La Declaración de Derechos de 1689 estableció límites al poder del rey de Inglaterra y garantizó ciertas libertades parlamentarias y civiles. Influenció documentos posteriores como la Declaración de Independencia de EE.UU. de 1776, la Declaración Francesa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, y la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. La Declaración de 1689 limitó el poder del rey sobre leyes, impuestos y ejércitos sin consentimiento parl
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La Declaración de Derechos de 1689 estableció límites al poder del rey de Inglaterra y garantizó ciertas libertades parlamentarias y civiles. Influenció documentos posteriores como la Declaración de Independencia de EE.UU. de 1776, la Declaración Francesa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, y la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. La Declaración de 1689 limitó el poder del rey sobre leyes, impuestos y ejércitos sin consentimiento parl
La Declaración de Derechos de 1689 estableció límites al poder del rey de Inglaterra y garantizó ciertas libertades parlamentarias y civiles. Influenció documentos posteriores como la Declaración de Independencia de EE.UU. de 1776, la Declaración Francesa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, y la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. La Declaración de 1689 limitó el poder del rey sobre leyes, impuestos y ejércitos sin consentimiento parl
La Declaración de Derechos de 1689 estableció límites al poder del rey de Inglaterra y garantizó ciertas libertades parlamentarias y civiles. Influenció documentos posteriores como la Declaración de Independencia de EE.UU. de 1776, la Declaración Francesa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, y la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. La Declaración de 1689 limitó el poder del rey sobre leyes, impuestos y ejércitos sin consentimiento parl
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La Bill of Rights de 1689.
La Carta de derechos o Declaración de derechos (en inglés Bill of
Rights) es un documento redactado en Inglaterra en 1689, que impuso el Parlamento inglés al príncipe Guillermo de Orange para poder suceder al rey Jacobo II. El propósito principal de este texto era recuperar y fortalecer ciertas facultades parlamentarias ya desaparecidas o notoriamente mermadas durante el reinado absolutista de los Estuardo (Carlos II y Jacobo II) El nuevo Parlamento redacta una Declaración de derechos que recuerda las obligaciones y los deberes respectivos del Rey y el Parlamento. El Rey no puede crear o eliminar leyes o impuestos sin la aprobación del Parlamento. El Rey no puede cobrar dinero para su uso personal, sin la aprobación del Parlamento. Es ilegal reclutar y mantener un ejército en tiempos de paz, sin aprobación del Parlamento. Las elecciones de los miembros del Parlamento deben ser libres. Las palabras del Parlamento no pueden obstaculizarse o negarse en ningún otro lugar. El Parlamento debe reunirse con frecuencia. La verdadera reina legítima debía ser la hija de Jacobo II Estuardo, María (1662–1694), que está casada con Guillermo III de Orange, de modo que son proclamados conjuntamente Rey y Reina desde febrero de 1689, a condición de que reconozcan el Bill Of Rights, la monarquía constitucional, la democracia de sufragio censitario, basada en la soberanía de la nación.La Declaración de derechos se completa con la TolerationAct en mayo de 1689, que concede libertad religiosa a los católicos y protestantes, la libertad de culto público, el derecho a abrir escuelas y el acceso a todas las funciones públicas. Constituye uno de los precedentes inmediatos de las modernas «Declaraciones de Derechos», incluyendo: El Preámbulo de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos (1776), La Revolucionaria Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) y LaInternacional Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).
El Preámbulo de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos (1776)
Declaración legislativa formal, que resume y garantiza los derechos y libertades de los individuos en algunos países de habla inglesa como personas particulares y que prohíbe a los organismos gubernamentales u oficiales realizar acciones que pudieran coartar o violar tales derechos y libertades. El término se emplea específicamente con referencia a la Declaración de Derechos Ingleses de 1689 y a las disposiciones de la Constitución de los Estados Unidos, especialmente las primeras diez enmiendas, que garantizan los derechos y libertades individuales. Una declaración o carta de los derechos se basa generalmente en dos principios fundamentales. El primero es la unicidad y valor de cada individuo como ser humano. De aquí se deduce la igualdad de obligaciones y derechos para poder elegir aquello que se estime más conveniente y llevarlo a la práctica conforme al propio juicio, ejercitado libremente, y competir en términos de igualdad con los semejantes en la consecución racional de la verdad y en la organización de una sociedad justa. El segundo principio es que el gobierno legal es instituido por hombres libres como instrumento que reglamente sus relaciones, armonice o decida sobre intereses en pugna y promueva el bien común. De acuerdo con estos principios, el fin de un gobierno legal es la protección de los derechos del individuo dentro de la sociedad; los límites del gobierno legal vienen determinados por el consentimiento de una sociedad plenamente consciente de sus actos. Mientras las constituciones se redactan generalmente con la idea de limitar las actividades gubernamentales a la esfera de su actividad, la declaración de derechos fija en especial los límites del gobierno en las materias en que se estima que los derechos de la conciencia y del interés individual son superiores a los de la comunidad. La doctrina de un gobierno con atribuciones limitadas, que fue tomando cuerpo en la civilización occidental a lo largo de los siglos, se encarnó en las garantías constitucionales de la Carta Magna inglesa (1215). Pero fueron los pensadores políticos de los siglos xvii y xviii quienes mayor impulso dieron a la idea de los derechos naturales «inalienables» del individuo dentro de la sociedad. En apoyo de la Glorious Revolution inglesa de 1688 contra el despotismo de los reyes, John Locke escribió su Segundo tratado sobre gobierno, proclamando que la vida, libertad y propiedad eran derechos naturales. Aún no habían transcurrido cien años y ya Thomas Jefferson, invocando la opinión mundial en defensa de la independencia americana, escribió en la Declaración de la Independencia que «todos los hombres nacen iguales», dotados de unos derechos indestructibles e inalienables, tales como la «vida, la libertad y la tendencia a la felicidad».
ENMIENDA I Libertad de expresión, de prensa, religiosa, asamblea pacífica y de petición al
gobierno. El Congreso no aprobará ley alguna por la que adopte una religión oficial del estado o prohíba el libre ejercicio de la misma, o que restrinja la libertad de expresión o de prensa, o el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y a pedir al gobierno la reparación de agravios. ENMIENDA II Derecho de las personas a tener y portar armas, así como a mantener una milicia. Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un estado libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas. ENMIENDA III Protección contra el alojamiento de militares. En tiempo de paz no se alojará a ningún soldado en casa alguna sin el consentimiento del propietario; ni en tiempo de guerra, excepto en la forma prescrita por ley. ENMIENDA IV Protección contra registros e incautaciones irrazonables. El derecho del pueblo a que sus personas, domicilios, papeles y efectos se encuentren protegidos contra registros e incautaciones irrazonables, será inviolable, y no se expedirán al efecto órdenes que no se apoyen en un motivo verosímil, estén corroborados mediante juramento o afirmación y describan con particularidad el lugar que deba ser registrado y las personas o cosas que han de ser incautadas. ENMIENDA V Debido proceso, Non Bis In Ídem, auto-incriminación, propiedad privada. Nadie estará obligado a responder de un delito castigado con la pena capital o de otro delito infame a menos que un gran jurado lo acuse, a excepción de los casos que se presenten en las fuerzas navales o terrestres, o en la milicia nacional cuando se encuentre en servicio actual en tiempo de guerra o peligro público; tampoco se juzgará a persona alguna dos veces con motivo del mismo delito, el cual conlleve la pérdida de la vida o algún miembro; ni se le compelerá a declarar contra sí misma en ningún juicio criminal; ni se le privará de la vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso legal; ni se tomará propiedad privada para uso público sin una justa indemnización. ENMIENDA VI Juicio por jurado y otros derechos del acusado. En toda causa criminal, el acusado gozará del derecho de ser juzgado rápidamente y en público por un jurado imparcial del distrito y estado en que el delito se haya cometido, Distrito que deberá haber sido determinado previamente por ley; así como de que se le haga saber la naturaleza y causa de la acusación, de que se caree con los testigos en su contra, de que se obligue a comparecer a los testigos que le favorezcan y de contar con la ayuda de un abogado que le defienda. ENMIENDA VII Juicio civil por jurado. El derecho a que se celebren ante un jurado los juicios de derecho consuetudinario en que el valor en disputa exceda de veinte dólares, será garantizado, y ningún hecho juzgado por un jurado será reexaminado en tribunal alguno de los Estados Unidos, salvo con arreglo a las normas del derecho consuetudinario. ENMIENDA VIII Prohibición de una fianza excesiva, al igual que de castigos crueles e inusuales. No se exigirán fianzas excesivas, ni se impondrán multas excesivas, ni se infligirán penas crueles e inusuales. ENMIENDA IX Protección de derechos no específicamente enumerados en la Carta de Derechos. No se interpretará la enumeración en la Constitución de ciertos derechos para negar o menospreciar otros derechos retenidos por el pueblo. ENMIENDA X Poderes de los estados y de las personas. Los poderes que la Constitución no delega a los Estados Unidos ni prohíbe a los Estados, quedan reservados a los estados respectivamente o al pueblo. La revolucionaria Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) La Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente francesa el 26 de agosto de 1789, es uno de los documentos fundamentales de la Revolución francesa (1789-1799) en cuanto a definir los derechos personales y los de la comunidad, además de los universales. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano considera legítima la revuelta de los diputados en contra de la monarquía absoluta, al declarar como derecho imprescindible del hombre la "resistencia a la opresión". La declaración tiene un alcance general y orientado hacia el futuro. Los Constituyentes enumeran lo que no son derechos creados por los revolucionarios, sino que son derechos constatados. Es la consecución de la filosofía del Siglo de las Luces. Los derechos naturales e imprescriptibles del hombre, que son anteriores a los poderes establecidos y son considerados como aplicables en cualquier lugar y cualquier época: la libertad. la propiedad. la seguridad. la resistencia a la opresión. La internacional Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial la Sociedad de Naciones impulsó los Convenios de Ginebra sobre seguridad, respeto y derechos mínimos de los prisioneros de guerra, y en 1948 tras la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el documento titulado “Declaración Universal de los Derechos Humanos”, conjunto de normas y principios, garantía de la persona frente a los poderes públicos. Aunque no es un documento obligatorio o vinculante para los Estados, sirvió como base para la creación de las dos convenciones internacionales de la ONU, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, pactos que fueron adoptados por la Asamblea General de Naciones Unidas en su resolución 2200 A (XXI), de 16 de diciembre de 1966. Sigue siendo citada ampliamente por profesores universitarios, abogados defensores y por tribunales constitucionales. Así mismo el texto adquiere rango constitucional en algunos países, como es el caso de Argentina:
BIBLIOGRAFIA
https://es.wikipedia.org/wiki/Declaracion de los Derechos_de_1689.