La Psicología de Las Antiguas Civilizaciones

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La psicología de las antiguas civilizaciones

la psicología del Antiguo Egipto


La psicologíía de las antiguas civilizaciones es algo desconocido para la masa humana actual, pero por causa
de ocultamientos cuidadosamente realizados a lo largo de siglos, porque conocer como sentíían. pensaban,
hablaban y actuaban aquellos pueblos que se mantuvieron en evolucioí n durante milenios, revelaríía cosas
que no convienen a los poderes establecidos. Por ejemplo la psicologíía de la Antigua Roma, nada teníía que
ver con las calumnias astutamente difundidas por Constantino (creador de la Iglesia Catoí lica en 325 D. de C.
y al anñ o siguiente creador de la Banka Bizancia, primera banca privada de esta era).
A lo largo de la narracioí n de la historia del Faraoí n Isman de Gebelik, el lector se encuentra con una forma de
pensar y de sentir muy diferente, no soí lo distante de la mentalidad políítica actual, sino de todas las
caracteríísticas de la masa humana, que ha sido maleada por los polííticos esclavistas de los uí ltimos milenios.
Ademaí s, la psicologíía del Antiguo Egipto no puede comprenderse sin entender que mucha gente poseíía
capacidades naturales que hoy llamamos "paranormales" soí lo por su escases en las poblaciones. El Faraoí n,
como la mayoríía de los sacerdotes, poseíían un rango de visioí n maí s amplio que la mayoríía y el porcentaje de
"videntes astrales" era mayor que el actual de cualquier poblacioí n, aunque no llegase a ser mayoríía. Sin
embargo, esa cualidad desarrollada en un porcentaje estadíísticamente importante, tanto de nacimiento
como por desarrollo ensenñ ado, fue sin duda de una influencia enorme en la psicologíía de la poblacioí n.
Imaginen los Lectores que se estaí ante una persona que puede ver nuestros cuerpos sutiles, el "aí urea", y con
suficiente amplitud de espectro como para comparar a lo largo de los anñ os lo que ve en ese plano y la
conducta de las personas. En pocos anñ os, auí n siendo un ninñ o, el sujeto puede "ver" cuaí ndo se le estaí
mintiendo, cuaí ndo se le habla con hipocresíía, cuaí ndo se le habla con rencor disimulado... El lenguaje gestual,
muchas veces enganñ oso para los analistas del mismo, resulta intrascendente para una forma de visioí n que le
supera con una puntualidad inexorable.
En la educacioí n bajo el Conocimiento Hermeí tico, los dirigentes no son pastores elegidos para llevar el
"ganado humano", tal como lo consideran muchos polííticos actuales, sino que el principal objetivo del
políítico es mantener al pueblo en pleno conocimiento de las cosas importantes, de su verdadero Ser, con una
Espiritualidad basada en el Conocimiento de las Leyes Naturales, en sus Arcanos o Principios Mayores y las
Leyes Hermeí ticas o Arcanos Menores que componen a cada uno, en vez que la ignorancia planificada que
adolece esta civilizacioí n actual.
La psicologíía de los egipcios no varioí mucho a lo largo de los 12.500 anñ os que transcurrieron entre el uí ltimo
diluvio y el advenimiento del cristianismo, raí pidamente infiltrado y fanatizado por las hordas brutales
preparadas por Constantino y seguidas luego por otros fanaí ticos de diversas raííces. Para resumir, ha de
pensarse en una psiclogíía con los siguientes puntos:
1) No habíía miedo a la muerte, sino un Cocimiento de la escatologíía natural, bastante completo. Las alegoríías
y personajes como Anubis eran parte de un conocimiento, no de una religioí n. Para ello hay que entender
realmente quieí nes eran y coí mo eran los dioses egipcios No es posible comprender a musulmanes, cristianos,
judííos o cualquier otra religioí n moderna (excepto el budismo. quizaí s) coí mo sentíían y pensaban los Antiguos
Egipcios, porque las escatologíía que "conocen" son un montoí n de creencias en un mar de confusiones.
Aunque no se tenga "miedo a la muerte" y se vaya a la guerra con entusiasmo, no es lo mismo para el que
sabe, que para el que "cree". Quien puede ver el plano astral, al menos sabe lo suficiente como para entender
con claridad varias de las alternativas que ocurren tras la muerte, que si bien hay algunas generalidades,
tiene grandes diferencias en muchos casos. Sobre el particular, se recomiendo leer maí s en Reencarnacioí n y el
Viaje Astral.
Nuestra civilizacioí n actual tiene un porcentaje inferior al 0,5 por mil de personas que tienen o han tenido
alguna experiencia consciente de la vida extracorpoí rea y hay una persona cada veinte mil con visual astral
desarrollada. Los "diagnoí sticos" (porque se les trata como a personas enfermas o "bichos raros") impiden
que esa minoríía pueda ensenñ ar a los demaí s. Por lo tanto la masa se mantiene en un sinfíín de creencias
religiosas y escatoloí gicas que de ninguí n modo se aproximan a las realidades naturales que los egipcios
conocíían hasta hace poco menos de cuatro milenios.
2) La filosofíía es un mero instrumento o teí cnica mental para alcanzar conocimientos y comprensioí n. No debe
confundirse con "líínea de criterios" o "ideologíía". Si se emplea correctamente y el conocimiento es veraí z,
permitiraí alcanzar un estado de VERDAD como que es uno de los Arcanos Mayores, de acuerdo al medio en
que el sujeto se desenvuelva. Por eso en la narracioí n, auí n trataí ndose de una guerra en buena parte de ella, no
encontramos problemas de celos, de vanidades absurdas, de morbosidades como las que se presentan en los
programas de televisioí n, propios de una civilizacioí n como la nuestra, profundamente enferma.
3) Podrííamos decir que la psicologíía en el antiguo Egipto tiene dos atributos fundamentales: era SANA y era
TRASCENDENTE. Las personas vivíían con los objetivos de:
a) Ser Felices y Libres.
b) Trascender y liberarse de la mortalidad, ya que ella constituye la primera y uí ltima forma de esclavitud. Por
lo tanto, como se ve a lo largo de la obra, se habla de "muertes y reencarnacioí n" y de las "Ascensiones" como
dos alternativas que fueron cada vez maí s habituales en algunos perííodos.
c) Como objetivo accesorio, para servir a dichas causas, el sostenimiento de una políítica participativa, justa,
natural, inteligente e inquebrantablemente democraí tica. Esto se realizaba por una integracioí n del ciudadano
en la políítica, que la determinaba inexorablemente: El sistema Asambleario, la participacioí n libre en
cualquier escuela, la educacioí n normal, profunda, libre, con las exigencias extremas en cada carrera y sobre
todo, una prioritaria vigilancia de las vocaciones de cada persona para que nadie desaprovechara sus
capacidades. Un pueblo políítica y psicoloí gicamente sano, resulta muy difíícil de comprender para una
sociedad como la actual.
Todos estos factores determinaron que en Egipto, al igual que en otras culturas hermanas (como la de
Baalbek o la de Aztlaí n en Ameí rica) hubiese un cuerpo sacerdotal muy bien preparado para afrontar
cualquier incidencia (políítica, de infiltracioí n, ante cataí strofes naturales o de cualquier clase). Por otra parte,
un cuerpo militar extremadamente eficiente.
En la cuí spide de los elegidos, es decir el elegido por los elegidos de los elegidos, el Faraoí n, que debíía
demostrar ser el mejor entre los mejores militares y entre los mejores sacerdotes. Auí n asíí, debíía demostrar
en el Heb-Sed cada cuatro anñ os (de ahíí el ciclo de la Olimpííadas), que estaba mental, emocional y fíísicamente
apto para gobernar. Y a pesar de ello, con las limitaciones y supervisioí n del Concejo Supremo, cuyos
representantes tambieí n eran elegidos por el sistema de Asambleas, dividido en Asambleas de las Calles y
Asambleas de Cofradíías.
Asíí es como no soí lo pudo un Imperio como el Egipcio "sobrevivir" a los constantes ataques de los pueblos
esclavistas, sino llegar a su propia extincioí n por lo contrario a la muerte.... Y aquíí estaí el tema maí s "espinoso"
de la psicologíía faraoí nica. Un pueblo, al igual que un individuo que alcanza la plenitud real, la libertad
absoluta, la felicidad existencial, no muere, sino que abandona el ascenario de la vida humana mortal
mediente el proceso de Ascensioí n. Por si a los catoí licos se les escapa algo, digamos que deberíían recordar las
palabras del Gran Maestro Esenio: "Estas obras que yo hago, vosotros tambieí n las hareí is y auí n las hareí is maí s
grandes".

Y también deberían recordar que dió su enseñanza para alcanzar la "Vida Eterna", no un "estado post mortem
eterno" como la anticristiana Iglesia Católica les ha hecho creer. Sólo comprendiendo el Conocimiento Esotérico
que tiene un pueblo (o un individuo), es posible comprender su psicología.
LA PSICOLOGÍA EN ROMA
El pensamiento romano era esencialmente eí tico. Los filoí sofos romanos deseaban llevar una vida
buena, y habíía dos corrientes predominantes, epicureíísmo y estoicismo. Los epicuí reos afirmaban que
el placer llevaba a la felicidad, mientras los estoicos sosteníían que soí lo mediante el desarrollo
personal se podíía alcanzar una buena vida. El inicio de la filosofíía en Roma tiene que ver con la
llegada de los primeros esclavos griegos. Hacia el 262 empiezan a llegar los griegos. Pero hasta
entonces los romanos habíían tenido contacto con Grecia, a traveí s de Etruria y las colonias.
Historia de la Psicología Oriental

Desde hace miles de anñ os, los estudios psicoloí gicos o las reflexiones en torno a lo psicoloí gico, han
tenido una atencioí n especial en el pensamiento de la India y la China, particularmente en el
budismo. Se plantea la existencia de cuatros estadios en el proceso mental: el dormir, el sonñ ar, los
estados de vigilia y la supra conciencia (Akhilananda, 1953). La mayor parte de los sistemas
psicoloí gicos occidentales ocupan su atencioí n en el aspecto intelectual de la conciencia o la
experiencia. Se le otorga especial atencioí n al subconsciente (samskara, en saí nscrito), al
considerarlo una integracioí n de experiencias pasadas, impresiones y tendencias de la persona. Para
la psicologíía hinduí el impulso baí sico apunta a la felicidad eterna o a la liberacioí n completa de toda
atadura, y no a los impulsos sexuales y de muerte. La supraconciencia (samadhi, en saí nscrito) no
tiene correlatos en el pensamiento psicoloí gico occidental, y se trata de una experiencia de
iluminacioí n espiritual, de la que la persona no es consciente ni subconsciente. Tampoco debe
correlacionarse con la alucinacioí n o estados patoloí gicos, ya que a partir de estos no puede
alcanzarse la comprensioí n espiritual. “Puede considerar se una experiencia míística, pero soí lo en el
sentido de que no es una experiencia intelectual sino total de mente-cuerpo, o una integracioí n
holista del síí mismo y el mundo. Para alcanzar el samadhi (o supraconciencia) los hinduí es y los
budistas han desarrollado diferentes meí todos, entre ellos: el yoga (en saí nscrito significa unioí n) y el
zen (meditacioí n en japoneí s).
Los primeros autores que se encuentran son Confucio, Mencio, Liu-Shao, y otros. Hacia los anñ os 400
a.c. Confucio describioí la moralidad basaí ndola en tres facultades: sabiduríía, benevolencia y valor.
Maí s adelante, hacia los anñ os 200 a.c., Mencio la basoí en cinco elementos: benevolencia, rectitud,
correccioí n, sabiduríía y sinceridad. Liu-shao estudioí los rasgos de la personalidad basaí ndose en los
elementos del universo: madera, fuego, tierra, metal y agua; eí l suponíía que el cuerpo, el
temperamento, el deber y la moralidad teníían cada uno cinco caracteríísticas que se correspondíían a
los elementos del universo.
Aunque por mucho tiempo poco conocida en Occidente la psicologíía, se ha ido aproximando a este
pensamiento y perspectiva de comprensioí n de lo humano. Cabe senñ alar los aportes de Abraham
Maslow con su propuesta de una Psicologíía Transcendental, donde asume algunos conceptos
propios de la “sabiduríía oriental”.

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