El Sentido Del Olfato
El Sentido Del Olfato
El Sentido Del Olfato
Aunque muchos consideran el olfato como un sentido poco desarrollado en los humanos,
es, no obstante, de gran importancia y complejida.
El sentido del olfato tiene la función de ayudar a que el ser humano se relacione
adecuadamente con su entorno y mantenerlo informado sobre los estímulos olfativos para
procesar e identificar sustancias y objetos.
Si bien es cierto que este no es el sentido más desarrollado del ser humano, en
comparación con otros animales, se afirma que sí es el sentido más »sensible».
Gracias al sentido del olfato, parte de la identificación de los elementos del entorno es
posible, lo cual contribuye en gran parte a la supervivencia del ser humano, y por ende, a
su bienestar.
Estudios han demostrado que el sentido del olfato es el más viejo de los seres humanos y
el principal para socializar con su entorno.
Tanto al sentido del olfato como al sentido del gusto se les denomina como sentidos
químicos, ya que son quimiorreceptores
LA NARIZ
El órgano exterior que rige el sentido del olfato es la nariz. A través de esta, penetran los
olores. La función de la nariz y el sentido del olfato es doble: captadora o receptora, y
respiratoria.
La forma de la nariz humana está determinada por el hueso etmoides y por el tabique
nasal. Dentro de su anatomía existen dos áreas anatómicas bien diferenciadas: la nariz
externa y la nariz interna.
Cavidad nasal. Está compuesta por el etmoides y esfenoides, también llamado techo, que
son huesos del cráneo. Por debajo de la misma se encuentra el paladar.
Senos nasales o paranasales. Estos son un conjunto de cavidades que se encuentran en
los huesos frontales, esfenoides, etmoides y maxilar superior, que comunican con las
fosas nasales.
Vestíbulo nasal. Se encuentra ubicado detrás de las narinas; es un área cubierta de piel
con glándulas sebáceas. Esta cobertura puede notarse dentro de la cavidad nasal por su
vello y sus tejidos mucosos y membranosos
El tabique nasal. Es un tabique que separa la fosa nasal derecha de la izquierda. Consta
de una porción anterior de cartílago y otra más posterior de hueso.
Los cornetes superiores, medio e inferior. Se encuentran en las paredes laterales de cada
fosa nasal. Se tratan de estructuras óseas alargadas en forma de concha que recorren las
paredes laterales.
Las moléculas de olor entran por los orificios nasales, cruzan la cavidad nasal y pasan a la
nasofaringe. Después de disolverse en la humedad de la pituitaria amarilla actúan
químicamente sobre los receptores olfativos.
Los impulsos nerviosos que resultan de la activación de estos receptores son trasmitidos
al bulbo olfatorio y de ahí a la corteza cerebral, que da lugar a la sensación.
El sentido del olfato es sensible a los malos olores porque es un rasgo adaptativo, ya que la
percepción de un mal olor está ligada con dos emociones básicas que favorecen la
supervivencia: el asco y el miedo.
Por ejemplo, ciertas mariposas disponen de antenas con las que pueden detectar el olor de
sus parejas a unos 20 kilómetros de distancia.
El ser humano es capaz de recordar dichas impresiones, esto se conoce como memoria
sensorial. En otras palabras, a partir de la distinción de alimentos y bebidas, se establece
un criterio personal.
Para que las papilas sean estimuladas, las sustancias deben diluirse en la saliva y así,
penetrar en los poros de las células sustentaculares. Se han establecido cinco sabores
básicos en total a la hora de clasificar estas sustancias.
Las moléculas del alimento, se disuelven en la saliva para poder penetrar en la papila y
entrar en contacto con los receptores que están unidos al cerebro. El cerebro interpreta
las señales de los receptores permitiendo sentir los sabores.
La boca es un orificio a través del cual se ingiere el alimento. Está formada por dos
cavidades: la cavidad bucal, entre los labios y mejillas y el frontal de los dientes, y la
cavidad oral, entre la parte interior de los dientes y la faringe.
La boca se encuentra rodeada por unos pliegues de la piel, llamados labios. Dentro de esta
se encuentran los dientes cuya función es cortar, trozar y triturar los alimentos. En ella
también encontramos también la lengua con gran cantidad de papilas gustativas.
En la cavidad bucal desembocan las glándulas salivales, que secretan la saliva. Esta
actúa como lubricante, destruyendo las bacterias ingeridas en los alimentos y
comenzando la digestión química de los glúcidos mediante una enzima llamada amilasa.