DISOLUCION

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Disolución, Liquidación y Extinción de Sociedades

José Enrique Palma Navea

Profesor de Seminario de Administración en la Universidad Nacional Mayor de San


Marcos.

Resulta innegable la necesidad de modificar nuestra antigua Ley General de


Sociedades (ALGS), ello producto de los importantes cambios que ha experimentado
nuestro país en los últimos años y, en especial por la dinámica propia del Derecho
Comercial y específicamente del Derecho Societario.

Si bien es cierto, que en torno al tratamiento del tema de la disolución y liquidación


de sociedades no se han presentado modificaciones drásticas, es de resaltar entre
otros aspectos que son materia del presente análisis, que la nueva Ley General de
Sociedades (NLGS) ha precisado con claridad meridiana las tres etapas de este
proceso relativo al decaimiento de la sociedad: (1º) la disolución, (2º)
la liquidación y (3º) la extinción de sociedades.

1. Disolución

Como lo señala el maestro Ulises Montoya Manfredi 1, la disolución de la sociedad


produce la cesación del contrato y al mismo tiempo la extinción de la relación social,
en el sentido que los socios ya no están obligados a perseguir el fin común con medios
comunes, sino que están autorizados a pretender la restitución en dinero o en
especies de sus respectivas aportaciones. Además, por la disolución la sociedad
queda imposibilitada de realizar nuevas operaciones, salvo que sean estrictamente
necesarias para el proceso liquidatorio, y la totalidad de su patrimonio no puede
disponerse sino hasta que se concluya con el pago a los acreedores, surgiendo así el
derecho preferencial de éstos frente a los socios. Los socios tendrán derecho a la
cuota parte del remanente social, sólo y únicamente cuando se haya cumplido con
pagar a la totalidad de acreedores.

No obstante lo antes mencionado, debe tenerse en cuenta que producida la disolución


de la sociedad, ésta conserva su personalidad jurídica mientras dure el proceso de
liquidación y hasta que se inscriba su extinción en los Registros Públicos. La sociedad
se convierte en un ente cuyo patrimonio se encuentra en proceso de liquidación y
que subsiste con el único objeto de concluir dicho proceso.

Cuando se presentan o configuran las causales de disolución previstas en la ley,


corresponde al directorio, a cualquier socio, administrador o gerente convocar a junta
general, a fin que se adopte el acuerdo de disolución. En el caso de la Sociedad
Anónima, cualquier socio, director o gerente puede solicitar al Directorio la
convocatoria de la junta general. En el supuesto que la junta general no se reúna, o
si reunida, ésta no adopta el acuerdo de disolución o lo que corresponda, según sea
el caso, cualquier socio, administrador, director o gerente puede solicitar al juez del
domicilio social que declare la disolución de la sociedad.

Declarada la disolución, conforme al mecanismo antes expuesto, el acuerdo de


disolución deberá publicarse, dentro de los diez días siguientes, por tres veces
consecutivas, y posteriormente, inscribirse en los Registros Públicos.
1.1. Causales de Disolución

La Nueva Ley General de Sociedades, regula en primer lugar las causas de disolución
aplicables a todas las clases de sociedades, y luego las causas especiales aplicables
específicamente a las sociedades colectivas y en comandita.

El artículo 407º de la NLGS regula las causales que inciden en todas las clases de
sociedades.

El inciso 1º contempla el vencimiento del plazo de duración como causal de


disolución. La conclusión del plazo de duración de la sociedad como causa de
disolución, opera de pleno derecho (ipso jure) y no requiere de inscripción en los
Registros Públicos, toda vez que el acto de constitución o el acuerdo posterior de
socios, estableció anteladamente la vigencia de la sociedad, y al encontrarse
registralmente inscrito existe la publicidad requerida frente a terceros. El maestro
Ulises Montoya Manfredi 2, señala en relación a esta causal que el cumplimiento del
plazo importa inexorablemente el tránsito a la liquidación de la sociedad.

Resulta necesario precisar, que sólo la causal de vencimiento del plazo de duración,
por las razones antes anotadas, funciona automáticamente o de pleno derecho. Las
demás causales deben ser necesaria y previamente invocadas y reconocidas por los
socios, o en su defecto por el Juez, y surtirán efecto frente a terceros recién al
inscribirse en los Registros Públicos el acuerdo de disolución.

Sin embargo, si bien dicha causal de disolución opera ipso jure, necesariamente se
requerirá de la intervención de la junta general, o en su defecto del juez, para que
designen a los liquidadores y se de inicio al proceso de liquidación.

El inciso 2º considera como causal de disolución la conclusión del objeto social,


la imposibilidad manifiesta de realizarlo o su no realización durante un
período prolongado. El objeto social es el fin perseguido por la sociedad. Si se dio
cumplimiento al fin para el cual nació la sociedad, o si dicho fin se hace imposible de
cumplir, la sociedad ya no tendrá razón de ser ni existir, al haberse agotado su objeto
social, debiendo en consecuencia determinarse su disolución.

La no realización del objeto social dentro de un período determinado como causa de


disolución constituye una novedad introducida en la nueva ley; sin embargo, resulta
subjetiva la determinación de este «período prolongado», ¿6 meses, 1 año, tres
años...?, ¿ habrá que tener en cuenta para ello la empresa o actividad que realice la
sociedad?. En todo caso, consideramos que deberán ser los socios los que en cada
caso decidan.

El inciso 3º, considera como causal de disolución aplicable a todas las sociedades la
continuada inactividad de la junta general. La anterior Ley General de
Sociedades, consideraba esta causal de disolución únicamente para las Sociedades
Anónimas. La continuada inactividad como causal de disolución deberá ser
determinada, en cada caso, por los socios, toda vez que la ley no cuantifica dicho
período de tiempo. Cabe anotar como referencia, lo establecido en la Décima
Disposición Transitoria de la ley, la cual dispone que «se presume la extinción de
toda sociedad mercantil o civil que no ha inscrito acto societario alguno en los diez
años precedentes a la publicación de esta ley. El Registro cancelará la
inscripción (...)».

El inciso 4º indica que es causa de disolución las pérdidas que reduzcan el


patrimonio neto a cantidad inferior a la tercera parte del capital social
pagado, salvo que las pérdidas sean resarcidas o que el capital pagado sea
aumentado o reducido en cuantía suficiente. Es importante resaltar en relación a esta
causal, que la nueva ley con acierto ha considerado como referencias para estimar
las pérdidas que reducen el patrimonio en relación al capital, al patrimonio neto y
al capital pagado. La anterior ley se refería al patrimonio y al capital, a secas. La
Octava Disposición Transitoria de la ley, deja en suspenso hasta el 31 de diciembre
de 1999 dicha causal de disolución, en razón a las dificultades económicas y
financieras por la que vienen atravesando los distintos sectores empresariales.

El inciso 5º considera que la sociedad se disuelve por acuerdo de la Junta de


Acreedores, adoptado de conformidad con la ley de la materia, o quiebra. En
relación a esta causal, es preciso mencionar que mediante Decreto Ley 26116,
sustituido por el Decreto Legislativo 845 - Ley de Reestructuración Patrimonial- se
estableció en nuestro país un novedoso procedimiento en materia concursal,
orientado principalmente a posibilitar la continuidad y conservación de las empresas.
Este nuevo mecanismo legal supone la declaratoria de insolvencia de una empresa
(sociedad), por parte de una autoridad administrativa (INDECOPI), luego de la cual
se convoca a los acreedores, quienes reunidos en junta deciden el destino de la
empresa. Una de las opciones que tiene la Junta de Acreedores para decidir sobre el
destino del insolvente es la disolución y liquidación. Si bien es cierto, por medio de
este procedimiento la Junta de Acreedores acuerda la disolución de una sociedad, el
procedimiento para la liquidación y extinción de la misma se regula exclusivamente
por la Ley de Reestructuración Patrimonial, y no por la Ley General de Sociedades.
En tal sentido, podemos afirmar que coexisten en nuestra legislación dos
procedimientos alternativos de liquidación de sociedades, uno regulado por la Ley
General de Sociedades, y otro por la Ley de Reestructuración Patrimonial (LRP). Ello
sin considerar las disposiciones sobre disolución y liquidación de sociedades
constituidas como entidades financieras o bancarias, compañías de seguros y
sociedades administradoras de fondos de pensiones, las mismas que por su
naturaleza se regulan por sus propias normas (Ley 26702 y Ley 25897).

Al respecto consideramos pertinente señalar las principales diferencias que existen


entre el procedimiento de liquidación regulado en la Ley de Reestructuración
Patrimonial (LRP), y el procedimiento establecido en la Nueva Ley General de
Sociedades. En el primero el acuerdo de disolución y el nombramiento del liquidador
es adoptado por la junta de acreedores; en el segundo es la junta general la que
adopta dichos acuerdos o en su defecto el juez. En el primer procedimiento, el
liquidador necesariamente debe ser un banco, entidad financiera o de seguros, u otra
entidad previamente calificada por la Comisión de Salida del Mercado del INDECOPI;
en el segundo procedimiento el liquidador o liquidadores puede ser cualquier persona
natural o jurídica, debiendo ser su número impar. En el procedimiento establecido en
la LRP el liquidador presenta un proyecto de convenio de liquidación, el cual luego de
ser aprobado por la junta de acreedores, debe ser firmado por el presidente de la
junta, el liquidador y el representante de la Comisión, en caso de no aprobarse o
suscribirse el convenio la Comisión asume el proceso de liquidación designando al
liquidador; la NLGS no establece formalidad alguna al respecto. De acuerdo con la
LRP el convenio de liquidación debe establecer el plazo del proceso liquidatorio; la
NLGS no prevé plazo de duración para el proceso de liquidación. La LRP establece
que en cualquier etapa del proceso de disolución y liquidación, si el insolvente cancela
los créditos reconocidos, y los gastos y honorarios de la liquidación u, otorga garantía
suficiente en favor de los acreedores, el proceso se declara concluido y se levanta el
estado de insolvencia del deudor; en el caso de la NLGS la junta general, de darse
las circunstancias, puede acordar el levantamiento del estado de disolución y
liquidación de la sociedad. En la LRP si el liquidador constata que existen factores
nuevos o no previstos al momento de adoptar el acuerdo de disolución, informará a
la junta de acreedores, pudiendo ésta acordar la reestructuración si fuera viable; la
NLGS permitiría a la junta general levantar el estado de disolución y liquidación de la
sociedad, y solicitar la declaración de insolvencia para luego de ello, si fuera viable,
proponer la reestructuración de la empresa. La LRP prevé un mecanismo de
protección legal del patrimonio de la empresa en proceso de liquidación, desde el
momento en que se declara la insolvencia de la misma, en mérito del cual se
suspende la ejecución de los embargos y en general de cualquier medida cautelar
trabada sobre bienes o dinero de la empresa; en el procedimiento establecido en la
NLGS los procesos judiciales, arbitrales o coactivos siguen su trámite normal,
debiéndose apersonar, el o los liquidadores, a dichos procesos en representación de
la sociedad.

El inciso 6º contempla como causal de disolución la falta de pluralidad de socios,


si en el término de seis meses dicha pluralidad no es reconstituida. La pluralidad de
socios, según lo dispone el artículo 4º de la NLGS es requisito sine qua non para la
constitución de una sociedad, cualesquiera sea la forma que ésta adopte,
estableciendo para ello la participación de cuando menos dos (2) socios, personas
naturales o jurídicas. Desaparecida la pluralidad de socios, estamos frente a una
causa de disolución. Sin embargo, esta causal se puede revertir, si dentro de los seis
meses siguientes al hecho que la produjo, se reconstituye el numero plural de socios.

El artículo 4º de la NLGS, señala que si la pluralidad de socios no se reconstituye en


el plazo de seis meses, la sociedad se disuelve de pleno derecho al término de ese
plazo. Sobre el particular, observamos que se presenta un problema de orden
práctico, respecto a la forma como opera esta causal de disolución.

A diferencia que en la causal prevista en el inciso 1º (vencimiento del plazo de


duración de la sociedad), en la que resulta coherente y lógico que la disolución opere
de pleno derecho, por cuanto ésta surge de la inscripción registral primigenia que
establece el plazo de vigencia de la sociedad, plazo que es de conocimiento de todos
(terceros), en virtud del principio de publicidad registral; en el caso de la disolución
por falta de pluralidad de socios no sucede lo mismo.

En efecto, frente a la causal de disolución por falta de pluralidad de socios, no


reconstituida dentro del plazo de seis meses, no existe manera de que los terceros
puedan tomar conocimiento de este hecho una vez producido, quedando la
manifestación y publicidad del mismo a la voluntad de quien sería el «único» socio.
Puede suceder que la sociedad continúe operando luego de transcurrido dicho
período, por mucho tiempo más, con ese único socio, sin que ello sea de conocimiento
de terceros. Ante ello, se presenta la interrogante ¿opera de pleno derecho esta
causal de disolución?. Así mismo, se presentan otras interrogantes, ¿cómo se
formaliza la disolución? y ¿quién nombra a los liquidadores?.

El inciso 7º se refiere a la disolución de la sociedad adoptada mediante Resolución


de la Corte Suprema de Justicia de la República, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 410º.

Una causa extraordinaria de disolución, es la contemplada en el artículo 410º de la


NLGS, que establece que el Poder Ejecutivo mediante Resolución Suprema expedida
con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros, solicitará a la Corte Suprema de
Justicia de la República la disolución de aquellas sociedades cuyos fines o actividades
sean contrarias a las leyes que interesan al orden público o a las buenas costumbres.

La antigua Ley General de Sociedades establecía que la Corte Suprema resolvía la


solicitud del Poder Ejecutivo como jurado. La nueva ley señala que la Corte Suprema
resuelve en doble instancia, la disolución o la continuación de la sociedad,
concediendo a los representantes de la sociedad el derecho de presentar las pruebas
de descargo que estimen pertinente. Si la Corte Suprema declara la disolución (y
salvo que ésta resuelva cosa distinta) el directorio, los gerentes o los
administradores, según sea el caso, convocarán a junta general para que se designen
a los liquidadores y se de inicio al proceso de liquidación. En caso que la junta general
no se reúna, o si reunida no adopta el acuerdo respectivo, cualquier socio o tercero
puede solicitar a la autoridad judicial el nombramiento de los liquidadores a fin que
se de inicio al proceso de liquidación.

El inciso 8º establece la facultad de la junta general, para acordar la disolución


de la sociedad, sin que medie causa legal o estatutaria. Mediante esta
disposición se reconoce el principio de la autonomía de la voluntad de las partes, por
el cual los socios tienen la facultad de regular sus derechos mediante el libre acuerdo
de voluntades. Teniendo en cuenta que este acuerdo importa la modificación del
estatuto o del pacto social, se deben considerar las formalidades y mayorías
contempladas por la ley para ese efecto.

No obstante lo mencionado en el párrafo anterior, el artículo 411º de la NLGS,


dispone que el Estado puede ordenar la continuación forzosa de la sociedad anónima
(sólo aplicable a la sociedad anónima), si la considera de seguridad nacional o
necesidad pública, declarada por ley. En este caso, se dispondrá la forma como
continuará la sociedad y los recursos con que se indemnizarán a los accionistas. Sin
embargo, es facultad de los accionistas acordar la continuación de las actividades de
la sociedad, dentro de los diez días siguientes a la fecha de publicación de la
Resolución que ordena la continuación forzosa.

El inciso 9º establece que las sociedades se pueden disolver por cualquier otra
causa establecida en la ley, o prevista en el pacto social, el estatuto, o
convenio de socios registrado ante la sociedad. La ley puede establecer causales
de disolución distintas a las establecidas en la Ley General de Sociedades, es el caso
de aquellas contenidas en la Ley de Bancos y en la Ley de Administradoras de Fondos
de Pensiones, por citar algunas. Como sabemos los Bancos, así como las
Administradoras de Fondos de Pensiones, deben constituirse necesariamente como
sociedades anónimas, siéndoles, por ende, de aplicación la Ley General de
Sociedades; sin embargo las disposiciones legales que regulan a estas instituciones,
establecen reglas especiales dentro de las cuales se encuentran algunas causales de
disolución, además de las contenidas en el artículo 407º de la NLGS.

Cabe destacar, que una novedad contenida en la nueva ley lo constituye el


reconocimiento de los pactos o convenios entre socios consagrado en el artículo 8º
de la NLGS, mediante los cuales se pueden establecer causales de disolución distintas
a las contenidas en la ley.

La causal de disolución por fusión, establecida en el inc. 4º del artículo 359º de la


ALGS, ya no es considerada como tal en la nueva ley, en virtud de lo establecido en
el artículo 345º de la NLGS que dispone que «no se requiere acordar la disolución y
no se liquida la sociedad o sociedades que se extinguen por la fusión».

1.2. Causales Especiales de Disolución

El artículo 408º de la NLGS regula las causales especiales de disolución aplicables


exclusivamente a las sociedades colectivas o en comandita.

La Sociedad Colectiva, se disuelve, además de las causales generales establecidas


en el articulo 407º de la NLGS, por muerte o incapaci dad sobreviniente de uno
de los socios, salvo que el pacto social establezca que la sociedad puede continuar
con los herederos del socio fallecido o entre los demás socios.
La Sociedad en Comandita Simple se disuelve, además de las causales generales
establecidas en el articulo 407º de la NLGS, cuando no quede ningún socio
comanditario o ningún socio colectivo, salvo que dentro de los seis meses se
restituya al socio faltante. La Sociedad en Comandita por Acciones se disuelve,
además, si cesan en su cargo todos los administradores, y éstos no son
sustituidos dentro del término de seis meses.

2. Liquidación

Una vez disuelta la sociedad, se da inicio a lo que hemos denominado la segunda


etapa del proceso (iniciado con la aparición de una de las causales de disolución y
que concluye con la extinción de la sociedad), la liquidación.

El proceso de liquidación se puede definir como un conjunto de operaciones o actos


que deben realizarse en la sociedad que ha sido declarada en disolución, tendientes
a la realización de su activo, al pago de su pasivo, y la distribución entre los socios
del remanente del patrimonio social, si es que lo hubiere3.

Como lo hemos anotado líneas arriba y de acuerdo a lo preceptuado por el artículo


413º de la NLGS, la sociedad disuelta conserva su personalidad jurídica mientras
dura el proceso de liquidación y hasta que se inscriba la extinción de la sociedad en
los Registros Públicos, debiendo añadir a su razón o denominación social la frase «en
liquidación».

De la misma manera, desde el momento mismo en que se acuerda la disolución, cesa


la representación de los directores, administradores, gerentes y representantes de la
sociedad, asumiendo tales funciones los liquidadores, de conformidad con la ley, el
estatuto, el pacto social, los convenios entre accionistas inscritos ante la sociedad y
los acuerdos de la junta general. Cabe destacar que los directores, administradores,
gerentes y representantes de la sociedad cesados en sus cargos, pueden ser
requeridos por los liquidadores a fin que proporcionen la información y
documentación necesaria para el proceso liquidatorio.

El distinguido profesor universitario Ricardo Beaumont Callirgos 4 explica con suma


claridad que al acordarse la disolución e iniciarse el proceso de liquidación, tres cosas
cambian: Uno, cambia el objeto social, ya no será el previsto en el pacto social y el
estatuto, si no el objeto será realizar los activos para pagar los pasivos; dos, cambia
la razón o denominación social, pues habrá que agregar en la correspondencia y
documentación de la sociedad la frase «en liquidación»; y tres, cambia la
representación, la sociedad ya no estará representada por el directorio, los
administradores o los gerentes, si no por los liquidadores.

2.1. Designación y Funciones de los Liquidadores

De acuerdo a lo señalado en el artículo 414º de la NLGS los liquidadores son


designados, según sea el caso, por la junta general, por los socios o por el juez, salvo
que el estatuto, el pacto social o los convenios entre los accionistas debidamente
inscritos ante la sociedad lo hubiesen hecho, o que la ley disponga cosa distinta. El
número de liquidadores debe ser necesariamente impar.

En relación al número de liquidadores, si bien la ley se refiere a éste en sentido plural,


estimamos que no existe impedimento legal alguno para que una sola persona
natural o jurídica realice las funciones de liquidador, por cuanto la ley en relación a
este tema no establece un número mínimo, como sí lo hace el artículo 144º de la
NLGS para el caso de los directores (mínimo tres). Por lo demás, esta duda se disipa
con la lectura del artículo 421º de la NLGS, cuando al referirse a la solicitud de
extinción de la sociedad, señala que ésta se presenta mediante recurso firmado
por el o los liquidadores.

En caso se designe como liquidador a una persona jurídica, ésta deberá nombrar a
la persona natural que la represente.

De otra parte, es importante considerar que, tanto las limitaciones legales y


estatutarias para el nombramiento de los liquidadores, así como la vacancia y las
responsabilidades del cargo, se regulan, en cuanto les fuera aplicable, por las normas
que rigen a los directores y al gerente de la sociedad anónima.

Dentro de las funciones de los liquidadores se encuentra la de representar a la


sociedad en liquidación, de acuerdo a las facultades establecidas por la ley, el
estatuto, el pacto social, los convenios celebrados entre los accionistas inscritos ante
la sociedad y los acuerdos de junta general. Así mismo, los liquidadores están
facultados a ejercer la representación de la sociedad en juicio, por el solo mérito de
su designación como tales, bastando para ello la presentación de la copia certificada
del documento donde conste su nombramiento.

Son también funciones de los liquidadores, la formulación del inventario, los estados
financieros y las cuentas a la fecha en que se inicia la liquidación; requerir la
participación de los representantes cesantes; llevar y custodiar los libros y
correspondencia de la sociedad; velar por la integridad del patrimonio de la sociedad;
realizar las operaciones pendientes y las nuevas necesarias para la marcha del
proceso liquidatorio; transferir a título oneroso los bienes sociales; exigir el pago de
los créditos y dividendos pasivos existentes al iniciarse la liquidación; concertar
transacciones y asumir compromisos convenientes al proceso liquidatorio; pagar a
los acreedores de la sociedad; y convocar a la junta general, cuando lo estimen
necesario o así lo disponga la ley, el estatuto, el pacto social, los convenios celebrados
entre los accionistas inscritos ante la sociedad o por disposición de la junta general.

De otro lado, son obligaciones de los liquidadores, entre otras, solicitar la declaración
judicial de quiebra, de conformidad con las reglas del Decreto Legislativo 845 - Ley
de Reestructuración Patrimonial- cuando se extinga el patrimonio de la sociedad en
liquidación y queden acreedores impagos; presentar a la junta general, previa
convocatoria, los estados financieros y demás cuentas de los ejercicios que venzan
durante el proceso de liquidación o los balances correspondientes a otros períodos
cuya formulación contemple la ley; presentar para la aprobación de la junta general,
previa convocatoria, la memoria de liquidación, la propuesta de distribución del
patrimonio neto entre los socios, el balance final de liquidación, el estado de
ganancias y pérdidas y las demás cuentas que correspondan, las mismas que deben
estar auditadas.

Según hemos señalado, es obligación de los liquidadores convocar a junta general


para la aprobación del balance final de liquidación. Si no obstante la convocatoria, la
junta no se realiza, en primera ni en segunda convocatoria, el balance final de
liquidación se considera aprobado por la junta general. Una vez aprobado el balance
final, expresa o tácitamente, éste debe publicarse por una sola vez.

Por último, las funciones del cargo de liquidador terminan por haberse realizado la
liquidación; por remoción o renuncia; o por resolución judicial emitida a solicitud de
socios que representen cuando menos la quinta parte del capital social. La
responsabilidad del cargo de liquidador caduca a los dos años contados desde el día
de terminación del cargo o inscrita la extinción de la sociedad.
2.2. Distribución del haber social

Una vez aprobado el balance final de liquidación y los demás documentos exigidos
por la ley, los liquidadores procederán a distribuir el haber social remanente, única y
exclusivamente si se ha cumplido con pagar a todos los acreedores de la sociedad, o
en su defecto, se ha consignado el importe de sus créditos en una empresa bancaria
o financiera del sistema financiero nacional. El artículo 420º de la NLGS detalla las
reglas por las cuales los liquidadores deben proceder a distribuir el haber social entre
los socios, una vez pagados los créditos de los acreedores.

3. Extinción

Concluido el proceso de liquidación (o realizada la liquidación), es obligación de los


liquidadores inscribir la extinción de la sociedad en los Registros Públicos, mediante
una solicitud, en la cual se debe indicar la forma como se ha dividido el haber social,
la distribución del remanente, y las consignaciones efectuadas (en caso que los
acreedores no hubieran cobrado sus créditos), acompañando la publicación del
balance final de liquidación.

Al momento de inscribir la extinción de la sociedad, se debe señalar el nombre y


domicilio de la persona que custodiará los libros y la documentación social.

El artículo 422º de la NLGS establece el derecho de los acreedores para hacer valer
sus créditos luego de extinguida la sociedad. En el caso de la sociedad colectiva, los
acreedores

podrán hacer valer sus créditos frente a los socios. Los acreedores de las sociedades
anónimas, de las sociedades en comandita simple y en comandita por acciones (se
ha omitido a la Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada), podrán hacer valer
sus créditos frente a los accionistas o socios, hasta por el monto de la suma recibida
por éstos como consecuencia de la liquidación. Si la falta de pago se debió a culpa
de los liquidadores, los acreedores podrán hacer valer sus créditos frente a éstos.

El derecho de los acreedores para hacer valer sus créditos frente a los socios,
accionistas o liquidadores, según sea el caso, caduca a los dos años desde la
inscripción de la extinción de la sociedad.

Finalmente consideramos importante precisar que, la extinción de la sociedad


conforme a las disposiciones establecidas en los artículos 421º y 422º de la NLGS,
procede única y exclusivamente cuando se han pagado los créditos de todos los
acreedores.

Empero, si durante la tramitación del proceso de liquidación se agotan los activos


quedando acreedores impagos, los liquidadores deberán solicitar al Juez
Especializado en lo Civil de la sede social de la sociedad la declaración judicial de
quiebra de conformidad con lo prescrito en los artículos 88º, 89º y 90º del Decreto
Legislativo 845 - Ley de Reestructuración Patrimonial. En este caso, el juez previa
verificación de la extinción del patrimonio, a partir del balance final de liquidación,
sin más trámite declarará la quiebra y la extinción de la sociedad, así como la
incobrabilidad de sus deudas. El auto que declara la quiebra y la extinción de la
sociedad, deberá publicarse en el Diario Oficial «El Peruano» por dos días
consecutivos e inscribirse en los Registros Públicos.

La función de los liquidadores termina con la inscripción de la extinción de la sociedad


en los Registros Públicos.
Una vez ejecutoriado el auto que declara la quiebra, se da por concluido el proceso y
el juez ordena su archivamiento definitivo, emitiendo los certificados de
incobrabilidad a todos los acreedores impagos.

1. MONTOYA MANFREDI, Ulises. «Derecho Comercial». Tomo 1. Octava Edición.


Editorial Cultural Cuzco. Lima.

2. MONTOYA MANFREDI, Ulises. Ob. Cit.

3
HUNDSKOPF E., Oswaldo. «Derecho Comercial. Nuevas Orientaciones y Temas
Modernos». Tomo II. Universidad de Lima. Segunda Edición. 1994. Lima

4
BEAUMONT CALLIRGOS, Ricardo. «Comentarios a la Nueva Ley General de
Sociedades». Gaceta Jurídica Editores S.R.Ltda. Primera Edición. Enero 1998. Lima
“Disolución, Liquidación y Extinción de Sociedades”

Investigación presentada en la asignatura de:


DERECHO COMERCIAL II
INTRODUCCION

A lo largo del tiempo las empresas se han ido constituyendo de tal manera que deben

de seguir un camino de consolidación competitiva en libre competencia, es decir la forma

ideal de beneficiar a la sociedad consistiría en seguir la senda del bien común entre ella

y los compradores o consumidores del bien final, pero lamentablemente no todas llegan

a la cumbre del éxito o a cumplir con los requisitos de competitividad esperado por el

mercado, siendo así una de las posibles situaciones empresariales hay un método que

pretende, en teoría y práctica, ser equitativo para el procedimiento de la

disoluciones, liquidaciones y extinciones de sociedades, el fin principal de cada uno

de estos procedimientos es mantener la vía legal y así preservar los beneficios de

quienes constituyen la empresa en los diferentes sectores.


Índice

Introducción 3
I.- Extinción de sociedades 5
1.1.- Concepto de la Extinción 5
II.- Disolución de sociedades
2.1.- Concepto de la Disolución 5
2.2.- Causas Principales 6
2.3.- Convocatoria y Acuerdo de Disolución 7
2.4.- Causales de la Disolución 6
2.5.- Publicidad e Inscripción de disolución 11
III.- Liquidación de sociedades
3.1.-Concepto de Liquidación 12
3.2.- Características del proceso 12
3.3.- Funciones del Liquidador 13
3.4.- Designación de la Liquidación 13
3.5.- Insolvencia o Quiebra de sociedades 14
3.6.- Información a los Socios 14
3.7.- Balance Final de Liquidación 14
3.8.- Distribución del Haber Social 14
3.9.- Cese del Cargo del Liquidador 15
4.0.- Balance Final de la Liquidación y aprobación 15
IV.- Extinción de sociedades
4.1.- Concepto 17
4.2.- Responsabilidades frente acreditar impagos 17
V.- Disolución y liquidación de Empresas 18
Conclusiones 20
Bibliografía 21
I.- EXTINCIÓN DE SOCIEDADES

1.1.- CONCEPTO:

Las empresas por su propia naturaleza están destinadas a desempeñar un rol


importante en el desarrollo de las actividades mercantiles y económicas de un país,
constituyéndose en un agente central en torno al cual giran diversos intereses de otros
agentes económicos (trabajadores, acreedores, consumidores, Estado, etc.). De tal
forma que la desaparición de la empresa como persona jurídica afecta directamente
a los agentes con quien mantiene una relación permanente, por ello el
ordenamiento legal se preocupa que el proceso por el cual se le pone fin a la
existencia de la empresa, se haga de manera ordenada, transparente y
debidamente publicitada a fin de no lesionar sus intereses.

En nuestro país, el proceso por el cual se extingue una empresa, denominado Disolución
y Liquidación, se encuentra regulado principalmente en la Ley General de Sociedades,
Ley Nº 26887 (09.12.97), para el caso de empresas que han adoptado forma
societaria. En el caso de Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada
(E.I.R.L.) su regulación se encuentra en el Decreto Ley Nº 21621 (14.09.76). Asimismo,
coexiste conjuntamente con las disposiciones mencionadas, un régimen de
disolución y liquidación de empresas insolventes al amparo de la Ley General del
Sistema Concursal, Ley Nº 27809 (08.08.2002).

II.- DISOLUCION DE SOCIEDADES :

La disolución de la sociedad produce la cesación del pacto social y al propio


tiempo la extinción de la relación social, en el sentido que los socios no están ya
obligados a perseguir el fin común con medios comunes, sino que están
autorizados para pretender la restitución en dinero o en especie de sus
respectivas aportaciones.

Pero como se trata de una serie de actos complejos, los efectos de la disolución no
pueden cumplirse en el mismo momento en que se presenta la causa de
disolución, la vida de la sociedad no se paraliza de golpe. Existen negocios en curso
créditos por hacer efectivo, deudas por pagar cargas por satisfacer,
procedimientos judiciales en trámite, etc. Solo cuando todo esté concluido y el activo se
haya transformado en dinero, o esté en condiciones de repartirse, se llegará a la fase
final de la extinción total del ente jurídico.

El proceso de liquidación se inicia tomando como punto de partida la existencia de la


causa de disolución y en su desenvolvimiento se distinguen claramente dos aspectos
que se presentan en el orden de la extinción de la sociedad: La disolución
la liquidación y la extinción propiamente dicha. Por esta última se culmina
el proceso con la inscripción de la extinción de la sociedad.

2.1.- CAUSAS PRINCIPALES DE DISOLUCION DE LA SOCIEDAD:

Las causas de disolución son en primer lugar las que indicen en toda clase de
sociedades y luego las referentes a las distintas clases de estas. Además, es causar
de disolución una de carácter extraordinario, que puedan ser motivadas en las
actividades de la sociedad, o que puedan derivar del hecho de que los fines que ella
persigue resultan contrarios al orden o a las buenas costumbres.

Es de hacer notar que además de las causales de disolución señaladas en la ley pueden
los socios añadir otras en el pacto social. De esta manera pueden
considerarse dos grupos de causales. Al primer grupo pertenece el cumplimiento del
término prefijado en el pacto social del estatuto, la conclusión de la empresa que
constituye el objeto, el acuerdo de los socios y la fusión de la sociedad. Al segundo
grupo, la pérdida entera del capital social, la quiebra de la sociedad.

El término de la duración funciona, vencido en el plazo determinado de duración de la


sociedad, la disolución opera de pleno derecho y se inscribe a solicitud de cualquier
interesado. Cumplido el plazo la sociedad no tiene otra alternativa que disolverse y
liquidarse, no es posible retrotraer esta situación a un momento anterior. En
caso de vencimiento del término no se requiere inscripción de la disolución en
el registro mercantil. Ella surge de inmediato de la inscripción registral
originaria, que se señala hasta cuando se tiene vigencia la sociedad. Las demás no
surten efecto en perjuicio de terceros hasta su inscripción en el registro mercantil.

En el aspecto interno también aparecen diferencias, pues mientras el


cumplimiento del término importa el tránsito a la liquidación de la sociedad, las demás
causas no producen ese efecto mientras no son reconocidas por los socios,
o en su defecto por la resolución judicial.
No hay disolución al vencimiento del término de la duración si se hubiese
acordado la prorroga y esta se inscribiese en el registro mercantil. No puede haber pues,
sociedad. Tampoco la voluntad expresa de los socios puede originar la
continuación de la existencia de la sociedad, si esta prórroga se convino después de
vencido el término. En este supuesto, si los socios deciden formalidades
prescritas para su constitución. El RRS establece que la excepción al vencimiento del
término de duración ipso jure tiene lugar si dentro del plazo de duración se aprueba el
acuerdo de prórroga, y la escritura pública en la que conste se inscribe,

siendo la condición en todo caso, que la presentación del título se haya realizado antes
del plazo de vencimiento de duración de la sociedad.

2.2.- CONVOCATORIA Y ACUERDO DE DISOLUCIÓN:

Luego de operada la causal de disolución, corresponde al directorio, o cuando éste no


exista a cualquier socio, administrador o gerente, el convocar dentro del plazo de 30
días a junta general de socios o accionistas, a efecto de adoptar el acuerdo de
disolución o las medidas que correspondan. El socio, administrador o gerente, que
considere que la sociedad ha incurrido en una causal de disolución establecida en
la Ley General de Sociedades, puede requerir al directorio para que convoque a
una junta general. Si el directorio no convoca a la junta general, ésta podrá ser
convocada por el juez del domicilio social. Si la junta general no logra reunirse
o reuniéndose no adopta el acuerdo de disolución o alguna otra medida
correspondiente, cualquier socio, administrador, director, o gerente puede solicitar al
Juez del domicilio social que declare la disolución de la sociedad. Las solicitudes al juez
se tramitan conforme a las normas del proceso sumarísimo establecido en el
Código Procesal Civil.

2.3.- CAUSALES DE DISOLUCIÓN:

2.3.1.- VENCIMIENTO DEL PLAZO DE DURACIÓN DE LA SOCIEDAD:

Las sociedades pueden tener un plazo de duración determinado o


indeterminado.

Tratándose del primer caso, el vencimiento del plazo genera la disolución de pleno
derecho de la sociedad. Este es la única causal que opera de pleno derecho. No es
necesario que los socios adopten el acuerdo de disolución, ni requiere de la inscripción
de un acuerdo especial para que la disolución produzca sus efectos entre los socios y
frente a terceros.

Ello es consecuencia de que el acuerdo sobre la extinción de la vigencia de la sociedad


se tomó anticipadamente, al momento de aprobarse el estatuto, deviniendo
en innecesario un acuerdo adicional para que el vencimiento del plazo surta los efectos
de disolución, por lo tanto, la conclusión del plazo de duración de la sociedad como
causa de disolución, opera de pleno derecho (ipso jure) y no requiere de inscripción
en los Registros Públicos, toda vez que el acto de constitución o el acuerdo
posterior de socios, estableció ante la vigencia de la sociedad, y al encontrarse
registralmente inscrito existe la publicidad requerida frente a terceros.

AGOTAMIENTO DEL OBJETO SOCIAL:

Considera como causal de disolución la conclusión del objeto social, la


imposibilidad manifiesta de realizarlo o su no realización durante un período
prolongado. El objeto social es el fin perseguido por la sociedad. Si se dio
cumplimiento al fin para el cual nació la sociedad, o si dicho fin se hace imposible de
cumplir, la sociedad ya no tendrá razón de ser ni existir, al haberse agotado su objeto
social, debiendo en consecuencia determinarse su disolución.

La no realización del objeto social dentro de un período determinado como causa de


disolución constituye una novedad introducida en la nueva ley; sin embargo, resulta
subjetiva la determinación de este "período prolongado":

OBLIGATORIA DEBEN CONTAR CON UN PLAZO FIJO DE DURACIÓN (ARTÍCULO


267º).

Esta causal opera de pleno derecho, ipso jure, vale decir que no se requiere de acuerdo
o resolución expresa que declare la disolución de la sociedad. Sin embargo,
no opera si previamente al vencimiento del plazo de duración se inscribe la prórroga en
el Registro de Personas Jurídicas respectivo.

POR CONCLUSIÓN, NO REALIZACIÓN O IMPOSIBILIDAD MANIFIESTA DE SU


OBJETO SOCIAL:
La sociedad se disolverá cuando ha visto concluido su objeto social, o cuando
el mismo no se ha realizado por un período prolongado o existe una imposibilidad
manifiesta de realizarlo. La disolución basada en esta causal requiere necesariamente
de un acuerdo de la junta de socios.

CONTINUADA INACTIVIDAD DE LA JUNTA GENERAL:

Considera como causal de disolución aplicable a todas las sociedades la


continuada

inactividad de la junta general, que deberá ser determinada, en cada caso, por los
socios, toda vez que la ley no cuantifica dicho período de tiempo.

Hay que concordar este inciso 3 disposición con lo establecido en la


Décima Disposición Transitoria de la ley, la cual dispone que "se presume la extinción
de toda sociedad mercantil o civil que no ha inscrito acto societario alguno
en los diez años precedentes a la publicación de esta ley.

El Registro cancelará la inscripción.

PÉRDIDAS QUE REDUZCAN EL PATRIMONIO NETO A CANTIDAD

INFERIOR A LA TERCERA PARTE DEL CAPITAL SOCIAL PAGADO:

No opera de inmediato esta causal, puede ser remediada por los socios
cuando las pérdidas sean resarcidas o que el capital pagado sea aumentado
o reducido en cuantía suficiente. Es importante resaltar en relación a esta
causal, que la nueva ley con acierto ha considerado como referencias para estimar las
pérdidas que reducen el patrimonio en relación al capital, al patrimonio neto y al capital
pagado.

POR ACUERDO DE LA JUNTA DE ACREEDORES ADOPTADO DE


CONFORMIDAD CON LA LEY DE LA MATERIA, O QUIEBRA:

Cuando una sociedad se acoge al procedimiento de reestructuración empresarial


previsto en la Ley 27809 Ley General del Sistema Concursal la junta de acreedores
puede acordar su disolución y liquidación. En efecto si los acreedores
advierten la falta de viabilidad económica para la reestructuración, pueden
decidir la disolución de la sociedad y nombrar liquidadores.

En el Perú mediante Decreto Ley 26116, sustituido por el Decreto Legislativo 845 - Ley
de Reestructuración Patrimonial- y posteriormente otra vez sustituido por la Ley 27809
Ley General del Sistema Concursal se estableció un novedoso procedimiento
en materia concursal, orientado principalmente a posibilitar la continuidad y
conservación de las empresas.

Este nuevo mecanismo legal supone la declaratoria de insolvencia de una


empresa (sociedad), por parte de una autoridad administrativa (INDECOPI), luego de la
cual se convoca a los acreedores, quienes reunidos en junta deciden el destino de la
empresa. Una de las opciones que tiene la Junta de Acreedores para decidir sobre el
destino del insolvente es la disolución y liquidación. Si bien es cierto, por medio de
este procedimiento la Junta de Acreedores acuerda la disolución de una
sociedad, el procedimiento para la liquidación y extinción de la misma se regula
exclusivamente por la Ley de Reestructuración Patrimonial, y no

por la Ley General de Sociedades. En tal sentido, podemos afirmar que coexiste en
nuestra legislación dos procedimientos alternativos de liquidación de sociedades:
Uno regulado por la Ley General de Sociedades. Otro por la Ley de Reestructuración
Patrimonial, ello sin considerar las disposiciones sobre disolución y liquidación de
sociedades constituidas como entidades financieras o bancarias, compañías de
seguros y sociedades administradoras de fondos de pensiones, las mismas que por
su naturaleza se regulan por sus propias normas (Ley 26702 y Ley 25897).

LA FALTA DE PLURALIDAD DE SOCIOS:

Si en el término de seis meses dicha pluralidad no es reconstituida se disuelve la


sociedad. La pluralidad de socios es requisito para la constitución de cualquier sociedad,
según lo dispone el artículo 4º de la Ley General de Sociedades, estableciendo para ello
la participación de cuando menos dos (2) socios, personas naturales o jurídicas.
Desaparecida la pluralidad de socios, estamos frente a una causa de disolución.

Sin embargo, esta causal se puede revertir, si dentro de los seis meses siguientes al
hecho que la produjo, se reconstituye el número plural de socios.
DISOLUCIÓN JUDICIAL:

Se produce cuando mediante Resolución de la Corte Suprema de Justicia de la


República, cuando los fines perseguidos por la sociedad o las actividades que
desarrolla son contrarios a las leyes que interesan al orden público o a las buenas
costumbres. Está contemplado en el artículo 410º de la Ley que establece
que el Poder Ejecutivo mediante Resolución Suprema expedida con el voto
aprobatorio del Consejo de Ministros, solicitará a la Corte Suprema de Justicia
de la República la disolución de aquellas sociedades cuyos fines o actividades sean
contrarias a las leyes que interesan al orden público o a las buenas costumbres.

ACUERDO DE LOS SOCIOS:

El inciso 8 del artículo 407 establece la facultad de la junta general, para


acordar la disolución de la sociedad, sin que medie causa legal o estatutaria. Mediante
esta disposición se reconoce el principio de la autonomía de la voluntad de las partes,
por el cual los socios tienen la facultad de regular sus derechos mediante el libre acuerdo
de voluntades. Teniendo en cuenta que este acuerdo importa la modificación
del estatuto o del pacto social, se deben considerar las formalidades y
mayorías contempladas por la ley para ese efecto. Esta posibilidad de disolver
la sociedad deriva del carácter soberano de la junta o asamblea de socios.

OTRAS CAUSALES LEGALES O ESTATUTARIAS:

Establece que las sociedades se pueden disolver por cualquier otra causa establecida
en la ley, o prevista en el pacto social, el estatuto, o convenio de socios
registrado ante la sociedad. Cabe destacar el reconocimiento de los pactos o convenios
entre socios consagrado en el artículo 8º de la Ley mediante los cuales se pueden
establecer causales de disolución distintas a las contenidas en la ley, se concede
una libertad amplia a los socios para fijar cualquier otra causa que estimen conveniente.

EJEMPLOS SIMPLES:

a) Carlos, Lucia y otras tres personas conforman una sociedad anónima, en un viaje de
negocios Carlos sufre un accidente falleciendo, anteriormente los estatutos
establecían que la sociedad continuaría con los socios sobrevivientes, pero no
con los herederos del socio, ¿podrán hacer algo sus familiares?
No debido a que lo establecido para formar la empresa y las normas
hechas deben respetarse sea cual fuese el caso sin excepción siempre y cuando este
establecido previamente.

b) La empresa “Sara SA” le faltan 3 días para el vencimiento del plazo como sociedad
enviando a un representante a registros públicos un día después del cumplimiento del
plazo ¿Qué podrá hacer? ¿Realizará esta acción? ¿Qué se le podría recomendar?
Al pasar la fecha de cumplimiento de plazo quedaría disuelta la sociedad y por lo tanto
tendría que regresar a hacer el procedimiento formal para volver a instalar la
sociedad que había tardado en intentar una prórroga.

2.4.- PUBLICIDAD E INSCRIPCIÓN DE LA DISOLUCIÓN:

El acuerdo de disolución, comprendiendo a su vez a la resolución judicial que declara la


disolución, debe publicarse dentro de los diez días de expedido, por tres (3) veces
consecutivas. Las publicaciones se efectúan en el periódico del lugar del domicilio social
encargado de la inserción de los avisos judiciales.

Las sociedades con domicilio en las provincias de Lima y Callao harán las publicaciones
cuando menos en el diario oficial El Peruano y en uno de los diarios de mayor circulación
de Lima o de Callao, según el caso.

Luego, dentro de los diez (10) días de efectuada la última de las


publicaciones, deberá presentarse la solicitud de inscripción de la disolución al Registro
de Personas Jurídicas del lugar donde domicilie la empresa, bastando para
ello copia certificada notarial del acta que decide la disolución, no siendo necesaria
escritura pública.
III.- LIQUIDACIÓN DE SOCIEDADES:

La liquidación es el proceso que se inicia una vez disuelta la sociedad y no supone el


cambio de personalidad jurídica, pues la misma se mantiene, aunque sólo para fines de
la liquidación, hasta la inscripción registral de su extinción. La liquidación comprende,
pues, el conjunto de actos por el cual se realiza el patrimonio social y se procede a
cancelar los pasivos de la sociedad que ha incurrido en una causal de disolución, antes
de proceder a la entrega del haber social a los socios. Desde que se produce la
declaratoria de disolución cesa la representación de los directores, administradores,
gerentes y representantes en general, asumiendo el liquidador o liquidadores,
designados en número impar, las funciones que les corresponden conforme a la ley, al
estatuto, al pacto social, a los convenios entre accionistas inscritos ante la sociedad y a
los acuerdos de la junta general.

Durante la liquidación la sociedad debe añadirse a su razón social o denominación la


expresión “en liquidación” en todos los documentos y correspondencia mercantil, a fin
de advertir a terceros del cese de los negocios y la extinción de la sociedad. La omisión
de esta obligación no afecta en absoluto la validez de los actos celebrados por el
liquidador, pero lo hacen responsable por cualquier perjuicio derivado de tal omisión

3.1.- CARACTERÍSTICAS DEL PROCESO DE LIQUIDACIÓN:

Al acordarse la disolución e iniciarse el proceso de liquidación, cambian tres cosas en


la Sociedad.

- Cambia el objeto social, ya no será el previsto en el pacto social y el estatuto, si no el


objeto será realizar los activos para pagar los pasivos;

- Cambia la razón o denominación social, pues habrá que agregar en la


correspondencia y documentación de la sociedad la frase "en liquidación";

-. Cambia la representación, la sociedad ya no estará representada por el


directorio, los administradores o los gerentes, si no por los liquidadores.

3.2.- DISPOSICIONES LEGALES (ARTICULO 413):

Disuelta la sociedad se inicia el proceso de liquidación.

La sociedad disuelta conserva su personalidad jurídica mientras dura el proceso de


liquidación y hasta que se inscriba la extinción en el Registro.

Durante la liquidación, la sociedad debe añadir a su razón social o denominación la


expresión "en liquidación" en todos sus documentos y correspondencia.

Desde el acuerdo de disolución cesa la representación de los directores,


administradores, gerentes y representantes en general, asumiendo los liquidadores
las funciones que les corresponden conforme a ley, al estatuto, pacto social, a los
convenios entre accionistas inscritos ante la sociedad y a los acuerdos de la
junta general.

Sin embargo, si fueran requeridas para ello por los liquidadores, las referidas
personas están obligadas a proporcionar las informaciones y documentación que sean
necesarias para facilitar las operaciones de liquidación.

Durante la liquidación se aplican las disposiciones relativas a las juntas generales,


pudiendo los socios o accionistas adoptar los acuerdos que estimen convenientes.

3.3.- PRINCIPALES FUNCIONES DEL LIQUIDADO

El liquidador ejerce la representación de la sociedad en liquidación y su


administración para liquidarla, además por el solo hecho de su nombramiento goza
de las facultades generales y especiales de representación procesal y
adicionalmente le corresponde lo siguiente:

a) Formular los documentos contables desde día que se inicie la liquidación.

b) Requerir la colaboración de los directores, administradores cesados, para la


elaboración de los documentos referidos.

c) Llevar y custodiar los libros y correspondencia de la sociedad y entregarlos a la


persona que habrá de conservarlos luego de la extinción.

d) Velar por la integridad del patrimonio social.

e) Realizar las operaciones pendientes y las nuevas que sean necesarias para la
liquidación.

f) Exigir el pago de los créditos y de los dividendos pasivos existentes al momento de


iniciarse la liquidación.

g) Transigir y asumir compromisos y obligaciones que sean convenientes al proceso


liquidación.

h) Pagar a los acreedores de la sociedad.

i) Convocar a junta general cuando lo considere necesario, así como en las


oportunidades que señale la ley, el pacto social, el estatuto, los convenios entre
accionistas (o socios) inscritos ante la sociedad o por disposición de la junta genera.
3.4.- DESIGNACIÓN DE LOS LIQUIDADORES:

De acuerdo a lo señalado en el artículo 414º de la Ley general de Sociedades los


liquidadores son designados, según sea el caso, por la junta general, por los socios
o por el juez, salvo que el estatuto, el pacto social o los convenios entre los accionistas
debidamente inscritos ante la sociedad lo hubiesen hecho, o que la ley disponga cosa
distinta. El número de liquidadores debe ser necesariamente impar.

En caso se designe como liquidador a una persona jurídica, ésta deberá nombrar a la
persona natural que la represente La junta general, los socios o, en su caso, el juez
designa a los liquidadores y, en su caso, a sus respectivos suplentes al declarar
la disolución, salvo que el estatuto, el pacto social o los convenios entre
accionistas inscritos ante la sociedad hubiesen hecho la designación o que
la ley disponga otra cosa. El número de liquidadores debe ser impar. Si los
liquidadores designados no asumen el cargo en el plazo de cinco días contados
desde la comunicación de la designación y no existen suplentes, cualquier director o
gerente convoca a la junta general a fin de que designe a los sustitutos.

El cargo de liquidador es remunerado, salvo que el estatuto, el pacto social o el acuerdo


de la junta general dispongan lo contrario. Los liquidadores pueden ser personas
naturales o jurídicas. En este último caso, ésta debe nombrar a la persona
natural que la representará, la misma que queda sujeta a las responsabilidades
que se establecen en esta ley para el gerente de la sociedad anónima, sin perjuicio de
la que corresponda a los administradores de la entidad liquidadora y a ésta.

Las limitaciones legales y estatutarias para el nombramiento de los liquidadores, la


vacancia del cargo y su responsabilidad se rigen, en cuanto sea aplicable, por las
normas que regulan a los directores y al gerente de la sociedad anónima. Los socios
que representen la décima parte del capital social tienen derecho a designar
un representante que vigile las operaciones de liquidación.

El sindicato de obligacionistas puede designar un representante con la atribución


prevista en el párrafo anterior.

3.5.- INSOLVENCIA O QUIEBRA DE LA SOCIEDAD EN LIQUIDACIÓN:

Si durante la liquidación se extingue el patrimonio de la sociedad y quedan


acreedores pendientes de ser pagados, los liquidadores deben convocar a la junta
general para informarla de la situación sin perjuicio de solicitar la declaración
judicial de quiebra, con arreglo a la ley de la materia.

3.6.- INFORMACIÓN A LOS SOCIOS O ACCIONISTAS

Los liquidadores deben presentar a la junta general los estados financieros


y demás cuentas de los ejercicios que venzan durante la liquidación, procediendo a
convocarla en la forma que señale la ley, el pacto social y el estatuto.

Iguales obligaciones deben cumplir respecto de balances por otros períodos cuya
formulación contemple la ley, el estatuto, el pacto social, los convenios entre
accionistas o socios inscritos ante la sociedad o los acuerdos de la junta general.

Los socios o accionistas que representen cuando menos la décima parte


del capital social tienen derecho a solicitar la convocatoria a junta general para que los
liquidadores informen sobre la marcha de la liquidación.

3.7.- BALANCE FINAL DE LIQUIDACIÓN:

Los liquidadores deben presentar a la junta general la memoria de liquidación, la


propuesta de distribución del patrimonio neto entre los socios, el balance final de
liquidación, el estado de ganancias y pérdidas y demás cuentas que
correspondan, con la auditoría que hubiese decidido la junta general o con la que
disponga la ley. En caso que la junta no se realice en primera ni en segunda
convocatoria, los documentos se consideran aprobados por ella.

Aprobado, expresa o tácitamente, el balance final de liquidación se publica por una sola
vez.

3.8.- DISTRIBUCIÓN DEL HABER SOCIAL:

Aprobados los documentos referidos a la liquidación, se procede a la distribución entre


los socios del haber social remanente. La distribución del haber social se practica con
arreglo a las normas establecidas por la ley, el estatuto, el pacto social y los convenios
entre accionistas inscritos ante la sociedad. En defecto de éstas, la distribución se
realiza en proporción a la participación de cada socio en el capital social.

En todo caso, se deben observar las normas siguientes


1. Los liquidadores no pueden distribuir entre los socios el haber social sin que se hayan
satisfecho las obligaciones con los acreedores o consignado el importe de sus créditos;

2. Si todas las acciones o participaciones sociales no se hubiesen integrado al capital


social en la misma proporción, se paga en primer término y en orden
descendente a los socios que hubiesen desembolsado mayor cantidad, hasta por el
exceso sobre la aportación del que hubiese pagado menos; el saldo se
distribuye entre los socios en proporción a su participación en el capital social;

3. Si los dividendos pasivos se hubiesen integrado al capital social durante el ejercicio


en curso, el haber social se repartirá primero y en orden descendente entre los socios
cuyos dividendos pasivos se hubiesen pagado antes;

4. Las cuotas no reclamadas deben ser consignadas en una empresa bancaria o


financiera del sistema financiero nacional; y, 5. Bajo responsabilidad solidaria de los
liquidadores, puede realizarse adelantos a cuenta del haber social a los socios.

3.9.- CESE DEL CARGO DEL LIQUIDADOR:

El cargo de liquidador cesa o termina:

a) Por haber concluido la liquidación.

b) Por renuncia del liquidador.

c) Por remoción del cargo acordada por la junta general.

d) Por resolución judicial a pedido de socios, que mediando causa justa, que
representen cuando menos la quinta parte del capital social.

4.0.- BALANCE FINAL DE LA LIQUIDACIÓN. APROBACIÓN Y PUBLICACIÓN:

Concluida la liquidación el liquidador o liquidadores deberán presentar a la junta general


la memoria de liquidación, la propuesta de distribución del patrimonio neto entre los
socios, el balance final de la liquidación, el estado de ganancias y pérdidas
y demás cuentas que correspondan, con la auditoría que hubiese decidido la
junta general o con la que disponga la ley, a fin de someterlos a su aprobación. Si la
junta no se realiza en primera o segunda convocatoria, los documentos se
consideran tácitamente aprobados por ella. Aprobado, expresa o tácitamente, el balance
final de liquidación se publica por una sola vez
IV.- EXTINCIÓN DE LAS SOCIEDADES:

4.1.- CONCEPTO:

Una vez efectuada la distribución del haber social la extinción de la sociedad se inscribe
en el Registro. La solicitud se presenta mediante recurso firmado por el o los
liquidadores, indicando la forma cómo se ha dividido el haber social, la
distribución del remanente y las consignaciones efectuadas y se acompaña la
constancia de haberse publicado el aviso a que se refiere el artículo 419º de la Ley. Al
inscribir la extinción se debe indicar el nombre y domicilio de la persona encargada de
la custodia de los libros y documentos de la sociedad. Si algún liquidador se niega a
firmar el recurso, no obstante haber sido requerido, o se encuentra impedido de hacerlo,
la solicitud se presenta por los demás liquidadores acompañando copia del
requerimiento con la debida constancia de su recepción.

El reparto entre los socios o accionistas del haber social está sujeto a que exista un
remanente, luego del pago de todas las deudas pendientes al acordarse o declararse la
disolución. En consecuencia, puede ocurrir que no haya saldo por distribuir entre los
socios o accionistas y que, aun así, debe procederse a la inscripción de la extinción
de la sociedad, al haber concluido el proceso de disolución. También debe
inscribirse la extinción una vez declarada la quiebra de la sociedad.

La inscripción de la extinción determina el fin de la existencia de la


persona jurídica. A partir de ese momento la sociedad deja de ser sujeto de derechos y
obligaciones.

4.2.- RESPONSABILIDAD FRENTE A ACREEDORES IMPAGOS:

Después de la extinción de la sociedad colectiva, los acreedores de ésta que no hayan


sido pagados pueden hacer valer sus créditos frente a los socios. Sin perjuicio
del derecho frente a los socios colectivos previsto en el párrafo anterior, los acreedores
de la sociedad anónima y los de la sociedad en comandita simple y en comandita por
acciones, que no hayan sido pagados no obstante la liquidación de dichas sociedades,
podrán hacer valer sus créditos frente a los socios o accionistas, hasta por
el monto de la suma recibida por éstos como consecuencia de la liquidación.

Los acreedores pueden hacer valer sus créditos frente a los liquidadores después de la
extinción de la sociedad si la falta de pago se ha debido a culpa de éstos.

Las acciones se tramitarán por el proceso de conocimiento. Las pretensiones de los


acreedores a que se refiere el presente artículo caducan a los dos años de la inscripción
de la extinción.

El derecho de los acreedores para hacer valer sus créditos frente a los socios,
accionistas o liquidadores, según sea el caso, caduca a los dos años desde la
inscripción de la extinción de la sociedad. Según el artículo 421º y 422º de la Ley General
de Sociedades la extinción de la sociedad, procede única y exclusivamente
cuando se han pagado los créditos de todos los acreedores
V.- DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE EMPRESAS AL AMPARO DE LA LEY
GENERAL DEL SISTEMA CONCURSAL:

En el país, existe un régimen concursal de disolución y liquidación de empresas, al


amparo de la Ley General del Sistema Con Informé Especial cursal, Ley Nº 27809,
aplicable particularmente a empresas, personas naturales o personas jurídicas
que no realicen actividad empresarial, declaradas insolventes conforme a la
mencionada ley.

Vemos, pues, que este régimen especial se aplica únicamente a aquellas


empresas (sociedades o EIRL) que hayan sido sometidas a concurso de
acreedores por la autoridad administrativa correspondiente (Comisión de
Procedimientos Concursales del INDECOPI), por tener deudas impagas y
vencidas en más de treinta (30) días, superiores a cincuenta (50) Unidades Impositivas
Tributaria (UIT); porque sus pérdidas acumuladas sean mayores al tercio del capital
social pagado, deducidas las reservas, o que el total de sus obligaciones se encuentren
impagas por más de treinta (30) días calendarios. Al amparo de esta ley, la atribución
de acordar la disolución de la empresa, la tiene la Junta de Acreedores conformada para
tal fin. Para la adopción del acuerdo de disolución de la Junta de Acreedores
se requiere en primera convocatoria el voto de acreedores que representen créditos
por un importe superior al 66.6% del monto total de los créditos reconocidos por la
Comisión de Procedimientos Concursales; en segunda o tercera convocatoria el
acuerdo de disolución se adoptará con el voto favorable de acreedores representantes
de un importe superior al 66.6% del total de los créditos asistentes Al involucrar la
disolución y liquidación concursal, la salida del mercado de la empresa insolvente, a
través de la realización del patrimonio y de los activos de la empresa, la Junta de
Acreedores deberá de celebrar un Convenio de Liquidación, nombrando al liquidador
que se encargará de su ejecución, quien deberá cumplir con el pago de los adeudos,
reconocidos en el proceso de declaratoria de insolvencia, respetando el orden de
prelación de créditos.

La Ley General del Sistema Concursal establece, pues, que los acreedores serán
pagados conforme al siguiente orden de prelación:

1. Las obligaciones laborales, incluyendo los créditos por aportes impagos al Sistema
Privado de Pensiones.

2. Las deudas por alimentos, hasta por el monto de una (1) UIT.

3. Los créditos respaldados con garantías reales o embargos.


4. Los créditos de origen tributarios del Estado.

5. Los demás créditos según su antigüedad.

Si el liquidador, luego de efectuar los pagos a los acreedores en el orden señalado,


comprueba la extinción del patrimonio de la empresa quedando aun acreedores
pendientes de pago, deberá solicitar ante el Juez Especializado en lo Comercial la
declaración judicial de quiebra de la empresa concursada.

Presentada la Demanda de Quiebra, el Juez, dentro de los treinta (30) días hábiles y
previa verificación de la extinción del patrimonio, sin más trámite declarará la
quiebra, la extinción de la empresa y la incobrabilidad de sus deudas.
CONCLUSIONES

 Ley General de Sociedades, Ley Nº 26887, regula las formas como se Disuelven,
Liquidan y Extinguen las Sociedades en el Perú

 Estas instituciones jurídicas garantizan que las sociedades terminan sus actividades
cuando han puesto fin a sus relaciones jurídicas con terceros y con los propios socios y
se realiza un cierre ordenado gradual de la sociedad.

 Normalmente se establece tres etapas en el proceso relativo al decaimiento de una


Sociedad:

1) La disolución,

2) La liquidación

y 3) La extinción.

 La disolución es un presupuesto para la extinción de sociedades, en su doble


vertiente, contractual e institucional.

 A diferencia de la disolución de la sociedad, la liquidación no es un acto, sino un


procedimiento, una serie de operaciones sucesivas dirigidas a hacer posible el reparto
del patrimonio social entre socios, previa satisfacción de los acreedores sociales.

 La inscripción de la extinción de una sociedad determina el fin de la existencia de la


persona jurídica. A partir de ese momento la sociedad deja de ser sujeto de derechos y
obligaciones.
BIBLIOGRÁFIA:

 http://www.monogra as.com/trabajos75/disolucion-liquidacion-extincion-
sociedades/disolución-liquidación-extinción-sociedades.shtml.
 http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/publicaciones/cathedra/1998_n3/
disolución- extinción
 http://www.abogadoperu.com/ley-general-sociedades-seccion-cuarta-
disolucion- liquidacion-y-ex"ncion-de-sociedades-"tulo-16-abogado-legal.php.
 http://es.slideshare.net/juandiegovalenzuelawaters/disolucin-liquidacin- y
extinción de sociedades
"LAS SOCIEDADES IRREGULARES"

LAS SOCIEDADES IRREGULARES


SUMARIO:
INTRODUCCION

I. CONCEPTO.

II. CLASES DE SOCIEDADES IRREGULARES

2.1.- Sociedades Irregular en Formación.

2. 2.- Sociedad de Hecho.

2. 3.- Sociedad Irregular Propiamente Dicha

III. EFECTOS DE LA IRREGULARIDAD

IV. ADMINISTRACIÓN DE LAS SOCIEDADES IRREGULARES

V. DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LAS SOCIEDADES URREGULARES

VI. LAS SOCIEDADES IRREGULARES EN LA LEY GENERAL DE SOCIEDADES.

VII. REGULARIZACION DE LA SOCIEDAD IRREGULAR.

VIII. PERSONERÍA JURÍDICA DE LAS SOCIEDADES IRREGULARES.

CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA
"LAS SOCIEDADES IRREGULARES"

INTRODUCCION

Las sociedades, como entes del intercambio comercial en nuestro País, se encuentran
debidamente reguladas por su ley de la materia, en consecuencia para poder iniciar y
efectuar sus actividades deben cumplir con los requisitos establecidos en la ley.

Pero, puede darse el caso de que dichas sociedades, no cumplan con los requisitos
estipulados por la ley, para su normal desenvolvimiento dentro del proceso productivo y
del mercado, es allí que la ley de la materia califica a estas sociedades como irregulares
y les dedica toda una sección normativa dentro de la ley general de sociedades, que se
analizara en el presente trabajo.

Así mismo es necesario indicar que para poder comprender cuando se habla de
sociedades irregulares, debemos conocer cuando y cuales son las clases de sociedades
irregulares que conoce la doctrina, por consiguiente ese será otro punto de estudio en
el presente trabajo.

Dado que al presentarse una sociedad irregular, esta va a tener efectos jurídicos, tanto
para los socios, como para con los terceros con los cuales dicha sociedad a efectuado
o mantenido relaciones orientadas al cumplimiento del objeto de la sociedad, es
necesario determinar cuales son esos efectos y cuales las consecuencias, por lo que es
tema también es materia del presente trabajo.

Finalmente, se llegan a unas conclusiones que van a permitir, establecer y comprender


todo lo concerniente a esta figura jurídica de las sociedades irregulares.
I. CONCEPTO.

Teniendo en cuenta que si la regular constitución de una sociedad se alcanza mediante


el cumplimiento de requisito de forma (Escritura Publica) y del requisito de publicidad
(Inscripción en el Registro), puede suceder que el contrato de sociedad se estipule sin
observar dichos requisitos. Cuando esto ocurre y la relación de sociedad se manifiesta
externamente por que se explota una actividad mercantil o industrial en su nombre,
hablaremos de una sociedad irregular.

Para Ulises Montoya Manfredi “es sociedad irregular la que no se ha constituido e


inscrito conforme a los preceptos legales. Pero, no obstante este hecho, las relaciones
internas se rigen por el pacto social, o por ley según la clase de sociedad que se trate.”

Por su parte Augusto Barreto Muga indica que las sociedades irregulares “son aquellas
que se forman sin escritura pública o si existiendo esta se omite inscribirlas en el
registro”.

Richard, Escuti y Romero, Citado por Zaida Osorio Ruiz aseveran que “las sociedades
no constituidas regularmente... son aquellas que tentativamente han querido asumir uno
de los tipos previstos, pero cuya constitución regular ha sido frustrada por un defecto
formal cualquiera (v.gr., instrumentación, publicidad: periodística o Registral), así como
también aquellas que sin instrumentar tienen un objeto comercial o desarrollan actividad
comercial.”

II. CLASES DE SOCIEDADES IRREGULARES.

Antes de iniciar el desarrollo de este acápite, es necesario mencionar que la doctrina


hace una distinción entre lo que es una sociedad irregular y una de hecho, esto por
cuanto muchos expresan que ambas sociedades son lo mismo, o las toman como
sinónimos; en ese sentido debemos apuntar lo que manifiesta Manuel Alberto Torres
Carrasco.”..., las sociedades de hecho constituyen una clase de sociedad irregular, así
como también lo son las sociedades en formación que incurren en irregularidad...”

Narváez García, citado por Zaida Osorio diferencia la sociedad irregular y la de hecho
del siguiente modo “..Son (las sociedades irregulares) sociedades imperfectas, por
omisión de una formalidad externa exigida en la ley.
La sociedad de hecho es un tipo amorfo y diferente que, por no constituirse mediante
escritura publica, carece de personalidad jurídica. Se trata de una forma asociativa
autónoma que no subordina su existencia al cumplimiento de requisitos formales.”

Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado se puede decir que existen las


siguientes clases de sociedades irregulares:

2.1. SOCIEDAD IRREGULAR EN FORMACIÓN.

La sociedades en formación son aquellas que realizan una o varias actividades antes
de haber cumplido con las formalidades propias de su inscripción es decir antes de
poseer personería jurídica.

Es necesario advertir que no todas las sociedades en formación tienen el carácter de


irregular. Pensemos en aquel grupo de personas que, dentro de los plazos legales,
están tramitando con propiedad la formalización de la sociedad, para lo cual realizan los
tramites notariales y registrales respectivos, así como pagar al abogado que suscribe la
minuta. Es evidente que dichas actividades no pueden ser calificadas como realizadas
por una sociedad irregular, por lo que es valido afirmar que no toda sociedad en
formación es irregular

.¿En que caso y bajo que criterio la sociedad en formación es irregular ?

Existen diferentes pautas propuestas por los autores (Voluntad de los socios de
formalizar la sociedad, temporalidad, etc), pero nuestra legislación societaria ha
adoptado el criterio del vencimiento de los plazos

En ese sentido los futuros socios de la sociedad en formación están obligados a cumplir
determinados plazos en el proceso de formación, así tenemos:

- 60 días para solicitar el otorgamiento de la Escritura Publica, contados desde que los
socios fundadores firmaron el Pacto Social, cuando se trata de Constitución simultánea.
- 30 días si se trata de constitución por oferta a terceros, contados desde que la junta
general designo a los firmantes de dicha escritura.

- Inscripción en el Registro en un plazo no mayor a los 30 días desde que se otorgo la


Escritura Publica de Constitución, para cualquiera de los casos anteriores.

En consecuencia si la sociedad realiza actos que representen el ejercicio de su objeto


social una vez transcurridos los plazos anteriores, sin que se hubiera formalizado
completamente su personería jurídica, se debe entender que se ha incurrido en la
condición de irregular. Contrario sensu, la sociedad que dentro de dichos plazos realiza
exclusivamente actividades conducentes a formalizar su situación legal o ejerce
actividades propias de su objeto social no puede ser catalogada como irregular,
debiendo considerarse simplemente como una sociedad en formación, por lo que no le
serán aplicables a estas ultimas los efectos de la irregularidad.

2.2. SOCIEDADES DE HECHO.

Se llama sociedad de hecho, cuando no ha sido constituida por escritura pública. Su


existencia puede demostrarse por cualquier otro medio probatorio reconocido por la ley.
De acuerdo con la jurisprudencia existente, los dos elementos esenciales que supone
esta sociedad son los aportes de los socios y el propósito de repartirse entre ellos las
utilidades o las pérdidas que la explotación de los aportes produzca.
La sociedad de hecho no es persona jurídica. Por lo tanto, los derechos y las
obligaciones que se adquieren, los adquieren todos los socios de hecho, quienes
responden de forma solidaria e ilimitada por las operaciones que realice la sociedad.

Constituyen aquel grupo de personas, que realizan actividad negocial sin contar con una
base instrumental de constitución (pacto social, Estatuto)o, contando con algún
documento escrito similar, sea este muy precario o no se adecue a ningún tipo societario
admitido por ley. No obstante ello, este grupo humano se desenvuelve en el comercio,
e incluso en sus relaciones internas, con espíritu y comportamiento societario.

Legalmente, la sociedad de hecho es definida como aquella situación de hecho que


resulta de que dos o mas personas actúan de manera manifiesta en sociedad, sin
haberla constituido e inscrito. Es el típico caso de dos o mas personas que acuerdan
elaborar y vender determinado producto para lo cual se dividen el trabajo y utilidades
logradas de sus ventas, sin haber formalizado legalmente sus actividades negociales.
Esto es, son empresa si ser sociedad.

2.3. SOCIEDAD IRREGULAR PROPIAMENTE DICHA.

Se llaman sociedades Irregulares, aquellas sociedades comerciales constituidas por


escritura pública y que requiriendo permiso de funcionamiento actúan sin él.
Además de la sociedad en formación irregular, que ya se trato, las sociedades
irregulares propiamente dichas son aquellas en las que se encuentran presentes todos
los elementos inherentes a una sociedad, pero adolece de la falta de uno o varios
requisitos formales para su constitución u operación. Ejemplo: que se haya constituido
una sociedad anónima mediante el aporte de uno de los socios en especies, sin el
respectivo informe de valorización.

Por otro lado, una sociedad también es irregular cuando ha incurrido en una de las
causales previstas en el pacto social, estatuto o la ley. En consecuencia una sociedad
será irregular si continua operando vencido su plazo de duración, cuando haya
transcurrido más de 06 meses desde que perdió su pluralidad de socios, etc.

Así mismo la sociedad se convertirá en irregular cuando se haya transformado


contraviniendo las disposiciones de la ley de la materia. Como debe recordarse la
transformación es una clase de reorganización societaria prevista en la ley, en ese
sentido si una sociedad una vez transformada, se advierte que ha incumplido una norma
prevista en la ley, también adquirirá la situación o condición de irregular.

III. EFECTOS DE LA IRREGULARIDAD.

Dentro de los efectos que acarrea o trae consigo la calidad de irregular de una sociedad
y atendiendo a lo que, manifiesta Ulises Montoya Manfredi podemos indicar como
efectos de la irregularidad entre otros los siguientes:

3.1. En las relaciones entre los socios, el pacto social mantiene su eficacia vinculante,
originando un primer derecho de los socios a pedir la regularización del contrato, que no
es sino una consecuencia del derecho mas general de pedir la formalización de los actos
informales.

3.2. Los socios pueden pedir su separación de la sociedad y liquidación de la cuota que
les corresponde. Este presupuesto se configura cuando la junta no accede a la
formalización o regularización o en todo caso a la solicitud de disolución. Al respecto
Elías La Rosa, citado por Zaida Osorio Ruiz puntualiza que el derecho de separación a
causa de la irregularidad “... es una vía legal para que cualquier socio abandone la
sociedad irregular o de hecho, recuperando su aporte. Sin embargo, dada la naturaleza
de la situación, la ley establece, correctamente, que la separación no libera al socio de
la responsabilidad que pueda corresponderle con motivo de la irregularidad. Inclusive,
queda supeditada a ello la recuperación del aporte.”
3.3. Obligación de los socios de efectuar los aportes a los cuales se hubiesen
comprometido, los mismos que se deberán hacer en partes iguales si no se hubiese
hecho determinación en otro sentido. Es decir que deben efectuar los aportes y las
prestaciones a que se hubiesen obligado en el pacto social o acto posterior, en todo lo
que sea necesario para cumplir con el objeto social o, en caso de liquidación de la
sociedad irregular, para cumplir con las obligaciones contraídas con terceros.

3.4. En las relaciones frente a los terceros, la situación es diversa, puesto que quienes
los administradores, representantes y, en general quienes se presenten ante terceros
actuando en nombre de la sociedad irregular, son personal, solidaria e ilimitadamente
responsables por los contratos y, en general, por los actos jurídicos realizados desde
que se produjo la irregularidad. Si la irregularidad existe desde la constitución, los socios
tienen igual responsabilidad. En este sentido Manuel Alberto Torres Carrasco, establece
que “ todos los socios adquirirán la calidad de obligados personales, solidarios e
ilimitados si es que la irregularidad se produjo desde el momento de la constitución;
mientras que para que el socio asuma dicha condición cuando la irregularidad se
produce luego de constituida, es necesario que el socio sea la vez administrador,
representante o, en general, se haya presentado frente a los terceros actuando a
nombre de la sociedad.”

Esta responsabilidad comprende tanto el cumplimiento de la obligación contraída con


los terceros, así como, en su caso, la indemnización por los daños y perjuicios causados
por actos u omisiones que lesionen directamente los intereses de estos. Para reclamar
estos conceptos, estos terceros perjudicados cuentan con la vía procedimental
abreviada, inclusive acumulando la pretensión contra la sociedad y los socios.

IV. ADMINISTRACIÓN DE LAS SOCIEDADES IRREGULARES.

Respecto de la administración de las sociedades irregulares, debe considerarse sus


aspecto internos y externos, o sea, de gestión y representación, el hecho de si la
representación es atribuida a alguno o algunos de los socios y si ella debe ejercitarse
conjunta o separadamente.

Desde el punto de vista externo, es decir, en relación a los terceros con quienes los
administradores contratan a nombre de la sociedad, estos terceros pueden considerar
válidamente como representante a cualquiera de los administradores sin que pueda
oponérseles las limitaciones de la representación, salvo, desde luego, que se acredite
que los terceros tenían conocimiento de los pactos limitativos. La norma protege pues,
la buena fe, es decir, la ignorancia de tales convenios. Si el tercero conoce la verdadera
situación de la administración, no hay nada que proteger.

En ausencia de pacto particular, se reputa que la administración corresponde a los


socios en forma separada. Esta es la regla general y en tal hipótesis se reconoce a cada
socio administrador el derecho de oponerse a la operación que otro pretende llevar a
cabo antes de que se haya realizado. La oposición se resolverá mediante el voto
mayoritario de los socios, computándose la mayoría según la parte atribuida a cada
socio en las utilidades.

Tratándose de una administración conjunta, se requiere la unanimidad de los socios


administradores para llevar adelante las operaciones sociales; y si se hubiese convenido
que para la administración o para determinados actos es necesario el consentimiento
de la mayoría, éste debe computarse de acuerdo a lo establecido en el pacto social. En
este caso de administración conjunta, ningún administrador puede realizar aisladamente
acto alguno, salvo que se pretenda evitar un daño eminente a la sociedad. En este
sentido se presume que los socios y administradores de la sociedad irregular, actuando
individualmente, están facultados para realizar actos de carácter urgente y a solicitar
medidas judiciales cautelares.

En lo referente a la revocación de los administradores debe tenerse en cuenta lo


siguiente:

- La del administrador nombrado en el Pacto Social. Para revocar su administración, se


requiere justa causa y dicha revocación puede ser solicitada judicialmente por
cualquiera de los socios.

- La del Administrador nombrado por Acto Posterior. La revocación pude ser ad libitum
(a Voluntad) del administrador y para ello en cada revocatoria se requiere acuerdo
mayoritario. Así debe ser porque en una sociedad como en cualquier agrupación
societaria debe imperar la voluntad de la mayoría.
V. DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LAS SOCIEDADES IRREGULARES.
5.1. DISOLUCIÓN.

Para la disolución de estas sociedades debe de considerarse la situación de los socios,


de manera especial la de terceros, pues en muchos casos, estos quedarían
perjudicados si se aceptan todos los casos de rescisión parcial o total que se consideran
para la disolución de la sociedad regularmente constituida. Debe de tenerse en cuenta
que los pactos celebrados por los terceros con la sociedad irregular importan un vínculo
para todos los socios singulares, de modo que si estos se separan de la sociedad no
quedan liberados de responsabilidad frente a aquellos. Puede Ocurrir, que, sociedades
irregulares disueltas internamente sigan existiendo para terceros hasta que sus créditos
sean satisfechos.

Como consecuencia del reconocimiento de las sociedades irregulares es obligatoria su


inscripción en el registro respectivo, a fin de prevenir a los terceros que una sociedad
que ha estado funcionando como tal ha dejado de existir.

Tratándose de los socios, que se supone están debidamente informados del contenido
del pacto y las vicisitudes de la sociedad, la disolución surte sus efectos cualquiera sea
la forma en que tomen conocimiento de ella, sin que sea necesario cumplir formalidad
alguna.

5.2. LIQUIDACIÓN.

La liquidación de las sociedades irregulares, debe sujetarse alo previsto en el pacto


social y, en su defecto a las reglas generales contenidas en la ley.

En el aspecto externo debe tenerse en cuenta las disposiciones legales en cautela de


los derechos de terceros, pues la falta de publicidad de la escritura de la sociedad y de
sus estatutos coloca a aquellos en situación desventajosa, lo que no ocurre respecto a
las disposiciones legales cuyo conocimiento se presume.

Si las disposiciones del pacto social, establecen un régimen más favorable a los
terceros, como sería una liquidación más rápida y viable que la establecida en la ley,
deben adoptarse tales disposiciones.

Aun cuando no se acepte que las sociedades irregulares tengan personalidad jurídica,
su existencia de hecho y su actividad justifica que se tienda a proteger a quienes
contrataron de buena fe con la sociedad, reputándola como constituida.

VI. LAS SOCIEDADES IRREGULARES EN LA LEY GENERAL DE SOCIEDADES.

El Código de Comercio de 1902 no le brindó a las sociedades irregulares un tratamiento


especial, refiriéndose a ellas de un modo indirecto al tratar el tema de la responsabilidad
de los administradores de aquellas sociedades que no habían cumplido con los
requisitos de forma y publicidad.

A diferencia del viejo Código de Comercio, la anterior Ley General de Sociedades Nº


16123 modificada por el Decreto Legislativo Nº 311, así como la nueva Ley General de
Sociedades Nº 26887, han abordado frontalmente el tema de las sociedades irregulares,
ocupándose de ellas en una sección especial de su contenido, dentro del rubro de
Normas Complementarias.

La Ley General de Sociedades No. 26887, trata a las sociedades irregulares en el


LIBRO IV: Normas Complementarias. Sección Quinta: Sociedades Irregulares, artículos
del 423 al 432, que a continuación se analizaran de forma sucinta.

Artículo 423. Causales de Irregularidad.

Nuestra actual legislación societaria para establecer las causales de irregularidad ha


optado por el criterio del vencimiento de los plazos, y establece que una sociedad será
irregular cuando no se ha cumplido con los plazos establecidos en la ley.

Artículo 424. Efectos de la Irregularidad.

Este artículo, establece cuales son las obligaciones de los socios, para con la sociedad,
así como para con los terceros, y que son consecuencia de la irregularidad con la que
realizan sus actividades, así mismo establece la responsabilidad de los socios frente a
terceros y frente a la sociedad.

Artículo 425. Obligación de los socios de aportar.

Esta norma enfatiza y es clara en indicar que están obligados a aportar lo que se
comprometieron, a propósito de esto Ricardo Beaumont indica lo siguiente “Los socios
de esta sociedad deben efectuar los aportes prometidos, pero además deben cumplir
con las otras prestaciones, accesorias o adicionales que hubiesen suscrito,
aportaciones y prestaciones, atingentes al objeto social, y en caso de liquidación, para
cumplir con las obligaciones contraídas con terceros.”

Artículo 426. Regularización o Disolución.

En caso de que los acreedores o los socios quisieran que la sociedad se regularice lo
pueden solicitar y si la junta no accede a la petición, están legitimados para realizar
dicha petición al Juez Especializado Civil a través de un proceso No Contencioso en la
vía Sumarísima.

Artículo 427. derecho de separación de los Socios.

Este presupuesto se configura cuando la junta no accede a la formalización o


regularización o en todo caso a la solicitud de disolución.

El derecho de separación a causa de la irregularidad es una vía legal para que cualquier
socio abandone la sociedad irregular o de hecho, recuperando su aporte.

Artículo 428. Relaciones entre los Socios y con Terceros.

Los administradores, representantes, en general quienes se presenten ante terceros


actuando en nombre de la sociedad irregular, son personal, solidaria e ilimitadamente
responsables por los contratos y, en general, por los actos jurídicos realizados.

Todos los socios adquirirán la calidad de obligados personales, solidarios e ilimitados si


es que la irregularidad se produjo desde el momento de la constitución; mientras que
para que el socio asuma dicha condición cuando la irregularidad se produce luego de
constituida, es necesario que el socio sea la vez administrador, representante o, en
general, se haya presentado frente a los terceros actuando a nombre de la sociedad.
Esta responsabilidad comprende tanto el cumplimiento de la obligación contraída con
los terceros, así como, en su caso, la indemnización por los daños y perjuicios causados
por actos u omisiones que lesionen directamente los intereses de estos.

Artículo 429. Administración y Representación de la Sociedad.

Este artículo establece las formas en que puede ser administrada y representada una
sociedad irregular y las responsabilidades de ley que ello conlleva.

Artículo 430. Concurrencia de los Acreedores particulares y Sociales.


Este artículo establece que tanto los acreedores particulares de los socios así como los
acreedores de la sociedad irregular, deben concurrir conjuntamente para el cobro de
sus créditos, observando la prelación establecida en la ley del sistema concursal.

Artículo 431. Disolución y Liquidación de la sociedad Irregular.

Para la disolución de estas sociedades debe de considerarse la situación de los socios,


de manera especial la de terceros, pues en muchos casos, estos quedarían
perjudicados si se aceptan todos los casos de rescisión parcial o total que se consideran
para la disolución de la sociedad regularmente constituida.

La liquidación de las sociedades irregulares, debe sujetarse alo previsto en el pacto


social y, en su defecto a las reglas generales contenidas en la ley.

Artículo 432.Insolvencia y Quiebra de la Sociedad irregular.

La insolvencia y sus efectos deben alcanzar a todos los socios.

VII. REGULARIZACION DE LA SOCIEDAD.

De optar por la regularización o formalización de la sociedad, el o los peticionarios


deberán recurrir al órgano jurisdiccional del domicilio de la sociedad irregular,
solicitándole a través de un proceso no contencioso, convoque a Junta General o
Asamblea. Se entiende que en el caso de la Junta Universal no se requerirá la
convocatoria judicial.

Sobre el tema de la regularización de una sociedad irregular cabe distinguir dos


situaciones:

a) En el caso de una sociedad irregular de origen, su regularización importará la


culminación tardía o extemporánea de su proceso fundacional, con la inscripción de la
sociedad, naciendo a partir de dicho acto Registral su personalidad jurídica. En tal
sentido los socios acordarán la elevación a escritura pública del pacto social y/o su
inscripción. Ahora bien, debe tratarse del mismo pacto social que dio origen a la
sociedad, pues si se elaborara otro, estaríamos ante una sociedad distinta y no ante un
supuesto de regularización.

Los efectos de la regularización rigen ex nunc, pues por los contratos y actos celebrados
con anterioridad responde no sólo el patrimonio de la sociedad, sino también el
patrimonio personal de los socios y los administradores. El contraste de los efectos de
un estado a otro, se puede apreciar con mayor claridad cuando quien se regulariza es
una sociedad anónima irregular, pues es a partir de su regularización, que sus socios y
administradores gozarán del beneficio de la responsabilidad limitada.

De acuerdo al art. 163º del Reglamento del Registro de Sociedades aprobado mediante
Resolución del Superintendente Nacional de los Registros Públicos Nºº 200-2001-
SUNARP-SN, la inscripción de la resolución firme que ordene la regularización de las
sociedades no inscritas, se efectuará en mérito del parte judicial correspondiente, así
como de la escritura pública de constitución.

b) Respecto de una sociedad cuya irregularidad es posterior a su inscripción, la


regularización importará que se subsane el defecto o vicio que originó en su momento
la irregularidad. La Junta General acordará la regularización por acuerdo mayoritario de
sus socios.

En el supuesto de que la causa de la irregularidad se haya originado en una


transformación defectuosa la regularización comprenderá la realización de todos los
actos necesarios para que se produzca este tipo de reorganización societaria, esto es,
se adopte el acuerdo de transformación siguiendo las exigencias de la Ley en cuanto a
quórum y mayorías, publicación del acuerdo, Balance de transformación, escritura
pública e inscripción.

Según el art. 162º del citado Reglamento del Registro de Sociedades, la regularización
de las sociedades con irregularidad sobreviniente se inscribe en virtud o en mérito del
acuerdo del órgano social competente adoptado con las formalidades y requisitos de la
Ley y del Reglamento.

VIII. PERSONALIDAD JURÍDICA DE LAS SOCIEDADES IRREGULARES

8.1 ANÁLISIS LEGALISTA VS. ANÁLISIS REALISTA O PRACTICO

De acuerdo al art. 6º de nuestra LGS la sociedad adquiere personalidad jurídica desde


su inscripción en el Registro y la mantiene hasta que se inscriba su extinción.

De lo enunciado se podría deducir lo siguiente:

a) Que las sociedades irregulares de origen no tienen personalidad jurídica; y,


b) Que las sociedades con irregularidad sobrevenida, al haberse inscrito, gozan de
personalidad jurídica, la cual no pierden por el hecho de haber incurrido en irregularidad,
sino que la conservan hasta que culmine su proceso de liquidación y extinción.

Esto quiere decir que en nuestro sistema así como en aquellos en los que se exige el
cumplimiento de la inscripción en el Registro se identifica la inscripción de la sociedad
con la partida de nacimiento de la persona jurídica, tal es el caso de la Ley de
Sociedades Anónimas de España, Ley 1564 de 1989, cuyo art. 7º prescribe que con la
inscripción la sociedad anónima adquirirá personalidad jurídica.
Apoyándose en lo dispuesto por la Ley, un sector de la doctrina considera que las
sociedades irregulares de origen no tienen personalidad jurídica por no encontrarse
inscritas, así se pronuncian autores como el español Joaquín Garrigues y el peruano
Elías Laroza, por citar algunos ejemplos:

Garrigues señala: “La primera consecuencia es la falta de personalidad de la sociedad


irregular. No se trata de una sanción. Lo que acontece es que esa personalidad no se
adquiere sin la inscripción en el Registro”.

Por su parte, Elías Laroza precisa que “En nuestra Ley, el mandato es terminante y está
contenido en el artículo 6. Por ello, no podemos hablar de personalidad jurídica en las
sociedades de hecho ni en las irregulares, aún cuando las normas de los artículos 423
al 432 reconozcan en cierta forma su existencia y regulen determinados efectos legales.
Destacando es sí, las excepciones contenidas en los supuestos especiales de los
incisos 5 y 6 del artículo 42, en los que la sociedad irregular conserva su personalidad
jurídica...”.
Sin embargo, existe otro sector de la doctrina que considera que las sociedades
irregulares sí tienen una personalidad jurídica aunque limitada o restringida. De esta
opinión son por ejemplo, el español Cándido Paz – Ares y el peruano Gonzalo Mercado
Neumann.

El Doctor Paz – Ares señala “las sociedades irregulares poseen una personalidad
jurídica limitada, restringida en el sentido que pueda realizar actos con terceros. Empero,
dicha personalidad limitada puede ampliarse con la inscripción, hecho que producirá la
plenitud de la personalidad jurídica del tipo social”.

En tanto que Gonzalo Mercado Neumann sostiene que “Si se reconoce aptitud legal a
la sociedad irregular para realizar externamente actos con terceros, respondiendo con
el patrimonio social de las consecuencias de su actuación en el tráfico, es porque la
sociedad irregular tiene una personalidad jurídica imperfecta, limitada o básica en
contraposición de la personalidad jurídica plena y completa que surge de la
inscripción...En síntesis, se puede afirmar que la sociedad irregular posee un grado de
subjetivación jurídica con entidad suficiente para ser parte activa y pasiva de relaciones
con terceros, respondiendo de su actuación en el tráfico.”
CONCLUSIONES

La irregularidad de las sociedades mercantiles deriva del incumplimiento del mandato


legal que exige que la constitución de las mismas se haga constar en escritura pública
o del hecho de que, aun constando en esa forma, la escritura no haya sido debidamente
inscrita en el Registro Respectivo.

La ley general de Sociedades, de una u otra manera protege a las personas que
contratan o mantienen relaciones con las sociedades irregulares, a fin de que no se
vean perjudicados por los actos realizados por dichas sociedades, teniendo bien
marcadas las responsabilidades a las que están sujetas dichas sociedades.

El derecho reconoce la existencia y validez de las sociedades irregulares en


salvaguarda de la seguridad del tráfico y de la protección de los terceros que contratan
con ellas.

Las sociedades irregulares de origen no son personas jurídicas pero sí son sujetos de
derecho especiales. Por su parte, las sociedades con irregularidad sobrevenida no
pierden su personalidad jurídica por haber incurrido en irregularidad, pues al igual que
las sociedades regulares, la mantienen hasta que se inscriba su extinción.
BIBLIOGRAFÍA

1. BARRETO MUGA, Augusto. “Los Contratos en las Sociedades Civiles y Mercantiles”.


Lima – Perú. Editorial FECAT. Págs. 734.

2. BEAUMONT CALLIRGOS, Ricardo. “Comentarios a la Nueva Ley General de


Sociedades”. Lima- Perú. 1998. GACETA JURÍDICA EDITORES. Págs.798.

3. MONTOYA MANFREDI, Ulises. “Derecho Comercial” Tomo I. Lima-Perú. 1998. 9na.


Edición. Editorial GRIJLEY. Pág. 810.

4. OSORIO RUIZ, Zaida.”Procesos civiles en el marco de la Ley general de Sociedades”,


Lima-Perú. 2000.GACETA JURÍDICA EDITORES. Págs. 421.

5. TORRES CARRASCO, Manuel Alberto. “Responsabilidad de los Socios en la


Sociedades Anónimas Irregulares”. En Actualidad Jurídica. Tomo 89. Abril del 2001.

GACETA JURÍDICA EDITORES. MONTOYA MANFREDI, Ulises. “Derecho Comercial”


Tomo I. Lima-Perú. 1998. 9na. Edición. Editorial GRIJLEY. Pág. 725.

BARRETO MUGA, Augusto. “Los Contratos en las Sociedades Civiles y Mercantiles”.


Lima – Perú. Editorial FECAT. Pág.449.
OSORIO RUIZ, Zaida. “Procesos civiles en el marco de la Ley general de Sociedades”,
Lima-Perú. 2000.GACETA JURÍDICA EDITORES. Págs. 158-159.
TORRES CARRASCO, Manuel Alberto. “Responsabilidad de los Socios en la
Sociedades Anónimas Irregulares”. En Actualidad Jurídica. Tomo 89. Abril del 2001.

GACETA JURÍDICA EDITORES. Págs. 82-83. OSORIO RUIZ, Zaida .Op. Cit.

Pág.159. MONTOYA MANFREDI, Ulises. Op. Cit. Pág.729. OSORIO RUIZ, Zaida. Op.
Cit. Pág.160.

TORRES CARRASCO, Manuel Alberto. Op. Cit, Pág.85.

BEAUMONT CALLIRGOS, Ricardo. “Comentarios a la Nueva Ley General de


Sociedades”. Lima- Perú. 1998.

GACETA JURÍDICA EDITORES. Pág.720.


Apuntes sobre la sociedad irregular

Joe Navarrete, asociado al estudio Payet, Rey, Cauvi, Pérez Abogados analiza 5
aspectos principales para entender las sociedades irregulares en el país.

Joe Navarrete, abogado por la UNMSM y asociado del Payet, Rey, Cauvi, Pérez
Abogados

Apuntes sobre la Sociedad Irregular

1. Modalidades

La Ley General de Sociedades ha establecido una variedad de supuestos para calificar a


una sociedad de “irregular”. Haciendo un breve repaso de los supuestos establecidos en el
artículo 423 de la Ley General de Sociedades[1] podemos apreciar que dentro de la categoría
legislativa de la “irregularidad” se encuentran supuestos vinculados con categorías doctrinarias
como (a) “la sociedad en formación” (“es irregular la sociedad que no se ha constituido e inscrito
conforme a esta ley” y numerales 1 al 4 del artículo 423) o (b) la “sociedad de hecho” (“la
situación de hecho que resulta de que dos o más personas actúan de manera manifiesta en
sociedad sin haberla constituido e inscrito”), así como otros supuestos que, en palabras de
Enrique Elías, se asimilan “modernamente”[2] a la irregularidad, tales como (c) la
transformación en otro tipo societario con algún vicio formal o (d) el continuar operando a pesar
de haber incurrido en una causal de disolución establecida por ley.

Ahora bien, debo hacer notar que dicho tratamiento dispar de variados supuestos obedece a un
criterio de técnica legislativa más que a una “pureza doctrinal” ya que, al menos doctrinalmente,
las categorías allí reguladas corresponden a conceptos diferentes. Así por ejemplo, Enrique Elías,
al hacer referencia a la sociedad regular y a la sociedad de hecho señala, que “[e]l que las
legislaciones, con frecuencia, las regulen a ambas en forma conjunta, como es el caso de nuestra
nueva LGS, y que, inclusive, las sometan a un tratamiento igual o similar, no significa en forma
alguna que se desconozca esa diferencia […]”[3]

2. Concepto

Dicho lo anterior, considero que nos encontramos ante una sociedad irregular en todos aquellos
casos en los que la actividad de dos o más personas para realizar una actividad económica no ha
sido formalizada en concordancia con los parámetros establecidos por la ley o habiendo sido
cumplidos estos previamente, ya sea producto del cambio de forma social o de la actividad de
la sociedad, se han dejado de cumplir. En líneas generales, la sociedad irregular, tal como su
nombre lo indica, sería aquella sociedad que no cumple con los parámetros regulares
establecidos en la ley, ya sea desde un comienzo o posteriormente al haber dejado de ser
considerada como una sociedad regular.
3. Existencia de la sociedad irregular

Uno de los temas que considero de suma importancia en el tratamiento de la irregularidad de


la sociedad es el de tener en claro que la sociedad irregular no es una sociedad inexistente. La
irregularidad presupone la existencia de la sociedad a efectos de poder predicar la misma la
irregularidad. En apoyo de lo anterior, tómese en cuenta que cuando el artículo 5 de la Ley
General de Sociedades establece que la sociedad se “constituye” por escritura pública no ha
establecido que la inobservancia de dicha formalidad acarrea la nulidad del acto jurídico, tal
como lo demanda el artículo 144 del Código Civil, es cual establece claramente que “[c]uando la
ley impone una forma y no sanciona con nulidad su inobservancia, constituye sólo un medio de
prueba de la existencia del acto”.

De la misma opinión, parecería haber sido Enrique Elías cuando señalaba que, haciendo
referencia a las pretensiones de terceros, de la sociedad y de los propios socios frente a la
sociedad en los casos de irregularidad de la misma, “para estos casos la Ley trata a la sociedad
como sujeto de derecho independiente, aun cuando ella carezca de personalidad jurídica” [4]. Y
es que no debería quedar duda que en este caso la discusión no estriba respecto de la
personalidad jurídica de la sociedad, la cual evidentemente no tiene y solo obtendrá con la
inscripción de la misma en los registros públicos, sino en el hecho de que dicha sociedad
existente es un sujeto de derecho, categoría está mucho más amplia que la de persona jurídica.
Por eso, sólo y en tanto y en cuanto se les reconozca subjetividad jurídica a la sociedad podemos
considerar que la misma es responsable frente a terceros.

4. Principales consecuencias de la irregularidad

La irregularidad de la sociedad trae aparejada las siguientes principales consecuencias jurídicas:

 Respecto de los administradores, representantes y los que actúen en nombre de la


sociedad irregular

Los administradores (miembros del Directorio o gerentes), representantes y, en general, quienes


se presenten actuando en nombre de la sociedad irregular son personal, solidaria e
ilimitadamente responsables por los contratos y, en general, por los actos jurídicos realizados
desde que se produjo la irregularidad.

Al respecto, debe tomarse en cuenta lo siguiente:

a) A efectos de determinar el momento desde el cual se debería aplicar este tipo de


responsabilidad, es de vital importancia tomar en cuenta, para el caso de la denominada
“sociedad en formación”, los plazos establecidos en los numerales 1° al 4° del artículo 423. Antes
de dichos plazos, no se aplicará de manera directa la consecuencia señalada en el presente
numeral.

b) Otro tema a tomar en consideración es que la Ley General de Sociedades ha circunscrito la


responsabilidad a aquella que derivaría de un vínculo nacido por la voluntad de las partes (los
actos jurídicos en general) dejando abierta y a interpretación qué pasa en aquellos casos en los
que se genere un daño de tipo extracontractual y, por ende, surja, cumplidos determinados
presupuestos, la obligación del resarcimiento de daños.

c) Una vez determinada la responsabilidad solidaria de los administradores, cabe la pregunta de


ante qué tipo de responsabilidad nos encontramos. Así, “[d]e lo que se trata es de discernir si
estamos ante una responsabilidad específica o responsabilidad por cumplimiento (en cuyo caso
el tercero podría pretender del administrador la misma prestación que le adeuda la sociedad) o
ante una responsabilidad genérica o responsabilidad por daños (en cuyo caso el tercero sólo
estaría legitimado para reclamar indemnización de daños y perjuicio ocasionados por el
incumplimiento de la sociedad)”[5].

Al respecto, el artículo 424 de la Ley General de Sociedades, es claro al señalar que las
responsabilidades establecidas comprenden el cumplimiento de la respectiva obligación, así
como, en su caso, la indemnización por los daños y perjuicios, causados por actos u omisiones
que lesionen directamente los intereses de la sociedad, de los socios o de terceros.

Señalado lo anterior, queda claro que en nuestro ordenamiento jurídico, la responsabilidad


aplica tanto a la responsabilidad en específico y a la responsabilidad genérica.

d)Adicionalmente, la existencia de la responsabilidad civil que pudiera existir no elimina, en su


caso, aquella responsabilidad penal que pudiera corresponder a los sujetos señalados en el
presente numeral.

4.2. Respecto de los socios

La irregularidad de la sociedad no implica que los socios se encentren exonerados de cumplir


con los aportes y las prestaciones (adicionales) a las que se hubieran comprometido, ya sea en
el pacto social o en acto posterior[6], tal como lo establece el artículo 425° de la Ley General de
Sociedades.

Al respecto, dicho artículo 425° establece que dicha obligación debe ser cumplida “en todo
cuanto sea necesario para cumplir el objeto social o, en caso de liquidación de la sociedad
irregular, para cumplir con las obligaciones contraídas con terceros” y “si no hubiera estipulación
al respecto se considera que todos los socios deben aportar en partes iguales” (en este último
caso, de seguro, en clara alusión a la sociedad de hecho en la cual a través de conductas
concluyentes se lleva a cabo una actividad societaria sin que, por lo general, exista algún acuerdo
expreso respecto de los porcentajes de aporte de cada socio).

Otra de las consecuencias frente a los socios, derivada de la irregularidad de la sociedad, es que
a la responsabilidad de los sujetos señalados en el numeral 4.1 anterior, se le suma la
responsabilidad de los socios. Aquello se da en los casos en los que la “irregularidad” existe
desde la constitución de la sociedad, es decir, nuevamente, en el caso de las “sociedades en
formación” y, además, en el caso de las “sociedades de hecho”.

Adicionalmente, al igual que el de los sujetos señalados en el numeral 4.1 anterior, la


responsabilidad civil aplicable no elimina la responsabilidad penal que pudiera existir respecto
de los socios.

5. Irregularidad: No adecuación a la nueva Ley General de Sociedades

La Primera Disposición Transitoria de la Ley General de Sociedades estableció un plazo a efectos


de que las sociedades constituidas bajo la anterior Ley de Sociedades puedan adecuar su pacto
social y estatuto a la nueva Ley General de Sociedades. Dicho plazo fue ampliado en repetidas
oportunidades hasta que, finalmente, la Ley N° 27388 prorrogó el plazo de adecuación por
última vez hasta el 31 de diciembre de 2001.

Por su parte, la Segunda Disposición Transitoria de la Ley General de Sociedades estableció las
consecuencias del incumplimiento de lo señalado en la Primera Disposición Transitoria antes
señalada, siendo las siguientes:
a) Al vencimiento del plazo señalado en la primera disposición transitoria, devienen en
irregulares las sociedades que no se hubieran adecuado a la Ley General de Sociedades.

b) Los socios o administradores, según corresponda, que no cumplan con ejecutar los actos que
les competan necesarios para adoptar los acuerdos requeridos para adecuar oportunamente el
pacto social o el estatuto de la sociedad, responderán personal, solidaria e limitadamente
frente a terceros y a la propia sociedad de todo perjuicio que causare su incumplimiento.

Nótese que en este caso, a diferencia de la responsabilidad solidaria establecida en el artículo


424° de la Ley General de Sociedades, no se ha establecido expresamente que la responsabilidad
corresponda a la responsabilidad específica y a la responsabilidad genérica sino que más bien
del texto se podría deducir que en este caso, la responsabilidad sólo está circunscrita a la
responsabilidad genérica, es decir al pago de una indemnización.

______________________________________________________________

[1] “Artículo 423.- Causales de irregularidad

Es irregular la sociedad que no se ha constituido e inscrito conforme a esta ley o la situación


de hecho que resulta de que dos o más personas actúan de manera manifiesta en sociedad sin
haberla constituido e inscrito. En cualquier caso, una sociedad adquiere la condición de
irregular:

1. Transcurridos sesenta días desde que los socios fundadores han firmado el pacto social
sin haber solicitado el otorgamiento de la escritura pública de constitución;

2. Transcurridos treinta días desde que la asamblea designó al o los firmantes para otorgar
la escritura pública sin que éstos hayan solicitado su otorgamiento;

3. Transcurridos más de treinta días desde que se otorgó la escritura pública de


constitución, sin que se haya solicitado su inscripción en el Registro;

4. Transcurridos treinta días desde que quedó firme la denegatoria a la inscripción


formulada por el Registro;

5. Cuando se ha transformado sin observar las disposiciones de esta ley; o,

6. Cuando continúa en actividad no obstante haber incurrido en causal de disolución


prevista en la ley, el pacto social o el estatuto.”

[2] ELÍAS LAROZA, Enrique, Derecho Societario Peruano, La Ley General de Sociedades del Perú,
Tomo II, Lima: Gaceta Jurídica, 2015, p. 652.

[3] ELÍAS LAROZA, Enrique, Derecho Societario Peruano, La Ley General de Sociedades del Perú,
Tomo II, Lima: Gaceta Jurídica, 2015, p. 652.

[4] ELÍAS LAROZA, Enrique, Derecho Societario Peruano, La Ley General de Sociedades del Perú,
Tomo II, Lima: Gaceta Jurídica, 2015, p. 668.

[5] PAZ-ARES, Cándido, La sociedad mercantil: mercantilidad e irregularidad de las sociedades,


en URÍA, Rodrigo y MENÉNDEZ, Aurelio, Curso de Derecho Mercantil, Tomo I, Segunda Edición,
Navarra: Aranzadi, 2006, p. 559
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Presentación del tema: "Sociedades irregulares"— Transcripción de la presentación:

1 Sociedades irregulares
Erika castilloAndrea ventura

2 Sociedades irregulares
Se consideran sociedades irregulares, todas aquellas sociedades mercantiles en que el acto de
constitución no se haya hecho constar en escritura pública y aquellas otras en que dicha
escritura no haya sido inscrita en el Registro de Comercio.

3 Las sociedades no inscritas en el registro publico de comercio que se hayan exteriorizado como
tales, frente a terceros consten o no en escritura publica, tendrán personalidad jurídica, y de la
misma forma se obligaran al pago de obligaciones que se requieren al constituirse esta,
adquiriendo responsabilidades subsidiarias, solidarias e ilimitadas.Las relaciones internas de las
sociedades irregulares se regirán por el contrato social respectivo, y, en su defecto por las
disposiciones generales y por las especiales de esta ley, según la clase de sociedad de que se
trate.

4 Subsidiaria.-que reconozcan los actos de terceros


Solidaria.- Realizar los pagos de la sociedad al 100 % de las obligaciones que hayan quedado
pendientes.Ilimitada.- Nos referimos a adquirir la responsabilidad absoluta de los derechos y
obligaciones, así como las consecuencias de las mismas.Los socios no culpables de la
irregularidad, podrán exigir daños y perjuicios a los culpables y a los que actuaren como
representantes o mandatarios de la sociedad irregular.Los que realicen actos jurídicos como
representantes o mandatarios de una sociedad irregular, responderán del cumplimiento de los
mismos frente a terceros, subsidiaria, solidaria, e ilimitadamente, sin perjuicio de la
responsabilidad penal, en que hubiere incurrido, cuando los terceros resultaren prejuiciados

5 Causas de irregularidad de una sociedad.


I.- Por no cumplir con el registro del acta constitutiva.II.- Por no contar con la escritura publica
del acta.

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Diapositiva disolucion ,liquidacion y extincion de la perona juridica

1. 1. Nombre: Vanessa K. Güere Cano Curso: Derecho Civil Profesor: Óscar Ruíz Tema:
Disolución, LiquidaciónY Extinción de la Persona Jurídica Ciclo: II

2. 2. Es la primera etapa para ponerle fin a una empresa.


3. 3. Es el estado de la sociedad proveniente de causas legales, contractuales o
estatutarias, que impiden la continuación normal del ejercicio del objeto social.

4. 4. 1.Vencimiento del plazo de duración. 5.Acuerdo de la Junta de Acreedores.

5. 5. Sociedad en Comandita por Acciones:

6. 6. 2.La solicitud de inscripción se presenta al Registro dentro de los diez días de


efectuada la última publicación, 1.Declarada la disolución deberá publicarse, dentro de
los diez días siguientes, posteriormente, ins cribirse en los Registros Públicos. 3.copia
certificada notarial del acta que decide la disolución 4.La inscripción solo puede
realizarse previa publicación de acuerdo de disolución.

7. 7. No es un acto, sino un procedimiento, una serie de operaciones sucesivas dirigidas a


hacer posible el reparto del patrimonio social entre socios, previa satisfacción de los
acreedores sociales.

8. 8. Es de conocimiento general, en salvaguarda de los derechos de los acreedores. Para


ello debe darse la debida publicidad, inscribiéndose el acuerdo en el Registro Público.

9. 9. 1ra. Etapa Realización de activos. Pago a acreedores 2da. Etapa Distribución entre los
socios del haber social remanente

10. 10. Ricardo Beaumont Callirgos Cambia el objeto social Cambia la representación
Cambia la razón o denominación social

11. 11.  Son designados por la Junta General, los socios o jueces.  Los liquidadores
cubrirán los puestos de los administradores convirtiéndose en representantes de la
sociedad.

12. 12. Elaboración y cuidado de libros y correspondencia. Requerir la colaboración a los


directores Exigir el pago de los créditos y de los dividendos pasivos. Pagar a los
acreedores. Velar por la integridad del patrimonio social. Convocar a Junta General
cuando lo considere necesario Formulación de balances anuales.

13. 13. Por haberse realizado la liquidación. Por resolución judicial. Por renuncia o remoción
(Junta General). La responsabilidad de los liquidadores caduca luego de dos años de
haberse efectuado la liquidación.

14. 14. La extinción de la Personalidad Jurídica se da a través de un proceso, que se inicia


con la disolución y termina con la extinción propiamente dicha.

15. 15. A partir de aquí se pone punto final a la existencia de la sociedad como persona
jurídica, por tanto deja de ser sujeto de derecho y obligaciones

16. 16. Al inscribirse la extinción de la sociedad, se debe indicar: El nombre y domicilio de la


persona encargada de la custodia de los libros y documentos de la sociedad.

17. 17. La disolución es el fin de cualquier relación de la empresa con los demás (Socios,
Acreedores, Clientes, Estado, etc.) La liquidación es la etapa en la cual la sociedad
convierte sus activos en dinero en efectivo, salda sus acreencias y finalmente reparte el
haber social. La extinción es el último paso para en el ciclo de vida de la empresa.
Culmina con la inscripción en el registro de la extinción de la sociedad

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