La Vida Que Agrada A Dios
La Vida Que Agrada A Dios
La Vida Que Agrada A Dios
Texto:
Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la
rectitud te
agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón
voluntariamente te he
ofrecido todo esto, y ahora he visto con alegría que tu
pueblo, reunido
aquí ahora, ha dado para ti espontáneamente. 1 de Crónicas
29:17
int.
Por la fe Enoc fue transpuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes
que fuese transpuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Heb 11:5.
Hechos 14:22: confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la
fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.
Romanos 1:17: Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está
escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Romanos 4:19: Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo
de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara.
1 Corintios 16:13: Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
2 Corintios 13:5: Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no
os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
Efesios 2:8: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios;
Efesios 6:16: Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego
del maligno.
2 Tesalonicenses 3:2: y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de
todos la fe.
1 Timoteo 5:8: porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha
negado la fe, y es peor que un incrédulo.
1 Timoteo 6:10: porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se
extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
1 Timoteo 6:12: Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo
fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
2 Timoteo 4:7: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Hebreos 6:12: a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la
paciencia heredan las promesas.
Santiago 2:17: Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
1 Pedro 1:5: que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que
está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
1 Pedro 5:9: al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van
cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
2. LA VIDA DE SANTIDAD.
Versículo 3: pues LA VOLUNTAD DE DIOS es vuestra
santificación; que os apartéis de fornicación; R V.
La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten
de la
inmoralidad sexual; NVI
Versículo 4: que cada uno de vosotros sepa tener su propia
esposa en
santidad y honor; R V.
Que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una
manera
santa y honrosa. NVI
Sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los
paganos, que no conocen a Dios.
Éxodo 28:36: Harás además una lámina de oro fino, y grabarás en ella como grabadura de sello,
SANTIDAD A JEHOVÁ.
Isaías 35:8: Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de SANTIDAD; no pasará
inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que
sea, no se extraviará.
2 Corintios 7:1: Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda
contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la SANTIDAD en el temor de Dios.
Efesios 4:24: y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y SANTIDAD de la
verdad.
1 Tesalonicenses 3:13: para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en SANTIDAD
delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.
1 Tesalonicenses 4:4: que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en SANTIDAD y honor;
Hebreos 12:10: Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía,
pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su SANTIDAD.
Hebreos 12:14: Seguid la paz con todos, y la SANTIDAD, sin la cual nadie verá al Señor.
3. LA VIDA DE JUSTICIA
Levítico 19:15: no harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al
grande; con justicia juzgarás a tu prójimo.
deuteronomio 6:25: y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos
mandamientos delante de jehová nuestro dios, como él nos ha mandado.
deuteronomio 16:20: la justicia, la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que
jehová tu dios te da.
salmos 11:7: porque jehová es justo, y ama la justicia;
el hombre recto mirará su rostro.
lmos 15:2: el que anda en integridad y hace justicia,
y habla verdad en su corazón.
2 de Timoteo 1: 6 Y que nadie perjudique a su hermano ni se
aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todo esto,
como ya les hemos dicho y advertido. NVI
4. LA VIDA EN EL ESPIRITU.
Gálatas 5:16: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Romanos 8.
Romanos 8:1: Ahora, pues, ninguna condENación hay para los que están EN Cristo Jesús, los que
no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Romanos 8:5: Porque los que son de la carne piENsan EN las cosas de la carne; pero los que son
dEL Espíritu, EN las cosas dEL Espíritu.
Romanos 8:6: Porque EL ocuparse de la carne es muerte, pero EL ocuparse dEL Espíritu es vida y
paz.
Romanos 8:11: Y si EL Espíritu de aquEL que levantó de los muertos a Jesús mora EN vosotros,
EL que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su
Espíritu que mora EN vosotros.
Romanos 8:13: porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por EL Espíritu hacéis morir
las obras de la carne, viviréis.
Romanos 8:14: Porque todos los que son guiados por EL Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
419. Romanos 8:15: Pues no habéis recibido EL espíritu de esclavitud para estar otra vez EN temor,
sino que habéis recibido EL espíritu de adopción, por EL cual clamamos: ¡Abba, Padre!
420. Romanos 8:16: EL Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de
Dios.
Romanos 8:23: y no sólo ELla, sino que también nosotros mismos, que tENemos las primicias dEL
Espíritu, nosotros también gemimos dENtro de nosotros mismos, esperando la adopción, la
redENción de nuestro cuerpo.
Romanos 8:26: Y de igual manera EL Espíritu nos ayuda EN nuestra debilidad; pues qué hemos de
pedir como conviENe, no lo sabemos, pero EL Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
indecibles.
Romanos 8:27: Mas EL que escudriña los corazones sabe cuál es la intENción dEL Espíritu, porque
conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.
Romanos 14:17: porque EL reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo EN EL
Espíritu Santo.
1 Corintios 3:16: ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que EL Espíritu de Dios mora EN
vosotros?
1 Corintios 6:17: Pero EL que se une al Señor, un espíritu es con él.
. 1 Corintios 6:19: ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo dEL Espíritu Santo, EL cual está EN
vosotros, EL cual tENéis de Dios, y que no sois vuestros?
Gálatas 5:25: Si vivimos por EL Espíritu, andemos también por EL Espíritu.
Gálatas 6:8: Porque EL que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas EL que
siembra para EL Espíritu, dEL Espíritu segará vida eterna.
Efesios 5:18: No os embriaguéis con vino, EN lo cual hay disolución; antes biEN sed llENos dEL
Espíritu,
1 Tesalonicenses 5:19: No apaguéis al Espíritu.
2 Timoteo 1:7: Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio.
Santiago 4:5: ¿O pENsáis que la Escritura dice EN vano: EL Espíritu que él ha hecho morar EN
nosotros nos anhELa cELosamENte?
1 Juan 4:13: EN esto conocemos que permanecemos EN él, y él EN nosotros, EN que nos ha dado
de su Espíritu.
6. VIVIENDO EN LA GRACIA.
2 Pedro 3:18: Antes bien, creced en la GRACIA y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
Hebreos 13:9: No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el
corazón con la GRACIA, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de
ellas.
Tito 3:7: para que justificados por su GRACIA, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza
de la vida eterna.
. 2 Timoteo 2:1: Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la GRACIA que es en Cristo Jesús.
. 2 Timoteo 1:9: quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino
según el propósito suyo y la GRACIA que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los
siglos,
Efesios 4:7: Pero a cada uno de nosotros fue dada la GRACIA conforme a la medida del don de
Cristo.
Efesios 2:8: Porque por GRACIA sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios;
Efesios 2:7: para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su GRACIA en su
bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Efesios 1:6: para alabanza de la gloria de su GRACIA, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
Gálatas 5:4: De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la GRACIA habéis caído.
2 Corintios 12:9: Y me ha dicho: Bástate mi GRACIA; porque mi poder se perfecciona en la
debilidad.
2 Corintios 1:12: Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con
sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la GRACIA de Dios, nos hemos
conducido en el mundo, y mucho más con vosotros.
. Romanos 12:6: De manera que, teniendo diferentes dones, según la GRACIA que nos es dada, si
el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
Romanos 11:6: Y si por GRACIA, ya no es por obras; de otra manera la GRACIA ya no es
GRACIA. Y si por obras, ya no es GRACIA; de otra manera la obra ya no es obra.
Romanos 6:15: ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la GRACIA? En
ninguna manera.
Romanos 6:14: Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo
la GRACIA.
Romanos 5:2: por quien también tenemos entrada por la fe a esta GRACIA en la cual estamos
firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Estad siempre gozosos (ESPIRITU). Orad sin cesar (SANTIDAD). Dar gracias en todo (FE),
porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús (1Tesalonicenses 5: 16-18).
Un corazón puro es lleno de la presencia de Dios, es un corazón que está en amor, como dice la
Biblia que en esto sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos, el
que no ama a su hermano permanece en muerte (1 Juan 3:14), que está en perdón hacia sus
semejantes y con el perdón de Dios, como dice la Biblia que sin no perdonamos las ofensas entonces
Dios no nos perdona a nosotros (Mateo 6:14-15), que está en gozo y paz, especialmente el gozo y la
paz, como dice la Biblia que no nos entristezcamos porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza
(Nehemías 8:10) y que la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la cual habéis sido
llamados en un solo cuerpo, y sed agradecidos (Colosenses 3:15).
Estar siempre gozosos es mantener el corazón lleno del Espíritu Santo, orad sin cesar es no llevar
carga, sino llevarlas al Señor y descansar en el Señor, como dice la Biblia que por nada estéis
afanosos, sino que sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios, en toda oración y ruego, con
acción de gracias, y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Filipenses 4: 6-7), como dice la Biblia:
Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él, y él hará, exhibirá tu justicia como la luz, y tu
derecho como el medio día (Salmo 37: 5-6). Vivir así siempre confiados en el Señor, llevando todo a
él en oración para no tener el más mínimo temor, dar gracias en todo es creer que nada es casualidad
porque le estamos sirviendo a Cristo, que todo tiene un propósito eterno en nuestra vida, que aunque
como dice la Biblia tengamos que ser afligidos en diversas pruebas (1 Pedro 1:6-7),
todo tiene un propósito, y que obrará para bien, como dice la Biblia que a los que aman a Dios todas
las cosas les ayudan a bien, los que son llamados conforme a su propósito (Romanos 8: 28).Así que,
amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de
espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios (2 Corintios 7:1).
Todo lo que interfiera con el gozo y la paz en nuestro corazón lo contamina, contaminan nuestro
espíritu, y de allí también contamina nuestro cuerpo, haciéndonos vivir en las tinieblas, y eso son los
pensamientos que no agradan a Dios, los pensamientos que no agradan a Dios bajan al corazón
donde mora el Espíritu Santo, y así luego de que los aceptamos en la mente como nuestros, esto es
que no identificamos su verdadera fuente sino que creemos que son nuestros propios pensamientos,
entonces contristan al Espíritu Santo en nuestro corazón porque nos unimos a ellos, y se pierde el
gozo y la paz.
Perfeccionamos la santidad viviendo confiados en Dios siempre, sin el más mínimo temor,
reprendiendo todo espíritu de temor en el nombre de Jesús, y todo pensamiento llevándolo cautivo a
la obediencia a Cristo, como dice la Biblia en 2 Corintios 10: 3-6: Pues aunque andamos en la carne,
no militamos según la carne(espíritu); porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino
poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se
levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a
Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.
Perfeccionamos la santidad en Dios cuando nos mantenemos en gozo y paz, allí podemos crecer en
santidad, esto es en la imagen de Cristo, el cual es santo, porque el propósito del evangelio es que
seamos transformados en la imagen de Cristo, como dice en Romanos 8:29-30: Porque a los que
antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conforme a la imagen de su hijo, para
que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a
los que llamó, a estos también justificó, y a los que justificó, a estos también glorificó.
Cuando alcanzamos este nivel de vivir en gozo y paz es que el Espíritu Santo nos guía en nuestro
diario vivir, ya que vivimos en gozo y paz porque estamos confiados en el Señor. En las pruebas lo
que debemos hacer es esperar en Dios, y esto es lo más difícil del evangelio, esperamos en Dios
manteniéndonos en gozo y paz a pesar de las circunstancias que amenazan el desastre porque
confiamos en las promesas de Dios, que Dios será fiel a cumplir su palabra, esperamos estando
siempre gozosos, orando sin cesar y dando gracias por todo.
Una persona puede entrar en el evangelio cuando clama a Jesús que lo salve, que entre en su corazón
y lave sus pecados con su sangre porque está arrepentido de ellos, y quiere en lo adelante obedecer al
Señor Jesucristo, pero mantenerse en el Reino de Dios es otra cosa muy diferente, y solamente
pueden permanecer en el Reino de Dios los que ponen su confianza en Jehová y en la misericordia
del altísimo, como dice el Salmo 21: Porque lo has bendecido para siempre; lo llenaste de alegría con
tu presencia.
Por cuanto el Rey confía en Jehová, y en la misericordia del altísimo, no será conmovido. Y esto
también lo dice la Biblia en el Salmo 125: 1-2 : Los que confían en Jehová, son como el monte de
Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre.
Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Jehová está alrededor de su pueblo desde ahora y
para siempre. Solamente cuando una persona llega a este nivel es que puede ser guiada por el
Espíritu Santo, mientras viva llena de temor a las cosas de este mundo estará lejos de Dios,
solamente cuando alguien a agarre de las promesas de Dios de que he aquí estoy contigo todos los
días hasta el fin del mundo (Mateo 28:20),
mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios
está contigo dondequiera que vayas (Josué 1:9), es que la persona puede vivir confiada, porque cree
que Dios está ahí con ella, y como Jehová es su luz y su salvación, entonces ¿a quién temerá?,
porque Jehová es la fortaleza de su vida, entonces ¿De quién ha de atemorizarse?, como dice el
Salmo 27: 1-3: Jehová es mi luz y mi salvación; ¿De quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida;
¿De quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis
enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo
estaré confiado. Hay dos tipos de personas en la tierra, los que confían en Jehová y los que confían
en sus propias fuerzas y recursos, como lo dice la Biblia en el Salmo 52: 5-9: Por tanto Dios te
destruirá para siempre, te asolará y te arrancará de tu morada, y te desarraigará de la tierra de los
vivientes. Verán los justos, y temerán; se reirán de él diciendo:
He aquí al hombre que no puso a Dios por su fortaleza, sino que confió en la multitud de sus
riquezas, y se mantuvo en su maldad.
Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia de Dios confío eternamente y
para siempre. Te alabaré para siempre, porque lo has hecho así; y esperaré en tu nombre, porque es
bueno delante de tus santos. Luego de decidir creerle a Dios y sus promesas, por su amor, su poder y
su fidelidad lo que tiene que hacer es ofrecer a Dios cada parte de nuestro cuerpo pidiéndole al
Espíritu Santo que las use para glorificar a Cristo, y esto cada día al empezar el día, porque el trabajo
del Espíritu Santo es primero revelarnos a Cristo nosotros, y luego mostrarlo a través de nosotros ,
como hizo con el apóstol Pablo (Gálatas 1:15-16), tenemos que ofrecer nuestro cuerpo en sacrificio
vivo y santo a Dios cada día, como dice la Biblia en Romanos 6:5-14: Porque si fuimos plantados
juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del
pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto ha sido
justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo
que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.
Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios vive. Así
también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor
nuestro.
No reine pues el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus
concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de
iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros
miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley (del pecado), sino bajo la
gracia. Salmo 32: 1-2:
Ser de esos que se ponen a cuentas confesando sus transgresiones a Jehová, y Dios ha perdonado la
maldad de sus pecados como dice en el Salmo 32:5, y esto porque confían en el valor de la sangre de
Cristo para limpiarlos de todo pecado que ellos confiesen delante de Dios, como dice en 1 Juan 1:7-
10, y luego cada día se mantienen a cuentas con Dios, en el fuego de Dios (Jeremías 20:9), con sus
lámparas encendidas porque tienen suficiente aceite en sus lámparas (Mateo 25 :1-13), siendo luz del
mundo y sal de la tierra (Mateo 5: 13-16), con los cielos abiertos sobre sus vidas (Lucas 3:21-22),
Jehová bendiciéndolos y guardándolos, Jehová haciendo resplandecer su rostro sobre ellos, y
teniendo de ellos misericordia, Jehová inclinando sobre ellos su rostro y poniendo en ellos paz, como
dice en Números 6:24-26.
Si el estamos sirviendo a Dios, ocupándonos de las cosas de Dios, entonces Dios se ocupará de las
cosas nuestras. Si le pagamos a Dios sus cuentas en su iglesia mediante el diezmo y las ofrendas
entonces Dios se ocupará de pagar nuestras cuentas.
LA FE QUE AGRADA A DIOS
Marcos 5:25-34
¿Cuántas veces hemos hablado de la fe? Otras tantas la hemos definido a
través de la única definición verdadera, basada en Hebreos 11:1, cuando dice:
“Es, pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que
no se ve”.
Ahora bien, todo esto para muchos es pura teoría, y por esta razón, he querido
escoger un tema como el que vamos a plantear hoy, el cual estará apoyado
bíblicamente por Marcos 5:25-34, texto con el cual llevaremos toda esta teoría,
a la pura realidad.
Esta porción narra la historia de una triste mujer que pasó muchas penurias en
esta tierra antes de conocer la fe por la cual podía ser, no solo liberada de su
azote físico, sino de su perdición espiritual.
Notemos, pues, 7 características en el texto indicado las cuales nos definirán la
verdadera fe que puede salvar al hombre pecador.
Leamos, pues, el pasaje en cuestión y veamos el siguiente bosquejo:
I. UNA FE NACIDA DEL DESENGAÑO
II. UNA FE REFLEXIVA
III. UNA FE DECIDIDA
IV. UNA FE BASADA EN LO VERDADERO
V. UNA FE CONFESADA EN PÚBLICO
VI. UNA FE SINCERA
VII. UNA FE PREMIADA
Veamos la primera característica.
I. UNA FE NACIDA DEL DESENGAÑO
(Mr. 5:26) “Y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo
lo que tenía, y nada había aprovechado, antes, le iba peor”.
A. SU HISTORIA ERA TRISTE
Tan triste como la de cualquiera de nosotros, que pasamos muchos
años de nuestra vida, ENGAÑADOS. Engañados por los religiosos,
engañados por la gente, engañados por la vida y por el pecado con
el cual no podemos luchar.
B. SU DESENGAÑO NO LE HABÍA LLEVADO A NEGAR A DIOS
Ella sabía que Dios no le había engañado, sino que había llegado la
hora en que se había dado cuenta de que no se podía confiar en los
hombres: “...había sufrido de muchos médicos” Jeremías 17:5 -
“Maldito el varón que confía en el hombre”.
C. ELLA RECONOCIÓ QUE HABÍA SIDO ENGAÑADA
Muchos en esta tierra saben que están engañados pero su orgullo no
les permite reconocerlo, para disponerse a seguir la verdad.
Anécdota del indio acongojado: Los religiosos le mantenían haciendo
sacrificios y penitencias para perdón de sus pecados; pero el indio
permanecía angustiado y triste, hasta que un día oyó a un cristiano
predicar que Jesús había pagado por todos los pecados de la
humanidad y que solo pedía al hombre arrepentimiento y fe. Allí se
acabó su sufrimiento.
Segunda característica...
II. UNA FE REFLEXIVA
(Mr. 5:28) “Decía entre sí”.
A. ESTA MUJER MIRÓ POR FIN A SU INTERIOR
Es una realidad que la mayoría de los hombres nunca nos detenemos a analizar
nuestra condición interna. Pero esta mujer comenzó a meditar en su interior.
B. ESTA MUJER ANALIZABA LA VERDAD
Decía: Este acaba de sacar un demonio. A este la gente lo busca y lo acosa. “Si
tocare tan solamente su manto, seré salva”.
C. SU REFLEXIÓN LA LLEVO A CRISTO
No hay otra respuesta para el que piensa con sinceridad y reflexiona con
humildad. Esta mujer pensó y reflexionó en la verdad (Is. 53:4) -
“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros
dolores”.
Tercera característica...
Así como AQUÉL que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra
manera de vivir; porque escrito está: “Sed santos porque Yo soy santo” (1 Pedro 1:15-16)
“Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al SEÑOR” (Hebreos 12:14)
Santo en los idiomas bíblicos, hebreo y griego, quiere decir “separado y apartado para DIOS,
consagrado y hecho para ÉL. La Palabra implica tanto devoción como asimilación: devoción
en el sentido de vivir una vida al servicio de DIOS; asimilación en el sentido de imitar,
conformarse a, y parecerse al DIOS al que uno sirve.
La santidad comienza dentro de la persona, con un propósito recto que busca expresarse en
una conducta recta.
Los objetivos, la pasión, el deseo, el anhelo, la aspiración, la meta y el impulso que motivan a una
persona santa es agradar a DIOS, tanto por lo que uno hace, como por lo que evita hacer. En otras
palabras, uno practica las buenas obras y desecha las malas.
La justicia, que significa la integridad y rectitud santas, es la coraza de la armadura de DIOS que los
cristianos deben usar a fin de contrarrestar los ataques del maligno (Efesio 6:14)
La conducta santa destacará nuestro testimonio, mientras que la conducta mundana lo minará.
“Vosotros sois la luz del mundo … Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro PADRE que está en los cielos … ” (Mateo
5:14-16)
Por último, es la sustancia de la cual brota la felicidad. Los que persiguen la felicidad, no pueden
alcanzarla; en tanto que quienes persiguen la santidad mediante la gracia de CRISTO, reciben la
felicidad sin pedirla. “Me deleitaré en tus mandamientos, los cuales amo … porque son el gozo
de mi corazón ” (Salmo 119:47, 111)
La vida en el Espíritu
Rm 8,1-17
— De la Epístola de San Pablo a los Romanos, capítulo 8, versículo 1 al 17.
Por consiguiente, ninguna condenación pesa ya sobre los que están en Cristo Jesús. Porque la ley
del espíritu que da la vida en Cristo Jesús te liberó de la ley del pecado y de la muerte. Pues lo
que era imposible a la ley, reducida a la impotencia por la carne, Dios, habiendo enviado a su propio
Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado en la carne, a
fin de que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no según la
carne, sino según el espíritu.
Efectivamente, los que viven según la carne, desean lo carnal; mas los que viven según el espíritu, lo
espiritual. Pues las tendencias de la carne son muerte; mas las del espíritu, vida y paz, ya que las
tendencias de la carne llevan al odio a Dios: no se someten a la ley de Dios, ni siquiera pueden; así,
los que están en la carne, no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el
espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no le
pertenece; mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el
espíritu es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los
muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la
vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros.
Así que, hermanos míos, no somos deudores de la carne para vivir según la carne, pues, si vivís
según la carne, moriréis. Pero si con el Espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis.
En efecto, todos los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y vosotros no
habéis recibido un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de
hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu
para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Y, si hijos, también herederos: herederos de Dios y
coherederos de Cristo, si compartimos sus sufrimientos con él, para ser también con él glorificados.