El Reportaje
El Reportaje
El Reportaje
El reportaje, concebido por muchos como el género mayor del periodismo, hizo su
aparición en Colombia y en varios países latinoamericanos en las dos primeras décadas
del siglo XX como consecuencia del cambio de algunas técnicas para recolectar la
información que utilizaban los periódicos desde finales del siglo XIX.
"Esa forma, sin embargo, no recibía aún el nombre de "reportaje", aunque ya en las
redacciones existía la palabra repórter, tomada de la tradición del periodismo
anglosajón. El nuevo género sólo vino a ser conocido con el nombre de "reportaje"
después de varias décadas, mientras tanto, en muchos casos, se usaba la misma
palabra para designar a la entrevista –la interview de los periódicos norteamericanos.
La confusión se mantuvo hasta la década del 40 cuando las revistas Cromos y Estampa
empezaron a diferenciar claramente los relatos que publicaban, y advertían a los
lectores, en la entradilla o en el antetítulo del texto, si este era una crónica, una
información o un reportaje." (1)
A pesar de ello, la confusión seguía —y sigue hasta hoy— en muchos casos para la
diferenciación cierta y clara entre el reportaje y la crónica. Es muy frecuente que
trabajos presentados como crónica sean reportaje, y a la inversa. Esta discusión, que
parece no tener fin, debe ser reemplazada en nuestro concepto por la de la calidad
misma de los trabajos, en vez de ceñirse si pertenece a un género u otro. Una historia
bien contada, rica en detalles, narración y descripción, que genere estados de ánimo
en el lector, será exitosa. Sin embargo, el tiempo, los especialistas y muchos
académicos, se han aventurado a señalar "diferencias claras entre reportaje y crónica",
por un lado, y entre "entrevista y reportaje", por otro.
Esto indica a todas luces que el rigor del reportaje supera al de la crónica en cuanto a
contenido informativo, precisión en los detalles y en la verosimilitud. La crónica, que
tiende a ser exageradamente subjetiva, puede parecer a veces cuentos cortos. O
columnas de opinión. O artículos. En fin. El reportaje no solo debe ser verdadero "sino
que tiene que parecerlo", como afirma en su libro Periodistas literarios el escritor
norteamericano Norman Simms. (2)
Mucha agua ha corrido bajo los puentes desde la aparición del reportaje, sobre lo cual
existen variadas afirmaciones. Es más: aún subyacen interrogantes como el que se
formula el periodista peruano Juan Gargurevich, autor del libro Géneros periodísticos.
El mismo responde, a su manera:
"Hay quienes ubican reportajes a mediados del siglo pasado… y quienes afirman que
fueron las revistas las que dieron forma al periodismo interpretativo, para ser después
incorporado por el diarismo. Seguramente ambos tienen razón, pues no existen
inventos en el periodismo: su forma actual es producto de un desarrollo, decíamos,
muy dinámico y de persistente exploración."
Además del mismo García Márquez, escritores como Tomás Eloy Martínez, Germán
Castro Caycedo y Alma Guillermoprieto, se han dedicado a recorrer gran parte del
continente exponiendo puntos de vista sobre el reportaje y enfatizando en la necesidad
de su expresión cotidiana. Ello explica el novísimo arsenal teórico y las renovadas
técnicas en el tratamiento de los hechos noticiosos, tomando como base el reportaje.
Incluso, en torno a los orígenes del género en mención, es claro que la consolidación
de la técnica cinematográfica contribuyó, sin duda alguna, a la formación del reportaje,
considerado como una expresión periodística que va más allá de los esquemas que
caracterizaban los relatos que, hoy, están constituidos en antecedentes o géneros
paralelos. Y esa influencia, por así llamarlo, tiene que ver con las llamadas técnicas
para la estructuración.
Hitchcok, genial director y maestro del suspenso, refiriéndose al manejo del tiempo
cinematográfico, afirma que "el cine es la vida misma sin los momentos aburridos".
Según ello, el mejor instrumento narrativo vendría a ser la elipsis, que permite obviar
situaciones que no son pertinentes a la narración. Ello explica los saltos temporales y
la eliminación de escenas improductivas. Para entenderlo mejor imaginémonos una
historia cinematográfica que transcurre en tres décadas con el propósito de ser
presentada en dos horas de tiempo real de proyección cinematográfica. Tal el caso de
las grandes sagas bíblicas o históricas épicas, etc.
De igual manera, la literatura ha sido otro elemento importante para que el reportaje
obtuviera una transformación radical en su estructura. Sobre todo, a partir de la
aparición del famoso boom latinoamericano, el cual permitió la "invención" de técnicas
narrativas en el texto escrito que habrían de ponerse al servicio del reportaje.
No obstante, el reportaje mantuvo dos raíces sin las cuales no podría existir: la
entrevista y la crónica. La primera —como se sabe— constituye la base para la
escritura y puesta en escena de los géneros vanguardia del periodismo. En cuanto a la
crónica, el elemento narrativo de la misma representa el gran aporte al reportaje;
pero, sin los juicios ni valoraciones morales que caracterizan a aquélla.
En cuanto a los orígenes, otros autores coinciden en situar al reportaje en los albores
del siglo XX, en Estados Unidos "cuando las pujantes revistas estadounidenses de
circulación masiva hacían un periodismo de denuncia social (conocido como muckraker
en inglés) en oposición al sensacionalismo de los periódicos de la época. John K.
Turner, por ejemplo, publicó en ese tipo de revistas su estupendo reportaje sobre
México del porfiriato, ‘México bárbaro’, y John Reed haría lo mismo primero en ‘México
insurgente’ y luego en su obra maestra: ‘Diez días que estremecieron al mundo". (4)
Hoy, parece que asistimos al renacimiento del reportaje. Con nuevos ingredientes, por
supuesto. Pero con el mismo sabor que produce una buena prosa enriquecida con
información veraz y unos contextos que obedecen más a la capacidad creadora del
reportero y a su estilo, que a un esquema preconcebido.
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Notas:
1
Investigación del periodista y escritor Juan José Hoyos sobre los pioneros del reportaje en Colombia y
publicada por la revista Folios de la Universidad de Antioquia en diciembre de 1997.
2
En el prólogo del libro "Periodistas Literarios" Norman Simms explica en detalle porqué el periodista no
debe perder jamás la veracidad, a pesar de los recursos literarios.
3
El texto de Juan Gargurevich, editorial Pablo de la Torriente, La Habana, Cuba, dedica un amplio espacio al
género del reportaje y es producto de varios seminarios dictados por el autor en su natal Lima y en La
Habana.
4
La afirmación es de José Luis Benavides y Carlos Quintero. Aparece en el texto "Escribir en prensa.
Redacción Informativa e Interpretativa", de editorial Alhambra, México, primera edición, 1997.
5
Daniel Samper Pizano adelantó una rigurosa investigación sobre la reportería en Colombia que le facilitó
escribir el aleccionador prólogo que aparece en "Antología de Grandes Reportajes", Intermedio Editores,
1990.
* Anuar Saad Saad es comunicador social - periodista, especialista en Comunicación para el Desarrollo, en
Barranquilla, Colombia. Director del Centro de Publicaciones de la Universidad Autónoma del Caribe y
catedrático de Redacción Periodística de la Facultad de Comunicación Social.
* Jaime de la Hoz Simanca es economista, periodista y escritor. Catedrático de la Universidad Autónoma del
Caribe y de la Universidad del Norte.
* Ambos son colaboradores de Sala de Prensa. Este trabajo conjunto es la introducción del libro El reportaje,
uno de los seis libros que integran la obra "Biblioteca Moderna de Periodismo", que estará al alcance de
periodistas, académicos y estudiantes a partir de la primera semana de febrero, cuando en Colombia
conmemoran el "Día del Periodista".
Fuente: http://www.saladeprensa.org/art184.htm