Historia Del Tahuantinsuyo

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HISTORIA DEL TAHUANTINSUYO

Al territorio del mismo se denominó Tahuantinsuyu y al período de su dominio se le conoce, además, como
incanato y/o incario. Floreció en la región andina del subcontinente entre los siglos xv y xvi, como
consecuencia del apogeo de la civilización incaica. Abarcó cerca de dos millones de kilómetros cuadrados
entre el océano Pacífico y la selva amazónica, desde las cercanías de Pasto (Colombia) al norte hasta el río
Maule (Chile) al sur.

Los orígenes del imperio se remontan a la victoria de las etnias cuzqueñas (Región Sur del actual Perú),
lideradas por Pachacútec, frente a la confederación de estados chancas en 1438. Luego de la victoria, el
curacazgo incaico fue reorganizado por Pachacútec, con quien el Imperio incaico inició una etapa de
continua expansión, que prosiguió con su hermano Cápac Yupanqui, luego por parte del décimo inca Túpac
Yupanqui, y finalmente del undécimo inca Huayna Cápac, quien consolidó los territorios. En esta etapa la
civilización incaica logró la máxima expansión de su cultura, tecnología y ciencia, desarrollando los
conocimientos propios y los de la región andina, así como asimilando los de otros estados conquistados.

La Civilización incaica surgió de las tierras altas del Perú en algún momento a principios del siglo xiii. Su
último bastión fue conquistado por los españoles en 1572.

Luego de este periodo de apogeo el imperio entró en declive por diversos problemas, siendo el principal la
confrontación por el trono entre los hijos de Huayna Cápac: los hermanos Huáscar y Atahualpa, que derivó
incluso en una guerra civil. Entre los incas la viruela acabó con el monarca Huayna Capac, provocó la guerra
civil previa a la aparición hispana y causó un desastre demográfico en el Tahuantinsuyu. Finalmente
Atahualpa vencería en 1532. Sin embargo su ascenso al poder coincidió con el arribo de las tropas españolas
al mando de Francisco Pizarro, que capturaron al inca y luego lo ejecutaron. Con la muerte de Atahualpa en
1533 culminó el Imperio incaico. Sin embargo, varios incas rebeldes, conocidos como los «Incas de
Vilcabamba», se rebelaron contra los españoles hasta 1572, cuando fue capturado y decapitado el último
de ellos: Túpac Amaru I.

Los incas consideraban a su rey, el Sapa Inca, como el "hijo del sol". Muchas formas locales de adoración
persistieron en el imperio, la mayoría de ellas relacionadas con las sagradas Huacas locales, pero los líderes
incas alentaron el culto al sol de Inti - su dios del sol - e impusieron su soberanía por encima de otros cultos
como el de Pachamama.

La economía inca ha sido descrita de manera contradictoria por los eruditos: como "feudal, esclavo, socialista
(aquí uno puede elegir entre el paraíso socialista o la tiranía socialista)". El imperio Inca funcionó en gran
parte sin dinero y sin mercados. En cambio, el intercambio de bienes y servicios se basó en la reciprocidad
entre individuos y entre individuos, grupos y gobernantes incas. 'Impuestos' consistía en una obligación
laboral de una persona para el Imperio. Los gobernantes incas (que teóricamente poseían todos los medios
de producción) correspondieron al otorgar acceso a la tierra y los bienes y proporcionar alimentos y bebidas
en las celebraciones de sus súbditos.

El Imperio incaico abarcó los actuales territorios correspondientes al extremo suroccidental de Colombia en
la frontera, pasando por Ecuador, principalmente por Perú, el oeste de Bolivia, la mitad norte de Chile y el
norte, noroeste y oeste de Argentina.

El imperio estuvo subdividido en cuatro suyos: el Chinchaysuyu (Chinchay Suyu) al norte, el Collasuyu (Qulla
Suyu) al sur, el Antisuyu (Anti Suyu) al este y Contisuyu (Kunti Suyu) al oeste.

La capital del imperio fue la ciudad de Cuzco, en el actual Perú.

Fuentes históricas
Las crónicas europeas sobre el imperio incaico
Los primeros vestigios escritos sobre el imperio incaico lo constituyen las crónicas registradas por varios
autores europeos (posteriormente existieron cronistas mestizos e indígenas que también recopilaron la
historia de los incas); estos autores recopilaron la «historia incaica» basándose en relatos recogidos por
todo el imperio.3 Los primeros cronistas tuvieron que enfrentar varias dificultades para poder traducir la
historia incaica ya que, además de existir una barrera idiomática, se enfrentaron al problema de interpretar
una manera de ver el mundo totalmente distinta a la que estaban acostumbrados.3 Esto condujo a que
existan varias contradicciones entre los textos coloniales y un ejemplo de ello lo representan las cronologías
sobre los gobernantes incas; así, en muchas crónicas se atribuyen las mismas hazañas, hechos y episodios
a distintos gobernantes.

Sobre las crónicas del imperio incaico, es importante acotar que sus diversos autores tuvieron ciertos
intereses al escribirlas. En el caso de los cronistas españoles, su interés fue «legitimar la conquista a través
de la historia», para esto en muchas crónicas se señala que los incas conquistaron usando enteramente la
violencia y por lo tanto no tenían derechos sobre los territorios conquistados. En otro caso los cronistas
ligados a la Iglesia católica buscaron legitimar la evangelización describiendo a la religión incaica como obra
del demonio, a los incas como hijos de Noé y tratando de identificar a las deidades incaicas con las creencias
bíblicas o el folclor europeo.3 Igualmente existieron otros cronistas mestizos e indígenas que también
tuvieron un interés de ensalzar el imperio o alguna de las panacas con las cuales se emparentaban, como
el caso del Inca Garcilaso, quien mostraba un imperio incaico idealizado donde no existía la pobreza, se
repartía la riqueza y los recursos se explotaban racionalmente.

Las fuentes históricas incaicas


Los ayllus y panacas tenían cantares especiales mediante los cuales narraban su historia. Estos cantares
se ejecutaban en determinadas ceremonias frente al Inca. Estos relatos, a manera de memoria colectiva,
constituyen los primeros registros históricos recogidos en las crónicas.

Otro recurso utilizado para registrar la historia fueron unos mantos y tablas que contenían pinturas
representando pasajes heroicos. Estos documentos fueron guardados en un lugar denominado Poquen
Cancha. Se sabe que el Virrey Toledo envió al rey Felipe II cuatro paños que ilustraban la vida de los incas
añadiendo con sus propias palabras que «los yndios pintores no tenían la curiosidad de los de allá».

Además, algunos hechos pasados fueron almacenados en los quipus, aunque no se sabe cómo pudieron
utilizar estos sistemas de cordeles y nudos para almacenar hechos históricos existen varias crónicas que
describen que los quipus servían para evocar las hazañas de los gobernantes.

En general, en el imperio incaico se recordaban los hechos que les parecían importantes de recordar y no
era necesaria la precisión. Además, los gobernantes podían ordenar excluir intencionalmente de los registros
históricos algunos hechos que pudiesen molestarles. María Rostworowski denomina a esta cualidad de la
historia incaica una «amnesia política» que era asumida por todo el vulgo pero que era recordada por las
panacas o ayllus afectados, siendo este un factor que contribuyó a las futuras contradicciones en las crónicas
europeas sobre los incas.

La reinvención de tradiciones
Luego del encuentro de la cultura hispana y la andina, se estableció la escritura como medio de transmisión
y registro de información; además se inició un proceso de mestizaje y sincretismo que dieron lugar a la
recreación de tradiciones y la invención de otras.

El aporte para esta recreación e invención de tradiciones fue tanto hispano como andino; esto se evidencia
en las crónicas del siglo XVI en donde se describen personajes como el caso de Tunupa y Huiracocha con
los apóstoles Tomás y Bartolomé, describiéndolos como hombres blancos y barbados que impartieron
enseñanzas. Igualmente el imaginario europeo buscó, e incluso creyeron encontrar, «el dorado» y el «país
de las amazonas» en el nuevo mundo. En otros casos, afirmaban que el Cuzco tenía el perfil de un león
americano (puma), poniendo similitudes con algunas ciudades del renacimiento europeo que tenían perfil
aleonado. Más recientemente, en el siglo XX, aparecen otros elementos de esta reinvención de tradiciones,
como son los casos de la bandera del imperio incaico y la ceremonia cuzqueña del Inti Raymi. Cabe indicar
que todas estas reinvenciones, son parte de un proceso natural en todas las culturas, pero para entender la
historia incaica es necesario diferenciar cuales son los aspectos sincréticos o inventados y cuales no lo son.
Antecedentes de la fundación del Imperio Incaico
Hacia el año 900 d. C. se inicia la decadencia de los estados Huari y Tiahuanaco en el área central andina.
En el caso de Huari, la ciudad de Wari empieza a perder poder político en contraposición a alguna de sus
ciudades periféricas, como lo demuestra el caso de Pachacamac situado frente al mar.6 En tanto en el caso
de Tiahuanaco, el proceso de decadencia se inicia en sus colonias de la costa de manera sangrienta, como
lo evidencia el caso de Azapa; en el Collao, en cambio, Tiahuanco fue perdiendo su poder gradualmente y
mientras perdía hegemonía su población fue emigrando y fundando poblaciones nuevas.

Como una hipótesis sobre la decadencia de Huari y Tiahuanaco, existen evidencias de un prolongado
periodo de sequía que duró desde el año 900 d. C. hasta el 1200 d. C. en los andes centrales.6
Arqueológicamente, existen evidencias de largos procesos migratorios de población a lo largo en los andes
durante los periodos post-huari y post-tiahuanaco. La arqueología revela que en los valles interandinos, la
población construyó sus asentamientos en lo alto de cerros procurando la seguridad, lo que nos habla de un
prolongado periodo de enfrentamientos étnicos. En la costa, en tanto, varios grupos alcanzaban estabilidad
política, como lo demuestran los casos de Chincha, Chimú y Huancavelica.

Los orígenes míticos


Existen dos mitos difundidos sobre el origen de la etnia cuzqueña. El más difundido es la versión garcilasiana
de la pareja Manco Cápac y Mama Ocllo; el otro es el mito de los cuatro hermanos Ayar y sus cuatro
hermanas, este último mito es recogido por Betanzos, Cieza de León, Guamán Poma, Santa Cruz Pachacuti
y Sarmiento de Gamboa.

La leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo


El sol, viendo el estado penoso de los hombres, creó una pareja: Manco Cápac el varón y Mama Ocllo, su
esposa y hermana; les entregó un bastón de oro y les ordenó ir por el mundo para civilizar a los pobladores.
Les encargó fundar una tribu, e implantar en ésta, el culto al dios sol.

Manco Cápac y Mama Ocllo salieron de las espumas del lago Titicaca, y avanzaron hacia el norte. El bastón
de oro les serviría para encontrar el lugar ideal para la fundación del imperio, pues en él se hundiría el bastón
hasta desaparecer.

Decidieron separarse, marchando Manco Cápac al norte y Mama Ocllo al sur del valle, para convocar a la
gente y someterla. Los habitantes de todo el valle no tardaron en reconocerlos como seres sobrenaturales.
Después de un largo recorrido, el cetro se hundió en el cerro Huanacauri. Manco Cápac y Mama Ocllo se
establecieron allí.

Manco Cápac mandó a los que estaban con él instalarse en la parte alta del valle, que se llamó Hanan
Cusco; y Mama Ocllo colocó a los suyos en la parte baja o Hurin Cusco. Ambos ayudaron a mejorar el lugar;
enseñaron a los hombres que allí vivían a trabajar la tierra y a construir canales. A las mujeres Mama Ocllo
les enseñó a coser, cocinar y hacer telares.

La leyenda de los Hermanos Ayar


Según este mito, la historia se inició en tres cuevas ubicadas en el cerro Tambotoco llamadas Maras Toco,
Sútic Toco y Cápac Toco; de las cuales salieron tres grupos llamados Maras, Tampus y Ayar. Los hermanos
Ayar eran cuatro varones y cuatro mujeres, los varones eran Ayar Uchu, Ayar Manco, Ayar Cachi y Ayar
Auca. Uchu corresponde al ají, Manco a un cereal (Bromus Mango) y Cachi a la sal; la onomástica a estos
tres nombres nos da a entender a un culto por los productos de la tierra. Auca, en cambio, hacía referencia
a la actitud guerrera.

Estos 4 hermanos iban acompañados por sus hermanas Mama Ocllo, Mama Raua, Mama Ipacura o Mama
Cura, y finalmente Mama Huaco.

Los 8 hermanos iban junto a sus ayllus buscando donde asentarse recorriendo de sur a norte, en su camino
realizaban labores agrícolas y cuando cosechaban se retiraban buscando otro lugar. Primero hicieron su
paso por Guaynacancha, ahí Mama Ocllo quedó embarazada de Ayar Manco. Luego avanzaron a
Tamboquiro, en donde nació Sinchi Roca. Posteriormente llegaron a Pallata y de ahí a Haysquisrro, estos
viajes duraron varios años.

En Haysquisrro conspiraron contra Ayar Cachi; temerosos del poder que ostentaba, pues podía derribar
cerros y formar quebradas con el tiro de su honda, le pidieron que regresara Tambotoco a recoger el topacusi
(vasos de oro), el napa (insignia) y unas semillas, una vez adentro un enviado llamado Tambochacay lo
encerró dentro de la cueva.

Luego continuaron su viaje hasta Quirirmanta, en donde oficiaron un consejo decidiendo que Ayar Manco
sería el jefe pero antes debía casarse con Mama Ocllo; en tanto que Ayar Uchu tendría que petrificarse y
transformarse en una huaca que se llamaría Huanacauri, con este acto Ayar Uchu se convertiría en un ser
sagrado.

El viaje continuó hasta Matagua realizando por primera vez el huarachicuy, luego de eso horadaron las
orejas de Sinchi Roca. Luego de esto Mama Huaco, probó suerte y lanzó dos varas de oro, una cayó en
Colcabamba pero no logró penetrar el suelo; la otra cayó en Guaynapata hundiéndose suavemente. Sobre
este acontecimiento, otros autores atribuyen a Ayar Manco el lanzamiento de la vara de oro, pero todas
coinciden que fue en Guaynapata donde se hundió el bastón fundacional.

Después de eso hubo varios intentos de llegar al lugar donde se hundió la vara, pues eran repelidos por los
naturales, hasta que Ayar Manco tomó la decisión de enviar a Ayar Auca para que se adelantara con su
ayllu y poblase esa tierra. El llegar a ese lugar Ayar Auca se convirtió en piedra, en el sitio que posteriormente
sería el Coricancha. Luego de varios enfrentamientos con la población local, Ayar Manco y Ayar Uchu
llegaron hasta el lugar y tomaron posesión de éste, desde ese momento Ayar Manco pasa a llamarse Manco
Cápac.

Investigaciones sobre los mitos fundacionales del Cuzco


Al respecto de los dos mitos fundacionales, la leyenda de la pareja fundacional (Manco Cápac y Mama
Ocllo), surge posterior a la entronización de Pachacútec, pues relaciona una huaca pan-andina, como lo es
el lago Titicaca, con la fundación del Cuzco. Garcilaso tradujo el mito planteando una pareja que llegó para
civilizar a pueblos bárbaros enseñándoles nuevas tecnologías; el hecho real es que actualmente se sabe
que el área central andina ya poseía avances tecnológicos milenarios que fueron difundidos por los estados
panandinos Huari y Tiahuanaco, y que ya eran de conocimiento de los pequeños pueblos que habitaban la
zona del Cuzco.

Si bien ambos mitos narran un éxodo poblacional buscando tierras fértiles, sólo el mito de los hermanos
Ayar narra la petrificación de personajes y este último relato es muy recurrente en otras etnias del área
central andina.

Gobierno de Túpac Yupanqui


El 10º Inca

Territorios conquistados por Túpac Yupanqui.

Artículo principal: Túpac Yupanqui

Fue un destacado militar que logró importantes victorias durante el gobierno de su padre Pachacútec. En
1471 asumió el trono y amplió las fronteras del imperio hacia el sur, hasta llegar al río Maule en Chile.
También sometió al reino Chimú y a algunos pueblos del altiplano y del norte argentino. Sofocó la resistencia
de los chachapoyas y avanzó por el norte hasta Quito. Quiso incursionar en la selva, pero una rebelión de
los collas lo obligó a desviarse hacia el Collao. Mejoró la recaudación de los tributos y nombró nuevos
gobernantes visitadores (tuqriq). Murió en 1493.

Imperio histórico (fase de expansión):


 Dinastía Hanan Cuzco: 1471-1493.

Gobierno de Huayna Cápac


El 11º Inca

Artículo principal: Huayna Cápac

Se le considera el último soberano del incario. Durante su gobierno, continuó la política de su padre, Túpac
Inca Yupanqui, en cuanto a la organización y fortalecimiento del estado. Para conservar los territorios
conquistados tuvo que sofocar en forma sangrienta continuas sublevaciones. Derrotó a los chachapoyas y
anexionó la región del golfo de Guayaquil, llegando hasta el río Ancasmayo (Colombia). Estando en Quito,
enfermó gravemente y falleció en 1525. Algunas crónicas españolas postulan que además amplió las
fronteras del imperio más hacia el sur, y que incluso habría llegado hasta el río Biobío en Chile; aunque este
límite más austral no ha sido comprobado arqueológicamente, y no es aceptado históricamente. Con su
muerte se inició la decadencia del imperio.

Imperio histórico (fase de expansión):

- Dinastía Hanan Cuzco: 1493-1525.

Crisis de sucesión
Las crisis de sucesión eran un fenómeno coyuntural que era muy frecuente en la historia política del imperio.
El que aspiraba a ser el nuevo soberano debía demostrar que era el «más hábil», tenía que ser confirmado
por un oráculo y además tenía que ganar adeptos en las panacas cuzqueñas

Huayna Cápac nombró heredero a Ninan Cuyuchi8 (hijo de la Coya Mama-Cussi-Rimay), pero el sacerdote
del sol hizo un sacrificio en el que vio que la suerte no le favorecería a Ninan Cuyuchi. Por ese motivo,
cuando Huayna Cápac falleció en Quito, fue llevado en andas hasta el Cuzco manteniendo en secreto la
muerte de éste, para mantener el orden político. En ese contexto, Raura Ocllo, madre de Huáscar quien se
encontraba en Quito junto a Huayna Cápac, viaja rápidamente al Cuzco acompañada de unos cuantos
orejones para preparar la entronización de Huáscar. Según María Rostworowski, fue Raura Ocllo quien
convenció a las panacas cuzqueñas para nombrar como sucesor a Huáscar; mientras que Atahualpa se
quedó en Quito junto con otros nobles.

Por su parte, Atahualpa era hijo de Tocto Coca (mujer que pertenecía a la panaca de «Hatun Ayllu»); y al
morir su padre ordenó edificar en la localidad de Tumipampa un palacio en su honor. Este hecho enojó al
curaca de Tumipampa llamado Ullco Colla, quien envió mensajes a Huascar acusando a Atahualpa de
sublevación; además Atahualpa se quedó en el norte acompañado de varios generales importantes leales a
Huayna Cápac, que tenían un aprecio especial por Atahualpa. Luego de este hecho, Atahualpa envió
presentes a su hermano Huáscar, pero este último ordenó hacer tambores con los cueros de los mensajeros.
Según Rostworowski, Atahualpa fue incitado a rebelarse por los generales de su padre, con quienes había
participado en varias batallas contra los nativos del norte.

Gobierno de Huáscar
Artículo principal: Huáscar

Huáscar no estuvo de acuerdo con el testamento de Huayna Cápac, ya que se creía con derecho de heredar
todo el imperio incaico según las leyes, costumbres y tradiciones incaicas. Huáscar se enfrentó en 1531
después de muchos años de paz a su medio hermano Atahualpa, quien también se consideraba legítimo
heredero del trono en la región de Quito. Muy pronto importantes regiones del imperio fueron sacudidas por
sangrientas batallas entre tropas cuzqueñas y quiteñas, que terminaron con la victoria final de los últimos.
Huáscar fue tomado prisionero y muerto posteriormente por orden de Atahualpa.

Imperio histórico (fase de expansión):

- Dinastía Hanan Cuzco: 1525 - 1532.


Gobierno de Atahualpa
El 13º Inca.

Artículo principal: Atahualpa

Hijo de Huayna Cápac con la noble incaica Tocto Ocllo Coca. Tras la muerte de su padre, se convirtió en
gobernador de la ciudad de Quito. Bien sea al temor que le tenía a su hermano Huáscar o la ambición de
convertirse en soberano, luego se proclamó Inca en Quito y así inició la guerra de sucesión incaica. Sus
tropas, dirigidas por Chalcuchímac y Quizquiz, derrotaron al ejército de Huáscar en la batalla de Cotabamba
(Apurímac) y entraron triunfantes al Cuzco. Enterado de la victoria, Atahualpa marchó a Cajamarca para ser
coronado inca. En el trayecto fue aclamado por los pueblos del norte. Sin embargo, al llegar a Cajamarca,
fue tomado prisionero por los españoles en la batalla de Cajamarca. Era el año 1532. Este hecho marcó el
fin del imperio incaico.

En contra de lo pensado, Atahualpa (que gobernó de facto entre 1532 y 1533), no forma parte de la
capaccuna al nunca ceñir la mascaipacha. Por lo tanto es impropio llamarle Sapa Inca, como algunas veces
se le titula. Quito fue incendiada por completo por el general Rumiñahui en 1534, antes de la llegada de los
españoles a la ciudad en busca de los tesoros del imperio, y fundada nuevamente por el español Sebastián
de Benalcázar sobre las cenizas del pueblo incaico el 6 de diciembre de 1534

Incas coloniales
Desde la llegada de los españoles, en su marcha hacia el Cuzco.

 Túpac Hualpa Inca (1533) dos meses, septiembre y octubre. Inca coronado por los españoles, muere
antes de llegar a la Ciudad Imperial en el Valle del Mantaro.
 Manco Inca (1533-1545), Inca coronado por los españoles (1533) rebelado contra ellos (1536)
abandona el Cuzco, trasladando su capital primero a Ollantaytambo y luego a Vilcabamba.
 Paullu Inca (1537-1549), Inca coronado por los españoles durante el gobierno de Manco Cápac II
(1537), que además reinó cuatro años después de la muerte de éste, durante el gobierno de Sayri
Túpac Inca.

Ubicación geográfica
Límites del Imperio incaico: por el norte llegaba hasta las cercanías de Pasto (Colombia), en el río
Ancasmayo y por el sur hasta Talca (Chile), en el río Maule.

Fue la región andina, debido a la presencia de la cordillera de los Andes, se caracteriza por la diversidad de
su ecología: costas desérticas, parajes tropicales, altiplanos secos y fríos que a simple vista parecen uno de
los ambientes menos propicios para la vida del hombre. Sin embargo, los hombres que la habitaron han
demostrado a lo largo de muchos siglos, ser capaces no sólo de sobrevivir en tales circunstancias, sino
también de dominar el medio geográfico y de crear una serie de civilizaciones florecientes. La más famosa
de ellas fue el imperio incaico, que ocupó un vasto territorio de América del Sur, que comprende los actuales
o partes de los territorios de las Repúblicas de Perú, Ecuador, occidente de Bolivia, norte de Argentina, norte
de Chile y el extremo suroccidental de Colombia.

Los incas en el Perú


El Imperio incaico se originó en el territorio del Perú ocupando la costa, sierra y selva alta del territorio
peruano (abarcando aproximadamente la mitad de su actual superficie).

A comienzos del siglo XIII inicia la historia inca desde el Cuzco como capital teniendo a Manco Cápac como
fundador. Los Incas tuvieron desde entonces tres expansiones siendo la tercera la mayor pues se desarrolló
primero hacia el norte empezando con el centro-oeste de Perú hasta el sur de Colombia, y después hacia el
sur empezando con el sur de Perú hasta el centro de Chile. En el siglo XV el Sapa Inca Pachacútec dividió
Tawantinsuyo tomando la capital como punto de referencia en cuatro suyos: Chinchaysuyo, Contisuyo,
Antisuyo y Collasuyo.
En 1525 se inicia una guerra civil entre Huáscar y Atahualpa por la sucesión al trono, ganando esta disputa
Atahualpa, pero quedando el imperio enfrentado e inestable. En estas circunstancias llegan los españoles
quienes en Cajamarca capturan sorpresivamente a Atahualpa en una entrevista en 1532.

Territorio del imperio incaico

Organización territorial
Cada provincia (wamani) estaba dividida en sayas o partes en las cuales habitaba un número variable de
ayllus. El número de sayas de cada provincia solía basarse en la dualidad, si bien es cierto que algunas
provincias llegaron a tener tres sayas, como la de los Huancas.

El Inca
A estos gobernantes, a los que se atribuía un origen divino, se les suele asociar los títulos de señor inca y
sapa inca: "divino inca" y "único inca", respectivamente.

La "Capac cuna" era la lista oficial de gobernantes de la civilización incaica. Se especula que existieron más
gobernantes de los que ésta acepta y que varios fueron borrados de la historia oficial del imperio por distintos
motivos. En total, fueron trece los soberanos incaicos.
Aunque algunos historiadores consideran que Atahualpa no debe ser incluido en la capac cuna,
argumentando que Atahualpa se habría declarado súbdito de Carlos I de España, además del hecho de que
nunca llegó a serle ceñida la mascapaicha, el símbolo del poder imperial. Pero la mayor parte de los cronistas
da como cierta la relación de 13 incas, asignando el escaño 13.º a Atahualpa.

Otros historiadores han seguido el linaje y consideran que deben tomarse en cuenta también a Tarco
Huamán y a Inca Urco. El primero sucedió a Mayta Cápac y, después de un corto período, fue depuesto por
Cápac Yupanqui. Inca Urco se ciñó la mascaipacha por decisión de su padre, Viracocha Inca, pero, ante su
evidente desgobierno y la invasión de los chancas, huyó con él. Luego del triunfo de Cusi Yupanqui -el futuro
Pachacútec Inca Yupanqui, también hijo de Viracocha Inca- sobre el pueblo enemigo, Inca Urco fue muerto
en una emboscada que él mismo le tendió a su hermano. Asimismo, Garcilaso y algunos otros cronistas
insertan entre Pachacútec y Túpac Yupanqui a Amaru Inca Yupanqui, soberano de dudosa existencia.

Consejo imperial
 El máximo organismo dedicado a la asesoría del soberano incaico. Integrado por ocho personas:Los
gobernadores de los suyus (suyuyuq).
 El príncipe heredero (auqui). La tradición del auqui fue instaurada por Pachacútec Inca Yupanqui y
Túpac Yupanqui fue el primer auqui.
 El sumo sacerdote (Willaq Uma).
 Un amauta (hamawt'a).
 El general del ejército imperial (Apuskipre).

El ayllu
La palabra «ayllu» de origen quechua y aimara significa entre otras cosas: comunidad, linaje, genealogía,
casta, género, parentesco. Puede definirse como el conjunto de descendientes de un antepasado común,
real o supuesto que trabajan la tierra en forma colectiva y con un espíritu solidario.

El «ayllu» fue la base y el núcleo de la organización social del imperio. Los ayllus creían que descendían de
un antepasado común, por lo cual los unían lazos de parentesco. Este antepasado podía ser mítico o real;
y en todos los casos, los ayllus, conservaban un «mallqui» (momia) al cual rendían culto y por medio del
cual daban sentido a sus relaciones. Además del mallqui, los miembros de un ayllu tenían divinidades
tutelares comunes y tributaban a la tierra de forma común.

La nobleza inca
En el imperio existían dos linajes principales, Hanan Cuzco y Hurin Cuzco, de los cuales provenía el Sapa
Inca o monarca. Cada vez que un inca moría había inestabilidad política entre estos dos linajes y la
descendencia del último monarca por el poder. Cuando se instituía al nuevo inca, éste conformaba un nuevo
linaje propio o panaca. Hubo al menos una docena de panacas en el imperio, cuyos miembros tenían varios
privilegios.
Las panacas
Las panacas eran linajes de los descendientes directos de un inca reinante, excluyendo el sucesor y
conservaban la momia del inca fallecido, al igual que sus memorias, quipus, cantares y pinturas en recuerdo
del finado de generación en generación.

Estas panacas reales formaban la élite cuzqueña. Tuvieron un rol en la política del incanato y sus alianzas
y enemistades fueron cruciales para la historia de la capital inca. Se dice que hubo otras panacas, que
tuvieron un papel importante en épocas anteriores. Una nota curiosa acerca de las panacas, es que si se le
añaden las panacas tradicionales, se obtiene un total de ocho panacas por cada dinastía, el cual es un
número frecuente en la organización andina de los ayllus por ser un múltiplo de la dualidad y de la
cuadriplicación.

Hatun runa
Eran el grueso de la población que iniciaba su servicio al estado con la mayoría de edad, de ahí su significado
«hombre mayor». Eran la población común del imperio incaico que estaban dedicados a las actividades de
ganadería, agricultura, pesca y artesanía; eran la fuerza de trabajo. Se podía disponer de ellos para servir
en el ejército y trabajar las tierras del estado, también podían ser nombrados «mitmaqkuna» o «yana».

Los Mitmaqkuna
Fueron pobladores que eran trasladados a otras regiones junto con sus familias y bajo el mando de su jefe
étnico, estas poblaciones permanecían en territorios alejados por un tiempo determinado cumpliendo tareas
asignadas por el estado o por sus mismos jefes. Estos grupos no perdían sus derechos comunales, además
mantenían lazos de reciprocidad y parentesco. Según las crónicas, los «mitmaqkuna» mantenían sus
vestidos y tocados utilizados en sus pueblos de origen, además se trasladaban llevando consigo sus bienes.

Yanakunas
Los «yanakuna» o simplemente yanas, son un grupo poblacional difícil de definir en tanto que eran
poblaciones extraídas de su grupo étnico para labores específicas pero que en algunos casos tuvieron
funciones gubernamentales importantes llegando, en algunos casos, a ser curacas y a tener inclusive
«acllas» otorgadas por el inca.
Piñas

Algunos estudiosos los identifican como esclavos, y a pesar de no aparecer en las crónicas se sabe de ellos
pues estaban descritos en los diccionarios quechuas. Según investigaciones de Rostorowsky, estos
diccionarios se menciona que los «pinakuna» fueron prisioneros de guerra y ocupaban un nivel inferior en
la escala incaica. Según W. Espinoza, señala que la institucionalización de los «piñakuna» es tardía y quien
la institucionalizó fue Huayna Capac; a partir de este periodo todo aquel prisionero de guerra que no admintía
su derrota pasaba a formar parte de los «piñakunas». Así sucedió con algunos grupos de pastos, carangues,
cayambes, quitos, cañaris y chachas.
La situación de los «piñacunas» fue extensiva para sus parejas e hijos, quedando como propiedad del estado
incaico, enviándolos a trabajar en zonas de difícil acceso, generalmente en cocales de la selva de montaña;
existen evidencias de que el estado también les proporcionaba tierras para su propia subsistencia.

Sistema de control de la población

El incario extendió su dominio bajo distintas etnias. El mestizaje era casi nulo. Se calcula que la población
total del imperio fue de entre 16 a 18 millones, dependiendo las fuentes.

Actividades económicas
Al llegar al imperio incaico, los españoles coincidieron en destacar el éxito de su economía. Los cronistas
describieron los productos que hallaron en los depósitos, alabando la abundancia de la producción tanto en
agricultura como en ganadería; los europeos también alabaron la repartición equitativa de estos productos
entre la población.

Las crónicas coinciden que el éxito de la economía incaica se basaba en una correcta administración de los
recursos, para hacer efectiva esta forma administrativa se construyeron depósitos y se utilizaron los quipus
como un sistema de contabilidad.

Si bien las crónicas mencionan que la riqueza de los incas se basó en la entrega de tributos, las
investigaciones recientes muestran que esto no fue así; más bien el éxito del imperio se logró en una correcta
administración de la mano de obra, Pease afirma que esto logró que el estado tenga la producción necesaria
para la redistribución.

El trabajo para la producción redistributiva era rotativo (mita) y era entregada periódicamente por los ayllus
del imperio incaico. Este sistema no fue creación incaica pues estaba basado en las formas tradicionales de
administración, los Incas llevaron este sistema a su máxima expresión almacenando producción y
redistribuyéndola conforme a las necesidades e intereses estatales.

La tenencia de la tierra
La tenencia de la tierra era un derecho que los pobladores tenían por pertenecer a un determinado grupo
étnico. Los curacas repartían la tierra de acuerdo a las necesidades de los individuos y sus familias. La
unidad de medida era el «tupu», pero las dimensiones del «tupu» podían variar de acuerdo al rendimiento
de la tierra. De acuerdo a esto una unidad doméstica recibía 1 1/2 tupu, al nacer un hijo varón se les asignaba
un tupu adicional y si nacía una mujer se les asignaba 1/2 tupu adicional; si los hijos se casaban, los tupus
adicionales se les retiraba a la familia.

Los mercaderes
En las crónicas españolas se menciona la existencia de mercaderes, estos mercaderes básicamente eran
habitantes de las costas que se dedicaban al intercambio de productos. Al respecto María Rostworowski
aclara que el contexto utilizado para la palabra «mercader» en la época del imperio incaico debe entenderse
en el entorno de una economía ajena al uso de la moneda en la cual sólo existía el «trueque» (intercambio).

Existieron dos grupos de tratantes de importancia los llamados «tratantes chinchanos» y los «tratantes
norteños». Los chinchanos tenían dos rutas, una ruta marítima en la que iban hacia al norte en balsas
llevando cobre y trayendo mullu, esta ruta llegaba hasta Manta y Portoviejo, existió otra ruta terrestre que se
dirigía desde Chincha hacia el Cuzco.

Agricultura
Al ser los Andes una sociedad predominantemente agrícola, los incas supieron aprovechar al máximo el
suelo, venciendo las adversidades que les ofrecía el accidentado terreno andino y las inclemencias del clima.
La adaptación de técnicas agrícolas que ya se empleaban con anterioridad en distintas partes, permitió a
los incas organizar la producción de diversos productos, tanto de la costa, sierra y selva, para poder
redistribuirlos a pueblos que no tenían acceso a otras regiones. Los logros tecnológicos, alcanzados a nivel
agrícola, no hubieran sido posibles sin la fuerza de trabajo que se encontraba a disposición del Inca, así
como la red vial que permitía almacenar adecuadamente los recursos ya cosechados y repartirlos por todo
su territorio.

Herramientas agrícolas
Los antiguos peruanos del Cuzco para realizar sus labores agrícolas utilizaron, como no tenían yunta por la
falta de animales, el arado de tracción humana que denominaban la tajlla o chaquitajlla, que es un palo
puntiagudo, con una punta un tanto encorvada, que a veces era de piedra o de metal. Antes de su terminal
tenía esta herramienta otro palo transversal, el agricultor apoyaba su pie para hundirlo en la tierra y luego
hacer el surco. Las herramientas manuales incaicas empleadas en la agricultura no han podido ser
superadas, sobre todo cuando se trata de trabajar en las laderas andinas o en ámbitos limitados como los
andenes.

Fertilizantes
La importancia de la agricultura llevó a los indígenas a buscar fertilizantes para sus cultivos. La información
que poseemos sobre abonos procede de la costa y manifiesta el aprovechamiento de recursos naturales
renovables. Los principales abonos empleados son nombrados por los cronistas y fueron usados sobre todo
para la producción de maíz lo cual confirmaría la sugerencia de Murra acerca de la prioridad de este cultivo.
Un primer abono consistía en enterrar junto con los granos, pequeños peces como sardinas o anchovetas.
Una representación de este sistema estaba pintada en los muros de uno de los santuarios de Pachacámac
donde figuraba una planta de maíz germinando de unos pececitos. El segundo abono usado era el estiércol
de las aves marinas que por millares anidan en las islas del litoral. El recurso llamado guano se formaba por
las deyecciones de las aves y los costeños tenían por costumbre extraer el guano de las islas. El tercer
recurso renovable provenía del mantillo de hojas caídas de los Huarangos utilizadas para mejorar los suelos.

Los andenes
Los incas tuvieron una especial preocupación por encontrar formas para mejorar las condiciones del suelo
para la agricultura. La variedad del clima y del territorio difícil, los llevaron a buscar soluciones diversas, y
fueron muchas las formas que encontraron para hacer frente al problema. Entre las medidas más conocidas
se encuentran la construcción de andenes, que durante el gobierno incaico se le dio una gran importancia.

Sistemas de riego

Los conocimientos hidráulicos -canales y bocatomas-, permitieron la irrigación y el cultivo, especialmente


del maíz. El litoral peruano se caracteriza por sus dilatados desiertos cortados por ríos que bajan por las
serranías y cuyos caudales permiten el surgimiento de la agricultura. Los costeños fueron los mayores
ingenieros hidráulicos pues se perfeccionaron y lograron métodos bastante sofisticados de irrigación, sobre
todo los mochicas y más tarde los chimú. En el Cuzco se canalizaron los dos riachuelos que atraviesan la
ciudad, empedrando sus cauces y estableciendo puentes peatonales. Un ejemplo de la tecnología serrana
es Cumbemayo, en Cajamarca, canal tallado en la piedra. La importancia de las obras hidráulicas se
manifiesta en los numerosos mitos que cuentan los orígenes de dichas obras.

Productos agrícolas
Junto con la ganadería, la agricultura representó la base de la economía incaica. Las poblaciones que
habitaron el área andina lograron domesticar y aclimatar una gran variedad de productos a diversas
condiciones, sacando provecho de terrenos considerados difíciles para la producción agrícola. El principal
producto que cultivaron era la papa, con la cual preparaban diferentes tipos de chuño; también otros
tubérculos como la mashua, el olluco y la oca. El maíz era considerado un recurso de tipo suntuario que
otorgaba prestigio y era cultivado con fines burocráticos, militares y ceremoniales. En la costa cultivaron el
camote, frijol, etc.

Ganadería
En los Andes prehispánicos, los camélidos desempeñaron un rol verdaderamente importante en la
economía. Particularmente fueron la llama y la alpaca (los únicos camélidos domesticados por el hombre
andino) las que, criadas en hatos de gran escala, fueron utilizadas para diferentes propósitos dentro del
sistema de producción de los incas. Igualmente, fueron utilizadas otras dos especies de camélidos sin
domesticar: la vicuña y el guanaco. La primera de estas era cazada mediante los chacos (cacerías
colectivas) para ser esquiladas (con herramientas de ganadería como piedras, cuchillos, hachas de piedra
y hachas de metal como cobre )y luego puestas en libertad; así se aseguraban que su cantidad se
mantuviese. Los guanacos en cambio, eran cazados por su carne, que era muy apreciada.

El trabajo
El trabajo representó la principal actividad del imperio incaico y presentó las siguientes formas: mita, minca
y ayni.

 La Mita era un sistema de trabajo a favor del Estado, donde se movilizaban multitudes de indígenas
a trabajar por turno de tres meses en labores de construcción de caminos, puentes, fortalezas,
centros administrativos, templos, acueductos, explotación de minas, etc. Existía una mita para
servicios especiales como las labores de cargueros del Sapa Inca, músicos, chasquis y danzantes,
los obligados a cumplir esta labor eran los adultos hombres casados, pero no las mujeres,
comprendían entre los 18 y 50 años.
 La Minca, minka, o minga, es el trabajo que se realizaba en obras a favor del ayllu y del Sol (Inti),
una especie de trabajo comunal en forma gratuita y por turno, era una forma de beneficio para el
Estado, donde concurrían muchas familias portando sus propias herramientas, comidas y bebidas.
Las familias participaban en la construcción de locales, canales de riego, así como la ayuda en la
chacra de las personas incapacitadas huérfanos y ancianos. Cuando el ayllu convocaba al trabajo
de la minca, nadie se negaba, pero las personas que no asistían al trabajo eran expulsados del ayllu
y perdían su derecho a la tierra.
 El Ayni era un sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu, destinado a
trabajos agrícolas y a las construcciones de casas. El ayni consistía en la ayuda de trabajos que
hacía un grupo de personas a miembros de una familia, con la condición que esta correspondiera de
igual forma cuando ellos la necesitaran, como dicen: "hoy por ti, mañana por mi" y en retribución se
servían comidas y bebidas durante los días que se realicen el trabajo. Esta tradición continúa en
muchas comunidades campesinas del Perú, ayudándose en las labores de cocina, pastoreo y
construcción de viviendas.

Administración incaica
La base contractual verbal de la administración de bienes y servicios se basaban frecuentemente en dos
principios básicos: la reciprocidad y la redistribución.

 Reciprocidad y redistribución

La reciprocidad es el intercambio de trabajo o bienes, o trabajo recíproco, tanto era la tradición de


este concepto que, entre los incas, no era visto como un intercambio de favores sino como una
responsabilidad con los miembros del ayllu, razón por la cual esto se practicaba dentro de un ayllu y
salvo contadas excepciones entre ayllus vecinos. Al ser el clan o ayllu la estructura económica básica
y por estar cimentado en los lazos familiares, el soberano formaba lazos con los curacas (jefes de
ayllu), dándole en matrimonio a sus hijas o casándose con las hijas de los curacas, de cualquier
forma, el Sapa Inca estaba emparentado con todo su imperio, con lo cual se convertía en una especie
de Curaca Máximo. Señalamos esto último para entender la reciprocidad simétrica y la reciprocidad
asimétrica.

 La redistribución
Suponía el reconocimiento, por parte de los campesinos, de los diferentes niveles de autoridad que
existían en la sociedad. Los ayllus entregaban los tributos a los curacas, y los bienes tributados se
acumulaban en depósitos reales que estaban en aldeas, caminos y ciudades.

Cuando algunos pueblos del Imperio no podían satisfacer sus necesidades básicas porque las
regiones en las que vivían habían sido afectadas por malas cosechas u otras catástrofes, el Estado
incaico redistribuía una parte de los alimentos, materias primas y productos manufacturados
almacenados.

También utilizaba los bienes acumulados para costear los gastos de las constantes expediciones
militares, y para premiar los servicios realizados por algunos funcionarios, generalmente nobles.

Red vial (Qapaq Ñan)


Artículo principal: Qapaq Ñan

Actualmente se está postulando la teoría de la construcción incaica de un camino que conecta al Cuzco con
la costa atlántica del Brasil en el estado de Sao Paulo, este camino tiene como nombre Peabirú (nótese la
coincidencia en las dos últimas sílabas con el vocablo "Birú" nombre primigenio del Perú).30

Sistemas de abastecimiento

Artículo principal: Tambo (inca)

Los chasquis

Artículo principal: Chasqui

Ejército
El ejército fue una institución muy importante cuya principal tarea fue la conquista de nuevos territorios para
anexarlos al imperio, aunque también tuvo un papel destacado en mantener bajo el dominio del Cuzco a los
grupos étnicos recientemente conquistados, tales como los Guallas, Sahuasiray, Antasayas, etc.

Al parecer el mando era dual, pues a la cabeza estaban jefes representantes de las mitades hanan y urin.
Existían cuadros permanentes en manos de los miembros de los linajes incaicos, incluyendo al Inca y sus
parientes más cercanos La formación de los miembros de la élite tenía un fuerte componente militar, sus
ceremonias de iniciación concedían mucha atención a las aptitudes militares y resistencia física.

A partir del inca Tupac Yupanqui se empezaron a formar militares profesionales, desligados por completo
de las tareas productivas. Es el caso de la guardia personal del Inca además de castas guerreras y
hereditarias.
Religión
La religión estuvo constantemente presente en todos los ámbitos de las labores incaicas. En las leyendas
de formación del imperio incaico, se percibe una marcada diferencia sexual entre hombre y mujer. Eran
politeístas (es decir creían en varios dioses), destacando el culto al "Dios Sol (Inti)".

Cosmovisión Andina

Según la mitología incaica, existían tres mundos diferentes, los cuales habían sido creados por el dios
incaico Viracocha (también conocido como Wiracocha o Huiracocha). La división se hacía de la siguiente
manera:

1. Hanan Pacha (mundo de arriba, celestial o supraterrenal): Era mundo celestial y sólo las personas justas
podían entrar en ella, cruzando un puente hecho de pelo. En la tradición andina se definió al Hanan Pacha
como el mundo superior donde habitaban los dioses como Viracocha, Inti, Mama Quilla, Pachacamac, Mama
Cocha, etc. Era representado por el cóndor, ave ancestral de los Andes.

2. Kay Pacha (mundo del presente y de aquí): Es el nombre del mundo terrenal, donde habitan los seres
humanos y pasan sus vidas. Representado por el puma, animal de a pie, del mundo terrestre.

3. Uku Pacha (mundo de abajo o mundo de los muertos): Era el mundo de abajo o mundo de los muertos,
de los niños no nacidos y todo lo que estaba debajo de la superficie de la tierra o del mar. Las fuentes,
cuevas u otras de las aberturas de la superficie terrestre eran considerados líneas de comunicación entre el
Uku Pacha y el Kay Pacha. Representado por la serpiente, animal rastrero y de las profundidades.

Templos

 Pascaumati
 Templo del Sol (Coricancha), en Cuzco.
 Templo de la Luna.
 Templo de Pachacámac (destruido).
 Templo de Urpi Huachac.
 Plaza de los peregrinos.

Festividades
Dioses incaicos
Wiracocha
Su nombre completo a fin de recalcar su calidad de ser supremo, es: Apu Qun Tiqsi Wiraqucha (Apu Kon
Titi Viracocha). Era considerado como el esplendor originario o El Señor, Maestro del Mundo. En realidad
fue la primera divinidad de los antiguos peruanos, tanto los habitantes de Caral, Chavin, Huari y
especialmente los Tiahuanacos, que provenían del Lago Titicaca. Surgió de las aguas, creó el cielo y la
tierra. El culto al dios supuso un concepto de lo abstracto y de lo intelectual, y estaba destinado solo a la
nobleza. Huiracocha, al igual que otros dioses, fue un dios nómada y tenía un compañero alado, el Pájaro
Inti, una especie de pájaro mago, sabedor de la actualidad y del futuro. Este pájaro mago, no es otro que el
Corikente de las tradiciones orales, el picaflor de oro, mensajero de los dioses, cuyas plumas servían para
la mascaipacha o corona imperial del Inca. Huiracocha es representado con dos varas, que al parecer eran
realmente estólicas (propulsalanzas) o warakas (hondas gigantes andinas)

Inti (Sol)
Era el dios sol y dios supremo, el cual ejercía la soberanía de la actualidad en el plano divino (Hanan Pacha).
Igualmente era hijo del dios sol del mundo antiguo (Ñaupapacha) y reinaba sobre el ser humano en el mundo
actual (Kaypacha). Inti era la divinidad popular más importante del imperio incaico siendo adorado en varios
santuarios. Se le entregaban ofrendas de oro, plata y ganado, así como las llamadas Vírgenes del Sol.
También se le hacían ofrendas humanas en el mes de los Capac hucha, la cual muchas veces consistía en
reos de muerte, como dios más importante.

Mama Quilla (Luna)


Era la madre luna y esposa de Inti. Madre del firmamento, de ella se tenía una estatua en el Templo del Sol,
en el que una Orden de Sacerdotisas le rendía culto. Los antiguos moche a diferencia de los incas,
consideraban a la Luna la deidad principal.

Pacha Mama
Llamada también Madre Tierra ya que era la encargada de propiciar la fertilidad en los campos. Se le
tributaban ofrendas o pagos.

Pachacámac
Era una reedición de Viracocha, el cual era venerado en la Costa Central del imperio incaico. Era conocido
como el dios de los temblores, y su culto hizo un aparente sincretismo con el actual Señor de los Milagros,
el cual tiene rasgos de este antiguo dios pagano según la historiadora María Rostworowski.

Mama Sara
Era la Madre Maíz o del alimento, la más importante de las conopas (representaciones religiosas) de los
alimentos junto con la coca y papa.

Mama Cocha
Madre del Mar, a quien se le rendía culto para calmar las aguas bravas y para la buena pesca. Era la madre
que representaba todo lo que era femenino.

Arquitectura

La arquitectura incaica se caracteriza por la sencillez de sus formas, su solidez, su simetría y por buscar que
sus construcciones armonicen el paisaje. A diferencia de sociedades costeñas como la chimú, los incas
utilizaron una decoración bastante sobria. El principal material utilizado fue la piedra. En las construcciones
más simples era colocada sin tallar, no así en las más complejas e importantes. Los constructores incaicos
desarrollaron técnicas para levantar muros enormes, verdaderos mosaicos formados por bloques de piedra
tallada que encajaban perfectamente, sin que entre ellos pudiera pasar ni un alfiler. Muchas veces esos
bloques eran tan grandes que resulta difícil imaginar su colocación, las mejores muestras de esta habilidad
se encuentran en la zona del Cuzco. Se sabe que los mejores talladores de piedra eran collas, provenientes
del Altiplano y que muchos de ellos fueron llevados al Cuzco para servir al estado.

Formas arquitectónicas incaicas


 Kanchas
 Kallankas
 Ushnu
 Tambos
 El Acllahuasi
Centros administrativos provinciales
Conforme se iba expandiendo el imperio, se fueron construyendo centros provinciales desde los cuales se
administraban las diferentes regiones conquistadas. La planificación estatal implicaba el uso de maquetas
de barro en las que se representaba desde valles enteros hasta un edificio, antes de empezar a construirlo.
En la costa, la piedra usualmente era sustituida por el tapial o el adobe.

 Tambo Colorado
 Huánuco Pampa
 Tomebamba
 Cajamarca
 Quito

Construcciones de carácter religioso


 Vilcashuamán
 Coricancha

Construcciones militares y conmemorativas


 Inca Huasi
 Sacsayhuaman

Arquitectura de élite
 Ollantaytambo u Ollantaytampu
 Písaq
 Machu Picchu

Cerámica
La cerámica incaica es distinta de los estilos que predominaron en la zona centroandina en la época pre-
Tahuantinsuyo. El estilo inca se caracteriza por su producción en masa, habiéndose encontrado evidencias
del empleo de una gran cantidad de moldes que permitieron difundir una producción sumamente
estandarizada. Sus colores se caracterizan por el uso intensivo de diferentes tonos de marrón y sepia,
además del rojo, negro, blanco, anaranjado y morado, que producían una gama relativamente variada de
combinaciones. Se aprecia en la alfarería incaica la predilección por los diseños geométricos, predominando
los rombos, barras, círculos, bandas y triángulos. Las formas típicas son el aríbalo y los queros, aunque
estos últimos existieron desde el Horizonte Medio y fueron confeccionados también en madera y metal. El
Estado incaico estableció distintos tipos de relaciones con los ceramistas locales y aprovechó de diferentes
maneras sus técnicas y estilos alfareros. Se movilizaron vasijas de estilo local y se las hizo circular por todo
el territorio, fusionándose de esta manera las diferentes técnicas existentes.

Textilería
El arte textil incaico se caracteriza por sus tejidos con diseños geométricos o tocapus y por la fineza de su
técnica. Los incas destacaron por sus tapices y sus mantos de plumas, también de diseños geométricos.
Tuvieron un extraordinario sentido de la simetría, reflejado mediante la repetición de figuras estilizadas
dispuestas de una manera sumamente ordenada. Para los incas la importancia de los textiles fue religiosa,
social y política. Ellos expresaban su cosmovisión, su sentido del espacio y de sus divisiones. Eran símbolos
de nivel social. Los famosos ponchos dameros, blancos con negro y rojos al centro se destinaban sólo a los
orejones o generales allegados al Inca. Se dice que los diseños geométricos, que aparecen en algunos
tejidos, servían también para identificar a los incas y sus familias. Desde la visión política los textiles
representaban tesoros intercambiables así como productos tributables que cohesionaban al imperio.

Escultura
Los trabajos realizados en piedra constituyen el otro gran conjunto de realizaciones incaicas que merece la
pena destacar. Suele limitarse a representaciones zoomorfas de auquénidos, llamas, vicuñas y alpacas, y
fitomorfas, mazorcas de maíz, que son conocidas como conopas y a numerosos cuencos y recipientes
llamados popularmente morteros. Entroncados en las tradiciones artísticas andinas, los incas supieron
imprimir un carácter propio y original a sus obras que se basó en una simplificación de las formas por medio
de volúmenes geométricos sencillos y una esquematización de los motivos decorativos muy próxima a una
concepción estética geometrizante y cubista. El arte incaico se caracterizó por la sobriedad, la geometría y
la síntesis, tendiendo más a lo práctico y funcional que a lo formal.

Pintura
La pintura como expresión estética se manifestó en murales y mantos. Bonavía señala la diferencia entre
paredes pintadas de uno o varios colores y los murales con diseños o motivos representando escenas
diversas.
Los murales pintados se aplicaban sobre paredes enlucidas con barro empleando pintura al templo, técnica
diferente a utilizada para las pinturas rupestres. Hacia el Horizonte Temprano, la pintura era aplicada
directamente sobre la pared enlucida, mientras que durante el Período Intermedio Temprano' se cubría el
muro enlucido con pintura blanca para luego aplicarle el dibujo deseado. Otro medio usado en la misma
época consistía en trazar motivos incisos sobre el barro húmedo para luego rellenarlo con pintura.
En la época moche se usó pinturas murales y de alto relieve de barro como los descubiertos en la Huaca de
la Luna y en la Huaca del Brujo, en departamento de La Libertad, a unos 5 km al sur de Trujillo.

Orfebrería y metalurgia

El área andina de Perú, Bolivia y Ecuador fue la cuna de la metalurgia a nivel sudamericano y surgió sin
ninguna influencia proveniente del Viejo Mundo.
Existieron dos centros metalúrgicos uno en la zona del altiplano peruano-boliviano y otro en la costa norte
en la región Mochica-Lambayeque. De estos dos lugares se difundieron los conocimientos al sur, hacia Chile
y Argentina, y al norte, a Colombia y Panamá para llegar posteriormente a las costas occidentales de México.
La metalurgia en los Andes tiene una gran antigüedad y sus artífices lograron las más variadas técnicas y
aleaciones.
En toda la costa existieron expertos plateros y durante al apogeo incaico sus gobernantes establecieron
mitimaes en el Cuzco para la producción de objetos suntuarios. Diversos documentos nombran a estos
grupos provenientes del Chimú, Pachacámac, Ica y Chincha. Es probable que sus obras siguiesen los gustos
estéticos incaicos. Sabemos del establecimiento en Zurite, cerca del Cuzco de unos yanas plateros de
Huayna Cápac, provenientes de Huancavilca (actual Ecuador) que residían en tierras del soberano y cuya
obligación era fabricar objetos para el Inca.

Música
Los incas contaron con varios instrumentos musicales de viento y percusión entre los que se encuentran: la
quena, la tinya o Wankar, el calabacín, la zampoña y la baqueta. La música desempeñaba un papel
importante en distintas ocasiones. Se sabe que había música amorosa, guerrera, fúnebre y agrícola. La
música incaica se componía de cinco notas musicales.
Una característica fue la ejecución de música durante las labores agrícolas en tierras del Estado, con lo cual
convertían las duras faenas del campo en amenas reuniones.
Los instrumentos musicales empleados en las manifestaciones corporales eran diversos según las danzas
a interpretar, los integrantes, las regiones o los motivos de las celebraciones.
Las flautas eran uno de los instrumentos más populares. Las quenas por lo general, eran confeccionadas
con huesos humanos mientras que otras flautas eran de arcilla, plata o, las más comunes, de carrizos.
Entre ellas destacan los sikus de caña y de cada instrumento está dividido en dos mitades con tonos
complementarios y tocados por un par de instrumentos. Para formar una melodía es necesario que ambos
instrumentos toquen alternadamente cuando les corresponde y además en forma simultánea con los demás
registros.
Las antaras o flautas de Pan eran hechas de cerámica de nueve tubos acodados, las de carrizos se
mantenían unidas por finas soguillas.
En cuanto a las trompetas halladas en las tumbas de la costa, pertenecían a uno de los tributos de los
señores yungas. Con frecuencia se encuentran quebradas ya que su destrucción forma parte del ritual
funerario.
El caracol marino o Strombus se representó desde la época de Chavín de Huantar y en quechua se le dice
huayllaquepa. La voz pututu con el cual se le llama actualmente proviene del Caribe y fue traída por los
españoles a la par que las palabras maíz, chicha y ají, entre otras. Es una adaptación de fututo por no existir
en el quechua la letra "f".
Un instrumento musical básico fue el tambor. Éste podía ser de diversos tamaños y sonidos, y se utilizaba
para marcar el ritmo en las danzas y bailes colectivos. Los había pequeños, ilustrados por Guaman Poma,
que eran tocados por mujeres; grandes, que eran confeccionados con piel de puma u otorongo y llamados
poma tinya y finalmente, los runa tinya, confeccionados con piel humana.
El compás se marcaba también con cascabeles de plata o racimos de semillas que se ataban a las piernas
de los danzantes. En la cultura moche, los grandes señores o los dioses usaban atados a sus cinturas
grandes sonajas de oro, como las del Señor de Sipán.
Entre los grupos campesinos y en ciertas festividades o celebraciones soplaban en las cabezas secas de
venados como si fuesen flautas y marcaban con ellas los pasos de los danzantes.

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