Hadas

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Hola estimado Kamarada Peter, ya me encuentro liberado, externa e internamente, para poder

responder al coloquio epistolar que hemos tenido a bien desarrollar. Empezaré, pues, con la respuesta
que me da sobre el tema de esta “escatología participativa”, concepto que usted bien prohija.

La escatología de lo metafísico, de los mitos, nace en el corazón de los hombres desde un origen
puramente trascendental revelado, una especie de meta-destino que en algún momento de su
ompahlos histórico, lo re-conduce sobre la marcha del existencialismo y de su propio final predispuesto.
En este entendido, solamente los hiperbóreos pueden acuñar tal “utopía astral”, pues justamente la
Guerra Esencial es aquello que viene a proponerle al hombre (no al simio) una forma de ser-existir-
pensar-actuar en OPOSICIÓN a lo “universalmente correcto”. En efecto, la filosofía y la metafísica, como
contenedores de lo “gnóstico”, no son patrimonio natural del hombre terrestre, ni mucho menos, sino
un regalo proscrito para éste (esto primitivamente pintado ya en el mito del edén y la Serpiente), pues
aquel “fruto maldito”, que es la gnosis como escatología del nuevo ente microcósmico, es decir, el ario,
es, con toda propiedad, el manual de cómo funciona y es el Universo. Tal cosa, es decir, la Serpiente, es
el fundamento ritual mítio de toda etno-tradición hiperbórea, y SOLAMENTE hiperbórea. Así es. Como
usted bien dice, las demás razas, o mejor dicho, las anti-razas, no tienen como posibilidad de ser
(capacidad, potencialidad) permitido desarrollar tal conocimiento de las cosas, ni siquiera acurrucar en
su interior algún grado de escozor metafísico auténtico, en tanto que su papel macrocósmico es, como
nos lo expone Nimrod, no ser dioses, es decir, libres, sino obreros ónticos controlados por un argumento
creacional. Se entenderá, entonces, que ningún pueblo que no fuera ario, parió y desarrollo una
verdadera mitología, y con ello, su doctrina. Si lo notamos bien, todas aquellas “civilizaciones” pretéritas
desperdigadas por el orbe, dede América a la China, todas son armaduras creadas sobre los huesos de la
tradición atlante-hiperbórea, cuyos iniciados escatológicamente trascendentales y superiores a todo
“manú”, les infectaron también con esa enfermedad llamada gnosis.

Ahora bien, hemos dicho que el culto es parte fundamental de la función sacerdotal, pero aquello debe
entenderse como el “culto sephirótico”, es decir, atenido y concordante con el objetivo micro-
macrocósmico del pasú, que es descubrir los entes, crear cultura y finalmente descubrir el rostro del
Creador; nada relacionado a romper, mediante el Mito, este robótico destino material. Digo material
pues no solamente la masa dura loes, sino también lo energético, lo astral y lo virtual. En efecto, Todos
los cultos homínidos parten de apetencias terrenas, como la felicidad, la plenitud, la comunión, la luz, el
goce, el sentimiento, es decir, tosquedades propias de animales, por más que aquél camino lleve a
topologías más y más sutiles, una ilusión circular; vemos, entonces, que todos los rito-mitos pasú van en
este tenor: naturistas, numinosos, emocionales, astrales, reverenciales y comunales, etc. Pero con los
judíos pasa algo sui géneris de entre todas las especies de pasú, pues éste tiene como misión una cosa
diferentísima a la del resto, y es, ni más ni menos, EMULAR LA ESCATOLOGÍA MÍTCA DE LOS ARIOS¡, su
ethos naturalmente protagónico. He ahí el misterio de lo que se ha de conocer como judaísmo.

Yhvh Satanás ha tenido, para estos efectos, regalar, muy a su pesar, en el Sinaí la Escatología en forma
de tablas; lo que a los arios les costó una verdadera interpretación histórica y mística, con espada y con
sabiduría, como Heracles o Nemrod, por ejemplo, los judíos lo tuvieron prácticamente donado, así, sin
compuesto esencial, sin autenticidad, sin ethos. De allí que esta forma de “llegar” a la Serpiente de
forma artificial resulta es aquel bodrio o parodia de religión, de “espiritualidad”, aquella falsedad
histórica, pero en la que se basan, hoy por hoy, prácticamente todo ocultismo y esoterismo, y de ello, la
invalidez general de esto. A este ser robótico y animal, que a diferencia del resto de los pasú, no ha
evolucionado en nada, no “se lo ha ganado”, ni mínimamente “el conocimiento máximo permitido al
pasú”, es aquien, por necesidad se lo ha munido del Conocimiento divino, y en vez de ser utilizado ello
como lo haría “Caín”, para trascender su naturaleza intrínsecamente esclava, lo usa como Abel, para
materializar más todo. En este sentido es interesante notar cómo la escatología aria concibe la
“kabballah” como un movimiento hacia arriba, siempre hacia arriba, llegando inclusive más alto aún que
Kether, al Origen; por el contrario, el Judío sólo puede concebir a su cábala como un precipitar, desde
Kether siempre hacia abajo, teniendo como cúspide de toda metafísica y realidad al “Reino”, Malkut, lo
divino hecho planeta, gobierno, sociedad secreta, materia grosa. Es este el fundamento de lo que usted
nota por esencialidad puramente material del judío, incluso en su visión de las cosas no materiales. En
efecto, el judío no cree en verdad en el cielo, ni en otro reino que no sea la Sinarquía terrestre.
“Jerusalén celeste debe bajar aquí a la tierra”, emperifollada de piedras preciosas y oro. La
contraposición con el cristianismo resulta de que este segundo tiene, en su escatología, no una
“participación” indirecta como en el judaísmo, sino una directa en tanto que sus mitos son robados del
imaginario ario, y no meramente “copiados”. Este es un punto muy importante, que debería ser tratado
in extenso en otra ocasión.

Sobre lo que dice de Nietzsche es cierto, pues si hubiera encontrado al ronin dentro suyo y no
solamente al Zarathustra, hubiera tomado más en serio los mitos nórdicos. Ya va siendo hora de
construir una crítica hiperbórea al bigotudo, cosa que no no supone falta de respeto en absoluto.

Sobre el sincretismo de tal o cual culto o esoterismo, en realidad no hace referencia en sí al tiempo, sino
a la esencia de sus símbolos. Como le dije, solo hay dos sistemas metafísicos que son a priori de todo
tiempo y espacio, que son la visión luciférica de las cosas y la visión demiúrgica de tales. El sincretismo
surge cuando, por ignorancia, mala fe o desorientación, se mezclan ambas cosas, cos que ha pasado
mayormente en el kaliyuga y de ahí la aparente confusión sobre que tal crítica se hace en medida de
cronos. Por ejemplo, ya el mismo hinduísmo es sincretismo, a pesar que cuenta ya con largos milenios
en sus espaldas, en tanto que, como nos explica el mismo Nimrod, junta cosas antepuestas, como lo es
la trimurti, ese invento torcido. El satanismo también cae en esta bolsa, al mezclar daimonismo pagano
con demonología hebrea; lo mismo con el hermetismo, la teosofía, el cristianismo, y así pareciera que
todo lo que llena los estantes de este supermercado que se han convertido las cosas del alam y del
espíritu. La SH de Nimrod, por ejemplo, no puede de ninguna manera tratarse de sincretismo, pues
como usted mismo afirma, tiene el mismo y exacto origen que la sabiduría aria de los primero atlantes,
como que el talmudismo moderno es el mismo que el que fuera enseñado por Raziel hace eones.

“No coincido aquí con usted. Esos mitos también están produciendo sacerdotes y payasos. Y me atrevo a
decir que ¡a una velocidad y cantidades espeluznantes! Y me da que Moyano lo sabía bien.” Sobre ese
punto no debería estar en desacuerdo pues yo nunca he dicho que no se fabriquen payasos desde estos
mitos, que lastimosamente es lo más usual en el medio y usted y yo lo sabemos ajaja. Lo que he
afirmado es que los mitos aquellos por sí mismos llevan a ese final heróico, pero no es su “culpa” que el
material sea de quinta, y aunque sean los mismo Quirón y Filoctetes en persona quienes guiarían a tales
personajes, todo acabaría en lo mismo. Cosa que, en realidad, concordamos ambos al final de su
párrafo. Ya sabemos que todo el Opus gnóstico depende del Yo y su postura esencial, pues un virya
despierto como se debe, puede llegar a la iniciación aún cuando solamente parta de la Biblia o de los
“Mitos Griegos” de Graves.

Sobre la tertulia que me propuso sobre el Hada como arquetipo numinoso del caballero del grial, debo
decirle que el video que me anexo que gustó mucho, más por las maneras de la expositora que por su
contenido :V me gustan las mujeres así de “faéricas” ellas mismas.

Está claro que el origen de toda figura arquetipal femenina no puede ser plural, pues tal cosa inicia en la
mismísima figura de Lillith (aquella que se piensa que, por haber sido descrita primero por sus
enemigos, es un mito “hebreo”, como el mismo Lucifer), la mujer espiritual que no solamente es un
animal con estrógenos, como lo es en la entelequia misma universal. Ya lo señala usted, tal cosa tiene
larga data en todas esas odaliscas divinas que tuvieron nombres variados a lo largo de los misterios y
mitos indogermanos, llegando en Grecia y en la Edad Media a su máximo esplendor. Específicamente
sobre el hada, se confunde su origen con lo “céltico” pues lo “céltico” es lo que vino a resignar a lo
germánico como la Virgen María a Pyrenna; y esto, bajo una “escatología” pagana, que es lo más
preocupante. La misma expositora miente al decir que el “Rey Arturo” es la saga más importante del
periodo aquél, olvidándose que tal mito es una copia del Arturo romano, el verdadero, no anglosajón.
Además, el Lancelot en prosa es un papel higiénico en comparación a otras épicas continentales de la
época. Aun así, hay puntos importantes:

-“La devoración completa” que menciona la expositora es muy importante, pues en esto podemos ver
que el Hada, como Dama, lleva al abismo absoluto de la sublimación, no pueden haber medias tintas con
ella.

-El surrealismo, como la intentona post guerra por superar y entender lo que pasó con el espíritu
artístico derrotado y como una revuelta contra el arte moderno ya oficializado, siempre se caracterizó,
singularmente, por utilizar siempre mitos clásicos (llevado al extremo por el eminente Dalí). Así pues el
surrealismo, como piensa el grueso de los “tradicionalistas”, no es tan nefasto en tanto que mantiene
cierto grado de oportunidad gnóstica. Bretón, la Vanguardia, Rimbaud, todos con notas hiperbóreas. Es
por esto que la mujer del Surrealismo tiene la misma esencia que la del Catarismo, aunque no se me
crea.

-La dama del lago es, por lejos, el arquetipo más importante de las sagas artúricas, o por lo menos para
mí, pues representa la viva imagen de la dama Kalibur, quien “educa y conduce al héroe hacia la Corte”;
pero a pesar de esto, lo que es curioso observar es que existe otro tipo de “Dama” o hada, en este caso,
Morgana, quien no educa ni conduce, sino rapta y oscurece. Nimrod, en su artículo sobre el “Principio
Anímico”, menciona a Morgana como el arquetipo de la virya femenina caída, de la araña, perro que si
bien es cierto aquello, yo podría hacer una aclaración al respecto, y que tiene relación con la primera
parte de la Novela, donde el Pontífice hace una especie de “revisionismo histórico”, en específico, sobre
la figura de Perséphone (que es muy “parcializado” para mi gusto. No entraré en largas cavilaciones
personales al respecto, pero diré que yo prefiero a Morgana que a la Hada Melusina ajaja, sin decir,
claro, que yo concibo a esta mi “Lillith-Morgana”, como la araña de la que Nimrod previene.
En todo caso, el Hada celta es apenas un perfil, muy “elemental” (como primitivismo y como chamánico)
de este arquetipo macro llamado “Dama”, o “Virgen” o “Señora”. Para despedirme, si le interesa tengo
variada bibliografía sobre los mitos celtas y sobre este arquetipo “driádico” en específico. Saludos
estimado amigo.

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