ESTUDIO JURÍDICO ABOGADOS & ASESORES

Expediente N.° : 0213-2019-0-0207-JR-PE-01

Especialista : Dr. Jorge Segura Milla.
Escrito N.º : 02
Carp. Fiscal N.° : 2019-26-0
Fiscal a cargo : Dra. Rosario Aliaga Castañeda
Sumilla : Absuelve acusación y otros.

SEÑORA JUEZA DEL JUZGADO DE INVESTIGACIÓN PREPARATORIA DEL

DISTRITO DE CARAZ

Christian Vidal Vergara Tinoco, abogado

defensor de Guillermo Prospero Palmadera
Chachaz, en el proceso penal por la presunta
comisión del delito contra la Administración
Pública en la modalidad de abuso de autoridad, en
supuesto agravio de la Municipalidad Distrital de
Pamparomás -Huaylas; ante Ud. con el debido
respeto me presento y digo:

Que, habiendo sido notificado el 11 de junio de 2019, con la Resolución N.º 01, que
corre traslado del requerimiento de acusación de la Primera Fiscalía Provincial Penal
Corporativa de Huaylas, y dentro del plazo establecido por el artículo 350.° del Código
Procesal Penal (CPP), cumplo con absolverlo en los términos siguientes a fin de que se
tengan en cuenta y sean resueltos en la audiencia preliminar, de acuerdo a ley.

I. OBSERVACIONES FORMALES
De conformidad con lo que dispone el literal a) del numeral 1 del artículo 350.º del
CPP, observo la acusación fiscal por contener defectos formales:

1. La acusación peca de ambigua, genérica y deficiente, por cuanto el fiscal acusador

no ha observado el requisito que exige el artículo 349.º del CPP literal b); esto es, “la
relación clara y precisa del hecho que se atribuye al imputado, con sus
circunstancias precedentes, concomitantes y posteriores. En caso de contener varios
hechos independientes, la separación y el detalle de cada uno de ellos”. En ese
sentido, el fiscal ha violado su obligación de precisar los hechos materia de
acusación de manera individualizada por cada uno de los imputados, pues si no hay
una exposición clara y precisa del hecho punible, no es posible saber cuál es la
participación de los imputados en cada una de las circunstancias (precedentes y
posteriores) y, menos aún, si el accionar fue doloso.
2. En esa línea, la acusación tampoco ha cumplido con determinar los elementos de
convicción que fundamenten, de manera singular y suficiente, el requerimiento
acusatorio respecto a cada uno de los acusados; toda vez que en esta etapa ya no se
trata de exponer meros indicios reveladores de la comisión de un delito, sino que la
fiscalía en base al principio de legalidad y carga probatoria, está obligada a acusar
cuando las investigaciones ofrecen base suficiente sobre la comisión del hecho
punible atribuido a los imputados, conforme lo dispone el inciso 1 del artículo 344.°
del Código Procesal Penal, que expresamente señala: “Dispuesta la conclusión de la
Investigación Preparatoria […] el Fiscal decidirá en el plazo de quince días si
formula acusación, siempre que exista base suficiente para ello…”.

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3. Es de destacar que si bien la participación de los acusados sería en calidad de

autores, no se ha cumplido con describir la misma, contraviniéndose así lo dispuesto
en el inciso d) del artículo 349.° del Código Procesal Penal.
4. Tampoco se ha expresado con criterio de razonabilidad y proporcionalidad, la forma
cómo se ha obtenido la cuantía de la pena que se solicita (un año y diez meses de
pena privativa de libertad) y la correspondiente inhabilitación por igual periodo;
solo se señala que al verificarse la existencia de una circunstancia atenuante (carencia
de antecedentes penales) y una agravante (funcionario público), la pena se ubica en
el tercio intermedio (entre uno a dos años); sin precisar por qué le corresponde una
pena muy cercana al límite máximo de dicho tercio; incumpliendo así su obligación
de fundamentarlo en mérito a los criterios de determinación e individualización de la
pena (procedimiento no solo técnico sino también valorativo) que, de conformidad
con lo dispuesto en el fundamento 15.º del Acuerdo Plenario N.º 4-2009/CJ-116,
constituyen “todos aquellos hechos y circunstancias que determinan su apreciación
jurídica para la definición del marco legal y de la pena concreta”, los cuales “de un
lado, integran el objeto del debate, y, de otro lado, están sometidos al principio de
legalidad penal”.
Ahora bien, respecto a la supuesta circunstancia agravante se debe precisar que,
de conformidad con lo dispuesto en el inciso 2 del artículo 46.º del Código Penal, la
situación de ser funcionario o servidor público constituye una agravante, siempre y
cuando dicha calidad no esté prevista específicamente para sancionar el delito y no
sea un elemento constitutivo del hecho punible. En el presente caso, al versar la
acusación sobre un delito cualificado (abuso de autoridad) no resulta aplicable dicha
agravante, pues tal ilícito penal solo puede ser cometido por un funcionario público.
5. Resulta objetable también que la fiscalía se haya limitado a citar el dispositivo de
la ley penal que tipifica el delito atribuido, sin establecer la modalidad o
conducta específica (comete u ordena), así como la atribución ejercida y la base
legal, reglamentaria o administrativa que la regula; afectándose así el principio
de la imputación necesaria, que es una manifestación de los principios de legalidad
y defensa procesal, consagrados en los artículos 2.º, inciso 24 literal d), y 139.º, inciso
14. Siendo ello así, se ha omitido realizar una de las operaciones básicas en la
aplicación de la ley, denominada subsunción; pues “No es suficiente la simple
enunciación de los supuestos de hecho contenidos en las normas penales; estos
deben tener su correlato fáctico concreto, debidamente diferenciado y limitado
respecto de cada uno de los encausados, , tanto más cuando se trata de delitos de
infracción de deber, donde las conductas están íntimamente vinculadas al cargo que
desempeñan y la función que les es confiada”[1].
6. El representante del Ministerio Público no ha cumplido con su deber de motivar la
acusación, que exige el artículo 349.º del CPP, al establecer el monto de la
reparación civil, por cuanto no ha analizado los cuatro presupuestos para la
existencia de la responsabilidad civil. Si bien se ha establecido el concepto
indemnizatorio (daño moral) por el cual se pretende la cancelación de la suma de S/
2,000.00, los montos fijados a favor de cada agraviado no guardan coherencia con su
sustento, pues se pide un monto mayor (S/ 1,500.00) para Advíncula Rivera Víctor
Florentino y uno menor (S/ 500.00) a favor de la entidad edil, cuando esta habría sido
la más perjudicada, al señalarse que “Daño Moral.- representa la afectación del
correcto funcionarios [sic] de la Administración Pública y la preservación de la

[1] Recurso de Nulidad N.º 956-2011, Ucayali; F. J. 3, consideración previa V (precedente vinculante).

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misma respecto del interés privado de sus agentes (funcionario o servidor público
especialmente) que antepone sus intereses a los de ellas; siendo que en este caso al
haberse desobedecido la orden administrativa ha vulnerado el bien jurídico”.
Asimismo, no se ha hecho alusión alguna al medio probatorio idóneo que acredite la
valuación diferenciada del supuesto daño moral irrogado; máxime cuando se hace
referencia al “criterio de equidad” y “la forma más justa de reparación del daño”.

II. EXCEPCIÓN DE IMPROCEDENCIA DE ACCIÓN

De conformidad con el artículo 350.º numeral 1 literal b) del Código Procesal Penal,
concordante con el literal b) del artículo 6.º del referido cuerpo normativo, deduzco la
excepción de improcedencia de acción, en atención a los fundamentos que expondré infra.

A. Antecedentes
1. La excepción de improcedencia de acción se produce cuando el hecho imputado
por el Ministerio Público no se adecúa al tipo penal materia de incriminación o
no es justiciable penalmente. Para determinar la tipicidad, la conducta imputada debe
subsumirse a todos y cada uno de los elementos del tipo objetivo y subjetivo del
correspondiente delito atribuido, aspecto que se sabe, comprende las características
del obrar externo del agente y, en algunos casos, las especiales cualidades o
circunstancias que debe resumir este último.
2. En el presente caso, el fiscal tiene como tipo legal para su denuncia el delito de abuso
de autoridad, previsto en el primer párrafo del artículo 376.º del Código Penal vigente
a la fecha de comisión del hecho materia de investigación.
Artículo 376.- Abuso de autoridad
El funcionario público que, abusando de sus atribuciones, comete u ordena un acto arbitrario que
cause perjuicio a alguien será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres años.
[…]

B. Abuso de autoridad
3. A tenor de la acusación fiscal, al procesado Guillermo Prospero Palmadera Chachaz
se le imputa la “presunta” comisión del delito de abuso de autoridad” en calidad de
autor dado que: “El ciudadano Advíncula Rivera Víctor Florentino, el 02 de enero
de 2019, a las 08:00 horas, al constituirse a su centro de labores se dio la sorpresa
que no pudo marcar su asistencia por falta de su tarjeta de control, razón por la cual
se apersonó a la Oficina del Gerente Municipal Julio Morales Acosta a fin de
preguntar su situación laboral y realizar el reclamo porque [sic] no se encontraba
su tarjeta de control de asistencia en el tarjetero, quien le indicó que tenía que ir a
conversar con el señor alcalde, ante ello se constituyó a la oficina del alcalde
Guillermo Palmadera Chachas quien le dijo que no había resolución de trabajo que
había dejado el anterior alcalde y su vínculo laboral había culminado el día 30 de
diciembre de 2018, en razón que solo era contratado y que tenía que esperar para
poder [ver] su caso habiendo esperado hasta las 13:00”.

§ Bien jurídico
4. El objeto jurídico de tutela penal es “el interés público, en el sentido de que las
funciones de las que están investidos los funcionarios públicos no sean utilizados por

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estos para la comisión de hechos ilegítimos en perjuicio de los derechos reconocidos

por las leyes a los particulares” (Sala Penal de Apelaciones, sentencias recaídas en
los Expedientes N.os 7362-97 y 137-98, del 18 de marzo de 1998).
5. Del análisis de los hechos materia de investigación se puede evidenciar que el actuar
del acusado Guillermo Prospero Palmadera Chachaz no tuvo por objeto afectar el
interés público o la corrección y legalidad del ejercicio de la función, toda vez
que la extinción del vínculo laboral del supuesto agraviado Víctor Florentino
Advíncula Rivera fue dentro de los parámetros que el artículo 38.º, último párrafo,
del Reglamento de la Ley de Carrera Administrativa franquea al establecer que “la
relación contractual concluye al término del mismo”; más aún cuando no existía
ningún documento que acreditara que el denunciante era un trabajador permanente
de la Municipalidad Distrital de Huaylas.
6. En ese sentido, se colige que no ha sido lesionado el bien jurídico protegido; dado
que no se advierte ninguna extralimitación de las funciones inherentes al acusado
como alcalde de la Municipalidad Distrital de Huaylas; por el contario, se evidencia
un actuar apegado a sus deberes funcionales, lo que nos permite afirmar de manera
contundente que no se ha configurado el delito de abuso de autoridad.

§ Relación con el cargo

7. “Para que se configure el delito de abuso de autoridad, la conducta ilícita, debe
guardar relación con el cargo asumido, esto es, presupone el ejercicio de la función
pública dentro de las facultades conferidas por el ordenamiento jurídico vigente, por
lo que en estos casos, dicho precepto debe ser integrado con las normas de otras
ramas del Derecho Público que fijan las funciones de los órganos de la
administración pública, y consiguientemente determinan la forma y los límites
dentro de los cuales puede el funcionario ejercitarlas libremente”. (R. N. 2240-2002,
Ejecutoria Suprema emitida el 6 de agosto de 2003).
8. La acusación fiscal no ha verificado, para la configuración del delito, que el acusado
se haya extralimitado en el ejercicio de sus funciones, ejecutando de manera abusiva
o excedida tareas, deberes o atribuciones propias de su cargo; máxime cuando no ha
hecho mención alguna a normativa administrativa que regule las competencias del
acusado como funcionario público o autoridad.

§ Elementos materiales del tipo penal

9. La Corte Suprema de Justicia ha establecido que el abuso de autoridad exige para su
configuración tres aspectos concretos: “a) Un acto abusivo o arbitrario en perjuicio
de tercero. b) La existencia de una orden emanada del agente especial del delito. c)
La presencia del componente subjetivo, el dolo, en la conducta del funcionario
público. Esto quiere decir, que actúe con voluntad y con el conocimiento de que
abusa de las atribuciones que posee, en infracción de las leyes y reglamentos […]
Cabe acotar que no es un acto arbitrario la conducta del agente que está amparada
por la ley o se encuentra fundamentada en una decisión discrecional, ajustada a los
principios del derecho, la Constitución y el ordenamiento jurídico. En ese sentido,
también podría concurrir en un error de tipo, por desconocimiento de que el acto
era ilegal y abusivo; en tanto esta circunstancia es un elemento determinante de la
tipicidad concreta del delito en cuestión” (R. Q. 17-2013, Ejecutoria Suprema
emitida el 1 de julio de 2013).

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§1 Acto arbitrario
10. El simple hecho que el alcalde la Municipalidad Distrital de Pamparomás le haya
señalado al supuesto agraviado que su vínculo laboral había culminado el día 30 de
diciembre de 2018, en razón que solo era contratado y no había resolución alguna
sobre su permanencia, no puede conllevar a determinar “a pura corazonada”, la
existencia de un acto arbitrario, pues ello se debe colegir de los propios cánones
legales que determinan la forma y límites del ejercicio funcional.
11. El Tribunal Constitucional, mediante la sentencia recaída en el Expediente N.º 90-
2004-AA/TC Lima (fundamento 12, tercer parágrafo), ha establecido que: “El
concepto de arbitrario apareja tres acepciones igualmente proscritas por el derecho:
a) lo arbitrario entendido como decisión caprichosa, vaga e infundada desde la
perspectiva jurídica; b) lo arbitrario entendido como aquella decisión despótica,
tiránica y carente de toda fuente de legitimidad; y c) lo arbitrario entendido como
contrario a los principios de razonabilidad y proporcionalidad jurídica”. Ninguno
de dichos supuestos se presenta en el presente caso, por lo que carece de todo
fundamento la acusación fiscal.
12. En efecto, este primer elemento normativo-jurídico del tipo deberá descartarse toda
vez que no existió acción dirigida a causar agravio; toda vez que el acusado ha
actuado en mérito a los documentos obrantes en la Municipalidad, dejando a salvo,
en todo momento, el derecho del interesado de presentar los medios probatorios que
avalen su supuesta condición de servidor permanente en la entidad edil. Sin embargo,
dicha persona no presentó ninguna prueba para resolver de manera positiva su
petición de reincorporación.
13. De esa manera, se evidencia que el acusado Guillermo Prospero Palmadera Chachaz,
en su condición de alcalde de la Municipalidad Distrital de Pamparomas actuó basado
en los siguientes principios administrativos:
a) Presunción de veracidad (art. IV del T.P. de la Ley N.º 27444 - Ley del
Procedimiento Administrativo General), según el cual en la tramitación del
procedimiento administrativo se presume que los documentos y declaraciones
formulados por los administrados así como los responsables de cada área en la
forma prescrita por Ley, responden a la veracidad de los hechos que ellos
afirman.
b) Buena fe procedimental (art. IV numeral 1.8 del T.P. de la Ley N.º 27444 -Ley
del Procedimiento Administrativo General), según el cual la autoridad
administrativa realiza sus respectivos actos procedimentales guiado por el respeto
mutuo, la colaboración y la buena fe; por lo que no puede actuar contra sus
propios actos.
c) Privilegio de controles posteriores (numeral 1.16 de la Ley N.º 27444),
conforme al cual se debe proceder a la tramitación de los procedimientos
administrativos con la reserva de la Entidad de que posteriormente pueda
realizar acciones de comprobación de la veracidad de la información
presentada y el cumplimiento de la normatividad sustantiva, y en caso de advertir
irregularidades aplicar las sanciones pertinentes e interponer las acciones legales
que amerite.
d) Principio de Confianza, tiene como consecuencia práctica que el que se comporta
adecuadamente -conducta desplegada por el recurrente-, no tenga que contar con
que su conducta pueda producir un resultado típico debido al comportamiento

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antijurídico de otro, de ser el caso que se presenten los presupuestos objetivos y

subjetivos del delito bajo comento, por lo que el comportamiento realizado por mi
persona, bajo el amparo de este principio, es impune, por ser atípico, debiendo
tenerse presente que he actuado siempre en cumplimiento de mis funciones y
atribuciones inherentes

§2 Perjuicio
14. La situación de que se haya declarado la extinción del vínculo laboral del señor
Advíncula Rivera Víctor Florentino, por tener la condición de contratado y no existir
ningún documento que acredite su supuesta condición de permanente, no puede
conllevar a sostener que hubo una abuso de autoridad, pues como se señaló líneas
arriba en ningún momento se le restringió su derecho a presentar los medios idóneos
para demostrar su calidad de trabajador permanente o de carrera. Es más, el
susodicho, luego de haber formulado su denuncia, presentó un escrito solicitando su
reincorporación a la entidad edil; sin embargo, dicho pedido le fue denegado por no
haber presentado prueba irrefutable que acreditaba su derecho. Por tal motivo, en la
actualidad, ha instaurado un proceso laboral por reposición, signado con el
Expediente N.º 29-2019, ante el Juzgado Civil Transitorio del Módulo Básico de
Justicia de Caraz.
15. Entonces, queda claro que el supuesto agraviado siempre ha tenido la oportunidad de
hacer valer su derecho, presentando las acciones administrativas y procesales que
mejor le convenía; por lo que la acción desplegada por el acusado no fue contraria a
derecho, mucho menos tuvo la intención de perjudicar a alguien.

§ Elemento subjetivo: dolo

16. “Lo esencial en esta figura delictiva es el obrar in fraudem legis del funcionario
concernido, pues su actuación se basa en una falsedad consciente; el acto debe ser
objetivamente ilegal —afirmación y ejercicio de un poder que se sabe ilegal, y
afirmación y suposición de hechos que se saben falsos, como condición del acto de
autoridad ejercitado— y, fundamentalmente, con conocimiento de esa falsedad, a
sabiendas que se actúa vulnerando la ley. El funcionario, por consiguiente, realiza
una conducta dentro de su ámbito de dominio funcional, pero lo hace en situaciones
que no corresponde, conducta que está completada por el conocimiento de esa
improcedencia” (Exp. 20-2003-A.V., Ejecutoria Suprema emitida el 18 de octubre
de 2005).
17. Como se viene sosteniendo, en atención a la realidad de los hechos, el accionar del
acusado no estuvo planificado a un resultado dañoso, ni mucho menos actuar por
propia cuenta; él actuó de acuerdo a los parámetros legales y en atención al acerbo
documentario obrante en la Municipalidad Distrital de Pamparomas; dejando a salvo,
en tomo momento, el derecho del supuesto agraviado a ejercer las acciones legales
que crea por conveniente y dando las respuestas del caso en su debida oportunidad.

E. Conclusión
18. Conforme a la dogmática de la teoría funcionalista del Derecho Penal (que desfasa a
las tradicionales teorías causalistas y finalistas), que en la actualidad le dota de
contenido y sentido, la valoración de la conducta típica debe realizarse en base a la
teoría de la imputación objetiva, la misma que es recogida por nuestro Código
Penal en su art. 20° inc. 8), en estricta observancia del Principio de la

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Responsabilidad Penal (art. VII del T.P. del CP) que veda toda forma de
responsabilidad objetiva. En ese sentido se debe realizar una valoración de un
comportamiento con una regla de conducta, no se imputa resultados, tampoco
importa lo que el agente pensó, sintió (no depende del hecho fenomenológico externo
ni tampoco del psicologismo de la persona), si no lo que importa es el significado de
una conducta en determinado contexto, tal valoración de la antinormatividad de la
conducta en un contexto social determinado tiene que ser objetiva, la conducta debe
ser la superación de un riesgo permitido, así también importa analizar si determinada
conducta realizada tenía o no objetivamente la capacidad de producir un resultado o
puesta en peligro del bien jurídico tutelado o protegido, en suma, uno es responsable
por la acción concreta que uno mismo ha realizado, por aquel comportamiento
inherente a su rol, y no por aquella conducta realizada por terceras personas.
19. La jurisprudencia, en un caso donde los agentes, en su calidad de funcionarios
públicos, realizaron la clausura de un local comercial, refirió a que estos “se han
limitado a cumplir con sus deberes de función, ejercitando sus atribuciones y
autoridad dentro de los límites y con el procedimiento que la ley señala, no
constituyendo su accionar delito de abuso de autoridad” (Ejecutoria Superior de la
Sala Penal de Apelaciones Para Procesos Sumarios con Reos Libres de la Corte
Superior de Justicia de Lima, del 18 de marzo de 1998. Expediente 137-98).
20. Por las razones expuestas, ut supra, solicito se declare fundado la excepción de
improcedencia de acción y, en consecuencia, archivar el presente caso; por cuanto la
supuesta conducta típica está basada en hechos que no constituyen delito, por cuanto
el único accionar que ha venido realizando el acusado en su condición de agente
público ha sido siempre el de desempeñarse en su trabajo, sin quebrantar los
imperativos funcionales asumidos como alcalde de la Municipalidad Distrital de
Pamparomas.

III. Pedido de sobreseimiento

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 344.º numeral 2 literal d) solicito el
sobreseimiento de la causa por los siguientes fundamentos:
1. De conformidad con lo que dispone el literal d) del artículo 344.º numeral 2) del CPP,
no existe razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos datos a la
investigación y además no hay elementos de convicción suficientes para solicitar
fundadamente el enjuiciamiento del imputado Guillermo Prospero Palmadera
Chachaz, por lo que la denuncia fiscal no puede prosperar.
Sabido por todos es que, si en la etapa de investigación no es posible recoger los
elementos de convicción que demuestre la responsabilidad penal de los imputados,
el fiscal pasará a la etapa de formulación de su requerimiento con una conclusión
negativa, o sea, que no hay elemento de convicción suficiente que determine en forma
objetiva, contundente y sin lugar a dudas la participación del acusado en la comisión
del delito que se persigue.
2. Durante la etapa de investigación preparatoria, no se ha obtenido medio probatorio
alguno (directo ni indirecto) que acredite con alto grado de certeza que se hayan
suscitado los hechos imputados, en efecto:
a) No hay prueba alguna que demuestre el derecho alegado por el supuesto agraviado
respecto a su condición de trabajador permanente de la Municipalidad Distrital de
Pamparomas; por el contrario en su legajo personal que obra en la Municipalidad

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Distrital de Pamparomás solo se ha hayado su Currículum Vitae que consta de

siete folios (Informe N.º 02-2018/AII-MDP); en el acervo documentario de
Recursos Humanos de la entidad edil no se encontró ningún contrato o resolución
de vínculo laboral (Informe N.º 011-2019-MDP/RR_HH/ARRH / fs. 130); y de
su pedido de reincorporación no se aprecia ningún documento idóneo que acredite
su supuesta condición de trabajador permanente (Carta N.º 03-2019-MDP/A / fs.
70).
b) Durante la investigación no se ha obtenido medio probatorio alguno (directo o
indirecto) que demuestre cuál ha sido la acción o conducta concreta realizada por
el acusado Guillermo Prospero Palmadera Chachaz (con conocimiento y control)
que califique como abuso de autoridad y además resulte contrario al rol que de
manera objetiva (y taxativa) le imponía determinada norma jurídica conforme a la
cualidad de alcalde de la Municipalidad Distrital de Pamparomas; pues, lo que se
pretende es imputar una arbitrariedad al haber dado término al vínculo laboral del
supuesto agraviado con la entidad edil.
c) Lo cierto, señor Juez, es que el acusado Guillermo Prospero Palmadera Chachaz,
dentro de su competencia funcional, ha absuelto de manera oportuna los pedidos
formulados por el señor Advíncula Rivera Víctor Florentino, basado en los
documentos obrantes en la entidad edil, así como los presentado por él mismo; no
obstante ello, el fiscal acusador pretende atribuir el ilícito penal de abuso de
autoridad en mérito al solo dicho del denunciante, sin justificar de modo alguno
que la extinción del vínculo laboral contraviene o se encuentra prohibido por el
ordenamiento jurídico, tampoco ha adjuntado elementos que corroboren que el
imputado tenía conocimiento de que el trabajador era permanente (y que obraban
en la municipalidad).
d) En ese sentido, de la acusación no se evidencia la “arbitrariedad” del acto
imputado, pues no se ha acreditado que el acusado haya actuado u ordenado fuera
de lo que la ley le permite, no actúa cuando la ley le obliga hacerlo o actúa de un
modo prohibido por el ordenamiento jurídico (Constitución, ley, reglamento, etc.)
o no previsto por ella. Tampoco ha demostrado la intención de dañar del acusado.
Por tal motivo, en un caso similar, la Corte Suprema de Justicia ha establecido
que: “El delito de abuso de autoridad requiere de un acto arbitrario y de un
perjuicio para alguien; si no se acreditan dichos presupuestos cabe la absolución.
En el presente caso al no haberse acreditado la arbitrariedad del acto de
asignación en el número de horas académicas a la docente, procede absolver a
la procesada” (Exp. 3436-96, Ejecutoria Suprema emitida el 14 de noviembre de
1996).
3. Por tales motivos, en el presente proceso penal no se ha acreditado que la conducta
desplegada por el acusado Guillermo Prospero Palmadera Chachaz constituya un
hecho punible o califique de antijurídica, dado que ha actuado dentro de los
parámetros y directrices que exaltan la justicia y la razón, por lo que en ningún
momento ha hecho abuso de su cargo u obrado contrario al derecho; máxime cuando
está plenamente demostrado que el denunciante no tiene pruebas para acreditar su
supuesta condición de trabajador permanente.
4. El supuesto derecho del señor Advíncula Rivera Víctor Florentino, aún está por
definirse en el proceso laboral que él mismo ha instaurado, siendo esta vía idónea y
más no la vía penal, conforme lo establecen los principios de lesividad,
subsidiariedad y mínima intervención de ultima ratio del derecho penal.

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4. En tal contexto, considerando que nadie responde por haber actuado dentro de su
competencia y su rol, y no existen medios de prueba, ni indicio alguno, que enerve
la presunción de inocencia del acusado Guillermo Prospero Palmadera Chachaz,
solicito que en su oportunidad se declare fundado la petición de sobreseimiento, al
no poderse sustentar válidamente la promoción de la acción penal.

IV. OBSERVACIÓN MATERIAL O SUSTANCIAL

De manera general, resulta objetable la falta de formalidad en el ofrecimiento de
los medios de prueba ofrecidos para su actuación en el juicio oral, pues no se ha señalado
una reseña de los mismos, el probable aporte a obtener, así como, la pertinencia,
conducencia y utilidad de cada uno de ellos para demostrar la existencia del delito materia
de proceso y se les incorpore al mismo; de esa manera, ha contravenido lo dispuesto por
el artículo 352.º numeral 5 literales a) y b) del CPP.

V. MEDIOS PROBATORIOS
En el remoto caso que no se ampare el pedido de sobreseimiento ofrezco para el
Juicio Oral, el mérito de los siguientes medios de prueba:
1. El legajo personal del señor Advíncula Rivera Víctor Florentino (07 folios), que
obra en los archivos de Recursos Humanos, y contiene el Informe N.º 02-2018/AII-
MDP, de fecha 23 de enero de 2018, suscrito por la referida persona [Anexo 1-A /
09 folios).
Dicho medio de prueba resulta conducente, pertinente y útil, en razón de que su
obtención es lícita y no contraviene la ley; y acreditará que en el file o legajo
personal del denunciante no obra ninguna resolución o contrato que acredite la
condición de trabajador permanente en la Municipalidad Distrital de Pamparomas.

2. La solicitud presentado con fecha 18 de enero de 2019 por el señor Advíncula Rivera
Víctor Florentino, a fin de solicitar su reincorporación a su centro de labores [Anexo
1-B / 03 folios).
Dicho medio de prueba resulta conducente, pertinente y útil, en razón de que su
obtención es lícita y no contraviene la ley; y acreditará que el propio agraviado
desconoce su situación laboral, al referirse de manera indistinta a contratos sujetos
a los Decretos Legislativos N.os 276, 1057 y 728; y asegurar que es amparada por la
Ley N° 24041.

3. El Informe de Asesoría Legal N.º 006-2019, de fecha 28 de enero de 2019, emitido

por el asesor legal de la Municipalidad Distrital de Pamparomas; cuya copia
certificada obra a folios 71-72 de la Carpeta fiscal 2019-26-0.
Dicho medio de prueba resulta conducente, pertinente y útil, en razón de que su
obtención es lícita y no contraviene la ley; y acreditará que en respuesta al pedido
de reincorporación formulado por el señor Advíncula Rivera Víctor Florentino, el
asesor legal de la comuna edil opinó que “no puede presumirse que el servidor tenga
la condición de permanente como él alega, sino que debe acreditarse dicha
condición, en consecuencia y al no existir documento alguno que avale su dicho (ser
servidor con contrato permanente), es correcto establecer que el contrato que haya
tenido ha vencido el 31 de diciembre del 2018, máxime si no puede haber sido

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contratado para los meses subsiguientes o más allá del ejercicio económico anual
en estricta aplicación de la l ley del Presupuesto General de la República…”.

4. La declaración jurada, de fecha 06 de febrero de 2019, suscrito por el señor

Advíncula Rivera Víctor Florentino; cuya copia certificada obra a folios 73 y reverso
de la Carpeta fiscal 2019-26-0.
Dicho medio de prueba resulta conducente, pertinente y útil, en razón de que su
obtención es lícita y no contraviene la ley; y acreditará que el propio agraviado no
están seguro de su situación laboral; pues basado en el contenido del Contrato de
Servicios Personales N.º 05-2014/MDP, y tomando en cuenta que se desempeñó por
más de 22 años ininterrumpidos como asistente de imagen institucional, guardianía
de la antena y locución de radio de la Municipalidad Distrital de Pamparomas,
adquirió la calidad de trabajador permanente, correspondiéndole los derechos que
faculta el D. L. N.º 276 y con protección bajo los alcances de la Ley N.º 24041.

5. El Informe 020-2019-MDP/GM/JPMA, de fecha 15 de febrero de 2019, emitido

por el Gerente Municipal de la entidad edil; que contiene el Informe N.º 011-2019-
MDP/RR-HH/ARRRB, expedido por la jefa de Recursos Humanos; cuya copia
certificada obra a folios 129 y 130 de la Carpeta fiscal 2019-26-0.
Dicho medio de prueba resulta conducente, pertinente y útil, en razón de que su
obtención es lícita y no contraviene la ley; y acreditará que en los archivos de
documentos del Área de Gerencia Municipal y Recursos Humanos no se encontró
ningún contrato o resolución de vínculo laboral del señor Advíncula Rivera Víctor
Florentino.

Asimismo, en virtud del principio de comunidad de la prueba, también sostendré

algunos medios de prueba presentados por el representante del Ministerio Público, en la
etapa del Juicio Oral.

VI. ANEXO
Adjunto los documentos signados como [Anexo 1-A] al [Anexo 1-C] en el ítem de
medios probatorios de esta absolución de acusación.

POR TANTO:
A usted señora jueza, solicito se sirva tener por bien absuelto el traslado, y disponer
la realización de las audiencias atinentes, para su debate.

PRIMER OTROSÍ DIGO: En mérito al principio de oralidad y contradicción, me

reservo el derecho de cuestionar la validez, pertinencia y conducencia de los medios
probatorios ofrecidos por el señor fiscal, así como extender los fundamentos de la
presente absolución durante el desarrollo de la Audiencia de Control de Acusación.

SEGUNDO OTROSÍ DIGO: Que, ante el requerimiento efectuado mediante la

Resolución N.º 01, de fecha 08 de junio de 2019, cumplo con reiterar la Casilla
Electrónica N.º 83966 de la Corte Superior de Áncash, para los fines correspondientes.

Huaraz, 25 de junio de 2019.

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