Raptola Violola y Matola

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TRABAJADORA: Verá.

La empresa está interesada en el


Alejandro Licona
bienestar de todos sus empleados. Muchas veces se
otorgan aumentos que no van de acuerdo con sus
RAPTOLA MATOLA VIOLOLA necesidades. Como podría ser el caso de su señor. Yo
hago un estudio y recomiendo un aumento muy
AGARRO A HACHAZOS A LA CASQUIVANA cercano a la realidad.

(Sala en casa. Se escuchan toquidos. Acude a abrir una SEÑORA: Qué bien. Pues comencemos.
señora. En la puerta aparece una mujer de traje sastre
con una carpeta y una bolsa que parece contener algo TRABAJADORA: (Tomando nota.) Su nombre es Helena
muy pesado.) ¿verdad?

SEÑORA: ¿SÍ? ¿Dígame usted? SEÑORA: No. Ana Laura. Ana Laura Guerra de
Rodríguez
TRABAJADORA: Buenos días. ¿La señora de Rodríguez?
TRABAJADORA: (Asintiendo.) De Rodríguez, por
SEÑORA: Para servirle. Buenos días. supuesto. ¿Hace mucho... que están casados?

(La trabajadora mira con atención a la señora y la SEÑORA: No. hasta eso. Cuatro años.
coteja con una foto.)
TRABAJADORA: (Repitiendo fulminada.) ¡Cuatro años!
TRABAJADORA: ¿Su esposo es Ausencio Rodríguez?
SEÑORA: Bueno, los cumplimos hasta mayo.
SEÑORA: Sí.
TRABAJADORA: (Alteradísima.) Cuatro años...
TRABAJADORA: Vengo de parte de Peñoles, la (Sonriendo forzada.) Casada por la iglesia y por el civil,
empresa donde trabaja su marido, para hacerle un supongo.
estudio social.
SEÑORA: (Titubeando.) ¿Eso afectaría el estudio?
SEÑORA: Ay sí. Pásele por favor. Disculpe el tiradero.
De haber sabido. TRABAJADORA: ¿El qué? ¿El no estar casada? No. No
se apure. Viera que pasa seguido.
TRABAJADORA: No se preocupe. (Viendo en
derredor.) Tiene una casa muy bonita. Señora, la SEÑORA: Fue por mutuo acuerdo. Ninguno de los dos
felicito. quisimos.

SEÑORA: Gracias. Tome asiento. TRABAJADORA: Muy moderno. Sin compromisos.

TRABAJADORA: (Con sonrisa forzada.) Muy amable. SEÑORA: Algo así.


(Dirige su mirada a la TV) Es de colores ¿Verdad?
TRABAJADORA: Lo que nos interesa saber es cómo
SEÑORA: Sí. viven. (Viendo en derredor.) Y se ve que muy Bien.
Todo es nuevo. ¿Qué usted también trabaja?
TRABAJADORA: Suerte que tiene usted. Hay mujeres
que ni a eso llegamos. Que envidia. SEÑORA: Uy no. Ya tiene rato. No quiso que yo
siguiera.
SEÑORA: ¿Gusta tomar un café?
TRABAJADORA: ¡Claro! Cómo va a trabajar la mujer.
TRABAJADORA: No se moleste. Va a ser rápido. Otras que se frieguen porque no les alcanza. Usted no
(Sentándose.) Linda la sala. Nueva ¿verdad? tiene de todo. Se lo merece.

SEÑORA: (Haciendo un mohín de modestia.) Y ¿de qué SEÑORA: (Sonriendo.) Gracias. Pero trabajo aquí en mi
es el estudio? hogar.

TRABAJADORA: Sí. Su hogar. ¿Y cómo es él?


SEÑORA: Pues... cariñoso. Hogareño. Seguido me SEÑORA: (Tratando de recordar.) Me dijo. ¿Cuánto?
ayuda con la casa. Le encanta lavar trastes. 40 por ciento, creo.

TRABAJADORA: ¿Le encanta lavar trastes? ¿A él? ¡Pero TRABAJADORA: (A punto de estallar.) ¡Pero que tipo!
no es posible! Quien lo viera. ¡El 40! ¿Pero es que no hay justicia en este mundo?

SEÑORA: Digo, habrá hombres que no les guste, pero a SEÑORA: (Preocupada.) ¿No se lo van a dar entonces?
él sí. Ay, no estoy segura, señora. A la mejor fue menos. No
me haga caso.
TRABAJADORA: (Cada vez más alterada.) ¿Y qué más?
TRABAJADORA: Lo que haya sido. (Siniestra.) No
SEÑORA: ¿Qué más puedo decirle? importa. Yo me encargo de darle su aumento. Eso
júrelo.
TRABAJADORA: (Apretando los dientes.) En la cama...
SEÑORA: (Con el rostro iluminado.) ¿De veras? No
SEÑORA: ¿Eso es parte del estudio?
sabe como se lo voy a agradecer.
TRABAJADORA: Es confidencial. Para saber de la
TRABAJADORA: No me agradezca nada y dígame, ¿qué
armonía conyugal.
piensa de los maridos que engañan a sus esposas?
SEÑORA: (Ruborizada.) Ay, señora. Pues mis respetos.
(La señora no contesta de inmediato. Su rostro se
Cuando viene, porque ha de saber que seguido Io envía
entristece por unos momentos, sonríe de nuevo pero
la compañía a las unidades, me deja hecha un trapo.
sin convicción.)
Que bárbaro. Yo creo que ni un jovencito de 15 años.
SEÑORA: ¿Por qué me pregunta eso?
TRABAJADORA: Osea que no se queja de que viene
cansadísimo del viaje, que le duele la cabeza. Porque TRABAJADORA: Es parte... del estudio. Dígame. Quiero
hay maridos que son así. saber que piensa.

SEÑORA: No. Mi Chencho no. SEÑORA: Pues... ¿Qué puedo decirle? Hay gente así.

TRABAJADORA: ¿Chencho? ¿Le dice Chencho? Si a él le TRABAJADORA: Si. ¿Pero qué opina? ¿Está bien? ¿Está
revienta que le digan así. mal? ¿Qué?

SEÑORA: No. para nada. SEÑORA: Mal, ¿no? Eso no se hace.

TRABAJADORA: Como no. A cada rato me lo dice. Mi TRABAJADORA: (Mirándola fijamente.) ¿Usted piensa
nombre es Ausencio. que su marido le es fiel? ¿Qué no la engaña?

SEÑORA: Bueno, a usted. Hay diferencia. SEÑORA: (Tras pausa. Sin convicción.) No... El no.

TRABAJADORA: Claro que la hay, señora. Por supuesto. TRABAJADORA: ¿Está segura? ¿No recibe llamadas y
cuando usted contesta le cuelgan? Y cuando él
SEÑORA: ¿Y si ira a tener otro aumento aunque le
responde, solo dice no, sí, aja. (Con insidia.) ¿No le ha
acaben de dar uno?
encontrado cabellos en su saco?
TRABAJADORA: (Entre furiosa y alarmada.) ¿Le acaban
SEÑORA: Pero son de perro. Eso me dice.
de aumentar?
TRABAJADORA: ¿Qué clase de perro los tiene tan
SEÑORA: Bueno, no hace poco. Será un mes.
largos... y pelirrojos?
TRABAJADORA: (Controlándose.) ¿No sabe de cuanto
SEÑORA: ¿Cómo sabe que son pelirrojos?
fue el aumento?
TRABAJADORA: Antes de venir aquí pasé al escritorio
de Ausencio y tome una foto. Pensé que era de usted.
SEÑORA: ¿Qué foto? lo iban a mandar fuera. Ahora es la hora. Los puede
hasta agarrar juntos. A ver con qué cara lo niegan.
TRABAJADORA: Esta, hasta dedicada está. Mírela "Para
Ausencio, que colma todas mis... (Le entrega el hacha.)

SEÑORA: (Acabando de leer. Alterada.) ...Ilusiones. SEÑORA: iCabrones! ¡Infelices!


Ardientemente tuya. "Helena". No significa nada. Con
suerte y es solo una aventura. TRABAJADORA: ¡Y pensar que llevan años de
conocerse! ¡Y una ahí de mensa, como perro fiel, como
TRABAJADORA: ¿De veras lo cree? Ausencio hace un sirvienta, mientras la otra se lleva la mejor parte! ¡Vive
año solicitó un préstamo a la compañía para comprar mejor!
un departamento. ¿Será este? digo la dirección es casi
la misma. Mire, edificio K departamento 302. (La señora lanza un grito y sale empuñando el hacha.)

SEÑORA: Este es A departamento 105 y lo compró TRABAJADORA: (Gritándole.) ¡Recuerde! ¡Edificio K


hace cuatro años. departamento 302! (Recuperándose.) Ay. Edelmira. Te
ibas a comprometer. Es increíble lo que hacen los
TRABAJADORA: (Sonriente.) No puede ser aventura si celos. Como pude haber pensado en el crimen. (Se
hasta casa le puso ya. Mal sería cuando el dinero santigua.) Ay eso no. Una tiene educación, criterio.
empiece a escasear. “Es que debo, no me pagan” Las Total, yo así acepte a mi marido.
ausencias son cada vez más largas. La indiferencia
cuando llega, el mal humor que oculta la culpa. ¿Qué (La trabajadora se queda pensativa.)
más evidencias quiere?
TRABAJADORA: Lo que no recuerdo es si le saque filo o
SEÑORA: No puedo creerlo. El... viviendo con Helena. no. (Se encoge de hombros.) Ahí después lo leo en los
periódicos. (La trabajadora sale. A lo lejos se escuchan
TRABAJADORA: Imagíneselos juntos, gozando. ¡Tú si gritos.)
eres mujer! , Contigo es lo máximo. Besándose,
riéndose, haciendo planes para el futuro y gastando a CON SAÑA INAUDITA
manos llenas lo que a usted le corresponde por
(Habitación. Sobre un mueble se advierte un montón
sobarse el lomo lavando su ropa. Por darle de comer,
de medicinas. Atrás, en un rincón, un tanque de
por tener limpia su Casa.
oxigeno. En medio de la estancia una anciana en silla
SEÑORA: (Furiosa.) Desgraciado. de ruedas. Poco después entra Carmen con una taza
en la mano y un misal en la otra.)
TRABAJADORA: ¡Eso es traición! ¡Engaño! Los dos se
están riendo en su propia Cara, se burlan. Ahí está la CARMEN: (Besándola.) Ay. Cholita, ¿cómo esta? Que
idiota. ¡Mírenla! gusto verla. ¿Cómo sigue?

SEÑORA: ¡Y todavía tiene el descaro de llegar oliendo a ANCIANA: (Quejumbrosa.) Ya sabrás. Igual o peor. Yo
su per fume! ¡Eso no lo soporto! ¡Huele horrible! no sé cuando vaya a terminar este martírio, pero ya le
¡Todavía fuera fino! pido al cielo que sea pronto. No es posible seguir
sufriendo tanto. Si no fuera por personas como tú, no
TRABAJADORA: Deje eso. El olor del jabón. El pelo sé qué sería de mí. Ya me hubiera muerto de la pena y
húmedo todavía. el abandono.

SEÑORA: ¡Y en la misma unidad! ¡Cínicos, CARMEN: No diga eso, Cholita. La queremos muchas
desgraciados! ¡Hijos de la chingada! personas. Ahí está su hijo.

TRABAJADORA: ¡Eso! ¡No deje que se burlen de usted! ANCIANA: ¡Mh, mi hijo! Es el primero que quisiera
(Saca un hacha que llevaba en la bolsa. Con un verme muerta. Ya te lo ha de haber dicho. Vieja latosa,
pañuelo le limpia las huellas del mango.) Enséñelos a ya me tiene hasta el gorro. Ojala se muera.
engañar. Deles un susto, una lección. Yo se que
Ausencio esta aquí en la Ciudad. De seguro le dijo que
CARMEN: No. Cholita. Lo que pasa es que está CARMEN: No. Cholita. No puedo aceptarlo. Si vengo
desesperada y no ve las cosas Bien. Y la comprendo. aquí es por acompañarla, rezar, platicar. No busco
ninguna recompensa.
ANCIANA: Cual desesperada. Es la verdad. Cuando
viene a asomarse aquí, es con la esperanza de ANCIANA: Tch. Ni te creas que es tanto. Tampoco es
encontrarme tiesa. Yo se que esas medicinas son caras, nada. Algo. Lo hice por joderlo. Ya me lo imagine en el
el oxigeno no se diga. No me las compres, mi amor. No suelo escupiendo verde del coraje. Para que se le quite
tienes ninguna necesidad de cargar conmigo, déjame lo desgraciado, lo mal hijo.
morir. Vete. Gástate mi dinero en otras cosas.
CARMEN: ¿Qué gana con pensar esas cosas? Nada más
CARMEN: Por favor, Cholita. No se altere. se hace daño. Tenga mejor. Tómeselo. Le caerá bien.

ANCIANA: Arturo. Ese si me quería. Era buen hijo, no (Le da una taza con té)
como este. No sé por qué Dios se lo tuvo que llevar.
Digo. Sí era el caso. Se hubiera llevado al otro. ANCIANA: Ay. Esta amarguísimo. ¿De qué es?
(Deniega.) Es que me tiene mala voluntad. No
CARMEN: ¿Rezamos?
conforme con mandarme tanta enfermedad, me tiene
aquí. ¡Ya llévame! ¡Ya viví! ¿Qué ganas con tenerme
ANCIANA: No me nace. ¿Para qué? Todavía me
sufriendo? Y no me hace caso Carmen.
hicieran caso. Ya estoy cansada de pedir siempre lo
mismo.
CARMEN: Tus caminos no son mis caminos. Por algo
será.
CARMEN: Usted no puede saber si le hacen caso ahora.
Acuérdese que nadie sabe el día ni la hora. Hay que
ANCIANA: Ya no quiero vivir. Carmen. Ya basta. ¿Sabes
estar preparados. Vamos a rezar. Arrepiéntase.
lo que es tener artritis con Mal de San Vito? ¿Eh lo
sabes?, ¿Flebitis? ¿exceso de acido úrico? ¿Un disco
ANCIANA: Carmen. Si algún pecado cometí. ya lo estoy
desviado? ¿Insomnio, inapetencia, neuralgias todo el
pagando y con intereses.
día, diarrea? No. No lo sabes. Eres joven y saludable. Sé
que soy una carga. Un peso más que no se hablar de CARMEN: Cholita. Vamos a rezar. De veras que le hace
otra cosa más que de sus enfermedades. Ya le dije a mi falta.
hijo. Mátame. Si quieres te escribo una carta de
suicidio para que no tengas problemas. ANCIANA: Ya lo dije que no. No insistas. Mejor léeme
el periódico o un libro.
CARMEN: Cholita. Miguel no se atrevería. La quiere. Y
no le gusta verla sufrir. ¿A quién? CARMEN: Se lo suplico, Cholita. Rece. Para que me
quede tranquila. No queda mucho tiempo se va
ANCIANA: Pues la carta está hecha y él sabe dónde volando.
está. Que es un cobarde y no se atreve, es otra cosa.
Pero de que me haría un favor... ANCIANA: Eso quisiera. Que volara.

CARMEN: (Dolida.) Cholita... CARMEN: Ay. Cholita. Esta volando. ¿Dónde dice que
tiene la carta?
ANCIANA: Es la verdad. No tiene caso vivir. Que venga
la muerte. Diario la pido, la llamo... ANCIANA: En el tocador. ¿Por qué?

CARMEN: ¿De qué se ríe, Cholita? CARMEN: Curiosidad. Nunca he vista una carta de esas.

ANCIANA: (Confidencial.) La sorpresa que se va a llevar (Se dirige al mueble y busca.)


ahora que lea el testamento. ¿Adivina quien se va a
quedar con todo? ANCIANA: (Amoscada.) Pues... Lo de siempre supongo.
No se culpe a nadie de mi muerte.
CARMEN: No. No sé, Cholita.
CARMEN: (acabando de leer.) ¿Ya se acabó su te,
ANCIANA: Tú mi amor, tú. Cholita? ¿No quiere más?
ANCIANA: Sabe espantoso. Primera vez que pruebo un la casa, con el dinero, con todo. Pero les va a salir el
té como este. palito por el chirrión, porque antes de morir pienso
escribir todo esto para que los encierren y los refundan
CARMEN: (Sonriente.) ¿Entonces qué? ¿rezamos?, en la cárcel. ¡Septuagenaria muerta por su propio hijo!
ándele. Suponga que hoy se va a morir. Que mejor que ¡Él y su amante lo planearon todo! ¡La sociedad pide
estar tranquilos y preparados. cadena perpetua!

ANCIANA: Carmen, nunca me hablas hablado así. CARMEN: ¿Tiene caso que lo haga, Cholita? Esas líneas
que piensa escribir, las puedo romper después sin
CARMEN: Hay cosas inevitables, doña Cholita. ¿No
ningún problema. Lo que vale es esta carta de suicidio.
quiere que abra la ventana para que vea el atardecer?
Una nunca sabe si será el último. ANCIANA: (Tratando de arrebatársela.) ¡Dámela,
infeliz! ¡Diamela!
(Pausa. La anciana mira con intensidad a Carmen
luego lee la carta que esta sostiene entre las manos y CARMEN: Cholita, no me hagas sentir mal. Usted sufre
por último la taza de té.) mucho.

ANCIANA: ¿Qué me diste de beber? ¿Qué té es este? ANCIANA: ¡A ti que te importa si sufro o no!

CARMEN: De manzanilla... con insecticida. (Antes que CARMEN: Es por su bien. Así ya descansa.
le diga nada.) ¿No que quería morirse usted? Pues
ande, muérase. A mí la verdad me da mucha pena verla ANCIANA: ¡Cínica! ¡Hipócrita! ¡Sierpe! ¡Asesina! Ya
sufrir. Cada vez que la visito. Salgo con el corazón siento que el veneno me llega al corazón. La mirada se
hecho nudo. Además, ¿no es lo que pide diariamente? me nubla. Me quedan pocos minutos de vida. Sádica.
Te regodeas viéndome sufrir, agonizar. Abandonar este
ANCIANA: ¡asesina! ¡desgraciada! ¿Y tú quien eres mundo en medio de los más atroces dolores. ¡Maldigo
para quitarme la vida? (Gritando.) ¡Miguel! ¡Miguel! el día en que te conocí! ¡Maldita seas tú y tu
descendencia!
CARMEN: No está. Acuérdese que salió a un
compromiso. CARMEN: Ay, Cholita. Usted siempre tan exagerada.
Tenga su carta, ya me voy.
ANCIANA: ¡Ifigenia, ven aquí inmediatamente!
¡Ifigenia! ANCIANA: ¡Huyes para no verme expiar! ¡Cobarde!
¡Cuando menos ten el suficiente valor Para ver
CARMEN: Tampoco esta. Hoy es su día libre.
terminada tu obra!
ANCIANA: ¡No quiero morir! ¡No quiero! ¡Auxilio!
CARMEN: No puedo. De veras. Tengo cita con el
¡Socorro! ¡Me matan! ¡Que alguien haga algo!
dentista.
CARMEN: Nadie puede escucharla. Cholita. No se
ANCIANA: ¡Ay de mi! ¡Morir como perro! ¡Sola y
desgañite. Nomas se va a lastimar la garganta.
abandonada! (Llorando.) No quiero morir. No así.
ANCIANA: ¡No te saldrás con la tuya, criminal! ¡Ahorita
CARMEN: (Consolándola.) Cholita, por favor. No se
mismo le hablo a la patrulla para que te encierren!
ponga así. Mire. ¿Le digo una cosa y se calma? No hay
¡Para que tu nefasto crimen no quede impune!
tal veneno. Le di té de boldo, que es amarguísimo.
CARMEN: ¿Y cómo piensa hacerle, si el teléfono esto
ANCIANA: No es cierto. Lo dices para contentarme. Me
abajo? Capaz y se mata en las escaleras. Mejor vamos a
voy a morir, lo sé.
rezar. ¿Sí?
CARMEN: En serio. que no. Es más, mire. Yo también
ANCIANA: ¡No te me acerques, Borgia de tercera!
voy a beber. (Viendo Ia taza.) Ay, no dejó nada. Que
¡Hiena! ¡Chacal! Por primera vez veo tus intenciones.
lastima. ¿Y ahora cómo se lo compruebo?
Siempre sospeche algo. Tú y mi hijo se entienden.
¿verdad? Claro. Yo les estorbo. Quieren quedarse con
ANCIANA: ¿No era cierto entonces? Lo hiciste para CUQUITA: No. Esa maldita manía que tienes de
divertirte, para hacerme sufrir. Que mala eres Carmen. escarbar en las madrugadas en el jardín.
Hacerle eso a una pobre anciana indefensa y enferma.
JORGE: No lo hago siempre.
CARMEN: No diga eso, Cholita. Yo solo quería hacerla
rezar y saber... cosas. Ya las supe. (Viendo su reloj.) Y CUQUITA: No... (Tras pausa. Más suavizada.) Hasta
ya me voy. Con permisito. Que descanse. Deme la carta eso tienes buena mano. Lo tienes precioso... Hijo.
para que no la arrugue.
(Jorge deja de comer para mirar a su madre.)
(Carmen pone la carta sobre el mueble y se dispone a
CUQUITA: Tú me estas ocultando algo. ¿Verdad?
salir.)
JORGE: (Cauto.) No. mamá.
ANCIANA: Carmen...
CUQUITA: No se qué rayos vinimos a hacer aquí. Tan
CARMEN: ¿Si, doña Cholita?
bien que estábamos en el pueblo. Allá si hay gente
ANCIANA: Vas a venir mañana. ¿Verdad? buena. no como aquí. Todo es maldad. chisme.
¿Seguro que no has hecho nada indebido Jorge?
CARMEN: (Sonriendo.) Claro que sí. ¿Por qué no?
JORGE: Seguro mamá.
(Se va Carmen.)
CUQUITA: Todos somos humanos y como tales
ANCIANA: Tan buena muchacha. Y yo que llegue a podemos cometer errores. Eso no significa que te vaya
sospechar de ella. Es que luego los vela platicar mucho. a querer menos, Jorge. Eres mi hijo. Lo único que tengo
Y él le agarraba la mano. Esas miraditas. (Se queda en la vida. Entiéndelo. Entre nosotros nunca ha habido
pensativa. Deniega.) Ay, Chole. Ya ves cosas. Para que secretos.
te encuentres otra como ella...
JORGE: ¿Que te contaron?
(Súbitamente siente un estertor y se lleva la mano a
in garganta.) CUQUITA: No. Nada. Si tú dices que no has hecho
nada, nada entonces. No me hagas caso.
ANCIANA: (Muriendo.) Ca... Cabrones...
JORGE: Lo que es no tener nada que hacer. Viejas
(Muere.) chismosas. Pregúntales que tienen que andar espiando
en la madrugada.
EL ESTRANGULADOR DE LA NATIVITAS
CUQUITA: ¿Cómo sabes que es en la madrugada?
(Comedor clase mediero. Dona Cuquita termina de
poner la mesa. Son las siete de in mañana. Entra JORGE: Porque... Es la hora en que me paseo. Sabes
Jorge.) que sufro de insomnio. Y porque las he visto espiarme.

JORGE: Buenos días Mamá. CUQUITA: ¿Más café?

CUQUITA: (Seria.) Siéntate. ¿Cómo quieres tus JORGE: Así está bien. Gracias.
huevos?
CUQUITA: (Tras pausa.) ¿Tú qué opinas de los
JORGE: (Tras pausa.) Como siempre mamá. Revueltos. homosexuales? ¿De los travestis?

(La señora suelta un bufido de enojo v le sirve un JORGE: (Sacado de onda.) ¿Qué opino de qué?
plato.)
CUQUITA: Si te caen bien, te caen mal. Que.
JORGE: (Tras pausa.) ¿Qué tienes mama? ¿no dormiste
bien anoche? JORGE: No sé. Mientras no se metan con uno.
CUQUITA: Hay gente que se escandaliza de ellos. Yo CUQUITA: (Como herida por un rayo.) Entonces era
no, los respeto. Son personas y tienen corazón. Son cierto.
como uno. Mamá han de tener.
JORGE: Pero no para lo que estas pensando.
JORGE: ¿Por qué me preguntas eso?
CUQUITA: Ay, Jorge. ¿Para qué más puedes meter a
CUQUITA: Nomas. Se me ocurrió... Ay. hijo. ¿Te he una mujer a esas horas?
tratado mal?
JORGE: Mamá, por favor, escúchame. ¿Crees que te
JORGE: Por supuesto que no. ¿Qué te traes? voy a cambiar por... una cualquiera?

CUQUITA: No me importa lo que seas Jorge. Te querré CUQUITA: No tendría nada de malo. Mucha gente lo
igual. hace.

JORGE: ¿Qué te dijeron? A ver. Dime. JORGE: Yo no soy toda la gente.

CUQUITA: Nada, hijo. Mejor dime tú CUQUITA: He visto su ropa. Prendas intimas, sus
zapatos. Se han desnudado. hijo. ¡Has estado con
JORGE: Decirte qué. No lo entiendo. mujeres desnudas! ¡No mientas más! ¡Has tenido que
ver con ellas, no lo niegues!
CUQUITA: ¿Qué haces en las madrugadas?
JORGE: Te juro que no, mama.
JORGE: (Tras corto titubeo.) Pasear ya te dije. A veces
leo, fumo. CUQUITA: Por un momento tuve la esperanza de que
fueras travesti, pero no es cierto. Es ropa usada. Huele
CUQUITA: ¿Nada mas?
a mujer, Jorge.
(Jorge mira fijamente a su mamá.)
JORGE: Estas malinterpretando, mamá. Si he metido
mujeres, si se han desnudado, pero no ha pasado nada
CUQUITA: Ya me ha llegado el mismo rumor por varias
de lo que piensas.
partes.
CUQUITA: ¿Entonces qué? No eres pintor, no necesitas
JORGE: ¿De?
modelos.
CUQUITA: (Con esfuerzo.) De... De que metes mujeres
JORGE: Las... las he matado, mama.
a esta casa.
CUQUITA: ¿Qué?
JORGE: ¿vas a creerles más a ellos que a mí?
JORGE: Sí. Estrangulado. Con estas manos.
CUQUITA: Sabes bien que no. Por eso te pregunto.

(Cuquita mira fijamente a su hijo)


JORGE: No he hecho nada... Que pudiera avergonzarte.
CUQUITA: (Tras pausa) No… No es cierto, Lo dices para
CUQUITA: Mírame bien a los ojos, Jorge. Tú no sabes
contentarme.
mentir. No a mí. Piensa antes de contestar que esta
casa no tiene secretos para mí. Que la conozco hasta el
JORGE: Es la verdad. ¿Qué crees que entierro en las
último rincón y que pude haber visto algo...
madrugadas? ¿Por qué crees que está tan hermoso el
jardín?
JORGE: ¿Entraste a mi cuarto?
CUQUITA: (con lágrimas de felicidad.) Ay, hijo. No
CUQUITA: ¿Has metido mujeres a esta casa, si o no?
sabes el peso que me quitas de encima. Por un
(Pausa, Jorge no soporta la mirada de su madre.) momento pensé lo peor.

JORGE: S-si. JORGE: No permitiré que nadie empañe la felicidad de


este hogar, mamá, y menos una mujer.
CUQUITA: (secándose las lágrimas) Sí, mi hijito. ¿Qué sabiendo, es capaz de espiarme y si se llega a enterar
más te sirvo de desayunar? que me las tiro antes de matarlas, me va a dejar de
hablar. La conozco. No podría soportarlo. ¿por qué me
JORGE: ¿Todavía quedan torrejas con canela? pasan estas cosas a mí, caramba? ¿por qué?

CUQUITA: Sí mi rey, Ahorita te las traigo. Permíteme. CUQUITA: (entrando) Están bien frías. Como a ti te
gustan…
(Doña Cuquita se va a la cocina. Jorge deja escapar un
suspiro de alivio.)

JORGE: Voy a tener que cambiar de lugar. Qué lata.


Tan bien que estaba aquí con todo a la mano. Ya

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