El Escarabajo de Wittgenstein y El Lenguaje Privado

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EL ESCARABAJO DE WITTGENSTEIN Y EL LENGUAJE PRIVADO

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ALEJANDRO GAMERO — 29/01/2015
El escarabajo de Wittgenstein
El escarabajo de Wittgenstein

En sus Investigaciones Filosóficas Ludwig Wittgenstein pone el siguiente ejemplo.


Imagina que al nacer te dan una caja con un escarabajo dentro. Se trata de un objeto
muy valioso y extremadamente personal, tanto que nadie puede ver el interior de la
caja salvo uno mismo. De este modo, no existe una forma objetiva de confirmar que
todas las cajas contengan lo mismo. En el mejor de los casos podrían contener un
escarabajo de verdad, pero nada garantiza al cien por cien que en lugar del escarabajo
no haya otros insectos, como una hormiga o una araña, o que incluso no haya nada,
eso sí, sea lo que sea, siempre se considerará bajo el término de «escarabajo».

Supongamos que la descripción del «escarabajo» se establece teniendo en cuenta


solo el que guardamos en nuestra caja, ya que no podemos ver el resto. De ser así, la
definición de lo que es un escarabajo cambiaría continuamente, dependiendo de cada
persona. Es más, cuando uso la palabra «escarabajo», ¿a cuál de ellos me estoy
refiriendo? Sin duda al mío, pero no hay forma posible de saber si al del resto. Es por
eso que, según Wittgenstein, para la construcción de la palabra y del concepto
«escarabajo» lo que hay dentro de cada caja particular es irrelevante. La palabra bien
podría acabar significando, sin más, «esa cosa que está en la caja de cada persona».

Tal vez el ejemplo con escarabajos pueda resultar un poco extraño, pero
Wittgenstein lo aplica en primer lugar al concepto de «dolor». Por tanto, si
continuamos con el símil, la palabra «dolor» no se puede relacionar con nuestra propia
experiencia y sensación personal de dolor, sino que solo tiene sentido como acuerdo
colectivo del hecho del dolor. No podría ser de otro modo, ya que no podemos saber
exactamente lo que otras personas están experimentando o sintiendo.

Pero volviendo a los escarabajos, si tratamos de usar la palabra «escarabajo» para


referirnos a lo que hay dentro de nuestra caja estamos hablando de algo que no puede
conocer nadie más aparte de nosotros mismos, por lo no tendría sentido que la
palabra hiciera referencia a nada personal o subjetivo. De esta manera, concluye
Wittgenstein, no existe tal cosa como un lenguaje privado. El lenguaje que utilizamos
para comunicar sensaciones subjetivas de nuestro mundo privado ‒por ejemplo, del
dolor‒ es un lenguaje formado en el ámbito de lo social. Una idea, la del lenguaje
como un arte social, sobre la que años después volvería Quine en su ensayo La
relatividad ontológica, aunque desde el punto de vista de la traducción entre idiomas.
Uno de los discípulos de Quine, Daniel Dennett, iría todavía más lejos al afirmar en La
conciencia explicada que una experiencia interior solo puede comprenderse como un
acto social porque solo existe en tanto en cuanto es comunicable.

[fuente: http://lapiedradesisifo.com/2015/01/29/el-escarabajo-de-wittgenstein-y-el-
lenguaje-privado/]

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