Post Procesualismo

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UNIVERSIDAD NACIONAL SANTIAGO

ANTÚNEZ DE MAYOLO

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, EDUCACIÓN Y


COMUNICACIÓN
Escuela Profesional de Arqueología

Curso:

ESCUELAS Y TEORÍAS

Docente:

Dr. Gustavo MORACHIMO MONTES

Integrantes:

 HIZO PALACIOS Marianela Patricia


 TORRES HUERTA Yabar Raúl
 DÍAZ SALAS Yamileth Yesenia
ARQUEOLOGÍA POST- PROCESUAL

La arqueología postprocesual nace en Gran Bretaña en la década de los 80, surge en

oposición a la arqueología procesual, pues a pesar de su aporte metodológico, esta última

definió a la cultura material como el resultado de procesos adaptativos al medio físico y

social dejando a lado la participación del sujeto como creador de objetos culturales y

como parte de un complejo sistema social. (Hodder, 1988). De esa manera, la arqueología

postprocesual redefinió esa evidencia material como resultado de actitudes relaciones

culturales, las cuales eran determinadas a través del estudio de la relación entre la

estructura y proceso, la pauta social y la variabilidad, lo ideal y lo material (reconstruir

significados subjetivos), para así comprender el contenido de los significados históricos,

sistemáticos y sociales, de allí que promoviera el desarrollo de nuevas interpretaciones

que fuera más allá de procesos y estructuras sociales a través de más preguntas debates.

Manuel Gándara lo llama “Criterio de la fertilidad teórica”, que consiste en obtener el

máximo de explicaciones de una sola pregunta que volverá más fértil una nueva teoría;

es decir, “la cultura material es activa y producida de manera significativa en el cual el

individuo, la cultura y la historia son centrales” (Hodder, 1985: 1). Dicho de otro modo

el significado que los arqueólogos interpreten de la información proveniente de trabajos

de excavación está basado en estructuras y procesos variables que solo tienen sentido si

se les ubica dentro de un espacio de tiempo continuo, o un contexto en particular, que no

se limita a una escala de análisis y que hace posible que la interpretación pueda varias de

un caso a oro y no de manera sistemática.

Para poder entender esos contextos, la arqueología postprocesual ha recurrido al registro

arqueológico, conformado por artefactos, elementos y estructuras, que se “recolectan” en

campo a través de procedimientos propios de la arqueología, y es solo tomado en cuenta

su significado simbólico y no solo su carácter funcional que podemos interpretar un


significado social que provenga de la totalidad de sus similitudes, diferencias,

asociaciones y contraste , pues de no ser así lo estaríamos tratando como coleccionistas,

historiadores del arte o subastadores del arte que solo dan una sola descripción de los

mismos. De hecho, los significados de ese registro arqueológico parten de una serie de

preguntas y respuestas explicativas que el mismo arqueólogo se va planteando dentro de

la misma excavación una vez que haya reunido todo la información del campo posible

(Hodder, 1986, 1988).

¿Cómo inferir esos significados culturales del pasado?

Una forma de acceder a la comprensión del paso es haciendo analogías con el presente,

pues ésta amplía y estimula la imaginación histórica, haciendo énfasis en la interpretación

del pasado siempre estar condicionada por factores externos y por tato dependerá en parte

de la escala con la que quiera examinar y con los aspectos del mundo sociales que se

quieran apreciar.

El registro arqueológico es como un texto que debe ser descifrado y la comprensión de

sus significados debe ser el interés de la arqueología, por estos motivos, es que la

comprensión del contexto resulta fundamental, ya que, es este el que restringe los

significados, por lo que es una forma de acercamiento a los mismos. (Hodder. 1986)

El pensamiento postprocesual en este sentido se ha tachado relativo puesto que la

intención de interpretar simbologías, y por tanto la mentalidad del individuo social que

subyace dentro de la evidencia cultural, sugiere una problemática por n tener una visión

clara de las sociedades del pasadas; sin embargo, la ganancia se encuentra en la

comprensión del ser humano de una manera integra a través del tiempo, pero como una

posibilidad y de ninguna manera como una totalidad absoluta, haciendo que la


arqueología no solo se vierta en la recuperación de datos, su descripción y la generación

de modelos, hipótesis y teorías.

El contexto arqueológico, así pues, al igual que un texto, es el resultante de una expresión

cultural humana y por tanto susceptible de ser interpretada; sin embargo, habrá que toma

en cuenta su relatividad dentro del pensamiento arqueológico postprocesualista, pues

como es bien sabido, toda interpretación arqueológica siempre estará permeada por

cuestiones valorativas, éticas, políticas e incluso estéticas que podrían afectar la misma,

pero nos significa darle un sentido ficticio. El punto clave reside en integrar tanto los

objetos como los sujetos de estudio dentro de un mismo parámetro de investigación y

como arqueólogos debemos saber medir entre ambos.

Matthew Johnson analizó la idea del paisaje entre las sociedades del pasado. Él argumentó

que una visión materialista del paisaje tiende a enfatizar cómo se puede ver en términos

de un conjunto de recursos, por ejemplo, para los cazadores-recolectores o los primeros

grupos de agricultores. Esto lleva a uno a recurrir, por ejemplo, a la teoría de búsqueda

de alimento óptima y otros modelos económicos para comprender cómo las personas

explotan el paisaje “racionalmente”. A los postprocesualistas les gusta argumentar que

los paisajes siempre son vistos de diferentes maneras por diferentes pueblos. Rechazan la

visión “racional” del “paisaje como un conjunto de recursos” como la de nuestra propia

sociedad y una que está ideológicamente cargada a su manera, cargada de ideas de

mercancía y explotación que se encuentran en nuestra propia sociedad. Sugieren que los

pueblos antiguos habrían tenido diferentes puntos de vista sobre lo que era “real” en ese

paisaje. Por otro lado, una visión exclusivamente idealista del paisaje tampoco funciona.

A los postprocesualistas les gusta enfatizar que tal comprensión del paisaje no se formó

en abstracto, que la forma en que la gente se movía y usaba ese paisaje afectaba su

comprensión de él.
Materialismo e idealismo

Mientras que los procesualistas habían sido materialistas firmes, y los arqueólogos

históricos-culturales habían sido idealistas, los postprocesualistas argumentaron que las

sociedades pasadas deberían interpretarse a través de ideas materialistas e idealistas.

Como señaló Johnson, “muchos postprocesualistas afirman que debemos rechazar toda

la oposición entre el material y el ideal en primer lugar”. Aunque reconocen que las

sociedades del pasado habrían interpretado el mundo a su alrededor de una manera

parcialmente materialista, los postprocesualistas argumentan que muchas sociedades

históricas también han puesto un gran énfasis en la ideología (que incluía la religión) tanto

para interpretar su mundo como para influir en su comportamiento.

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