Venezuela Heroica

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Biografía Eduardo Blanco

Eduardo Blanco (Caracas, 25 de diciembre de 1838 - Caracas, 30 de junio


de 1912) fue un escritor y político venezolano autor de dos obras emblemáticas de
la literatura venezolana.

Estudió en el colegio "El Salvador del Mundo". A los 20 años se incorpora al


ejército y se une al cuerpo de edecanes del General Páez entre 1861 y 1863.

El acercamiento de Blanco a lo autóctono y romántico se produce cuando


publica Venezuela Heroica (primera edición en 1881 y la segunda en 1883),
Zárate y Cuentos Fantásticos (1882), Las Noches del Panteón (1895), Fauvette
(1905) y Tradiciones épicas y Cuentos Viejos (1914).

Entre 1900 y 1901 fue ministro de Relaciones Exteriores. Durante la


presidencia de Cipriano Castro, entre 1903 y 1906, desempeña el cargo de
ministro de Instrucción Pública. En 1911 fue galardonado como escritor nacional.

Venezuela Heroica
Venezuela Heroica es una novela del escritor venezolano Eduardo
Blanco, publicada en 1881, la segunda edición fue publicada en 1883. La obra
narra en forma romántica las batallas más importantes de la Independencia de
Venezuela. La obra, inicialmente, estaba integrada por cinco cuadros: “La
Victoria”, “San Mateo”, “Las Queseras”, “Boyacá” y “Carabobo”. La segunda
edición, publicada en 1883, añade seis nuevos cuadros: “El Sitio de Valencia”,
“Maturín”, “La Invasión de los Seiscientos”, “La Casa Fuerte”, “San Félix” y
“Matasiete”. Como se puede observar la materia prima de esta obra la constituyen
aquellos sucesos bélicos que más conmovieron a los venezolanos y en donde se
inmortalizaron los más brillantes héroes de nuestra independencia.

En esta obra se reflejan los sentimientos de un período histórico muy


significativo; en efecto, Eduardo Blanco publica la primera edición a dos años para
la celebración del Centenario del Natalicio del Libertador. Todos los críticos e
historiadores de la Literatura Venezolana coinciden con clasifican la obra
Venezuela Heroica como una Epopeya Romántica; es la epopeya en prosa de la
gesta emancipadora, en la que el autor hilvana con suma maestría la cruenta
guerra, rindiendo así homenaje a las hazañas de quienes lucharon con valentía y
sin descanso por la libertad venezolana.
Tipificación de las características de Venezuela Heroica

Como Epopeya Romántica


• Venezuela Heroica es una historia cargada del Subjetivismo de Eduardo
Blanco, en ella hay mucho de poesía. Los hechos narrados no guardan una
secuencia cronológica.

• En cuanto a La Visión Crítica de la Realidad, Eduardo Blanco trata de


explicar el hecho histórico que presenta. Por ejemplo: en el cuadro "La Victoria" no
se limita a describir la batalla, sino que nos la explica como una lucha fraticida,
más que todo entre venezolanos.

• En cuanto a La Empatía de la obra, el fenómeno de empatía está presente


en "Venezuela Heroica", Blanco se identifica con los hechos porque, aunque no
los vivió, tuvo oportunidad de oírlos de boca de sus principales testigos,
especialmente del General José Antonio Páez.

• El apoyo en Fuentes documentales de esta obra, se ve reflejado en que al


escribir "Venezuela Heroica", Eduardo Blanco no sólo se basó en el testimonio de
personas y héroes que vivieron los hechos narrados. Su condición de militar le
permitió conocer los archivos de la guerra donde pudo revisar documentos y
fuentes directas.

• El Estilo Poético hay que tomar en cuenta que esta obra fue escrita para
conmover el ánimo de sus lectores; por eso está presentada en un estilo
declamatorio, con una prosa vibrante, de gran sonoridad, por lo que el crítico Key
Ayala, encuentra en ella la presencia de frecuentes y rotundos endecasílabos que
le dan un ritmo especial.

Fragmento de Venezuela Heroica


La Victoria

(12 de febrero de 1814)

II

¡He aquí el año terrible! El año de las sangres y de las pruebas en cuyo
pórtico aparece escrito por la espada de Boves, el Lasciate ogni speranza para los
republicanos de Venezuela.
En torno de aquel feroz caudillo, improvisado por el odio, más que por el
fanatismo realista, las hordas diseminadas en la dilatada región de nuestras
pampas, invaden, como las tumultuosas olas de mar embravecida, las comarcas
hasta entonces vedadas a sus depredaciones.

Mayor número de jinetes jamás se viera reunido en los campos de


Venezuela. De cada cepa de yerba parecía haber brotado un hombre y un caballo.
De cada bosque, como fieras acosadas por el incendio, surgían legiones armadas,
prestas a combatir. Los ríos, los caños, los torrentes que cruzan las llanuras,
aparecen erizados de lanzas y arrojan a sus riberas tropel innúmero de
escuadrones salvajes, capaces de competir con los antiguos centauros.

Suelta la rienda, hambrientos de botín y venganzas, impetuosos como una


ráfaga de tempestad, ocho mil llaneros comandados por Boves hacen temblar la
tierra bajo los cascos de sus caballos que galopan veloces hacia el centro del
territorio defendido por el Libertador.

Nube de polvo, enrojecida por el reflejo de lejanos incendios, se extiende


cual fatídico manto sobre la rica vegetación de nuestros campos. Poblaciones
enteras abandonan sus hogares. Desiertas y silenciosas se exhiben las villas y
aldeas por donde pasa, con la impetuosidad del huracán, la selvática falange, en
pos de aquel demonio que le ofrece hasta la hartura el botín y la sangre, y a quien
ella sigue en infernal tumulto cual séquito de furias al dios del exterminio.

Es la invasión de la llanura sobre la montaña: el desbordamiento de la


barbarie sobre la República naciente.

Conflictiva de suyo la situación de los republicanos, se agrava con la


aproximación inesperada del poderoso ejército de Boves.

Bolívar intenta detener las hordas invasoras, oponiéndoles el vencedor en


Mosquiteros”, con el mayor número de tropas que le es dado presentar en batalla.

Vana esperanza. Campo Elías es arrollado en “La Puerta”, y sus tres mil
soldados acuchillados sin misericordia.

Tan funesto desastre amenaza de muerte la existencia de la República.

Campo Elías vencido, es la base del ejército perdida, es el flaco abierto, la


catástrofe inevitable.

Todos los sacrificios y prodigios consumados por el ejército patriota para


conservar bajo las armas la parte de territorio tan costosamente adquirida, van a
quedar burlados.

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