Convención de Budapest

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CONVENCIÓN DE BUDAPEST

NATALIA SANTAMARIA

FUNDACION UNIVERSITARIA CERVANTINA SAN AGUSTIN

BOGOTA 2017
CONVENCIÓN DE BUDAPEST

¿QUÉ ES?

The Convention on Cybercrime (ETS) 185 o Convenio sobre cibercriminalidad de


Budapest (traducción no oficial) o Convención sobre Delitos Informáticos o Convenio
sobre ciberdelincuencia es el único acuerdo internacional que cubre todas las áreas
relevantes de la legislación sobre ciberdelincuencia (derecho penal, derecho procesal y
cooperación internacional) y trata con carácter prioritario una política penal contra la
ciberdelincuencia.

Fue adoptado por el Comité de Ministros del Consejo de Europa en su sesión N. 109 del
8 de noviembre de 2001, se presentó a firma en Budapest, el 23 de noviembre de 2001
y entró en vigor el 1 de julio de 2004.

En abril de 2001 el Consejo Europeo publicó el proyecto destinado a armonizar las


legislaciones en los estados miembros (47 miembros y 8 observadores al día de la fecha)
y abierta a otros países como Australia, Japón, Canadá, Sudáfrica y los EE.UU. en
noviembre de 2001. Actualmente países como Argentina (que ha basado su ley de delitos
informáticos en este convenio) y Ecuador están analizando adherirse.

Por ende, este convenio es el único que se encarga de la seguridad de la información y


trata los delitos contra la Confidencialidad, Integridad y Disponibilidad de los datos y los
sistemas informáticos.

¿Y PARA COLOMBIA APLICA?

El Gobierno Nacional, en cabeza de la Cancillería y los Ministerios de Justicia, Defensa


y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), presentó al Congreso de la
República un proyecto de ley para que Colombia se adhiera al Convenio de Budapest,
que busca construir una política mundial común contra la ciberdelincuencia.

El proyecto de ley comenzará su trámite legislativo en la Comisión Segunda del Senado


y una vez cursados los cuatro debates en el Congreso, pasará a revisión de la Corte
Constitucional y posteriormente a sanción presidencial.

Luego, la Cancillería hará oficial la adhesión al convenio, que le permitirá a Colombia no


solo avanzar en temas de cooperación internacional contra delitos informáticos, sino
también fortalecer las leyes y regulaciones nacionales contra el ciberdelito en todos los
niveles.

El Convenio de Budapest es un acuerdo internacional que tiene como objetivo hacerle


frente a los delitos informáticos y en Internet mediante la armonización de leyes
nacionales, la mejora de las técnicas de investigación, y el aumento de la cooperación
entre los Estados y su relación con el sector privado, con el fin de prevenir los delitos en
la red.
Igualmente facilita la adopción de medidas para detectar y perseguir, tanto en territorio
nacional como en área internacional, a los posibles ciberdelicuentes. En esa medida, se
prevé la creación de una red que opere 24 horas de los 7 días de la semana, para
garantizar una rápida cooperación internacional que reaccione frente a algún tipo de
incidente. En consecuencia, en casos que suponen el uso ilícito de las redes de
comunicación, el convenio permite investigar y judicializar estos crímenes para que
nuestro país no se convierta en un paraíso donde los ciberdelincuentes extiendan sus
redes.

EL ANTES, EL AHORA Y EL DESPUES ENTRE COLOMBIA Y EL CONVENIO DE


BUDAPEST

La intervención de comunicaciones con fines de defensa ha sido entendida, bajo los


vientos que mueven al mundo moderno, como la capacidad que tiene el Estado de
anticipar y, en muchos casos, contrarrestar los efectos de la cibercriminalidad. Si bien se
trata de una práctica mucho más antigua, para el propósito de la investigación
entenderemos que el acceso a datos alojados en internet por parte de las autoridades
puede tener, en principio, dos finalidades: labores de inteligencia y connotaciones en un
proceso judicial.

Es evidente que el continuado crecimiento y la tecnificación de los delitos transnacionales


han justificado el nacimiento de un nuevo tipo de herramientas por parte de los Estados,
para hacerles frente. El último quinquenio ha traído consigo la adopción de una serie de
medidas dirigidas a establecer planes de respuesta al fenómeno del crimen
computacional. Colombia no ha sido ajena a esta realidad. Es así que el país viene
desarrollando estrategias en esta materia. Así mismo, a nivel judicial, estas medidas
vienen acompañándose con planes que pongan a tono al país con las condiciones
actuales en el mundo globalizado.

En particular, a partir del Documento Conpes 3701 del 2011, el país definió una estrategia
de ciberdefensa y ciberseguridad y se introdujo la necesidad de contar con un programa
articulador de esfuerzos en materia de investigación de delitos cibernéticos. Así mismo,
desde el 2000, con ocasión de la reforma a los códigos Penal y de Procedimiento Penal,
se iniciaron labores para dotar a la Rama Judicial de nuevos mecanismos tanto a nivel
probatorio como a nivel de investigación criminal. Fue así que, en el año 2005, Colombia
adoptó un nuevo sistema de prosecución criminal llamado sistema acusatorio. Este
nuevo sistema introdujo una labor más especializada de los organismos técnicos (cuerpo
de Policía Judicial), un sistema basado en la oralidad y la intervención de los jueces con
función de control de garantías.

Para complementar la labor que cumplen las autoridades en materia de investigación


criminal, así como en labores de inteligencia, se expidió una nueva ley de inteligencia
nacional: la Ley Estatutaria 1621 de abril del 2013, cuyo antecedente más próximo, la
Ley 1288 del 2009, había sido declarada inadmitida por la Corte Constitucional por vicios
en su formación. La Corte, en ese momento, hizo un análisis de fondo de la violación de
derechos como el de la intimidad en ciertos mecanismos concedidos a las autoridades.

También es importante señalar que Colombia ha adoptado normas que obligan a los
prestadores de servicios de comunicaciones, por orden de los fiscales, a permitir el
procesamiento (analizar, capturar y retener) de información en redes de comunicaciones
por parte de los organismos. En especial, el Decreto 1704 del 2012 hace obligatorio para
los operadores y prestadores de servicios de comunicaciones colaborar con las
autoridades para obtener acceso a la captura del tráfico de las comunicaciones que
cursen por sus redes. El 31 de julio del 2013, el Consejo de Estado suspendió
provisionalmente la frase: “o demás autoridades competentes”, ya que, según el actor,
dicha expresión entraña una habilitación genérica para que cualquier autoridad, y no
solamente la Fiscalía General de Nación, pueda acudir a los proveedores de redes y
servicios de telecomunicaciones y solicitar el suministro de los datos del suscriptor, tales
como su identidad, dirección de facturación y tipo de conexión.

Por otra parte, en materia de cooperación judicial internacional, Colombia hace parte de
los tratados de asistencia mutua, con el fin de participar de manera cooperativa en
asuntos de delitos transnacionales y en investigaciones criminales globales, ahora bien,
el Convenio de Budapest se presenta como una solución internacional existente para
atacar los delitos informáticos y/o electrónicos; recordemos que no todos los delitos
informáticos se consuman a través de medios electrónicos, ni todas las conductas
penales que se realizan a través de medios electrónicos, son delitos informáticos. A
pesar de sus deficiencias, se convierte en una adecuada herramienta para la
armonización legislativa internacional y su lucha contra el ciberdelito.

Es importante resaltar que diversos instrumentos internacionales han intentado


establecer una definición de lo que se conoce como delitos informáticos; ahora bien,
tratándose de una clasificación uniforme, el Convenio de Budapest al que como nación
pretendemos adherir trae una clasificación propia de los tipos de delitos y los organiza
en cuatro vectores:

1. Delitos contra la confidencialidad, la integridad y la disponibilidad de los datos y los


sistemas informáticos.

2. Delitos informáticos.

3. Delitos relacionados con el contenido y donde se encuentran delitos relacionados con


la pornografía infantil.

4. Delitos relacionados con infracciones de la propiedad intelectual.

Estos cuatro ejes fundamentales se desarrollan una serie de conductas donde se


encuadran cada una de las que consagra la Ley 1273 del 2009 en Colombia. Valga la
pena resaltar que, frente a los delitos relacionados con el contenido, el país requiere
realizar una serie de esfuerzos con el fin de fortalecer la represión de este tipo de
conductas, sobre todo en lo relacionado con labores de investigación criminal
transnacional. El país cuenta con la Ley 679 del 2001, reglamentada por el Decreto 1524
del 2002 en materia de protección infantil contra actos de explotación sexual. Por otra
parte, existe una deuda en materia reglamentaria de normas que actualicen los sistemas
de protección de derechos de autor y conexos.

Caso especial merece la necesaria evaluación de la efectividad internacional de los


instrumentos de cooperación y, en especial, del Convenio de Budapest a 12 años de su
promulgación y a portas de la adhesión de Colombia. Guardadas las normales
previsiones referentes a las consultas internas de las necesidades y expectativas como
interesados, precisamos entender el modelo que viene desarrollando el Consejo de
Europa frente a la investigación de delitos transnacionales. El convenio busca de manera
decidida fortalecer la investigación frente a conductas tradicionales como la trata de
personas, el lavado de dinero y el terrorismo, en cuanto a que dichos fenómenos han
encontrado en la tecnología nuevos canales para hacer más eficiente su accionar.

Las conductas señaladas en el convenio luego de más de una década de vigencia


claramente se encuentran desfasadas y ello no necesariamente es sorpresivo; la
delincuencia se ha alimentado, en el último decenio, del mundo cibernético y, a pesar de
los esfuerzos de las naciones, el ciberdelito también avanza a pasos agigantados.

Por último, se resalta que la decisión política de adhesión al instrumento internacional


inicia un proceso que necesariamente pasa por la revisión de algunas normas de derecho
interno para adaptarlas a las reglas de la convención. El país ha venido dando
importantes pasos en este sentido, incorporando reglas en materia de delitos
informáticos, nuevas normas sobre protección de datos personales, política en materia
de ciberseguridad y ciberdefensa y la política estatal de acceso y uso en materia de TIC
liderada por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

Sin duda aún falta una serie de medidas en esa dirección, especialmente lo relacionado
con la sensibilización y capacitación de los actores del sistema judicial (jueces, fiscales
y policías), así como la creación de escenarios de prevención y la masificación de
sistemas de investigación criminal con uso de técnicas de recolección de evidencia
digital, elementos a los que los países europeos suelen destinar una gran cantidad de
recursos, a los cuales Colombia podrá acceder en sus avances hacia su silla en
Estrasburgo.
BIBLIOGRAFÍA

Diaz, F. (16 de 08 de 2017). Presidencia de la República de Colombia. Obtenido de


es.presidencia.gov.co
Marrugo, I. (30 de 01 de 2014). Colombia y la cooperación internacional en los delitos
informáticos. Obtenido de www.ambitojuridico.com
Sanchez, C. (25 de 03 de 2010). Seguinfo. Obtenido de www.blog.segu-info.com.ar

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