Salud Auditiva
Salud Auditiva
Salud Auditiva
vida cotidiana, en familia, en los centros educativos, en el trabajo, con los amigos, en el
recreo y hasta en el descanso, es importante entonces darle la importancia que merece
para conservar el bienestar del ser humano, el cuál influye como aspecto primordial en la
salud de cada ser humano.
Como en cualquier componente de salud, hay ciertos factores que pueden influir de
manera positiva o negativa, algunos de estos se presentan a continuación:
La exposición a mucho ruido durante largos periodos de tiempo puede afectar a nuestro
oído. Pero también hay otros factores y situaciones que pueden hacerlo, conócelos para
evitar sus efectos:
Lugares de trabajo con alto nivel de ruido constante: fábricas con maquinaria, locales
nocturnos, zonas de construcción… Si es tu caso, protégete con cascos o tapones para el
ruido.
Escuchar música con cascos a volumen demasiado alto, algo muy usual en los jóvenes.
Lo ideal es no subirlo por encima del 60% del volumen máximo, y escucharlo durante
máximo 60 minutos seguidos. Si el volumen tapa el ruido de fondo, está demasiado alto.
Conciertos y locales nocturnos. Una música demasiado alta puede dañar el oído. Un
síntoma es escuchar pitidos prolongados. Para evitarlo, haz pausas de 5 minutos saliendo
del local.
Edad: a partir de los 50 años conviene revisar tu oído una vez al año.
No abuses del uso de reproductores de música durante más de una hora al día y con un
volumen por debajo del 60% del máximo posible.
Compra productos más silenciosos. Compara la potencia acústica: cuanto menor sea
mejor.
Ten especial cuidado con tus oídos cuando se presenten catarros, gripes o infecciones,
que a la larga pueden causar pérdida auditiva.
Recuerda que las infecciones están consideradas como la segunda causa de pérdida de
la audición.
Sécate los oídos después de cada baño, para evitar la humedad en el conducto auditivo y
a su vez, la posible infección por hongos.
En Niños
El niño oye bien la mayor parte del tiempo, pero en otras ocasiones no responde.
Quiere subir el volumen de la televisión más que los demás miembros de la familia.
El niño dirige uno de sus oídos hacia delante para escuchar, o se queja de que solo
puede oír con su oído bueno.
El niño se queja de que no escucha. Parece obvio, pero muchos padres asumen que el
niño simplemente no está prestando atención, cuando en realidad se puede tratar de una
pérdida de audición no diagnosticada.
El niño le mira con intensidad cuando usted habla, como si estuviera concentrado, lo que
puede indicar que está pendiente de signos visuales para interpretar el habla.
Si tiene la sensación de que algo no va bien, pero no está seguro del motivo, no lo deje
estar. Acuda al médico para que le remita al especialista y disipar así sus dudas.