Ajolote
Ajolote
Ajolote
Marisa Zannie
EL UNIVERSAL
Aunque su nombre en náhuatl, axólotl, significa “monstruo de agua”, el ajolote es, para muchos,
más querido y admirado que una estrella pop.
Pero no siempre fue así: por largos años estos anfibios endémicos de México(Ambystoma
mexicanus) fueron prácticamente ignorados, pero al darse a conocer que están en grave peligro
de extinción, debido al paulatino deterioro de su hábitat natural: el Lago de Xochimilco y sus
alrededores, acapararon los reflectores, especialmente debido por su divertida y simpática
apariencia que se expresa en esa ‘sonrisa’ permanente.
Pero, ahí donde lo ves, tan tierno, vulnerable y pequeño, el nombre del ajolote mexicano proviene
de una dramática leyenda.Según cuenta la historia, que aparece en el Códice Borgia, Xólotl era el
hermano gemelo de Quetzalcóatl a quien ayudó a robar huesos humanos del Mictlán, el
inframundo, para que los dioses pudieran restaurar a la raza humana en la era del quinto sol.
Para cumplir este objetivo, se reunieron todos en Teotihuacán, 'la ciudad donde los hombres se
convierten en dioses', para darle vida al sol que alumbraría esta nueva era.
Después de vencer algunos obstáculos, por fin lograron crear al sol, pero éste estaba estático, no
tenía la capacidad de moverse por sí mismo, algo indispensable para echar a andar el ciclo de la
vida.
Para lograr que el sol se moviera, los dioses decidieron ofrecer sus propias vidas, y Quetzalcóatl se
encargó de irlos matando uno por uno.
Sin embargo, Xólotl no estaba dispuesto a autoinmolarse, así que aprovechando su capacidad
para transformarse, huyó y se escondió, primero, en un maizal. Ahí tomó la forma de un maíz
doble (xólotl) pero su hermano lo descubrió y huyó de nuevo, esta vez hacia un magueyal, donde
se convirtió en un maguey doble (mexólotl).
Cuando lo volvieron a encontrar, no le quedó más remedio que huir hacia el agua, donde
finalmente se transformó en axólotl, el “monstruo de agua” que es hoy, pues fue su última
encarnación antes de morir.
Así que como ves, este pequeño anfibio tiene una gran historia que vale la pena preservar y
difundir.
Debido a que, naturalmente, debe vivir en su lugar de origen, existen algunos lugares en la zona
de Xochimilco y algunas otras de la ciudad que participan en la preservación de este querido
animalito y a donde puedes ir a conocerlo:
1. Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco de la Universidad Autónoma
Metropolitana
En este centro se imparte periódicamente un curso básico para el mantenimiento de ajolotes en
cautiverio. Para visitarlo debes llamar antes.
2. Embarcadero Puente de Urrutia “Aves del Paraíso», en Xochimilco
Este embarcadero ‘eco’ ofrece recorridos colectivos a un precio muy razonable por la llamada
‘Ruta del ajolote’.
3. Parque Tezozómoc
Este parque al norte de la ciudad posee un ajolotario que alberga cerca de 300 ejemplares en el
lago del sitio. Puede visitarse por el público en general.
Es tan peculiar que, como decíamos, se puede reproducir sin llevar a cabo la
metamorfosis, como lo hacen todos los anfibios.
EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
Por supuesto, México no está a salvo de esta situación y los ajolotes están en peligro
crítico de extinción desde 2006.
Redacción
BBC Mundo
Si hay una criatura que, por sus características biológicas, ha atraído el interés de los
científicos es la salamandra, ya que es el único animal vertebrado capaz de regenerarse.
En el grupo de estos anfibios se destaca el ajolote -o Axolótl- mexicano (Ambystoma
mexicanum) por sus extraordinarios procesos para regenerar extremidades amputadas y
otros órganos y tejidos del organismo.
Se ha observado, por ejemplo, que si estos animales pierden una extremidad, son capaces
de regenerarla en cuestión de semanas, con todos sus huesos, músculos y nervios en los
lugares apropiados.
Aún más fascinante, dicen los investigadores, es la habilidad del ajolote para reparar su
médula espinal cuando ésta sufre una lesión y lograr que funcione como si no hubiera
sufrido daños.
Además puede reparar otros tejidos -como el retinal- y curar heridas sin dejar cicatrices.
puede reproducirse.
Por eso, desde hace unos 150 años los científicos han estado cultivando estos animales en
el laboratorio e intentado descubrir los secretos de sus extraordinarios procesos
biológicos y sus potenciales aplicaciones en la medicina humana.
Por ejemplo, en la reparación de lesiones cerebrales o de medula espinal y la prevención
de cicatrices cardíacas.
Este anfibio tiene 32.000 millones de pares de bases de ADN, 10 veces mayor que el
genoma humano, el cual posee 3.200 millones de pares de bases de ADN.
"Este hallazgo será una poderosa herramienta para estudiar la base molecular de la
regeneración de extremidades y otras formas de regeneración", afirma el estudio
publicado en la revista Nature.
Junto con su equipo logró desarrollar avanzadas herramientas moleculares para el ajolote,
que revelaron las secuencias de codificación de proteínas en el genoma del animal.
Así, los científicos lograron identificar las células encargadas de reiniciar el proceso de
regeneración y describir las vías moleculares que controlan esos procesos.
Pero para entender detalladamente cómo funciona la regeneración y por qué éste es un
proceso tan limitado en la mayoría de las especies, los investigadores necesitaban tener
acceso a los datos genómicos del anfibio para poder estudiar su evolución y regulación de
genes.
Esto no había logrado completarse debido al enorme tamaño de este genoma: 32.000
millones de pares de bases de ADN, hasta ahora.
"Ahora tenemos el mapa (genético) en nuestras manos para investigar cómo unas
estructuras tan complicadas como las de las extremidades pueden regenerarse", afirma
Sergei Nowoshilow, coautor del estudio.
"Este es un momento decisivo para la comunidad de científicos que trabajamos con el
ajolote, un verdadero hito en una aventura de investigación que comenzó hace más de
150 años", agrega.
El genoma completo del ajolote, el mayor que ha sido decodificado hasta ahora, fue
secuenciado con la colaboración de investigadores utilizando nuevos sistemas de software
desarrollados específicamente para el estudio.
MONGABAY LATAM
El ajolote era bien conocido por los xochimilcas, los primeros habitantes de Xochimilco,
una zona lacustre en el valle donde actualmente se asienta la Ciudad de México. Este
conocimiento se heredó de generación en generación hasta llegar a Dionisio Eslava
Sandoval, originario del lugar y dedicado a la conservación de este particular anfibio.
El ajolote es un anfibio endémico del Valle de México que actualmente solo vive en
algunos rincones de una red de canales del lago de Xochimilco que ocupan una superficie
total de 180 kilómetros cuadrados.
“En 1998 la doctora Virginia Graue calculó la presencia de 6000 ajolotes por kilómetro
cuadrado. Yo hice un análisis en 2004 y encontré que había 1000. Para 2008 repetí el
estudio y ya solo había 100 y en 2013 solo contabilizamos 36 por kilómetro cuadrado, lo
Es como encontrar una aguja en un pajar. “No se puede conocer el número exacto de
ejemplares que quedan porque es muy difícil de contar, aunque hay evidencia de que
cada año disminuye su población. En este momento la especie no tiene la vitalidad ni el
número para considerarla fuera de peligro”, explica a Mongabay Latam Esther Quintero,
Subcoordinadora de Especies Prioritarias de la Comisión Nacional para el Conocimiento y
uso de la Biodiversidad (CONABIO) de México.
El pronóstico del Dr. Zambrano es devastador: para 2020 o 2025 no habrá ajolotes si no
se actúa para salvarlos.
Un experimento en laboratorio para conocer la interacción del ajolote con las carpas
(Cyprinus carpio) y las tilapias (Oreochromis niloticus) presentes en Xochimilco, mostró
que las primeras se comen sus huevos y las segundas a los alevines, que son las crías
recién nacidas.
Las carpas y las tilapias fueron introducidas por autoridades gubernamentales en los años
70 con la intención de generar proyectos acuícolas, sin embargo, estas han invadido de
forma masiva los canales de agua donde habitan los ajolotes, convirtiéndose en una de las
peores amenazas para la supervivencia del Ambystoma mexicanum.
“El ajolote está en peligro de extinción por ese proyecto que no midió el alcance que
podría tener al liberar tilapias y carpas, que no tienen depredadores naturales, esto ha
llevado a un deterioro de toda la zona chinampera”, lamenta Eslava Sandoval. La
chinampa es un método de cultivo prehispánico que consiste en sembrar dentro
pequeñas islas de tierra dentro del lago.
Los investigadores han realizado estudios de nicho potencial, un análisis matemático con
imágenes satelitales para determinar el hábitat de una especie, y encontraron que no en
los 180 kilómetros cuadrados de canales en Xochimilco puede habitar el ajolote, solo en
algunos pequeños espacios dispersos en el área puede sobrevivir, lo que ha provocado
que existan poblaciones aisladas.
Los ajolotes no pueden sobrevivir en todos los lugares debido a las variaciones de la
calidad del agua. “Los ajolotes son muy sensibles a la contaminación del agua; de hecho
son indicadores de la calidad del agua. Necesitan condiciones específicas para
desarrollarse, como bancos de lodo para depositar sus huevecillos y un temperatura
adecuada, entre otras cosas”, afirma Quintero.
El tamaño de la Ciudad de México se triplicó entre 1950 y 1975. Este ritmo tan acelerado
de crecimiento generó una gran presión al suministro de agua en la ciudad. A partir de
esos años, Xochimilco dejó de recibir agua directamente de manantiales o ríos.
“Xochimilco se surte de la planta de tratamiento del Cerro de la Estrella, por lo que su
manejo es completamente artificial”, indica Zambrano.
Por lo anterior, el agua se volvió alcalina, salada y contaminada, además de que su calidad
varía considerablemente a lo largo del año, causando flujos en nutrientes, aparición de
algas y modificaciones en la cadena alimentaria.
NATIONAL GEOGRAPHIC
El axolote mexicano (pronunciado ajolote) es una salamandra con la característica poco
habitual de conservar sus rasgos larvales en su vida adulta. Esta condición, que se conoce
como neotenia, significa que conserva su aleta dorsal de renacuajo -que recorre casi la
totalidad de su cuerpo- y sus branquias externas, que sobresalen de la parte trasera de su
ancha cabeza en forma de plumas.
El axolote, pariente cercano de la salamandra tigre, puede ser bastante grande y alcanza
longitudes de hasta 30 centímetros, aunque su tamaño medio es de 15 cm. El axolote
suele ser negro o marrón moteado, aunque también son relativamente comunes las
variedades albinas y blancas, especialmente entre especímenes criados en cautividad.