De Aquiles Talon

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El Talón de Aquiles

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EL TALÓN DE AQUILES
TRATADO DE SEXOLOGÍA

ISBN 33-9046-1

Iván Darío Quintero De La Pava

e-mail: idarqui@hotmail.com

Todos los derechos reservados


Colombia, © 2006

Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita del
titular del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,
comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.

Ediciones Rosa-Cruz
Santiago de Cali, Colombia S.A.

“Todo lo que viene a la existencia como forma creada, nace de una semilla; y en esa semilla se
encuentran en latencia los poderes necesarios para el desarrollo, evolución y perfección de esa forma
ideal, donde alienta la potencia infinita”.
Adepto Zanoni

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PRÓLOGO
Aquiles fue el más importante de los héroes griegos de la guerra de Troya. Su madre, la diosa
Tetis, para hacerlo inmortal, lo sumergió en el río Estigia sujetándolo de un talón. En la guerra de Troya,
Paris, con la ayuda del dios Apolo, hirió a Aquiles con una flecha en el talón, el único punto vulnerable de
su cuerpo. Esa herida le ocasionó la muerte.
Todos tenemos un “talón de Aquiles”, es aquel punto de nuestra naturaleza interna en donde somos
mucho más vulnerables. El talón de Aquiles de la humanidad en lo que respecta con el desarrollo
espiritual es la esfera psicosexual.
El instinto de reproducción es inherente a todos los seres vivos. En el ser humano el instinto psicosexual
va más allá de la función netamente generadora por la cual se perpetúan todas las especies. ¡Qué poder
tan tremendo tendrá la energía sexual si por medio de ella se forma un cuerpo físico para que un
Ego[1] expectante pueda renacer! La energía sexual es la energía de la Vida, que a su vez nos permite la
actividad física, emocional, mental, imaginal, sensorial y conscientiva.
Generalmente por ignorancia se abusa de la energía sexual, llevando a la degeneración progresiva en
todos los campos, lo que se traduce no sólo en vejez prematura y enfermedades físicas de toda índole,
sino en enfermedades anímicas y mentales.
Los medios de comunicación, los profesores, los médicos, están informando constantemente acerca del
aspecto fisiológico del sexo, más no de los aspectos emocionales ni psíquico-espirituales.
A pesar de que existe información en el aspecto fisiológico, desafortunadamente se han incrementado las
enfermedades de transmisión sexual, porque hay un desaforo tremendo en ese campo.
La juventud se debate entre la prostitución, el alcohol y las drogas alucinógenas, engendrando
irresponsablemente hijos con taras y enfermedades de toda clase. Todos los días nacen hijos de la
insensatez, para llegar a orfanatos, asilos, hospitales, cárceles y cementerios, que son los lugares donde
termina la carrera de la ignorancia, de la irresponsabilidad y del mal uso de la energía sexual.
Con respecto de la relación de pareja, se busca ayuda con el psicólogo, con el terapeuta sexual, con el
sacerdote, con el pastor, pero como tampoco ellos saben realmente lo que sucede con la energía sexual,
generalmente los matrimonios terminan o bien soportándose o bien separándose.
¿Por qué una pareja que se adoró tanto, que se amaban tan intensamente, que sentían tal cariño, tal
magnetismo, tal atracción el uno por el otro, llegan a no soportarse? Por el abuso de la energía sexual.
Debemos prepararnos para conocer muy bien estos temas tan delicados que atañen al misterio de la Vida,
que es el poder del sexo.
Es con educación y no con píldoras ni preservativos como se debe enseñar al ser humano que en el sexo
se encuentra radicado el divino milagro de la Vida, de la existencia toda de vegetales, animales y hombres
y que es allí mismo donde se encierra el poder con el cual podremos despertar las capacidades internas
que harán del ser humano un ser divinizado.

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Si el ser humano se detuviera por breves momentos a meditar sobre los procesos de la Naturaleza, vería
cómo ésta sólo tiene dos caminos para enseñarnos la verdad: el uno recorrido por la gran mayoría y el
otro por una pequeña minoría.
El primero, transitado por la mayoría, se refiere a aquellos que van por la existencia inconscientes, sin
importarles nada, no saben quienes son, de dónde vienen ni para dónde van, como el hombre de la
leyenda que va por los caminos del mundo lleno de harapos y miseria, y un perro —símbolo de las
pasiones— le muerde los talones para precipitarlo en el abismo, sin embargo, lleva a cuestas una bolsa
llena de riqueza y bajo el brazo un libro cerrado expresiones del poder y de la sabiduría, pero él lo ignora
por completo.
Este hombre es el símbolo de la humanidad que sin conocimiento y sin conciencia va por la vida dando
tumbos, cayendo aquí y allá en medio del dolor, la miseria y la muerte, sin percatarse que dentro de sí
lleva el oro de la inteligencia y el libro de la sabiduría, que, si los sabe aprovechar, le darán el poder y el
saber.
El otro camino, es seguido por muy contados seres que se preocupan por investigar, estudiar y
comprender el origen de las leyes que rigen el destino y la evolución. Estos son los sabios, simbolizados
también por el hombre que va por el mundo cubierto por una capa —expresión de la sabiduría—, lleva
en su mano diestra una lámpara y en su izquierda un bastón expresiones del conocimiento y de la voluntad
y con su manto cubre la lámpara para que su luz no sea profanada. Esta es la simbólica lámpara de
Aladino, el Sol de media noche de los místicos, la Piedra Filosofal de los Alquimistas.
Quien recorre el camino espiritual, marcha directamente por el sendero que conduce a la comprensión
del uso correcto de la energía sexual. Esta obra estudia el camino por medio del cual el ser humano sea
adolescente, adulto, soltero o casado, puede regenerar su naturaleza tanto física como espiritual
sublimando la energía sexual.

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CAPÍTULO I

EVOLUCIÓN
La Vida, como Fuego secreto que duerme en el mineral permitiendo la cohesión de la materia, tiene un
potencial de energía tremendamente poderoso tanto en el campo de la destrucción, como en el campo
del servicio a la humanidad. Esa que Vida que duerme en el mineral, despierta en el vegetal como vida
diferenciada, permitiendo que existan los bosques, las selvas y que se puedan producir alimentos con los
cuales nutrir a los animales y al hombre.
Esa misma Vida que despierta en el vegetal, se manifiesta como actividad en el animal, mientras que en
el ser humano se convierte en pensamiento, en imaginación, en amor y en una relativa consciencia,
luchando por progresar en cada uno de los aspectos de la humana existencia. Todo ello es manifestación
del Aliento de la Vida espiritual, llamado por las religiones “Dios”, por los filósofos “Espíritu” y por los
científicos “Energía Cósmica”; es la razón de ser de todo cuanto existe y existir pueda.
La Vida Universal o Fuego Cósmico, hace posible que el universo se expanda permanentemente, que
surjan nuevas constelaciones, galaxias, sistemas solares, planetas. Es el poder creador del Kosmos, sin el
cual nada de lo que es hecho sería hecho.
La humanidad no tiene algunos cientos de miles de años de evolución, sino varios millones de años. Los
esoteristas conocen esta información porque investigan el pasado por medio de sus facultades psíquicas.
La ultra videncia, que permite mirar hacia atrás en la “memoria de la Naturaleza”[2] la historia del tiempo,
para desentrañar cada uno de los procesos históricos que el hombre ha ido recorriendo hasta lograr el
estado actual.
La tradición esotérica enseña que el ser humano en la evolución ha atravesado por diferentes razas en
diferentes épocas:
1. Polar (sin cuerpo físico)[3].

2. Hiperbórea (sin cuerpo físico).


3. Lemur (con cuerpo físico, raza negra).
4. Atlante (razas amarilla e indígena).
5. Aria (raza blanca y todas las razas actuales a excepción de la negra, amarilla e indígena puras).
En la Época Lemur, la humanidad comenzó su devenir evolutivo dentro de un cuerpo denso; en esa época
surgió la primera raza humana.
En aquella época sólo teníamos en actividad el sistema nervioso autónomo que mantiene la vida
vegetativa. El sistema nervioso cerebro-espinal era muy rudimentario. Los lóbulos frontales del cerebro
aún no se habían desarrollado, éramos como animalitos sin un pensamiento diferenciado porque la mente
todavía no estaba actuando en nuestra naturaleza.
En ese momento éramos categóricamente hermafroditas; es decir, teníamos la posibilidad de engendrar
por sí mismos, pero éramos totalmente inconscientes del proceso. La reproducción era dirigida por
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Espíritus grupo en los momentos en que se daban determinados aspectos astronómicos que favorecían
la totalidad de la gestación, siendo la humanidad primigenia inconsciente de su entorno.
Ese hermafroditismo impedía que el Ego pudiera conocer el mundo y volverse consciente de lo externo;
por lo tanto, fue necesario que las Jerarquías Creadoras llamadas los Señores de la Forma —
correspondientes a la Constelación Zodiacal de Escorpión que rige los órganos generadores— lograran la
diferenciación de los sexos.
La separación de los sexos implicó que la energía generadora se polarizara alternativamente en cuerpo
de varón o de mujer, para que el Ser en evolución, el Ego, la Chispa Divina, la Esencia Espiritual, a través
de encarnaciones sucesivas pudiera manifestarse como varón o como mujer. Físicamente somos hombre
o mujer, pero el Espíritu interno es andrógino.
Al ocurrir la separación de los sexos, tanto el varón como la dama pudieron darse cuenta de la existencia
de la otra polaridad, es decir, el hombre notó la presencia de la mujer y ella notó la presencia del varón. La
Divinidad hizo posible que esa energía tuviera dos polaridades (sexuales) para que el ser humano pudiera
adquirir la experiencia, la consciencia y la sensibilidad suficientes para evolucionar en el Mundo Físico,
que es el taller en el cual el Logos nos colocó para que pudiéramos perfeccionarnos progresivamente.
Con la división de las polaridades sexuales comenzaron a producirse cambios en el sistema nervioso
cerebro-espinal; la mitad de la energía generadora ascendió por el canal medular para formar un cerebro
capacitado para el pensamiento y una laringe apta para el lenguaje.
El instinto psicosexual que atrae lo masculino a lo femenino es indispensable para que la raza y las especies
no desaparezcan; al conjugarse los cuerpos y fusionarse las semillas, la evolución continúa.
Al surgir el deseo y la necesidad generatriz, empezó a generarse karma negativo, proporcionando dolor,
tristeza y decepciones. En ese momento comenzó el proceso de la evolución de la consciencia para llegar
a ser dioses, proceso que continuará durante eones.
En la transición de la Época Lemur a la Época Atlante, una parte de la humanidad se quedó rezagada
debido al vicio de la masturbación, vicio que impidió el desarrollo de los lóbulos frontales del cerebro.
Estos humanos rezagados, son actualmente los primates (antropoides, micos, etc.). La ciencia materialista
que no tiene estos conocimientos, dice que el hombre desciende del mono. Pero la realidad es que el
mono es un hombre rezagado.
En un lejano futuro, el ser humano pasará al estado súper-humano; en ese momento habrá nuevamente
una escisión en el esquema evolutivo y se quedarán rezagados los humanos que no hayan podido
trascender la sexualidad en su aspecto desgastante. No nos parece en este momento gran cosa esa
situación, porque no alcanzamos a comprender la importancia y trascendencia de la evolución; pero en
un futuro los humanos que no logren pasar a la siguiente etapa evolutiva, estarán en la misma situación
en la cual están actualmente los antropoides en relación con nosotros los seres humanos.
El rezagamiento debido al mal uso y al abuso de la energía reproductiva, es el sendero errado que
deplorablemente transita la mayor parte de la humanidad.
Cuando una raza empieza a cultivar vicios en el campo sexual, esa cultura fenece. Mientras en Grecia se
le rendía culto a la otra polaridad con estética, con sentido de belleza, esa raza fue prominente. Cuando

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los instructores abandonaron esa civilización y fueron naciendo personas de menor categoría espiritual
que se sumergieron en el abuso del sexo y en toda clase de aberraciones, esa raza feneció. Así mismo,
después de varios siglos de la constitución del imperio romano, cuando la clase dominante se dedicó a las
bacanales y a las orgías, ese imperio entró en decadencia progresiva hasta que desapareció.
Quienes más se dedican a satisfacer el sexo son personas que no sobresalen en el campo intelectual, no
son iluminados, sabios, genios, inspirados, artistas, ni grandes músicos, como tampoco son espiritualistas,
ni personas de renombre para darle a la humanidad algo importante que pueda servirle para evolucionar.
Cada ser humano en el proceso evolutivo tiene una lucha tremenda no solamente con el entorno, sino
con sus energías inferiores y con todas sus deficiencias como humano. No debemos criticar a nadie,
porque la lucha interior de cada persona es muy grande. Si una persona está cometiendo un error, ese
error inexorablemente le ocasionará dolor, tristeza y enfermedades. A través del dolor y del sufrimiento
el ser humano va educiendo consciencia.
El pensador, el filósofo, el místico, el espiritualista, quienes se dedican a estudiar alta ciencia y a meditar
en los misterios de la Vida y del Ser imaginando cómo servir a la humanidad, buscando inventar algo nuevo
para darle comodidad a los demás o exteriorizando sus internas energías como arte, ciencia, filosofía o
mística, tienen menos interés en los asuntos sexuales, porque subliman la energía generadora, es decir,
dirigen la mayor parte de la energía de la Vida hacia los centros superiores, aunque de manera
subconsciente, lo cual les permite brillar en algún campo del humano existir.
Cuando una persona sublima conscientemente la prodigiosa energía generatriz, se convierte en un ser de
evolución, se siente pleno de felicidad, de armonía, arrobado de dicha, y al comulgar con su Ego (su Yo
superior), deriva de él la sabiduría acumulada a través de millones de años de evolución.
La evolución tiene como finalidad que el hombre y la mujer, en un maridaje de armonía espiritual,
engendren Egos espirituales, divinos, y a su vez se tornen en dioses encarnados mediante la
sublimación. Somos sabios y no lo sabemos porque hemos malgastado la energía de la Vida, pero una vez
volvamos a beber en la fuente de la eterna juventud, podremos ser grandes, sublimes. Podemos lograr
en nuestra evolución lo que queramos; unos han logrado riqueza, otros poder, otros sabiduría, otros
salud, otros belleza, otros sensibilidad, otros divina y sublime consciencia.
Jesús, Buda, Lao Tsé, Hermes, Pitágoras, Platón, Aristóteles, los genios, los santos, los maestros de la
música y del arte, fueron grandes porque sublimaron ese excelso poder. Solamente los grandes seres que
de alguna manera guían la evolución humana (aunque la mayor parte de la gente no conozca de su
existencia ni de su trabajo), han trascendido el instinto, viendo en la esfera sexual el “templo de Dios”[4].
La evolución es ir de lo bueno a lo mejor, de lo mejor a lo óptimo y de lo óptimo a lo superior. Para
lograrlo, la Divinidad nos entregó el poder generatriz que nos hace “eternos” como especie, lo que nos
permitirá llegar a “ser dioses conociendo el bien y el mal”[5].

CAPÍTULO II

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LA LIBIDO
En los primeros años de la vida, antes de la pubertad, cuando se tiene un cierto androginismo, es
primordial tener el mayor cuidado con los hijos, a fin de observar sus inclinaciones, tendencias y posturas,
para no trastornar en ningún momento la libido ni la psique del infante, ya que es en esta época de la
existencia donde derivan las buenas o malas costumbres, que más tarde habrán de exteriorizarse en la
vida.
Se cree que el instinto sexual aparece solamente en la adolescencia cuando se da la madurez de los
órganos sexuales. Pensar que los niños carecen de instinto sexual es un grave error de lamentables
consecuencias, tanto teóricas como prácticas. Dicho error resulta muy fácil de rectificar por medio de la
mera observación. La verdad es que el recién nacido trae consigo al mundo su sexualidad[6].
Determinadas sensaciones sexuales acompañan su desarrollo a través del periodo de lactancia y de la
época infantil, siendo muy pocos los niños que llegan a la pubertad sin haber pasado por actividades y
sensaciones sexuales.
Los órganos de la reproducción no son la única zona del cuerpo que puede generar sensaciones de placer
sexual. La Naturaleza ha dispuesto desde la más temprana infancia, además de ciertos estímulos
inevitables en distintos lugares de la epidermis o de las mucosas (zonas erógenas), la acción de ciertos
instintos biológicos y la excitación concomitante a muchos estados afectivos, produciendo cierta
magnitud de placer innegablemente sexual. Esta etapa es conocida con el nombre de periodo de auto-
erotismo.
Si bien estas consideraciones encierran toda una serie de verdades, analizando la vida desde el punto de
vista de su manifestación dentro de las formas, tenemos necesariamente que llegar a conclusiones lógicas
que ya la filosofía y la ciencia están poniendo de manifiesto.
Entre los deseos inferiores existen dos muy arraigados no sólo en los humanos, sino también en el animal:
el instinto de conservación de la forma, que inevitablemente ha de originar el deseo de comer, que se
caracteriza por el hambre, y el instinto de conservación o perpetuación de la vida que origina el deseo
sexual y se caracteriza —según Freud— por el hambre sexual, que él denominó “la libido”.
El psicoanálisis encontró que el instinto sexual está presente prácticamente en todas las manifestaciones
del Espíritu humano, desde la niñez, hasta la ancianidad; desde las rarezas del neurótico, hasta las
genialidades del súper-hombre; se vio que su influencia se infiltraba en todas las esferas y en todas las
actitudes, y que, al fin y al cabo, era el poderoso motor oculto de la conducta y de la personalidad.
Según el psicoanálisis, esas fuerzas o instintos provienen del interior de las mismas células del organismo
y actúan o se manifiestan en la conciencia de diversas maneras, ya sea por el instinto, la emoción, la
pasión, la sensación, la sensibilidad, etc. También descubrió el psicoanálisis que la pasión instintiva causa
displacer y la descarga produce placer, siendo la descarga precisamente la satisfacción del instinto. Según
Freud, la libido es la exteriorización de la necesidad de descarga del instinto sexual y se manifiesta de
diversas maneras: normalmente el hombre dirige el instinto sexual hacia la mujer y la hace objeto de su
libido. En los homosexuales el afecto y la libido se dirigen al individuo del mismo sexo. En las desviaciones,
la fuerza del instinto puede exteriorizarse y dirigirse a cualquier objeto externo o puede también

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interiorizarse y hacer al propio sujeto, objeto de la libido, produciéndose el curioso caso del “narcisismo”
como en el caso de la leyenda del hombre que se enamoró de su propio reflejo en el agua.
La concepción del instinto como una fuerza que se descarga de distintas maneras, es lo que nos explica
que ella se exprese en el niño desde que nace, pero que al no estar aún madura su capacidad genital, se
manifieste de otros modos hasta alcanzar su desarrollo normal en la adolescencia.
Desde el nacimiento empieza a manifestarse la libido en el recién nacido, en el acto del chupeteo, que
según algunos podría explicarse por el hambre, pero también es cierto que el niño siente un verdadero
placer al succionar no solo el pezón de la madre, sino el biberón, el dedo o cualquier objeto que se ponga
a su alcance. Esta primera manifestación del instinto sexual la han denominado “fase oral” del desarrollo
de la personalidad. Posteriormente, con el brote de la dentición el niño siente un verdadero placer al
morder.
La segunda etapa aparece cuando el niño, ya más crecido, siente placer al expulsar la materia fecal, hecho
que se observa cuando al niño manifiesta cierta rebeldía para usar al retrete. Parece, pues, que ahora le
pertenece el turno a la mucosa de la zona anal, como zona erógena que se va desarrollando. Al mismo
tiempo se observa que el niño siente determinado placer en el acto de la prensión, placer en apretar,
agarrar, los objetos o las personas, arañarlos (e incluso hacerles daño), motivo por el cual esta segunda
fase se ha denominado “anal-sadista”.
Inicialmente siente placer al expulsar las materias fecales, posteriormente siente placer al retenerlas; aquí
el instinto de crueldad va cediendo su turno al placer que el niño experimenta con el contacto y los
movimientos de la persona que generalmente está más cerca de él y que le brinda mimos y caricias. Como
generalmente es la madre, el niño orienta su libido hacia ella y la convierte en el objeto de su amor.
Hacia los 3 años empiezan a acariciarse los órganos generadores, por lo que hay que mantenerlos siempre
vestidos; nunca permitir que los niños (especialmente las niñas) hagan sus necesidades fisiológicas
delante de extraños. Dejar las niñas sin ropa interior delante de hombres o permitir que hagan sus
necesidades fisiológicas delante de otras personas, especialmente varones, puede hacer que cuando sean
adolescentes y adultas sean híper sexuales y promiscuas.
Por esta misma época nacen en el niño excitaciones directamente genitales, que, sin una clara
comprensión, conducen a actividades masturbatorias. Cuando el niño se molesta los genitales, lo más
recomendable es tratar de desviar su atención. Reprenderlo o generarle miedo por lo que le pueda pasar
podría hacer que surja el peligroso complejo de castración que tanto daño ha causado en el hombre y del
que hablan todos los psicoanalistas.
Es en esa fase genital cuando es indispensable tomar mayores precauciones con los niños. Se deben evitar
las ropas ceñidas a la zona sexual y toda causa que pueda irritar estos órganos. El aseo personal debe ser
muy cuidadoso tanto en el niño como en la niña (en el caso de ésta, en lo posible que sólo lo haga la
madre); evitar los parásitos intestinales que producen prurito en estas regiones y en consecuencia la
costumbre de tocarse los órganos genitales hallando placer, lo que más tarde puede conducir a la
masturbación.
Al cumplir los 4 años, los niños “abren los ojos”, a partir de esta edad ya no deben bañarse más con los
padres. La mamá no debe volverse a dejar ver desnuda del niño y el papá no debe volverse a dejar ver

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desnudo de la niña. Desde los 4 años, la sobre-estimulación con respecto a la imagen sexual de la otra
polaridad, puede hacer que el niño se enamore de la madre y desarrolle un antagonismo con el padre
(complejo de Edipo) o que la niña se enamore del padre y vea a su propia madre como una rival (complejo
de Electra), situación que los afectará sexualmente cuando alcancen su madurez corporal. Son los
muchachos y muchachas que en la adolescencia empiezan a soñarse teniendo sexo con la mamá o con el
papá según el caso. Este es un problema muy serio que les amarga la vida, desarrollan traumas y psico
patologismos.
Desde el nacimiento hasta los cinco años aparecen también otras manifestaciones del instinto sexual,
como la de mirar a las personas del sexo opuesto (voyerismo) o el deseo de mostrarse a los demás
(exhibicionismo); es la etapa en la que el niño inquiere y pregunta acerca del porqué de los órganos
genitales y cómo es que vienen los niños a la existencia o cómo nacen. Es aquí cuando los padres y las
personas que rodean al niño deben orientarlo con la verdad, explicándole el proceso de la reproducción
en forma sencilla, diciéndoles que “el papá coloca una semilla en el vientre de la mamá para que allí se
forme el bebé”. Información más precisa se va entregando posteriormente a medida que el niño siga
madurando. La curiosidad por las cosas del sexo, tiene una gran importancia en la formación del carácter
del niño.
Deben evitarse también los castigos corporales, ya que pueden dar origen al “masoquismo”, en el cual el
niño siente un verdadero placer sexual al ser castigado o golpeado; además pueden ser el origen de
neurosis posteriores.
Como puede verse, en los primeros cinco años de vida, hace su aparición la libido dando origen a toda la
serie de etapas que hemos estudiado y que los psicoanalistas denominan el complejo “polimorfo” o fase
pre-genital de la cual dependerá más tarde no solo el carácter y la personalidad del niño, sino también
toda la serie de complejos, perversiones y neurosis de que tanto se habla en el adulto.
De los cinco a los diez años, viene una fase de aletargamiento de la libido. Es en este periodo de latencia
sexual pre-puberal donde desaparece el complejo de Edipo y hasta la misma masturbación es
abandonada, fase que es preciso aprovechar debidamente y con mucha delicadeza, para la formación
moral y el desarrollo de la sensibilidad y de la cultura del infante, ya que de ella va a depender en gran
parte el futuro de su vida social, por lo que se debe aprovechar para la educación moral, estética y social
de los niños despertando nobles ideales y sentimientos altruistas.
Antes de llegar la época de la pubertad, se observa cierto androginismo en la voz, pero al llegar la
pubertad, la energía sexual y las secreciones hormonales de las gónadas empiezan a manifestarse en todo
su poder, haciendo que se exterioricen los llamados caracteres sexuales secundarios. En el varón
aparecerá la modificación de la voz por ascenso y crecimiento de la laringe, el desarrollo de la musculatura
y el magnetismo personal. La voz del joven se torna mas grave, indicando que hay una relación intrínseca
entre el centro generador y el centro del lenguaje. En las niñas surgen las formas redondeadas, el
crecimiento de los senos y la brillantez de los ojos, propias del sexo femenino. La niña se torna magnética,
agraciada, maravillosa, preciosa, divina y digna de ser admirada por todo varón que categóricamente se
sienta como tal.
Cuando se llega a la adolescencia, el instinto orienta todas sus fuerzas hacia el aspecto genital, cuyo
objetivo es la reproducción, ayudado naturalmente por el desarrollo de los órganos genitales y por el

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poder de la substancia germinal que se genera en ellos. A partir de este momento el adolescente ya
puede pensar mejor, expresarse como individuo separado y reconocer su Yo interno.
Es indispensable el noviazgo para los jóvenes en esta época de la vida, porque es a través del amor
romántico y sublime como puede desarrollarse la estética y el sentido ideal de la vida. Así surgieron los
grandes poetas, los músicos y los grandes artistas.
¿Quién no recuerda con cariño los años de la adolescencia? El joven enamorado de una joven trata de
agradarla por todos los medios a su alcance, le escribe frases bellas y delicadas, se inspira y le hace
poemas; el valor y el orgullo personal le hacen sobresalir en todo, porque la energía generadora se
manifiesta en él para los fines del crecimiento físico e intelectual. Ciertamente, el crecimiento físico,
intelectual, anímico y conscientivo debe ser la primera preocupación del joven para lograr diferenciarse
no solo del sexo opuesto, sino de la colectividad.

CAPÍTULO III

LA CREACIÓN SIMBÓLICA
En los primeros capítulos del Génesis, se dice que Dios está constantemente emanando, generando o
construyendo diferentes estados de evolución.
Cuando la Biblia expresa: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza”[7] y luego expresa: “He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el
mal”[8], observamos que la Divinidad se expresa con la palabra “hagamos”, lo cual implica que no se está
refiriendo a una entidad independiente, sino a una colectividad. No se refiere a Él cómo único Creador,
sino a varios, al decir “el hombre es como uno de nosotros”
En el texto bíblico antiguo la palabra “Elohim” (mal traducida como “Jehová Dios”), no representa a una
entidad independiente sino una Jerarquía de seres andróginos, es decir, que tienen en sí mismos la doble
polaridad: lo masculino y lo femenino, tal como ocurre con la Mónada o chispa divina.
La Consciencia Logóica, aquél Poder Único y Eterno del Universo, conocido por las religiones como Dios,
Lo Absoluto, la Siempre-Existente-Esencia o “Aquello” como se dice en Oriente, tal como el presidente de
un país, tiene sus ministros jerarquizados, con el fin de permitir que los distintos procesos evolutivos,
cósmicos y naturales, vayan facilitándose a través del espacio-tiempo.
La palabra “hagamos”, se refiere a las llamadas “Jerarquías Angélicas” o “Elohim” —como se diría en
hebreo— que son las encargadas del proceso de la perpetuación de las especies en todos los reinos de la
Naturaleza, pero muy especialmente en el campo humano.
Dice el Génesis: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y
hembra los creó”[9]. Para entender este versículo es importante saber que la humanidad en un principio

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fue hermafrodita, es decir, que el ser humano primitivo tenía en sí las dos polaridades, masculina y
femenina, como la tienen aún algunas plantas y animales que se reproducen por sí mismos.
Al decir primeramente “lo creó; varón y hembra”, se refiere a la creación de seres que al mismo tiempo
eran varón y hembra, es decir, que eran hermafroditas. Son las palabras escritas categóricamente en los
primeros capítulos del Génesis, que debiéramos estudiar y meditar para llegar a un relativo entendimiento
de estos preciosos conocimientos que los antiguos han legado para una humanidad que quiera
espiritualizarse verdaderamente.
La palabra “Adán”, tampoco se refiere a una persona o entidad separada, sino a una colectividad, análoga
a los Elohim, andrógina (como Espíritu), y hermafrodita (en el cuerpo físico). El “Adán” de la leyenda, era
la humanidad andrógina, del griego andros, hombre y giné, mujer, es decir, que tenía en sí las dos
polaridades, los aspectos masculino y el femenino. “Adán” era la humanidad primitiva que hace millones
de años comenzaba su devenir evolucionario dentro de la materia-forma, con el fin de ir educiendo una
relativa conciencia e ir adaptándose mejor a las diversas condiciones de vida que mostraba el planeta.
Dice en el capítulo II, versículo 18: “Y dijo Jehová Dios, no es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda
idónea para él”. En éste versículo, Elohim (traducido como Jehová Dios), se refiere a la Mónada o Espíritu
Virginal, es decir, al Espíritu interno, siendo necesaria la división física en la polaridad masculina y
femenina para hacer posible la adquisición de conciencia. Cuando se lee la palabra “hombre”, se refiere
al ser humano hermafrodita primitivo y no al varón.
Para recalcar el aserto de que “Adán” no era una sola persona como hombre diferenciado, más adelante,
en el capítulo II, versículo 22, se agrega: “Y de la costilla Jehová Dios, tomó al hombre, hizo una mujer y la
trajo al hombre”. Eva no salió precisamente de una “costilla”. Desafortunadamente por una mala
interpretación del hebreo se tradujo “costilla” en vez de “costado”.
En el versículo 23 dice: “Y dijo Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; esta será
llamada Varona porque del Varón fue tomada”. Cuando se expresa que hizo una mujer, se refiere a que
fue el sexo femenino el que primero se diferenció en la evolución, sin que aún existieran varones.
Mientras que “Adán” representa a toda la humanidad primigenia (hermafrodita), “Eva” representa la
humanidad resultante de la diferenciación de los sexos que ocurrió hace millones de años en la
prehistoria. Si no se hubiera dado esa polarización, habríamos seguido en un estado paradisíaco virginal
sin conocer la ley de contrastes, la ley de los opuestos, indispensable para que la evolución pudiera darse.

CAPÍTULO IV

EL ÁRBOL DE LA CIENCIA DEL BIEN Y DEL MAL


“Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista y bueno para comer; también el árbol
de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal”[10]

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El árbol de la Vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal (árbol del Conocimiento) que se encuentran
en el centro del paraíso, están exactamente relacionados con el centro de nuestro cuerpo, porque allí se
localiza el sitio que proporciona la experiencia y la vida diferenciada.
Si miramos nuestro cuerpo desde la cabeza hasta los pies, la mitad de esa medida corresponde al centro
generador donde se encuentran los dos alegóricos árboles plantados en la mitad del paraíso. Allí se
encuentra la vida fisiológica en su aspecto substancial como “árbol de Vida” y en su aspecto energético o
psíquico-espiritual como “árbol de la ciencia del bien y del mal”.
Mientras el árbol de Vida está en relación con el sistema nervioso autónomo y la cadena glandular, el
árbol de la ciencia o árbol del Conocimiento está en relación con el sistema nervioso cerebro-espinal.
A través del árbol de la Vida hacen eclosión las energías cósmicas en la naturaleza
humana. Constantemente estamos recibiendo las energías del Macrocosmos, de Dios, del Alma del
Mundo o de la Vida Universal por el sistema nervioso autónomo. Ese influjo, crucificándose en la materia
(substancia-forma), hace posible que la vida diferenciada pueda adquirir experiencia.
Dice en Gén.3.22 “He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues,
que no alargue su mano y tome también del árbol de la Vida, coma y viva para siempre”, porque el buen
uso que se le de a la energía progenésica, tiene la virtud hasta cierto punto de proporcionar una
longevidad sana, activa y consciente.
En la raíz del árbol del Conocimiento subyace un principio energético especial muy poderoso; es la energía
de la Vida que cuando no es malgastada en las locuras eróticas del instinto y de las pasiones, puede ser
sublimada, desplazada como energía por el árbol del Conocimiento hacia los centros cerebrales para
desarrollar consciencia, a la laringe para exteriorizarse como elocuencia, al corazón para despertar el
sentido espiritual del amor, la bondad, el altruismo, o hacia los centros abdominales para desarrollar la
acción fecunda en el mundo tridimensional y cuando se exterioriza como semilla o árbol de la Vida,
permite que Egos expectantes puedan renacer.
Es la mayor o menor cantidad de esa energía lo que diferencia al viejo decrépito del adolescente; es lo
que diferencia a la anciana enjuta, desgastada que posiblemente ha sufrido mucho, de la adolescente
llena de belleza, de frescura y lozanía. La persona mayor ya no tiene esa luminosidad, esa alegría, esa
espontaneidad, ese deseo de dominar al mundo, porque al ignorar dónde estaba el poder, se le dio rienda
suelta al instinto perdiendo esos dones de la existencia.
Cuando esa energía es guardada y además dirigida estéticamente hacia las esferas de la sensibilidad y de
la consciencia, estamos felices, sanos, nos sentimos perfectos, llenos de voluntad, coraje, vigor, energía y
poder. Así el ser humano puede manifestar toda la magnitud y grandeza de su evolución.
Enseña la tradición esotérica que “lo que nace del vientre muere y lo que nace del espíritu tiene vida
eterna”. Cuando la energía generadora se pierde en las locuras eróticas, estamos inexorablemente ligados
a la decrepitud y a la muerte, pero cuando esa energía se dirige hacia los mundos espirituales, nos hace
nacer en espíritu utilizando las energías del árbol del Conocimiento.

13
CAPÍTULO V

LA SERPIENTE DEL GÉNESIS


Adán y Eva vivían simbólicamente en el paraíso, en un estado de plenitud y de paz espiritual; para ellos
no existían enfermedades, desasosiego, tristeza, angustia, dolor ni problemas de ninguna clase, pero llegó
el momento en el cual apareció la simbólica serpiente que “le dice a Eva”:

—“¿Con que Dios os ha dicho: no comáis de todo árbol del huerto?”[11].


—“Y la mujer respondió a la serpiente: del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto
del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis”[12].
—“Entonces la serpiente dijo a la mujer: no moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán
abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”[13].
Eva observa el fruto, lo prueba, ve que es agradable a la vista y al gusto. Se lo ofrece a Adán, quien también
toma de ese fruto. En ese momento se dan cuenta que están desnudos y corren a cubrir su desnudez con
hojas de higuera. Al comer de ese fruto se abrieron los ojos, surgiendo en el ser humano la necesidad de
conquistar la consciencia simbolizada por el árbol del Conocimiento.
Son símbolos extraordinarios. ¿El hecho de comerse una fruta, puede hacer que el ser humano se de
cuenta de que está desnudo? ¿Por qué una serpiente le da ese conocimiento inesperado a unos seres
superiores a ella en evolución? Sencillamente, porque la serpiente tentadora, astuta, representa el
despertar de la energía sexual. La hoja de higuera es un símbolo relacionado en las diferentes culturas
con la fuerza procreadora de la especie.
“Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba entre el huerto y el hombre y la mujer se escondieron...”.

“Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás?”.


—“Y él respondió: Oí tu voz en el huerto y tuve miedo, porque estaba desnudo y me escondí”.
—“Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol que yo te mandé no
comieses?”.
—“Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y yo comí”.
—“Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me
engañó y comí”.
—“Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre
todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás y polvo comerás todos los días de tu vida”[14].
¿Podría llegar a aceptar nuestra lógica y nuestra inteligencia, que Dios, el Arquitecto del Universo, la
Sabiduría Cósmica, se dedicara a maldecir una serpiente y a obligarla a desplazarse arrastrándose, como

14
si su constitución morfológica y anatómica le permitiera otro modo? La serpiente del paraíso es un
símbolo que se refiere al instinto psicosexual y no a un reptil.
—“Y pondré enemistad entre tú y la mujer y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la
cabeza y tú le herirás en el calcañal”[15].
El calcañal es el talón y es un símbolo tan antiguo como el hombre en relación con el centro generador;
tiene que ver con el deseo, con la erótica y con el instinto. Es el conocimiento dejado en la mitología
griega como el “talón de Aquiles”.
La serpiente ha de “morder” inexorablemente el talón de la mujer, haciendo que ella sienta más
intensamente la fuerza instintiva para la perpetuación de la especie, aunque racionalmente no sea
consciente de ello. La imagen de la virgen María aplastando con su pie la cabeza de la serpiente, simboliza
a la mujer controlando el instinto psicosexual que es el que hace caer al varón.
La humanidad primigenia era como los niños que no conocen el bien ni el mal. Los niños viven en un
estado de pureza sin mancha. Éramos como niños, con la capacidad latente para lograr a través de miles
de millones de años de evolución todas las capacidades de la Divinidad de quien fuimos emanados.
Desde el principio de los tiempos, la serpiente genesíaca, es decir, el instinto psicosexual, acucia a la
humanidad para que coma del fruto del árbol de la Vida y para que a través del árbol del Conocimiento
logre la sabiduría y pueda ser como los dioses conociendo el bien y el mal.
La Serpiente genesíaca no es divina ni maldita en sí misma; es “maldita” y negativa cuando permitimos
que a través de la lujuria y del instinto loco de las pasiones perdamos la energía de la Vida, pero es divina
cuando la elevamos sobre los brazos de nuestra cruz para la divinización del Ser.
En todos los escritos, petroglifos y estelas dejados por las diferentes culturas a lo largo y ancho del planeta,
se utilizó la serpiente, para referirse al Fuego Secreto de la Vida (la energía sexual) como una energía
serpentina. En Centroamérica, la cultura náhuatl hacía referencia a esa fuerza, presente en Quetzalcóatl,
“la serpiente emplumada”, quien se arroja al fuego, saliendo del fuego múltiples aves y su propio corazón,
que se eleva hacia el firmamento para convertirse en el planeta Venus. Así mismo, la cultura de San
Agustín en Colombia dejó tallada en un petroglifo un águila llevando entre sus garras y su pico una
serpiente.
En el Oriente se habla de la energía de la Vida como Kundalinî, que significa “serpentino, en espiral,
enroscado como una serpiente”. Los orientales también se refieren a ella como Shâtkti, la divina Madre,
la energía femenina activa de los dioses, la esposa de un dios. La religión católica habla de dicha energía
como la virgen María, conocimiento derivado de la sabiduría de los persas quienes tenían en sus misterios
el culto a la virgen. Se dice que la virgen María sale de las aguas (Stella Maris) y se eleva hacia el
firmamento.
Todas estas leyendas encierran implícitamente la enseñanza de la sublimación o transmutación alquímica
de nuestra naturaleza inferior, porque la energía sexual se puede elevar, dirigir con la imaginación y con
la sensibilidad hacia los centros energéticos del cerebro para educir inteligencia, hacia el corazón para
despertar sensibilidad, hacia la laringe para desarrollar elocuencia o hacia el plexo umbilical para
despertar la fuerza del entusiasmo que nos lleva a conquistar todo lo que queramos en la vida.

15
Es por eso que Jehová simbólicamente le dice a Moisés: “Hazte una serpiente ardiente y ponla sobre una
asta y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá”[16]. El asta corresponde a la espina dorsal
(árbol del Conocimiento), y la serpiente es la energía generadora que se desplaza por el sistema nervioso
a través de la médula espinal como en un campo inducido.
“Y Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta...”[17]. ¿Qué es levantar la serpiente de
bronce sobre el asta? Es dirigir la energía del Fuego Creador de la Vida por la espina dorsal para que
florezca en el corazón como rosa de amor, de bondad y de servicio altruista, de armonía espiritual, como
“divino Cristo”, para servir como fuente de espiritualización, de salud y de vida para los demás.

El Señor Jesús haciendo referencia a la Serpiente como símbolo de la sabiduría dijo: “sed sabios como las
Serpientes” o como lo expresaron los egipcios en el “Libro de la Morada Secreta”: “soy la Serpiente que
da la sabiduría, placeres, gloria pura que levanta con embriaguez los corazones humanos”. Conocer la
sabiduría del poder genitor es conocer alta ciencia esotérica.
Sabiduría no es llenarse de información, aunque esta es necesaria. Sabiduría es sentir el movimiento
serpentino de la vida espiritual que va despertando todas las potencias que se encuentran dormidas. Por
eso los faraones colocaban en su tocado, como saliendo de la frente, una serpiente, que
llamaban Uraeus o la serpiente cobra, que es la misma serpiente Naga de los indos, simbolizando ese
despertar interno.
Así mismo, la humanidad ha de lograr el despertar que le pondrá en contacto con esferas superiores de
sabiduría latentes en su interioridad, desarrollando cualidades y aptitudes, como atributos que el Ego va
adquiriendo a lo largo de la evolución.

CAPÍTULO VI

LA ETERNA BIPOLARIDAD
Todo en la Naturaleza tiene una connotación polar que podríamos llamar sexual. La dualidad, la armonía
de los contrarios, se manifiesta en los Siete Mundos[18] que enseña el esoterismo y en cada uno de esos
planos de sutilidad creciente se expresa con más sutileza y delicadeza.
Si no fuera por el poder de la dualidad, por el poder del binario, no sería posible la existencia diferenciada
de todo cuanto Es en el Universo tal como la ciencia lo ha llegado a conceptuar y a conocer.
En los minerales se presentan las reacciones químicas gracias a la polaridad de los iones. Todos los
elementos químicos que constituyen la materia, se asocian gracias a su capacidad de enlace de naturaleza
positiva (cationes) o negativa (aniones). He ahí la dualidad eterna de la Naturaleza, una fuerza que
16
expande y otra que coagula; electricidad y magnetismo, el llamado electromagnetismo, que actúa no sólo
a nivel atómico, sino que mantiene los planetas y sistemas solares girando en los espacios infinitos.
En los vegetales surge la función sexual que facilita el proceso de reproducción, aunque también existen
casos de reproducción asexual. Por esa acción binaria es posible que cada especie vegetal o animal pueda
dar como resultado la generación progresiva de la misma, para continuar su proceso evolutivo. Es el
milagro de los aspectos masculino y femenino en la Naturaleza toda.
A medida que se progresa en la escala biológica, la evolución se torna cada vez más dependiente de la
función sexual. El ser humano, el animal pensante, sensible y amante, está íntimamente ligado a la
sexualidad. Incluso desde antes de la concepción se piensa en el sexo del hijo que se va a engendrar y en
la mayoría de los casos, durante la gestación se están generando estereotipos en relación con el nonato.
En el embrión humano se recapitulan todos los estados evolutivos. Durante la vida intrauterina, el feto
es bisexual hasta la sexta semana de su desarrollo, a partir de la cual empieza a predominar uno de los
sexos, mientras que el otro subsiste rudimentario. Por esta razón, todos tenemos los órganos opuestos
en forma germinal o embrionaria. Los ovarios, que en la mujer generan los óvulos, tienen en el hombre
su representación en los testículos que producen los espermatozoides; el útero que en la mujer sirve para
la nidación y desarrollo del feto, tiene su representación en el hombre en la próstata; el miembro viril
tiene en la mujer su representación en el clítoris y de los senos femeninos a los hombres nos restan las
tetillas. Existen también casos de hermafroditismo en los cuales la diferenciación de sexos no se verifica
totalmente, aunque siempre se da cierta preponderancia por alguno.
Gracias a que existe un principio femenino en todo lo masculino y uno masculino en todo lo femenino, se
hace posible la evolución que es movimiento. Si en el hombre no existiera el principio femenino escondido
en sus hormonas, en su Alma y en su lenguaje, no desearía, ni se enamoraría, ni amaría a la mujer, ni ella
lo haría del varón. Es por la ley de los contrarios que renacemos unas veces como hombre y otras como
mujer. Debido a esa misma ley se hace posible que en la Naturaleza lo masculino fecunde a lo femenino.
Así como el día se transforma en la noche y la noche en el día, así como el calor se trasmuta en frío y el
frío en calor, lo masculino y lo femenino siempre están relacionándose y cambiando su polaridad
energética. Es el movimiento eterno de la Vida mutando constantemente un aspecto en el otro, tanto en
nuestra naturaleza interna como en la Naturaleza terrestre y en el Cosmos. Es una pleamar y una
bajamar; es un plus y un minus, es el ritmo eterno de las cosas, siendo esa eterna bipolaridad aspectos
inseparables de la evolución del ser humano.
Si no fuera porque existen el hombre y la mujer en esa extraordinaria dicotomía, no podrían amalgamarse
complementándose tanto en lo físico como en lo metafísico y en lo espiritual, para hacer posible la
manifestación del hijo en el plano denso, la gestación de las ideas y de los descubrimientos en el plano
metafísico o la realización de la sensibilidad y de la consciencia en aquellos seres que se aman, se respetan
y se adoran en el campo sensible y espiritual.
Lo masculino y lo femenino se complementan permanentemente en todos los momentos de la
existencia. El hombre necesita constantemente de la mujer y ella necesita del varón; esa relación debe
ser armoniosa, anímica, bella, perfecta, para que así una humanidad más consciente y moral pueda
continuar por los derroteros de la evolución y del progreso. La consciencia, la elocuencia, el amor, la

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armonía, la salud, la actividad, la creatividad, la genialidad del ser humano, dependen del culto místico y
espiritual a la otra polaridad, es decir, del varón a la mujer y de la mujer al varón.
Cuando realmente existe idealismo entre el varón y la dama, la vida es un paraíso; no existe ningún tipo
de problemas, tristezas ni desengaños, pero cuando se abusa de la energía sexual, surgen todo tipo de
desequilibrios. Darle rienda suelta al instinto, a la lujuria, a las pasiones, nos aleja de la salud y de la
relativa felicidad.
Son los procesos sorprendentes de la Vida que dependen de las dos eternas columnas del templo: el
hombre y la mujer para la vida formal, la Consciencia y la Sensibilidad (sabiduría y amor) para la vida
interior.
Consciencia y sensibilidad, pensar y sentir, sabiduría y amor, son los dos polos de la eterna dualidad del
Alma del Mundo en nuestra propia naturaleza; es donde el ser humano tiene que ir trabajando
progresivamente para ir despertando en sí mismo su latente divinidad.

CAPITULO VII

LA GENERACIÓN UNIVERSAL
Para estudiar el misterio de la generación universal debiéramos remontarnos no sólo a los orígenes de la
humanidad, sino a aquellos instantes de la formación del Universo, de Galaxias y de sistemas solares,
porque la vida manifestada no fue creada en un momento dado; la vida manifestada, el gran arcano,
siempre ha sido, es y será la expresión de la Vida Cósmica en la Naturaleza y en la substancia.
La ciencia puede realizar la fecundación in vitro, pero sin el óvulo de una mujer y el espermatozoide de
un varón, no sería posible, como tampoco lo sería el desarrollo embrionario por fuera del útero
femenino. La ciencia en sus laboratorios no puede crear la Vida, porque la Vida, es la Divinidad que se
manifiesta entre otros aspectos, a través de la generación de las especies.
Bien lo dice el Evangelio de Juan en sus primeros versículos, que debiéramos leer siempre en eterno
presente: “En principio es el Verbo, el Verbo es Dios y por él son hechas todas las cosas”[19], porque en
todo momento la energía se transforma en substancia, el Espíritu en materia, para hacer posible la
existencia de los seres.
La ciencia ha demostrado que la materia jamás podría manifestarse sin el poder de la energía. Por eso la
ciencia habla de energía-materia y la filosofía de espíritu-materia. No podemos separar lo uno de lo otro
ni se debiera hablar de espíritu y de materia o de materia y de energía, porque nunca están separadas; la
materia no es mas que energía coagulada, condensada, cristalizada, mientras que la energía es la misma
materia, pero en un grado mayor de sutilización o de vibración, que la hace intangible relativamente a los
sentidos físicos.

18
Es así como debemos admitir el Espíritu Universal que se expresa en la Naturaleza en tres aspectos
diferentes: como fuerza de expansión, electricidad o Voluntad; como fuerza de cohesión, magnetismo
o Sabiduría y el resultado, el electromagnetismo, la Actividad o movimiento eterno de la Vida, razón de
ser de la existencia de todo cuanto es[20].
La Sabiduría divina hizo que la Energía Cósmica se fuera condensando o cristalizando desde el amanecer
del tiempo, hasta constituir la Substancia-Raíz-Cósmica de la cual están hechas todas las cosas (la materia
oscura y el polvo cósmico).
Todos los elementos minerales son el resultado del poder de la electricidad y del magnetismo, del
cruzamiento o armonía de los contrarios-complementarios; es el poder de la cruz. Así se formaron los
elementos, hidrógeno, carbono, oxígeno y nitrógeno, que son la base de la vida orgánica.
Los átomos de polaridad positiva y los de polaridad negativa en su maridaje forman las moléculas y éstas
los elementos, para lograr el milagro de la generación universal aún a nivel atómico.
El hidrógeno, por ejemplo, primer elemento, debe su existencia a la armonía de un electrón de carga
negativa que gira a gran velocidad alrededor de un protón o núcleo de carga positiva. El agua (H2O) está
constituida por el maridaje entre dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno, la sal común o cloruro
de sodio (NaCl), que todos los días ingerimos, no es sino la armonía entre un átomo de cloro y uno de
sodio. Así, los átomos de los elementos simples se unieron a otros para formar moléculas y éstas se
unieron a otras para formar las células que son el fundamento de la vida vegetal, animal y humana. Un
aspecto masculino se une a otro femenino y tenemos el hijo, que lleva en sí la posibilidad de convertirse
en un futuro padre o madre.
El magnetismo o Amor Universal no solamente opera en el reino mineral como ley de atracción; los
vegetales se valen de preciosos encantos para conservar la Vida. ¿Quién no ha tomado una rosa entre las
manos, para deleitarse con su forma, sus colores y su aroma?
Sabemos por la botánica que existen flores hermafroditas; es decir flores en las cuales coexisten los dos
elementos, masculino y femenino, en los estambres y el pistilo; en ellas, por la fuerza de gravedad, la
lluvia, el viento y la acción de los insectos se verifica la fecundación, el proceso por medio del cual el polen
(elemento masculino), se deposita sobre el pistilo (elemento femenino) que tiene los óvulos en su interior,
produciendo el fruto y la semilla.
En las plantas superiores el sexo está separado; es aquí donde la misma Naturaleza opera milagros para
lograr la fecundación de las flores hembras, mediante el polen de las flores masculinas que se hallan a
veces muy distantes.
Decía Mauricio Maeterlinck: “sería superfluo trazar el cuadro de los grandes sistemas de la fecundación
floral; el juego de los estambres y del pistilo, la seducción de los perfumes, la atracción de los colores
armoniosos y brillantes, la elaboración del néctar; absolutamente inútiles para la flor y que ésta fabrica
solamente para atraer y retener el libertador extraño, el alado mensajero del amor, abejorro, abeja,
mosca, mariposa o colibrí, que debe traerle el beso del amante lejano, invisible e inmóvil...”
Este delicado mundo vegetal que vemos tan tranquilo en apariencia, resignado y silencioso, obediente y
recogido, es por el contrario un mundo en el cual la rebelión se manifiesta en todo instante. Mientras que
el árbol tiene su órgano nutricio en las raíces que lo sujetan y lo esclavizan en el suelo, a través de sus
19
ramas y de sus hojas busca su libertad y se expande en flores de colores y aromas deliciosos, que se
escapan al soplo tibio de las brisas como queriendo conquistar el infinito.
La planta, condenada a la inmovilidad desde cuando nace hasta cuando muere, es para nosotros un
ejemplo de valor, de perseverancia y de ingeniosidad. Ella, mejor que nosotros que desperdiciamos la
energía y los esfuerzos, sube desde las tinieblas de sus raíces para organizarse y manifestarse en la luz de
su flor, que es como el símbolo de una oración o de un éxtasis incomparable.
De ahí los maravillosos sistemas de diseminación y propulsión que los vegetales han desarrollado, como
en el cardo santo donde cada semilla está provista de un paracaídas que la llevará a lugares remotos, de
los resortes explosivos del euforbio, del dulzor de algunas semillas que las aves ingieren para luego
depositarlas en lugares lejanos. Así vemos que no hay semilla que no utilice algún procedimiento
particular para evadirse de la sombra materna.
Cuando miramos a la Naturaleza y a la Vida en general, con los ojos del Alma, deducimos que toda nuestra
arquitectura, todos nuestros motivos musicales, todas nuestras armonías de color y de luz, son tomados
directamente del reino vegetal.
Algunos microorganismos se multiplican por gemación, partiéndose en dos y así cada parte es una nueva
vida manifestada. Otras especies tienen la doble función de fecundar y ser fecundados, como se puede
observar en algunos animales como el caracol, que tiene aparato reproductor masculino y femenino; es
un típico hermafroditismo, que rememora la antiquísima evolución de la humanidad, hace millones de
años.
Si contemplamos esta misma función dentro del reino animal, ¡qué maravillas podemos encontrar! Con
qué solícito cuidado las avecillas construyen su nido, algunas incluso después de recorrer largas distancias,
ponen sus huevos y aún dejan de comer para empollarlos calentándolos al calor de su propia sangre. ¡Qué
milagro extraordinario realiza la Vida cuando vemos al fin surgir una avecilla indefensa, cuyos padres
deben proteger hasta que aprenda a valerse por sí misma!
Cuando meditamos la cuestión en el reino humano, es un milagro asombroso que de la unión de un
zoospermo y de un óvulo —visibles solamente al microscopio— pueda surgir un ser humano con una
inteligencia brillante. Es porque en la esfera psicogenésica la Divinidad colocó nada menos que el Fuego
Creativo del Espíritu Santo, es decir, la prodigiosa energía de la Vida, llamada por los orientales Kundalinî o
la divina Shatky; la misma energía que en occidente, se conoce como la Virgen María, Maya, Isis, Logos
Germinal, Verbo-Génesis.
Los Rosacruces consideran la energía de la Vida, como Santa y Divina, porque saben que es parte
inherente de Dios, de la Energía Cósmica, de Lo Absoluto, la cual se convierte en Sustancia-Vida para
permitir la existencia de microorganismos, vegetales, animales y humanos, para que la vida prosiga su
evolución.
Actualmente por evolución estamos conociendo la Divinidad a través de la generación, del amor que
sentimos por los seres queridos y de la consciencia diferenciada.
Todos los seres vivientes sin excepción estamos inexorablemente ligados a la generación
universal. Siempre se busca la otra polaridad de la existencia para generar, para engendrar, porque es
una ley natural de origen divino.
20
La función sexual es la manifestación de Dios dentro de la forma. Cuando esa energía entra en actividad,
somos UNO con Dios, pero no hemos llegado a ser conscientes de ello.
Si pudiéramos comprender que el instinto de generación manifestado en nosotros en el connubio es de
origen divino, iríamos progresivamente alejándonos de las locuras psicosexuales y eróticas que van
afectando la psique, las emociones, los pensamientos y los sentimientos, para finalmente inficionar la
vitalidad y la salud física, dando como resultado enfermedades y miseria física y moral, que van colmando
nuestra vida de tristeza y de dolor.

CAPÍTULO VIII

EL TABÚ DEL SEXO


“El instinto genitor, es cual brioso corcel y si el hombre no lo embrida para dirigirlo en adecuada como
noble dirección, él lo golpeará contra los ladrillos del mundo; pero si sabiamente lo dirige ideal y
estéticamente, será su salvador, llevándole a las más altas cimas, en pos del ideal que cada cual le trace”.
Raghozini
La función de la reproducción no debe tener el tabú con que quisieron verlo en épocas pasadas, quienes,
en sus prejuicios y su malicia, el sexo les causaba una pudibundez absurda.
Los clérigos de algunas religiones le hicieron daño a la humanidad al decirle que el sexo era pecaminoso
y horrible. En el pasado, religiosos y sacerdotes lujuriosos, decían que la “mujer tenía pacto con el
demonio y que por lo tanto era la causa de todos los problemas de la raza y del mundo”. La falta de
sublimación y de espiritualidad, les llevó a decir estas insulsas y terribles palabras. La mujer es para
adorarla como sagrada y espiritual.
Muchos de ellos llegaron a expresar que el Divino Arquitecto no debería haber creado la sexualidad,
olvidando que ellos mismos son hijos del amor y producto del sexo. Esta estrechez de criterio, es producto
de la insensatez y de la manera ordinaria con que se suele mirar la Naturaleza. Por eso se ha dicho con
sobrada razón: “para aquél que es puro de corazón todas las cosas son puras”, pero aquél otro que no ha
desarrollado Alma y la maldad siempre está carcomiendo su vida, para éste, todas las cosas son impuras.
“Cuánta inconsciencia de aquellos que bajan los ojos cuando del sexo se habla; ellos dejan entrever su
ignorancia sobre la función procreadora, la más sublime función del Amor universal, que hace posible el
renacer de nuevos seres que necesitan evolucionar para alcanzar algún día la humana perfección”[21].
Clemente de Alejandría[22] en el siglo II de la Era Cristiana dijo con gran sabiduría: “¿Por qué nos hemos
de avergonzar de hablar de aquello que Dios no se avergonzó de crear?”. ¿Por qué hemos de mirar de
una manera obscena el cuerpo humano? Mirémoslo como divino en su esencia, como el templo del
Espíritu, como lo más santo y perfecto, porque no hay mayor perfección que el cuerpo humano. La
Divinidad lo ha hecho así para que lo habitemos. Es la santa habitación donde la Inteligencia Cósmica, la
Vida Universal en la cual estamos inmersos, se manifiesta como una chispa extensiva de su Ser.
21
Otra de las causas que contribuyó a crear el tabú del sexo se debió a la ignorancia de muchos
progenitores. Hasta hace pocos años, cuando el niño preguntaba acerca del sexo y del nacimiento de los
niños, los padres en vez de ilustrarlos contestaban con evasivas y mentiras a los pequeños que tenían
todo el derecho de saber, indagar y conocer.
¿Qué confianza puede inspirar a un niño un padre que le engaña o le prohíbe que investigue, que pregunte
o que razone? ¿Por qué mentir a los niños cuya inteligencia suspicaz y observadora se da cuenta de todo
lo que sucede en la Naturaleza? Cuántos males se podrían evitar y sobre todo, cuánto bien se haría a la
humanidad y a la raza si se enseñara la verdad pura y sencilla sobre la energía psicogenésica.
Los padres y profesores debemos estar muy atentos a la educación sexual de nuestra juventud. Si se tiene
el cuidado de no fomentar ese tabú absurdo alrededor del sexo, si se le enseña al niño que los órganos de
la generación tienen que cumplir una función en la economía humana, así como los órganos de la
respiración o de la circulación, si se alerta a los jóvenes del poder de la energía sexual, habrá menos interés
por la pornografía que precisamente se promueve para explotar a la humanidad.
“Los padres y maestros que no satisfagan prudentemente y como conviene la curiosidad de los niños,
serán responsables de que busquen el deseado conocimiento en otras fuentes. Esta información por
incompleta y maliciosa es mil veces peor que la total ignorancia porque las vagas y casi siempre falsas
ideas clandestinamente adquiridas son otros tantos puntos vulnerables del plástico carácter juvenil,
todavía sin la suficiente consistencia para rechazar los asaltos de la tentación y sin el necesario
conocimiento para resistirse a los vituperables y arteros medios de que se vale la seducción”.
“Los peligros del mundo dejarían de serlo o por lo menos no serían tan graves, si la juventud estuviera
inmunizada contra ellos por la profilaxis de una educación sexual que explicara con científica naturalidad
los actos de la vida”[23].

CAPÍTULO IX

EL PODER DE LA ENERGÍA SEXUAL


La fuerza psicogenésica es una energía tremendamente poderosa; es la que permite que los seres vivos
puedan perpetuarse, que los animales puedan tener su relativa libre actividad y que los seres humanos
podamos amar, pensar y cultivar todas las posibilidades infinitas que subyacen en nuestra
interioridad. Es la Piedra Fundamental con la cual el gran Artífice del Universo generó todo cuanto
existe. Es el poder generador que se encuentra en todos los reinos de la Naturaleza, donde la Divinidad se
hace ostensible como Substancia-Vida.
En los seres humanos la energía generadora se encuentra radicada en la zona sacro-coccígea. El hueso
sacro localizado en la base de la espina dorsal, en directa relación con el plexo sacro, consta de cinco
vértebras fusionadas entre sí. Los antiguos anatomistas que tenían conocimiento esotérico, lo
denominaron “sacro”, porque allí se almacena la sagrada energía de la Vida.

22
El Aliento de la Vida Universal (el Alma del Mundo) y el Fuego interior (la energía sexual), convertidos en
Substancia-Vida (Sustancia germinal), permiten que a través de la generación podamos concebir nuestros
hijos. Un espermatozoide y un óvulo tan ínfimos, tienen en sí la posibilidad de permitir que Egos perfectos
y divinos puedan encarnar para ayudar a la humanidad. ¡Cuánto poder en la semilla, porque en ella está
presente la Vida!
Cuando se acercan íntimamente el hombre y la mujer, ese Fuego interno aumenta debido a la polarización
de la energía electromagnética que subyace en el ser humano. A mayor cantidad de ese calor, mayor
posibilidad de atracción de la pareja, bien sea para la generación, para la regeneración o
desafortunadamente para la degeneración del ser.
La energía generadora tiene un portentoso poder tanto en los varones como en las damas. En la energía
sexual está latente el poder del Fuego Creativo del Espíritu Santo que un día por el amor de nuestros
padres hizo posible nuestra existencia como seres diferenciados. Si sabemos utilizar ese poder, podremos
llegar a ser sabios, felices y perfectos.
En los varones, la energía generadora es irradiante en el sexo y absorbente en el cerebro, mientras en las
damas, es irradiante en el cerebro y absorbente en el sexo, lo que permite al varón fecundar a la mujer
en lo físico y a la mujer fecundar al varón en lo metafísico, logrando la armonía perfecta de lo masculino-
femenino, de los polos opuestos y complementarios o cortocircuito cuando ambos son del mismo género.
Cuando no se abusa de esa energía, ella por acción del amor se revierte hacia la esfera del corazón, para
convertirse en sensibilidad, en estética, en bondad, en altruismo, se desplaza hacia la laringe para
expresar todo aquello que bulle en aquella persona que siente la armonía de su vida interior o se convierte
en fuerza conscientiva, en sabiduría, cuando esa energía se dirige hacia el mundo de la consciencia.
La prodigiosa energía generadora se simboliza por el báculo del poder, porque en ella está escondida la
Vida de un árbol, el instinto del animal, la inteligencia y la consciencia del hombre y el Amor universal del
Adepto. También se simboliza por la espada de dos filos, porque cuando conocemos y aprendemos a
dirigir la energía generadora, es decir, a sublimarla, nos lleva por los senderos de la sabiduría; pero al
desconocerla y dilapidarla vamos por el camino de la destrucción.
La energía generadora es el “cetro ardiente de Lucifer” [24], con el cual podemos darnos muerte cuando
la empleamos en las bajas pasiones; pero también es la “Cruz Santa del Redentor”, con la cual se puede
llegar a la relativa perfección en el sendero que nos hayamos marcado.
Moisés salvó a su pueblo en el desierto levantando la serpiente sobre los brazos de la cruz, símbolo del
ser que sublima y eleva su energía generadora para derivar consciencia, sabiduría, inteligencia y
sensibilidad. Los grandes sabios y los genios lo fueron, porque no se preocuparon por dar sustento a las
bajas pasiones, sino por sublimar su energía para convertirla en inteligencia y sabiduría, siendo las obras
que legaron al mundo, el fruto de sus esfuerzos.
Es en el centro mismo de la generación, donde se encuentra el Júpiter tonante de la leyenda, que se
manifiesta como “padre de hombres”, cuando aquella energía la utilizamos para la generación y
como “padre de dioses”, cuando sublimada bajo la ley divina del amor, nos convierte en seres sensitivos
y conscientes.

23
Dado el poder de la energía sexual, podemos generar dentro del amor sublime, para atraer Egos
superiores o podemos regeneramos mediante la sublimación de la energía generadora. A este respecto
el texto bíblico dice: “creced y multiplicaos”[25], que son exactamente las dos maneras de utilizar
correctamente el Fuego de la Vida.
Es crecer en consciencia, en sensibilidad, en imaginación y en acción fecunda, sublimando la energía no
utilizada en el deber conyugal y multiplicarse en el proceso afectivo y responsable de la generación.
Cuando dice multiplicaos, enseña que la reproducción sea realizada de una manera sensorial y
conscientiva, a fin de que otros Egos renazcan para ganar experiencia. Es multiplicarse dentro de la ley
divina del amor y del matrimonio, “conscientes de ese instante sagrado, del cual dependerá la calidad,
belleza y cualidades anímicas de la criatura que ha de engendrarse”[26].
Como seres humanos somos el producto más o menos superior del amor de nuestros padres. Existe en la
Naturaleza la ley de asociación, que dice: “lo particular atrae hacia sí lo que le es semejante”; es decir, si
queremos hijos sanos, fuertes, inteligentes y con alguna sensibilidad en el Alma, solamente debiéramos
unir nuestros cuerpos para engendrar, en aquellos momentos en los que está vibrando en nosotros lo
noble y espiritual, el arte, la filantropía y el carácter, haciendo del connubio una verdadera comunión de
almas con amor sublime. Mozart, Beethoven, Mahatma Gandhi, Albert Schweitzer o Einstein fueron el
producto de un amor más sublime de sus progenitores; por eso estos Egos se recuerdan y se seguirán
recordando a través de sus obras.
Si la humanidad aprendiera a quererse más espiritualmente y a abusar menos instintivamente de la
energía de la Vida, realmente las parejas se adorarían, se amarían con todo el poder espiritual de la
existencia y podrían renacer Egos de mucha evolución, seres relativamente libres de enfermedades, con
gran capacidad de consciencia, con una inteligencia superior y una sensibilidad exquisita; de nuevo los
grandes músicos, artistas, pintores, escultores del pasado, volverían a renacer.
Pero mientras tanto, los únicos que han de renacer son seres llenos de karma negativo que vienen a sufrir,
a hacer sufrir a sus padres y a la humanidad. Desafortunadamente esa es la realidad. Es un conocimiento
que debe llegar a todos, pero muy especialmente a la juventud, porque son ellos los que tienen la
responsabilidad de prepararse para la progenitura, para que seres de más evolución puedan renacer.
Los que prefieren dar satisfacción a sus bajas pasiones, es decir, los que son esclavos de sus propios
instintos, los que depositan su semilla en lugares infecundos o la desperdician en locuras solitarias
marchan por el camino de la degeneración, hija de la ignorancia, del tabú o de la mala fe, de los que se
dicen predicadores de la religión y guardianes de la moral.
Las energías de nuestra propia naturaleza son sagradas porque han sido dadas por el Logos para la
adquisición de experiencia. Todo mal uso de esas energías nos habrá llevar a tremendos sufrimientos
físicos y morales.
La ignorancia es uno de los grandes problemas de la humanidad. La ignorancia es el desconocimiento del
poder genesíaco del ser humano. Quien conoce y comprende ese ingente poder ya no es un ignorante,
ya sabe la verdad, por lo que es libre de utilizar o no ese conocimiento. Si lo utiliza adecuadamente,
llegará a las más elevadas cimas de la evolución. Si lo malversa, los sufrimientos a lo largo de su evolución
serán como un tremendo esmeril, en donde su Alma será pulida con inmenso dolor.

24
CAPITULO X

EL INSTINTO PSICOSEXUAL
La energía de la Vida que se manifiesta en el centro generador como energía sexual, emana desde los
planos más elevados del Universo, desde el Mundo de Dios, acortezándose progresivamente hacia el
Mundo de los Espíritu Virginales, el Mundo del Espíritu Divino, el Mundo del Espíritu de Vida, el Mundo
del Pensamiento, el Mundo del Deseo, hasta eclosionar en el Mundo Físico. Estos siete mundos de
vibración diferente están todos inter penetrados entre sí[27].
El hombre no sólo es un ternario compuesto de cuerpo, Alma y Espíritu, tiene además una serie de
vehículos de expresión, que lo hacen diferente de los animales. El nivel de vibración de cada uno de de
los cuerpos o vehículos en los cuales estamos evolucionando (cuerpo físico, cuerpo vital, vehículo
emocional o de deseos, vehículo mental, vehículo imaginal y vehículo conscientivo)27 está en relación
con cada uno de los mundos mencionados.
“El instinto o la fuerza del sexo irradia de la Gran Causa Primera y aunque puede sufrir muchas
transformaciones y transmutaciones, incluso hasta verse empleada en fines completamente distintos de
su impulso original, siempre será divina en su origen y en su naturaleza, por lo que debe ser reverenciada
como sagrada y el ser humano debe considerarla como un depósito sagrado que le ha sido confiado para
administrarlo bajo la dirección misma de la Vida Divina”[28].
Debemos tener presente, que es en los planos sutiles donde se originan y controlan las fuerzas
sexuales. Por lo tanto, es indispensable comprender las manifestaciones del sexo y las leyes que lo
gobiernan en estos planos, para que podamos dirigir su acción en nosotros mismos y en la sociedad en
que vivimos.
Los principios del sexo los hallamos a nivel emocional en el sentido en que suele entenderse esta palabra,
porque la pasión, el instinto, la impresionabilidad, la emoción y las sensaciones, son los estratos inferiores
en los que vibra el vehículo emocional.
La psiquiatría reconoce que el sexo tiene un aspecto emocional lo mismo que físico. En el plano físico
podríamos decir que se manifiesta como el instinto sexual propiamente dicho, pero a nivel de los demás
vehículos de evolución del ser humano se va manifestando como pasión, emoción, sensación,
pensamiento, imaginación, inspiración, sentimiento y amor divino. Por esto Platón decía que “del amor
mundano se debe llegar al amor divino”.
Durante la infancia los niños viven en el paraíso, en el mundo de la armonía, de la felicidad, porque no
han conocido todavía la fuerza tremenda del instinto psicosexual.
A partir de la adolescencia entra en actividad el cuerpo emocional. En ese momento la energía generadora
despierta con una fuerza inusitada, manifestándose en la joven como magnetismo y en el joven como

25
coraje; el adolescente varón quiere doblegar al mundo, se siente el campeón de la fuerza y de la energía;
para él no existen problemas ni ambigüedades, siente que todo lo puede realizar.
La energía del deseo, nos hace emocionar, desear, ambicionar y proporciona el deseo psicosexual que nos
empuja constantemente a buscar la conjugación sexual con la otra polaridad de la existencia.
Los muchachos se vuelven maliciosos, quieren conocer algo que no conocen y que les está impactando
tremendamente. El joven que hasta ese momento era más o menos tranquilo, calmado, estudioso,
juicioso, de un momento a otro se le ve altanero, rebelde, conflictivo, no rinde en el estudio.
Probablemente ha comenzado a masturbarse o está abusando del sexo. Así mismo, la joven que tiene su
novio y que empiezan a acariciarse íntimamente, comienza a sentir el deseo intenso de satisfacer esa
pulsión; si no puede hacerlo, esa joven se torna agresiva, le da por llorar, puede desarrollar anorexia o
bulimia.
Cuando se conoce el sexo prematuramente se entra en un estado de angustia y de zozobra, que ocasiona
dolor y miseria moral al ser humano. Al abusar de la energía procreadora, se pierde el paraíso, es decir,
la armonía. Se quiere acallar esa pasión una y otra vez pensando que satisfaciéndola se puede calmar. El
abuso de esta tremenda y poderosa energía lleva al cansancio, al hastío, a la lucha, al desorden y
frecuentemente al rencor y al odio. Esa energía no se calma con la concupiscencia, esa pasión no se acaba
satisfaciéndola porque es el combustible que aviva la llama y consume en la locura del instinto.
La mayoría de los problemas y tragedias morales sin fin que nos acompañan durante toda la vida se deben
tanto al exceso como a la falta de satisfacción sexual. La emocionalidad, la irritabilidad, los gritos, la
grosería, los desequilibrios y locuras que pululan por el mundo, dependen del mal uso de la energía de la
Vida, pero también de la falta de uso de la misma, porque las aguas que se quedan quietas se corrompen y
estas son las aguas de la Vida simbólicamente hablando.
Si estudiamos desde un punto de vista filosófico cuál es el objetivo del instinto, encontramos que el cuerpo
emocional o de deseos está compuesto en el ser humano por siete estratos. En los tres estratos superiores
actúa lo noble y espiritual, el carácter, el arte, la filantropía; allí se manifiesta la fuerza de atracción. En
los tres estratos inferiores vibran las pasiones, el instinto y la emoción, donde se manifiesta la fuerza de
repulsión. El nivel intermedio es el estrato de las sensaciones, ni bueno ni malo en sí mismo, sólo está
recibiendo la información que proporcionan los sentidos.
En la inmensa muchedumbre de seres que han olvidado por completo el sentido espiritual de la vida, vibra
especialmente la energía emocional en los estratos más bajos del Mundo del Deseo, impulsando a la
satisfacción del instinto.
La fuerza de repulsión de los estratos inferiores, permite que a lo largo de la evolución el ser humano vaya
rechazando los vicios degradantes que retardan su progreso interno.
El instinto psico-genésico se hace presente a la consciencia por medio de la libido, es decir, el deseo sexual
hacia la otra polaridad. El instinto es diferente de la lujuria; la lujuria es el deseo sexual
intensificado. Mientras que el instinto es natural, la lujuria es antinatural porque no existe en ninguna
otra especie en la escala evolutiva.
Según la mayor o menor intensidad con que el deseo se manifieste, despertará en nosotros el interés si
es lo suficientemente fuerte o la indiferencia. Si el interés que este instinto ha despertado en la región
26
de las sensaciones, se orienta hacia los deseos superiores, es decir, el arte, la filantropía y el carácter, en
relación con el desarrollo del Alma, se estará utilizando muy bien esta portentosa energía. Aquí es
precisamente en donde se debe estar atento para darle al instinto una orientación correcta y precisa, a
fin de que no desemboque en los estratos inferiores del Mundo del Deseo, lo que puede conducir a la
satisfacción de las más bajas pasiones. Si el deseo sexual se reprime, más tarde puede convertirse en
neurosis.
Mientras más sutil es una energía, es más poderosa. Los vehículos superiores del ser humano (imaginal,
sensorial y conscientivo) que en la mayoría de las personas apenas están comenzando a desarrollarse,
tienen un nivel de vibración energético mucho más sutil que el del cuerpo de deseos. El amor, es una
energía tan sutil que no la vemos, sin embargo, es capaz de hacer imposibles venciendo todas las
dificultades.
El cuerpo de deseos mal encauzado por una imaginación desbordada, es el que lleva a abusar de la energía
de la Vida. Las imágenes psicosexuales nos afectan positiva o negativamente dependiendo de cómo
reaccionamos psíquicamente en el momento en que somos impactados por la otra polaridad. Por eso
debemos estar atentos a todas las imágenes psicosexuales para cambiar toda imagen vulgar y ordinaria
de la otra polaridad por una imagen bella y elevada, es decir, que, en vez de mirar con deseo, admiremos la
Divinidad manifestada en la forma femenina o masculina según el caso.
El hombre consciente adora y admira a la mujer en su belleza, en su posibilidad de ser madre, en su
capacidad de despertar en él el sentido divino del amor, de la poesía, de la espiritualidad, del arte, de la
estética, de la consciencia y de la comprensión hacia las leyes de la vida. El varón que le sabe rendir culto
místico a la mujer triunfa en la vida.
Así mismo, la mujer debe aprender a admirar y adorar al varón en su capacidad de consciencia, en su
voluntad, en su virilidad, en su posibilidad de ser uno con la Divinidad.
Si nos dejamos guiar por nuestro Ser interno, es decir, por nuestro Yo Superior, podremos transmutar
nuestros instintos, pasiones y emociones, vibrando en los planos más elevados del Mundo del Deseo,
donde se manifiesta la fraternidad, el altruismo, la inspiración. Sólo así estaremos desarrollando el Alma
que es sensibilidad y Ego que es consciencia.

CAPITULO XI

LAS PSICONEUROSIS
La adolescencia es muy delicada en lo que respecta a la energía generadora, porque en ella el individuo
debe desligarse de todas las fijaciones de su infancia, y al lograr la madurez física que lo capacita para el
acto reproductor, debe desarrollar la capacidad de proyectar su libido hacia el sexo opuesto.
Lamentablemente, la mayoría de las veces, los jóvenes mal orientados se desvían hacia el abuso de la

27
función generatriz que degenera al ser humano y le convierte en un ser irresponsable, inconsciente e
incapaz de manejar sus emociones y de controlar su vida personal.
El ideal sería que al ser humano desde la niñez se le enseñara que la energía sexual es sagrada y que al
llegar a la pubertad y a la adolescencia se le orientara en la forma de dirigir esa energía mediante la
sublimación, para lograr la regeneración progresiva.
Muy pocos son los valientes y los bien orientados que se deciden a abandonar la fijación que tuvieron en
la infancia y que les causó más placer. Muchos prefieren retroceder al camino o a la etapa en la cual
fijaron su libido; si esta fijación se hizo en la fase anal, el individuo orientará hacia ella su placer y
tendremos a un pederasta en potencia o lo que es lo mismo a un invertido sexual. Es así como nacen las
perversiones que no son otra cosa que fijaciones del instinto, regresiones hacia etapas ya vividas en las
que algún acontecimiento ató la libido e impidió la liberación para alcanzar la madurez en la adolescencia.
Los desviados sexuales, los onanistas, los sadistas, los masoquistas, los fetichistas, los erotómanos y las
ninfómanas, constituyen un conjunto de individuos en los que el instinto natural de la reproducción no
alcanzó la meta, en los que la libido no pudo orientarse hacia su finalidad normal. Este punto de vista
debiéramos tenerlo muy en cuenta porque nos orienta mucho sobre las perversiones sexuales, pero a su
vez, también nos abre un camino hacia la comprensión de las neurosis.
Hay individuos en los que la moral es tan poderosa, que a pesar del llamado del instinto que presiona
hacia una perversión sexual, no caen en ella. La religión, la moral y todas las fuerzas del Yo, se oponen y
luchan en el inconsciente contra el instinto desviado. Allí se origina una violenta batalla; de una parte, el
instinto sexual que exige satisfacción, y de otra, la conciencia que se la niega. Si en esta batalla el individuo
no posee las suficientes razones científicas, estéticas y culturales para orientar sus energías a fin de darle
la adecuada utilización a esa energía, esa lucha continuará debilitando al Espíritu y produciendo la
anarquía de las fuerzas del instinto que genera las neurosis.
El triunfo sería el desenvolvimiento normal, pero no siempre sucede así. Por falta de la debida
orientación, son muchos los que se detienen o se desvían y muchos también los que, al vislumbrar la meta,
no llegan a ella.
Los angustiados, las histéricas, los neuróticos, los obsesionados, todo ese conjunto de seres reprimidos
sexuales que arrastran sus neurosis, son personas que no han sucumbido a las incitaciones anormales del
instinto sexual, pero tampoco han podido sublimarlo y se debaten en una lucha inútil que los agota y los
inutiliza. Quizás por esto Freud denominó a las neurosis, “como el negativo de las perversiones”.
Por el contrario, los lujuriosos que mantienen excitada su sexualidad con imágenes y pensamientos psico-
sexuales, originan un serio problema de desgaste no sólo a nivel sexual, sino también a nivel del sistema
nervioso, generando igualmente toda clase de psiconeurosis como las que desarrollan los reprimidos
sexuales. A los erotómanos se les ve mustios, decaídos, resentidos, amagnéticos, displicentes,
desagradables, han perdido la Luz, han perdido el poder.
Otra causa que genera serios desequilibrios nerviosos tanto en el varón como en la dama es el
llamado coitus interruptus. El hecho de tener orgasmo fuera de su recipiente natural, va formando psico
patologismos, neurosis y obsesiones de toda clase.

28
Hoy en día la mayoría de los médicos, psiquiatras, psicólogos y profesores les dicen a los muchachos que
si al deseo sexual no se le da salida (a través del sexo y la masturbación) se van a enloquecer. No es
así. Los que dicen esto, ignoran que el deseo sexual puede y debe sublimarse; el que abusa del sexo sí se
enloquece.

CAPÍTULO XII

“POST COITUM OMNIA ANIMALIA TRISTIA”


El poder genitor lleva al hombre y a la mujer constantemente a la intimidad, lo que generalmente termina
en abusos locos de la energía progenésica.
Decía el maestro Huiracocha[29]: “No abuséis de vuestros órganos generadores, no lo hagáis con un ser
que no haya sido o no sea siempre de vosotros, porque esas fuerzas son esencialmente individuales. Si
se mezcla el fluido con el de otro, por un antecesor, recibiréis la influencia de todos sus males, es el
vehículo donde se transmite su desgracia y su mala suerte”.
“Un esclavo sólo puede elevarse a poder mandar, después de ser libre. Un hombre esclavizado por sus
instintos bajos, por sus pasiones, no podrá dominar a otros”.
Debiéramos observar estos conocimientos en la privacidad de nuestras vidas para llegar a
conclusiones. Apliquémoslos y tomemos la decisión definitiva de qué es lo que queremos hacer en la
vida.
Seguir el sendero de la satisfacción sin sublimación lleva a adquirir enfermedades, vejez prematura y toda
clase de insuficiencias. Pero si queremos perfeccionarnos, si queremos ser más conscientes, sabios,
místicos, despertar las capacidades internas, detengámonos en nuestro atropellado camino y seamos
conscientes que tenemos que cambiar.
Después de abusar de la energía sexual el ser humano se siente vacío y humillado, pero la mente hace
creer que “eso es lo más natural del mundo”. Es lo más natural del mundo cuando se trata de perpetuar
la especie, pero es nefasto cuando solo se trata de darle rienda suelta al instinto. La mente racional, la
lógica, no nos permite llegar a comprender que lo que sentimos es la sabiduría interna que nos avisa del
desgaste. Estas son profundas verdades que se cumplen en la Naturaleza y en el hombre, aunque la
psiquiatría, la psicología y los materialistas digan lo contrario.
El filósofo Ovidio escribió en latín: “post coitum omnia animalia tristia” (después del coito todo animal se
torna triste). Cuanta diferencia existe en el semental, en el potro o en el macho de cualquier especie,
antes y después de consumar el acto: viriles al momento de procrear, llenos de energía, de brío, de poder,
y después de consumar el acto generador con fuerza, al finalizar se les ve gachos, temblorosos y tristes.

29
El ser humano que es un animal también, aunque racional, igualmente después del coito se torna triste. El
varón al exteriorizar la semilla y la energía, después de una unión erótica e instintiva se torna apático, le
da la espalda a su compañera y no quiere saber de ella durante algunas horas o días, hasta tanto no se
revitalice y re-magnetice. Aunque la substancia perdida es un aspecto importante de desgaste, la energía
perdida en relación con el proceso fisiológico del orgasmo, es mucho más desgastante tanto en hombres
como en mujeres.
Cuando se libera la energía sexual en el espasmo del orgasmo, inmediatamente cambia la polaridad de la
energía sexual. Cuando el hombre entrega la simiente a la mujer, inmediatamente él cambia su polaridad
irradiante y se convierte en polaridad absorbente, es decir, de activo, pasional, tremendamente
energético, se torna pasivo, abúlico, triste, somnoliento, y ella, cambia su polaridad absorbente, es decir,
pasa de ser relativamente pasiva a ser tremendamente activa, su mirada brilla, su energía es
completamente irradiante.
Es por eso que el intercambio sexual pasional, ordinario, que sólo busca la satisfacción del instinto,
degenera, embrutece, obnubila, deja al varón resentido (aunque inconsciente de lo que le pasa) y a la
dama la mayoría de las veces con deseos insatisfechos y a la espera de más intimidad, la que generalmente
no se da de inmediato.
Cuando en la relación sexual se llega al orgasmo, se pierde muchísima energía no sólo física sino vital,
emocional, mental y sensorial, porque la energía sexual es la que nutre todos los estratos de nuestro ser
físico, anímico y espiritual.
Cuando los cónyuges pierden ese poder, se odian. Todas las parejas que se dejan llevar a través del
instinto, de la pasión psicosexual, empiezan a discutir, a pelear, llegan los grandes problemas
conyugales. Si se separan unos días, como por arte de magia renace la armonía, se quieren y se adoran
nuevamente. Hay un misterio maravilloso en la continencia de la energía de la Vida.
Las personas que sufren de ansiedad, de temor, de irresolución marcada, que se encierran en un rincón a
llorar, es porque han perdido en demasía la energía sexual a lo largo de la vida. Están vacíos de ella y
necesitan recuperarla. Todo aquél que pierde la energía sexual se llena de tristeza, de angustia, de odio
y de dificultades de toda índole.
Así como la abstinencia física sin pureza de pensamiento es perjudicial porque puede ocasionar serios
disturbios psíquicos, así también lo es el exceso o abuso. Debemos ser naturales, buscando el equilibrio;
cumplir con el deber conyugal, pero sin abusar.
A este respecto comenta San Pablo en sus epístolas a los corintios: “Mas también si te casas, no pecas y
si la doncella se casa, no peca; pero los tales tendrán aflicción de la carne y yo os la quisiera evitar”[30]. El
secreto se encuentra en no abusar de esa energía. Por eso el Iniciado que escribió el Pentateuco, dejó la
enseñanza: no fornicarás, haciendo referencia a no abusar de la sagrada función de la reproducción.
Cuando la unión se realiza acicateada por el instinto, el varón sentirá el hastío, se tornará triste cada vez
que llegue al clímax, habrá perdido su energía al exteriorizarla en ese impulso efímero llamado orgasmo
y sin ser consciente de lo que está pasando, su subconsciente (la consciencia interna), le dirá: “la culpable
es ella”, por lo tanto, gritará a su compañera, la maltratará y sentirá el característico desgano debido al
abuso de la energía generadora. Aquella energía que se ha perdido, ha sido tomada del sistema nervioso,

30
de los centros hormonales, de las células y de todos los centros de energía y necesitará acumularse de
nuevo, siendo cada vez más difícil la recuperación, terminando en la temida impotencia en los varones y
en la falta de deseo (anafrodisia) en las damas.
Como la energía que se pierde es de índole magnética, el varón la recupera admirando a lo
femenino. Entonces sale a la calle, mira (muy pocas veces admira) a otras damas sin importar que esté
casado con la mujer más hermosa del mundo, en ese momento no le parece bella ni le agrada. Si en ese
instante cualquier otra mujer (aunque no sea hermosa), le mira con gracia, se va detrás de ella para
recargarse energéticamente en su compañía, pero si hay intimidad se descargará de nuevo.
No es que ese varón racionalmente esté buscando mujeres, sino que su subconsciente le hace sentir:
“esta otra no ha robado mi energía, mi magnetismo, mi juventud, mi felicidad, mi virtud, mi consciencia,
mi espiritualidad”. Es un proceso interno que hace nuestro Ego que es sabio y perfecto, del cual
desafortunadamente no somos conscientes; nuestra mente racional no alcanza a escucharlo, porque la
razón nos ha alejado de nuestro mundo interior.
¿Por qué una pareja que se ha casado aparentemente llena de amor, a los pocos meses se está peleando,
se gritan, se golpean, se separan? Porque le han dado rienda suelta al instinto genitor y han agotado la
fuente de la Vida, que es la fuente de la armonía espiritual.
¿Con qué frecuencia debiera una pareja vincularse íntimamente? No hay que pecar por exceso ni por
defecto; hay que mantener la armonía. Se puede estar casado, se pueden vincular íntimamente los
cónyuges; pero se debe procurar que la serpiente genesíaca, que nos muestra ese árbol con sus frutos tan
agradables a la vista para ser consumidos, no nos lleve por el sendero del instinto y de la pasión.
Si una pareja se vincula íntimamente con mística, con amor, con armonía y se adoran idealmente, su unión
será maravillosa y se adorarán más. Esa es una verdad trascendente que debemos sentir y
comprender. Pero si se le da rienda suelta al instinto, inexorablemente el varón se irá. Sus compañeras
se quejarán y dirán: “todos los hombres son iguales; ahora que ya consiguió lo que quería, se va”. Es una
ley natural; el macho fecunda y continúa su ruta; sólo permanece con su pareja cuando hay amor.

CAPITULO XIII

SEXUALIDAD, ENFERMEDADES Y ENVEJECIMIENTO


El ser humano ha buscado desde miles de años atrás cómo detener el reloj biológico que le hace envejecer
en forma inexorable. Los alquimistas se dedicaron a ello con ahínco en la Edad Media.
A finales del siglo XIX, Charles Eduard Brown-Sequard, médico y fisiólogo francés, quien fue uno de los
iniciadores de la opoterapia, que es el empleo terapéutico de extractos de órganos animales, estudió en
ratones de laboratorio la relación entre las hormonas sexuales y la vejez. A unos ratones viejos,
decrépitos, artríticos y enfermos, les fueron transplantadas algunas células embrionarias de la zona
testicular de ratones jóvenes, observando con sorpresa, que los ratones que estaban encorvados,

31
artríticos, envejecidos, en pocas semanas recobraban su brío, su vigor, su pelo brillante, se regeneraban,
se enderezaban, se curaban de su artritis y se les veía nuevamente como cualquier ratón joven.
Estudiaron también parejas de ratones que tenían la oportunidad de aparearse libremente,
comparándolas con ratones de ambos sexos que, aunque compartían jaula, estaban separados por una
malla que les permitía estar prácticamente en contacto, pero sin aparearse. Con el tiempo, los ratones
que pudieron aparearse libremente enfermaron y envejecieron muy rápidamente, mientras que los otros
que estaban juntos, pero no cohabitaban, se mantuvieron mayor tiempo con muestras de juventud y de
salud.
Luego hicieron este experimento con cabras y carneros. A los carneros viejos, se les hizo el mismo
transplante de células embrionarias, sacadas directamente del testículo de un carnero joven. El carnero
viejo que ya no podía concebir, ni moverse con facilidad, en pocas semanas recuperaba toda su energía,
su vigor y era capaz de concebir nuevamente. Los científicos comprendieron entonces que en las
secreciones sexuales podría estar el secreto de la juventud.
Posteriormente, el médico ruso Serge Voronoff, injertó células testiculares de monos y de micos en
hombres ancianos para buscar el rejuvenecimiento. El primero que se sometió a ese experimento fue un
ciudadano inglés de 74 años, artrítico, que prácticamente no podía moverse por el dolor intenso que
sentía en su cuerpo; estaba gacho, calvo y enfermo. Le fueron injertadas células testiculares de
micos. Pasadas unas semanas recobró su vigor, su juventud, su virilidad, su energía, los dolores fueron
desapareciendo. Los textos médicos de esa época, dicen que se regeneró su cabello también, pero
después de algún tiempo viéndose tan sano y fuerte, volvió a abusar de sus energías y se dedicó con mayor
brío al licor, que lo llevó a fallecer por otra causa. Estos experimentos permitieron comprender que de
alguna manera en la esfera progenésica, está el secreto del elixir de la juventud.
Cuando un hombre mayor ha perdido su virilidad, su poder, su energía, el tratamiento con testosterona
(hormona masculina) aumenta la cantidad de espermatozoides en la eyaculación, mejora la potencia
sexual, la virilidad, la persona se siente otra vez vital, enérgica, con carácter, pero el inconveniente es que
este tipo de tratamiento suele producir cáncer de próstata.
A su vez, el uso de estrógenos (hormonas femeninas), mejora los síntomas relacionados con el climaterio
en la mujer, retardando algo el envejecimiento, pero puede producir cáncer de seno, de útero o en la
sangre, razón por la cual hoy en día no se recomienda su uso sino bajo estricta vigilancia médica.
En la actualidad se estudia la producción de los radicales libres en el organismo en relación con el proceso
de envejecimiento, pero sin llegar a resultados concluyentes.
Hoy en día muchos médicos, psicólogos y sexólogos, afirman que el sexo no agota y que la masturbación
no es perjudicial, pero lo mismo ha afirmado la medicina de muchas cosas durante mucho tiempo y
posteriormente han tenido que reconocer que estaban equivocados.
En el siglo XIX la medicina ya hablaba de estos conceptos. ¿Por qué quedaron olvidados? Porque el ser
humano se resiste a trascender sus impulsos primarios. Cuando de alguna forma está en peligro la
satisfacción de las emociones y de los impulsos primarios, el ser humano grita y patalea como niño
diciendo: “eso no es verdad”.

32
Aquello que se cumple en la Naturaleza es verdad, mientras que lo que no se cumple en la
Naturaleza nunca puede ser verdad, dígalo quien lo diga.
La masturbación, así como el abuso del sexo, agotan el sistema nervioso, el magnetismo, la capacidad de
comprensión y la luz del Espíritu. Al abusar de la energía sexual se pierde el magnetismo agradable que
muestran los adolescentes, la lucidez para comprender rápidamente las diferentes situaciones y la
plasticidad del cuerpo y del Alma para acomodarse a las situaciones del diario vivir. Cualquiera puede
observar cómo las personas que abusan del sexo, se envejecen más rápido; llegan a los 50 años y parecen
mayores. Tanto los hombres como las mujeres que abusan del sexo en su juventud y edad adulta, se
envejecen y se tornan decrépitos más rápidamente. Los que han sido relativamente más continentes,
llegan a edades avanzadas erguidos, plenos de energía, de lucidez mental, aparentando una edad menor.
Miremos el anciano decrépito que ha abusado inconscientemente de la energía sexual a lo largo de su
vida, cómo se encorva, cómo arrastra sus pies, cómo se ha marchitado totalmente, cómo lloriquea, cómo
la voz se le quiebra, se va volviendo afónico y débil, está cansado y decimos que está “chocheando”, ya
no tiene el vigor, el poder, el valor ni el carácter de años atrás, cuando fue un joven impetuoso o un adulto
viril.
Veamos el caso de muchas mujeres que tuvieron en su época 15, 18 ó 20 hijos. Al tener tantos hijos,
pasaron muchos años en los cuales al final de su proceso gestacional y durante los meses que siguieron el
parto, no tuvieron actividad sexual. Llegan a ser ancianas longevas que no sienten ningún tipo de
problema, sólo consultan al médico porque no pueden dormir o están nerviosas. Pero al compararlas con
muchas mujeres casadas de 60 o 65 años, que no tuvieron hijos, máximo uno o dos, estas últimas, se
encuentran completamente envejecidas, llenas de achaques, de problemas y enfermedades, porque
tuvieron la posibilidad de darle mayor satisfacción al instinto psicosexual.
Cuando la energía generadora está activa y fuerte en las mujeres, ellas se sienten magnéticas, se les ve
jóvenes, alegres, son agradables; pero cuando esa energía se va malgastando por el abuso, la mujer se
torna histérica. Lo mismo sucede con el varón; cuando esa fuerza está pletórica en él, le vemos
prepotente, lleno de energía, parece que quisiera subyugar el mundo, cree y está seguro de que puede
obtener todo lo que realmente quiera en su vida. Pero cuando abusa de la energía de la Vida, se le observa
mustio, deprimido, enfermo y neurótico.
Es porque se ha comido del “fruto prohibido” que no debía consumirse en el aspecto humano de los vicios
y del instinto, sino que debía utilizarse adecuadamente para ir despertando todas las divinas capacidades
y posibilidades que el ser humano tiene latentes. Cuando la energía de la Vida se va desgastando, bien
sea normalmente por el uso, por el abuso o cuando se estanca y no puede aumentar su voltaje y su poder,
al ser humano se le ve decrecer y envejecer.
La energía sexual es extremadamente poderosa. El buen o mal uso de esa energía es lo que nos
proporciona la felicidad o la tristeza, el paraíso o el infierno. Podemos creer que abusamos de ella y no
nos pasa nada, pero llega el momento en que la ley kármica después de algunos años o de algunas
encarnaciones, nos trae justamente lo que nos merecemos en el momento preciso. El Señor Jesús enseñó:
“todo pecado y blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonado”[31]. No hay manera de liberarnos
de las consecuencias del abuso de la energía creadora del Espíritu Santo; se paga con dolor, con
sufrimiento, con enfermedades.

33
A este respecto, Swinburne Clymer dice: “las leyes que rigen la vida sexual como la creación no pueden
ser anuladas por el hombre. Pueden ser pervertidas o dejadas de lado, pero al final se paga la
compensación. Las leyes de Dios son más poderosas que las creencias, las costumbres o las inculcaciones
religiosas. Las leyes de Dios y de la Naturaleza deben ser comprendidas y no meramente adivinadas, no
importa que tan alta sea la autoridad que imparte opiniones en contra de ellas. La verdad debe ser
nuestro guía” [32].
Cuando la esfera sexual se va debilitando por la masturbación o el abuso del sexo, se está marchando
hacia la decrepitud, la inconsciencia y el dolor. Del abuso del sexo surgen la neurosis, la histeria, la
depresión, la angustia, la ansiedad, el hastío de la vida. Los hospitales los centros psiquiátricos y el mundo
en general, están llenos de enfermos. Enfermedades incurables y desconocidas aún por la ciencia médica
en su etiología, se deben al abuso de la energía sexual que va debilitando el organismo haciéndolo
propenso a tanto sufrimiento.
¿No se nos hace extremadamente curioso que el sida, el herpes genital, el virus del papiloma humano, la
tuberculosis y tantas enfermedades que están en la actualidad ligadas con el sistema inmunológico
deprimido sean en general patrimonio de las personas promiscuas? En el mundo existen actualmente
¡dos mil millones! de tuberculosos, muchos de ellos incurables y en etapa terminal.
Según las enseñanzas Rosacruces, la tuberculosis y las enfermedades en donde el sistema inmunológico
está deprimido se deben a que el éter reflector[33] se ha ido debilitando progresivamente con cada
orgasmo. El organismo empieza a funcionar mal porque le falta ese nutrimento energético sutil.
Así mismo, gran parte de las enfermedades que aparecen en los niños, así como la epilepsia, la
sordomudez, la parálisis, las ataxias, las distonías, el asma y muchas otras enfermedades de los adultos,
son el resultado del mal uso de la energía generadora en anteriores encarnaciones.
La sustancia germinal llamada seminal, es producida por la sangre más pura de nuestro cuerpo; está
constituida por grasa y fósforo que son también los principales constituyentes del sistema nervioso
central.
Imaginemos el cerebro como un estanque con una substancia maravillosa (fosfolípidos y cerebrósidos),
con un tubo descendente (el canal medular central) y abajo una llave de paso (el centro germinal). Si se
abre esa llave con frecuencia, se perderán todas las esencias que están contenidas en el estanque
superior. Pero si esa llave se abre moderadamente, no se dilapidará ni la sustancia ni el principio
energético que la impulsa.
Todas nuestras células necesitan fosfolípidos (fósforo y grasa). Si no fuera por las pequeñas cantidades
de grasa que ingerimos con el alimento y las que nuestro organismo produce, no se podrían fabricar las
hormonas que son absolutamente indispensables para mantener la armonía del cuerpo, de las emociones
y de la mente. Pero si se pierden en locuras eróticas... ¿qué se puede esperar?
Muchas personas abusan de sus energías en la juventud a costa del reservorio de energía destinado para
la vejez. “¿Estás gastando más de lo que necesitas ahora? Tómalo de tu reserva futura y tu vejez será
decrépita, miserable y dolorosa”. No quiere decir esto que debamos olvidarnos completamente del
aspecto sexual que debe ser sagrado para nosotros. Lo importante es que abramos los ojos, una cosa es
el uso y otra el abuso.

34
Que triste llegar a la senectud convertidos en ancianos decrépitos, enfermos, inconscientes, dementes;
todo, porque en la juventud y en la edad adulta se les dio rienda suelta a los instintos. El ideal es llegar a
los 80 o 90 años, en la plenitud de las facultades, como muchos ancianos que supieron encauzar el poder
radicado en la semilla.
Krumm-Heller decía: “Veamos cómo influye la potencia sexual sobre la fuerza mental: la glándula pineal
desarrollada, hace efectuar a los fakires aquellos fenómenos tan sorprendentes de fascinación de masas.
Esta glándula se hallaba muy desarrollada en los santos que operaban milagros y la tienen agrandadas los
negociantes que comercian con éxito y también los Edison y todos los que se adelantan a su época. Se
halla atrofiada en los idiotas, en los hombres de poca fuerza de voluntad, en los que abusan del sexo y en
fin, en la mayoría de los humanos”[34].
A finales del siglo XX, los médicos Walter Pierpaoli (en Italia) y William Regelson (en Estados Unidos)
dedicados a investigar la biología del envejecimiento, exploraron la posibilidad que nuestro reloj biológico
residiera en la timo, en la glándula pituitaria o en la pineal. La glándula pineal, que se aloja en el centro
del cerebro y que genera la melatonina, resultó ser, para ellos, la gobernadora y directora del proceso de
envejecimiento, haciendo girar esas manecillas más lenta o más rápidamente.
Múltiples experimentos realizados con ratones de laboratorio, demostraron sin dejar dudas, que la
melatonina produce efectos restauradores de rejuvenecimiento biológico. Al contrario, su ausencia
envejece a un ratón con asombrosa rapidez. Se ha descubierto que la glándula pineal produce melatonina
principalmente de noche, por eso es conveniente dormir en la oscuridad. La melatonina se produce
abundantemente en la juventud, pero empieza a decrecer progresivamente a partir de los 15 años
(probablemente debido al abuso del sexo). A mayor control sobre la esfera generadora, conservando la
sustancia-Vida, mayor poder y actividad del centro pineal produciendo melatonina. Es menester, por lo
tanto, activar esa glándula y el secreto consiste en sublimar la energía sexual.
Los alquimistas y los antiguos conocedores de estos temas, comprendieron el misterio; no tuvieron que
viajar a lejanas tierras buscando la fuente de la eterna juventud, simplemente “bebieron de su propia
fuente”[35]. Sabían que, a mayor prudencia o continencia sexual, sublimando la energía sexual podían
estimular el funcionamiento de todo el organismo, mejorando así la salud y la capacidad para pensar y
comprender.
Qué importante sería llegar a edad avanzada teniendo éstos conocimientos, para recoger los frutos de la
encarnación, reflexionar, hacer la retrospección de la vida, hacer un análisis de la consciencia educida,
estudiar y meditar, en vez de vegetar en una cama o en un asiento, inútiles hasta para sí mismos, llenos
de tristeza por haber perdido la encarnación.
El ser humano debiera convertirse en un incansable buscador de la verdad, porque la verdad es la Vida
que se halla subyacente en el núcleo de todas las formas.

CAPÍTULO XIV

35
ADMIRACIÓN, DEVOCIÓN Y CONTEMPLACIÓN
Admiración es apreciar a cada momento la belleza en la Naturaleza: un amanecer, un atardecer, una caída
de agua, el movimiento de las olas en el mar, la belleza de las mujeres para los varones, la virilidad,
capacidad, voluntad del varón para las damas. La admiración de la otra polaridad es el sentimiento
espiritual —como divina imagen[36]— que el varón debe tener de la mujer y ella del varón.
Siempre debe estar el ser humano en este eterno devenir, absorto en la admiración estética y extática
hacia todo lo que sea bello. Entrar en contacto con la Naturaleza es muy importante para el
Espíritu. Debemos salir al campo, mirar la magnificencia de las montañas, el colorido de las flores, la
fuerza de la corriente, el sonido del río, el canto de las aves; es decir, compenetrarnos con la belleza que
nos rodea.
Admirar todo lo bello de la Naturaleza, sin perder ningún instante para rendirle culto a la perfección en
todas sus formas, va despertando el Alma, la divina sensibilidad, que es amor, estética, armonía.
Todos hemos comprobado cuán pletóricos nos sentimos cuando estamos inundados de sensibilidad,
cuando estamos enamorados, cuando nos dedicamos al cultivo estético. En ese momento todo es divino
encantamiento; pero cuando no estamos cultivando el sentido estético, viene la tragedia moral, el dolor,
la tristeza, las penas.
Debemos escuchar música clásica que nos llegue al alma; buscar las sinfonías, conciertos y composiciones
musicales que nos satisfagan más, por ejemplo, de Beethoven, Mozart, Vivaldi, Strauss.
Cuando escuchamos un vals quisiéramos danzar con armonía; es el poder del sonido influyendo
decisivamente en nuestra existencia. La música clásica solaza nuestros sentidos y da armonía a todas las
funciones de nuestro organismo. ¡Que prodigioso es el poder del sonido de las grandes composiciones
musicales para los oídos plenos de espiritualidad y de sentido estético!
Admirar la Naturaleza, escuchar música clásica, leer literatura que ennoblezca el Espíritu, así como el culto
estético hacia la otra polaridad, permiten sublimar la energía sexual, haciendo que vibremos en un nivel
superior de sensibilidad y de consciencia.
La devoción, es rendirle un culto muy especial a aquella persona que por secuencias kármicas nos ha
tocado como compañera o como compañero, para que nos divinice; ella, como divina Isis para el varón;
él, como divino Osiris para la dama, despertando el Fuego Creador, con toda la armonía, la pureza y la
espiritualidad que ello implica.
Es extraordinario admirar psíquicamente una pareja de adolescentes enamorados que aún no han sido
manchados por la fuerza tremenda del instinto psicosexual. Cuando se miran a los ojos con cariño y
entrelazan sus manos con espiritualidad, en ese momento actúan como sacerdotes y sacerdotisas del
Altísimo; están comulgando con el Alma del Mundo, con Dios; son creadores de divina sensibilidad, lo que
progresivamente los estará divinizando y espiritualizando.
Al existir amor entre dos personas, hay una comunión de Almas. En una pareja de enamorados —mientras
no haya lujuria— cuando uno piensa en el otro, el otro instantáneamente se da cuenta. Es la sensibilidad
la que permite que se contacten psíquicamente. Pero si se entremezcla la pasión y la lujuria, se pierde la
pureza y se pierde la armonía.

36
Si el hombre y la mujer se acercan desde un punto de vista instintivo, únicamente para darle satisfacción
efímera a los sentidos, esto los aleja de la sensibilidad impidiendo que puedan comulgar con la Vida
Cósmica que es sensibilidad. Es por eso que el ser humano se va tornando huraño, viejo, decrépito y
negativo en todos los frentes del humano existir.
Todo lo que exteriorizamos en un momento determinado forma parte de ese bullir de nuestra
interioridad. Eso lo podemos ver en cualquier momento de la vida; no es sino observar el rostro de
cualquier persona, cómo camina, cómo expresa lo que sabe, siente, piensa, vive. Si estamos tristes,
manifestamos tristeza; si continúa esa tristeza se traduce posteriormente en enfermedad. Si estamos
alegres, mostramos alegría, sonriendo, buscando en todo momento cómo luchar, cómo conquistar, cómo
obtener.
Mediante la admiración y la devoción debemos llegar a la contemplación, que es un estado de éxtasis
conscientivo y sensorial hacia la energía de la Vida, comulgando con el Alma del Mundo en estratos
superiores de consciencia.

CAPÍTULO XV

EL DESPERTAR DEL FUEGO


En los rituales del antiguo Egipto, Isis era quien encendía el fuego, para enseñar que la mujer es quien
despierta el fuego del varón y la que tiene el poder de ayudarle a despertar los chakras[37]. En la tradición
hinduista la mujer es la diosa del hogar, la inspiradora, la sacerdotisa, la compañera; es la vestal que
enciende el Fuego de la Vida y debe mantenerlo.
Krumm-Heller decía: “En la función sexual deben tenerse en cuenta sólo dos objetos: o la conjunción de
dos almas dentro de un suave y tierno abrazo espiritual o la creación directa de un nuevo ser”.
Los varones debemos ser sacerdotes de la Divinidad, para tributarle culto espiritual a la mujer, y en la
particularidad de nuestro hogar, a la sacerdotisa que hace posible a través de la fecundación, que se le
pueda dar a un Ego expectante la oportunidad de encarnar. Cuando no se está buscando la fecundación,
ella es la que nos ayuda a divinizarnos si sabemos aprovechar esos momentos extraordinarios para dirigir
esas energías hacia el mundo de la sensibilidad.
En los momentos de lujuria debemos detenernos y ser más conscientes, dar amor, ternura, cariño, es
decir, ser sensibles con nuestra pareja.
Es la interacción que ofrece la otra polaridad de la vida la que va activando el Fuego Creativo; si en esos
momentos hay amor, sensibilidad, cariño, el poder de ese Fuego será incalculable y la elevación de esa
energía podrá despertar progresivamente poderes inimaginables que el ser humano tiene latentes.

37
El hombre consciente debe rendirle culto a la mujer en el sentido espiritual, y la mujer consciente debe
rendirle culto al varón, en el poder espiritual que tiene para darle la posibilidad de ser madre y para
divinizarse ambos a través de una comunión sublime, aprovechando el pan y el vino místicos.
Si se le rinde culto místico, armonioso a la otra polaridad de la existencia, todo ha de salir bien y el vínculo
íntimo verificado con espiritualidad, permitirá la regeneración fisiológica y espiritual de la pareja.
Apasionarse por la belleza de la mujer desde el punto de vista de su esencia espiritual, tratando hasta
donde sea posible de no dejarse llevar por lo instintivo, utilizando la energía generadora para dar la
posibilidad a Egos expectantes de renacer y para regenerarse, es un sendero maravilloso y sublime.
En el hombre, la energía generadora se presenta con tremenda presión en la esfera sexual, mientras que
en la mujer esa energía se presenta con tremenda fuerza en la esfera occipital. Sexualmente hablando,
el hombre reacciona rápidamente porque el polo positivo de esa energía se encuentra en la zona
generadora. La mujer es más lenta para reaccionar en lo sexual porque el polo positivo de la energía
generadora se encuentra en el cerebelo y hay que esperar que esa energía se desplace hacia el
sexo. Cuando esa energía toma contacto con el otro polo en la esfera sexual es cuando la mujer está
preparada para el connubio.
Cuando hay deseo sexual, en el varón la energía fluye en oleadas hacia el cerebro obnubilándole el
pensamiento e impidiéndole que piense con claridad. Cuando esa energía se pierde en el orgasmo,
mientras el hombre queda vacío, la mujer se torna magnética y plena porque esa energía fluye por todo
su cuerpo.
Si el varón en ese momento no está sublimando su energía, se convierte en un animal porque es la función
instintiva la que está presionando. Como el Espíritu (que es consciencia, sensibilidad e imaginación) no
está dirigiendo; queda todo el proceso a merced del cuerpo emocional en los estratos más bajos: pasión
e impresionabilidad y se perderá la energía.
Si en esos momentos, la persona sublima la energía, dirigiéndola conscientemente hacia los centros
superiores: chakras cardíaco, laríngeo, frontal y coronario, libera la mente y puede pensar con calma.
La sublimación en pareja también puede y debe hacerse a través de la imaginación y de la sensibilidad,
elevando la energía generadora al corazón. Si se mantiene un alto ideal con respecto a esa energía tan
poderosa, podrán aprovecharla.
La substancia no perdida se reabsorbe vía linfática y por ser rica en fósforo y grasa, nutre todas las células,
tejidos, aparatos, órganos y sistemas del cuerpo, mientras que la energía sexual no perdida se puede
utilizar durante meses enteros para regenerar el organismo, para espiritualizar los vehículos, para tomar
contacto con el Ser interno.
Ese es el sendero de la redención y de la espiritualización, que místicamente el Señor Jesús mostró:
“Tomad, comed, este es mi cuerpo…bebed todos porque esta es mi sangre”.[38] El pan simboliza la
substancia y el vino simboliza la energía.
Si no se mantiene ese alto ideal de pureza, devoción y mística, hacia la otra polaridad, si se pierde la divina
imagen, necesariamente se perderá la energía. La pérdida de substancia en el orgasmo es lamentable,
porque con la substancia se pierde también la energía.

38
A diferencia de los animales que solamente se vinculan sexualmente en la época de celo para procrear,
los seres humanos tenemos la posibilidad de tener intimidad cuando queramos. Por eso en la evolución
el objeto del placer efímero del orgasmo en el ser humano asegura la perpetuación de la especie. El ser
humano no necesita llegar al orgasmo, salvo para procrear. Llega al clímax porque así se acostumbró y le
es muy difícil cambiar esa costumbre.
En la regeneración fisiológica, el hombre, físicamente irradiante en la esfera sexual, entrega
su energía sexual a la mujer físicamente receptiva o absorbente, quien la asimila por su centro polar
femenino; esa energía asciende hasta el plexo solar, en donde ella, teniendo polaridad irradiante en su
cuerpo vital, suministra su vitalidad al varón a través del plexo solar que en ella es de naturaleza irradiante
o masculina, mientras que el plexo solar del varón es de naturaleza femenina o receptiva.
De esta manera el connubio entre el hombre y la mujer es un proceso de regeneración, donde el varón
irradia su energía (no su semilla) y la dama revierte esa energía como magnetismo etérico-sexual que
tiene un nivel de vibración superior. El varón entrega bio-electromagnetismo, que la dama asimila y
modifica como vitaminas etérico-sexuales.
La pareja que aprende a unirse en cuerpo y alma, despierta poderosas corrientes energéticas que ayudan
a la evolución del mundo. Son poderosas corrientes de luz que les ayudan a progresar a ellos, como a los
que se ponen en contacto con ellos.

El varón es la encarnación del Logos como poder generatriz irradiante, y la mujer representa el Alma del
Mundo en su aspecto maternal. Como el varón físicamente es masculino, su polaridad positiva le permite
irradiar fuerzas poderosas, para determinados procesos psíquicos. No es el caso de la mujer cuyo cuerpo
físico es receptor. La naturaleza irradiante del cuerpo vital de la mujer hace que ella tenga una energía
poderosísima que se puede aprovechar para beneficio de ambos y de la humanidad. Por eso tanto el
hombre como la mujer podemos elevarnos moral y espiritualmente si realmente así lo queremos y nos
esforzamos.

CAPÍTULO XVI

EL LENGUAJE Y EL PODER GERMINAL


El lenguaje es de naturaleza divina y es sagrado porque tiene su raíz misma en la esfera generadora. El
ser humano en la escala biológica es el único organismo que puede pensar y exteriorizar a través del
lenguaje lo que desea, lo que siente, lo que imagina; es una característica de evolución superior.
El ser humano tiene dos órganos creadores, que son unitarios en su estructura: el miembro viril (falo) y la
lengua. El falo es el instrumento para la perpetuación de la especie. La lengua no solamente nos permite
deglutir y gustar, también permite articular las palabras a través del sonido, las que tienen una influencia

39
suma en nuestro estado mental y sensorial, modelando no sólo el cuerpo físico, sino los vehículos más
sutiles.
Esotéricamente se sabe que el lenguaje depende en su fluidez, musicalidad y armonía, directamente de
la fuerza generadora, pues la esfera germinal influye hormonal y energéticamente en él. Cuando una
persona tiene gran fuerza y poder en su esfera germinal y desde otras encarnaciones a sabido sublimar
su energía sexual, también tendrá gran fuerza y poder en su lenguaje.
Cuando el jovencito o la niña entran en la pubertad, la voz empieza a cambiar. En los niños la voz es
melodiosa, suave, tiene esa tonalidad andrógina característica; es decir, que no se puede diferenciar si es
de niño o de niña. Cuando la niña entra en la pubertad y llega la menarquia (primera menstruación), su
voz cambia, se torna ligeramente grave, y hacia los 16-17 años, la voz le vuelve a cambiar, tornándose
ligeramente más grave.
Cuando el varón entra en la adolescencia su voz cambia definitivamente por el engrosamiento de las
cuerdas vocales y de la laringe, debido a la actividad de las hormonas sexuales. Los llamados “gallitos” son
disonancias que se presentan con más frecuencia cuando los jóvenes adolescentes se masturban; cuando
no se masturban, el cambio de la voz se da muy paulatinamente desde la pubertad hasta el final de la
adolescencia.
La calidad y el poder de la voz dependen del buen o mal uso que hayamos hecho de la energía generadora
en esta o en pasadas encarnaciones. Las personas que abusan del sexo se tornan lerdas de palabra y de
pensamiento, porque derrochan su energía vital a través del instinto psicosexual.
Cuando se ha abusado de la energía generadora en otras encarnaciones y en ésta, se presenta una
debilidad característica en la esfera del lenguaje que impide exteriorizar todo lo que se siente y se desea
comunicar. Si la persona es muda, es porque tiene alguna deuda kármica en relación con el mal uso del
lenguaje y de la energía generadora, y el no poder expresarse le produce iras terribles.
Las personas que se desgastan menos en el sexo, que reflexionan, meditan, estudian, analizan, son más
inteligentes y tienen mayor facilidad de exteriorizar lo que saben a través del lenguaje. Dependiendo de
cómo una persona exterioriza su lenguaje, podemos saber como es su vida, cuales son sus ideales, su nivel
de evolución, de sensibilidad, de consciencia.
El poder del Verbo convertido en palabra es circunstancial para el individuo, pero tiene una trascendencia
incalculable tanto en su vida presente como en sus vidas futuras. El uso de la palabra nos espiritualiza o
nos degrada, según el tono y el sentido con que la pronunciamos. Lamentablemente en nuestra época,
el materialismo se ha convertido en un modo de vivir y lo usual a flor de labio es la palabra impregnada
de sensualismo o lo que es peor, de crítica perversa, de odio, etc.
Si el sonido está impregnado de bondad, de belleza, de armonía, las fuerzas generadoras cooperarán en
la transformación y sublimación de nuestra corporeidad, llevándola progresivamente a perfeccionarse. Si
en cambio la palabra pronunciada va impregnada de temor, odio, envidia, celos, malicia o incertidumbre,
el poder del sonido engendrará por este medio epigénesis destructiva, causando inarmonía en nuestra
naturaleza y en el ambiente que nos rodea.
El abuso de la energía generadora hace que el ser humano sufra de celos, frustraciones y problemas de
toda clase, los cuales llevan inexorablemente a la melancolía, a la tristeza, a la violencia, al odio, a la
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maldad, al dolor, haciendo que el lenguaje sea ordinario, soez, brusco. Todos estos problemas que
aquejan a la humanidad se acrecientan por la falta de sublimación del Fuego Creador de la Vida.
Investigaciones realizadas en el departamento de psicología de la Universidad de Nueva York, concluyeron
que el sonido de la voz de una persona aporta información sobre el estatus biológico del que habla. La
voz es un medio que contiene información sutil sobre la conducta sexual; la disonancia de la voz está
relacionada con la promiscuidad tanto en los hombres como en las mujeres.
Cada persona es quien es, debido al cultivo que haya hecho de su vida interior a lo largo de su evolución
aprovechando el magno poder radicado en el centro generador y al cultivo de la palabra, porque estamos
ligados a lo que hablamos, a lo que pensamos, a lo que exteriorizamos.
Cada palabra que se pronuncia audible o inaudiblemente influye para bien o para mal en todas las células,
tejidos, órganos, aparatos y sistemas del organismo. La crítica destructiva, el chisme, las palabras soeces
y ordinarias, especialmente aquellas que atentan contra la santidad de la energía germinal, nos causan un
daño incalculable generando toda clase de enfermedades y de problemas.
Cuando nuestro lenguaje es negativo, estamos destruyendo no sólo nuestra armonía interior sino también
la de los demás. No nos podemos quejar si los demás huyen de nosotros porque no tenemos la vibración
magnética que nos haga agradables para que nos acepten, nos reciban y estén a gusto en nuestra
compañía.
El lenguaje no es solamente lo que exteriorizamos con la palabra; también tenemos un lenguaje
interior. Cuando ese lenguaje interior está pleno de armonía, de espiritualidad, de belleza y de ritmo, la
vida se torna poética, bella, amable, la salud cada vez es mejor y las relaciones interpersonales se van
tornando más felices y prósperas. Pero si ese hablar interior es disonante, altanero, malicioso, de odio,
de crítica, de ira, de envidia, de incertidumbre, de pasiones de cualquier clase, ello se expresará en el
diario vivir porque exteriorizamos lo que estamos viviendo internamente.
Debido a la falta de conocimiento y comprensión acerca del poder del lenguaje, lo profanamos
constantemente y maltratamos la armonía interior de los demás con nuestras palabras bruscas y
disonantes.
El Verbo interior se atropella permanentemente con imágenes absurdas; ese parloteo disonante es el que
nos lleva a cometer imprudencias. Debemos ser muy cuidadosos con el Verbo interior, porque ese hablar
interno genera imágenes que activan el cuerpo emocional, haciendo que el cuerpo físico vaya en una u
otra dirección, según las imágenes que estén generándose en un momento dado. Por eso, por ley kármica
cada uno de nosotros tenemos lo que nos merecemos.
Las personas más brillantes que pueden exteriorizar todo lo que saben, piensan, sienten, de alguna
manera han sublimado la energía de la Vida, dirigiéndola hacia el centro del lenguaje para desarrollar
elocuencia y hacia la glándula pineal como centro de conciencia actualizada, fortaleciendo sus facultades
psíquicas y mentales. La mayor parte de la humanidad ha dirigido esa energía hacia la esfera generadora
para satisfacer el impulso genitor, por lo tanto, solamente les interesa comer, beber, divertirse y
cohabitar. De esta manera podemos saber cuál es nuestro nivel de evolución. Pero eso no significa que
tengamos que quedarnos con nuestras limitaciones. Gracias a la epigénesis podemos divinizarnos en el
momento en que lo deseemos aplicando para ello la voluntad como divino poder de nuestro Espíritu.

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El sendero del perfeccionamiento incluye el cultivo de la consciencia, de la sensibilidad y del lenguaje. El
lenguaje que exteriorizamos debiera estar pleno de mística y de veracidad para entregar a los demás
mensajes de armonía, de paz y de espiritualidad. En la palabra está estereotipado el poder del hombre.
“El Verbo es la Vida y la Vida es la Luz de los hombres”, dice el Evangelio de Juan. A Jesús se le llamó el
Verbo encarnado, porque Él con la palabra calmaba tempestades, curaba a los enfermos y devolvía la
armonía a aquellos que la habían perdido. Por eso es un ejemplo de vida para nosotros.

CAPÍTULO XVII

ÁNIMA - ÁNIMUS
El Alma del Mundo, la Vida Divina tiene doble polaridad que se manifiesta en lo masculino y en lo
femenino de la existencia. Lo divino en nosotros es la sensorialidad, es decir, la sensibilidad estética del
Alma, que unida a la consciencia, harán del ser humano común un ser divinizado.
Quienes están más cerca del sentido espiritual son los artistas: músicos, pintores, escultores, poetas y
místicos, que, sintiendo el ritmo de su vida interior, logran canalizar el poder de la imagen y el sentido del
amor, gracias a que se han consagrado consciente o inconscientemente a su interna realización.
La relación entre el hombre y la mujer se da gracias a que existe una alternancia de polaridad, no
solamente física sino vital, emocional, mental, imaginal, sensorial y conscientiva, que permite que lo
masculino y lo femenino puedan vincularse y complementarse en todos los planos. Por lo tanto, siendo
andróginos como Espíritus, podemos llegar a las más altas cimas de la evolución y del progreso.
Enseña el psicoanálisis que el Alma del varón es de naturaleza femenina (ánima), mientras que el Alma de
la mujer es de naturaleza masculina (ánimus); gracias a esa polaridad nos enamoramos.
Según Jung, el ánima (la mujer interior) como perspectiva intuitiva, es un rasgo inconsciente en el varón,
lo que compensa su actitud racional consciente; en la mujer, por el contrario, la perspectiva intuitiva, es
la actitud dominante de su conciencia, mientras que la actitud racional, se encuentra en su inconsciente
como ánimus (el hombre interior).
Eso hace que los hombres y las mujeres seamos distintos en el campo del pensar y del sentir. El hombre
primero que todo es racional y después sensorial, primero es razón y después corazón. La mujer, por el
contrario, primero es más sensible, luego racional, primero es corazón y después razón. Cuando el hombre
piensa, la mujer está sintiendo, cuando el hombre llega a sentir la mujer ya está pensando. El hombre es
más racional, el hombre no se deja llevar tanto por el corazón sino por la razón.
En el hombre prepondera la voluntad, después la imaginación y por último el sentimiento; en la mujer
primero es el sentimiento, después la imaginación y por último la voluntad. Esa constitución psico-
fisiológica diferente, hace que prácticamente la mayoría de los hombres y las mujeres no logren ponerse
de acuerdo.

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La mujer constantemente saetea al varón y le apasiona. Ella seduce y él conquista. Cuando una mujer se
acerca un varón, cuando le habla, cuando piensa en él o cuando cohabitan, si las imágenes que ella tiene
en ese momento son nobles, puras y espirituales, ese varón, por un proceso de inducción psíquica irá
cultivando esos atributos, porque está siendo dirigido por la corriente de energía emocional de quien
tiene el poder en ese momento. Igualmente, si el varón es un ser de voluntad, de carácter, de decisión,
de acción fecunda, la mujer irá canalizando dichas características.
El varón teniendo su aspecto polar masculino en la esfera generatriz, debe buscar lo femenino de su
naturaleza, el ánima, en el corazón. Así mismo, la mujer teniendo su aspecto femenino en la esfera
generatriz, debe buscar en el corazón lo masculino de su naturaleza, su ánimus.
Cuando el hombre aprenda a desarrollar más estética y sensibilidad en su vida (ánima), comprenderá
mejor a las mujeres, las amará y podrá encontrar el paraíso en la tierra; igualmente, cuando la mujer
intensifique su voluntad (ánimus), podrá comprender por qué el varón es brusco, por qué el varón tiene
esa forma de ser característica que tanto lacera su sensibilidad. La mujer debe comprender que el hombre
al ser mas racional es más emotivo, por eso es mucho más difícil tratar con él.
Cuando en una relación de pareja logran armonizar el pensar y el sentir, ambos pueden vivir en armonía. Si
el hombre y la mujer nos entendiéramos en el campo de la imaginación y aprendiéramos a sentir como
artistas y a pensar como filósofos, el pensamiento se iría convirtiendo en consciencia actualizada, se
desarrollaría una voluntad inquebrantable, el cultivo del arte y de la estética se convertirían en amor, en
armonía, en sensibilidad. El ser humano debe buscar ese cambio de polaridad en su propia interioridad
para lograr el androginismo espiritual.
Los personajes más extraordinarios han sido los que han logrado cultivar en sí mismos el otro polo de su
energía interior. El Señor Jesús fue quizás el varón físicamente mejor constituido de la evolución; era un
Adepto, es decir, un ser perfecto; como su Alma era eminentemente femenina, en él todo era exquisita
sensibilidad, amor por los demás, bondad, sentido estético, bien, servicio, altruismo, armonía espiritual
de la vida. Por eso han pasado más de dos mil años y no ha podido borrarse la memoria de ese gran Ser
y posiblemente no se borrará jamás.
Así mismo, (aunque en menor proporción), sucede con los maestros en el campo del arte, de la música,
de la pintura, de la escultura, de la poesía. Quienes han cultivado el Alma siempre han dejado una huella
indeleble en la evolución y se les sigue recordando como seres muy importantes. Son pocas las personas
que no han oído hablar de los poetas Amado Nervo y Rubén Darío; en ellos existía un Alma profundamente
femenina, por eso sus versos son plenos de estética, de belleza, cantándole al amor y a la espiritualidad.
Los artistas, pintores, escultores, poetas y genios en general, viven el sentido espiritual despertado por la
otra polaridad. El hombre enamorado se convierte en poeta y puede escribir los versos más sublimes,
debido a que ha sido saeteado por el aspecto femenino desde un punto de vista armonioso y divino.
Cuando la mujer despierte el Alma del varón y el varón despierte el Alma de la mujer, se adorarán
espiritualmente y se amarán más en lo ideal y menos en lo instintivo. Esas parejas serán perfectas, vivirán
en armonía y no habrá disgustos entre ellas. Es una profunda verdad y un extraordinario conocimiento;
pero sólo muy pocos conocen el misterio.

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Cada vez que en nuestra vida hay un momento de belleza, de paz, de bondad, de altruismo, de servicio
desinteresado, está vibrando el Alma. A partir de esos breves momentos álmicos, vamos actualizando
consciencia relativamente y comprendiendo que la vida es digna de vivirse.

CAPÍTULO XVIII

MAGNETISMO ETÉRICO-SEXUAL
Todas las células que conforman nuestro organismo son al mismo tiempo eléctricas y magnéticas,
irradiantes y absorbentes, es decir, masculinas y femeninas. Todos los poros irradian y absorben el
magnetismo. Podríamos decir que “la piel es el órgano más grande que existe”, cubriendo los demás
órganos y desde el punto de vista del magnetismo etérico-sexual es trascendental.
Físicamente, el organismo es de naturaleza bio-electromagnética, es decir, eléctrica y magnética. La
electricidad circula por los nervios y el movimiento de los electrones a través de los nervios genera un
campo magnético.
Para mantener la salud física y anímica, debe fluir constantemente entre el hombre y la mujer un tipo de
electromagnetismo, que es el magnetismo etérico-sexual; si no es así, el cuerpo y el Alma se
enferman. Cuando alguien tiene una desilusión, una tristeza profunda, esa alteración emocional produce
desequilibrios y enfermedades en el cuerpo, porque lo sutil reacciona sobre lo denso, así como lo físico
reacciona sobre lo sutil. La función electromagnética es necesaria para la vida, porque evita desequilibrios
como la histeria en las damas y las psiconeurosis que producen depresión, ira, celos, temores, angustias,
irritabilidad, tanto en hombres como en mujeres.
Las personas magnéticas son aquellos que tienen la posibilidad de irradiar de sí conocimiento, alegría,
salud, positivismo, éxito, exteriorizando todas sus posibilidades latentes. Por el contrario, las personas
amagnéticas, son aquellos fracasados, insensibles, pendencieros, negativos, que son llevados por las
mareas del destino sin saber a qué puerto irán a arribar en su diario vivir.
El cuerpo físico del hombre es de polaridad positiva o irradiante, mientras que el cuerpo físico de la mujer
es de polaridad absorbente o receptiva. Por esta razón, el hombre necesita mucho de la mujer en lo físico
(en lo sexual) y la mujer necesita mucho del hombre en lo vital (compañía). Desde remotísimo pasado el
hombre ha cohabitado incisivamente con las mujeres; se dice que siempre está pensando en ellas, que
siempre está consiguiéndose amantes; el hombre es impulsado a actuar así debido a la falta de
conocimiento y de sublimación de la energía generadora que le lleva a satisfacer el instinto.
Así como la mujer posee su cuerpo físico receptivo (sexualmente hablando), su cuerpo vital[39], es de
naturaleza irradiante o masculino. Por razón de ésta polaridad etérica irradiante, la mujer necesita más
que todo de la compañía y del magnetismo del varón especialmente en el aspecto energético, sutil, por
lo que quiere que su compañero esté a su lado a toda hora.

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El varón debe comprender que la naturaleza sensible de la mujer necesita de su compañía. Siendo el
cuerpo vital del hombre absorbente o femenino, se convierte en un receptor fluídico de la
sobreabundancia vital de la mujer, quedando ella satisfecha con ese intercambio, tal como ocurre con el
varón físicamente en su relación íntima con la dama.
La mujer necesita intensamente que el hombre se le acerque, que le hable y que comparta con ella. Ella
en general espera primero que la seduzcan y que la enamoren, pasando lo sexual a ser complementario.
Esto se debe a que la cercanía del aura masculina la fecunda emocionalmente, al tiempo que comparte
con el varón la sobreabundancia de vitalidad que posee, hasta permitir finalmente la compenetración
física. En general la mujer no tiene tanta necesidad íntima del varón, aunque algunas mujeres tienen una
naturaleza ardiente —obviamente por secuencias kármicas— que hace que sí lo requieran.
En contraste, como el hombre tiene polaridad vital absorbente, no tiene tanta necesidad de compañía de
la mujer como ella de él; es por eso que los monjes pueden vivir aislados en un monasterio durante años
sin desarrollar los psico patologismos de las monjas de clausura.
Los sacerdotes católicos observaron que las monjas de clausura, (es decir, las que nunca salían del
convento y nunca tenían contacto con varones) sufrían una serie de psico-patologías que no se
observaban en los monjes en su aislamiento en los monasterios. Como los sacerdotes tuvieron acceso a
algún conocimiento esotérico, comprendieron que era la contraparte energética, sutil de la polaridad vital
de los varones, lo que les hacía falta; por eso se estableció que el sacerdote frecuentemente fuera a
escucharles la confesión y a darles la comunión. En la proximidad de la confesión —en donde le sacerdote
y la monja están separados unos pocos centímetros— los campos electromagnéticos (las auras), se
entrechocan y el hombre le proporciona a la mujer una especie de vitaminas vitales de naturaleza etérico-
sexual que le hacen falta y la equilibran.
Incluso en los conventos modernos, algunas religiosas que tienen poco contacto con varones, se
desequilibraban emocional y psíquicamente; hay religiosas que comen obsesivamente sin ninguna razón
aparente, a otras les da por no comer, algunas lloran continuamente, otras discuten obstinadamente.
Físicamente el hombre es más fuerte que la mujer, pero en cuanto a la energía vital se refiere, los hombres
somos más débiles que las mujeres. Por eso tenemos que dormir más y soportamos menos el dolor físico
que ellas.
Siendo el cuerpo vital de las mujeres de naturaleza irradiante o masculina, la sobreabundancia de energía
que tienen les permite gestar y dar a luz un nuevo ser; el resto de esa energía se libera a través de la
menstruación. Cuando la mujer no menstrua tiene la tendencia a llorar frecuentemente para liberar el
exceso de vitalidad. Por eso la mujer es más propensa al llanto que el varón. Cuando un varón adulto
llora, queda tremendamente agotado, desvitalizado, porque pierde energía vital. No ocurre así en la
mujer quien puede llorar días enteros quedando perfectamente bien al perder parte de esa fuerza vital
(de naturaleza positiva) que le está acuciando.
Así podemos explicarnos por qué muchas mujeres solteras, (especialmente las que nunca tienen
compañía de hombres y viven solas), usualmente son amargadas, gritonas, conflictivas, lloran con
frecuencia, se deprimen, se angustian, sufren emocionalmente de una manera intensa, debido a que el
plexo solar —centro emocional por excelencia— y el chakra sexual —centro energético por donde fluye
la energía del éter de vida— se encuentran inhibidos en la libre circulación energética, por falta de
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magnetismo etérico-sexual, que se da no sólo en la relación de pareja sino también en el matrimonio, en
la camaradería y en la amistad con los varones. Ese magnetismo etérico-sexual puede recuperarse con la
sola compañía de un varón con el cual simpatice esa dama.
Cuando dos personas de sexo opuesto se acercan, si entre ellas no hay afinidad de ninguna clase, no habrá
intercambio fluídico a través del aura; pero si existe algún tipo de afinidad, empieza entre ellos un
intercambio fluídico de naturaleza etérica y astral. Así, cuando un hombre y una mujer hablan entre sí, el
hecho de que haya algún tipo de empatía, facilita la liberación de esa carga energética sutil,
produciéndose el intercambio energético. Sin ese intercambio el ser humano no sería capaz de sobrevivir
en perfecto estado de salud física y psíquica.
El intercambio energético también se da a través de los ojos al mirarse, a través del contacto manual al
saludarse, al abrazarse, al bailar, al besarse y muy especialmente al estar en la intimidad. Un abrazo no es
solamente el intercambio electromagnético entre los diferentes cuerpos o vehículos de energía; un abrazo
activa el chakra crístico (centro energético del corazón), entregando parte del amor o del afecto que en
ese momento sentimos hacia la otra persona. Afortunadamente hoy en día ese intercambio fluídico se
da en las fábricas, en las oficinas, en los colegios, en las universidades, en los vehículos de transporte
público, situación muy importante especialmente para aquellas personas que por una u otra razón no
tienen intimidad.
El intercambio fluídico entre un hombre y una mujer permite que fluya una corriente electromagnética
entre ambos, produciéndose un connubio sutil, que es absolutamente esencial en la relación de los seres
humanos. Ese connubio sutil puede ser a nivel etérico, astral, mental, imaginal, sensorial.
Durante el connubio ese intercambio fluídico aumenta superlativamente. El mayor intercambio de esas
energías se obtiene cuando la pareja se une por amor. Cuando existe amor, la unión sexual es la
completitud de ese amor; esta unión les ennoblecerá y vivirán en armonía.
A este respecto, el Maestro Huiracocha dejó la enseñanza en latín: “una suave inmissio membri virilis in
vaginam sine ejaculatio seminis… esto no solamente es un remedio seguro para armonizar los
matrimonios, sino también para curar la impotencia...”
Si los cónyuges se vinculan íntimamente, abrazados, acariciándose tiernamente, sin buscar el orgasmo,
alejados del erotismo (coitus reservatus), pueden estar horas en el connubio sin agotarse, regenerándose,
aumentando la vitalidad, la salud y la fuerza emocional de ambos. Después, al separarse, relajados, si se
dedican a estudiar a profundizar, a meditar o a pensar en temas abstractos, pueden desarrollar gran
inteligencia y sabiduría. Así se acabarían las rencillas conyugales, la impotencia, la eyaculación precoz y
ambos vivirían en un estado de plenitud. Por el contrario, el intercambio sexual pasional y ordinario que
sólo busca la satisfacción del instinto, lleva al desgaste energético progresivo y a la desarmonía.
Aunque las relaciones sexuales son muy importantes, no son absolutamente necesarias. Son muy
importantes especialmente cuando hay amor y por supuesto cuando por falta de control se necesita con
frecuencia la intimidad.

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CAPÍTULO XIX

EL PODER DE LAS HORMONAS


Las hormonas, especialmente las de tipo sexual, tienen una influencia decisiva en nuestra naturaleza
física, emocional y mental. La actividad hormonal influye en nuestra forma de pensar, de sentir y de
actuar; lo físico reacciona sobre lo sutil, porque lo sutil y lo denso no son más que los dos polos de la
misma energía.
No somos masculinos (hombres) o femeninos (mujeres) cien por ciento, porque las hormonas
contrabalancean relativamente esa polaridad física. Gracias al funcionamiento hormonal, el hombre
busca a la mujer y ella al varón. Los llamados atributos sexuales secundarios tales como la voz grave, el
hirsutismo y la barba en el varón; las caderas redondeadas, la voz delicada, el desarrollo de senos en las
damas, se manifiestan gracias a la actividad de las hormonas de tipo sexual, las gónadas, es decir, los
ovarios en las mujeres y los testículos en los varones, que son centros hormonales que se encargan de la
diferenciación sexual a partir de la pubertad.
En el centro generador se produce el elíxir de la eterna juventud. Las gónadas son las encargadas de
fabricar las substancias de vida (hormonas), haciendo a la mujer eminentemente femenina, magnética,
receptiva, y al varón irradiante, volitivo y viril. Físicamente las hormonas son la parte substancial, pero lo
importante tras de ellas es el Fuego, la energía de la Vida.
Existen algunos síndromes en los que la maduración sexual se adelanta por algún desequilibrio hormonal
a nivel de la pineal, de la hipófisis, de las gónadas o de las suprarrenales; en estos casos el tiempo
promedio de vida suele ser más corto.
Cuando una persona comienza prematuramente a abusar del sexo, madura más rápido. Si es un jovencito
que comienza a masturbarse en la pubertad, se observa cómo los caracteres secundarios se desarrollan
más tempranamente, le empieza a salir barba, decimos que empieza a “hacer gallitos” y su voz se torna
más grave.
Cuando el joven no malgasta la energía sexual durante la pubertad ni la adolescencia, se observa que sus
características sexuales secundarias se definen más tardíamente y la voz mantiene una ligera
androginidad hasta los 17-18 años, en que finalmente se torna grave sin haber sido disonante.
Los jóvenes de ambos sexos que tienen un despertar sexual precoz, dejan de ser niños o niñas, y si
empiezan a utilizar el sexo en la cópula, se convierten mentalmente en adultos, no importa que tengan
doce, trece, catorce o quince años; los problemas de la vida se les van acercando progresivamente
convirtiendo su vida en un mare mágnum de problemas.
Por el contrario, si los adolescentes y los adultos en vez de darle rienda suelta al instinto psicosexual,
aprendemos a dirigir adecuadamente esa energía hacia el cerebro, podremos encontrar la iluminación en
nuestro vivir, desarrollando conocimientos y potencialidades superiores al común de la humanidad. Es así
como han surgido los genios y los prohombres de la raza; todas estas personas han tenido una verdadera
despreocupación en el campo sexual, dirigiendo esa energía hacia los centros cerebrales.

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Las glándulas suprarrenales tienen dos porciones, una externa, la corteza, y otra interna, la zona
medular. La corteza suprarrenal produce cortisol, aldosterona y andrógenos, responsables del carácter,
de la decisión y del valor. La zona medular produce la adrenalina y la noradrenalina. La adrenalina es la
hormona del combate, de la actividad; controla los vasos sanguíneos, estimula la circulación sanguínea,
da fuerza y tono a los músculos, nos permiten reaccionar rápidamente ante los peligros, le da tono al
corazón, al cerebro y a los órganos sexuales.
Cada vez que una persona llega al orgasmo, sea varón o dama, las glándulas suprarrenales agotan la
producción de andrógenos para darle tono al centro generador en el momento del clímax, lo que va
disminuyendo progresivamente la reserva energética de las suprarrenales. No es que el ser humano no
deba tener su unión natural con su cónyuge porque lo natural es bello y sano, pues lo malo no es el uso
sino el abuso.
El joven adolescente tiene mayor cantidad de hormona masculina (testosterona) en su torrente
circulatorio. Por eso es decidido, enérgico, es picapleitos; hace lo que sea, porque esa energía lo estimula
para un lado y para otro. Pasan los años y se tranquiliza, se enlentece; se dice que “la calma de los años,
es la sabiduría de la edad”, pero la verdadera razón de esa calma es que ya está desgastado, le faltan
hormonas, potencia, vigor, virilidad.
Igualmente es en las damas. Las muchachas en su adolescencia sienten fluir su magnetismo debido a la
energía de la Vida, pero con el paso de los años también se van disminuyendo las hormonas femeninas
(los estrógenos); llega la menopausia, se tornan más tranquilas, serenas, quizás apáticas,
mustias. Mientras hay estrógenos, la mujer se mantiene joven pero cuando los estrógenos disminuyen
con la menopausia, comienza la senectud.
Esa situación no sólo se da en los seres humanos, también se da en los animales y en los mismos vegetales
que producen hormonas llamadas giberelinas; es igual, porque las hormonas son parte de la energía del
Tercer Aspecto del Logos (Dios), el aspecto actividad, que esotéricamente es llamado el Fuego Creativo
del Espíritu Santo.
Un toro con su facultad genésica íntegra es majestuoso, tiene la fogosidad característica que se observa
en las corridas. En cambio, los animales utilizados en las labores del campo, al ser castrados se tornan
mansos; han perdido parte del poder. ¿Por qué seres como el Señor Jesús son tan luminosos? Porque
han sabido acumular esa Luz, han sabido ponerla a vibrar; por eso son grandes, por eso son sabios, por
eso son magníficos, por eso tienen poder.
¿Y por qué el resto de la humanidad no tenemos nada? Porque no hemos sabido aprovechar la Luz interior
que tiene su punto de acción en la esfera generadora. Allí se encierra el poder. Ojalá cada vez mayor
número de jóvenes y adultos lograran tener acceso a este maravilloso conocimiento: la fuente de la vida
y de la sabiduría subyacen en la continencia y en la sublimación de la energía procreadora.
Para regenerar nuestro organismo, debemos aprender a activar conscientemente la producción de
hormonas sexuales. Para ello, en meditación, se debe dirigir la atención hacia las gónadas e imaginar que
se produce mayor cantidad de sustancia hormonal, que es absorbida por el gran conducto linfático
torácico-abdominal ascendente, el cual desemboca en la vena cava, justo antes de su desembocadura en
la aurícula derecha del corazón. De allí, por intermedio de la sangre, se reparte hacia todo el cuerpo,
regenerando todas las células, tejidos, órganos, aparatos y sistemas.
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Si se tienen enfermedades, imaginar cómo la parte germinal substancial es llevada por la sangre hacia el
órgano que está atrofiado o enfermo, lo cual aumentará la circulación de las energías que mantienen la
cohesión molecular y la salud del organismo, regenerándolo progresivamente.
Krumm-Heller afirmaba que “todo desarrollo oculto comienza en las glándulas endógenas”. A través de
la imaginación, podemos dirigir la energía de la Vida —el elíxir de Vida radicado en la esfera generadora—
a cada uno de los chakras para que estos a su vez alimenten o nutran cada una de las glándulas endógenas,
de modo que sus hormonas regeneren y nutran las células y los tejidos.
Para obtener resultados, es indispensable imaginar que la energía de la esfera generadora se eleva e
inunda la glándula o glándulas de secreción interna que uno quiere activar, si no se trabaja con la
imaginación el proceso no se da. La imaginación es un poder extremadamente grande en el ser
humano. Un Iniciado en alguno de sus desplazamientos psíquicos, tuvo la posibilidad de observar a un
alquimista, quien tenía más de 100 años, pero no aparentaba más de 40, observó que dirigía con la
imaginación la energía de la glándula tiroides hacia la esfera generadora y luego revertía esa energía desde
esa esfera hacia la glándula tiroides.
Si se activa conscientemente la producción de hormonas y no se pierde la energía generadora en desvaríos
eróticos, en tres semanas solamente, se puede ser distinto, se pensará con claridad, serán más activos y
viriles los varones, y las damas serán más magnéticas, activas, amorosas y sensibles. Pero hay que ser
muy prudentes con el uso de aquella energía para que realmente podamos divinizarnos. Así se le puede
devolver al cuerpo la juventud perdida; recuperar la capacidad de solucionar los problemas, ser más
sensibles y más conscientes.
Estos conocimientos no son para creerlos, son para analizarlos, meditarlos y vivirlos. Si observamos que
son realidades de utilidad para nuestra vida y los aprovechamos, será maravilloso.

CAPÍTULO XX

ALMA GEMELA
Contrariamente a lo que algunos piensan, la separación de los sexos en la remota antigüedad no originó
un “alma gemela”. Las Almas gemelas no existen desde el principio de los tiempos. La teoría de las almas
gemelas además de ser falsa, ha hecho mucho daño a la humanidad, porque algunas personas de fuerte
tendencia psicosexual, la han tomado de disculpa para estar cambiando de pareja, lo cual no ha hecho
más que aumentar el dolor y los problemas sensoriales, emocionales y psíquicos de la humanidad.
Las Almas gemelas pueden llegar a existir cuando dos personas encarnadas en cuerpos opuestos,
masculino y femenino (que son complementarios), se van armonizado en diferentes encarnaciones, hasta
el punto que logran encontrarse tanto en el Mundo Físico, como en las regiones suprafísicas.
Aquellas parejas que se unen por amor, con pureza, con la imaginación de ambos puesta en un ideal
sublime, están generando un lazo por toda la eternidad. Así se va formando el androginismo espiritual

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que les llevará a convertirse en Almas gemelas. Pero no es que tengamos necesariamente un “alma
gemela”, porque nos cansaremos de buscarla. Lo que debemos es armonizarnos con nuestra pareja y si
la amamos, que ese amor transcienda la materia densa para que sea un amor ideal, un amor espiritual. Es
llegar a amar el Alma de la pareja, aunque el cuerpo es indispensable no sólo para la procreación y
perpetuación de la especie sino para la complementación psico-fisiológica y espiritual que debe haber en
ese proceso mágico-sagrado del connubio.
Dice la Biblia: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola
carne”[40]; pasaje que se refiere al maridaje espiritual que debiera existir entre los cónyuges.
Si un hombre y una mujer sienten que sus cuerpos son el uno para el otro, si se sienten felices de estar
juntos, si se desean, y si a nivel mental les gusta compartir ideales, lecturas y conocimientos, indica que
se están formando como Almas gemelas. Cuando aprendan a armonizarse en el mundo de la imaginación
que es un poder creador del ser humano, lo que ambos imaginen lo concretarán en el Mundo
Físico. Cuando se complementen en lo sensorial su amor será eterno. Finalmente, cuando se
complementen en el nivel conscientivo, que es voluntad superior, se habrán convertido en dioses y
llegarán a ser Logos.
Sólo a través de la fidelidad, puede llegarse a la completitud física, vital, emocional, mental, imaginal,
sensorial y conscientiva. Una persona se puede sentir extremadamente a gusto en el campo íntimo con
su pareja, pero puede que no le impacte en lo emocional ni en lo mental. Si una persona se compenetra
con su pareja muy bien en lo físico, pero emocionalmente le pertenece a otra, mentalmente a otra y
sensorialmente a otra, no puede haber una realización de índole espiritual a través de la
bipolaridad. Saber si se tiene un Alma gemela no es tan fácil. Cuando una persona al sentirse atraída por
otra empieza a escribir poesía por el sólo hecho de verla, de conversar, de compartir con ella, implica que
tienen un vínculo pre-existente. Cuando esa pareja vive en estado de armonía, plenitud, paz y felicidad
permanente; cuando logran sacar a la luz lo mejor que tiene el otro, son personas que desde otras
encarnaciones vienen trabajando juntos.
La pareja llega a conocerse tanto, que por intuición el uno sabe lo que el otro va a decir o sabe lo que le
pasa. Eso sucede porque hay una unidad energética, sutil, psíquica muy especial. El sabe lo que va a decir
la mujer y ella sabe lo que va a decir el esposo, si uno de los miembros de la pareja está de mal genio,
preocupado o enfermo, aunque no diga nada, el otro lo sabe.
Si uno de ellos se marcha prematuramente (fallece) queda un gran vacío en el Alma del otro durante toda
la encarnación. Son personas que, en el pasado, trabajando como almas gemelas cometieron alguna
imprudencia que generó un karma negativo y vuelven a encontrarse en otra vida, pero ese encuentro es
efímero, cada uno tiene que cancelar su deuda kármica quedando con ese vacío en el Alma. En un futuro
después de que desincorporen y habiendo cancelado esa deuda, podrán volver a acercarse, a compartir,
a seguir su rumbo.
A veces las personas que vienen trabajando como almas gemelas no encarnan simultáneamente;
entonces el que está encarnado suspira por ese alguien que no encuentra; pero cuando se entrega al
sueño, se halla en los mundos espirituales con su amado o su amada. Es un amor de Alma a Alma. Otras
veces ambos encarnan en cuerpos de la misma polaridad (ambos como varones o como damas), entonces
son hermanos del Alma, son amigos, pero amigos que se aman y adoran más que amar a los padres o a

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los hermanos. Es un amor absoluto, aunque se ignore por qué se siente tanto cariño y tanto respeto hacia
esa persona.
Si dos personas que desde el pasado vienen como Almas gemelas se encuentran, y uno de ellos o ambos
ya están casados, el hecho de reencontrarse no justifica dejar abandonado a su cónyuge e hijos por irse
juntos. Eso es ir en contra de la Ley de Causa y Efecto lo que genera karma negativo y se estarán alejando
durante otras cuantas encarnaciones, porque están violando la ley.
Las Almas que a nivel de la Individualidad apenas están comenzando su trabajo, deben tener cierto nivel
de abnegación, de sacrificio por la otra persona. No imponer siempre “la estricta voluntad” porque eso
provoca daños muy graves en todo tipo de relaciones. Es un dar y recibir; unas veces uno debe ser
irradiante, activo, y otras veces absorbente, pasivo. Allí es donde está el secreto del matrimonio.
Sólo pueden convertirse en Almas gemelas las personas del mismo Rayo[41]. Uno puede armonizarse,
fraternizar y vivir una vida conyugal muy armoniosa con una persona de otro Rayo, si es inteligente y sabe
llevar la relación de pareja.
Entre más elevadas se encuentran las personas en la escala de la evolución, la categoría de su unión sólo
se amoldará con personas que tengan su mismo nivel de desarrollo. Quien sublima sus energías y
mantiene la aspiración por lo divino, tarde o temprano tomará contacto con alguien que tenga una
vibración afín, ya sea en el Mundo Físico, ya sea en los mundos suprafísicos o en otra encarnación.

CAPÍTULO XXI

EL SENDERO DEL HOGAR


El verdadero matrimonio se realiza en Alma y en Espíritu, aunque físicamente por conveniencias sociales,
por costumbre, por responsabilidad, se utilice el matrimonio civil o religioso. Quien se casa adquiere un
compromiso muy serio ante la vida.
La persona casada que quiere ser esoterista, requiere caminar el sendero del hogar. Mientras los dos
estén encarnados y viviendo como consortes, la persona puede y debe dedicarse a su trabajo interno,
pero también tiene que cumplir con su cónyuge en la intimidad. ¿Cómo cumplir con los deberes
conyugales? Vinculándose a la otra polaridad con mística, con armonía, con ternura, con cariño, en un
abrazo espiritual en el cual ambos están regenerándose, espiritualizándose.
Las epístolas del apóstol Pablo a los Corintios, son muy iluminadoras a este respecto, enseñando el uso
correcto de la energía sexual:
“Bueno le sería al hombre no tocar mujer; pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia
mujer y cada una tenga su propio marido”[42]. “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal y así

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mismo la mujer con el marido”[43]. “No os neguéis el uno al otro, a no ser por un tiempo de mutuo
consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración y volved a juntaros en uno...”[44].
Cuando en las escuelas Iniciáticas se habla de sublimación y castidad, algunas personas deciden no volver
a tener más relaciones íntimas con su cónyuge; están generando una deuda kármica negativa. Quien se
casa adquiere un compromiso no solo ante su cónyuge, sino también ante la ley divina y tiene que cumplir
con ese deber.
Si el (o la) cónyuge no le ayuda a sublimar, es porque no se lo merece; cumpla con su deber íntimo y
mantenga el ideal de la pureza, de la espiritualidad, y cada vez que tenga posibilidad de sublimar sus
energías, hágalo.
Si el (o la) cónyuge se molesta porque estudie esoterismo, no lo haga; si se enoja porque asiste a
conferencias, no vaya, pues se trata de una deuda kármica. Cuando el hecho de estudiar estos temas, de
meditar, de sublimar, es motivo de disgusto con el (la) cónyuge, es porque en el pasado, uno hizo lo mismo
con otra persona de mayor evolución refrenando su desarrollo interno. Por reacción kármica está
aprendiendo una lección. Cumpla con el sendero del hogar, mantenga el ideal, el anhelo de lo espiritual,
no lo deje morir jamás. Así se cancela la deuda kármica. Esfuércese lo más que pueda por elevarse y así
hará la suficiente ganancia kármica para que llegue el momento en el que pueda estudiar, leer, meditar,
recibir apoyo para su trabajo interno y podrá definitivamente elevarse si eso es lo que honesta y
sinceramente busca.
Quien se opone al sendero del hogar y dice que no sigue más con esa persona porque no le deja hacer
nada, se estancará en el campo espiritual y tendrá que esperar futuras encarnaciones para cancelar su
deuda hasta que por fin pueda retomar su camino. Cuando la pareja sublima sus energías, son
matrimonios que se comprenden mejor y tienen menos diferencias conyugales siempre y cuando se
rindan culto estético el uno al otro.

CAPÍTULO XXII

EL CULTIVO INTERNO
Usualmente el ser humano dirige su atención hacia lo externo olvidándose de lo interno. No sabemos
que dentro de nosotros tenemos la felicidad, la armonía espiritual y la posibilidad de sanarnos y de sanar
que tanto buscamos por fuera.
El cuerpo es el templo del Espíritu y como tal jamás debe ser profanado. El cuerpo no se debe mortificar,
es decir, no se debe abusar del licor, de las drogas ni del sexo. Siendo el cuerpo el templo del Espíritu y
además nuestra posesión más valiosa, debemos respetarlo, cuidarlo, proporcionarle los alimentos que
realmente necesita en los horarios adecuados y facilitar oportunamente la eliminación de los residuos
que lo van intoxicando. Debemos dejar de lado todo aquello que vaya enfermando el organismo: las
drogas alucinógenas que están afectando la moral de la humanidad y destruyendo el cerebro; el cigarrillo
y el licor que son substancias que van endureciendo el cuerpo, ocluyendo las arterias, las venas y los
alvéolos pulmonares, trayendo enfermedades que dejarán como secuencia la tristeza y el dolor.

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¿Quién es el responsable de nuestros dolores y de nuestras penas? Solamente nosotros mismos. No
podemos culpar a la Divinidad ni a nuestros padres ni a nadie, porque somos los artífices de nuestro propio
destino. “El que inocentemente peca, inocentemente se condena”. Tenemos el conocimiento y debemos
tratar de comportarnos como seres racionales día tras día.
No se puede llamar racional la persona que se emborracha habitualmente o que fuma; no puede ser
racional quien anda por el mundo dándose de trompadas con los demás, insultando, maldiciendo,
profiriendo amenazas; no puede ser racional ni espiritual quien mantiene constantemente pensamientos
torcidos, imágenes de odio, de rencor, de celos, con incertidumbres y temores. Eso no es racionalidad;
eso es inconsciencia.
Al estar de pie o sentados, debemos concientizarnos que el cuerpo debe mantenerse lo más erguido
posible. La espina dorsal es un eje portentoso que debe recibir las energías del Universo, las cuales han
de penetrar progresivamente en nuestro cuerpo para actualizar la energía de los centros energéticos o
chakras y de los diferentes vehículos en los cuales evolucionamos para fortalecer la salud física y psíquica
y desarrollar consciencia. Es por eso que el ser humano debe aprender a mantener una postura
perfectamente erguida. Debemos aprender a caminar con la mayor armonía posible sin golpear los
talones. Hablar con estética, con suavidad y con cariño es indispensable en nuestro trabajo diario.
¡Cómo imaginar que el Señor Jesús en su armonía espiritual pudiera andar por los caminos del mundo
jorobado y de mala gana! ¡Cómo imaginar que los grandes seres de la historia fueran por el mundo
maldiciendo, hablando tonterías, perdiendo el tiempo en una esquina!
Debemos cuidar nuestro ser anímico y moral manteniendo pensamientos e imágenes altruistas, bellas,
espirituales y divinas, sin permitir jamás que imágenes negativas y emociones impuras o perversas puedan
mancillar su luminosidad interior.
Tenemos que esforzarnos por superar la timidez, el orgullo, la ira, la vanidad y todas las necedades que
hemos cultivado. Nunca sentirse ni más ni menos que nadie. Eso es inconsciencia, uno no es más que
nadie porque tenga dinero o porque haya ido a la universidad; son aspectos materiales que marcan
diferencias sociales, pero a nivel espiritual no es nada, porque una persona sin estudio ni dinero puede
tener más evolución que muchos otros que hayan estudiado.
El sendero de perfeccionamiento no es fácil. Nada puede ser sencillo cuando estamos acostumbrados a
vivir una vida de intolerancia y de inconsciencia. Es una labor que no podemos lograr en una semana ni
en una encarnación ni en dos siquiera, pero si nos esforzamos poco a poco iremos advirtiendo el cambio.
Seguir el camino espiritual sin tener un mentor, un Iniciado que conozca el misterio, es perder el tiempo
y el esfuerzo; aunque hay infinitud de libros que hablan de éstos temas, es muy poco lo trascendente en
relación con el genuino conocimiento.

CAPÍTULO XXIII

LOS LAZOS KÁRMICOS

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Debemos tener en cuenta, que muchos de nuestros problemas conyugales son ocasionados por deudas
kármicas preexistentes, es decir, situaciones negativas vividas en otras encarnaciones, y que ahora por
secuencia natural de causa y efecto retornan a nuestra existencia, para que a través del sufrimiento
aprendamos que no debemos volver a transgredir la ley divina de la armonía universal, y que a través de
ese aprendizaje incrementemos nuestro progreso. Si el estudiante tiene conciencia de que sus
sufrimientos son merecidos y los acepta, esas lecciones se aprenderán más fácilmente y cesarán mucho
más rápidamente en su dolorosa acción.
Si una pareja no se tolera y se separa, el karma volverá a juntarlos en futuras encarnaciones bajo
circunstancias análogas, hasta cuando aprendan a tolerarse o hasta cuando físicamente la muerte los
separe. Lo ideal es que además de tolerarse lleguen a amarse, ya que la función de la evolución es marchar
todos como una sola unidad y esto únicamente puede lograrse a través del amor. Solamente unidos
podemos caminar hacia la perfección. El hecho de que un matrimonio no funcione, que se insulten, es
porque tienen una deuda kármica traída de otras vidas y la obligación de ambos es aprender a tolerarse.
Si uno deja al otro por decisión unilateral, desde el punto de vista kármico, en futuras encarnaciones quien
decidió irse tendrá que repetir las dificultades conyugales con otra persona, no así quien decidió
conscientemente quedarse a cancelar su deuda.
En el caso de la infidelidad (comprobada) de alguno de los cónyuges el ofendido puede separarse sin tener
que reencontrarse con esa pareja en el futuro.
Mientras los hijos sean pequeños, ojalá el padre y la madre permanezcan en el hogar, proporcionándoles
el soporte físico, emocional y moral que ellos necesitan hasta los 18 años. Pero si hay mucha discordia en
ese hogar, es más saludable especialmente para los hijos, el hecho de que se separen los padres.
En la época en la cual no había divorcio para los católicos, era un escándalo que se acabara un matrimonio;
entonces las parejas tenían que soportarse, primero haciéndose la vida miserable el uno al otro, y después
llegando a la indiferencia, él llevando su vida y ella la suya. Afortunadamente en la actualidad existe el
divorcio, lo que facilita que quienes ya no se soportan puedan por mutuo acuerdo separarse, logrando la
tranquilidad moral, mental y emocional para ellos y para sus hijos, aunque tendrán que reencontrase,
enamorarse y volver a vivir como cónyuges en una futura vida.
Muchas mujeres saben que son capaces con la obligación del hogar en caso de tener que separarse. Es el
caso de las mujeres entre los 35 a los 45 años más o menos (especialmente profesionales), que acaban
con su hogar bien sea porque no soportan más al esposo o porque se “enamoran” de otro hombre; pero
el resto de la vida o por lo menos mucho tiempo, viven amargadas, solas o conociendo a un hombre y a
otro, pasan los días, los años, llega el tiempo en que la flor se marchita.
Si esas damas hubieran llevado con paciencia a su marido, dejándose llevar algunas veces y otras haciendo
su propia voluntad, habrían salido mejor las cosas. Con el paso del tiempo, cuando ya el señor se va
calmando —porque los años calman a todos— el señor se mantiene en la casa, esperando que la señora
venga a acompañarlo.
Es extremadamente común hoy en día tanto en hombres como en mujeres, dejar a su cónyuge y a sus
hijos pequeños para irse a vivir con otra persona que después les hará la vida imposible; a su tiempo por
Ley de Causa y Efecto, también serán abandonados y así cancelarán el karma por haber abandonado a su

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pareja, pero habrán generado más karma para el futuro, porque la unión sexual, aunque sea ocasional
genera un lazo kármico para futuras vidas.
Con quien uno se une sexualmente tendrá que compartir toda una encarnación en una futura vida. De
manera que aquellos que buscan el sexo por placer, cambiando una y otra vez de pareja, ya saben con
quiénes se las tendrán que ver como cónyuges en futuras encarnaciones.
Siempre que haya una mutua correspondencia psíquica, energética, etérica o física entre dos personas
del sexo opuesto, se va formar un nexo, una unión que un psíquico puede mirar clarividentemente como
si fuera un cordón umbilical que une el plexo solar de una persona con el plexo solar de la otra. No importa
que esas personas se separen miles de kilómetros, ese nexo continuará y hasta tanto mágicamente no se
sepa destruir, se mantendrá esa unión y la secuencia kármica perdurará.
Hay lazos de amor y hay lazos de odio, pero ambos son lazos. Es mejor hacer lazos de armonía que lazos
de desarmonía, porque toda la antipatía, la rabia, el rencor, el mal genio, todo lo negativo que una persona
sienta por otra, forma una cadena que es mucho más poderosa que cualquier grillete; esa cadena los
llevará a renacer una y otra vez cerca, primero como amigos, después como hermanos, como cónyuges,
como padres e hijos, si nó como siameses, hasta que se armonicen.
Los nexos kármicos nos unen a muchas personas para bien o para mal. La indiferencia es una de las claves
mágicas para romper los lazos psíquicos y kármicos.

CAPÍTULO XXIV

NATURALEZA DE LOS VÍNCULOS ENTRE LAS PAREJAS


Para saber el tipo de relación que hay entre dos personas del sexo opuesto, se debe conocer en cuál de
los cuerpos está influyendo (físico, vital, emocional, mental, imaginal, sensorial o conscientivo), y en cuál
de los chakras del cuerpo emocional está actuando: En el chakra básico vibran las pasiones más bajas y
ordinarias. En el chakra sexual, es la atracción imperiosa de lo masculino por lo femenino y viceversa. En
el chakra umbilical, es la esfera de las emociones, son las personas que se dan golpes, se tratan mal, se
insultan y terminan luego teniendo sexo. En el chakra cardíaco vibra el amor y la armonía. En el chakra
laríngeo hay un intercambio intelectual. Los vínculos a nivel de los chakras frontal y coronario tienen que
ver con seres de más evolución.
Cuando se siente la influencia psíquica de otra persona del sexo opuesto, uno debe preguntarse: “¿qué
chakra me está afectando?” o, “¿qué cuerpo me está afectando?”
Para fortalecer el vínculo de pareja, ambos deben tomar sus alimentos en compañía. El día que deciden
no comer juntos, progresivamente se deteriora ese vínculo. Si se tienen problemas con la pareja, invítela
a cenar, si no acepta no siga insistiendo, esa relación no tiene remedio; si acepta, queda solucionado el
asunto y si además ama a la pareja, comparta la sal echándole una pizca a la comida de la pareja y que

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ella le eche un poco de sal a sus alimentos, lo que magnéticamente los habrá de enlazar. Así se formarán
vínculos magnéticos fuertes.
A los cónyuges se les aconseja dormir en camas gemelas (separadas, pero en el mismo cuarto), para que
mantengan la integridad de su magnetismo, lo cual les dará deseos de unir sus cuerpos y compartir su
magnetismo etérico-sexual sin que se dañe el matrimonio. Hoy en día por falta de espacio, las parejas
tienen que dormir juntas, lo que las lleva a sufrir de “intoxicación de energía etérica-sexual”,
incrementado por el abuso del sexo, por lo que terminan separándose. Los antiguos matrimonios duraban
tanto porque dormían en camas separadas.
Si la unión íntima es de naturaleza espiritual y además cada uno hace su trabajo interno, el hecho de
dormir en la misma cama es una bendición, porque fortalecen el nexo energético sutil entre ellos, lo que
les da un poder muy grande como pareja y los protege contra toda eventualidad
Mientras el hombre esté enamorado, tiene todo el poder; mientras no exista amor, no hay poder. La sola
pasión, la sola unión sexual no da el poder, el amor sí. Cuando se está enamorado, no hay afrodisíaco que
lo supere.
Al momento que una pareja se acaricia, se abraza y se besa, hay un intercambio fluídico muy grande,
porque la piel, las manos, la mirada y la membrana mucosa (de la boca y la zona genital), lo intensifican
millones de veces.
Al unirse íntimamente el hombre y la mujer, chakra frente a chakra, se provoca un poderoso inducido
electromagnético, porque esa energía tiene polaridad tanto eléctrica como magnética. Si en esa pareja
además hay amor, se intensifica el magnetismo; en ese momento son una poderosa dínamo; por el solo
hecho de que comulguen cuerpo con cuerpo y Alma con Alma, aunque sus Egos no lo logren aún, serán
poderosísimos acumuladores de Luz Astral, de energías cósmicas y podrán atraer todo lo que necesiten.
Si solamente hay deseo y pasión, entra en actividad el cuerpo emocional, por lo que a nivel de los chakras
astrales y etéricos se realiza intercambio fluídico de energía astral. En ese momento desde el punto de
vista del cuerpo emocional, el que esté más emocionado, más apasionado, tendrá la polaridad irradiante
o masculina, mientras que la otra persona tendrá la polaridad absorbente o receptora, pero también tiene
la implicación de ser un intercambio de tipo sexual. Es el que se da en las parejas cuando están bailando
y se desean el uno al otro, cuando están interrelacionándose y se buscan.
En ese intercambio emocional el clarividente puede ver cómo salen los rayos de luz desde los chakras de
una persona hacia los chakras de la otra y cómo se van tiñendo las auras de color verde cuando
simplemente se gustan o se va tiñendo de verde y de rojo cuando además hay deseo de intimidad;
entonces el chakra sexual del varón se polariza en un rojo rubí intenso que busca el chakra sexual de la
dama y en ella el plexo solar se tiñe de un intenso color verde esmeralda que busca el plexo solar del
varón. Este intercambio fluídico, astral produce un estado de euforia, de contentamiento, de energía, de
acción fecunda.
Cuando una pareja tiene algún tipo de ideales en común, por ejemplo, le gusta estudiar los mismos temas,
estimula una interrelación entre sus cuerpos mentales y un intercambio energético entre ellos. En una
relación de pareja, la polaridad sexual masculina a nivel mental la tendrá quien exteriorice más su
intelecto, no importa si es la mujer.

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CAPÍTULO XXV

LA CONCEPCIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA ESÓTERICO


En la última década del siglo XX, con el avance de la fertilización in vitro, se crearon los bancos de
semen pensando que podría llegar a satisfacerse el deseo de los padres de tener hijos inteligentes, bellos,
eminentes científicos, músicos, artistas, etc., al realizarse la fecundación con el semen de personajes
sobresalientes en el campo correspondiente. Aunque algunos escasos resultados se acercaron al objetivo,
estas empresas quebraron por las demandas de las parejas cuyos hijos resultaron con autismo y
problemas mentales que han requerido educación y atención especial. Esta situación es fácilmente
explicable, dado que el semen para la fertilización in vitro, se obtiene por masturbación, sin un vínculo de
amor entre la pareja.
Es muy importante el magnetismo (estado interior) de los padres para canalizar determinados
Egos. Cuando se hace la fertilización in vitro, ésta queda bajo la regencia de los Señores del Destino[45],
pero depende de la vibración natural que tenían los progenitores en los días que proporcionaron el
zoospermo y el óvulo para realizar la fertilización.
¿Cuál es el secreto para engendrar hijos sanos, bellos y perfectos? La respuesta está en cómo nos
acercamos al altar de la procreación y en cómo el Adán y la Eva simbólicos consumen el fruto del árbol de
Vida. Si la unión es de naturaleza espiritual, si hay mística y amor verdadero, los hijos así engendrados
serán sanos, bellos, inteligentes y perfectos. Habrán aprovechado el mayor caudal progenésico que los
padres les entregaron en el momento cumbre de la procreación.
Si además esa pareja se ha preparado, si mutuamente se rinden culto místico, si respetan la energía
progenésica y le rinden culto espiritual, los Egos que engendren serán extraordinarios, de aquellos que
muy de tarde en tarde encarnan, como Jesús, Krishna, Buda, Platón, Pitágoras, maestros de la ciencia, de
la música o del arte, que no renacen a cada momento, porque la humanidad ha caído en un plano psico-
erótico, instintivo, que la ha alejado del verdadero sentido de la vida espiritual.
En el momento de la procreación, dependiendo de la vibración de cada uno, la energía progenésica
entregada por los padres, dará todas las posibilidades físicas, emocionales, mentales, sensoriales y
conscientivas que kármicamente merece el hijo. Si la unión es pasional, predominando el instinto y peor
aún si están bajo el efecto del alcohol o drogas alucinógenas, las posibilidades de engendrar seres
enfermos, con taras, son muy altas. Niños enfermos física y moralmente, serán el resultado del abuso de
una función que los seres humanos no queremos ver como santa y divina.
El Ego que va a renacer siempre elige los padres, el hogar, el medio ambiente, la ciudad, el país. Cuando
un Ego decide vivir en Indochina y no hay padres allá que puedan facilitar el vehículo que kármicamente
necesita, renace en cualquier otro país, para luego ser adoptado y llevado allá; genéticamente logra el
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cuerpo que requiere y merece, mientras que lo demás, lo va a tener en donde decidió vivir desde antes
de renacer.
Desde el punto de vista esotérico, cuando le damos la oportunidad a algún Ego de renacer, es decir,
cuando somos progenitores, estamos realizando un gran servicio a la evolución. Se dice que es una deuda
que tenemos con la Vida, porque nuestros progenitores nos dieron la oportunidad de renacer; a su vez, si
tenemos la oportunidad de formar un hogar, sería excelente que le diéramos esa eventualidad de renacer
a uno o dos Egos para cancelar nuestra deuda con la evolución y también para servirle a las personas que
engendramos, mostrándoles el camino que ya afortunadamente estamos comenzando a vislumbrar.
Los Señores del Destino le permiten al Ego que va a renacer, examinar los débitos y los créditos, vislumbrar
del pasado los aspectos buenos y malos que trae, por lo que le permiten ver a grandes rasgos los
principales detalles de la encarnación que se avecina; los detalles secundarios dependerán del libre
albedrío que es el que permite a través de la epigénesis que podamos ir sembrando nuevas causas, para
trascender nuestras limitaciones y debilidades, y de esa manera generar nuestro propio destino.
Los Señores del Destino le permiten a los Egos prestos a renacer, conocer las parejas que les pueden
ayudar para cancelar determinadas deudas, especialmente en el campo físico y recibir la cosecha de sus
buenas acciones pasadas. Una vez que el Ego conoce lo que le espera, se pone a la expectativa del
momento preciso, que puede ser hasta con 20 años de anticipación. A veces no han nacido los futuros
padres y ya los escogió, por tanto, tiene que esperar a que nazcan, que crezcan, que se encuentren y que
se enamoren.
Cada Ego puede estar pendiente de la posibilidad de que más de una pareja los engendre. Si no se da la
posibilidad con una, los Señores del Destino tienen siempre otras parejas alternativas.

En los Mundos suprafísicos hay una multitud de Egos esperando para encarnar. En el Mundo del Deseo
inferior (región purgatorial), se encuentran la mayoría de Egos que están por renacer, tienen mucho karma
negativo para sí mismos, para la humanidad y muy poco para entregar. En el Mundo del Deseo superior
(primer cielo), se encuentran los pintores y los artistas; en el Mundo del Pensamiento concreto (segundo
cielo), se encuentran los virtuosos de la música y las mentes geniales; en el Mundo del Pensamiento
abstracto (tercer cielo), se encuentran los Iniciados, seres de mucha evolución, pero desafortunadamente
muy escasos, y en los Mundos del Espíritu de Vida y del Espíritu Divino se encuentran Adeptos de
diferentes categorías, quienes son encarnados inmaculadamente muy de vez en cuando, como fue el caso
del Señor Jesús.
La inmaculada concepción se refiere al connubio dentro de la mayor pureza y armonía, realizado por seres
muy elevados, como en el caso de José y María (ambos Iniciados), quienes venían preparándose desde
mucho tiempo atrás para permitir que el Adepto Jesús pudiera renacer. “Cuando José despertó del sueño,
hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, y tomó a María por esposa”[46]. Gracias a la energía del
Fuego Creativo del Espíritu Santo manifestada fue posible que María quedara encinta. Si no fuera por la
energía del Espíritu Santo ninguna mujer podría quedar en embarazo. “Pero no vivieron como esposos
hasta que ella dio a luz a su hijo, al que José puso por nombre Jesús”[47], es decir, que no tuvieron
intimidad durante el embarazo, porque durante la gestación las energías del Alma del Mundo que

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comulgan con la futura madre deben concentrarse exclusivamente para la formación del bebé, para lograr
un óptimo desarrollo de los diferentes cuerpos del ser engendrado.
Cuando una pareja se une íntimamente, esa unión no es solamente física, también es etérica y emocional;
si hay mucha pasión entre ellos, su aura como una sola unidad comulga con el Mundo del Deseo inferior;
si en ese momento conciben, canalizarán Egos que se encuentren en el nivel del Mundo del Deseo inferior.
Como lo semejante atrae a lo semejante, es más probable que los materialistas engendren hijos
materialistas.
Pero si en el momento del connubio en vez de la pasión enloquecedora, sienten amor, se gustan, se ven
hermosos, su vibración comulga con el Mundo del Deseo superior; si engendran, será un pintor, un
artista. Dependiendo del nivel de devoción, de estética, de mística, de espiritualidad entre la pareja, su
aura irá alcanzando planos cada vez más elevados donde Egos afines con esa naturaleza podrán
canalizarse para ser encarnados.
Muchas personas cuando escuchan estos conocimientos piensan: “entonces si hubiéramos actuado
distinto durante la intimidad, mi hijo (o mi hija) sería diferente”. No, no sería diferente, sería otro
Ego. Uno no habría cambiado la forma de ser de los hijos, sino que habría tenido otros hijos, pues depende
del momento del connubio. Es por eso tan importante engendrar los hijos conscientemente. Ambos
deben estar enamorados y perfectamente sanos física y moralmente.
Para engendrar los hijos, realizar el connubio con cariño, con devoción, con la mayor sensibilidad del uno
hacia el otro; en los días previos deben dedicarse a meditar, a leer temas elevados, enaltecedores,
escuchar música clásica, admirar la Naturaleza, las obras de arte. Así, por afinidad vibratoria se atraen
seres elevados y de esa manera Egos de gran categoría pueden tener la posibilidad de renacer.
El ADN, es decir, el material genético, es el artífice del karma fisiológico, porque es por medio de los genes
que heredamos de nuestros padres una serie de características: buena o mala salud, unos órganos más
delicados o predispuestos a fallar y a sufrir lesiones a determinada edad, etc. De manera que es
importante mirar los genes como los hacedores del destino kármico de cada quien. Si se tienen
enfermedades genéticas extrañas, lo más prudente sería no engendrar hijos. Hijos de diabéticos, tienen
la posibilidad de desarrollar la enfermedad en cualquier etapa de su vida. En las familias en donde ha
habido cáncer es muy probable que los descendientes vayan a tener cáncer, pero para ello, tiene que
existir el gene deficiente en la familia. El Ego sabe que los padres le van a proporcionar la posibilidad de
sufrir por ejemplo de cáncer a los 30 años y —como Espíritu— lo acepta antes de renacer.
Dice la Biblia: “los pecados de los padres, los pagarán los hijos hasta la tercera y cuarta
generación”[48]. No es que uno pague las deudas de los padres porque eso sería injusto; son los errores
que uno cometió en una encarnación anterior, los que tendrá que pagar en otras encarnaciones al nacer
como hijo, luego como nieto, posteriormente como bisnieto y como tataranieto de personas que le
provean los genes para la enfermedad, pero cada vez en menor proporción. Es decir, uno es hijo, nieto,
bisnieto y tataranieto de sus propias deudas kármicas.
Los hijos que se engendran forman parte de las secuencias kármicas tanto del ser que encarna como de
los progenitores, dependiendo de la actitud moral y anímica de la pareja en el momento de engendrar. De
esta manera también estamos sembrando nuestro destino, generando unos vehículos más perfectos para

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futuras encarnaciones con unos padres que nos engendren con amor o generando para futuras
encarnaciones unos vehículos con debilidades y problemas si engendramos a nuestros hijos con pasión.
Cuando se vive en una pobreza extrema es prudente no engendrar hasta tanto no se logre estabilidad
económica. Si los padres están sin trabajo al momento de concebir un hijo, los hijos posiblemente vienen
a ser fracasados; buscan trabajo en vano, no porque les falten capacidades, sino porque tienen un karma
negativo en ese campo. Algunas personas que vienen de familias muy pobres, con el paso de los años
consiguieron grandes fortunas; es porque los padres, aunque eran infortunados, en los días que lo
engendraron tenían trabajo y quizás una relativa prosperidad.
Cuando con la unión sexual hay fecundación, quien tenga más pasión predominará psíquicamente en
relación con el nonato; si es el hombre el que está más apasionado, engendrará una niña y la hija será
apasionada como él; si es la mujer la que tenía más pasión, engendrarán un varón de naturaleza ardiente
y de mal carácter. Si preponderó el amor sobre la pasión y fue el hombre el más enamorado, se
engendrará una niña sensible, cariñosa, espiritual. Si era la mujer la más enamorada, armoniosa, mística,
engendrará un varón con tendencias místicas o artísticas, armonioso, inteligente, bien constituido.
Las capacidades o posibilidades de una persona en el campo emocional y mental se heredan
principalmente del padre, mientras que las posibilidades en el campo de la vitalidad, de la salud, del vigor,
se heredan especialmente de la madre. De manera que, si la madre provee una buena vitalidad, el hijo
tendrá toda la energía para trabajar, y si el padre provee una buena energía en el campo emocional y
mental tendrá todas las posibilidades para abrirse camino. Físicamente lo puede hacer y mentalmente
también.
Algunas parejas tienen dificultades para engendrar debido a que hay mucha pasión en su intimidad.
Esotéricamente considerado, la substancia germinal no puede ser viable y de uso para la fecundación si
no hay mística, si no hay armonía. Hay muchas parejas en las que, a pesar de no haber mucha mística en
su vínculo íntimo, hay fecundación; es porque necesariamente debe de haber algo de amor dentro de la
pasión que tienen.
Cuando se dice que el varón es infértil porque tiene oligospermia[49], se está tratando de explicar
físicamente una situación que es de origen más sutil, porque realmente se requiere un solo
espermatozoide viable para fecundar el óvulo. De manera que el varón con oligospermia podrá engendrar
si tiene verdadera devoción, amor, mística, estética y respeto por su pareja.
El hecho de que haya parejas que deseen intensamente engendrar y no lo puedan hacer, es debido a una
deuda kármica preexistente. La mayoría de ellos cancelan su deuda adoptando un hijo y criándolo con
todo del amor de su alma.
En el caso de la mujer, cuando la infertilidad se debe a una obstrucción de las trompas de Falopio que
impide la fecundación o cuando repetidamente presenta aborto espontáneo, se debe a que en otra
encarnación la persona se hizo abortos, los hizo o los favoreció, lo que hace que ahora desee
intensamente engendrar y tenga dificultades para lograrlo. El cónyuge tiene un karma análogo y sufre
porque desea tener un hijo sin lograrlo.
El Ego que está en gestación y lo abortan, en otras encarnaciones también hizo abortos o se los hizo hacer
según el caso, por eso ahora quiere renacer y tiene que enfrentarse al trauma del aborto bien sea

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espontáneo o profiláctico que le impide encarnar. De esta forma aprende que la gestación de la Vida es
un proceso sagrado.
Max Heindel con respecto de éste tema enseña: “Al considerar el intrincado e inspirador proceso que
tiene lugar en los mundos invisibles, que incluye las actuaciones de los Ángeles y sus ayudantes para traer
de nuevo un Ego a un cuerpo físico, con todas las pasadas causas y efectos que intervienen en este
acontecimiento, uno debería reflexionar antes de destruir el vehículo infantil, aunque lleve poco tiempo
formándose”.
El aborto, si bien no mata al Espíritu, que es inmortal, destruye la forma, esencial para su desempeño en
el Mundo Físico, e impide la consecución de la experiencia necesaria, lo cual constituye un acto
pecaminoso y degradante. No importa en qué momento de su crecimiento se destruya el feto: las
consecuencias son igualmente terribles.
Está bien protegerse contra enfermedades de transmisión sexual y embarazos no programados utilizando
preservativos, pero lo más importante es el conocimiento que nos enseña a tener respeto hacia la energía
de la Vida.

CAPÍTULO XXVI

EL CULTO ESTÉTICO A LA OTRA POLARIDAD

El ser humano está vinculado íntimamente a la imagen de la otra polaridad. No existe un solo varón en la
completa acepción del término, que pase un solo día de su vida sin que en su psique tenga la imagen de
lo femenino. De igual forma, no existe una sola mujer que no tenga en algún momento la imagen de lo
masculino. Cuando niños, tenemos los varones la imagen de nuestras madres, y las niñas, la imagen de
sus padres. Al llegar a la adolescencia y la edad adulta, surge con mayor fuerza la imagen de la otra
polaridad al relacionarnos con los demás. Es porque estamos vinculados desde el punto de vista de la
energía bipolar a ese otro ser que es la mujer o el varón.
A través de la historia, la pasión amorosa fue el origen de las grandes tragedias de la humanidad
provocando guerras, discordia y dolor. No se nos ha explicado el porqué de nuestro sufrimiento cuando
tenemos en la psique la imagen de la otra polaridad. Es debido a que desconocemos totalmente
la sublimación, que es la manera de trascender aquellas imágenes, que ejercen presión sobre nuestra
psique.
Sigmund Freud trascendente entre todos aquellos que se dedicaron a investigar la naturaleza del alma,
encontró que el sufrimiento del hombre se debe en gran parte a problemas de naturaleza psicosexual, al
darse cuenta exacta que todos los seres humanos tenemos en el fondo de nuestro ser más o menos con
alguna intensidad, sembradas este tipo de imágenes. Freud le entregó a la humanidad un “bisturí con el

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cual auscultar el alma”; enseñó que cuando la imagen que mantenemos de la otra polaridad, no es bella
y armoniosa, nos ocasiona daño en la mayoría de los casos.
Básicamente, el problema es que muchas de las imágenes que se tienen en el diario vivir, son pesimistas,
negativas, morbosas y eróticas, que constantemente llevan a que se piense en la satisfacción de los
instintos.
El poder de difusión que tienen la televisión, Internet, el cine, las revistas y los periódicos, han servido
como medio de información para el progreso del intelecto humano, pero infortunadamente también para
promocionar la belleza de la mujer como una imagen de placer. Es lo sugieren constantemente los medios
de comunicación y de lo que se habla en las conversaciones triviales del diario vivir, saeteando la psique
del varón y de la mujer de una manera instintiva, diferente a lo que debiera ser: un sentimiento de belleza,
de regeneración, de armonía y de espiritualidad, como divino ideal para el perfeccionamiento progresivo
de la humanidad.
La inteligencia, la sensibilidad, la imaginación y la comprensión, se despiertan a través de la sensibilidad y
del culto místico-conscientivo hacia la otra polaridad de la vida, del varón hacia la mujer y de ella hacia al
varón. Cuando se llegue a tener esa consciencia y se realice ese trabajo, la humanidad realmente estará
en el sendero del perfeccionamiento espiritual.
El hombre consciente e inteligente admira a la mujer; ella es un imán de la energía del Cosmos; cuando el
hombre la admira, atrae de ella el magnetismo que ella canaliza del Alma del Mundo. Entre más energía
irradie la mujer, más energía atrapa nuevamente del Cosmos; ese es el secreto del por qué la mujer es
tan magnética. Si el hombre mira a la mujer con deseo, con pasión o con lujuria, se debilita porque se
pierde la energía que se ha acumulado por el equilibrio magnético en el plexo solar y llega el agotamiento.
En cambio, si el varón admira a la mujer con cariño, con dulzura, con estética, con espiritualidad, se torna
fuerte, lleno de energía.
Se dice que el rey Salomón tenía mil esposas, pero esto no significa que fuera promiscuo, sino que las
admiraba a todas porque él era un místico; su verdadero amor era la reina de Saba, la “dulce Sulamita”,
es decir, Kundalinî, la energía de la Vida. Divino aquel varón que aprenda a admirar en todas las mujeres
siempre lo bello, lo espiritual; admirarlas tal como se admiraría lo más santo de la vida, tal como el hijo
pequeño —guardando las proporciones— admira a su madre viendo en ella a Dios. Pero el ser humano
ha perdido el sentido espiritual hacia la otra polaridad de la existencia; el varón mira a la mujer y ella al
varón como un instrumento de placer, llevando al ser humano a buscar constantemente la satisfacción
del instinto psicosexual, lo cual termina en odios, enfermedades y sufrimiento, por el abuso de ese
tremendo poder.
El hombre debe admirar la belleza de la mujer en todos los momentos de la vida; rendirle culto porque es
la manifestación de la Divinidad hecha sustancia-vida en la forma femenina. El varón como centro de
acción, de energía, de poder y de virilidad, debe ser admirado por la dama consciente que quiere conocer
realmente los misterios de la vida. Si se quiere sublimar la energía sexual, cuando se admira a la otra
polaridad, se debe dirigir la atención al centro generador, y al inhalar, imaginar que esa energía se eleva
al chakra del corazón, mientras que audible o mentalmente se dice: “OOOHHH”. Si se quiere regenerar
el cuerpo, se dirige la energía a la glándula timo y se pronuncia mental o audiblemente: “AAAHHH”. Si
por el contrario en vez de admirar a la otra polaridad, se mira con deseo, con pasión y peor aún, si se dice:

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“UUUHHH”, se activa lo instintivo y pasional haciendo que se busque la satisfacción del instinto
psicosexual.
Siempre lo primero y lo más importante es la imagen. Cuando llega una imagen de naturaleza psicosexual,
si se le da cabida, si se nutre a través de fotografías, películas, conversaciones, etc., si la persona no se
detiene a tiempo y empieza a cambiar esa imagen y a sublimar, esa energía se perderá bien sea por
relación sexual, por masturbación o por sueños eróticos. El secreto está en la imagen que en cada
momento tenemos de la otra polaridad. Si es una imagen espiritual, bella y elevada, se logrará el
objetivo. Debemos convertirnos en creadores de admirables y nobles imágenes, mutando toda imagen
instintiva en una imagen bella; esta es la forma de liberarse del instinto que somete a la humanidad, que
le hace sufrir y que le quita la armonía y la tranquilidad.

CAPÍTULO XXVII

CELIBATO Y CASTIDAD
El celibato es renunciar voluntariamente a la vida conyugal. El celibato no implica necesariamente
castidad. Una persona puede ser célibe y no ser casta porque mantiene fantaseando con imágenes
psicosexuales; son los llamados “sepulcros blanqueados”. Dice San Pablo: “A los solteros y a las viudas
les digo que es bueno quedarse sin casar, como yo. “Pero si no tienen don de continencia (los solteros),
cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando”[50].
La persona de naturaleza psicosexual, que no es capaz de estar sola porque tiene imágenes sexuales que
le enloquecen, debe casarse. Por lo menos casado se satisface esa pulsión, esa energética del instinto, en
vez de dedicarse a prostituirse o a vicios solitarios.
La ciencia esotérica no dice que tengamos que ser célibes. La Divinidad no nos hizo célibes “no es bueno
que el hombre esté solo”[51], dice el texto Bíblico, pero sí debemos ser castos. La castidad es un estado
de pureza de pensamiento, palabra y obra. Uno puede y debe ser casto ya sea célibe o esté casado.
La persona que le nace ser célibe o que kármicamente tiene que serlo, está bien, ese es su camino. La
persona que no es capaz de ser célibe, que no le nace serlo, pero llega a la castidad, ese es su camino. La
persona que no le nace ser célibe, ni casta, ese es su camino. No podemos criticar a nadie porque todos
los seres humanos estamos en un nivel de evolución diferente, siguiendo senderos distintos de
perfeccionamiento según nuestro Rayo y nuestro nivel de evolución.
Existen personas que desde el pasado traen una tendencia casta, entonces no sienten la presión psíquica
y psicosexual tan intensa; otras en cambio sí. Eso puede saberse mirando el horóscopo personal. Una
cuadratura, una oposición o una conjunción entre Marte y Venus tanto para el hombre como para la
mujer; también entre Marte y Urano en el caso de las damas, entre Venus y Urano en el caso de los
varones o en ambos casos, bien sea Marte o Venus con Plutón, son aspectos bastante complejos que
permiten comprender por qué se siente tanta tendencia a que esa energía le enloquezca o estar tranquilo
al respecto.

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Los sacerdotes y monjas se supone que llevan una vida de castidad. Si bien es cierto que la devoción y la
oración subliman la energía sexual, hay que tener en cuenta que el instinto psicosexual es tan poderoso
que muchos sacerdotes y religiosas han tenido que recurrir al uso del alcanfor tratando de calmarse
sexualmente. Así mismo, en el ejército se han utilizado substancias como el bromuro para calmar la libido.
Contrariamente a lo que se cree, el entrenamiento físico no sirve para “quemar” esa energía. El ejercicio
aumenta la producción de testosterona lo cual aumenta el deseo sexual, por eso los deportistas suelen
ser hiper sexuales.
El problema no es el instinto en sí, sino las imágenes psicosexuales que la persona cultiva. El hecho de
utilizar alcanfor o bromuro o dedicarse a hacer ejercicio no quita las imágenes psicosexuales. El secreto
está en la direccionalidad que se le da a la imagen.
Si el hombre mira a la mujer con deseo, tiene una imagen netamente instintiva y esa imagen debe tener
una realización, bien sea a través del sexo o a través de sueños eróticos. En la mujer es exactamente
igual. Si la imagen de la otra polaridad es de ternura, de cariño, de belleza, esa imagen estará sublimando,
es decir, dirigiendo la energía sexual hacia el corazón. Allí está la solución a esa situación.
Una imagen morbosa nos subyuga con gran fuerza, porque empiezan a surgir los viejos instintos de la
especie que no han sido sublimados todavía; las imágenes psicosexuales dan vida a larvas astrales que
nos inducen una y otra vez a la satisfacción del instinto, creando un círculo vicioso. Las larvas astrales
(íncubus y súcubus)[52] se convierten en nuestros propios hijos que nos esclavizan y nos hacen la vida
dolorosa. Víctimas de las imágenes morbosas transitamos el sendero del dolor. Creadores de bellas
imágenes, preservaremos el Alma del delirio emocional e instintivo.
El mal no existe en la Naturaleza sino en la morbosidad de alguna imagen; el mal es una característica de
los movimientos del alma desviada, mal dirigida por las imágenes. Es por eso que las escuelas Iniciáticas
enseñan la sublimación, el trabajo alquímico de ir transformando progresivamente el impulso psicosexual,
el erotismo en fuerza moral. La voluntad es muy importante, por supuesto, a fin de cuentas, es el atributo
del Primer Aspecto en nuestra naturaleza. Pero el Segundo Aspecto que es la sensibilidad, la cual deviene
de la pureza, es quizás más trascendente.
Con voluntad se pueden lograr muchas cosas, pero si no hay pureza, llega el momento en que la voluntad
no soporta la inmensa tensión psíquica que ejerce la energía sexual reprimida, y la manera como se libera
esa tensión, es a través de los sueños eróticos (sueños sexuales), de desviaciones como el onanismo u
otras aberraciones.
Según las enseñanzas esotéricas los sueños eróticos son ocasionados por entidades de naturaleza sutil,
perfectamente tangibles y reales para quienes tienen la facultad psíquica de verlos; son entidades
repugnantes del bajo astral que aprovechan la plasticidad del Mundo del Deseo para revestirse con la
forma y la belleza deseados por su creador. Esas entidades llamadas íncubos y súcubos, son generadas
tanto por los adolescentes como por los adultos de ambos sexos que mantienen en su mente deseos
sexuales.

Franz Hartmann se expresa así de los elementarios o “demonios tentadores”:


1° Parásitos machos y hembras que se desarrollan en los elementos astrales del hombre o de la mujer, a
consecuencia de una imaginación lasciva.
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2° Formas astrales de personas difuntas (elementarios), que de un modo consciente e instintivo son
atraídos por los lujuriosos, manifestando su presencia en forma tangible, pero invisible y que tienen
comercio carnal con sus víctimas.

3° Los cuerpos astrales de hechiceros y hechiceras que visitan a hombres y mujeres para fines inmorales”.
El íncubo es una larva astral macho que cohabita con mujeres, y el súcubo es una larva astral hembra que
copula con los hombres para hacerles perder su energía germinal durante el sueño. Son los sueños
eróticos que también se denominan “sueños húmedos”. En los varones se conoce como poluciones o
espermatorrea nocturna. La espermatorrea no ocurre en los animales porque ellos no tienen mente ni
tienen imaginación. El animal actúa por instinto cuando la hembra está en brama, el Espíritu grupo que
dirige a cada especie animal, lo llama a reproducir la especie.
Las poluciones nocturnas en los varones y especialmente en los adolescentes, son un proceso fisiológico
que forma parte de la evolución natural del ser humano. Es la válvula de escape de una energía poderosa
que el adolescente aún no conoce ni sabe manejar. El adolescente está bajo la presión de la
impresionabilidad, la sexta subdivisión del cuerpo emocional y del Mundo del Deseo. Le impresiona
constantemente la visión de la otra polaridad y la fuerza natural del instinto le llama a procrear. Como no
tiene todavía la libertad de hacerlo, por su juventud, por presión familiar, por falta de dinero, esa
poderosísima energía se escapa a través de las poluciones nocturnas. Si nó ocurriera así, el muchacho se
enloquecería, porque el adolescente siempre está pensando en sexo, debido a los miles de millones de
unidades de testosterona que circulan en su torrente sanguíneo.
Usualmente desde la juventud hasta la ancianidad, el varón durante las horas del sueño, en los
períodos REM[53], se despierta en las madrugadas con erecciones, las llamadas “erecciones nocturnas y
matinales” (más frecuentes y rígidas en los jóvenes), salvo que, factores orgánicos, tóxicos,
medicamentosos, o depresiones, lo dificulten. Si en ese momento en que está activa la esfera sexual, el
varón despierta y utiliza la imaginación y el aliento para elevar esa energía desde el sacro-plexo hacia el
entrecejo, al desplazarse la energía al chakra frontal, la esfera sexual se sosegará; estará sublimando la
energía y estará divinizándose.
Para el joven o la joven interesados en su desarrollo interno, es muy útil la siguiente práctica: cada vez
que esa energía se despierta o que se tienen pensamientos psicosexuales, debe sentarse derecho sin
reclinarse, tomar aire con suavidad e imaginar al mismo tiempo que está subiendo luz desde la base de la
espina dorsal hasta el entrecejo y exhalar. Se repite varias veces, siempre respirando por la nariz. A los
pocos minutos el joven siente que la erección, desaparece. Si es una dama también sentirá que se libera
esa presión tan intensa del deseo sexual, porque la energía se ha desplazado, se ha sublimado, quedando
la persona calmada y tranquila. De este modo la presión genésica disminuye en un gran porcentaje,
aunque no desaparece totalmente. Con esta práctica se desarrolla la voluntad y si se trae camino recorrido
de otras encarnaciones se despierta la clarividencia. Cada vez que se inhala y eleva ese poder, a medida
que la energía va pasando por los diferentes centros de energía (chakras), los pétalos de los chakras se
enderezan y se activan. De manera que con el paso del tiempo todos los chakras se irán despertando.
Si bien es cierto que en la mayoría de los hombres las poluciones nocturnas se van haciendo menos
frecuentes en la adultez, también es cierto que los adultos lujuriosos (hombres y mujeres) suelen tener
sueños húmedos durante toda su vida. Es lo que se conoce esotéricamente como el eterno enemigo de

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la noche, que viene a robarle la energía de la vida a las personas que cultivan imágenes psicosexuales,
porque los íncubos y súcubos se alimentan de la energía que se libera en el orgasmo. Si el varón mantiene
imágenes psicosexuales, vibrando en los niveles inferiores del Mundo del Deseo (pasiones, deseos bajos
e impresionabilidad), la energía sexual se perderá ya sea por masturbación o por coito. Igualmente, al
entrar en actividad la esfera sexual durante el sueño, la energía de la Vida se perderá (polución nocturna).
En cualquier caso, será un despilfarro progresivo de energía.
Es importante comprender que cuando la energía sexual entra en actividad, en ese momento la
Divinidad está manifestada en el ser humano. Ese es el simbolismo de la palabra bíblica Enmanuel que
significa “Dios con nosotros”[54]. Si aprovechamos esos momentos para sublimar la energía sexual —
tanto lo solteros como los casados— estaremos adelantando rápidamente en nuestro progreso espiritual.
La práctica de inhalar y llevar al entrecejo también se puede hacer cuando la pareja está en la
intimidad. Los dos amándose en silencio, abrazados, dándose todo el cariño. De esta forma se estarán
regenerando física y espiritualmente. Cuando la pareja en la intimidad trabaja con la imaginación y con
el aliento, el androginismo que logra permite la completitud y la circulación de la Luz Astral entre ellos.
Si la pareja de mutuo acuerdo, deciden que van a guardar su energía en el connubio y cuando esas
energías están en todo su apogeo aprovechan para sublimarlas, maravilloso. Estarán llevando su vida
conyugal en castidad y estarán dando un paso gigantesco en la evolución, pero si se entremezcla la pasión
y la lujuria, se lacera la sensibilidad y se pierde la pureza. Si la unión es física, esa fuerza puede utilizarse
para engendrar; si la interrelación es vital, puede utilizarse para la regeneración del cuerpo; si la unión es
a nivel emocional o mental, puede aprovecharse para crear en el Mundo del Deseo o en el Mundo del
Pensamiento.
Si el hombre y la mujer se aman, se adoran y son felices llegando al clímax, está bien. Ser natural en el
connubio, en la vida íntima, no va a producir ningún tipo de peligro. Eso no les va a impedir el ideal de
espiritualizarse; algún día lo podrán lograr. Pero si pueden sublimar sus energías, mejor, porque
progresivamente les irá dando el control y la fuerza moral para elevarse definitivamente y desligarse de
las cadenas de la materia.
No sobra recalcar, que tener sexo y refrenarse para no llegar al orgasmo —sin sublimar—, produce
enfermedades devastadoras desde el punto de vista mental, emocional e incluso físico. Por eso hay que
ser natural. Si la persona se ha sobrecargado psicosexualmente y llega el momento en que su estado
emocional, mental, imaginal, le llevan a desear profundamente la unión con su pareja, realícelo; si llegó a
despertar tal pasión que necesite la unión sexual o la unión íntima es tremendamente lujuriosa, es
preferible dejar que la naturaleza siga su rumbo y llegar finalmente al orgasmo. Que se desgasta física y
vitalmente, sí, pero se está evitando desarrollar locura, psiconeurosis y enfermedades del aparato
reproductor.
Si se vive en estado de pureza (castidad), se habrá logrado un gran paso en la evolución. Solamente a
través de la sublimación estética podemos divinizarnos ya seamos casados o solteros. En los casados esa
energía se puede despertar con más frecuencia y poder, lo que podría ser una ventaja, como también una
desventaja si no hay pureza. En los solteros, el hecho de sublimar esa energía, hace que esa fuerza
serpentina se desplace al segundo centro despertando un poder extraordinario porque esa energía se
mantiene en tremenda actividad.

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El místico generalmente sigue el sendero del celibato por lo cual se mantiene solo; el esoterista por lo
regular es casado, va acompañado en su camino hacia Dios, buscando armonizarse con su cónyuge a
través de encarnaciones sucesivas, formando progresivamente nexos físicos, vitales, emocionales,
mentales y espirituales. Estos son los caminos que nos conducen hacia Dios. Prácticamente la mayoría
de Iniciados e Iniciadas, han sido solteros, por lo que no es requisito sine qua non tener compañía sexual
para la divinización y el progreso espiritual, pero es INDISPENSABLE el culto estético a la otra polaridad de
la existencia.

CAPÍTULO XXVIII

EL AMOR Y EL QUERER
Para la humanidad en general, el amor es la unión íntima entre lo masculino y lo femenino. El sexo es
sólo el aspecto instintivo —natural por supuesto— que permite la perpetuación de los seres. El amor no
es sexo. El amor es de naturaleza espiritual.
El amor ha sido definido como la fuerza que atrae ambos sexos. Realmente el amor es la mística hacia un
ideal de pareja que provee dicha inefable. El amor es un sentimiento sublime. El amor es espiritualidad,
es estética, altruismo y mística conscientiva. El verdadero amor se refiere al amor divino, al sentido
espiritual que es la razón de ser de toda Vida. Querer es desear, amar es plenitud. Se ama a los hijos, se
ama a los padres, pero no se les desea. A una persona del sexo opuesto se le desea y si se llega al campo
del amor habrá completitud.
Las parejas inicialmente se quieren, es decir, se gustan, se desean, se necesitan. En la juventud (entre
los 14 y los 21 años) cuando las hormonas están en su plenitud, esa pulsión hace pensar a los novios que
se aman profundamente (aunque puede suceder) y que definitivamente no van a poder vivir el uno sin el
otro, lo que lleva muchas veces a matrimonios prematuros que casi siempre terminan separándose. Si
después de un tiempo de convivir aún persiste ese anhelo intenso del uno por el otro, entonces hay amor.
Lo ideal obviamente es que existan ambos aspectos, pero siempre uno es previo al otro, salvo que esas
dos personas desde el pasado vengan amándose, entonces surge el “amor a primera vista”. No necesitan
sino mirarse, hay amor y ese amor también se puede convertir en querer. Un varón y una dama pueden
sentirse tremendamente atraídos aún cuando no se hayan visto el rostro; esa atracción depende de la
semejanza de sus cuerpos vitales.
La palabra sexo, significa la condición orgánica que distingue al macho de la hembra de una especie. Esta
palabra viene del latín sexus, que significa separar, indicando que hay dos polaridades, lo masculino y lo
femenino, absolutamente indispensables para una relación natural. Por eso, lo que el sexo une, el sexo
separa cuando prevalece el instinto y no hay amor.
Si la pareja se une por amor, habrá armonía y se mantendrán felices durante toda su existencia, pero si
sólo los une el sexo, inexorablemente se habrán de separar, pelearán y se disgustarán. No hay
excepciones ni en los casados ni en los separados, ni en los que tengan o hayan tenido un compañero o
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compañera íntimos. El instinto busca la ternura, por eso se dice que los varones siempre están buscando
una madre. Un hombre conoce una mujer pasional, instintiva, se enloquece de momento con ella, se
satisface y luego la desprecia. Pero si otra mujer le despierta estética y le da ternura, si le satisface el
cariño que esa dama le procura, quizás es porque le evoca la imagen maternal subconsciente de los
primeros meses y años de vida y permanecerá al lado de esa mujer tierna. Eso es amor, no es pasión.
Aquellas parejas que creen estar enamoradas y después de satisfacerse sexualmente se gritan, alegan y
se llenan de emocionalidad, es porque entre los dos solamente había instinto y pasión. Quien solamente
se une por pasión, siempre sentirá la insatisfacción y el hambre de más sexo y entre más abuse, más
insatisfacción, más depresión, más conflictos morales y más necesidad de sexo tendrá, lo que lleva a la
separación de la pareja, porque la persona trata de buscar en otros o en otras lo que no ha encontrado
en su matrimonio. Ya abusó con su pareja hasta tal punto que se perdió el magnetismo que es atracción,
esa necesidad intensa del hombre por la mujer y de ella por el varón. Cuando se abusa de la energía
generatriz cambia la polaridad; el magnetismo se convierte en electricidad, lo que tiende a distanciar la
pareja.
Krumm-Heller en su “Novela Rosa Cruz” escribió: “Por eso, huid jóvenes, aunque sean hermosas, de las
mujeres sin alma e incapaces de unirse espiritualmente. Evitad casaros por interés o por otros
motivos. Examinad primero si vuestra amada os pertenece en espíritu; sin ello no podéis ser feliz por
tiempo indefinido. ¡Cuántos fueron hombres de suerte y fortuna antes de casarse! Después de que se
unieron a su mujer todo fracasó, los persiguió la mala estrella debido a que antes sus empresas eran
manejadas por fuerzas mentales potentes, que perdieron al gastarse en la unión sexual”.
Cuando el hombre y la mujer se vinculan por el poder del amor, se logra la completitud, viven en armonía,
paz, felicidad, equilibrio; esa pareja se va elevando progresivamente por encima del común de la
humanidad y se ve que son superiores. Sólo en ese momento y no antes, es cuando se dice que “detrás
de un gran hombre siempre hay una gran mujer”. Quizás por eso añade Krumm-Heller: “hombres que
nunca consiguieron antes nada, bastó que se casaran para que el éxito, la fortuna, les fuese favorable,
debido a que el fluido sexual de la mujer les faltaba y ahora el de ambos estaba afín y el poder de que
carecían, les vino inconscientemente”.
El amor es el único que puede vincular eternamente a las Almas que se aman, porque es un vínculo que
no rompe ni el tiempo ni las vicisitudes ni los problemas de ninguna índole.

CAPÍTULO XXIX

EL SENDERO DE LA EVOLUCIÓN CONSCIENTE


El esoterista aprende a derivar y a acumular dentro de sí las energías del Logos. Cuando se acumulan sin
derrocharlas y se intenta descubrir los misterios de la Naturaleza, se está caminando el sendero de la
ciencia, actualizando el poder del Fuego Creativo. Cuando se canalizan hacia el corazón con estética,
devoción, meditación, se sigue el camino de la mística. Cuando se elevan al cerebro para comprender los
secretos de la Vida y del Ser educiendo consciencia, se sigue el camino de la filosofía.

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Debemos cultivar tanto el aspecto científico, como el aspecto filosófico y espiritual de la vida para marchar
con paso firme por el sendero de la evolución consciente, aprendiendo a pensar como filósofos, a sentir
como artistas y a actuar como científicos.
Es el sendero de la verdad, de la belleza y del bien, que los Iniciados griegos mostraron a la humanidad. El
sendero de la verdad es el sendero de la consciencia, de la voluntad, de la inteligencia y de la sabiduría. El
sendero de la belleza es el sendero de la espiritualidad, de la fraternidad, del altruismo. El sendero del
bien, es el de la acción fecunda para darle al mundo aquello que necesita para mejorar su existencia. Este
triple sendero debe recorrerse mediante la observación, percepción y meditación para ir comprendiendo
el gran arcano de la Naturaleza, para volvernos sabios y conscientes. Solo así podremos educar y encausar
a la juventud y a la humanidad.
La meditación es enfocar la atención en algo muy preciso. La meditación lleva a comprender, sentir y
saber todo acerca de lo que se quiere llegar a conocer en un momento determinado, para ir derivando de
una imagen, la esencia misma de lo que allí se encuentra; la semilla espiritual que implantamos en nuestra
psique nos permite trascender hacia lo subjetivo.
Para realizarla, se deben cerrar los ojos centrando la atención en cualquier parte de nuestra naturaleza
interna para encontrar la respuesta de lo que se quiere saber. Al tener los ojos abiertos estamos en el
mundo objetivo; al cerrarlos, pasamos inmediatamente a lo subjetivo que es lo espiritual.
Al cerrar los ojos, la frecuencia de las ondas cerebrales, cambia automáticamente de un ciclo rápido (Beta),
a un ciclo mucho más lento (Alfa, Delta y Teta). Son momentos creativos en los que el ser humano tiene
mayor capacidad de concentración, de visualización, de meditación.
El ser humano durante toda su vida está aprendiendo especialmente a través de la lectura. Así mismo,
con la meditación, durante una y muchas encarnaciones el ser humano está develando los secretos tanto
de la vida interna como de la vida externa.
La meditación debe ir precedida por la concentración, la observación y la atención. Cuando se observa
con atención algo que se quiere llegar a conocer, se va llegando progresivamente a un estado de
concentración en donde la consciencia centre su atención en aquello físico o metafísico que se quiere
llegar a saber.
Al meditar profundamente en algo en lo cual se ha puesto devoción y mística, se llega a la contemplación
y luego al estado de éxtasis, en el cual el meditante se convierte en uno con lo meditado. Durante la
meditación, la energía sexual se está sublimando consciente o inconscientemente y esas corrientes de
energía del Fuego Creativo van formando nuevos canales de actividad en el cerebro que van despertando
las capacidades que tenemos dormidas.
Quien quiera recordar sus vidas pasadas, debe dirigir con persistencia ese flujo energético al temporal
izquierdo y meditar en ese sitio. Si además quiere recordar con claridad todos los hechos de esta vida,
debe hacerlo en el temporal derecho.
En meditación debemos imaginar con persistencia aquello que deseamos lograr. Muchos dirán que
quieren tener éxito mundano, deben imaginarlo; otros, quieren ser sabios, deben imaginarse como
centros de sabiduría y luchar por comprender las cosas; los que aspiran a ser sanadores, imaginar con
persistencia a la persona enferma disfrutando de plena de salud. La meditación produce gran cantidad
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de endorfinas en el cerebro llevando a un estado de placidez; por eso las personas que han aprendido a
hacer su meditación regularmente y durante un buen período de tiempo, la adoptan por costumbre.

CAPÍTULO XXX

LA EDUCACIÓN SEXUAL
Desde el nacimiento hasta la pubertad todo el peso de la responsabilidad con respecto a la energía
generadora recae sobre padres y educadores. Se debe aprovechar la delicadeza y la curiosidad del niño
entre los cinco y los once años, para inculcarle el servicio desinteresado a los demás, corregir y orientar
sus pequeñas desviaciones y motivarlo con la lectura de obras que educan y elevan el alma. Así mismo,
enseñarle los dos únicos fines para los que fue creada la energía de la Vida (creced y multiplicaos) y los
peligros que encierra el mal uso de ella.
Los niños que traen un mayor caudal de energía vital (sexual), son indisciplinados en el colegio y en todas
partes, por lo que generalmente no se les tiene paciencia; es tal la energía que tienen, que no alcanzan a
gobernarla y mucho menos los adultos a encauzársela. Es cuestión de dirigir esa energía hacia alguna
labor que les guste, que les llame la atención, por ejemplo, el deporte, la música o un arte.
Cuando no existía la televisión, los niños y jóvenes fabricaban sus propios juguetes: carritos de carretes
de hilo, lanchas de cartón parafinado, helicópteros impulsados con caucho; hacían mil cosas que los niños
de hoy en día no son capaces de concebir. Esa era la direccionalidad que se le daba a la energía
generadora en aquella época. Hoy en día ya no hay ese despertar interno, inteligente, sabio que existía
antaño, porque todo “está hecho” y sólo es cuestión de insertar baterías y observar. Actualmente esa
energía se dirige a la televisión, a los juegos de video, a las fiestas y muchas otras cosas que hacen que a
la juventud actual le falte inventiva y creatividad.
Los padres y profesores debiéramos estar muy atentos en la clase de lectura que llega a la juventud. La
literatura, la poesía y las grandes composiciones musicales, sirven para aprender a apreciar y amar la
vida. Hoy en día los jóvenes las miran como reliquias que ya no combinan con los tiempos modernos,
pero resulta que, por falta de ellas se está fosilizando nuestra juventud sin amor en el corazón, sin
sensibilidad en el Alma y sin consciencia en el Espíritu.
Cuánta falta hace a nuestras juventudes que en los colegios se vuelvan a instituir los centros literarios;
con ellos se precisa a los jóvenes a leer obras que dan inspiración al corazón, desarrollan el arte de pensar
y de sentir, llenando los vacíos del Alma.
Durante la niñez y especialmente en la adolescencia es muy importante la figura paterna para el varón. Si
no está el padre, por lo menos un tío, el abuelo o alguien que a ese muchacho le infunda respeto, que le
hable, le reprenda, le aconseje, que sea su amigo y le muestre el camino en la vida; esa figura paternal es
especialmente necesaria entre los 10 y los 15 años de edad. Los niños que crecen solamente bajo la tutela
de la madre, tienden a ser excesivamente tímidos, introvertidos, apocados y desgraciados en la

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vida. Difícilmente logran tener una relación estable, definitiva, plena, con una mujer e incapaces de
formar un hogar.
Una vez llegada la pubertad y con ella el poder de la energía sexual, es cuando más cuidado y atención se
deben poner, porque es en esta época cuando el individuo proyecta externamente su libido hacia el sexo
opuesto como objeto y hacia el acto de la reproducción como fin.
Cuando el instinto hace su aparición en la consciencia, es cuando los jóvenes adolescentes deben estar
listos para encauzarlo hacia los ideales, anhelos y sentimientos superiores, donde la fuerza de atracción
los ayudará para que se convierta en poder anímico, nutriendo así la consciencia que debe ir de la mano
con la sensibilidad.
En los colegios se observan muchachos despiertos, inteligentes, estudiosos, que de un momento a otro
ya no quieren estudiar ni hacer nada y se convierten en jóvenes problema, se les observa pálidos,
perezosos; es porque se han dedicado a la masturbación.
Krumm-Heller dice al respecto: “Si supieran los padres y los maestros el grave daño que hacen al no
advertir del peligro de la masturbación a sus hijos y discípulos, tomarían medidas adecuadas para el caso.
“¡Cuántas voluntades se agotan, cuántos rostros que pudieran haber sido bellos, se marchitan, cuántas
existencias se truncan por no dar la voz de alarma!”
En la obra llamada “El Crimen del Silencio” O. S. Marden escribió: “es un verdadero crimen de parte de
los padres de familia y de los educadores el no alertar a sus hijos y a los educandos acerca del poder y
trascendencia de la energía sexual. Hay que abrirle los ojos a la juventud para que no caigan en
perversiones, en aberraciones y en abusos de esa energía, lo mejor es sublimar y cuidar ese tremendo
poder”.
Es importante motivar a los jóvenes para que aprovechen su juventud y traten de evitar hasta donde sea
posible el uso del sexo, que sean felices, que sonrían todo lo que puedan, que compartan entre ellos con
afecto, con cariño, las charlas, el campo, el cine, el baile y todo el tiempo que quede disponible, porque
les va a dar gran satisfacción para el resto de la vida, y dejar el uso de la energía sexual para cuando sean
adultos y llegue el momento de darle la oportunidad a un Ego expectante para que pueda renacer.
Mostrémosle el camino a la juventud. Decirle a los jóvenes: “si abusas de esa energía bien sea como un
vicio solitario o a través de la promiscuidad, esa energía que es una fuente maravillosa de vida, va a
agotarse rápidamente, se va a acabar tu alegría, tu juventud, tu espontaneidad, tu felicidad, tu
inteligencia”. Lo ideal es que la educación sexual se reciba de primera mano en el diálogo formal que
debe haber entre los padres y los hijos o entre los educadores y los educandos.
Igualmente, los padres deben ser muy honestos con las niñas y decirles: esa energía es tan poderosa, que
cuando el hombre y la mujer se acercan, sienten deseos de acariciarse, de besarse; al seguir besándose y
acariciándose, van a sentir deseos de tener intimidad. Hay que enseñarles que es un proceso natural, pero
no para abusar de el.
Muchas personas son fracasadas porque llevan una vida absurda de vicios, depravación y abusos. ¿Qué
le dan los “play boy” al mundo? Nada, lo único que saben es manejar carro, seducir y arruinar su salud
con el cigarrillo, el licor o los estupefacientes. Las pocas personas que le dan al mundo la tecnología y los
descubrimientos, aprovechan la mayor parte de su energía sexual para leer, investigar, estudiar, imaginar.
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La humanidad requiere seres inteligentes, conscientes y sensitivos; es decir, que sepan pensar, pero que
también sepan amar a los demás.
La mejor amiga de la joven debe ser la madre y el mejor amigo del joven debe ser el padre. El joven debe
aprender lo referente de esa poderosa energía y de su manejo, a través del padre, mientras que la niña
debe aprender lo correspondiente, a través de la comunicación con ambos progenitores. Pero como
generalmente gran parte de los adultos no son capaces de hablar abiertamente del tema de la sexualidad,
en vez de instruirlos tratan es de inhibirlos, prohibirles o decirles que eso es pecado o por el contrario le
dicen al hijo “tome plata y busque un prostíbulo” o le dicen a la hija “haga lo que quiera”.
Debe decírsele a la joven en la adolescencia: “mientras más se demore en iniciar su vida sexual, mucho
mejor, porque vivirá su juventud a plenitud. El día que conozca el sexo sin haber madurado emocional y
mentalmente, conocerá el infierno, porque la pasión quema, es un deseo que absorbe, que encierra, que
enloquece. Si en algún momento llega a quedar en embarazo se acabó su juventud, se acabaron las
fiestas, el deporte favorito, los paseos, la alegría, la sonrisa y ya no vendrán sino lágrimas; tendrá que
olvidarse que existe el colegio o la universidad, tendrá que dedicarse a criar a su hijo si no tiene quien
responda por él, con el dolor de su alma tendrá además que dejar a su bebé para irse a trabajar y durante
muchos años deberá trabajar para responder por su hijo”.
“Si ya tiene su novio evite hasta donde sea posible los contactos íntimos, pero si de alguna manera la
situación se está saliendo de las manos y siente que no puede más con esa energía, existen los métodos
de planificación, utilícelos, no solamente para evitarse una enfermedad venérea o una enfermedad
mortal, sino para evitar un embarazo indeseado”.
Hoy en día se ha perdido el honor y el carácter para responder por lo que se hace al calor de la pasión; no
es el problema de una persona nada más; es una situación de dos. No se puede decir que el muchacho
engañó a la muchacha; hoy en día ninguna muchacha puede llamarse a engaño. Desde la pubertad las
muchachas saben cómo “se hacen” los bebés y todo acerca del sexo. Que un jovencito diga que no sabía,
tampoco es cierto, pues a los muchachos también se les educa. Al joven que embaraza a la muchacha,
que cumpla, que trabaje y responda por su obligación.
Debemos enseñarle a los muchachos a ser responsables con su sexualidad y con su cuerpo. Aconsejarles
diciéndoles: “espere a que sea una persona adulta y tenga un arte, un oficio, una profesión, un
trabajo. Cuando sea mayor está bien casarse, ejercer la progenitura y conocer los misterios del amor
humano que no es solamente sexo, pero prostituir el cuerpo es solamente buscarse problemas”.
A la joven hay que decirle: “termine su estudio, aproveche su juventud, vaya a bailar, a pasear, tenga
amigos, sonría. Ojalá dejar el aspecto de la sexualidad para cuando sea adulta”.
Lamentablemente cuando se tiene una naturaleza tremendamente pasional, lo único que se quiere es
satisfacer esa pulsión; es el camino que sigue la mayoría, pero es el camino de la vejez prematura, del
dolor, de las frustraciones, viendo que viene un compañero y luego y se va, viene otro y se va y así
sucesivamente. Entonces, las mujeres dicen: “todos los hombres son iguales, una vez consiguen lo que
quieren se van”. Pero con muchas mujeres es lo mismo, una vez consiguen lo que quieren también se
marchan. Debido a la liberación femenina, hoy en día es tan común la cantidad de mujeres como de
hombres infieles.

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Las juventudes se entusiasman con la música rock, pop, rap, trance, metálica y otras no menos
estridentes, porque estos ritmos hacen vibrar la esfera instintiva despertando las bajas pasiones. Si a
aquello se le mezcla el alcohol y los alucinógenos en el ambiente viciado de las discotecas y tabernas,
puede engendrarse una prostituta, un desquiciado mental, un criminal. Pero aquí no termina el peligro;
una persona bajo la influencia del alcohol o de un alucinógeno, puede ser conducido fácilmente a
burdeles, a orgías, a crímenes, donde su salud y su futuro pueden quedar destruidos para siempre y
conducirlo al suicidio.
Los errores de la juventud suelen pagarse en la edad avanzada. La gran mayoría de los alcohólicos, lisiados,
epilépticos, paralíticos, tuberculosos, cardíacos, etc., en una noche de jolgorio cayeron en el alcohol, la
drogadicción, la prostitución, el homosexualismo, el lesbianismo o contrajeron alguna enfermedad
venérea como la blenorragia, la sífilis, la hepatitis, el virus del papiloma humano, el herpes genital, la
clamidia o el sida. Algunas de estas enfermedades de transmisión sexual pueden pasar desapercibidas,
pero más tarde hacen su aparición con todo su cortejo de complicaciones. Son situaciones que se dan por
falta de conocimiento del poder de la energía sexual que debemos aprender a dirigir y no a reprimir ni a
darle rienda suelta.
Es nuestro deber como mayores mostrarle el camino a la juventud, especialmente a nuestros hijos;
decirles que realmente existe el paraíso que es el mundo espiritual, un estado de divina elación mística,
de sensibilidad, de armonía, de consciencia. Enseñarles que debemos alejarnos de la vida trivial y
ordinaria en la cual el mundo se debate, que no debemos profanar el templo-cuerpo, dándole satisfacción
a las pasiones efímeras, que el cuerpo físico es el templo del Espíritu en el cual como divinos sacerdotes
debemos oficiar, para que las energías del Cosmos, de lo divino, al vincularse con nuestra interna
naturaleza puedan acelerar nuestra evolución.

CAPÍTULO XXXI

LA SUBLIMACIÓN
“La sublimación del ser es un divino ideal para todos aquellos que recorren el sendero de la regeneración
y de la espiritualización”.
Sublimar es transformar una energía de naturaleza más densa en otra de naturaleza sutil. La sublimación
es un trabajo con la imaginación, con la mística y con el Aliento. Es transmutar los aspectos ordinarios de
nuestra humana personalidad, en los aspectos divinos de nuestra Individualidad. Es ir trascendiendo los
vicios para ir educiendo las virtudes de nuestra divina esencialidad. Quien sublima sus energías va
superando esa locura por buscar la efímera satisfacción sexual, porque se aprovecha la energía en otros
niveles y su gasto en el plano físico ocurre muy ocasionalmente. Quien sublima sus energías se diviniza,
se espiritualiza; es amoroso y consciente; es alguien que ayuda a sus congéneres en todo momento, se
convierte en un ser de voluntad, de capacidad y de éxito.

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Por el contrario, quien se deja llevar por la pasión, se convierte en un ser irresponsable, intrascendente,
que difícilmente triunfa en la vida. Aquél que se dedica a satisfacer sus pasiones, a cultivar vicios como la
masturbación, la homosexualidad, el lesbianismo, el bestialismo, es egotista, racional, separatista y no le
importa el dolor de los demás. El aspecto instintivo y pasional de nuestra naturaleza debemos sublimarlo
para convertirlo en sensibilidad, mientras que la emocionalidad y la mente racional debemos convertirlas
en consciencia. Debido al abuso del sexo la humanidad ha ido generando las guerras, los odios y la
pobreza. La sublimación es la salvación para la humanidad.
La energía sexual es la misma energía que formó el Universo. No importa en dónde se manifieste, es
cuestión de dirección. Si la dirigimos hacia el corazón, nos convertirá en seres llenos de amor; hacia la
laringe, permitirá que comprendamos todas las cosas rápida y fácilmente para entregar nuevamente el
conocimiento a los demás; hacia el cerebro, habremos de educir una consciencia superior y si no es
malgastada, nos dará salud, fuerza, poder.
El sexo primero actúa en la imaginación despertándose a través de las imágenes, luego es mental, después
es emocional y finalmente es vital y físico. En la mayoría de las personas, cuando la energía sexual entra
en actividad, las imágenes y pensamientos de índole sexual alimentan la esfera generadora haciendo que
finalmente se pierda la energía y la substancia.
Cuando el aspecto instintivo entra en actividad, inmediatamente debemos introvertirnos, llenarnos de
mística devoción y orarle a la energía de la Vida, dirigiéndola hacia la esfera del Cristo (corazón). De esta
manera estaremos sublimándola y convirtiéndola en divina sensibilidad.
Cuando la energía sexual se sublima, disminuye la presión del instinto genitor. Introvertirse, orarle a esa
energía, meditar y sublimar, hace que a los pocos minutos la presión desaparezca en la esfera sexual y
que la energía se desplace a donde la elevó: al corazón, a la laringe, al centro frontal o al coronario,
dependiendo de cuál sea el trabajo interno. Esa es la manera: hacia adentro y hacia arriba, y la clave está
en la imaginación y la mística.
Cuando se dirige al corazón se nutren el átomo cristico y los átomos que se encargarán de redirigir la
energía hacia los centros cerebrales según la necesidad que tengamos en nuestro desarrollo interno; son
las inteligencias atómicas del corazón las que definitivamente nos habrán de llevar a la Iniciación. De esta
manera se trabaja la piedra filosofal de la que hablaban los antiguos alquimistas. Se dice que
esa piedra puesta a la observación de cualquier persona enferma física o moralmente, le devuelve la salud
o la armonía espiritual. El ejemplo más perfecto de la piedra filosofal viviente fue el Señor Jesús. Él era
un verdadero alquimista del mundo de la sensibilidad.
Al estudiante de esoterismo se le enseña a que separe todos los días un tiempo para hacer su trabajo
interno, lo que implica que debe aprender a relajarse, a concentrarse, a meditar. Un esoterista es una
persona disciplinada, equilibrada, calmada. El que es hipersensible, cenestésico, hiperquinético, no
resiste el alto voltaje de las energías que empieza a acumular. Quien está constantemente mirando a
toda parte y moviéndose para todo lado no va a lograr mucho en el campo interno. El que ya ha
apaciguado sus vehículos físico, emocional, mental, el que sabe dirigir sus imágenes, puede aprovechar
con ventaja el incremento del potencial energético que implica la sublimación de ese poder mediante la
imaginación. Cada vez que imaginamos algo con persistencia, estamos movilizando la energía de la Vida
(el Fuego Creativo) que por ser creadora permite que logremos aquello en lo que estemos trabajando.

74
La finalidad de la quinta raza raíz (la mayoría de la humanidad actual), es aprender a trabajar con la
imaginación creadora, de manera que al final de esta raza, quien no haya desarrollado el poder de la
imaginación tal como en este momento utilizamos la mente —que nos permite comparar, leer, conversar,
analizar— se quedará rezagado. Los poetas, músicos, estetas, pintores, escultores, arquitectos,
ingenieros, están trabajando algo en el campo de la imaginación. Solamente los genios de la raza, como
lo fue Einstein, por ejemplo, han trabajado verdaderamente en el campo de la imaginación como poder
creador.
Práctica de Sublimación
Sentarse en un asiento con los pies juntos y las manos entrelazadas para aislarse de interferencias
externas. Es muy importante la posición del cuerpo: la espina dorsal debe mantenerse perfectamente
recta sin recostarse en el espaldar de la silla. Cerrar los ojos dirigiendo internamente la mirada al
entrecejo y centrar la atención en la base de la espina dorsal, imaginando que en el sacro-cóccix se
encuentra almacenada una especie de luz, de fuego, de energía. Al inhalar, elevar esa energía, esa luz,
por el centro de la espina dorsal hasta llegar al corazón, y al exhalar, imaginar cómo ese fuego (que es una
especie de fuego líquido de color blanco), inunda con su luz el corazón.
Imaginar que el corazón es un vórtice de luz radiante como un sol que, con su luz diáfana, dorada, inunda
nuestro cuerpo y nuestra aura. Luego, imaginar que somos el centro mismo del Universo, como un sol
ingente de luz, de amor y de poder, irradiando este inmenso amor que día tras día crece en nosotros,
llevando un mensaje de vida, de paz, de armonía, de progreso, de espiritualidad y de fraternidad hacia
toda la creación y deseando al mismo tiempo con la lengua del pensamiento, paz y amor a todos los
seres. Hacerlo durante el tiempo que cada uno quiera dedicar en su propia interioridad.
Posteriormente, seguir inhalando y elevando ese fuego líquido y en cada exhalación, pronunciar el
mantram OM, que en el Oriente es llamado el monosílabo sagrado. Éste hace vibrar el centro de energía
radicado en el corazón y por lo tanto el átomo simiente que allí se encuentra, lo que nos convertirá en
poetas, en místicos, en pintores, en escultores, en seres sensibles de verdad. Luego, dirigir esa energía
hacia el cerebro, para tener mayor lucidez mental, para expandir la consciencia.
Para despertar esta energía y sublimarla, es necesario abrirse al divino fuego del Amor; pero no del amor
mundano que está envuelto en las pasiones, sino del Amor Divino que es el único que diviniza al hombre
y lo acerca a Dios.

La persona soltera o casada, sea hombre o mujer, puede hacer su trabajo de realización interna siguiendo
estas enseñanzas.

75
ÍNDICE
PROLOGO................................................................................... 1
Capítulo I
EVOLUCIÓN.............................................................................. 5

Capítulo II
LA LIBIDO………………....................................................... 13
Capítulo III
LA CREACIÓN SIMBÓLICA………...................................... 21
Capítulo IV

76
EL ÁRBOL DE LA CIENCIA.................................................. 25
Capítulo V
LA SERPIENTE DEL GÉNESIS.............................................. 29
Capítulo VI

LA ETERNA BIPOLARIDAD…............................................. 35
Capítulo VII
LA GENERACIÓN UNIVERSAL............................................ 39
Capítulo VIII
EL TABÚ DEL SEXO………….............................................. 47

Capítulo IX
EL PODER DE LA ENERGÍA SEXUAL................................. 51
Capítulo X
EL INSTINTO PSICOSEXUAL………………..................... 57
Capítulo XI

LAS PSICONEUROSIS………………………………………. 63
Capítulo XII
POST COITUM OMNIA ANIMALIA TRISTIA..................... 67
Capítulo XIII
SEXUALIDAD Y ENVEJECIMIENTO…………………….... 73

Capítulo XIV
ADMIRACIÓN, DEVOCIÓN CONTEPLACIÓN...……........ 83
Capítulo XV
EL DESPERTAR DEL FUEGO....................……………...…. 87
Capítulo XVI

EL LENGUAJE Y EL PODER GERMINAL…………….... 91


Capítulo XVII
ÁNIMA – ÁNIMUS.............................………………………. 97
Capítulo XVIII
MAGNETISMO ETÉRICO SEXUAL……………………. 103

77
Capítulo XIX
EL PODER DE LAS HORMONAS...........................……… 111
Capítulo XX
ALMA GEMELA………………………………………........ 117

Capítulo XXI
EL SENDERO DEL HOGAR………………………...…...… 123
Capítulo XXII
EL CULTIVO INTERNO………………………………...... 127
Capítulo XXIII

LOS LAZOS KÁRMICOS………………………………… 131


Capítulo XXIV
NATURALEZA DE LOS VÍNCULOS……………………. 135
Capítulo XXV
LA CONCEPCIÓN………………………………………… 139

Capítulo XXVI
EL CULTO ESTÉTICO A LA OTRA POLARIDAD………. 149
Capítulo XXVII
CELIBATO Y CASTIDAD…………………………………. 153
Capítulo XXVIII

EL AMOR Y EL QUERER…………………………………. 163


Capítulo XXIX
EL SENDERO DE LA EVOLUCIÓN...……………………. 167
Capítulo XXX
LA EDUCACIÓN SEXUAL……………………………….... 171

Capítulo XXXI
LA SUBLIMACIÓN…………………………………...…… 179

OBRAS DEL AUTOR

78
CURSO ZODIACAL INICIÁTICO
SEPHER YETZIRAH
NUMEROSOFÍA
VERBO-GÉNESIS

CRISTIANISMO MÍSTICO-ESOTÉRICO
LA SABIDURÍA KABALÍSTICA
TRATADO DE CIENCIA ROSACRUZ
EL TALÓN DE AQUILES
LA MUERTE Y EL MÁS ALLÁ

KÁBALAH RÚNICA
LA REVELACIÓN DE SAN JUAN
EL LIBRO DE LA SABIDURIA SECRETA
LA DIVINA KÁBALAH
ALEPH BETH

LIBROS DE PIEDRA
LA SERPIENTE DEL PARAÍSO
LOS DIOSES DEL OLIMPO
EL MISTERIO DE LA MUERTE
EN LA CONQUISTA DE LA ARMONÍA INTERIOR

LAS LEYES DE LA VIDA


EL SECRETO DE LA SALUD
EL EGO Y EL ALMA
LA VIDA INTERIOR
LAS SIETE ESCUELAS DE LA ROSA CRUZ

EL SENTIDO ESPIRITUAL DE LA ALQUIMIA


LAS DOS COLUMNAS DEL TEMPLO
SÍMBOLOS DE LA NAVIDAD
EL EGO, EL GRAN ALQUIMISTA
EL MISTERIO DE LA ESFINGE

79
EL CULTIVO DEL MAGNETISMO
LA NATURALEZA HUMANA
EL ÁRBOL DE LA VIDA Y EL ÁRBOL DEL CONOCIMIENTO
LA BIPOLARIDAD ETERNA

MISTERIOS DEVELADOS
EL SER HUMANO EL GRAN DESCONOCIDO
EL CONOCIMIENTO DEL HOMBRE
ENSEÑANZAS ROSACRUCES
OBJETIVIDAD Y SUBJETIVIDAD DEL SER HUMANO

SALUD Y BIENESTAR

[1] Ego: el Espíritu interno, la chispa divina.


[2] Memoria de la naturaleza: llamada también los “planos Akáshicos”; es la información de todos los
sucesos acaecidos desde el principio de los tiempos, que se encuentran grabados en el Mundo del
Pensamiento.
[3] Ver: Tratado de Ciencia Rosa Cruz Tomo II, por el mismo autor.
[4] 1 Cor.6.19: “¿Ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios y que no es vuestro?”
[5] “Sabe Dios que el día que comáis de él (el fruto del árbol), serán abiertos vuestros ojos y seréis como
Dios, sabiendo el bien y el mal”. Gén. 3.5.

[6] Sigmund Freud, Teoría Sexual. Editado por Ariel Ltda. Bogotá, 1974.
[7] Gén. 1.26
[8] Gén.3.22
[9] Gén. 1.27
[10] Gén.2.9

[11] Gén.3.1
[12] Gén.3.2,3
[13] Gén.3.4,5
80
[14] Gén.3-14
[15] Gén.3.15
[16] Núm.21.8.
[17] Núm.21.9.

[18] “Tratado de Ciencia Rosa-Cruz” Tomo I por el mismo autor.


[19] Juan 1,1.
[20] Heindel, M. Concepto Rosacruz del Cosmos. México. Ediciones Coli, 1950.
[21] La Energía Sexual: Humberto Vargas.
[22] De Alejandría, Clemente, (n. en Atenas 150-215). El primero de los llamados “padres de la iglesia”;
fue maestro de Orígenes.
[23] Marden, O.S. El Crimen del Silencio. 1 ed. Buenos Aires. Editorial Glem. 1959.

[24] Levi, E. El Gran Arcano del Ocultismo Revelado. 5° ed. Buenos Aires. Editorial Kier S. A. 1979.
[25] Gén 35.11
[26] Krumm-Heller, A. Biorritmo. 8° Ed. Buenos Aires. Editorial Kier S. A. 1979.
[27] Tratado de Ciencia Rosa Cruz Tomo I. Del mismo autor.
[28] Fortune, D. Filosofía Oculta del Amor y del MAtrimonio. 1° Ed. Buenos Aires. Editorial Via Lucis. 1954.

[29] Krumm-Heller, A. Novela Rosa Cruz. 6° Ed. Buenos Aires. Editorial Kier. 1991.
[30] 1Cor.7.28
[31] Mateo 12. 31-32.
[32] Clymer, S.El Misterio del Sexo. 2° Ed. Buenos Aires. Editorial Kier. 1946.
[33] Ver “Tratado de Ciencia Rosa-Cruz” Tomo I del mismo autor.
[34] Krumm-Heller, A. Novela Rosa Cruz. 6° Ed. Buenos Aires. Editorial Kier. 1991.

[35] Pr. 5.15. “Bebe el agua de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo.
[36] La filosofía de Platón enseña que el hombre, originariamente, gracias al poder de la
Divina Imagen dentro de él mismo, tenía inmediato dominio sobre toda la Naturaleza, pero que poco a
poco perdió esta facultad por su propia culpa.
[37] Chakra: alguno de los plexos nerviosos del ser humano que tiene su contraparte astral como un
vórtice de energía.
[38] Mt. 26:26, 27,28.

81
[39] Ver: Tratado de Ciencia Rosa-Cruz. Tomo I. del mismo autor.
[40] Gén.2.24.
[41] Siete grandes caminos de evolución que dependen de siete canales o avenidas de energía de la
Divinidad, a través de las cuales, como chispas divinas polarizadas del Alma del Mundo, vinimos a
evolucionar en un remotísimo período de tiempo.
[42] 1Cor.7.1,2
[43] 1Cor.7.3

[44] 1Cor.7.5
[45] Las Jerarquías Cósmicas encargadas de que se cumpla la Ley de Causa y Efecto.
[46] Mt. 1.24
[47] Mt. 1-25
[48] Dt. 5.9.

[49] Es decir, que produce espermatozoides en poca cantidad o no viables.


[50] 1Cor.7.9
[51] Gn. 2.18
[52] Ver: Verbo Génesis del mismo autor.
[53] REM (Rapid eye movement) fase del sueño donde se observa un movimiento ocular rápido, es el
momento en el cual se sueña.

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