Un Testigo Presencial de LaTragedia de Cajamarca
Un Testigo Presencial de LaTragedia de Cajamarca
Un Testigo Presencial de LaTragedia de Cajamarca
de Cajamarca (1532)
SUMARIO
1
S. Yaku Willca y D. Chuqui Xullca, dice que con este nombre se les
empezó a conocer a los españoles desde los primeros momentos que
desembarcaron, por creerlos que era “hijos de la mar” y porque habían llegado
navegando en grandes “casa de madera” (E. Guillén Guillén, 1974 , p. 139, 19) y
no con el nombre de “Viracocha” como tardíamente han sostenido algunos
cronistas. Polo de Ondegardo-tan confiables en sus versiones-dice: que el nombre
de Viracocha se dio a los españoles, después del prendimiento de Atao Wallpa y
su muerte posterior y no antes, por los partidarios de Wascar Inga (RH.XIII,
154).
se habían establecido después en el paraje de Tangarará (junio-julio de
1532), a la vera del río Zuricara el actual río Chira.
El cronista Pedro Sarmiento de Gamboa, confirmando esta versión,
refiere que fueron los curacas de Tumbes y Payta los que enviaron el
aviso del auki Atao Wallpa2, que entonces estaba en la provincia de
Guamachuco, celebrando el triunfo de su ejército sobre las fuerzas de su
hermano Wascar Inka y añade que capital del Imperio resolvió esperara
el curso de los acontecimientos para saber los planes de la extraña gente
que había llegado a la costa3.
Cuando Atao Wallpa estuvo seguir de la victoria sobre su hermano,
en lugar de castigar los robos y crímenes perpetrados por los extranjeros,
prefirió atraerlos hasta el tambo de Cajamarca, según se puso después
para quitarles allí sus armas y caballos confiando que siendo tan pocos
no ofrecían ningún riesgo para la seguridad del imperio 4. En efecto, la
caminata de éstos por los arenales de la costa y por las ásperas serranías
su permanente temor y zozobra de ser atacados dieron la aparente
impresión que no eran hombres de guerra y que todo su poder estaba en
los artefactos bélicos que llevaban5. El cronista D. de Trujillo , reseñando
El presunto M. De Estete, dice que Atao Wallpa: Hacía él cuenta que qué
parte podíamos nosotros ser siendo tan pocos para la muchedumbre de sus
gentes y en otra que: “tenía acordado de tomar los caballos y yeguas que era la
cosa que mejor le pareció para hacer casta, y a los españoles a unos sacrificar
al sol y a otros castrarlos para el servicio de su casa y guarda de sus
mujeres”(378).P. Pizarro que el “apo” que manda Atao Wallpa, “andaba de
español en español tentándoles las fuerzas a manera que burlaba, y pidiéndoles
sacasen las espadas y se las mostrasen. Aconteció, pues, que llegó a un español
hacer este y le tiró de la barba...”(465).
5
H. Pizarro, inquiriendo a Atao Wallpa de por qué les dejó llegar hasta el
tambo de Cajamarca , refiere que les respondió: “Que aquel capitán suyo, que
había venido hablar al gobernador, le había dicho que los cristianos no eran
hombres de guerra, y que los caballos se desensillaban de noche, y que con
doscientos indios que le diesen, se les ataría a todos... ”(124)
esta marcha del pueblo de San Miguel al Tambo de Cajamarca, refiere
que cuando en algún momento Atao Wallpa intuyendo el peligro que se
cernían sobre el reino quiso enviar gente para matarlos , su capitán espía
presuntuosamente le mandó decir: “No envíes, vengan que yo te daré
atados a todos, porque a mi solo me han miedo” 6. Fue así según R.
Porras, que este incauto capitán abrió de par en par las puertas del
Imperio, sin imaginar remotamente que esta mesnada codiciosa de oro y
plata, fuera en verdad, nada menos que la avanzada conquistadora de
España, el Imperio más extenso y poderoso de aquella Época del siglo
XVI.
Esta imprudencia jactanciosamente de los espías de Atao Wallpa,
crearon así optimismo y curiosidad en el campamento de este auki
rebelde , que desdeñando advertencia pensaban que los extranjeros y
sus armas no “era nada”. Titu Cusi Yupanki, recalcando esta confianza
trágica, dice que su tío Atao Wallpa, no se preparó para pelear ni para
defenderse sino que fue después al tambo de Cajamarca, con cuchillos
para matar a los españoles y sogas para amarrar a las “nuevas llamas”
que ellos habían atraído7.
7
F. De Jérez, recordando los detalles de la entrevista de un curaca
principal de la “provincia de San Miguel” con el “tío” de Atao Wallpa -don
mateo Yupanqui-refiere lo siguiente:
“Díjeles que me dejasen ver a Atahualpa y decirle mi embajada, y no
quisieron, diciendo que estaba ayunando y no podía hablar con nadie. Un tío
suyo salió hablar conmigo y yo le dije que era tu mensajero (de F. Pizarro) y
todo lo que me mandaste que yo dijese. El me preguntó que gente son los
cristianos y que armas traen. E yo le dije que son valientes hombres y muy
guerreros; que traen caballos que corren como el viento , y ,os que van en ellos
llevan unas lanzas largas y con ellas matan a cuantos hallan , por que luego en
dos saltos les alcanzan, y los caballos con los pies y bocas matan muchos. Los
Inka Mocha, declara que posteriormente estuvo en los baños de
Qoñoq, cuando los capitanes españoles fueron a visitar al auki Atao
Wallpa y que el día siguiente formando parte de su fastuosa cohorte, lo
vio entrar en la plaza de Cajamarca, sin sospechar de algún modo la
celada que sus invitados le habían tendido y tan seguros de sí mismos,
que Yaku Willka-el espía de Wascar Inka infiltrado entre la soldadesca-
oyó decir que no hizo caso de los pocos extranjeros pensando que en el
mundo no había nadie que lo pudiera vencer ni dominar 8. Los cronistas
españoles que advirtieron esta prepotencia del hombre más poderoso
del Imperio, dicen que Atao Wallpa fue a Cajamarca para quitarles allí sus
armas y caballos, porque como a hombre de guerra era lo que más le
importaba entonces 9
Pero los planes de Atao Wallpa salieron al revés. Como dice Titu
Cusi Yupangui, sus invitados se lo almorzaron antes que él pudiera
cenárcelos 10. Los cronistas oculares dicen que después que Atao Wallpa
entró en la plaza de Cajamarca, con gran señorío y acompañado de un
séquito expléndido de capitanes ricamente ataviados, pensando que los
españoles se habían escondido de miedo nada más que al ver su poder,
dicen que creció tanto su altivez, que tratando mal a frayle Valverde y
cristianos que anda a pie dijo que son muy sueltos, y traen en un brazo una
rodela de madera con que se defienden y jubones fuertes colchados de algodón
y unas espadas muy agudas que cortan con ambas partes de golpe a un hombre
por medio , y a una oveja llevan la cabeza, y con ella cortan todas las armas que
los indios tienen ; y otras traen ballestas que tiran de lejos, que cada saeteada
matan un hombre, y tiros de pólvora que tiran pelotas de fuego, que matan
mucha gente. Ellos dijeron que todo es nada ; que los cristianos son pocos y los
caballos no tren armas, que luego los mataran con sus lanzas. Yo dije que
tienen los cuerpos duros, que sus lanzas no las podrán pasar, y dijeron que los
tiros de fuego no tienen temor , que no traen los cristianos más de dos...” (329).
El citado Titu Cusi Yupanki, refiere que la confianza cegó a si tío Atao
Wallpa y que por esta causa perdió el reino y la vida (10)
8
E. Guillén Guillén, 1974, p. 62.
9
Instrucción...p. 22.
que luego de arrojar el libro que le alcanzó, le ordenó dijese a su capitán
, que de inmediato pusiera en la plaza todo lo que había robado desde la
Bahía de san Mateo hasta allí 11. Se dice entonces que Pizarro mirando la
soberbia de Atao Wallpa, de acuerdo a la estratagema prevista, a la señal
convenida, salió de su escondite la caballería y violentamente arremetió
contra la gente de Atao Wallpa, que con el estampido de malos
arcabuces quedo tan aterrada, que no pudo defenderlo y poco después
muerta su escolta y sus fieles anderos, entre sorprendido y atónito cayó
en manos de sus propios invitados- el 16 de noviembre de 1532- y por
aquellos imponderables de la historia se trocó su gloria en humilde e
infortunado cautiverio12.
11
Esta actitud de Atao Wallpa, está pues lejos del tono plañidero que le
atribuye Garcilaso de la Vega. Este auki rebelde, entró en Cajamarca como dice
R. Porras: soberbio y desafiante como “convenía a un Inca en el apogeo de su
autoridad ” (1548, p. 85) y con el ánimo de ejecutar su plan y justificar la razón
para quitar a los españoles sus artefactos bélicos y sus caballos. El testimonio
de los cronistas oculares es pues elocuente y objetivo en este punto , las
relaciones del presunto Mena (85), del presunto Estete (378), de H. Pizarro
(1239, Jerez (232) y Trujillo (58) confirman la agresividad de Atao Wallpa. La
versión de J. Ruiz de arce, dándonos una idea más clara de la arrogancia de
Atao Wallpa, cuenta que cuando el frayle Valverde le dijo: “Atabalica: El
gobernador te está esperando para cenar te ruega que vayas, porque no cenará
sin tí” a lo que le respondió : “Habéisme robado la tierra por donde habéis
venido ahora la tierra por donde habéis venido ahora estéme esperando para
cenar. No he de pasar de aquí sino me traéis todo el oro y esclavos y ropa que
traéis y tenéis, y no lo trayendo téngoos que matar a todos” (423).
N° 9 p. 72).
El desbaratamiento de Atao Wallpa, si bien fue un éxito militar de los
españoles, este hecho, no significó el derrumbamiento del Imperio como
erradamente se sostenía, sino nada más que el final de la rebelión de este
infortunado auki a la vez que el inesperado triunfo se asoció con los extranjeros
victoriosos y desde entonces empezaron a llamarlos “Viracocha”, para hacerlos
pasar ante la opinión del imperio como enviados oportunos por esta divinidad
andina, para ayudar a restaurara el legítimo gobierno del Tawantinsuyo y
castigar a los rebelados.
F. De Jérez, 334. El presunto Mena, dice que el plazo fue nada más que
13
de 40 días (89).
expediciones para reunir el oro y la plata que necesitaba, una al valle de
Pachacamac y la otra a la misma ciudad del Cuzco 14.
La expedición al famoso adoratorio de Pachacamac, fue la primera
en partir y estuvo dirigida por un hermano de Atao Wallpa con sus
capitanes Inga Mayta y Urco Guaranga, llevando bajo su protección al
capitán Hernando Pizarro y a su pequeña escolta. Si bien los españoles
dicen que cuando llegaron a este centro religioso solamente pudieron
tomar el oro y la plata que no habían podido esconder , sin embargo los
testigos peruanos dicen unánimemente , que los tesoros que sacaron
de los templos, de los tumbas y de los grandes depósitos de ofrendas, fue
tan cuantioso que sumando al oro y la plata que trajeron allí a los
curacas comarcanos , se necesitaron más de diez mil cargueros para
llevarlos al tambo de Cajamarca15.
Cuando a mediados del mes de marzo de 1533, esta fabulosa
caravana pasó por el tambo de Pumpum, Inga Mocha que por entonces
estaba allí, declara que efectivamente los tesoros de Pachacamac que
eran llevados para su destino, eran tan cuantiosos que los vio
14
EL DOCUMENTO
TESTIMONIO DE DIEGO INGA MOCHA*
*
Esta declaración se halla incierta-con otras más- en la probanza que
mandó hacer el licenciado Benito López de Gamboa, Fiscal del Consejo de
Indias, contra los esposos Pizarro, para contradecir la demanda incoada por
Fo.82v.
El dicho don Diego Inga mocha, cacique principal del pueblo de
Allauca de esta provincia de los Yauyos encomendado a doña María
Martel vecina de la ciudad de los Reyes este testigo susodicho dado y
presentado por parte del dicho Fiscal de/ su majestad para esta causa
y pleito que ha y trata con el dicho Hernando Pizarro y don Francisco
Pizarro con su majestad y después de haber jurado en forma de
derecho y siendo preguntado al tenor del interrogatorio en esta causa
presentado dijo y depuso lo siguiente:
El declarante.
éstos contra la Corona para que les pagara los gastos hechos contra Mango Inga
Yupangui, además de otros provenientes por otras causas. Esta probanza fue
actuada por orden del licenciado Ramírez de Cartagena , Fiscal de la real
Audiencia de Lima, en el pueblo de la Cocambia de los Hatun Yauyo,e l 5 de
marzo de 1573.
Copia de esta probanza se halla en el Archivo General de Indias (AGI)
en la Sección escribanía de Cámara (EC9, legajo N° 496ª con el siguiente
epígrafe: “PROBANZA HECHA POR EL SEÑOR FISCAL/ EN EL PLEITO QUE
SEGUÍAN CONTRA/ LA REAL HACIENDA DOÑA FRANCISCA PIZARRO SU
MARIDO SOBRE/ 3000.000 PESOS QUE GASTO EL MARQUES PADRE DE
DOÑA FRANCISCA Y HERMANO DE DON HERNANDO PIZARRO EN/ LA
PACIFICACIÓN DEL ALZAMIENTO DEL INGA/ Y EN RAZON DE LOS 20.000
VASALLOS QUE SE/ LE CEDIERON CON EL TITULO DE MARQUES/ DE LOS
CHARCAS”. 1573.
El interrogatorio fue publicado parcialmente por J.T.Medina (CDIHCH,
V), C.A. Romero (RH, XVI-II)y R. Vargas Ugarte (General del Perú, I, 75). En
1974, el interrogatorio y el texto de la probanza fue publicado por E. Guillén
Guillén (Versión Inca de la Conquista. Editorial Milla Batres).
Fue preguntado por las preguntas generales de la ley dijo que no
sabe su edad y que cuando los españoles entraron en estos reinos ya
era hombre que tenía hijos soldados y tenía nietos ya mancebos pareció
ser de edad de noventa años antes más que menos y dijo que no le va
interés en esta causa ni es pariente ni enemigo de ninguna de las partes
ni le va interés en esta causa ni le tocan las demás preguntas
generales de la ley que le fueron hecha y que venza el que tuviera
justicia.
Según Cabello (465) y Murúa (173), Atao Wallpa tuvo noticias de los
extranjeros cuando éstos todavía caminaban por la costa ecuatoriana en el
segundo semestre de 1531 o desde fines del mismo, que el gobernador Inka de
Tumbes y Puerto Viejo, salió de la isla de Puna cuando allí desembarcaron los
españoles en los primeros días del mes de diciembre del año indicado. P. Pizarro,
confirmado el aviso anticipado de Atao Wallpa, dice que cuando los españoles
llegaron al pueblo de Poechos , vieron allí al “apo” (capitán que Atao Wallpa lo
había enviado para espiarlos secretamente (458, 464).
Fo. 83v.
2
Y respuestas y de allí el dicho Atabalipa con su gente se fue al tambo
donde estaban los dichos españoles a donde llegando al dicho tambo 3el
hermano Atao Wallpa (E. Guillén Guillén, 1974, p. 41, 95 ). Titu Cusi Yupangui
dice que esta novedad, lo trajeron dos mensajeros tallanes, quienes contaron que
los extranjeros , portaban “illapas” (rayos), se extendían por “unos paños
blancos ”, comían en “platos de plata” y cabalgaban unas “animalías grandes”
con ojotas (zapatos) de plata (8,9).
2
Yaku Willca-.el espía de Wascar Inka-que estaba en el campamento de Qoñoq,
dice que los dos capitanes españoles que fueron a ver Atao Wallpa, estaba
vestidos y de colorado y armados: de arcabuces, lanzas y espadas, montados en
buenos caballos y que después oyó decir: “al dicho Atabalipa, vamos a
Caxamarca a ver que caso de gente tan poca como le habían dicho que era” (E.
Guillén Guillén , 1974, p. 63) Los cronistas H. Pizarro , (121) J. Ruiz de Arce
(421), D. de Trujillo (56), los presuntos Mena (83) y Estete (374), si bien
consignan detalles de esta famosa entrevista sin embargo coinciden en la verdad
de su contenido , cada cual da versiones hasta hiperbólicas de su diálogo con
Atao Wallpa . el tardío cronista F. Guamán Poma, consigna también una curiosa
versión popular sobre este hecho, que revela la honda impresión que este suceso
causó en el mundo andino (383).
3
3
La entrada fastosa de Atao Wallpa en la plaza de Cajamarca, está descrita
espectacularmente con algunos cronistas oculares . Jerez, dice que lo traían:
“Muchos indios sobre los hombros en alto y tras de esta venían otras literas y
dos hamacas, que venían mucha gente en escuadrones con coronas de oro”
(332). El presunto Estete, que Atao Wallpa estaba cargado por: “ochenta señores
en hombros; todos vestidos de una librea azul muy rica; y el vestido de su
marqués don Francisco Pizarro y los demás españoles que con él
estaban arremetidos de golpe al dicho Atabalipa y la gente que con él
venía matando y destrozando muchos de ellos y los indios con grandes
voces y alaridos que daban contra los españoles y así comenzaron los
indios arremolinarse alrededor del dicho Atabalipa porque no le matasen
y los españoles no hacían sino herir y matar hasta que llegaron a prender
al dicho Atabalipa4 y lo metieron en una casa 5
y le pusieron guardas u
luego todos los indios y principales estuvieron quietos sin menear ni
hacer guerra sino que algunos huían porque no los matasen y este
testigo salió de allí muy malherido las cuales mostró al presente y así
preso el dicho Atabalipa y muerto y presos muchos principales y capitanes
del dicho Inga y otros indios y principales de muchas partes luego los
españoles comenzaron a tomar al dicho Atabalipa y a todos los demás
todas las piezas de oro y plata que tenían para su servicio y sus criados
y mujeres e hijos y hermanas y todo lo demás que hallaron de que se
pudiesen aprovechar que de todo ello no dejaron cosa alguna lo cual fue
en muy gran número y cantidad que este testigo no lo sabe moderar
porque aliende que el dicho/ Atabalipa y sus capitanes y parientes traían
muy gran cosa de oro y plata y joyas venían otros grandes señores en su
6
Las cifras dadas por las relaciones españolas son los siguientes: La
relación Francesa: 40,000 castellanos y 30 marcos de plata (73), H. Pizarro:
40.000 castellanos y 4.000 ó 5.000 marcos de plata (124), g. De Espinoza:
50.000 pesos castellanos y 20.000 marcos de plata (39), el presunto Mena:
50.000 pesos de oro (88) y F. De Jerez: 80.000 pesos de oro, 7.000 marcos de
plata y 14 esmeraldas (3349, aparte de las andas de Atao Wallpa, que pesaron
83 kilos de oro de 15 kilates, que F. Pizarro lo tomó para si (Zárate, 472; R.
Loredo. Repartos, 123).
No resultan extraños estos guarismos, pues según las relaciones de Jerez
(333), los presuntos Mena(84) y Estete (374), Ruiz de Arce (423) y otros testigos
oculares, la cohorte de Atao Wallpa estaba formada por gente muy rica e
importante, que en su mayoría traían petos y coronas de oro y plata, además de
los servicios que encontraron en el campamento de Qoñoq.
7
Las cifras del acta de repartición del rescate de Atao Wallpa, de 17 de
junio de 1533. Es objetivamente elocuente. Allí se constata que F. Pizarro, con
sus hermanos y los más allegados, fueron los grandes privilegiados de este
famoso rescate. Además, F. Pizarro recibió aparte de los suyo, la cuota de su
intérprete martín Pizarro, que nunca le entregó según se desprende del
testamento de este citado lengua (Sancho de la Hoz, 336; C.A. Romero. RH. XVI,
Los Pizarro exigen a Atao Wallpa un cuantioso rescate en oro y
plata.
Fo. 84.
15°. A las quince preguntas dijo que después de pasado lo que
dicho tiene en las preguntas antes de esta vio este testigo que el dicho
marqués don Francisco Pizarro y los dichos sus hermanos pidieron al
dicho Atabalipa que les diese para ellos y los demás españoles que con él
venían cantidad de oro y plata el cual se la prometió 8 así luego vio este /
testigo que el dicho Atabalipa despachó muchos mensajeros a diversas
provincias como eran orejones y mandones suyos para que hiciesen
juntar toda la cantidad de oro y plata que pudiesen juntar de cualquier
manera que fuese y joyas de sus mujeres y todo el servicio que tuviesen
de oro y plata para dar al dicho marqués y a sus hermanos 9 y
124).
8
Pola, Yaku Willca, Zapaico, Sullca Guaranga, Nina Curi y otros más,
confirman el testimonio de Inka Mocho, contrariando la versión oficialista de F.
Pizarro, quien para birlar la parte del rey-haciendo quedar mal a su
infortunado prisionero el auqui Atao Wallpa-, sostuvo que éste por temor a ser
muerto, espontáneamente le ofreció pagar un rescate por su libertad. La verdad
es que entre los incas no hubo la costumbre de rescatar los prisioneros con el
pago de oro y plata. Este tipo de extorsión fue introducido por los europeos.
Basta recordar que Francisco I de Francia pagó un fuerte rescate al rey español
para salir libre. En el Perú, Tumbalá pagó un rescate en 1531, Vila Oma en 1534,
Mango Inka Yupangui varias veces en 1535. El soldado P. Cataño dice que H.
Pizarro conseguía por este medio oro y plata de los curacas tallanes (AGI,
patronato 90ª R. 11). Las denuncias almagristas refieren a su vez otros casos la
quema de los grandes capitanes del Imperio. Vila Oma, Tizu Yupangui con otros
en el valle de Yucay.
9
La versión de Martín Tocari, es nada más que un ejemplo de la severidad
con que Atao Wallpa y sus capitanes ordenaron que los mensajeros reuniesen
prontamente el oro y la plata que necesitaban para pagar el rescate que los
Pizarro le exigieron. Este informante presencial dic, que con la amenaza de ser
quemado vivo, tuvo que juntar: “Oro y plata así en tejuelos como en vasijas y
tinajas y joyas de mujeres y de otras hechuras y ganados y ropas finas”. (E.
Guillén Guillén, 1974, p. 94.)
Atao Wallpa paga a los Pizarro un rescate de más de seis millones
de pesos y no lo sueltan.
asi vio este testigo que luego se comenzó a traer al dicho valle de
Caxamarca muy gran cantidad de oro y plata de las partes más
cercanas y así iban trayendo cada día más hasta que hinchieron dos
casas de la dicha plata y oro que así traían y así traído lo vio este testigo
entregar al dicho marqués don Francisco Pizarro y Hernando Pizarro y a
los demás hermanos ya que dicho marqués mandaba lo diesen y así lo
recibieron todo ello y con esto los principales e indios que habían traído
el dicho tesoro y los que habían quedado vivos tuvieron por esto que el
dicho marqués don Francisco Pizarro soltara al dicho Atabalipa Inga por
el gran tesoro que allí dieron y entregaron al dicho marqués don
Francisco Pizarro y Hernando Pizarro y sus hermanos que le parecen a
este testigo que era muy mayor cantidad de seis millones lo cual todos
llevaron en su poder como dicho declarado tiene en las preguntas antes
de esta que se refiere y esto responde a la pregunta 10.
10
Al igual que los testigos presenciales peruanos, los españoles Mancio
Serra de Leguísamo y Tomás Vásquez, que presentaron sus declaraciones en la
probanza sobre los hijos de Atao Wallpa, F. Ninankuro y D. de Illaquita (AGI.
Patronato, 187 R. 21), dice que Atao Wallpa, dio como rescate más de lo que
había ofrecido, sin embargo, no parece que haya alcanzado a los seis millones de
pesos que indica Inka Mocha. Según los documentos hallados por R. Loredo
(repartos, 113), el rescate ascendió a 1’3265, 539 pesos de oro a 450 maravedies,
equivalente a 596.942,550 y 51.610 marcos de plata a su verdadera le de 1,958
maravedis, igual a 101.052,380, que según los cálculos de W. Prescot sumaron a
más o menos de 3’500,000 libras esterlinas (1955, p. 295) .
En cuanto al llamado cuarto del rescate sobre cuyas medidas no hay
conformidad entre los cronistas , el identificado actualmente en la ciudad de
Cajamarca, no responde a estas descripciones , más aún cuando puede hablarse
de dos cuartos. El primero se quemó según los testimonios de B. Picón y Diego
de Trujillo (AGI. Patronato, 187 R. 21) y el segundo según Pedro López era “una
casa redonda como un cubo de tres estados de alto y veinte de cuadra” (R. F.. N°.
20, p. 50). Hay interesantes referencias sobre este trema, en “Versión Inca de la
Conquista” de E. Guillén Guillén, 1974 y en “El cuarto del Rescate de
Atahualpa” de R. Ravines y B. Estela (RMN. XLII p. 113)
Atao Wallpa pide que lo exilien a España y ofrece dar para el rey más
de seis millones de pesos.
Fo. 84v.
16°. A las dieciséis preguntas dijo que de ella sabe que después
de haber pasado todo / lo que dicho tiene en las preguntas antes de esta
vio este testigo que dicho Atabalipa temiéndose que lo matasen pues no
lo soltaban con tanto dinero como marqués don Francisco Pizarro y sus
capitanes y hermanos que no o matasen sino que lo enviasen a los
reinos de España al gran rey que a ellos habían enviado allí que él le
daría para llevar a su majestad más de otro tanto les había dado que
eran los dichos seis millones y más como la pregunta dice y declara de
oro y plata y con todo esta promesa que había prometido lo que este
testigo sabe que el dicho Atabalipa pudiera muy bien cumplir le mataron
11
.
12
Aunque los cronistas, Ruiz de arce (425), P. Pizarro (483), el presunto
Estete (387), P. Cataño (AGI. Patronato 90ª. R.11) y el propio rey R.C. de 21.V.
1534) censuraron la inconsecuencia de F. Pizarro por haber ordenado la
muerte de Atao Wallpa faltando olímpicamente su palabra. Sin embargo , del
examen de los hechos posteriores , parece desprender que la muerte de Atao
Wallpa –el 26 de julio de 1533- sino fue negociada antes, resultaría una prueba
más de la habilidad política del bando cusqueño, que valiéndose de la intriga
sutil, consiguieron por manos española acabar con el infortunado rebelde,
resultando absurda aquella versión que inculpa a la veleidad de Felipillo la
muerte de Atao Wallpa y constatándose más claramente, que esta muerte, fue
parte de la pugna entre los hijos de Wayna Qhapaq para ceñirse la borla o
mascapaycha imperial y el síntoma de la nueva guerra civil que desató después
entre mango Inka Yupangui y sus hermanos.
Resulta también inconsistente la tesis del Fiscal del consejo de Indias,
que culpa a F. Pizarro de la injusta muerte de Atao Wallpa, alegando que lo hizo,
para que el rey no se informara de la cuantiosa suma de oro y plata que les había
dado.
los naturales de ellos y esto demás de las muchas costas y gastos y
pérdidas en muertes y guerras que después acá han sucedido en estos
13
reinos del Pirú y esto es lo que sabe y responde a la pregunta .
1
13
Aunque las versiones españolas silencian este género de torturas, los
testigos oculares: Curi Guaranga, Zapaico, Pola, Chuqui Sullca y otros más (E.
Guillén Guillén. 1974, ps. 105, 78, 199, confirmando la declaración de Inka
Mocha, dicen que vieron quemar y descoyuntar a muchos de los capitanes y
deudos de Atao Wallpa.
14
Esta transposición cronológica, no es por la mal memoria de Inka
Mocha, sino del orden de las preguntas que le hicieron . esta versión
corresponde a los muertos del tambo de Cajamarca el fatídico día en que los
españoles prendieron al incauto Atao Wallpa. Se ha especulado ,mucho sobre el
saldo de muertos de esta masacre. Los testigos peruanos inducidos por el
interrogatorio tendencioso del fiscal del consejo de Indias, afirman
unánimemente que los muertos de Cajamarca fueron más de 10.000 personas,
aunque el soldado Cataño que estuvo presente afirma que fueron más de 12,000
las víctimas. (AGI, Patronato 90A R.11). Jerez (33) tratando de minimizar esta
mortandad, dice que alcanzaron a 2,000, el presunto ,Mena (87) y D. de Trujillo ,
poniéndose en un término medio dicen que fueron de 6,000 a 8,000 los asesinos
en este crepúsculo sangriento (599. Cualquiera que haya sido el número de
víctimas, la matanza de Cajamarca, fue sin duda más sangrienta que la de
Cholula y la peor, registrada en los anales de la historia de la América andina.
Pizarro y a los dos capitanes Mayta Inga y Urco Guaranga que eran los
que habían ofrecido al dicho marqués don Francisco Pizarro de miedo
15
que los matasen el tesoro de Pachacamac y de otras partes y así
partieron todos los que decían e iban con el dicho Hernando Pizarro a
mostrar el tesoro y huaca y adoratorio del ídolo de Pachacamac y casa
del sol y otras cosas y este testigo se partió para su tierra 16 y estando en
el valle de Bombon llegaron por allí el dicho Hernando Pizarro y los
1
15
Los testigos: Caroallali, Atrico, Pola y Zapaico entre otros, dicen que
efectivamente estos capitanes fueron torturados por orden de f. Pizarro y que
muy a su pesar, para no ser muertos revelaron la existencia de los tesoros del
adoratorio de Pachacamac . cayo Inka, afirma a su vez que los extorsionados
fueron Titu Mayta Yupangui y Mayta Yupangui. Quizás se trate de otros
capitanes, pero la verdad es que la tortura y la extorsión estuvieron a la orden
del día en Cajamarca (E. Guillén Guillén, 1974, ps. 41, 58, 72, 82, 228), como
una norma impuesta por los españoles para conseguir codiciosamente más oro y
plata, como también para sembrar el terror. Jeréz, recuerda jactanciosamente, la
quema de curacas en la isla de Puna y Amotape, y Mena, la quema de
Challcochima por H. de soto que salvó de morir asado por la intervención de H.
Pizarro y tito Cusi Yupangui, la de Cura Ocllo y de los demás famosos capitanes
de Mango Inka Yupangui en el valle de Tambo y Yucay, además fue pena que
generalmente se impuso a los prisioneros incas de guerra, como a los patriotas
alzados contra la dominación hispana.
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El saqueo del adoratorio y oráculo de Pachacamac- del 2 al 26 de febrero de
1533. Este adoratorio-situado a pocas leguas de la ciudad de Lima-fue uno de los
más famosos de la antigüedad y el oráculo más temido, tan importante como los
de Dodona y Delfos. Según el presunto Mena (91) tuvo tanto prestigio como la
Roma de la cristiandad. Jerez (337) y P. Pizarro (473) al que sigue Cobo, dando
una versión distinta a la expresada por Inka Mocha. Refieren que fue el mismo
Atao Wallpa, el que comunicó de su existencia a los españoles. Los citados
cronistas dicen que este auqui estaba desengañado y resentido con esta
divinidad, les dijo que le había mentido , cuando le consultó por la salud de su
padre y sobre si ganaría a los españoles. En el primer caso, le dijo que lo
sacaran al sol y Wayna Khapaq murió, en el segundo que él vencería y estaba
preso.
Atao Wallpa, después de encadenar al “obispo” de Pachacamac que había
acudido al tabo de Cajamarca, dispuso que un hermano suyo, llevara a H.
Pizarro hasta este centro religioso para tomar el oro y la plata para su rescate.
Aunque M. De Estete dice que cuando llegaron gran parte de los tesoros habían
sido escondidos; los numerosos testigos de vista con cayo Inka, dicen que ellos
vieron que el oro y la plata reunida en la casa de Chumpi Sawa-el funcionario
Inca- fue muy grande y que aumentó más con el que trajeron los curacas de las
capitanes que dicho tiene que con él habían ido y decían que venían del
dicho valle de Pachacamac y de las provincias comarcanas e iban con
todo ello al dicho valle de Caxamarca a donde estaba el dicho marqués
don Francisco Pizarro y allí vio que llevaban cargos de oro y plata y ropas
finas y otras cosas de mucho valor y cargados de todo ello más de diez
mil indios de más de gran suma de ganados que llevaban otros indios
delante de si y esto es lo que sabe de esta pregunta y de todo este caso
de ello más no sabe/
Fo. 86.
Y no fue preguntado por más preguntas porque dijo que no las
sabía y dijo que lo que dicho tiene es la verdad y lo que sabe de este
caso para el juramento que fecho tiene y en ello se afirmó y ratificó y no
firmó por no saber y firmolo el dicho señor corregidor de su nombre y
declaró por la dicha lengua Diego de Dávila Briceño- Bartolomé de Prol-
Escribano.
ESTETE, Miguel de. Relación del viaje que hizo el señor capitán
Hernando Pizarro por mandato del señor gobernador...Lima, 1968.
LÓPEZ, Pedro. Relación hecha de las tierras, islas, tierra firme del
Perú. Revista Fénix, N° 20. Lima, 1970.