La Restauración (1874-1902) : Textos
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Por vitud de la espontánea y solemne abdicación de mi augusta madre, tan generosa como infortunada, siy
único representante yo del derecho monárquico en España. Arranca éste de una legislación secular,
confirmada por todos los precedentes históricos, y esta indudablemente unido a las instituciones
representativas, que nunca dejaron legalmente de funcionar durante los treinta y cinco años transcurridos
desde que comenzó el reinado de mi madre hasta que, niño aún, pisé yo con todos los míos suelo extranjero
(...)
Huérfana la nación ahora de todo derecho público e indefinidamente privada de sus libertades, natural es que
vuelva los ojos a su acostumbrado derecho constitucional y a aquellas libres instituciones que ni en 1812 le
impidieron defender su independencia ni acabar en 1840 otra empeñada guerra civil. Debióles además
muchos años de progreso constante, de prosperidad, de crédito y aún de alguna gloria (...)
Por todo esto, sin duda, lo único que inspira ya confienza en España es una monarquía hereditaria y
representativa, mirándola como irremplazable ganatntía de sus derechos e intereses desde las clases obreras
hasta las más elevadas.
No hay que esperar que decida yo nada de plano y arbitrariamente; sin Cortes no resolvieron negocios arduos
los Príncipes españoles allá en los antiguos tiempos de la Monarquía, y esta justísima regla de conducta no
he de olvidarla yo en mi condición presente, y cuando todos los españoles estén habituados a los
procedimientos parlamentarios. Llegado el caso, fácil será que se entiendan y concierten las cuestiones por
resolover un principio leal y un pueblo libre.
Nada deseo tanto como que nuestra patria lo sea de verdad. A ello ha de contribuir poderosamente la dura
lección de estos tiempos, que si para nadie puede ser perdida todavía lo será menos para las honradas y
laboriosas clases populares, víctimas de sofismas pérfidos o de abusrdas ilusiones.
Cuanto se está viviendo enseña que las naciones más grandes y prósperas, y donde el orden, la libertad y la
justicia se admiran mejor, son aquellas que respetan más su propia historia. (...)
Sea la que quiera mi propia suerte, ni dejaré de ser buen español, ni como todos mis antepasados buen
católico, ni como hombre del siglo verdaderamente liberal (...).
Alfonso XII
Nork Town (Sandhurst). 1 de diciembre de 1874
Doc. 2. El año de la Restauración según Pérez Galdós
Benito Pérez Galdós, en sus Episodios Nacionales: De Cartago a Sagunto, resume el año 1874 como el de
los dos pronunciamientos que cierran la trayectoria de los golpes militares y populares iniciados en 1808. El
primero, el de Pavía, va dirigido contra la república parlamentaria y federal y está motivado por el caos
cantonalista de Cartagena (Cartago); el segundo, el de Sagunto, proclama rey al príncipe Alfonso. El año
1874 termina como había empezado, es decir, con un golpe de Estado y la formación de un ministerio
concordante con la voluntad de quienes desencadenaron el pronunciamiento. Así como el gobierno Serrano
nace del descontento hacia la república y con el favor de quienes hicieron la revolución de 1868, el
ministerio-regencia de Cánovas lo hace basándose en la legitimidad dinástica y en el pacto con fuerzas
afines, excluyendo a tradicionalistas y radicales, como sectores menos tolerantes.
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¿Es serio cuando se trata de un hecho tan grande como la Restauración de una monarquía pretender que todo
se ha hecho al levantar dos batallones sin disparar un tiro y negar la cooperación de grandes elementos (...)
cuando había por una parte el derecho a la dinastía de un rey que ímperaba sobre muchas conciencias y
cuando concurría hasta el desengaño de un país que buscaba en la proclamación del monarca la paz y la
seguridad que ha conseguido después? Todos los demás ejércitos y los que aceptaron su proclamación desde
el primer instante ¿es que fueron vencidos por los batallones de Martínez Campos?
La Restauración se hizo por sí sola y por la fuerza de los acontecimientos, cualquiera la hubiera hecho en
aquel momento. Los movimientos del país necesitaron en un instante de dirección (...) que me fue confiada
por la reina madre y su augusto hijo, esa organización la hice yo y la llevé adelante.
No quería yo ofender a nadie al hablar de la proclamación de la monarquía en Sagunto. Pues ¿no sabe todo el
mundo que así que llegué ofrecí inmediatamente el mando a la autoridad de aquel distrito? ¿Querría para mí
solo la gloria de la Restauración? De ninguna manera, echaba sobre mis hombros un peso que creía que me
iba a abrumar la Restauración, digámoslo de una vez, no la hice yo, no la hizo nadie, la hicimos todos, la
hizo el partido monárquico liberal, que creyó que era llegado el momento que viniera Alfonso XII.
Sé que la mayor parte de ellos deseaban una bandera. Pero yo he dicho siempre que don Alfonso XII no ha
venido a España por el derecho de la fuerza, sino por la fuerza del derecho.
La política es el arte de aplicar en cada época de la historia aquella parte del ideal que las circunstancias
hacen posible; nosotros venimos ante todo con la realidad; nosotros no hemos de hacer ni pretender todo lo
que quisiéramos, sino todo lo que en este instante puede aplicarse sin peligro (...)
Hay mucha diferencia entre hablar de Constitución interna al lado de una Constitución expresa y escrita, en
cuyo caso existe una contradicción notoria, y hablar de Constituciín interna en un país donde, por las
circunstancias de los hechos, no queda en pie Constitución alguna escrita. Donde esto acontece no puede
menos de decirse que no hay Constitución alguna vigente; y cómo, sin embargo, de esto, es imposible que un
país viva sin algunos principios, sin algunos fundamentos, sin algunos gérmenes que desenvuelvan su vida
(...) Llamad a esto como queráis; si no os gusta el nombre de Constitución interna, poned otro cualquiera;
pero hay que reconocer de hecho que existe (...)
Invocando toda la historia de España, creí entonces, creo ahora,, que, deshechas como estaban por
movimientos de fuerza sucesivos todas nuestras Constituciones escritas, a la luz de la historia y a la liz de la
realidad presente sólo quedaban intactos en España dos principios: el principio monárquico, el principio
hereditario, profesado profundamente – a mi juicio – por la inmensa mayoría de los españoles, y, de otra
parte, la institución sewcular de las Cortes (...)
Yo creo que el sufragio universal si es sincero, si da un verdadero voto en la gobernación del país a la
muchedumbre, no s´`olo indocta, que eso sería casi lo de menos, sino a la muchedumbre miserable y
mendiga, ha de ser el triunfo del comunismo y ruina del principio de propiedad (...) Escójase, pues, entre la
permanente falsificación del sufragio universal o su supresión si no se quiere tener que elegir entre la
existencia y la desaparición de la propiedad (...) Cuando las minoría inteligente, que serán siempre las
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minorías propietarias, encuentren que es imposible mantener en la igualdad de derechos con ellos a la
muchedumbre; cuando vean que la muchedumbre se prevalece de los derechos políticos que se han dado (...)
buscarán dondequiera la dictadura y la encontrarán.
No se puede olvidar que no es hoy, sino desde hace ocho años, cuando se ha planteado la cuestión religiosa.
Esos ocho años han creado intereses, y la cuestión no es ya libre, no es ya puramente teórica y de doctrina.
Aquí se puede votar la tolerancoa con una perfwcta conciencia, porque ninguna publicista católico puede
sostener que se prescinda de los hechos para restablecer la intolerancia religiosa., No, y mucho menos
cuando no se trata de hechos latentes, sino patentes a los ojos de todos: el hecho de que hace ocho años toda
la legislación del país está basada no en la toleranciaa, sino en la abosluta libertad religiosa. ¿Queréis acaso
una nueva revocación del Edicto de Nantes? Si tenéis valor de aconsejarlo, proponedlo tal y como es.
¿Cuestión religiosa? Cuando el glorioso conquistador de Toledo pactaba la tolerancia para el culto de los
árabes; cuando lo mismo hacían los gloriosos conquistadores de Granada, no se dijo ni pensó por nadie que
esto fuese cuestión religiosa. ¿Hemos de adoptar hoy ese criterio, oponiéndonos al concierto de las naciones
europeas, cuando por nuestra posición en Europa, América y en Asia, necesitamos captarnos las simpatías
del mundo entero? (...) Los que no tenéis la experiencia de este banco no sabéis lo que es vivir sin el acuerdo
de las demás naciones, no teniendo ejércitos ni escuadras avasalladoras (...)
1.2. EL SISTEMA CANOVISTA
En el encasillado entran también las condiciones principales de los individuos, que no estriban siempre en su
valor moral e inteletual. Lo que da puestos es la antigüedad en el partido, los servicios prestados en él (... ) su
entendimiento y carácter. Suelen ser mal mirados los que se señalan por su tendencia a la la izquierda (...) los
díscolos y los que cada mes tienen un programa distinto (... ) Aunque muchos de éstos se agarran de tal modo
y tienen tan bien preparado el terreno que no hay medio de limpiar en ellos (...) Consecuencia de todo ello es
el caciquismo, el entronizamiento de ciertos individuos en las localidades, los cuales, como instrumentos del
diputado, son dueños de los resortes administrativos (... ) El cacique da y quita empleos (... ) es quien al
hacer el reparto de la contribución carga la mano al adversarío aliviando al amigo (...) el tirano que favorece
al diputado, agobia a éste con sus exigencias hasta el punto de que muchos representantes del país reniegan
de la hora en que se metieron en este lío (...) El diputado apoya y encumbra los desmanes de su agente, pero
se dan casos en los que los clamores de la cámara se hacen oír en el Congreso y el Gobierno se ve obligado a
recortar el celo de este déspota oscuro.
No es, no es nuestra forma de gobierno un régimen parlamenmtario, viciado por corruptelas y abusos, según
es uso entender, sino, al contrario, un régimen oligárquico, servido, que no moderado, por instituciones
aparentemente parlamentarias. O, diho de otro modo, no es el régimen parlamentario la regla, y excepción de
ellas los vicios o corruptelas denunciados en la prenesa y en el Parlamento mismo durante sesenta años; al
revés, eso que llamamos desviaciones y corruptelas constituyen el régimen, son la misma regla (...)
Nos enseña, en primer lugar, que el problema de la libertad, que el problema de la reforma política no es el
problema ordinario de un régimen ya existente, falseado en la práctica, pero susceptible de sanearse con
depurativos igualmente ordinario, sino que es uun hecho, y positivamente, todo un problema constitucional
de cambio de forma de gobierno; que se trata nada menos que de una revisión del movimiento revolucionario
de 1868, y, más aún, de la revolución misma de todo el siglo XIX, respuesta al estado de problema.
Nos enseña, en sgundo lugar, que mientras esa revolución no se haga, que mientras soportemos la actual
forma de gobierno, será inútil que tomemos las leyes en serio, buscando en ellas garantía o defensa para el
derecho (...)
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Oligarcas y caciques constituyen lo que solemos denominar clase di9rectora o gobernante, dustribuida o
encasillada en “partidos”. Pero aunque se lo llamemos, no lo es; si lo fuese, formaría parte integrante de la
Nación, sería orgánica reperesentación de ellka, y no es sino un cuerpo extraño, como pudiera serlo una
facción de extranjeros apoderados por la fuerza de los Ministerios, Capitanías, telégrafos, ferrocarriles,
baterías y fortalezas para imponer tributos y cobrarlos.
Hemos entrado en un nuevo periodo político. El Ministerio – presidido por Cánovas – había prestato
relevantes servicios, terminada la guerra civil en España y en Cuba. Pero no había sabido coronbar el orden
alcanzado por los sacrificios de todos, con la libertad de todos. Y la nación, a pesar de sus desgracias
históricas, ama los principios liberales. Y debo decirle que el señor Sagasta los aplica ccon sinceridad y con
deseo de no asustarse de los inconvenientes que consigo traen. Ha colgado la Ley de Imprenta en el Museo
Arqueológico de las leyes inútiles; ha abierto la Universidad a todas las ideas y a todas las escuelas; ha
dejado un amplio derecho de reunión que usa la democracia según le place, y ha entrado en un periodo tal de
libertades prácticas y tangibles que no podemos envidiar cosa alguna a los pueblos más liberales de la tierra.
Nosotros, si sabemos mantener la paz pública y el orden regular en las calles y en los campos, nada, pero
absolutamente nada, podemos temer ya por nuestras libertades. Bien es verdad que para todo esto era
necesario cambiar la complexión revolucionaria de la democracia española en complexión pacífiica y legal.
A esta obra me he consagrado desde 1874, y en esta obra he prevalecido gracias a mi tenacidad, no a mi
talento.
Castelar, 1881
3. LA REGENCIA DE MARIA CRISTINA (1885-1902)
Al saberse en Madrid el peligro de la vida de D. Alfonso XII, Cánovas decidió aconsejar a la reina la entrega
de poder a los liberales (...) lo cual dio origen a la leyenda del Pacto de El Pardo, ajena a toda la realidad,
pues la resolución de abandonar el gobierno la adoptó Cánovas por su exclusiva iniciativa, sin que mediara
inteligencia alguna, directa ni indirecta, con ningún personaje liberal (...) Estando aún en el salón de
columnas el cadáver del rey, juró un nuevo gobierno presidido por el señor Sagasta (...) El ciclo de Sr.
Cánovas fue favorablemente juzgado por amigos y adversarios. En mi sentir hubiérase verificado el cambio
de toda suerte, pues la decisión de lograrlo era visible en todas las esferas (...) mediante esa mudanza se
aseguraba el orden público y se aquietaban los espíritus, Cánovas entendió que no tenía la necesaria
autoridad para pedir la concordia de todas las fuerzas políticas del país en un momento tan oscuro y con una
sucesión monárquica tan extraña. Si todo ello lo solicitaba bajo el peso de pérdida tan inesperada como la
muerte del rey, produciendo en su derredor la debilidad que lleva consigo en este mundo la desgracia.
Doc. 11.
Cuba, como las antiguas colonias continentales de España en América, debe pertenecer a la gran famílía de
las repúblicas americanas con instituciones y política ( .. ) La política de los EE.UU. en relación a Cuba debe
ser expectante, pero con convíccíones fíjas y posítivas respecto a los deberes de EE.UU. cuando llegue el
momento de obrar.
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Doc. 12
No creáis [Cánovas a las Cortes constituyentes de 1870] que es tan difícíl entenderse bien con los vencídos
cuando están vencidos debidamente (...) La insurrección debe ser aniquilada militarmente.
A Cuba deberían darse las mismas condiciones orgánicas, políticas y administrativas que regían en la Isla de
Puerto Rico, amnistía para los insurrectos de 1868, indulto para los desertores del ejército español y libertad
para los esclavos y colonos asiáticos alistados en las filas de la rebelíón.
Doc. 13
Las negociaciones con los EE.UU. fueron conducidas con firmeza, prudencia y dignidad. Los negociadores
españoles no lograron ninguna concesión de sus adversarios, pero consiguieron (...) silenciar los argumentos
contratos y forzar al gobierno de los EE.UU. a refugiarse a propósito de cada punto litigioso, en lo que era su
único argumento: la fuerza. Y esto tiene y tendrá valor para todo el que no se resigne a dejar la vida reducida
a un simple juego de intereses materiales.
El 31 de diciembre de 1898 fue arrancado por nosotros el escudo de armas de la casa cuartel de voluntarios
del poblado de Caunao (... ) el sol del primero de enero no alumbró nuestro pabellón y al dar las doce del día
en algunas casas y comercios se enarbolaron banderas norteamericanas y cubanas, pero no se oyó frase ni
gesto ofensivo para España (...) nosotros ya no estábamos en la isla, pero no íbamos a permitir que nadie nos
insultase (...) Cuando llegó el general Castellanos una de sus medidas fue la de entregar a los soldados el
cuerpo de la consigna de un mes, gracias a lo cual se pudieron atender las necesidades, ya que de prolongarse
la falta de recursos difícilmente se hubiera podido dar de comer (...) A la hora de volver a España la desgracia
fue siempre nuestra compañera (...) la generosidad del gobierno ha sido tanta que escatíma el pago de los
alcances del pobre soldado. Es verdad que [los soldados] no son capitalistas, que no poseen títulos de la
deuda, que no han dado dinero para la guerra, dieron su sangre, y las deudas de esta índole en España no se
pagan.
Considerando que el aborrecible estado de cosas que ha existido en Cuba durante los tres últimos años, en
isla tan próxima a nuestro territorio, ha herido el sentimiento moral del pueblo de los Estados Unidos; ha sido
un desdoro para la civlización cristiana y ha llegado a un periodo crítico con la destrucción de un barco de
guerra norteamericano y con la muerte de 266 de entre sus oficiales y tripulantes, cuando el buque visiitaba
amistosamente el puerto de La Habana (...)
3.º Que se autoriza al presidente de los Exstados Unidos y se le encarga y ordena que utilice todas las fuerzas
militares y navales de los Estados Unidos (...) en el número que sea necesrio para llevar a cabo estos
acuerdos.
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4.º Que los Estados Unidos, por la presente, niegan que tengan ningún deseo ni inmtención de ejercer
jurisdicción ni soberanía, ni intervenir en el Gobierno de Cuba, si no es para su pacificación, y afirman su
propósito de dejar el dominio y gobierno de la isla al pueblo de ésta, una vez realizada dicha pacificación.
18 de Abril 1898
Art. 1.º España renuncia a todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba. En atención a que dicha isla,
cuando sea evacuada por España, va a ser ocupada por los Estados Unidos, los Estados Unidos, mientrasdure
su ocupación, tomarán sobre sí y cumplirán las obligaciones que por el hecho de ocuparla les impone el
derecho internacional, para la protección de vidas y haciendas.
Art. 2.º España cede a los Estados Unidos la isla de Puerto Rico y las demás que están ahora bajo su
soberanía en las Indias Occidentales, y la isla de Guam en el archipiélago de las Marianas o Ladrones.
Art. 3.º España cede a los Estados Unidos el archipiélago conocido por las islas Filipinas (...) Los Estados
Unidos pagarán a España la suma de veinte millnes de dólares dentro de los tres meses después del canje de
ratificaciones del presente tratado (...) [hasta 17 artículos]
Contener el movimiento de retroceso y africanización, absoluta y relatíva, que nos arrastra cada vez más
lejos fuera de la órbita en que gira y se desenvuelve la civilización europea; llevar a cabo una refundición del
Estado español. Sobre el patrón europeo que nos ha dado hecho la historia y a cuyo empuje hemos
sucumbido, restablecer el credito de nuestra nación ante el mundo, evitar que Santiago de Cuba encuentre
una segunda edición por Santiago de Galicia (...) o dicho de otro modo; fundar improvisadamente en la
Península una España nueva, es decir, una España rica y que coma, una España culta y que piense, una
España libre y que gobierne, una España fuerte y que venza, una España, en fin, contemporánea de la
humanidad, que al trasponer las fronteras no se sienta forastera, como si hubiese penetrado en otro planeta o
en otro siglo (...) y no pasamos en breve plazo de clase inferior a raza inferior, esto es, de vasallos que
venimos siendo de una oligarquía indígena, a colonos que hemos principiado a ser de franceses, ingleses y
alemanes.
El resultado gime en la misma servidumbre que antes, la libertad no ha penetrado en su hogar, su mísera
suerte no ha cambiado en lo más mínimo, como no sea para empeorar, (...) el régimen liberal ha hecho
bancarrota.
¿Y sabéis por qué? Porque esa libertad no se cuidaron de escribirla en la “Gaceta”, creyendo que a eso se
reducía todo; porque no se cuidaron de afianzarla dándole cuerpo y raíz en el cerebro y en el estómago: en el
cerebro, mejorando y universalizando la instrucción, en el estómago, promoviendo una transformación honda
de la agricultura, que la haga producir doble que al presente y disminuya el precio de las subsistencias, y,
mediante la difusión de la propiedad territorial, elevando a los braceros a la condición de terratenientes. Se
contentaron con la sombra, olvidando la verdadera sustancia de la libertad y su verdadera garantía, que se
hallan en la escuela y en la despensa; y el fracaso era inevtiable.
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No vieron que la libertad sin garbanzos no es libertad. No vieron que por encima de todas las Constituciones
y de todos los derechos individuales y de todas las urnas electorales, el que tiene la llave del estómago tiene
la llave de la conciencia, y, por tanto, que el que tiene el estómago dependiente de ajenas despensas no puede
ir a donde quiere, no puede hacer lo que quiere, no puede pensar como quiere, no puede el día de las
elecciones votar a quien quiere; no reflexionaron que el que no sabe es como el que no ve, y que el que no ve
tiene que ir conducido por un lazarillo a donde el lazarillo quiere llevarle, que raras veces es a donde al ciego
le convienes, que casi siempre es a donde conviene al lazarillo
5. MOVIMIENTO OBRERO
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OTROS DOCUMENTOS
Hijo de un maestro de escuela, estudió Derecho en Madrid, a la vez que se abría paso en el periodismo y
publicaba su Historia sobre la decadencia de España (1854). Al mismo tiempo, se iniciaba en la lucha
política como hombre de confianza de O'Donnell en laVicalvarada, para ocupar posteriormente la cartera de
Gobernación en el gobierno de la Unión Liberal. El progresivo deslizamiento hacia la derecha de los
gobiernos isabelinos hizo que se dedicara a tareas intelectuales y que fraguase la idea de la Restauración del
monarca Alfonso XII.
Señora, no debemos fiamos del pueblo americano, estudiando su conducta se comprueba que va derecho a la
intervencíón, facílita las expediciones y cuando por casualidad se apresa, algunos echan el resto para sacar
libres como sacan a los tripulantes, con lo cual alientan a que se repitan los intentos. Mucho me alegraría
equivocarme, pero creo que tendremos guerra con ellos.
J. Pando: "Cuba: cartas a la reina", en Historía 16. Madrid, 1996, p. 34. (Mac Graw 134)
Oligarquia y caciquismo
La vida política durante la Restauracíón estuvo dominada por la vieja nobleza y por la burguesía en clara
alianza con los políticos líberales y conservadores rnuchos de los cuales estaban vinculados a los consejos
de administración de grandes empresas. Este entramado polítíco-socíal pronto se convirtió en una oligarquía
que controlaba el sistema político, mantenía las desigualdades y privilegios, y excluía a la mayoría de la
población de toda participación política.
1.º Los oligarcas (los llamados primates) pronombres o notables de cada bando, que forman su «plana
mayor», residentes ordinariamente en el centro.
2.º Los caciques, de primero, segundo o ulterior grado, diseminados por el territorio.
3.º El gobernador civil, que les sirve de órgano de comunicación y de instrumento. A esto se reduce
fundamentalmente todo el artificio bajo cuya pesadumbre gime rendida y postrada la nación.
En Carballeda de Abajo o en Garbanzal de la Síerra las más de las gentes no saben leer y los que saben leer
no leen apenas y son pocas las personas que reciben periódicos (...) Ir allí a hablar de libertad de prensa
resulta ridículo. Hay en España más Carballedas de Abajo y Garbanzales de la Sierra que Madriles y
Zaragozas y como es así el caciquismo prende que es un gusto.
El buen cacique
J.R. Salvador LA RESTAURACIÓN (1874-1902) 9
[Se ha discutido mucho, no obstante, la rentabilidad del caciquismo y la existencia de buenos caciques
orientados a beneficiar a su región, como fue el caso de Natalio Rivas, cacique de las Alpujarras, o Alejandro
Pidal en Asturias. Palacio Va¡dés, en su obra Maxímina, realiza un estudio sobre este último.]
La cuestión de proporcionar mísa a los de Cayacente y Romeral, que nos dará 150 votos, puede Usted
considerarla resuelta, y está Usted autorizado para decirlo en el refectorio de la mísa cuando lo crea oportuno
(..) Mucho me ha sorprendído lo que me cuenta del Párroco de Solano, pues nunca pude imaginarme que
tratándose de una elección en la que está interesado el Palacio llegara a ceder,pero le tengo cogido por el
cuello con motivo de cíerta denuncia, y sí no se decíde a trabajar como Díos manda, le caerá tarea
énc'ma.para divertirse un rato (...) Suplicándole muchas reservas,, le diré que hemos tocado la tecla del
gobernador, el cual, a pesar de ser un republicano desorejado, ha respondido admirablemente, pues a su
señora, que es hija de un prendero, le da mucho por la aristocracia y hasta llama chusma a los partidarios
avanzados.
Por una parte, es una especie de supervivencia señorial en los medios rurales, en virtud de la cual algunas
figuras del pueblo o de la aldea, destacadas por su poder económico, por su función administrativa, por su
prestigio o por su influencia cerca de la oligarquía, controlaban de manera directa extensos grupos humanos,
a esta supervivencia señorial se le llama caciquismo (cacique: igual a señor de los vasallos en alguna
provincia o pueblo de indios). El político en Madrid, el cacique en cada comarca, el gobernador civil en la
capital de cada provincia, como enlace entre uno y otro, constituyen las piezas claves en el funcionamíento
real del sistema.
J.M. Jover: Introducción a la hístoria de España.Barcelona, Planeta, 1965, p. 46 (Mac Graw 145).
Art. 1.º España renunciará a toda pretensión a su soberanía y a todos sus derechos sobre Cuba.
Art. 2.º España cederá a los Estados Unidos la isla de Puerto Rico y las demás islas que actualmente se
encuentran bajo la soberanía de España en las Indias Occidentales, así como una isla en las Ladrones, que
será escogida por Estados Unidos.
Art. 3.º Los Estados Unidos ocuparán y conservarán la ciudad, la bahía y el puerto de Manila, en espera de la
conclusión de un tratado de paz, que deberá determinar la intervención, la disposición y el gobierno de
Filipinas.
Art. 4.º España evacuará inmediatamente la isla de Cuba, Puerto Rico y las demás islas que se encuentran
actualmente bajo la sobernía española en las Indias Occidentales (...)
Art. 6.º Una vez terminado y firmado este protocolo, deberán suspenderse las hostilidades en los dos países,
y a este efecto se deberá dar órdenes por cada uno de los dos gobiernos a los jefes de sus fuerzas de mar y
tierra tan pronto como sea posible.
12 Agosto 1898
(SANTILLANA 198)