesoamérica— rela- cuya existencia sigue estando indisoluble-
tan su origen a partir de mitos relaciona- mente ligada a la del maíz. Es por ello que
dos con el maíz. Los nahuas narran que todo trabajo, individual y colectivo, está
en un pasado remoto existió un gran cerro orientado a reproducir el ciclo agrícola y
(identificado generalmente con el Postec- garantizar el abasto de la preciada semilla
titla, ubicado cerca de Chicontepec) que a las familias y la comunidad.
guardaba en su seno la mayor de las rique-
zas: el grano. Los ancestros de los hombres, TRABAJAR, OFRENDAR Y CELEBRAR
flojos y voraces, saqueaban continuamen- El trabajo para los nahuas de la Huasteca
es una idea central: es escardar la milpa,
sembrar y cosechar; es preparar el nixton,
moler el grano y hacer tortillas; es hacer
La actividad ritual es de una ofrendas a las deidades y pedirles permiso
importancia mayúscula, y toda para alimentarse de la tierra y sus frutos; es
ella está regida por el ciclo de mantener contentos a los muertos y a los
crecimiento y maduración del maíz. espíritus para que la vida de la comunidad
y sus miembros sea armónica y esté libre de

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rencillas y envidias. El trabajo, además de de acuerdo con los propios indígenas, es


fortalecer el alma del hombre, dotándolo la representación de un muerto que se le
de autoridad y prestigio, garantiza la exis- ofrenda al señor del inframundo. En mu-
tencia de la vida social. Por eso la actividad chas comunidades se sacrifican grandes
ritual es de una importancia mayúscula, y cantidades de aves y se bebe alcohol en
toda ella está regida por el ciclo de creci- abundancia. Con el Carnaval inicia el pe-
miento y maduración del maíz. riodo ritual mediante el cual se cierra el ci-
La mayor parte de los antropólogos clo agrícola del tonalmil, o de secas, y se
que han visitado esta región de México abre el de las lluvias. Esta fiesta es quizás
han quedado impresionados por la des- uno de los casos más obvios en los que la
bordante vida ritual que caracteriza a sus ritualidad mesoamericana ligada a la agri-
habitantes. Y casi todos coinciden en que cultura se empalma con las fechas de ob-
el Carnaval y el Xantolo —este último equi- servancia católica más importantes, pues
valente a la fiesta de los muertos en otras una vez concluida la Cuaresma se procede
regiones— cobran aquí una relevancia que a la petición de las lluvias y a la siembra el
no se ve en otras partes del país. maíz de temporal.
El Carnaval, cuya celebración tiene lugar El ciclo agrícola del xopalmil, o de tem- 13
justo antes de la Cuaresma, es lo que se co- poral, a su vez, culmina en términos ri-
noce como un “ritual de inversión”; se trata
de una festividad en la que las normas so-
ciales se trastocan y se permite la trasgresión
a lo que está prohibido el resto del año. En
palabras de los propios nahuas “es la fies-
ta del Diablo, pues también a él hay que
tenerlo contento”.
Durante el Carnaval, los varones se vis-
ten de mujeres, los poderes de la naturale-
za invaden simbólicamente los poblados y
las autoridades legítimamente reconocidas
son destituidas temporalmente. Se consu-
me de manera ritual el zacahuil, vianda Preparando el zacahuil, alimento ritual
característico del carnaval. Chicontepec, Veracruz.
característica de la región que asemeja Fotógrafo Víctor Luna.
un tamal de grandes dimensiones y que, Fototeca Nacho López, CDI.

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tuales con el Xantolo, al que en la Huas- tradición prehispánica. Pero para quienes
teca difícilmente podemos llamar “día de participan en ellas son una sola cosa, indi-
muertos”, pues generalmente comprende soluble, indisociable: la manera como los
varios días durante los cuales se llevan a abuelos y los abuelos de los abuelos logra-
cabo actividades ceremoniales claramen- ron el mantenimiento del orden cósmico y
te distinguibles y con propósitos específi- de la vida social: “el costumbre.”
cos. El Xantolo, a diferencia del Carnaval Pero “el costumbre” no es igual en to-
y de otras fechas festivas del ciclo de las das partes ni se ha mantenido inmutable
lluvias, tiene un carácter más familiar que con el paso del tiempo. En la porción nor-
comunitario. Por lo tanto, el ceremonial, teña de la región, el sustrato aborigen se
lejos de ser público, tiene como escena- parece mucho más al de los vecinos teenek
rio la casa y como centro al altar domésti- que al de los nahuas meridionales. En el
co, aunque en su momento culminante las sur, sólo los especialistas más avezados lo-
familias se reúnen en el cementerio para gran distinguir las sutilezas que diferencian
entregar sus ofrendas a los difuntos y efec- las ceremonias nahuas de las otomíes o, in-
tuar una convivencia en la que participan cluso, las tepehuas. En el norte, la vida ri-
14 todos los miembros de la comunidad: vi- tual, las creencias acerca de la enfermedad
vos y muertos. Es significativo que en esta y las modalidades de la curación tienen
fiesta se consuman los “tamales de Todos como tema crucial a los ancestros prehu-
Santos”, elaborados con los principales manos, cuya morada es el monte, siempre
productos de la milpa: maíz, frijol y chile. indignados contra los hombres que usur-
Podemos darnos cuenta de que se trata de paron el territorio que les pertenecía has-
una manera de marcar que ha concluido ta el momento del Diluvio. En el sur, to-
con éxito el ciclo de las lluvias. do gira en torno a los aires, representados
Entre los nahuas de la Huasteca se ce- mediante figuras de papel recortado, cuyo
lebran otras festividades de gran importan- rol en la mayoría de las ceremonias, tanto
cia, como el pedimento de lluvias en ma- propiciatorias como curativas, es central.
yo, Santa Rosa en agosto, el tlamanes u Por su parte, en las cabeceras municipales
“ofrecimiento de las semillas” en septiem- predominan los elementos católicos, mien-
bre, además de aquellas propias de la Na- tras que en los ejidos y comunidades loca-
vidad o solsticio de invierno y Año Nuevo. lizados dentro de lo que fueron las hacien-
Todas ellas involucran elementos católicos das, los rasgos prehispánicos parecen más
y otros que claramente corresponden a la evidentes. Pero en toda la región el ciclo

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15

Altar doméstico. Chicontepec, Veracruz.


Fotógrafo O.P. Ojeda Luna, 1987.
Fototeca Nacho López, CDI.

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ritual dominante presenta pocas variacio- pertenezcan, se conforman por una ca-
nes y las formas de sanar los males colec- becera y un conjunto variable de delega-
tivos e individuales parten de un sistema ciones, agencias o congregaciones. Es un
de creencias similar. terreno en el que las normas estatales im-
ponen una organización y un conjunto de
VIVIR EN SOCIEDAD autoridades con atribuciones determinadas
Los nahuas de la Huasteca, como casi to- constitucionalmente. A lo largo de la his-
dos los grupos indígenas de nuestro país, toria, poblaciones sujetas a una cabecera
se organizan socialmente a través de un reclamaron su derecho a separarse y for-
sistema de autoridad que tiene tres funda- mar, durante el periodo colonial, pueblos,
mentos distintos: el municipio, la propie- y posteriormente, a partir del siglo XIX, mu-
dad social de la tierra y lo que se ha llama- nicipios. Así pasó con Jaltocán y Calnali,
do el sistema de cargos. En otras palabras, en Hidalgo, y con Ixhuatlán de Madero y
la vida colectiva se estructura y norma me- lo que hoy se llama Benito Juárez (prime-
diante combinaciones particulares de re- ro Xochioloco, luego Santa Cruz), en Vera-
glas impuestas desde la sociedad nacional cruz, por sólo citar algunos ejemplos. Pe-
16 y la tradición histórica propia. Pero la di- ro generalmente, salvo contados casos, las
versidad de estas combinaciones es enor- poblaciones indígenas están subordinadas
me; así, entre los nahuas de la Huasteca jurídicamente a las cabeceras mestizas, ra-
encontramos variaciones tan notables, que zón por la cual sólo en el ámbito local
desde el punto de vista de la estructura co- operan las normas de lo que hemos dado
munitaria resulta casi imposible hablar de en llamar el “derecho consuetudinario”.
un solo grupo indígena. Pero las cosas se complican aun más
Toda la región, como el resto del país, en una región en la que la reforma agraria
se encuentra dividida en municipios, los se introdujo de manera desigual: una por-
cuales, a su vez, según el estado al que ción significativa del territorio nahua de la

La vida colectiva se estructura y norma mediante reglas


impuestas desde la sociedad nacional y la tradición
histórica propia.

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Huasteca sigue en manos de particulares, huas de la Huasteca nos llevaría varias pá-
mientras que en otros lugares —sobre todo ginas; no obstante, es posible afirmar que,
en Hidalgo— se efectuó un reparto agra- en efecto, en muchas comunidades exis-
rio masivo. Además de las implicaciones te un sistema bien estructurado en el cual
económicas y relativas a los regímenes de participan todos los varones adultos des-
trabajo que se desprenden de lo anterior, pués de haber contraído matrimonio (a ve-
las modalidades de la organización co- ces incluso antes), que consta de diferentes
munitaria son también una consecuencia “peldaños” de creciente jerarquía, donde
importante. el servicio público garantiza el aumento
En los lugares en los que el ejido es del prestigio y el reconocimiento social.
la forma de propiedad predominante, la En la cúspide de este sistema se encuentra
figura del comisariado goza por lo gene- por lo general el llamado “consejo de an-
ral de preponderancia sobre otras instan- cianos”, conformado por quienes ya han
cias de decisión, sobre todo ahí donde el recorrido toda la escalera. Estas personas
reparto agrario sucedió tempranamente, constituyen un cuerpo de gran autoridad,
es decir, hacia mediados del siglo XX. Pe- incluso superior a la de los poderes y ór-
ro donde el proceso fue tardío, frecuente- ganos de decisión reconocidos por las le- 17
mente existe una abierta hostilidad entre yes mexicanas, como lo son los jueces y
esta figura sancionada por la ley y las for- asambleas.
mas tradicionales de autoridad. En las lo- En cambio, en otras poblaciones, casi
calidades en las que sigue predominando siempre aquellas que surgieron en el se-
la propiedad privada a veces ni siquiera no de las haciendas y, por ende, alcan-
existen sistemas parecidos a los que lla- zaron su reconocimiento jurídico hasta la
mamos “de cargos”. Esta situación provo- reforma agraria, este modelo se encuen-
có dudas en algunos investigadores con tra totalmente ausente. En esos lugares se
relación a que en la Huasteca —y no sólo admite de manera explícita que la autori-
en la zona náhuatl— existiese ese mode- dad reside en los poderes municipales y
lo, centrado en la mayordomía como figu- ejidales, pero también se observa que un
ra predominante en el patrocinio del ritual vasto conjunto de decisiones reside en los
comunitario y como vehículo crucial de especialistas rituales: los chamanes o cu-
ascenso social. randeros. En estas comunidades la vida ri-
Hablar de la diversidad en las formas tual sobrepasa notablemente en importan-
de ejercicio de la autoridad entre los na- cia cualquier otro aspecto de la existencia

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Con granos de café, Zozocolco, Veracruz.


Fotógrafo Víctor Gayol.
Fototeca Nacho López, CDI.

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colectiva. Y se trata de una vida ritual que


se desarrolla casi totalmente al margen de Aunque numerosos elementos
la liturgia católica o de cualquier otra de- del pensamiento cristiano fueron
nominación cristiana. impregnando las creencias y las
prácticas religiosas de los nahuas y
VOCES DEL ESPÍRITU
Y EL MUNDO SOBRENATURAL
sus vecinos, la matriz prehispánica
La presencia de la Iglesia Católica fue res- conservó una gran vitalidad.
tringida en la mayor parte de la Huaste-
ca desde el periodo colonial. Tratándose
de un territorio agreste y apartado de los Una de las acciones principales de la
principales centros de poder, no contó con cristianización en esta zona —como en
una actividad misionera tan constante ni otras regiones— fue la erección de capi-
tan exitosa como sucedió en otras zonas. llas, llamadas a convertirse no sólo en el
Y aunque numerosos elementos del pen- núcleo desde el cual habría de irradiarse
samiento cristiano fueron impregnando, al el culto sino también en el centro simbó-
paso de los siglos, las creencias y las prác- lico de cada población. Estos objetivos se 19
ticas religiosas de los nahuas y sus vecinos, lograron, en mayor o menor medida, se-
es indudable que la matriz prehispánica gún se tratara de pueblos cabecera o de
conservó una gran vitalidad, gracias a que localidades más pequeñas y apartadas de
la conducción del ceremonial se mantuvo la acción evangelizadora. Sin embargo, a
en manos indígenas. Y buena parte de esta través de los siglos los indígenas fueron
situación sigue vigente hasta hoy. imprimiendo en el uso de estos espacios
Si bien el sistema de creencias religio- sus propias necesidades y sus particulares
sas entre los nahuas de la Huasteca es uno modalidades en torno a la vida espiritual.
—desde la perspectiva de sus propios fie- Ello fue posible, en parte, por la escasez
les—, con fines analíticos podemos hablar de sacerdotes y la delegación de diversas
de un sistema dual, paralelo, que en mu- funciones en sacristanes y fiscales de ori-
chas ocasiones produce desavenencias en- gen indio. En todo caso, el cumplimiento
tre los creyentes y las autoridades eclesiás- de los sacramentos y la celebración de las
ticas. Veamos, en primer lugar, qué sucede principales fiestas del calendario católico
en aquellos lugares donde el catolicismo —como las de Semana Santa y Navidad,
es la religión oficial preponderante. y la del santo patrono— se han realiza-

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20
Incluso en fechas como la Navidad, se llevan a cabo danzas de origen prehispánico.
Fotógrafa Julieta Valle, 2002.
Acervo personal.

do, a lo largo de los siglos, en la capilla pec, Veracruz, y el Huizmalotepec (o de la


católica. Aguja) en Calnali, Hidalgo—, o en caver-
No obstante, los rituales que persiguió nas —como las de Ximo Xunco, en el esta-
la Iglesia desde el siglo XVI fueron ocul- do de San Luis Potosí. Otros ritos encontra-
tados por los indios en otros espacios: el ron su lugar en capillas nativas, llamadas
monte, la milpa, la casa y sitios de culto al- xochicallis, que, según las circunstancias,
ternos, clandestinos. Muchos actos religio- pueden ser de carácter permanente o le-
sos se siguieron celebrando en las ruinas vantarse ex profeso para determinadas ce-
de lo que habían sido los centros ceremo- remonias, como la petición de lluvias o el
niales prehispánicos —como Cacahuaten- ofrecimiento de las semillas.
go, ubicado en el municipio de Ixhuatlán Las xochicallis difieren en numerosos
de Madero, Veracruz—, en cerros sagrados aspectos de las capillas católicas. En pri-
—por ejemplo, el Postectitla en Chiconte- mer lugar, es frecuente que ahí el culto

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sea presidido por mujeres, lo cual no des- pango —con el que casi siempre se le con-
carta la participación masculina —que en funde— es para divertirse. La danza, por
los templos católicos es la única valida- su parte, también juega un papel relevante,
da—. Por otro lado, las plegarias y los re- pues permite integrar en una misma activi-
zos casi siempre son en náhuatl, incluso dad a jóvenes y adultos, a niños y ancianos
en aquellas poblaciones donde el español y a hombres y mujeres.
es la lengua que se utiliza para la interac- La actividad ritual nahua es exuberan-
ción cotidiana. En tercer lugar, los objetos te, sobre todo en la zona que se mantu-
de veneración fundamentales son las figu- vo más apartada hasta finales del siglo XX:
ras de papel recortado —que representan ceremonias como la de Santa Rosa o los
a los espíritus de las semillas y a los aires,
potencialmente peligrosos—, las mazor-
cas de maíz —a las que se les resguarda
en parejas, vestidas y adornadas a la usan-
za tradicional—, las “antiguas” o figurillas
prehispánicas, de barro o de piedra, y los
cuarzos, usados en casi toda la región para 21
“ver” las enfermedades. Tanto en los alta-
res de las xochicallis como en los que se
ubican en el interior de las viviendas, estos
objetos se encuentran al lado de imágenes
impresas o de bulto de vírgenes y santos,
así como de cruces y cristos. Lo anterior
es la evidencia más contundente de que el
sistema religioso es vivido como uno solo
por los nahuas de la Huasteca.
Uno de los elementos principales del
rito nativo es la música: sones y plegarias
rítmicas, que con frecuencia son interpre-
tados por músicos otomíes, cuyos violines
son indispensables en toda ceremonia pro-
Mazorcas adornadas para ofrecimientos.
piciatoria. Al decir de los nahuas, el son es
Fotógrafa Julieta Valle, 2002.
de carácter sagrado, mientras que el hua- Acervo personal.

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La actividad ritual es la forma de trabajo más apreciada


por los nahuas.

pedimentos de lluvias duran varios días e estos grupos en torno al consumo de alco-
involucran a grandes contingentes de per- hol, el uso de imágenes y el culto a cual-
sonas —muchas veces de orígenes étnicos quier entidad sobrenatural distinta del dios
distintos— en labores diversas y extenuan- cristiano.
tes: recortar miles de figuras de papel, en- La conversión de los nahuas al protes-
garzar cientos de collares de flor o xochi- tantismo no es un fenómeno generaliza-
cózcatl, sacrificar decenas de aves y luego do, aunque se registra un número crecien-
cocinarlas para el consumo colectivo, ela- te de grupos y fieles en algunas partes de
borar grandes cantidades de tamales, bai- la región. La variedad religiosa es grande,
lar del ocaso al amanecer, subir a los ce- e incluye cultos nativos locales, como la
22 rros sagrados diversos materiales para el Iglesia de Amalia, que se ha expandido no-
levantamiento y decoración de altares… tablemente en los últimos años en varios
En suma, llevar a cabo la forma de trabajo municipios de Veracruz y, más reciente-
más apreciada por los nahuas. mente, de Hidalgo. De igual modo, son
Estas prácticas son objeto de opiniones frecuentes las apariciones de piedras o
encontradas entre los ministros católicos: imágenes, cuyo culto en ocasiones alcan-
en algunos casos, son rechazadas porque za una dimensión regional. Esta devoción,
se les considera idolátricas, mientras que como la que se tiene hacia ciertos santos y
en otros, los mismos párrocos participan vírgenes de honda tradición, muchas veces
activamente en el ceremonial. Pero ahí se expresa en impresionantes peregrinacio-
donde han penetrado con éxito denomi- nes que reúnen por varios días a multitud
naciones religiosas como los Testigos de de comunidades en un solo lugar. Así su-
Jehová o los Adventistas del Séptimo Día, cede, por mencionar el caso más notable,
lo más frecuente es que el ritual tradicio- en el santuario de la Señora de la Salud,
nal sea mal visto y tienda a desaparecer, ubicado en el municipio de Mezquititlán,
sobre todo por la prohibición expresa de Hidalgo.

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23

Las figuras de papel recortado representan los aires que causan las enfermedades.
Fotógrafa Julieta Valle, 2003.
Acervo personal.

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LLEGÓ LA ESCUELA... su historia casi todos los aspectos de su


Y TAMBIÉN LA CARRETERA existencia colectiva han sufrido profundas
Por lo general se piensa que las socieda- transformaciones, lo cual no ha significado
des indígenas cambian poco con el paso que su cultura y su identidad hayan perdi-
del tiempo, y que cuando llegan a hacer- do vigencia o vitalidad.
lo dejan de ser indígenas para convertirse Ya hemos dicho que ha habido cam-
en otra cosa. Los nahuas de la Huasteca bios en los campos económico y religioso.
son un buen ejemplo para desmentir esa Hemos señalado también que en el ám-
opinión, pues sabemos que a lo largo de bito político han sido adoptadas las ins-
tituciones nacionales y que ahí opera un
permanente proceso de adaptación. Pero
existen muchos otros terrenos en los que
las transformaciones pueden ser verifica-
das: desde el visible abandono de la in-
dumentaria tradicional a favor de prendas
comerciales —proceso que ha avanzado
24 por razones de precio, moda o comodi-
dad en la mayor parte de las cabeceras
municipales de la región, e incluso en nu-
merosas rancherías apartadas de las pobla-
ciones mestizas—, hasta rasgos culturales
que implican nuevas percepciones o nor-
mas de convivencia social; como el lugar
socialmente acordado para los individuos
según su género y edad.
Es indudable que muchos de los cam-
bios han operado en concordancia con las
mutaciones propias de la sociedad nacio-
nal y regional, además de como respuesta
a acciones institucionales diseñadas con
el propósito explícito de generar modifi-
Niña de Tepexititla, Hidalgo.
caciones en el mundo indígena. Es el ca-
Fotógrafo Julio Herrera, 1995.
Fonoteca Henrietta Yurchenco, CDI. so, por ejemplo, del papel que han jugado

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La escuela ha incrementado los niveles de alfabetismo y


castellanización, ha modificado los patrones matrimoniales.

la escuela, la ampliación de la red carre- acceso a la educación ha permitido a las


tera regional y las acciones indigenistas mujeres salir de sus casas aún solteras a
o ligadas a otros planes y programas de proseguir sus estudios, al igual que a los
gobierno. varones jóvenes, razón por la cual han de-
Empecemos por los efectos de la edu- jado de ser la ayuda crucial para sus padres
cación nacional en la región, que abarca y parientes mayores en el trabajo agríco-
desde los niveles preescolar y primario en la. Estas situaciones, impensables en el pa-
sus diversas modalidades —siendo la pre- sado, indudablemente han trastocado las
eminente la bilingüe bicultural— hasta los pautas tradicionales de la relación entre
niveles medio básico y medio superior, los géneros y los rangos de edad. Esto úl-
que cuentan con diversos planteles esco- timo se expresa, entre otros ámbitos, en la
lares e instalaciones para telesecundaria y toma de decisiones comunitarias, donde 25
telebachillerato. Más recientemente, se ha ahora los jóvenes —alfabetizados y versa-
impulsado la apertura de escuelas superio- dos en el uso del español— muchas veces
res; entre otras, el Tecnológico de Huejutla se niegan a acatar la voluntad de los an-
y la Universidad Comunitaria de la Huas- cianos o reclaman derechos que la norma
teca Norte. consuetudinaria reservaba a los individuos
Es casi una obviedad decir que la es- de mayor edad. Este tipo de conflictos son
cuela ha incrementado los niveles de al- muy agudos cuando se enlazan con otros
fabetismo y castellanización, sobre todo problemas, como la escasez de tierras o la
entre la última generación. Pero su impac- instalación de órganos de decisión ligados
to no queda ahí: por ejemplo, también ha al ejido a partir del reparto agrario.
modificado los patrones matrimoniales, El avance de las vías de comunicación
puesto que ahora los muchachos de am- en la región también ha tenido consecuen-
bos sexos conviven desde pequeños en la cias importantes. Cabe mencionar que ha-
escuela y con frecuencia ellos eligen a su ce 25 años la mayor parte de las cabeceras
pareja, decisión que hasta hace poco co- municipales de los tres estados no contaba
rrespondía a sus padres. Por otro lado, el con accesos pavimentados. Hoy en día, es-

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ta situación persiste solamente en Xochia- que, durante las últimas dos décadas, la
tipan, Hidalgo, y en Ilamatlán y Zonteco- situación interna comience a conocerse en
matlán, en el estado de Veracruz. Todas las el resto del país, atrayendo la atención de
cabeceras con presencia nahua en San Luis las instituciones federales, los medios de-
Potosí están ya integradas a la red carretera comunicación, las organizaciones no gu-
nacional, aunque en las tres entidades lo bernamentales y los partidos políticos. Así
habitual es que las poblaciones de rango las cosas, nuevos actores han ingresado en
inferior sólo cuenten con caminos de te- la región con multitud de propuestas de
rracería, veredas o brechas, muchas veces acción social, que en muchas ocasiones
intransitables en tiempos de aguas.
De cualquier modo, la facilidad para
desplazarse dentro de la región y fuera de
ella se ha facilitado, permitiendo, entre
otras cosas, el incremento de la emigra-
ción. Ésta, si bien se realiza por lo general
a través de parientes y amigos ya asenta-
26 dos en los destinos de los que ya hemos
hablado, también depende en gran medi-
da de las redes de enganchadores que, con
vehículos de gran tonelaje, transportan a
los trabajadores desde puntos accesibles
por carretera hacia los lugares donde han
sido contratados.

DESENCUENTROS CULTURALES, Un destino laboral de importancia es la pizca de


CAMBIO Y PERMANENCIA cítricos en Álamo, Veracruz. En los “colotes” se
recogen las naranjas.
La comunicación de esta zona con otras
Fotógrafa Julieta Valle, 1997.
regiones del país también ha permitido Acervo personal.

La facilidad para desplazarse dentro de la región y fuera de


ella se ha facilitado, permitiendo el incremento de la emigración.

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han sido adoptadas con entusiasmo por los teriales propios de la región y mediante el
nahuas, pero que también, en otras tantas, concurso del trabajo de familiares y com-
han sido miradas con desconfianza o, in- padres. Cambiar a otro tipo de vivienda su-
cluso, abiertamente rechazadas. pone no sólo un gasto significativo —salvo
Entre las primeras se encuentran el uso los techos de lámina de cartón o zinc que
de los medios para la promoción de la subvencionan algunas instituciones— y la
cultura propia y de los derechos humanos innecesaria adaptación a materiales extra-
—como sucede con la estación de radio ños, sino la supresión de formas probadas
“Huayacocotla”, que transmite programa- históricamente de integración familiar y
ción en náhuatl, otomí y tepehua—, y di- comunitaria. Dentro de la misma lógica,
versos proyectos productivos impulsados no siempre se mira con buenos ojos la sus-
por los Centros Coordinadores Indigenis- titución de espacios y tecnología tradicio-
tas de Huejutla, Chicontepec y Huayaco- nal por parafernalia ajena, como es el caso
cotla. Entre las acciones que cuentan con de las fosas sépticas, las estufas de gas, los
relativa aceptación, pueden mencionarse molinos y tortilladoras eléctricas, no obs-
las tentativas de diversas instituciones fe- tante que estos elementos sean —desde el
derales por promover algunos cultivos co- punto de vista mestizo— equivalentes a 27
merciales, como el del maracuyá y de la progreso o modernidad; sin embargo, al-
papaya maradol, especialmente en San gunas veces sí aceptan su valor como si-
Luis Potosí, o las propuestas de urbaniza- nónimo de prosperidad. Los nahuas saben
ción y saneamiento centradas en la erec- que, a lo largo de los siglos, sus antepasa-
ción de letrinas y el uso de materiales in- dos, de acuerdo con su tradición cultural,
dustriales en la construcción y el techado decidieron siempre lo que aceptarían y lo
de las casas. que no... y lo siguen haciendo.
En multitud de poblaciones nahuas En este contexto, ante el fracaso de
—a diferencia, por ejemplo, de sus vecinos ciertos programas oficiales, en algunos ca-
otomíes— se mantiene el patrón de vivien- sos las propuestas de las ONG —por ejem-
da rectangular con paredes de bajareque y plo, respecto de la fabricación de modali-
embarrada, y techos de zacate, que al de- dades alternativas de desecho de materia
cir de sus habitantes son mucho más fres- orgánica, vivienda y urbanización— han
cas y fáciles de mantener que las de lámina gozado de relativa aprobación por parte
y tabicón, además de ser ostensiblemente de los nahuas, como ha sucedido también
más baratas, pues se construyen con ma- con sus campañas de promoción de los de-

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Cerro sagrado de Postectitla, en Chicontepec, Veracruz.


Fotógrafa Julieta Valle, 1997.
Acervo personal.

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rechos humanos, la defensoría legal y el li- y ONG, ha redundado en un mejor enten-


bre ejercicio de la medicina tradicional. dimiento, que se expresa en el reconoci-
Un tema importante de controversia y miento de las prácticas terapéuticas tradi-
adaptación son las prácticas terapéuticas cionales, el respeto al uso de sustancias
tradicionales frente a la medicina alopáti- tipificadas como enervantes para uso cu-
ca, pues los nahuas de la Huasteca y sus rativo y la admisión de parteras y otros
vecinos cuentan con un riquísimo bagaje especialistas indígenas en las clínicas y
de conocimientos sobre el cuerpo humano, centros de salud del sistema médico na-
su funcionamiento, la enfermedad y la cu- cional. Los nahuas, por su parte, cada día
ración. El repertorio de plantas y sustancias admiten más la efectividad de los medica-
de origen animal y mineral usadas en el mentos y vacunas, así como la necesidad
alivio del dolor y la eliminación de daños de asistir a clínicas y hospitales ante cier-
provocados por agentes externos es enor- tos padecimientos o accidentes, evidencia
me; sin embargo, la medicina institucional de su enorme capacidad de adaptación
ha sido muy reacia a admitir la efectividad a un mundo en permanente transforma-
de los diagnósticos indígenas y sus proce- ción, a un mundo más amplio del cual se
dimientos curativos. La integración de los saben parte. 29
factores anímicos y las alteraciones somá- Este retrato que hemos hecho de los
ticas en un todo, la búsqueda del equilibrio nahuas de la Huasteca es apenas un es-
entre lo frío y lo caliente, al igual que la bozo; lo sabemos, pero confiamos en que
creencia en padecimientos provocados por será útil al lector para captar en sentido ca-
la envidia o la mala conducta individual, bal esa frase que se oye tan seguido entre
entre otros principios característicos de la los señores de mayor edad, entonada con
medicina nahua, han llevado a que ésta sea nostalgia, y al mismo tiempo cargada de
tachada con frecuencia de superstición o dignidad: “Es que, mire usté... Aquí las co-
brujería. Este prejuicio se ha expresado en sas ya no son como antes”. Es cierto: no lo
una aparente incompatibilidad entre ambos son, pero esa no es una razón para suponer
sistemas médicos, e incluso en la persecu- que la cultura nahua está a punto de mo-
ción de los especialistas nahuas como su- rir. Está viva, se mantiene vigorosa y dife-
puestos transgresores de la ley. rente, es motivo de orgullo para quienes se
Por fortuna, la capacidad organizativa identifican con ella y sigue siendo, como
de los médicos tradicionales nahuas, así lo ha sido a lo largo de los siglos, fuente
como la acción de diversas instituciones de creatividad e innovación.

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BIBLIOGRAFÍA

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NAHUAS DE LA HUASTECA

CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN EN HOGARES NAHUAS DE LA HUASTECA, 20001


Total % Hombres Mujeres

Población en hogares nahuas de la 1 085 098 539 157 545 941


Huasteca
2
Hablantes de lengua indígena 709 381 65.4 353 498 355 883

No hablantes de lengua indígena 240 858 22.2 117 639 123 219

No especificado 134 859 12.4 68 020 66 839

Población de 0 a 4 años 131 690 12.1 66 394 65 296

Población de 5 a 14 años 303 882 28.0 153 827 150 055

Población de 15 a 24 años 200 878 18.5 100 357 100 521

Población de 25 a 44 años 238 325 21.0 113 764 124 561

Población de 45 a 64 años 147 066 13.6 72 797 74 269

Población de 65 y más años 58 172 5.4 29 375 28 797

Población de edad no especificada 5 085 0.5 2 643 2 442

Población de 15 años y más 644 441 316 293 328 148

Sin instrucción escolarizada 180 363 28.0 67 383 112 980

Con algún grado de primaria 294 545 45.7 152 637 141 908
31
Con posprimaria 164 246 25.5 93 815 70 431

No especificado 5 287 0.8 2 458 2 829

Población ocupada 325 093 258 608 66 485


3
Ocupados en actividades agropecuarias 189 731 58.4 173 691 16 040
4
Ocupados sin ingresos 87 795 27.0 74 583 13 212

Viviendas 210 430

Con agua entubada 101 665 48.3

Con drenaje 49 871 23.7

Con electricidad 164 955 78.4

Notas
1
Se refiere a la población en hogares en donde el jefe, el cónyuge o algún ascendente declaró ser hablante de lengua
náhuatl.
2
Incluye hablantes de náhuatl y de otras lenguas indígenas de 5 años y más.
3
La diferencia entre la población ocupada y aquella en actividades agropecuarias está distribuida en otras actividades
económicas.
4
La diferencia entre la población ocupada y aquella sin ingresos está distribuida en otros rangos de ingresos.

Fuente: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas / Programa de las Naciones Unidas para el Desa-
rrollo, “Sistema Nacional de Indicadores sobre la Población Indígena de México”, 2002, con base en XII Censo General
de Población y Vivienda, México, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, 2000.

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Nahuas de la Huasteca, de Julieta Valle Esquivel, se terminó de imprimir en diciembre de
2003 en los talleres de Impresora y Ecuadernadora Progreso, S.A. de C.V., San Lorenzo
Tezonco 244, Col. Paraje San Juan, Deleg. Iztapalapa, C.P. 09830, México, D.F. El tiraje fue
de 6 000 ejemplares.
Las tareas de digitalización y retoque de imágenes, composición tipográfica, diagramación
y cuidado de edición estuvieron a cargo de la Coordinación Editorial de la CDI.

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