Razones para Predicar La Palabra de Dios

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Razones para predicar la Palabra de Dios

TEXTO: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda


criatura.” Marcos 16:15

Todos a lo largo de nuestra vida nos encontramos ante situaciones donde creemos que es
mejor ocultar que somos cristianos o seguidores de Jesucristo.

Detrás de ello está el miedo al rechazo,


Temor a burlas, no ser aceptado, perder un trabajo, sufrir persecución, etc.

Hasta Pedro en una situación de peligro tuvo el mismo problema “Entonces Pedro se
acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me
negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.” Mateo 26:75

1. Mandato de predicar el evangelio


“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Marcos
16:15

EN LOS CUATRO EVANGELIOS EL SEÑOR NOS DEJA LA “Gran Comisión” que


es que prediquemos el evangelio a todos.

ES NECESARIO QUE ESTO LO TENGAMOS COMO ALGO CONSTANTE Y


COTIDIANO como nos indica el apóstol Pablo: 2 Timoteo 4:1-2
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los
muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo
y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.”

Para predicar la Palabra DEBEMOS LEERLA, ESTUDIARLA, CONGREGAR y


ESTAR EN COMUNIÓN CON EL SEÑOR.

Debemos estar siempre preparados.

2. Dios pondrá las Palabras en nuestra boca: Lucas 21:15

“porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni


contradecir todos los que se opongan.”
Cuando prediquemos el evangelio a una persona, tanto conocida como desconocida
tenemos que tener claro que el Espíritu Santo es quien está poniendo en nosotros las
palabras de predicación.
Recuerda como Moisés también fue persona temerosa, pero dejó que Dios le guiase
siempre para poder hablar al faraón y siempre en el nombre de Dios.

Éxodo 4:10-12 “Entonces dijo Moisés a Jehová !Ay, Señor! nunca he sido hombre de
fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y
torpe de lengua. Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al
mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? Ahora pues, ve, y yo estaré
con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.”

Efectivamente, Dios ha creado la boca, la lengua, al mudo y al sordo. Así que llénate de
valentía porque Dios es quien hará por ti.

3. La negación no es de agrado a Dios Mateo 10:33

“Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de


mi Padre que está en los cielos.”

La palabra de Dios es clara en decirnos que no debemos negar a Jesús.


Las personas que conocemos la Palabra de Dios debiéramos tener claro que si no
hacemos la obra de Dios, si no predicamos el evangelio no podemos ser recompensados.

Un verdadero cristiano pone primero a Cristo con su testimonio, sus obras, su


ejemplo y predicando la Palabra de Dios. Mateo 25: 41-43

“Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer;
tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no
me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.”

3. Somos luz Mateo 5:14-16


“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede
esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero,
y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres,
para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos.”

SI SOMOS CRISTIANOS APAGADOS SIN PREDICAR LA PALABRA DE DIOS,


¿SOMOS REALMENTE LUZ O LAS TINIEBLAS NOS INVADEN? Hazte estas
preguntas y di sí a predicar la palabra de Dios.

4. Debemos poner primero a Dios sobre todas las cosas.


Lucas 9:23 “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
tome su cruz cada día, y sígame.”

Por ello, debemos poner primero a Dios y después a nosotros con nuestros temores,
debilidades y todas las cosas.

¿Qué promesas le dio Dios a Gedeón


(versículos 14,16)?

Y mirándole Jehová, le dijo: Vé con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la

mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Jue 6:16 Jehová le dijo: Ciertamente

yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.

En el momento que hagamos eso estamos negándonos a nosotros para dejar que el
Creador sea quien tome las riendas de nuestra vida.

Si seguimos poniendo primero “nuestro yo”, “nuestras amistades”, “nuestro jefe”,


“nuestro trabajo”, “nuestra familia”… nunca seremos instrumentos de Dios para llevar el
evangelio.

QUE SE NOTE QUE ERES DIFERENTE NO POR TU RROPA SINO POR TU


CORAZÓN

RAY COMFOR DICE. QUE SOY AMBOS UN COBARDEQUE EL MUNDO VA A IR


A EL INFIERNO. PERO NO LE ALVIERTO VERVALMENTE.

5. No debemos sentir temor a la burla


“Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada
día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí.” Jeremías 20:7

El enemigo desea que no prediquemos la Palabra de Dios. Por eso es algo normal que
alguna persona a la que tratemos de predicar nos niegue y que hasta haya burlas. Sin
embargo, la promesa la tenemos siempre en la Biblia.

Yendo al caso bíblico de Jeremías, el pueblo fue deportado a Babilonia con cadenas y él
fue respetado por los soldados y puesto en libertad y dejándole elegir si quedarse en
Jerusalén o ir a Babilonia, mientras que todo el pueblo que se burló de él fue deportado a
Babilonia. (Jeremías 40)

6. Dios está con nosotros como poderoso gigante


“Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen
tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no
prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.” Jeremías 20:11

Nosotros somos hijos de un Dios todopoderoso. En el momento que sentimos temor, o


miedo a la persecución estamos minimizando el poder de Dios. Estamos haciendo a Dios
pequeño y a nuestro temor grande. ¡Esto no debe ser así! Nuestro Dios es poderoso y
nada puede prevalecer contra nosotros.

“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra


nosotros?” Romanos 8:31

7. Dios nos va a dar siempre la victoria si lo exaltamos


“Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las
ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y
oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes. Entonces se juntaron
aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de su
Dios.” Daniel 6:10-11

Cuando en los tiempos de Daniel sacaron una ley en la que no podía adorarse a ningún
Dios, Daniel siguió poniendo a Dios por encima de todas las cosas. Fue apresado y
puesto en un foso con leones. Pero Dios siempre le protegió:

“Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me
hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he
hecho nada malo. Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó
sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él,
porque había confiado en su Dios. Y dio orden el rey, y fueron traídos aquellos hombres
que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y
sus mujeres; y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron
de ellos y quebraron todos sus huesos.” Daniel 6:22-24

9. Nadie nos puede acusar ni hacer nada contra nosotros


La Palabra nos vuelve a decir “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que
justifica.” Romanos 8:33 Nadie nos puede acusar, nadie nos puede hacer nada, ya que
todo poder viene de Dios.

El mismo Señor Jesucristo nos dijo:

“Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni
oculto, que no haya de saberse. Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís
al oído, proclamadlo desde las azoteas. Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el
alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en
el infierno.” Mateo 10: 26-28

Efectivamente, predicar la palabra de Dios no debe ser temor para un cristiano. Si


miramos cuales son las consecuencias de que prediquemos veremos que todas son
positivas tanto a la persona que predicamos como en nuestra vida, así que despojémonos
de todo temor porque ni nada ni nadie tiene autoridad sobre nosotros.

10. Hay necesidad de predicadores


“Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.
Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” Mateo 9:37-38

Efectivamente hay muchas personas que no conocen la Palabra de Dios ni a Jesucristo y


pocos los obreros que predican. Piensa siempre esto, que Dios te ha llamado a ti para que
prediques en tu casa, en tu trabajo, instituto, universidad, conocidos. Esas personas no
conocen a Dios, y tu eres un instrumento de Dios para predicarles.

11. Aunque creas que no te escuchen queda sembrada la semilla


“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega
la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,
así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo
quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” Isaías 55:10-11

A veces predicamos la Palabra a una persona, y sentimos que no nos escucha o que no le
interesa o que no termina de convencerle. No te preocupes, la semilla (la Palabra) ha sido
sembrada en esa persona y Dios es el que hará la obra.

“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es
algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.” I Corintios 3:6-7

12. Recompensa de Dios


“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que
vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al
Padre en mi nombre, Él os lo dé.” Juan 15:16

Muchas veces le pedimos a Dios por trabajo, dinero, salud, etc. pero ¿hacemos la obra de
Dios? ¿Salimos a predicar con nuestra iglesia? ¿hablamos de Jesús a toda persona que
podemos?. Es importante que respondamos a estas preguntas porque si son negativas las
respuestas, no somos merecedores de la promesa de Jesús: «pedid lo que queráis y os
será hecho» Juan 15:7.

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