Trincheras Estabilizadoras

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TRINCHERAS ESTABILIZADORAS Las trincheras estabilizadoras son zanjas profundas y anchas

construidas generalmente, con maquinaria pesada de movimiento de tierras que en su fondo y/o
paredes laterales lleva un colchón de filtro, un dren interceptor o un sistema de drenes tipo espina
de pescado. La zanja posteriormente se rellena con enrocado o con material común de acuerdo a
las necesidades específicas del caso. Generalmente, la trinchera se excava a profundidades
superiores a las de la superficie de falla (Figura 13.22). Este tipo de subdrenes en ocasiones, no ha
tenido éxito porque al excavar se activan deslizamientos de tierra de gran magnitud. El sistema de
trinchera trabaja como un dren interceptor profundo y en su diseño deben tenerse en cuenta los
requisitos de este tipo de drenes.
1.6.6 Trincheras estabilizadoras Cuando en una ladera natural existe flujo de
agua y está formada por grandes espesores de materiales cuya estabilidad se ve amenazada por él
y sobre tal ladera ha de construirse un terraplén, la remoción de todos los materiales malos y su
substitución por otros mejores resulta ya difícil y, desde luego, antieconómica. En la práctica esto
se logra drenando las aguas de una zona que abarque aquella por la que podría desarrollarse un
círculo de deslizamiento del conjunto formado por el terraplén y su terreno de cimentación. La
Figura 7 muestra en croquis algunas posibilidades de trincheras estabilizadora adaptadas a
diferentes circunstancias concretas de casos específicos. UNIVERSIDAD DE CUENCA Autores: María
Alvarado Jamil naranjo Página | 26 Figura 7: Tipos de trincheras estabilizadoras FUENTE:
(Rico Alfonso, 2005). Una trinchera estabilizadora es una excavación dotada en su talud aguas
arriba de una capa drenante, con espesor comprendido entre 0.50 m y 1.00 m de material de filtro
y un sistema de recolección y eliminación de agua en su fondo, el cual suele consistir de una capa
de material de filtro del mismo espesor arriba citado, dentro de la cual hay una tubería perforada
(de 15 o 20 cm de diámetro usualmente, o mayor si se espera gran gasto) para conducir
rápidamente el agua captada; esta última debe conectarse a una tubería de desfogue que lleve el
agua a donde sea inofensiva. Este desfogue puede ser, por cierto, un grave problema si la
excavación es profunda y la topografía no es favorable (Rico Alfonso, 2005). El fondo de la trinchera
deberá tener el ancho suficiente para permitir la operación eficiente de equipo de construcción, lo
cual se logra con unos 4m. En realidad, una trinchera estabilizadora suele mejorar la estabilidad de
un terraplén o de su terreno de cimentación de varias maneras. UNIVERSIDAD DE CUENCA
Autores: María Alvarado Jamil naranjo Página | 27 1. Realizando la función drenante
que ha quedado descrita. 2. Realizando un proceso de substitución de material, en el cual, se
apoya el conjunto terraplén – trinchera en un suelo más firme (parte b de la Figura 7) o se
modifican las condiciones de estabilidad de tal modo que cualquier posible superficie de
deslizamiento resulta tan larga y tan profunda que hace irrealizable la falla (por ejemplo, parte a de
la Figura 7). El subdrenaje proporciona mejora desde luego las características mecánicas del suelo
ladera abajo, al cortar físicamente al flujo y también la mejora ladera arriba, abatiendo las
presiones en el agua en una importante zona de influencia. Además, el mejoramiento de las
característica mecánicas del suelo que se substituye en el relleno crea una restricción mecánica a la
falla, que puede ser muy importante en muchos casos (Rico Alfonso, 2005).

http://dspace.ucuenca.edu.ec/bitstream/123456789/761/1/ti888.pdf

5.3 AGUAS SUBTERRÁNEAS

Las aguas subterráneas son las que se encuentran bajo la superficie del terreno o dentro de los

poros o fracturas de las rocas, o dentro de las masas de regolito; en zonas húmedas a metros de

profundidad, en desiertos a cientos de metros.

Ellas proceden de la precipitación y la condensación, excepto otras como las aguas connatas o

fósiles (sedimentarias) y las juveniles (magmáticas).

Las aguas subterráneas gozan por lo general, de una constancia de temperatura que las aguas de

circulación superficial no pueden poseer nunca, sometidas como están a evaporaciones,

intercambios térmicos con el aire exterior y el terreno de superficie, radiación solar etc.

Hay tres formas de encontrar en agua en el interior del suelo:

- Agua gravitacional agua freática

agua no freática

- Agua retenida agua absorbida

humedad de contacto

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agua capilar

agua higroscópica

vapor de agua en los poros

- Agua de constitución agua de la estructura mineral.

Los factores del movimiento son tres: porosidad, permeabilidad y filtración.

La porosidad, alude a la cantidad de espacios vacíos dentro de la masa rocosa; la arcilla y la arena

son porosas, igualmente una arenisca mal cementada o una roca fracturada o con planos de

disolución, porque hay volumen de espacios vacíos en el seno de la roca. Podemos distinguir entre

porosidad primaria y porosidad secundaria; la primaria alude a los espacios existentes entre las

partículas del material en un depósito de regolito o una capa de sedimentos, y la secundaria a

los espacios por fracturamiento o por planos de disolución dentro del macizo rocoso.

La permeabilidad alude a la capacidad que tiene un material de permitir que se establezca el flujo

de aguas subterráneas -o cualquier fluido- a través suyo. Ello dependerá de la porosidad y de la

conexión entre las aberturas e intersticios, y del tamaño y forma de tales conductos. Mientras la

arena y la grava son permeables, la arcilla, aunque sea porosa, es impermeable.

Finalmente, la filtración, que como factor varía según la naturaleza del suelo, la vegetación y la

estación. Un suelo arenoso que desnudo puede absorber del 30 al 60 % del agua lluvia caída,

cubierto de vegetación sólo deja filtrar un 10 %, exclusivamente durante el otoño y el invierno.

Además de los poros están las fisuras, diaclasas y huecos, que representan posibilidades de

filtración rápida.

Cuadro 5.1. Origen de las aguas subterráneas

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Tomado del Manual de geología para ingenieros. Fuente citada: Félix Trombe. Las aguas

subterráneas, Orbis, 1986

5.4 MANEJO DE AGUAS SUBTERRÁNEAS.

Las aguas subterráneas son causantes de múltiples problemas de estabilidad de taludes en

proyectos lineales. Dentro de las labores de control de la erosión se hace necesario ejercer un
control sobre el incremento de las presiones intersticiales en un talud o ladera, o sobre la

fluctuación del nivel freático en zonas inestables. Las obras más utilizadas para el manejo de las

aguas subterráneas son los drenajes en zanja, las trincheras filtrantes, los geodrenes, los pozos

verticales, las capas filtrantes, las pantallas filtrantes, las galerías de drenaje y los drenes

horizontales. Las estructuras para el manejo de aguas subterráneas se localizan, por lo general

en la pata de los taludes o laderas.

Cuando se trata de drenes horizontales, las perforaciones se localizan en la pata del talud. Los

drenajes en zanja se localizan, por lo general paralelos a la cuneta interior de la vía o en forma

de espina de pescado en áreas de niveles freáticos muy superficiales donde ocasionan

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problemas sobre la banca de una vía o sobre los taludes que la conforman. Las trincheras

filtrantes se utilizan para controlar las aguas freáticas de grandes movimientos en masa. Las

soluciones son las siguientes:

b. Trincheras filtrantes:

Las trincheras filtrantes son estructuras utilizadas para establecer un camino preferencial al

agua en zonas de bajo nivel freático.

Las trincheras filtrantes y los drenes son elementos utilizados para provocar un abatimiento de

las presiones intersticiales y permitir así un incremento de las presiones efectivas. En otras

ocasiones se persigue también la captación y evacuación de las aguas de algún terreno húmedo.

El material filtrante deberá estar constituido de partículas sanas, duras y limpias. El material

filtrante y filtrado deben tener características compatibles para que se produzca un buen flujo de

agua sin que ocurra arrastre de partículas que generarían lavado y posterior erosión interna del

material.

Las trincheras filtrantes practicadas en zonas de movimientos lentos controlados por capas

impermeables (asfaltos sepultados, estratos arcillosos), sirven de apoyo a drenes sub

horizontales para abatir niveles freáticos de zonas con dificultades de drenaje. Las trincheras

cuentan con estructuras de inspección que permitan el mantenimiento y monitoreo sobre la

evolución del flujo de agua.


http://www.amanco.com.ar/wp-content/uploads/descargas/geosinteticos/amanco-grodren-
brochure.pdf?v=7516fd43adaa

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