El Modelo de Las Dos Brechas y America Latina

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 72

J O R G E MARSHALL

EL MODELO DE LAS DOS BRECHAS


Y AMÉRICA LATINA

CENTRO DE ESTUDIOS MONETARIOS LATINOAMERICANOS


\
MÉXKXI ‘970
Primera edición, 1970

Derechos reservados conforme a la ley


@ Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos
Durango 54, México 7, D. F.

Impreso y hecho en México


Psinted and made in Mexico

GRÁFICA PANAMERICANA, S. DE R. L.
PRESENTACIóN

Atendiendo una decisión tomada en las Quin-


tas Reuniones Anuales del CIES (Viña del Mar,
junio 15 a 24 de 1967), Jorge Marshall, en la ac-
tualidad Gerente del Departamento Técnico del
Banco Central de Chile, dirigió y desarrolló en
1968 el amplio y documentado trabajo que pre.
paró la Nómina de Expertos del CIAP sobre “La
brecha externa de la América Latina, 1968-1973”.
Con posterioridad, Marshall siguió estudiando
el tema y escribió una interesante ponencia que
fue discutida en la Novena Reunión de Técnicos
de Bancos Centrales del Continente Americano,
celebrada en Lima del 17 al 21 de noviembre de
1969. Con una leve revisión del autor, dicha Po-
nencia, titulada “El modelo de las dos brechas
como medio de cuantificar las necesidades de re-
cursos externos de la América Latina”, apareció
en el Boletín Mensual del CEMLA de los meses de
abril y mayo del año en curso.
L
CAPíTUW 1

Introdzccción
Las necesidades de capital y ayuda externa de
los países en proceso de desarrollo, han sido cuan-
tificadas en numerosos trabajos recientes, muchos
de los cuales han utilizado el celebrado “modelo
de las dos brechas”, de que son autores Chenery
y Str0ut.l
En el presente trabajo deseamos desarrollar el
significado de este modelo, la naturaleza de los
resultados que con él se han obtenido, una com-
paración de los mismos y, especialmente, las muy
serias limitaciones que tiene.
En el año 1968, como miembro de la Nómina
de Expertos del Comité Interamericano de la
Alianza para el Progreso, tuve la oportunidad de
dirigir una investigación 2 tendiente a aplicar el
modelo a los países de la América Latina a fin
de estimar las necesidades de recursos externos de
la región. Con ocasión de este trabajo, y al com-
pararlo con otras investigaciones que están con-

1 Chenery H., y Strout, A., “Foreign Assistance and


Economic Development , Ameritan Economic Review, sep-
tiembre lg66, Vol. XVI, p. 679.
2 La que se efectu6 con la colaboraci6n muy importante
de los Sres. Aldo Ferrer, Luis Landau y de la Sra. Ver&
nica Vergara de Espinosa.

1
ceptualmente basadas en el mismo modelo, surgió
la idea de desarrollar aqui algunos puntos com-
parativos y críticos sobre la materia.
El modelo de las dos brechas está fundado en
dos conceptos que en términos de las definiciones
de cuentas nacionales -la deficiencia de ahorros
con respecto a la inversión y el déficit de la nación
c o n e l exterior- son necesariamente idénticos,
pero que no tienen por qué ser iguales como mag-
nitudes ex ante, del mismo modo que en el mo-
delo keynesiano, sin sector externo, la igualdad
contable entre el ahorro y la inversión no es óbice
para que estas magnitudes difieran como proyec-
ciones; y uno de los objetos de ambos modelos
debería ser el análisis del proceso de ajuste me-
diante el cual se alcanza la igualdad ex Post.
La igualdad de las dos brechas como magni-
tudes realizadas aparece de la definición misma
de las principales magnitudes del ingreso nacional,
como puede verse a continuación.
Denominaremos:
Y. . Ingreso o producto nacional
C. Consumo
1. Inversión
X. Exportaciones
M. Importaciones s
A. Ahorro
B, Brecha de comercio
B, Brecha de ahorro.

El producto nacional se define como:


(1) Y=C+z+X-M
(2) Y - C = A, que expresa el concepto de
ahorro.
3 Incluye remesas de utilidades e intereses.

2
Introduciendo A en la ecuación (1):

(3) A zz+X-M
y ordenando términos se obtiene:

( 4 ) M-,“z;-A
c- l
El concepto de brecha comercial, que corres-
ponde a una insuficiencia de divisas para procu-
rarse en el exterior los bienes importados que el
pais requiere para su desarrollo económico, es si-
milar a los términos de insuficiencia de la capaci-
dad para importar o “embotellamiento” externo,
que se han utilizado profusamente en la literatura
referente al tema.
Lo que resulta del modelo de las dos brechas,
como se verá más adelante, es que la deficiencia
de ahorros o la de divisas, aun cuando conceptual-
mente sean iguales, pueden imponer distintas cla-
ses de limitaciones al desarrollo de la economia
de un pafs.
En los capítulos que siguen se describirá pri-
mero la estructura del modelo de las dos brechas
en forma simplificada, pero que fundamentalmen-
te es aplicable también a los modelos más elabo-
rados que se han utilizado en otras investigaciones.
Se harán también algunas consideraciones sobre
problemas de carácter empfrico y se daran a cono-
cer los resultados de las investigaciones, los que se
compararán con los de otras similares. Finalmen-
te, se discutirá el alcance y limitaciones que tiene
esta clase de trabajo.

3
CAPíTULO II

Estructura del modelo


Corrientemente se mencionan tres limitaciones
para explicar la formacibn de una cantidad insu-
ficiente de capital a fin de obtener determinadas
metas de desarrollo económico. La primera de ellas
es la falta de capacidad de absorción,’ expresión
relativamente vaga que engloba una serie de fac-
tores que constituyen impedimentos para utilizar
con eficiencia recursos en actividades económicas
productivas. Estarían dentro de esta categoría la
falta de capacidad de manejo, de conocimientos
técnicos o de trabajadores calificados, la deficien-
cia de la administración; en una palabra, todo
aquello que impida una inversión útil, no obstante
la existencia de los recursos para ello. Este factor
limitativo puede ser de gran importancia en mu-
chos casos; sin embargo, en la aplicación del mo-
delo de las dos brechas que se hace más adelante,
se supondra que en América Latina no existe. Es
decir, dentro de las metas de crecimiento y montos
de inversiones que se han postulado, pensamos que
los paises latinoamericanos no tienen limitaciones
por falta de capacidad de absorción.

4 Véase John Adler, Absorptive capacity, the concepl


and its determinanfs, The Brookings Institution, Wash-
ington, 1965.

5
Es posible que esto no sea exactamente así en
el caso de algunos países pequeños, pero esta cir-
cunstancia no alterará significativamente el cua-
dro general para la región.
En otro de los trabajos que se han efectuado
sobre las necesidades de financiamiento externo, se
ha tomado en cuenta este factor limitativo. Rosens-
tein-Rodan determino las metas de crecimiento del
producto que se asigna a cada país de acuerdo con
su idea de la capacidad de absorción de ellos; y
en una aplicación que Chenery hizo de su modelo
a la América Latina se supone que la inversión no
puede crecer de un año a otro en más de un 15
por ciento.
Los otros dos factores limitativos del monto de
las inversiones son la insuficiencia de ahorro in-
terno y/o la falta de disponibilidad de divisas.
La estructura productiva de los paises en pro-
ceso de desarrollo puede ocasionar, sobre todo, que
en el corto o mediano plazo se produzcan insufi-
ciencias de uno u otro factor. Vimos ya en la in-
troducción que, de acuerdo con las definiciones
del ingreso nacional, las brechas de comercio y de
ahorro son necesariamente iguales como magnitu-
des ex post, pero las dos no tienen por qué serlo
como magnitudes ex unte, ya que no son forzosa-
mente funciones de las mismas variables y si lo
fueran no tienen por qué tener los mismos pará-
metros.
Llamaremos brecha de comercio (B,) a la di-
ferencia M-X; y llamaremos brecha de ahorro (Ba)
a la diferencia entre la inversión y el ahorro Z-A.
Un ejemplo sencillo podría servir para ilus-
trar estas ideas: supongamos que un país, para
crecer a una tasa de 5 yO al año, tuviera que im-
portar por un valor de roo e invertir por un valor
de 80. Si, al mismo tiempo, el nivel de ingresos
6
no generara un ahorro mayor que 30 y el país no
pudiera exportar más que 60, se darían como mag-
nitudes EX unte, dos brechas diferentes:

Mzloo
XE 6 0 M-X=B,z4o
Ix 8 0 I-A=B,=tjo
AZ 3 0

Si no hubiera ingresos de capitales y el pafs


tampoco tuviera reservas de divisas disponibles, la
inversión no podría ser mayor que el ahorro, ni
la importación mayor que la exportación. Ten-
dríamos entonces:

z 22 30 M 5 60
y B,z B, T o

En este caso, las dos brechas ex post se igualan


a o. El efecto de esta reducción de inversiones y
de importaciones será que la economia no podrá
crecer a la tasa deseada de 5 yO al año. La tasa
efectiva de crecimiento va a depender de la rela-
ción marginal de capital a producto, de la pro-
pensión marginal a importar y del componente
importado que requieran las inversiones.
Si una inversión de 30 permite una tasa de cre-
cimiento de 2 yO y una importación de 60 permite
una tasa mayor, la inversión será el factor limita-
tivo del crecimiento, el que no podrá ser mayor
de 2 yO. El país realizaría “importaciones super-
fluas”, ya que, para crecer a dicha tasa de 2 yO al
año, no necesita una cantidad de importaciones tan
grande como las que pueda realizar.
Si hubiera un ingreso de capital del exterior
igual a 50, que es el monto necesario para cubrir
la brecha mayor, que en este caso es la del ahorro,
7
el país podría crecer a la tasa deseada de 5 yO al
año, pero aún seguiría efectuando importaciones
superfluas, porque la tasa del 5 ‘yO requiere impor-
taciones de roo y el país podría importar 1 IO, de
los cuales 60 se procura con las exportaciones y
los otros 50 con el ingreso de capital. Ex post, las
dos brechas se hacen en este caso iguales a 50.
Si en el ejemplo anterior invertimos los valores
de M con los de Y y los de X con los de A, ten-
dremos una brecha de comercio mayor que la bre-
cha de ahorro. En este caso, un ingreso de capital
de 50 cubrirá las importaciones necesarias para
sostener la tasa de crecimiento deseado; pero, en
este caso, la brecha de ahorro deberá ajustarse para
llegar al nivel de 50, lo que puede ocurrir mediante
la realización de un ahorro efectivo, en la econo-
mía, menor que el potencial o tambien mediante
inversiones que tengan una relación marginal de
capital a producto más alta. En cualquiera de estos
casos el ahorro exterior sustituye en cierta manera
al ahorro del país.
El proceso mediante el cual se produce el fe-
nómeno de ajuste y la medida como se incremen-
tan las importaciones o se reducen los ahorros en
cada caso, a traves de la alteración de las políticas
monetaria, cambiaria o de comercio exterior, no
han sido objeto de estudio en este trabajo. No
hay tampoco bastante literatura sobre el particular
ya que el modelo es de muy reciente data. Es sin
embargo ésta una materia que tiene mucho interés
explorar. Igualmente lo es la introduccion de va-
riables financieras tales como la cantidad de dine-
ro, la tasa de interés, el tipo de cambio, el nivel
de precios, las que no han sido consideradas en
todo este trabajo.
De la explicacion anterior se deduce que:
8
Si B, > B, el capital extranjero sustituye al aho-
rro nacional;
Si B, > B, el capital extranjero complementa al
ahorro nacional.
Es muy posible que en un país altamente in-
dustrializado y de economía diversificada, ambas
brechas puedan ser iguales, incluso como magnitu-
des ex ante. En estos casos, un aumento del aho-
rro interno es posible que mejore siempre la ba-
lanza comercial.
Pero, en un país en proceso de desarrollo no
siempre es posible exportar los excedentes de la
producción sobre el consumo. Las dificultades
pueden deberse a rigideces en la estructura pro-
ductiva, es decir, a poca movilidad de los factores,
a los altos costos internos de producción, debido
al exceso de proteccibn o a la organización’ mono-
polista de la industria o, también, a falta de meca-
nismos adecuados para dirigir la producción hacia
los mercados externos. Cualesquiera de los facto
res anteriormente indicados, dificultarán el pro-
ceso de ajuste.
Si tenemos un país en que domina fuertemente
la brecha comercial, el incremento del ahorro in-
terno para mejorar la balanza comercial puede
conducir a una deficiencia de la demanda global,
es decir, provocará una baja de la actividad eco-
nómica y un desempleo de tipo keynesiano. Se ha
sostenido por algunos expertos que éste ha sido el
resultado, en algunos países latinoamericanos, de
la aplicación de programas de estabilización que
tienden a frenar el consumo interno y que, en lu-
gar de mejorar el balance del pais con el exterior,
logran solamente disminuir su actividad económica.
+ # I

9
Vamos a formular ahora, las condiciones bási.
cas del modelo de las dos brechas en términos un
tanto más analíticos y gráficos, para ver sus prin-
cipales implicaciones.5
Previamente deberíamos, sin embargo, establecer
que la diferencia entre las dos brechas (B, - B,)
es igual a la deficiencia entre la demanda de recur-
sos intermedios y la disponibilidad de dichos re-
cursos.

Oferta o disponibilidad de recursos internos


(0) Y-X

Demanda de dichos recursos (D) C+I-M

D-O=C+Z-M-(Y-X)
D-O,C+I- Y - ( M - X )
D-O=I
-a - (M-X)
A

D - 0 = (Z-A) - (M-X)
D-O=B,--B,

Distinguiremos en la economfa tres sectores: el


de la producción, el del consumo y el del exterior.
El consumo o el ahorro es función del ingreso, la

e En esta explicaciión te6rica simplificada del modelo,


la definición de las variables no corresponde exactamente
a la aplicación empírica que se ha hecho y que se resefra
en secciones posteriores del trabajo. El objeto de esta pre-
sentacibn es solamente aclarar conceptos. Asi, por ejemplo,
en este capítulo las importaciones incluyen remesas de in-
reses de utilidades. En la aplicación empfrica del modelo
los pagos financieros se han excluido para la determina-
cidn de la brecha y se han proyectado en forma separada.

10
importación es función de la inversión 6 y la va-
riación en la producción es función de la inver-
sión. Las exportaciones son dadas fuera del mo-
delo. En ecüaciones, el modelo puede escribirse
de la manera siguiente:

A=f(Y) función de ahorro


M = g (4 función de importación
Y = h (Z) función de producción
x=x las exportaciones son da-
das
Y=C+Z+X-M definición del ingreso
A+(M-X)=Z condición de equilibrio
(1)
M=X+B condición de equilibrio
(2) en que B es la bre-
cha realizada {entrada
neta de capital extran-
jero).

Las condiciones de equilibrio (1) y (2) no tie-


nen por qué operar simultáneamente. Opera una
u otra. La condición (1) es más general porque
indica la necesidad de equilibrio entre la dispo-
nibilidad y las necesidades de recursos. La con-
dición (2) estipula la necesidad de equilibrar la
balanza de pagos.
Si Z-A = B, > M-X = B, predomina la brecha
de ahorro; al reves, si B, > B,. Para aplicar en
forma simple el modelo anterior, supongamos que
las funciones son lineales; tales como:

(1) A = b, Y, en que bI es la propensión mar-


ginal a ahorrar
6 Esto quiere decir que. indirectamente, también es fun-
ción del ingreso.

ll
(2) M = b2 Z b, es la propensión mar-
ginal a importar con
respecto a Z 7
(3) A Y = b, Z b, es el recíproco de
RMC/P (relación
marginal de capital a
producto).

La condición I, que nos expresa la brecha de


ahorros,* puede escribirse:

Z-blY=B

AY
- - bl Y = B, sustituyendo Z por su valor de
4
ecuación (3)

-AY - b&, dividiendo la ecuación por Y;


bs Y
y despejando

AY
- se obtiene:
Y

AY
- = b, (b, + 5) = b, b, + b, 5 (Ba)
Y

La ecuación anterior expresa la tasa de creci-


miento del producto como función de la razón
entre la brecha y el ingreso, La condici0n (2) de
7 La propensión marginal a importar con respecto al
ingreso, m, es en este caso, m = b, b,

8 Ahorro deseado.

12
equilibrio, que nos expresa la brecha de comercio,0
puede escribirse:

b,Z=X+B

Y reemplazando el valor de Z obtenido en la ecua-


ción (3) se tiene:

b,
-.AY=X+B
4

Dividiendo la ecuación anterior por Y y despejan-


do E resulta:
Y

Las dos ecuaciones:

AY
-= b, b, + b, 5 Pa) Y
Y

AY
relacionan la tasa de crecimiento del ingreso -
Y
B
con la magnitud relativa de la brecha r’ La pri-
mera expresa la condición limitativa del ahorro; y
la segunda, la de la capacidad para importar.

9 Importación deseada.

‘3
7

Estas ecuaciones se pueden representar gráfica.


mente, pero veamos cuál puede ser la pendiente
de cada una de ellas. La inclinación de B, es b,
bs
y la de B, es b de modo que si b, es una can-
2
tidad positiva y menor que 1, la pendiente de B,
tendrá que ser mayor que la de B,.

Según (1) Y (2)


A = b,Y y

M zz b,l

Si llamamos m a la propensih marginal a im-


portar con respecto al ingreso

M=mY

y según el multiplicador del ingreso

z
Y=
blf m
La importación podrá expresarse, entonces, así:

mZ
M= = b, Z, es decir,
bl + m
m
4
b,+m =

Si b, > o, se tiene que o < b, < 1.

La representacibn gráfica de las ecuaciones se-


ría la que vemos en la gráfica siguiente.
14
En Ia gráfica superior se han representado las
dos condiciones de equilibrio 23, y B, que mues-
tran las relaciones entre la tasa de crecimiento del
producto y la magnitud relativa de la brecha. Como
se dijo ya, solamente es efectiva una de ellas y el
punto de equilibrio C, en que la brecha de ahorro
y la de comercio se igualan no constituye un punto
de equilibrio del sistema, en el sentido de que haya
fuerzas en la economfa que lo llevan automática-
mente a el. Este punto representa aquella tasa de
crecimiento, en la cual no hay derroches de recur.
sos ni por ahorros potenciales frustrados, ni tam-
poco por importaciones “innecesarias”.
Supongamos que la meta de crecimiento sea
una tasa equivalente a OA’. En este caso, vemos
que predomina la brecha comercial; para lograr
dicha tasa de crecimiento, seria necesario que el

‘5
país obtuviera recursos del exterior en una propor-
ción f igual al tramo A’C’.
Si la tasa de crecimiento deseada fuera CA”,
la brecha predominante sería la de ahorro y la
proporción de recursos externos necesarios estaría
señalada por el tramo A”C”. Como en este caso la
brecha de comercio estarfa más que cubierta, se
producirían importaciones adicionales no necesa-
rias, para lograr la meta de crecimiento.
Cuando algún país se encuentra en alguna de
las posiciones A’ o A” podría parecer como justi-
ficado inducirlo a que estimule el ahorro o incre-
mente las exportaciones 0 sustituya las importa.
ciones, según los casos, para que pueda igualar la
magnitud de las dos brechas o reducir la diferen-
cia al menos. Por ejemplo, un país en posición A”
debería ser inducido a aumentar su ahorro inter-
no para trasladar hacia la izquierda la curva B,.
Por otra parte, si las tasas de crecimiento del pro.
dueto deseado fueran OA’, una solución más efi.
ciente se lograría moviendo hacia la izquierda la
curva B,.
En el caso que haya un crecimiento más rá.
pido de las exportaciones, la curva B, se mueve
hacia la izquierda y pasa a la posición Bi y esto
significa que para un cierto margen de tasas de
crecimiento, en que anteriormente predominaba la
brecha comercial, pasa ahora a predominar la del
ahorro.
CAPÍTULO III

AnálisZs de las ficnciones zctilkzdas en el


esttidio de la Nónkaa de Expertos
del CIAP
En las distintas investigaciones realizadas sobre
la brecha externa de América Latina, en que se
ha empleado el modelo discutido en el párrafo an-
terior, la forma precisa de las funciones que se han
utilizado y, en consecuencia, los coeficientes corres-
pondientes, difieren de un trabajo a otro. Algu-
nas comparaciones de los resultados obtenidos por
otras investigaciones recientes se indicarán en los
capítulos v y VI. En éste, nos limitaremos a des.
cribir las funciones utilizadas por el estudio de la
Nómina IO y algunos de los problemas estadfsticos
que surgieron para los ajustes de las relaciones.

A) Función de ahorro
Se partió generalmente de una función de tipo
A Y
(1) p = a + 6 p que indica que el ahorro por ha-
bitante es función lineal del ingreso por habitante.
10 Nómina de Expertos del CIAP,La Brecha Externa de
la Amdrka Latina, x968-1973, Washington, diciembre de
1968.

‘7
Si la propensión marginal a ahorrar es mayor
que la media, a < o,
la ecuación (1) se puede transformar multipli-
cando todos sus miembros por P.

(2) A=aP+fiY

En el caso de que en el periodo considerado


base para el estudio, la brecha de comercio haya
sido mayor que la brecha de ahorro, el capital ex-
tranjero ha sustituido al ahorro nacional. Por eso
se agregó a los términos anteriores una variable F
que represente el capital 0 la asistencia externa.
La ecuación queda, entonces, asf:

(3) A=aP+BY+YF
Si estadisticamente el parámetro y es signifi.
cativamente menor que 0, se interpreta como una
indicación de que ha predominado la brecha co.
mercial. Si F hubiese desplazado totalmente los
ahorros internos, y debería ser igual a -1 y el
coeficiente $ medir-fa la propensión marginal a
ahorrar potencial de la economía.
Los coeficientes a, p y y se estimaron con una
ecuación del tipo (3) y las proyecciones se efec-
tuaron poniendo F = o.
Las proyecciones asf realizadas son optimistas
en cuanto al volumen de ahorros que la economfa
puede generar, porque pretende medir el ahorro
potencial del pafs.
En algunos casos, la variable P no resultó de
importancia estadfsticamente. Entonces, se estimó
una ecuación del tipo

(4)-4=a+fJY+~F
18

-.
En el caso en que a dio un valor positivo, lo
cual indica que la propensión marginal a ahorrar
es menor que la media, la ecuación fue reestimada
poniendo a = o.
Esto se hizo sobre la base de que los países en
desarrollo deben mejorar su coeficiente de ahorro
con respecto a los incrementos que tengan en su
ingreso.
En el caso de Brasil, se introdujo, también, a
las exportaciones como variable explicativa en la
función de ahorro.

B) Función de inversiones
Para estimar la función de inversiones, se en-
sayaron los siguientes tipos de ecuaciones:

(1) It =a+BYt+YPt
(2) It =a+BAYt+yPt
(3) It =a+$it+yPt
(4) Ib-1 = a + B Yt + y Pt
(5) It-l=a+BAYt+yPt
(6) Zt-.1 = a + 6 +t + y Pt
La significacibn de los símbolos A Yt y ?, es

A Yt = Yt - Y,-1

Y, = yt-yt-1yt-1
Los mejores resultados se obtuvieron con ecua-
‘9
ciones del tipo (1) y (4). La política de carácter
deflacionario seguida por la República Argentina
entre los años 1954 y 1958 y por el Brasil entre
1964 y 1966 hizo introducir una variable “D”
para eliminar el efecto de esos años. En el caso
de Argentina, a “D” se le dio el valor de o para el
periodo deflacionario y I para los demás años. Lo
inverso sucedió con “D” en el caso de Brasil. Para
los efectos de las proyecciones se partió de la base
de que los periodos deflacionarios no se repetirían
en el futuro.
Es interesante consignar los resultados obteni-
dos en una reciente investigación 11 sobre la rela-
ción marginal de capital a producto para 62 países
en desarrollo, entre los cuales se han incluido 17
de la América Latina. En resumen, los resultados
pueden expresarse de la manera siguiente:
I) A mayores tasas de crecimiento económico,
la relación marginal de capital bruto disminuye y
se acerca a la neta, que se supone constante para
todos los países. En los casos estudiados, aparece
de una magnitud cercana a 1.89.
z) Una mayor participación de la industria o
de las importaciones en el producto interno bruto,
va asociada con una mayor relación marginal de ca-
pital a producto. En cambio, las variaciones en la
participación de la agricultura en el PIB no se refle-
jan en la relación marginal capital a producto.
3) Para los países en proceso de desarrollo, un
más alto ingreso por habitante va asociado con re-
laciones marginales mayores de capital a produc-
to. Pero el proceso se invierte para los paises des.
arrollados.

11 Vanek J. y Studonmund, A. H., “Toward a Better


Understanding of the Incrementa1 Capital-Output Ratio”,
Quarterly Journal of Economics, agosto de 1968.

20
C) Función de importación

En el estudio, se partió de ecuaciones del tipo


siguiente:

(1) M=a+@Y

(2) M=a+BC+r*
Por el mismo razonamiento que se efectuó al
tratar de la función ahorro, se incorporó en la
función de importaciones la variable F, porque
si en el país ha predominado la brecha de ahorro
las importaciones “observadas” serán mayores que
las “necesarias”, de modo que las ecuaciones (1) y
(2) se escribirán:

( 3 ) Mt=a+BY+yF

( 4 ) Mt=a+BC+y*+fjF
í3 en (3) y p y y en (4) miden la propensión
marginal a importar necesaria y no la observada.
En el caso del Brasil el parámetro referente al
consumo fue negativo, lo que indica la fuerte sus-
titución de importaciones que ha ocurrido en el
periodo estudiado. Por esta razón, la proyección
de importaciones quedó solamente como una fun-
ción de la inversión.
En el caso de la República Dominicana y del
Uruguay, se emplearon los promedios históricos de
los parámetros, ya que ninguna función dio resul-
tados satisfactorios.
Para la población, se utilizaron datos propor-
cionados por el Centro Latinoamericano de Demo-
grafía. Para la variación del ingreso, se utilizaron
dos alternativas: una de ellas es la meta consignada
21
en la Carta de Punta del Este (rg6r), la cual su-
pone que los paises latinoamericanos deberán te-
ner una tasa de crecimiento por habitante, minimo
de 2 I/~ yO al año. La otra alternativa es suponer
una tasa de crecimiento superior en un punto a
la anterior.
Con respecto a las exportaciones, se emplearon
proyecciones de los expertos de los paises latino-
americanos que trabajan en la Secretaría del CIES.
En algunos casos, tales como los de Chile y Co-
lombia, se tuvo conocimiento de proyecciones de
exportación realizadas más a fondo por otros orga-
nismos. Cuando no hubo una informacibn muy
precisa, se extrapoló la tendencia observada en los
últimos años con las estimaciones hasta el año
1970 que el CIAP ha obtenido de los exámenes que
realiza por paises en América Latina.
Por falta de información estadistica no pudie-
ron incluirse en el análisis Haitf, Trinidad y Ta.
bago y Barbados.
Varios paises presentaron problemas de conver-
sión de monedas, por la existencia de diferentes
tipos de cambios. Entre ellos debe hacerse resaltar
a Brasil, Chile, Colombia y Ecuador. Cuando exis-
tieron dudas con respecto al cambio que era razo-
nable aplicar, se utilizó el cociente entre el valor
en moneda nacional de las importaciones y el va-
lor en dólares de las mismas, en el año base, según
Ias publicaciones que aparecen en Znternutional
Financia2 Statistics. (Boletín Estadístico del Fon-
do Monetario.)
. Las brechas se convirtieron a dolares del poder
adquisitivo del año 1960, utilizando el fndice de
precios de exportación de los EE. UU., excluida la
ayuda militar.
Lo que en el trabajo se denomino “la brecha”,
es la magnitud mayor entre la diferencia de la in-
22
versión y el ahorro o de la importación y de la
exportación. Esta magnitud no incluye los pagos
a los factores de producción del exterior, ni tam-
poco las amortizaciones de las obligaciones finan-
cieras.
La estimacidn, como se ha dicho, es una subes.
timación, porque los parámetros estiman ahorros
potenciales e importaciones necesarias. Ademas, en
la relación que se hará en la sección siguiente, de
los resultados de las cuatro alternativas que se to-
maron con distintas tasas del crecimiento del in-
greso y las exportaciones, será utilizada solamente
la que tiene las tasas menores de crecimiento del
producto y de las exportaciones.
CAPíTULO Iv

Resuhzdos obtenidos sobre la magnitud


de la brecha
En el estudio realizado por la Nómina de Ex-
pertos, cuyas funciones y metodologías se han ex-
plicados en el capítulo III, se obtuvieron los resul-
tados en el valor de las brechas dominantes de re-
cursos, para el periodo 1968-1973 (ver cuadro 1).
Puede verse que, en algunos años, la variación
de la brecha es bastante pequeña. Debe tenerse
presente que cuando predomina la brecha de aho-
rros, el crecimiento del producto aumenta el ahorro
y puede también disminuir la relación marginal
capital-producto. Hay otros casos en que los países
muestran superávit de recursos que no son afecta-
dos con la nueva tasa de crecimiento.
Debe tenerse presente que en los años 1966-1967,
América Latina no recibió recursos del exterior,
sino que los transfirió por un monto promedio de
600 millones de dólares anuales.
Del conjunto de los países de América Latina,
Argentina,‘México y Venezuela muestran superávit
de recursos durante todo el periodo. En el caso
de Argentina, es menor el superávit de comercio
que el de ahorro y lo mismo pasa en Venezuela.
En México, al comienzo del periodo, es menor el
superávit de ahorro, pero a partir de 1970 parece
menor el superávit de comercio.
Cuadro 1

VALOR IXE LA.9 BRECHAS DOMINANTE3 1 DE RECURSOS 2 (“$8-1973)


EN DOS ALTERNATIVAS DE CRECIMIENTO DEL YIB

(En millones de ddlares de 1960)

Tasas de crecimiento del Producto


Interno Bruto 3
Años
IA) P)
2 1/2 yO al año 3 l/n yO al año
por habitante por habitante

1968 i 125 ’ ‘95


1969 1069 1 151
‘970 1046 1 ‘44
‘971 1047 1 146
‘972 1045 1212
‘973 1043 1411

FUENTE: Nomina de Expertos, L a B r e c h a E x t e r n a d e l a


América Latina, 1968-1973.
1 El cuadro indica solamente la suma de las brechas po-
sitivas, y no incluye los paises que no muestran brecha
o tienen superavit de recursos.
2 Por brecha de recursos se entiende la diferencia entre
exportaciones e importaciones de bienes y servicios pero
excluyendo en este último rubro los pagos de carácter
financiero, es decir, utilidades e intereses de inversiones
extranjeras.
3 En ambas hipótesis se han considerado las alternativas
más bajas en los supuestos hechos sobre crecimiento de
exportaciones.

Durante el periodo, Colombia pasa de dCficit


a superávit de comercio; Costa Rica, de déficit a
superávit de ahorro.
26

--
De los otros trece países latinoamericanos que
muestran brecha durante todo el periodo, en Boli-
via, Ecuador, Honduras, Nicaragua y Panamá pre-
domina la brecha de comercio; en el caso de Bra-
sil, Chile, Guatemala, El Salvador, Paraguay, Perú,
República Dominicana y Uruguay, predomina la
brecha de ahorro.
El estudio contiene un análisis de sensibilidad
de la magnitud de Ia brecha a las variaciones que
experimentan los parametros. Este estudio se ha
efectuado considerando pequeñas variaciones en la
relación marginal capital a producto, en la pro-
pensión marginal a ahorrar, en la propensibn mar-
ginal a importar y en las tasas de crecimiento del
ingreso de las exportaciones. El resultado tiene
especial interes, pues puede servir de base para
recomendaciones de política, en el sentido de PO-
der precisar en qué puntos será más efectivo con-
centrar el esfuerzo interno para reducir el tamaño
de la brecha.
Los datos se han presentado por separado para
cada país y se indica el efecto que sobre la brecha
dominante tendrían variables específicas en los
parámetros. Como las funciones utilizadas fueron
lineales, es posible efectuar extrapolaciones para
variaciones mayores, pero es indispensable tener
cuidado con que en estos casos pueda variar la
brecha dominante, de modo que debería analizarse
la magnitud de cada brecha separadamente.
Hasta el punto aI cual se llega en este trabajo,
solamente es posible dar directivas de carácter ge-
neral en cuanto a la política interna más razona-
ble a seguir; es decir, si el país debe poner más
énfasis en la elevación del ahorro interno o en el
desarrollo del comercio exterior, ya sea estimu-
lando exportaciones o sustituyendo importaciones.
También podría decirse si le es más conveniente o
tendria un mayor efecto sobre la reducción de la
brecha dedicarse a proyectos que tengan una me-
nor intensidad de capital por unidad de producto.
Como se decía con anterioridad, el proceso de
ajuste de ambas brechas es un proceso relativa-
mente poco explorado y se requeriría efectuar ma-
yores investigaciones sobre él para utilizar mode-
los de esta naturaleza como guías más seguras de
política económica.
* # #
Como se precisó antes, la determinación de la
brecha no incluye los pagos de carácter financie-
ro. En consecuencia, fue necesario estimar también
la magnitud de los pagos por concepto de intere-
ses, utilidades y amortizaciones, Cifras proporcio-
nadas por el BID sobre saldo y composición de la
deuda de los países latinoamericanos, en el periodo
rg6org67, sirvieron de base a las proyecciones para
el periodo 1968-1978. En las proyecciones se ha
supuesto que las agencias prestamistas mantengan
el ritmo de financiamiento observado en el perio-
do rg6o-1966, salvo para el BIRF, que dobla este
ritmo. Se supone que los préstamos de la AID y del
EXIMBANK se mantienen al nivel que tenían en el
año 1968.
Las condiciones de los préstamos, en cuanto a
tasas de interés y periodos de gracia y amortización,
son los que existieron, en promedio, al nivel de
cada agencia en el periodo rg6o-1967.
Las utilidades de la inversión directa se han
obtenido de las balanzas de pagos de cada país
en el periodo 1962-1966.
La deuda externa privada se proyectó sobre las
bases de las tendencias observadas en el periodo
rg6o-1967; y las condiciones del crédito a los pro-
veedores, de un estudio del Banco Mundial que
28
toma como base promedios para 46 países en pro-
ceso de desarrollo.
Para las inversiones privadas directas, se pro-
yectó la tendencia observada entre 1962-1967.
En el cuadro 2 se consignan los resultados re-
sumidos de la brecha financiera de América La-
tina y de su financiamiento para el periodo.
Puede verse de los cuadros anteriores, que las
necesidades brutas de capital de la América Latina
aumentarán desde 3 800 millones de dólares, en
1968, a 4 800 millones de dólares, en 1973.
Como se dijo en la introducción, la cifra an-
terior no incluye las necesidades de Haití, Trinidad
y Tabago y Barbados, países para los cuales no se
dispuso de la informacibn necesaria. De los estu-
dios por países realizados en el CIAP aparece, sin
embargo, que en los años 1968 a 1970, estos paises
tendrán un déficit en la cuenta corriente con el
exterior de alrededor de 104 millones de dólares y
amortizaciones por un monto cercano a los 11 mi-
llones de dólares. En consecuencia, las necesidades
brutas de capital deberían incrementarse en 115
millones de dólares; y las netas, en 104 millones
de dólares.
Las necesidades netas de capital pasan de 2 300
millones de dólares en 1968 a 3 400 millones de
dólares en el año 1g73.la Esta cifra, como se ve,
es superior en alrededor de 3oo millones de dólares
en los años 1968 y 1969, a la que se estimó como
necesaria para América Latina en el año 1961, al
firmarse la Carta de Punta del Este, y superior
en alrededor de 1 400 millones de dólares a dicha
cifra para el año 1973;
Finalmente, cabria observar que la brecha que
no aparece cubierta con recursos aparentes para

12 Sin incluir Haití, Trinidad y Tabago, Barbados.


29
todo el periodo, fluctúa alrededor de 1 ooo a r 200
millones de dólares por año.
Si se comparan las entradas brutas de capital
necesitadas por América Latina, de acuerdo con
los supuestos que se han hecho en este trabajo, con
las que efectivamente esta región tuvo en los años
1966 al 1967, en promedio, veremos que hay una
diferencia de ‘/go millones en el año 1968 y que
se incrementa hasta llegar a 1 788 millones de dó-
lares en 1973.
En el cuadro 3 se da la información.

Cuadro 3

DEFICIENM DE us ENTRADAS BRUTAS DE CAPE& NC?CJWT~


EN AMI!RXCA L ATINA SOBRE EL PROMEDIO 1966-1967 1

(En millones de ddlares)

Año Monto

1968 791
1969 777

‘97’ 1 165
1972 ’ 572
1973 1788

FUENTE: La misma del cuadro I.


1 3025 millones de dólares.

Las proyecciones que se han realizado en el


estudio de la Nómina se han podido comparar
parcialmente con las que se obtienen de las revi-
siones de paises por el CIAP, pero solamente para
el periodo 196%1970. Estas comparaciones para el
déficit en la cuenta corriente, las necesidades bru-
tas de capital y la brecha financiera no cubierta,
30
se consignan en el cuadro 4 desglosad6 en tres
secciones.
Cuadro 4

COMPARACIÓN ENTRE PROYECCIONES DE LA NÓMINA DE EXPER-


TOS T LAS DE REMSIONES DE PAfS% POR EL CIAP 1968-1970
(En millones de ddlares)

Rubro 1968 1969 =970

Déficit en la cuenta corriente


I. Del estudio de países
del CIAP 2 058 2 169 2 349
2. De las proyecciones de
este trabajo 2 281 2 395 2596

Necesidades brutas de capital


I. Del estudio de países
del CIAP 4 156 4 176 4 ‘98
2. De las proyecciones de
este trabajo 3 816 3802 3930

Brecha financiera no cubierta

x. Del estudio de países


del CIAP 1 259 ’ 757 2 140
2. De las proyecciones de
este trabajo 1 122 950 9”

FUENTE: La misma del cuadro 1.

Puede verse que las diferencias no son muy


grandes entre unas y otras proyecciones. General-
mente, una cifra no sobrepasa en más de un 10 ‘yO
a la otra, con excepción de las necesidades finan-
cieras no cubiertas, en que la dirección en los tres
31
t

años es de carácter opuesto y se llega a diferencias


muy considerables. Esto se debe a que, en los exá-
menes de países por el CIAP, se consideraron corno
ingresos de capital obtenidos o probables, para
cada año, aquellos que el pafs ya ha logrado o
que tiene fuertes perspectivas de obtener. Estas
estimaciones hacen, naturalmente, que los mgre.
sos probables de capital, así estimados, disminuyan
en forma muy fuerte para el segundo o tercer año
de proyección. En cambio, en el trabajo de la
Nómina para evaluar los recursos que los, países
latinoamericanos pueden obtener en los años si-
guientes, se ha partido de las tendencias, algunas
de las cuales parece que pueden mejorar, de modo
que esto explica las diferencias entre una y otra
clase de cifras.
No se han considerado en estas necesidades las
de financiamiento de corto plazo por fluctuaciones
cíclicas 0 estacionales en las exportaciones 0 en
otros rubros de las balanzas de pagos.

32
CAPÍTULO 1

Otros estudios efectnudos sobre


necesidades de finunciamiento
externo de América Latina
Un trabajo que tal vez pueda considerarse como
pionero en la determinación de los recursos ex-
ternos necesarios para el desarrollo, es el que pu-
blicó Paul N. Rosenstein-Rodan en el año rg6r.ls
Este trabajo está basado en la aplicación de un
modelo de brecha de ahorros que se hizo para
todos los países del mundo con el objeto de cuan-
tificar los recursos que los países industriales ten.
drían que comprometer en esta empresa.
El profesor Rosenstein-Rodan discute las razo.
nes y propósitos que tiene la asistencia económica
externa, los criterios que deben utilizarse para su
distribución y para repartir su costo; y las condi-
ciones en que éste debería otorgarse a los países en
desarrollo. El trabajo parte de un análisis de la
capacidad de absorción de capital que tendrfan los
distintos paises y que determina a su vez la meta
del crecimiento por habitante que cada uno de
ehos pueda akanzar.

13 P. N. Rosenstein-Rodan, “International Aid for Under-


developed Countries”, Review of Economics and Statistics,
mayo de 1961.

33

l
7

Para establecer la capacidad de absorción de


cada país, se utilizan tres criterios:
u) La tasa de crecimiento de l a inversión du-
rante los cinco últimos años;
6) La relación entre las tasas medias y margi-
nales de ahorro durante el mismo periodo, y
c) Una evaluación subjetiva que el autor rea-
lizó a base de su apreciación sobre la capacidad
administrativa y la organización para el desarrollo
de los distintos paises.
Cada país, en consecuencia, tiene una meta de
desarrollo, a la que podría aspirar si no hubiera
limitaciones en el quantum de capital de que dis-
pone. Las metas están divididas por quinquenios
y comprenden el decenio de 1966 a 1976. Algu-
nas de ellas, para países latinoamericanos, se indi-
can en el cuadro 5.

Cuadro 5
M E T A S D E LVI~ARROLLO EN PORCENTAJE DE CRECIXlIENTO
DF;L PNB POR HABITANTE

Psis 1966-71 I97I-76

Argentina 2.5 3.2


Bolivia 0.6 0.7
Brasil 1.7 2.0
Chile ‘-5 2.2
Mkxico 2.0 2.0
Venezuela 1.0 0.9

FUENTE: La misma del cuadro 1.

Las necesidades de inversión se proyectan supo-


niendo que existe una relacion marginal de capital
34

-
!

a producto bruto igual a 3 14 y constante para to-


dos los países que se consideran en el presente
estudio.
La propensión marginal a ahorrar se ha esti-
mado como el doble del ahorro promedio histó-
rico; a estas cifras se han hecho ajustes, basados
en el conocimiento especial que el autor tenía del
país. Así, por ejemplo, para Argentina se ha esti-
mado una propensión a ahorrar de 0.23; para Chi-
le, de 0.20; para Bolivia resultó de 0.14 y se ajus-
tó a 0.18; y para Brasil también se elevó de 0.22
a 0.23.
La necesidad de capital extranjero resulta de
la diferencia entre la inversión bruta necesaria para
alcanzar la meta de crecimiento que se ha fijado y
los ahorros que se generan dentro de la economía.
El profesor Rosenstein-Rodan ha cuantificado
el monto anual de las necesidades de ayuda ex-

Cuadro 6

NECESIDADES DE AYUDA EXTERNA PARA LOS PafsEs


LATINOAMERICANOS 1966-1976
{En millones de ddlares}

Hasta
Monto anual de
necesidades
‘97’ r9i6

Pbblico 585 180


Privado 9’0 830
Total I 495 1010

FUENTE: La misma del cuadro 1.

14 Para Argentina, Brasil y Chile se us una RMC/P de


3.2 y para Perd de 3.5.

35
f

terna para los dos quinquenios, el que ha sido


dividido en contribuciones del sector público y del
sector privado, tal como se indica en el cuadro 6.
Según el autor, sus estimaciones pueden consi-
derarse válidas con un margen de error de 25 %,
hacia arriba o hacia abajo.
t # *

Otro de los trabajos precursores es el del pro-


fesor Bela Balassa,l” el que constituye un intento
de estimar la brecha comercial para los años 1970
Y ‘975.
Balassa proyecta, en primer término, las expor-
taciones de los países en desarrollo divididas en
seis grupos:
- Productos alimenticios de zonas templadas.
- Productos alimenticios de zonas tropicales
que compiten con productos de los paises
desarrollados.
- Productos alimenticios de zonas tropicales
que no son competitivos.
- Materias primas minerales y naturales.
- Combustibles.
- Manufacturas.
Las exportaciones hacia los países desarrollados
se hicieron a base de distintos supuestos de cre-
cimiento del ingreso para cada país o regibn. Por
ejemplo, para los Estados Unidos se estimó el SU-
puesto más probable, que era al mismo tiempo el
más bajo: que ese país tuviera un crecimiento del
producto per capita de un 2.2 ‘% al año hasta rg7o
y de 1.7 y0 entre 1971 y 1975. El supuesto más
15 Balassa, Trade Prospects for Developing Countries,
R. D. Irving Homewood, Illinois, 1964.

36
optimista es de una tasa de crecimiento anual de
2.7 yO hasta 1970 y de 2.2 yO para el quinquenio
siguiente. Las variaciones en los precios de los pro-
ductos exportados se hicieron a base de las funcio-
nes de demanda así obtenidas. También se estima-
ron en forma separada las exportaciones probables
a los países socialistas y a otras regiones en proceso
de desarrollo.
Para las importaciones, se postuló que ellas
eran también función del crecimiento del ingreso.
Con respecto a la América Latina, este crecimiento
se estimó como sigue:

AUMENTO DEL PNB POR HABITANTE

Aumento 1960-70 ‘97X-75

Más probable 1.7 % 2.0 %


Optimista 2.4 % 2.7 %

Para América Latina, se usaron tres supuestos


de elasticidad de ingreso de las importaciones: 0.7,
0.75 y 0.8, que son los coeficientes más bajos de
todas las regiones en proceso de desarrollo.
Después de proyectar los componentes de ser-
vicios y pagos de invisibles, Balassa llega a una es-
timación de lo que él denomina la “brecha de la
cuenta corriente”, y que se indica en el cuadro de
la siguiente página: -
El Instituto Latinoamericano de Planificación
Económica y Social (ILPES) ha efectuado también
una estimación de la brecha comercial de América
Latina. El propósito de este trabajo fue analizar
el efecto que puede tener un programa de susti-
tución regional de importaciones sobre el sector
externo y el desarrollo de America Latina.
(En miles de millones de ddlares corrientes de los EE. UU.)

‘970 ‘975
Rubro
Probable Alto Probable Alto 1

Bienes -0.4 -0.4 -0.4 -0.6


Servicios 1 -2.2 -2.3 -2.4 -2.6

Total -2.6 -2.7 -2.8 -3.2

1 Incluye intereses y utilidades.

El ILPES, analiza, en primer término, el desarro.


110 del quantum y de los precios de las exporta-
ciones latinoamericanas y proyecta un crecimiento
futuro de 10s ingresos por bienes y servicios no fi-
nancieros a una tasa anual acumulativa de 3 por
ciento.
Con respecto a las importaciones, en este trabajo
se formulan tres hipótesis distintas, de las cuales
la 1 se considera la más plausible. En esta hipó-
tesis, se supone que Argentina, Brasil y México
mantendrán fijo su coeficiente de importaciones y
que el resto de los países continuará el proceso
sustitutivo que se ha observado entre 1950 y 1963.
En la hipótesis II se parte de la base de que todos
los países de la América Latina, incluyendo los mas
desarrollados, continuarán la misma tendencia de
sustitución de importaciones observada entre 1g.p
1963. La hipótesis III está basada en los planes de
desarrollo de los paises e implica una elasticidad
. de 1.2 en la demanda de importaciones.
En el cuadro 7, se indican las brechas resultan-
tes de tres hipótesis con respecto al crecimiento
del producto nacional bruto: la histórica, una ma-
yor en i yO anual y otra mayor en 1.5 por ciento.
El autor del modelo de la doble brecha, Hollis
38
Chenery, publicó en el año 1967 un estudio para
América Latina, que incluye todos los países de
la región salvo Cuba, Haiti, Bolivia y la Repú-
blica Dominicana.

Cuadro 7
AhfÉRlc.4 LATINA: BRECHA COMERCIAL

(En millones de ddlares de los EE. UU. de 1960)

Crecimiento del PNB a una tasa:


Año
Z-listórica (4.5 yO) 1 yO superior I .5 yO superior

‘975 2 510 4 640 5 580


1980 4 480 8 330 1 0 190

FIJSNTE: La misma del cuadro 1.

La función de inversiones en esta aplicación


del modelo tiene una relación marginal de capital
a producto (RMC/P) determinada por el compor-
tamiento de la inversión entre 1959-1964 y que de-
pende del crecimiento del producto interno bruto.
A esta RMC/P se le agregó una cantidad que corres-
ponde a la inversión que no se traduce directa-
mente en un incremento del producto y que se
supone constante para cada pafs, por lo tanto, su.
peso relativo disminuye con el crecimiento del pro-
ducto. De este modo, la RMC/P total tiende a dis-
minuir, cuando el crecimiento del producto se ace-
lera.
Chenery supone que, cuando predomina la bre-
cha comercial, una parte de la inversión se dedica
a industrias que incrementan la exportación o
substituyen las importaciones. En estas inversio
nes, la RMC/P es un 20 ‘yO mayor que para la in-
39
f

versión total del psis. Esta hipótesis tiende a re-


ducir gradualmente la brecha comercial.
El crecimiento de la inversión de un año para
otro tiene también un límite máximo, que es de
15 por ciento.
Las importaciones se han proyectado como fun-
ción del consumo y de la inversión. El ahorro es
una función creciente del ingreso y las exportacio-
nes se han proyectado de acuerdo con la tendencia
observada entre los años 1950-1964 o en una parte
de dicho periodo.
De acuerdo con este modelo, que estima una
brecha neta, es decir, que no incluye pagos de in-
tereses o utilidades al exterior, ni tampoco amor-
tizaciones de la deuda externa, la brecha de recur-
sos es la mayor de las dos (de ahorro o de comer-
cio), que surjan de extrapolar las funciones indi-
cadas.
Chenery presenta seis proyecciones alternativas
para el año 1972:
I) Extrapolación de las tendencias observadas
en las economías entre los años 1950-1964. Se su-
pone, en consecuencia, que las tasas de crecimiento
del producto serán de 5.1 yO anual y las exporta-
ciones crecerán a una tasa de 3.7 yO anual. En este
caso, la brecha resultante en el año 1972 sería de
825 millones de dólares (a precios del año 1962).
En el total anterior, se han compensado los países
que tienen superávit con los que tienen déficit.
z) En una segunda alternativa se supone el
mismo crecimiento del producto por habitante que
en la hipótesis anterior. En cambio, las exporta-
ciones se proyectan a una tasa de crecimiento de
4.8 yO al año y se supone también una mayor sus-
titución de importaciones. Sobre esta base, para el
año 1972, la brecha resultante sería solamente de
40
608 millones de dólares de poder adquisitivo del
año 1962.
3) Se supone ahora un crecimiento acelerado
de 5.8 yO y el comportamiento histórico de los de-
más parámetros. La brecha, en este caso, pasa a ser
de 5 568 millones de dólares (del año 1962).
4) En esta hipótesis, se mantiene el crecimiento
mayor del producto, pero se supone una mayor
propensión al ahorro. También se proyecta el cre-
cimiento de las exportaciones a la tasa mayor de
4.8 yO al año y una sustitucibn de importaciones
más alta que la histórica. Con estas alteraciones,
la brecha en el año 1972 se reduce a 2 477 millo-
nes de dólares (del año 1962).
5) En este caso, se supone una tasa, de creci-
miento del producto, mayor que la histórica de
5.8 yO al año y una RMC/P más baja que la histd
rica, pero se conserva la magnitud observada en
el pasado en los demás parámetros. La brecha re-
sultante para 1972 es de 2 773 millones de dolares
de poder adquisitivo del año 1962.
6) La última hipótesis es una combinación de
las posibilidades 4) y 5). Esto quiere decir que se
supone una tasa de crecimiento del producto de
5.8 ‘%, ahorros y exportaciones altos, mayor susti-
tución de importaciones que en el pasado y una
relación marginal de capital a producto baja. En
este caso, la brecha se reduce a 975 millones de
dólares de poder de compra del año 1962.
El propósito de Chenery con estas distintas al-
ternativas es mostrar que el tamaño de la brecha,
además de ser una función de la meta de creci-
miento que cada país se propone, varia en forma
muy sustancial con las realizaciones y el esfuerzo
interno de cada psis. A su juicio, la asistencia de
los países en desarrollo deberfa contener una oferta
generosa para todos aquellos casos en que se hagan
4’
esfuerzos serios de modificar los parámetros impor-
tantes. El resultado será que la economfa logrará
mayor dinamismo y desarrollo y, al mismo tiempo,
no precisará montos de ayuda exterior que sean
imposibles o muy difíciles de alcanzar.
# + Y

Para las dos reuniones de la UNCTAD, celebradas


en Nueva Delhi en el año 1968, la Secretaría pre-
paró un conjunto de estudios sobre la necesidad
de financiamiento externo de los paises en desarro-
llo. Estos estudios proyectan separadamente los dé-
ficit de ahorro y de comercio exterior que se pre-
sentarán para el año 1975.
En esta presentación del modelo de doble bre-
cha, las funciones de ahorro, importaciones e in-
versión, son dependientes del ingreso o de alguno
de sus componentes. Las exportaciones se han pro-
yectado teniendo en cuenta las perspectivas de des-
arrollo en los países industriales y las posibilida.
des de colocación en ellos de productos latinoame-
ricanos. Después, el total se ha distribuido entre
los distintos países, atendiendo a circunstancias y
factores de carácter local.
Para el producto nacional se postuló un creci-
miento mínimo anual de 5.3 yO y uno máximo de
6 ‘yO. Para las exportaciones, se supuso un creci-
miento mínimo de 3.6 yO y uno máximo de 4.2 yO
anual.
Para el conjunto de América Latina, las pro-
pensiones media y marginal al ahorro se supusieron
iguales, entre 0.18 y 0.19. La propensión marginal
a importar se estimó entre 0.15 y 0.17 con elasti-
cidades-ingreso implícitas de 0.94 y 1.06. La rela-
ción marginal capital-producto, para 1975, se esti-
mó entre 3.34 y 3.49.
42
Cuadro 8
BRRCH.U DE FINANCIAMIENTO DE AMÉRICA LATINA, ~ZWXLADAS
poR LA SECRBTARfA DE LA UNCTAD

Hifidtesís de crecimiento del PNB


Rubro
Minimo (5.3 %) Mdximo (6 yO)

Brecha de ahorro 990 3 434


Brecha comercial 2 310 47’9
Suma de brechas dominantes 2 417 5 399
FU-ENTE: La misma del cuadro 1.
NOTA: No se incluyen los pagos financieros: remesas al ex-
terior por utilidades e intereses ni amortizaciones.

La Comisión Económica para América Latina


de las Naciones Unidas preparó para su periodo de
sesiones, celebrado en Lima en abril de 1969, un
estudio sobre los deficit virtuales de comercio y
de ahorro interno y la desocupación estructural de
América Latina. Para este objeto utilizó un mo.
delo similar al de las brechas que se ha descrito
en el capítulo II de este trabajo con algunas varian-
tes. La función de producción tiene como variable
explicativa la suma de las inversiones de los años
precedentes hasta el anterior al que se está expli-
cando. Las importaciones son, en algunos casos,
función del producto en el mismo periodo, o de
los componentes del producto, a veces corregido
por las variaciones de las exportaciones y de 10s
terminos del intercambio del pafs. El ahorro, en
la mayor parte de los casos, es función del ingreso;
y en algunos, de éste y de las exportaciones, corre-
gida por las variaciones de los t&minos del inter-
cambio o de estas últimas solas.
43
En el capítulo siguiente, se comparan los pará-
metros obtenidos en este estudio con los de la Nó-
mina de Expertos.
Como metas de crecimiento del producto se
aplicaron las tasas de 6, 6.5 y 7 yO anual a partir
del año 1970 y, para el resto del presente decenio,
se supone el crecimiento histórico. La menor de
las tasas indicadas significa un crecimiento del pro-
ducto por habitante de 3 yO al año.
Para proyectar las exportaciones se efectub un
análisis, para cada país y para cada producto, de
carácter tradicional, teniendo en cuenta las posibi-
lidades de aumento de cantidades y precios. En
forma más agregada, se proyectaron las exporta-
ciones no tradicionales. En el cuadro 9 “Creci-
miento de las exportaciones de bienes y servicios:
Tasas anuales históricas y proyectadas”, se compa-
ran las tasas de crecimiento de esta proyección
con las efectuadas por la Nómina de Expertos y
por la Secretaría del cms y se indican también las
tasas de crecimiento histórico de las exportaciones
para cada país de la regibn.
Sobre la base de un aumento de 6 yO al año en
el producto y de la hipótesis básica sobre creci-
miento de las exportaciones, para el año 1975,
CEPAL estimó las necesidades de financiamiento de
la América Latina en la magnitud que sigue:

(En millones de ddlares de los EE. UU. a precios de 1966)

z) Déficit virtual de comercio 720


2) Remesa neta virtual de intereses y utilidades 3760
3) Amortizaciones 13*3

Total de necesidades brutas de capital de


la regidn 5 803

44
Entre los estudios comparativos de los resulta.
dos obtenidos por las distintas proyecciones de la
brecha interna latinoamericana, debe mencionarse
también el efectuado por la Secretaría del CIES.
El modelo utilizado en este caso y prácticamente
casi todas las ecuaciones y parámetros, son los mis-
mos que se emplearon por la Nómina de Expertos,
con las siguientes excepciones:

a) Para Brasil se utilizó una propensión mar-


ginal a importar igual a la media e igual a 0.076;
b) Para Chile se utilizó una función de impor-
taciones como sigue: M, = -0.704 + 0.1877 Y,;
c) Para Costa Rica se utilizó una funcion de
importación M, = 0.285 Y,;
dJ Para México, la función de importación fue
de M, = 5.4 + 0.0899 Y,;
e) Para Venezuela se recalcularon las funciones
de la manera siguiente:
zt = 0.2090 Y$
s, = 0.253.kj Y,
M, = 0.1400 Y,

La Secretaría del CIES efectuó diversas proyec-


ciones de exportaciones, las que aparecen en el
cuadro 9.
Los resultados de este estudio se comparan tam-
bién con los de otros, en el capítulo siguiente.

45
CAPíTULO VI

Comparación de los resuhdos de


algunos estudios de la brecha
Aunque casi todos los modelos utilizados tie-
nen manifiesta similitud y la estructura concep-
tual de las últimas investigaciones es la del mo-
delo de las dos brechas que se describen en el capí-
tulo II, sin embargo, en los resultados obtenidos
hay diferencias que dependen de una serie de ra-
zones que deseamos discutir aquí.
En primer termino, cada estudio plantea me-
tas diferentes en cuanto al crecimiento del pro-
ducto nacional. Los estudios de Ia Nómina de Ex-
pertos y del CIAP suponen un crecimiento mfnimo
igual a la meta fijada en la Carta de Punta del
Este en 1961, de 2 l/s ‘% por habitante al año y un
crecimiento más favorable de I y0 mayor. La Se-
cretaria de la UNCXAD se mueve entre tasas anuales
de 5.3 yO y 6 yO. La CEPAL parte de la base de que
el crecimiento mínimo deber-fa ser 6 y0 al año, para
obtener un crecimiento per cupita de 3 %. Natu-
ralmente, tasas de crecimiento más elevadas dentro
del modelo, suponen’ mayores necesidades de
inversión y de importaciones. En consecuencia, las
brechas proyectadas tenderan a ser más altas.
Otro factor que tiene una importancia crucial
para establecer el monto de la brecha, es la ex-
47
pansión que se estime que alcanzarán Ias exporta-
ciones durante el periodo.
El cuadro g contiene los promedios históricos
de crecimiento de las exportaciones de América
Latina del periodo 1950-68 y las proyecciones de
crecimiento de cuatro estudios distintos sobre la
brecha. Podría agregarse que el estudio de la Se-
cretaría de la UNCTAD se mueve entre tasas de au-
mento de 3.6 yO y 4.2 yO al año para la región en
su conjunto.
Las diferencias en las tasas de crecimiento pro-
yectadas dependen de una serie de factores. En
primer lugar, en algunos casos se partió de la po-
sibilidad de absorción global de los productos bá-
sicos que AmCrica Latina exporta en los mercados
mundiales y, probablemente, este punto de vista
da un resultado más pesimista que las perspectivas
o proyectos que puede tener cada país. En seguida,
y esto creemos que es muy importante, el tiempo
para el cual se realiza la proyeccibn puede tener
una gran influencia en el resultado. En un pe-
riodo de 5 6 6 años un país puede esperar un cre-
cimiento de 6.7 u 8 yO en sus exportaciones, pero
será difícil que el mismo porcentaje se mantenga
durante un periodo de ro ó 20 años.
De todas las proyecciones que se han señalado,
la única realmente de plazo corto es la de la No-
mina, que solo llega hasta el año 1973; las otras
se extienden por lo menos hasta el año 1975.
La hipbtesis más optimista, con respecto al cre-
cimiento de exportaciones, aparece en la proyec-
ción efectuada por la Nómina. Esta se basó, en
buena parte, en los programas elaborados por los
mismos países y en las discusiones que ellos han
tenido durante los exámenes que anualmente se
someten al CIAP. Una de las más altas, que es la
de Colombia, extraordinariamente mayor que to-
48
das las demás, estuvo basada en una estimación y
análisis bastante a fondo realizados por el Banco
Mundial. En los otros casos, se proyectó la ten-
dencia que se había observado en los años recien-
tes, con las correcciones que los expertos de los
paises señalaron. Naturalmente que lo que puede

Cuadro 10
REL%cIóN MARGINAL DE CAPITAL A PRODUCTO

Estudios de:
Paises
CEPAL Nómina

Argentina 4.3 1 3.7


Bolivia 3.48 4.5
Brasil 3.4

Centroamérica

Costa Rica 2.89 3.4


El Salvador 2.52 2.7
Guatemala 2.26 2.2
Honduras 3.” 2.1
Nicaragua 2.84 3.8
Colombia 4.22 3.12
Chile 3.41 4.3
Ecuador 2.77 2.5
Mkxico 2.40 2.6
Panamá 2.18 3.5
Paraguay 4.81 3.5
Perú 3.87 4.4
República Dominicana 3.59 3.5
Uruguay 4.26 4.2
Venezuela 3.98 3.6
-
FUENTE: La misma del cuadro 1.

49
ser aproximadamente previsible para un periodo
corto de tiempo, no tiene necesariamente que serlo
para uno o dos decenios.
Los parámetros utilizados en distintas clases de
proyecciones difieren también debido, a veces, a
la naturaleza o a los ajustes que se han hecho en
los datos básicos y otras veces, a la función precisa
que se ha utilizado. Cuando se ajustan funciones
de carácter distinto, la selección de cuál es la más
apropiada envuelve muchas veces decisiones de ca-
rácter arbitrario por parte del investigador. Sin
embargo, la diferencia en los parámetros obtenidos
no pareciera que fuera tan importante como para
producir divergencias muy sustanciales en los re-
sultados.
En lo que sigue, vamos a comparar las rela-
ciones marginales de capital a producto, las pro-
pensiones marginales a importar y a ahorrar que
aparecen en los estudios de la CEPAL y de la No-
mina de Expertos del CIAP. Las de la Secretaría
del CIES no se indican porque la mayor parte de
ellas es la misma que la de la Nómina, según se
vio en la sección anterior.
Se observará que en el coeficiente del cuadro ro
hay divergencias de más del zo yO entre los dos estu-
dios en los casos de Bolivia, Honduras, Nicaragua,
Colombia, Chile, Panamá y Paraguay. En este últi-
mo caso y en los de Honduras y Colombia, el estu-
dio de la CEPAL llega a la conclusión de que dichos
países requieren más capital por unidad de pro-
ducto que el estudio de la Nómina. Lo contrario
pasa en el caso de los demás paises.
Con respecto a las propensiones marginales a
importar, los resultados obtenidos en los trabajos
de la CEPAL y de la Nómina se indican en el cua-
dro 11.
El estudio de la CEPAL contiene propensiones
50
marginales a importar inferiores en más de un
20 yO a las de la Nómina en los casos de Argentina,
Bolivia, Brasil, Guatemala y Nicaragua. El estu-
dio de la Nómina contiene propensiones margina-
les a importar inferiores en más de un 20 yO a la

Cuadro 11
PROPENSIONES MARGINALFS A IMPORTAR

Estudios de:
Países
CEPN Ndmina

Argentina 0.064 0.11


Bolivia 0.218 0.31
Brasil 0,04 0.07
Costa Rica 0.31 0.25
El Salvador 0.29 0.27
Guatemala 0.15 0.18
Honduras 0.27 0.25
Nicaragua 0.30 0.40
Colombia 0.18 0.14
Chile 0.17 0.14
Ecuador 0.16 0.17
Mhxico 0.08 0.09
Panamá 0.40 0.40
Paraguay 0.26 0.16
Peni 0.22 0.26
República Dominicana 0.15 0.18
Uruguay 0.13 0.19
Venezuela - 1 0.23

F UENTE: La misma del cuadro 1.


1 La función de importaciones de la NEPAL se ha calculado
desglosada para distintas categorías de bienes y servicios,
de modo que no puede compararse fkilmente con la de
la N6mina.

5’
7

de la CEPAL en los casos de Costa Rica, Colombia


y Paraguay. En los demás casos las diferencias son
de menor magnitud.
Para las propensiones marginales a ahorrar,
hubo algunos países, como Bolivia, Costa Rica, El
Salvador y Nicaragua, para los cuales los estudios
no son compatibles, porque el primero ha hecho
la función de ahorro dependiente de la variación
de las exportaciones corregidas por los términos
del intercambio o de éstos y el ingreso. Las esti-
maciones comparables aparecen en el cuadro 12.
Puede verse aquí que las propensiones a aho-
rrar estimadas por la Nómina son mayores para
Colombia, Ecuador, Panamá, República Domini-

Cuadro 12

PROPENSIONES MARGIN.4LE2 A AHORRAR

Estudios de:
Paises
c2cP.a Ndmina

Argentina 0.27 0.22


Brasil 0.17 0.16
Honduras 0.‘35 0.14
Nicaragua 0.21 0.18
Colombia 0.18 0.20
Chile 0.20 0.17
Ecuador 0.12 0.15
hféxico 0.16 0.16
Panami 0.20 0.2 1
Paraguay 0.16 0.13
PerIi 0.24 0.20
Rep6blica Dominicana 0.11 0.15
Venezuela 0.15 0.25

FUENTE: La misma del cuadro 1.

52
cana y Venezuela; y solamente son superiores en
mas de un 20 yO para los casos de Ecuador, Repú-
blica Dominicana y Venezuela.
Otro factor que influye en las divergencias de
las estimaciones es el supuesto que se haga con res-
pecto a la naturaleza de los recursos que la región
recibirá para cerrar la brecha. Especialmente si
son nuevos creditos, los periodos de gracia, los pla-
zos de amortizacibn y las tasas de interés tienen un
efecto decisivo en los resultados. Naturalmente
que aquí también el período de proyección pasa
a tener una importancia muy grande, ya que mien-
tras más largo sea éste, la sola existencia de una
brecha requiere recursos adicionales para llenarla
y, por lo tanto, el endeudamiento y los servicios
consiguientes tienden a crecer en forma geométrica.
Sin embargo, para no dar la impresión de que
los distintos estudios e investigaciones llegan a

Cuadro 13
BRECHAS DOMINANTES DE RECURSOS PARA FL PERIODO 1969-1973
(En millones de dólares)

Secretaria
Años Nómina 1
CIES

1969 1 270 937


‘970 1 240 ’ 033
1971 I 241 1148
1972 1239 1 269
‘973 1237 14’5

FUIWTES: Nbmina de Expertos y Secretaría del QES.


1 Valores corregidos por el cambio del poder adquisitivo
del dblar entre 1g6o y 1968. segdn el deflactor implicito
del PNB de los Estados Unidos.

53
resultados tan diferentes que absolutamente nada
puede obtenerse de ellos, consignaremos, en primer
término, una comparación de las brechas dom&
nantes de recursos para los años rg6g a 1973, se.
gún los estudios de la Nómina y de la Secretaria
del CIES. (Véase cuadro 23.)
Además, se han efectuado comparaciones entre
los resultados que las proyecciones tendrían para
el saldo de la cuenta corriente de la balanza de
pagos de América Latina y para las necesidades
brutas de capital de la región, de acuerdo con las
proyecciones realizadas por Balassa, la Nómina, la
Secretaría del CIES y la CEPAL. Con K!SpeCtO a esta
última, se escogió la proyección que está basada
en un crecimiento del producto nacional de 6 yO
al año.
Como puede verse en el cuadro 14, no existen
divergencias muy notables en las cifras, salvo las
necesidades brutas de capital que resultan del estu-
dio de la Secretaria del CIIIS para el año 1970.
También puede verse que el déficit de la cuen-
ta corriente de la balanza de pagos de América
Latina, para una tasa de crecimiento de alrededor
del 5 yO al año del PNB, será de entre 3 500 millo-
nes y 4 ooo millones de dólares en el año 1975. En
q6;, esta magnitud fue de 1 500 millones. Las
necesidades brutas de capital de la región sobre-
pasan los 5 ooo millones de dólares comparados
con una entrada efectiva de 3 zoo millones en 1967.

54
7

CAF’íTULO vII

DZscusión dtica de los resdtados


de proyecciones de brecha
El modelo de las dos brechas ha sido criticado
sobre la base de que los parámetros en que se fun-
d a -las propensiones de ahorro y de importacio-
nes y los coeficientes de capital a producto- tie-
nen una gran variabilidad, de modo que no es fac-
tible realizar ninguna proyección de las posibles
brechas a base de dichos parámetros, si ellos se han
establecido por regresiones basadas en series his.
tóricas.
La crítica podría ser válida para todo análisis
econométrico. Es efectivo que las series estadísticas
en que se apoyan las estimaciones son, en muchos
casos, incompletas o deficientes y es necesario ha-
cer ajustes arbitrarios sobre parte de ellas. Ade-
más, hay que admitir que existen otras variables
que pueden tener importancia en las funciones
y que el análisis no considera. También es cierto
que un porcentaje de los cambios en la variable
dependiente no resulta explicado por el análisis
y que la extrapolación de los resultados de un
periodo determinado para uno futuro, envuelve el
supuesto de que las condiciones bkicas de ambos
periodos son similares. Todo lo anterior debe te-
nerse en mente para apreciar los resultados de esta
55
clase de trabajos. Es muy posible que por el he-
cho de que las estimaciones toman una forma ma-
temática o dan resultados numéricos, se concluye,
por quienes no tienen un conocimiento claro de
la manera cómo deben interpretarse, que estas re-
laciones son exactas en el sentido de que la pro-
yección se realizará necesariamente. Una conclu-
sión como ésta implica, naturalmente, un falso en-
tendimiento de1 trabajo y de sus resultados. Los
parámetros tienen márgenes de error y hay una
probabilidad de que caerán dentro de tales o cua-
les limites. Por último, el hecho de que se hayan
fijado dos alternativas de crecimiento del ingreso
y de las exportaciones, permite llegar a estimacio-
nes en que se tienen tramos de variación probable,
lo cual tiene la ventaja de que un fenómeno del
cual se pudiera tener solamente una idea vaga es
posible cuantificarlo, al menos de manera aproxi-
mada.
El deseo de dar ciertos órdenes de magnitud a
la brecha exterior de la América Latina, significa
poder prever si ella es manejable dentro de las
circunstancias, instituciones y polfticas que existen
actualmente en los paises proveedores de capital, o
con las que puede contarse para los próximos años.
Significa, también, que existe la posibilidad de re-
visar los objetivos de política interna y los instru-
mentos que van a aplicarse para lograrla. Por
ejemplo, si aparece que no hay ninguna posibili-
dad de cubrir una brecha determinada, es posible
fijarse una tasa de crecimiento más modesta; o si
la brecha es principalmente del comercio exterior,
adoptar políticas que lleven a incrementar en for-
ma mas acentuada las exportaciones o a sustituir
en forma más efectiva algunas importaciones.
Hay también grandes dudas acerca de la vali-
dez que puedan tener modelos que utilicen datos
56
de carácter agregado. Mucha mayor información
podría obtenerse si la economía estuviera más sec-
torizada. Desgraciadamente, lo que se gana en la
mayor exactitud de disponer de un modelo más
completo, se pierde por la ausencia de información
más fidedigna sobre los sectores o por el número
de observaciones, relativamente muy pequeño, en
que tiene que basarse la estimación de los pará-
metros. Así, por ejemplo, el modelo global para
Chile de ODEPLAN, que es más sectorizado que el
que se ha explicado en los capítulos II y III, ha
estimado los parámetros a base de 6 ó 7 observa-
ciones.
En este momento tenemos muy poco conoci-
miento de muchos de los componentes del ingreso
nacional de nuestros países y, menos aún, del in-
greso por sectores. Tampoco sabemos bastante
acerca de la relación marginal de capital-producto
y, en muchos casos, las estadísticas mismas de in-
greso nacional dejan mucho que desear.
Se explicó ya que hay problemas que se origi-
nan en algunos casos con los tipos de cambio que
deben aplicarse para convertir la brecha a un de-
nominador común, para un conjunto de países,
cuando existen varios tipos de cambio aplicables
a distintas transacciones o cuando los tipos de
cambio no reflejan las relaciones de poder de com-
pra de las monedas.
La proyección de las exportaciones es también
fuente de grandes divergencias en las apreciacio-
nes que se hacen en las distintas investigaciones y,
probablemente, un mismo investigador se verá en
la necesidad de efectuar cambios en sus proyeccio-
nes a lo largo del tiempo. Es posible que, en al-
gunos casos, la estimación basada en las posibili-
dades de crecimiento de la producción individual
de cada país, exagere el crecimiento de las expor-
57
taciones con respecto a estimaciones que parten
del análisis de los mercados de los países en su
conjunto. Además, como ya se ha dicho, en muchos
casos la extensión del periodo para el cual se pro-
yecta puede determinar tasas de crecimiento de
las exportaciones, que sean diferentes.
En todos los trabajos se supone que la relación
de producción tiene un carácter tal que la capa-
cidad se utilice plenamente, lo que no es exacto.
También debe hacerse notar que la estimación
de los parámetros ex ante de cada una de las dos
brechas, requiere que se conozca el proceso me-
diante el cual ambas logran ser iguales ex post.
Una de las fuentes de más grandes dificultades
en esta clase de proyecciones es, como ya se dijo,
la extensión del periodo para el cual se realiza.
Los parámetros, en el estudio de la Nómina,
por ejemplo, se basaron en datos de ingreso na-
cional de rg5o-1965. Si se proyecta, como lo hace
la Secretaría del CIES, la magnitud de los compo-
nentes del ingreso nacional para el año 1985, a
base de ecuaciones obtenidas, se está suponiendo
que en esta fecha prevalecerán las mismas condi-
ciones económicas que 25 6 So años antes. Natu-
ralmente que esto dista mucho de ser así. Por esta
razón, creemos que la extrapolación no puede ex-
tenderse por periodos muy alejados de aquellos
que han servido de base para la determinación de
las funciones.
Las proyecciones para periodos de tiempo muy
distantes tienen, además, el inconveniente de SU-
poner que por el solo hecho de existir una brecha,
hay necesidad de que recursos nuevos vengan a lle-
narla. Y, como estos recursos requieren pagos de
intereses y amortizaciones adicionales, la magnitud
de los pagos tiene que ir elevándose en forma exor-
bitante, y aparecen, para 15 6 20 años después de
58
la época en que se están haciendo las proyeccio.
nes, como magnitudes que son absolutamente im-
posibles de obtener.
No obstante lo anterior, creemos que estos tra-
bajos, tomados con mucha precaución y cautela, y
considerando las cifras únicamente como indicati.
vas de orden de magnitud, pueden ser útiles para
establecer en forma aproximada el monto global
de recursos y las condiciones en que éstos deberían
obtenerse para que un país o una región logren
una cierta tasa de desarrollo económico. También
pueden tener utiIidad para señalar las direcciones
en que debería moverse la política económica de
cada país a fin de aminorar el problema de su
brecha.

59
CAPíTULO VIII

Concltisiones
I. Se han efectuado numerosas investigaciones
que tienden a establecer la magnitud de los re-
cursos externos que serían necesarios para que
América Latina alcance determinadas tasas de cre-
cimiento en un periodo futuro. En todas ellas se
parte de cierta magnitud de algunos parámetros
económicos, tales como las propensiones a ahorrar
y a importar y la relación marginal de capital a
producto, las que se establecen a base de observa-
ciones de datos históricos con correcciones, que
tienden a veces a ver el efecto que, sobre las nece-
sidades de financiamiento externo, tendría un me-
joramiento de las realizaciones del país que se con-
sidera. También debe proyectarse el curso que ten-
drán en el futuro la población y las exportaciones.
Uno de los modelos más utilizados reciente-
mente es el que se debe a Chenery y Strout y que
ha sido llamado el “modelo de las dos brechas”.
De las diferentes versiones de este modelo, se dis-
cute con detalle la aplicación que de él hizo la
Nómina de Expertos del CIAP, bajo la dirección
del autor del presente trabajo.
2. Los capítulos II y III se han dedicado a des-
cribir el modelo y el tipo de funciones que se uso
en la investigación de la Nómina. La descripción
se hace en términos verbales, con un ejemplo nu-
61
mérito, pero se plantean también las ecuaciones
en términos analíticos y se hace una representación
gráfica de ellas. El modelo define, fundamental.
mente, tres sectores de la economía: el consumo, la
producción y el resto del mundo. Se postula que:
a) el consumo o el ahorro es una función del in-
greso (además, pueden incluirse otras variables, ta-
les como las exportaciones, etc.); b) la producción
varía en cierta manera con la inversión, y c) las
importaciones son función del ingreso o de com-
ponentes del mismo. Tanto el ahorro como la im-
portación dependen, además, del monto de ayuda
externa o capital extranjero que la economía haya
recibido. La meta de crecimiento del ingreso se
fija arbitrariamente y también se da en forma exó-
gena el desarrollo que tendrán las exportaciones.
De los parámetros obtenidos de series históricas,
con las correcciones que la investigación estime
pertinente introducir, se pueden obtener las series
de inversión y ahorro y de exportación e impor-
tación para un periodo futuro. La diferencia en-
tre las dos primeras se denomina brecha de ahorro;
y la de las dos restantes, brecha de comercio. La
necesidad de recursos externos para sostener una
determinada tasa de crecimiento económico está
dada por la brecha mayor.
El capítulo III indica: la naturaleza de las fun-
ciones, las variables que se consideraron, algunos
de los problemas estadísticos que surgieron y las
correcciones que debieron realizarse para llevar a
cabo la investigación.
3. Las brechas establecidas, en conformidad a
lo que se ha expresado en el punto anterior, son
brechas de recursos reales. No consideran los pa-
gos que los países deben efectuar al exterior por
remuneración de factores externos de producción,
ni tampoco las remesas por amortizaciones tanto
62
de inversiones directas como de créditos. Se hace
necesario, en consecuencia, proyectar una brecha
financiera, lo ue requiere estimar el monto de
los servicios de 4 as inversiones y créditos existentes,
como asimismo, la magnitud y las condiciones de
las nuevas inversiones y créditos que vendrían a
cubrir la brecha.
El resultado final son series de valores que re-
presentan las brechas de recursos de cada país y
de la región, como asimismo la magnitud de los
déficit de la cuenta corriente de la balanza de pa-
gos y las necesidades brutas de capital, que inclu-
yen el valor de las amortizaciones.
4. Se ha procedido a reseñar en forma resumi-
da la naturaleza de las demás investigaciones cono-
cidas por el autor, sobre la misma materia. Ade-
más de indicar la clase de trabajo y los procedi-
mientos utilizados, se indican 10s resultados más
importantes que se obtuvieron.
En el capítulo IV siguiente, se intenta compa-
rar los valores logrados en estos trabajos y explicar
algunas de las razones de las discrepancias que se
observan en las cifras.
Dos factores parecen tener la mayor influencia
en el monto de los resultados. Uno es la proyec-
ción de las exportaciones, y el otro, la extensión
del periodo para el cual se proyecta. Este último
influye también en el primero, porque no es igual
estimar el movimiento o la tasa de crecimiento de
las exportaciones en un periodo de cinco años, que
hacerlo en uno de veinte. El tiempo de la pro-
yección altera también en forma muy considerable
los resultados, porque solamente la existencia de
una brecha y la necesidad de llenarla con créditos
hace que los servicios financieros adquieran un
crecimiento de carácter exponencial.
A pesar de 10 anterior, y si esta clase de traba-

63
jos se toma con las debidas precauciones, puede
decirse que los resultados obtenidos de algunas de
las investigaciones comparadas, no son tan dispa-
res, si las cifras se toman únicamente como órde-
nes de magnitud, más que como dimensiones pre-
cisas de un fenómeno.
5. Finalmente, se exponen críticas y se señalan
las serias limitaciones que tienen estos trabajos.
Algunas de ellas provienen de la clase de datos que
sirven de base al establecimiento de los parámetros;
otras, del conocimiento insuficiente de las variables
que son relevantes y de la forma de funcionamien-
to del modelo que, entre paréntesis y a modo de
crítica, debe decirse que no tiene variables finan-
cieras, tales como el dinero, el interés o el tipo de
cambio. Por último, pero no por eso de menos
importancia, es dificil decir hasta qué punto es le-
gítimo extrapolar relaciones que se han obtenido
a base de observaciones de lo que ocurrió en un
periodo de 15 6 20 años atrás, para predecir lo que
ocurrirá en 20 6 30 años en el futuro.

64

También podría gustarte