La Respiración y La Salud Entrevista
La Respiración y La Salud Entrevista
La Respiración y La Salud Entrevista
R. Existe por ahí una pregunta para niños, que dice: Qué es lo que siempre harás, desde
que naces hasta que mueres, qué es lo que siempre haces estando dormido o despierto,
qué es lo que siempre haces así estés comiendo o caminando? Y la respuesta
obviamente: Lo que siempre hacemos: es respirar!
La respiración es una función muy natural del cuerpo, una función instintiva y que
empezó desde la primera vez que tomamos aire, como comentario diremos que cuando
nacimos y salimos del vientre materno, la primera función que tuvo que activarse
primeramente es la respiración para garantizar la vida de esa criatura, por lo cual el
doctor tiene que dar una palmada a veces al bebé, con el objetivo de que llore y claro
forzarlo a respirar. Podríamos decir entonces que la vida fuera del vientre materno
empezó con una inhalación, o sea una absorción de aire y al momento de morir la
persona lo que hace es exhalar, o sea botar aire, no hay persona por eso que al morir no
"exhale el ultimo aliento".
Hay una frase hermética muy antigua que dice "todo respira, todo fluye y refluye, todo
exhala Y absorbe" y que la comenta el Gran Humanista contemporáneo Samael Aun
Weor, y esta frase se corresponde con los movimientos en el universo los cuales son
base de su existencia, la fuerza de atracción y repulsión, fuerzas centrípetas y fuerzas
centrífugas. Entonces este inhalar y exhalar, ritmo respiratorio del ser humano tiene
correspondencias con el ritmo del universo.
La respiración es una función biológica del cuerpo, que realiza para exhalar o botar el
dióxido de carbono del cuerpo y a la vez para inhalar el oxígeno tan indispensable para
la vida, para esto tenemos todo un sistema respiratorio, cuyo principales órganos son
los dos pulmones.
Dicha Ciencia Pránica fue tratada especialmente en oriente y ahí justamente, en base a
sus textos, podemos nosotros llenarnos de esta sabiduría.
Encontramos frases como las siguientes que dicen "quién domina su respiración es un
ser que puede aprender a dominar sus pensamientos y quién domina sus pensamientos,
puede aprender a dominar sus emociones". Esta ciencia, si la aprendemos, nos da
múltiples beneficios.
Existen tres tipos de alimentos como tu bien has mencionado, el primer tipo de alimento
es el más conocido, es el alimento físico, el desayuno, el almuerzo, la cena, la comida,
etc. su importancia para la vida es importante, pero no es el mas determinante, ya que
una persona puede vivir varios días sin comer. Mahatma Gandhi, por ejemplo vivió 40
días sin comer, estando en ayuno, algo similar hizo Jesús el Cristo en el desierto,
entonces este alimento no es el más importante ya que podemos estar sin él varios días,
el segundo tipo de alimento que es la respiración, es el más importante... por qué?
Porque sin respirar cuánto tiempo podría vivir un ser humano, un minuto y tal vez ya
se ahoga, es más determinante para la vida..
Houdini recordemos que era famoso también por su capacidad para aguantar la
respiración, por más de tres minutos.
Hoy en día sin embargo existen récords extraordinarias el record actual, el mayor
tiempo sin respirar bajo el agua, lo tiene el francés Stefane Mifsud que en 2009 logró el
impresionante tiempo de 11 minutos 35 segundos, lo cual es asombroso, también hay
modalidades en los cuales una persona puede tomar oxígeno puro antes de sumergirse
en el agua, durante 30 minutos, es así que a través de esta técnica. El record guiness lo
logró en el 2012 Stig Severinsen con la impresionante marca de 22 minutos bajo el agua,
sin respirar, claro con la ayuda del oxígeno puro durante 30 minutos antes de
sumergirse.
Sin embargo a pesar de estas proezas actuales sin respirar no podemos pasar mas allá
de los esos minutos y eso que con grandes disciplinas durante años.
Podemos y debemos afirmar por consiguiente que la respiración, viéndolo por este
ángulo, es más importante, que el alimento físico, pero inclusive hay un alimento que es
más importante que los ya mencionados, pero eso es otro tema.
Entonces nos damos cuenta de la importancia de la respiración, pero por qué llamarlo
alimento?
R. Es un tipo de alimento. nadie niega que nos alimentamos de oxígeno, pero hay algo
más a través de la ciencia pránica, esta respiración nos llena de energía, de vitalidad y
de fuerza, de dinamismo y hasta de optimismo, por eso es un tipo de alimento, que si
sabemos aprovechar el aire que nos circunda podemos a través de él llenarnos de más
energía.
R. Para tal efecto debemos hacer un estudio previo de los pulmones, principales órganos
del sistema respiratorio y justamente se compone de tres partes: Tenemos la zona
abdominal, la zona intercostal y la zona clavicular, esto quiere decir que vamos a dividir
los pulmones en tres segmentos de abajo hacia arriba, en la parte de abajo está la zona
abdominal, en la parte intermedia es justamente la parte llamada la zona intercostal, y
la zona alta de los pulmones se llama la zona clavicular, cuando observamos las
imágenes de los pulmones nos damos cuenta como, de arriba hacia abajo, los pulmones
van ensanchándose más. Es por esto que la zona abdominal absorbe el 50% del aire, en
la zona intercostal el 30% y la zona clavicular el 20% del aire
Cuando a una persona le decimos que llene los pulmones, que saque pecho, lo normal
es que realice una respiración de tipo clavicular e intercostal, es decir llenando el
espacio superior, esto viene a ser realmente una respiración deficiente ya que para
llenar los pulmones al máximo debemos empezar primero por la zona abdominal,
llenando en primer término, la zona inferior de los pulmones que agolpa el 50% del
aire, posteriormente llenaríamos la zona media y posteriormente la zona alta, y el llenar
el máximo de los pulmones, viene a resultar la respiración que se llama la respiración
completa, es decir que la respiración que hacemos normalmente es respiración
incompleta, no llena completamente la capacidad pulmonar, de acuerdo a ciertos
estudios el ser humano tiene 25mil respiraciones al dia, por ende cada respiración
estaría en el margen de tres a 4 segundos.
Esto quiere decir que respiramos para sobrevivir pero no para vivir, esto quiere decir
que si realmente utilizamos la mayor capacidad pulmonar, lógicamente estaremos
oxigenando más nuestro organismo dándonos más salud y mejorando también nuestra
calidad de vida. No estamos utilizando toda la capacidad de oxigenarnos
R. Así es pero permíteme explicar primero lo que son las partes de la respiración,
resulta que la respiración se compone normalmente de dos partes: la inhalación y
exhalación, es decir que tomamos aire y la expulsamos, existen sin embargo, otros tipos
de respiración, el segundo tipo sería el cual está el proceso de retención, es decir,
inhalamos, retenemos y exhalamos. Esto fundamentalmente es importante para
muchas prácticas de respiración, existe el tercer tipo de respiración , en el cual:
inhalamos, retenemos, exhalamos y retenemos, Saber las partes de la respiración es
importante, asimismo saber sobre la armonía de la respiración esto quiere decir que
debemos hacer respiraciones profundas y con cierto ritmo, por ejemplo para esta
respiración completa vamos entonces a inhalar durante cinco segundos, retener
durante cinco segundos y exhalar durante cinco segundos. Es importante retener el
aire, se demuestra la mejor alcalinización de la sangre, esto es, que en el proceso de
retención existe mayor intercambio de oxígeno y del dióxido de carbono, la retención
es fundamental para oxigenarnos, para relajarnos, etc. entonces empezaríamos la
práctica de respiración completa.
Para las personas interesadas en oxigenar su cuerpo, se lo vamos a explicar cómo deben
hacerlo:
Cuál sería la ventaja de poder llegar estos niveles tan profundos y de mayor tiempo en
inhalación, retención y exhalación?
R. Es realmente muy importante, en la india milenaria hay una frase que dice "quien
respira menos vive más"
Esto parecería absurdo ya que quien respira menos pues vive menos?
Efectivamente la lógica nos podría llevar a esa conclusión, sin embargo, esta frase tiene
explicaciones profundas. Se dice que quien respira menos vive más, ya que si la persona
realiza por ejemplo, las prácticas de respiración completa en niveles donde la persona
puede llegar a 10 segundos inhalando, 10 segundos reteniendo y 10 seg exhalando,
indiscutiblemente aumentando el tiempo de cada inhalación, retención y exhalación
disminuimos el número de respiraciones pero las hacemos de mejor calidad, de mayor
oxigenación, de mayor vitalidad, etc. Por ejemplo en el cuarto nivel, en el cual una
persona ha llegado a inhalar durante 20 segundos, a retener durante 20 segundos y
exhalar durante 20 segundos, esto nos daría una respiración completa en un minuto, y
60 respiraciones en una hora, pero serían respiraciones completas, llenando los
pulmones, etc. y no las respiraciones cortas e incompletas que siempre hacemos,
entonces entendemos mejor la frase que dice "QUIEN RESPIRA MENOS VIVE MAS" y de
ahi porque basan en oriente uno de los mejores secretos de la longevidad a respirar
mejor.
R. Los que quieran entrar en esta ciencia deben abstenerse de fumar, el vicio del cigarro
es perjudicial para la salud y la correcta respiración, debemos saber que siempre
debemos inhalar por la nariz y nunca por la boca, ya que las vellosidades y las mucosas
que encontramos en esta zona sirven para filtrar el aire de impurezas que no deben
entrar al organismo y sirve para calentar el aire que respiramos.
Por otra parte, si persistimos en respirar por la boca, finalmente se te tapa la nariz y
tiendes a caer resfriado, sientes la cabeza pesada y todos los inconvenientes que lo
acompañan.
Al realizar los ejercicios de la ciencia pránica al principio por falta de costumbre, los
ejercicios pueden dar ciertos mareos, el cerebro dice: “Waw tanto oxígeno que estoy
recibiendo, no estaba acostumbrado a esta maravilla”...
Vamos a sentir que al principio necesita de esfuerzo pero cada día se hará más fácil, Vas
a ver los colores con más claridad y a los pocos minutos de hacer cualquier ejercicio te
sentirás mejor.
Hay personas que una caminata cuesta arriba los deja jadeantes pero con estos
ejercicios vas a ver que podrás hacer esfuerzos físicos fuertes y no vas a agitarte tanto.
Esto lo podemos verificar en ciertos lamas del tibet que pueden caminar montañas y
montañas con una rapidez increíble, con tanta celeridad y prontitud, que incluso viejos
lamas dejan atrás a los neófitos que siendo más jóvenes no los alcanzan. Ellos saben
absorver la parte energética del aire, que llaman prana ese es su secreto y secreto que
cualquiera puede acceder si practica estos ejercicios.
Para esto hay que Inhalar profundamente, haz tres respiraciones completas. No, por
favor, no esas inspiraciones cortitas. Tienes que aspirar profundamente, todo lo más
profundamente que puedas; llena los pulmones, levanta el pecho y llénate de aire. Muy
bien. Eso. Ahora, en la tercera inhalación, debes retener ese aire unos cuatro segundos,
junta los labios como si fueras a silbar. Pero no hinches las mejillas. Sopla un poco de
aire por la abertura de los labios, con todo el vigor que puedas.
Sopla con fuerza, suelta el aire. Después, detente un segundo, reten el aire que queda.
Sopla otro poco, sopla el aire restante de modo que no quede nada en tus pulmones.
Sopla con toda la fuerza que puedas. Recuerda que, en este caso, debes exhalar con el
mayor vigor por la abertura de los labios. Dime la verdad, ¿no te parece
extraordinariamente refrescante?...
Ahora vamos a aumentar tu fuerza nerviosa, ponte de pie bien derecho. Inhala todo el
aire que puedas; después cuando te parece que tienes los pulmones completamente
llenos, aspira un poco más. Exhala lentamente. Lentamente. Vuelve a llenar del todo los
pulmones y contiene esa respiración. Extiende los brazos al frente con bastante fuerza
para mantenerlos horizontales, pero haz el menor esfuerzo posible. Ahora mírame.
Lleva las manos a los hombros, construyendo gradualmente los músculos de tal modo
que, cuando las manos toquen los hombros, los músculos estén completamente tensos
y los puños cerrados. Cierra las manos con tal fuerza que sientas temblar tus manos,
Manteniendo siempre los músculos tensos, extiende los brazos lentamente, después
recógelos con rapidez. Hazlo varias veces, seis por lo menos. Exhala vigorosamente por
la boca, con los labios algo cerrados como te enseñe antes, como si fueras a silbar. Sopla
con toda la fuerza que puedas. Después de hacerlo varias veces, práctica otra vez la
respiración de limpieza.
Quiero destacar otra vez que la rapidez con que recoges los puños y la tensión de los
músculos determinan el beneficio que obtienes del ejercicio. Naturalmente, habrás
cuidado de llenar bien los pulmones, antes de empezar.
En el Tibet no solamente curan con hierbas, sino también por medio de la respiración.
Esta es, en verdad, la fuente de la vida.
-Honorable Maestro -repliqué, sin aliento-. Mi esfuerzo ha sido muy grande porque he
subido al monte en zancos.
Me miró con tristeza y movió la cabeza resignado. Suspiró y me indicó que me sentara.
Durante algún tiempo permanecimos en silencio. Sólo se oía el jadeo de mi respiración,
que se esforzaba por normalizarse.
Había querido presumir delante de los peregrinos, por el camino de Linghor, de que los
monjes de Chakpori podíamos andar mejor y más rápidamente en zancos que las demás
personas de Lhasa. Para demostrarlo aún mejor había corrido en zancos monte arriba.
Pero en cuanto estuve fuera de la vista de los peregrinos, tuve que dejarme caer agotado
y mi Guía me había sorprendido en tan lamentable estado.
-Lobsang, ya es hora de que aprendas algo más. Te has divertido ya bastante. Ahora,
como acabas de demostrar, lo que necesitas es aprender la ciencia de la buena
respiración. Ven conmigo. Veremos lo que podemos hacer.
Siguió subiendo el monte y yo fui tras él de mala gana después de haber recogido los
zancos, caídos por allí cerca. Mi Guía caminaba con gran facilidad, como si se deslizase.
Sus movimientos no traslucían ni el menor esfuerzo, mientras que yo, muchísimos años
más joven, le seguía cansado y jadeante, como un perro en un tórrido día de verano.
-Pero, Honorable Maestro -repliqué-, llevo nueve años o más respirando bastante bien.
¿De qué otra manera se puede respirar?
-Lobsang, debes tener en cuenta que la respiración es la fuente de la vida. Puedes andar
y también puedes correr, pero, sin una respiración adecuada, no podrás hacer ni lo uno
ni lo otro. Debes aprender un nuevo sistema y, ante todo, debes fijarte un tiempo para
la respiración, pues, hasta que no sepas cuánto tiempo debes emplear cada vez que
respiras, no habrá modo de que respires bien.
-Fíjate en tu pulso. Ése marcha al ritmo de uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis. Pon tú
mismo un dedo sobre el pulso para que lo sientas y entonces entenderás de qué estoy
hablando.
Así lo hice; puse un dedo sobre la muñeca izquierda y sentí el ritmo de mi pulso como
él me había dicho: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis. Miré a mi Guía, que hablaba de
nuevo:
-Si te fijas, te darás cuenta de que inhalas mientras tu corazón da seis latidos. Pero eso
no basta. Tendrás que variar mucho ese ritmo respiratorio y no tardaremos en hablar
de ello.
-Debes saber, Lobsang, que vosotros, los chicos (os he estado observando muchas veces
mientras jugáis), os cansáis porque no sabéis lo esencial de la respiración. Creéis que
es una cosa natural y que mientras entre y salga el aire en el cuerpo, todo ira bien. Pero
ése es un gran error, pues hay cuatro modos principales de respirar; así que
examinémoslos y veamos para qué sirven y en qué consisten. El primer método es muy
pobre. Se conoce con el nombre de «respiración alta», porque en este sistema sólo se
emplea la parte alta del pecho y los pulmones, y deberías saber ya que ésa es sólo la
parte mas reducida de nuestra capacidad respiratoria. De modo que cuando utilices
este sistema «alto» metes muy poco aire en tus pulmones y, lo que es peor, dejas una
buena cantidad de aire viciado en los profundos rincones de tu sistema respiratorio.
Observa cómo, al respirar así -y me hizo la demostración practica-, sólo se mueve la
parte superior del pecho. La parte inferior y el abdomen se quedan inmóviles y eso es
muy perjudicial.
-Mira, ésta es la respiración alta. Observa la posición forzada que he de adoptar. Pero
ya sabrás mas tarde que éste es el tipo de respiración practicado por la mayoría de los
occidentales, mejor dicho, casi todo el mundo, fuera del Tibet y la India.
Yo le miraba asombrado, con la boca abierta. La verdad es que nunca pensé que respirar
fuese algo tan difícil. Creí que lo sabía hacer bastante bien y ahora veía que estaba
equivocado.
-Lobsang, tienes que prestarme más atención. Veamos ahora el segundo sistema de
respiración, el que se conoce como «respiración media». Tampoco es muy buena. No
merece la pena de que nos entretengamos con ella, pues no quiero que la utilices, pero
cuando vayas a Occidente oirás a la gente referirse a esa manera llamando la
respiración «de costillas», o respiración en el que el diafragma permanece inmóvil. El
tercer sistema es el de la «respiración baja» y aunque quizá sea un poco mejor que los
otros dos, tampoco es el correcto. Alguna gente llama a este sistema «respiración
abdominal». Los pulmones no se llenan por completo de aire, de modo que no se
renueva completamente el aire, conque también se producen el aire viciado, el mal
aliento y la posibilidad de una enfermedad. De manera que no debes acordarte de esos
sistemas de respiración, sino utilizar, como hago yo y como hacen otros lamas de aquí,
la «respiración completa», que deberás hacer así.
«Muy bien -pensé-, ahora voy a aprender algo que verdaderamente merece la pena;
pero, entonces, ¿para qué me ha hablado de los otros sistemas si había de advertirme
que no me acordase de ellos?»
-Porque, Lobsang -dijo mi Guía, el cual, evidentemente, había leído mis pensamientos-,
porque tienes que conocer tanto los defectos como las virtudes. Sin duda alguna, habrás
notado aquí en Chapkori la insistencia con que recalcamos la importancia de tener la
boca cerrada. Esto no es sólo para evitar decir tonterías o falsedades, sino con objeto de
que se respire lo mas posible por la nariz. Cuando se respira por la boca se pierde la
ventaja de los filtros de la nariz. Si respiras por la boca también pierdes la ventaja del
mecanismo para el control de la temperatura que funciona en nuestro cuerpo humano.
Además, se acatarra uno, duele la cabeza o se atonta ésta y se padecen muchas otras
molestias.
De pronto me di cuenta de que estaba contemplando boquiabierto a mi Guía y entonces
cerré la boca tan de golpe que le brillaron los ojos de pura diversión, pero no hizo
comentario alguno y prosiguió:
-Las ventanillas de la nariz son cosas de gran importancia y han de estar siempre
limpias. Si notas que las tienes tapadas, sorbe por ellas un poco de agua y deja que te
pase ésta a la boca para poderla expulsar por ella. Pero no respires en modo alguno por
la boca, sino sólo por la nariz. Y para esos lavados usa siempre agua templada, pues el
agua fría puede hacerte estornudar.
Se volvió y agitó la campanilla que tenía al lado. Se presentó un criado, que volvió a
llenar la tetera y trajo más tsampa. Se inclinó ante nosotros y se retiró. Después de unos
instantes el Lama Mingyar Donpud reanudó su lección:
Me miró y suspiró, pero el brillo burlón de sus ojos traicionaba la solemne profundidad
de su suspiro. Luego se levantó, se acercó a mí y, poniéndome las manos bajo los codos,
me hizo sentar derecho.
-Así es como debes sentarte, Lobsang -dijo-; así, con la columna vertebral erguida, el
abdomen bien controlado y los brazos a los lados. Ahora, siéntate así, llena de aire el
pecho, procura que las costillas salgan hacia fuera y luego echa hacia abajo el diafragma,
de modo que también sobresalga el abdomen inferior. De ese modo lograrás una
respiración completa. Y has de saber que en esto no hay magia alguna. Se trata sólo de
una respiración ordinaria, de sentido común. Tienes que introducir en tu cuerpo el
máximo de aire que puedas y luego has de soltarlo y volver a llenar los pulmones. Quizás
ahora te parezca todo esto excesivamente complicado y que no merece la pena
esforzarse tanto, pero te aseguro que merece la pena. Si te parece lo contrario, es
porque te has enviciado en respirar mal y tienes que empezar disciplinándote.
Respiré como lo había hecho mi maestro y, para mi considerable asombro, descubrí que
era fácil. Desde luego, me zumbaba un poco la cabeza los primeros segundos, pero cada
vez fue más fácil. Podía ver los colores con mayor claridad e incluso, en unos cuantos
minutos de este ejercicio, me sentí mejor.
-Todos los días harás conmigo unos cuantos ejercicios de respiración, Lobsang, y quiero
que luego continúes tú solo. Merece la pena. No volverás a cansarte ni quedarte sin
aliento. Es necesario que no vuelva a repetirse el caso de que, mientras tú llegas sin
poder hablar a lo alto de una cuesta, yo, en cambio, que tengo varias veces tu edad, lo
haga con la mayor facilidad.
-El único objetivo de la respiración, sea cual fuere el sistema empleado, es introducir en
el cuerpo la mayor cantidad de aire posible y distribuirla por todo el cuerpo de una
manera que llamamos prana. Ésta es la fuerza vital. Esta prana es la fuerza que activa al
hombre, que activa a cuanto vive: plantas, animales, hombres, e incluso peces, que han
de extraer del agua el oxígeno y convertirlo en prana. Sin embargo, tenemos ahora que
ocuparnos, Lobsang, de tu respiración, concretamente de la tuya. Inhala lentamente.
Retén ese aire dentro de ti durante algunos segundos. Luego exhala el aire con mucha
lentitud. Descubrirás que hay varios ritmos de inhalación, de retención del aire y de
exhalación, que cumplen varias finalidades, tales como limpieza, vitalización, etc. Quizá
la forma general más importante de respiración sea la que llamamos «respiración de
limpieza». Ahora nos ocuparemos de ella porque quiero que, de aquí en adelante, la
practiques al comenzar, y al terminar cada día, así como al principio y al final de todos
los ejercicios.
Yo había ido siguiendo con gran atención las palabras de mi maestro. Conocía
sobradamente el poder que llegan a alcanzar los grandes lamas, cómo logran deslizarse
sobre la tierra con mayor rapidez de la que pueda galopar un hombre en un caballo y
cómo pueden llegar a su destino tranquilos como si no hubieran realizado nada
extraordinario; y decidí que mucho antes de que yo llegase a ser un lama dominaría la
ciencia de la respiración.
Luego, detente un segundo, reteniendo el aire que puedas. Deja salir un poco más,
también con todo el vigor que puedas. Párate otro segundo y ahora vacíate de aire por
completo. Suéltalo lo más enérgicamente que puedas. Recuerda que debes exhalar
ahora el resto del aire con gran fuerza por la abertura de los labios puestos así, como si
quisieras silbar. ¿No sientes una sensación muy refrescante?
Con gran sorpresa mía, pues aquella operación de soltar el aire poco a poco me había
parecido un poco tonta, comprobé que era cierto lo que decía mi Guía. Nunca me había
sentido tan bien. Seguí practicando el mismo ejercicio hasta que de pronto sentí que me
daba vueltas la cabeza. A través de la neblina, oía la voz de mi Guía:
-Lobsang, Lobsang, basta; no debes respirar así, sino exactamente como te he dicho. No
experimentes por tu cuenta porque eso es muy peligroso. Ya ves, te has intoxicado a
fuerza de respirar incorrectamente y con demasiada rapidez. Debes realizar los
ejercicios exactamente como yo te indico, pues yo tengo la experiencia. Más adelante
podrás experimentar por tu cuenta y esto mismo, Lobsang, deberás advertírselo a las
personas a quienes enseñes más tarde la buena respiración. Les dirás que nunca
experimenten con diferentes ritmos de respiración, a menos que tengan junto a ellos
un profesor competente, pues hay gran peligro en estos experimentos si se hacen
caprichosamente. Practicar, en cambio, la serie de ejercicios recomendados por los que
entienden, es seguro y saludable y no puede causar daño alguno.
-Ahora, Lobsang, debemos aumentar tu fuerza nerviosa. Aspira todo el aire que puedas
y, cuando creas que tienes los pulmones llenos hasta la máxima capacidad, fuérzalos
aún un poco más. Entonces, empieza a exhalar el aire lentamente hasta vaciarte por
completo. Llena otra vez los pulmones de la misma manera, pero retén esa respiración.
Extiende los brazos ante ti sin hacer ningún esfuerzo, sólo con la poca energía necesaria
para mantenerlos horizontales. Y ahora, fíjate bien. Vuelve las manos así, hasta ponerlas
en los hombros, contrayendo paulatinamente los músculos hasta que, cuando toquen
los hombros estén completamente tensos y los puños apretados. Mírame, ¿ves cómo
aprieto los míos? Es necesario que las manos te tiemblen con el esfuerzo. Sin aflojar los
músculos lo más mínimo saca los puños hacia afuera lentamente, y luego recógelos con
rapidez varias veces, quizá una media docena de veces. Exhala con fuerza todo el aire,
por la boca, con los labios como si fueras a silbar. Después de haber hecho eso unas
cuantas veces, acaba practicando de nuevo la respiración de limpieza.
Volví a probarlo y otra vez me sentó muy bien. Además, era divertido y a aquella edad
estaba yo siempre dispuesto a divertirme. Mi Guía interrumpió mis pensamientos:
-Lobsang, quiero insistir cuanto sea preciso en que la rapidez con que retires los puños
y la tensión de los músculos es lo que determina el provecho que puedes obtener de
este ejercicio, de que tienes los pulmones llenos de aire. Y no olvides que es un ejercicio
respiratorio de valor incalculable y que te ayudará enormemente en el futuro.
Más adelante, en mis estudios, me enseñaron varias cosas sobre el arte de respirar, pues
en el Tibet no sólo curamos con las hierbas, sino también mediante la respiración del
paciente. Sin duda alguna, la respiración es la fuente de la vida, y puede ser interesante
dar aquí algunas indicaciones para que las personas que sufran algún padecimiento,
quizá desde hace mucho tiempo, puedan librarse de él o aliviarlo en gran medida. Esto
puede lograrse mediante la respiración correcta, pero recuerde usted que debe
limitarse estrictamente a los ejercicios indicados en estas páginas, y no se le ocurra
experimentar por su cuenta sin un profesor competente a su lado, pues tales
experimentos son muy peligrosos. Sería insensato lanzarse a ello sin prepararlo
concienzudamente.
Los trastornos del estómago, el hígado y la circulación pueden ser vencidos por lo que
llamamos «respiración contenida». Piense que en esto nada hay de mágico, a no ser los
resultados que puedan parecer cosa de magia. Pero al principio tiene usted que
mantenerse bien erguido y, si está en la cama, tendido completamente horizontal.
Pensemos ahora que se encuentra usted en pie. Póngase con los talones juntos, los
hombros hacia atrás y el pecho saliente. Así quedará enérgicamente controlada la parte
baja del abdomen. Aspire hasta llenarse de todo el aire que pueda y téngalo dentro hasta
que sienta usted unos leves latidos -muy leves- en las sienes. En cuanto tenga usted esa
sensación, suelte con fuerza todo el aire por la boca abierta. Pero con energía, no
sencillamente dejando salir el aire, sino lanzándolo por la boca con toda la fuerza de
que sea capaz. Después deberá usted realizar la respiración de limpieza, que ya expliqué
detalladamente al contar los ejercicios que me enseñaba mi Guía, el Lama Mingyar
Dondup. Sólo repetiré que la respiración de limpieza es de valor incalculable para
mejorar la salud.
Antes de iniciar los ejercicios respiratorios, es imprescindible que tenga usted un ritmo,
una unidad de tiempo que represente la inhalación normal. Ya he hablado de esto al
contar cómo lo aprendí, pero quizá sea muy conveniente en este caso repetirlo para que
se grabe de un modo permanente en el lector. El latido del corazón de una persona es
la norma rítmica adecuada para la respiración de ese individuo determinado.
Raramente se encontrarán dos personas que tengan el mismo ritmo, pero eso no
importa; podrá usted descubrir su ritmo de respiración normal colocando un dedo en
el pulso y contando. Coloque los dedos de la mano derecha sobre la muñeca izquierda
y tómese el pulso. Supongamos que tiene el ritmo normal uno, dos, tres, cuatro, cinco,
seis. Grábese bien ese ritmo en el subconsciente para que no tenga usted que tratar de
recordarlo, sino que lo sepa en todo momento subconscientemente. No importa cuál
sea su ritmo siempre que usted los sepa y que este conocimiento se haya grabado en el
subconsciente, pero estamos suponiendo que el ritmo de usted es el término medio en
que la inhalación de aire dura seis latidos de su corazón. Esto es lo ordinario. Pero
vamos a alterar esa norma respiratoria con varios propósitos. No hay dificultad alguna
en ello. Esos cambios son fáciles de lograr y nos permitirán obtener resultados
espectaculares para mejorar la salud.
Todos los acólitos de alta graduación en el Tibet tenían que aprender la ciencia de la
respiración. Había ciertos ejercicios que tenían preferencia en la enseñanza sobre todos
los demás. ¿Quiere usted probarlos? Entonces, lo primero que ha de hacer es sentarse
bien derecho, o quédese de pie si lo prefiere, pero es inútil ponerse en pie si puede usted
quedarse sentado. Aspire lentamente hasta llenar por completo el sistema respiratorio.
Es decir, el pecho y el abdomen, mientras cuenta seis pulsaciones. Reconocerá usted
que esto es muy fácil. Sólo tiene usted que mantener un dedo sobre el pulso de la
muñeca y esperar hasta que el corazón haya latido una, dos, tres, cuatro, cinco, seis
veces. Después de haber aspirado el aire durante seis unidades de pulsación, reténgalo
mientras el corazón late tres veces. A continuación, exhale todo el aire por la nariz
durante seis latidos. Es decir, exactamente durante el mismo tiempo que tardó en
aspirarlo. Ahora que ha lanzado usted todo el aire que tenía en los pulmones,
manténgalos vacíos durante tres pulsaciones, y luego empiece de nuevo el ejercicio ya
indicado. Repítalo cuantas veces quiera, pero sin cansarse. Inmediatamente que sienta
usted el menor cansancio, debe dejarlo. En efecto, nunca deberá usted cansarse con
estos ejercicios, puesto que entonces serán éstos contraproducentes. Son precisamente
para tonificarnos y hacernos más fuertes y aptos, no para debilitarnos y cansarnos.
Siempre empezábamos con el ejercicio respiratorio de limpieza y éste es
completamente inofensivo y de lo más beneficioso. Limpia los pulmones del aire viciado
y los libra de impurezas, ¡por eso en el Tibet no hay tuberculosis! De modo que puede
usted realizar los ejercicios respiratorios de limpieza siempre que le apetezca y su salud
se beneficiará muchísimo con ello.
Muchas personas están nerviosísimas cuando acuden a una entrevista. Se les ponen las
manos pegajosas y a veces les tiemblan las rodillas. Nadie debería ponerse así porque
ese nerviosismo es muy fácil de vencer y aquí indico un método para librarse de
semejante estado de ánimo, por ejemplo, cuando está usted en la sala de espera del
dentista. Respire profundamente por la nariz y contenga la respiración durante diez
segundos. Luego vaya expulsando lentamente todo el aire. Respire después dos o tres
veces del modo ordinario y después vuelva a aspirar el aire profundamente tardando
diez segundos en llenar los pulmones. Retenga otra vez el aliento y expulse el aire con
lentitud, tardando también esta vez diez segundos. Hágalo tres veces (podrá usted
hacerlo sin que nadie se dé cuenta), y se sentirá completamente seguro de sí mismo. Su
corazón habrá dejado de dispararse alocadamente y notará usted una gran confianza
en sí mismo. Cuando deje usted el lugar de espera y acuda a la entrevista, verá cómo
puede dominarse perfectamente. En caso de que vuelva usted a sentir un ramalazo de
nerviosismo, respire otra vez pro fundamente y retenga el aliento un segundo o así, lo
cual es fácil mientras la otra persona habla. Este rápido ejercicio acabará por
tranquilizarle. Todos los tibetanos emplean sistemas parecidos. También empleamos el
control de la respiración cuando tenemos que levantar pesos, porque el medio más
sencillo de levantar un peso es aspirar todo el aire que se pueda y contener la
respiración mientras se hace el esfuerzo. Cuando éste termina, se deja salir el aire con
lentitud, y luego se sigue respirando de la manera normal. Es fácil levantar un peso
mientras se retiene en los pulmones todo el aire que cabe en ellos. Merece la pena
probarlo. Puede usted tratar de levantar un peso considerable mientras tiene los
pulmones vacíos y mientras los tiene llenos, y notar la diferencia. También se domina
la ira mediante la respiración profunda, reteniendo el aliento y soltando el aire
lentamente. Si por alguna razón está usted indignado -¡con razón o sin ella!- respire
hondamente. Retenga el aire durante unos segundos y luego vaya soltándolo con mucha
lentitud. Verá usted como controla su emoción y se hace usted dueño (o dueña) de la
situación.
Es muy perjudicial dejarse llevar por la ira o la irritación, porque esto produce úlceras
gástricas. Así, recuerde este ejercicio respiratorio de aspirar profundamente el aire,
retenerlo, y luego dejarlo salir con lentitud.
Puede usted hacer todos estos ejercicios con absoluta confianza, seguro de que no le
pueden perjudicar en modo alguno, pero insisto en prevenirle que debe limitarse a
estos ejercicios y no intente otros más avanzados si no le guía a usted un profesor
porque los ejercicios respiratorios caprichosos o mal comprendidos pueden causar
mucho daño. En nuestro campo de prisioneros hice que algunos de nuestros
compañeros respirasen así.
También adelanté en esta materia y les enseñé a respirar para que no sintieran dolor y
esto, unido a la hipnosis, me permitió realizar operaciones abdominales y
amputaciones de brazos y piernas, sin anestesia. La falta de ésta nos obligaba a recurrir
a ese modo combinado -hipnosis y control respiratorio- para suprimir el dolor. Es un
método de la naturaleza, el procedimiento natural para evitar el dolor.