Arquitectura Egipcia
Arquitectura Egipcia
Arquitectura Egipcia
construcciones famosas…
Redacción - 12/02/2019
Caracterizada por estar intrínsecamente ligada a los preceptos políticos y religiosos del
antiguo Egipto, en el que las monarquías faraónicas reinaban con esplendor, la
arquitectura egipcia aún hoy en día desconcierta por varios aspectos:
Índice de contenido
1. Orígenes de la arquitectura egipcia
2. Etapas de la arquitectura egipcia
2.2. Predinástico tinita
2.3. Imperio antiguo
2.4. Imperio medio
2.5. Imperio nuevo
3. Tipos de arquitectura
3.1. Arquitectura imperecedera
3.2. Arquitectura perecedera
4. Elementos que conforman la arquitectura egipcia
5. Características de la arquitectura egipcia
6. Tipos de soportes
6.1. Muros
6.2. Pilares
6.3. Dinteles
6.4. Columnas
7. Tipos de Columnas
7.1. Columna Monóstila
7.2. Columna Lotiforme
7.3. Columna Palmiforme
7.4. Columna Campaniforme
7.5. Columna Papiriforme
7.6. Columna Protodórica
7.7. Columna Hatórica
7.8. Columna Carpa-Polos
7.9. Columna Cilíndrica
7.10. Columna Cónica
7.11. Columna Estriada
7.12. Columna Osiríca u Osiriaca
8. Tipos de Capiteles
8.1. Capitel Protodórico
8.2. Capitel Compuesto o complejo
8.3. Capitel Hatórico o Hathórico
8.4. Capitel Lotiforme
8.5. Capitel Osiríco u Osiriaco
8.6. Capitel Palmiforme
8.7. Capitel Papiriforme
9. Materiales utilizados en las construcciones
10. Tipos de construcciones
10.1. Viviendas
10.2. Monumentos religiosos
10.3. Monumentos funerarios
11. Teorías sobre las técnicas para la construcción de pirámides
Dicho esto, una de las principales características del origen de la arquitectura del Antiguo
Egipto es su geometrización, que buscaba representar sus campos.
Asimismo, las columnas guardan directa relación con algunas de las plantas cultivadas en
el río Nilo. Vale precisar la importancia del culto a los dioses y a la representación de la
“vida después de la muerte”, caracterizado también en la arquitectura.
Aunado a estos aspectos que dan origen a la arquitectura egipcia, también se halla el culto
al faraón, no solo como gran figura política, sino que incluso tiene importancia religiosa.
En Egipto, el faraón era más que un rey, era un dios en la Tierra. La arquitectura
egipcia también va a definir distintas épocas en la historia del Antiguo Egipto, que vale la
pena revisar.
Esta fase predinástica sentó las bases de la gran civilización egipcia que se conformará
después, gracias a la evolución de las comunidades que ya hacían vida en Egipto. Si bien
no se conocen suficientes signos arqueológicos de su arquitectura, esta era predinástica
por el contrario ve el nacimiento de la escritura.
Previo a la unificación que dio paso a la era dinástica tinita, Egipto estaba
conformado por dos reinos: el del Alto Egipto (del curso alto del Nilo) y el del Bajo
Egipto (en el curso bajo). Posteriormente, un rey del Alto Egipto conquista la zona baja
del país, con lo cual se da lugar a la unificación y comienzo de la I dinastía de Menes o
Escorpión.
El Rey Escorpión, gobernante del Alto Egipto
El Egipto de las primeras dinastías establece todos los elementos principales de los
aspectos políticos y religiosos, así como de las características del arte egipcio y de la
arquitectura. Son los primeros reinados o las dinastías I y II, comúnmente denominados
dinastías tinitas, por tener su origen en la ciudad de This o Tinis. La era tinita supone el
comienzo de la organización del estado egipcio.
Se puede citar el templo de Karnak, Egipto, como una de las representaciones de este tipo
de edificaciones, el cual luego fuese ampliado por varios reyes sucesores.
Templo de Karnak / Foto: jarekgrafik – Pixabay
3. Tipos de arquitectura
Se diseñaba sobre la base de la piedra como principal material: ello para obtener fuerza
y consistencia.
Es horizontal.
Es arquitrabada o estática.
Emplea soportes.
De techos planos: constituidos por grandes losas, sin vertientes inclinadas.
Usa pilares: tanto para dar soporte como para reforzar los muros que son bastante
densos.
De estilo columnario, era una arquitectura adintelada.
Emplea columnas: de diferentes estilos como la cilíndrica, la protodórica, la monóstila y
la hathórica.
Con escasa presencia de molduras.
Foto: kerttu / Pixabay
6. Tipos de soportes
Ya analizando a profundidad la arquitectura egipcia, es necesario tener en cuenta los
elementos constructivos de la misma. Comenzando por los soportes, la arquitectura
egipcia incluye los tipos de soporte más simples, siendo estos el muro, el pilar, el
dintel y la columna egipcia.
6.1. Muros
En la arquitectura egipcia, los muros vienen a conformar las paredes laterales de las
diferentes edificaciones. Su principal función es la de cerrar el edificio. En cuanto a los
materiales y técnicas empleados para este tipo de soporte, resalta el ladrillo de adobe, así
como la mampostería y la sillería.
En cuanto a la técnica del adobe, se dice que es la menos noble de las tres, dado que
permite que las edificaciones se construyan en menor tiempo, comprometiendo la calidad
del acabado. Por tal motivo, los obreros egipcios colocaban capas de estuco decorado
sobre los muros de adobe, para mejorar la apariencia de la obra.
6.2. Pilares
Es el soporte menos utilizado en las edificaciones egipcias. Solo se tiene registro de
su uso en las obras arquitectónicas del Imperio Antiguo y luego en el Imperio Nuevo. El
pilar de planta rectangular acanalado es el más visto. No obstante, el pilar osiriaco también
tiene cierto protagonismo, sobretodo en el Imperio Medio. Este último es un pilar de
sección cuadrada con la estatua del dios Osiris adosada en una de sus caras, con la
investidura de faraón.
Pilares osiriacos
6.3. Dinteles
Estos soportes son destinados a las obras imperecederas, por lo que puede verse mucho
en los templos egipcios. Un dintel egipcio es el bloque horizontal de una puerta o ventana,
sostenida por las jambas. Un ejemplo son los dinteles anexos a la pirámide de Kefren, de la
IV dinastía. Otra variante del dintel es el arco egipcio; pero este era usado para
construcciones de segunda o tercera fila. Uno de los edificios más modernos cerca de
Lúxor posee ventanas y puertas abovedadas.
Arco egipcio
6.4. Columnas
Son el soporte más común en las estructuras egipcias, a las cuales se les da un
carácter colosal. Estas columnas requirieron de grandes conocimientos de ingeniería y de
una técnica muy experimentada.
Para la construcción del soporte más importante de la arquitectura egipcia, los obreros
iniciaban las bases de las columnas rellenando los espacios vacíos entre ellas con adobe,
hasta llegar al metro de altura. Luego, se repetía el mismo procedimiento para completar
otro metro de altura de la columna, y así sucesivamente, hasta terminar la estructura. Al
finalizar la columna, se retiraba el adobe para luego tallar las columnas con diferentes
motivos de jeroglíficos, darles color, o bien moldearlas según alguna de las formas
específicas de los tipos de columnas que usaban los egipcios y que se detallan más
adelante.
Columnas
egipcias
Las columnas egipcias se rigen por la estructura básica de tres partes, siendo estas
el capitel, el fuste y la basa.
Capitel: es el extremo superior de la columna, que tiene como función recibir el
entablamento horizontal o del arco que se apoya en esta parte de la estructura. También
cumple una función compositiva, al dar la transición entre dos elementos diferentes de la
construcción.
Fuste: es el cuerpo principal que da estructura a la columna y que se encuentra entre el
capitel y la basa. Es por tanto, el armazón de la columna.
Basa: En la arquitectura, este elemento es la parte inferior de la columna, que tiene
como objetivo ser la base y apoyo del fuste, ampliando el mismo. En su ornamentación
puede tener molduras, según el tipo de columna egipcia.
7. Tipos de Columnas
Las columnas egipcias son de las más variadas, cada una con un diseño particular
que, dependiendo de su función, incluso podía realzar la belleza de la edificación.
Entre los distintos tipos de columnas egipcias, se encuentran los siguientes.
Tipos de columnas egipcias
8. Tipos de Capiteles
Como se mencionó anteriormente, los capiteles y sus formas eran parte esencial de
la estética de las columnas egipcias. A continuación se detallan los tipos de capiteles.
Capitel palmiforme
Pero, de estos tres materiales sin duda el más usado es el adobe. No solo era
empleado para la construcción de templos, sino que también era usado para palacios de
reyes. Este material es bastante frecuente en los grandes muros que resguardan palacios,
ciudades y fortalezas. Una de las mayores ventajas del adobe es su propiedad de aislante
térmico, que venía muy bien a las edificaciones de Egipto para protegerse del fuerte sol
diurno y del frío de las noches, característicos de un clima tan árido.
Ramesseum / Foto: Shutterstock
10.1. Viviendas
Las viviendas pertenecían a las construcciones civiles egipcias, por lo que no eran
tan relevantes como los monumentos religiosos y los funerarios. Es por esta razón,
que también entraban dentro de la clasificación de construcciones perecederas. Los
materiales que se usaban para estas construcciones eran el ladrillo y el adobe. Como
consecuencia, no hay registros arqueológicos de estas viviendas, más allá de las
referencias que se han obtenido a partir de los relieves de otros edificios egipcios.
Algunas viviendas también poseían un patio interior del cual provenía la luz, con todas las
habitaciones alrededor del mismo y sin ventanas exteriores para proteger la vivienda del
calor. Las viviendas pertenecientes a las ciudades de obreros, generalmente se
construían cercanas a las pirámides.
En cuanto a las viviendas de los faraones, o los palacios egipcios, las características varían
muchísimo de la vivienda típica. La residencia del faraón normalmente estaba situada a las
afueras de la ciudad y era construida con materiales más resistentes en comparación con
la vivienda común. Tenía entre sus habitaciones una sala de recepción. Tampoco podía
faltar “la ventana de las apariciones”, desde la cual el faraón podía asomarse para que sus
súbditos pudieran verle. Otra característica resaltante de los palacios de los faraones son
sus jardines, en los que se podía encontrar incluso animales silvestres.
10.1.2. Jardines
Tanto en las viviendas modestas, como en los palacios de los reyes, existían
jardines. A finales del periodo predinástico (3.000 a.C.), ya había viviendas rectangulares
con un patio en el que se disponía el jardín. Generalmente, los jardines de las viviendas
comunes se ubican en dirección al norte, a la sombra. Las familias de clase alta podían
permitirse algunos lujos en sus jardines, como piscinas, canchas y diferentes áreas para
distintos tipos de plantas.
Como característica general de los jardines de la vivienda típica egipcia, este se compone
de un primer patio sin techo y con árboles. Luego, al pasar por una entrada, viene un
segundo patio con más árboles, que dan sombra y frutas. Este tipo de jardines son
distintivos de la época Amarna.
Algunos historiadores dicen que los egipcios de la época le daban un uso muy
peculiar a sus jardines, pues según la cultura egipcia era allí donde se conocía a los
amantes. En cuanto a las plantas cultivadas en estos jardines domésticos, estas eran más
funcionales que decorativas. De modo que los egipcios cultivaban en sus propios jardines
flores de amapola, manzanas, palmeras datileras, aceitunas, cilantro, habas, e incluso
esencias para perfumes y también madera.
Jardines egipcios
Los jardines de los faraones eran mucho más exquisitos, con canchas para reuniones
oficiales, recepciones y de relajación. Estos jardines eran edificados a partir de ladrillo de
barro, por lo que han desaparecido.
Uno de estos templos es el de Abu Simbel. Está conformado por dos edificaciones
principales (una dedicada a Nefertari y la otra a Ramsés II), excavadas en una
roca. Construido en el reinado de Ramsés (1279-1213 a.C), este templo tardó
aproximadamente 20 años en ser edificado.
Templo de Abu Simbel / Foto: auntmasako – Pixabay
Este complejo está ubicado en Nubia y por su importancia para la historia de Egipto, ha
sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979. El templo dedicado al
culto de Ramsés como un dios y a otras deidades como Amón, Ra y Ptah, fue descubierto
por el explorador suizo Burkhard, en 1813 y luego terminado de excavar por Giovanni
Battista Belzoni, en 1817.
El templo mayor, o Gran Templo de Abu Simbel posee una fachada de 33 metros de
alto y tiene cuatro estatuas representativas del faraón Ramsés II. La parte interior de
este templo tiene la misma disposición general de los templos del Antiguo Egipto, pero con
una estructura más compleja de cámaras laterales.
Por su parte, el templo menor dedicado a Nefertari está ubicado al norte del mayor. Tiene
en su fachada cuatro estatuas de Ramsés II y dos de Nefertari, con una entrada que lleva a
una sala de seis columnas centrales. Los capiteles de estas columnas tienen el busto de la
diosa Hathor esculpido en ellas. Una de las salas, la del este, muestra escenas de Ramsés
y su esposa Nefertari ofreciendo sus sacrificios a los dioses.
El recinto tiene unos 260 metros de largo y estuvo comunicado con el Templo de Karnak a
través de la Avenida de las Esfinges, un camino con más 600 esfinges con cabeza de
carnero. No obstante, en la actualidad solo puede verse el inicio de dicha avenida. Fue
declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979 por la Unesco, como parte del conjunto
Antigua Tebas con sus necrópolis.
Ese templo, está dedicado al Ka o fuerza progenitora del dios Amón, en su aspecto
de Amón-Min. Esta edificación era un elemento principal del urbanismo religioso de la
ciudad de Tebas, así como para la teología amoniense.
Es uno de los templos egipcios famosos por ser de los más grandes, dedicado al dios
Amón. Tiene un perímetro de 2.400 metros y está rodeado de una gran muralla de adobe
de 8 metros de grosor. Consta de tres centros o edificaciones separadas, donde el más
grande es el santuario de Amón. A la izquierda del santuario está el santuario de Montu, el
dios de la guerra, en un cuadrilátero de dos hectáreas y media. Del lado derecho del
santuario central, se ubica otro santuario dedicado a la esposa de Amón, la diosa Mut.
Esta construcción es de las más colosales del Antiguo Egipto, en la que resalta su
gran sala hipóstila de 102 metros de ancho y 53 metros de profundidad. Solo esta
sala, posee 134 columnas de 23 metros de alto, decoradas con los nombres de las
deidades a las que el faraón presentaba sus ofrendas. Los capiteles de estas columnas
formaban papiros abiertos.
Se dice que durante la XIX dinastía, 81.322 personas entre obreros, guardianes,
campesinos y sacerdotes, trabajaban para este gran templo de Amón. Con todas las
remodelaciones hechas por los faraones que sucedieron a Amenofis III, el recinto terminó
siendo un complejo arquitectónico de cuatro patios, diez pilonos, numerosos edificios y un
lago sagrado de 120 metros de longitud.
Este templo fue erigido cerca del año 180 a.C. bajo el reinado de Ptolomeo XIII. Es un
templo de doble dedicación, ya que hace honor al dios Sobek de cabeza de cocodrilo y a
Haroeris, el dios que tenía cabeza con forma de halcón de Horus.
El recinto se ubica a orillas del Nilo, entre Edfú y Asuan. Las salas hipóstilas del templo
fueron construidas por Ptolomeo XIII, mientras que el patio y los muros exteriores fueron
edificados por el emperador romano Trajano. Por ser un templo de doble dedicación fue
diseñado simétricamente, presentando dos santuarios a cada lado, así como dos pasillos
paralelos que conducen al exterior del templo.
El gran atractivo de este templo es su sala hipóstila exterior, que posee 15 columnas
con capiteles florales y una cornisa de tallados alados. Estas columnas están
adornadas por representaciones del lirio heráldico del Alto Egipto y el papiro del delta del
río Nilo.
Dedicado a la diosa Isis y ubicado a orillas del Nilo, a este templo se le conoce como la
perla del Nilo, por su singular belleza. En este complejo destacan el santuario de Isis, que
luego fue remodelado por los emperadores romanos, así como el Quiosco de Trajano y La
Puerta de Adriano, de la época de los romanos. Este templo también posee un santuario
dedicado a la diosa Hathor y se encuentra acordonado por los pilonos que dan entrada al
complejo.