La Ley Fué Abolida

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Tradición: La ley Fué Abolida en la Cruz.

Verdad: Ni una Jota Ni Una Tilde Pasarán

"No penséis que he venido para destruir la ley o los profetas: no he venido para
destruir, sino a cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que pasen el cielo y
la tierra, ni una jota ni una tilde perecerá de la ley, hasta que todo sea
cumplido." Mateo 5:17,18

"El sistema típico que prefiguraba a Cristo como el Cordero de Dios, iba a ser
abolido cuando él muriese; pero los preceptos del Decálogo son tan inmutables
como el trono de Dios."
DTG 274,275

"La muerte de Jesús no modificó ni anuló ni menoscabó en el menor grado la ley


de los Diez Mandamientos. Esa preciosa gracia ofrecida a los hombres por
medio de la sangre del Salvador, establece la ley de Dios... La doctrina que
enseña libertad, mediate la gracia, para quebrantar la ley, es un engaño fatal.
Todo transgresor de la ley de Dios es un pecador, y nadie puede ser santificado
mientras vive conscientemente en pecado." FO,29,30

"Dirigiendo Jesús sus miradas hasta la última generación vio al mundo envuelto
en un engaño semejante al que causó la destrucción de Jerusalén. El gran
pecado de los judíos consistió en que rechazaron a Cristo: el gran pecado del
mundo cristiano iba a consistir en que rechazaría la ley de Dios, que es el
fundamento de su gobierno en el cielo y en la tierra. Los preceptos del Señor
iban a ser menospreciados y anulados. Millones de almas sujetas al pecado,
esclavas de Satanás, condenadas a sufrir la segunda muerte, se negarían a
escuchar las palabras de verdad en el día de su visitación. ¡Terrible ceguedad,
extraña infatuación!.C.S. 25

"Al poner a un lado la ley de Dios, los hombres no saben lo que están haciendo.
La Ley de Dios es la transcripción de su carácter. Abarca los principios de su
reino. El que rehusa aceptar esos principios, se está colocando fuera del canal
por donde fluyen bendiciones de Dios." PVGM 246
"La promesa del nuevo pacto es: ¨Pondré mis leyes en sus corazones y en sus
mentes las escribiré."DMJ,47

"No puede ser quebrantado ninguno de los Diez preceptos sin que haya
deslealtad al Dios del cielo. La mínima desviación de sus requerimientos, por el
descuido o transgresión voluntaria, es pecado y cada pecado expone al pecador
a la ira de Dios." 1MS,255,256
"Dios es demasiado puro para contemplar la iniquidad.Un pecado es tan
lamentable a vista en un caso como en el otro. No hará exepciones un Dios
imparcial."2T 398

"El poder condenador de la ley de Dios se extiende no sólo a lo que hacemos,


sino a lo que no hacemos."1MS,257

"El pecado, pues está en aquel que sabe hacer lo bueno, y no lo hace" Santiago
4:17

"No coloquéis vuestra influencia contra los Diez Mandamientos de Dios. Esa Ley
es tal como Jehová la escribió en el templo del cielo. En el Arca de Dios en el
cielo; y sobre la cubierta de esa arca, precisamente encima de esa ley está el
propiciatorio. Jesús está allí mismo, delante de esa arca, para mediar por el
hombre." CB1, 1123

"Sólo en la medida en que la ley de Dios sea repuesta en el lugar que


corresponde habrá un avivamiento de la piedad y fe primitivas entre los que
profesan ser su pueblo" CS, 532

"No podían ser cambiadas ni una jota ni una tilde de la norma moral de Dios para
colocarse a la altura del hombre en su condición caída.
Jesús murió para que pudiera imputar al pecador arrepentido su propia justicia y
hacer posible que el hombre guardara la ley," 1MS 366

¿ABOLIÓ JESÚS LA LEY?


Díganos lo que piensa de este artículo

Muchos que se consideran cristianos sinceros dicen que las leyes de Dios del Antiguo
Testamento acerca del sábado, los días santos, los alimentos limpios o inmundos y el
diezmo; fueron abolidas y no tienen ninguna relevancia para los cristianos del Nuevo
Testamento.

Supuestamente, mediante el sacrificio de Jesucristo, fueron "clavadas en la


cruz". À quienes se declaran cristianos se les dice que ya no están "bajo la
esclavitud" del antiguo pacto y las "leyes anticuadas" que enseñó Moisés,
sino que ahora están bajo un nuevo pacto; con la libertad de adorar a Dios en
la forma que ellos decidan.

Comúnmente se citan palabras del apóstol Pablo para apoyar estas


enseñanzas: Romanos 6:14, que ya no estamos "bajo la ley, sino bajo la
gracia"; Colosenses 2:14, que Jesús anuló "el acta de los decretos que había
contra nosotros"; Gálatas 3:13, que "Cristo nos redimió de la maldición de la
ley" y Gálatas 3:24-25, que la ley fue solo un "ayo, para llevarnos a Cristo",
pero que "ya no estamos bajo ayo".

Si no leemos cuidadosamente toda la Biblia y si carecemos del Espíritu


Santo, resultaríamuy lógico concluir que esas escrituras señalan "la abolición
de la ley". Ahora bien, ¿enseñan realmente esas escrituras que la ley fue
abolida? O, ¿será esa falsa doctrina parte de las argucias que Satanás planeó
para engañar al mundo que se considera cristiano? Es necesario llegar a
entender lo que la Biblia revela acerca de este tema tan importante, porque
es un punto que ha dividido al cuerpo de Cristo a lo largo de los tiempos. Los
conflictos acerca de la ley han hecho mucho daño a la obra de Dios y han
confundido a mucha gente. ¡No entender apropiadamente este tema podría
ocasionar la pérdida de la salvación y la recompensa eterna!

ADVERTENCIAS EN EL NUEVO TESTAMENTO


Una de las primeras cosas que notamos es que la mala interpretación
de versículos aislados de los escritos de Pablo podría hacerles creer a muchos
que Cristo abolió la necesidad de guardar las leyes de Dios; además, el
apóstol Pedro advirtió claramente que las epístolas de Pablo tenían cosas
"difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como
también otras escrituras, para su propia perdición (2 Pedro 3:16). En el
principio de su ministerio Jesús advirtió acerca de falsos maestros que
vendrían "con vestidos de ovejas" [afirmando ser cristianos] y que
desviarían al pueblo (Mateo 7:15-20). Y hacia el final de su ministerio
terrenal pronunció una advertencia profética: "Mirad que nadie os engañe.
Porque vendrán muchos en mi nombre [afirmando ser maestros cristianos]…
y a muchos engañarán" (Mateo 24:4-5).

Pablo también advirtió que falsos maestros se levantarían en la Iglesia, y


arrastrarían a los discípulos lejos de la verdad (Hechos 20:29-31). Y
específicamente afirmó "que en los postreros días" muchos seguirían un
falso cristianismo, "que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la
eficacia de ella" (2 Timoteo 3:1-5). ¡Negamos la eficacia de la religión bíblica
cuando hacemos caso omiso o buscamos argumentos para no hacer lo que la
Biblia claramente enseña! Por esta razón Pablo le aconsejó a la Iglesia en
Tesalónica: "Examinadlo todo; retened lo bueno" (1 Tesalonicenses 5:21) y
Lucas consignó el ejemplo de los de Berea quienes escudriñaban "cada día
las Escrituras para ver si" lo que decían los discípulos de Jesús era la verdad
(Hechos 17:10-12). ¡La mejor prueba de una verdad doctrinal es
verificar todas las escrituras sobre un tema, no solo unas pocas tomadas
fuera de contexto! Para saber si Jesús abolió las leyes de Dios relacionadas
con el sábado, los días santos y otros temas similares; es necesario detenerse
y buscar no solo unos pocos versículos fuera de contexto, sino todo
el panorama que revelan tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento.

¿EXISTIÓ LA LEY ANTES DEL SINAÍ?


En la actualidad muchos creen equivocadamente que las leyes escritas por
Moisés fueron únicamente parte del antiguo pacto [entre Dios y la antigua
Israel], que concluyó con la muerte de Cristo; y por eso no tienen aplicación
para los cristianos que viven bajo el nuevo pacto. Sin embargo, la Biblia
revela algo muy diferente. En el Nuevo Testamento leemos que "el pecado
entró en el mundo por un hombre [Adán]" (Romanos 5:12). "Pecado es
infracción [transgresión] de la ley" (1 Juan 3:4). No puede haber transgresión
[pecado], "donde no hay ley" (Romanos 4:15). Adán y Eva pecaron por
infringir la ley de Dios. No rindieron honor a su Padre [Dios] ypusieron otro
dios delante de Él, cuando hicieron caso a Satanás.
También codiciaron y robaron lo que Dios dijo que era prohibido,
luego mintieron para esconder la culpa, en vez de admitir que habían
cometido un error. Caín fue advertido antes de matar a su hermano que la ira
podría llevarlo al pecado (Génesis 4:6-8). La Biblia indica claramente que las
leyes de Dios estaban en vigencia desde el principio de la creación; miles de
años antes de que Moisés recibiera los diez mandamientos.

À Noé se le llamó "pregonero de justicia" (2 Pedro 2:5), y en la Biblia


encontramos la siguiente definición de justicia: "todos tus [del Eterno]
mandamientos son justicia" (Salmos 119:172). De manera que la única
conclusión lógica a la que podemos llegar es que ¡Noé predicó la obediencia a
los mandamientos de Dios! Algunos, con el propósito de negar la necesidad
de obedecer las leyes de Dios, han afirmado que Moisés estaba predicando
diferentes mandamientos de los que se mencionan en la Biblia. Con todo,
vemos que Abraham y Jacob pagaron diezmos (Génesis 14:18-20; 28:22),
aunque el sistema de los diezmos no fue completamente explicado sino hasta
después en los escritos de Moisés (Deuteronomio 12:22-28). Sodoma y
Gomorra fueron destruidas por cometer pecados que incluían la perversión
sexual (Génesis 19:1-13), aunque el homosexualismo no fue llamado pecado
sino hasta Levítico 18:22 (ver Romanos 1:24-27). Al adulterio se le llamó "tan
grande pecado" (Génesis 20:1-12) antesde que Dios entregara los diez
mandamientos. El mismo Dios nos dice en la Biblia que bendijo a Abraham:
"Por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto [instrucciones], mis
mandamientos, mis estatutos y mis leyes" (Génesis 26:5); si bien la lista de
esos mandamientos, estatutos y leyes fue consignada por escrito por medio
de Moisés (Éxodo 20 a 23) como parte del pacto entre Dios y la nación de
Israel.

Cuando Dios reveló el conocimiento del sábado en la


creación, santificó [apartó para uso sagrado] el séptimo día y descansó para
mostrarnos la forma de guardar el sábado (Génesis 2:1-3). À muchos que se
declaran cristianos se les ha dicho que podemos guardar cualquier día de la
semana, o que la tradición de la Iglesia estableció el domingo como día de
adoración a Dios. ¡Aunque la Biblia en ningún lugar aprueba tales prácticas!
À los israelitas se les dieron instrucciones de observar la Pascua y los días de
Panes Sin Levadura, y el sábado, antes de que el antiguo pacto fuera
establecido (Éxodo 12; 16:23-26). Cuando los israelitas desobedecieron la
instrucción de guardar el sábado, Dios preguntó: "¿Hasta cuándo no
querréisguardar mis mandamientos y mis leyes?"(Éxodo 16:28). Lo que
demuestra que las leyes de Dios, incluyendo el sábado y los días santos,
estaban vigentes antes del antiguo pacto. ¡La rescisión del antiguo pacto no
acabó con la necesidad de obedecer las leyes de Dios que estaban en
vigencia antes de la formalización de ese pacto!
EL ANTIGUO PACTO
Un argumento muy sutil insinúa erróneamente que en vista de que el antiguo
pacto y los escritos de Moisés tienen centenares de leyes; y que cualquiera
que crea en guardar el sábado, los días santos, el diezmo y las leyes de la
alimentación; debería guardar entonces todo lo que fue parte del antiguo
pacto, porque si se omite algo equivaldría a una selección arbitraria de cuáles
leyes guardar. Un argumento así demuestra la ignorancia acerca del antiguo
pacto y la ceguera ante el verdadero significado de las Escrituras, algo que ha
prevalecido durante siglos en las iglesias que se consideran cristianas.

El antiguo pacto fue un convenio formal entre Dios y la antigua nación de


Israel. Consistía en promesas de bendiciones materiales y en que Israel fuera
un pueblo especial, si obedecía las leyes de Dios y servía de ejemplo al
mundo (Éxodo 19:5-6; Deuteronomio 4:1-10). No había
promesas espirituales de vida eterna ni del don del Espíritu Santo, aunque si
tenía advertencias de castigo por la desobediencia. Este convenio consistía en
la obediencia a tres clases de leyes: Los diez mandamientos (Éxodo 20); los
estatutos, juicios u ordenanzas (Éxodo 21 a 23) y las leyes ceremoniales
(Éxodo 25 a 40). Esta distinción fundamental es esencial para comprender
cuáles prácticas no seguirían vigentes cuando se estableciera el nuevo pacto.

Los diez mandamientos constituyen la esencia de las leyes de Dios. Los


primeros cuatro, entre los cuales se encuentra el mandamiento del sábado,
enseñan la forma de amar a Dios (Deuteronomio 6:5) y los últimos seis
enseñan la manera como Dios quiere que mostremos el amor al prójimo
(Levítico 19:18). Estas leyes han estado vigentes desde la creación, y
continuarán eternamente porque la naturaleza de Dios no cambia
(Malaquías 3:6). Los estatutos y juicios muestran cómo aplicar los diez
mandamientos [leyes de amor a Dios] en situaciones específicas. Muchos de
estos principios se encuentran en las leyes de las naciones del mundo (Éxodo
21). Las leyes bíblicas fueron dadas para beneficio de la humanidad, y
¡podríamos incluso ir a parar a la cárcel si infringiéramos algunas de ellas!
Esas leyes son una bendición, aun en la sociedad civil, no una maldición.

Las leyes ceremoniales son algo completamente diferente. La Biblia revela


que las leyes relacionadas con los sacrificios y las ofrendas originalmente no
formaban parte del antiguo pacto (Jeremías 7:21-23). Esas leyes fueron
agregadas después "a causa de las transgresiones" (Gálatas 3:19). Pablo no
se estaba refiriendo aquí a los diez mandamientos, que constituyen el núcleo
del antiguo pacto y estaban vigentes desde la creación. Los escritos mosaicos
señalan que los rituales de sacrificios y ofrendas no se iniciaron hasta la
dedicación del tabernáculo, un año después de la constitución del antiguo
pacto en el Sinaí (Éxodo 40:17, 29). La Biblia claramente muestra que las
leyes ceremoniales fueron añadidas al antiguo pacto y, como explicaremos,
eran de índole temporal. Estas leyes eran temporales porque eran figura
física de lo que habría de ser el sacrificio de Cristo: "La sangre de los toros y
de los machos cabríos no puede quitar los pecados" (Hebreos 10:4). "Pero
Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los
pecados, se ha sentado a la diestra de Dios" (v. 12).

JESÚS, LOS APÓSTOLES Y LA LEY


Muchos podrían preguntar: "Si amamos al Señor y creemos en Jesús,
¿debemos aún obedecer las leyes de Dios?" Lamentablemente, a muchos
sinceros creyentes se les ha dicho que el cristianismo es un asunto de amor,
no de "reglas o regulaciones", lo que los críticos llaman legalismo. Aunque
este argumento les parecerazonable a muchos, la Biblia nos dice algo
muy diferente. Jesús dijo: "No penséis que he venido para abrogar [anular] la
ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir" (Mateo
5:17). Las Escrituras muestran que Jesús vino a "magnificar [ampliar] la ley y
engrandecerla" (Isaías 42:21). Jesús enseñó que no solo debemos obedecer
la letra de la ley, sino también el espíritu [o intención] de la ley (Mateo 5:21-
30). Cuando a Jesús se le preguntó qué era necesario para tener la vida
eterna, contestó que debíamos guardar los mandamientos; y se estaba
refiriendo, en contexto, a la obediencia a los diez mandamientos (Mateo
19:16-20). Jesús equiparó "el amor al Señor" con la obedienciaa
los mandamientos (Juan 14:15); aunque muchos hagan caso omiso de estas
claras afirmaciones de Cristo. Jesús no abolió el sábado ni los días santos,
sino que los guardó y enseñó a sus discípulos a hacer lo mismo (Lucas
4:16; Juan 7:8-19). Jesús enseñó que debíamos pagar el diezmo (Mateo
23:23). Es obvio que la idea común de que Jesús abolió la ley, sostenida por
muchos que se declaran cristianos, es una suposición equivocada que no tiene
sustento en la Biblia.

Muchos, equivocadamente, dan por un hecho que los apóstoles y la Iglesia


primitiva llegaron a darse cuenta de que las "leyes mosaicas" relacionadas
con el sábado, los días santos, las leyes alimentarias y el diezmo ya no
estaban en vigencia para los cristianos del Nuevo Testamento. Sin embargo,
esto noes lo que encontramos en el libro de los Hechos. La Biblia revela que
Pablo no solamente guardó el sábado, unos 20 años después de la crucifixión
(ver Hechos 17:1-2), sino que continuaba observando los días santos (Hechos
18:21); y también exhortó a los demás cristianos a que hicieran lo mismo (1
Corintios 5:7-8). Esto concuerda con lo que escribieron los historiadores
sobre la Iglesia primitiva en Jerusalén. Edward Gibbon escribió que la Iglesia
primitiva en Jerusalén, durante casi cien años después de la muerte de
Jesucristo, "unificó la ley de Moisés [incluyendo el diezmo] con la doctrina de
Cristo" hasta que la presión de los gentiles la llevaron a rechazar esas
prácticas bíblicas y apostólicas.

Es apropiado revisar lo que el mismo Pablo tuvo que decir en relación con la
obediencia a la ley, porque sus escritos con frecuencia se presentan como
prueba de que los cristianos del Nuevo Testamento no tienen que guardarla.
El apóstol Pablo dijo que "no son los oidores de la ley los justos ante Dios,
sino los hacedores de la ley" (Romanos 2:13), que la ley es para nuestra
instrucción (v. 18) y que la ley define lo que realmente es el pecado
(Romanos 3:20). Explica que la fe no invalida la ley, sino que la confirma (v.
31); y "que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno"
(Romanos 7:12). Pablo hace suyas las enseñanzas de Jesús cuando afirma,
refiriéndose a los diez mandamientos, "que el cumplimiento de la ley es el
amor" (Romanos 13:8-10). Para Pablo, guardar los mandamientos es el
camino del cristiano; ¡no un legalismo!

Pero, ¿qué significa lo dicho por Pablo cuando parece afirmar lo contrario?
En Colosenses 2:14-15, el "acta de los decretos" ["nota de cargo", Biblia de
Jerusalén] que fue clavada "en la cruz", no se refiere a las leyes de Dios, sino
a nuestros pecados. Cuando pecamos, contraemos una deuda que se paga con
la muerte (Romanos 6:23). Pena de muerte que significa la maldición de la
que nos redimió Cristo con su muerte (Gálatas 3:13). La ley de Dios no puede
ser una maldición, ¡puesto que el mismo Pablo dijo que era santa, justa y
buena! Cuando Pablo dice que no estamos "bajo la ley, sino bajo la gracia",
significa que cuando nos hemos arrepentido y empezamos a obedecer las
leyes de Dios ya no estamos bajo la pena de la ley [la muerte], porque hemos
recibido el perdón inmerecido, y ya no vamos a practicar el pecado [no
vamos a transgredir las leyes de Dios (Romanos 6:15)]. Cuando Pablo afirma
que "el hombre no es justificado por las obras de la ley", está utilizando una
expresión que específicamente si refiere a rituales; no a los diez
mandamientos (Gálatas 2:16; 3:2, 10). Cuando dice que "la ley ha sido
nuestro ayo, para llevarnos a Cristo… Pero venida la fe, ya no estamos bajo
ayo" (Gálatas 3:24-25), se está refiriendo al carácter temporal del sistema de
estatutos, leyes ceremoniales, rituales y sacrificios que señalaron la
necesidad de un Salvador. Esto es lo que trata la Epístola a los Gálatas. Pablo
no está diciendo que la ley básica de Dios; los diez mandamientos, el sábado,
los días santos, el diezmo y las leyes alimentarias; hayan sido abolidas. Lo
que se confirma en Hebreos 9:9-10. Cuando estudiamos los escritos de Pablo
en todo su contexto, no hay nada que pueda apoyar la idea de que la
obediencia a las leyes de Dios no tiene vigencia para los cristianos. Para
muchos que se declaran cristianos, todo se reduce a una disyuntiva "a cuál
Pablo" le van a creer: ¿Al Pablo de las Escrituras, o al Pablo creado por los
críticos de la ley?

EL NUEVO PACTO Y LA LEY


La mayoría de quienes se consideran cristianos tienen creencias
contradictorias:Que están bajo un nuevo pacto y que ya no tienen que
guardar las leyes de Dios, escritas en detalle por Moisés, porque ahora esas
leyes están escritas en su mente y en su corazón (Hebreos 8:1-
13; 10:16; Jeremías 31:31-33). El mismo Dios que inspiró esos versículos
explicó también que, bajo el nuevo pacto, daría a su pueblo rebelde un nuevo
espíritu "para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los
cumplan" (Ezequiel 11:19-20; 36:24-27). Todo el que tenga las leyes de Dios
escritas en su mente y en su corazón desea guardarlas, no anda buscando
argumentos o excusas para desobedecerlas. Si bien la mayoría de quienes se
declaran cristianos esperan estar en el Reino de Dios, parece que ignoran
que "de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Eterno", cuando
Jesucristo establezca su Reino en la Tierra (Isaías 2:2-4). Los santos, como
maestros en el Reino, enseñarán al mundo a observar el sábado (Isaías
66:22-23), los días santos (Zacarías 14:16-19) y las leyes alimentarias (Isaías
66:15-17). El nuevo pacto está basado en las leyes de Dios, como lo estuvo el
antiguo. Pero el nuevo pacto tiene promesas espirituales: El perdón de los
pecados, después de un sincero arrepentimiento, el Espíritu Santo y la vida
eterna. Por esta razón al nuevo pacto se le llama "un mejor pacto" (Hebreos
7:22; 12:24). El nuevo pacto significa mucho más que amar al Señor y amar al
prójimo. Significa también aprender a observar las reglas y regulaciones[las
leyes de Dios] que nos guiarán por el camino correcto.

Quienes enseñan erróneamente que los cristianos ya no necesitan obedecer


las leyes de Dios, no se dan cuenta de que su razonamiento es producto de
una mente carnal; una mente que no tiene la guía del Espíritu Santo. Pablo
explica que esas mentes carnales "son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden" (Romanos 8:7). Una mente
inconversa pasa por alto las leyes de Dios o busca argumentos para no
obedecerlas, aunque esa persona afirme creer en Dios y amar al Señor.
Satanás es capaz de influir o engañar a cualquiera que se encuentre en ese
estado de ánimo (2 Corintios 4:3-4). La Biblia revela esa como la razón básica
por la que muchos suponen que Jesús abolió la ley, un concepto sin
ningún respaldo bíblico y que contradice todo el plan de Dios. Las leyes de
Dios señalan un camino de vida que Dios ha destacado desde la creación,
camino al que los cristianos hemos sido llamados para aprender a vivir y así
estaremos en capacidad de enseñarlo a toda la humanidad en el próximo
Reino de Dios. Debemos estar muy agradecidos por la verdad que Dios
enseña tan claramente en su Palabra y por no haber sido víctimas de falsos
argumentos, porque el mismo Jesús advirtió que muchos serían engañados
acerca de este tema fundamental (Mateo 24:4-5, 11, 24). Sigamos estudiando
y orando ¡para que no perdamos de vista la verdad!

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