Oración Al Santísimo 18-04.19

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JACULATORIAS AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Sea por siempre bendito y alabado mi Jesús sacramentado.

Bendito sea Dios


Bendito sea su santo nombre
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero
Bendito sea el nombre de Jesús
Bendito sea su Sacratísimo Corazón
Bendita sea su preciosísima sangre
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima
Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción
Bendita sea su gloriosa Asunción
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre
Bendito sea San José, su castísimo esposo
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus santos.

Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre

AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombres estáis día y noche en ese Sacramento, lleno de
misericordia y amor, esperando, llamando y acogiendo a cuantos vienen a visitaros, creo que estáis
presente en el Santísimo Sacramento del Altar; os adoro desde el abismo de mi nada, os doy gracias por
todos los beneficios que me habéis hecho, y especialmente por habernos dado todo a mí en ese
Sacramento, por haberme concedido por abogada a María, vuestra Madre santísima y por haberme
llamado a visitaros en este lugar santo.

Saludo hoy a vuestro amantísimo Corazón, y es mi intención saludarlo por tres fines: el primero, para daros
gracias por tan insigne don; el segundo, para reparar las injurias que habéis recibido de todos vuestros
enemigos en este Sacramento, y el tercero, para adoraros desde aquí en esta visita, en todos los lugares de
la tierra donde estáis sacramentado con menos culto y más abandono.

Jesús mío, os amo con todo mi corazón. Me arrepiento de haber ofendido tantas veces en mi vida pasada a
vuestra bondad infinita. Propongo mediante vuestra gracia no ofenderos más adelante; y ahora, miserable
como soy, me consagro enteramente a vos, renuncio a mi voluntad, a mis afectos, a mis deseos, a todo lo
que me pertenece, y os hago de ello donación.

En adelante haced de mí y de todas mis cosas cuanto os plazca.

PADRE ETERNO
Padre eterno, yo te ofrezco por las manos de María Santísima, la preciosísima Sangre de tu hijo.

Te ofrezco también las lágrimas de Nuestra Señora por la purificación de la tierra y la conversión de los
hombres, por la fidelidad de tus escogidos, por la victoria de la Santa Iglesia y el triunfo del Inmaculado
Corazón de María.
AGRADECIMIENTO

Infinitas gracias te damos, soberana princesa, por los beneficios que todos los días recibimos de tus manos
generosas. Dígnate ahora y siempre tomarnos bajo tu poderoso amparo, y para más obligarte te saludamos
con una Salve. “Dios te salve Reina y Madre de misericordia…”

ACTO DE ADORACIÓN

Suprema y adorable Majestad, creo que estás aquí presente, me ves y me escuchas. Te adoro desde lo más
profundo de mi corazón, te reconozco por mi Dios, Creador y soberano Señor, que siendo la única y
verdadera vida, eres el único que no puede dejar de existir. Por esto te rindo el culto de adoración que sólo
a Ti es debido, y me postro con toda la humildad ante tu trono de Tu infinita grandeza.

CONSAGRACIÓN AL SANTÍSIMO CORAZÓN DE JESÚS

Mi amable Jesús, para testimoniarte mi reconocimiento, y en reparación de mis infidelidades, te doy mi


corazón, me consagro enteramente a ti, y propongo con tu divina gracia nunca más ofenderte.

Yo…para serte agradecido y para reparar mis infidelidades, te doy mi corazón y me consagro enteramente a
Vos ¡Oh mi amable Jesús!, y con tu auxilio propongo no pecar más.

V. Corazón Sacratísimo de Jesús,

R. Ten piedad y misericordia de nosotros.

V. Corazón de Jesús de Majestad infinita,

R. Ten piedad de nosotros.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO (Juan cap. 6; 48 – 51)

Yo soy el pan de vida. Sus antepasados comieron el maná en el desierto, pero murieron: aquí tienen el pan
que baja del cielo, para que lo coman y ya no mueran.

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré
es mi carne y lo daré para la vida del mundo. PALABRA DEL SEÑOR.

Reflexión:

Todo lo que la Iglesia enseña sobre la eucaristía es sólo la consecuencia de la fe en el hijo de Dios hecho
hombre. Adoramos a Dios en espíritu y verdad, pero el hecho de que el hijo de Dios se haya integrado en la
creación haciéndose hombre, permitió que los elementos de la creación fueran portadores de realidades
divinas. La eucaristía, cena del Señor es la expresión más fuerte de nuestra unión con Dios en Cristo.
ENTRADA: Señor Jesús, tú eres nuestra paz, eres nuestra salvación; socorre nuestros pueblos con la fuerza
de tu amor, nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu rebaño, queremos renovarnos con la fuerza de tu amor.
Transfórmanos, para que con la fuera de tu palabra salgamos victoriosos frente a las tentaciones del
maligno enemigo. (Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre)

-Señor Jesús, tú eres nuestra paz; eres nuestro consuelo en el sufrimiento. Fortalécenos; haznos capaces de
ser testigos de tu compasión, de tu perdón. Úngenos con tu amor para liberarnos del dominio del mal; para
no tener miedo y abrirte las puertas de nuestro corazón. (Padre nuestro, Ave María, Gloria al Padre)

-Señor Jesús, Tú eres nuestra paz, Eres nuestro compañero en el camino; Luz en nuestra oscuridad. Infunde
en nuestros corazones la esperanza, para sacudirnos el yugo del miedo que nos paraliza. Fortalécenos para
que en el itinerario cuaresmal te contemplemos como el Señor de nuestra vida, la misma vida que
recibimos cuando renacimos en el agua y el espíritu. (Padre Nuestro, Ave María, Gloria)

-Señor, Padre Santo que en Jesucristo, tu hijo, presente realmente en la Eucaristía, nos das el testimonio
más grande de la fidelidad de tu amor, te pedimos que nos concedas en esta cuaresma, que la escucha
atenta de tu palabra ilumine nuestras vidas para descubrir y vencer las tentaciones del maligno enemigo y
superados nuestros miedos podamos sobrellevar los momentos marcados por el dolor y el sufrimiento y
preservar como hijos tuyos dando testimonio de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

PETICIONES, porque vivimos siempre necesitados y el Señor quiere que le pidamos con insistencia y sin
desfallecer. Suplicamos y pedimos con gran fe, pensando que Dios es quien mejor conoce lo que
necesitamos. Pidamos, pues, con toda confianza a nuestro padre que siempre nos escucha.

(Todos respondemos: En ti Jesús está nuestra esperanza)

1.- Por la Iglesia; para que fortalecida con el pan de la palabra de Dios, no caiga en la tentación de confiar
en poderes y medios extraños a su misión en el mundo. ROGUEMOS AL SEÑOR. Respondemos: En ti Jesús
está nuestra esperanza.

2.- Por todos los creyentes que toman enserio su fe para que crezcan y maduren en ella. ROGUEMOS AL
SEÑOR. Respondemos: En ti Jesús está nuestra esperanza.

3.- Por todos nosotros aquí reunidos, especialmente por toda la familia mariana, que hemos escuchado en
esta hora santa que “no solo de pan vive el hombre”; para que se nos despierte el hambre por la palabra de
Dios. ROGUEMOS AL SEÑOR. Respondemos: En ti Jesús está nuestra esperanza.

4.- Te pedimos, que entre todos los miembros de la familia construyamos la casa de Dios, la Iglesia
doméstica, donde se ore, se crea, se ame y se de culto al verdadero Dios y a su madre santísima la Virgen
María, que también es nuestra madre. ROGUEMOS AL SEÑOR. Respondemos: En ti Jesús está nuestra
esperanza.

5.- Para que en los hogares cristianos se sientan testigos del evangelio y fomenten la vocación cristiana de
sus hijos. ROGUEMOS AL SEÑOR. Respondemos: En ti Jesús está nuestra esperanza.
6.- Para que todos nosotros seamos verdadera sal de la tierra y luz del mundo, y no nos quedemos a
medias, en la desconfianza en la inseguridad en el conformismo, en el agua turbia. ROGUEMOS AL SEÑOR.
Respondemos: En ti Jesús está nuestra esperanza.

7.- Para que todos nosotros, comunidad cristiana, tomemos conciencia de que la vocación es fruto de la
gracia y oremos insistentemente al Señor pidiendo la abundancia de vocaciones que la Iglesia necesita.
ROGUEMOS AL SEÑOR. Respondemos: En ti Jesús está nuestra esperanza.

8.- Por el aumento y perseverancia de las vocaciones a la vida franciscana. ROGUEMOS AL SEÑOR.
Respondemos: En ti Jesús está nuestra esperanza.

ACTO DE AMOR

¡Dios mío! Yo te amo con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas, no deseando sino
vivir íntima e inseparablemente unido contigo. Esta unión se va a cumplir en mi por tu divino hijo, ya que
por la sagrada comunión voy a identificarme con él de tal manera que no seré yo quien viva, sino él quien
en mi vivirá. Así, cuando haya recibido a Jesús dentro de mí, te amaré con el con un amor puramente
sobrenatural, y yo, a mi vez, seré amado por tu en la medida en que está unido a Jesús. Apresúrate, Señor,
a darme por la mano de tus sacerdotes y tu divino hijo; para que, mediante su santa humanidad, me una
por siempre a ti, oh Dios Padre, por Jesucristo, en el Espíritu Santo, Amén.

ORACIÓN AL SANTÍSIMO

Jesús Eucaristía, a ti me acerco lleno de confianza.

Para que transformes mi vida con tu gracia, tranquilices mi corazón con tu amor e ilumines mi mente con tu
sabiduría. Tú estás siempre entre nosotros, acompáñanos en el camino de la fe.

Fortalece mi debilidad, perdona mis pecados, y mantenme siempre cerca de ti.

Aquí encuentro paz, fuerza y esperanza, porque tú eres el camino, la verdad y la vida. Amén.

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