Penetración de La Corona Radiada

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1.

Penetración de la corona radiada


De los 200 o 300 millones de espermatozoides depositados a través de la vagina,
solamente entre 300 y 500 llegan al punto de fecundación. En esta etapa se supone que la
hialuronidasa (capaz de hidrolizar el ácido hilaurónico, mucopolisacárido abundante en la
zona pelúcida y en la sustancia cementante de las células foliculares) provocaría la
dispersión de las células de la corona, pero en la actualidad se piensa que son dispersadas
por la acción combinada de enzimas de los espermatozoides y de la mucosa tubárica.
2. Penetración de la zona pelúcida
Esta segunda barrera es atravesada con ayuda de enzimas, llamadas espermiolisinas,
liberadas por el acrosoma. La liberación de estas espermiolisinas está asociada a una serie
de cambios estructurales del espermatozoide, que afectan principalmente al aparato
acrosómico. Es lo que se conoce como reacción acrosómica. En conjunto estos cambios
constituyen el llamado proceso de activación del espermatozoide. Este proceso es
desencadenado por sustancias difundidas desde el óvulo como las liberadas del gránulo
acrosómico, que podría corresponder a las espermiolisinas. De las partes restantes del
acrosoma, comienza a crecer el llamado filamento acrosómico, que se desarrolla en los
espermatozoides activados. El espermatozoide mediante los movimientos de su flagelo
empuja el filamento acrosómico hasta hacer contacto con la membrana celular del óvulo.
Muchos espermatozoides no sufren la reacción acrosómica hasta que se han unido a los
receptores de glicoproteina en la zona pelúcida. Después de la penetración de uno de ellos,
la permeabilidad de la membrana se modifica por un proceso llamado reacción de zona.
3. Penetración de la membrana plasmática del ovocito
La unión del primer espermatozoide a la membrana plasmática desencadena tres hechos:
En cuanto el espermatozoo entra en contacto con la membrana del ovocito, se fusionan las
dos membranas plasmáticas a nivel del cono de fertilización, entrando en el citoplasma
ovocitario la cabeza, pieza intermedia y cola del espermatozoide, quedando la membrana
plasmática detrás sobre la superficie del ovocito. Una vez dentro, el ovocito termina su
meiosis II, liberando el segundo corpúsculo polar y los cromosomas se colocan en un núcleo
vesicular llamado pronúcleo femenino. Al propio tiempo, el ovoplasma se contrae y se hace
visible un espacio entre el ovocito y la zona pelúcida llamado espacio perivitelino. El
espermatozo avanza hasta quedar junto al pronúcleo femenino, se hincha su núcleo y forma
el pronúcleo masculino. La cola se desprende de la cabeza y degenera.
Formación del cono de fertilización o protusión en el citoplasma del óvulo.
Los cambios iónicos (de calcio, sodio e hidrógeno) y el citosol causan una despolarización
instantánea y temporal de la membrana.
Los gránulos corticales expulsan su contenido al espacio que les rodea. Esta reacción cortical
altera los receptores de glicoproteinas de la zona pelúcida, bloqueando la adherencia de
más espermatozoides al huevo.
Antes de que tenga lugar la fusión de los dos pronúcleos (haploides y con 1n DNA, es decir
con 23 cromosomas), cada uno debe duplicar su DNA. En caso contrario cada célula del
cigoto en estado bicelular tendría la mitad de DNA de lo normal.
Después de la síntesis de DNA, los cromosomas se colocan en el huso y los 23 paternos y 23
maternos se hienden longitudinalmente a nivel del centrómero (como en una división
mitótica normal). Las mitades resultantes se segregan al azar y se desplazan a los polos
opuestos, dando a cada célula el número normal de cromosomas y de DNA (2n).
La célula se une en su zona central y el citoplasma se divide en dos partes. El óvulo
fecundado es una nueva célula que vuelve a tener 46 cromosomas, ya que tendrá los 23
cromosomas del óvulo más los 23 del espermatozoide y se denomina huevo o cigoto que
comenzará un viaje "de retorno" hasta implantarse en el útero.

2. Unas treinta horas después de la fecundación, el cigoto sufre una serie de divisiones mitóticas
no ecuatoriales que dan origen a un rápido incremento en el número de células que lo
conforman, llamadas blastómeros. En primer lugar, el cigoto se divide en dos blastómeros, luego
en 4, en 8, y así sucesivamente durante el paso del cigoto a lo largo de la trompa de Falopio
correspondiente hacia el útero. El cigoto aún se encuentra dentro de la zona pelúcida. Las
divisiones subsecuentes a las 12 células dan origen a la mórula.

3.

 L-selectinas: proteínas de unión a oligosacáridos expresadas por todo la superficie del


blastocito, interacciona con los azúcares expresados en las células endometriales y
permite que el blastocito se vaya desplazando por la superficie uterina.
 Mucina asociada a membrana (MUC-1): es una glicoproteína de gran peso molecular
que forma parte de la matriz epitelial. Existe controversia respecto a su papel en la
implantación ya que una corriente mantiene que dificultan la adhesión debido a su gran
volumen, otra corriente piensa que puede ser un posible sustrato de las L-selectinas
expresadas en el trofoectodermo facilitando así la adhesión.
 Integrinas: son una amplia familia de glicoproteínas transmembrana que se unen a
aquellos ligandos que presenten la secuencia (arginina-glicina-aspártico) presente en
componentes de la matriz extracelular como la fibronectina, vitronectina, colágeno…
Durante la ventana de implantación se han identificado las subunidades α1, αv, α4 y β3,
apareciendo β3 el día 5 tras la ovulación (inicio ventana implantación) y desapareciendo
α4 el día 10 postovulatorio (final ventana implantación). Además el dímero αv β3 debe ser
importante para la implantación, ya que su escasez dificulta este proceso. También hay
una expresión de diferentes tipos de integrinas como la β3 en el trofoblasto del embrión.
Son las encargadas de llevar a cabo una unión fuerte.
 Fibronectina y laminina: proteínas de la matriz extracelular que se expresan en el
endometrio promovidas por la progesterona. La laminina facilita la invasión del trofoblasto.
la fibronectina media la migración y adhesión a las células de la decidua e inhibe la
invasividad del trofoblasto.
 Factor de crecimiento epidérmico de unión a heparina (HB-EGF): en el endometrio
humano se expresa ampliamente en la ventana de implantación mediado por la acción
tanto de los estrógenos como de la progesterona y parece favorecer la implantación
jugando un papel importante en la iniciación de la implantación (aún es estudio).

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